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Todo en el fin será silencio (página 2)


Partes: 1, 2, 3

leyvis Coro Montanet

(Pinar del Río, 1974). Poeta y narradora. Miembro de la UNEAC. Ha obtenido Premio Alcorta de la UNEAC (1997), Premio Poesía erótica de Nueva Paz (1996), Premio 13 de agosto de la AHS (1999), Mención Nacional en el Encuentro de Talleres Literarios (1996), Mención de poesía en el Concurso Regino Pedroso (2000), Primera Mención Premio de Novela Dulce María Loynaz (2001). Obra: Con los pies en las nubes (1998), Cantares de Novo-hem (1999), Escribir en la piedra (2000).

CLAMO ESPIRITUAL POR LA ALEGRÍA

Es bueno que todo pase;

la lluvia, mi sed, mi llanto.

Es bueno saber en tanto

que acaba el oscuro y nace

la forma mejor. Rehace

un duende lo roto a veces.

Y curas de mar los peces

y sales a delinquir

y gritas para vivir

… y creces.

VOY A LLENARME DE HOY

voy a salir de este hueco,

voy a luchar, si me seco

dirás que tratando estoy.

Voy a tirar lo que soy

en sus rostros y a mi modo

voy a embarrarme de lodo

duro, fantasmal, sombrío.

Voy a vestirme de río.

Voy a reírme de todo.

 

Asisto en verbal locura

a la ronda de la prisa.

Devuelvo mi paz, sonrisa,

tornillos, dintel, pintura.

Reniego de la armadura

y contra reloj descanso.

Si libre de pieles danzo

respétame el anarquismo.

Me canso de ser lo mismo.

…¡Me canso!

AUTOCONVENCIMIENTO

 

Finjamos que soy feliz,

triste pensamiento, un rato

Sor Juana Inés de la Cruz

Finjamos que soy feliz

y que llevo la palabra

al rincón donde se labra

el metal de mi desliz.

Finjámoslo: soy feliz;

sólo por ver si desato

la virtud y borro, mato

lo demás que no lo sea;

ayúdame a que lo crea,

triste pensamiento, un rato.

Danaisa Rojas Ochoa

(Puerto Padre, Las Tunas, 1974). Poeta. Preside la ANCI en su provincia y es miembro del Taller Literario "Con tus ojos míos", del Grupo Nacional "Décima al filo", del Grupo Iberoamericano Espinel-Cucalambé y de las AHS. Ha obtenido segundo Premio Espinel Cucalambé (2002) y tercer premio en el mismo certamen (2003); Premio en el concurso "Todo lo que necesitas es amor" (2002); Premio Miguel Bruzón (2002); Mención en el Raúl Gómez García (2003); Premio "Un poema maligno"; Segundo Premio Villazul. Aparece en Árbol de rimas (Burgos), en Yo, la peor de todas (2003) y en Confesiones de Circe; poetisas decimistas orientales, (2004), el Diccionario de autores de la décima cubana (inédito) y la Multimedia La décima espinela (2005). Obra: Vigas del invierno (2003) y Carne de luz (2006).

CARNE DE LUZ

Mi cuello, raro paisaje,

de carne y luz amasijo,

¿qué náufrago lo bendijo

al fina de cualquier viaje?

Domesticado, salvaje

sólo responde a un llamado,

a ese que lo ha llevado

a vivir con la certeza,

de sostener la cabeza

en el pecho de mi amado.

Tu boca, cuerda que el viento

lejos de apagar enciende,

cuando a mi cuello se prende

en el infeliz intento

de que diga me arrepiento

y me lleva al precipicio.

Sabe tu boca el oficio

de morder con esa lanza

de tus dientes, que es la danza

del silencio y el bullicio.

DE LA BOCA

Sube mi lengua a la punta

del índice de la noche,

manojo negro, fantoche,

del silencio la pregunta.

Lame estrellas y las junta

hasta volverlas diamante.

Baja mi lengua triunfante

dejando a tientas la luna,

viene a ofrecer la fortuna

a la boca del amante.

SIMIENTE

¡Ah! mi vientre, ese remanso

de la noche y sus distancias,

gruta de extrañas sustancias,

oscuridad donde danzo.

Con qué gemido me lanzo

y qué silencio me absuelve,

si el hombre a esa gruta vuelve

en busca de la fatiga.

Cómo negarme a la espiga

que en mi sexo se disuelve.

INVOCACIÓN

La lluvia es un ala rota

en el cristal de mi mano,

la lluvia, juego lejano,

en mi pupila que agota

tanta tristeza, me brota

en el gris que trae la brisa.

Lluvia, devuelve la risa

a esta soledad sin nombre,

látigo en manos de un hombre,

frescura, dolor, sonrisa.

Lluvia, perfuma la tierra

hasta embriagar las raíces,

para que las cicatrices

borren el gris que me aterra,

melancolía que encierra

la fina escarcha que invocas.

Cuando me saben a pocas

las noches y ya he temido

de la distancia el sonido,

y de la muerte las rocas.

PREGUNTAS DESDE ADENTRO

No escondas tu rostro de mí.

No apartes con ira a tu siervo,

Salmos 27:9

Si Dios me dijese quién

busca una estrella en mis ojos

pudiera ser que los flojos

abismos, no digan: ven.

Pudiera ser que también

mi niebla se vuelva en tus

astillas para esa cruz

con que se espanta el averno.

Pudiera ser que en lo eterno

aguarde por mí la luz.

Pudiera ser que en las calles

no se dispersen mis pasos,

o que las manos sean trazos

donde busques y no halles

un graffiti. No te calles,

el silencio es una voz,

una mordida de dos

si no existe la respuesta..

En mis ojos cuánto cuesta

la estrella que buscan, Dios.

II

Esta mujer se arrepiente,

descansa sobre la arena,

ola gris que ya carena

junto a la astuta serpiente.

La ha mordido y de repente

esta mujer grita ¡¿dónde?!

su justicia Dios esconde

y hace sangrar su tobillo,

por qué me vuelvo un ovillo

al que Cristo no responde.

Por qué deambulo y platican

mis palabras con el hombre,

por qué me cambian el nombre

tras la espalda. No se explican

estos huesos que mastican

la costumbre del placer,

la saciedad de morder

en disímiles cavernas.

¿Por qué, Dios, me has dado piernas,

y me llamaste mujer?

III

Le preguntaré a los barcos

de apocalípticos puertos

si en verdad entre los puertos

han resucitado parcos

esos rostros como arcos

dispuestos para las flechas.

Salmodiaré las endechas

como grises alabanzas

y soñaré con tus danzas

sobre mis manos deshechas.

Le preguntaré a las dunas

si no duelen sus arenas

en mi carne, si son plenas

esas noches, bajo lunas,

bajo el hombre desde algunas

u otras soledades. Postro

ante al imagen que arrostro

esta mujer que antes fue.

La que pregunta ¿por qué

Dios ha escondido su rostro?

 

Diusmel Machado Estrada

(Guáimaro, Camagüey, 1975). Poeta y narrador. Licenciado en Ciencias Farma-céuticas por la Universidad de La Habana. Ha obtenido numerosos premios, entre los que sobresalen: de la Ciudad de Camaguey en poesía y décima (1997) y segundo premio en el mismo concurso (1996, 1997 y 2000), Especial de la AHS en el mismo certamen; de la UNEAC en décima y en poesía para niños (Camaguey, 1996); Décima Joven de Cuba (1997 y 2002); X y XI Concurso Nacional José A. Echeverría (1999 y 2000); Rubén Martínez Villena de la ANAP y el Centro Nacional de Cultura Comunitaria (1999); Rolando Escardó (2002); Tercer Premio Concurso UNEAC de Camagüey (2003), Ala Décima (2003), de la Ciudad de Camagüey (2001 y 2003), Segundo Premio Ala Décima (2007), Manuel Navarro Luna (2008). Aparece en Antología de la poesía cósmica de Cuba (Tomo III) (México, 2002), y en Esta cárcel de aire puro, (2003), Que caí bajo la noche (2004), preparadas por Waldo González López y en la multimedia La décima espinela (2005). Obra: Casa primera (2001), Libro de Titi y Mamita (2003), Caída del ángel a la gloria (2004).

Todos los ángeles caen

alguna vez. Simplemente

saltan, ignoran el puente.

Todos los ángeles caen,

o del aire se sustraen

liviana, ligeramente.

¿Quién los conduce en el salto?

¿Qué mano suave los guía?

se dice que, todavía,

el hombre es un ángel falto

de fe. (quizá, para el vuelo,

para asirme del abismo

y descubrir en sí mismo

la semejanza del cielo).

Esto se dice –un consuelo-:

ahora, no hay nada que asombre.

¿Por qué razones, en nombre

de qué lenguas sostenidas,

por sus humanas caídas

se quiere juzgar al hombre?

Comprender es un trabajo

mayor, cómo nos apremia

el tiempo que sólo premia

de la gloria con un tajo.

El mundo, de arriba abajo,

es una sentencia fría:

Para el hombre, la utopía

del ángel es pura nube,

porque todo lo que sube

tiene que bajar, un día.

HERMANO

 

A Maikel

Muchacho tú no eres yo

R. G.

Tú no eres yo, pero existes

En el mismo cuerpo y no

donde sufres. No eres yo,

pero tus ojos son tristes

y profundos… ¿Por qué insistes,

donde el espejo se escombra,

en duplicarme? ¿Quién nombra

mi amor entre tus poderes?

Tú no eres yo… ¿Por qué eres

tan parecido a mi sombra?

ABSTEMIO DE LA GLORIA

A mis distintos padres,

a mis dioses alcohólicos.

No he de probar tus vinos, Ganímedes,

ángel de la divina servidumbre.

Yo no puedo romper con mi costumbre

de maldecir la sed, y tú no puedes

apagar la lujuria de mis sedes

que inauguran las secas estaciones

y anticipan el fuego. ¿No supones

la sombra de temor con que declino

tu irresistible invitación al vino?

Intentaré enunciarte mis razones.

I

Yo no probaré los vinos

del Olimpo, porque todo

lo humano me sabrá a lodo,

y perderé los caminos

que al cielo van. ¡Oh destinos

inútiles! Sólo temo

embriagarme a tal extremo

que en mi sueño de gigante

Nade su estaca levante

al ojo de Polifemo.

II

¿Debo ofrecerme a la leve

dulzura de tu ebriedad?

(Conozco la libertad

infinita de quien bebe

tus aguas, yo sé que mueve

su lengua juicios feroces.)

Sé del furor de los dioses

en su demencia final.

Y yo puedo ser mortal:

pero tú no me conoces.

III

Ferozmente arrastrado a las alturas,.

es un dolor saberte, Ganímedes,

arrojado a un destino en que no puedes

saciar tu propia sed. En las oscuras

fiebres cuando me asaltan conjeturas,

comparo tu tristeza con la mía,

peor no elijo nunca tu ambrosía:

yo prefiero sufrirme Prometeo

con el hígado en llamas, y no el reo

que escuchará sentencias en la orgía.

Ganímedes, Ganímedes,

Noble servidor divino,

Venga el agua, venga e vino,

Sirve todo lo que puedes.

No descanses, Ganímedes,

Cuando el tiempo nos apura

su trago de llamas. Cura

Del Olimpo la garganta,

Porque el cielo nos espanta

y esta sed, es la locura.

IV

Mira en tu dulce apariencia:

¿qué eres si no, Ganímedes,

un hombre que sólo fue des-

pojado de su impaciencia?

(Perdona que mi elocuencia

vuelva a atizarte las sedes.)

Pero es absurdo, no quedes

en los hilos de mi ciencia

deshecho. Tu penitencia

también esconde sus redes.

Los dioses, en la cólera sin juicio

cansados de rugir, te solicitan

con arpa suplicante (necesitan

abandonarse al círculo del vicio).

Te profesan su fe desde el inicio:

inclinados a ti, por la fragancia

del néctar poseídos –donde escancia

tus lágrimas el tiempo-, en absoluto

sospechan que te rinden el tributo

de los adictos. Los engaña el ansia,

la dura, inconfesable circunstancia

de amarte en la ebriedad que le concedes,

ángelhombre elegido, Ganimedes.

sólo que tú, ignorante de este acto.

Y esa es tu gracia, la virtud caída

como laurel sobre tu frente herida:

tú impones a los dioses el camino

que va siempre a tus pies. Tienes el vino,

y ellos la reverencia agradecida.

V

Pero yo no quiero red

ni trucos, virtud ni gracia.

No me conforma la audacia

que estremece la pared

del miedo. Quiero la sed.

La libertad sin clemencia.

No importa la reverencia

olímpica. No el licor

que me somete el amor.

Yo prefiero la abstinencia.

VI

Déjame ya, noble amigo.

Vuelve a tu larga tarea

celestial. Vuelve, no sea

que compartas mi castigo

sin causa. Toma el abrigo

de la eterna juventud.

Disfruta tu esclavitud

inocente, y una vez

que todo pase, a mis pies

vierte un trago. A mi salud.

VII

Yo sufro mis alcoholes en mí mismo.

Estoy ebrio de mí, del trago amargo

que mi sangre fermenta. Sin embargo,

sólo temo en mitad del espejismo

alucinado dar hacia el abismo

un mal paso final.

Sufro esta euforia

donde pierdo la luz y la memoria.

Y en mi ebriedad magnífica, contemplo

los furibundos dioses que e mi templo

se reparten las aguas de la gloria.

KAREL LEYVA FERRER

(Santiago de Cuba, 1975). Poeta y promotor cultural. Vicepresidente del grupo Aladécima. Graduado de la primera promoción del Curso-Taller Historia y Práctica de la Creación Poética (2004). Labora como especialista en el Centro Cultural Dulce María Loynaz. Ha obtenido: Premio Unión Latina (1996 y 2006), Premio Farraluque (2001 y 2006), Nosside Caribe (2005), Regino Pedroso (2004), mención David (1996). Obra: Cambios de marea (2007).

Hoy, confundido, he tembladoante las hojas que caenlas que con su peso traenlas marismas del pasadoTodo lo que ya fue andadovuelve a tocarme otra vezse torna niña mi tezme duele el pájaro muertosalgo a buscar otro puertoy mi condición de pez

RAY Faxas Fernández

(Guáimaro, Camagüey, 1975). Poeta y narrador. Ha obtenido Premio Décima y Eco-logía (2000); Manuel Cofiño (2002); Tercer premio Regino Pedroso (2001), Mención La Gaceta de Cuba (2002); Premio Poesía del Sur (2002); Portus Patris, (2000); Menciones Décima Joven de Cuba (2000, 2001 y 2002); Finalista del Concurso Internacional de Poesía Centenario de Rafael Alberti (2002); Premio El Caimán Barbudo (2003), Premio Vértice (2003), Tercer Premio en el Concurso Iberoamericano Cucalambé (2008) y Premio José María Heredia (2008). Forma parte del equipo de periodistas y escritores de Cubaliteraria del Instituto Cubano del Libro. Aparece en Los Parques (2001), en la antología Esta cárcel de aire puro, preparada por el poeta Waldo González López, La estrella de Cuba (2004), en el Diccionario de autores de la décima cubana (inédito) y en la multimedia La décima espinela (2005). Obra: Apuntes desde el filo de la navaja (2001), La carne de los insectos (2003), Dorso de figuras (2005).

Madre ha vuelto de nuevo a nuestra casa.No te escondas, Raúl, porque es muy tardey en la noche tu voz es tan cobardey lejana que ni el silencio pasa.A veces el destino es una hogazaque se cuece al calor de las cedizas.A veces nos morimos sin sonrisasy morimos Raúl; pero el disparopuede volverse un poco torpe y raroque al final no respondan tus cenizas.

QUIERO SER UN ANIMAL

oscuro de fuego tierra

y agua Quiero ser la guerra

de un hombre Ser el final

La pintura de Chagall

y Picasso que golpeó

la luz o decir que no

a dios o darle un concierto

a mis ojos Ser el yerto

que alumbra O ser sólo yo

CONFESIONES DESDE EL INTERIOR DEL FOSO DESPUÉS QUE FUEORN ENVENEADOS LOS LEONES

A Odanis Abrantes, Edel Rey

y Yoel González

Leones foso de espuma

sobre este rostro que enhebra

el susto que no se quiebra

de arrodillarme en la bruma

Tanto dios donde se esfuma

el silencio de mis huesos

Leones lleven mis rezos

ante el ángel de Darío

Cuál será mi desafío

a la sombra de otros presos

Leones que me regresan

sin patria bajo algún puente

fantasma No soy quien miente

las señales que no empiezan

Plagio del César Confiesan

ángeles sobre al miel

Quién derrama en el pincel

su costado los sermones

el color de los leones

incrustándose en mi piel

ÚLTIMAS REFLEXIONES DE LEONARDO DI CAPRIO

ANTES DE MORIR CONGELADO EN BRAZOS DE SU AMADA

Para Luis Angel y Andrés Enríquez

Iceberg negro que me apunta

como homicida La muerte

es un fantasma que vierte

su último grito Quién junta

las manos cuando pregunta

por el pez que nos condena

Iceberg negro Nadie suena

en mi piel la piel que salva

a la humedad es el alba

quien apunta y me encadena

El mar almuerza mi voz

de socorro y un vacío

eterna queda el hastío

imperfecto Entonces Dios

nos muerde el alma Su tos

es presagio ante la ausencia

Mano del mar me sentencia

(sombra del barco) Le temo

a la luz cuando me quemo

en tanta sed que silencia

Nadie va a morirme hoy

este Sábado que tengo

entre las manos Detengo

este náufrago que soy

Nadie va a morirme Estoy

apuntando a mi destino

Sólo me queda un camino

La muerte su frágil nombre

Nadie va a matar el hombre

que se muere de su vino

El barco no está Se ha ido

Entre mis ojos Lo veo

flotando en la piel Braceo

hasta el anzuelo perdido

El barco no está Quejido

de la mar Su verde abrazo

es la salvación El trazo

de la ola ante la muerte

El barco no está La suerte

naufraga junto a mi brazo

A LO LEJOS DE DIOS

A veces pienso en el triste animaly más allá de todo marcho ausente,soy la sombra fugaz, o simplemente,quien se pierde sobre este espartizal.A veces, cuando atravieso el umbraly Dios se esconde como si tuvierala voz clara o la luz o la quimera,la ampolla que nos nutrirá el aliento,es en la espesa noche cuando siento

cómo clama a lo lejos quien me espera.

Tengo la voz lejana y misteriosa,y un pedazo escondido que me llama.Me oculto bajo el eco del que clamaa lo lejos con su voz angustiosa.No será Dios ni su mano espaciosaquien me cubra la carne con torpeza.No es Dios, porque Dios retiene en su mesala brizna del que parte y no se esconde.¿Cómo fingir y ser el que responde,

si tan solo yo soy el que regresa?

Yordanka HaramboureS Zaldívar

(Mayarí, Holguín, 1975). Poeta e investigadora. Licenciada en Estudios Socio-culturales por la Universidad de Holguín. Miembro del Grupo Décima al Filo y de la Escuela Holguinera de la Décima. Ha obtenido los premios Festival Municipal de Aficionados 2001, Evento Provincial Cultura y Desarrollo 2003 y Décima al filo 2003. Aparece en Confesiones de Circe; poetisas decimistas orientales (2004), el estudio La noche octosilábica (2004), la multimedia La décima espinela (2005), Puente del tiempo (2006) y Catálogo de Ediciones Holguín 1986-2006 (2006). Obra: Como un paisaje del Bosco (2005).

FILIACIÓN

Qué tal si a pesar de todo

llego a las puertas del cielo.

Qué tal si a pesar del velo

Dios me rescata del lodo.

Y qué tal si de otro modo

yo sé lo eterno de mí.

No hubo perdón para ti,

Liliannis, fiera acosada.

Saltaste el puente por nada,

tampoco hay perdón allí.

Y no me encuentro entre tantas

alas nítidas, brillantes.

Sólo sé de los constantes

sacrificios de las santas.

Tú crees, Dios, que me levantas

al rescatarme del lodo

y yo entiendo, de otro modo,

esa eternidad en mí.

Liliannis, voto por ti,

sin salto, a pesar de todo.

MORIR PARA MÍ ES UN PUENTE

A Lili, siempre sobre los puentes

con un estático río,

que no conoce el hastío

y no cambia su corriente.

Que se queda indiferente

y no se convierte en ola

para un alma que se inmola

con un corazón deshecho.

El río sigue en su lecho

y una niña muere sola.

La muerte concierta un día

y me golpea en la cara.

La muerte me desampara

y me deja tan vacía.

Yo de dolor no sabía,

dolor sin lágrima y llanto.

de incertidumbre, de espanto,

de rabia, de fortaleza.

Y aunque yo no salgo ilesa

la muerte no duele.tanto.

La muerte es un desafío

a las ganas de vivir.

Es no volverse a sentir

su abrazo tibio, ¡Qué frío!

Morir sigue siendo un río

absurdo como una casa

deshabitada y escasa

de risas, pasos y gente.

Morir para mí es un puente

donde la vida se atrasa.

Creyeron que era un alarde

o alguna desfachatez,

Si en algún infierno arde

su cuerpo o su alma inocente

sin ángel que me lo cuente

(a Dante no lo he leído),

yo no sé dónde se ha ido.

Morir, para mí es un puente.

LAS DE ABAJO

Estoy harta de nosotras,

las débiles, las de abajo,

las del ovillo, el badajo

de la campana y las otras.

Estoy harta de nosotras,

de burdas imitaciones,

de novelas, de canciones,

de bordados, de sonrisas.

Estoy hasta las cenizas

de mí, de mis rebeliones.

de mis odios inconfesos,

tus engaños más sutiles,

misteriosos y pueriles

besos, abrazos y besos.

Estoy harta de bostezos

de mi madre y de la muerte,

de ser hija, de la suerte,

del perdón y el feminismo,

del rezo y del manierismo,

de ser fuerte y no ser fuerte.

De las amigas y el sueño

estoy catártica, estoy

como vuelo trunco. Voy

a denunciar que no hay dueño

capaz de asirme. No empeño

mas mi palabra cincel,

tantos barcos de papel

no van a ninguna parte

¡Qué importa si hay vida en Marte"!

No voy a vender mi piel.

MARTES

Albita, por la ciudad y las computadoras

La calle es un indefenso

testigo. Sin luces propias;

las aceras son las copias

infieles de un sueño intenso.

La ciudad es el inmenso

fragmento de una novela.

Ni la vida es una escuela

ni tú eres un mal presagio.

La eternidad es un plagio

tan pobre, que no consuela.

Pero el p0olvo me atraganta

cual cósmico remanente,

el polvo es un permanente

recordatorio.

No es tanta

la sed horrible.

Me espanta

no inventarme un artilugio

yo no tengo el subterfugio

de un arca.

Noé no está

y la familia no es ya

más que un ruinoso refugio.

Y si esto fuera París

por algún suceso extraño

en un minuto, en un año

yo sería meretriz

de esas de oculto matiz,

de las que tienen carisma

y moriría en la misma

calle donde vivió Alejo.

Hasta ser sólo el reflejo

nostálgico de mí misma.

Frank Castell González

(Las Tunas, 1976). Poeta y narrador. Licenciado en Español y Literatura. Miembro de la Asociación Hermanos Saiz. Ha obtenido numerosos premios, entre los que sobresalen: Premio A.H.S, Décima Joven de Cuba (1997), Portus Patris, (1998 y 1999), Décimas para el Amor, Décima y Ecología, Beca de Creación Poesía del Sur, Salón Nacional Décima Mural, Mundo Marino (todos en 1999), Primera Mención Concurso Iberoamericano Cucalambé, Premio A.H.S, Concurso Ala Décima, El Misterio de las diez estrellas (todos en el 2000), Toda la Poesía, Gran Premio Poesía del Sur, El dinosaurio, Décima y Ecología, Premio A.H.S Concurso Ala Décima (todos en el 2001), Eduardo Barciela (2002), Gran Premio Concurso de Reseña de la Revista Quehacer (2003), Toda la Poesía, Espinel- Cucalambé, Premio A.H.S Concurso Décima Joven de Cuba, Raúl Gómez García (todos en el 2004), Espinel-Cucalambé (2005), Premio de la Casa Iberoamericana de la Décima Concurso Villazul, Mención IV Concurso Bonaventuriano de Poesía, 300 años de la Fundación de la Universidad de San Buenaventura, V Certamen "Herencia", España (2008). Aparece en Cuerpo sobre cuerpo sobre cuerpo (2000), Los parques (2001), La Estrella de Cuba (2004 y 2005), Antología Cósmica de la Poesía Cubana (Tomo 2) (2002), Antología de la Décima Cósmica de Las Tunas, Cuba (2001).   Fue incluido, además, en la antología Esta cárcel de aire puro, preparada por Waldo González López, el Diccionario de autores de la décima cubana (inédito) y la multimedia La décima espinela (2005). Actualmente se desempeña como director de programas de televisión en el Canal Azul de Puerto Padre. Obra: Oración del suicida (1998), Autorretrato del silencio desde la pupila oscura (1999), El suave ruido de las sombras (2000), Confesiones a la eternidad (2002), Corazón de Barco (2006).

LA DANZA DEL EQUILIBRISTA

 

Y pienso en los más altos campanarios

para un salto mortal serenamente.

Miguel Hernández

Saltas desde tu pasado,

simple como el rostro grácil

y comprendes que no es fácil

la salvación. Vas marcado

por un signo profanado

en el oscuro corcel.

Tu infierno es sólo un papel

donde gritas, y la aurora

es el ojo que le implora

al ángel de voz infiel.

No saltes hermano, ya

la lluvia no te responde.

El infinito se esconde

en tus versos. ¿Quién está

danzando mientras se va

su plegaria como un salto?

¿Quién te redime en lo alto?

¿Sobre qué historia el amor

puede borrar el dolor

de morir sobre el asfalto?

No regresas porque sientes

la soledad de tus aguas,

pero lejos de las fraguas

hay un camino sin puentes.

Los mortales van ausentes

al madero y la inocencia

es un país que se agencia

los límites del absurdo.

Es un final menos burdo

donde está Dios.

Tu presencia

puede descubrir el mapa

que llevamos los mendigos.

Puede hacernos enemigos

de la sombra. ¿Quién se escapa

y contempla la solapa

con todo el gris de tu cielo?

¿Quién redime tanto vuelo

de eternidad y miseria?

Tus ojos son la materia

que salvará nuestro anhelo.

Ángel Escobar, un muro

que nos separa de un raro

estigma, del desamparo

donde el pan es inseguro.

Hoy saltas hacia el futuro.

pero no regresarás

porque ese abismo detrás,

abismo sin escalera,

se llama Madre y te espera,

y te vas solo.te vas.

CARTA DONDE SE NOMBRA LA SOLEDAD

FRENTE A LA VENTANA DE MARYLIN MONROE

Norma Jean:

Soy el ignoto personaje sin historia que apenas tuvo la gloria desnuda sobre una foto. Yo sólo soy un remoto disparo a la soledad. Llevo dentro una heredad para dibujar la inerte sombra que hilvana mi suerte sin nombre, ni eternidad.

Dejo el azul por la voz del tiempo y su pasarela. Hollywood lanza una esquela para esconderte de Dios. ¿En qué diluvio el adiós vuelve a saltar la cordura? ¿En qué ritual se conjura cada golpe del destino? ¿Cómo encontrar tu camino? ¿Cómo ser la sala oscura?

LA SOLEDAD, LA ORILLA

Yo no estoy bajo la sombra

de la verdad intangible,

sueño de rostro imposible

que desde un salmo me nombra.

El otro yo no me asombra.

La fe nunca traicionó.

Nadie sabe, nadie vio

las huellas de mi locura.

Toda verdad es impura

si la impureza soy yo.

Quiero olvidar el ocaso,

la tempestad, la quimera

porque otro rumbo me espera

en la estrechez de un abrazo.

El tiempo es sólo un pedazo

de nostalgia que perdí.

Música donde esgrimí

la suerte más ilusoria.

Para entender la memoria

a veces voy sobre mí.

A veces me lanzo al río

indócil de una mirada,

pero me pierdo en la nada

como la fe en el vacío.

A veces yo desconfío

de la mano que asumí.

Soy invisible y aquí

me pierdo en el ancho muro

con la razón del futuro

para saber que existí.

No importa ser peregrino

cuando la vida es tan breve.

Ni ser un rastro en la nieve

que nos oculta el destino.

Mi verso no fue molino,

ni Quijote, ni encontró

la eternidad de Rimbaud

o el juicio de algún profeta.

Siempre la mar fue su meta.

El verso en mí naufragó.

LEJOS DE DIOS

Ninguna causa salvaguarda un verso.

A nadie un verso la razón despierta.

Tanta grafomanía desconcierta.

Ninguna causa vale tanto esfuerzo.

R.G.

Por escribir me pierdo de la gloria

porque la gloria no me pertenece.

Sólo concibo el mar que no obedece

y sigue siendo el tiempo y la memoria.

Por añorar la luz, tan ilusoria,

estoy lejos de Dios y el Universo.

Por no vender mi canto soy reverso

de una heredad, de un nombre y un país.

Yo no puedo olvidar la cicatriz.

Ninguna causa salvaguarda un verso.

No quise el horizonte, ni la duda.

Tampoco entristecer mi ignota casa.

Mi madre me enseñó que todo pasa

cuando la suerte se marchó desnuda.

Hoy nadie me bendice, nadie ayuda.

Tal vez la lluvia es una luz incierta

y yo un espantapájaros, la puerta

que lo divide todo sin ser cumbre.

Yo no concibo tanta podredumbre.

A nadie un verso la razón despierta.

Entre premonición y lejanía

asisto a la ebriedad del falso muro,

y me estremezco al ver que hay un conjuro

de frente a mi confusa geografía.

Difícil comprender esta agonía.

No es que el destino sea un alma abierta,

ni una pupila insomne, pero muerta

detrás de los misterios y el milagro.

Ya nada importa, a nada me consagro.

Tanta grafomanía desconcierta.

La calle y su dolor indiferente

me hace mirar la vida con tristeza.

¿Será que el mundo esconde su belleza

para obligarme a ser intransigente?

No es necesario el odio si hay un puente

encima de la fe y el canto adverso.

Pudiera ser divino o ser perverso.

Pudiera estar conforme con la vida.

Aunque al final yo gane la partida

Ninguna causa vale tanto esfuerzo.

Elizabeth Álvarez Hernández

(Güines, La Habana, 1976). Graduada de la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual del ISA. Miembro de la UNEAC y de la AHS y del taller de formación literaria Onelio Jorge Cardoso. Ha obtenido: Premio en décima y mención en cuento en el XIX Encuentro-debate Nacional de talleres literarios (1995), Mención Cucalambé (1995 y 1997), Premio Décima Joven de Cuba (1995), Mención Espinel (1995), Aniversario de la Fundación de la Villa de Matanzas, Mención Raúl Gómez García (1999), Mención Oriente en literatura para niños (2001) y Premio Regino Boti (2005). Aparece en: Aguas del ciervo que canta (1996), Surtidor (1997), en el estudio Hombres necios que acusáis (2001). Obra: El cuerpo prometido (2000), Un río junto al espejo (2006).

SIN LA AYUDA DEL ESPEJO

No tengo árbol, ni casa

José Félix León

Emigraron diecisiete

pastores de mi inocencia;

más adentro, convivencia

de escaleras y juguete.

La nostalgia de un casete

donde se rompe el olvido,

algún cantante vencido

por otros labios de moda.

Doliendo mucho la boda

de dos cuerpos sin vestido.

No recuerdo las muñecas

que debieron caminar

por mis manos, devorar

el tiempo de magias secas.

Está poblada con muecas

la memoria: nunca intento

abrir huecos en el viento

y tropezar las raíces.

escondo muñecas grises

donde me nace el recuento.

Yo no quería las fotos,

ni el traje blando, prestado;

sólo vivir de algún lado

con varios fantasmas rotos.

Pero tiraron las fotos

y me pusieron el traje.

Una máscara de encaje

causaba risa a los muertos.

Cuerpos vacíos, inciertos,

disfrutaron el paisaje.

Dentro la edad me camina:

tuve el mundo entre las manos

con unos temores sanos

de extraviarme en la rutina.

Me saludó la neblina

de otra lluvia que fracasa.

En el mundo todo pasa:

hice juegos con mi suerte,

y al cabo de tanta muerte

no tengo árbol ni casa.

EL VIAJE

Crecí con los labios llenos

de fantasmas y torpeza,

una líquida sorpresa

en los párpados ajenos.

Crecí cerca de los truenos

rompiéndome por pedazos

y armando luego mis pasos.

Crecí tan adolescente

que a veces odio a la gente

y me defiendo a zarpazos.

COMO EL RÍO

¿Quién pudiera, como el río

ser fugitivo y eterno..?

Dulce Maria Loynaz

¿Quién pudiera, como el río

ser fugitivo y eterno,

vivir la luz y el invierno,

la inmensidad y el vacío?

¿Quién pasara, como el río

sin el paso detener

que alguien le espera saber

y no importarle la espera?

Como el río, ¿quién pudiera

pasar y nunca volver.?

LOS DESEOS QUE FALTAN

Pienso en las cosas

que pudieron ser y no fueron.

Pienso en los cuerpos hermosos

que me debo todavía,

pienso en toda la energía

que se disuelve en esbozos

de intento.

Suaves retozos

que prefirieron no arder

sino gritar y tener

un lugar en el olvido

para el deseo manido

de ser un árbol, de ser.

SOBRE LA VIDA PROPIA

Kavafis: no puedo hacer

mi propia vida aunque intente.

Como decías, de gente

la tato de proteger.

Pero ¡qué difícil ser

cuando la piel acompaña!

tanto grita, tanto araña

que el mundo en sus farsas hunde

y a veces se me confunde

la vida con una extraña.

Isbel Díaz Torres

(Pinar del Río, 1976). Licenciado en Biología por la Universidad de La Habana en el 2000. Miembro de la Asociación Hermanos Saíz. Ha obtenido Gran Premio Palma Real 2003, Mención Ala Décima 2003, Premio Especial Ala Décima del Concurso Regino Pedroso (2004), Mención Juegos Florales de Montevideo (2004), Mención David (2004), Premio Especial Periódico Juventud Rebelde en el Concurso Ala Décima (2006), Premio Ala Décima (2009). Ha sido jurado del Encuentro-Debate Municipal (La Lisa) en el 2002 y ha participado en varios Talleres Literarios: Poetas de Provincia Habana dirigido por el poeta Juan Carlos Walls, "Salvador Redonet" dirigido por el poeta Doribal Enríquez, Asociación Canaria de Cuba, La Piña Me-cánica dirigido por la AHS provincial, entre otros. Aparece en Juegos Florales (Montevideo, 2004), Habana en blanco y negro (Montevideo, 2004), Bienaventurado el árbol que camina (2007), Otras islas (2008). Obra: Pasaron sombras y otras cosas (1994) y Oboe (2005).

SEIBA

(muerte)

Despliégase el silencio de la seibaentre la noche, cuya luz coronaa la seiba misma, y su pecho adornade silbos tenues. La umbría venera.Es un culto ancestral en que se enredanexequias y celajes misteriosos,un peinarse lento del árbol soloal final del ave y su leve trino,es el verde a la sombra como un hijo,una tabla de pan, de muerte un soplo.

(árbol)

Ha cesado la ofrenda, su caídahacia la tierra, su río ha cesado,se adentra ahora a alimentar al árbolque preside el paisaje en agonía.Ya no hay calor afuera, pero encimatañe en la magia de la brisa un eco,mordiendo el tronco, acariciando el suelosin acceder a la raíz oscura:pide entonces el centro de la lluviaen la seiba romper callado un beso.

(juventud)

Sus ramas las espinas amurallan,el tronco adolescente también duele,primero pez desnudo, espino agreste,después zarza titánica entre zarzas.El verde a la corteza aún se amarray tiñe enamorado las agujas:es vano tanto amor si las alturashabrá de penetrar en pocos añosla seiba voluptuosa que sin manosde espinas y de verdes se desnuda.

(nacimiento)

Una pluma, en allegro se descorre,arranca de la altura un botón tierno,crisálida viajante, justo yerrode niño que albedrío y viento escoge.El éxodo es aquí tan sólo un pobreademán en las nubes vespertinasque acogen al embrión a la deriva,y llévanlo hasta el tiempo y hasta el sitiodonde habrá de emerger, si hay cielo limpio,la savia congelada en la semilla.

PEDRO JUAN MEDINA DOMINGUEZ

(Trinidad, Sancti Spíritus, 1976). Poeta. Ha obtenido Premio Décima Joven de Cuba, Segundo Premio Ala Décima y mención en el concurso nacional de glosas Canto alrededor del punto (2005). Aparece en Que caí bajo la noche (2003) y Un canto de mis ojos nace (2006). Obra: Techo infinito (2006).

TRAVESÍA

He visto a mi madre erguirse

sobre una colina, sola

junto a otro cielo que viola

nuestra sangre; al repetirse

me ha reclamado hasta hundirse

en mi edad, y aunque no puedo

retenerla me concedo

todo el albor donde estalla

su ausencia,

pero ella calla:

no teme enfrentar el miedo.

El crepúsculo, un convite

para hurgar en el silencio

cuando del alba presencio

se desnudez.Precipite

sobre mí, no se marchite

tras la húmeda travesía

que he de empeñar, madre: ¿es mía

la tormenta que me aborda?

Madre salta por la borda,

nunca habrá un próximo día.

BALADA DEL INÚTIL AGUACERO

Lluvia, hoy no te siento,

hoy no eres más que agua.

M.A. Swann

No lloverá aunque te espero

junto al sitio donde nombras

-tímida- un páramo y sombras

confusas del aguacero.

Mi sed –un despeñadero

diluviado pena a pena-

supo que alguien envenena

la hojarasca, y una nube

vio pasar mientras sostuve

la gota que me es ajena.

Vuelves, llovizna tu grave

tardanza bajo algún cielo,

no reconozco el desvelo

en los párpados de un ave

cuyo vuelo apenas sabe

hallar otra brizna; mojas

este paraguas, enojas

al polvo en ocultas sedes

y la humedad con que puedes

acariciarme deshojas.

E el páramo se abruma

la tempestad y mi estiaje

regresa al holgado traje

que su memoria consuma.

Se extingue el cielo en la espuma

del charco que prometiste

saltar conmigo; cuán triste

diluvio es mi desenfreno,

si en la cumbre de tu seno

la lluvia tampoco existe.

VUELO INCONSCIENTE

Mientras reto la inocencia

que anhelan quebrar mis brazos,

te desgajas en pedazos

de volátil resistencia.

La clave de tu demencia

transcribo.

Me pierdo,

expones

con féminas tentaciones

el pecado, se abalanza

mi injuria y su lengua alcanza

la cumbre de tus pezones.

Me sacudes el escombro

de otros molinos.. Tu lago

ventral invoco en un trago

infinito, desde el hombro

te deslizas al asombro

de mi ombligo. Se violenta

mi lujuriosa tormenta

sobre tu entraña mestiza,

mientras acudo a la misa

del candor en tu osamenta.

Desnudo tu subconsciente,

labran sus dedos mi espalda.

Bajo el calor de tu falda

me icinero, burlo un puente.

El pudor vuela inocente

tras un grito.

Mi entropía

despeja la cobardía

que atrinchera tu cintura,

y cabalgas, sin montura

sobre mi erecta manía.

BALADA PARA UN REY EN DETRIMENTO

Morir nos cura el espanto

de estar vivos.

R.G.

Murió el rey donde el palacio

vive de espaldas al luto.

La muerte es un absoluto

despertar. No queda espacio

para lágrimas. Despacio

la bóveda se aproxima

a Su Majestad y un clima

fúnebre nubla la corte.

(Morir es sólo un recorte.)

La tumba se abre y lo anima.

Una migaja de gleba

observó con duda al siervo,

ante la sed hay un cuervo

sembrado. Pone a prueba

su lealtad: tal vez él deba

servirle a ese extraño hasta

la muerte en toda subasta

que se exhiba.

El soberano

reconoce que fue en vano

su bondad y se malgasta.

Camina hacia una callada

tempestad, bosteza un pulcro

atardecer. Del sepulcro

y el cielo no queda nada

que recordar. En la espada

brilla otro puño, un cadalso

se levanta ¿es que tan falso

fue vivir? Desde su trunca

gloria el rey sabe que nunca

hubo un trono tan descalzo.

PEDRO SE ARREPIENTE

Ronel González y José Luis Serrano

Señor, temo que la duda

me obligue a tirar sus redes.

Urge el verbo. Ya no puedes

huir del alba que suda

como una monja desnuda

sobre tu cuerpo. Tropieza

mi sombra con la promesa

rendida, y surge un abismo

ante Dios: le egoísmo

de la cruz me lo confiesa.

¿es la impaciencia ese arcano

padecer? Mi voz emana

un mordisco en su manzana.

(No duermo, pero es en vano).

¿Nadie negó este mundano

semblante? ¿Dónde se queja

al viento? ¿Tras una reja

cuánta lasitud le advierte?

¿Debo dudar de la suerte

que el amanecer nos deja?

Nada protege su oscura

fatiga, despacio un vino

se vierte en el peregrino

que soy.

Regresas,

supura

la lealtad de quien le apura

sufrir, el beso me mira

frente a tu rostro y la ira

se ha disfrazado, nos cubre

cuando la noche descubre

que Jerusalén delira.

Señor, el alba secuestra

mi silencio. Frente al Sumo

Sacerdote inhalo el humo

del odio. ¿Alguien nos muestra

su desconcierto ante nuestra

oración? ¿Vibra un huraño

destino desde el tamaño

de esas dudas? ¿Quién te empotra.?

Perdón, Jesús, que soy otra

oveja de tu rebaño.

YUNIOR FELIPE FIGUEROA

(Central Antonio Maceo, Cacocum, Holguín, 1977). Poeta y promotor cultural. Miem-bro de la AHS y de la Escuela Holguinera de la Décima. Ha obtenido los Premios Buscando Nuevas Voces de la Poesía Holguinera (1997), Cucalambé 1999 y de la Décima Escrita en la Fiesta de la Cultura Iberoamericana 2003. Es autor de la selec-ción poética La meta es el olvido (2002), donde recoge obras de autores nacidos en el municipio de Cacocum. Aparece en Mar por medio (1998), La meta es el olvido, Antología de la décima cósmica de Holguín (2003), en el estudio La noche octosilábica (2004), la multimedia La décima espinela (2005), Puente del tiempo (2006) y Catálogo de Ediciones Holguín. 1986-2006 (2006), así como en el disco Un lugar para la poesía (1986-2006). Obra: Con esta leve oscilación del péndulo (2000), El difícil color de la inocencia (2004), Escritos demenciales (2005), Alucinaciones de la espera (2009).

ESTOY

Estoy cansado de antiguas

huellas que heredé, del mismo

deambular sobre el abismo

de esperanzas tan exiguas.

Estoy cansado de ambiguas

verdades que el mundo cuece,

de lo que sin ser parece;

de lo que siendo confunde.

Yo no quiero que me inunde

el dolor cuando atraviese.

Me asfixian tantas mordazas

de angustia, los descaminos

la incertidumbre, los trinos

del terror, las amenazas

desde el cielo, las escasas

posibilidades de

trascendencia. Yo no sé.

Yo pregunto y nadie sabe,

pero asesinan el ave

silenciosa de mi fe.

Y todo pasa, transcurre

normal, sereno ,apacible.

Ninguna fuga es posible

mientras el siglo se escurre.

Esta comedia me aburre.

Estoy mudo, confundido.

Cruzar siempre inadvertido

me complace como un reto.

Este tiempo es un boleto

seguro rumbo al olvido.

TROVAS PROFANAS

¿Por quién doblan las campanas?

¿Por la ciudad, por el miedo,

por las aguas, por el ruedo

de silencio en las ventanas

o por las trovas profanas

que ensaya este peregrino?

¿Por quién doblan? No adivino

Alguien que arranque esta duda,

alguien que rápido acuda

para trazar un camino

y nos lleve hacia la lumbre

del futuro y nos conduzca

incendiando la negruzca

soledad y nos alumbre.

¿Doblan por la incertidumbre

o por mi casa vacía

ahogándome todavía

con sus fantasmas adentro?

¿Doblan porque yo me encuentro

anclado en el gris del día

o por Dios y por la muerte

y la vida y el cuchillo.

Por el gastado estribillo

donde voy a deshacerte

tristeza? ¿O es que la suerte

es un pretexto que nos

mantiene en este feroz

deambular de las miradas?

¿O doblan por las espadas

que me atraviesan la voz?

POSIBLE ROSTRO DE OTRA MARGARITA

Con permiso de Bulgakov

Ahora que está cayendo

la noche como una espada

sé que regresas en cada

grito de la noche. Entiendo

que sin ti me estoy hundiendo

en la demencia. Deshago

la nostalgia mientras vago

sobre el humo en que agonizo

y en el fondo me deslizo

desde mi copa en un trago.

Nada lo impide, ni el coro

de silencio donde canto

una canción contra el manto

negro que me envuelve. Ignoro

la respuesta. ¿Acaso lloro

sin saber qué dios profana

la esperanza que nos sana

estas heridas? Te invento

mientras llenas con el viento

la ausencia de mi ventana.

Pero dentro la promesa

de encontrarte se dibuja

cuando la leve burbuja

del recuerdo me atraviesa.

Ahora yo soy quien reza

en esta cruz donde busco

tu silueta que reduzco

en los ojos al sonido

de mi reloj detenido

por un silencio tan brusco.

Y no lo impide ni el fuego

ni la ciega telaraña

donde tu risa me engaña,

ni el pasado que no llego

a violentar, ni este ruego,

ni Dios ni la cruenta nieve,

ni la coartada más breve,

ni el encierro donde dudo

y soy un cuerpo desnudo

sobre el que la muerte llueve.

Y la muerte nos separa.

Huye de mí, murarte, huye

en el vino que diluye

tu sexo (la fruta rara

que aquel árbol nos dejara

para morir). No descanse

mi muerte, deja que dance

lejos, a solas, conmigo,

y no seas mi testigo

cuando la muerte me alcance.

Huye. Pero no te alejes

demasiado en la maldita

sombra que otra vez nos grita

la soledad. No me dejes

este miedo que destejes

en tu inocencia. Lejana

huyes de la noche. y mudo

rompo tu cuerpo desnudo

de un golpe tras la ventana.

CRISTALERÍA

Somos frágiles (o nada)

como en la cristalería.

Cualquier golpe nos podría

hacer dudar. Hay en cada

paso una ira callada,

un no decir donde pierdo

mi facultad de ser cuerdo

a veces. Somos los frágiles

fantasmas que cruzan ágiles

por la niebla del recuerdo.

Como en la cristalería

despacio se nos sitúa

entre el dolor y la púa

que desangra cada día.

Se prosigue en la porfía

del ser – no ser. ¿Pero cuando

la duda irá abandonando

nuestras voces? Nadie sabe

por qué en el pecho no cabe

el sueño que va quedando

HAY QUE PARECER

Hay que parecer confiable

en esta empresa: la vida.

Cada mano decidida

a sumarse a la inefable

voz. Hay que ser reciclable,

pasivo, animal sonriente;

sagaz (nunca impertinente)

llegar (pero solo al borde)

y repetir el acorde

repetido anteriormente.

Agradecer la propina

que Dios nos da cuando asiste.

No parecer perro triste,

mal hablado, en una esquina.

Por esta cuerda tan fina

atravesar sin caerse,

caminar y no volverse

en contra de los espejos.

Estar cerca – pero – lejos

de la luz y no perderse.

Atrás. Cada plaza o calle

donde eres desconocido

poco o menos que el olvido

se vuelve, solo un detalle

con el temor de que falle

la ensoñación. Todavía

todo gira, desvaría.

La verdad se pierde lejos.

Vivo un país de reflejos

como en la cristalería.

NO SOY QUIEN TOCA

Quisiera ser optimista

ante el caos, dar mis ojos

cómplices de los cerrojos

que trazan para que exista.

No puedo llamar conquista

al espacio reducido

donde no sé si he perdido

el ritmo de los acordes

o si golpeo los bordes

más cercanos del olvido.

Llevaré de puerta en puerta

diferente melodía

en la constante porfía

esgrimiendo la más cierta

de mis máscaras. Alerta

ante la infinita lucha.

No soy Gunter Grass, es mucha

la nostalgia que desboca

mi mente. No soy quien toca

un tambor que nadie escucha.

BAJO LA CARPA

Absurdo creer que fuimos

infalibles ante el tedio

cuando el dolor fue el remedio

que sin saber elegimos

para olvidar que bebimos

de la espera, su regusto

amargo nos deja el susto

del azorado animal

que aguarda el golpe final

siempre en el límite justo.

Nos hiere la desconfianza

aunque se ofrecen los ojos,

la voz, las manos, despojos

de un naufragio de esperanza.

El miedo clava su lanza

en el centro de la herida.

Uno quiere huir, olvida

la niebla del pesimismo,

pero sigue siendo el mismo

bajo la carpa zurcida.

REVELACIONES FINALES

No soy de los que abandonan

tantos lugares comunes.

No estoy entre los inmunes

dioses o los que traicionan.

Ya conmigo no funcionan

plazos ni prohibiciones.

No soy el que las acciones

enérgicas ejecuta

para maldecir la fruta

después de las recepciones.

Es cierto que sufro como

un animal que se apreste

a esperar que el siglo muestre

de la luz algún asomo.

Es cierto que a solas tomo

la copa de amargo vino

que heredamos. No hay un trino

del porvenir más seguro.

La encrucijada y el muro

nunca muestran el camino.

Es cierto, hay puertas cerradas

que no se abren a mi paso

y la pobreza es un trazo

de angustia en las alambradas

que puso el cielo, pedradas

lanzadas por pecadores

ocultan los estertores

de la sumisión. Es cierto

que a veces no encuentro un puerto

donde anclar viejos rencores.

Pero abandonar, jamás,

el cuarto en sombras, la esquina

donde, espina tras espina,

crucificamos la paz

interior. Dejar atrás

lo que somos, lo que ansío,

soportar el aire frío

de la nostalgia, la historia

detenida en la memoria

de algún retrato vacío.

Dolería cada huella

en los objetos, la sombra

de la distancia que nombra

el dictamen con que sella

su rastro el odio, la mella

en la voz cuando prosigo.

Dolería ser testigo

sabiendo que no se alcanza

equilibrio en la balanza

si no existe un enemigo.

Soy imperfecto, soy parte

habitual de la jauría

que le ladra al cielo día

y noche. Conozco el arte

de resistir. No descarte

nadie el terror. No soy Cristo

aunque en silencio resisto

corona de espinas, cruz

de otro tiempo. Voy con sus

hondas heridas, existo.

Fantasmagórico, irreal,

por las dudas consumido,

con el peso del olvido

amenazante al final.

Ya no refleja el cristal

el presente ¿Quién pudiera

borrar de alguna manera

entre tantas frustraciones

estas alucinaciones

inconclusas de la espera?

Kiuder Yero Torres

(Santiago de Cuba, 1977). Poeta. Miembro de la AHS. Graduado de Ingeniería Mecánica en la Universidad de Holguín. Ha obtenido Beca de Creación Sigifredo Álvarez Conesa 2005 otorgada por el Centro Nacional de Casas de Cultura, Segundo Premio Corcel de Fuego 2006, Segundo Premio Modesto San Gil 2006; Mención La Casa Tomada 2007; Premio Célida Cortina en el Ala Décima 2007; Premio Juan Marinello 2007. Obra: Toda la sombra (2008).

Tiempo es ya que yo despierte

de mi letargo profundo.

J. C. Nápoles Fajardo

Tiempo es ya que yo despierte

en la paz de lo imprevisto.

Tengo una verdad: existo

en esta balada inerte.

Sin más miradas divierte

andar cómplice en el mundo.

Como un feliz vagabundo

entre mentiras escondo

al silencio que respondo

de mi letargo profundo.

CUANDO EL TIEMPO SE HACE CERO

Todos parten todos llegan

de algún lejano convite.

El tiempo toma desquite

en los puertos que me niegan

confesar la sed. ¿Nos ciegan

nuestras razas? Sombra rota

sobre una calle remota

que ciega las ilusiones.

El tiempo y los eslabones

cuando la edad no se agota

un golpe ultraja certero.

¿Quién está afuera y desnudo?

¿Quién desata el simple nudo?

¿Quiénes se atreven primero?

Nuestro tiempo se hace cero

y sólo queda el perdón.

Sin ardid de salvación

en busca del inocente

la cordura simplemente

ha perdido la razón.

TUS MANOS

A Leano y Silia.

A José y Altagracia.

Que Dios guarde sus memorias.

Tejes la miseria redes

sacrílegas de temores

tus manos grises de amores

cuelgan fotos en paredes

sin pintura. Retrocedes

sin el miedo de un abrazo

a la vida paso a paso

a la misteriosa sed.

Tejes y crece la red

de ancianidad y de ocaso.

No queda ya quien comprenda

la esperanza de la edad

de las sombras parquedad

en la quebrantada ofrenda

como prohibida leyenda

de súbito nos llegaban

usuales carnes trataban

de remover todos esos

navíos cargados de rezos

que muertes leves zarpaban.

Tejes la imagen que alumbra

un mundo de exactitud

a la blanca plenitud

que conquista la penumbra

cuando el alma nos encumbra

en el final que presume

de tiempo y piel de perfume

trastocado en cada giro.

Tejes ramas de un suspiro

en la memoria que asume

la realidad del asombro

en sueños abandonados.

Con los fantasmas anclados

en tus ojosllevas mi hombro

con los años al escombro

que la vida no disuelve

con la fe donde se vuelve

temerosa la silueta.

La luz es reto una treta

de la muerte y nos absuelve.

ANGEL

Temo volverme un ángel subversivo

que rechace las puertas del convento.

R. G.

Ángel sin alas fecundas

zozobrando en cada paso.

Reglamenta el mismo trazo

para caídas profundas.

Con las antorchas rotundas

enciende las mansedumbres

por encima de las cumbres

y congela las pisadas

ocultas en las miradas

que lamentan las costumbres.

Ángel cuánto me laceras

en esta nube de puentes

en caravanas silentes

por calles de las afueras.

Temo a las burlas certeras

que rasgan tu falsedad.

Voz en dulce claridad

al denunciar el asombro.

La esperanza con que nombro

incierta la eternidad.

Ángel en siglos de lienzos

dibujando otro perfil.

Sin tiempo juega el alfil

en los crepúsculos densos.

Apunta con arcos tensos

y dispara a los instintos

de los rebaños extintos.

(Llega la muerte este junio)

Los parques del infortunio

se nos vuelven laberintos.

MENSAJES PARA LOS DÍAS SIN SUERTE

A Yury.

Mujer: sirve la comida

y calla nuestro secreto.

El mundo sigue indiscreto

en los asuntos de vida

o muerte.

Abre una salida

de fe con tus propias manos.

Omite los frutos vanos

al calor de las cenizas.

No me hagas al mundo trizas.

Recuerda: "Somos humanos"

II

Mujer: ¡la comida.! y calla

tu cotidiano prejuicio.

La felicidad no es vicio

lascivo que el hombre ensaya

es simplemente una raya

por cruzar. Busca la ruta

con la pasión absoluta

de otros años. Un instante

puede ser menos triunfante

que una oración diminuta.

III

Mujer: ¿la comida? Prueba

servir la flor del destino.

La sombra viene en camino

y, al final, no sé si deba

inculpar al que renueva

la melancolía. Notas

oscuras. Tus alas rotas

no vuelan sobre lo triste.

Cruza los dedos. Insiste.

Y no admitas más derrotas.

IV

¡Sírvenos, mujer! Diluye

el discurso sin futuro.

Intenta saltar el muro

de los espejismos. Huye.

En un desastre y concluye

el asunto existencial.

Dios puede ser inmortal

y conjurarnos partícula.

La vida no es tan ridícula.

Avanza por la espiral.

Jorge Luis Peña Reyes

(Puerto Padre, Las Tunas, 1977). Poeta, narrador, escritor para niños. Licenciado en Educación. Profesor adjunto de la Universidad y Periodista de la Emisora Radio Libertad. Puerto Padre. Miembro de la AHS y del grupo Espinel-Cucalambé. Ha obtenido, entre otros los siguientes premios: Décimas para el amor (1998), Décimas a mi Ciudad (1998), Décima y Ecología (1998 y 2001), Tercer Premio Ala décima (2001), Cultura Comunitaria en Ala Décima (2002), de la A.H.S Décima Joven de Cuba (2002), Regino Boti (2003), Mundo Marino (2004), Primera Mención Ismaelillo de la UNEAC (2004), Canto Alrededor del Punto (2005), Abril 2005, Décima joven de Cuba (2006), Villa Azul (2007). Ha resultado, además, Primera mención Concur-so Iberoamericano Cucalambé (2000), Mención Cucalambé (2003), Finalista en el concurso de Relatos Constantí (España, 2005). Aparece en: Árbol de rimas (2000), Antología de da Décima Cósmica de las Tunas (2001), Los Parques (2002), en la multimedia La décima espinela (2005) y en el Diccionario de autores de la décima cubana (inédito). Fue incluido, además, en la antología Esta cárcel de aire puro, preparada por el poeta Waldo González López. Obra: Avisos de bosque adentro (2003), Donde el jején puso el huevo (2004 y 2008), La Corona del Rey (2005), ¿Oíste hablar del miedo? (2007), Las doce migajas (2007).

PREGUNTAS DE WERTHER

Dale las pistolas. Y al muchacho:

Dígale que le deseo buen viaje.

Goethe

¿Quién no tiene un perro oscuro

al dorso de la sonrisa

si desgarró su camisa

al saltar su propio muro?

¿Quién resucita al futuro

de un gesto, cuando el abismo

descarga sobre sí mismo

una sombra insospechable?

¿Quién no se juzga culpable

al borde del cataclismo?

¿Quién no estalla irresoluto

el cielo con un disparo

y promulga el desamparo

en sus adentros? ¿Qué luto

desconoce el absoluto

bullicio de la apariencia?

¿Quién no arranca su inocencia

al conocer de lo eterno

y se disfraza de infierno

hasta volar su existencia?

Partes: 1, 2, 3
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