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Inmigración a la Argentina: Españoles (hasta 1975) (página 6)


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Enrique Méndez Calzada incluye, entre los personajes de su "Cuento de Navidad", a un ordenanza, "el leal Lavandeira", quien "extrajo de su vieja maleta de inmigrante un haz de folletines amarillecidos ya por el tiempo y corcusidos con hilo negro en su margen izquierdo, a guisa de doméstica encuadernación. Se trataba, según pude observar, de El judío errante, pacientemente coleccionado, y recortado de las hojas de El Heraldo de Madrid, periódico que publicó en folletín esa lata inmortal hace cosa de doce o catorce años" (3).

En "La Casa Cerrada 1807", de Manuel Mujica Láinez, el protagonista escribe una carta a un sacerdote, en la que manifiesta: "La circunstancia de haber nacido en Orense, aunque mis padres me trajeron a Buenos Aires cuando empezaba a caminar, hizo que después de la primera invasión inglesa me incorporara al Tercio de Galicia. Intervine con esas fuerzas en acontecimientos que ahora, tantos años después, su osadía torna mitológicos" (4).

"Juan José Saer, en "Verde y negro", cuento incluido en Unidad de lugar, Saer escribe: "Eran como la una y media de la mañana, en pleno enero, y como el Gallego cierra el café a la una en punto, sea invierno o verano, yo me iba para mi casa, con las manos metidas en los bolsillos del pantalón, caminando despacio y silbando bajito bajo los árboles. Era sábado y al otro día no laburaba" (5).

En "El mundo, una vieja caja de música que tiene que cantar", Héctor Tizón presenta un cura gallego: "El cura comienza a pasearse despaciosamente por el salón. Está pensativo, cabizbajo y dice por ahí (sólo el Capataz y el Turco pueden escucharlo, los otros no están en este momento) aludiendo quizás a su pobreza: -Me ha tocado una parroquia estéril como una mula. Y poblada de locos" (6).

En "El Antonio", cuento incluido en La manifestación, Jorge Asís escribe: "Cómo no recordarlo, cómo olvidar los picados en las calles, y de la gallega neurótica que no daba la pelota cuando caía en su casa, o la devolvía cortada, y los piedrazos que caían de noche en su techo de chapa" (7).

A un personaje de Marta Lynch, "una rabia sorda, tan feroz como sus oscuros orígenes de india y de gallego la espantó de la prefabricada donde José dormía su mona cotidiana" (8).

Cuando "Doña Conce", la gallega del cuento de Jorge Dietsch, ve que se acerca su fin, pide sus zapatos, "e incorporándose en la cama, comenzó a bailar. Bailaba para adentro, se veía en la mirada y la sonrisa, con una gracia joven y movimientos que debían ser de tal agilidad que en la habitación entró un viento fresco de montañas, con olores de campo y de menta. Tarareaba al mismo tiempo una música tan extraña y bella que quienes escuchaban, a pesar de la gravedad de las circunstancias, no pudieron evitar acompañarla con movimientos de pies. Luego, agotada de tanta danza, apoyó la cabeza en la almohada, respiró profundo varias veces, y cerró los ojos sin dejar la sonrisa, como soñando un buen sueño" (9).

Elsa Gervasi de Pérez es la autora de "Carta a Galicia" (10), texto que mereció una Mención en el Certamen que el Rotary Club de Ramos Mejía organizó en el año 1994. Así empieza la carta: "Meus quiridos pai y miña nai Lorenzos. Y les dijo Lorenzos quirido pai prablar poco ya que usté y miña nai se llaman ijual y no es cosa dandar ripitiendo dos veces los nombres dustedes. Les escribo para dicirles que hemos llejado bien a la Arjintina. Nos acompañó la soerte a la Paca y a mí y a nuestra rapaza la Paquita".

El protagonista de "Esperanza", de Santiago Korovsky, "Con la gente del conventillo se había ido encariñando, había cinco polacos, una pareja de gallegos, una pareja de judíos con un hijo, tres italianos y dos alemanes. Era gente humilde, cariñosa, generosa y solidaria. Algunos habían probado suerte como él, pero, también, habían perdido" (11).

En "Los amigos", escribe Natalia Kohen, acerca de su personaje José Manolo Pérez Ortigueiras: "También Pepe consiguió su media naranja, pero no por medio de la agencia, que le parecía onerosa. Se había propuesto no gastar una sola peseta (como diría su padre) en este trámite, ni al contado, ni en cuotas. Recordó la época en que de adolescente había sido repartidor de ‘Al pan crocante’. En una de las casas adonde llevaba diariamente pan y facturas, trabajaba Amparito, una galleguita recién llegada –de un lugar de Galicia que nadie pudo encontrar jamás en el mapa- donde ella había sido la reina de las romerías" (12).

Escribì mi cuento "Volver a Galicia", basàndome en una anécdota familiar. Acerca de esta mujer, digo: "Hasta que no lograra pisar esa tierra, nada tendría valor para ella, porque le faltaba su punto de partida, el origen que la había llevado a ser quien era" (13).

En "Un cielo para el gallego" (14), evoco los últimos días de mi abuelo materno. El cuento fue distinguido con una Mención Especial en el Concurso de Literatura convocado por el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Capital Federal, en noviembre de 1999. Integraron el Jurado María Angélica Bosco, Eduardo Gudiño Kieffer y Jorge Masciángioli.

Antonio González, nacido en Lugo en marzo de 1890, protagoniza "El regreso del indiano" (15), cuento en el que inventé para mi abuelo paterno una vida más feliz que la que realmente tuvo. Este cuento fue distinguido con una Mención del Jurado en el Concurso de Literatura convocado por el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Capital Federal, en noviembre de 1999. Integraron el Jurado María Angélica Bosco, Eduardo Gudiño Kieffer y Jorge Masciángioli.

En "La aventura olvidada de Sandokan", María Rosa Lojo escribe acerca de la relación entre Sandokan y una inmigrante gallega, en Buenos Aires: "Ninguno, tampoco, sentía ni hacía sentir de tal manera el dolor de la patria distante. En nada se asemejaban las intrincadas selvas de Borneo, el húmedo árbol del pan y el gigantesco sicomoro, a las sobrias castiñeiras y los ásperos pinares de los montes gallegos. (…) Pero la nostalgia por lo amado y lo perdido era la misma" (16).

En "El residente", de Teresa C. Freda, aparece una gallega, "pobre y santa enfermera, medio bruta pero buenaza" (17).

"El Orensano" protagoniza "Se abrió el cielo", de Jorge Alberto Reale. El inmigrante "es de Orense el pueblo de la chispa y los dulces arpegios. Enjuto, desdentado, recóndito. El pobre está un poco arqueado, su cara afilada, parece disecarse. Nadie sabe si tiene familia. Cuando se lo indaga, dice con orgullo: -Soy descendiente de Rosalía de Castro-, más aún, afirma, ser de cuna noble, dijéramos de escudos y blasones, no solamente porque se lo crea buena persona. Dice de paso y por lo bajo: -Ser bueno no quiere decir ser inofensivo, la bondad sin talento no vale nada. Y así va, así viene y así pasa con su anticuada armadura, entre esmeriles y calderones. Es todo uno con algo de músico y filósofo trashumante" (18).

En "El sueño de Dyusepo", de Luis León, se hace referencia a un inmigrante que tenía un horno en el fondo de su casa; "Un antiguo horno de ladrillos, lleno de pequeñas puertas de hierro ya oxidadas, donde un gallego muerto al llegar el siglo, hacía pan para vender" (19).

Notas

  1. Estrada, Santiago: "El convite de Barrientos", en Varios autores: 20 relatos argentinos. 1838-1887. Selección y prólogo de Antonio Pagés Larraya. Ilustraciones en colores de Horacio Butler. Buenos Aires, Eudeba, 1969.
  1. Guerrero Estrella, Guillermo: "Departamento para familias", en R. J. Payró, J. C. Dávalos, R. Mariani y otros: El cuento argentino 1900-1930 antología. Sel. y pról. de Eduardo Romano, notas de Alberto Ascione.Buenos Aires, CEAL, 1980. (Capítulo).
  2. Méndez Calzada, Enrique: "Cuento de Navidad", en R. J. Payró, J. C. Dávalos, R. Mariani y otros: El cuento argentino 1900-1930 antología. Sel. y pról. de Eduardo Romano, notas de Alberto Ascione. Buenos Aires, CEAL, 1980. (Capítulo).
  3. Mujica Láinez, Manuel: "La casa cerrada 1807", en Misteriosa Buenos Aires. Buenos Aires, Sudamericana, 1977. Séptima Edición. (Colección Piragua). Pp. 184-5.
  4. Saer, Juan José: "Verde y negro", en J. J. Hernández, H. Tizón, Isidoro Blaisten y otros: El cuento argentino 1959-1970** antología. Selección, prólogo y notas del Seminario Crítica Literaria Raúl Scalabrini Ortiz. Buenos Aires, CEAL, 1981. (Capítulo).
  5. Tizón, Héctor: ""El mundo, una vieja caja de música que tiene que cantar", en J. J. Hernández, H. Tizón, Isidoro Blaisten y otros: El cuento argentino 1959-1970** antología. Selección, prólogo y notas del Seminario Crítica Literaria Raúl Scalabrini Ortiz. Buenos Aires, CEAL, 1981. (Capítulo).
  6. Asís, Jorge: "El Antonio", en A. Castillo, D. Sáenz, H. Conti y otros: El cuento argentino 1959-1970* antología. Seminario Crítica Literaria Raúl Scalabrini Ortiz (sel., pról. y notas). Buenos Aires, CEAL, 1981. (Capítulo).
  7. Lynch, Marta: "Entierro de Carnaval", en Los cuentos tristes. Buenos Aires, CEAL, 1967. Pág. 129.
  8. Dietsch, Jorge: "Doña Conce o la despedida", en El Tiempo, Azul, 14 de marzo de 1999.
  9. Gervasi de Pérez, Elsa: "Carta a Galicia", en Rotary Club de Ramos Mejía. Comité de Cultura. Buenos Aires, 1994.
  10. Korovsky, Santiago: "Esperanza", en "Bienvenidos al Concurso Literario 1997", El Jardín de la Esquina / Aequalis.
  11. Kohen, Natalia: "Los amigos", en Todas las máscaras. Buenos Aires, Temas, 1997.
  12. González Rouco, María: "Volver a Galicia", en El Tiempo, Azul, 27 de diciembre de 1998.
  13. González Rouco, María: "Un cielo para el gallego", en Josefina en el retrato. Buenos Aires, el grillo, 1998.
  14. González Rouco, María: "El regreso del indiano", en El Tiempo, Azul, 16 de enero de 2005.
  15. Lojo, María Rosa: "La aventura olvidada de Sandokan". Publicado en la revista SIBILA, 12, Revista de Arte, Música y Literatura, Sevilla, Abril 2003, pp. 43-47.
  16. Freda, Teresa C.: "El residente", en El Tiempo, Azul, 26 de junio de 2002.
  17. Reale, Jorge Alberto: "Se abrió el cielo", en el grillo, N° 36, Noviembre-Diciembre 2003.
  18. León, Luis: "El sueño de Dyusepo", en León, Luis et al.: Rostros de una identidad. Relatos premiados del Concurso Internacional de Cuentos de Temática Judía. Buenos Aires, Editorial Milá, 2004. 96 pp.

Madrileños

En "Invocaciones a la dama del espejo", de María Rosa Lojo, un personaje escribe sobre su madre: "Erase una vez una reina, venida de un lejano país a otro caído en el extremo del mundo, casi allí donde empiezan los grandes hielos. Era orgullosa y nostálgica, y la devoraba el temor secreto de haber perdido su rostro verdadero. Para eso se miraba todos los días en el gran espejo de su cuarto regio, para reconocerse. En realidad –desdichada reina-, ella nunca supo cuál era ese rostro suyo buscado y preservado y lo que con tanto afán perseguía, lo quiso en vano" (1).

Notas

1 Lojo, María Rosa: "Invocaciones a la dama del espejo", en el grillo, N° 41, Julio-Agosto de 2005.

Vascos

En "La pesquisa" (1), de Paul Groussac, aparece una sirvienta vasca. La mujer es descripta por el empleado de correo: "joven aún, vestida como sirvienta y de aspecto extranjero, había retirado una carta, exhibiendo un pasaporte español a su mismo nombre".

En "El Hombrecito" (2), escribe Benito Lynch: "A fuerza de transpirado y jadeante, Bustingorri casi no habla, y recuerda, por su aspecto, a un gran buey cansino y sudoroso volviendo del trabajo".

En "Una conversación interesante", de Conrado Nalé Roxlo, uno de los personajes se refiere a un turco que se va a casar, y afirma que un vasco piensa frustrar ese matrimonio: "creo que se le va a aguar la fiesta porque el vasco Indurrimendi se ha enterado de que Flores es casado en Turquía y, como usted sabe que tienen rivalidad por los negocios, ha dado parte al comisario y al registro civil y hasta creo que les ha mandado el pasaje a las esposas turcas del turco para que se presenten el día del casamiento y armen un escándalo. Si vienen todas va a ser divertido" (3).

En "Hotel Comercio", Bernardo Kordon presenta un comerciante vasco: "Efraín Gutiérrez, el dueño de ‘El Vasquito’ " (4).

En "Los trotadores", de Elías Carpena, dice uno de los personajes: "-¡Mire, patrón: de los troteadores que ahí, en la Coronel Roca, corrieron el domingo, ni los que corrieron antes, le hacen ninguna mella… : ni siquiera el del vasco Estévez, que ganó sobrándose por el tiro largo, ni el de la cochería Tarulla, que ganó con el oscuro a la paleta! ¡Usted tiene el oro y lo confunde con el cobre!" (5).

Es vasco un personaje de "Mundo, mundo" (6), de Cristina Siscar.

En "La fotografía", Celia Matilde Caballero relata que un vasco logra ingresar a la foto en la que estaban su esposa y sus hijos (7).

En la provincia de Buenos Aires se afinca el protagonista de un cuento de Arturo M. García: "Don Javier Echegaray y Tarragona, oriundo de San Sebastián en el país vasco y como su nación, fuerte de temperamento, férrea voluntad, constante en el trabajo y perseverante en sus ideas había llegado a la Argentina a los doce años con unas ansias inconmensurables de hacerse la América. Recaló en Buenos Aires, pero la ciudad que crecía no le brindaba muchas ilusiones y esperanzas, eran los resabios de la generación del 80 con su crisis económica, financiera y social y Javier evocando las praderas vascuences y las montañas pirenaicas, solo, se exilió de nuevo. Viajaba como linyera en trenes de carga hacia el Sur, comenzó a admirar las extensas pampas, se asombraba contemplando la cantidad de ganado pastando a la vera de los rieles del ferrocarril, asentándose por fin como peón en las regiones de Pigüé, Coronel Suárez y Saavedra. Trabajó mucho y fuerte, ahorró dinero y junto con las pocas pesetas que le mandaban los tíos desde la patria, fue haciendo un capital que le permitió comprar primero unas pocas hectáreas, luego más terrenos, una granja después y por fin una estancia en la zona de Tornquist" (8).

Arturo M. García relata, en "Ella eligió así", lo sucedido a Raquel Amanda Olascoaga, hija de vascos tomada cautiva por Biguá, con quien pidió contraer matrimonio cristiano, rehusando volver a la sociedad. Cuando la llevaron los indios, ella era una "mujer de treinta años de edad, dama de recio temple y extraordinaria hermosura, hija única de un matrimonio de origen vasco, que después de haber habitado muchos años en el Río de la Plata, donde cosecharon una ingente fortuna a través de negocios de importación de bebidas espirituosas, traídas de Europa, se volvieron a su país natal, dejando a su hija ya madura, al frente de sus casas en Buenos Aires y Montevideo" (9).

Notas

  1. Groussac, Paul: "La pesquisa", en H. Bustos Domecq, A. Pérez Zelaschi y otros: El cuento policial. Selecc. de Jorge Lafforgue y Jorge B. Rivera. Buenos Aires, CEAL, 1981. (Capítulo).
  2. Lynch, Benito: "El hombrecito", en Lynch, Benito: Cuentos. Selección, prólogo y notas por Ana Bruzzone. Buenos Aires, CEAL, 1980. (Capítulo, vol. 70).
  3. Chamico (Conrado Nalé Roxlo): El muerto profesional. Buenos Aires, CEAL, 1980. (Capítulo).
  4. Kordon, Bernardo: "Hotel Comercio", en R. Arlt, J. L. Borges y otros: El cuento argentino 1930-1959*** antología. Selección y prólogo de Eduardo Romano, notas de Marta Bustos. Buenos Aires, CEAL, 1981. (Capítulo).
  5. Carpena, Elías: Los trotadores. Buenos Aires, Huemul, 1973.
  6. Siscar, Cristina: "Mundo, mundo", en Reescrito en la bruma. Buenos Aires, Per Abbat, 1987.
  7. Caballero, Celia Matilde: "La fotografía", en Fantasía y amor. Buenos Aires, Ediciones Arlequín de San Telmo, 1998.
  8. García, Arturo: "El cóctel", en el grillo N° 22. Buenos Aires, 1999.
  9. García, Arturo M.: "Ella eligió así", en el grillo, Suplemento: Gabinete de Letras y Arte El tema es la libertad, N° 18, 2004.

Sin mención de origen

En "La pesquisa" (1), de Paul Groussac, aparece un español que había logrado un buen pasar: "La señora de C., viuda de un comerciante español, después de liquidar la sucesión había colocado en diferentes bancos el importe de su modesta fortuna, para retirarse a aquella casita-quinta de su propiedad".

Ante la posibilidad de que su hija se case con un cristiano, dice a la joven el protagonista de "Mate amargo", de Samuel Glusberg: "-Es imposible. No se van a entender. En la primera pelea –y son inevitables las primeras peleas- él a manera de insulto, te llamará judía, y tú le gritarás cabeza de goi. Y puede que hasta se burle de cómo tu padre dice ‘noive’… él, que ha oído decir siempre al suyo: ‘Madriz’ " (2).

En "El hombre de la radio a transistores", cuento incluido en El yugo y la marcha, Andrés Rivera relata que al restorán Aguila llegó El Español: "A las ocho menos cuarto de la noche de ese martes se levantaron las persianas del restorán; se prendieron las luces; llameó, pálida, la pantalla del televisor. A la ocho y media llegó El Español. Era fuerte y alto, la nuca rapada en una cabeza pequeña; los ojos verdes, estrechos, jóvenes. La piel del rostro, quemada por el sol, tenía un color rojizo, vestía overall y saco, camisa de algodón, oscura, boina y borceguíes. Saludó a Pichón y a otros amigos desparramados por el local, y se sentó cerca del mostrador" (3).

En "Historia de José Montilla", Fernando Sorrentino da vida a un tendero inmigrante: "don José Montilla era, pues, un próspero comerciante español. No era panadero, no era almacenero, no atendía una casa de comidas: queden esos menesteres para los compatriotas de Galicia. En donde mostró escasa originalidad fue en el nombre que eligió para su tienda: Al Caballero Elegante. Aunque en realidad no sé si lo eligió don José o el comercio ya se llamaba así antes de que él lo comprara. Era un local profundo y ancho: brillaban las largas maderas de los pisos y brillaban las olorosas maderas de los cajones y de las estanterías, y brillaban los metales de manijas y llaves y esquineros, y brillaban los cristales y los espejos. «Todo para el caballero elegante»: medias, ropa interior, camisas, corbatas, trajes, sobretodos, sombreros, cinturones, tiradores, billeteras" (4).

Para conjurar la nostalgia, algunos inmigrantes traen de su tierra algo que les resulta especialmente querido: un retrato, un mantón, fotos… O el olivo que la española plantó en el fondo de su casa, en el cuento "Don Paulino", de Marita Minellono (5).

En "El encuentro", de Jonatan Gastón Nakache, encontramos un mozo español. (6).

El protagonista de "La foto", de Alicia Pombar de Tourón, es un descendiente de hispanos: "Se llamaba Juan Carlos, era argentino, porteño, y había nacido en Versalles (…) Era nieto de inmigrantes españoles, agricultores por parte paterna, que buscaron alejar a sus hijos mayores de la guerra, y dejaron sus campos soñando volver. Su padre, uno de los menores, no compartía ese sueño. Había hecho de Argentina su patria y, pese a que desde los catorce años tuvo que empezar a trabajar para ayudar a sus padres, se convirtió en un autodidacta, esforzado por inculcar en sus hijos el apego por el estudio" (7).

Notas

  1. Groussac, Paul: "La pesquisa", en H. Bustos Domecq, A. Pérez Zelaschi y otros: El cuento policial. Selección, Jorge Lafforgue y Jorge B. Rivera. Buenos Aires, CEAL, 1981. (Capítulo).
  2. Glusber, Samuel ("Enrique Espinoza"): "Mate amargo", en La levita gris. Cuentos judíos de ambiente porteño. Buenos Aires, BABEL.
  3. Rivera, Andrés: "El hombre de la radio a transistores", en A. Castillo, D. Sáenz, H. Conti y otros: El cuento argentino 1959-1970* antología. Selección, prólogo y notas del Seminario Crítica Literaria Raúl Scalabrini Ortiz. Buenos Aires, CEAL, 1981. (Capítulo).
  4. Sorrentino, Fernando: "Historia de José Montilla", en www.badosa.com.
  5. Minellono, Marita: "Don Paulino", en Reunión. Buenos Aires, Corregidor.
  6. Nakache, Jonatan Gastón: "El encuentro", en Escritura Joven III Concurso Literario para Jóvenes "Clara Kliksberg". Buenos Aires, Milá.
  7. Pombar de Tourón, Alicia: "La foto", en el grillo, Suplemento: Gabinete de Letras y Arte El tema es la libertad, N° 18, 2004.

Españoles y otros

El protagonista de "Unisex", de Francisco Montes expresa: "Yo, Tufic Farjat Gurruchaga (hijo de libanés y catalana) funcionario municipal de la noble San Luis de la Punta de los Dos Venados, mercedino de nacimiento, categoría 22 en el escalafón municipal, con tres años de filosofía (que no me sirven para nada) y tres de francés en la Alianza Francesa (que de algo me sirven ahora), tomé la excursión a Europa con mi mujer y dos parientes, antes de jubilarme y quedar anclado por secula seculorun" (1).

Notas

  1. Montes, Francisco: "Unisex", en Unisex. Buenos Aires, Bruguera.

En cuentos infantiles y juveniles

Catalanes

Había catalanes entre los personajes de "No hagan olas", de Elsa Bornemann: "En aquel conventillo de Buenos Aires, cercano al puerto y donde vivían hace muchos años, los inquilinos argentinos tenían la costumbre de poner apodos a los extranjeros que –también- alquilaban alguna pieza allí. No eran nada originales los motes, y errados la mayoría de las veces, ya que –para inventarlos- se basaban en el supuesto país o región de procedencia de cada uno. Tan supuesto que –así, por ejemplo- don José era llamado ‘el Ruso’, aunque hubiera nacido en Ucrania… A Sabadell, Berenguer y sus esposas les decían ‘los gallegos’, si bien habían llegado de Barcelona sin siquiera pisar Galicia… Apodaban ‘los turcos’ al matrimonio de sirilibaneses; ‘los tanos’, a la pareja de jóvenes italianos de Piamonte que jamás habían conocido Nápoles e –invariablemente- ‘el Chino’, a cualquier japonés que diera en fijar allí su transitorio domicilio. Sin embargo, podríamos deducir un poco más de conocimientos geográficos, de información y hasta cierto trabajo imaginativo por parte de aquellos pensionistas argentinos, de acuerdo con los sobrenombres que les habían adjudicado a la dueña de la casona y a su hijo. Ambos eran griegos. Por lo tanto ‘la Homera’ y ‘el Homerito’, en clara alusión al autor de La Ilíada y La Odisea, el genial Homero. Por supuesto, a todas las criaturas que habitaban esa construcción tipo ‘chorizo’ (cuartos en hilera, cocina y bañitos ídem, abiertos a ambos lados de un patio), los `rebautizaban’ con los mismos motes que sus padres, sólo que en diminutivo" (1).

Notas

  1. Bornemann, Elsa: No hagan olas (Segundo pavotario ilustrado. 12 cuentos). Ilustraciones: O´Kif. Buenos Aires, Alfaguara, 1998.

Gallegos

Elena Guimil es la autora de "Mi búho" (1), uno de los seis relatos del Premio La Nación 1999 de Cuento Infantil. En ese relato, la escritora recuerda la oportunidad en que su padre, "un gallego fornido" le trajo un pichón. Acerca del texto premiado, afirma la autora: "Este cuento nació en un momento muy especial de mi vida, donde los recuerdos de la niñez se hacen vívidos, provocados por un hecho sutil: encontrarme de frente con los grandes ojos amarillos de un pichón de lechucita, parado en un alambre de un camino de tierra rumbo a un campo".

Notas

  1. Guimil, Elena: "Mi búho", en El desafío. Buenos Aires, Sudamericana, 2000.

En poesía

Andaluces

En su poema "En el patio", Evaristo Carriego elogia a una inmigrante de este origen:

Me gusta verte así, bajo la parra,

resguardada del sol de mediodía,

risueñamente audaz, gentil, bizarra,

como una evocación de Andalucía.

Con olor a salud en tu belleza,

que envuelves en exóticos vestidos,

roja de clavelones la cabeza

y leyendo novelas de bandidos.

Notas

  1. Carriego, Evaristo: "En el patio", fragmento incluido en Wolf, Ema (texto) y Patriarca, Cristina (investigación): La gran inmigración. Ilustraciones de Daniel Rabanal. Buenos Aires, Sudamericana, 1997. Sexta edición. 226 páginas. (Sudamericana Joven Ensayo). Pág- 53.

Cántabros

A su abuela española canta Baldomero Fernández Moreno, en "Inicial de oro":

"Nací, hermanos, en esta dulce tierra argentina,

pero el primer recuerdo nítido de mi infancia

es éste: una mañana de oro y de neblina,

un camino muy blanco y una calesa rancia.

Luego un portal oscuro de caduca arrogancia

y una abuelita toda temblona y pueblerina,

que me deja en la cara una agreste fragancia

y me dice: -¡El mi nieto, que caruca más fina!-

Y me llenó las manos de castañas y nueces,

el alma de leyendas, el corazón de preces,

y los labios recientes de un divino parlar.

Un parlar montañés de viejecita bruja

que narra una conseja mientras mueve la aguja.

El mismo que ennoblece, hermanos, mi cantar (1).

El poeta y ensayista César Fernández Moreno es el autor del poema "Argentino hasta la muerte", en el que se refiere a su condición de descendiente de españoles:

a buenos aires la fundaron dos veces

a mí me fundaron dieciséis

ustedes han visto cuántos tatarabuelos tiene uno

yo acuso siete españoles seis criollos y tres franceses

el partido termina así

combinado hispanoargentino 13 franceses 3

suerte que los franceses en principe son franceses

si no que haría yo tan español (2).

Notas

  1. Fernández Moreno, Baldomero: "Inicial de oro", en Cantan los pueblos americanos. Selección de Germán Berdiales; ilustraciones de David Cohen. Buenos Aires, Ediciones Peuser, 1957.
  2. Fernández Moreno, César: "Argentino hasta la muerte", en L. Lugones, B. Fernández Moreno, R. Molinari y otros: La poesía argentina. Antología, prólogo y notas por Alberto M. Perrone. Buenos Aires, CEAL, 1979. (Capítulo).

Castellanos

En "Regreso", Rubén Benítez canta a su madre española:

Nuestra madre,

la pobre exclamaría

Has vuelto muy cambiado

como si fueras otro.

Jamás serás el mismo

que se ha ido.

Naciste con silencio

de abismo

en tu costado

y cuando te mecía

velaba ya en tu piel la indiferencia.

Tu cuna ya era un barco

de mares demorados

y de ausencias.

Pobre madre,

portaba en su mirada

distante y abatida

la luz del desencanto

triste flor de su tierra prometida (1).

Notas

  1. Benítez, Rubén: "Regreso", en La Nueva Provincia, Bahía Blanca, 3 de septiembre de 1998.

Gallegos

Federico García Lorca es el autor de la Cantiga do neno da tenda (1), que dice así:

Bos Aires ten unha gaita

Sobro do Río da Prata,

Que toca o vento do norde

Coa súa gris boca mollada.

¡Triste Ramón de Sismundi!

Aló, na rúa Esmeralda,

Basoira que te basoira

Polvo d’estantes e caixas.

Ao longo das rúas infindas

Os galegos paseiaban

Soñando un val imposibel

Na verda riba da pampa.

¡Triste Ramón de Sismundi!

Sinteu a muñeira d’ágoa

Mentre sete bois da lúa

Pacían na súa lembranza.

Foise para veira do río,

veira do Río da Prata.

Sauces e cabalos múos

Creban o vidro das ágoas.

Non atopou o xemido

Malencónico da gaita,

Non viu o imenso gaitero

Coa boca frolida d’alas;

Triste Ramón de Sismundi,

Veira do Río da Prata,

Viu na tarde amortecida

Bermello muro de lama.

Dice Vacarezza en un conocido soneto (2):

La escena representa un conventillo.

Personajes: un grébano amarrete,

un gallego que en todo se entromete,

dos guapos, una paica y un vivillo.

En "El espiante" (3), escribe Bartolomé R. Aprile:

Se junaban con bronca las viejabas

-gaitas tolas, cabreras por un cuento-

y se fajaban a lo potro biabas

al lado ‘e la pileta del convento

Una decía: -¡Se le van las tabas

a ese reo por m’hija de contento!-

Otra decía: -¡Se le caen las babas

a esa lora por m’ hijo y le da vento!-

Se fajaban de nuevo: el amasijo

para los ‘cosos’ era espiant’en fija

hacia el nido de amor que cabuliaron.

Y al gritar una: -¡M’hija nos pa su hijo

y la otra: -¡Qué más quisiera su hija!

los chingolos el vuelo levantaron.

Arturo Capdevila escribió su Canto Gallego para rendir "…Homenaje a tantos y tantos gallegos de ejemplares virtudes como cruzaron el Océano para ser fundadores de dignísimas familias en mi patria argentina.". (4).

En el poema "Cuando mi padre habló de su infancia" (5), José González Carbalho enumera las posesiones que el niño inmigrante tenía en Galicia: un río, un monte, un horizonte, su perro y sus canciones. En América, ya nada tiene de eso, y se lamenta:

Ay, el dueño de valles

y misteriosos bosques

por el que andaba yo

mi perro y mis canciones.

Mis canciones que vuelven

sólo para que llore.

Mi perro ya olvidado

de obedecer al nombre.

Yo, que perdí mis cielos,

¡y soy tan pobre!.

Francisco Luis Bernárdez llora a su madre gallega (6):

Nuestras pequeñas bicicletas iban por aquella carretera de España.

Detrás quedaba Carballino, con sus casas envueltas por la madrugada.

Dejando mi corazón mucho más a obscuras, el amanecer despuntaba.

¿Era posible que pudiera venir, como todos los días, la mañana?

El silencio de mis hermanos era el eco de la soledad de sus almas.

Yo sentía sobre mis hombros algo parecido al peso de una montaña.

El paisaje abría los ojos como si no se hubiera enterado de nada.

Nunca olvidaré que en el monte de Corzos había un ruiseñor que cantaba.

Al llegar a Dacón oímos el nombre querido en la voz de la campana.

Mamá y el mundo habían muerto para siempre y sólo aquella voz los lloraba.

En "Tríptico a Galicia" (7), Enrique Urbina García canta la nostalgia del inmigrante de esa región:

Y aquel que por Vigo, apabulló su sombra;

en su misterio –pompas de luna- ocultará olvido

y por las vides de Galicia como raíz sangrante

tendrá su mente endulzando retornos válidos.

(…)

Todo el que con un gallego trata, alcanza

sólo un poco lo que el corazón de ese hombre

desparrama, porque el amor, vive en su España.

Carlos Penelas es el autor del poema "Los trasterrados" (8), que dedica a sus abuelos Pedro Penelas y Tomás Abad. En él dice:

Se ocupaban de las cosas comunes:

del trabajo, del pan, de los hijos.

No expresaron fatiga ni dolor. Morían en silencio.

Llevaban en la sangre

el honor, la palabra, la brisca.

Bebían vino tinto. No reclamaron nada.

Caminaban el tiempo de otro tiempo.

Manuel Castro Cambeiro y Eliseo Mauas Pinto son los autores de Legado Celta. En el poema "Soy el llamado ancestral" (9), incluido en ese libro, expresan:

Son a voz que pradica, incansabele

antre os do meu pobo

lonxe da terra,

a qu’os exhorta

a non anuzar de si mesmos.

"De España" es uno de los tres poemas que presenté en 1995 en el Concurso Literario convocado por el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Buenos Aires, Categoría Familiares de Profesionales. Esos poemas fueron distinguidos con el Segundo Premio, por el Jurado que integraron María Angélica Bosco, Nicolás Cócaro y Eduardo Gudiño Kieffer. Transcribo el fragmento referido a Galicia:

Rosalía, triste,

junto a la ventana,

escribe al amor

de la antigua llama.

Hermosa y doliente,

la tierra gallega,

crece entre sus manos,

libre, sin fronteras.

"El señor Santiago" (10) se titula uno de los poemas de tema gallego de María Rosa Lojo: "Por todos los caminos -te han dicho- se llega a Santiago. Pero las brujas siempre llegan antes, montadas en antiguas escobas de toxo y cubiertas con el sombrero redondo de las campesinas. El Apóstol las espera encaramado en el Pórtico de la Gloria y en la Quintana Dos Mortos, y sentado en el altar mayor y acostado en la urna de su sepultura, y ofrecido como una estatuita de piedra molida en las mesas de recuerdos turísticos, y pintado en las marquesinas de los restaurantes".

En su poema "Madre gallega" (11), Ricardo Ares escribe:

Madre gallega,

Pestañas como arcos de ceniza

Sobre ojos de pájaro en vuelo,

(…)

Noche infinita

encastrada en la singer,

bajo la parra encendida de enero

viajabas a Lugo,

montada en tu infancia

y te perdías…

Notas

  1. García Lorca, Federico: "Cantiga do neno da tenda", en Alposta, Luis: Lorca en lunfardo. Los "Seis poemas galegos" en ediciòn bilingûe. Traducciòn de Luis Alposta. Estudio preliminar de Antonio Pèrez-Prado. Buenos Aires, Corregidor, 1996.
  2. Vacarezza, : "Un sainete en un soneto", en Cantos de la vida y de la tierra. 1944.
  3. Aprile, Bartolomé R.: "El espiante", citado en Páez, Jorge: El conventillo. Buenos Aires, CEAL, 1970.
  4. S/F: en www.superlibro.com.
  5. González Carbalho, José: "Cuando mi padre habló de su infancia", en Requeni, Antonio: Un poeta arxentino en Galicia: González Carbalho. Separata del Boletín Galego de Literatura.
  6. Bernárdez, Francisco Luis: "Poema de las cuatro fechas", en Cielo de tierra. Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1948. Ilustraciones de Horacio Butler.
  7. Urbina García, Eugenio: "Tríptico a Galicia", en La Capital, Mar del Plata, 28 de febrero de 1999.
  8. Penelas, Carlos: "Los trasterrados", en El mirador de Espenuca. Buenos Aires, Torres Agüero Editor, 1995.
  9. Castro, Manuel, y Mauas Pinto, Eliseo: Legado Celta. 1993.
  10. Lojo, María Rosa: "El señor Santiago", en Esperan la mañana verde. Buenos Aires, El Francotirador, 1998.
  11. Ares, Ricardo: "Madre Gallega", en El Barrio Villa Pueyrredón, Año VI, Septiembre 2004, N° 65.

Vascos

En Martín Fierro, de José Hernández, aparece el vasco pulpero:

Se tiró al suelo; al dentrar

le dio un empellón a un vasco

y me alargó un medio frasco

diciendo: «Beba, cuñao».

«Por su hermana», contesté,

«que por la mía no hay cuidao».

Fernando Sorrentino alude al inmigrante, analizando otra cuestión:"¿Cómo debe interpretarse esta magnífica escena literaria, de vividez cinematográfica? La actitud insolente del gaucho, con su entrada ampulosa de meter el caballo hasta casi dentro del boliche, darle un empujón a uno —el consabido vasco pulpero— de los dueños del local, etcétera, sirve de contexto para que la palabra cuñado, que solía tener un matiz afectuoso, se cargue de agresividad" (1).

Leopoldo Lugones, en la "Oda a los ganados y las mieses" (2), canta al vasco:

¡Oh alegre vasco matinal, que hacía

Con su jamelgo hirsuto y con su boina

La entrada del suburbio adormecido

Bajo la aguda escarcha de la aurora!

Repicaba en los tarros abollados

Su eclógico pregón de leche gorda,

Y con su rizo de humo iba la pipa

Temprana, bailándole en la boca,

Mezclada a la quejumbre del zorzico

que gemía una ausencia de zampoñas.

Su cuarta liberal tenía llapa,

Y su mano leal y generosa,

Prorrogaba la cuenta de los pobres

Marcando tarjas en sus puertas toscas.

Notas

  1. Sorrentino, Fernando: "El trujamán Por su hermana»:no confundir una burla con un brindis (II)", Centro Virtual Cervantes, 29 de diciembre de 2004.
  2. Lugones, Leopoldo: "Oda a los ganados y las mieses", en Antología poética. Buenos Aires, Espasa, 1965.

Varios

En su Canto a la Argentina (1), expresa el nicaragüense Rubén Darío:

Hombres de España poliforme,

finos andaluces sonoros,

amantes de zambras y toros,

astures que entre peñascos

aprendisteis a amar a la augusta

Libertad, elásticos vascos

como hechos de antiguas raíces,

raza heroica, raza robusta,

rudos brazos y altas cervices;

hijos de Castilla la noble,

rica de hazañas ancestrales;

firmes gallegos de roble,

catalanes y levantinos

que heredásteis los inmortales

fuegos de hogares latinos;

íberos de la península

que las huellas del paso de Hércules

vísteis en el suelo natal:

¡he aquí la fragante campaña

en donde crear otra España

en la Argentina universal!

Enrique Larreta canta, en "Las criadas y el niño" (2), a las domésticas españolas:

Que otros digan de escuelas y de universidades.

Yo canto el cuarto aquel de plancha y de costura

y sus buenas mujeres. ¡Galicia! ¡Extremadura!

y las que me enseñaban a palmear soledades.

España de las tierras y no de las ciudades.

También las castellanas de grave catadura.

La blanca, la trigueña; la moza, la madura.

De todas las pellejas, de todas las edades.

¡Ay, qué cuentos aquellos! Fablas de romería.

Consejas de la lumbre. ¡Y qué linda manera

de nombrar cada cosa! ¡Cuánta sabiduría!

entre aquellos refajos! Erase que se era

un juglar que les debe toda su nombradía.

Gaita sentimental y sonaja parlera.

En su poema "En el día de la recolección de los frutos" (3), Alfredo Bufano homenajea a la inmigración española:

¡Salud, nietos sin mengua de Francisco Pizarro

y de Ruy Díaz de Vivar;

hijosdalgo de Avila de los Caballeros,

sudorosos hacheros de Ontoria del Pinar,

labriegos de las rudas mesetas castellanas,

pescadores galaicos de las rías y el mar,

hortelanos de Murcia, vascos roblizos, fuertes

extremeños: ¡larga gloria tengáis

todos vosotros, hijos de las viejas Españas,

hombres de eterna y recia y heroica mocedad,

en cuyas venas corre la misma sangre nuestra

y cuyas bocas se abren con nuestro mismo hablar!.

A sus abuelas, inhumadas en tierra americana, canta Ricardo Adúriz (4):

Dulces abuelas trashumadas

desde estos cielos

a aquellos cementerios.

Que vuestros nombres, en medio del océano

de sombra, sajados vivos de la noche larga,

os devuelvan la luz de un tiempo suave

en Freas de Eiras –tierra de Galicia-y en el Madrid de fin de siglo.

Vuestras son estas últimas luciérnagas,

fragmentos puros de un espejo roto,

donde brillan los rostros del olvido.

Leonie J. Fournier (5) evoca a los hispanos en un poema:

La Avenida donde están

Las agencias del lotero,

Los hoteles, los cafés

Donde nunca van de acuerdo

Los que discuten ‘sus cosas’,

andaluces, madrileños

que la Avenida de Mayo

es como la casa de ellos.

Notas

  1. Darío, Rubén: "Canto a la Argentina", en Obras completas. Buenos Aires, Editorial Anaconda, 1949. 347 pp.
  2. Larreta, Enrique: "Las criadas y el niño", en Cantan los pueblos americanos. Selección de Germán Berdiales; ilustraciones de David Cohen. Buenos Aires, Ediciones Peuser, 1957.
  3. Bufano, Alfredo: "En el día de la recolección de los frutos", en Para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino. Buenos Aires, Clarín.
  4. Adúriz, Ricardo: Torre del homenaje. Madrid, Ediciones Cultura Hispánica del Centro Iberoamericano de Cooperación, 1979.
  5. Fournier, Leonie J.: "Mi Argentina", incluido en Wolf, Ema (texto) y Patriarca, Cristina (investigación): La gran inmigración. Ilustraciones de Daniel Rabanal. Buenos Aires, Sudamericana, 1997. Sexta edición. 226 páginas. (Sudamericana Joven Ensayo). Pág. 48.

Españoles y otros

De Leopoldo Díaz es el poema "Tierra prometida" (1), en el que expresa:

¡América! te anuncia el nuevo día

en que el arte y la ciencia te den gloria.

Serás del pensamiento la victoria,

no la victoria de la guerra impía.

La voz del porvenir es la voz mía;

mi palabra augural no es ilusoria;

hecha de luz y lágrimas tu historia

habla en mí con fervor de profecía.

El viejo mundo se desploma y cruje…

El odio, entre la sombra acecha y ruge…

Una angustia mortal tiene la vida…

Y como leve arena que alza el viento,

a ti vendrán el paria y el hambriento

soñando con la Tierra Prometida.

En su poema "En el conventillo" (2), Jevel Katz alude a los españoles.

Mi novia Reizl vive en un conventillo

y en Lavalle, al lado, en pleno centro,

también yo vivo en un conventillo,

siempre ruidoso, como una feria,

gente y más gente.

Cuartitos, cuartitos, cuartitos,

y nunca falta algo de barro.

Hay gente allí de todo el mundo

árabes, españoles, turcos, italianos,

todos apiñados en un mismo patio;

y no faltan judíos de Lituania,

y polacos, y galitzianos.

Cada uno habla allí su propia lengua,

no sea que otro la entienda.

sólo hablan entre sí castellano

cuando se mandan a los antepasados.

Y da gusto cuando empiezan a pelearse

no hay entonces pobres ni ricos,

grandes ni chicos,

entonces están todos igualados.

Al inmigrante canta Carolina de Grinbaum, en "Llegaste" (3):

Barco de peltre, acero o cucurucho,

mole de mundo,

cargado de niñez, hombres y tumbos,

arribaste.

Estrenaste el chocolate,

la delicia de mazorcas tiernas…

Alimentaste sed de tierra,

Abiertas

para manos rocosas,

temples tristes.

En su poema "Inmigrante" (4), Cristina Pizarro evoca la desolación de quien ve frustradas sus expectativas:

Yo era el que no tenía título,

ni un doble apellido,

el que deseaba vivir en un chalet de dos pisos

con jardín

y revestimientos de piedra Mar del Plata.

Era uno de esos

originarios de tierras

devastadas.

Ahora/ soy

este aire ambiguo

este daño

que regresa

y este adiós

menoscabado.

Los agricultores inmigrantes también fueron tema de poesías. En "Ese inmigrante" (5), Virginia Rossi canta:

Se llenaba de espigas

los puños y los brazos

y su paso medía

la soledad del campo.

La nostalgia los embargaba; canta Cristina Assenato en "País de inmigrante" (6):

-porque comimos el pan triste

y la sal quemó ciertas noches

porque tu hijo y el mío

caben en el proyecto del pájaro

y están allí reunidos

en la curva del trigo,

en el signo abierto de la gran ciudad.

Manuel Conde González, pontevedrés que emigró a la Argentina en 1949, es el autor del "Poema al emigrante universal" (7), que comienza con estos versos:

Con el corazón transido

rebosante de ilusión

sale el emigrante un día

a tierras de promisión.

Deja la patria a su espalda

tal vez, su primer amor

la madre queda llorando

el padre con su dolor.

Notas

  1. Díaz, Leopoldo: "Tierra prometida", en Cantan los pueblos americanos. Selección de Germán Berdiales; ilustraciones de David Cohen. Buenos Aires, Ediciones Peuser, 1957.
  2. Katz, Jevel: "En el conventillo", en Weinstein, Ana E. y Toker, Eliahu: "La rama argentina de la literatura ídish, y rama ídish de la liteatura argentina", en Weinstein, Ana E. y Toker, Eliahu: La letra ídish en tierra argentina Bío-bibliografía de sus autores literarios. Buenos Aires, Milá, 2004.
  3. Grinbaum, Carolina de: "Llegaste", en Inmolación. Buenos Aires, el grillo, 2002.
  4. Pizarro, Cristina: en La voz viene de lejos. Buenos Aires, Ayala Palacio, 1996.
  5. Rossi, Virginia: "Ese inmigrante", en Capítulos, Editorial Nueva Generación.
  6. Assenato, Cristina: "Paìs de inmigrante", en El Tiempo, Azul, 21 de febrero de 1999.
  7. Conde González, Manuel: "Poema al emigrante universal", leído en "Gente de buena pasta", Radio Cultura FM 97.9, el 17 de agosto de 2005. 

Partes: 1, , 3, 4, 5, 6

En letras de tango

Gallegos

Alfredo Plácido Navarrine, escribió la letra de "Galleguita" (1), tango de 1925, con música de Horacio Pettorossi:

Galleguita

la divina

la que a la playa argentina

llego una tarde de abril

sin más prendas

ni tesoros

que tus bellos ojos moros

y tu cuerpo tan gentil.

Siendo buena

eras honrada

pero no te valió nada

que otras cayeron igual.

Eras linda galleguita

y tras la primera cita

fuiste a parar a Pigall.

"Un gallego" (2), tango con música de H. Fréderic y letra de Armando Tagini, evoca al inmigrante de ese origen:

América fue la tierra qu'él

soñó conquistar con su labor…

Y un día de otoño

en Buenos Aires desembarcó.

El rubio metal, bella ilusión,

llenaba de fe todo su ser.

Lo vieron pasar, rumbo al taller,

la lluvia invernal… el día de sol.

Notas

1 Navarrine, A. y Petorossi, H.: "Galleguita", citado por Gustavo Cirigliano, en El Tiempo.

2 Tagini, Armando: "Un gallego", en www.todotango.com.

En canciones

El protagonista de una canción (1) de Alberto Cortez conoció Galicia cumpliendo la promesa que hiciera a su abuelo:

El abuelo un día

cuando era muy joven

allá en su Galicia,

miró el horizonte

y pensó que otra senda

tal vez existía.

Y al viento del norte

que era un viejo amigo,

le habló de su prisa,

le mostró sus manos

que mansas y fuertes,

estaban vacías,

y el viento le dijo:

"Construye tu vida

detrás de los mares,

allende Galicia".

Notas

1 Cortez, Alberto (letra y música): "El abuelo", en www.albertocortez.com.

En teatro

Andaluces

En Los políticos, "sainete cómico-lírico en un acto y tres cuadros, en prosa y verso", escrito por Nemesio Trejo, con música de Antonio Reynoso, aparece un barbero andaluz que canta: "Con el vito vito vito/ con el vito vito va/ no me haga usted cosquillas/ que me pongo colorá". El se identifica como "Benito Pérez y Ciudad Real, barbero, soltero, extranjero, con tres años de residencia en el país" (1).

En Bohemia criolla (2), de Enrique de María, aparecen un Andaluz que canta "San José fue carpintero,/ según la historia lo anuncia…/ y por eso es que los Pepes…/ (no hay regla sin excepción)/ y por eso es que los Pepes/ ¡suelen ser unos virutas!…".

Notas

  1. Trejo, Nemesio: Los políticos en Sánchez, Trejo, Pacheco, Discépolo, Dragún: Canillita y otras obras. Selección, prólogo y notas por Jorge Lafforgue. Buenos Aires, CEAL, 1980. (Capítulo).
  2. María, Enrique de: Bohemia criolla, en Varios autores: El teatro argentino. 6.El sainete. Prólogo de Abel Posadas; selección y notas por Marta Speroni y Griselda Vignolo. Buenos Aires, CEAL, 1980. (Capítulo).

Catalanes

En Canillita, de Florencio Sánchez, aparece un mercero catalán, que pregona su mercadería: "¡Toallas, peinetas, jabones, cinta de hilera, agujas, camisetas, botones de hueso, carreteles de hilo, madapolán, pañueletas! (…) Pañueletas, calzoncillos, alfileres, festones, sombreros de paja, servilletas, libros de misa. (…) Libros de misa, esponjas, corbatas, cortes de vestido, tarjetas postales, jabón…" (1).

Notas

  1. Sánchez, Florencio: Canillita, en Sánchez, Trejo, Pacheco, Discépolo, Dragún: Canillita y otras obras. Selección, prólogo y notas por Jorge Lafforgue. Buenos Aires, CEAL, 1980. (Capítulo).

Gallegos

En Los políticos, "sainete cómico-lírico en un acto y tres cuadros, en prosa y verso", escrito por Nemesio Trejo, con música de Antonio Reynoso, aparece un almacenero gallego que pregunta a un vasco por qué le está cobrando cinco centavos más por litro (1).

En Bohemia criolla (2), de Enrique de María, aparecen gallegos. Uno de ellos es José, que dice: "Métase uno a hacer servicius…/ Pur defender a esos pobres/ amigus de Pata Blanca,/ que para mí son unos jóvenes/ buenos… vamos… como el pan/ mi mujer me mata a golpe…".

"¡Al campo!, de Nicolás Granada (1840-1915), se estrena en el Teatro Apolo el 26 de setiembre de 1902, tras del éxito obtenido por La piedra del escándalo, de Martín Coronado. La animación de ¡Al campo! está a cargo de Lea Conti (Gilberta), Herminia Mancini (Dolores), María C. De Muez (doña Fortunata), Pablo Podestá (quien con 27 años interpreta a don Indalecio, de 58), José J. Podestá (Gabriel), Ubaldo Torterolo (don Timoteo), Antonio Podestá (Fernández), Pepito Petray (Palemón), etc" (3).

En esa pieza aparece Santiago, un criado gallego. El autor lo hace hablar en esta forma: "Este señor prejunta por las señoras. (…) –Usted dispense; un lu sabía. Que no estaban en casa, esu sí; pero que estuvieran en el monte… Si usted quiere que se lu dija…" (4).

En ¡Jettatore!, de Gregorio de Laferrere, aparece Benito, un criado gallego, de Pontevedra. El inmigrante tiene muy pocas luces, y vive en una "pocilga de conventillo" (5).

Escrita por Florencio Sánchez, "En familia sube por primera vez al escenario del Teatro Apolo, el 6 de octubre de 1905, animada por la Compañía Podestá Hermanos" (6).

Uno de los personajes de esa pieza confiesa: "Todavía no me doy cuenta de cómo he podido amoldarme a semejante vida. Con decirte que yo, tu madre, que fue siempre una mujer de orden y delicada, ha llegado hasta robarle a una pobre gallega sirvienta… (…) Hasta robarle, sí señor; hasta robarle a una pobre mujer los ahorros que me había confiado" (7).

En Los primeros fríos, de Alberto Novión, uno de los actores expresa: "-Ahora me voy a conversar con una mucamita que trabaja en la Legación de España, es galleguita y sin primo, ¿se da cuenta?" (8).

En La comparsa se despide, escribe Vacarezza: "Un patio de conventillo,/ un italiano encargao/, un yoyega retobao,/ una percanta, un vivillo,/ un chamuyo, una pasión,/ choque, celos, discusión,/ desafío, puñalada,/ aspamento, disparada,/ auxilio, cana… telón" (9).

En Volvió una noche, de Eduardo Rovner, "Fanny hará todos los cambios posibles en su personalidad y sus convicciones, de modo que su transformación interior la lleve al amor y unión con su hijo, quien se casará con una ‘gallega’ " (10).

Un personaje de Lejos de aquí, de Roberto Cossa y Mauricio Kartun, de vuelta en España, dice a un argentino: "¿Cómo te creés que la pasé yo en tu tierra? Trabajaba en un bar dieciocho horas por día… ¡Dos turnos! Sirviendo a tus argentinos… soberbios… maleducados, ¡coño! ¡Dieciocho horas por día! Sin sueldo. Sólo por las propinas y la comida. Dormía en el sótano con una escoba en la mano para espantar las ratas… Treinta años juntando plata… ¡plata y odio! ¿Entendés lo que es eso? ¡Treinta años juntando plata y odio! ¿De qué solidaridad me hablás?" (11).

En 2002, se estrena Temperley. "Con una crítica excelente por parte de varios medios, la obra de Luciano Suardi y Alejandro Tantanian, denominada Temperley, está por estos días en cartel en el Teatro Sarmiento. La pieza se basa en las experiencias de Amparo, una gallega que encuentra en nuestra ciudad un sitio ideal para sus sueños, aunque las penurias lleguen de todas maneras. Destacan el clima general de la obra, con un logro especial en materia de escenografía y sonido" (12).

"Anónima y en apariencia tan impersonal como una estación en la que los trenes descargan pasajeros, cambian de vías y vuelven a salir siempre rumbo al sur. Así es T. C., una mujer de casi 90 años que llegó de España a los 17, pasó por el Hotel de los Inmigrantes, se casó con un muchacho bueno y trabajador y armó su casita con un jardín que serviría de cobijo a su descendencia.

Allí, en Temperley, por supuesto. Ahora, su vida es una obra de teatro. Un espectáculo en el que T.C. –ahora rebautizada como Amparo– resulta un paradigma de su generación, la de los inmigrantes que llegaron en busca de sus sueños de progreso. Aquellos que dos generaciones más tarde ven a sus nietos escapar de estas tierras que fueron cobijo y que ahora resultan demasiado ásperas." (13).

Notas

  1. Trejo, Nemesio: Los políticos en Sánchez, Trejo, Pacheco, Discépolo, Dragún: Canillita y otras obras. Selección, prólogo y notas por Jorge Lafforgue. Buenos Aires, CEAL, 1980. (Capítulo).
  2. María, Enrique de: Bohemia criolla, en Varios autores: El teatro argentino. 6.El sainete. Prólogo de Abel Posadas; selección y notas por Marta Speroni y Griselda Vignolo. Buenos Aires, CEAL, 1980. (Capítulo).
  3. Ordaz, Luis: en Granada, Nicolás: ¡Al campo!, en Varios autores: El teatro argentino 3.Afirmación de la escena nativa. Selección, prólogo y notas por Luis Ordaz. Buenos Aires, CEAL, 1980. (Capítulo).
  4. Granada, Nicolás: ¡Al campo!, en Varios autores: El teatro argentino 3.Afirmación de la escena nativa. Selección, prólogo y notas por Luis Ordaz. Buenos Aires, CEAL, 1980. (Capítulo).
  5. Laferrere, Gregorio de : ¡Jettatore!. Buenos Aires, CEAL, 1968.
  6. Ordaz, Luis: en Sánchez, Florencio: En familia, en El teatro argentino 4.Florencio Sánchez. Selección, prólogo y notas por Luis Ordaz. Buenos Aires, CEAL, 1980. (Capítulo).
  7. Sánchez, Florencio: En familia, en El teatro argentino 4.Florencio Sánchez. Selección, prólogo y notas por Luis Ordaz.Buenos Aires, CEAL, 1980. (Capítulo).
  8. Novión, Alberto: Los primeros fríos, en Varios autores: El teatro argentino. 6.El sainete. Prólogo de Abel Posadas; selección y notas por Marta Speroni y Griselda Vignolo. Buenos Aires, CEAL, 1980.
  9. Vacarezza: La comparsa se despide. Citado en Páez, Jorge: El conventillo. Buenos Aires, CEAL, 1970.
  10. Holte, Matilde Raquel: Teatro Contemporáneo Judeoargentino Una perspectiva feminista bíblica. Buenos Aires, Milá, 2004. (Ensayos).
  11. Cossa, Roberto y Kartun, Mauricio: Lejos de aquí, en Teatro 5. Buenos Aires, Ediciones de la Flor, 1999.
  12. S/F: "Artes y espectáculos", en www.temperleyweb.com.ar, agosto de 2002.
  13. S/F: "Para entendidos", en www.gcba.gov.ar.

Madrileños

En Babilonia, de Armando Discépolo, aparecen varios criados españoles. La mucama madrileña "es limpia, espumosa en su tualé de mucama, bella. Se sienta ante su puerta en silla baja y mirándose a un espejo de mano canturrea algo de su tierra, su cintura y sus muslos inquietos" (1).

Notas

  1. Discépolo, Armando: Babilonia. Una hora entre criados. En Sánchez, Trejo, Pacheco, Discépolo, Dragún: Canillita y otras obras. Selección, prólogo y notas por Jorge Lafforgue. Buenos Aires, CEAL, 1980. (Capítulo).

Vascos

Solané (1), de Francisco F. Fernández, fue escrita en 1872, y se refiere a la Masacre de Tandil, de la que pudo salvarse Ramón Santmarina. Escribe Angela Blanco Amores de Pagella: "El protagonista de esta obra es Jerónimo Solané, un chileno hijo de una araucana y un francés, que existió en la realidad y que llegó a los pagos de Tandil con fama de curandero. El asunto se refiere a un hecho real: el asesinato de un comerciante de Tandil fue atribuido injustamente a Solané (…) Solané fue preso, pero no se le pudo probar nada. Entonces fue muerto a través de los hierros de la ventana de la prisión" (2).

Un vasco creado por Carlos Mauricio Pacheco para su "sainete lírico-dramático en un acto" titulado Los disfrazados dice, por ejemplo: "¿Y no manya ni medio?", "No vaya a ser cosa que se retobe el grévano…" y "Me han hecho ráir…qué infeliz el gringo este…" (3).

De Nemesio Trejo, con música de Antonio Reynoso, es el "sainete cómico-lírico en un acto y tres cuadros, en prosa y verso" que se titula Los políticos. En él, aparece un vasco que habla dificultosamente castellano, quien dice que tuvo que aumentar el precio de la leche "Porque el Municipalidad hacerme comprar tapos de lata. Si yo casas intendente verá que tapos poner; ¡gran siete!". Y canta "Agurneré biotreco/ amacho maitiá/ laiste recorri conaiz/ consola saítea" (4).

En Bohemia criolla, de Enrique de María aparece un personaje con esta indumentaria: "Román, sentado sobre un cajón, tiene una libreta en la que figura escribir, viste gorra de vasco, un saco viejo y un diario (La Prensa) colocado como chiripá de mantilla, en vez de pantalones". En otra escena, aparecen "Un gallego, un Vasco, un Andaluz, un Criollo y Coro de hombres. Traen guitarra, acordeón, bandurria, etc., etc."; el vasco canta: "¡Ay, ay, ay! Mutilá…/ ¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja!/ ¡Qué lindo es lo que sigue/ en lengua es h’aldurriá!/ ¡Ay!… ¡Ay… ay… mutilá/ chapela gurriá!…" y finaliza gritando "¡Aurrerá nescacha polita!" (5).

Alberto Novión es el autor de El vasco de Olavarría (6), comedia en tres actos presentada en el Politeama. El inmigrante siente nostalgia; dice la hija: "papá, a pesar de que ya está viejo y que ha formado en esta tierra su hogar, su fortuna, su tranquilidad; viera Ud. cuántas veces lo he sorprendido cantando bajito los aires de su tierra natal, y cuántos suspiros, mensajeros de muchos besos, han ido desde sus labios hasta sus montañas, para morir en los muros de su casa, allá en la aldea de la falda".

Notas

  1. Fernández, Francisco F.: Solané, en Blanco Amores de Pagella, Angela: Iniciadores del teatro argentino. Buenos Aires, Ediciones Culturales Argentinas, 1972.
  2. Blanco Amores de Pagella, Angela: Iniciadores del teatro argentino. Buenos Aires, Ediciones Culturales Argentinas, 1972.
  3. Pacheco, Carlos Mauricio: Los disfrazados, en Sánchez, Trejo, Pacheco, Discépolo, Dragún: Canillita y otras obras. Selección, prólogo y notas por Jorge Lafforgue. Buenos Aires, CEAL, 1980. (Capítulo).
  4. Trejo, Nemesio: Los políticos en Sánchez, Trejo, Pacheco, Discépolo, Dragún: Canillita y otras obras. Selección, prólogo y notas por Jorge Lafforgue. Buenos Aires, CEAL, 1980. (Capítulo).
  5. María, Enrique de: Bohemia criolla, en Varios autores: El teatro argentino. 6.El sainete. Prólogo de Abel Posadas; selección y notas por Marta Speroni y Griselda Vignolo. Buenos Aires, CEAL, 1980. (Capítulo).
  6. Novión, Alberto: El vasco de Olavarría. En La Escena Revista Teatral N° 99. Buenos Aires, 1920.

Sin mención de origen

Doña Pilar es una inmigrante española casada con un italiano, ambos personajes de Pájaro de barro, de Samuel Eichelbaum. La inmigrante opina acerca de las mujeres argentinas: "En este país, las mujeres jóvenes no trabajáis. Eso está mal. En mi tierra… En mi tierra, cuando las mujeres tienen tu edad, las ponen a trabajar en los olivares…" (1).

Notas

  1. Eichelbaum, Samuel: Pájaro de barro. En El teatro argentino 10.Samuel Eichelbaum Selección, prólogo y notas por Luis Ordaz. Buenos Aires, CEAL, 1980. (Capítulo).

Españoles y otros

"En Mustafá, sainete que Armando Discépolo y Rafael José De Rosa escriben en colaboración, y estrenan en 1921, don Gaetano (tano típico del género) se entusiasma ante la fusión, la ‘mescolanza’, que se logra en las bulliciosas casas de vecindad porteñas" (1), en las que también viven españoles: "E lo lindo ese que en medio de esto batifondo nel conventillo todo ese armonía, todo se entiéndano: ruso co japonese; francese con tedesco; italiano co africano; gallego co marrueco. ¿A qué parte del mondo se entiéndono como acá: catalane co españole, andaluce co madrileño, napoletano co genovese, romañolo co calabrese? A nenguna parte. Este e no paraíso. Ese ne jauja. ¡Ne queremo todo! (2).

Notas

  1. Ordaz, Luis: "Armando Discépolo o el ‘grotesco criollo’ ", en Historia de la Literatura Argentina. Buenos Aires, CEAL, 1980. (Capítulo).
  2. Discépolo, Armando y De Rosa, Rafael: Mustafá. Citado en Páez, Jorge: El conventillo. Buenos Aires, CEAL, 1970.

En cine

Algunos cineastas evocaron la inmigración española que llegó a tierra americana. en filmes en los que se evoca esa etapa de nuestro pasado y se pone al alcance del público testimonios de quienes protagonizaron un fenómeno social que dejó indelebles huellas.

Gallegos

Así es la vida, realizada por Francisco Mugica en 1939, proviene de una obra teatral de Nicolás de las Llanderas. Claudio España señala que en ese film, "con Enrique Muiño y Elías Alippi, el sainete pervive sólo en dos amigos de la familia, un gallego y el italiano –los de afuera; los de casa son porteños. Por su peso, gana forma la comedia familiar, apoyada en el sentido aglutinador de la mesa del comedor, blanca en extremo por la luz simbólica que le arrojan los directores de fotografía. Temporalmente, esta comedia se inicia en el patio y prosigue en la sala con piano y con una mesa amplia donde caben todos. Los inmigrantes mantienen el decir cocoliche; los otros son porteños y los novios, en sus encuentros, se hablan de tú" (1).

Niní Marshall creó, entre otros inolvidables personajes, a Cándida Loureiro Ramallada, "la gallega bruta y charlatana", que fue su primera caracterización en Radio Municipal, en 1934. "En el film Cándida (1939, Bayón Herrera), sobre un barco y con sus ropas de campesina recién llegada, la gallega hace su jocosa presentación: ‘Vengo a este país a ganar cuarenta pesos, casa y comida. Salida, los domingos’. (…) "La voz de Niní es testigo del movimiento de los estratos sociales medios argentinos y de los desplazamientos culturales y de la flexibilidad de los grupos y colectividades, en el paso de los años treinta a cuarenta" (2).

En La fuga, film de Eduardo Mignogna sobre la novela homónima, aparece una pareja de carboneros, oriundos de Betanzos.

Un gallego aparece en Luna de Avellaneda, film estrenado en 2004, que dirigió Juan José Campanella. En ese film, don Aquiles recuerda su llegada a la Argentina, las circunstancias en las que surgió la idea de fundar un club y el por qué del nombre elegido.

Notas

  1. España, Claudio: "Así es la vida", en Cien años de cine. Buenos Aires, La Nación Revista, Tomo I.
  2. España, Claudio: "Llega Niní Marshall", en Cien años de cine. Buenos Aires, La Nación Revista, Tomo I.

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