- Introducción
- Reseña histórica
- La vegetación natural de la República Dominicana
- Importancia de los bosques
- Los bosques dominicanos
- Recursos de agua
- Contaminación ambiental
- El ruido
- Radiación atómica
- Importancia de los animales
- Leyes relativas al medio ambiente
- Conclusión
Introducción
Esta investigación referida al medio ambiente en la República Dominicana Tiene por objetivo conocer y dar a conocer a grandes rasgos nuestro medio Ambiente y su importancia, haciendo hincapié en las leyes y decretos que se han evacuado con la finalidad de protegerlo.
En cuanto a su estructura, se presenta formalmente con una portada, hoja de presentación, titulo, índice, introducción, objetivos, desarrollo en capítulos, conclusión, recomendaciones y las referencias bibliográficas.
En el entendido de la necesidad que tenemos todos y cada uno de los Dominicanos, para obtener un verdadero conocimiento de nuestro medio ambiente, para protegerlo dar una vida útil a nuestra generación y a las futuras evitando la depredación inmisericorde de nuestra flora y nuestra fauna.
Esta investigación es puramente bibliográfica y nos facilita el conocimiento jurídico, para la protección del medio ambiente con la aplicación de nuestras leyes y decretos.
Propósito de la investigación
Objetivos generales
Analizar el medio ambiente y sus aspectos jurídicos.
Objetivos específicos
Establecer las premisas históricas del medio ambiente de la república dominicana.
Explicar la biodiversidad medio ambiental de la república dominicana.
Enunciar las leyes, decretos y acuerdos existentes en la república dominicana acerca del medio ambiente.
Reseña histórica
Lo primero que conviene tener en cuenta es que la isla de Santo Domingo – llamada Haití por los indios taínos que la habitaban – era un espacio relativamente domesticado cuando llegaron los primeros europeos hace 500 años. Cuando Colón desembarcó en la isla en 1492, el espacio insular había experimentado los efectos de la acción humana continua a lo largo de casi 4,000 años.
En las cartas de Colón y en las crónicas españolas del siglo se hace notar que los taínos componían una sociedad que practicaba extensamente la agricultura de "tumba y quema" con una tecnología de coa. Los taínos cultivaban extensamente yuca, maíz, batata, maní, tabaco, ají y piña, entre otras plantas, y utilizaban técnicas de amontonamiento de la tierra en canteros especiales para facilitar la fertilización, el reguío y la oxigenación.
En las crónicas hay indicios de que algunas de las extensas sabanas de la isla eran el resultado del fuego inducido por seres humanos. También existen noticias de que había zonas de la isla que estaban intensamente cultivadas. Al observar la intensidad de los cultivos, Colón comparó la zona norte de Haití con los campos agrícolas de Granada.
Como se ve, los españoles no ocupan una isla virgen y primitiva, sino todo lo contrario, una isla cuyo espacio había estado sujeto a la intervención humana durante un largo período de tiempo.
A juzgar por lo que sabemos de las crónicas, debió haber nichos ecológicos de larga ocupación humana en los cuales la naturaleza había sido transformada por la sustitución de plantas nativas por plantas importadas de América del Sur. Sabemos que el maíz, el tabaco y la yuca no eran plantas nativas y, por lo tanto, su introducción en la isla, varios miles de años antes de la llegada de Colón, marca el inicio de la agricultura aborigen.
La antigüedad de la agricultura aborigen no debe, sin embargo, llevarnos al error de creer que toda la isla estaba habitada homogéneamente, como creen algunos historiadores contemporáneos. Lo que sabemos es que la distribución de la población aborigen era bastante extensa, pero que las comunidades tendían a concentrarse en aquellos puntos en donde había agua, pesca y cacería abundante, y en donde esos recursos podían combinarse fácilmente con buenos suelos para cultivar yuca y maíz, que eran las principales fuentes de carbohidratos de los taínos.
El impacto de la población nativa sobre el medio ambiente fue más duradero debido a su antigüedad y continuidad que debido a su intensidad. Es importante recordar que en 1492 la población taína no sobrepasaba el medio millón de personas y, por lo tanto, la relación hombre/tierra era extremadamente baja. Esta baja relación hombre/tierra permitía la recuperación de terrenos afectados por los desmontes y los fuegos, y por ello la isla que encontraron los españoles en 1492 – al tiempo que era una isla domesticada – también contenía grandes espacios vírgenes y deshabitados.
El choque de la dominación española hizo desaparecer casi todos los indios en menos de treinta años. Ya en 1520 apenas quedaban menos de 1,000 indios en toda la isla. Para entonces, la población española apenas pasaba de 4,500 personas, pues ante la crisis de la desaparición de la mano de obra muchos españoles decidieron abandonar la isla.
La aparición de la industria azucarera marcó una importante transición en la evolución ecológica de la isla, pues aunque los ingenios construidos entre 1520 y 1535 eran pequeños, y aunque el área sembrada de caña nunca podría compararse con las plantaciones modernas, lo cierto es que ejercieron un importante impacto en las zonas bajo su influencia.
El efecto más importante de la primera industria azucarera colonial sobre el medio ambiente fue la deforestación de las zonas en donde se establecieron las plantaciones. Hubo que tumbar montes para sembrar la caña y hubo también que tumbar montes para abastecer la leña a las casas de caldera de los ingenios. Aunque los pequeños ingenios eran pequeñas unidades que no producían más de 100 toneladas de azúcar por año, su continua operación durante casi todo el siglo 16 contribuyó a la deforestación de las zonas periféricas de las plantaciones.
Esta deforestación temprana no parece haber tenido consecuencias permanentes, pues al colapsarse la industria azucarera española a finales del siglo 16 los antiguos campos de caña volvieron a ser cubiertos por la maleza y el espacio de los antiguos bosques talados volvió a ser cubierto por la foresta tropical.
Al desaparecer la industria azucarera a principios del siglo 17, los espacios naturales que habían sido afectados por la acción humana empezaron a recuperarse. Sin embargo, no todo el territorio insular se cubrió nuevamente de bosques pues todavía quedaban las antiguas sabanas cubiertas de pasto, ahora utilizadas por el ganado. La documentación de la época menciona que durante el siglo 17 la cacería de ganado cimarrón se convirtió en la actividad principal de los habitantes de la isla. Al quedar la isla casi despoblada (un máximo de 7,5000 habitantes a mediados del siglo 17), el ganado tuvo la oportunidad de multiplicarse ampliamente.
Así tuvo lugar el poblamiento de la parte occidental de la isla en la segunda mitad del siglo 17, pues a medida que el ganado se fue extinguiendo los bucaneros se fueron sedentarizando y se fueron convirtiendo en cultivadores de tabaco.
En la parte oriental controlada por los españoles, entretanto, el único cultivo en gran escala que se quiso introducir fue el cacao en las cuencas de algunos ríos cercanos a las ciudades de Santo Domingo, Higüey y El Seibo. Las plagas acabaron con esas primeras plantaciones de cacao, que tuvieron una vida bastante corta, pues las más antiguas comenzaron en 1640 y no llegaron a persistir más allá de 1666.
En la parte occidental, el tabaco fue la actividad agrícola predominante durante la segunda mitad del siglo 17. Los franceses, que terminaron dominando ese territorio, fueron inicialmente pocos y su actividad agrícola apenas afectó el medio ambiente. Estando despoblada la parte occidental de la isla, los pioneros franceses se asentaron en las zonas más fértiles, en donde mantenían sus cultivos. Algunos incluso aprovecharon las sabanas para criar ganado manso y vender carne a los demás cultivadores.
Esta situación empezó a cambiar en 1698 cuando se instalaron los primeros ingenios azucareros franceses en la parte occidental de la isla. A partir de entonces, todo cambió.
Puede decirse que el siglo 18 es el período de la gran depredación francesa de la isla, pues no solamente sucumbieron los bosques a la demanda de leña de los ingenios azucareros, sino también a la demanda de madera preciosa de los ebanistas y constructores europeos que descubrieron la caoba de la isla y demandaban cada vez mayores cantidades de ésta y otras maderas.
En la República Dominicana […] las cosas evolucionaron en forma diferente a Haití debido a la diferente dotación de recursos de ambas zonas de la isla, a la escasez inicial de población y a la diferente herencia colonial.
Ya hemos mencionado que la colonia española de Santo Domingo no fue una colonia de plantaciones que demandó leña para fabricar azúcar, ya que sus empresarios no se interesaron por sus bosques de maderas preciosas como hicieron los franceses en Saint-Domingue. En realidad, las primeras exportaciones de caoba comenzaron a realizarse en Santo Domingo entre los años de 1805 y 1809 bajo el gobierno francés de Louis Ferrand, quien, necesitando moneda fuerte para pagar importaciones, abrió los primeros cortes de caoba dominicana.
La caoba se convirtió en un importante renglón de exportaciones durante los primeros 60 años del siglo 19 y su explotación se acentuó durante los 22 años en que la parte dominicana fue gobernada desde Puerto Príncipe entre 1822 y 1844. Durante este período, los cortes de caoba dominicana sirvieron para exportar un promedio de 4 millones de pies cúbicos anuales.
A partir de la independencia, en 1844, y durante los 30 años siguientes, los cortes de caoba continuaron, aunque cada vez más alejados de los cauces de los ríos o de los centros poblados más importantes. Los documentos del siglo 19 muestran que los cortes de caoba que se iniciaron en las cuencas de los ríos del sur de la isla, luego se movieron al norte y más adelante al oeste. Todavía en 1870 y 1880 había empresarios que estaban abriendo nuevos cortes de caoba en el norte y noroeste de la República.
Además de la caoba, otros empresarios cortaban y exportaban guayacán y Campeche. Montecristi, por ejemplo, funcionó en la segunda mitad del siglo 19 como un importante centro maderero en donde operaban varias compañías explotadoras de los extensos bosques de Campeche de la cuenca del río Yaque del Norte. La cuenca del Yuna también fue colonizada por explotadores de madera en la misma época.
La escasa población de la parte dominicana y su concentración en las tierras llanas del país favoreció la preservación de los suelos en las zonas madereras durante el siglo 19 pues solamente muy pocos individuos se quedaban viviendo en las áreas deforestadas y éstas eran subsecuentemente cubiertas de vegetación y bosque secundario poco tiempo después. Las tierras llanas, en cambio, sí estuvieron sujetas a un intenso proceso de cultivo, particularmente en las zonas tabacaleras inmediatamente al oeste de Santiago y en las zonas productoras de alimentos en el Cibao Central.
A finales del siglo 19, cuando se iniciaron los grandes desmontes en el Cibao Central y Oriental para dar paso a la creación de inmensos cacaotales y cafetales, el bosque primitivo fue sustituido por los nuevos bosques de cacao y café que crecían al amparo de árboles de amapola y gina, especialmente sembrados para dar sombra a las nuevas plantas. En las zonas de café y cacao, la deforestación no llevó necesariamente a la erosión catastrófica, como ocurrió en Haití y como ocurriría más tarde en muchos de la República Dominicana.
Históricamente, pues, la dinámica del cambio ecológico dominicano difiere de la haitiana en el siglo 19 en las siguientes características: a) menos población, aunque las tasas de crecimiento demográfico son más rápidas; b) más tierra disponible por habitante, al tiempo que la calidad de los suelos es mucho más alta pues en general la mayoría de los suelos que entran en explotación son vírgenes; c) más tierras llanas para cultivos, lo cual retrasa la intervención humana en las laderas y montañas; d) tardía explotación de los bosques de pino; y, e) ausencia de una industria azucarera en gran escala, lo cual hizo que la explotación del bosque para el uso de leña fuera más tardía.
Con todo, poco a poco, a medida que la población dominicana fue creciendo y que se ampliaron sus necesidades económicas, la demanda de madera para leña y carbón, así como la necesidad de espacio para plantaciones comerciales y para la producción de alimentos, fueron afectando los bosques. En la segunda mitad del siglo 19, por ejemplo, los dominicanos residentes en las zonas llanas de Azua, Baní y San Cristóbal desarrollaron una vigorosa industria de aguardiente y raspaduras y llegaron a mantener funcionando unos 240 trapiches azucareros que consumían grandes cantidades de leña de los bosques circundantes.
A partir de 1875, con la entrada de los primeros ingenios semimecanizados que funcionaban con máquinas de vapor, la demanda de leña fue aún mayor. Bajo el empuje de los grandes ingenios modernos, los bosques de las grandes llanuras del este de la isla empezaron a desaparecer. Una parte desaparecieron para dar paso a las plantaciones de caña, mientras otras fueron consumida en las calderas de los centrales azucareros y de las locomotoras que movían sus trenes.
La industria azucarera que se desarrolló a partir de 1875 y que se expandió desmesuradamente a principios del siglo 20, hizo desaparecer los bosques de las mayores llanuras del país. El paisaje llano y sin árboles de San Pedro de Macorís, La Romana y El Seíbo se repitió más tarde en Barahona, Azua y Puerto Plata.
Mientras tanto, los bosques del interior del país quedaron virtualmente intocados, apenas explotados por los artesanos del Cibao que requerían madera de pino para fabricar muebles y viviendas urbanas pues las viviendas rurales se fabricaban de tablas de palma. Aunque hubo algunos esfuerzos en Santiago y La Vega orientados a explotar los bosques de pino de la Cordillera Central en la segunda mitad del siglo 19, esa explotación fue mínima y todavía en 1910 los viajeros se admiraban del estado prístino de los pinares dominicanos. Según informes de la época, en 1916 había 46 millones de tareas de bosques de distintos tipos en el país.
La introducción de máquinas de vapor favoreció la instalación de pequeños aserraderos en La Vega, Santiago y Santo Domingo a principios del siglo 20 y es entonces cuando puede decirse que el país dejó de importar madera de pino para construcciones. Un nuevo informe de 1922, firmado por el Dr. Canela Lázaro, dió cuenta detallada de la situación de la foresta dominicana en la Cordillera Central y de la importancia de conservarla. Canela Lázaro pidió la creación de áreas reservadas en los nacimientos de los principales ríos del país, y lo mismo hicieron varios viajeros que participaron con él en varios de sus viajes exploratorios por las sierras de la Cordillera Central.
La apertura de las carreteras durante la ocupación militar norteamericana contribuyó al descubrimiento del valor potencial de los bosques dominicanos pues las carreteras acercaron la tecnología maderera a los bosques de pino. Al llegar Trujillo al poder en 1930, ya había varios importantes aserraderos funcionando en Santiago y se señalaba la capacidad del país para ser autosuficiente en madera.
Trujillo descubrió el verdadero valor económico de los bosques dominicanos después de los cálculos que realizó Carlos Chardón, un experto puertorriqueño que preparó para el gobierno un informe en el cual evaluaba la situación y valor de los recursos naturales del país en 1939. A partir de entonces, Trujillo se hizo también industrial maderero asociándose con personas que ya estaban en el negocio o colocando testaferros al frente de nuevos aserraderos de su propiedad.
La Era de Trujillo fue la catástrofe para los bosques dominicanos que cayeron en manos de una oligarquía de aserradores asociados con Trujillo, quienes devastaron en menos de 20 años varios millones de tareas de bosques que habían tomado miles de años en formarse. Estos individuos y sus compañías madereras deforestaron las zonas de San José de las Matas, Jarabacoa, Tireo, El Río, Constanza, La Horma, El Rubio, San Juan de la Maguana y Restauración, entre otras, y no se molestaron en replantar el bosque que talaban.
La deforestación industrial de la Cordillera Central dió lugar a la colonización de los valles intramontanos de Constanza, El Río, Tireo y Jarabacoa, así como al repoblamiento de las zonas de la sierra al oeste de San José de las Matas hasta llegar a Restauración, pasando por El Rubio. Liquidado el bosque, quedaron los trabajadores de los aserraderos convertidos en campesinos itinerantes al servicio de los terratenientes ganaderos, que les entregaban tierras taladas pero cubiertas de bosque secundario, para que las talaran de nuevo y sembraran frijoles o papas por dos o tres años, a cambio de entregarles los fundos sembrados de pastos cuando la pérdida de la fertilidad del suelo los obligara a moverse a otro lote para comenzar de nuevo.
Así fue despoblándose la Cordillera Central de sus pinos originales, que fueron suplantados gradualmente por pastizales que secaron las fuentes de agua e hicieron morir las cañadas y los arroyos en un proceso que se repite y se ha repetido durante años en toda América Latina.
Durante años, los dominicanos pudimos presenciar como en tiempos de cuaresma, que es una época de sequía estacional, las montañas dominicanas quedaban a merced de los fuegos intencionales pegados por los campesinos y ganaderos en una lucha sin cuartel contra el bosque para convertirlo en pastizal. Este proceso se repitió miles de veces en todas partes del país y para finales de la Era de Trujillo ya sus efectos eran evidentes: las montañas sin bosques y los ríos sin agua. En 1967, seis años después de la muerte de Trujillo, se calculó que apenas quedaban 9 millones de tareas de bosques en la República Dominicana, en contraste con los 46 millones que había en 1916.
Los pinares fueron los bosques que más sufrieron la acción de los aserraderos. En el 1939, Chardón calculó que había en el país 12 millones de tareas de pinos. En 1967, cuando el gobierno dominicano por fin clausuró los aserraderos, apenas quedaban 3.5 millones de tareas de pino.
Con todo, la República Dominicana todavía goza de ciertas ventajas en relación con Haití. Su territorio es más llano y recibe más lluvias; sus tierras están mejor conservadas y son todavía más fértiles; su economía es más diversificada y su población es más rica; y sus gobiernos han tenido más éxito en controlar la depredación de los bosques, aún cuando las evidencias indican que son precisamente las autoridades y los grupos asociados a ellas quienes más han participado en la devastación forestal en los últimos 25 años.
La vegetación natural de la República Dominicana
La clasificación de la vegetación en la república dominicana, de acuerdo a los parámetros de Holdridge produjo un mapa ecológico donde se ilustra la distribución de cada zona de vida (en el 1967 la OEA dividió la república dominicana en zonas de vida).
Las zonas de vida son agrupaciones de vegetaciones de acuerdo a la precipitación promedio anual y a la biotemperatura; no considera el suelo la geología ni la fauna.
a) Bosque húmedo subtropical, es la zona de vida mas representada en nuestro país ocupando 22,794 kilómetros cuadrados (47.42%). Incluye las planicies costeras del sur desde el oeste de san Cristóbal al este del cibao y otros lugares observables en el mapa ecológico de la república, con un volumen de evapotranspiración de 1000- a 2000 mm la precipitación, promedio anual y de 18 a 24 la biotemperatura. Arboles endémicos están la caoba y la palma real.
b) Bosque seco subtropical con 9,962 kilometro cuadrados (20.72%)
c) Monte espinoso subtropical es la zona de vida que ocurren en las áreas más secas del país y se extiende desde el lago enriquillo hasta puerto viejo en azua. Pequeños tramos de esta zona d vida se localizan en cabo rojo, bahía de ocoa y punta salina. El monte espinoso llueve menos de 500 mm al ano y la biotemperatura es de 18 y 24 grados centígrados; la evapotranspiración potencial es de 2 a 4 veces mayor que el volumen de lluvia.
La vegetación predominante en el bosque subtropical son las cataceas entre ellas la guasábara, las alpargatas, la palma, yarey y la baya onda.
Importancia de los bosques
Un bosque es una agrupación de plantas en la que los arboles son predominantes, y esto constituyen un ecosistema de suma importancia para la humanidad, ya que estos son un recurso renovable que junto al suelo, la fauna, los ríos, los mares forman el conjunto de recursos naturales cuya explotación racional es evitar para la preservación del futuro de la población mundial.
Esto producen aire mediante el proceso de fotosíntesis, nos dan alimentos, purifican el aire cargándolo de oxigeno y lo descontamina absorbiendo el dióxido de carbono. Además tiene una participación activa en el ciclo hidrológico del planeta ósea desprende aguan en forma de vapor que luego se condensa en la atmosfera y cae en forma de lluvia.
Tiene extraordinaria importancia en el proceso de la salud. Ej la quinina sirve contra el paludismo; evitan la erosión protegiendo los suelos.
En cuanto a su importancia en la fauna miles de especies tienen su hábitat en el bosque, los arboles les brindan refugio y alimento; en cuanto al clima constituyen una autentica pantalla protectora que reduce la intensidad de las radiaciones solares y son responsables en gran medida de la humedad relativa del aire y reducen el calor absorbiendo dióxido de carbono.
Los recursos forestales usados racionalmente nos brindan la madera para construcciones y mueblería, fibras vegetales para nuestro vestidos, alimentos, aceite, tintes, etc.
Los bosques dominicanos
De acuerdo al ultimo inventario realizado por la FAO, un 18.3 del territorio de a república dominicana esta cubierto de bosques de ese total el 5.1 de bosques sin afectar y el 13.2 de bosques afectados o degradados esto equivale a 242,000 hectáreas y 629,000 hectáreas respectivamente, además el inventario referido reporta 647,000 hectáreas de vegetación leñosa latiofoliada y 224,000 hectáreas coníferas.
Existen 300,000 hectáreas con potencial para producir leña y carbón pero con un rendimiento bajo. Esto amenaza con agotar esos recursos.
El suelo es uno de los más importantes recursos naturales de la humanidad. En la república dominicana la erosión del suelo es uno de los mayores problemas, el conuquismo, la tala y quema de arboles para leña y carbón, así como la inundación de los valles o ríos muy sedimentados han disminuido la fertilidad del suelo; cerca d 2 millones de hectáreas son apta para la agricultura identificándose unos 24 tipos de suelo con potencial agrícola de moderado a elevado, como suelo elevado para aptos cultivos de arroz se han cuantificado 131,300 hectáreas y aun mayores son las áreas potenciales para cultivo de café y cacao, por otro lado existen 1,197,000 hectáreas dedicadas a la ganadería.
La erosión puede eliminar hasta 3 libras de suelo por cada hectárea por ano en condiciones naturales, pero si esta deforestada la perdida puede ascender a mas de 30 toneladas por ano.
La minería en gran escala comenzó en la república dominicana con la explotación de la bauxita con la alcoa exploration company en el ano 1950, otros depósitos mineros han sido explotados además de la bauxita de pedernales son el ferroníquel en bonao y el oro en cotúi. Paralelamente la explotación de estos grandes depósitos mineros, hemos tenido una minería mas baja escala explotando, ambar, sal, yeso, mármol, caliza, arena y larimar.
Recursos de agua
El sistema hidrológico de la república dominicana es el más grande de las Antillas. Se ha estimado en unos 3000 kilómetros de rio agrupados en 108 cuencas o redes fluviales. Un inventario de los cuerpos de agua lenticas hecho por el centro de investigación de biología marina de la UASD cuantifico 270 lagunas y charcos. El promedio anual de lluvia al ano es de 1500 milímetros con ocurrencia de ciclones, huracanes y tormentas en los meses entre julio y octubre. De las cuencas fluviales las más grandes son las de los ríos Yaque del norte, Yaque del sur, artibonito, Yuna y Ozama. Entre los cuerpos de agua lenticas se destacan el lago enriquillo con 265 kilómetros cuadrados con una profundidad máxima de 8m y agua de hasta 75% de salinidad, la laguna de rincón y Cabral con 28.2 kilómetros cuadrados, la laguna de Oviedo con 31.05 kilometro cuadrados y laguna redonda aproximadamente 6.75 kilómetros cuadrados.
Además del uso domestico y el abastecimiento de agua potable, el agua se usa en la industria para riego, en pecuaria, en la mina y en la generación de energía para la hidroeléctrica, la demanda de agua potable es de 920 millones de metros cúbicos mientras que hay 250,000 hectáreas de bajo riego teniendo uno 250 canales en operación.
El lago enriquillo tiene un alto nivel de salinidad; la peca en la laguna de rincón es abundante(tilapia,viajaca,guabina,lisa y lebranchos) ; en la laguna de Oviedo la pesquería es menor y se pescan aproximadamente 20 toneladas al agua predominando la tilapia, el sábalo y tiene gran importancia por el anidamiento en sus playas de varias especies de tortugas marinas; la segunda en volumen de pesca es la laguna redonda siendo predominante la tilapia y el robalo, otros recursos pesqueros de nuestras lagunas es el ostión de manglar.
El sistema nacional de aéreas protegidas; un logro importante de todos los dominicanos ha sido la ampliación del sistema de protección de áreas silvestres, la ley de parques fue promulgadas en el 1974 dándole continuidad y mayor carácter jurídico a la iniciativa tomada en los anos 50.
En la actualidad el 11.2% de a superficie del territorio nacional esta comprendida dentro del sistema nacional de áreas protegidas incluyendo 20 parques 10 reservas científicas, 4 reservas biológicas, 8 monumentos naturales, 2 reservas antropológicas, 1 santuario, 6 refugios de fauna silvestres, 10 vías de área panorámica y áreas nacionales de recreo.
Los parques nacionales de recreo y las reservas científicas son las principales categorías de áreas protegidas, lo primero son extensiones relativamente grandes como: Parque J.Armando Bermúdez, José del Carmen Ramírez, Jaragua, Cierra de Baoruco, Los Haitises, Parque del Este, Isla de Cabritos, Montecristi,Cabo Francés Viejo, Arqueológico histórica de la Vega Vieja, Submarino la Caleta, Litoral sur santo domingo, litoral norte Puerto Plata y como reserva científica: laguna del rincón, valle nuevo,villa elisa,laguna redonda y limón e Isabel de torres, santuario de las ballenas jorobadas (banco la plata),ebano verde.
Contaminación ambiental
Existe contaminación cuando ciertas sustancias toxicas se concentran en el ambiente causando efectos nocivos tanto en las personas, fauna, flora y en las cosas inanimadas.
Los desechos animales, los cambios climáticos y las erosiones volcánicas fueron factores de contaminación desde antes de la aparición de los seres humanos en el planeta sin embargo el progreso de los seres humanos ha conllevado a un desarrollo que ha contaminado aceleradamente el ambiente en la tierra. Los principales tipos de contaminación son: atmosféricos, terrestres, acuáticos y ruido. Para poder vivir los seres humanos necesitan aire limpio, por esta razón es tan grave la contaminación atmosférica, las principales causantes de estas son: la industria, el transito vehicular, el transporte publico, carros en mal estado, junto a los desechos sólidos y los gases desprendidos de las chimeneas, han minado la atmosfera por lo que en muchas ciudades dominicanas como santo domingo y Santiago ya se puede notar.
Entre los principales contaminantes están: dióxido de carbono, óxido de nitrógeno y los ácidos, estos últimos causan bastantes estrados provocando las lluvias acidas que matan las vegetaciones de los países subdesarrollados.
La tala y quema de arboles ha aumentado considerablemente la circulación de gases contaminantes en el ambiente, provocando una pantalla de refracción de redacciones, dando lugar al fenómeno conocido como Efecto Invernadero.
Aumentando grandemente el calor en el planeta.
La contaminación del agua es tan grave como la atmosférica, consiste en la adicción de materiales extraños que alteran la potabilidad.
Numerosos contaminantes pueden adicionarse al agua: microorganismos patógenos, detergentes, plomo, basura, insecticidas, etc. además la contaminación del agua de consumo humano con heces fecales ha sido causa de muchos danos y muertes.
La descarga de desechos industriales en ríos y lagunas unidos a la contaminación de pesticidas y abonos inorgánicos causa mortandad en su fauna, impide el uso de sus aguas por las poblaciones humanas y daña el suelo de las partes más bajas. La presencia en el agua de metales pesados como el plomo y de insecticidas como el DDT reviste mucha importancia debido a su utilidad.
El ruido
Es muchas veces considerado como un sonido desagradable, las ondas sonoras viajan a través de los diferentes medios con velocidad variable llamado frecuencia y se expresa en ciclos por segundos (herzt).
La contaminación por ruido ha aumentado en la última década producto de la proliferación de aparatos eléctricos sonoros y las costumbres de las personas de escuchar música alta. Plantas eléctricas, altos parlantes de vendedores y políticos, vehículos en mal estado, y maquinas industriales que lo causan frecuentemente.
Radiación atómica
También existe la contaminación por radiación atómica, que son los desechos radiactivo que dejan la plantas atómica y en algunos casos la radiación por explosiones atómica que en han realizado los países poderosos para realizar pruebas, poniendo en peligro a toda la humanidad; en nuestro país trataron de ingresar lodo cloacales de plantas radiactiva y gracias a la lucha de algunos grupos políticos de avanzada se pudo desechar esa idea de corrupción gubernamental del momento.
Importancia de los animales
Los animales al igual que las plantas comparten los diferentes sistemas de la biosfera, conocer la función de cada especie que nos rodea es fundamental para preservar el equilibrio ecológico lo que a su vez es nuestro propio equilibrio.
El estudio de los animales ha proporcionado datos importantes para el estudio en sicología, sociología, medicina, ingeniería, salud publica, veterinaria, y otros campos.
Por otro lado los animales nos brindan alimentos, vestido, medicamentos, y otros beneficios también los animales pueden poner en peligro el bienestar, la agricultura y la salud humana.
La diversidad de la fauna dominicana revela la existencia de 558 especies de vertebrados identificados, de estos 70 especies son de agua dulce ,60 anfibios, 141 reptiles,254 aves y 33 mamíferos. Entre los factores responsables de la nuestra biodiversidad se encuentran los puentes terrestres que existieron entre el continente de América y las islas del Caribe así como la existencia de 2 paleo isla que estaban separadas por un canal que corría a lo largo de lo que es el valle de Neiva y el cool de zac (en Haití). Entre los reptiles tenemos diversidad de lagartos y ranas, gran diversidad de peces.
Leyes relativas al medio ambiente
Ley No. 174-09 Que modifica Ley de Tránsito de Vehículos, No. 241 del 1967, y sus modificaciones; No. 1474 del año 1938, modifica la Ley 202-04 Sectorial de Área Protegidas.
LEY 202-2004 Sectorial sobre Áreas Protegidas
Ley No. 179-03 que establece un período de treinta (30) horas en actividades de reforestación en los lugares que disponga la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales, como requisito indispensable para poder obtener el titulo de Bachiller.
LEY 64-2000 General sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales.
LEY 146-1971 Minera de la República Dominicana.
LEY 123-1971 Prohíbe la extracción de los componentes de la corteza terrestre llamados arena, grava, gravilla y piedras.
LEY 5852-1962 sobre dominio de aguas terrestres y distribución de las aguas públicas.
LEY 5914-1962 Sobre pesca, y deroga y sustituye la Ley No. 1518 del 18 de junio del año 1938 sobre pesca y sus modificaciones.
LEY 4890-1958 Que modifica los artículos 1, 4, 5, 10 de la Ley No. 4371 del año 1956, que declara de interés nacional la repoblación forestal en la República.
Decretos relativos al medio ambiente
DEC. 1288-2004 Aprueba el reglamento para el comercio de Fauna y Flora Silvestres.
DEC. 145-2003 Establece el procedimiento de cobro de tarifa ambiental para el sistema de control de los componentes de la Corteza Terrestre.
DEC. 1090-1986 Que prohíbe durante todo el año la comercialización de ciertas especies marinas. Barracuda, etc…
DEC. 2515-1972 Que prohíbe con carácter permanente la captura, pesca, apresamiento, matanza y comercialización de la hembra del cangrejo.
DEC. 1006-1967 Prohíbe la caza de paloma y otras aves migratorias en el litoral de la provincia de Altagracia, La Romana, El Seibo, incluyendo la Isla Saona y los islotes adyacentes a esa región.
Conclusión
El tema de medio ambiente y su actualidad social nos nutre básicamente a nosotros los dominicano yen termino general a toda la humanidad de es una herramienta, tanto de conocimiento como base para la creación de leyes y reglamentos que protegen la supervivencia de nosotros y toda la humanidad ante la hecatombe de desarrollo que se ha desatado en todos los ámbitos ya sea en el aspecto Químico, Industrial, Atómico y biológico.
Por otra parte nos ayuda a ejercer una función de equilibrio natural en base a los conocimientos y la aplicación de los mismos para el desarrollo del hombre.
Posibmenlemte el manejo racional del medio ambiente sea la solución a los problemas de gran parte de la humanidad, para satisfacer sus necesidades
Es necesario mantener y conservar el uso vigilado de la biodiversidad de nuestros ecosistemas ya que esto compone el patrimonio natural y cultural de nuestra nación Dominicana y garantiza la flora y la fauna de nuestro país
Autor:
Ing.-Lic. Yunior Andrés Castillo
Santiago de los Caballeros,
República Dominicana
2011.