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América latina: entre sombras y luces (análisis) (página 3)


Partes: 1, 2, 3

El hecho de que nuestros países latinoamericanos tengan dinero y no tengan moneda, crea una gran inestabilidad económica en ellos, debido a que ésta no es aceptada internacionalmente para compras y siempre la economía dependerá de las acciones tomadas por los grandes.

En el caso de América Latina tenemos muchos factores a nuestro favor, no solo compartimos el mismo continente, sino que hablamos el mismo idioma; poseemos más o menos la misma mezcla étnica; conocemos las mismas religiones; somos parte de la misma historia; gozamos un entorno geográfico semejante; moldeamos

expresiones culturales paralelas; entendemos las mismas pautas artísticas, etc.

De esta manera hay un camino trazado que posee alta importancia.

CAPÍTULO 12

Equidad económica y desarrollo

El crecimiento, la estabilidad y la equidad, son factores imprescindibles para alcanzar el desarrollo económico de una nación. Un país avanzado industrialmente que produzca su propio consumo y además tanga la capacidad de exporta, tendrá muchas posibilidades de desarrollo

Equidad:

La equidad es definida por el autor, no como sinónimo de igualdad o justicia, sino como satisfacer eficazmente las necesidades materiales del ser humano.

Para Smith, equidad y eficiencia son conceptos equivalentes y a su vez ambos surgen cuando se permite que el mecanismo productivo funcione libremente. Al analizar la contribución del trabajo y el capital al proceso productivo.

Los diferentes empleos de trabajo y de los fondos que se verifican dentro de un mismo territorio en toda la sociedad. Existen ventajas y desventajas. Según Smith esas ventajas y desventajas deberían ser relativamente iguales para todos, una sociedad donde se pueda elegir el trabajo más conveniente según su grado de instrucción, esto solo es posible en una sociedad con libertades plenas en la educación y en el empleo.

Además, Smith insiste en la necesidad de la educación en todas las ordenes del estado según los progresos que se estén llevando a cabo por lo menos ensenarle a leer y escribir a los sectores más humildes y ayudarlos a desarrollar sus artesanía o cualquier otra actividad a la cual se dediquen para incorporarlos en el sector productivo del país. Es importante que el trabajador sea generosamente remunerado.

Economía de la demanda:

Esta sección está identificada con la obra de un economista llamado Keynes que acumulo una pequeña fortuna jugando con los mercados financieros fue el cerebro que al terminar la segunda guerra mundial, creo el Banco Mundial FMI, para ayudar a los vencidos y consolidar a los victoriosos.

Según el economista y según sus discípulos los ciclos depresivos se engendra cuando los inversionistas dejen de invertir y los consumidores dejan de consumir.

Hasta antes Keynes, la receta tradicional para reactivar la demanda ordena bajar las tasas de interés, bajando los intereses se abarataban los costos de la inversión y del consumo. Así, el inversionista volvía a invertir y el consumidor a consumir.

En la crisis de los 30, tanto el inversionista como el consumidor habían caído en la fosa que Keynes domino la trampa de la liquidez. Es decir, una depresión de la cual ni el inversionista ni el consumidor podían salir, el banco mundial es utilizado por los gobiernos para construcción de viviendas, carreteras y fábricas.

Oferta de la demanda:

E economista Baptiste Say, un ciudadano francés que vivió 65 años, 15 de los cuales los dedico a dirigir la producción de una fábrica de tejidos logró el objetivo de vender toda la mercancía, luego más adelante como a la edad de los 40 se dedico a la filosofía económica.

El estado debía concretar sus políticas en incentivar, proteger e, incluso, subsidiar al productor, si este producía mas el mercado demandaría más y viceversa. En Latinoamérica, la economía de la oferta comenzó a tener importancia en 1983. En los procesos de nacionalización, capitalización y sucretizacion.

La economía latinoamericana se vio sumergida en una serie de deudas adquiridas por las empresas privadas que son el sector minoritario del país, así que la economía fue controla por Norteamérica mediante el fondo monetario internacional, aunque los países adquiría grandes ganancias, la mayor parte de ese dinero era para pagar la deuda externa que los gobiernos por medio de las empresas privadas adquirían.

En su mayoría, esas reformas, ordenadas entre mediados de la década de los 80 hasta mediados de la década de los 90, se concretaron en cinco aspectos, primero en la eliminación de los gravámenes a la inversión y al capital, segundo, en una drástica rebaja de la tasa del impuesto a la renta de los estratos altos, tercero, en la incorporación de algunos estratos altos, cuarto la incorporación de las tarifas de los servicios públicos y quinto, el aumento de la tasa de impuestos.

Equilibrio:

Desde el punto de vista de la economía libre por Smith surgen críticas de las distintas partes desde la izquierda, el principal ataque contra la economía libre se origina en la creencia infundada pero muy divulgada de que las tesis de Adam Smith defienden aquel sistema bautizado como capitalismo salvaje. Donde el poderoso tiene el control económico y no del estado.

Creen en darle más poder al pueblo y que la economía no sea controlada totalmente por los sectores económicos más poderosos.

La crítica es que el pensamiento de Smith pertenece al pasado y por lo tanto no es aplicable para la economía actual.

CAPITULO 13

Aquí y ahora

"Un manto de sombras y luces envuelve a la América Latina".

Sombras:

A pesar que la economía como ciencia social nace en el siglo XVIII, se cierran sobre los países endeudados, la imposibilidad de pagar la deuda externa por causa del mismo sistema económico que hace que este fenómeno persista en el tiempo. Por lo tanto la mitad del total que pagamos a los Gobiernos por impuestos a la renta, al consumo y al valor agregado; por las tarifas de electricidadagua potable, teléfono y demás servicios básicos; así como por los aranceles al comercio y por todos los demás gravámenes que ingresan a formar parte del presupuesto del Estado.

La gravedad de la economía dependiente del FMI es que los países latinoamericanos se ven ahogado con la deuda externa, y cuando ya se ven en banca rota este banco les vuelve a proporcionar la ayuda monetaria convirtiendo esto en un círculo vicioso, de esta forma la deuda se vuelve impagable.

El problema con esta primera y muy difundida sugerencia de reducir el consumo -que además constituye la receta central del Consenso de Washington es su progresivo y cada vez más evidente fracaso en lo social y en lo económico. Y en todos los países que la han aplicado. Una segunda sugerencia apunta a la conveniencia de crear, ya en el Siglo XXI, un Cartel de Deudores que pueda buscar una solución global y negociar en un mismo plano jerárquico con el sindicato formado por el Club de Paris, el Club de Londres y el Club de Washington. Pero esta sugerencia llega con veinte años de retraso, cuando todos los rincones del mercado de capitales y todas sus herramientas, ya pertenecen en propiedad exclusiva a los acreedores. Una tercera posición tiene un color radicalmente político y propone establecer unilateralmente- un límite máximo para el pago de la deuda, que se basaría en un porcentaje fijo anual de las exportaciones que logren vender los países deudores a los países acreedores. Pero esta propuesta ya fue ensayada en 1985 por el presidente peruano Alan García sin éxito y casi a costa de su propia supervivencia, a pesar de que entonces el poder de los acreedores no era tan grande como lo es ahora. Una cuarta alternativa que fue sugerida hace muchos años por Milton Friedman- apunta a desmantelar el FMI en vista de su evidente incapacidad para encontrar un camino al desarrollo económico. El obstáculo para aplicar esta sugerencia o alguna otra tendiente a deshacer los monopolios de acreedores y dejar la solución del proceso exclusivamente al mercado libre- es que su ejecución depende de los propios acreedores, para quienes el FMI sí ha cumplido con el único objetivo que hoy justifica su existencia: lograr consolidar las ganancias de los acreedores; objetivo en el cual el FMI sí ha sido muy exitoso como ya lo demostramos en el corolario del capítulo dos.

Y la quinta opción que se basaría en un acuerdo de unidad continental para crear una moneda común: el Peso Latino. Crearlo, desde luego, no sería un proceso sencillo. No obstante, como ya lo esbozamos en el capítulo once, esa moneda común podría ser fácilmente creada si adoptamos temporalmente al dólar como moneda propia, para en un corto plazo remplazarlo por el Peso Latino. El Peso Latino, además, no solo que iniciaría la integración, ampliaría el comercio regional, reduciría la dependencia en la deuda externa y marcaría el sendero para lograr la unidad de América Latina, sino que su creación solo depende de nuestra voluntad y no de la voluntad de los acreedores.

Luces:

Para Latinoamérica muchas luces podrían irradiar desde el profundo pensamiento de Adan Smith que la riqueza de una nación se nutre desde tres fuentes: la primera es incrementar el producto rudo del campo y más la producción manufacturada, más el comercio. La segunda, la que nace de las rentas y ganancias de los fondos con la relación a la estabilidad del signo monetario o su decadencia. Tercera la distribución de los fondos, aquella que germina con la equitativa distribución de los fondos entre los gastos del Soberano.

Liberalismo:

Hasta antes de 1776 era difícil establecer una línea divisoria entre el liberalismo político y el liberalismo económico. Pero en ese año se publica La riqueza de las naciones, con lo cual la política y la economía empiezan a ser consideradas dos ciencias independientes.

Desde entonces la filosofía liberal ha seguido evolucionando únicamente dentro de las ciencias políticas, especialmente en Inglaterra y Estados Unidos, países donde aún hoy se continúa utilizando la palabra liberal.

En Latinoamérica, la oposición entre liberales y conservadores se inicia desde principios del siglo XIX pero, a diferencia del mundo anglosajón donde ambos partidos aún se turnan en el poder, en la mayoría de los países de América Latina esos dos partidos en la práctica se han desvanecido. Desde luego, entre los dos grupos políticos, es el partido liberal el que parece que mejor podría coexistir con la economía democrática, en virtud de que –así se supone- la doctrina liberal alberga tendencias progresistas al impulsar la educación para toda la población, la tolerancia religiosa y de cultos, así como la eliminación de privilegios y discrímenes sociales.

Neoliberalismo:

A pesar de su sencillez, esa definición es aplicable tanto en el primer mundo como en América Latina. En Norteamérica, ya lo vimos, el neoliberalismo fue inicialmente denominado Trickle Down economía del goteo y ha servido de apoyo teórico para reducir los impuestos que, hasta 1982, pagaban algunas de las empresas ubicadas en la cúspide de la pirámide económica y social. Como la teoría asume que toda la cúspide es productiva y permeable, se deduce que todo el dinero que se canalice a las empresas de la cúpula, eventualmente fluirá hacia los sectores ubicados en los niveles inferiores; mecanismo que, además, se respalda en la irrebatible Ley de la Gravedad.

En América Latina también se aplicó la receta que aconseja encauzar el dinero a favor de los sectores que los gobiernos designen, pero la receta se aplicó sin discrimen a todas aquellas empresas que tenían deudas externas, estén o no ubicadas en la cúspide. Así se gestó una sola consigna: privatizar las utilidades públicas y estatizar las pérdidas privadas.

Economía Democrática:

Wassily Leontief, el gran economista ruso, norteamericano por nacionalización y ganador del Premio Nobel en 1973, definió el sistema capitalista con la siguiente frase: "Bajo nuestro sistema de libre empresa, la ganancia privada es el viento que impulsa la nave del Estado. Aunque para no quedar a la deriva, el Gobierno debe sujetar el timón"

Naturalmente también existe la posibilidad de que alguna vez algún gobierno pueda utilizar su poder en la dirección inversa. Es decir, para perjudicar a pocos y favorecer a muchos. Pero incluso si ese fuera el caso, debemos puntualizar que en la economía democrática- la noción de equidad no es importante por su connotación moral, por su carácter benéfico o por su relación con la justicia y la ética, sino por el impulso que la equidad irradia sobre el desarrollo económico.

Así, para la mayoría de nosotros ciudadanos de América Latina que no formamos parte de ningún gobierno ni de ningún partido político- la única oportunidad de influir en la estructura del poder, radica en el sufragio electoral abierto cada cuatro o cinco años. Nuestra responsabilidad es el aprovechar ese único voto para elegir buenos gobernantes.

Bibliografía

Alfredo Vergara (2005): "América Latina: entre luces y sombras", edición digital accesible a texto completo en http://www.eumed.net/libros/2005/av/

 

 

Autor:

Aponte Rhina

Avendaño Adrian

Carvajal Carlos

Chacón Joselin

Gómez Andrea

Herrera Sorfanny

Moya Gabriela

Vásquez Adrian

Enviado por:

Profesor:

Msc. Ing. Iván Turmero

edu.red

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÉCNICA

"ANTONIO JOSÉ DE SUCRE"

VICE-RECTORADO PUERTO ORDAZ

DEPARTAMENTO DE INGENIERÍA INDUSTRIAL

CÁTEDRA: INGENIERÍA FINANCIERA

CIUDAD GUAYANA, JUNIO DE 2013

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