Consideremos, ahora, a Netzach en si, bajo sus aspectos macrocósmico y microcósmico, no debiendo olvidarnos que nos hallamos en una esfera de ilusión, y que lo que será descripto en términos de forma no son más que apariencias percibidas por el espíritu y proyectadas como formas pensamiento en la luz astral. Es esencial comprender este punto capital si se quiere evitar la superstición. Todo lo que es percibido "por los ojos del Espíritu y por la contemplaciones de la fe", tiene su base metafísica en Kjokmah, el Sephirah Superior del Pilar de la Misericordia. Pero en Netzach, un gran cambio se produce en nuestro modo de entender los diferentes tipos de existencia asignados a cada esfera dada. Hasta ahora, hemos percibido por medio de nuestra intuición; nuestro entendimiento fue sin forma o en todo caso, representado por los símbolos más abstractos; Estos no se ofrecen más después de Tiphareth, sino que llegamos a símbolos concretos como la rosa asignada a Venus, para Netzach, y el caduceo, emblema de Mercurio, para Hod.
Como ya se ha visto, concebimos los Sephiroth Superiores bajo el aspecto de factores de manifestación y de función. En nuestro estudio sobre Tiphareth hemos dicho cómo la Inteligencia Mediadora, como el Sepher Yetzirah expresa, rompe en un prisma la Luz Blanca de la Vida Única, de manera que se convirtió por ese hecho en el Esplendor Refulgente de múltiples rayos de Netzach. Aquí, ya no tratamos con la fuerza, sino con fuerzas; tampoco con la vida, sino con vidas. Lógicamente, pues, el orden Angélico signado a Netzach es el de los Elojim, o dioses. El Uno está dividido en Muchos, para los fines de la manifestación en la forma.
Los múltiples rayos de Netzach no son la luz blanca que nos permite ver todas las cosas bajo su verdadero color; son de diversos colores, cada uno de ellos revelando e intensificando algún aspecto especial de la manifestación. la luz azul, por ejemplo, nos revela sólo los colores que armonizan con él; los colores complementarios son negros. Toda vida o toda forma de fuerza se manifiesta en Netzach, es una especie parcial y especializada; de manera que un ser cualquiera, desarrollándose en esta séptima esfera, no puede tener un desarrollo completo sino que será siempre la creatura de una idea, de una función única, muy simple, estereotipada.
Es el factor Netzach que es básico en nuestros instintos, cada uno de los cuales, en su esencia no intelectualizada, hace nacer los reflejos apropiados; por ejemplo, los labios de un niño succionarán todo lo que se les ofrezca.
Los seres de Netzach, los Elojim, no son inteligencias, sino ideas revestidas de una forma. Los Elojim para darles su nombre hebreo son influencias formadoras por las cuales la fuerza que crean se expresa en la naturaleza. Su verdadero carácter puede ser discernido en Kjesed, donde, según el Sepher Yetzirah, se llaman "Los Poderes Sagrados". Sin embargo, en Netzach, que representa la cuna superior del éter reflector, sufren un cambio; el espíritu del hombre, formador de imágenes, comienza a obrar sobre ellos, amoldando la luz astral en forma tal, que los representará por su propia conciencia.
Es muy importante para nosotros comprender que estos Sephiroth inferiores están poblados de millares de formas pensamiento; que todo lo que ha podido concebir la conciencia humana, aun sea confusamente, tiene Allí una forma revestida de luz astral que cuanto más la imaginación se aplique a idealizarlo tanto más esta forma se convierte en definida. De consiguiente las generaciones ulteriores de Videntes, cuando intenten discernir la naturaleza espiritual y la esencia intima de cualquier forma de vida, encontrarán forzosamente estas imágenes, "las creaciones de creatura" que a menudo se las usa mal, tomándolas por la esencia abstracta en sí, la cual no puede ser hallada en ningún plano ofreciendo imágenes a la visión psíquica sino únicamente en aquellos que discierne la intuición pura.
En los tiempos de su mentalidad primitiva, el hombre adoró esas imágenes que representaban para sus ojos las grandes fuerzas naturales , tan importantes para su bienestar exterior ; así estableció entre ellas y él un lazo de unión, gracias al cual desarrolló un canal donde las fuerzas representadas podían verterse en su alma estimulando así el factor de ese culto, sobre todo se desarrolló e intelectualizó como en Egipto y Grecia, crearon imágenes extremadamente definidas y poderosas; son ésas a las que, generalmente, se las considera como dioses. Generaciones de creencia y de culto, construyeron en la luz astral una forma muy eficaz; cuando el sacrificio se sumó a la fe, descendió paso más hacia los planos de la manifestación, se hizo visible el vasto éter de Yesod y, finalmente, se convirtió en un poderoso agente mágico, capaz de obrar por Sí propio cuando se le sumó un alma por las ideas concretas generadas en Hod.
Vemos así que todo ser celeste concebido por el espíritu del hombre tiene por base una fe natural, pero que, sobre la base de esta fuerza, se construye una imagen simbólica que le corresponde y representa, imagen animada y hecha activa por el juego de esta mismo fuerza. La imagen no es más que un modo de representación adoptado por el Espíritu humano para sus fines pero la fuerza que ella representa y para la cual es el alma un poder muy real y, en ciertos casos, muy poderoso. En otros términos, aunque la forma aparente de los dioses sea debida a nuestra imaginación, la fuerza a ella asociada es real y activa a la vez.
Este hecho es no sólo la clave de la magia talismánica, tomada en su más amplio sentido, que incluye todo objeto consagrado para uso de la meditación y del ceremonial, sino también de muchas cosas corrientes que no podemos a menos de observar, y que parecen inexplicables. Dan cuenta de un gran numero de puntos en una religión bien construida, que son muy reales para quien crea, y extraños para el incrédulo, pues es incapaz de explicarlos y tampoco los puede negar.
Sin embargo, en Netzach tenemos la forma más tenue de esas realidades, que no son percibidas por "Las contemplaciones de la fe" ni por "la mirada del espíritu". Por el contrario, en Hod se cumple toda clase de operaciones mágicas donde el mental, a su vez, interviene para dar a esas apariencias flotantes una forma y una duración; pero en la esfera de Netzach esas operaciones no tienen lugar. Todas las formas de los dioses son adoradas aquí por intermedio de las artes, y no concebidas por sistemas abstractos. Para todo fin práctico es imposible separar las actividades de Netzach y de Hod, que constituyen un par funcional, exactamente como Gueburah y Kjesed representan los dos aspectos del metabolismo: el catabólico y el anabólico. Las funciones de Netzach están implícitas en Hod, porque Hod emana de Netzach, y los poderes desarrollados por evolución en la esfera de este ultimo son la base de los poderes visuales de Hod. De consiguiente, todas las operaciones mágicas de la esfera de Hod tienen por base las formas de vida obtenidas en Netzach; y, como el espíritu humano va de esfera en esfera, un buen número de las capacidades de Hod han sido transferidas a Netzach por almas humanas que se hallan en el sendero de la Iniciación. Por tanto , las dos esferas no están netamente disociadas como lo implicaría su clasificación , sino en cada una de ellas un cierto tipo funcional tiene un marcado predominio.
Los contactos con Netzach no se obtienen por una concepción filosófica del genero de vida que Allí reina; tampoco por el psiquismo ordinario generador de imágenes, sino por "un sentimiento adecuado", como tan bien lo ha expresado Algernon Blackwood en sus libros, donde tanto se transparenta la Esfera de Netzach. Por la danza, el sonido y el color es como pueden ser evocados los Ángeles de Netzach. El adorador de un dios, en esta esfera, entra en comunión con él, por medio de las artes; en la medida en que sea artista, en cualquier dirección que fuere, y se halle capaz de hacer de su dios una imagen simbólica, podrá establecer el contacto y atraer la vida en Sí mismo. Todos los ritos que tengan movimiento y color actúan en la esfera de Netzach. Y puesto que Hod, la Esfera de las operaciones mágicas, toma fuerza de Netzach, se deduce que toda operación mágica de la Esfera de Hod tiene un elemento de Netzach si es que esa operación es eficaz; para ofrecer una base a la manifestación, la sustancia éterica debe ser atraída por una forma de sacrificio cualquiera, aunque sea quemando incienso. Este problema será plenamente estudiado cuando estemos en la Esfera de Yesod, a que pertenece realmente. Es necesario señalarlo aquí, porque el sentido de los ritos de Netzach no puede ser realizado sin la comprensión de los medios que presiden la manifestación y de manera en que el dios se aproxima a sus adoradores.
II
Consideremos ahora a Netzach desde el punto de vista microcósmico del Árbol de la Vida, o sea el Árbol subjetivo que se encuentra en el alma donde los Sephiroth, como es sabido, se convierten en factores de conciencia.
Los tres Superiores y el primer par de Sephiroth manifestados Kjesed y Gueburah, representan el Yo Superior, con Tiphareth como punto de contacto con el Yo Inferior. los cuatro Sephiroth inferiores, Netzach, Hod, Yesod y Malkuth, representan el Inferior o personalidad, la unidad de encarnación, con Tiphareth como punto de contacto con el Yo Superior o Ego, que algunas veces es llamado el Santo Ángel Guardián.
Desde el punto de vista de la personalidad Tiphareth representa la Conciencia Superior que percibe las realidades espirituales: Netzach representa los instintos, y Hod el intelecto. Yesod representa el Éter o quinto elemento, y Malkuth los cuatro elementos que forman el aspecto sutil de la materia. Todo lo que el ordinario intelecto humano puede realizar, es naturaleza de la materia densa, Malkuth, y del intelecto, Hod, siendo ambos aspectos concretos de existencia. El intelecto no puede apreciar las fuerzas que construyen las formas, tal como están representadas por Netzach, la Esfera de los instintos, y por Yesod, el doble etérico o cuerpo sutil. Por tanto, es necesario que estudiemos a Netzach con cuidado; su naturaleza y su importancia escapan normalmente a nuestra comprensión.
Comprenderemos mejor la naturaleza de Netzach en el microcosmos si recordamos que es la Esfera de Venus, con todo lo que ello implica. Traduciendo en buen español el lenguaje Cabalístico simbólico, ello significa que aquí nos relacionamos con la función de polaridad, la cual contiene mucho más que el sexo, tal como corrientemente se lo concibe.
A este respecto es importante hacer notar que Venus, o Afrodita según su nombre griego, en absoluto es una diosa fecunda como lo son Perséfone y Ceres, sino la diosa del amor. Ahora bien: en el concepto de vida de los helenos, el reino del Amor era mucho más vasto que la relación entre los sexos, pues comprendía la camaradería de los soldados y la relación entre maestro y discípulo. La hetaira griega, o mujer que hacía profesión del amor, era algo por completo diferente de la prostituta moderna. El heleno guardaba la simple relación sexual física para su esposa legítima que estaba encerrada en el gineceo o harén, donde servia simplemente a los fines de darle herederos legítimos; la esposa, que por otra parte era de sangre pura, no tenía educación y tampoco tenia valor para desarrollar su seducción ni practicar el arte de agradar. Menos aun le estaba permitido adorar a la diosa Afrodita, que preside los más elevados aspectos del amor; las deidades que ella debía venerar eran las del hogar doméstico: Ceres la diosa de la Tierra, gobernaba los Misterios de las mujeres griegas.
El culto de Afrodita era algo bien distinto que el cumplimiento de una función animal. concernía al interludio sutil de la fuerza vital, EI cual comprendía dos factores: EI curioso flujo y reflujo, el estimulante y la reacción, que desempeñan un papel tan importante en las relaciones entre los sexos, pero que va mucho más allá que la esfera del sexo.
En principio, la hetaira griega era una mujer muy culta evidentemente, había distinciones entre ellas, desde la categoría más baja, parecida a la geisha japonesa, hasta la categoría más elevada, que tenia un salón, a la manera de las celebres francesas llamadas "bas-bleus", y eran mujeres de reconocida virtud física a quienes ningún hombre hubiese osado hacer proposiciones groseras. Visto El respeto conque los griegos consideraban la función sexual, es probable que en ningún grado de la sociedad le hetaira se aproximase a la degradación de las actuales prostitutas profesionales.
La función de la hetaira era la de satisfacer tanto los gustos intelectuales de sus clientes como sus apetitos; era huésped y amante; los poetas y filósofos iban a El para recibir inspiración y agudizar su espíritu, pues se consideraba entonces que ninguna fuente de inspiración, para un intelectual, equivalía a la sociedad de una mujer verdaderamente culta.
En los templos de Afrodita, el arte de amar era constantemente estudiado, y las sacerdotisas eran formadas desde la infancia Este arte no era sólo el de provocar la pasión, sino satisfacer plenamente en todos los grados de conciencia, no solamente por la satisfacción de las necesidades físicas del cuerpo, sino por el cambio sutil de magnetismo, por una polarización intelectual. Ello elevaba el culto de Afrodita muy por encima de la sensualidad pura y simple, y así se explica que las sacerdotisas de ese culto inspirasen respeto y que en absoluto fuesen miradas como prostitutas ordinarias , aunque ellas acogiesen al primer llegado. Cumpliendo su arte, servían para satisfacer a ciertas exigencias sutiles del alma humana. Nosotros, por medio del cine y los espectáculos hemos llevado el arte de estimular el deseo a un grado desconocido por los griegos; pero no tenemos la menor noción del arte mucho más importante de despertar las necesidades del alma humana por un cambio magnético, etérico y mental a la vez. Es por esta razón que nuestra vida sexual, desde el punto de vista tanto fisiológico como social, parece tan inestable y mezquina.
No podemos juzgar sanamente el sexo sin comprender que es un aspecto de lo que en ocultismo se llama polaridad, y que su principio rige toda la creación; en efecto, es la base de la manifestación. En el Árbol de la Vida está representado por los dos Pilares de la Misericordia y de la Severidad. Toda actividad está comprendida en el principio de polaridad, lo mismo que toda la función de la forma está comprendida en el principio del metabolismo.
La polaridad significa, esencialmente, el aflujo de una fuerza que va de una esfera de alta presión a una esfera de presión baja; los términos "alto" y "bajo" deben ser entendidos siempre como relativos. Toda esfera de energía, cualquiera que sea, siempre tiene necesidad de ser estimulada por el influjo de una energía más elevada que aumenta su presión inferior. La fuente de toda energía es el Gran lnmanifestado; ella sigue su ruta de nivel en nivel, cambiando su forma de un nivel a otro hasta convertirse finalmente, en "terrestre" en la esfera de Malkuth. En toda vida individual, en toda forma de actividad, en todo grupo social organizado para el fin que fuere, ejercito, culto, compañía financiera, vemos en acción la marcha de esa energía, en forma de circuito.
El punto capital a realizar es que en el Árbol de la Vida microcósmico hay un vaivén hacia arriba y abajo de las esferas negativa y positiva, de los grados de nuestra conciencia: lo espiritual informa al espíritu, éste a las emociones, éstas al doble etérico que construye el vehículo físico, el cual es "la tierra" del circuito. Este es un punto que algunas veces se descuida, pero cuyas consecuencias pueden comprenderse cuando se está prevenido.
Lo que es menos cómodo para comprender es que hay un flujo entre cada "cuerpo" o nivel de conciencia y su aspecto correspondiente en el macrocosmos. Así como hay integración y expulsión en Malkuth, donde el alimento y el agua son asimilados por el cuerpo, expulsados por las funciones de la excreción, y alimentan entonces el reino vegetal bajo el nombre decente de "abono", así también hay integración y expulsión del doble etérico a la luz astral, y del cuerpo astral al espíritu, y asimismo a Través de todos los planos donde existen los factores más sutiles que representan los seis Sephiroth Superiores. La esencia de la Cábala Mágica, que es la aplicación práctica del Árbol de la Vida, consiste en desarrollar esos circuitos magnéticos sobre todos los diferentes niveles, y así fortificar y agrandar el alma. Como el cuerpo físico se alimenta comiendo y bebiendo, y mantenido en buena salud por sus funciones de excreción es que pueden ser llenadas las operaciones de la esfera de Malkuth, asimismo el alma humana es intensificada por las operaciones de la esfera de Tiphareth, llamada también la Esfera de Redención, la cual mantiene sana nuestra alma. Sabemos cómo la Iniciación desarrolla los poderes del psiquismo superior y permite al espíritu humano comprender las verdades espirituales; lo que no siempre comprendemos es que, para recorrer toda la gama de sus desarrollos, el hombre tiene necesidad igualmente de desarrollar el poder de entrar en contacto con la energía natural en su forma sutil, tal como está representada por la Esfera de Netzach. Estamos acostumbrados a admitir que lo espiritual y lo natural están en mutuo antagonismos, que debemos robar a Pedro para pagar a Pablo, y a deducir que si lo espiritual es el bien más elevado, lo natural es necesariamente el mal más inferior; no comprendemos que la materia es una cristalización del espíritu y el espíritu de la materia volatilizada, que entre ellos no hay antinomia de substancia, como no la hay entre el agua y el hielo, ni comprendemos que ambos son estados diferentes de una Cosa Onica, como la llaman los alquimistas; es Este el gran secreto alquímico que constituye la base filosófica de la doctrina secreta de la transmutación.
Pero la transmutación de los metales es de muchísima menos importancia, comparada con la transmutación de energía que se trata de realizar en nuestra alma; es a ésta que los Iniciadores se aferran por medio del Árbol de la Vida; y lo mismo que la conciencia es transformada de arriba hacia abajo del Pilar Central de la Dulzura o del Equilibrio, asimismo es transformada la energía de arriba hacia abajo del Pilar del Rigor, en el cual Hod, el intelecto, constituye la base.
En Kjokmah, pues, el gran poder masculino del Universo, se efectúa la prodigiosa partida de la vida; en Kjesed se efectúa organización de las fuerzas por medio de sistemas que se corresponden; en Netzach tenemos una esfera de evolución que, ascendiendo desde Malkuth como fuerza organizada, nuevamente vuelve capaz de entrar en contacto con la fuerza esencial: Netzach, la Esfera de Nogah – nombre hebreo para Venus Afrodita -, es, pues, una esfera de la más elevada importancia desde el punto de vista del trabajo oculto práctico. Como la mayor parte los aprendices oculistas trabajan sólo en el Pilar Central, Pilar de la Conciencia, y descuidan los Pilares Laterales, que son los Pilares de la Función, es por ello que, generalmente, obtiene resultados despreciables. En este caso, el ciego guía al ciego; y el así llamado Iniciador de las fraternidades ocultas modernas, el cual es más bien un místico que un Ocultista autentico, no entiende que la Iniciación comprende lo consciente y lo inconsciente y que debe iluminar tanto los instintos como aclarar la razón.
III
Hemos considerado a Netzach desde el punto de vista objetivo y subjetivo; nos resta estudiar el simbolismo de este Sephirah a la luz del conocimiento que hemos obtenido.
Observemos de inmediato que el simbolismo contiene dos ideas perfectamente diferentes: la idea del Poder y la idea de la Belleza, evocando, así el viejo mito de Venus y de Marte, enamorados como se sabe, uno del otro. Estos mitos no son en absoluto fábulas, excepto en su sentido histórico; son mitos que representan verdades para el espíritu. Cuando encontramos la misma idea en Panteones diferentes, cuando vemos que seres tan desemejantes como el Cabalista hebreo y el Poeta griego de mentalidades tan opuestas como los polos, ofrécennos el mismo concepto revestido de formas distintas, debemos deducir que ello no es un mero accidente, sino que es menester un examen muy atento.
No usaremos esta vez nuestro método habitual de analizar los símbolos en el orden dado , y los clasificaremos de acuerdo con los dos tipos en que se muestran.
El título hebreo del Séptimo Sephirah es Netzach, cuyo sentido es Victoria. Su título adicional es La Firmeza, que evoca la misma idea de dominio y de energía victoriosa. El Nombre Divino es Yejova Sabaoth, que significa el Dios de las Legiones o también de los Ejércitos. El Orden de Netzach es el de los Elojim o Dioses, los cuales gobiernan la Naturaleza.
Las cuatro series de cartas del Tarot asignadas a este Sephirah contienen la idea de batalla, aun bajo la forma negativa. Sin embargo, es curioso notar que solamente el siete de Bastos tiene un sentido positivo, siendo maléficos los otros. La razón de ello nos resulta clara cuando examinamos todo el simbolismo; pero por el momento lo dejaremos de lado, para volver a él mas adelante.
Examinaremos, ahora, la otra serie de imágenes simbólicas. El Chakra Mundano de Netzach es Venus, y su imagen mágica bien apropiada es el de una "muy bella mujer desnuda". La experiencia espiritual asignada a estas Esferas es la Visión de la Belleza Triunfante. La virtud es la ausencia del egoísmo, es decir, la facultad de adoptar la polaridad negativa. Los vicios son los que ocasionan el abuso del amor: el impudor, la lujuria. La correspondencia microcósmica indica los riñones, la cadera, las piernas. Notemos que estos forman el encuadramiento de los órganos generadores, sin ser órganos mismos, y nos confirman la idea ya conocida de que la Diosa del Amor y la Diosa de la Fecundidad son distintas.
Los signos asignados a Netzach son la Lámpara, el Cinto y la Rosa los dos últimos se explican por sí propios, pues están asociados tradicionalmente con Venus. Pero la Lámpara debe ser explicada, ya que no lo es por la tradición, debiendo para ello recurrir a nociones de alquimia.
Los cuatro Elementos están asociados a los cuatro Sephiroth inferiores y, de estos elementos, es el Fuego el que está asociado a Netzach. La Lámpara es el instrumento mágico requerido en las operaciones que conciernen al elemento Fuego; y de allí su asociación con Netzach. El elemento Fuego está asociado a la fuerza ígnea que se halla en el corazón de la Naturaleza, y en relación con el aspecto marciano del Sephirah de Venus.
Vemos, pues, por un examen del simbolismo precedente, que el simbolismo Victorioso o Marciano esta asociado al Macrocosmos, y el del Amor o de Venus, al Microcosmos , es decir , al aspecto Subjetivo. Esto nos da la clave de una verdad psicológica importante bien comprendida por los antiguos, pero que debió esperar los trabajos de Freud para ser traducida en lenguaje moderno. Su mejor expresión consiste en decir que la energía elemental o el dinamismo fundamental de un individuo esta en conexión muy estrecha con su vida sexual.
Este es un hecho importante de nuestra vida psíquica, conocida por los psicólogos, aunque sea despreciado por los psíquicos y místicos, generalmente inclinados a un idealismo que procure evadirse de la materia y eludir sus problemas. Pero esa evasión equivale, en una campaña militar, a dejar atrás una fortaleza que no ha sido conquistada; y el mejor método, o más bien el único método para producir una existencia completa y un temperamento equilibrado, es el de dar su verdadero lugar a Netzach, el cual equilibra la intelectualidad de Hod y el materialismo de Malkuth, recordando siempre que el Árbol de la Vida comprende los dos Pilares de Polaridad y, entre ellos, el Sendero de Equilibrio.
El verdadero secreto de la virtud natural consiste en el reconocimiento de los derechos que tienen los Pares Opuestos; no existe entre ellos ninguna antinomia parecida a la del Bien y el Mal, sino un equilibrio entre dos extremos, ambos malos cuando son llevados al exceso, y dando nacimiento al Mal cuando pierden el equilibrio. La licencia no controlada conduce a la degradación; pero, por otra parte, el idealismo sin freno lleva a la neurosis.
Hay tres clases de personas que entran en lo interior del Velo: el místico, el psíquico y el ocultista. El místico aspira a la unión con Dios, y alcanza su meta, dejando de lado en su vida todo lo que no sea Dios. El psíquico es un receptor de vibraciones muy sutiles, pero no sabe transmitirlas. En una cierta medida, el ocultista tiene ese poder receptor, pero su objeto es guardar el control y poder dirigirse a los reinos invisibles, de la misma manera que el hombre de ciencia ha aprendido a controlarse y conducirse en el reino de la Naturaleza visible. Para llegar a un fin de este orden, le es necesario trabajar con las fuerzas invisible sabiéndolas comprender, de la misma manera que el sabio aprende a dominar la Naturaleza. Algunos de estos poderes invisibles, los que vienen de Kether, son espirituales; los otros, los que vienen del Malkuth, son elementales. Las fuerzas emanadas de Kether en el Macrocosmos son recogidas en el Microcosmos merced al centro de Tiphareth, como se dice en lenguaje cabalístico; las fuerzas elementales son recogidas por el centro de Yesod, pero –y éste es el punto importante– todas son dirigidas, controladas, en la medida en que se mantiene el equilibrio entre las Esferas de Netzach y de Hod.
En el Microcosmos, Netzach representa la parte instintiva, emocional. de nuestra naturaleza, y Hod, representa el intelecto; Netzach, en nosotros, es el artista, y Hod el sabio. Según la variación de nuestro humor entre dinamismo y oposición, la polaridad NetzachHod se producirá en este microcosmos; la preponderancia de Hod nos hará teóricos, sin practica en materia oculta. Nadie en quien no funcione la Esfera de Netzach podrá abordar la magia pues el escepticismo de Hod destruirá, antes que nazcan, todas las imágenes mágicas. Como todo en la naturaleza, Hod, no fecundado por la polaridad opuesta, quedara estéril. Es necesario que en todo ocultista que quiera trabajar prácticamente, haya un artista. El intelecto en Si, por poderoso que sea, no confiere el poder. Es gracias a Netzach que los poderes elementales tienen acceso en nuestra conciencia; sin Netzach, ellos quedan en la esfera subconsciente de Yesod, donde esperan ciegamente. En los Misterios se enseña que todo nivel de manifestación tiene su ética, su noción de lo justo e injusto, y que no debemos confundir los planos esperando de uno lo que corresponde al otro. En las esferas del pensamiento, la ética es lo Verdadero; y en el plano astral, esfera de las emociones, de los instintos, la ética es lo Bello.
Debemos aprender la justicia de la noción de la Belleza, y la Belleza de la Justicia, si queremos que todas las provincias de nuestro reino interior obedezcan a la autoridad central de la conciencia unificada.
Entrando en la región de los cuatro Sephiroth inferiores, penetraremos en la esfera del espíritu humano. Considerados subjetivamente, constituyen la personalidad y sus poderes. La meta de la iniciación oculta es el desarrollo de esos poderes y unirlos con Tiphareth, que es el hogar del Yo Superior e Individual, desarrollo y unión a los que se llega tomando esos poderes desde el mas elevado punto de vista, tal como debe hacerse siempre, so pena de caer en la magia negra. De consiguiente, estudiando a Netzach, hemos franqueado el umbral de los Misterios y hallamos la sierra sagrada reservada solamente a los iniciados. Quien escribe estas líneas no defiende en absoluto un secreto que no es mas que una argucia sacerdotal, pero existen ciertos hechos de los Misterios de los cuales es mejor no hablar mucho, para que no se cometan abusos. Asimismo, hay una tendencia inveterada de la naturaleza humana a aplicar sus propias definiciones en los términos que le son familiares , y a rehusar reconocerlos fuera de sus asociaciones ordinarias. Si levantamos una punta del Velo y decimos que el sexo es solo un caso especial del principio universal de polaridad, la gente deducirá de inmediato que la polaridad y el sexo son sinónimos en sí. Si afirmamos que, aunque el sexo sea una parte de la polaridad, otra parte importante no tiene, sin embargo, ninguna vinculación con él, la gente procura ignorar esta afirmación. Probablemente seríamos mejor comprendidos si substituyéramos la terminología de los físicos por la de la psicología, y dijéramos que la vida debe seguir su circuito: aisladla y ella quedará inerte. Observemos la personalidad del hombre como una máquina eléctrica; es necesario que ella sea puesta en contacto con la cámara de donde parte la energía que es Dios, Fuente de toda Vida, o no funcionará; pero también debe entrar en contacto con la región de la tierra, pues de lo contrario no podrá circular la energía. Todo ser humano debe arraigarse a la Tierra, literal y metafóricamente. El idealista procura aislarse completamente de los contactos terrestres, para no desperdiciar energía; y éste lo hace porque no comprende que este globo es un gran imán. Una antigua tradición declara que la clave de todos los Misterios fue grabada en las Tablas de Esmeralda de Hermes, donde fueron escritas las palabras siguientes: "Como abajo es arriba". Apliquemos a la psicología los principios de la ciencia física, y descifraremos la energía. Que aquel que tenga oídos para oír, oiga.
Finalmente, consideraremos el sentido de las cartas del Tarot, asociadas a Netzach. Son los cuatro Siete de ese juego.
Como llegamos a la esfera del plan terrestre, consideramos oportuno explicar lo que representan estas cartas menores del Tarot en la adivinación. Simbolizan los diferentes modos de función de los diversos poderes Sephiróthicos en los Cuatro Mundos de los Cabalistas. La serie de Bastos corresponde al nivel espiritual; la de las Copas, al nivel mental; la Espadas, al plano astral, y los Oros, al plano físico. De consiguiente, si cae el Siete de Oros en una operación adivinatoria, significa que la influencia de Netzach desempeña una papel en el plano físico. Hay un viejo proverbio que dice: "Dichoso en el amor, desgraciado en el juego". Es otra manera de decir, que aquel que tiene "sex appeal" para las personal de sexo opuesto, está incesantemente sobre ascuas, si podemos expresarnos de esta manera. Venus, en los asuntos terrestres, es una influencia importuna, pues trastrueca los aspectos serios de la vida. Tan pronto como su atractivo se hace sentir en Malkuth, debe pasar el cetro a Ceres, y desaparecer. Los hijos y no el amor son los que constituyen un hogar durable. El nombre cabalístico del Siete de Oros, es Fracaso, y no tenemos más que pasar revista a la vida de Cleopatra, Eloisa e Isolda para comprender que Venus, en el Plano terrestre, tiene por divisa: "Por el amor pierdo el mundo".
La serie de Espadas concierne al plano astral El título secreto del Siete de Espadas es "Esfuerzo inestable", lo cual expresa bien la acción de Venus en la esfera emocional y su intensidad efímera.
El titulo secreto del Siete de Copas es: "Éxito ilusorio"; esta carta representa la acción de Venus en la esfera mental, donde ella no contribuye en nada para hacer claras las concepciones. Cuando estamos bajo su influencia, creemos lo que queremos creer. En este plano, su divisa podría ser: "El amor es ciego".
Solamente en la esfera del espíritu Venus está en lo que le es propio. Allí su carta, el Siete de Bastos, se llama "Valor", expresando muy bien su influencia dinámica y vitalizante, cuando se comprende y emplea su significado espiritual.
Las cuatro series de cartas del Tarot asignadas a Netzach revelan de manera muy curiosa la naturaleza de la influencia de Venus, a medida que fluye a través de los planos. Nos enseñan una lección importante, mostrándonos hasta que punto esta fuerza es esencialmente inestable, a menos que tenga su raíz en el principio espiritual. Las formas inferiores del amor son las emociones, en las cuales uno no se puede fiar; pero el amor es superior, es dinámico y vigorizante.
CAPITULO XXIII
TÍTULO: Hod (Jod), la Gloria, (Letras hebreas: He, Vau, Daleth ) .
IMAGEN MÁGICA: Un hermafrodita.
POSICION EN EL ÁRBOL: Al pie del Pilar del Rigor.
TEXTO YETZIRÁTICO: El octavo Sendero es llamado La Inteligencia Absoluta o Perfecta, porque es el instrumento de la Primordial, la cual no tiene raiz en la que ella se pueda implantar, si no es en los lugares ocultos de Guedulah, del cual emana su esencia
NOMBRE DIVINO: Elojim Tzaboath, el Dios de la Legiones.
ARCÁNGEL: Michael (Mikjael).
ORDEN ANGÉLICO: Beni Elojim, los Hijos de Dios.
CHAKRA MUNDANO: Kokab, Mercurio.
EXPERIENCIA ESPIRITUAL: Vision del Esplendor.
VIRTUD: Veracidad.
VICIO: Mentira, improbidad.
CORRESPONDENCIAS EN EL MICROCOSMOS: Las caderas, las piernas.
SÍMBOLOS: Nombres, versiculos, Mandil.
CARTAS DEL TAROT: Los cuatro Ocho.
Ocho de Bastos: Rapidez.
Ocho de Copas: Éxito abandonado.
Ocho de Espadas: Fuerza amortiguada.
Ocho de Oros: Prudencia,
COLOR EN ATZILUTH: Violeta púrpura.
,, BRIAH: Naranja.
,, YETZIRAH: Rojo bermejo.
,, ASSIAH: Negro amarillento, moteado en blanco.
Los dos Poderes primordiales del Universo están representados' en el Árbol de la Vida, por Kjokmah y Binah, Fuerza Positiva y Fuerza Negativa. Los cabalistas dicen que, aunque de cada Sephirah emana el siguiente según su orden numérico, esos dos Poderes Superiores, una vez establecidos en el Árbol, proyectan diagonalmente sus reflejos de una manera muy especial. Esto se halla indicado claramente en el Sepher Yetzirah cuando dice: "Hod no tiene raíz por la cual se pueda implantar, sino es en los lugares ocultos de Guedulah, de donde emana su esencia". Guedulah como sabemos, es otro nombre que se da a Kjesed.
Binah es el Creador de la Forma. Kjesed es el anabolismo cósmico, la organización de las unidades agrupadas por Binah en estructuras complejas que reaccionan entre sí; Hod, reflejo de Kjesed, es a su vez un Sephirah de la Forma, y representa en otra Esfera ese principio coagulante.
Kjokmah, por otra parte, es el principio dinámico; se refleja en Guebúrah, el catabolismo cósmico, representando la ruptura del complejo en unidades simples, o sea una liberación de la energía; y esto se refleja también en Netzach, fuerza vital de la Naturaleza.
Para la comprensión de los cinco Sephiroth inferiores, es importante notar que el presente estudio de evolución ha hecho penetrar en algún grado la conciencia humana en sus Esferas. Tiphareth representa la conciencia más elevada , donde la individualidad se une a la personalidad; Netzach y Hod representan, respectivamente, los aspectos de fuerza y forma de la conciencia astral. A causa que la conciencia humana se ha manifestado en sus esferas, sus naturalezas puramente cósmicas se han alterado considerablemente bajo su influencia; y puesto que la conciencia humana, cuyo dominio es Malkuth, es una conciencia de forma, nacida de la experiencia de la sensaciones físicas, las condiciones de Malkuth se reflejan, bajo una forma rarificada, en Hod y Netzach, y también, en un grado menor, en Tiphareth; Yesod está más sometido aun a la influencia ampliadora de Malkuth.
Esto se debe al hecho de que el espíritu de todo ser. habiendo logrado un grado de desarrollo suficiente para entender una voluntad independiente, obra objetivamente sobre su medio, y de consiguiente, lo modifica. Hagamos más claro lo que antecede, por medio de un ejemplo: Las creaturas poco desarrolladas, las formas de vida sin poder motor, tales como las anemonas marítimas, no pueden ejercer sobre su medio mas que una influencia insignificante; pero un tipo de creación más inteligente y elevado, puede proyectar una fuerza, obligando a lo que la rodea a plegarse a su voluntad, como cuando un castor hace su nido. Los seres humanos, en la cima de la escala de esos seres revestidos de materia, en este sentido han hecho proezas, hasta el punto que el globo físico gradualmente se les ha sometido; íntegras esferas son conquistadas por el hombre.
En lo que concierne a cada diferente nivel de conciencia, las condiciones son precisamente análogas. El espiritú construye con la substancia mental, la naturaleza espiritual se sirve de las fuerzas espirituales del Cosmos, exactamente de la misma manera que la anemona de mar se desarrolla absorbiendo los alimentos que le ofrece el agua. Los tipos de personalidades superiores son análogos a los animales superiores, en el sentido de que pueden , en un grado más fuerte, modificar sus medios más sutiles: el espíritu, hecho de substancia mental, hace sentir su poder en el plano mental.
Observando el plano astral (que es esencialmente el nivel donde funcionan los aspectos más densos del espíritu humano) notamos que las fuerzas y factores de este plano aparecen a la conciencia como formas etéreas de un tipo distintamente humanas; y si afrontamos filosóficamente este problema y no de manera pura, simple, creyente, nos será difícil explicarlo; sin embargo, el Iniciado se lo explica. Declara que esas formas especiales son creaciones del espíritu humano, que atribuye a las fuerzas naturales inteligentes; formas de un tipo parecido a si propio; razonando por analogía, el Iniciado se dice que, puesto que están individualizadas, su individualidad, para manifestarse, debe tener un vehículo del mismo género que su propia individualidad. Se sobrentiende, que esta presunción no es necesariamente exacta. En efecto, estas formas de vida, dejadas íntegramente a si mismas, terminan su encarnación en fenómenos naturales, siendo su vehículo una cadena coordinada, como un río, una cadena de montañas, un huracán. Tan pronto como el hombre entra en contacto con lo astral, sea un psíquico como un mago, antropoformiza siempre, crea formas a su semejanza para representarse las fuerzas sutiles que el se esfuerza en asir, comprender y someter a su voluntad. Verdadero reflejo de Binah, en todos los planos y cualesquiera que sean, donde su conciencia tenga acceso.
Las formas percibidas en el plano astral por aquellos que pueden verlas, han sido creadas por la imaginación de los hombres para representarse las fuerzas naturales sutiles de otros modos evolutivos diferentes del humano. Las inteligencias de las otras formas de evolución diferentes de la nuestra, poniéndose en contacto con la vida humana, algunas veces pueden ser incitadas a asimilarse a la nuestra, como el hombre se reviste de una escafandra para descender en otro elemento. Un cierto tipo importante de magia se dedica a crear esas formas y hacerlas habitar por esas entidades.
Examinemos de mas cerca lo que sucede en una operación de ese género. El hombre primitivo, mucho más psíquico que el civilizado, no estando organizado su espíritu por la educación, intuitivamente sabe que hay una existencia sutil detrás de alguna fuerza natural altamente diferenciada, diferente de otras fuerzas parecidas. Los hombres están más al corriente de estas cosas en su subconsciente, de lo que de ordinario quieren admitir; no es por casualidad que hablamos de lo femenino de un navío, Y que decimos: "Nuestro Padre Tamesis". Un salvaje, pues, sintiendo esa vida en los fenómenos, intenta entrar en contacto con ella y, si es posible, aliarse. Como evidentemente no lo puede dominar, debe parlamentar con ella, de la misma manera como lo haría con otras vidas incluidas en los cuerpos de otra tribu. Para parlamentar, es menester un lenguaje; no es posible entenderse con una fuerza muda. El salvaje, razonando por analogía, según sus primitivos métodos, piensa que los seres que causan los fenómenos habitan en un reino parecido al reino, en que se suceden sus propios sueños: los sueños de una vida despierta se parecen a los del ensueño, con la ventaja que están sometidos a su voluntad; por tanto, se esfuerza en aproximarse a esos seres entrando en sus esferas, es decir, que forma un sueno en estado de vigilia, una imaginación consciente, tan próxima como sea posible a las visiones nocturnas. Si sabe concentrarse con fuerza, puede abandonar su conciencia de vigilia y entrar en un estado determinado voluntariamente.
Para poder llegar a este fin, construye una imagen mental propia para representar el genio del fenómeno natural con el que anhela entrar en contacto; repite muchas veces este esfuerzo, adora la imagen obtenida, le dirige plegarias y la invoca. Si la invocación es ferviente, el ser en cuestión la percibe telepáticamente, y su atención e interés pueden ser despertados de esa manera. Si las plegarias y los sacrificios son agradables para su naturaleza, puede conseguirse una cooperación. Gradualmente, este ser desconocido llega a domesticarse, aprisionarse; finalmente, puede consentir a animar la imagen mental destinada a servirle de vehículo. El éxito de esa operación depende, ante todo, de la medida en que el operador pueda apreciar simpáticamente la naturaleza del ser invocado; tiene éxito en la proporción en que el temperamento humano participa de esta naturaleza.
Si hay éxito, se produce la domesticación de una fuerza de la Naturaleza dada, y la encarnación de esta fuerza en la forma que han construido sus adoradores. Mientras la forma astral es mantenida viviente por el rito de adoración conveniente emanante de los adoradores susceptibles de entrar en comunión simpática con esta especie de vida, existe un Dios encarnado con el cual es posible un contacto y que ha descendido al rango de la percepción humana. Si la adoración cesa, el dios en cuestión desaparece y se reintegra al seno de la madre Naturaleza. Si vienen otros adoradores que sepan construir una fuerza adecuada y estén dotados de la simpatía de imaginación para invocarlo, la tarea de animar una vez más la vida que se ha alejado, será relativamente simple; en todo caso, no será peor que acercarse con un puñado de alfalfa a un caballo que se ha escapado.
Algunos podrían decir que esto es una especulación fantástica y una abstracción puramente dogmática. ¿Como podemos saber que esta es la manera en que procedía el hombre primitivo? Porque es justamente el método que ha transmitido la tradición de los Misterios, desde los tiempos más remotos; porque, empleado por cualquiera que sepa concentrarse como es menester y este al corriente de los símbolos deseados para construir las diferentes formas, el método no falla, y la llama de los altares atrae nuevamente al antiguo Dios. Resultados definidos aparecen en la conciencia de los adoradores; si emplean la técnica espiritista, y si un médium está entre ellos, no dejaran de producirse fenómenos sorprendentes, pero previstos.
Este método es empleado en la Misa por los sacerdotes que saben. En la Iglesia Romana, hay dos clases de sacerdotes: el clérigo parroquial oficial, y los sacerdotes de las ordenes monásticas, que tienen una misión interior y, en consecuencia, trabajan. Estos monjes emplean frecuentemente en la Misa un alto grado de poder mágico: todo psíquico puede atestiguarlo. El acto real de la Transubstanciación lo constituye la encarnación de una fuerza espiritual en una forma astral. El conocimiento de estas cosas y la existencia de cuerpos organizados de hombres y mujeres entrenados para practicar su uso en las órdenes monásticas, es en lo que consiste la fuerza de la Iglesia Católica y Apostólica. La falta de este saber secreto es lo que constituye la debilidad de las comuniones cismáticas, deficiencia que hace a los rituales anglicanos, con respecto a los rituales Romanos, aun en sus ceremonias más amplias, lo que el agua es con respecto al vino, pues los que practican ese rito no tienen noción de los secretos tradicionales conservados por la religión Católica, e ignoran por ejemplo, hasta el arte de visualizar. Quien escribe este libro no es católico ni lo será jamás, pues no desea someterse a esa disciplina especial, ni piensa que no haya bajo los cielos mas que un solo Nombre por medio del cual el hombre pueda salvarse; aunque el autor reverencia ese Nombre, ve dónde esta el poder y, una vez visto, lo respeta.
El poder de la Iglesia romana no está en sus documentos sino en su función; tiene ese poder no porque Pedro haya recibido las Claves (es probable que no las haya recibido), sino porque conoce la manera de obrar. No hay ninguna razón que prive a los sacerdotes de la Iglesia Anglicana de ese mismo poder, a condición de que apliquen los principios que hemos expuesto en estas paginas. En la Orden del Maestro Jesús que hace parte de nuestra organización particular, la Fraternidad de la Luz Interior, decimos la Misa con ese poder, porque aplicamos estos principios. Cuando comenzamos, fue ofrecida la Sucesión Apostólica a nuestros oficiantes, pero declinamos el ofrecimiento, juzgando mejor usar del poder para establecer nuevamente contactos, que recurrir a una Sucesión Apostólica proveniente de una fuente que, desde cierto punto de vista, es objetable. La experiencia ha justificado nuestra elección.
II
A fin de comprender totalmente la filosofía de la magia, es necesario acordarse que un Sephirah aislado no puede ser llamado funcional; la función supone siempre un Par de Sephiroth opuestos, de donde resulta un tercer término por medio del cual se establece el equilibrio: este tercer término es funcional. El Par de opuestos no lo es, porque se neutralizan mutuamente; cuando se unen en una fuerza que emana de ellos se convierte en Tercero (de donde el simbolismo: Padre, Madre e hijo); entonces aparece la actividad dinámica, distinta de la fuerza latente encerrada en ellos que espera su liberación.
El triángulo funcional de la Triada Inferior consiste en Hod, Netzach y Yesod. Como hemos notado, Hod y Netzach, en el plano astral, son respectivamente Forma y Fuerza. Yesod es la base de la substancia etérica, el Akasha o Luz Astral, según la terminología que se use. Especialmente, Hod es la Esfera de la Magia, porque es la Esfera donde aparecen las formas; es, pues, aquella en que el mago puede obrar, porque es su espíritu el que formula las formas, y es su voluntad la que las liga a las fuerzas naturales de la Esfera de Netzach, las que luego las animan. Es necesario recordar que sin la intervención de Netzach, el aspecto fuerza del plano astral, ellas no podrían ser animadas; por medio de Netzach, esfera de las emociones, los contactos tienen lugar simpáticamente, por emotividad concordante. El mago proyecta el poder de su voluntad fuera de Hod, pero sólo por simpatía puede penetrar en Netzach. Las personas frías y dominadoras, o el individuo fluídicamente simpático dominado por la pura emoción, no pueden ser Adeptos.
El poder de una voluntad concentrada es necesario al mago para ponerse en estado de afrontar su obra, pero el estado de una imaginación simpática le es esencial para establecer sus contactos. Porque sólo por nuestro poder de penetrar imaginativamente en la vida de seres diferentes de nosotros, es como podemos estar en contacto con las fuerzas de la Naturaleza. Intentar dominarlas por medio del poder puro y simple, maldiciéndolas con los Santos Nombres de Dios si hacen resistencia, es hechicería.
Como ya hemos notado, es por los factores correspondientes de nuestro propio temperamento que podemos ponernos en contacto con esos poderes naturales. Nuestra Venus interior es la que nos permite ser permeables a las influencias simbolizadas por Netzach. El poder mágico de nuestro espíritu es lo que nos hace accesibles las fuerzas de la esfera HodHermesThoth. Si en nosotros no existe Venus, si no hay capacidad de responder al llamado del amor, las puertas de la esfera de Netzach no se abrirán, y jamás recibiremos su iniciación. Asimismo, sin capacidad mágica, producto de la imaginación intelectual, la esfera de Hod será un libro cerrado para nosotros. No podemos actuar en una esfera, sino después de haber franqueado la iniciación correspondiente, la que, en lenguaje de los Misterios, confiere los Poderes de esa Esfera. En el trabajo técnico de los Misterios, estas iniciaciones son conferidas, en el plano físico, por medio del ceremonial que puede ser eficaz o no. El punto secreto de este problema consiste en el hecho de que no se puede despertar una actividad que no exista ya en forma latente. El verdadero Iniciador es la vida; las experiencias vitales estimulan y activan nuestras capacidades personales, en la medida que las poseemos. Las ceremonias iniciáticas, las enseñanzas dadas en cada grado, sólo tienen por objeto hacer consciente lo que antes era subconsciente, y someter al control voluntario, guiado por el espíritu superior, a esas ciegas reacciones potenciales que hasta entonces han respondido instintivamente a los llamados de lo externo.
Es menester tener en cuenta que es en la medida en que nuestras capacidades de reaccionar se eleven por encima de la esfera de los reflejos emocionales para llegar al control racional, que se convierten en poderes mágicos.
Sólo cuando el aspirante, teniendo la capacidad de responder en todos los planos al llamado de Venus, por ejemplo, logra abstenerse a voluntad y sin ningún esfuerzo a responder a ese llamado, puede ser iniciado en la Esfera especial de Netzach. Es por ello que se dice que el Adepto puede servirse de todo, pero no depender de nada.
Para aquellos cuyos ojos estén abiertos, estos conceptos son prefigurados en el simbolismo de Hod. El texto Yetziratico declara que Hod es la Inteligencia Perfecta, siendo el instrumento intermediario de la Primordial. En otros términos, es el Poder equilibrado, indicando la palabra "intermediario" el justo equilibrio entre dos extremos.
El concepto de reacción controlada y de satisfacción detenida está expresado en el título del Ocho de Copas del Juego del Tarot, cuyo nombre secreto es "Éxito abandonado". La serie de copas, en el simbolismo del Tarot, esta sometida a la influencia de Venus y representa los diversos aspectos, las diversas influencias de Eros. El "éxito abandonado" o la inhibición de la reacción instintiva que empujaría a satisfacerse—en una palabra, la sublimación—es la clave de los poderes de Hod. Pero es necesario recordar que la sublimación es completamente diferente a la represión o la supresión del deseo; se aplica al instinto de preservación como al instinto de reproducción: ambos están estrechamente asociados por la opinión general.
El mismo concepto reaparece en el título secreto del Ocho de Espadas, que es el "Señor de la Fuerza Amortiguadora ". En estas palabra tenemos una clara imagen de la suspensión, de la detención de algún poder dinámico que se trata de someter al control.
En el Ocho de Oros, que representa la naturaleza de Hod manifestada en el plano físico, tenemos el "Señor de la Prudencia", también una influencia combativa y restrictiva. Pero todas esas cartas negativas y de inhibición se resumen en el significado del Ocho de Bastos, el cual representa la acción de la esfera de Hod en el plano espiritual: estas cartas tienen por nombre "El Señor de la Rapidez".
Vemos, pues, que la energía dinámica de los planos superiores llega a ser utilizable, por una serie de inhibiciones y restricciones en los planos inferiores. Ahora bien: es en la esfera de Hod donde la inteligencia racional impone sus restricciones a la naturaleza animal del alma, condensándolas, formulándolas, dirigiéndolas, limitándolas, impidiendo su desgaste. Esta es la operación de magia que obra por medio de símbolos. Por ella, el libre movimiento de las fuerzas naturales sufre una represión que lo pliega a los fines concebidos y volitivos de adelanto. Este poder de dirección, de control, no puede ser obtenido mas que por el sacrificio del alimento fluídico; por tanto, Hod es considerado con justicia como el reflejo de Binah por Kjesed.
Habiendo estudiado los principios generales de la esfera de Hod, estamos en condiciones de detallar su simbolismo.
El sentido de la palabra hebrea es La Gloria, y esto sugiere al espíritu que en este Sephirah, el primero donde las formas están definitivamente organizadas, el esplendor de la Esencia Primordial se revela a la conciencia humana los físicos declaran que la luz es visible para nosotros como cielo azul, merced al polvo sutil expandido en la atmósfera. Una atmósfera sin polvo seria completamente obscura para nosotros; lo mismo es en la metafísica del árbol la Gloria de Dios no puede resplandecer mas que en las formas que la manifiestan . La Imagen Mágica de Hod debe ser atentamente meditada.
Aquellos que hayan comprendido lo que precede, verán hasta que punto la naturaleza dinámica y formal de la obra mágica se resume en este símbolo de un ser en quien se encuentran reunidos los elementos masculino y femenino.
Hod es esencialmente la esfera de las formas animadas por las fuerzas de la Naturaleza; inversamente, es también la esfera donde las fuerzas de la Naturaleza revisten una forma sensible.
El texto Yetziratico ya ha sido examinado en detalle y, a este respecto, el lector podrá referirse a lo que precede.
El Nombre Divino de Hod, EloJim Tzaboath, Dios de las Legiones, contiene de una manera muy interesante el símbolo hermafrodita, porque la palabra Elojim es un nombre femenino con un plural masculino, indicando así, según el método Cabalístico, que representa un tipo de actividad doble, o una fuerza que funciona por medio de un cuerpo organizado. Los tres Sephiroth del Pilar Negativo del Árbol de la Vida contienen la palabra Elojim en su Nombre Divino. Tetraqramma EloJim, en Binah; Elojim Gueber, en Gúebúrah, y Elojim Tzaboath, en Hod.
La palabra Tzabaoth significa legión o ejercito; vemos así aparecer la idea de la Vida Divina manifestándose en Hod por medio de una legión de formas dinámicamente animadas, por oposición a la actividad puramente fluídica de Netzach.
La atribución del poderoso arcángel Mikjael a Hod nos ofrece materia para reflexionar. Siempre se representa a este arcángel pisando una serpiente y traspasándola con una espada, y teniendo a menudo en su mano una balanza, símbolo del equilibrio, lo cual expresa la misma idea que el texto Yetziratico: "Instrumento de lo Primordial".
La serpiente que el gran Arcángel pisa no es más que la fuerza primitiva, la fálica serpiente de los freudianos; este jeroglífico nos enseña que la prudencia "restrictiva" de Hod es lo que mutila la fuerza primera y le impide franquear sus límites. Es bueno recordar que la Caída está simbolizada en el Árbol por la Gran Serpiente, cuyas siete cabezas rebasan los límites que se le han asignado, y eleva hasta Daath mismo su cabeza orlada de una corona. Es muy interesante observar la manera en que los símbolos se entrelazan unos con otros, permitiendo descifrar su sentido y poner, así, su substancia en posesión del Cabalista cuando está en contemplación .
El Orden Angélico que funciona en Hod es el de los Beni Elojim, Hijos de los Dioses. Aquí volvemos a encontrar el concepto del "Dios de las Legiones" o ejércitos. Es uno de los conceptos capitales de la Ciencia Secreta, concerniente a la labor del Creador a través de sus intermediarios. El no iniciado, el profano, concibe la labor divina como una labor ordinaria, que con sus propias manos acomoda un ladrillo sobre el otro, construyendo así el edificio; pero el Iniciado concibe a Dios como el Gran Arquitecto del Universo, el cual elabora sus proyectos solamente sobre el plano de los Arquetipos, al cual concurren para su instrucción los Videntes más elevados, los Arcángeles, dirigiendo los ejércitos de humildes obreros que colocan piedra sobre piedra, según el plano arquetípico del Supremo. ¿ Cuando hemos visto que el arquitecto que concibió el plano de un edificio intenta construirlo por si propio, con sus manos, sin ayuda? Nunca, Tampoco nadie lo vió cuando se debió construir el Universo.
El chakra mundano de Hod, como hemos visto, es Mercurio, y ya hemos estudiado el simbolismo referente a HermesThoth.
La Experiencia Espiritual asignada a este Sephirah es una Visión de Esplendor. Es la realización de la Gloria de Dios manifestada en el Universo visible. El Iniciado de Hod ve tras la apariencia de las cosas creadas y discierne a su Creador, y, en el esplendor de la Naturaleza como vestidura del Inefable, recibe la Iluminación y se convierte en un trabajador bajo las órdenes del Gran Arquitecto. Esta realización de las fuerzas espirituales que gobiernan todas las apariencias de la manifestación es la clave de los poderes de Hod tal como se usan en la Magia Blanca. Es convirtiéndose en un canal de estas fuerzas que el Maestro de Magia Blanca lleva el orden entre el desorden de las esferas donde la Fuerza no está equilibrada, y no sirviéndose de los poderes de su voluntad personal. El equilibra lo que es caótico, y no maneja arbitrariamente a la Naturaleza.
En esta esfera de HermesThoth, dios de la ciencia y de los libros, ;cuan claramente vemos que la virtud suprema es la veracidad, y que, por el contrario, el aspecto adverso revela en Mercurio el dios de los ladrones y de los malhechores más ladinos. La ética esotérica sabe bien que cada plano tiene su propia noción de lo justo y lo injusto. En el plano físico, esta noción es la fuerza; en el astral, la belleza; en el mental, la veracidad; y en el plano espiritual; el discernimiento del bien y del mal, tal como entendemos estos términos. Es por esta razón que ninguna ética existe más que en términos de valor espiritual; todo el resto es meramente transitorio. En la Esfera que por esencia es la del mental concreto, es lógico que, según la Cábala, la suprema verdad sea la veracidad.
Se nos dice que la correspondencia microcósmica es: las caderas y las piernas. Esto esta de acuerdo con la Astrología, sobre lo que gobierna Mercurio. :
Los símbolos asociados con Hod son: los nombres, los versículos y el mandil. Los nombres de los Nombres de Poder por medio de los cuales el mago resume y evoca, en el seno de la conciencia, los poderes multiformes de los Beni Elojim. Estos nombres no son en manera alguna vocales arbitrarias y bárbaras, sin etimología ni sentido definidos, sino fórmulas filosóficas. En ciertos casos, su interpretación es etimológica, como en el de las deidades egipcias, cuyos nombres están formados por el de los poderes y símbolos que sirven para designar esas fuerzas compuestas. Pero en todo sistema mágico de origen cabalístico, los nombres mágicos son formados, con auxilio del valor numérico de las consonantes de este o aquel alfabeto sagrado; porque hay una Cábala griega como asimismo una Cábala hebrea, siendo esta ultima la mas conocida de todas. Estas consonantes, reemplazadas por cifras que les corresponden en un nombre del cual es posible servirse para diversos fines. Algunas de estas finalidades son conformes a los métodos de la matemática pura, y los resultados se vuelven a traducir en letras: dan correspondencias muy curiosas con los nombres de poderes similares o conexos. Este es un aspecto muy especial de los estudios cabalísticos; en manos de los verdaderos expertos, da resultados muy interesantes; pero, por el contrario, puede conducir al ignorante al abismo, porque no hay límite para las combinaciones que ofrece, y sólo un profundo conocimiento de los primeros principios puede decir cuando las analogías son o no legítimas e impedirnos caer en la credulidad y la superstición.
Los Versículos son frases mántricas; el mantran es una frase sonora que, repetida indefinidamente como cuando se recite un rosario, obra sobre el espíritu como una fuerza especial de autosugestión; la psicología de ésta es muy compleja para poder ser estudiada aquí.
El Mandil evoca asociaciones 'inmediatas para todos los iniciados de Salomón el Sabio; es la vestimenta característica del candidato en los Misterios menores, el cual siempre ha sido calificado como un obrero o creador de formas; y. como el Sephirah Hod es la Esfera de las operaciones para los constructores de formas mágicas, se verá que este símbolo es pertinente El mandil cubre y disimula el centro lunar Yesod, del cual hablaremos a su debido tiempo. Como hemos indicado, Yesod es el aspecto funcional de Par de Opuestos del plano Astral.
Ya hemos tratado más arriba sobre los cuatro Ocho del juego del Tarot.
Para concluir, en Hod tenemos la Esfera de la magia formal, por oposición al simple poder del espíritu. Las formas que en esta esfera separa el mago que trabaja sobre las fuerzas de la Naturaleza, son las de los Beni Elojim o Hijos de los Dioses.
CAPITULO XXIV
TITULO: Yesod, el Fundamento. (Letras Hebreas: Yod, Samech, Vau, Daleth).
IMAGEN MÁGICA: Un soberbio hombre desnudo, muy poderoso..
POSICIÓN EN EL ÁRBOL: En la base del Pilar del Equilibrio.
TEXTO YETZIRATICO: El Noveno Sendero es llamado la Inteligencia Pura,
porque purifica las Emanaciones. Prueba y corrige el dibujo de su representación
y la unidad según la cual ellas están dispuestas, sin disminuirla ni dividirla
NOMBRE DIVINO: Shaddai el Chai el Dios Todopoderoso y Viviente.
ARCÁNGEL: Gabriel
ORDEN ANGÉLICO: Kerubim, los Poderosos.
CHAKRA MUNDANO: Levanah, la Luna.
EXPERIENCIA ESPIRITUAL: Visión del Mecanismo del Mundo.
VIRTUD: Independencia
VICIO: Pereza.
CORRESPONDENCIA EN EL MICROCOSMOS: Los órganos de reproducción.
SÍMBOLOS: Los perfumes, las sandalias.
CARTAS DEL TAROT: Los cuatro Nueve.
Nueve de Bastos: Gran fuerza.
Nueve de Copas: Dicha material.
Nueve de Espadas: Crueldad, desesperación.
Nueve de Oros: Ganancia material.
COLOR EN ATZILUTH: Indigo.
,, BRIAH: Violeta.
,, YETZIRAH: Púrpura obscuro.
,, ASSIAH: Amarillo sembrado de azul.
El estudio del simbolismo de Yesod revela dos juegos de símbolos en apariencia contradictorios. Por una parte tenemos el concepto de Yesod como fundamento del Universo , establecido en su fuerza. Esta idea de fuerza vuelve varias veces, en la Imagen Mágica de un espléndido hombre desnudo, muy musculoso, en el Nombre Divino de Shaddai, el Todopoderoso; en el de Kerubim, los Ángeles Poderosos; en el Nueve de Bastos, cuyo nombre secreto es el Señor de la Gran Fuerza. Por otra parte, tenemos el simbolismo Lunar, esencialmente fluídico, sometido a un estado constante de flujo y reflujo, que dirige Gabriel, el Arcángel del elemento Agua.
¿Como reconciliar estos conceptos adversos? Encontramos la respuesta en el Texto Yetzirático, el cual dice del Noveno Sendero que justifica las Emanaciones, que prueba y corrige el dibujo de sus representaciones, y dispone de la unidad a la que están sometidas, sin disminuirla ni dividirla. Este concepto se halla iluminado por la naturaleza de la Experiencia Espiritual asignada a Yesod, que es la "Visión del Mecanismo del Universo".
Aquí obtenemos el concepto de las aguas fluídicas del caos unidas finalmente y organizadas por medio de "representaciones" que han sido concebidas en Hod; esta final "prueba, corrección y disposición de la unidad de representaciones" o imágenes formativas, tiene por resultado una organización de la "Maquinaria del Universo", cuya visión constituye la expresión espiritual de este Sephirah. Si comparamos el reino terrestre a un gran navío, Yesod seria la cámara de las maquinas.
Yesod es el Sephirah de esa substancia especial que participa a la vez del espíritu y de la materia, la cual se llama Akasha, el Eter de los Sabios, o también la Luz Astral, según la terminología que se emplee. No es el éter de los físicos lo que constituye el elemento ígneo de la Esfera de Malkuth; a este éter es lo que él mismo es a la materia densa; en efecto, es la base de los fenómenos que el físico atribuye a su éter empírico. El Éter de los Sabios podría ser llamado la raíz del éter de los físicos.
Para el materialista, el Universo material es un enigma insoluble, porque se obstina en querer explicarlo en términos del plano que vive. Éste no puede hacerse en ninguna esfera de pensamiento, cualquiera que ella fuere. Dios no puede ser explicado en términos de su propio plano, sino solamente en relación al Gran Todo. Los Iniciados han mantenido siempre que los cuatro elementos de los antiguos son explicados gracias a un quinto, el Éter; porque es una máxima de la filosofía oculta que cuatro estados de la materia visible tienen siempre su raíz en un quinto invisible. Los Cuatro Mundos de los Cabalistas, por ejemplo tienen su raíz detrás de los Velos del Inmanifestado. Podemos llegar a alguna comprensión de la naturaleza de los cuatro poniendo un quinto término, el Inmanifestado, y asignándole ciertos atributos tomados de los cuatro términos manifestados y supuestos esenciales en la Causa Primera. De esa manera encontramos en Yesod, el quinto término no manifestado de los cuatro elementos de Malkuth, el fuego de los antiguos, que corresponde a los estados sólido, liquido y gaseoso de la materia.
Por tanto, Yesod debe ser concebido como el receptáculo de las emanaciones de los otros Sephiroth, tal como lo enseñan los cabalistas, y como el único e inmediato transmisor de esas emanaciones para Malkuth, el plano físico. Como dice el Texto Yetzirático, la función de Yesod es la de purificar estas emanaciones probarlas y corregirlas; de consiguiente, es en la Esfera de Yesod donde tienen lugar las operaciones destinadas a corregir la Esfera de la materia densa, o a disponer de alguna manera de su unidad de dibujo. Por tanto, Yesod' es la Esfera esencial para toda la magia cuyo efecto deba producirse en el plano físico.
Es esencial notar que cada Esfera actúa de acuerdo con su naturaleza, y que esta naturaleza no puede ser alterada por ninguna influencia mágica y milagrosa, por poderosa que sea, no podemos hacer mas que "corregir el dibujo de las representaciones". Las cosas representadas permanecen constantes, por tanto, no se puede disponer arbitrariamente de las condiciones del mundo material, ni siquiera en nombre de la mas elevada fuerza espiritual como lo creen aquellos que piden a Dios intervenir en su favor, curar sus enfermedades, hacer llover; tampoco ellos pueden ser arbitrariamente influídos por los maleficios del más malvado de los hechiceros. La sola manera de alcanzar a Malkuth, es operando en Yesod; para alcanzar a Yesod es menester pasar por Hod donde es concebido el "dibujo de las representaciones". Liberemos nuestro espíritu, una vez por todas, de la idea de que puede fluir directamente en la materia; esto es algo que no podrá ceder jamás. La fuerza espiritual obra por medio del mental, el mental por medio del éter; el éter, que es el cañamazo de materia y el vehículo de las fuerzas vitales, puede ser manipulado en los límites de su naturaleza, los cuales , por otra parte son muy extensos. De consiguiente, todos los acontecimientos milagrosos y sobrenaturales acontecen por la manipulación de fuerzas naturales del éter; si comprendemos su naturaleza, entonces podremos concebir como se producen esos acontecimientos. Cesaremos de atribuirlos a la intervención directa de Dios a las actividades de los desencarnados, de la misma manera que en nuestros días no atribuimos los fenómenos de la combustión al efecto del así llamado "phlogiston", que, para una generación precedente, era el principio del fuego, cuya presencia o ausencia decidía si una substancia cualquiera debía arder o no. Hoy en día aun personas que escucharon hablar en la escuela sobre "phlogiston" y han visto el cambio de pensamiento que se ha producido a este respecto; asimismo, vendrá un día en que los hombres considerarán los fenómenos físicos y las curaciones espirituales de la misma manera en que nosotros lo hacemos con "phlogiston".
En el estado presente de nuestros conocimientos, no es posible describir de una manera detallada la naturaleza del éter de Yesod. Sin embargo, podemos anotar ciertos puntos que nos ha enseñado la experiencia. Entre estos, muchos han sido aprendidos experimentando en el ectoplasma, el cual es de una naturaleza muy parecida; en efecto, se podría decir que el ectoplasma es éter orgánico, mientras que el de los físicos es el éter inorgánico. Nosotros sabemos que el ectoplasma se reviste de formas, retiene y las abandona con la misma facilidad, mostrando que no es la forma lo que determina la vida, sino lo contrario. Por otra parte, sabemos que el ectoplasma no puede ser absorbido, aunque ignoramos las condiciones que gobiernan esos fenómenos. El ectoplasma es una especie de protoplasma etérico; y podemos concebir el éter o Luz Astral como teniendo con el ectoplasma la misma relación que tiene con el protoplasma. Aunque ignoramos la naturaleza ultérrima del Éter Astral, como también ignoramos la de la electricidad, sin embargo sabemos, por experiencia, que posee ciertas propiedades. No podemos limitarnos a deducirlas; por experiencia sabemos que existen porque ellas nos permiten manipular esta substancia sutil de ciertas maneras definidas, en los límites de propia naturaleza, tal como lo hemos explicado. Dos de esas propiedades son de una importancia capital para el trabajo del ocultista práctico, hasta el punto que ellas forman la base de todo su sistema.
La primera de estas propiedades es la capacidad que ofrece el éter astral de ser amoldado por el espíritu, en formas, la segunda, es la de tener en suspensión a las moléculas de materia densa en sus rayos parecidos a hilos, como en una red. Si se nos preguntara como sabemos nosotros que el éter posee esas cualidades, tan indispensables para nuestra hipótesis mágica, responderíamos que esas cualidades son la única explicación posible de las propiedades de la materia viviente como, asimismo, las del espíritu consciente. No podemos explicar el espíritu sin emplear términos pertenecientes a la materia viviente sin emplear términos pertenecientes a la conciencia . Es necesario que la sensación concierna , a la vez, a la materia y al espíritu; ella permanece inexplicable, aislada. Para explicar la sensación nerviosa, nos es menester admitir una substancia intermedia entre la materia y el espíritu; para comprender un movimiento voluntario, tenemos necesidad de una igual de la existencia de una substancia tal, o sea que tenga la facultad de recibir y retener el impacto del espíritu, la de influir en la posición, en el espacio, de las unidades atómicas. de la materia. Tales son las propiedades que asignamos a nuestro hipotético éter astral, sirviéndonos, para Justificarlo, de los mismos argumentos que han sido reconocidos válidos para el éter de los físicos. Defendemos los precedentes en favor de nuestra hipótesis; si los argumentos que han hecho admitir el éter de los físicos son aceptables, es difícil ver por qué un éter de otro orden no lo seria en psicología. Una vieja máxima dice que las hipótesis no deben ser multiplicadas inútilmente pero cuando una hipótesis como la del Éter ha sido reconocida como tan fecunda estamos ampliamente justificados experimentando con una hipótesis parecida en una ciencia hermana de la primera Una cosa es cierta, y es que jamás la psicología hizo progresos reales mientras se haya limitado al solo punto de vista materialista, viendo a la conciencia como un epifenómeno, es decir, como un producto incongruente e imprevisible de la actividad psicológica, si es que puede existir en la naturaleza una cosa semejante. Aprendamos una lección del alquitrán, subproducto incongruente e imprevisible del gas, prácticamente descuidado en el principio, y que luego se lo halló como fuente de productos químicos, tinturas y remedios de gran valor.
I
Desde el punto de vista mágico, Yesod es el Sephirah de importancia, lo mismo que Thiphareth es la Esfera funcional del misticismo, cuyos contactos trascendentales son dados con los Sephiroth Superiores. Si se observa el Árbol de la Vida como un todo, se verá claramente que funciona por triadas. Los Tres Superiores tienen sus correspondientes en un arco inferior, en Kjesed, Gueburah y Tiphareth. Cualquiera que tenga experiencia de la Cábala Practica, sabe que, para toda finalidad de este orden, Tiphareth es Kether para nosotros, en este tabernáculo de carne, pues nadie puede ver a Dios y sobrevivir. Solamente podemos ver al Padre reflejado en el Hijo y Tiphareth "nos muestra al Padre".
Netzach, Hod y Yesod forman la Triada Inferior iluminada por Tiphareth. lo mismo que el Yo inferior es alumbrado por el Yo Superior. En efecto, se podría decir que los cuatro Sephiroth inferiores forman la personalidad o unidad de encarnación del Árbol de la Vida: la Triada Superior. o Kiesed, Gueburah y Thiphareth, forma la individualidad o Yo Superior, y los Tres Supremos, corresponden a la Chispa Divina o Mónada.
Aunque cada Sephirah se sabe que engendra al que le sucede, se observará que las Triadas, una vez emanadas y en equilibrio, siempre están representadas como un Par de Opuestos manifestándose en un Tercer Término Funcional. En la Triada inferior vemos que Netzach y Hod están equilibrados en Yesod, que recibe sus emanaciones. Pero también recibe las emanaciones de Tiphareth y, por Tiphareth, de Kether, porque siempre hay una línea de fuerza que desciende a lo largo de un Pilar; por tanto, como recibe más de Netzach y Hod las influencias que llegan a éstos por medio de sus Pilares respectivos, se podría justamente decir con los cabalistas que Yesod es "el receptáculo de las emanaciones"; y es por Yesod que Malkuth recibe el influjo de las fuerzas divinas.
Yesod es también de una suprema importancia para todo ocultista práctico, siendo el primer Sephirah con el cual entra en contacto, cuando quiere "elevarse en los planos", arrancando su conciencia de Malkuth. Habiendo franqueado el terrible Trigésimo segundo Sendero del Tau, o de la Cruz de los Dolores y de Saturno, entra en Yesod, la Mansión donde reinan las Imágenes, la Esfera de Maya, la Ilusión. Yesod, considerado en si, es la Esfera de la Ilusión, porque la Mansión donde reinan las Imágenes no es otra cosa que el éter reflector de la Esfera Terrestre, y corresponde en el microcosmos al Inconsciente de los psicólogos, pleno de antiguas cosas olvidadas, reprimidas desde la infancia de las razas. La clave que nos abre las puertas de la Mansión donde reinan las Imágenes y nos permite mandar a sus habitantes, se halla en Hod, la Esfera Mágica. En verdad se dice en los Misterios que no funciona en algún grado sino después de haber obtenido el siguiente. Cualquiera que pretenda actuar como mago en Yesod, se da cuenta inmediatamente de su error porque, aunque pueda percibir las Imágenes, en esta Mansión donde reinan, el no posee ninguna Palabra de Poder que le permita someterlas a su mando De la misma manera, en una iniciación del Sendero Occidental (el autor no puede hablar del Oriental, pues no lo conoce) los grados de los Misterios Menores nos conducen directamente hasta Tiphareth, a lo largo del Pilar Central, y no siguen el recorrido adoptado por el Rayo Fulgurante. En Tiphareth, el Iniciado franquea el primer grado del Adepto y, si lo desea, vuelve de allí para aprender la técnica relativa a la Personalidad del Árbol, es decir a la unidad macrocósmica de encarnación . Si no desea seguir este sendero, sino que prefiere librarse de la Rueda del Nacimiento y de la Muerte, continua su ruta a lo largo del Pilar Central, también llamado por los Cabalistas "Sendero de la Flecha" y, pasando por encima del Abismo, llega a Kether. A partir de este momento, quien entra en esta luz no puede volver a descender.
Yesod es también la Esfera de la Luna para comprender su sentido, debemos saber algo de la manera que en ocultismo es considerado nuestro satélite. Entre los Iniciados se estima que la Luna se separó de la Tierra en una época en que la evolución había alcanzado el límite que separa la fase de su desarrollo etérico de la fase de la materia densa. Los que están familiarizados con el lenguaje de que se sirven los astrólogos, saben que este límite o cúspide designa la fase común a dos signos, donde actúa su influencia doble. La luna, pues, tiene en su composición una parte material, o sea el globo luminoso que vemos en el cielo, pero la parte más importante de esta composición es etérica, porque el papel activo de la Luna tuvo lugar durante el periodo en que la vida se desarrollaba en formas etéricas; asimismo, por esta razón es llamada por algunos ocultistas "el Periodo Lunar". Aquellos que quieran saber mas sobre este tópico, encontrarán las enseñanzas pertinentes en el "Concepto Rosacruz del Cosmos", de Max Heindel, y en "La Doctrina Secreta", de la señora Blavatsky. Como el sistema de clasificación de los Cabalistas difiere del sistema Vedantino, no podemos abordar aquí el vasto tema de los "Rayos y Rondas". Bastará citar dogmáticamente ciertos hechos que los ocultistas conocen, indicando al lector donde puede hallar, si lo desea , una información más completa .
La Luna y la Tierra, según la teoría oculta, tienen un doble etérico común, a pesar de la separación de los cuerpos físicos, la Luna es el más antiguo de los dos astros; es decir, que en materia etérica, la Luna es el polo positivo de la batería en que la Tierra es el negativo. Yesod, como lo hemos visto, refleja el sol de Tiphareth, el cual es Kether en un arco inferior. Desde hace mucho tiempo los astrónomos nos han dicho que la Luna brilla con rayos prestados, porque refleja el sol; y en nuestros tiempos comienza a opinarse que el Sol recibe del espacio su fuerza ígnea. En términos cabalísticos, el espacio sería el Gran Inmanifestado y los Cabalistas han enseñado esta doctrina desde que Enoch fue a Dios y desapareció, porque Dios lo guardo; en otros términos desde que Enoch recibió la Iniciación de Kether.
De lo que precede resulta que YesodLuna está en un estado perpetuo de flujo y reflujo, porque la cantidad de luz solar recibida y reflejada por él, brilla y se apaga en su ciclo de veintiocho días. Malkuth, la Tierra, exactamente por la misma causa, está en un estado de flujo y reflujo durante veinticuatro horas. Así mismo, Malkuth, la Tierra, tiene un ciclo de trescientos sesenta y cinco dias, en el cual las fases se hallan marcadas por los Equinoccios y los Solsticios. Este juego de reacciones de esos reflujos es de gran importancia en el ocultismo práctico, porque es de él que depende el trabajo a efectuarse. Los ritmos de esas alternativas han sido mantenidos siempre ocultos, y algunos de ellos son excesivamente complejos. Como esto concierne al trabajo secreto, a los reales y legítimos secretos ocultos que solamente la Iniciación revela, nada se podrá decir en estas páginas. Sin embargo, lo que antecede bastará para indicar que existen ciertos ritmos importantes en el éter lunar, y que los estudiantes de Ocultismo pierden su tiempo si obran sin conocerlos.
Los reflujos lunares desempeñan un papel muy importante en los procesos fisiológicos de las planetas y en los de los animales, en la germinación y crecimiento de las plantas y en la generación de los animales, como lo prueba el ciclo sexual de la mujer, que se da cada veintiocho días lunares. El macho tiene un ciclo basado en el año solar; pero, en las moradas recalentadas que le ha echo la civilización, este ciclo es mucho menos marcado; sin embargo, el poeta nos ha hecho observar que "cuando llega la primavera, la ligera fantasía del joven evoca el amor", y esto resulta tan incontrovertible que apenas si es necesario citarlo.
La luz de la Luna es el factor de esas actividades étericas, y como la Tierra y la Luna tienen en conjunto un solo doble éterico todas las actividades de este orden son fuertes sobre todo durante la Luna llena. Asimismo, durante el eclipse lunar, la energía etérica se encuentra en nadir, y las fuerzas inorgánicas tienden a expresarse y a causar perturbaciones; es entonces cuando el Dragón de los Qliphoth levanta sus múltiples cabezas. De consiguiente hay que abstenerse de todo trabajo oculto durante ese periodo, a menos de ser experto. Las fuerzas que dan la vida son relativamente débiles, y las fuerzas no organizadas, relativamente fuertes; en manos inexpertas, el resultado será el caos.
Todos los sensitivos, los psíquicos, son conscientes de estos ritmos cósmicos, y aun aquellos que no lo son, lo mismo se sienten afectado más de lo que comúnmente se cree, sobre todo cuando se esta enfermo, época en que decrecen las fuerzas físicas.
No se puede decir mucho con respecto a Yesod; en él se hallan incluidas las claves de las operaciones mágicas. Por tanto, nos es necesario contentarnos con dilucidar su simbolismo de manera más o menos críptica; los que tengan oídos para oír, que hagan uso de ellos.
Ya hemos notado la curiosa naturaleza doble de Netzach y de Hod, siendo la Imagen Mágica de Hod un hermafrodita y Venus Afrodita, que algunas veces es representada por los antiguos como teniendo barba. También en Yesod encontramos este simbolismo dual; y asimismo en Malkuth, como lo veremos de inmediato. Esto indica claramente que en cada uno de estos Sephiroth, que pertenecen a los niveles inferiores del Árbol de la Vida, debemos reconocer un aspecto forma y un aspecto-fuerza. Esto resurge muy claramente tanto en Yesod como en Malkuth, a los cuales han sido asignados tanto dioses como diosas.
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