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Estrategias utilizadas en niños con TDAH victimas de violencia física familiar


Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Motivación y Justificación
  4. Antecedentes
  5. Planteamiento y Formulación del Problema
  6. Violencia
  7. Familia
  8. Violencia Física Intrafamiliar
  9. Trastorno por Déficit de Atención
  10. Acciones a llevar a cabo desde la Escuela
  11. Marco contextual
  12. Metodología
  13. Resultados
  14. Discusión
  15. Conclusión
  16. Recomendaciones
  17. Bibliografía

Resumen

El déficit de atención es probablemente el trastorno psicológico infantil más estudiado, sin embargo aun sigue siendo un tema poco comprendido por la familia del menor que lo presenta.

Se trabajó el tema con la percepción de que el trastorno es un problema que no solo afecta el rendimiento académico y adaptación al ambiente escolar del niño o niña que lo padece, sino que altera también la convivencia de la familia del menor, generando situaciones de conflicto que terminan en violencia física.

Para llevar a cabo la investigación se revisó el expediente de 20 niños y niñas diagnosticados con trastorno por déficit de atención pertenecientes al cuarto grado de educación básica de la escuela Celina Pillier, con el fin de determinar la postura de los padres ante la situación que presenta el niño o niña; su manera de corregirlos; la existencia de indicadores de maltrato y la actitud del menor hacia sus padres, y de esa manera conocer si en este hogar existe violencia física.

Los resultados obtenidos revelan que los padres de estos niños y niñas tienden a no darles el debido seguimiento y ayuda que necesitan, la forma de relacionarse con ellos y corregirlos es autoritaria, haciendo a estos menores susceptibles de ser víctimas de maltrato. Encontramos además, que los menores que presentan esta situación tienden a ser retraídos en sus relaciones interpersonales, esto como producto del miedo a ser violentados.

Palabras claves: trastorno por déficit de atención – familia- violencia física

Introducción

En los últimos años se ha dado gran importancia al tema del trastorno por déficit de atención, con o sin hiperactividad. Son cada vez mas frecuentes las investigaciones que se realizan sobre el mismo en diferentes grupos de edades.

Sin embargo son pocas las investigaciones que relacionan el déficit con la violencia física intrafamiliar que y como podría afectar esta a los niños y niñas que padecen el trastorno.

Por lo general cuando el niño no se comporta de manera apropiada y rinde poco en la escuela, sus padres no se detienen a investigar el porqué de la situación, y por el contrario terminan castigándolo, lo que provoca trastornos en la relación familiar.

En la siguiente investigación se abordará el tema de la violencia física ejercida por las familias de estudiantes diagnosticados con trastorno por déficit de atención con el fin de determinar de que manera podría afectar dicha violencia al niño o niña, aquí se analizará lo que es la violencia y los factores que la originan; la familia, sus funciones, tipos y modos de convivencia; la violencia física en las familias, sus causas, características, el impacto y consecuencia que deja en el menor. Además se abordará el tema del trastorno por déficit de atención, sus indicadores, diagnostico, consecuencias, actitud de la familia ante esta situación y las acciones a llevar a cabo desde la escuela para enfrentarlo.

Motivación y Justificación

Se estudiará el tema de la presencia de violencia física en las familias de los estudiantes con trastorno por déficit de atención con el propósito de aclarar que no solo la mujer es afectada por el mal de la violencia intrafamiliar, sino también los menores que forman parte de este hogar, sobre todo aquellos niños y niñas que presentan el trastorno por déficit de atención.

Es inminente reconocer que los menores son los más perjudicados por el mal de la violencia física intrafamiliar, ya que pueden ser tanto víctimas directas, como indirectas, al presenciar los actos violentos entre sus padres, siendo aún más propensos aquellos niños y niñas con trastorno por déficit de atención, ya que en su mayoría los padres no logran comprender el por qué de su conducta y pobre rendimiento escolar. Por tanto resulta imprescindible profundizar sobre el tema, investigar y obtener el conocimiento necesario sobre sus implicaciones, y analizar de qué forma el hecho de padecer trastorno por déficit de atención influye en que el niño o niña sea víctima de violencia en su hogar.

Los esfuerzos realizados por las autoridades competentes para comprender el trastorno y reducir la violencia de la que son víctima los niños y niñas que lo presentan parecen ser ajenos a la realidad actual y en las escuelas los docentes desconocen la sintomatología del trastorno, por tanto no pueden esclarecer e informar a los padres sobre las implicaciones de este para que de esta manera puedan entender y ayudar a sus hijos.

Tomando en cuenta que la mayor parte de las investigaciones sobre déficit de atención van orientadas a conocer cuales son sus orígenes, al investigar sobre el tema se podrá conocer las consecuencias que genera en el niño o niña y en su familia el hecho

De presentar el trastorno, establecer estrategias y programas destinados al conocimiento de este, crear campañas de sensibilización e información a nivel familiar, escolar y social sobre esta problemática, sus implicaciones y como afecta al menor, con el fin de reducir la violencia de la que es víctima el niño o niña que lo presentan y no exigirle más de lo que por su condición es capaz de dar.

A la vez se podrá detectar dentro de las instituciones educativas cuando un niño o niña con trastorno por déficit de atención esta siendo víctima de violencia física, y darle la asistencia necesaria, tanto a él como a su familia. Con esto se logrará un mayor apoyo por parte de quienes conforman el hogar del menor para que este mejore su situación.

Antecedentes

  • Brito y Trinidad (2006), mediante un estudio de naturaleza descriptiva investigaron la evaluación de niños y niñas con déficit de atención con o sin hiperactividad, llegando a la conclusión de que los procedimientos para el diagnóstico del trastorno son adecuados, ya que cuentan con instrumentos efectivos para su realización.

  • Guzmán y Amparo (2006) realizaron un estudio descriptivo en el que analizaron la evaluación del trastorno por déficit de atención en niños y niñas de 5 a 13 años tratados en el hospital infantil Dr. Robert Reid Cabral y llegaron a la conclusión de que el procedimiento utilizado para el diagnóstico cumple con las normas establecidas, ya que realizan el procedimiento de manera sistemática en los pasos requeridos.

  • Mateo y Marte (2005) realizaron una investigación en la que estudiaron los efectos de la violencia intrafamiliar en el aprendizaje de los niños y niñas de educación básica, llegando la conclusión de que los niños víctimas de violencia intrafamiliar tendrán un alto grado de ausentismo, bajo grado de atención y no realizan las asignaciones marcadas.

  • Martínez y Soriano (2007), mediante un estudio comparativo documental, realizaron una investigación en la que evaluaron el proceso psicodiagnóstico en niños y niñas víctimas de violencia intrafamiliares edades de 7 a 12 años, llegando a la conclusión de que los niños como efecto directo presentan miedo, ansiedad, tristeza, depresión, agresividad, aislamiento y evasión.

Planteamiento y Formulación del Problema

En los últimos tiempos es frecuente ver como los niños en el entorno educativo y en el hogar se comportan de manera poco apropiada, presentando una actividad excesiva y un bajo control de los impulsos, lo que no le permite un nivel adecuado de atención.

Los niños y niñas que tienen problemas de atención, hiperactividad y falta de inhibición hasta alcanzar un cierto nivel padecen un trastorno del desarrollo conocido como Déficit de Atención, el cual es una problemática aunque bien conocida, poco comprendida por los padres de quien lo padece.

El que el niño o niña presente este trastorno puede generar una alteración en la forma de convivencia de su familia, y aunque suponemos que quienes conforman el hogar harán todo lo posible por brindarles un ambiente adecuado que le permita un crecimiento y desarrollo integral al menor, el hecho de que este presente el trastorno no permite que esto sea así, pues por lo general se crea un ambiente de tensión que genera violencia, y de manera específica maltrato físico, el cual provoca una serie de graves consecuencias que van desde efectos físicos hasta una pobre integración al ambiente escolar.

Los niños y niñas que presentan el trastorno están en riesgo de no desarrollar adecuadamente su autoestima, ya que a menudo no obtienen el logro que sus padres u otras personas significativas esperan de ellos. A causa de su comportamiento y falta atención, estos niños y niñas son constantemente criticados, regañados, castigados y maltratados físicamente.

Frecuentemente son rechazados tanto en la escuela como en el entorno familiar. En la mayoría de los casos los padres desconocen el trastorno y sus implicaciones, y constantemente exigen al niño o niña un mejor comportamiento y rendimiento escolar

Violencia física ejercida sin tomar en cuenta la ansiedad que puedan estar generando y de que manera puedan estar agravando la situación.

En ocasiones los padres conocen la situación de su hijo o hija, pero se resisten a aceptarla y tienden a huir de su realidad, buscando explicaciones tanto fuera del hogar como culpándose uno con otro, generando esto conflictos que en muchos casos derivan en violencia física tanto entre los mismos padres, como maltrato directo al menor cuando no emiten las conductas esperadas.

Debido a que cada individuo es diferente, en la familia afloran distintas formas de resolver situaciones y corregir la conducta del niño o niña que presenta el trastorno, estas diferencias en ocasiones motivan el surgimiento de conflictos que podrían resolverse por la vía del diálogo, sin embargo, los integrantes buscan la solución haciendo uso de la fuerza y la sinrazón.

Partiendo del impacto emocional que la violencia física genera en los miembros de la familia y específicamente en los niños y niñas con déficit de atención, en su rendimiento escolar, pero también en las variables de personalidad (extroversión, introversión y ansiedad), nos planteamos la siguiente interrogante:

  • ¿Son los niños y niñas diagnosticados con trastorno por déficit de atención susceptible de ser abusados de forma física?

Objetivos

Objetivo General

  • Analizar la existencia de violencia física en las familias de estudiantes diagnosticados con trastorno por déficit de atención.

Objetivos Específicos

  • Identificar los indicadores y las consecuencias que deja en el menor la violencia física en el hogar.

  • Especificar que es el trastorno por déficit de atención y como se manifiesta.

  • Describir las características que presenta el niño o niña con trastorno por déficit de atención que esta siendo víctima de violencia física.

  • Identificar las acciones que se llevan a cabo desde la escuela para dar asistencia a los niños y niñas que presentan trastorno por déficit de atención.

Capitulo I

Violencia

1.1 Violencia

La violencia constituye una de las principales causa de muerte en el mundo, es también una de las principales causas de incapacidades y de años potenciales de vida útil perdidos. Su magnitud hace que se le considere uno de los principales problemas sociales y a la vez algo que trasciende los límites del sector salud y que demanda la intervención de otros sectores de la sociedad.

Existen múltiples definiciones de violencia, en especial las que se relacionan con la imposición de la fuerza física. Sin embargo la violencia es un acto mucho más global y complejo, que según Zúñiga (2003) se refiere a cualquier acto de comisión u omisión y cualquier condición que resulte de dichos actos, que prive a los sujetos de igualdad de derechos y libertades e interfiera con su máximo desarrollo y libertad de elegir.

Barrientos y Martínez (2001) explican la violencia coma toda acción u omisión de origen externo que viola el derecho al pleno desarrollo y bienestar del individuo, impide el ejercicio de su autonomía, atenta contra su autoestima y puede producir lesiones o daño físico, psicológico o hasta la muerte.

Se han establecido teorías explicativas sobre la violencia, entre las que mencionamos:

  • Desde posiciones biologistas se plantea que la violencia es natural del

ser humano, tiene un origen instintivo, se da también en animales y garantiza la supervivencia en la lucha por la vida. Esta teoría es sustentada por corrientes psicologistas, especialmente las freudianas a partir de la concepción de las tendencias y pulsiones instintivas del principio del placer, de los impulsos del ello. Se justifica así no solo la violencia del hombre en su vida cotidiana, sino también la ejercida entre las clases sociales y las naciones.

Este enfoque considera la violencia como algo inevitable a lo que hay que resignarse.

  • Un segundo enfoque sostiene que la violencia es un producto propiamente humano y por tanto tiene un origen social. Se manifiesta en las relaciones entre las personas, entre los grupos sociales y entre las naciones.

Sin embargo ninguna de estas teorías por sí sola puede explicar la violencia y caen en un reduccionismo al intentar establecer relaciones lineales entre factores, tornándose en teorías abstractas.

Para Zúñiga (2003) la violencia no es universal, ni inestable, ni es instintiva; de hecho hay individuos y grupos que muestran un alto grado de violencia y otros individuos y grupos que muestran muy poca.

1.2 Factores que Originan Violencia

La violencia es multifactorial, pues responde a diversos factores, tanto individuales y biológicos como comunitarios y sociales; es su vez poliexpresiva, tanto en lo que se refiere a su modo de aparecer y actuar como por sus consecuencias. Así de acuerdo con Barrientos (2001), se tiene la violencia implícita, la explícita, la verbal, la simbólica, la física, la impulsiva; con la condición inmediata que responde a propósitos a corto o largo plazo. También la violencia se va a expresar en la afectación de la salud mental tanto de la víctima como del victimario.

Dentro de los determinantes de la violencia se encuentran los siguientes factores:

  • Factores de aspecto macro social: dentro de los que Brea y Cabral (2003) mencionan el bajo nivel de ingreso acompañado de u modelo de crecimiento o desarrollo que favorece una distribución del ingreso muy injusta, elevados niveles de pobreza y políticas sociales de poca eficacia, además del desempleo, los niveles bajos de escolaridad o analfabetismo y el hacinamiento como producto de la falta de viviendas.

  • Factores psicosiciales: en esta clasificación se encuentran aquellas acciones que son capaces de su reproducción, tales como: el consumo de alcohol y drogas, el porte y proliferación indiscriminada de armas de fuego, la exclusión y marginación social, la delincuencia y la aceptación de la violencia como algo natural e inevitable.

Brea y Cabral (2003) entienden como preocupante el tipo de respuesta que tanto

el sector oficial como el privado aplican para enfrentar tan compleja y delicada cuestión. Reconociendo el esfuerzo que algunas instituciones están realizando de forma aislada, según estos autores se continúa actuando al margen de diagnósticos precisos que podrían dar ley sobre como abordar la situación y en consecuencia no existen políticas adecuadas para hacerlo.

  • La Violencia Física

Aunque existen varias formas de violencia, entre las cuales podemos mencionar:

  • La negligencia, que se expresa en desprotección, descuido y/o abandono.

  • La violencia emocional, que por lo general se presenta bajo las formas de hostilidad verbal, como por ejemplo insultos, burlas, desprecios, críticas o amenazas; este tipo de maltrato acompaña a todos los demás, pero puede ejercerse independientemente de los demás.

  • La violencias sexual, la cual se refiere a cualquier implicación de niños, adultos, adolescentes, dependientes o inmaduros en cuanto a su desarrollo, en actividades sexuales que no comprenden plenamente y para los cuales no son capaces de dar un consentimiento informado.

De acuerdo con Pérez (2004) la forma más habitual de violencia es la física, la cual se refiere a una serie de actos perpetrados utilizando la fuerza física de modo inapropiado y excesivo. Es decir, es aquel conjunto de acciones no accidentales, que originan a la víctima daño físico o enfermedad manifiesta (hematomas, quemaduras, fracturas, mordeduras, arañazos, sacudidas violentas, entre otros).

Capitulo II

Familia

2.1 Familia

La familia constituye el núcleo de la sociedad, representa el tipo de comunidad perfecta, pues en ella se encuentran unidos todos los aspectos de la sociedad: económicos, jurídicos, socioculturales, etc.

Son muchas las definiciones de familia, y en la mayoría de estas se plantea que es la estructura social básica donde los padres e hijos/as se relacionan. Esta relación se basa en fuertes lazos afectivos. Palacios (2002) argumenta de esta manera que lo que afecta a un miembro, afecta directa o indirectamente a toda la familia; es por ello que hablamos de sistema familiar, de una comunidad que es organizada, ordenada y jerárquica y muchas veces relacionada con su entorno.

La familia, según Palacios (2002) es una institución que influye con valores y pautas de conducta que son presentados especialmente por los padres, los cuales van conformando un modelo para sus hijos enseñando normas, costumbres y valores que contribuyen al desarrollo de la madurez y la autonomía de sus hijo.

Muñiz (2000) entiende la familia como el pilar en la vida del ser humano, esta favorece o entorpece el desarrollo de nuestra personalidad, es el alma de nuestra vida, donde surgen los primeros traumas y complejos, o el inicio de una vida llena de éxitos.

En el sentido técnico-jurídico, la familia es el conjunto de personas entre las cuales median relaciones de matrimonio o de parentesco (consaguinidad, afinidad o adopción) a las que la ley atribuye algún efecto jurídico. La familia desde este enfoque se considera como la unidad social básica, donde el individuo se forma desde su niñez para que en su edad adulta se conduzca como una persona productiva para la sociedad donde se desarrolla.

Para Barrientos (2001) la familia constituye la unidad básica, la célula elemental de la sociedad. En ella están presentes los intereses personales de sus integrantes y el interés social de su entorno, contribuye al desarrollo de la sociedad y al de sus integrantes mediante la formación de las nuevas generaciones, las relaciones del hombre y la mujer, de estos con sus hijos y las de todos sus miembros entre sí. Satisface las necesidades afectivas, físicas y materiales de sus miembros. Promueve el establecimiento de patrones positivos de interacción con el entorno social. Es dinámica, capaz de evolucionar, adaptarse e influir en los cambios sociales de su entorno.

Barrientos (2001) continúa explicando: "La familia tiene una estructura interna que puede ser flexible o rígida para adaptarse a las exigencias de su interacción con el medio. En esta estructura se distinguen las jerarquías, que van a definir el estatus y roles, el liderazgo, el control del comportamiento y las alianzas para el control y todo ello enmarcado por los patrones de comunicación."

2.2 Funciones de la Familia

En cuanto a las funciones que tiene la familia, vemos que, independientemente del tipo de familia que se trate, ésta cumple ciertas características que están relacionadas con lo que la familia hace. De hecho, como institución primordial de la sociedad, la familia desempeña ciertas funciones básicas que le son propias, estas pueden variar en la forma como se expresan en el tiempo, pero en todas las épocas las familias las han ejercido.

La familia tiene dos tipos de funciones:

  • 1. Función biológica: procrear; la pareja se une, nacen los hijos, se forma el hogar y se constituye la familia.

  • 2. Función socializadora: se refiere al periodo de aprendizaje para vivir en sociedad. El ser humano es totalmente indefenso y dependiente en sus primeros años de vida y es la familia la que le guía para que logre adquirir y desarrollar destrezas.

Según Muñiz (2000) la familia cumple con dos funciones, una directa a nivel psicosocial, porque se encarga de proteger a cada uno de sus miembros; otra indirecta, porque es la encargada de transmitir valores universales y favorecer su identidad cultural y nacional.

Para el nombrado autor, la familia no sólo se caracteriza por sus dos funciones; también puede mostrarse el carácter disfuncional, como en el caso de familias desunidas, con límites muy rígidos y poco abiertos, por contar con padres autoritarios o bien, con límites poco claros y difusos.

Para Barrientos (2001), la familia va a tener las siguientes funciones:

  • Satisfacer las necesidades afectivas de sus miembros.

Violencia física ejercida

  • Satisfacer las necesidades físicas y materiales.

  • Establecer patrones positivos de relaciones interpersonales.

  • Promover el proceso de socialización de los miembros más pequeños.

  • Favorecer la adquisición de un patrón psicosexual adecuado.

  • Contribuir al desarrollo de la identidad individual de cada uno de sus integrantes.

  • Estimular el aprendizaje y la creatividad de cada miembro.

  •  Tipos de Familia

Ofrecer una definición sobre la familia es una tarea compleja debido a las enormes variedades que encontramos. La familia ha demostrado históricamente ser el núcleo indispensable para el desarrollo de la persona, la cual depende de ella para su supervivencia y crecimiento.

Entre las diferentes formas de organización familiar y de parentesco encontramos:

  • La familia nuclear: es la unidad familiar básica que se compone del padre, la madre y los hijos. Estos últimos pueden ser la descendencia biológica de la pareja o miembros adoptados por la familia.

  • La familia extensa o consanguínea: se compone de más de una unidad nuclear, se extiende más allá de dos generaciones y esta basado en los vínculos de sangre de una gran cantidad de personas, incluyendo a los padres, nuños, abuelos, tíos, tías, sobrinos, primos y demás.

  • La familia monoparental: es aquella que se constituye por uno de los padres y sus hijos. Esta puede tener diversos orígenes. Ya sea porque los padres se han divorciados, por un embarazo precoz, por el fallecimiento de uno de los cómplices

Sánchez y Barrientos (2001) argumentan que en los últimos tiempos, no sólo debemos hablar de familias monoparentales, sino de:

  • La familia de madre soltera: familia en la que la madre desde un inicio asume sola la crianza de sus hijos e hijas. Generalmente el padre se distancia y no reconoce su paternidad por diversos motivos.

  • La familia de padres separados: familia en la que los padres se encuentran separados. Se niegan a vivir juntos; no son pareja pero deben seguir cumpliendo su rol de padres ante los hijos.

De acuerdo con Sánchez y Barrientos (2001), cada tipo de familia posee sus propias costumbres, normas y valores que son reflejo de la cultura y contexto social donde se desenvuelven.

2.4 Modos de Convivencia Intrafamiliar

Cada familia tiene su propio estilo de convivencia, son múltiples las formas en que cada uno de sus miembros se relaciona y vive cotidianamente. Para entender los modos de ser familia Muñiz (2000) menciona las siguientes características:

  • Familia autoritaria: los padre tienen dificultad para asumir los cambios de los hijos. Los niños y niñas son tratados como adultos, no se admite el crecimiento de los hijos quienes son sometidos a la rigidez de lo padres y existe más temor que comunicación.

A nivel afectivo, los hijos de padre autoritarios son niños inseguros. En lo académico ponen siempre su mejor esfuerzo, pero su temor e inseguridad los traicionan.

  • Familia permisiva: los padres son incapaces de disciplinar, no tiene expectativas ni limitantes. Por tanto los hijos de esta familia son demandantes, insatisfechos, cada vez quieren más y cada vez sienten que tienen menos. Son inseguros y totalmente dependientes

  • Familia sobreprotectora: los padres no saben enfrentar sus propios conflictos y centran su atención en los hijos sobreprotegiéndolos. No se permite el desarrollo y autonomía de los hijos, retardando su madurez y haciendo que dependan extremadamente de sus padres.

  • Familias democráticas: no tienen expectativas ni limitantes, pero establecen derechos y obligaciones. Los hijos de esta familia no temen demostrar sus sentimientos, son alegres, entusiastas, participativos y a nivel escolar tienden a ser buenos alumnos.

Capitulo III

Violencia Física Intrafamiliar

3.1 Violencia Física Intrafamiliar

Entendemos por violencia intrafamiliar toda acción u omisión cometida por algún miembro de la familia que viole el derecho al pleno desarrollo y bienestar de otro miembro.

Una mirada a la violencia física en la familia permite ver como ella es reflejo de las contradicciones sociales y como por otra parte puede ser ella misma determinante de la violencia en la comunidad. Por tanto recientemente este tema está dejando de ser considerado un asunto privado y cobra la relevancia de un problema social que debe ser comprendido y prevenido.

Chero (2004), afirma que para establecer que una situación familiar es un caso de violencia, la relación de abuso debe ser crónica, permanente y periódica, refiriéndonos así a las distintas formas de relación abusiva que caracterizan un vínculo familiar.

De acuerdo con Pérez (2004) la violencia física intrafamiliar que afecta a alumnos de educación básica puede considerarse inmersa en un problema de salud pública a través de la historia de la humanidad. Los estudiantes se encuentran a diario con múltiples comportamientos y conductas violentas que generan desde su propio hogar, donde en múltiples casos y con alguna frecuencia ellos, sus madres, hermanos y demás familiares son golpeados, amenazados e insultados por sus padres o familiares, llegando incluso a presentarse con alguna frecuencia abuso psicológico y agresión sexual.

Todo tipo de violencia física afecta a los niños. Sin embargo, según Cepeda (2006), solo un 16% de la violencia intrafamiliar puede considerarse directamente como maltrato infantil. Estos tipos de violencia en general afectan al desarrollo de competencias académicas de los niños.

Es necesario incidir y resaltar que además de ser altamente probable que los niños sean también víctimas directas de la violencia física en situaciones de maltrato domestico. Los hijos de las mujeres maltratadas son receptores directos de la violencia

Asensi (2008) argumenta que vivenciar la angustia de la madre maltratada su temor, inseguridad, tristeza, le produce al niño una elevada inseguridad y confusión. Esta angustia se traduce en numerosos trastornos

La UNICEF señala que aunque no se les ponga la mano encima, presenciar o escuchar situaciones violentas tiene efectos psicológicos negativos en los hijos. Aunque no sean el objeto directo de las agresiones, padecen violencia psicológica, que es una forma de maltrato infantil.

Los niños no son víctimas sólo porque sean testigos de violencia entre sus padres, sino porque "viven en la violencia". Son víctimas maltrato físico y crecen creyendo que la violencia es una pauta de relación normal entre adultos (Save de Children, ong).

3.2 Causas de la Violencia Física en la Familia

La violencia física es una situación que puede presentarse en todas las clases sociales, aunque para Chero (2004), su incidencia parece ser mayor en familias que viven bajo condiciones socioeconómicas de pobreza. Hasta el momento existen diferentes explicaciones sobre la actitud del victimario y en diferentes fuentes se ha visto la influencia en alguna manera de las situaciones de gran estrés que hacen que toda la furia de la persona recaiga sobre los demás miembros del hogar.

Las fuentes revisadas concuerdan en que el maltrato físico es un problema multifactorial, es decir multicausal y multidisciplinario, y coinciden al determinar que entre las causas principales que generan violencia física se pueden mencionar:

  • Personalidad o modelo psicológico: estudios realizados indican que los

padres y/o conyugues abusivos presentan dificultades para controlar sus impulsos, presentan baja autoestima, escasa capacidad de empatía; así mismo se ha encontrado que la violencia física se relaciona con la depresión y con la ansiedad del agresor y con el uso de sustancias psicoactivas, como la droga y el alcohol.

  • Causas Económicas: esto es a partir de la crisis, salarios indignos y el

desempleo, que trae consigo que las personas que se encuentran en esta situación desquiten sus frustraciones en sus familiares y los maltraten físicamente.

  • Causas Culturales: aquí se incluye a las familias donde los responsables

de ejercer la custodia y tutela de los hijos no cuentan con orientación y educación acerca de la responsabilidad y la importancia de la paternidad, y consideran que tanto el conyugue como los hijos son objetos de su propiedad.

La sociedad ha desarrollado una cultura de castigo en la cual a la cabeza de familia se le considera la máxima autoridad, con la facultad de normar y sancionar al resto de los miembros. En esta concepción el castigo físico se impone como una medida de corrección a quien transgreda las reglas, además no se prevén otros medios de disciplina y educación.

  • Causas Emocionales: la incapacidad del agresor para enfrentar los problemas, su inmadurez emocional, su baja autoestima, su falta de expectativas y su inseguridad extrema motiva que desquiten su frustración en los hijos y conyugue, y no les proporcionen los requerimientos básicos para su formación y pleno desarrollo.

  • La Historia de Maltrato del Agresor: es muy alto el promedio de agresores que sufrieron maltrato físico en su infancia. Además en la mayoría de estos casos, las personas no recibieron instrucción alguna acerca de la forma de tratar a sus hijos y conyugue, y aunque la recibieran, sin una intervención psicológica adecuada caerían nuevamente en la intergeneracional.

Al referirse a la manutención de la violencia física en la familia, Ogalde (2007) explica que no se puede dejar de mencionar el retraso o la ausencia de denuncias que impiden determinar la real magnitud del ciclo y su avance. El autor continúa explicando que como causa de la demora se esgrime la esperanza de la víctima de que la situación cambie, el miedo a represalias, la vergüenza ante la sensación de fracaso, su situación psicológica, sentimientos de ambivalencia o inseguridad y la falta de apoyo familiar, social o económico.

Ogalde (2007) describe dos factores que pueden considerarse como los más importantes que pueden indicar aumento del riesgo para la aparición de violencia física intrafamiliar:

  • la relación de desigual y desequilibrio de poder en la relaciones humanas, de manera principal entre el hombre y la mujer, tanto en el ámbito personal como social y la existencia de una cultura que supone la aceptación de la violencia en la resolución de conflictos.

3.3 Características del Niño Victima de Violencia Física en la Familia

Mullender (2000) argumenta que existen a menudo entre los niños maltratados físicamente características que podrían favorecer la agresión de sus padres en determinadas situaciones. Esas características varían de un niño a otro según el tipo de familia a la que pertenezca, el tipo de padres y las diferencias individuales del menor.

Entre las consideradas por algunos autores como propiciadores de maltrato físico se encuentran:

  • Ser hijo no deseado

  • Ser hijo concebido fuera del matrimonio

  • Presentar anomalías congénitas

  • Ser irritable

  • Ser hiperactivo

Los problemas que presentan los niños víctimas de maltrato físico se traducen en unas manifestaciones que pueden ser tanto físicas como conductuales y emocionales. A estas señales de atención es lo que se llama indicadores, ya que nos pueden indicar una situación de riesgo o maltrato. Sin embargo, hay que tener en cuenta que estos por sí solos no son suficientes para demostrar la existencia del maltrato, sino que además debemos considerar la frecuencia de las manifestaciones, como, donde y con quien se producen.

Teubal (2005) explica: "la habilidad para detectar que un niño ha sido maltratado físicamente depende, por tanto, del conocimiento por parte del observador, no solo del estado físico del niño. No basta con notar cualquier cambio en las interacciones sociales de un niño en particular, pues el niño agredido constantemente puede haber sufrido desde la primera infancia. Por consiguiente, cuando un niño parece comportarse de un modo anormal, deberá considerarse la posibilidad de que la causa sea el maltrato, tanto de forma directa, como el que el menor sea espectador de la violencia física perpetrada a otro u otros miembros de su familia."

El comportamiento de los niños que son maltratados de forma física ofrece muchos indicios que delatan su situación. Siempre que aparezcan los comportamientos que señalamos a continuación, es conveniente considerar el maltrato entre sus posibles causas:

  • Señales físicas repetidas (moretones, quemaduras, mordeduras, entre otras).

  • Persistente falta de higiene y cuidado

  • Falta de cuidado medico

  • Cansancio y apatía permanente (suele dormirse en el aula)

  • Conductas agresivas y/o rabietas permanentes

  • Relaciones interpersonales hostiles y distantes

  • Ausencia reiterada a clases

  • Tiene pocos amigos en la escuela

  • Muestra poco interés y motivación por las tareas escolares

  • Presenta dolores frecuentes sin causa aparente

  • Presenta problemas alimenticios (niño glotón o con inapetencia)

  • Alteración de los patrones normales de crecimiento y desarrollo

  • Regresión conductual (conductas infantiles para su edad)

  • Depresión constante

  • Dificultad de concentración

  • Docilidad excesiva y/o actitud defensiva frente a los adultos

  • Búsqueda intensa de expresiones afectuosas por parte de los adultos.

3.4 Impacto en el Menor de la Violencia Física en la Familia

A menudo los niños y niñas han sido llamados "las victimas olvidadas" de la violencia intrafamiliar e históricamente quienes tienen responsabilidades legales de prevención, protección y atención al maltrato infantil, han visto de forma separada el abuso a las mujeres del abuso a sus hijos. Sin embargo, de manera reiterada las investigaciones revisadas han sugerido que es altamente probable encontrar maltrato infantil en contextos donde las madres de los niños son violentadas.

Una mujer que sufre violencia y que por tanto ve afectada su salud y estado físico, mental y emocional tendrá mayor dificultad para dar a sus hijos la atención, el afecto y los cuidados apropiados. Pérez (2004) explica que esto puede generar o aumentar sentimientos de no estar haciendo lo correcto o lo suficiente como madre, aún en aquellos casos en que la mujer que ha sido maltratada haya escogido tener un hijo como forma de compensar el abuso que ha experimentado.

En el XIX Congreso Panamericano del Niño (2004) se argumentó que la forma en que una mujer se relaciona con sus hijos puede cambiar radicalmente cuando su pareja se encuentra en casa, lo que a su vez puede generar una tremenda confusión en los niños. Ella puede elegir castigarlos o maltratarlos como una forma de prevenir el abuso aún peor por parte de su pareja, si ella no consigue mantener a los niños disciplinados y bajo las normas de control que él a impuesto.

Para la gran mayoría de las mujeres maltratadas, el cuidado y protección de sus hijos constituye su gran preocupación. Sin embargo, muchas subestiman tanto el impacto que la violencia presencial o auditiva tiene sobre sus hijos, como las oportunidades que su pareja tiene de abusar directamente de los niños sin que ella se entere. (SESPAS. 2002)

Es bien sabido que en un porcentaje significativo de casos de violencia contra la mujer, los niños y niñas son testigos de ella por encontrarse en la misma habitación o en un lugar próximo. De igual manera alto es el porcentaje de niños que intenta intervenir frente a un acto de violencia para proteger a su madre del abuso de la pareja.

Patrón y Lumiñana (2005) aseguran que en casos de violencia física los niños también pueden culpar a la madre no agresora, porque en sus mentes sostienen una lucha permanente por entender la incapacidad de la mujer para enfrentar al agresor, o para dejarlo. En cualquier caso, dado el poder diferencial existente entre los niños y los adultos que los abusan, es probable que cualquier cosa que hagan para resistir el abuso, los deje expuestos a situaciones de mayor riesgo aún.

3.5 Consecuencias de la Violencia Física Intrafamiliar

Las consecuencias para los niños y niñas de la violencia física en la familia son gravísimas, tanto a corto, como a largo plazo. Según Asensi (2002) los trastornos psicológicos y sociales que presentan estos niños son similares a los que presentan sus madres como víctimas de violencia de género. Es decir, los niños en esta situación están siendo agredidos.

Debemos precisar si las consecuencias son las mismas cuando los niños y niñas están expuestos de forma directa a las situaciones violentas que si cuando solo son espectadores de este tipo de situaciones. Para Espinosa (2006) habría que señalar que en buena medida hay una serie de consecuencias comunes, aunque el origen y tratamiento de las mismas sea diferente.

Las principales consecuencias en la infancia de la exposición directa e indirecta a situaciones de violencia física son:

Exposición directa:

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