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Historia y ficción en la literatura latinomericana de la colonia

Enviado por Altidoro Gallardo


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Historia Y Ficción En La Literatura Latinoamericana De La Colonia
  3. Historia Y Mito En La Literatura Colonial
  4. Historia Y Memoria En La Literatura Colonial
  5. Crónicas Coloniales
  6. Literatura Barroca Colonial
  7. Representantes De La Literatura Colonial Latinoamericana
  8. Conclusión
  9. Bibliografía

Introducción

El objetivo del presente trabajo es el de investigar, analizar y buscar la relación literaria, entre la historia y la ficción en la literatura colonial latinoamericana. De esta manera, trataremos de contribuir con el enriquecimiento del conocimiento acerca de la literatura colonial y su repercusión en la historia de su desarrollo. Trataremos de buscar y conocer las conexiones entre historia y ficción a través de revisiones y estudios de las crónicas coloniales y la literatura barroca. Estudiaremos la conceptualización del problema filosófico y retórico de la historia y ficción. Estudiaremos también, la relación entre Historia y mito; y así mismo, la relación entre historia y memoria.

El cumplimiento de nuestros objetivos, nos obligará a recorrer y estudiar analíticamente, textos históricos, teóricos, y obras literarias correspondientes al periodo colonial. El concepto de literatura nacional en Latinoamérica, tiene un arraigo muy fuerte en la producción literaria y sus autores. Este concepto es irrenunciable al sentimiento nacional mismo, y también a la relación histórica con España. A pesar de que esta literatura es escrita y pensada en lengua española, siempre estuvo dosificada e influenciada con la concepción indígena. Sabemos que las civilizaciones indígenas no llegaron a detentar la escritura, y por esa misma razón, no llegaron a alcanzar posicionamiento en la literatura. Podemos tomar como ejemplo a un caso peruano: la literatura quechua tiene origen español, porque todos los escritos quechuas pertenecen a escritores literarios que lograron aprender y hablar muy bien ambos idiomas. En condición bilingüe, se puede encontrar a escritores renombrados de la época, uno de ellos es Inocencio Mamani, autor de la obra teatral Tucuipac Munuashcan (1928) y de muchos poemas, con una temática puramente indigenista y un concepto de fondo nacionalista.

La historia del análisis de la literatura nacional nos hace saber, que la literatura nacional no tiene tiempo concreto o definido, que su expresión de la realidad es inmedible, y sólo apela a la movilización dinámica de los eventos. De esta manera, se puede decir que, el concepto de nacionalidad es solamente una mera abstracción más, una alegoría, o un mito, pero que nunca hay una correspondencia directa con la realidad. Y, es que no existe en realidad, una literatura enteramente nacional, la proclividad al mito y la ficción siempre está presente, y entonces, la relación entre historia y ficción resulta ser evidente. Cuando la imaginación crea su universo, se pone de manifiesto la revelación de un sistema que modela fidedignamente su época en acción con sus propios códigos. Entonces, se crea la ficción histórica, y de ella, el alma de una época, la razón de ser de un periodo de tiempo pasado. El famoso escritor mejicano Carlos Fuentes escribe en su libro El espejo enterrado (2005) referente a Cristóbal Colón que había soñado estaba ausente. Colón tuvo que inventar el descubrimiento de grandes riquezas en bosques, perlas y oro, y enviar esta información a España. De otra manera, su protectora, la reina Isabel, podría haber pensado que su inversión (y su fe) en este marinero genovés de imaginación febril había sido un error" (Pág. 11-12).

En este proceso literario de América Latina, y más allá de la época en que se llevan a cabo el desarrollo de las narraciones, la principal referencia histórica casi siempre está ligada a la realidad llena de conflictos con España. Existen tres tipos de temas que sirven para exponer a plenitud la dimensión de las diferencias con el país europeo: La modelización colonial, la temática esencial indígena, y la evangelización del discurso. Con todas estas consideraciones y demás recursos discursivos, podremos argumentar una propuesta estudiada de nuestro tema principal en el trabajo: la relación de la historia y ficción en la etapa colonial de la literatura latinoamericana.

Historia Y Ficción En La Literatura Latinoamericana De La Colonia

La conjunción literaria de la historia y la ficción no es una presentación de nuestros tiempos, muy por el contrario, los dos géneros, siempre han estado ligados, desde sus apariciones respectivas. El escritor mexicano Alfonso Reyes nos dice en su obra El deslinde (1983) "historia y literatura se mecieron juntas en la cuna de la mitología" (Pág. 85). Su presentación es selectiva y muy sinóptica. En teoría, siempre existe la discusión interminable acerca de su legitimidad. La unión de la historia y la ficción, supone el estabelecimiento de conceptos claros acerca de la narrativa histórica y de la ficción. Es necesario tener en cuenta, que en los análisis de muchos relatos históricos, el conflicto con España siempre ha estado presente como el centro de discusión temático de las obras literarias de entonces, tanto en plena época de la colonia como en el proceso y desarrollo de las guerras por la independencia de los pueblos latinoamericanos. En la narrativa del siglo XIX surge una nueva forma de expresar la historia con el apoyo de la ficción. Muchos la consideraron simplemente como un subgénero, pero otros la consideraron como un real nuevo género, basados en la evidencia de la integración de dos nuevos conceptos literarios complementarios.

En la narrativa colonial, siempre estuvo presente la imagen del indio, y se le presenta con una doble visión, de acuerdo con la perspectiva del autor, y nos regalan dos estereotipos del indígena: se le presentaba como un valiente guerrero, y también, como un sanguinario bárbaro. Los discursos de las distintas obras literarias, siempre estaban cargadas de valores patrióticos y llenos de cualidades cívicas, pero siempre anticolonial. Establecer un concepto claro acerca de la ficcionalización de la historia, no siempre resultó una tarea fácil, pues con facilidad se le relacionaba con otros tipos literarios, como fue el caso con el Romanticismo Europeo. Sin embargo, existía una gran diferencia: las narraciones históricas europeas trataban siempre, de reconstruir arqueológicamente de un tiempo pasado llenos de nostalgias y recuerdos, y del que se pretende escapar; en cambio, los relatos latinoamericanos de ese tiempo, están comprendidos de hechos concretos de la historia de la colonia, y responden a la necesidad imperiosa de la construcción heroica de la Nación. En Europa se reafirma su actualidad a su pasado y desde allí realiza la proyección de su futuro. En cambio, en Latinoamérica, se rechaza su pasado colonial y desde allí trata de explicar su actualidad republicana, que lo llevará a encontrar su futuro esperanzador, honrar su independencia y todos sus acontecimientos que le permitieron obtenerla.

Pero ¿Es la novela histórica, una ficción? Esta problemática literaria no es reciente, pues data desde los inicios de la formación de la cultura occidental. Es decir: desde el filósofo Aristóteles hasta la actualidad, siempre han discutido tanto escritores como teóricos la vulnerabilidad de la novela histórica. Y el centro de esta discusión, siempre ha sido la legitimización eficaz de la conjunción de la historia y la ficción. Al considerar la Novela Histórica, notaremos que semánticamente nos presenta dos flujos antagónicos, por un lado consideraremos la creación literaria, y por el otro, la reconstrucción de un evento real del pasado. Sin embargo, muchas veces tanto los escritores como los teóricos, se muestran muy radicales en sus conceptos y no logran percibir cuando la historia ingresa y forma un todo con la ficción. Y entonces, nace la posibilidad de realizar un nuevo tipo de análisis: y es el alcance histórico entre una realidad segura y el evento, los personajes inventados y su espacio.

Para realizar una reconstrucción de eventos pasados, como por ejemplo, la ubicación ficticia de algunos hechos remarcables históricos, o el encuentro de personajes históricos, tiene una implicancia muy seria para los autores. Para crear su universo imaginario, tendrá que lograr encontrar la revelación modelizadora de una época determinada con sus propios códigos en acción. De esa narración de ficción histórica surgirá el alma de una época, y junto con ella, una identidad literaria. Si en una narración deben de coexistir el referente histórico y la ficción, ese referente histórico deberá de influir en la causa-efecto de la trama. Además, desde la perspectiva del lector, al admirar un libro, este se declara admirador devoto y lo considera verdadero. Ya que al tratarse de un libro que representa un pasado, y según la reacción de quien lo lee, no existiría motivación alguna para buscar diferencias entre escritores de historia o ficción, o de testimonios verdaderos o imaginarios.

En los primeros textos que se escribieron en Latinoamérica, muchos de los personajes históricos del descubrimiento, conquista y colonia, son considerados como los primeros autores de la narrativa ficcional. Esto se daba porque el escritor o autor personifica subjetivamente a un personaje de la historia que el mismo está narrando. Al poner de manifiesto ambigüedad en su discurso, le permite denotar señales de ficción. Los autores escribían llenos de emoción de lo que habían visto y vivido, lo hacían con mucha espontaneidad, ya que se encontraban extasiados con las maravillas presentadas por el nuevo mundo, y les daban nuevas características vitales al texto.

Historia Y Mito En La Literatura Colonial

El Mito siempre estuvo presente en la Historia de la literatura colonial. Especialmente el Mito geográfico; y también, la herejía y las prácticas religiosas paganas. El verdadero sentido de la presencia del Mito geográfico, dado el interés y ambición desmedidos por la extracción de metales valiosos, como el oro por ejemplo, era la conexión entre los océanos pacífico y atlántico. Toda la riqueza extraída de la colonia americana vendría desde el pacífico hasta las islas caribeñas, especialmente Cuba, luego pasaban por las aguas del atlántico, y llegan al fin a su destino español. El resultado de toda esta conjunción de riqueza y ambición, convirtió al Caribe en el centro más importante, donde ocurrieron grandes acontecimientos no repetidos en algún otro espacio de la tierra.

Dos grandes hechos dieron lugar a la aparición del Mito en la Historia: la realizada por Cristóbal Colón con el descubrimiento de América, y la actividad extractiva inmisericorde de minerales valiosos, como el oro y la plata. La extracción y traslado de las riquezas enfrentaban grandes peligros y pérdidas: los naufragios ocasionaban grandes pérdidas, los ataques y asaltos de piratas y corsarios traían robo, sangre y muerte. A raíz de estos hechos históricos, se iban construyendo los mitos. Y los escritores al buscar sus personajes protagónicos para estos relatos, entienden que la imagen del pirata es el más adecuado, ya que en esos tiempos para el colectivo imaginario, el corsario era el personaje hereje mayor.

Existe otra gran razón para la aparición del Mito en el Caribe. Es la razón económica la que obligó a idear las plantaciones esclavistas a sus islas. La dificultad en la comprensión del mercantilismo y la plantación de caña de azúcar, no permite una adecuada interpretación de la literatura y cultura del Caribe. Pero, en el tiempo, el cruce racial entre europeos y africanos llevados a cabo en el Caribe llegan a darle una identidad definida, sin dejar de lado la influencia de lo autóctono. Pero las plantaciones van más allá de lo ya expresado, esta actividad se convierte en una gran fuente de riqueza que determina la economía, y que explica el porqué de la esclavitud, el sistema de propiedad, y la llegada de un nuevo grupo inmigrante, es decir, el conformado por asiáticos. Entonces, de toda esta mixtura socio-económica, aparece un perfil con identidad propia del Caribe, se da en la música, las artes, forma de vida, etc. Vemos entonces, como la actividad de la plantación de la caña de azúcar, se ubica históricamente en el centro mismo de la cultura caribeña.

En esta perspectiva, podemos proyectar nuestro trabajo hacia la literatura de Centroamérica, donde se ha construido el Mito del canal interoceánico en la literatura de Nicaragua basado en tres tiempos:

. La primera fase se muestra inalterable en su condición de milenaria, y se considera al famoso Istmo meramente como un accidente geográfico, y que no inspira ningún interés.

. La aparición violenta de Europa y su concepto mercantilista, ambos motivos le otorgan un gran valor, por entonces desconocido. Esto resumía el gran interés del imperio español.

. A los finales del siglo XIX, un imperio naciente lucha por lograr la autonomía del Canal de Panamá. Estados Unidos logra su construcción, define sus funciones y consigue su autonomía.

Entonces, acorde con nuestra proyección, el Istmo tiene un gran significado en el establecimiento de la expresión literaria y cultural en sentido general en la región centroamericana. La construcción del Mito tiene su origen principal, en la irrupción de la cultura europea, debemos recordar, que para las civilizaciones pre-colombinas, la unión de los océanos no les inspiraba ningún interés, ni siquiera el económico, ya que ellos no eran atraídos por las actividades marítimas, por el contrario, estas civilizaciones, eran básicamente terrestres. En cambio, las europeas eran eminentemente marítimas, y la conexión integrada de los océanos les daba un gran sentido económico y una posición estratégica de gran valor. Ahora bien, al integrarse el Istmo a la maquinaria imperial, su valor se torna en histórico.

Durante el tiempo que se desarrolló la literatura colonial, las potencias europeas controlaban políticamente, administrativamente y económicamente por completo a América. Y en todos sus relatos el texto está compuesto por la tradición literaria europea, y por la cultura autóctona de los pueblos americanos, claro, siempre en un contexto de pugnas continuas por lograr la independencia, y con ella, el poder. La gran importancia al fervor religioso, y el renacimiento español, fueron muy importantes para el desarrollo de la literatura colonial latinoamericana y la construcción de mitos. Como un gran ejemplo, tenemos el trabajo literario desarrollado por la mexicana Sor Juana Inés de la Cruz, quien logró consolidar un gran trabajo, considerando las creencias religiosas católicas y la intervención del talento y capacidad literarios.

Como un claro ejemplo de la existencia del Mito en la Historia de la literatura colonial, trataremos acerca del romance o poema épico titulado La Araucana (1569-1578-1589). El hecho que da lugar a la obra es el propósito de España de colonizar los territorios que hoy se denominan como Chile y someter al indio bajo su poder y autoridad; y por otro lado, la existencia de Lautaro como persona real e histórica, que es quien dirige el ejercito indígena en defensa de su libertad y derechos sobre sus territorios. La primera inclusión del Mito en esta obra, se da cuando el autor se incluye como participante de esta guerra y crea su heroicidad. También se establece la existencia del Mito que los españoles eran inmortales y por lo tanto dioses. Sin embargo, los indígenas demuestran durante su lucha, que los españoles eran mortales y por lo tanto no eran los dioses pregonados. Así mismo, las creencias y supersticiones de los araucanos, influyen y determinan las acciones por tomar, ya que ellos entienden que son mandatos que les enviaban sus dioses, es decir, el pleno respeto al Mito religioso instalado en su cultura. Y como para reconfirmar, diremos nuevamente, que el tema principal de estas obras literarias era la lucha por la libertad.

Historia Y Memoria En La Literatura Colonial

Desde los tiempos que comprendieron el periodo de La Colonia, la historia y la memoria siempre estuvieron ligados, tanto, como para considerarlos como un paradigma en la literatura colonial. En ese contexto, la persona como ente individual significaba muy poco ante la memoria colectiva. Esta, le era permisible gracias a la tradición oral con la que convivía, y que ella, a su vez, la transmitía y la prolongaba a las generaciones nuevas o hasta aquella que estaban por venir, pero que no conocía. Todo este proceso cultural se daba en tiempos en que las civilizaciones no tenían la necesidad de probar la memoria.

La memoria necesita concretarse como relato para poder acceder a un espacio de una cultura o sociedad, esa forma narrativa siempre tiene un sujeto por rememorar, éste, desde luego tiene sus propios intereses, es un sobreviviente de los embates de la historia, y consecuentemente, puede dar una visión exacta o inexacta, justa o injusta de los eventos pasados, pero al fin se estará escribiendo la historia. Es decir, que la relación establecida entre la memoria colectiva y la historia de una sociedad cualquiera, nos permite establecer y consolidar un texto literario. La memoria siempre está preñada de mito e historia, y requiere ser contada, ser divulgada a través de la escritura. Así, se estará estableciendo y escribiendo el archivo de la oralidad.

Existen muchísimos ejemplos literarios coloniales que nos servirían de apoyo para explicar nuestro tópico. Sin embargo, hemos optado por elegir al escritor peruano Inca Garcilaso de la Vega, autor de la monumental obra Comentarios Reales de los Incas (1608). Como en muchos de los casos de otros escritores, Garcilaso también es tocado por el destino, y dedica toda su vida a preparar su obra literaria. Su memoria se había llenado de información acerca de la vida, realidad, historia, penas e injusticias, que su pueblo había pasado, y que aún seguía pasando. Garcilaso, hijo de un capitán español y de una princesa inca, escuchaba todas las mañanas, allá en el Cuzco, los relatos de los movimientos militares de los conquistadores, y también, el cuento de las crónicas trágicas del imperio que sus antepasados habían perdido. Todo ese gran almacén de datos históricos afincado en su memoria, luego los procesaría hasta darle forma en sus Comentarios Reales. Historia y memoria juntas, para conformar una obra literaria propia de los tiempos de la Colonia. Este hecho cobra más importancia aún, si es que tenemos en cuenta, que fue narrado, contado y escrito, desde España. El autor nos dice en su obra: "las oí a mis mayores, aunque (como muchacho) con poca atención, que si entonces la tuviera pudiera ahora escribir otras muchas cosas de grande admiración, necesarias en esta historia. Diré las que hubiere guardado la memoria, con dolor de las que ha perdido" (Pág. 87).

Los intelectuales y críticos académicos, siempre han estado atentos al debate permanente entre la Memoria y la Historia de la literatura. Y el principal motivo de esta preocupación, ha sido el encuentro de una identidad colectiva o nacional, a partir del trato que se le dé a la Historia y Memoria. La voz y escritura subversiva de los autores coloniales se dieron el trabajo de concientizar a su gente acerada de la realidad en la que vivían y en lo mucho de aquello que les correspondía de manera natural. Contaban con un gran aliado, y este era, el estado de crisis total en el que se debatía España enfrentando luchas y guerras en distintos frentes simultáneamente, tanto en Europa como en América.

La Memoria se puede tornar subversiva con mucha facilidad. Porque hay varas formas mediante las cuales, la memoria puede ser cambiada y deformada, puede ser convertida en subversiva, inclusive por quienes la cultivan y cuidan. Sabemos que muchos escritores e historiadores se hacen de una Memoria colectiva, de una Memoria que es la representación de una o dos generaciones, y luego la desaparecen de la historia o las cambian completamente. La Historia también corre el riesgo permanente de ser olvidada o cambiada. Y entonces surge la gran preocupación de cómo conservar la Historia y la Memoria. La Literatura a través de sus diferentes géneros, juega un rol muy importante, y por lo tanto crucial. A través de este ejercicio, existe la posibilidad de preservar la Memoria, pero el riesgo de su deformación está presente con las mismas posibilidades, inclusive, es posible llegar a la desaparición o su destrucción. Por ejemplo, en muchos pasajes de la historia de la humanidad, hemos comprobado cómo algunos arqueólogos se encargaban conscientemente de destruir algunas huellas del pasado, con el propósito de crear el espacio conveniente para revelar y/o preservar otras.

La reconstrucción de la Historia implica poner en acción la Memoria, como un núcleo de conservación de recuerdos y remembranzas, la plena consciencia del riesgo de que caiga en el olvido. Estas consideraciones nos permitirán conservar la Memoria, y por ende, la Historia. Por ejemplo, el sistema de vida impuesto por los colonizadores a todos los indígenas de América, las causas de su rebelión, su expresión emocional, las manifestaciones escritas de pensadores, etc. Pasado el tiempo, los escritores podrán reactualizar los grandes hechos históricos gracias a la Memoria preservada de una nación, y a los registros escritos conservados.

La palabra es un elemento muy importante en el proceso de conservación de la Memoria y la Historia. La palabra tiene mucho poder, y si la Historia es un archivo del pasado de una comunidad o nación, deberemos saber entonces, que la Historia es la actividad de hablar del pasado, que la Historia mantiene un tipo de discurso con su propio lenguaje, y que lo impregna del significado conveniente. El poder de la palabra tiene la capacidad de dotar el significado a una realidad, logrando su descripción, representación y reflexión. Las implicancias a las que nos llevan todos estos conceptos son: comprender la Historia, consciencia de Memoria, y la comprensión y aceptación de un determinado discurso histórico.

Crónicas Coloniales

El descubrimiento de América transformó totalmente la visión del hombre acerca del mundo. La interacción entre dos mundos transformó mentalmente a sus habitantes. Europa contactó fundamentalmente con la llegada de españoles, portugueses e italianos; y por el otro lado, América lo hacía con los incas, aztecas, mayas, etc. Entonces, el cambio de dirección de ambos continentes fue eminente.

En el contexto literario de la época, España gozaba de una literatura floreciente al emerger el Siglo de oro con autores de la talla de Cervantes, Lope de Vega, Quevedo, entre otros. Eran tiempos de pleno fulgor de la literatura de caballería. Pero al girar la vista hacia América, en tiempos de la conquista, y luego, en los de la colonia, la expansión y llegada de esa literatura sufrió serias restricciones al interior de los virreinatos. Se prohibieron las obras que se referían a las costumbres de los indígenas. La censura fue tan fuerte, que se eliminó escrituras enteras donde se hablaba del origen de los indígenas, se anuló también todos los textos donde se aludía las crueldades cometidas por los españoles conquistadores, e inclusive los brotes de rebeliones de algunos españoles. En el colmo extremo, se mandó eliminar palabras puntuales, tales como: conquista, guerra, etc. Sin embargo, y a pesar de todo, surgió y se estableció el género literario de las Crónicas, gracias a ellas, hasta el día de hoy, podemos encontrar información acerca de lo que realmente pasó en los periodos del descubrimiento, conquista y colonia en América.

Las crónicas tienen un contenido eminentemente histórico, están compuestos por escritos testimoniales, se narran minuciosamente los eventos históricos, y gracias a esta acción, se ha podido reconstruir la historia de los periodos arriba mencionados. En la temática general de las crónicas, podemos observar la predilección por la descripción de las "Indias Occidentales", el paisaje exótico y desconocido para la mente europea, el modo de vida de los indígenas, la exaltación de los triunfos y hazañas de los conquistadores, y los numerosos mitos a aparecidos gracias al escenario del nuevo mundo y la ideología de los conquistadores acerca de "las indias".

Los primeros escritores de crónicas llegaron de España, se trataba de audaces exploradores, arriesgados conquistadores, que decidieron escribir de sus experiencias personales. No eran escritores con formación, solamente algunos de ellos ostentaban calificación académica de escritores, tales como: Juan de Castellanos, Gonzalo Jiménez, etc. Los conquistadores tenían que informar a los reyes españoles de todo cuanto sucedía en las colonias, y adoptaron el género de la crónica histórica como la forma de hacerlo. Este tipo de información llevó a presentar hasta tres tipos de cronistas:

. Existió una primera etapa, donde los cronistas se dedican a describir de manera muy espontánea todas sus experiencias en América. Tenemos el caso del descubridor de América, Cristóbal Colón, quien informa a los reyes de España de esta manera: "Señor, porque sé que habréis placer de la grand victoria que Nuestro Señor me ha dado en mi viage, vos escribo esta, por la cual sabréis como en 33 días pasé a la Indias, con la armada que los ilustrísimos Rey y Reina nuestros señores me dieron donde yo fallé muy muchas Islas pobladas con gente sin número"

. En la segunda etapa, el historiador eclesiástico aparece como la gran figura protagónica. El tiene que informar a su iglesia, y realiza críticas acerca de la conducta de los conquistadores. Como es el caso de Bartolomé de las Casas que escribió: "No y mil veces no, ¡paz en todas partes y para todos los hombres, paz sin diferencia de raza! Sólo existe un Dios, único y verdadero para todos los pueblos, indios, paganos, griegos, y bárbaros. Por todos sufrió muerte y suplicio. Podéis estar seguros de que a conquista de estos territorios de ultramar fue una injusticia".

. En la tercera etapa, se manifiesta la aparición de cronistas indígenas y mestizos. La narración y descripción en las crónicas adquieren mayor veracidad, dado el conocimiento de la cultura y tradiciones de la gente. Existe la pretensión de dar a conocer una nueva visión total sobre el nuevo mundo. El Inca Garcilaso de la vega nos dice en su monumental obra Comentarios reales de los incas (1604) "y yo las oí en mi tierra a mi padre y a sus contemporáneos, que en aquellos tiempos la mayor y más ordinaria conversación que tenían era repetir las cosas más hazañosas y notables que en sus conquistas habían acaecido, donde contaban la que hemos dicho y otras que adelante diremos" (Pág. 87).

A continuación, quisiera comentar la crónica escrita por Alvar Núñez Cabeza de Vaca. El libro se titula Naufragios y comentarios (1542), y su título original fue: "Relación que dio Alvar Núñez Cabeza de Vaca de lo acaecido en la Indias en la armada donde iba por gobernador Pánfilo de Narváez". La historia de la obra nos narra todos hechos trágicos y vicisitudes que pasaron cuatro sobrevivientes del naufragio de una expedición conquistadora al mando de Pánfilo de Narváez y con rumbo a Florida en el año de 1527. En la obra, el autor narra todos los momentos de sufrimientos pasados por Cabeza de Vaca al vivir en cautiverio entre diferentes grupos de indígenas, la usual violencia del español en contra del indio es disminuida. El protagonista Cabeza de Vaca, vive por cerca de diez años entre indígenas, tiene la oportunidad de aprender el idioma. El ve a los indios sin la curiosidad de otros conquistadores, los ve más bien, como objetos de salvación, por ello, piensa que hay que sacarlos de la idolatría y llevarlos a un plano superior de la religión cristiana. De allí que Cabeza de Vaca tiene la teoría de que la conquista debe de ser a través de la evangelización. En la obra se narra el cautiverio de Cabeza de Vaca luego de su captura por los indios, entonces, él estuvo subordinado a sus captores y no podía ejercer poder alguno. Por esa razón, se dedica a realizar una descripción etnográfica de esa cultura indígena: describe su organización social y su sistema matriarcal, la crianza de sus hijos y el amamantamiento hasta los doce años, la alta mortalidad infantil, la inutilidad de los viejos, y las tradiciones y supersticiones. Este último punto se convierte en la puerta hacia ficción, pues se utiliza estas nuevas características llenas de exotismo para recrearlas en la imaginación de los escritores.

Esta crónica que se presenta como un texto informativo, es también la justificación del fracaso de la expedición. En el trabajo de justificar el viaje perdido, el autor hace uso magnánimo de su imaginación y nos presenta cuadros totalmente fuera de la realidad vista y vivida. Por ello, este texto es considerado como histórico y de ficción. Indica con insistencia a los hechos de la casualidad para poder explicar y justificar lo ocurrido, y al estar su temática muy ligada al descubrimiento y conquista, su éxito narrativo fue inmediato. Otro hecho muy importante a tener en cuenta en el análisis de "Naufragios", es el contraste de su narración del descubrimiento y conquista con la mayoría de los otros textos. Pues contrariamente a lo descrito por otros, él, dice que en aquellos lugares, la gente no tiene mayor riqueza que sus costumbres extrañas, sus ropas o creencias exóticas, su compasión por el otro, y su capacidad para incorporar lo que le resulte útil.

Si bien es cierto, que el autor tiene la intención de dejar un registro de lo histórico y lo real, sin embargo, sabemos que no pudo tomar notas ni conservar apunte alguno de su expedición, por lo tanto, su relato se convierte en una reconstrucción del pasado a través del recuerdo. Además, existen muchos hechos y detalles que no encuentran una explicación lógica y nos transportan a la ficción. Y no sólo por lo que tratan sino por la forma misma en que se refieren, como por ejemplo: cuando se refiere a la música que se escucha mientras se va dando una gran tempestad que arranca los árboles de cuajo y destruye casas e iglesias, la cura milagrosa de los enfermos e incluso una resurrección. El autor tiene mucha habilidad para efectuar su narración, convierte sus diez años de sobrevivencia en una auténtica relación de servicio a la corona. También, usa un gran recurso para lograr obtener un "discurso autorizado", y lo hace agregando un "Proemio" dirigido a Carlos V. En él, presenta su escritura como un servicio que contiene información, la validación real del documento permite que el regreso sea exitoso, los sobrevivientes recobran autoridad, calidad cristiana, se convierten en médicos evangelizadores, y, finalmente, el mismo se presenta como un hombre valiente y limpio de pecados.

Literatura Barroca Colonial

La literatura barroca en el contexto latinoamericano, apareció a las finales del siglo XVII y se desarrolló hasta los comienzos del XVIII. Estructuralmente se compone por dos corrientes: el culteranismo y el conceptismo. Se caracterizó por esconder la realidad social que se vivía en Europa, particularmente la de España. Existía la necesidad política de esconder su total fracaso histórico. En esas circunstancias, los literatos, políticos, juristas, escritores y demás artistas, empiezan a usar un lenguaje sofisticado lleno de misterios, un sistema rebuscado de escritura. Las dificultades de su lectura y entendimiento, ocasionó que, algunos críticos literarios calificaran al barroco como: "el barroco es el lenguaje del temor de la realidad social", y, luego se empieza a hablar del barroco como una forma expresiva de lo inútil, ya que se pierde el real sentido textual, y da paso a la importancia de la belleza del lenguaje, llegando a rememorar el comienzo de este periodo: que el barroco es extravagante y muy exagerado. El Barroco estaba ligado a lo deforme y a lo extravagante, sin embargo, con el paso del tiempo, se perdió su sentido peyorativo y se fortaleció como una nueva presentación o movimiento cultural. El Barroco no solamente tuvo su aplicación en la literatura, lo izo también en las demás artes.

Hubieron muchos escritores barrocos en Latinoamérica, por ejemplo: Garcilaso de la Vega en el Perú, Sor Juana Inés de la Cruz de México, etc. En el siglo XIX, Francisco Silveira, un excelente escritor y articulista, escribía en tono burlón acerca de la escritura barroca en Latinoamérica, se refería a la cursilería de los neoculteranos, los criticaba porque usaban un lenguaje pretencioso para expresar cosas que se podrían decir de manera mucho más fácil y sencilla. El culteranismo es un fenómeno que mueve intensamente los sentidos humanos, se especializa en la habilidad de la palabra y en la preciosidad de la misma, usa la metáfora eficientemente, las adjetivizaciones, la hipérbole, y demás incidencias en el lenguaje rítmico. Y en cuanto al conceptismo, podemos decir, que este está referido a la concepción espiritual. Este estilo literario fue abundante en la literatura colonial, y muchos de sus autores fueron religiosos por excelencia. Las mayores escuelas literarias del periodo colonial: los grandes momentos desarrollados por los escritores de crónicas, y el gran apogeo del Barroco que fue extraordinariamente bien adaptado a la realidad latinoamericana.

La relación literaria entre tradición y originalidad en la literatura barroca latinoamericana, está basada mayormente, a que en esos tiempos, la literatura era una actividad que correspondía solamente a los hombres tradicionalmente; y la originalidad es representada por escritores que proponían una manera diferente y novedosa, basada en nuevos conceptos literarios. Es el caso de Sor Juana Inés de la Cruz, quien rompe con la tradición patriarcal literaria e impone un estilo muy personal, de allí su originalidad.

En este tipo de literatura se puede advertir dos vertientes: la Externa, que denota preocupación por lo social, es brillante, usa artificios como la hipérbole, la antítesis, etc. La otra vertiente es interna, donde muestra su profundidad, es muy audaz, toca temas como el problema de poder acceder al conocimiento, expresan la contradicción del sometimiento a los cánones existentes y la rebeldía contra la limitación de la mujer. Sor Juana Inés de la cruz, nos dice en su Villancico para el final de la misa:

"Esta (qué sé yo,

cómo pudo ser),

dizque supo mucho

aunque era mujer.

Esperen, aguarden,

Que yo lo diré".

Una vez más, la representatividad de todos estos elementos característicos de la literatura barroca, se dan especialmente a través de la obra de Sor Juana. Entonces, las grandes temáticas que estaban ligadas a la literatura barroca fueron: la consideración de la existencia del hombre como un viaje hacia la muerte, la exaltación de la belleza, las crónicas como una escritura de la historia de las regiones, poblaciones y ciudades; la incesante búsqueda frecuente de la identidad, focalización y presentación del mestizo, dedicación y exaltación de la naturaleza, y las reflexiones religiosas.

Representantes De La Literatura Colonial Latinoamericana

La relación de escritores correspondientes a la época de la literatura colonial en Latinoamérica, es bastante amplia. Por ello, vamos a escoger arbitrariamente a algunos de ellos, sin embargo, tendremos en cuenta sus merecimientos, virtudes e influencia en la historia de la literatura latinoamericana.

Cristóbal Colón

La biografía de este personaje histórico aun sigue siendo un misterio. Se cree que nació en Génova – Italia en el año de 1451. Fue un navegante autodidacta, que logró convencer a la Reina Isabel para lograr su apoyo y poder hacer realidad su viaje hacia las Américas. Que por entonces eran denominadas "Las Indias". Luego de los acontecimientos y de las travesías por el descubrimiento de América, Colón escribió el primer documento acerca del descubrimiento en 1493. Esta crónica da cuenta de una visión del nuevo continente descubierto, a través de cartas informaba a su majestad de todo cuanto ocurría y veía en América. En sus escritos, trata de describir someramente los territorios descubiertos, dice sobre la población por ejemplo: "gente de muy lindo acatamiento", y sobre la riqueza hallada, promete a los reyes: "oro sin cuento". En otra de sus actividades, él, recopilaba y anotaba una colección de textos bíblicos, mediante los cuales se explica el porqué de su elección para cumplir el "destino heroico". Esta percepción un tanto mesiánica, ha permitido publicar sus apuntes como Libro de las profecías. En el texto de sus cartas, Colón muestra un escenario propicio para la exploración y consecución de riqueza. Esto se manifiesta como una justificación a su empresa, y como una oportunidad para prometer y asegurar riqueza incontable a su majestad. Posteriormente, muchos cronistas nos harían saber que Colón exageraba la bondad e inocencia de los indios, la riqueza que aseguraba no existía a ciencia cierta, todo el oro ofrecido no había sido visto plenamente, y pasa muy por alto u olvidaba la conducta y costumbres reales de los indios. Aún así, y por tratarse del primer documento acerca del Nuevo Mundo, tiene una gran importancia dentro de la historia de la literatura latinoamericana.

Bartolomé de las Casas

Nació en Sevilla – España, en el año de 1474. Su padre fue parte de la tripulación del segundo viaje a América, al mismo tiempo que Bartolomé iniciaba sus estudios. Al regreso de su padre a España, éste, le regala un indio muy joven con el que tuvo muy buena amistad, pero le duró muy poco, ya que la reina Isabel ordena en 1500, que los indios que habían sido afincados en España, todos ellos deberían de ser devueltos a América. No hay constancia real acerca de sus estudios, en el año de 1502 se embarcó con la tripulación de Nicolás Ovando rumbo a la Española. Allá, llegó a encomienda de indígenas, en esa institución, un español era el beneficiado con el trabajo indígena, dando a cambio adoctrinamiento cristiano. Se trataba de hacerlos cambiar de vida y de sus costumbres "salvajes".

Bartolomé fue el primer religioso en ser ordenado en el Nuevo Mundo en 1510. Y muy pronto empezó a oír de los misioneros dominicos, los abusos cometidos por los españoles en las encomiendas, y a pesar de ello, él defendía la institución de la encomienda. Al cabo de un tiempo, en 1514, había tomado conciencia y consecuentemente había madurado ante la realidad del trato de los indios por los españoles. A partir de entonces, se sintió llamado por Dios a predicar en contra de las encomiendas, a las que empezó a llamar injustas. Y empezó a predicar según su nueva concepción: "los únicos señores legítimos del nuevo mundo eran los indios, y que la única razón de ir los españoles allá era como misioneros para convertir a los indígenas a la fe cristiana sin auxilio de ningún hombre de armas". En el año de 1915, regresó a España para difundir sus ideas y empezar su infatigable lucha defendiendo a los indios. Al tratarse del Perú, dijo que había que abandonar la conquista, pues los incas eran los únicos dueños de él. Por esos años escribió y publicó su enorme obra Brevísima relación de la destrucción de las Indias (1542). En dicha obra, el autor enumeraba y describía los abusos de los descubridores, para 1947, las opiniones de Bartolomé eran rechazadas por la mayoría de los eclesiásticos, y muchos de ellos se declararon enemigos suyos. Al final, con una experiencia opaca de lo hecho en su vida, renuncia a su cargo de obispo y finalmente murió 1956.

Alonso de Ercilla

Nace en Madrid, el 7 de agosto 1533. Luego de enterados los reyes de España del alzamiento de lo araucanos, enviaron a Alvar en la expedición del recientemente nombrado gobernador y capitán general de Chile, García Hurtado de Mendoza. Participó en varias batallas contra los araucanos, en una de ellas fue testigo de la muerte de Caupolicán, que se convertiría en protagonista de su obra literaria, el poema épico La Araucana (1569-1578-1589) escrito y publicado en tres volúmenes y compuesto por 37 cantos. Ercilla era muy culto, adquiere conocimientos de geografía, tiene conocimientos científicos, amplios conocimientos de literatura, y obtuvo una educación del renacimiento. En el campo de la literatura, aprendió y desarrollo el uso de la "octava real", gracias a su estancia por Italia. Presentamos a continuación, una octava real correspondiente al Canto VI de La Araucana, donde se narra la reñida batalla entre las fuerzas reales y los araucanos en Andalicán:

"Y las tristes mujeres delicadas

Partes: 1, 2
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