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El velo de la mujer (página 2)


Partes: 1, 2, 3

Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios.

1 Ts 5.10

quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él.

Heb 6.19

La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo,

Heb 9.3

Tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el Lugar Santísimo,

Heb 10.20

por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne,

Heb 13.17

Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.

1 Ped 4.7

Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración.

1 Ped 5.8

Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;

Apoc 3.3

Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.

Apoc 16.15

He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza.[24]

Veamos los 2 textos en donde encontramos el mismo término del pasaje de Pablo a los Corintios.

edu.red

Reina Valera Revisada (1960) 2 resultados en 2 versículos

1 Cor 11.15

Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello.

Heb 1.12

Y como un vestido los envolverás, y serán mudados; Pero tú eres el mismo, Y tus años no acabarán.[25]

Veamos a continuación un comentario gramatical de todo el pasaje desde el punto de vista de uno de los mayores especialistas del griego del NT, el Doctor A.T. Robertson :

"2. Retenéis las instrucciones (tas paradoseis katechete). Mantener abajo como en 15:2. Paradosis (tradición), de paradidömi (paredöka, primer aoristo de indicativo, voz activa), es una antigua palabra, y denota meramente algo pasado de la mano de uno a otro. La cosa pasada de mano a mano puede ser mala, como en Mateo 15:2ss. (que véase), y contraria a la voluntad de Dios (Mr. 7:8ss.), o puede ser totalmente buena, como aquí. Hay un constante conflicto entre lo nuevo y lo viejo en la ciencia, la medicina, el derecho, la teología. El oscurantista rechaza todo lo nuevo y se aferra a lo viejo, tanto si es verdad como si no. Las nuevas verdades tienen que reposar sobre las antiguas, y están en armonía con ellas.

3. Pero quiero que sepáis (thelö de humas eidenai). Pero quiero que sepáis, censura en contraste a la alabanza en el versículo 2. Dios la cabeza de Cristo (kephalë tou Christou ho theos). Éste es el orden correcto, por cuanto kephalë carece de artículo y es el predicado.

4. Con la cabeza cubierta (kata kephalës echön). Literalmente, teniendo un velo (sobrentendiéndose kalumma) abajo desde la cabeza (kephalës ablativo después de kata, como con kata en Mr. 5:13; Hch. 27:14). No es seguro si los judíos empleaban en aquel entonces el tallith, «un chal cuadrado con unos bordes consistentes en ocho hilos, cada uno de ellos anudado cinco veces» (Vincent) como posteriormente. Virgilio (Eneida iii, 545) dice: «Y nuestras cabezas están cubiertas ante el altar con un manto frigio». Los griegos (tanto varones como mujeres) permanecían con la cabeza descubierta en la oración pública, y éste es el uso que Pablo recomienda para los varones.

5. Con la cabeza descubierta (akatakaluptoi tëi kephalëi). Caso instrumental asociativo de manera y el adjetivo predicativo (adjetivo compuesto y forma femenina igual a la masculina), «con la cabeza invelada». Probablemente algunas de las mujeres habían violado esta costumbre. «Entre los griegos sólo las hetairai, tan numerosas en Corinto, iban sin velo; las esclavas llevaban la cabeza rasurada, lo que era también un castigo para las adúlteras» (Findlay). Cf. Números 5:18. Se hace enteramente igual a la que se ha rapado (hen kai to auto tëi exurëmenëi). Literalmente, «una y la misma con la rapada» (otra vez caso instrumental asociativo, Robertson, Grammar, pág. 530). Participio perfecto articular pasivo del verbo xuraö, forma tardía del antiguo xureö. Es la oración y profetismo público lo que el apóstol tiene en mente. No condena el acto aquí, sino el quebrantamiento de costumbre que atraería el oprobio.1 Una mujer convicta de adulterio era rapada (Is. 7:20). El código de Justiniano prescribió el rapado de una adúltera a la que el marido rehusara recibir después de dos años. Pablo les dice a las mujeres cristianas de Corinto que no se pongan al nivel de las adúlteras y rameras.

6. Sea rapada también (V.M.) (kai keirasthö). Aoristo de imperativo en voz media, trasquilar (como de ovejas). Que se corte el cabello al cero. Un solo acto por parte de la mujer. Y si le es vergonzoso (ei de aischron). Condición de primera clase supuesta como cierta. Aischron es un antiguo adjetivo, de aischos, desnudez, vergüenza. Es evidente que Pablo emplea este lenguaje tan intenso debido al efecto de tal conducta en Corinto sobre la reputación de la mujer, que la proclamaría una mujer perdida. Las costumbres sociales variaban en el mundo entonces como ahora, pero en Corinto no había alternativa. Cortarse el cabello o raparse (V.M.: ser rapada o rasurada) (to keirasthai kai xurasthai). Infinitivos articulares sujetos de la cópula estin sobrentendida, keirasthai, primer aoristo en voz media, xurasthai presente en voz media. Nótese el cambio de tiempo verbal. Que se cubra (katakaluptesthö). Presente de imperativo en voz media del antiguo término compuesto katakaluptö, solamente aquí en el N.T. Que se cubra con el velo (abajo, kata, dice el griego, colgándole el velo abajo desde la cabeza).

7. Imagen y gloria de Dios (eikön kai doxa theou). Sustantivos carentes de artículo, pero definidos. Referencia a Génesis 1:28 y 1:26, pasajes en los que el hombre es hecho directamente a imagen (eikön) de Dios. Es su semejanza moral a Dios, no ningún parecido corporal. Ellicott señala que el hombre es la gloria (doxa) de Dios como la corona de la creación, y que está dotado con soberanía como el mismo Dios. Gloria del varón (doxa andros). Carente de artículo también, la gloria del hombre. En Génesis 1:26 la LXX tiene anthröpos (palabra griega tanto para varón como para hembra), no anër (varón) como aquí. Pero la mujer (gunë) fue formada del hombre (anër) y esta prioridad del varón (v. 8) da una cierta superioridad al varón.

9. Por causa de la mujer (dia tën gunaika). Debido a (dia con caso acusativo) la mujer. El registro en Génesis da al hombre (anër) como el origen (ek) de la mujer y como la razón para (dia) la creación (ektisthë, primer aoristo pasivo de ktizö, viejo verbo fundar, crear, formar) de la mujer.

10. Debe (opheilei). Por ello (dia touto) tiene la mujer una obligación moral en la cuestión del vestido que no (ouk ophelei, v. 7) reposa sobre el hombre. Tener señal de autoridad (exousian echein). Significa sëmeion exousias (símbolo de autoridad) por medio de exousian, pero se trata de la señal de autoridad del hombre sobre la mujer. El velo sobre la cabeza de la mujer es el símbolo de la autoridad que el hombre, con la cabeza descubierta, tiene sobre ella. Es, como veremos, más un símbolo de sujeción (hupotagës, 1 Ti. 2:10) que de autoridad (exousias). Por causa de los ángeles (dia tous aggelous). Esta asombrosa frase ha llevado a todo tipo de conjeturas que pueden ser descartadas. No es a predicadores a lo que se refiere Pablo, ni a malos ángeles que pudieran ser tentados (Gn. 6:1ss.), sino a ángeles presentes en la adoración (cf. 1 Co. 4:9; Sal. 138:1) que quedarían desagradablemente impresionados ante la conducta de las mujeres, por cuanto los mismos ángeles velan sus rostros ante Jehová (Is. 6:2).

11. Sin embargo (plën). Esta cláusula adversativa limita la anterior aseveración. Cada sexo es incompleto sin (chöris, aparte de, con el caso ablativo) el otro. En el Señor (en Kuriöi). En la esfera del Señor, donde Pablo halla la solución de todos los problemas.

12. De (ek)—mediante (dia). Desde la creación original, el hombre ha venido a la existencia por medio de (dia con genitivo) la mujer. La gloria y dignidad de la maternidad.

13. ¿Es propio? (prepon estin;). Presente perifrástico de indicativo en lugar de prepei. Véase Mateo 3:15. Pablo apela al sentimiento de decoro entre los corintios.

14. La naturaleza misma (hë phusis autë). Refuerza la apelación a la costumbre por medio de la apelación a la naturaleza en una pregunta que espera la respuesta afirmativa (oude). Phusis, del antiguo verbo phuö, producir, como nuestra palabra naturaleza (latín natura), es de difícil definición. Aquí significa el sentido innato de lo decoroso o apropiado (cf. Ro. 2:14), además de la mera costumbre, pero un sentimiento innato que se basa en la diferencia objetiva en la constitución de las cosas.

15. Dejarse crecer el cabello (komäi). Presente de subjuntivo en voz activa de komaö (de komë, cabello), un viejo verbo, la misma contracción (-aëi = äi) como el indicativo (aei = äi), pero subjuntivo aquí con ean en la condición de tercera clase. El cabello largo es una gloria para la mujer y una vergüenza para el hombre (como lo seguimos sintiendo hoy en día). ¡El melenudo! Hay un ejemplo en un papiro de un sacerdote acusado de dejarse crecer el cabello y de vestirse de ropas de lana. Por cubierta (V.M.) (anti peribolaiou). Vieja palabra de periballö, echarse alrededor, como manto (He. 1:12) o cubierta o velo como aquí. No está en lugar de velo, sino correspondiéndose a (anti, en el sentido que tiene anti en Jn. 1:16), como una dotación permanente (dedotai, perfecto pasivo de indicativo).

16. Contencioso (philoneikos). Viejo adjetivo (philos, neikos), amante de pendencias. Sólo aquí en el N.T. Si sólo existiera en este caso el hermano disputante. Costumbre (sunëtheian). Vieja palabra de sunëthës (sun, ëthos), como el latín consuetudo, relación, intimidad. En el N.T. sólo aquí y en 8:7, que véase. «En las esculturas de las catacumbas las mujeres tienen un tocado ajustado, en tanto que los hombres llevan el cabello corto» (Vincent)".[26]

Comentarios sobre el texto

Pablo no está tratando una cuestión de modas ni de detalle de orden, sino del orden mismo. El tema anterior se relacionaba con el espíritu de la vida de la iglesia, y el siguiente con la cena del Señor.

Sin duda es un problema que ha desencadenado una ruptura entre occidente y Oriente, además de una exclusiva interpretación del pasaje. ¿Cómo se debería leer entonces el texto?[27]

Este tema está regido por los principios mencionados con anterioridad.[28]

El v. 2 puede referirse tanto al cap. 10 como al 11. Aunque se lo suele adscribir al contenido del 11, si pensamos en el versículo anterior, el significado es más categórico. Asimismo, la redacción hace más probable que Pablo comience un nuevo tema en el v. 3. Tiene conciencia de que no escribe para el vacío, sino que su base está en la buena memoria y el respeto de los corintios para con sus enseñanzas, pese a todos los problemas mencionados. Por eso su introducción y salutación, propias de la epistolografía son muy claramente visibles.

Vamos a comentar el texto. ¿Cuál es el problema concreto? Parece presentado sólo en los vv. 4 y 5, y no se trata de algo común entre nosotros, hoy en día, en el mundo en el que vivimos, incluso en Oriente, ni siquiera con sentido religioso. Sin embargo hemos de entender desde nuestra perspectiva occidental, que, en los pueblos antiguos, "tener o no la cabeza descubierta llegaba a ser parte de la adoración". Aún hoy, ningún hombre permanecerá con el sombrero delante de otra persona en un lugar cerrado ni delante de una dama, sin hacer al menos un gesto para quitárselo. Asimismo, un militar no se lo quita sino de acuerdo a los reglamentos. En Tailandia, por ejemplo, se entiende que la cabeza es la parte sagrada del individuo y se recomienda a los viajeros que no palmeen allí a un niño (y menos aún a una mujer), lo cual es tenido en cuenta por las iglesias cristianas, y así podríamos estudiar innumerables aspectos culturales que operan en nuestro mundo.

En esa época, ese tipo de símbolo en la vestimenta, aparece en todas partes, y Corinto no era una excepción. "Allí una mujer se quitaba lo que le cubría la cabeza sólo cuando se declaraba "liberada", o sea cuando no estaba sujeta a su marido pues había sido consagrada a los dioses—lo que de hecho significaba entregarse a la vida licenciosa del templo.2 A diferencia de los judíos, los hombres corintios nunca usaban sombrero o pañuelo, ni siquiera en los cultos religiosos. Como la corintia era una sociedad dominada por los hombres, lo que hacían las mujeres se tornaba más llamativo. Se deduce del texto que, al sentirse libres en Cristo, algunas entendían que ya no tenían por qué usar lo que podía considerarse un símbolo de dependencia3—cuando no de servidumbre".4

Si una mujer no se presentaba así, llamaba poderosamente la atención. El rumor entre los presentes debía de ser muy notorio (como ocurriría hoy si un hombre se presenta con falda o una mujer en traje de baño). Después de mirarla un rato, todos se volverían al marido, como preguntándole por qué lo permitía, y si eso significaba que había un problema entre ellos—del tipo de los descriptos en el cap. 8. Además, si una de aquellas mujeres del templo pagano entraba a un culto cristiano, posiblemente se apresuraría a ponerse algo sobre el cabello.

Antes de entrar en materia, Pablo sienta una vez más un principio general. "El tema de cubrirse la cabeza tiene que ver con lo que representa. En todos los idiomas, el término "cabeza" habla de algo especial. Por ejemplo, decimos que algo "va a la cabeza", cuando precede al resto. En la Biblia tiene sentidos diferentes.5 Las ideas incluyen autoridad, prioridad (ser lo primero), fuente de la vida, control.6 Se trataba, pues, de un símbolo mucho más significativo que en la actualidad".7

Sin duda, las tres veces que la cabeza es mencionada en el v. 3, el sentido tiene cierta similitud, pero también algo de diferencia. Por ejemplo, la relación entre Cristo y su Padre (la cabeza) no es la misma que entre el hombre (la cabeza) y la mujer. Per esto merece una explicación que veremos más adelante.

"Pablo comienza mencionando el posible error de los hombres (v. 4), o sea que ambos sexos deben tener el mismo cuidado. Este caso demuestra que importa más el sentido de lo que hacemos que el acto mismo. Por ejemplo, si un cristiano se acerca en Jerusalén al Muro de las Lamentaciones, o a cualquier sinagoga, no rechazará un casquito que le dan para ponerse en la cabeza, precisamente por respeto a quienes allí están adorando a Dios"8 Si fuéramos a aplicar este v. 4 en forma literal, nos negaríamos a usarlo.

"Lo mismo puede ocurrir con una mujer, tema del v. 5. No pasamos por alto que Pablo se refiere a qué debe cuidar una mujer "que ora o profetiza" (v. 4a); ya que esto era revolucionario,"9 era de esperar que no hubiera dos servicios simultáneos.10 No hay una declaración específica para toda mujer presente en la congregación. Es importante destacar que aquí Pablo no plantea que sea problema que la mujer hable sino cómo lo hace, a diferencia del capítulo 14:34. Es decir, su aspecto exterior.

Hay un juego de palabras en el use de "cabeza". La mujer que la tiene descubierta en ese momento "afrenta su cabeza", que según el v. 3 tiene que ser el marido. Eso es lo que habrán sentido los presentes, tal como si hoy ella se sacara el anillo de bodas en público, delante de él.

El cabello de la mujer siempre ha sido parte de su encanto y es normal que ella lo cuide. Cortarlo al rape ha sido con frecuencia un castigo; ocurrió, por ejemplo, con las mujeres que habían colaborado con los nazis en Francia durante la guerra. El estilo de Pablo es plantear un caso extremo para ser claro. Es como si dijera: "Si ya no tiene vergüenza, que lo demuestre del todo y se rape".

Observemos que Los vv. 7–9 nos trasladan al tema a la historia de la creación. Señala el deber del hombre de respetar a Dios, reflejando su gloria, así como el de la mujer de reconocer a su marido y reflejar la gloria de ella, la de una vida hermoseada por su propia presencia, que permite la formación de un hogar digno.

"La "señal de autoridad" (v. 10), expresión que no apareció antes, no es fácil de definir, como tampoco qué tienen que ver los ángeles con este tema. Las explicaciones se dividen: (a) los ángeles de Dios son testigos del culto en el que de alguna manera están presentes;11 (b) se refiere a los ángeles caídos que podían hacerle caer en tentación; (c) no habla de ángeles sino de "mensajeros" (Gr. ANGELOS), es decir los predicadores"

Veamos algunas consideraciones sobre el tema relacionado con (I Cor 11:11–16)

11Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón; 12porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios. 13Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza? 14La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello? 15Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello. 16Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre ni las iglesias de Dios.

Al argumento de la creación del hombre y la mujer, Pablo agrega otros dos: lo que indica la naturaleza y lo que es razonable. Pero antes, en los vv. 11 y 12 establece conceptos generales que debemos valorar como importantes en nuestra investigación.

En el Señor todos los creyentes son iguales. Hombres y mujeres tienen roles diferentes en sus funciones y relaciones, pero son iguales en cuanto a importancia y en lo espiritual. Ni la mujer es independiente del hombre, ni el hombre de la mujer. Ambos se complementan en cada aspecto de la vida, y particularmente en la obra del Señor ambos funcionan como un equipo divinamente diseñado.[29]

Dios los creó a ambos. La primera mujer fue creada del hombre, pero desde entonces todos los hombres han nacido de una mujer Así como la mujer tiene su origen en el hombre, éste nace de una mujer. Ambos tienen roles distintos, pero igual importancia. Las mujeres son iguales a los hombres en el mundo, en la iglesia, y ante Dios. Ese es el sabio equilibrio y la armonía: diferencia de roles pero igualdad en cuanto a naturaleza y espíritu. Dios los creó a ambos para sus gloriosos propósitos. Son complementos perfectos: uno es la cabeza, el líder, quien provee; la otra es quien ayuda, apoya y acompaña. Dependen mutuamente. Cuidado con la idea del "Machismo religioso" deducido de éstos pasajes de forma equivocada en la analogía de la fe.

"Pablo hace entonces un par de preguntas, una para las mujeres y otra para los hombres. Insta a los dos grupos a razonar sobre el tema y decidir en consecuencia. La primera cuestión es si resulta adecuado y correcto que las mujeres cristianas al orar en público imiten a las sacerdotisas paganas que hacían a un lado lo que les cubría la cabeza. Si esto es más o menos fácil de contestar, el segundo planteo no lo es tanto. Según Pablo, la naturaleza nos enseña que es una vergüenza que el hombre lleve el cabello largo. Qué entendía por largo es una minucia, ya que es de suponer que él lo usaba más crecido que la gran mayoría de nosotros hoy, y que hubiera llamado la atención si se lo cortaba como es la costumbre actual. Lo que quiere explicar es que existe una tendencia generalizada a que el hombre recorte más su cabellera que la mujer—para quien es algo "honroso",12 parte de su belleza y atractivo. Esas tendencias naturales son controladas por el uso social, ya que sólo algunos primitivos no cuidan de su peinado. La unión de la inclinación habitual y la costumbre conforman la "naturaleza". Si fuéramos a aplicar esto estrictamente, lo que la naturaleza hace es que el cabello (y la barba y las uñas) crezcan, de modo que Pablo no puede referirse sólo al proceso biológico."

Al volver finalmente a la mujer, Pablo dice que "en lugar de velo le es dado el cabello" (v. 15b). (No se puede insistir en la palabra "velo", que sólo aparece aquí y como indicando que el cabello mismo ya cumple esa función.) Hay una apelación al cuidado de nuestro aspecto exterior. Un cristiano no debe ser exagerado en su arreglo personal, pero no debe causar una pobre impresión.13 Cuando hay que pensar en cómo "dejarse crecer" (v. 14), no se trata de lo que ocurre sin nuestra intervención, y hay que asumir un criterio de lo que se hará con el cabello. "No es exagerado pensar que también se incluye la idea de qué harán los hombres, por ejemplo, con su barba y bigote. Por extensión, todo nuestro cuerpo es digno de ser atendido como un don de Dios.

La reflexión final de Pablo (v. 16) es una advertencia a quienes quieran seguir discutiendo el tema. Hágalo si así quiere, pero que quede claro que su posición es la que ha expuesto, en lo cual le acompañan las fieles congregaciones".[30]

Se ha hecho evidente que en esta carta Pablo muestra alusiones varias veces a una carta procedente de Corinto dirigida a su persona. Parece que en dicha carta los corintios no tan sólo hacían preguntas sino también afirmaban que algunas cosas iban muy bien en la iglesia. Pero sabemos que esto no era así, en Corinto había problemas y las noticias de Timoteo no eran buenas. "En el versículo 2 el Apóstol repite algunas de las palabras de los corintios como si él mismo las dijera. Las ocupa para emitir unos pensamientos halagadores antes de entrar en ciertas censuras después"[31]

Este es uno de los textos de Pablo que más polémica ha suscitado (v. 3); No tan sólo en el ámbito latino, en donde el machismo sexista, prevalece sino también en otras latitudes en donde cobra quizá otro cariz: el teológico. Pero antes de dilucidar el segundo aspecto del problema de la interpretación machista, veamos algunos detalles con respecto al texto. Las palabras "Pero quiero que sepáis" podría significar que "Os ofrezco un nuevo discernimiento" (ver también 10:1; Col. 2:1). Con esto se aprecia que el Apóstol pretende darle un nuevo rumbo a un problema de práctica y costumbre entre las mujeres de Corinto. Sin duda conocedor de la situación moral, se da cuenta de que va a encontrar resistencia a sus ideas, por lo tanto, su argumentación se hace compleja. El problema específico tenía que ver con una enseñanza dada por el Apóstol que estaba siendo ignorada. Pablo aparentemente había enseñado en Corinto que las mujeres debían cubrirse la cabeza con un velo al orar en reuniones públicas. Parece que las mujeres corintias optaban por hacer caso omiso de estas instrucciones. Al enterarse de esta actitud de las mujeres, Pablo responde al problema argumentando desde tres perspectivas: (1) La creación, (2) lo apropiado, (3) la práctica en las iglesias.

Respecto al primero, Pablo reconoce una jerarquía implícita: Dios, Cristo, el hombre, la mujer. Sucesivamente, el uno es cabeza del otro. Dentro del contexto, la palabra "cabeza" (kefale) no debe entenderse como jefe o gobernante sino fuente u origen. Importantísima diferencia. No se trata de que una posición (a excepción de la divina) anule la importancia de la otra, o la excluya sino que la complementa.

Probablemente Pablo, por su formación académica, esté pensando en el relato de la creación en Génesis (2:21–23) en donde Eva es creada de la costilla de Adán. Esto hace que el hombre sea la fuente de la existencia de la mujer. Pero no es el hombre más que la mujer ni menos. También Cristo es la fuente de la existencia del hombre, porque Cristo es el agente en la creación de todas las cosas (8:6; Col. 1:16), incluso en la creación del hombre. Finalmente, Dios es el origen de Cristo, porque es del Padre de quien el Hijo recibe su ser eterno (ver 3:23; 8:6). Debe ser claro que este texto no se presta para insistir equivocadamente en que el hombre es "cabeza" de la mujer, en el sentido de mandamás, sino que en la creación el hombre representa el origen de la mujer. Son dos cosas muy distintas. No debe usarse este texto para implicar que la mujer es inferior al hombre en sentido alguno.

Es obvio que Pablo en el v. 4, primero ocupa la palabra kefale en su sentido literal. Después la usa como la usó en el v. 3. Posteriormente, va a oscilar en el uso del doble sentido del vocablo. En este texto es claro que al orar o profetizar el hombre del siglo I no afrentaba su cabeza literalmente, sino en el sentido espiritual: Cristo. Se observa que las prácticas en las sinagogas del siglo I diferían de las del actual siglo. Hoy es prohibido que el hombre judío entre a la casa de adoración sin cubrirse la cabeza. Se ha comentado que esta práctica sólo llegó al judaísmo durante el siglo IV de la era cristiana. Originalmente el cubrirse la cabeza de parte del hombre significaba que estaba de luto. También, hoy los hombres judíos se cubren la cabeza. A lo que Pablo se refería cuando hablaba de cubrirse la cabeza el hombre era un velo amplio que tapaba todo el pelo. El varón, al orar o profetizar, no debía permitir que nada colgara de la cabeza. Al hacerlo, estaría despreciando la dignidad que el Creador le había dado como origen de la mujer. Esto sería una afrenta a Cristo. Ahora bien, es difícil creer que los hombres corintios realmente se cubrieran la cabeza en el culto cristiano. Pablo expone todo lo antes dicho hipotéticamente para luego dar su enseñanza respecto al comportamiento de las mujeres en el culto público.

De nuevo se observa el uso del sentido doble de la palabra kefale (v. 5). En contraste con las recomendaciones hipotéticas de Pablo para los hombres, las mujeres debían observar esta práctica sin fallar. Al orar o hablar públicamente en el culto, la mujer irremisiblemente debía cubrirse la cabeza con un velo. Es instructivo notar que Pablo no impide que hablen en este pasaje; sólo da instrucciones respecto a la manera de hablar: con la cabeza cubierta. Que la mujer no se cubriera la cabeza afrentaba a Cristo, porque no reconocía su estatus elevado en el orden de la creación. Es importante saber que las instrucciones del Apóstol sólo tienen aplicación durante el curso del culto cristiano. ¿Qué de la frase con respecto a raparse la cabeza? La mayor parte de los comentaristas concuerdan en que esta práctica era una señal de estar de luto o una marca de vergüenza. Que la mujer se rapara la cabeza iba en contra de la naturaleza y era una vergüenza para ella y para su Señor.

Cubrirse la cabeza con el velo implicaba estar sujeta a un hombre, su esposo. Estar con la cabeza descubierta era indicio de ser una mujer prostituta. El cabello en la mujer era señal de gloria y honor para ella. El cortarlo implicaba deshonra y desgracia. El raparse la cabeza era castigo por adulterio y también era símbolo de esclavitud.

Ahora bien, del contexto de la enseñanza de Pablo respecto al correcto atuendo femenino durante el culto se desprende una idea corolaria. El Apóstol no impide que las mujeres oren y profeticen dentro del culto. Sólo les da instrucciones respecto a su manera de vestirse. Sea el significado de 14:34 ss. el que sea, aquí no hay ningún problema para el Apóstol en que las mujeres participen activa y vocalmente en el culto público. En esto vemos el cumplimiento de la profecía de Joel 2:28 cuando dice que las "hijas" también profetizarían en la era mesiánica. ¿Cómo es que algunos enseñan dogmática y categóricamente que las mujeres no pueden predicar? Pareciera que no saben leer la Escritura con buena hermenéutica. Ciertamente las palabras del Apóstol en este pasaje deben hacer que cualquier machista teológico recapacite un poco.

Las palabras en el v. 6 vienen a reforzar algunos pensamientos paulinos anteriores. Se observa que Pablo opina que la misma naturaleza demanda que la mujer se cubra la cabeza. Ya que la naturaleza daba a las mujeres amplio cabello, no tan sólo sería cosa en contra de las buenas costumbres sino algo no natural el no llevar velo sobre la cabeza. Con este texto, pues, el Apóstol dice: "si no vas a llevar velo sobre la cabeza, córtate el pelo también, porque ambas cosas son igualmente vergonzosas". Sin duda otras cosas entran también en su pensamiento. Se sabe que las prostitutas corintias no llevaban velo; al contrario, se esmeraban en los arreglos ostentosos de su pelo. Además, según una costumbre judía, a las mujeres adúlteras se les rapaba el pelo. Siendo así, es fácil ver cómo el Apóstol insistía en tal vestimenta de las mujeres creyentes en Corinto.

En los vv. 7–9 Pablo parece dejar cuestiones de costumbres para entrar en lo teológico propiamente dicho. Mucho de lo que Pablo va a decir se basa en sus deducciones de Génesis 1:26. Principia sus conceptos insistiendo en que el hombre no está obligado a cubrirse la cabeza. Es claro por lo dicho en un versículo afín (v. 10) que no tan sólo es innecesario que el hombre se cubra la cabeza sino que no es correcto que lo haga. La razón estriba en que el hombre es la imagen (eikon) y la gloria (doxa) de Dios. ¿Qué quiere decir Pablo con esto? Parece que su pensamiento es de origen judío; según éste, la cabeza, y particularmente el rostro, simbolizaba de manera especial su relación con Dios. El hombre como imagen de Dios es distinto a toda la demás creación, ya que goza de la capacidad de relacionarse con Dios. El hombre es también la gloria de Dios, porque es producto de la actividad creadora directa de Dios. También el hombre fue creado para dar gloria a Dios. En torno a estos conceptos, una idea que Pablo no desarrolla es que en el pasaje en Génesis la mujer está incluida en la creación a imagen y semejanza de Dios, porque la palabra en este texto es Adán, vocablo genérico que incluye ambos sexos. Más que sólo el nombre de un hombre, Adán significa "todo hombre" (incluso la mujer) en sentido genérico.

Cuando el Apóstol habla de la mujer como "la gloria del hombre", ya no se basa en Génesis 1:26 sino en Génesis 2:18–23. Llama la atención que Pablo no afirma respecto a la mujer lo que sí asevera acerca del hombre. El hombre era la imagen y la gloria de Dios. Ahora, según este texto, la mujer es la gloria del hombre. Basándose en Génesis 2, se ve que la mujer es tomada del hombre para ser su ayuda idónea. El hombre fue creado por Dios con el fin de que le sirviera y lo glorificara. Dios buscaba infructuosamente y no hallaba (la expresión comunica cierto sentido del humor de parte del escritor bíblico) entre los animales una compañera para el hombre. Por esto, Dios crea a la mujer de una costilla tomada del hombre. La analogía es evidente: el hombre es producto de la creación directa de Dios para su gloria; la mujer es tomada del hombre para su gloria. Ella, al ser su ayuda idónea, ha de encontrar su realización en someterse a su autoriad. Este es su papel según el orden de la creación, pero no lo es en Cristo (ver Gál. 3:28). En él todas las distinciones de rango entre el hombre y la mujer se borran. Eso sí, los creyentes corintios seguían siendo seres creados, y las naturales diferencias sexuales no dejaban de existir. Posteriormente, el Apóstol comprobará esto al tratar de los problemas matrimoniales en Corinto.

En el v. 10 son dos las cosas que suscitan comentarios: "una señal de autoridad" y "por causa de los ángeles". Desde luego, puesto que el Apóstol venía hablando anteriormente de la necesidad de que las mujeres se cubrieran la cabeza con un velo, lo primero que viene a la mente es esto. Algunas versiones, inclusive, traducen el vocablo griego exousia como "velo". ¿Por qué se emplea la palabra "autoridad" (exousia) La razón principal es que ésta es la traducción normal de la palabra. También, muchos manuscritos antiguos así la traducen. Además, esta traducción encaja mejor con el significado probable del texto en su totalidad. Hay varias teorías respecto a esta "señal de autoridad": (1) la mujer lleva el velo en deferencia a la autoridad del hombre; (2) el velo es señal de la autoridad propia de la mujer para poder orar y profetizar públicamente en el culto; (3) el velo es símbolo del respeto que se le debe como mujer de buena moral. Llama la atención, sin embargo, que ninguna de las interpretaciones indicadas involucra directamente la expresión tocante a los ángeles. Esta cuestión se abordará oportunamente.

La cuestión de los ángeles es algo problemática; varias ideas históricas se han dado: (1) el tema de los ángeles en este contexto se origina en Génesis 6:2. En este pasaje se habla de ángeles malignos que amenazan a mujeres. ¿Se supone que el velo protege a las mujeres piadosas de este peligro? (2) Orígenes, uno de los padres de la iglesia en Alejandría, interpretaba este pasaje como que hablaba de los ángeles buenos que rodeaban el culto. Se basaba en el Salmo 138:1. Se advierte que RVA correctamente traduce el vocablo hebreo como "dioses". La alusión es a seres celestes dentro de la corte divina. ¿Serviría el velo de las mujeres para demostrar respeto por estos ángeles buenos? Parece que los Rollos del Mar Muerto indican la creencia de que en la comunidad de los fieles los ángeles hacían acto de presencia. No obstante, la diferencia entre la comunidad judía en Qumrán y la congregación cristiana en Corinto es considerable. "Lo más probable es que la referencia que hace Pablo a los ángeles significa que éstos eran guardianes del orden natural, y convenía que las mujeres corintias llevaran el velo para conservar este orden. De no hacerlo, posiblemente las mujeres descubiertas se arriesgaban a la desaprobación de los ángeles".[32]

Analicemos desde otro tipo de comentario los detalles que empiezan acerca de las asambleas públicas. Algunos abusos se habían introducido en la abundancia de dones espirituales concedidos a los corintios, pero como Cristo hizo la voluntad de Dios cuyo honra procuró, así el cristiano debe confesar su sumisión a Cristo, haciendo su voluntad y procurando su gloria. Nosotros debemos, aun en nuestra vestimenta y hábitos, evitar toda cosa que pueda deshonrar a Cristo. —"La mujer fue sometida al hombre porque fue creada como su ayuda y consuelo. Ella nada debe hacer en las asambleas cristianas que parezca una pretensión de ser su igual. Ella debe tener una "potestad" sobre su cabeza esto es, un velo, debido a los ángeles. La presencia de ellos debe resguardar a los cristianos de todo lo que es malo mientras adoren a Dios. Sin embargo, el hombre y la mujer fueron hechos uno para el otro. Iban a ser de consolación y bendición mutua, no una la esclava y el otro el tirano. Dios ha establecido las cosas, en el reino de la providencia y en el de la gracia, de modo que la autoridad y el sometimiento de cada parte sean para ayuda y provecho mutuo. Era costumbre en las iglesias que las mujeres se presentaran veladas en las asambleas públicas, y así ingresaran a la adoración en público; y estaba bien que debieran hacerlo así. La religión cristiana sanciona las costumbres nacionales dondequiera que estas no sean contrarias a los grandes principios de la verdad y la santidad; las peculiaridades afectadas no reciben consentimiento de nada en la Biblia.

El apóstol reprende los desórdenes en la celebración de la cena del Señor. Las ordenanzas de Cristo, si no nos hacen mejor, tenderán a empeorarnos. Si el uso de ellas no enmienda, endurecerá. Al reunirse, ellos cayeron en divisiones y partidismos. Los cristianos pueden separarse de la comunión de unos con otros, pero aún ser caritativos unos con otros; se puede continuar en la misma comunión, pero sin ser caritativos. Esto último es división, más que lo primero. —Hay una comida descuidada e irregular de la cena del Señor que se suma a la culpa. Parece que muchos corintios ricos actuaron muy mal en la mesa del Señor, o en las fiestas de amor, que tenían lugar al mismo tiempo que la cena del Señor. El rico despreciaba al pobre, comía y bebía de las provisiones que traían, antes de permitir la participación del pobre; así, algunos quedaban sin nada, mientras que otros tenían más que suficiente. Lo que hubiera debido ser un vínculo de amor y afecto mutuo fue hecho instrumento de discordia y desunión. Debemos ser cuidadosos para que nada de nuestra conducta en la mesa del Señor parezca tomar a la ligera esa institución sagrada. La cena del Señor no es, ahora, hecha ocasión para la glotonería o el festejo, pero ¿no suele convertirse en un apoyo para la soberbia de la justicia propia o un manto para la hipocresía? No descansemos en las formas externas de la adoración, pero examinemos nuestros corazones".[33]

Estamos tratando de acercarnos al texto mediante los comentarios más comunes y populares que existen en el mundo teológico para después hacer una mejor evaluación personal. Analicemos detenidamente lo más significativo del pasaje en su aspecto relacionado con el velo.

3.1 EL PROBLEMA DEL VELO

Tras los diferentes comentarios, centremos ahora el posible problema del atuendo femenino al que Pablo hace referencia, desde el punto de vista oriental, más concretamente desde el Islamismo:

"El manual en cuestión explica que el hecho de que la mujer se cubra de acuerdo con los límites que fija el Islam, le permite adquirir prestancia y respeto y la protege de los individuos frívolos e inmorales. Como complemento al argumento del pañuelo como moda, como instrumento de liberación y de protección ante el frenesí masculino, ha cobrado fuerza en los últimos años el del velo como símbolo de identidad frente a lo que consideran agresiones de Occidente."[34]

El uso del velo se enmarca en esta idea, aunque, en sus orígenes, respondía más a una respuesta frente al clima: el Islam surge en el Medio Oriente, donde el viento y las tormentas de arena son frecuentes, por lo que era – y es-necesario, cubrirse el rostro y la cabeza, de la misma forma que lo hacen los varones con la "hatata y el brin", que es ese pañuelo que se colocan y que sujetan con un aro, por lo general, negro.

Las mujeres musulmanas que usan el velo no pierden ni su feminidad ni el lucir su cabello y belleza: cuando están fuera del ámbito familiar y llevan el velo, una puede encontrar los más variados diseños, colores, texturas y estilos en los velos, que hasta dan ganas de tener puesto uno de esos velos. Además, se maquillan muy bien, lo que permite que resalte el rostro. En el ámbito familiar, cuando no usan el velo, también destacan los peinados y los adornos.

No por usar velo las mujeres dejan de ser hermosa o pierden esa característica propia de muchas mujeres de ponerse linda. Simplemente, "conjugan sus creencias religiosas con sus gustos y no los hacen incompatibles."[35]

Veamos pues, muy de lejos no obstante, la interpretación del pasaje desde el punto de vista musulmán:

"Mujeres jóvenes, ustedes usan sus velos en las calles, también deben usarlos en las iglesias; cuando se encuentran entre extraños, entonces úsenlos cuando se encuentren entre sus hermanos"[36]

El Corán dice: "¡Oh Profeta! Di a tus esposas, a tus hijas y a las demás mujeres creyentes, que deben echarse por encima sus vestiduras externas cuando estén en público: esto ayudará a que sean reconocidas como mujeres decentes y no sean importunadas. Pero [aun así,] ¡Dios es en verdad indulgente, dispensador de gracia!"[37]

A diferencia de la tradición Judeocristiana, la mujer según el Corán debe llevar el velo como protección, No como signo de sometimiento, ni para mostrar la autoridad del hombre, tal como parece sostener Pablo, pero que hemos disco ya, que había que entender ese sometimiento finalmente de ambos a Cristo. Es Cristo quien otorga éste tipo de organigrama familiar. "Y di a las creyentes que bajen la mirada y que guarden su castidad, y no muestren de sus atractivos [en público] sino lo que de ellos sea aparente [con decencia]; así pues, que se cubran el escote con el velo. Y que no muestren [nada más de] sus atractivos a nadie salvo a sus maridos, sus padres, sus suegros, sus hijos, los hijos de sus maridos, sus hermanos, los hijos de sus hermanos, los hijos de sus hermanas, las mujeres de su casa, aquellas que sus diestras poseen, aquellos sirvientes varones que carecen de deseo sexual, o a los niños que no saben de la desnudez de las mujeres; y qué no hagan oscilar sus piernas [al caminar] a fin de atraer la atención sobre sus atractivos ocultos. Y [siempre], ¡Oh creyentes, volvéos a Dios –todos– en arrepentimiento, para que alcancéis la felicidad!"[38]

Más allá de un simple trozo de tela, el velo refleja la moral interior de la mujer musulmana, lo cual se manifiesta en sus actos, en su modo de vestirse, de hablar y de comportarse… los estándares de la identidad musulmana, la castidad, rectitud y moral son únicos. El Islam protege y salvaguarda a los individuos y a la sociedad de situaciones innecesarias en las que hombres y mujeres se mezclan y se exponen a tentaciones naturales. Éste es el asunto esencial: se prescribe la modestia para proteger a las mujeres de ser molestadas o, más sencillamente, la modestia es una protección. Así, el único propósito del velo en el Islam es la protección. El velo islámico, a diferencia del velo de la tradición cristiana, No es una señal de la autoridad del hombre sobre la mujer, ni una señal del sometimiento de la mujer al hombre. El velo islámico, a diferencia del velo en la tradición judía, no es una señal de lujo y distinción de algunas mujeres nobles casadas. El velo islámico es sólo una señal de modestia que tiene la finalidad de proteger a las mujeres, a todas las mujeres. Ahora bien, ¿De verdad es éste el significado que le dan en sus comunas?

El Islam no impone ninguna forma de vestimenta. Sólo recomienda el decoro general de su apariencia para distinguirse de la gente, para ser identificada como una musulmana respetable. No es verdad que la vestidura islámica estorba la mujer en el trabajo porque en todas las organizaciones del estado trabajan muchísimas mujeres de diferentes edades sin que su uniforme las estorbe, y trabajan de una manera normal, exactamente como sus compañeras que no se ponen el velo. Es una pretensión, pues, inconcebible e infundada.

La verdad es que los occidentales quieren que sus valores, tradiciones y costumbres sean los dominantes en todo el mundo, algo que va contra la lógica y la naturaleza, ya que cada comunidad, como hemos dicho, tiene sus particularidades en todos los aspectos de la vida. "La mujer musulmana, pues, tiene derecho, al igual que la india y la europea, a conservar su carácter especial y sus tradiciones particulares."[39]

Nos preguntamos entonces: El Hiyab (Velo) es entonces ¿símbolo de liberación o de opresión?

Contrario a la opinión popular, el "velo islámico es uno de los aspectos más importantes de la liberación y del apoderamiento femenino". ¿Cómo esto puede ser posible?[40]

"Una persona que no se respeta a sí misma, difícilmente será respetada, en la sociedad en la que vivimos." [41]

Cuando una musulmana se cubre, hace virtualmente imposible para las personas que le juzguen de acuerdo con su físico. De hecho ninguna mujer debe ser juzgada debido a su grado de atracción o debido a la falta de ella.

El Creador le ha dado un cuerpo, una manifestación física en esta Tierra. Pero éste es el recipiente de una mente, de un espíritu y de unos valores. ¡No es para que se use en anuncios para vender desde tarimas de suelo, helados, colchones o sacos de cemento!

La sociedad es tan superficial, que las apariencias externas son enfatizadas tanto que el valor del individuo no cuenta para casi nada

Una mujer no puede caminar por la calle sin que le estén "chequeando" cada aspecto de su físico, y en función de ello hacen presunciones acerca de su carácter de acuerdo a: La talla de sus pantalones, longitud de su falda, tamaño de sus pechos, el color de su pelo, su peinado, Marca de ropa, su estilo de vestir…

¿Acaso hay que vestir minifalda para sentirse guapa? Acaso no se dan cuenta que cuando ellas van en minifaldas y ligeras de ropa en plena noche de invierno, ellos mientras van bien abrigados con chaquetas, bufandas y guantes. Alguna vez habéis visto algún hombre salir de noche vestido de pantalones cortos y con el cuello descubierto. Esto no es lógico!

"Acaso la mujer debe llevar un "Wonderbra" incómodo y unos zapatos de tacón de 15 cm de largo, ropa muy estrecha y poco flexible, pasar hambre y seguir dietas sacrificadas, pasar por el quirófano sometiéndose a una anestesia general y a la merced de los bisturís y de los postoperatorios, para modificar el tamaño de sus pechos, genitales, cintura y rasgos faciales, para sentirse guapa?"[42]

Mucho más problemático me parece la argumentación que menciona Pablo al tratar esa dificultad, presentando tres razones por las cuales las mujeres no debían abandonar el uso del velo. La primera es por causa del orden divino de autoridad y la cadena de mando que Dios ha establecido en el universo:

Cada uno debe estar sujeto a la autoridad del superior. Cuando un hombre habla con Dios o de parte de él, lo hace como alguien sujeto directamente a él en la persona de su Hijo Jesucristo. Por eso, el velo no es adecuado para él (11:3–4, 7). Inclusive, si el varón cubriera su cabeza así, deshonraría al Señor Jesucristo (11:3–4).

Por otro lado, cuando una mujer habla con o de parte del Altísimo, debe usarlo como testimonio de que mientras está sujeta a la autoridad divina, también lo está a la de su esposo. El velo denota lealtad y sumisión al cónyuge y a través de él al Padre Celestial. Si ella no se ponía esa prenda, deshonraría a su "cabeza" es decir, a su esposo. Si rechaza la autoridad de él, está haciendo lo mismo con la que Dios ha establecido sobre ella. Me parece que a la hora de aplicar estos conceptos en la vida cotidiana se corren riesgos serios de equivocarse en detrimento de uno u oro sexo

La mujer debía ponérselo como evidencia de que estaba sujeta a la autoridad de su esposo. Si se negaba a hacerlo, sería lógico llegar a la conclusión de que debía raparse la cabeza también. Durante mucho tiempo yo añadía a esa conclusión "tal como lo haría una prostituta". Sin embargo, no hay evidencia alguna de que las rameras se afeitaran la cabeza. Más bien, parece que se dejaban crecer el cabello y se lo arreglaban bien para atraer a los hombres. El quitarse el velo era una manera de deshonrar a la persona establecida como su superior y se compara con rasurarse la cabeza, que sólo se hacía en tiempos de luto y gran dolor. Representaba una condición vergonzosa y triste que era como despojarse de lo que había sido su gloria. "De manera semejante la gloria de la mujer es estar sujeta a la autoridad que Dios ha establecido sobre ella."[43]

Pablo elogia a la congregación por observar las tradiciones que les había transmitido en días pasados. Sin duda algo reconfortante para su tormentoso ministerio. Es interesante que los temas que surgen son aquellos que Pablo no había tratado mientras estaba allí. No es una reflexión sobre que él haya sido competente o no, sino más bien sobre los cambios que se habían producido luego de que él partiera de Corinto. Lo que Pablo decreta es parte de la tradición apostólica que es obligatoria para la congregación (v. 16). El desea que los corintios comprendan que Cristo es la cabeza de todo hombre (más probable "esposo") y que el "esposo" es la cabeza de la mujer (más probable "esposa", dada la ambigüedad de estas palabras en gr.).

Era la costumbre pagana de los sacerdotes de un culto, que habían salido de la elite de la sociedad, distinguirse de los demás adoradores orando y presentando sacrificios con sus cabezas cubiertas. ¿Sería que algunos de entre la minoría de los cristianos que pertenecían a la casta social privilegiada deseaban atraer la atención hacia su posición orando y profetizando con la cabeza cubierta? El que lo hace afrenta su cabeza, es decir, a Cristo, que es su cabeza. Esta afrenta consistiría en el atraer la atención hacia su posición secular, cuando Cristo es aquel a quien tiene que dirigirse toda la atención cuando uno ora.

Toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta afrenta su cabeza, es decir, a su esposo. Es como si se hubiera rapado. La ley romana que se aplicaba en la colonia de Corinto establecía que la mujer que afrenta a su esposo, cometiendo adulterio, debe raparse la cabeza. Si una esposa no se cubre la cabeza es considerada, por implicación, como alguien que se niega a reconocer su relación con su esposo, es decir, su estado civil. Que la esposa no se cubriera la cabeza en público era una ofensa. El hombre está exento de cubrirse la cabeza, dado que él es la imagen y la gloria de Dios (Gén. 1:27a). La esposa es gloria de su esposo (Prov 12:4). Este fue el orden en que el hombre y la mujer fueron creados, según Gén. 9 En Gén. 2:20b–23, la esposa fue creada para el esposo, y no el esposo para la esposa. Por esta razón, y también por causa de los ángeles (cf. Mat. 18:10), la esposa debe tener esta señal de autoridad sobre su cabeza. En el Señor, Pablo enseña el carácter mutuo de la pertenencia, como en 7:4. Explica esto en términos de que la mujer viene del hombre, y el hombre de la mujer. Pero Pablo afirma que todo proviene de Dios. Como en 10:15, convoca a la congregación para que juzguen por sí mismos. ¿Es apropiado [en este caso] que la mujer ore a Dios con la cabeza descubierta? En el siglo I se creía que la naturaleza determinaba los temas culturales. Sin duda, Pablo también argumenta esto sobre la enseñanza del AT, en la que se insistía sobre la polaridad de los sexos. Un hombre con el cabello largo era una ofensa. Algunas veces se ha argumentado que hay estatuas de hombres de la antigüedad con el cabello largo, pero así se representaba a los dioses, no a los hombres. El cabello largo en la mujer era considerado como su gloria, y los autores antiguos mencionan la atención que se prestaba al cabello de la mujer como su preciada gloria. Pablo concluye diciendo que si alguno desea contender con esta tradición apostólica debe tener en cuenta que ni Pablo ni las iglesias de Dios siguen otra práctica.

Nota. "Debe recordarse que un problema en particular era que la reunión cristiana, la eklesia, tenía su contrapartida secular en el organismo que gobernaba la ciudad. Esa reunión se realizaba normalmente en un teatro. ¿Qué sucedería cuando una reunión cristiana, eklesia, se realizaba en una casa particular, donde la autoridad era una mujer, y en la que ella no se cubría la cabeza? Aunque este es un punto de controversia entre los comentadores, el tema parece no ser respecto de hombres y mujeres en sí, sino respecto de esposo y esposa; esta es una traducción legítima de ambos términos. También ayuda a entender la declaración sobre quién es cabeza (cf. Ef. 5:22–33, donde se utilizan las mismas palabras). Debe destacarse, además, que no sólo los hombres oraban y profetizaban en la iglesia apostólica; las mujeres tenían una función legítima en la adoración. Si se desea más información sobre la profecía en la iglesia, ver el comentario sobre 14:1–25".[44]

"El uso católico (general) no es prueba infalible de la verdad, pero lo es, en general, de la decencia." [45]

Un entendimiento apropiado de esta sección está basado en la comprensión de los principios de la creación y las costumbres de la sociedad de los corintios. Adán y Eva fueron creados como seres interdependientes (v. 11); juntos representaban a la humanidad como un todo. "El orden y la forma en que fueron creados revelan la gloria de Dios (v. 7) y el señorío de Cristo (v. 3). Además, la mujer es la gloria del varón (v. 7), debido a que fue creada como su compañera apropiada (v. 9) y dotada por la naturaleza para cumplir su papel (v. 15)."[46]

Junto con estas preguntas contextuales más amplias, este pasaje está lleno de notorias dificultades exegéticas.[47] Incluyendo la «lógica» del argumento en su conjunto, que a su vez va conectada con nuestra incertidumbre en cuanto al significado de algunos términos absolutamente cruciales y nuestra incertidumbre acerca de las costumbres que prevalecían, tanto en la cultura en general como en la iglesia en particular (incluso toda la cuestión compleja del culto cristiano primitivo).[48]

"La respuesta de Pablo da por sentado que ellos y él se entienden en varios puntos clave, y por lo tanto esos asuntos no se tratan. De modo que las dos preguntas contextuales cruciales, qué estaba ocurriendo y por qué, son especialmente difíciles de reconstruir. Todo esto se ha complicado todavía más con el resurgimiento, en la década de 1960 (después de estar latente por casi cuarenta años), del movimiento feminista, tanto dentro de la iglesia como fuera de ella, de modo que muchos de los estudios recientes con respecto a este texto han sido específicamente resultado de dicho movimiento".[49]

Veamos una especie de quiasmo en espejo en este caso, la mejor forma de considerar la naturaleza de estas dificultades, así como la «lógica» del argumento de Pablo, es mediante un despliegue estructural del argumento entero (en un español deliberadamente literal; cabeza = uso metafórico; cabeza = literal):

2 Ahora os alabo

porque en todo os acordáis de mí,

y tal como os las transmití,

retenéis las tradiciones.

I 3 Pero quiero que entendáis que

la cabeza de todo varon es Cristo,

(y) el varon la cabeza de la mujer,

(y) Dios la cabeza de Cristo.

4 Todo varon deshonra su cabeza/cabeza;

al orar o profetizar teniendo hacia abajo/contra la cabeza

5 Toda mujer deshonra su cabeza/cabeza;

al orar o profetizar descubierta en cuanto a la cabeza

Porque es una y la misma cosa

que ella sea una que se ha rapado.

6 Porque si una mujer no va a estar cubierta,

que también se corte el cabello.

Pero si es vergonzoso que ella se corte el cabello o se rape,

que se cubra.

II 7 Porque

Por una parte, el varon no debería tener la cabeza cubierta,

siendo la imagen y gloria de Dios;

Por otra, la mujer

es la gloria del varon;

8 [a] Porque el varon no procede de la mujer,

sino la mujer del varon;

9 [b] Porque también el varon no fue creado

por causa de la mujer,

sino la mujer

por causa del varon

10 Por esta razón

la mujer debería tener autoridad sobre su (propia) cabeza

a causa de los ángeles.

11 en todo caso (aún así)

[B"] Ni la mujer aparte del varon,

ni el varon aparte de la mujer,

en el Señor.

12 [a"] Porque así como la mujer (procede) del varon,

así también el varon (procede) de la mujer,

pero todas las cosas (proceden) de Dios.

III 13 Juzgad entre vosotros mismos:

¿Es decoroso que la mujer ore a Dios descubierta?

¿No os enseña la naturaleza misma que

14 Por una parte,

si un varon se deja el cabello largo,

es deshonroso para él.

15 por otra parte,

si una mujer se deja el cabello largo,

es gloria para ella?

Porque el cabello le ha sido dado

en lugar de velo.

16 Ahora bien, si alguno parece ser contencioso,

nosotros no tenemos tal costumbre,

ni las iglesias de Dios.

Varias cosas podrían decirse acerca de este argumento. (1) Las señales gramaticales/estructurales parecen exigir esta división tripartita. En cada caso las situaciones del varón y de la mujer se distinguen la una de la otra mediante conjuntos de contrastes, en los dos últimos casos mediante la señal gramatical específica «por una parte/por otra». (2) Además, en cada caso el argumento parece dirigido específicamente a la mujer, y se le planta claramente en la «cabeza». (3) El problema tiene que ver con que la cabeza de la mujer esté «descubierta» cuando ella ora o profetiza, como lo dejan claro las dos expresiones del problema en los vv. 5–6 y 13. Todo esto lo manifiesta el argumento mismo.

La Parte I (vv. 3–6) arguye a partir del uso metafórico de «cabeza» en el sentido de que el varón deshonraría a su «cabeza» si tuviera algo «colgando hacia abajo de la cabeza»; mientras que lo opuesto le sucedería a la mujer: ella deshonraría a su «cabeza» si profetizara «descubierta en cuanto a la cabeza». La elaboración explicativa que mediante una analogía lleva adelante la cuestión de la vergüenza de la mujer y concluye con el imperativo de que ella debe cubrirse, deja claro que es aquí donde radica el problema.

Aunque el argumento de la Parte II (vv. 7–12) es más complejo—y lleno de sorpresas otra vez parece apuntar hacia la mujer. Lo de que el varón no debe cubrirse la cabeza porque él es imagen y gloria de Dios (v. 7ab) establece tanto los vv. 7c–9 como el v. 10: primero, mediante la afirmación de que la mujer es gloria del varón, lo cual se explica luego en los vv. 8–9; segundo, mediante la afirmación del v. 10 de que ella debe tener autoridad sobre su propia cabeza a causa de los ángeles. Los vv. 11–12, que corresponden en orden inverso a las afirmaciones de los vv. 8–9, parecen tener el propósito de matizar estas últimas, para que no se malentiendan.

La última parte de este argumento parece desviarse un poco, de modo que en la Parte III Pablo recoge el asunto una vez más, apelando ahora al propio sentido de decoro de ellos. Tomando el lenguaje del v. 5, comienza con una pregunta retórica,que funciona como presuposición para lo que viene a continuación. Una vez más, puesto que se destaca solamente a la mujer, parece claro que es aquí donde radica el problema. Esto se apuntala aún más mediante la pregunta que sigue (vv. 14–15), donde Pablo vuelve a usar al varón para establecer la discusión referente a la mujer, cuya situación es la única que recibe comentarios adicionales. Luego concluye con una palabra dirigida a cualquiera que pretenda ser «contencioso» con respecto a este asunto, diciendo que las iglesias no tienen «tal costumbre».

Pero ¿qué quiere decir, específicamente, eso de que una mujer ore y profetice «descubierta en cuanto a la cabeza»? Hay tres opciones básicas: "(1) La opinión tradicional consideraba que ella estaba prescindiendo de alguna especie de cobertura externa.[50] Esto parece insinuado tanto por el verbo «cubrir» como por las palabras acerca del varón en el v. 7, que implican una cobertura externa («no debe cubrirse la cabeza»). La dificultad de esta opinión proviene principalmente de entender el v. 15 en el sentido de que el cabello largo se le da a la mujer en lugar de un peribolaion (lit. «una envoltura», y por tanto una especie de rebozo, pañolón o chal").

"(2) A causa del v. 15, se ha alegado que la «cobertura» por la que se aboga en los vv. 4–7 y 13 es en realidad el cabello largo de los vv. 14–15, porque algunas de las mujeres estaban usando el cabello corto. Pero contra esto va el lenguaje y la gramática de los vv. 5–6, donde Pablo arguye mediante analogía que, si no van a estar «cubiertas», deberían raparse o cortarse el pelo.

(3) Más recientemente varios eruditos han sugerido, sobre la base del uso de la lxx, que el adjetivo «descubierta» se refiere a «cabello suelto», es decir, a que la mujer anduviera en público con el cabello suelto y por lo tanto experimentara vergüenza. Aunque esto resulta atractivo en muchos sentidos, tiene su propio conjunto de dificultades: en qué sentido el que el varón no se cubra la cabeza, en el v. 7, es lo contrario de esto; qué hacer con el v. 15, que implica que el cabello largo, y no el cabello amontonado, sirve en lugar de chal;" [51]y "el hecho de que no hay evidencia segura del siglo I de que el usar en público el cabello suelto hubiera sido un tipo de afrenta".[52]

En cualquiera de los dos casos, la acción de la mujer se considera vergonzosa, y por esa razón Pablo está dispuesto a ofrecer una justificación teológica para mantener una costumbre.

Pero, ¿por qué era que algunas mujeres (aparentemente) estaban desacatando de ese modo la forma acostumbrada de presentación? Tradicionalmente, cuando siquiera se planteaba esa pregunta, se sugería que el problema tenía que ver con que algunas mujeres estaban insubordinándose a sus maridos a causa de su recién encontrada libertad en Cristo. Entonces los intérpretes veían el pasaje, que se basaba en una forma particular de entender los vv. 3 y 7–10, como un intento de «poner a las mujeres en su lugar» insistiendo en que mantuvieran el símbolo tradicional de su subordinación, el velo.

"Es más probable que el problema esté conectado con la situación histórica general en Corinto, y que refleje la perspectiva teológica señalada en otros lugares de esta carta (ver la Introducción), especialmente la de las mujeres «escatológicas» que se señaló en el capítulo 7. Poco puede dudarse de que en la nueva edad inaugurada por Cristo, las mujeres participaban en el culto junto con los hombres"[53].

En su mayor parte, en estos asuntos la iglesia de Corinto seguía las tradiciones que había recibido durante la visita de Pablo. Pero algunas mujeres, o bien de hecho estaban orando/profetizando (que es lo más probable) sin la «cobertura de cabeza» o «peinado» que se acostumbraba, o bien estaban argumentando a favor del derecho de hacerlo así. "Probablemente esto esté conectado con el hecho de que ellas eran pneumatikos («espirituales») y con su escatología un tanto superrealizada. Parece difícil entender la respuesta de Pablo a menos que la escatología espiritualizada de ellas incluyera también algún tipo de eliminación de la distinción entre los sexos. Ellas consideraban que en el Espíritu ya habían llegado a la meta; ya estaban actuando como quienes iban a ser «como los ángeles», entre quienes ya no existía distinción sexual alguna. Como parte de su nueva «espiritualidad» ellas estaban abandonando algunas distinciones muy tradicionales entre los sexos, que de otro modo se habrían considerado vergonzosas. Pablo tiene opiniones suficientemente fuertes acerca del problema como para referirse a él, aun cuando su argumento carezca del acostumbrado vigor. Puesto que es difícil imaginar que a Pablo le importara la «costumbre» en sí, especialmente después de 10:23–11:1, probablemente lo que conduce a esta respuesta es el problema teológico más amplio".[54]

Considero que existe una problemática importante a la hora de determinar el lugar que ocupa la mujer y el hombre en relación a la exposición de Pablo. Tratemos de entender los que "sigamos a Cristo, cabeza nuestra, para que a nosotros nos siga aquella de que somos cabeza"[55]

"…Cuando yo (Jesucristo) al principio, hice al hombre, hícelo macho y hembra…pues ahí veis cómo nazco varón y nazco de mujer. No condeno pues, mi hechura, sino los pecados hechura no mía…"[56]

Debemos considerar el hecho de que Pablo es criado y enseñado en una sociedad típicamente patriarcal que condiciona a la mujer. No olvidemos que la posición actual de la mujer y sus "demandas contraponen claramente lo que era conocido en la antigüedad."[57] Debemos situar el valor de la mujer, incluso si su estatus ha sido el de una menor, inmersa en la poligamia, el abuso, y la repudia. Sólo la maternidad la salva, los tintes misóginos derivados del génesis la han devaluado, por su caída y seducción sobre el hombre, pero lo femenino en la Biblia desborda estas disposiciones. No sólo por la encomiable aportación de la mujer en la historia bíblica, incluso de la extranjera, sino por el uso frecuente por parte de Dios de la figura femenina y de amor entre Él y su pueblo.[58] Es por tanto un texto fundamental, para comprender a Pablo en su contexto y entender mejor la problemática concreta del velo en el servicio cristiano y sobre todo la posición del hombre respecto a la mujer.[59]

La posición del ministerio femenino en el NT demuestra la situación de unidad frente a Cristo y de diferencia frente al sexo. Las desigualdades, los abusos, la problemática e injusta subordinación no la comete el texto bíblico ni Pablo es víctima de ella, sino son consecuencias del pecado y del mundo en el que vivimos.

3.2 CONCORDANCIA TEMÁTICA

A continuación vamos a relacionar el pasaje de Pablo con otros textos que consideramos relevantes con el fin de buscar la analogía del texto en cuestión.

2os alabo, hermanos. 17,22; Pr 31:28–31 que en todo os acordáis. 4:17; 15:2 y retenéis las instrucciones. 7:17; Lc 1:6; 1 Ts 4:1,2; 2 Ts 2:15; 3:6

3 Cristo es la cabeza. Ef 1:22,23; 4:15; 5:23; Fil 2:10,11; Col 1:18; 2:10,19 la cabeza de de la mujer. Gn 3:16; Ef 5:22,24; Col 3:18; 1 Ti 2:11,12; 1 Pe 3:1,5,6 y Dios la cabeza de Cristo. 3:23; 15:27,28; Is 49:3–6; 52:13; 55:4; 61:1–4; Mt 28:18; Jn 3:34–36; 5:20–30; 14:28; 17:2–5; Ef 1:20–22; Fil 2:7–11

4 o profetiza. 12:10,28; 14:1 con la cabeza cubierta. 14; 2 Sa 15:30; 19:4

5 o profetiza. Lc 2:36; Hch 2:17; 21:9 hubiese rapado. Dt 21:12

6 si es es vergonzozo. Nm 5:18; Dt 22:5

7 porque es imagen. Gn 1:26,27; 5:1; 9:6; Sal 8:6; Stg 3:9 pero la mujer. 3; Gn 3:16

8 Gn 2:21,22; 1 Ti 2:13

9 tampoco el varón fue creado. Gn 2:18,20,23,24

10 señal de autoridad. Gn 20:16; 24:64,65 por causa de los ángeles. Ec 5:6; Mt 18:10; He 1:14

11 7:10–14; 12:12–22; Gá 3:28

12 todo procede de Dios. 8:6; Pr 16:4; Ro 11:36; He 1:2,3

13 10:15; Lc 12:57; Jn 7:24

14 que al varón. 2 Sa 14:26 le es deshonroso. 14:35

16 ser contencioso. 1 Ti 6:3,4 tal costumbre. Hch 21:21,24 ni las iglesias. 7:17; 14:33,34; 16:1; 1 Ts 2:14[60]

Contexto del pasaje

Es necesario argumentar y definir algunas cuestiones en relación al contexto cultural y social además del histórico referenciadas a cuestiones sobre el lugar donde va dirigida la carta además de otros conceptos.

La presencia de hombres y mujeres compartiendo la vida de la congregación de Corinto daba lugar a situaciones inesperadas. Debemos entender que la vida religiosa, tanto entre los judíos como entre los griegos, era algo estrictamente masculino. Entre los segundos, el papel femenino era a menudo degradante por la gran cantidad de prostitutas y las orgías que se realizaban en nombre de la religión. Por eso, la participación de las mujeres en el culto provocaba inquietud y cuestionamientos.

« La ignorancia es la madre del error.». Estos ignoran que en las ciudades griegas y orientales era la costumbre que las mujeres, salvo las de carácter inmoral, se cubrirse la cabeza en publico. Corintio estaba llena de las "prostitutas de los templos " En Corintio se hallaba el templo de Venus con 1.000 sacerdotisas dedicadas a la prostitución.

Algunas de las mujeres cristianas, aprovechándose de la nueva libertad en Cristo, se atrevían a descartar el velo en las reuniones dela Iglesia, cosa que horrorizaba a los miembros de temperamento mas modesto.

También estas mujeres cristianas que vivían en Corintio una ciudad pagana, con su actitud, fue atraer una innovación a la iglesia, ¡ una indecencia ! esta era la norma de las prostitutas paganas, cosa que Pablo tuvo censurar.

Debemos de tener en cuenta, lo que Pablo enseña en este capitulo ( 1 Cor. 11:1-16 ) y el tema en cuestión. Aquí Pablo comienza una serie de instrucciones tocante al uso correcto de los dones milagrosos a listado en ( 1 Cor. 12:1-10 ) dados por la imposición de las manos de los apóstoles (Hech. 8:14-17; 2 Tim. 1:6 ) Esto servían para dos cosas (1). Para probar la autoridad de los apóstoles (2). Para suplir lo que faltaba a la iglesia que no había tenido el tiempo de estudiar mucho los escritos de los apóstoles , por cuanto aún no estaba recopilado en el N. T. ( 1 Cor. 13:8-10 )

En Corintio había algunas hermanas que tenían el don de profecía por la imposición de las manos de los apóstoles.« Estas eran hermanas inspiradas »

Esto fue predicado por el apóstol Pedro, recordando la profecía de Joel ( Hech. 2:17-18 ) Por ejemplo hay mujeres registradas en el N. T. como profetisas

Priscila ( Hech. 18:26 ) ; Las hijas de Felipes ( Hech. 21:8-9 ) Aunque Pablo enseña que las mujeres deben guardar silencio en la congregación según: ( 1 Cor. 14:34 ) ; ( 1 Tim. 2:11-12 ) " No hay contradicción "Esto fue una excepción, que no marca la regla, o la norma general para todas las mujeres cristiana , por cuanto iría en contradicción de los texto ya antes mencionados. Esta misma excepción no hizo la regla en la nación de Israel, por cuanto hubo por ejemplo: Cuatro profetisa registrada en el A. T. en un periodo de 1300 años

  • a) María la hermana de Aarón " Profetisa ": ( Ex. 15:20 )

b). Débora " Juez de Israel y profetisa " 🙁 Jueces 4:4 )

c) Hulda, " Profetisa; en los días del Rey Josía " ( 2 R. 22:14 )

d) Ana " profetisa "en los días del nacimiento del niño Jesús (Lucas2:36-38 )

Debemos de recordar lo que Pablo enseñaba, pues, era para todas las iglesias( 1 Cor. 4:17 ) Las mujeres debían de tener una actitud, quieta, serena, sumisa, sin ejercer autoridad en la iglesia, esto es estar en silencio ( ver estudio el silencio de la mujer )

Estas hermanas de Corintio fueron autorizadas por los apóstoles, por medio de la imposición de las manos, ha profetizar,. Concluimos que las mujeres que oran y profetizan del ( ver. 5 ) son las mismas mencionadas en el ( ver. 13 ). por cuanto el tema está en la polémica que había surgido en Corintio con respecto si la mujer profetisa debía orar " por inspiración " o profetizar con una señal de sujeción el " velo."

En el oriente las mujeres honorables tenían la costumbre de cubrirse con velo ( es decir no con el cabello solamente sino toda la cabeza entera ) « Es lo contrario que en Occidente » Esta costumbre era un " emblema de modestia "se be en la practica de Rebeca antes de que se casase con Isaac (Gén. 24:65-67 )

También esta costumbre era un " emblema de castidad conyugal "« Ausencia de sexualidad » se ve en la forma figurada " como un velo " que menciona Abimalec rey de los filisteos con respecto a Sana mujer de Abraham ( Gén. 20:16 ),. Por cuanto fue engañado por Abraham al decir que Sara era su hermana, el la tomo, pero no se llego a ella, porque Dios se llego en sueño a Abimalec y le anuncio la muerte si la tocaba..

También tener la cabeza descubierta indicaba que ya no quería estar bajo el poder del marido, de ahí que la mujer sospechada por " celos " le descubriría la cabeza el sacerdote (Nun. 5:18 ) Por consiguiente, esta era una costumbre " el velo " común en Oriente, salvo la prostitutas, ninguna mujer se presentaba en publico sin velo. Y si lo hacia , deshonraban a su cabeza – a su marido – que es la cabeza de la mujer (Efes.5:23) Entre los griegos no sólo las hetairai," prostitutas " tan numerosas en Corintio, iban sin velo; también las esclavas llevaban la cabeza " afeitada "

Por esto dice Pablo en ( 1 Cor. 11:6 ) " Si le es vergonzoso, ¿ El que ? cortarse el cabello o raparse" Aquí Pablo repite la referencia a las costumbres de aquel tiempo, con su significado: Si la mujer ( según el con texto, la profetisa ) no lleva velo, que sea consecuente y se rape, ya que no quiere mostrar "sujeción"

Por tanto, el velo como señal de sujeción, era lo común en todas las mujeres de oriente tanto aquí en el caso de las profetisas en la asamblea, como en la calle, era señal de sujeción, Por contrario según ( 1 Cor. 11:4 ) El varón " profeta " no debía de cubrirse, porque afrenta su cabeza « Ofende su cabeza »." este no tenían tal costumbre "

Por cuanto hay un orden establecido por Dios según ( ver. 3 ) el cual todos debemos respetar. Cristo cabeza del varón «El hombre esta sujeto a Cristo, no hay autoridad entre el hombre y Cristo » 2. El varón cabeza de la mujer « La mujer esta sujeta al varón, las rozones ( 1 Tim. 2:13-14 ) Esta regla esta en vigor hoy en dia y tiene varias formas de expresarse: No se le permite a la mujer hablar en la congregación " predicar, enseñar, dirigir oraciones en alta voz, por contrario si orar en su corazón " ( 1 Tim. 2:11-12 ) Tiene que estar sujeta a su marido ( Efes. 5:22-24; Col.3:18 ) Se considera como vaso mas frágil ( 1 P. 3:7 ) Dios la cabeza de Cristo « En el papel de redentor » Cristo se rindió a la voluntad del Padre en todo " haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz " ( Fil. 2:8 ). Durante su vida terrenal, su comida fue hacer la voluntad de Dios ( Juan 5:30 ) No buscó Su propia voluntad, sino la del Padre( Juan 5:30; 6:38 ) Y aprendió ( experimentó ) la obediencia ( Heb. 5:8 ) Juzgar vosotros mismos ¿ Es propio que la mujer hoy en día en nuestra sociedad occidental use el velo como señal de sujeción ? ¿ Podemos decir hoy que las mujeres que no usa el velo en la vida ordinaria, y aún en la asamblea las cristianas, son considerada como prostitutas ? No perdamos de vista el tema en cuestión que se había originado en Corintios, las mujeres "profetisas " se sintieron tentadas a elevarse en forma indebida y se olvidaron de su lugar de sujeción.

Por lo tanto no hay ninguna autoridad en estos textos, para que la mujer use el velo en la asamblea pública, PORQUE era una costumbre oriental y el punto esta en que eran mal vista si no lo llevaba. Tampoco autoriza hoy a toda mujer cristiana estos texto, a dirigir oraciones, o profetizar en la asamblea, por cuanto solo se refiere a la mujeres inspiradas las " profetisas " hoy no hay dones milagrosos, porque los apóstoles solo eran los autorizados para darlos, y ellos ya están con el Señor.

"Con todo eso, si alguna piensa que debe llevar el velo en la asamblea, considere que también lo debe llevar en la calle, en su casa y donde quiera que valla, no es una cuestión doctrinal de adoración, sino una costumbre oriental, una señal de sujeción, y además de una saciedad que hacia diferencia entre las mujeres castas y las prostitutas."[61]

La mujer debía ponérselo como evidencia de que estaba sujeta a la autoridad de su esposo. Si se negaba a hacerlo, sería lógico llegar a la conclusión de que debía raparse la cabeza también. Durante mucho tiempo yo añadía a esa conclusión "tal como lo haría una prostituta". Sin embargo, no hay evidencia alguna de que las rameras se afeitaran la cabeza. Más bien, parece que se dejaban crecer el cabello y se lo arreglaban bien para atraer a los hombres. El quitarse el velo era una manera de deshonrar a la persona establecida como su superior y se compara con rasurarse la cabeza, que sólo se hacía en tiempos de luto y gran dolor. Representaba una condición vergonzosa y triste que era como despojarse de lo que había sido su gloria. "De manera semejante la gloria de la mujer es estar sujeta a la autoridad que Dios ha establecido sobre ella."[62]¿Realmente es así? ¿Coincide con la analogía de la fe ésta afirmación?..

4.1 TESTIMONIOS PATRÍSTICOS

Partes: 1, 2, 3
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