La historia de la iglesia primitiva da testimonio que las mujeres cristianas de entonces llevaban el velo.
"Tertuliano, un líder de la iglesia que vivió en los años 160–222 d.c. escribe que no sólo las mujeres casadas, sino también las vírgenes usaban el velo en las iglesias que fueron establecidas en la época apostólica.
Otro líder cristiano de la antigüedad, Crisóstomo, testifica que en su época también todas lo llevaban.
En las catacumbas [Un conjunto de pasillos y cuartos subterráneos debajo de Roma donde se escondían los cristianos durante tiempos de persecución.] se pueden ver muchos dibujos en las paredes hechos por los cristianos de los primeros siglos.
En esos dibujos las mujeres tienen la cabeza cubierta con un velo.
Es interesante ver como esta costumbre de cubrirse fue una realidad como mandamiento en los días antiguos. También un "papa" posterior a Pablo ..( LINO ) establece que toda mujer debe entrar cubierta con un velo a los cultos.[63]
San Irineo ( 120-202 DC.)Irineo traduce Corintios I, 11:10 como sigue: "Una mujer debería tener un velo (Kalumma) sobre su cabeza debido a los ángeles".[64]
Tertulio (160-215 DC.) Al comentar en Corintios 1, 11:4,5, Tertulio indica, "Observad dos nombres distintos, Hombre y Mujer "cada uno" en cada caso: dos leyes, mutuamente distintivas; por un lado (una ley) de usar velos, por el otro lado (una ley) de ir descubiertos."[65]
Tertulio argumenta en su ensayo Sobre el Uso de los Velos por las Vírgenes que la orden que las mujeres se cubran sus cabezas durante la oración no está basada en la costumbre; "Les mostraré también en latín que les corresponde a nuestras vírgenes usar velos desde el momento que han traspasado el cambio en sus edades: que esta observancia es exigida por la verdad, sobre lo cual nadie puede imponer un precepto– ningún espacio de ítems, ninguna influencia de personas, ningún privilegio de regiones. Porque éstos, en su mayoría, son las fuentes de donde, por alguna ignorancia o simpleza, la costumbre encuentra su inicio; y entonces es confirmado exitosamente por el uso y así se mantiene en oposición a la verdad. Pero Nuestro Señor se apodó a Sí mismo la Verdad, no la costumbre…. Aquí se basa la defensa de nuestra opinión, de acuerdo a las Escrituras, de acuerdo a la naturaleza, de acuerdo a la disciplina. Las Escrituras están basadas en la ley; la naturaleza se une para atestiguarlas; la disciplina las exige. ¿En favor de cual de estas (tres) aparece la costumbre, la cual está basada en una (simple) opinión, o cuál es el color de la perspectiva opuesta? La de Dios son las Escrituras; la de Dios es la naturaleza; la de Dios es la disciplina. Lo que sea contrario a éstas, no es de Dios. Si las Escrituras son inseguras, está manifiesta la naturaleza; y con relación al testimonio de la naturaleza no pueden ser inciertas las Escrituras. Si no existe duda sobre la naturaleza, la disciplina indica lo que está más sancionado por Dios. Porque nada Le es más querido a Él que la humildad; nada es más aceptable que la modestia; nada Le es más ofensivo que la "gloria" y el estudio de los hombres que complacen".
"Otras citas de algunos escritores antiguos San Clemente de Alejandría (153-217 DC.) Clemente también comprende las palabras en Corintios 1, 11:5 que se refieren a un velo de tela y no al cabello de la mujer. "Y ella nunca caerá, si anteponga a sus ojos la modestia, y su chal.. Porque éste es el deseo de la Palabra, ya que le luce a ella orar con la cabeza cubierta".[66]
San Juan Crisóstomo fue el gran orador de Antioquia. Los siguientes extractos son tomados de la Homilía XXVI (Corintios 1, 11:2-16). San Juan Crisóstomo identifica el problema y San Pablo lo trata en Corintios 1, 11:L2-16 como "Sus mujeres solían orar y profetizar sin velo sobre la cabeza, y con su cabeza al desnudo." "Especialmente en cuanto a que una mujer necesita una cubierta para la cabeza, distinta a su cabello largo (cf. 1 Cor. 11:15) tenemos el siguiente comentario: "Y si le hubiese sido dado como cubierta, "dirán ustedes, "¿por qué entonces necesita ella agregar otra cubierta?" Que no solamente la naturaleza sino también su propia voluntad puedan tener parte en su conocimiento de sujeción. Para que vosotros tuvierais que cubriros, la misma naturaleza en forma anticipada decretó una ley. Ahora, os ruego, agregad vuestra propia parte también, que no parezcáis derruir las mismas leyes de la naturaleza; una prueba de la rudeza más insolente, abofetearnos no sólo a nosotros sino también a la naturaleza".[67] San Jerónimo (345-429 DC.)A pesar que las Escrituras no endosan la práctica de que las vírgenes se rasuren el cabello (en vez, las Escrituras condenan dicha práctica en Corintios 1, 11:14-15), no obstante, San Jerónimo claramente comprendió a San Pablo en cuanto a que enseñaba que una mujer debería usar sobre su cabeza una cubierta de tela: "Es usual en los monasterios de Egipto y Siria que las vírgenes y viudas que han hecho votos a Dios y que han renunciado al mundo y han pisoteado los placeres bajo sus plantas, pedirles a las madres de sus comunidades que se corten su cabello; no que vayan de allí en adelante con sus cabezas descubiertas en desafío a la orden del apóstol". (Corintios 1, 11:5)[68]San Agustín (354-430 DC.) "No es bien visto, ni en mujeres ya casadas, que se descubran su cabello, ya que el apóstol ordena que las mujeres mantengan cubiertas sus cabezas. Por que a ella, por esta misma razón, se le instruye a que cubra su cabeza, lo que le está prohibido a él porque es imagen de Dios." [69]Código de la Ley Canónica de 1917 "Hombres, en una iglesia o fuera de una iglesia, mientras asistan a los ritos sagrados, tendrán la cabeza al descubierto, a menos que las costumbres aprobadas de las personas o las circunstancias especiales de las cosas determinen contrariamente; sin embargo, las mujeres tendrán su cabeza cubierta y estarán vestidas con modestia, especialmente cuando se acerquen a la mesa del Señor".[70]
Papa Pablo VI, 1969 parece ser que el Papa Pablo VI instruyó a uno de sus funcionarios que aclarara la disciplina sin cambios de la Iglesia con relación al tapado de la cabeza para las mujeres: "Un funcionario del Vaticano dice que no ha habido cambio alguno, según se informó, en la regla Católica Romana en cuanto a que las mujeres se cubran sus cabezas en el Iglesia. El Reverendo Annibale Bugnini, Secretario de la nueva Congregación para el Culto Divino, dijo que los informes surgieron de una mala interpretación de la declaración que él hizo en una conferencia de prensa durante mayo. "La regla no ha sido cambiada," dijo. " Es un asunto de disciplina general."
Nota : Las citas son de escritores antiguos y no necesariamente comparto su pensamiento teológico , solo las menciono como referente histórico [71]
4.2 DEFINIENDO CONCEPTOS
Considero importante definir términos que aparecen en el pasaje y que suscitan no poco interés y presentan de hecho algunos problemas. Veámoslo más de cerca:
"DEFINIENDO CORINTO Ciudad de Grecia situada en el extremo occidental del istmo entre Grecia central y el Peloponeso, que controlaba las rutas comerciales entre el N de Grecia y el Peloponeso y a través del istmo. Esta ruta tenía especial importancia porque una buena proporción del comercio se realizaba con preferencia cruzando el istmo en lugar de rodear los tormentosos promontorios al S del Peloponeso. Había dos puertos, Lequeo, 2, 5 km al O del golfo de Corinto, conectado con la ciudad por medio de largos muros; y Cencrea, 14 km al E sobre el golfo Sarónico. De esta manera Corinto se convirtió en un floreciente centro comercial, como también industrial, dedicado principalmente a la cerámica. La ciudad está dominada por el Acrocorinto (566 m), una empinada roca de forma plana en la parte superior, coronada por la acrópolis, que en tiempos antiguos contenía, entre otras cosas, un templo de Afrodita, la diosa del amor, cuyo servicio dio motivo a la proverbial inmoralidad de la ciudad, notoria ya en los tiempos de Aristófanes (Estrabón, 378; Ateneo, 573).
Desde fines del ss. IV hasta 196 a.C. Corinto estuvo principalmente en poder de los macedonios; pero en ese año fue liberada, junto con el resto de Grecia, por T. Quincio Flaminino, y se unió a la liga aquea. Después de un período de oposición a Roma, y de una revolución social bajo el dictador Critolaus, la ciudad fue asolada por el cónsul L. Mummio en el año 146 a.C., y sus habitantes fueron vendidos como esclavos.
En el año 46 a.C. Corinto fue reedificada por César y comenzó a recuperar su prosperidad. Augusto la transformó en capital de la nueva provincia de Acaya separándola de Macedonia, y en adelante fue gobernada por un gobernador proconsular propio.
Se ha podido establecer la fecha de los 18 meses de la estada de Pablo en Corinto en su segundo viaje misionero (Hch. 18.1–18) mediante una inscripción de Delfos que demuestra que Galión llegó a Corinto como procónsul en 51 ó 52 d.C. (Hch. 18.12–17; Pablo, sección II). Su bema, o tribunal (Hch. 18.12) también ha sido identificado, como también el macellum, o carnicería (1 Co. 10.25). Una inscripción cerca del teatro menciona un edil de nombre *Erasto, posiblemente el tesorero de la ciudad a que se refiere Ro. 16.23.[72]
Veamos otro manual de definiciones. CORINTO Ciudad griega de gran importancia. Situada en el istmo que lleva su nombre, el cual conecta Grecia central con el Peloponeso. Este istmo tiene una anchura de sólo unos siete km, de manera que C. venía a quedar en una situación muy estratégica para el comercio y las comunicaciones, ya que las naves se ahorraban centenares de km al no tener que rodear todo el Peloponeso, fuera que vinieran de E a O, o viceversa, haciendo una travesía que era, además, muy peligrosa. Por esa razón, se pasaba por tierra las cargas, y a veces hasta en naves sobre rodillos, entre los dos puertos de la ciudad, •Cencreas, en el O del istmo y •Lequeo, al E.
C. fue destruida por los romanos en el año 146 a.C., y estuvo deshabitada por más de un siglo, hasta que Julio César la reconstruyó en el 44 a.C., y se convirtió de nuevo en una ciudad riquísima, con una gran población de comerciantes, artesanos y funcionarios romanos. Había también muchos esclavos, los cuales formaban dos tercios del total. C. era capital de la provincia romana de •Acaya. Era gobernada por un procónsul. El de los tiempos de Pablo se llamaba •Galión (Hch. 18:12).
La mezcla de culturas era muy pronunciada, como puede verse por las distintas deidades que se adoraban, contándose entre ellas muchas orientales, como Isis y Serapis, pero el santuario principal era el de la diosa Afrodita, situado en la Acrópolis, donde había más de mil prostitutas "sagradas" ejerciendo su oficio. De ahí la fama de C. por su promiscuidad. Tanto así, que la expresión "una muchacha corintia" vino a ser equivalente a mujer de malas costumbres. Y "ser un corintio" casi equivalía a libertino y borracho. Usar de "palabras corintias" vino a significar, en la cultura griega, hacer pretensión de conocimientos de filosofía y literatura. Como Pablo escribió su carta a los Romanos desde C., es evidente que este ambiente influyó en las palabras que Pablo usa en Ro. 1:18–32. p 251
Cerca de C. se celebraban los Juegos Ístmicos, lo que posiblemente diera pie a las palabras que Pablo usa en 1 Cor. 9:24–27. Las visitas de Pablo a C. aparecen registradas en Hch. 18:1–18 y 20:2. Las palabras de Pablo en 2 Ti. 4:20 sugieren otro viaje del cual no se tienen más noticias. Aunque se ha encontrado un fragmento de inscripción de una sinagoga de C., no se sabe si se trata de la misma donde Pablo predicó (Hch. 18:4).[73]
PELO Entre los israelitas la abundancia de cabello en la cabeza era señal de hermosura. Un •nazareo no se cortaba el p. mientras durara su voto (Nm. 6:5). •Absalón tenía una cabellera famosa (2 S. 14:26). En el Cantar de los Cantares se repite varias veces la alabanza al p. tanto del Amado como de la Amada (Cnt. 4:1; 5:2, 11; 6:5; 7:5). La calvicie no era bien vista y se hacía burla de ella (2 R. 2:23). Entre algunos pueblos gentiles se acostumbraba raparse la cabeza como señal de duelo, pero a los israelitas se les prohibió hacer eso (Dt. 14:1). Un sacerdote no podía hacerse una tonsura (Lv. 21:5). Arrancarse algunos p. de la cabeza y de la barba era señal de gran duelo (Esd. 9:3). Rapar la cabeza a alguien era someterlo a una gran vergüenza. Así, •Hanún, rey amonita, rapó a unos embajadores de David, lo cual causó una guerra (1 Cr. 19:4).
Las mujeres hebreas ponían mucha atención a su p., utilizando para ello "redecillas … cofias … partidores del pelo … y los tocados" (Is. 3:18–23). Parte de las desgracias que llegarían a las hijas de Sion, según Isaías, era "cabeza rapada en lugar de compostura del cabello" (Is. 3:24). Dos mujeres ungieron al Señor con perfume y lavaron sus pies con sus cabellos, lo que indica que tenían largas cabelleras (Lc. 7:38; Jn. 12:3). En la iglesia primitiva se estimaba que esa era una costumbre deseable para la mujer, pero no para los hombres (1 Cor. 11:6–15). Al parecer, los hombres usaban un corte de p. a nivel de los hombros mientras que la mujer lo dejaba crecer muchísimo más.
La expresión "ni un p. de la cabeza caerá" se usaba para indicar que absolutamente nada le pasaría a alguien. El pueblo salvó la vida a •Jonatán cuando por el juramento de Saúl tenía que morir, diciendo: "No ha de caer un p. de su cabeza en tierra" (1 S. 14:45). La misma expresión usó David prometiendo seguridad a una madre que fingió necesitarla para su hijo (2 S. 14:11). El Señor dice que todos los cabellos de un creyente están contados (Mt. 10:30; Lc. 12:7). Y que aunque "matarán a algunos de vosotros…. pero ni p 814 un cabello de vuestra cabeza perecerá" (Lc. 21:16, 18).
Los hombres apreciaban grandemente su barba, la cual no podía ser afeitada. Su punta debía dejarse crecer de manera natural (Lv. 19:27; 21:5), al parecer porque era costumbre pagana recortársela por razones religiosas. Se cortaba la barba a una persona para examinar si tenía lepra (Lv. 14:8). Hanún cortó la barba por la mitad a los embajadores de David, como una afrenta (2 S. 10:4).[74]
CABEZA:
«Levantar la cabeza» a veces equivale a una declaración de inocencia: «Si fuere malo, ¡ay de mí! Y si fuere justo, no levantaré mi cabeza, estando hastiado de deshonra, y de verme afligido» (Job 10.15). Este mismo modismo puede indicar la intención de entablar guerra: la forma más violenta de autoafirmación: «Porque he aquí que rugen tus enemigos, y los que te aborrecen alzan cabeza» (Sal 83.2). Negativamente, la frase puede simbolizar sumisión a otra potencia: «Así fue subyugado Madián delante de los hijos de Israel, y nunca más volvió a levantar la cabeza» (Jue 8.28). En su forma transitiva (o sea, «levantar la cabeza» de otro), el término puede expresar la restauración de alguien a un estado anterior: «Al cabo de tres días levantará Faraón tu cabeza, y te restituirá a tu puesto» (Gn 40.13). También puede denotar liberación de una prisión: «Evil-merodac rey de Babilonia, en el primer año de su reinado, libertó a [elevó la cabeza de] Joaquín rey de Judá, sacándolo de la cárcel» (2 R 25.27).
El vocablo puede connotar unidad, o sea, todos los individuos dentro de un grupo: «¿No han hallado botín, y lo están repartiendo? A cada uno una doncella, o dos» (Jue 5.30).
Puede usarse numéricamente para indicar la suma total de personas o individuos en un grupo: «Haced el censo de toda la congregación de los hijos de Israel, por sus familias y por las casas de sus padres, registrando uno por uno los nombres de todos los hombres» (Nm 1.2 rv-95).
En algunos casos, ro?sh resalta lo individual o unitario: «Y hubo gran hambre en Samaria, a consecuencia de aquel sitio; tanto que la cabeza de un asno [o sea, cada asno], se vendía por ochenta piezas de plata» (2 R 6.25). Las maldiciones y las bendiciones caen sobre las cabezas de las personas (sobre ellos mismos): «Las bendiciones de tu padre fueron mayores que las bendiciones de mis progenitores … Serán sobre la cabeza de José» (Gn 49.26). Ro?sh a veces quiere decir «jefe», ya sea por nombramiento, elección o autonombramiento. El término puede usarse en cuanto a los padres de la tribu, los líderes de un grupo de personas: «Escogió Moisés varones de virtud de entre todo Israel, y los puso por jefes [cabezas] sobre el pueblo» (Éx 18.25). A los jefes militares también se les llama «cabezas»: «Estos son los nombres de los valientes que tuvo David: Joseb-basebet el tacmonita, principal de los capitanes» (2 S 23.8). En Nm 1.16, a los príncipes se les denomina «cabezas» (cf. Jue 10.18). Este término se usa para referirse a quien dirige al pueblo en adoración (2 R 25.18: el sumo sacerdote).
Cuando se trata de objetos, ro?sh significa «punto» o «inicio». Al referirse a una localidad, el vocablo significa la «cima» de una montaña o cerro: «Mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano» (Éx 17.9). Puede usarse también para denotar el punto más elevado de un objeto natural o construido: «Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo» (Gn 11.4).
En Gn 47.31, el vocablo denota la «cabecera» de una cama, el lugar donde se recuesta la «cabeza». En 1 R 8.8 ro?sh se refiere a los extremos de postes. El término puede usarse también para indicar el punto de inicio de un viaje: «En toda cabeza de camino edificaste lugar alto» (Ez 16.25); cf. Dn 7.1: «Lo principal del asunto». La connotación de punto de inicio está presente en Gn 2.10, la primera vez que el término aparece: «Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos». El mismo matiz de «cabeza» ubica espacialmente a la persona u objeto al frente [a la «cabeza»] de un grupo (Dt 20.9; cf. 1 R 21.9). «¿Acaso no está Dios en lo alto de los cielos? ¡Observa la totalidad [cabeza] de las estrellas! ¡Cuán altas están!» (Job 22.12 rva). La «cabeza del ángulo» (Sal 118.22) ocupa un lugar de importancia primordial en un edificio. Es la piedra por la que todas las demás se miden; es «la principal del ángulo» (Sal 118.22 rva).
El término puede usarse para indicar un orden temporal: «Principio (inicio, comienzo)» o «Primero». Un ejemplo de la segunda acepción está en Éx 12.2: «Este mes os será principio de los meses». En 1 Cr 16.7 el vocablo describe la «primera» en una serie de acciones: «Entonces, en aquel día, David comenzó a aclamar a Jehová por mano de Asaf y de sus hermanos».
Otro significado de este adjetivo es «previo» o «anterior»: «Al lugar del altar que había hecho allí antes» (Gn 13.4). En Gn 33.2 el término tiene un sentido de ubicación espacial: «Y puso las siervas y sus niños delante, luego a Lea y sus niños, y a Raquel y a José los últimos». En Lv 26.45 «antiguo» (rvr) quiere decir «antepasados» (bj, nbe): «Pero a favor de ellos me acordaré del pacto con sus antepasados, a quienes saqué de Egipto a la vista de las naciones» (rva). No obstante, en la mayoría de los casos, este adjetivo tiene un énfasis temporal.[75]
En la biblia el término "Cabeza" Representa:
Dios 1 Co 11.3
Cristo Ef 1.22
Esposo 1 Co 11.3,7
Protección Sal 140.7
Juicio Is 15.2
Confianza Lc 21.28
Orgullo Sal 83.2
Exaltación Sal 27.6 y Gozo y prosperidad Sal 23.5[76]
OTRA DEFINICIÓN DE CABEZA: La cabeza
no se considera como asiento del intelecto, sino como la fuente de la vida (Mt. 14.8, 11; Jn. 19.30). De este modo, levantar la cabeza significa otorgar vida en el sentido de éxito (Jue. 8.28; Sal. 27.6; Gn. 40.13, pero cf. el juego de palabras en el vv. 19), o esperarla en Dios mismo (Sal. 24.7, 9; Lc. 21.28). El acto de cubrir la cabeza con la mano, o con polvo y ceniza, significa duelo por la pérdida de la vida (2 S. 13.19; Lm. 2.10). Figuradamente, ser "cabeza" ("caudillo", °vrv2) denota superioridad de rango y autoridad sobre otro (Jue. 11.11; 2 S. 22.44); aunque cuando se habla de Cristo como cabeza de su cuerpo, o sea la iglesia (Ef. 5.23; Col. 2.19), de todo hombre (1 Co. 11.3), de todo el universo (hyper panta, Ef. 1.22), y de todo poder cósmico (Col. 2.10), y cuando se habla del hombre como cabeza de la mujer (1 Co. 11.3; Ef. 5.23; cf. Gn. 2.21s), predomina el significado básico de la cabeza como la fuente de la vida y la energía.
"La iglesia es el cuerpo de Cristo, y él es su cabeza (Ef. 4.15s); no se puede separar el uno del otro. En esta unidad de cabeza y cuerpo Cristo, la cabeza, dirige el crecimiento del cuerpo para sí; él no es simplemente la fuente del ser del cuerpo (1 Co. 10.16s), sino también la consumación de su vida (Ef. 4.15s), cf. * Piedra angular. De aquí surge que la lealtad a cualquier otro mediador espiritual, como estaba ocurriendo en Colosas, corta el vínculo vital entre los miembros y Cristo, la cabeza, que es la fuente de todo su ser (Col. 2.18s")
Sabemos que a Pablo, hay que leerlo en su contexto, pero ¿cómo explicar los textos en los que aparentemente Pablo "discrimina" según nuestra concepción actual, a la mujer?[77]En mi modesta opinión, el verdadero problema del pasaje no es tanto el Velo y el decoro de la mujer sino el aparente significado de la sumisión y la posición de la jerarquía familiar, por eso hemos definido el término "cabeza" para comprender mejor algo que no puede contradecirse en la analogía bíblica. La superioridad del hombre sobre la mujer no debería sostenerse.
Tratemos de unir el pensamiento de Pablo "en el Señor" manifestado claramente en (Gál 3.28) frente al pensamiento judío de la época que desarrolla en (I Cor 11.3-10) y partido en los versículos siguientes (11-16) donde establece la diferencia.[78]
La redención final, establecerá el orden original de todo lo creado.[79] Me parece oportuno comprender la época en la que Pablo desarrolla ésta instrucción para tratar de acercarnos a la cultura de la época: "En Oriente no participa la mujer en la vida pública; lo cual es también válido respecto al judaísmo del tiempo de Jesús, en todo caso respecto a las familias fieles a la Ley. Cuando la mujer judía de Jerusalén salía de casa, llevaba la cara cubierta con un tocado que comprendía dos velos sobre la cabeza, una diadema sobre la frente con cintas colgantes hasta la barbilla y una malla de cordones y nudos; de este modo no se podían reconocer los rasgos de su cara. Por eso una vez, según se dice, un sacerdote principal de Jerusalén no reconoció a su propia mujer al aplicarle el procedimiento prescrito para la mujer sospechosa de adulterio. La mujer que salía sin llevar la cabeza cubierta, es decir, sin el tocado que velaba el rostro, ofendía hasta tal punto las buenas costumbres que su marido tenía el derecho, incluso el deber, de despedirla, sin estar obligado a pagarle la suma estipulada, en caso de divorcio, en el contrato matrimonial. Había incluso mujeres tan estrictas que tampoco se descubrían en casa, como aquella Qimjit que, según se dice, vio a siete hijos llegar a sumos sacerdotes, lo que se consideró como una recompensa divina por su austeridad: «Que venga sobre mí (esto y aquello) si las vigas de mi casa han visto jamás mi cabellera». Sólo el día del matrimonio, si la esposa era virgen y no viuda, aparecía ésta en el cortejo con la cabeza desnuda."[80]
Veamos la pluma inspirada:
"El Señor ha constituido al esposo como cabeza de la esposa para que la proteja; él es el vínculo de la familia, el que une sus miembros, así como Cristo es cabeza de la iglesia y Salvador del cuerpo místico. Todo esposo que asevera amar a Dios debe estudiar cuidadosamente lo que Dios requiere de él en el puesto que ocupa. La autoridad de Cristo se ejerce con sabiduría, con toda bondad y amabilidad; así también ejerza su poder el esposo e imite a la gran Cabeza de la iglesia"[81]
Debemos considerar el hecho del contexto geográfico de la correspondencia corintia. Corinto había crecido rápidamente con más de medio millón de habitantes cuando Pablo la visita en su segundo viaje misionero, los romanos se habían visto obligados a reconstruirla después de haberla destruido un siglo antes, por su tremendo valor estratégico y comercial, con sus dos puertos y su innegable influencia.[82] Corinto era una ciudad donde la gente iba a pasarlo bien, y con su Templo Afrodita y sus sacerdotisas, sin duda el aspecto de la vestimenta y el decoro en la mujer requería su importancia.[83] Es importante para conocer el contexto del pasaje que estamos analizando, cómo era el entorno de Corinto, donde toda la brutalidad de occidente y toda la sensualidad del oriente se encontraban y se unían.[84]
Conclusiones
Es extraordinaria la manera en la que hace uso de los temas Pablo en I Corintios: La Iglesia es el cuerpo de Cristo, y por ello debe haber unidad entre aquellos que admiten una fe trinitaria; y es trágico cuando aquellos ajenos a la iglesia ven que los cristianos se enfrentan unos con otros. Tenemos conocimiento de una carta que viajó en la dirección contraria unos 80 años después (170 dc) aprox. De Dionisio, obispo de Corinto, a la iglesia de roma. Eusebio que estaba interesado en los martirios de Pedro y Pablo en Roma, cita ésta carta y corroboran un ministerio fructífero de Pablo.[85]
"Tres veces fui azotado con varas; una vez apedreado; tres veces naufragué, un día y una noche pasé en el abismo. Viajes frecuentes; peligros de ríos; peligros de salteadores; peligros de los de mi raza; peligros de los gentiles; peligros en ciudad; peligros en despoblado; peligros por mar; peligros entre falsos hermanos; trabajo y fatiga; noches sin dormir, muchas veces; hambre y sed; muchos días sin comer; frío y desnudez."[86]
Hemos tratado de descubrir las intenciones de Pablo respecto al concepto de lo femenino, hemos analizado una problemática relacionada con el velo en la mujer, relacionándolo con el servicio religioso y hemos intentado llegar a conclusiones piadosas y llenas de sentido analógico.
Hemos intentado mostrar datos históricos de la época antigua en el Imperio Romano, así como descripciones geográficas de la ciudad de Corinto y conceptos que aparecen en el pasaje escogido. Hemos buscado el pensamiento de Pablo en relación a la problemática con os gentiles sumergiéndonos brevemente en la mente del apóstol del corazón liberado.
El contexto del cristianismo del siglo I es de suma importancia y la vida de la Iglesia de ese momento. Los principios del decoro en la mujer deben permanecer hasta nuestros días, aplicándolos a nuestra época, si bien han cambiado las formas como es lógico y ya no es preciso ni necesario usar velos, al igual que la vestimenta ha ido evolucionando. No pensamos que haya obligatoriedad en el susodicho, así como Moisés se descalzó ante la "zarza" ardiente, no concluimos por eso que debamos descalzarnos en el templo, así entendemos que el velo en cuestión tiene su contexto determinado.
En suma, hemos disfrutado muchísimo estudiando el asunto desde los distintos comentarios que hemos ido comprobando y podemos afirmar desde nuestro punto de vista estudiantil que se tarta de antiguas costumbres y principios modernos. Rechazar los consejos de Pablo podía haber desacreditado a la Iglesia. Nuestra identidad y nuestro decoro ante el Señor deben permanecer siempre. Señales de reverencia y respeto.
Consideramos que el pensamiento del señor no siempre coincide con el pensamiento judío, o gentil o individual o incluso institucional. Por eso, después del tiempo transcurrido y con la perspectiva que el mismo momento te da, la enseñanza es importante y enriquecedora. Se éste nuestro apunte y sueño, que podamos entender mejor la reverencia y el respeto en nuestras iglesias y con nuestras oradoras.[87]Quiero terminar con un pensamiento encontrado en Pablo, en (Col 1.15-20):
"(TLA) — 15 Cristo es el Hijo de Dios, y existe desde antes de la creación del mundo; él es la imagen del Dios que no podemos ver. 16 Por medio de él, Dios creó todo lo que hay en el cielo y en la tierra, lo que puede verse y lo que no se puede ver, y también los espíritus poderosos que tienen dominio y autoridad. En pocas palabras: Dios creó todo por medio de Cristo y para Cristo. 17 Cristo existía antes de todas las cosas. Por medio de él, todo se mantiene en orden, 18 y él gobierna a su iglesia y le da vida. Él es la cabeza, y la iglesia es su cuerpo. Cristo es el principio de todas las cosas. Por eso él fue el primero en resucitar, para que ocupe el primer lugar en todo. 19 Y en él se encuentra todo el poder divino. 20 Por medio de Cristo, Dios hizo que todo el universo volviera a estar en paz con él. Y esto lo hizo posible por medio de la muerte de su Hijo en la cruz."
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Autor:
Diego Calvo Merino
Asignatura: Epístolas
Profesor: Dr. Miguel Ángel Roig
FACULTAD ADVENTISTA DE TEOLOGÍA
CAMPUS ADVENTISTA DE SAGUNTO
Marzo 2012
[1] BATCHELOR, Mary. Abramos La Biblia. Miami: Sociedades Bi´blicas Unidas, 2000.
[2] Gén 24.65
[3] Trataremos de considerar la influencia de la costumbre en el uso del velo para comprender mejor a Pablo. GOWER R. Usos y costumbres de los tiempos bíblicos. . Michigan: Portavoz, 1990, p. 15-16
[4] Pedro dice que Pablo escribe algunas cosas difíciles de entender. Cf. (2 Ped 3.16)
[5] George Eldon Ladd (1911-1982) fue un ministro bautista y profesor de exégesis del Nuevo Testamento y teología en el Seminario Teológico Fuller en Pasadena, California. Se ordenó en 1933 y actuó como pastor en Nueva Inglaterra de 1936 a 1945. Fué instructor en el Gordon College of Theology and Missions de Massachusetts entre 1942 a 1945. Fue profesor asociado de griego y Nuevo Testamento entre de 1946 a 1950. En 1952 se convirtió en profesor de teología bíblica. Falleció a causa de una cirrosis. Su obra mejor conocida, A Theology of the New Testament, ha sido usada por miles de estudiantes de seminario desde su publicación en 1974. Esta obra fue mejorada y actualizada por Donald A. Hagner en 1993. LADD G.E. Critica del Nuevo Testament. Texas: Mundo Hispano, 2001, p. 29
[6] CBA Tomo VI edición digital mediante el programa de software gratuito jóvenes cristianos. Magistral exposición adventista sobre el susodicho aunque incompleta en algunas cuestiones fuertemente debatidas.
[7] CANCLINI, A. Comentario bíblico del continente nuevo: Miami, Unilit,1995, p 171
[8] Seguramente mi breve comentario, está lleno de lagunas que intentaremos desarrollar a través de la investigación del pasaje encontrado en I Cor 11.2-6
[9]
[10]
[11] Shogren, G. (2005). Introduccio´n al Griego del Nuevo Testamento. Ridley Park, Pennsylvania: Stylus Publishing.
[12]
[13]
[14] Op. Cit .Hanna, R. (2010). Sintaxis exege´tica del Nuevo Testamento griego (segunda edicio´n, 2010) (115). El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano.
[15]
[16] Op. Cit pág (185). El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano.
[17] Versión que emplearemos Reina Valera revisada 1960
[18] Nelson, W. M., & Mayo, J. R. (2000).Nuevo diccionario ilustrado de la Biblia (electronic ed.). Nashville: Editorial Caribe.
[19] Vine, W. (2000). Vine diccionario expositivo de palabras del Antiguo y del Neuvo Testamento exhaustivo (electronic ed.). Nashville: Editorial Caribe.
[20]
[21]
[22]
[23]
[24]
[25] Diccionario general de la lengua espan~ola Vox. 1997. Barcelona: Biblograf, S.A.; Tecnolingua, S.L.
[26] Strong, J. (2002). Nueva concordancia Strong exhaustiva: Diccionario (122). Nashville, TN: Caribe. Pág 122
[27] Lockward, A. (2003). Nuevo diccionario de la Biblia. (898). Miami: Editorial Unilit.
[28] El color más destacado es el azul que se corresponde con el término más utilizado en la versión Bíblica.
[29] Hemos enumerado las veces que el término “VELO” aparece en la Escritura según versión citada
[30] Diferentes términos asociados al velo como verbo y como sustantivo que aparecen en la escritura
[31] Evidentemente algunos textos no tendrán relación con el vestido pero sí con la veneración, y el verbo velar, que veremos su relación más adelante con el uso del velo como elemento de adoración y respeto.
[32] Página
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