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Significado y valor espiritual del humor (página 2)

Enviado por Diego Dotto


Partes: 1, 2

Brincó y brincó y se lo estaba pasando tan bien que se apartó del camino y se adentró en un bosque donde -¡oh, no!-fue a saltar directamente a un ortigal.

-¡Ay! -gritó-. ¡Oh, cómo me pica! -chilló-. ¡Socorro! ¡Socorro! El alboroto de los gritos despertó a Coyote Dick y, cuando éste bajó la mano para poner en marcha su corazón con la acostumbrada manivela ¡ésta había desaparecido! Coyote Dick bajó corriendo por el camino sosteniéndose la entrepierna con las manos y llegó finalmente al lugar donde se encontraba su pene en la situación más apurada que imaginar se pueda. Coyote Dick sacó amorosamente su aventurero miembro de entre las ortigas, le dio unas palmadas para calmarlo y se lo volvió a colocar en su sitio.

Old Red se rió tanto que hasta le dio un acceso de tos y los ojos le salieron de las órbitas.

-Y éste es el cuento de Coyote Dick. Willowdean le recordó:

-Has olvidado contarle el final.

-¿Qué final? Ya le he contado el final -masculló Old Red.

-Has olvidado contarle el verdadero final del cuento, viejo bidón de gasolina.

-Pues, ya que lo recuerdas tan bien, cuéntaselo tú.

Sonó el timbre de la puerta y el viejo se levantó de su desvencijada silla.

Willowdean me miró directamente a la cara con los ojos brillando como luceros.

-El final del cuento es la moraleja.

En aquel momento, Baubo se apoderó de Willowdean, pues ésta empezó a reírse por lo bajo, a continuación, soltó una carcajada y, finalmente, estalló en una risotada del vientre tan prolongada que le asomaron las lágrimas a los ojos y tardó dos minutos en pronunciar estas últimas tres frases, repitiendo cada palabra dos o tres veces entre jadeos entrecortados.

-La moraleja es que aquellas ortigas, cuando Coyote Dick se apartó de ellas, le provocaron picor en la picha por siempre jamás. Y es por eso por lo que los hombres siempre se acercan como el que no quiere la cosa a las mujeres para restregarse contra ellas y ponen cara de "Uy, cuánto me pica". Porque, mire usted, a esta picha universal le pica todo desde la primera vez que se escapó.

No sé muy bien qué es lo que me llamó la atención, pero el caso es que ambas permanecimos sentadas en la cocina gritando de risa y golpeando la mesa con las palmas de las manos hasta quedarnos casi sin fuerzas.

Después, aquella sensación me recordó la que una persona experimenta cuando se acaba de comer un buen manojo de rábanos.

Creo que ésa es la clase de cuento que contó Baubo. En su repertorio se incluye cualquier cosa que haga desternillarse de risa a las mujeres sin que les importe enseñar las amígdalas y dejar que les cuelgue el vientre y se les estremezcan los pechos. La risa de carácter sexual tiene algo que la distingue de cualquier otra risa provocada por cosas más inocuas. Una risa sexual penetra muy adentro de la psique, hace vibrar todo lo que está suelto, juega sobre nuestros huesos y hace que una deliciosa sensación nos recorra todo el cuerpo. Es una forma de placer salvaje que pertenece al repertorio psíquico de todas las mujeres.

Lo sagrado y lo sensual/sexual viven muy cerca el uno del otro en la psique, pues ambos entran en acción cuando el sujeto experimenta una sensación de asombro causada no por la intelectualización de algo sino por la percepción de algo que recorre los caminos físicos del cuerpo, algo que por un instante o en todo momento, ya sea un beso, una visión, una risa del vientre o cualquier otra cosa, nos hace cambiar, nos sacude, nos lleva a la cumbre, nos suaviza las arrugas y nos ofrece un paso de baile, un silbido, un auténtico estallido de vida.

En lo sagrado, lo obsceno y lo sexual siempre hay una risa salvaje esperando, un breve paso de silenciosa risa, o de desagradable risa de bruja, o un jadeo que es una carcajada, o una risa salvaje y animal, o un gorjeo que es como un recorrido por la escala musical. La risa es la cara oculta de la sexualidad de las mujeres; tiene carácter físico, es elemental, apasionada, revitalizadora y, por consiguiente, excitante. Es una especie de momentánea sexualidad de la alegría, un verdadero amor sensual que vuela libremente, vive, muere y renace por obra de su propia energía. Es sagrado porque es curativo. Es sensual porque despierta el cuerpo y las emociones. Es sexual porque resulta excitante y provoca oleadas de placer. No es unidimensional, pues la risa es algo que una persona comparte consigo misma y con muchas otras personas. Es la sexualidad más salvaje de la mujer. Vamos echar otro vistazo a los cuentos femeninos y a las diosas obscenas.

He aquí un cuento que yo descubrí de niña. Es asombroso la de cosas que pueden oír los niños sin que los mayores se enteren.

Una excursión a Ruanda Yo tenía unos doce años y estábamos en el lago Big Bass de Michigan. Después de preparar el desayuno y el almuerzo para cuarenta personas, todas mis simpáticas y rollizas parientes, mi madre y mis tías, se tendieron a tomar el sol en unas tumbonas y empezaron a charlar y a reírse entre sí. Los hombres estaban "pescando", es decir, se habían largado a alguna parte para bromear y contarse sus chistes y sus cuentos. Yo estaba jugando cerca de las mujeres.

De repente, oí unos gritos estridentes. Alarmada, corrí al lugar donde estaban las mujeres. Pero no las vi llorando de dolor sino riéndose. Entre chillidos, una de mis tías repetía cada vez que lograba recuperar el resuello: "… ¡se taparon la cara!… ¡se taparon la cara!". Aquella misteriosa frase les volvió a provocar renovados accesos de risa.

Gritaban, se atragantaban y no paraban de reírse. Sobre el regazo de una de mis tías vi una revista. Más tarde, mientras las mujeres dormitaban bajo el sol, tiré de la revista de debajo de su mano dormida, me tendí bajo la tumbona y empecé a leer con los ojos enormemente abiertos a cau sa de] asombro. En la página se relataba una anécdota de la Segunda Guerra Mundial. Decía más o menos:

El general Eisenhower tenía que efectuar una visita a sus tropas de Ruanda. [Hubiera podido ser Borneo. Hubiera podido ser el general MacArthur. Los nombres significaban muy poco para mí por aquel entonces.] El gobernador quería que todas las nativas se alineaban al borde de la carretera de tierra y saludaran y vitorearan a Eisenhower cuando éste pasara en su Jeep. El único problema era que las nativas sólo llevaban encima un collar de cuentas y, a veces, un pequeño cinturón de cuero.

No, no, eso no podía ser de ninguna manera. El gobernador mandó llamar al jefe de la tribu y le expuso su apurada situación.

-No se preocupe -le dijo el jefe de la tribu.

Si el gobernador le pudiera proporcionar varias docenas de faldas y blusas, él se encargaría de que las mujeres se las pusieran en ocasión de aquel trascendental acontecimiento. El gobernador y los misioneros de la zona consiguieron proporcionárselas.

Sin embargo, el día del gran desfile, pocos minutos antes del paso de Eisenhower por la carretera a bordo de su Jeep, descubrieron que las nativas se habían puesto las faldas, pero, como las blusas no les gustaban, se las habían dejado en casa, por lo cual todas ellas se apretujaban a ambos lados de la carretera vestidas con las faldas pero con los pechos al aire y sin ninguna otra prenda ni el menor asomo de ropa interior.

Al gobernador por poco le da un ataque de apoplejía al enterarse, Por lo que mandó llamar al jefe de la tribu, el cual le aseguró que la jefa de la tribu había hablado con él y le había asegurado a su vez que las mujeres habían accedido a cubrirse los pechos cuando pasara el general.

-¿Estás seguro? -rugió el gobernador.

-Estoy seguro. Muy, muy seguro -contestó el jefe de la tribu.

Bueno pues, ya no quedaba tiempo para discutir y sólo cabe imaginar la reacción del general Eisenhower cuando su Jeep avanzó traqueteando por la carretera y, una tras otra, las mujeres se fueron levantando graciosamente la parte delantera de la holgada falda para taparse la cara con ella.

Tendida bajo la tumbona, reprimí la risa. Era el cuento más tonto que jamás en mi vida hubiera oído. Era un cuento maravilloso, un cuento emocionante. Pero intuitivamente comprendí que también era algo prohibido, por lo que me lo guardé para mí sola durante muchos años. Y a veces, en momentos de tensión o dificultad, antes de presentarme a los exá menes universitarios, pensaba en las mujeres de Ruanda que se habían cubierto la cara con las faldas y sin duda se debían de haber partido de risa detrás de ellas. Y entonces me reía y me sentía centrada, fuerte y rebosante de sentido práctico.

Éste es sin duda otro de las beneficios de las bromas y de las risas compartidas entre mujeres. Todo se convierte en una medicina para los tiempos difíciles, en un tónico para más tarde. Es una diversión buena, limpia y guarra. ¿Cabe imaginar lo sexual y lo irreverente como algo sagrado? Sí, sobre todo cuando son medicinales y favorecen la integridad y la reparación del corazón. Jung observó que, cuando alguien acudía a su consulta quejándose de algún trastorno sexual, la mayoría de las veces el trastorno era un problema del espíritu y del alma. Y, cuando alguien le hablaba de un problema espiritual, el verdadero problema solía ser de carácter sexual. En este sentido, la sexualidad se puede considerar una medicina para el espíritu y, por consiguiente, algo sagrado. Cuando la risa sexual es un remedio, se convierte en una risa sagrada. Y cualquier cosa que provoque una risa curativa también es sagrada. Cuando la risa ayuda sin causar daño, cuando una risa ilumina, realinea, reordena y reafirma el poder y la fuerza, es una risa saludable. Cuando la risa hace que la gente se alegre de estar viva y de estar ahí, más conciente del amor y fortalecida por el eros, cuando disipa su tristeza y la libra de la furia, es una risa sagrada. Cuando la gente se siente más grande y mejor, más generosa y sensible, la risa es sagrada. En el arquetipo de la Mujer Salvaje hay mucho espacio para la naturaleza de las diosas obscenas. En la naturaleza salvaje, lo sagrado y lo irreverente, lo sagrado y lo sexual, no están separados entre sí sino que viven Juntos Y yo me los imagino como un grupo de mujeres muy viejas que esperan al final del camino a que nosotras pasemos por allí. Están allí en la psique esperando a que pasemos, contándose mutuamente sus cuentos y riéndose como locas."

Humorismo celestial y la intra-ascendencia del hombre

" El maestro estaba de un talante comunicativo, y por eso sus discípulos trataron de que les hiciera saber las fases por las que había pasado en su búsqueda de la divinidad.

Primero, les dijo: Dios me condujo de la mano al País de la Acción, donde permanecí una serie de a- ños. Luego volvió y me condujo al País de la Aflic- ción, y allí viví hasta que mi corazón quedó purifica- do de toda afección desordenada. Entonces, fue cuando me ví en el País del Amor, cuyas ardientes llamas consumieron cuanto quedaba en mí de egoís- mo. Tras de lo cual, accedí al País del Silencio, donde se desvelaron ante mis asombrados ojos, los misterios de la vida y de la muerte.

¿Y fue ésta la fase final de tu búsqueda?, le pregun- taron.

No, respondió el Maestro. Un día dijo Dios: Hoy voy a llevarte al santuario más escondido del Templo, al corazón del propio Dios…

Y fuí conducido al País de la Risa."

"Historias Zen", de Taisen Deshimaru

(http://www.culturamarcial.com.ar/taisen-deshimaru/57-el-mundo-de-la-risa)

¿Son el humor, la risa, el regocijo, una dote únicamente humana?

No -nos dice el Libro de Urantia- son unos de los tantos puentes que conducen hacia Dios, y para ello, existen Seres celestiales que tienen la misión de ayudar a construir ese puente….(será posible?)

  • Espíritus elevadores hacia el País de la Risa: Los Directores de Reversión

  • " Los Directores de Reversión son los promotores del descanso y del humor —la reversión a recuerdos pasados. Son de gran utilidad en la operación práctica del esquema ascendente de la progresión mortal, especialmente durante las primeras fases de la transición morontial (estado intermedio entre lo material y lo espiritual) y de la experiencia espiritual. Su historia pertenece a la narrativa de la carrera mortal en el universo local. " (pág. 339)

    • Tal vez entenderíais mejor el trabajo de los directores de reversión si los comparáramos con los tipos más elevados de los humoristas en Urantia, aunque sería una forma enormemente burda y un tanto desafortunada de intentar transmitir la idea de la función de estos directores de cambio y recreación, estos ministros del humor excelso de los reinos morontiales (referido al alma) y los de espíritu." (pág. 547)

    • Pero los directores de reversión de los reinos no se ocupan exclusivamente de ilustrar el humorismo elevado de varias órdenes de seres inteligentes; también se ocupan del liderazgo de la diversión, la recreación espiritual y el entretenimiento morontial." (pág. 548)

    • La función del humor en el País de la Acción: El desapego de la propia importancia

    " Es posible reír si nos desplazamos hacia el lugar desde el cual podemos contemplar y contemplar- nos desde otro ángulo. Es decir que el humor es posible, si somos capaces de abandonar por un momento el lugar del ego."

    Cristina Papaleo (Portal de Filosofía)

    • Toda Satania (sistema local de mundos), durante los períodos de recreación, aquellos períodos cuando los habitantes renuevan en forma refrescante los recuerdos de una etapa inferior de la existencia, se edifica gracias al placentero humorismo del cuerpo de directores de reversión proveniente de Urantia. El sentido del humor celestial nos acompaña siempre, aun cuando nos encontramos ocupados en la más difícil de las asignaciones. Previene un desarrollo excesivo de la sensación de nuestra propia importancia. Pero no lo desencadenamos libremente, como se podría decir, no «nos divertimos», lo hacemos solamente cuando estamos en un período de recreo de las asignaciones serias de nuestras respectivas órdenes.

    Cuando tenemos la tentación de magnificar nuestra propia importancia, si nos detenemos para contemplar la infinitud de la grandeza y magnitud de nuestros Hacedores, nuestra propia autoglorificación se torna sublimemente ridícula, lindando aun con lo cómico. Una de las funciones del humorismo consiste en ayudarnos a todos a que nos tomemos menos en serio. El humorismo es el antídoto divino contra la exaltación del ego." (pág. 549)

    • La necesidad de la recreación y diversión del humorismo es mayor en aquellas órdenes de seres ascendentes sometidas a una tensión sostenida en sus luchas hacia arriba. Los dos extremos de la vida tienen poca necesidad de recreación humorística. Los hombres primitivos no tienen capacidad para el humorismo, y los seres de perfección paradisiaca no tienen necesidad del mismo. Las huestes de Havona (el Universo central y perfecto) constituyen por naturaleza una agrupación regocijada y alegre de personalidades supremamente felices. En el Paraíso la calidad de la adoración elimina la necesidad de las actividades de reversión. Pero entre aquellos que comienzan sus carreras muy por debajo del objetivo de la perfección paradisiaca, hay amplio lugar para el ministerio de los directores de reversión.

    Cuanto más alta la especie mortal, mayor la tensión y más grande la capacidad para el humorismo, así como también la necesidad del mismo. En el mundo de espíritu lo opuesto es verdad: cuanto más alto ascendemos, menor es la necesidad de las diversiones de las experiencias de reversión. Pero procediendo hacia abajo en la escala de la vida de espíritu, desde el Paraíso hasta las huestes seráficas, existe una necesidad en aumento de la misión de la hilaridad y el ministerio de la alegría. Aquellos seres que más necesitan la acción refrescante de la reversión periódica al estado intelectual de experiencias previas son los tipos más elevados de las especies humanas, los morontianos, los ángeles, y los Hijos Materiales, juntamente con otros tipos similares de personalidad.

    El humorismo debe funcionar como válvula automática de seguridad para prevenir la acumulación de presiones excesivas debidas a la monotonía de una autocontemplación sostenida y grave asociada con la intensa lucha por el progreso evolucionario y el logro elevado. El humor funciona también para disminuir la impresión del impacto inesperado del hecho o de la verdad, del hecho rígido y de la verdad flexible y eternamente viva. La personalidad mortal, que no está nunca segura de lo que encontrará en lo próximo, capta rápidamente a través del humorismo —llega al objetivo y logra el esclarecimiento— la naturaleza inesperada de la situación, sea ésta hecho o verdad." (pág. 549)

    • Rumbo al País del Amor: El supra-humor

    • Nuestro humor comprende tres niveles generales de apreciación:

    • Bromas de reminiscencias. Ocurrencias que nacen de los recuerdos de episodios basados en la propia experiencia de combate, lucha, y a veces temor, y frecuentemente tonta ansiedad infantil. Para nosotros, esta fase del humor deriva de la capacidad profunda y constante de extraer material de recuerdo del pasado para sazonar placenteramente y aligerar de otras maneras las pesadas cargas del presente.

    Humorismo corriente. La falta de sentido de mucho de lo que tan frecuentemente nos produce preocupaciones serias, el regocijo de descubrir la falta de importancia de muchas de

    nuestras ansiedades personales graves. Apreciamos mejor esta fase del humorismo cuando somos capaces de abandonar las ansiedades del presente en favor de las certezas del futuro.

    • Regocijo profético. Tal vez sea difícil para los mortales visualizar esta fase del humorismo, pero obtenemos una satisfacción específica de la certeza de que «todas las cosas funcionan para el bien» —para los espíritus y los seres morontiales así como también para los mortales. Este aspecto del humorismo celestial nace de nuestra fe en la protección amante de nuestros superiores y en la estabilidad divina de nuestros Directores Supremos." (pág. 547)

    Humor y Seres de Luz

    Un ejemplo de cómo la risa, la diversión y lo espiritual se relacionan estrechamente, se encuentra en un pasaje del libro "AURORA, esencia cósmica curativa", pág. 60. Nos cuenta allí Trigueirinho:

    " Algunos seres que, como el Padre Pío, pasaron a vivir en la civilización intraterrena de AURORA, se materializan cuando es necesario y se comunican, como ya dijimos, con los hombres de la superficie. Salvador, Maia, Nicolás, Andrés, Eia y el mismo Padre Pío componen un grupo y son conocidos por la última encarnación que tuvieron en la Tierra. Nicolás es el coordinador de los trabajos en el nivel en que esos seres existen hoy y, según se sabe, en su vida terrestre fue humorista. A través del don de hacer reír, reunía personas que gustaban de la diversión. Cuando estaban todas reunidas en grupos, Andrés -su compañero de trabajo– les hablaba de asuntos espirituales. Así, trabajan juntos desde el período en el que estaban en la Tierra , ahora continúan en AURORA, sólo que desempeñando nuevas funciones. Durante mi paso por la estancia, tuve oportunidad de tomar contacto con ellos en el plano físico, cuando se materializaron como luces. En esa forma externa, creada para la ocasión, Nicolás me saludaba, deslizándose por el horizonte, a la hora del crepúsculo. En la segunda noche que pasé allí, también vino Andrés, bajo la forma de una luz, un poco menor. La energía de amor se expandía allí libremente. "

    El maestro del buen humor

    Mientras organizaba los textos para esta sección, me preguntaba si habría alguien en este planeta pidiendo a Dios por humor. Por ejemplo: "Padre, si es posible, ayúdanos a desarrollar la paz, la alegría y el buen humor necesarios para hacer mejor este mundo".

    Los textos tomados del Libro de Urantia, transcriptos aquí, describen a Jesús como un maestro del buen humor: "No describáis a vuestro Maestro como varón de dolores. Las futuras generaciones deben conocer también nuestra felicidad radiante, el entusiasmo de nuestra buena voluntad, y la inspiración de nuestro buen humor. Proclamamos un mensaje de buenas noticias, contagioso en su poder transformador. Nuestra religión late con nueva vida y nuevos significados. Los que aceptan esta enseñanza se llenan de alegría y su corazón los impulsa a regocijarse para siempre. Una felicidad en crecimiento constante es siempre la experiencia de todos los que están seguros de Dios." (pág. 1766)

    En la niñez

    " EL SÉPTIMO AÑO (AÑO 1 d. de J.C.)

    Éste fue en realidad un año lleno de acontecimientos en la vida de Jesús. A principios de enero hubo una gran tormenta de nieve en Galilea. La nieve se acumuló más de medio metro, la más grande tormenta de nieve que Jesús viera durante toda su vida y una de las más grandes que ocurrieran en Nazaret en cien años.

    La vida recreativa de los niños judíos en los tiempos de Jesús estaba bastante limitada; con frecuencia los niños jugaban imitando las actividades serias que observaban en los adultos. Mucho jugaban a bodas y funerales, ceremonias que presenciaban con tanta frecuencia y que les resultaban tan espectaculares. Bailaban y cantaban, pero contaban con pocos juegos organizados como los que disfrutan los niños de generaciones más recientes.

    A Jesús, en compañía de un niño vecino y después a su hermano Santiago, les encantaba jugar en el rincón más alejado del taller de carpintería de la familia, donde se divertían con el aserrín y los trozos de madera. Le resultaba siempre difícil a Jesús comprender por qué ciertos tipos de juegos estaban mal y eran prohibidos el sábado, pero nunca dejó de conformarse a los deseos de sus padres. Tenía gran capacidad para los juegos y mucho sentido del humor que pocas veces podía expresar en el medio ambiente de su tiempo y generación; pero hasta los catorce años durante la mayor parte del tiempo se mostró alegre y de buen humor. " (pág. 1361)

    En la juventud

    Jesús se proponía quedarse con Juan durante toda la semana de la fiesta de los tabernáculos. Esta fiesta era la fiesta anual de toda Palestina; era la época de las vacacione de los judíos. Aunque Jesús no participó del júbilo de la ocasión, era evidente que se complacía y experimentaba satisfacción al contemplar la alegría y el gozoso abandono de jóvenes y ancianos." (pág. 1495)

    Durante su ministerio

    • Jesús era decidido, persistente y completamente dedicado al cumplimiento de su misión, pero no era un estoico sin sentimientos ni compasión. Siempre buscaba aspectos de alegría en sus experiencias de vida, pero no era un optimista ciego que se engañara a sí mismo. El Maestro sabía todo lo que le ocurriría, y no temía. Después de otorgar esta paz a cada uno de sus seguidores, podía decir en forma consecuente: «Que no se atribule vuestro corazón, y que no temáis»." (pág. 1954)

    • Jesús mucho disfrutaba del agudo sentido del humor que exhibían estos gentiles. Fue el sentido del humor demostrado por Norana, la mujer siria, así como también su gran fe persistente, lo que tanto conmovió el corazón del Maestro y atrajo su misericordia. Jesús mucho lamentaba que su gente —los judíos— fueran tan faltos de humor. Cierta vez le dijo a Tomás: «Mi pueblo se toma a sí mismo demasiado en serio; casi son incapaces de apreciar el humor. La opresiva religión de los fariseos no podría haberse originado en un pueblo con sentido del humor. Les falta visión de conjunto; cuelan el mosquito y se tragan el camello.»" (pág. 1736)

    " Cuando los altos sacerdotes se enteraron de esta cena en Betania en honor de Jesús y Lázaro, consultaron entre ellos para ver qué debían hacer con Lázaro. Y finalmente decidieron que Lázaro también debía morir. Concluyeron atinadamente que sería inútil matar a Jesús si permitían que Lázaro, a quien Jesús había resucitado de entre los muertos, siguiera viviendo………Lázaro, pocos días después, huyó a Filadelfia, cuando los oficiales del Sanedrín enviaron a varios hombres para que lo arrestaran.

    En cierto modo, todos los seguidores de Jesús tenían la sensación de una crisis inminente, pero no se percataron plenamente de la seriedad de la situación, debido al tono inusitadamente alegre y al excepcional buen humor del Maestro." ( pág. 1880 )

    " En las conferencias nocturnas en el Monte Gerizim, Jesús enseñó muchas grandes verdades y en particular, acentuó lo siguiente:…………La adoración – la contemplación de lo espiritual – debe alternar con el servicio, el contacto con la realidad material. El trabajo debe alternar con el esparcimiento; la religión debe ser equilibrada por el buen humor. " ( pág. 1616)

    Durante las últimas horas antes de la crucifixión

    • El ambiente del campamento estaba cargado de una tensión inexplicable. Mensajeros silenciosos iban y venían, comunicándose únicamente con David Zebedeo. Antes de que pasara la noche, supieron algunos que Lázaro había huido de prisa de Betania. Juan Marcos estaba siniestramente taciturno después de volver al campamento, a pesar de que había pasado el día entero en compañía del Maestro. Todo esfuerzo por persuadirlo a que hablara sólo indicó claramente que Jesús le había dicho que no hablara.

    • Aun el buen humor y la sociabilidad poco usual del Maestro, los llenaba de temor. Todos sentían la amenazante proximidad del terrible aislamiento que pronto descendería sobre ellos en forma repentina y aplastante y con terror ineludible. Sentían vagamente lo que estaba por ocurrir, y ninguno se sentía preparado para enfrentarse a la prueba. El Maestro había estado ausente todo el día; lo habían extrañado entrañablemente." (pág. 1927)

      • No muchos de los oyentes del Maestro pudieron comprender tan siquiera una parte de su disertación matutina. De todos los que lo oyeron, los griegos fueron los que más comprendieron. Aun los once apóstoles estaban confundidos por sus alusiones a futuros reinos políticos y a generaciones sucesivas de creyentes en el reino. Los seguidores más devotos de Jesús no podían reconciliar el fin inminente de su ministerio terrenal con estas referencias a un futuro lejano de actividades evangelísticas. Algunos de estos creyentes judíos estaban comenzando a percibir que estaba a punto de ocurrir la mayor tragedia de la tierra, pero no podían reconciliar tal desastre inminente ni con la actitud personal alegremente indiferente del Maestro, ni con su discurso matutino, en el cual aludió repetidas veces a transacciones futuras del reino celestial, que parecía abarcar amplios períodos de tiempo y comprendía relaciones con muchos y sucesivos reinos temporales en la tierra." (pág. 1932)

      – Los Apóstoles y el humor

      • A Simón el Zelote se le puso a cargo de la recreación y esparcimiento. Preparaba el programa de los miércoles y también buscaba proporcionar unas pocas horas de esparcimiento y diversión cada día." (pág. 1547)

      • En muchos aspectos Natanael era el genio excéntrico de los doce. Era el filósofo apostólico y el soñador, pero era un tipo muy práctico de soñador. Alternaba entre períodos de filosofía profunda y manifestaciones de un sentido del humor original y poco común; con el estado de ánimo apropiado, era probablemente, el mejor narrador de historias entre los doce. Jesús disfrutaba enormemente escuchando a Natanael conversar de cosas tanto serias como frívolas. Natanael progresivamente fue tomando más seriamente a Jesús y el reino, pero nunca se tomó a sí mismo demasiado en serio.

      Todos los apóstoles amaban y respetaban a Natanael, y él se llevaba muy bien con todos ellos, excepto con Judas Iscariote. Judas no creía que Natanael se tomaba su apostolado suficientemente en serio y una vez tuvo la temeridad de ir secretamente a Jesús y quejarse en contra de él. Jesús le dijo: «Judas, vigila cuidadosamente tus pasos; no exageres tu cargo.

      ¿Quién entre nosotros puede juzgar a su hermano? No es la voluntad del Padre que sus hijos deban participar solamente de las cosas serias de la vida. Déjame repetirte: he venido para que mis hermanos en la carne puedan tener más gozo, alegría y abundancia de vida. Vete pues, Judas, y haz bien lo que se te ha encomendado, pero deja que Natanael, tu hermano, le rinda cuenta de sí mismo a Dios». El recuerdo de este episodio, juntamente con el de otras experiencias similares, vivió por mucho tiempo en el corazón iluso de Judas Iscariote. Muchas veces, cuando Jesús se iba a la montaña con Pedro, Santiago y Juan, y había tensión y confusión entre los apóstoles, e incluso Andrés no sabía qué decir a sus desconsolados hermanos, Natanael aliviaba la tensión con una pizca de filosofía o un granito de humor; de buen humor, también.

      El deber de Natanael era velar sobre el bienestar de las familias de los doce. Frecuentemente estaba ausente de los concilios apostólicos, porque en cuanto se enteraba de

      una enfermedad o de algún acontecimiento fuera de lo común que afectaba a una de las personas a su cargo, no perdía tiempo en llegar a esa casa. Los doce estaban tranquilos, porque sabían que, en manos de Natanael, el bienestar de sus familias estaba a salvo." (pág. 1558)

      " Por este tiempo se desarrolló entre los apóstoles y sus discípulos asociados inmediatos, un estado de gran tensión nerviosa y emocional. Aún no se habían acostumbrado a convivir y trabajar juntos. Les resultaba cada vez más difícil mantener relaciones armoniosas con los discípulos de Juan. El contacto con los gentiles y samaritanos era una dura tribulación para estos judíos. Más aún, las recientes declaraciones de Jesús habían contribuido a la perturbación de su mente. Andrés estaba casi fuera de sí; ya no sabía qué hacer, y por eso recurrió al Maestro con sus problemas y perplejidades. Cuando Jesús hubo escuchado a su jefe apostólico relatar sus problemas, dijo: «Andrés, no puedes disuadir a la gente de sus incertidumbres cuando han llegado a tal comportamiento y cuando tantas personas con sentimientos tan fuertes están inmiscuidas. No puedo hacer lo que tú me pides —no deseo participar en estas dificultades sociales personales— pero os acompañaré en disfrutar un período de tres días de descanso y esparcimiento. Ve a tus hermanos y anúnciales que iremos todos al Monte Sartaba, donde deseo descansar por uno o dos días.

      «Pero debes dirigirte a cada uno de tus once hermanos en privado, diciéndoles: `el Maestro desea que nos apartemos con él por una temporada para descansar y calmarnos. Puesto que todos hemos pasado por un período de desazón espiritual y tensión mental, sugiero que no mencionemos estas tribulaciones y problemas durante estas vacaciones. ¿Puedo confiar en ti para que cooperes conmigo en este asunto?' Habla pues en privado y personalmente con cada uno de tus hermanos de esta manera». Y Andrés hizo tal como el Maestro le había ordenado.

      Fue ésta una maravillosa ocasión en la experiencia de cada uno de ellos; jamás olvidaron el día que subieron a la montaña. Durante todo el viaje apenas si se mencionó una palabra de sus problemas. Al llegar a la cima de la montaña, Jesús les indicó que se sentaran a su alrededor mientras decía: «Hermanos míos, todos vosotros debéis aprender el valor del descanso y la eficacia del esparcimiento. Debéis daros cuenta de que la mejor manera de solucionar problemas enmarañados consiste en alejarse de ellos por un tiempo. Así, cuando volváis descansados después de un período de esparcimiento o de adoración, podréis atacar vuestros problemas con mente más clara y mano más firme, y desde luego, con el corazón más resuelto. Muchas veces veréis que el problema se ha achicado en tamaño y proporción durante vuestro reposo de la mente y el cuerpo».

      Al día siguiente Jesús asignó un tema de discusión a cada uno de los doce. El día entero fue dedicado a las reminiscencias y a los asuntos no relacionados con su trabajo religioso. Se quedaron ellos anonadados por un momento cuando vieron que Jesús no dio las gracias — oralmente— al romper el pan para el almuerzo del mediodía. Era ésta la primera vez que lo habían observado no cumplir con tales formalidades.

      Cuando subieron a la montaña la mente de Andrés se debatía en una maraña de problemas. Las perplejidades carcomían el corazón de Juan. El alma de Santiago estaba dolorosamente atribulada. Mateo no tenía suficientes fondos debido a la estadía de ellos entre los gentiles. Pedro estaba agitado y más temperamental que nunca. Judas sufría uno de sus ataques periódicos de susceptibilidad y egoísmo. Simón se preocupaba más que de costumbre por el esfuerzo de armonizar su patriotismo y la idea del amor de la hermandad de los hombres. Felipe estaba más y más confundido por el desarrollo de los acontecimientos. El sentido del humor de Nataniel había disminuido desde que habían comenzado su obra entre

      las poblaciones gentiles, y Tomás sufría una grave temporada de depresión. Sólo los gemelos se mostraban normales y sin perturbaciones. Todos ellos estaban dominados por la preocupación de encontrar una manera para convivir en paz con los discípulos de Juan.

      Al tercer día, cuando comenzaron el descenso de la montaña para regresar al campamento, se había operado en ellos un gran cambio. Habían hecho el importante descubrimiento de que muchas perplejidades humanas son en realidad inexistentes, muchos problemas aparentemente graves son la creación del temor exagerado y el resultado del recelo magnificado. Habían aprendido que tales perplejidades se manejan mejor alejándose de ellas; al poner un poco de distancia, habían dejado que esos problemas se solucionaran por sí mismos.

      Su retorno de este descanso, marcó el comienzo de un período caracterizado por relaciones altamente mejoradas con los seguidores de Juan. Muchos de los doce dieron rienda suelta a la hilaridad en cuanto observaron el cambio de su estado de ánimo y la liberación de esa irritabilidad nerviosa que venían sufriendo; y todo esto, gracias a los tres días de alejamiento de la rutina diaria. Siempre existe el peligro de que la monotonía de las relaciones humanas multiplique las perplejidades y magnifique las dificultades." (pág. 1610)

      La cualidad de una sonrisa

      " La hilaridad del regocijo y el equivalente de la sonrisa son tan universales como la música. Existe un equivalente morontial y espiritual de la hilaridad y de la risa. La vida ascendente se divide aproximadamente por igual entre trabajo y recreación —suspen- sión de las tareas."

      Libro de Urantia

      "Lo esencial, lo más frecuente, no tiene peso….Una sonrisa es a menudo lo esencial", dice Antoine de Saint-Exupéry, y el Maestro lo sabía. Esto cuenta el Libro de Urantia:

      " Estaban todos sentados (los apóstoles) en el jardín a eso del mediodía, cuando apareció el Maestro. Todos ellos lucían una expresión solemne y digna, y todos se pusieron de pie cuando él se acercó. Jesús alivió la tensión con esa sonrisa fraternal y amistosa tan característica en él toda vez que sus seguidores se tomaban a sí mismos, o tomaban un acontecimiento con ellos relacionado, demasiado en serio. Con un gesto perentorio indicó que se sentaran. Nunca más recibieron los doce a su Maestro poniéndose de pie al aparecer él ante ellos. Se dieron cuenta de que no le agradaban esas muestras exteriores de respeto." (pág. 1747)

      – La historia de una sonrisa

      " ¿Es esta cualidad de la alegría el fruto más precioso de esta civilización que es la nuestra? Una tiranía totalitaria podría satis- facernos, es verdad, en nuestras necesida- des materiales. Pero no somos ganado para engordar. La prosperidad y el confort no po- drían bastar para colmarnos. Para nosotros, que nos educamos en el culto del respeto por el hombre, pesan gravemente los sim- ples encuentros que tienen lugar, a veces, en fiestas maravillosas…"

      Antoine de Saint-Exupéry Carta a un rehén – pág. 63

      Un bellísimo y sonriente relato de Antoine de Saint-Exupéry, rescatado de su libro "Carta a un rehén", que iluminó una de las situaciones más oscuras de la historia, la segunda guerra mundial, y que quiero dejar a continuación.

      En una Europa de preguerra muy convulsionada, Antoine aseguraba que "una sonrisa paga. Una sonrisa recompensa. Una sonrisa anima".

      "¿Cómo construye entonces la vida las líneas de fuerzas en las que vivimos? ¿De dónde viene la fuerza que me atrae hacia la casa de ese amigo? ¿Cuáles son Ios instantes capitales

      que han hecho de esa presencia uno de los polos de los que tengo necesidad? ¿Con qué secretos acontecimientos están amasadas las ternuras particulares y, a través de ellas, el amor al país?

      jQué poco ruido hacen los verdaderos milagros! jQué simples son los acontecimientos

      esenciales!

      En el instante en que quiero contar, hay tan poco que decir, que me es necesario revivirlo en sueños, y hablar a ese amigo.

      Y ocurre merced a un día de preguerra, a orillas del Saona, del lado de Tournus. Habíamos elegido para almorzar un restaurante cuyo balcón de tablas dominaba el río. Acodados sobre una mesa muy sencilla, que los clientes habían grabado a cuchillo, habíamos encargado dos

      Pernods. Tu médico te prohibía el alcohol, pero, en las grandes ocasiones, trampeabas. Y aquella era una gran ocasión. No sabíamos por qué, pero era. Lo que nos alegraba era algo más impalpable que la calidad de la luz. Por eso te habías decidido por el Pernod de las grandes ocasiones. Y como dos marineros descargaban una chalana a dos pasos de

      nosotros, invitamos a los marineros. Los habíamos llamado desde lo alto del balcón. Y vinieron. Vinieron con toda sencillez. Tan natural habíamos encontrado el invitar camaradas, a causa, quizá, de aquella fiesta invisible en nosotros. Era tan evidente que responderían al signo!

      Brindamos, pues!

      EI sol era agradable. Su tierna miel bañaba las álamos de la margen opuesta y la llanura casi hasta el horizonte. Estábamos, siempre sin saber por qué, cada vez más contentos. Nos

      tranquilizaba que el sol brillara, que el río corriera, que la comida fuera la comida, que los marineros hubieran respondido al llamado, que la sirvienta nos sirviera con una suerte de

      gentileza dichosa, como si presidiera una fiesta eterna. Estábamos completamente en paz, bien afincados, al abrigo del desorden, en una civilización definitiva. Saboreábamos una suerte de estado perfecto en el que, colmados todos los deseos, no teníamos ya nada que confiarnos. Nos sentíamos puros, rectos, luminosos e indulgentes. No hubiésemos sabido decir qué verdad nos aparecía con tanta evidencia, pero el sentimiento que nos dominaba era, sin duda alguna,

      el de la certidumbre, el de una certidumbre casi orgullosa.

      De aquel modo el universo probaba su voluntad a través de nosotros. La condensación de las nebulosas, el endurecimiento de los planetas, la formación de las primeras amebas, el

      trabajo gigantesco de la vida que encaminó la ameba hasta llegar al hombre, todo, todo había convergido felizmente para desembocar a través de nosotros, en aquella cualidad del placer.

      Como resultado, no estaba mal.

      Nos regodeamos con aquel encuentro mudo y aquellos ritos casi religiosos. Mecidos por el vaivén de la sirvienta sacerdotal, los marineros y nosotros brindábamos como los fieles de una

      misma iglesia, aunque no hubiésemos podido decir cuál. Uno de los dos marineros era holandés; el otro, alemán. Éste había huido del nazismo. Allá estaba perseguido por comunista, o por trotzkista, o por católico o por judío. (Ya no recuerdo la etiqueta en cuyo nombre había sido proscripto el hombre ) Pero en aquel momento era algo completamente distinto que una etiqueta. Lo que contaba era el contenido. La pasta humana. Era un amigo, simplemente. Y estábamos de acuerdo, entre amigos. Tú estabas de acuerdo. Yo estaba de acuerdo. Los marineros y la sirvienta estaban de acuerdo. ¿De acuerdo en qué? ¿Acerca del Pernod? ¿Del significado de la vida? ¿De la dulzura del día? Tampoco eso hubiésemos podido decirlo. Pero

      el acuerdo era total, y estaba tan sólidamente establecido en profundidad, se asentaba sobre una biblia tan evidente en su sustancia, aunque inexpresable mediante palabras, que de buen grado hubiésemos aceptado fortificar aquel pabellón, sostener allí un cerco, morir tras la metralla para salvar aquella sustancia

      ¿Qué sustancia?.. Esto es lo que resulta difícil de expresar! Corro el riesgo de aprehender tan solo reflejos y no lo esencial. Las palabras, insuficientes, dejarían escapar mi verdad. Sería

      oscuro si pretendiera que hubiéramos combatido con gusto para salvar una determinada cualidad de la sonrisa de los marineros, y de tu sonrisa y de mi sonrisa, y de la sonrisa de la sirvienta, un determinado milagro de aquel sol que tanto trabajo se había tomado, desde hacia millones y millones de años, para llegar, a través de nosotros, a la cualidad de una sonrisa tan bien lograda.

      Lo esencial, lo más frecuente, no tiene peso. Aquí, lo esencial solo fue, aparentemente, una sonrisa. Una sonrisa es a menudo lo esencial. Una sonrisa paga. Una sonrisa recompensa.

      Una sonrisa anima. Y la cualidad de una sonrisa puede hacer morir. Sin embargo, puesto que esa cualidad nos liberaba tan plenamente de la angustia de los tiempos presentes y nos

      otorgaba la certeza, la esperanza, la paz, tengo necesidad de contar hoy, para expresarme mejor, la historia de una sonrisa."

      2008.

      Significado y valor espiritual del humor.

       

       

       

      Autor:

      Diego Eduardo Dotto.

      Partes: 1, 2
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