Introducción
Han pasado más de cien años desde que perdimos nuestra condición marítima, lo que para todos los bolivianos significa una herida que no nos deja crecer y desarrollar en paz como pueblo, como nación, como sociedad, y mientras subsista esta herida no nos sentiremos tranquilos o tan iguales a los otros pueblos.
Es esta situación, la que en primera instancia debe llevarnos a reflexionar sobre el hecho de negociar el gas a través del país que es el causante de este sentimiento de frustración: Chile
El querer tratar de ver esta situación sólo como un negocio, sin considerar el sentimiento de la nación al respecto, buscando sólo un supuesto beneficio para el país, a mi parecer, es tratar de ver sólo un lado de la moneda, porque si de beneficios hablamos, también debemos saber que el país por donde saquemos nuestro gas será uno de los más beneficiados
Si es por Chile, por las tan mentadas facilidades que ofrecen sus puertos, en especial el de Mejillones, en el que prácticamente ya no se tendría que construir casi nada, no es menos importante también, considerar que con el tiempo acabaríamos pagando más de lo que supuestamente se ahorraría ya que no debemos dejar de considerar que el gas una vez que sale de puerto chileno, debe subir hacia el Perú, significando con el tiempo mayores gastos para el país.
Sin embargo el aspecto más importante a considerar si construimos el gasoducto hacia Chile, es que estaríamos ayudando al potenciamiento de ese país lo que con el tiempo influiría aún más en su geopolítica expansionista hacia nuestro país y al Perú, significando una amenaza para la integridad nacional y un problema a ser analizado desde el punto de vista de la defensa, que es el tema que se desarrollará en este ensayo por considerar que es de gran interés nacional y geopolítico, aunque mucha gente, por satisfacer sus intereses económicos mezquinos, presiona para que la exportación del gas sea considerada sólo como un negocio, renunciando a nuestras legítimas aspiraciones marítimas.
El ensayo tratará en una primera parte de aspectos teóricos sobre geopolítica, defensa y seguridad nacional, y enseguida se hace una explicación de las negociaciones que nuestro gobierno se encuentra realizando con Chile, el Perú y el consorcio encargado del proyecto de exportación de gas, Pacific LNG.
La segunda parte expone algunas posiciones contrapuestas de grupos cívicos nacionales que no aceptan negociar la exportación del gas a través de puertos chilenos.
En la tercera parte se tratará de los costos y beneficios de exportar por uno u otro puerto, así como de las consideraciones geopolíticas y de defensa nacional.
Por último, se expondrán las conclusiones a las que se arribaron como producto del análisis del trabajo.
Desarrollo
Para comenzar el trabajo, es necesario indicar lo que se entiende por Geopolítica y por Defensa y Seguridad Nacional.
De acuerdo al texto de consulta de Geopolítica "es el estudio de las condiciones geográficas, históricas, económicas y sociales de un Estado, así como la promoción de sus recursos naturales y de sus valores culturales, para hacer que juegue un papel acorde a sus intereses en el campo internacional."
El Diccionario Militar, Estratégico y Político la define como "ciencia que pretende fundir la política nacional e internacional en el estudio sistemático de los factores geográficos, económicos y étnicos."
Asimismo, el Reglamento de Operaciones 02-02 del Ejercito de Bolivia, define a la Defensa Nacional como "el conjunto de medidas que el estado adopta para lograr la seguridad nacional", entendida esta última en el mismo reglamento como "la situación en la cual los intereses vitales de la nación se hallan a cubierto de interferencias y perturbaciones sustanciales."
A partir de estas definiciones se puede claramente entender y relacionar la importancia de elegir el país por el cual Bolivia debería exportar su gas.
Mientras la cuestión relativa a si un puerto chileno u otro peruano será el indicado para permitir la exportación del gas boliviano, hacia México y Estados Unidos, toma su tiempo, en el seno de las conversaciones entre los gobiernos de Santiago, Lima y La Paz, el nuestro continua dando señales claras de respaldo al millonario proyecto concebido por un consorcio de empresas petroleras en atención a la importancia económica y estratégica que tiene para la nación.
Su concreción dependerá de una serie de negociaciones económicas, políticas y jurídicas entre los gobiernos involucrados, las que en un futuro cercano tendrán que confluir con las empresas privadas que se proponen invertir sus capitales en el tendido de un gasoducto, la instalación de una planta de licuefacción sobre el océano y de otra que restituya la condición original del producto, probablemente en México.
Para Bolivia, sin lugar a dudas, la perspectiva es enorme, porque el mercado previsto hasta hoy, podría ampliarse de cara a las naciones asiáticas, una vez que el gas sea puesto en el Pacífico, sumándose la operación comercial a las ya concertadas con el Brasil, y la Argentina, así como a las posibilidades latentes de hallar otros compradores en el continente.
Es en este punto donde emerge el problema del acceso del producto a un puerto y su correspondiente tratamiento, mecanismos en los que tanto Perú como Chile, vienen expresando su interés de participar.
En junio de 2001, las petroleras Repsol-YPF, British Gas, British Petroleum, y Total Fina Elf, conformaron el consorcio "Pacific LNG." que sería el encargado de bombear gas natural a un puerto del Pacífico, licuarlo, embarcarlo en barcos especiales, llevarlo a México, reconvertirlo a su estado gaseoso y bombearlo a California.
El costo total estimado será de 5.000 a 7.000 millones de dólares. El proyecto consta de la construcción de un gasoducto de 42 pulgadas de diámetro con un costo de 1.000 millones de dólares, desde los pozos gasíferos de Tarija, hasta un puerto en el Pacífico. La explotación de los mantos gasíferos demandará unos 1.200 millones de dólares. En el puerto, una planta de licuefacción de gas de aproximadamente 2.500 millones de dólares, con capacidad de manejo de 30 millones de metros cúbicos diarios, más una suma desconocida en mejoras del puerto para el manejo del gas licuado. La construcción y compra de barcos – tanque especiales para el transporte de gas licuado a México, a un costo de 1.000 millones de dólares.
Para ejecutar el diseño, financiamiento y construcción, también tienen interés en participar la Empresa Nacional de Petróleo de Chile y su consorcio Internacional del Petróleo.
Hasta el momento, las empresas interesadas en el proyecto han realizado estudios de factibilidad que determinaron la rentabilidad de la empresa, siendo una de las variables más importantes, para ellos, el costo total de la operación que exige una maximización de recursos y el ahorro de gastos para llevar adelante el propósito. En ese sentido, la construcción y el tendido del gasoducto es, sin duda, una de las variables centrales del proyecto de exportación de gas, siendo por tanto fundamental la elección del puerto donde se instalaría la planta de licuefacción y la distancia que habría con respecto a los yacimientos de Tarija.
Chile ofreció de principio el puerto de Mejillones y ahora ofrece Iquique, Arica y Tocopilla, como puertos y terrenos para la planta de licuefacción. Mejillones, de acuerdo a los primeros resultados emitidos por el consorcio Pacific LNG. sería el puerto más viable por ser la línea recta más corta que une Tarija con el mencionado puerto, lo que les permitiría ahorrar tramos en tuberías.
El gobierno peruano ofreció sus puertos de Matarani y de Ilo, este último enmarcado en la disposición de Perú de conceder a Bolivia una zona económica especial por 99 años renovables, de carácter industrial, comercial y de servicios, destinada a la recepción, procesamiento, industrialización y comercialización del gas, los proyectos petroquímicos y otras actividades industriales bajo un régimen tributario, administrativo y laboral bolivianos
Ahora bien, todos sabemos que en la decisión final sobre el puerto por donde saldrá el gas boliviano, el Estado boliviano decidirá muy poco, pues son las empresas transnacionales las encargadas de hacer realidad este multimillonario negocio, tomando responsabilidades incluso de carácter geopolítico, y es ahí donde radica el problema, porque en el Pacific LNG. están los actores principales de 1879, Inglaterra incluida, y de la perfidia cometida contra nuestro país 50 años más tarde, en la que un 3 de junio de 1929, Chile y Perú firmaron el Tratado de Amistad y Límites, que desoyendo la iniciativa estadounidense de que se ceda Arica y Tacna a Bolivia, fue Arica para uno y Tacna para el otro, con la injusta cláusula de no ceder territorios a Bolivia.
Entonces, es una ilusión pedir que la British Gas y la British Petroleum inglesas, la francesa Total Fina Elf y la hispano-argentina R-YPF, integrantes del consorcio, tengan en mente primero el desarrollo de nuestro país, por el contrario ellos están en el negocio para obtener la mayor cantidad de ganancia que se pueda. No olvidemos tampoco que entre una de las causas que originaron la guerra del Pacífico, fue que afectamos los intereses de la Compañía Inglesa de Salitres de Antofagasta, que fue la que rehusó pagar la tasa de 10 centavos de impuesto que Bolivia le impuso en 1879, pidiendo ayuda a los chilenos y a sus barcos blindados de industria inglesa, que ocuparon nuestro Litoral aquel fatídico 14 de febrero de 1879.
Es este el motivo que debe preocuparnos a todos los bolivianos en general y a las Fuerzas Armadas en particular, ya que esta pérdida de poder de decisión a favor de intereses que sabemos que no respaldan nuestro desarrollo, defensa y seguridad nacional, sino que por el contrario buscan tan solo su propio beneficio, podría ser una vez mas, la razón para ser postergados, favoreciendo a un país como Chile, que de por sí ya tiene una balanza comercial ampliamente ventajosa con relación a Bolivia, porque nuestros mercados se encuentran saturados de toda clase de productos chilenos, mientras que raramente se encuentra un producto de fabricación boliviana en el mercado chileno, y no porque los nuestros sean más caros, de menor calidad o no cumplan las normas, sino porque pese a las políticas de libre comercio, nuestros pocos productos competitivos tienen acceso restringido.
Otras razones para preocuparnos, las sostienen con acertado tino un grupo de ciudadanos, entre ellos varios militares del servicio pasivo, que en un manifiesto a la nación entre las partes que considero más importantes dicen:[1]
"Un gasoducto tendido hacia un puerto detentado por Chile, implicaría una nueva infiltración de inmigrantes a territorio boliviano que podrían convertirse en potenciales combatientes."
"Es sabido que desde 1879, Arica e Iquique sobreviven con el movimiento económico que genera la carga boliviana."
"Los intereses económicos gubernamentales y fuerzas armadas chilenas, sustentan que la proyectada terminal del gasoducto llegue preferentemente a Mejillones, destino que no admiten que carece de recursos naturales propios, y que podría progresar gracias al gasoducto y la construcción de la planta de licuefacción."
"La pretensión de la oligarquía chilena es que sean sus capitalistas quienes obtengan el contrato de tendido del gasoducto desde Tarija y que significaría para sus constructores, ingresos entre los 3.500 a 5.000 millones de dólares, fuera de disfrutar además de una fuente de empleo en la planta de licuefacción que se calcula, pero, en especial desde ese puerto se comercializaría el gas a terceros países por más de 50 años, no siendo raro que planeen que su marina mercante se convierta en propietaria de un "tren de barcos transportadores" del gas comprimido.
"Advertimos que la construcción del gasoducto en puerto chileno, significaría que con esa servidumbre se daría a Chile un futuro potencial, pretexto para afectar y desconocer la soberanía boliviana de Potosí, Tarija y Santa Cruz, cumpliendo su anhelado objetivo geopolítico de penetrar geográficamente por el altiplano minero y valles para convertirse en país platense y amazónico, maniobra que practicaron en 1879 cuando se apoderaron del litoral de nuestra República y se convirtieron en fronterizos con Perú."
"Conminamos al gobierno de Bolivia que para cualquier decisión que se tenga que tomar dentro del proyecto antes analizado, se convoque previamente a un plebiscito nacional, y que sea el pueblo, soberano, según el Art. 2do. de la Constitución, el que rechace o apruebe este peligroso objetivo geopolítico chileno con nuestros recursos gasíferos. Si así se actuara se incurriría en delito de traición a la Patria, al estar conscientes de que nuestro retorno soberano al océano Pacífico no se resuelve con un simple comodato que carece de soberanía territorial y de un mar adyacente."
"Exigimos que se inicie de inmediato negociaciones con el Perú, al nivel de presidentes o cancilleres, sobre la base del proyecto Ilo o Matarani, para que puedan ser estos puertos la terminal del gasoducto, entregándosenos allá un enclave o puerto libre y poder ser ampliable este beneficio en favor de la Argentina, Brasil y Paraguay a fin de hacer realidad la ruta interoceánica."
"Sugerimos la organización de una empresa marítima conjunta boliviano-peruana para el transporte del gas licuado a México y otros destinos."
"… si este o el futuro gobierno boliviano admite las argucias chilenas, está dando paso a una potencial nueva agresión territorial y económica de parte de Chile."
Así también considero importante referirme a un documento emitido por el Centro de Diplomados en Altos Estudios Nacionales y el Comité Pro Mar Boliviano filial Santa Cruz que en sus partes más importantes dice:[2]
"Nuestras Instituciones ven alarmadas y con suma preocupación el curso que siguen y pretenden seguir importantes y trascendentales negociaciones comerciales con el usurpador de nuestro Litoral, Chile; las mismas que se efectuarían sin antes haber establecido una política y estrategia de estado marítima global, consecuente, coordinada, continua, coherente y condensada; aspecto sugerido en forma reiterada y sostenida por la opinión pública y representantes de cientos de instituciones. Estas negociaciones comerciales se refieren a:
1ro. Importación de electricidad desde Chile de "Gas Atacama", subsidiaria de ENDESA. Chile, para la mina San Cristóbal, en el departamento de Potosí, luego que APEX MINES, que explota esa mina, la adjudicó mediante una licitación, donde el gobierno boliviano tendría que olear y sacramentar dicha operación al parecer con sólo un Decreto Supremo, sin pasar por el análisis y aprobación de las cámaras legislativas y el aval de instituciones colegiadas, descartando de esta forma el uso de nuestra electricidad, la misma que además serviría para la iluminación, en su recorrido, de muchos pueblos aledaños. ¿Qué espera el gobierno boliviano para promulgar una ley que proteja los recursos y la producción boliviana, principalmente si de intereses geopolíticos nacionales se trata?. Además, la exportación de minerales tendría que salir por puertos peruanos como Ilo y no chilenos, aunque los costos sean un poco mayores.
2do. Proyecto de arrendamiento de una franja costera de 82 kilómetros de largo, entre los puertos que fueron bolivianos: Mejillones y Cobija. Franja que no sería cedida gratuitamente ya que Bolivia tendría que pagar un alto precio por utilizar esta franja que se encuentra en territorios que le fueron usurpados, además comprometiendo posiblemente otros recursos como el gas boliviano y lo peor, forzándonos a reanudar relaciones diplomáticas con Chile. No necesitamos un puerto alquilado por Chile, porque ya contamos con el puerto de Ilo cedido gratuitamente por un período de 99 años por el país amigo: Perú.
3ro. Construcción de un gasoducto de Bolivia hacia Chile, una planta para la licuefacción del gas en Chile para su exportación a ultramar y la provisión indefinida de gas boliviano a Chile. Bolivia está moralmente obligada, primero a agotar esfuerzos conjuntos con la República del Perú para exportar e importar carga y desarrollar el puerto de Ilo y otros del sur del Perú, para recién pensar en potenciar a nuestro agresor. Hasta ahora no conocemos sobre alguna consulta que el gobierno actual haya hecho a instituciones profesionales de prestigio, para obtener su aval, en ausencia del tan esperado Consejo Nacional de Política y Estrategia Marítima, cuyo proyecto de creación, después de ser aprobado en la Cámara de Diputados, se encuentra estacionado en la Cámara de Senadores. Las experiencias que se tienen con Chile en estos 122 años de enclaustramiento geográfico son negativas, porque cuando se les antoja suben aranceles, crean nuevas disposiciones legales que nos perjudican, en otras palabras hacen lo que quieren con la carga boliviana, humillándonos siempre."
Sin embargo, debemos, en contrapartida, considerar también que la globalización y las políticas de privatización y estímulo a la inversión extranjera que la acompañan, traen la pérdida de la soberanía en beneficio de los que invierten en el país, quienes para la protección de sus intereses cuentan con el respaldo de sus gobiernos y ejércitos si fuera necesario.
Además, en los últimos años, nuestro país se ha venido destacando en el ámbito internacional por su velocidad para implementar las recomendaciones de organismos internacionales, cada vez que una idea, por supuesto elaborada por ellos, pueda expresarse como una política; pero en la adopción de esta idea, se han considerado apenas costos y beneficios económicos y además de corto plazo.
Existen muchos ejemplos que dan cuenta de más perjuicios que beneficios en otros ámbitos como ser, la inevitable pérdida de control sobre este recurso natural no renovable; desde el punto de vista energético, la reducción de flujo de energía acumulada en la naturaleza, sobre cuyo aprovechamiento y racional explotación radica el desarrollo equilibrado y autónomo de todo sistema social.
En los últimos meses se ha escrito mucho sobre las ventajas y desventajas de exportar el gas boliviano por Perú y por Chile, y son varios los que opinan que el proyecto no debe politizarse y que este debe decidirse solamente basado en un análisis de costo y beneficio, dentro de un período de tiempo que tome en cuenta la vida útil de los pozos gasíferos a explotarse.
Para hacerlo así, tomemos en cuenta 50 años, más o menos, como punto de partida, al cabo de los cuales no habrá mas gas en el campo gasífero de Margarita.
Las ventajas económicas que los chilenófilos atribuyen a la exportación de gas por Mejillones son discutibles y las analizaremos desde tres puntos de vista, el desarrollo, la construcción, la exportación en sí misma y las estrategias de desarrollo, con relación al costo y beneficio.[3]
Se estima que el desarrollo del campo gasífero Margarita será de 1.200 millones de dólares, este costo es el mismo, cualquiera que fuese el puerto que se utilice para la exportación del gas, lo que nos permite concluir que Bolivia se beneficiará de esta actividad, porque durante esta parte del proyecto se crearán trabajos y otras actividades económicas que beneficiarán principalmente al departamento de Tarija. La desventaja es que éste campo gasífero se agotará después de un determinado tiempo.
La construcción del gasoducto Margarita – Ilo será de aproximadamente 1.320 kilómetros, 540 kilómetros más que en la alternativa Margarita – Mejillones. A primera vista el costo de construcción parece mayor, pero si el gasoducto se construye hacia Mejillones, el tramo entre Margarita y la frontera es de 500 kms. aproximadamente. El beneficio para Bolivia está sólo en la utilización de la mano de obra y otras actividades afines a la construcción, ya que la tubería tendrá que ser comprada fuera del país. La construcción de 280 kms. de tubería en territorio chileno beneficiará únicamente a Chile.
Por otra parte, el ducto entre Margarita y Mejillones tendría que trasponer dos cordilleras, lo que implica que en algunos sectores debería subir hasta 5.000 metros de altura. Además entre Bolivia y Mejillones no existen vías de acceso para el transporte de la tubería, tampoco hay poblaciones para la utilización de mano de obra o el acceso a servicios. Si el ducto va hacia Ilo, seguirá la ruta del altiplano, sector por donde Bolivia ya cuenta con algunos gasoductos y poliductos, además de existir a lo largo, zonas densamente pobladas que cuentan con carreteras, y Perú acaba de inaugurar la mejor carretera de penetración entre Ilo y Desaguadero.
Si el gasoducto se construye hacia Ilo (Margarita – Cerro Lipez – Uyuni – Oruro – Santiago de Macha), la longitud de tubería en territorio boliviano es de aproximadamente 1.070 kms. con un costo estimado de 1.605 millones. Un mayor costo de construcción beneficiará a Bolivia y reducirá el desempleo, por lo menos durante el proceso de construcción. Es importante notar que proporcionará a Bolivia una oportunidad de desarrollo a largo plazo en la zona más empobrecida del país. Es aún más importante resaltar que la construcción de un gasoducto de esta magnitud en el altiplano boliviano, proporcionará una estrategia de desarrollo sin precedentes, permitiendo la creación de polos de desarrollo en Uyuni, Oruro y La Paz.
Veamos ahora el costo y beneficio entre la alternativa de exportar gas por Perú y la de hacerlo por Chile.
La diferencia aparente de costo entre Ilo y Mejillones es de 810 millones de dólares más hacia Ilo. Este costo ha sido estimado utilizando un precio unitario de 1.5 millones de dólares por kilómetro de tubería. Sin embargo, construir un gasoducto en el altiplano puede resultar más económico, ya que se puede utilizar el derecho de vía del ferrocarril para el transporte de la tubería y para su instalación. Por ejemplo, Petrobras Bolivia S.A. construirá el gasoducto Yacuiba – Río Grande por un precio unitario de aproximadamente 700 mil dólares por kilómetro. Si fuera posible construir un gasoducto en el altiplano por un costo similar, el costo adicional del proyecto sería sólo de 378 millones de dólares. De cualquier manera, este gasto beneficiará a Bolivia, ya que se utilizaría mano de obra boliviana para su construcción, resultando mayor el beneficio que el costo de construcción.
Es de hacer resaltar antes de continuar, que las únicas actividades de implementación de este proyecto, que beneficiarán a Bolivia, son los trabajos en el desarrollo del campo gasífero en Margarita y la construcción de la tubería. Las demás actividades beneficiarán directamente al Perú o a Chile.
Analicemos ahora la estrategia de desarrollo. La disponibilidad de energía barata en Uyuni, facilitará la creación de un polo de desarrollo que permitirá el abaratamiento de la explotación minera en el sud del país. También permitirá el desarrollo de la infraestructura caminera, turística y comunicaciones de la región. Al tiempo de tender la tubería de gas, se construirán ductos para fibra óptica que se utilizan en las telecomunicaciones al nivel mundial.
El desarrollo de una minería barata y un turismo competitivo reducirían el desempleo y crearían trabajos permanentes. Una vez que los problemas más apremiantes hayan sido resueltos en unos diez años y cuando se haya recaudado suficiente dinero en forma de regalías o impuestos, se puede pensar en invertir en proyectos de desarrollo más ambiciosos en provecho del país.
Todas las situaciones planteadas muestran por si solas que las tan mentadas ventajas de exportar el gas por Chile, no habían sido tantas, y que en bien del país debemos sacar el mejor y mayor provecho de las ventajas geopolíticas emergentes, y por sobre todo debemos velar por estas mismas consideraciones geopolíticas, el lograr independizarnos de los puertos chilenos para nuestro comercio exterior, quienes constantemente nos imponen condiciones arbitrarias y desventajosas para el país con las siguientes consecuencias: [4]
Sentimiento de frustración nacional, con menoscabo de nuestros valores cívicos y morales.
Dependencia y sujeción a las decisiones unilaterales de Chile respecto a cuestiones de índole comercial por el uso de sus puertos y almacenes.
Conformación de una burguesía boliviana sociopolítica comercial con fuerte influencia mapocha, que por su participación en los círculos políticos y económicos del país, responden más a los intereses ajenos a nuestra nación.
Permanente amenaza militar.
El actual presidente de Bolivia, Jorge Quiroga, sostiene que el gas se convertirá en nuestro mejor embajador y en nuestra llave para abrir las puertas que históricamente han estado cerradas para nuestro país, lo que significa que este gobierno y los restantes, aprovecharán ese poder y esa ventaja para obtener otras concesiones, haciendo prevalecer el derecho que tenemos como nación a administrar nuestros recursos naturales de tal forma que se orienten a favorecer al desarrollo nacional y no al contrario, evitando que una vez mas, por falta de visión y por falta de sentido histórico de patria, Bolivia pueda perder lo que con seguridad constituye su última posibilidad histórica de lograr un acceso soberano al Pacífico, por eso, si algo debe estar mezclado de manera indisoluble e indiscutible es el tema del gas con el mar, sin dar brazo a torcer como quiere el presidente chileno Ricardo Lagos que pide "no mezclar la política con los negocios", sin acordarse, porque ahora les conviene, que ellos hicieron lo propio cuando tuvimos el problema de las aguas del Silala, que hasta ahora se encuentran explotando sin pagarnos un solo centavo por su uso.
Conclusiones
1.- Es imprescindible contar con una sólida política nacional sobre este tema, que se formule en conjunción con las capacidades y potencialidades geográficas y de recursos humanos, naturales e institucionales, para evitar fracasos y / o errores que podríamos lamentar posteriormente.
2.- Si el gobierno chileno no acepta cedernos con plena soberanía una franja costera, la decisión de exportar nuestro gas debe ser por los puertos peruanos de Matarani o de Ilo.
3.- Sin tener plena soberanía sobre una franja costera, ningún gobierno, ya sea actual o futuro, debe aceptar que nuestro gas sea exportado por puertos chilenos, por la consideración geopolítica y de defensa de que estaríamos potenciando a una nación que desde siempre nos ha sometido al despojo, al enclaustramiento y nos ha condenado al subdesarrollo, y que en cualquier momento puede convertirse otra vez en nuestro agresor, tomando en cuenta sobre todo sus actuales adquisiciones de material bélico.
4.- Desde el punto de vista geopolítico y de defensa, tampoco sería inteligente contribuir a industrializar y modernizar el deprimido norte chileno, para que nuestro enemigo potencial se haga más fuerte y emplee contra nosotros su tradicional geopolítica expansionista.
5.- Es más lógico pensar, si lo hacemos como verdaderos bolivianos, en exportar nuestro gas por territorio peruano, sobre todo si tomamos en cuenta que en él contamos ya con el puerto de Ilo que nos fue cedido por 99 años.
6.- La decisión, resultado del análisis de costos y beneficios, se inclina más hacia la exportación del gas por el Perú, por ser más ventajosas desde el punto de vista de que la construcción de un mayor tramo de tubería se quedaría en territorio boliviano.
7.- La construcción de un mayor tramo de tuberías en nuestro territorio, para exportar el gas por el Perú, generará una gran cantidad de empleos, logrando la reactivación económica de las zonas por donde se tenderá el gasoducto, lo que ocurriría en mucha menor proporción si se decide exportar por Chile.
8.- Al construir el gasoducto hacia el Perú, se crearán polos de desarrollo a lo largo de su trayecto, beneficiando al país en su conjunto.
9.- La seguridad y la defensa nacional deben ser imperativos para el interés nacional, al que deben subordinarse intereses foráneos o de grupos sociales que sólo buscan su beneficio personal.
10.- El Estado boliviano no debe dejar de escuchar y de percibir el sentimiento de su población que no ve con buenos ojos las negociaciones con Chile.
11.- El hecho de exportar nuestro gas por el Perú, conlleva el mejoramiento del puerto de Ilo, lo que permitirá en un futuro cercano, independizarnos de los puertos chilenos para la carga de nuestros productos y por lo tanto independizarnos de sus arbitrariedades y abusos.
Queda poco tiempo para resolver este dilema y muchas dudas que resolver, ¿ será que el gobierno tendrá la capacidad y la fuerza necesaria para imponer los intereses nacionales sobre los de los consorcios internacionales?, ¿ el nuevo gobierno boliviano tendrá en cuenta que primero están los intereses de la nación antes que los intereses de grupos privados ?, y si por mala suerte y por decisión de los grandes consorcios internacionales y lógicamente en función a sus intereses económicos, se decide exportar por Chile, sin recuperar nuestra cualidad marítima ¿ qué ocurrirá si alguna vez tenemos que aumentarles los impuestos ?. Las respuestas las dejo a consideración del lector.
Autor:
Tcnl. DEM. Wilson Mercado Vargas
[1] PUBLICACIÓN DE “EL DIARIO” DEL 24 DE NOVIEMBRE DE 2001
[2] COMUNICADO EMITIDO POR COMITÉ PROMAR BOLIVIANO Y CDAEN (Noviembre 201)
[3] PUBLICACIÓN “APORTES” – Santa Cruz (Diciembre 17 – 2001)
[4] APUNTES EXTRAIDOS DE LA CONFERENCIA REALIZADA POR EL Gral. Brig. Gonzalo Block Melgar SOBRE LA EXPORTACIÓN DE GAS A NORTE AMÉRICA.