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Existencialismo (del latín – existentia: existencia)


  1. Existencialismo en Estética
  2. Existencialismo y Estética
  3. Existencialismo y Compromiso
  4. Tres escuelas de existencialismo
  5. Anexo

Filosofía de la existencia (para el marxismo “corriente irracionalista de la filosofía burguesa´´. Rosental e Iudin). Surgió después de la primera Guerra Mundial en Alemania y luego en Francia, como un intento de crear una nueva concepción del mundo en consonancia con los estados anímico de la intelectualidad burguesa. El termino “Existencialismo´´, fue introducido por el neokantiano Fritz Heinemann en 1929. Las fuentes ideológicas del existencialismo son: la filosofía de la vida, la fenomenología de Husserl, y la doctrina místico-religiosa de Kierkegaard. Se distinguen, el existencialismo religioso (Gabriel Marcel, Karl Jaspers, Nicolai Berdaiev, y Martin Buber), y el existencialismo ateo (Martin Heidegger, J.P Sartre, Albert Camus).

En sentido amplio, el concepto de existencialismo es confuso y oscuro. No hay una definición teórica clara y unánime. Sin embargo, la concepción más compartida apunta hacia un movimiento filosófico, cuyo postulado fundamental es que son los seres humanos, en forma individual, los que crean el significado y la esencia de sus vidas. La corriente, de manera general, destaca el hecho de la libertad y la temporalidad del hombre, de su existencia en el mundo más que de su supuesta esencia profunda. Las cuestiones filosóficas del existencialismo tienden a escudriñar en lo profundo de la condición humana.

Emergió como movimiento en el siglo XX, en el marco de la literatura y la filosofía, heredando algunos de los argumentos de filósofos anteriores como Schopenhauer, Kierkegaard, Nietzsche y Unamuno.

El existencialismo es una corriente, movimiento o serie de doctrinas filosóficas y culturales que tiene por objetivo y disciplina, el análisis y la descripción del sentido individual de la vida humana en cuanto "existe". Sostiene que el existente humano piensa, actúa, se refiere y relaciona consigo mismo, con su propia trascendencia, con sus contradicciones y sus angustias. Para el pensamiento existencialista el individuo no es una porción mecánica o "parte" de un todo, sino que el hombre es en sí una "integridad" libre por sí. Esta doctrina filosófica considera qué es la existencia del ser humano libre y qué es lo que define su esencia, en lugar de entender que su esencia o condición humana determina su existencia. Para esta corriente del pensamiento la existencia del ser humano no es nunca un "objeto" sino que, desde el momento que el ser humano es capaz de generar pensamiento "existe"; en consecuencia el reconocimiento de esa existencia tiene primacía y precedencia sobre la esencia. No obstante, la existencia del hombre puede ser inauténtica o falsa si éste renuncia a su libertad. La carencia de libertad es carencia de existencia. En un sentido estricto para el existencialismo las cosas materiales en cambio "son", pero no "existen".

El existencialismo implica que el individuo es libre y, por ende, totalmente responsable de sus actos. Esto incita en el ser humano la creación de una ética de la responsabilidad individual. Según el filósofo e historiador de la filosofía Nicola Abbagnano, «Se entiende por existencialismo toda filosofía que se conciba y ejercite como análisis de la existencia siempre que por "existencia" se entienda el modo de ser del hombre en el mundo. La relación hombre-mundo es, pues, el único tema de toda filosofía existencialista (…) Los antecedentes históricos más cercanos del existencialismo son la fenomenología de Husserl y la filosofía de Kierkegaard.» Abbagnano considera pensadores fundamentales de esta corriente a Heidegger, Jaspers y Sartre.

En la filosofía de la existencia, también se ha reflejado la crisis del liberalismo burgués, incapaz de responder a las situaciones que la práctica social ha planteado en el mundo capitalista. El “Existencialismo ´´ es una reacción “irracionalista´´ al “racionalismo´´ de la ilustración y la filosofía clásica alemana. Los filósofos existencialistas afirman que el “vicio´´ principal del pensamiento racional, radica en tomar como punto de partida el principio de la contraposición entre sujeto y objeto, o sea, en dividir el mundo en dos esferas: la objetiva y la subjetiva. La filosofía “autentica´´, según los existencialistas, ha de partir de la unidad entre sujeto y objeto. Dicha unidad se halla encarnada en la “existencia´´, el hombre debe hallarse en una “situación límite´´, por ejemplo, ante la faz de la muerte. Ello hace que el mundo se convierta para el hombre en “íntimamente próximo´´. Para los existencialistas el procedimiento verdadero de cognición (penetración en el mundo de la existencia) es la “intuición´´ (que Marcel llama “experiencia existencial´´; Heidegger “comprensión´´; y Jaspers, “ilusionismo existencial´´).

En el existencialismo, ocupa un lugar importante el planteamiento y la solución del problema de la “libertad´´, definida como “elección´´ que hace el hombre de una posibilidad, entre innumerables posibilidades. El carácter voluntarista que el existencialismo otorga al problema de la libertad, estriba en separar esa “elección´´ de la circunstancias, es decir, en aislar al hombre de la necesidad objetiva y de las leyes sociales. En última instancia, los existencialistas convierten el problema de la libertad en una cuestión puramente ética, y entienden esa noción según el espíritu del individualismo extremo, como libertad incondicionada del individuo frente a la sociedad. El existencialismo ha ejercido enorme influencia sobre el arte y la literatura del siglo XX.

Existencialismo en Estética

Las ideas existencialistas aparecieron por primera vez en el mundo del arte, en los sonetos y las elegías del poeta austríaco Rainer María Rilke (1875-1926). Luego, penetraron en el arte de muchos países. Estas ideas hallan su más nítida y brillante expresión estética en las obras de Camus (“La Peste´´; “El extranjero´´); de Simone de Beauvoir (“Todos los hombres son mortales´´; “La Sangre de otros´´); y de Sartre (“Los Caminos de la libertad´´; “El Diablo y el buen Dios´´; “La náusea´´, etc). Para la estética existencialista, el objeto del arte es representar la “iluminación de la existencia´´(o sea, la vivencia irracional del individuo) y los fenómenos que originan esa “iluminación´´. La estética de los existencialistas “ateos´´, enlaza con el “naturismo´´, pues le exige al arte reproducir los bajos impulsos y la facetas “sombrías´´ de la vida humana. Sin embargo, para los existencialistas religiosos, el arte es una “cifra´´, un signo de las fuerzas del más allá, un reino intermedio entre el mundo y la unidad divina. Consideran que la misión principal del arte, es despertar las vivencias subconscientes del ser humano.

Algunas obras claves de filósofos existencialistas sobre estética, son: “Strindberg y Van Gogh´´ (1922), de Karl Jáspers; “Existencia y libertad Humana en Jean Paul Sartre´´ (1946), de Gabriel Marcel; y “Discursos en Suiza´´ (1957), de Albert Camus.

J.P. Sartre (n.1905)- Existencialista ateo. Recibe influencias de Husserl y Heidegger. Su filosofía también tiene vínculos con la doctrina de Kierkegaard, y tiene deudas con el método del Psicoanálisis de Freud. Los atributos de su doctrina son el “antropocentrismo´´ y el “subjetivismo´´. Concibe al hombre como “ser para sí´´, del que se derivan las formas del “ser en sí´´, es decir, del mundo objetivo –espacio y tiempo, cantidad y calidad, etc-.

Esta representación idealista de libertad está contenida en el famoso principio: “El Hombre es lo que hace de sí mismo´´, que es la base de la ética de Sartre.

Gabriel Marcel – (francés, nació en 1889). Uno de los grandes paladines del llamado“ existencialismo católico´´. Principales trabajos: “Diario metafísico´´; “Ser y tener´´; y, “Los Hombres contra lo Humano´´. Es el más cercano de los existencialistas a la doctrina Kierkegaard. La filosofía, según Marcel, se contrapone a la ciencia, que estudia el mundo objetivo pero no la experiencia existencial, o sea, la vida espiritual del Hombre. Para Marcel, la experiencia existencial es “irracional´´ por su esencia, pues contiene “misterios´´ y es objeto de la fe. Según Marcel, por medio de la experiencia existencial puede llegarse al conocimiento de Dios. La ética de Marcel se sustenta en la doctrina católica acerca de la predestinación y el libre albedrío.

Martin Heidegger. (n. 1889) uno de los principales representantes del existencialismo alemán ateo. Las preocupaciones, la angustia, el temor, son formas que componen la existencia subjetiva del hombre, lo que Heidegger llama: “Estar en el mundo´´. Para él, sólo se puede captar el sentido de la existencia si se renuncia a todo propósito que implique la consecución práctica de algún fin, o sea, el hombre ha de alcanzar conciencia de su “mortalidad´´, de su “temporalidad´´. La experiencia de confrontar con la muerte, según Heidegger, es la única que permite al Hombre apreciar el valor de la vida, y despojarse de todos los “ídolos de la existencia social´´: de los fines, los ideales, y las abstracciones científicas.

Albert Camus. (1913-1960) Filósofo y escritor francés. Existencialista ateo. Premio Nobel de literatura en 1957. Obras principales: “El mito de Sísifo´´; “La peste´´; “El hombre rebelde´´. Recibe influencias de Schopenhauer, Nietzsche y del existencialismo alemán. Para él, el mundo exterior es el “estado ´´ del sujeto, y, el único problema filosófico a resolver es el del “suicidio´´. Las ideas de Camus son extremadamente pesimistas: El hombre siempre se halla en una situación absurda y su destino es una ruta sin sentido.

Soren Kierkegaard (1813-1855). Filósofo místico danés, precursor del existencialismo moderno. Obras principales: “O lo uno o lo otro´´; “El concepto de la angustia´´; “Enfermedad mortal´´. Crítico de filosofía de Hegel desde las posiciones de un subjetivismo extremo. “La verdad siempre es subjetiva´´, según Kierkegaard. En ética, defendió el individualismo y el relativismo moral, y propagó el desaliento, el miedo, y el odio a las masas populares. Introdujo el concepto de existencia, como “síntesis de lo finito y del infinito, de lo temporal y lo eterno´´.

Karl Jaspers (1883). Relevante figura del existencialismo alemán. Dedicado inicialmente a la psiquiatría, ello determinó su manera de asumir los problemas filosóficos. Así, en los fenómenos psicopatológicos, Jaspers no ve una expresión de desintegración de la personalidad, sino atormentadas búsquedas que hace el hombre de su propia individualidad. El existencialismo de Jaspers alcanza su culminación con su teoría de las “situaciones límites´´. Según la misma, el sentido de la existencia sólo se revela al hombre en períodos de profundísimas conmociones (enfermedad, muerte, culpa inexpiable, etc). Es entonces, según Jaspers, cuando se produce el “desplome de la cifra´´, o sea, cuando el hombre se libera de sus preocupaciones cotidianas y se abre ante él, el mundo de su existencia profundamente íntima. Esto lo denomina “Iluminación de la existencia´´. Sólo entonces puede acceder a la autentica vivencia de Dios.

Nicolai Alexandrovich Berdiáiev. Filósofo ruso, existencialista religioso, místico, fundador del llamado: “Nuevo cristianismo´´. (1874-1948). A la lucha de clases marxista, contrapone Berdiáiev la “liberación espiritual interior´´ de la personalidad por el camino de la religión (expresado sobre todo en “filosofía de la libertad´´ de 1911). Berdiáiev llama al capitalismo “régimen inhumano´´, y al viejo cristianismo “instrumento de explotación ´´. Además, afirma que el marxismo no “ve´´ al hombre tras los compartimientos estancos de las clases sociales y que es incapaz de resolver el problema de la libertad humana. Berdiáiev, afirma que el existencialismo cristiano si resuelve dicho problema. Para él, la única realidad es la “existencia´´ del sujeto, cuya plenitud se basa en la “libertad absoluta´´. Berdiáiev, introduce la noción de “dialéctica de la humanidad divinizada´´, que se apoya en el presunto misterio “del nacimiento de Dios en el Hombre y del Hombre en Dios´´. (Idea que toma de Dostoievski).

El Existencialismo – que el marxismo define como ¨corriente irracionalista de la filosofía burguesa¨. Rosental e Iudin-, surgió después de la primera Guerra Mundial, a partir de 1927, con la publicación de ¨El ser y el tiempo¨, de Martin Heidegger, en Alemania, y luego se extendió a Francia. Para muchos estudiosos, fue el intento de crear una nueva concepción del mundo, en consonancia con los estados anímicos de la intelectualidad burguesa. Sin embargo, el término “Existencialismo´´ no apareció en los círculos filosóficos hasta 1929, cuando fue introducido por el neokantiano Fritz Heinemann. Las fuentes ideológicas del existencialismo son, fundamentalmente, la fenomenología de Husserl, y la doctrina místico-religiosa del pensador danés Soren Kierkegaard (1813 – 1855), a quien se considera su precursor. La tesis nuclear del Existencialismo queda expresada en el apotegma de que ¨la existencia precede a la esencia¨, y a partir de ello se distinguen el Existencialismo religioso (Gabriel Marcel, Karl Jaspers, Nicolai Berdaiev, y Martin Buber), y el existencialismo ateo (Martin Heidegger, J.P Sartre, Albert Camus).

Con razón se ha planteado que en la filosofía de la ¨existencia¨, también queda reflejada la crisis del liberalismo burgués, incapaz de responder a las situaciones que la práctica social impone en el mundo capitalista. El ¨Existencialismo¨, de hecho, es percibido como una reacción ¨irracionalista¨, al ¨racionalismo¨ de la Ilustración y la filosofía clásica alemana. Los filósofos existencialistas afirman que el “vicio´´ principal del pensamiento racional, radica en tomar como punto de partida el principio de contraposición entre sujeto y objeto, o sea, en dividir el mundo en dos esferas: la objetiva y la subjetiva. La filosofía “autentica´´, desde la perspectiva existencialista, ha de partir de la unidad entre sujeto y objeto. Dicha unidad se halla encarnada en la “existencia´´, es decir, en cierta ¨realidad irracional¨. Según la doctrina existencialista, para adquirir conciencia de sí mismo como ¨existencia¨, el hombre debe hallarse en una “situación límite´´, por ejemplo, ante la faz de la muerte. Ello hace que el mundo se convierta para el hombre en “íntimamente próximo´´. Para los existencialistas, el procedimiento verdadero de cognición (que llaman ¨penetración en el mundo de la existencia¨) es la “intuición´´ (que Marcel consigna como “experiencia existencial´´; Heidegger como “comprensión´´; y Jaspers, como “ilusionismo existencial´´).

En el Existencialismo, ocupa un lugar importante el planteamiento y la solución del problema de la “libertad´´, definida como “elección´´ que hace el hombre de una posibilidad, entre innumerables posibilidades. El carácter voluntarista que el Existencialismo otorga al problema de la libertad, estriba en separar esa “elección´´ de la circunstancias, es decir, en aislar al hombre de la necesidad objetiva y de las leyes sociales. En este sentido, es emblemática la concepción idealista de la libertad, contenida en el famoso principio: ¨el hombre es lo que él hace de sí mismo¨, que es la base del pensamiento de Sartre. En última instancia, los existencialistas convierten el problema de la libertad en una cuestión puramente ética, y entienden esa noción según el espíritu del individualismo extremo, como libertad incondicionada del individuo frente a la sociedad.

Existencialismo y Estética

Las ideas existencialistas –que han ejercido una enorme influencia en la estética del siglo XX – aparecieron por primera vez en la esfera artística en los sonetos y las elegías del poeta austríaco Rainer María Rilke (1875-1926). Luego, se propagaron entre los creadores de varios países. Estas ideas hallan su más nítida y brillante expresión estética en las obras de Camus (“La Peste´´; “El extranjero´´); de Simone de Beauvoir (“Todos los hombres son mortales´´; “La Sangre de otros´´); y de Sartre (“Los Caminos de la libertad´´; “El Diablo y el buen Dios´´; “La náusea´´, etc). Para la estética existencialista, el objeto del arte es representar la “iluminación de la existencia´´(o sea, la vivencia irracional del individuo) y los fenómenos que originan esa “iluminación´´.

Es justamente en el orden estético, donde emerge una diferencia apreciable entre existencialistas ateos y religiosos. La estética de los primeros enlaza con el llamado ¨Naturismo¨, pues, demanda del arte, la reproducción de los bajos impulsos del hombre y de las facetas más sombrías de la conducta humana. ¨El mal entendido¨, la joya teatral de Camus recreada recientemente en Cuba por Juan Carlos Cremata, es una excelente ilustración de ese modo de asumir el arte. Esta pieza de Camus, a mi juicio, es el arquetipo de un planteamiento narrativo propio del existencialista ateo. Reúne un contexto sumamente perverso como ¨situación límite¨ (una mujer y su hija que asesinan a cuanto huésped llega a su posada) y una solución absurda hasta lo demencial (un forastero, peregrino misterioso, hijo y hermano irreconocible de las criminales, es asesinado como parte de la macabra práctica). Estamos ante una visión de la existencia profundamente pesimista, donde son hiperbolizadas las experiencias que la degradan hasta la categoría de ¨nada¨. ¨La náusea¨ de Sartre, es el invitado de honor en este panorama.

Sin embargo, para los existencialistas religiosos, el arte es una “cifra´´, un signo de revelación de las fuerzas del más allá, un reino intermedio entre el mundo y la unidad divina. Consideran que la misión principal del arte, es despertar las vivencias subconscientes del ser humano. En este sentido, el artista que profesa ideas existencialistas religiosas se considera un cronista privilegiado del único proceso vivencial que, a su juicio, puede dar una solución existencial: la ¨iluminación del acto de vivir¨. Esta circunstancia permite acceder al conocimiento de Dios. Así, el arte, en el Existencialismo religioso, ancla finalmente en un ¨optimismo teológico¨.

Existencialismo y Compromiso

El otro punto a considerar en la diferenciación entre existencialismo ateo y religioso, es el de la ¨resultante¨ existencial propiamente dicha, el de la ¨solución¨ filosófica a que conduce cada enfoque. Examinemos a los ateos: Camus es el cénit del pesimismo, el mundo exterior es para él, el ¨estado¨ del sujeto, y el único problema filosófico a resolver es el del ¨suicidio¨; para Heidegger, cuando la confrontación con la muerte le hace percibir al hombre su ¨temporalidad¨ y justipreciar el valor de la vida, deberá hacerlo despojándose de lo que él denomina ¨ídolos de la existencia¨, o sea, de fines, ideales y abstracciones científicas…De manera que, la ¨liberación¨ que propone Heidegger, lleva ineludiblemente a una suerte de ¨estado vegetativo¨ de la conciencia, a una conciencia que se vacía voluntariamente de todo contenido ideológico y que renuncia al compromiso social y humanístico; y Sartre, finalmente, que cuando ¨despeja¨ la ¨ecuación de la libertad¨ le confiere al hombre ¨responsabilidad¨, es víctima de la afirmación absoluta de la subjetividad, que es fundamento de ella misma y negación de todo lo demás. Para muchos estudiosos, Sartre representa el ¨paroxismo del antropocentrismo¨ y nos lega un humanismo que bien pudiera llamarse ¨un humanismo contra el hombre¨. La existencia, pues, según Sartre, sigue siendo un absurdo, y el ser humano es, como reza su famosa expresión: ¨una pasión inútil¨.

Filosóficamente hablando, el panorama que brindan los existencialistas ateos es de un pesimismo insuperable. No hay espacio en este cuadro para una perspectiva humanística esperanzadora.

Entre los existencialistas religiosos, la tesis de que el episodio de ¨iluminación de la existencia¨ permite acceder al conocimiento de Dios, origina una perspectiva de compromiso humanístico que no es posible obviar. Gabriel Marcel forma filas entre la militancia teológica católica, y Berdiáiev, que alcanza una estatura de místico, funda el llamado ¨Nuevo Cristianismo¨, como contrapartida de una religión cristiana que a su juicio es ¨un instrumento de explotación¨. Ya Martin Buber, el ¨filósofo del diálogo¨, a quien el Nazismo le prohibió hablar en público en Alemania, es la figura mayor de este comprometimiento. Estamos ante un pensador hebreo que supo apartarse del Sionismo, y cuya obra permitió que el Judaísmo, como pensamiento y forma de vida, volviera a ofrecer una perspectiva ideológica y ética seria, ante los problemas de cada momento. Y si hablamos de compromiso con la época y el pueblo, es memorable la polémica que sostuvo Martin Buber con Mahatma Gandhi, cuando este último le recomendó a la comunidad hebrea europea, poner en práctica contra el Nazismo los métodos de resistencia pacífica. Buber, construye una visión ¨dialógica¨ de la realidad y del hombre, de la que son consecuencias naturales la ¨proyección comunitaria¨ y su ¨filosofía del encuentro¨. Un nuevo modo de comunicación humana y personalización, que mucho revitalizó el Judaísmo. En este sentido, es oportuno recordar estas palabras de Buber: ¨Únicamente cuando el individuo reconozca al otro en toda su alteridad como se reconoce a sí mismo, como hombre, y marche desde este reconocimiento a penetrar en el otro, habrá quebrantado su soledad en un encuentro riguroso y transformador¨.

Tres escuelas de existencialismo

En términos: a) de la existencia e importancia de Dios o asimilables como lo Espiritual o el Ser; b) a su negación; c) los dudosos o no-importancia de Eso por la existencia. Se pueden ver tres escuelas de pensamiento existencialista: la teológica, la atea y la agnóstica.

Existencialismo teísta

Esta escuela se puede ulteriormente dividir en "religiosa" y "espiritualista". El existencialismo teológico-religioso halla en Kierkegaard el primero y mayor representante. Heidegger representa el existencialismo espiritualista con su concepción del "ser" y se distancia expresamente del existencialismo ateo de Sartre en su Carta sobre el humanismo. También Buytendijk, psicólogo cercano a Heidegger, admite ser existencialista su esta línea. Martin Buber, por su parte, representa a una corriente de existencialismo judío muy influida por el hasidismo. Mientras que Gabriel Marcel y Jacques Maritain son encuadrables dentro de un "existencialismo cristiano" no tanto de línea kierkegaardiana sino más bien jasperiana/mounierista (filosofía de la existencia y personalismo). También Nicolai Berdyaev puede considerarse un existencialista religioso de fe ortodoxista.

Existencialismo ateo

El existencialismo ateo es expuesto en el siglo XX por Jean-Paul Sartre y Albert Camus, que escriben novelas, obras teatrales y ensayos filosóficos. Pero Sartre es, sin duda, aquel que ha dado con El ser y la nada un ejemplo de ateísmo filosófico importante.

En el siglo XXI hay que mencionar tres filósofos ateos (dos franceses y un italiano) muy interesantes. Se trata de André Comte-Sponville, Michel Onfray y Carlo Tamagnone.

Existencialismo agnóstico

Es un existencialismo por el cual la existencia o no de Dios es una cuestión irrelevante para la existencia humana. Merleau-Ponty puede ser considerado gran representante de la corriente, aunque manteniendo más nexos con la fenomenología de Husserl

Anexo

J.P. Sartre (n.1905) – Existencialista ateo. Recibe influencias de Husserl y Heidegger. Su filosofía también tiene vínculos con la doctrina de Kierkegaard, y tiene deudas con el método del Psicoanálisis de Freud. Los atributos de su doctrina son el “antropocentrismo´´ y el “subjetivismo´´. Concibe al hombre como “ser para sí´´, del que se derivan las formas del “ser en sí´´, es decir, del mundo objetivo –espacio y tiempo, cantidad y calidad…

Gabriel Marcel (francés, nació en 1889). Uno de los grandes paladines del llamado“ existencialismo católico´´. Principales trabajos: “Diario metafísico´´; “Ser y tener´´; y, “Los Hombres contra lo Humano´´. Es el más cercano de los existencialistas a la doctrina de Kierkegaard. La filosofía, según Marcel, se contrapone a la ciencia, que estudia el mundo objetivo pero no la experiencia existencial, o sea, la vida espiritual del Hombre. Para Marcel, la experiencia existencial es “irracional´´ por su esencia, pues contiene “misterios´´ y es objeto de la fe. Según Marcel, por medio de la experiencia existencial puede llegarse al conocimiento de Dios. La ética de Marcel se sustenta en la doctrina católica acerca de la predestinación y el libre albedrío.

Martin Heidegger (n. 1889). Uno de los principales representantes del existencialismo alemán ateo. Las preocupaciones, la angustia, el temor, son formas que componen la existencia subjetiva del hombre, lo que Heidegger llama “Estar en el mundo´´. Para él, sólo se puede captar el sentido de la existencia si se renuncia a todo propósito que implique la consecución práctica de algún fin, o sea, el hombre ha de alcanzar conciencia de su “mortalidad´´, de su “temporalidad´´. La experiencia de confrontar con la muerte, según Heidegger, es la única que permite al Hombre apreciar el valor de la vida, y despojarse de todos los “ídolos de la existencia social´´: de los fines, los ideales, y las abstracciones científicas.

Albert Camus (1913-1960) Filósofo y escritor francés. Existencialista ateo. Premio Nobel de literatura en 1957. Obras principales: “El mito de Sísifo´´; “La peste´´; “El hombre rebelde´´. Recibe influencias de Schopenhauer, Nietzsche y del existencialismo alemán. Para él, el mundo exterior es el “estado ´´ del sujeto, y, el único problema filosófico a resolver es el del “suicidio´´. Las ideas de Camus son extremadamente pesimistas. El hombre siempre se halla en una situación absurda y su destino es una ruta sin sentido.

Soren Kierkegaard (1813-1855). Filósofo místico danés, precursor del existencialismo moderno. Obras principales: “O lo uno o lo otro´´; “El concepto de la angustia´´; “Enfermedad mortal´´. Crítico de filosofía de Hegel desde las posiciones de un subjetivismo extremo. “La verdad siempre es subjetiva´´, según Kierkegaard. En ética, defendió el individualismo y el relativismo moral, y propagó el desaliento, el miedo, y el odio a las masas populares. Introdujo el concepto de existencia, como “síntesis de lo finito y del infinito, de lo temporal y lo eterno´´.

Karl Jaspers (n.1883). Relevante figura del existencialismo alemán. Dedicado inicialmente a la psiquiatría, ello determinó su manera de asumir los problemas filosóficos. Así, en los fenómenos psicopatológicos, Jaspers no ve una expresión de desintegración de la personalidad, sino atormentadas búsquedas que hace el hombre de su propia individualidad. El existencialismo de Jaspers alcanza su culminación con su teoría de las “situaciones límite´´. Según la misma, el sentido de la existencia sólo se revela al hombre en períodos de profundísimas conmociones (enfermedad, muerte, culpa inexpiable…) Es entonces, según Jaspers, cuando se produce el “desplome de la cifra´´, o sea, cuando el hombre se libera de sus preocupaciones cotidianas y se abre, ante él, el mundo de su existencia profundamente íntima. Esto lo denomina “Iluminación de la existencia´´. Sólo entonces, puede acceder a la autentica vivencia de Dios.

Nicolai Alexandrovich Berdiáiev (1874 – 1948). Filósofo ruso, existencialista religioso, místico, fundador del llamado: “Nuevo cristianismo´´. A la lucha de clases marxista, contrapone Berdiáiev la “liberación espiritual interior´´ de la personalidad por el camino de la religión (expresado sobre todo en “Filosofía de la libertad´´ de 1911). Berdiáiev llama al capitalismo “régimen inhumano´´, y al viejo cristianismo “instrumento de explotación ´´. Además, afirma que el marxismo no “ve´´ al hombre tras los compartimientos estancos de las clases sociales y que es incapaz de resolver el problema de la libertad humana. Berdiáiev, afirma que el existencialismo cristiano sí resuelve dicho problema. Para él, la única realidad es la “existencia´´ del sujeto, cuya plenitud se basa en la “libertad absoluta´´. Berdiáiev, introduce la noción de “dialéctica de la humanidad divinizada´´, que se apoya en el presunto misterio “del nacimiento de Dios en el Hombre y del Hombre en Dios´´ (idea que toma de Dostoievski).

 

 

Autor:

Jorge Alberto Vilches Sánchez