Descargar

De las tribus a la sociedad actual (página 2)

Enviado por Pedro Sandsrea


Partes: 1, 2

EL ESPÍRITU HUMANO

Las obras del espíritu human, o encarnado en el hombre, constituyen la estructura del edificio de la creación; porque en esa estructura, se dan la belleza y las formas vivas del ingenio, con las fuerzas combinadas de toscos pero fuertes materiales.

El arquitecto no puede crear y no crea belleza, sino con mucho trabajo, buenas herramientas y buenos materiales; pero produce mayores bellezas con los materiales más dóciles, que en sí, no tendrían consistencia alguna, si no fuera porque luego cuenta con aceites, barnices y pinturas, que dan fortaleza las débiles filigranas, que son más dóciles, cuanto más bellas por su finura. El mundo ha pasado muchos millones de siglos dando vueltas sobre su eje alrededor de su centro el Sol, creando materiales para producir las formas, tamizando substancias y separando y juntando las de cada especie; y cuando ya tiene preparado suficiente cantidad y provisiones alimenticias adecuadas al débil organismo humano, llega la familia espiritual, o sea, los arquitectos que han de demostrar la vida del creador, en formas delicadas y belleza; y la tierra, hace una demostración y el más grande de sus sacrificios, para que aparezca su director, que es la corona de su trabajo y, surge el hombre.

Pero para esto, hace, 52 millones de siglos, que sucumbió todo lo que existía sobre la superficie de la tierra, en abrupta vegetación y gigantescos animales que componen los fósiles que hoy, se explotan en todo el mundo; como son: el petróleo principalmente, el carbón, el oro, la plata y hasta el hierro. Esto, como consecuencia del único cataclismo global, al partirse en dos partes la tierra, dando origen a la actual luna y las montañas y a las diferentes capas geológicas del planeta.

He aquí, un lugar a un hombre misionero que confirma esta parte de nuestra doctrina o filosofía austera y racional:

Ameghino, espíritu profundamente analítico y genial sintético, tuvo la extraña visión retrospectiva de lo que había sido el mundo nuestro en remotas épocas: creó las formas eslabonadas de los seres en la evolución filogenético, pronosticó su futuro, y elevándose desde la entraña misma de la tierra donde sus manos de sabio palparon esa formas fósiles que había soñado, se alzó hasta el poema de la Creación que vibra en su "Credo", como un acorde poderoso de infinita armonía.

La verdad que dimana del conocimiento de la naturaleza, es lo que más hace perfecto al hombre, robusteciendo su cerebro, dando luz que alumbra las sendas que eran tinieblas, revelándole el misterio y prestándole fuerza para afirmar con mayor seguridad su planta en la investigación de esa verdad que también se llama belleza.

En este concepto, no es sólo la patria (Argentina) la que puede estar agradecida a la labor del sabio; son también los hombres de todos lo pueblos.

Desaparecido el maestro, la comprobación ha continuado ya que los hombres s suceden unos a otros y el afán de investigación es eterno desde que la razón pudo formarse: el territorio nacional desde Jujuy hasta la Tierra del Fuego, entrega sus tesoros de la vida pasada, cada vez que se excava, y cada hallazgo es un nuevo elemento de prueba que robustece lo afirmado por él. Y esto no sucede sólo aquí en donde el capital fósil es mayor que en cualquier parte; sucede en Europa como en los yacimientos de Pildton y en África con los de Egipto; y los que han creído al hombre originario del cuaternario europeo y descendientes del monos, han abandonado esa creencia que impugnara tan virilmente el maestro en vista de lo que ellos mismos han encontrado ahora en su tierra.

Sus 179 obras encierran otras muchas profecías que aun no se han realizado, dejando constancia, en cuanto a hechos y labor, algo que asombra.

Ameghino no fue sólo el paleontólogo que halló más de 100 especies nuevas y cientos de géneros, determinándolos: halló faunas enteras desconocidas que marcaban otros tantos horizontes ignorados de la tierra, que con su dominio de la geología, estableció en la capa terciaria que no se trataba de 3 o 4 de esos horizontes, sino que ella era de trascendental y mayor importancia, pues se componía de 19 horizontes que representaban otras tantas edades en las que mundos nuevos de animales habían aparecido y habían evolucionado hasta extinguir sus tipos característicos. No era ya marcar nuevas especies ni nuevos géneros: era el descubrimiento de épocas que habían durado cientos de siglos, con extraordinarias poblaciones viviendo en su ambiente.

En esto, la afirmación del geólogo estaba comprobada por la del paleontólogo que presentaba los restos fósiles de los animales diversos de cada época.

Hallo que la Patagonia era la cuna originaria de todos los mamíferos que poblaban la tierra, y por tanto del hombre, presentando los diminutos seres primitivos de los que derivaron los gigantes monstruosos del terciario y pudo seguir pasa a paso su evolución desde el origen hasta la formas actuales; el secreto de la evolución fué expuesto a la luz del día y la geología y la paleontología unidas le sirvieron para trazar la líneas de los continentes que habían existido en la tierra.

El mundo no había tenido en otras épocas la misma distribución geográfica que hoy tiene. Afloraron en su origen las primeras tierras, que surgieron del caos de las aguas, islas arcaicas que diseminadas en el Océano hirviente en las que se contaban las venerables tierras del Tandil, testigos silenciosos de toda la evolución terrestre, después, en las épocas carbonífera, jurásica o cretácea los continentes cambiaron, como incesante y lentamente se modifican; tierras colosales como Gondwana, que se extendía desde las regiones occidentales de la Argenina hasta las orientales de Queensland y Nueva Gales del Sur, abarcando en su conjunto Australia, la India y la mitad austral de África y la América del Sur. Destrozada después Gondwana, el vasto continente de Archelenis nos ligó al Africa, desapareciendo más tarde y quedando sólo como rastros visibles los picos volcánicos dev las islas Trinidad, Asunción y Santa Elena.

Esto explicaba las emigraciones de los animales formados aquí, al Africa y la Europa, en donde evolucionaron para regresar de nuevo, ya transformados, por los puentes geológicos que vinieron más tarde. Esta circulación de corrientes de faunas, dominadas en sus épocas y en el estado de evolución de los animales, permitió a Ameghino profetizar los tipos de fósiles que debían encontrase en África y en Europa, en épocas fijas geológicas, lo que ha venido a realizarse después de su muerte, con asombro de todos.

El gran observador analítico había estudiado los dientes de los mamíferos desde su forma primera hasta la actual, y el genial espíritu sintético y generalizador, había deducido de ellos toda la ley filogenética en esos seres. Por eso leía en los dientes y el examen de un solo molar le permitió reconstruir el tipo antecesor del elefante, en ese mismo molar leyó toda la historia desde el más remoto pasado y pudo escribir la de este judío errante que originado aquí pasó a evolucionar en el África y dio la vuelta al mundo regresando por el norte de América, después de haber alterado su forma en cada edad.

Fue siguiendo así los seres de otras edades, desde el silencio de su gabinete, acompañándolos en su forma por todos los continentes en todas las épocas, y por eso sabía en que capa geológica se encontrarían sus restos en la forma que entonces debían haber tenido.

En el último tiempo de su vida, aplicó estas facultades poderosas y extraordinarias a buscar el origen y la evolución del hombre que él había presentido en su maravilloso libro "Filogenia", y un cuarto de siglo más tarde tenía sobre su mesa los ejemplares de 50 fósiles de Homúnculos, el diminuto hombrecillo de la Patagonia de 50 centímetros de altura, Antroppos, Tetraprothomo, Diprothomo, Homo Sinemento, Homo Pampeus y cien restos de hombres extinguidos, con lo que sorprendiendo su origen desde las capas eocenas, paso a paso fue siguiendo sus huellas y sus transformaciones, teniendo la felicidad de hallar sus retos.

Así transformó no sólo la paleontología sino también la antropología, y sus atrevidas afirmaciones tuvieron más tarde como prueba irrefutable la evidencia de los hechos, de las formas predichas y encontradas, de los yacimientos comprobatorios que señaló en diversa partes del mundo y que aparecen recién hora.

Por eso los descubrimientos del futuro llevarán su nombre ligado a ellos, y el recuerdo de su genio forzosamente tiene que acompañar los adelantos de la ciencia.

Se desarrollo rápidamente aquella generación, que alcanzó a unos 50 centímetros (dos pies); su agilidad lo ponía a salvo de algunas asechanzas de las bestias, pero muchos sucumbieron.

Anotemos aquí, lo más trascendental de los hechos, como fundamento de autos de juicio sumarísimo, para que los hijos de comuna, conociéndose a sí mismo, ahonden en la verdad de los hechos hasta su comprensión y sabiduría, aun siendo hechos penados, de los cuales él mismo fue autor y actor, juez y sentenciado. (en otras reencarnaciones)

Después de haber visto la aparición, en varias regiones del mundo, de los primeros hombres, al salir de las bolsitas, eran poco más o menos autómatas, hasta que su desarrollo en la primera generación, el instinto y la ley les llevó a encontrarse machos y hembras y multiplicarse rápidamente; se juntaban para satisfacer la ley animal de la carne; y no conocían si eran hermanos, hijos, madres, o padres e hijas.

Al llegar a encontrarse diferentes tribus, empezó el recelo y se apretaban más cada una, obligándolas a emigrar, a estudiar y se tomaban los sonidos, señales y costumbres. Plantaban árboles que les daban frutos y que la misma naturaleza les enseño.

Sus dolores y sus heridas, ya por la caza, ya por comer frutas dañinas, los obligaron a buscar remedio; a medida que progresan, aunque a poco, conservaban los cadáveres de sus mayores valerosos, ignorando que eso era sentimiento, haciendo imágenes de los que un día adoraban en sus cadáveres sin que les molestara el hedor. Pero, luego, serían hechos sepulcros, aun de piedra y tierra y ramas de árboles y serían estos los primeros templos, en la necesidad de adorar, aun sin tener ellos cabaña.

Estos primeros templos eran custodiados por toda la tribu y lo mismo sucedía en la vecina; pero una y otra crecían rápidamente y tenían que dividirse y marcharse a nuevos territorio y surgió un nuevo templo; causándose disgustos demostrados en alaridos. No sabían que esto era antagonismo; pero por esto empezaron a odiarse y al fin, la lucha y se mataron y se comieron; eran caníbales.

Crecían su ofrecimientos y peticiones a sus antiguos en su imágenes de barro informe y se acecharon y los vencidos quisieron vengarse y ofrecían a sus ya ídolos, lo que del enemigo trajeron; y, nacen los sacerdotes, encargándose por la tribu de custodiar los ídolos; naciendo la casta sacerdotal y las victoria uno sobre otros, atribuidas al ídolo, que después sería atribuida a su Dios por los cuentos tradicionales. Quedaba así encendida la guerra de tribu en tribu, de lo que fue un recuerdo, una gratitud de la familia al padre de la tribu y acaba por convertirse en religión e idolatría.

Así se vio la tierra manchada en sangre y aun sin ningún adelanto en artes, industrias y agricultura. Pero habían conocido todos sus territorios y formado tribus poderosas, tanto más, cuanto más fieros eran sus combatientes y fieros sus sacerdotes. Y… ya habían pasado unos 20 millones de siglos desde su aparición del hombre.

No pasaba en balde el tiempo, la naturaleza seguía su curso enseñándole al hombre, aunque fiera, vivía ya en agrupaciones y se establecían en países más propicios y ya habían aprendido a levantar chozas y formaban los poblados y muchas formas de progreso para su consumo y el grueso de aquellas hordas se radicó con largos dominios en lo que hoy son los mares Atlántico y Mediterráneo, al norte del ecuador y en la hoy China e Indias Orientales, sobre el ecuador, quedando en Sud Africa y en el Occidente pequeñas tribus por varias causas que les favorecían y vegetando en afinidad. Pero también tenían adoraciones (si cabe más humanas) aunque imperaba el sacrificio, como constitución, hasta que allí y en Oriente, empezaron a descender y encarnar, espíritus voluntarios de estudio, por amor a la justicia, de mundos cercanos, del sistema solar y empezaron a refinarse más en predominio y vicios, porque el tiempo le sobraba al guerrero y al sacerdote, porque los que encarnaban les traían conocimientos más adelantados de su temperamento y grados de sus mundos; sobre todo de Marte y Venus. El adelanto era sólo material, porque aun no conocían al Creador, pues como en la tierra, eran mundos de expiación con el progreso en la China hace 80 siglos; adelanto que fue aprovechado por los sacerdotes, para su supremacía; y, los nombres de Marte, Venus y otros los hicieron dioses de fastuosidad, mayormente del ecuador al norte.

En los dominios orientales, fueron más felices; pero esto se debe ver en la justicia de la ley, que a cada uno da lo que puede llevar y serían de mejor temperamento o más progresistas, pues allí recibieron las visitas de mundos mayores como Saturno y Júpiter y hasta del Sol, por lo que supieron letras y artes; progresaron en la agricultura y pudiendo mantener a raya a los atlánticos que se entregaba al boato y al vicio más terrible y huyendo les hacía alguna luz; pero caían en la esclavitud, tan pronto pasaban donde se adoraba otro dios.

Ya había grandes ciudades y el hombre había dominado todo el reino animal y algo había hecho. Dejemos a los que viven en los dos valles más ricos de la tierra (el Atlántico y el Mediterráneo) porque éstos, no darán satisfacción de progresar en lo moral, aunque mucho de lo material, para satisfacer la concupiscencia, de cuya memoria, aun tenemos mucho.

¿Cuál es el adelanto de aquellos habitantes del Oriente sobre los del Norte? Se lo da hecho la naturaleza en sus riquezas; pues, el oro ya se conocía y se fabricaba con primores y vestigios que guarda el fondo del Atlántico y Mediterráneo.

Pero todo esto les dio un interminable bacanal. Allí imperó por su voluptuosidad la famosa diosa Venus, nombre dejado por los hermanos de aquel mundo que en misión a la tierra a aquellos continentes, como muchos otros nombres que los primitivos hicieron dioses.

Los habitantes de Oriente, tenían los mismos vicios, mucho más modestos, porque gustaron más del trabajo y con él ensanchaban sus horizontes y haciendo grandes atractivos que para ellos era gran cosa hacerse con su manos y de buenos metales sus idolillos representante de sus dios grandes: Apolo, Júpiter y otros. Y como les habían llegado palabras de ciencia y nombres de astros, sus sacerdotes, ahí encontraban materia de dominio con menos guerras y ensanchaban por toda el Asia sus dominios.

Pero como el espíritu dormía; no había más que guerras de esclavitud; y si esto había permitido mucha tranquilidad y holganza a los que a costa del trabajo ajeno vivían, llegaría el descontento. Un guerrero, Peris hastiado de los sacerdotes, levantó a los esclavos para servirse de ellos. El nombre de Peris, en la literatura de hoy representa oro y no puede ser más significativo, porque hoy es el único dios que la tierra adora; pero sea justicia, sea providencial, lo cierto es que el nombre de Peris se desgajo de un rico árbol de Oriente y de ahí hasta que a nosotros llegue con el nombre de "Reino de Persia". País del lujo, de las bellas artes y el boato, pero foco de industria y mayor libertad, aunque esclavo; pero con el culto a Peris, mucho más moral que los otros, parece que va buscando algo más: pues su riqueza, su holganza y su extensión no le bastan y, sirviendo de muralla al Medio Oriente, pero recibiendo sus adelantos morales, Peris pasó al hoy Egipto y recorriendo la Arabia, dominaba fácilmente, porque llevaba mucho progreso material. En Egipto, sentó un trono que sería la llave verdadera más tarde, para empezar la civilización.

Aquí el Dios Peris, se va a encontrar con Fulo, su terrible rival, fundador de la religión fúlica viejísima ya en aquella fecha: cerca de 5 millones de siglos no teniendo ya memoria de su antigüedad. Fulo, era superior a Peris, a Apolo y a Júpiter y a todos los de tantas religiones juntas porque, Fulo es el fuego; el uno todo lo consume y el otro todo lo domina en lo material

Pero, Peris lleva la primera literatura en tablillas de oro y grabados, en jeroglíficos, los primeros pensamientos, bárbaros, porque, aunque eran pensamientos, y nombre que habían sido traídos por lo espíritus que habían encarnado en la China e India, de los varios mundos vecinos de nuestro sistema solar más adelantados; venían por justicia y para saciarse de sus apetitos, y otros, para escarmiento; unos y otros para traer a sus hermanos terrenales los rudimentos de aprovechar los productos de la naturaleza, cuyos gérmenes se había dado a la tierra en aquel largo viaje de gestación: 123 millones de siglos, edad de la tierra.

Es en esta forma como llegan las primeras notas del progreso de un mundo a otro y como nos llegó a la tierra la noción de las primeras ideas de progreso y con los escarmientos que la estupidez ocasiona, nacerá la primer consciencia; pero jamás ocurrirá, sin que las paciones se hayan saciado; antes, todo será inútil.

Se desprendió un rico gajo de la familia del Oriente (China e India), para llegar al septentrión de aquel inmenso continente.

Peris, tiene más progreso material; pero encuentra en Fulo, más de la mitad del trabajo hecho de sus relucientes industrias, las que, si antes habían de modelar y aun extraer las pepitas minerales a golpe de martillo, vio que en el fuego era más fácil el trabajo y las formas; y como llevaban los rudimentarios conocimientos recibidos en la China e India, eran como doctrinas que venían a rendir homenaje a Fulo, el que las divinizaba con sus efectos de calor, por el que los de Peris, hacían más primores con los metales que se le ofrecían luego a Fulo, como obra de potencia. Peris razona: lo toma por su dios y se unen en lo moral para dominar luego toda la tierra conocida; pero sin desconocer, que la doctrina y por lo tanto la rudimentaria inteligencia, la reciben del más allá; por lo que, Fulo, en trono mayor, consiente en ser llevado por Peris hasta el Sol naciente; y llegó allí Peris, pasos atrás, "hasta su nacimiento". Era el reflujo que volvía fortalecido en su marcha del flujo. Allí tomaría nuevas fuerzas, porque ya habían llegado otros dioses mayores, muy burdos aun, pero más espiritualizados. Había allí grandes pasiones; pero existía la lucha entre el sacerdote y el guerrero; y de estas luchas, aunque todos eran esclavos unos de otros y las pasión de la carne parecía no saciarse nunca, sin embargo, medraba la humanidad. El guerrero necesitaba hombres y sin mujeres no podría haber; se consideraba ya bastante la mujer por ser madre y tanto más, cuantos más hijos tenía. Primeros frutos que recibía la tierra de los visitantes del sistema solar, incluso de Neptuno, que dominaría en verdad la tierra, Malas son la pasiones; pero, venditas pasiones, que para satisfacerlas, hubieron de venir los rezagados de aquello mundos, desde Venus a Neptuno y nos dejaron en la tierra raíz de familia, la semilla del progreso y, pusieron el jalón para las ciencia!…

Fulo es llevado por Peris, de trono en trono, y él también va triunfando unido a su potencia y luz y así, en la China y la India, donde empezaba la primer moral, –¡Qué moral! – pero en fin, era el germen de la moral, pues se respetaba la madre por los hijos que daba para la guerra y las doncellas para la concupiscencia de los dioses, o sea de los sacerdotes y guerreros; aunque esto fue el principio de tantas desastrosas castas y clases, ya se encuentran juntos, potencia fuego, e industria por inteligencia, aunque sólo fabricase dioses y armas y el germen de la moral, todo rudimentario, pero ya era una buena trinidad, con la que aquellos niños barbudos empezarían a ser adultos traviesos. Y tanto fue, que desde las aguas del Oriente donde ya se sentaba Fulo bajo el Krisna, hasta mucho más allá, hasta el Mar del Norte llegó su reflujo y su nombre y el Krisna llega hasta hoy; avergonzado de sí en su historia, pero triunfante ya en su lucha . Y, entendiendo bien, hermanos, se llegó a la sabiduría, complemento de todas la ciencias y progresos, que han sido pasados por el crisol de su potencia y hoy Peris, Fulo y Krisna ceden y se anulan, porque el que viene a vencerlos trae la luz del "Electro-Magno", porque es el fuego original del que el Krisna salió y no se avergüenza por él, sino por la historia que los hombres le han dado por lo hechos bárbaros, cuya rebosadura son las piras de Inquisición.

Llegó el flujo y reflujo de la India a Egipto y obligó a establecerse el reflujo, para no parar ya; pero no sólo es el vaivén de la ola, sino que en dos puntos de partida, arañando, socavando la resistencia, hasta que logra romper la barrera y extenderse por los declives y, del Egipto pasa al Norte; y como allí estaban los niños más traviesos en los valles más ricos de la tierra, al llegar el Krisna, que ya forma una trinidad potente con Fulo y Peris y disfrutan los beneficios que el Krisna encerraba, fue el desborde de la pasión, ya que allí parecía nada más que el Edén de la carne y allí fueron dios y dioses los hombres y mujeres más pudibundas, hasta avergonzarse la tierra.

La justicia velaba y el tiempo se cumplía. Los hombres no se acordaban de sus deudas al Creador, ni aun con la llegada de Krisna y el fuego y, poco a poco, por las guerras y el continuo sacrificio, fue sacando de aquellos valles la justicia divina a los más adelantados; a los niños que ya se hacían párvulos y los inspiraba a subir y poblar las montañas al norte y al sur de lo que hoy es el Africa, que estaba dividido por un mar por medio, que era todo los que son los desiertos del Sahara y Libia, hasta el Mar Rojo, que elevándose su profundo lecho, envolvió los dos valles frondosos la Atlántida y el Mediterráneo y… allí duermen los recuerdos como esencias de lo que fue, apareciendo a su vez las Américas.

Esta hecatombe fue el aviso a la naciente conciencia de los del Krisna que con dolor de su recuerdo, llamó el alma al espíritu. Pero, en conjunto, han pasado desde que los hombres viven en ciudades, chozas y cabañas, cerca de 24 millones 999.003 de siglos (aunque no se desmienta ni se crea); pero sólo unos 4 millones de siglos, desde que Peris, hizo la sublevación; y desde que se hunde la Atlántida y el Mediterráneo, hace 89 siglos solamente; mas desde la aparición del hombre, son 44.999.252 siglos (increíble… ¡verdad!; pero cierto), hasta el corriente; y 123.000.000.253 millones de siglos, desde el nacimiento de la tierra.

Estos 4 millones de siglos, fueron fructuosos, Peris, con Fulo hizo primores y recuerdos pueden buscarse en el fondo del Nilo, en la Persia y más recientemente, en lo material, en la China e India; pero aquí hay más antigua ciencia o doctrina o civilización; pero sólo era la semilla, el germen de la civilización, que por la hecatombe va a arraigar, porque van a llegar otra vez los que dejaron los nombres de sus mundos que los van a encontrar convertidos en dioses de todas clase y armas.

El Krisna, es la representación de Peris y Fulo, donde se juntan moral o doctrina, industria o arte, con el fuego o potencia; y está representado por una imagen de dos trozos de madera muy dura sujetado por un clavo o tornillo, u otra cosa resistente. Los fúlicos, usaban colmillos de fieras y aun con huesos, de modo que abierto, forma una cruz con una manija en un extremo, con la que le daban vueltas rápidamente, untándole grasa y al girar rato a prisa, producía calor y al fin, fuego. Este era el Krisna, como figura, elevado aún hoy en la India como el mayor dios, pero alrededor del cual la humanidad tomó la primera luz. ¿Es acaso un invento pequeño de aquellos tiempos?…

Ha desaparecido la mitad de la humanidad; los pocos que de aquellos valles se salvaron, tienen ascendientes en Europa, Asia y América.

Como sólo en signos y jeroglíficos se apuntaban los hechos, pocas generaciones bastaban para el olvido; pero por entonces se empezó a escribir en la China e India, un algo, poquísimo, pero algo se podría encontrar si nosotros lo necesitáramos; pero la historia de la tierra está escrita en los mundos mayores y en el archivo de Sión (Sirio) depositada y el misionero de allí la copia.

Desde la hecatombe del hundimiento de la Atlántida, vuelven a encarnar hermanos de los mismos mundos que antes llegaron a saciar sus instintos, y ahora vuelven a pagar sus tributos, porque ya se hicieron hábiles en los progresos de los mundos y traen conocimientos, letras, más artes y más moral. Pero todo cede en el hombre antes que la pasión de la carne; y como en la ignorancia el miedo prima, y sobre la ignorancia y pasiones de aquellos hombres estaba la superstición, creada, y sostenida y consagrada por los sacerdotes hasta tenerla como cosa invencible el guerrero, los sacerdotes del Krisna aprovecharon para sí en las prédicas de la potencia de su dios; pero del temor y la superstición creció un algo el trabajo; menguó la guerra por unos cuantos siglos, pero se extremó el culto y hasta se hicieron himnos y cantos. Pero las castas sacerdotales, no renunciaban a la contribución de las doncellas y es natural que reinara siempre el descontento y al fin se reincidiera el odio y se trabasen luego las luchas más sanguinarias y más, cuando el sacerdote se sobrepuso de hecho y derecho al guerrero. Y como bajo el sacerdote, o su ídolo, estaba la mayoría, se hacía necesaria la emigración y buscar apoyo aunque fuese un tiempo esclavo de otro sacerdote y llevarían entonces la guerra de uno a otro pueblo. Esto era la anarquía que resultaba necesaria para abatir el despotismos sacerdotal; pero éste, entonces, antes de perder sus derechos abrogados por la astucia y fuerza bruta, como llegaban nuevos conocimientos y estos ya eran un tanto morales y de paz, ideó (por necesidad de la vida) la unión de poderes en la división de cargos, en la que el sacerdote asumió la parte moral o doctrinal y el guerrero el sostenimiento del orden. Este es el momento más tremendo de la tierra, porque el guerrero auxilia al sacerdote y éste a aquél. Ahora el pueblo es esclavo vil de los dos, los que con toda injusticia lo dominaron y aun llega a nuestros días bien marcado aquel despotismo fiero, a pesar de haber combatido los misioneros, 59 siglos.

Había cuatro tronos o pontificados, siendo el primero el de la China, el segundo en la India, el tercero en Persia y cuarto en Egipto. Y aunque todos tenían la misma trinidad o el Krisna, adoraba infinidad de dios cada trono, los que eran causa de nuevas divisiones y formación de nuevas sectas; y llego a ser raro, que hubiera dos ciudades con el mismo ídolo, aunque tenía todos por divinidad mayor el Krisna.

Cuantos más tronos hay el despotismos es mayor y la justicia nula y ninguno de esos déspotas renunciaba al derecho establecido de la contribución de las doncellas y la corrupción en breve tiempo, llegaría al colmo. El asesinato entre los magnates, era comida diaria; entre el pueblo, el derecho era del más bárbaro y la esclavitud, la más espantosa. Esta era la moralidad en todo aquel vasto territorio (la mitad de la tierra) cuando llegó una nueva generación que los sacó a todos del poco juicio o ninguno que tenían y quedaron todos como hipnotizados, ante esa gran generación.

Continuando con estas evidencias o verdades axiomáticas, de lo acaecido desde la formación de la tierra, hasta la venida de los misioneros en misión de regenerar la vida salvaje, primitiva y concupiscente de aquella humanidad de hace unos 6 siglos.

Registra la geología cosas, que de momento parecían sueños a sus descubridores. Encontrándose en las altas cumbres de las montañas calcáreas moluscos que sólo en el mar pueden tener vida, y no se explican el fenómeno, atribuyéndolo a los vientos y huracanes; pero al encontrar grandes cantidades y mezcladas entre la dura piedra, aquella hipótesis se deshacía y nacía otra poco más o menos inverosímil, hasta que la misma naturaleza le enseñó la lección y hoy se la completa.

Otro prejuicio, es el del "diluvio universal bíblico"; pero no es cierto que existiera tal, en el tiempo de Noé, casi ayer, y una prueba matemática que no miente es, que habiendo parido las mujeres todos los días y dado cien hijos cada una, no se habría cubierto la tierra de su procedencia, desde aquella fecha tan cercana.

El único "diluvio universal" que la tierra ha tenido, es el señalado en el parto de la tierra para producir luego al hombre y de cuyo parto nació la "luna". Fué entonces que se formaron los grandes montes, que ascendieron del fondo de los mares y se hundieron continentes; envolviéndose todo lo existente sobre la superficie de la tierra: hoy fósiles. Ahí está la causa de que en el Himalaya, el Blanco y otros picachos tan elevados se encuentren restos de habitantes del mar, como se pueden encontrar en la Luna.

Después de esto, sólo ha habido movimientos parciales; pequeños hundimientos y levantamientos; el de la Atlántida: hace 87 siglos, fué el mayor que tuvo la tierra hasta el que hoy se espera, con otro parto para otra Luna; cuyos dolores y rotura de aguas se dejan sentir en todo el mundo; en inundaciones, incendios, terremotos, además del recalentamiento global por el ensanchamiento de órbita de la tierra. En este mismo momento en que transcribo este trabajo, escucho la "Voz de Rusia", está informando inundación de hasta 6 metros de altura en Inglaterra e incendios en la misma Rusia y temperaturas de 45 grados en algunas partes norteñas.

Ya algo se ha dicho de las causas del hundimiento de la Atlántida, que fue el vicio, no tan grande como el que hoy hay en esas naciones llamadas civilizadas y que no son más que "la prostituta del Apocalipsis"; por lo que no contarán el cataclismo final del mismo Apocalipsis del capítulo 16, Ver. 18 "un terremoto tan grande, cual no fue jamás desde que los hombres existe en la tierra".

Al hundirse la Atlántida, rompió el istmo que unía el África con España y anegó un poblado que hoy constituye el Mediterráneo y surgieron las Américas: de las que sólo existía una barrera o cadena de picachos, que son los Andes.

Pero, ya había habitantes en la pequeña faja de terreno que existía en la hoy cordillera, y que muchos otros fueron llevados por las aguas al actual Méjico, que era como el final de la cordillera andina, y algunos picachos en la hoy Norte América, que como Continente sólo existía en forma de archipiélago.

Esto explica la causa de que se encuentren en los Andes vestigios muy antiguos y de que en Méjico, encontrara Hernán Cortés tanta civilización como él llevara de España, a excepción de las letras, que ellos habían heredado de los israelitas y árabes. Pero antes de los egipcios y de un principio más adelantado por la doctrina de Jesús, que aun no había llegado a América, tenían sus leyes más equitativas que los de hoy, aparte de una tiranía religiosa un tanto burda, pero mejor que la que les llevó Cortés.

No podrá haber paz en la tierra, hasta tanto falte un solo ser humano sin acatar la Ley de Amor y viviendo la "Comuna de Amor y Ley", que es el fin para todos los mundos del infinito universo, con esta proclama: El universo solidarizado. El mundo todo comunizado. La Ley es una: la substancia una. Uno es el principio: uno es el fin. Todo es magnetismo espiritual.

Sólo un maestro de la Creación, con las extraordinarias facultades espirituales del maestro Joaquín Trincado, pudo dejarnos, en su Filosofía "Espiritismo Luz y Verdad" el origen, formación, evolución, prehistoria e historia de este mundo llamado tierra.

 

Pedro Sandsrea

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente