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Uso y manejo de la fuerza en las Intervenciones policiales (Perú) (página 2)


Partes: 1, 2

Uso de la fuerza

Es necesario, como aspecto prioritario, tener un concepto claro y objetivo de lo que significa "fuerza". Suele entenderse como vigor, energía, acción de contacto físico, entre otros, inclusive la consideramos como un acto de violencia. Sin embargo, una definición de fuerza en el accionar policial, debe entenderse como: "El medio compulsivo a través del cual el efectivo policial logra el control de una situación que atenta contra la seguridad, el orden público, la integridad y la vida de las personas dentro del marco de la ley", aplicándose mediante un acto discrecional, legal, legítimo y profesional; no obstante, debemos tomar conciencia que todo empleo excesivo de la fuerza se convierte en violencia y es visto como un acto arbitrario, ilegal, ilegítimo y no profesional, con lo cual debe quedar claro para los efectivos policiales que "FUERZA NO ES VIOLENCIA".

La facultad de recurrir al empleo de la fuerza en determinadas circunstancias cuando otros medios resultan ineficaces ( PB 4 ; C C 3 ) , lleva consigo la gran responsabilidad de velar para que ésta se ejerza lícita y eficazmente, ya que su uso excesivo afecta directamente los derechos humanos. Es esencial, por consiguiente, adoptar medidas que impidan su uso excesivo o indebido. Esto se logrará a través de la capacitación del personal policial en temas referidos a solución pacifica de conflictos, estudio del comportamiento de multitudes, así como técnicas de persuasión, negociación y mediación ( PB 2 0 ). De presentarse excesos en el uso de la fuerza, se dispondrán las investigaciones y sanciones correspondientes. ( P B 6 ; 1 1 e ; 2 2 )

PRINCIPIOS DEL USO DE LA FUERZA

La Organización de las Naciones Unidas emitió en su Octavo Congreso sobre la Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, celebrado en La Habana (Cuba) en 1990, los "Principios Básicos sobre el empleo de la fuerza y de armas de fuego por los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley" (PBEFAF), los cuales deben ser respetados en toda circunstancia, por lo que no cabe invocar situaciones excepcionales o de emergencia pública para justificar su quebrantamiento. ( P B 8; CC 5)

Asimismo, es de suma importancia y obligatoriedad que todas las intervenciones policiales se basen en los principios de legalidad, necesidad y proporcionalidad, y éstos deben ser puestos en práctica con un alto grado de racionalidad y sustentados en una conducta ética. ( P B4 ; 5a ,b ; CC 3)

Legalidad

Todos los actos que realiza el efectivo policial en el cumplimiento de su función, deben estar amparados en las normas legales (ley, reglamentos, directivas, entre otras); de igual forma los procedimientos que adopte el efectivo policial deben ceñirse a todas las disposiciones legales nacionales e internacionales.

"El uso de la fuerza debe estar dirigido a lograr un objetivo legal".

Necesidad

La intervención policial debe ser la respuesta a una situación que represente una amenaza y que requiera de una acción inmediata para evitar su agravamiento.

"El uso de la fuerza es necesario cuando no existe otra forma de lograr dicho objetivo legal".

Proporcionalidad

Es la equivalencia o correspondencia entre la gravedad de la amenaza y la cantidad de fuerza empleada. En otros términos, es la respuesta del efectivo policial en relación a la conducta del sujeto, clase,

Magnitud u oposición que éste presente. Es conveniente mencionar que la Ley Nº 27936 modificó el artículo 20, numeral 3, literal "b" del Código Penal en lo referente a la legítima defensa, donde se excluye el criterio de proporcionalidad de medios como requisito para valorar la necesidad racional del medio empleado, considerándose en su lugar, entre otras circunstancias, la intensidad y peligrosidad de la agresión, la forma de proceder del agresor y los medios que se disponga para la defensa.

"El uso de la fuerza es proporcional cuando existe un equilibrio entre la gravedad de la amenaza y la cantidad de fuerza empleada, para alcanzar el objetivo legal deseado".

USO DIFERENCIADO Y PROGRESIVO DE LA FUERZA

El efectivo policial, al intervenir a personas en el cumplimiento de su función encontrará como respuesta una serie de conductas clasificadas en niveles de resistencia, que van desde riesgo latente hasta agresión letal, ante lo cual el policía deberá hacer un uso diferenciado y progresivo de la fuerza. ( P B4; 5a; CC 3)

Niveles de resistencia

Pasiva

– Riesgo latente. Es la amenaza permanente no visible presente en toda intervención policial.

– Cooperador. Acata todas las indicaciones del efectivo policial, sin resistencia manifiesta durante la intervención.

  • No cooperador. No acata las indicaciones. No reacciona ni agrede.

Activa

  • Resistencia física. Se opone a su reducción, inmovilización y/o conducción, llegando a un nivel de desafío físico.

  • Agresión no letal. Agresión física al personal policial o personas involucradas en la intervención, pudiendo utilizar objetos que atenten contra la integridad física.

  • Agresión letal. Acción que pone en peligro inminente de muerte o lesiones graves al efectivo policial o a personas involucradas en la intervención.

Niveles del uso de la fuerza por el efectivo policial

Responden al nivel de resistencia del intervenido, variando de acuerdo a las características de cada intervención, siendo necesario mantener dinamismo en su acción.

Preventivo

– Presencia policial. Es entendida como demostración de autoridad, por ello el efectivo policial correctamente uniformado, equipado, en actitud diligente y alerta, será suficiente para disuadir y prevenir la comisión de una infracción o un delito. Debemos tener en cuenta que esa presencia siempre debe ser en lo posible igual o superior al número de personas a intervenir.

– Contacto visual. Es el dominio visual sobre una persona, vehículo, impedir la realización de un acto ilícito

– Verbalización. Es el uso de la comunicación oral con la energía necesaria y el empleo de términos adecuados que sean fácilmente entendidos y comprendidos. Las variaciones en el tono de voz dependen de la actitud de la persona intervenida. En situaciones de riesgo es necesario el uso de frases cortas y enérgicas.

La verbalización debe ser utilizada en todos los niveles del uso de la fuerza.

El entrenamiento y la experiencia mejoran la capacidad de verbalizar. Durante su empleo debe mantenerse contacto visual con el intervenido siempre que sea posible.

Reactivo

– Control físico. Es el empleo de las técnicas policiales que permiten controlar, reducir, inmovilizar y conducir al intervenido, evitando en lo posible causar lesiones.

– Tácticas defensivas no letales. En este nivel recurriremos al equipo con el que contamos, lo que nos permitirá contrarrestar y/o superar el nivel de resistencia. Asimismo, con la intención de lograr un impacto psicológico para que el intervenido desista de su actitud, habrá situaciones en las que tendremos que desenfundar nuestra arma de fuego para conseguir este objetivo.

– Fuerza potencialmente letal. Disparo del arma de fuego por el policía contra el cuerpo de quien ejerza una agresión letal, con el objetivo de controlarlo y defender la vida propia o de otras personas.

Los niveles de resistencia que puede ejercer la persona intervenida, deben ser entendidos de forma dinámica, ya que se puede subir gradual o repentinamente del primer nivel hasta el máximo nivel o viceversa; o presentarse en cualquier nivel y subir o bajar gradual o repentinamente.

No siempre se van a dar en una intervención todos los niveles del uso de la fuerza, toda vez que habrá oportunidades en que bastará una buena verbalización para lograr el control de la situación que se enfrenta, y otras en que hagamos uso inmediato de la fuerza potencialmente letal.

Por tanto, el policía debe estar concentrado en observar los cambios de los niveles de resistencia de la persona intervenida, para decidir qué nivel de uso de la fuerza debe emplear, el mismo que debe ser progresivo y diferenciado. Esta decisión se basa en el grado de confianza alcanzado por una buena formación, permanente capacitación, entrenamiento, evaluación, experiencia y el equipo adecuado para cumplir la misión.

En el desarrollo de los niveles del uso de la fuerza, encontramos las respuestas al ¿cuándo? y al ¿cómo debemos usarla?, concluyendo que el efectivo policial SIEMPRE HACE USO DE LA FUERZA y debe hacerlo de forma PROFESIONAL. ( P B 5 a, b, c, d; 6; 8)

Manejo de equipo

Los efectivos policiales, para el cumplimiento de su servicio deben contar con un equipamiento básico, principalmente una vara de goma, esposas, chaleco balístico, arma de fuego y munición reglamentaria; pero fundamentalmente es necesario que conozcan su uso y manejo, así como la ubicación de los mismos al portarlos, de tal manera que al momento de actuar lo pueda utilizar sin perder de vista el riesgo que enfrenta. Esto se logrará, a través de un permanente entrenamiento. ( P B 19)

No podemos dejar de mencionar que hay Unidades Policiales que, por la naturaleza de su función, deben contar también con equipamiento especial, tales como: casco protector, máscara antigás, protectores corporales, escudos, escopetas lanza gas, etc. ( P B 2)

VARA DE GOMA

El uso de la vara de goma utilizada por el personal entrenado es una excelente arma defensiva, que permite establecer un espacio de seguridad mayor al de la protección alcanzada con brazos y pies; para lograr ello debe emplearse adecuadamente, nunca debe utilizarse como elemento de castigo ni como arma ofensiva o de intimidación, buscando reducir al mínimo las lesiones. Sin embargo, de presentarse alguna situación involuntaria, deberá permitirse la asistencia médica. ( P B 4 ; 5b , c; CC 6)

Descripción

La vara de goma es parte del equipo básico empleado por los miembros de la Policía Nacional del Perú. Está hecha de goma, revestida de cuero, de unos 3 cm de diámetro y aproximadamente 50 cm de largo; el revestimiento de cuero tiene un doblez que sirve como costura, desde la

punta hasta la base de unión en la parte posterior, que es rematado en un anillo de cuero de aproximadamente 4 cm de diámetro, el cual a la vez sirve de tope al empuñarla. A unos 15 cm aproximadamente del extremo superior de la vara, se encuentran cuatro remaches que sujetan una presilla de cuero, la cual sirve para pasar la mano debiendo ser regulada de acuerdo a la necesidad de cada efectivo policial.

Empuñamiento

– Se pasa por encima del pulgar, a través del dorso de la mano con la vara colgando hacia abajo. Para adaptar la presilla de cuero a la mano de cada policía, es necesario medir la extensión de la misma y anudarla en la parte superior de acuerdo a la dimensión requerida, como a continuación se detalla:

– Con el pasador sobre el pulgar y sobre la parte exterior de la mano, con la vara colgando libremente hacia abajo, se voltea la mano por debajo y se le cierra para sujetar la vara.

– El pulgar debe extenderse paralelo a la vara, esto es de mucha importancia porque permite mayor facilidad de acción y mejor dirección en su uso cuando se extiende el brazo.

– Esta forma de empuñar la vara permite utilizarla con mayor energía y sobre todo, facilita su soltura inmediata si fuera necesario.

Es importante asegurarse que el doblez de la costura del forro de cuero quede siempre hacia la palma de la mano, evitando así lesiones innecesarias.

El empuñamiento puede ser de dos formas:

– Toma corta: se sujeta la vara por su parte media, siempre con el doblez de cosido hacia la palma de la mano y el pulgar extendido a lo largo de ésta, permitiendo mayor control de la vara sobre todo en situaciones en que se enfrente a personas demasiado cercanas, con poco espacio para utilizarla en extensión del brazo.

– Toma larga: se sujeta la vara lo más cerca del extremo superior donde está el revestimiento final del cuero en mayor diámetro. La posición de la mano que sujeta la vara no varía.

Posiciones

– Preventiva: en toma larga, la otra mano sujeta la vara a unos 10 cm de la punta, ésta debe encontrarse a la altura del bajo abdomen con los brazos relajados pegados ligeramente al cuerpo.

– Defensiva: en toma larga, se coloca el brazo que sujeta la vara pegado al cuerpo flexionado hacia arriba, descansando la vara entre el cuello y el hombro; brazo, antebrazo y vara deben encontrarse lo más cerca del cuerpo; brazo contrario totalmente estirado con la palma dando frente a la amenaza, los dedos juntos y hacia arriba, el cuerpo ligeramente inclinado, la pierna contraria a la mano que empuña la vara debe encontrarse hacia adelante con las puntas de los pies en la misma dirección que la mano que se encuentra extendida, ambas piernas ligeramente flexionadas.

Técnicas de uso

Partiendo de la posición preventiva:

– Se puede empujar haciendo retroceder a un tumulto de gente o manteniéndola alzada para evitar que se acerque un grupo que no se muestre agresivo.

– En toma corta, con la punta de la vara "hincando" en el abdomen, permitiendo así alejar a las personas que obstaculicen el desplazamiento o intenten ingresar a una zona restringida.

Partiendo de la posición defensiva:

– Si la agresión fuera decidida e inevitable, se advierte al agresor la intención de utilizar la vara, retrocediendo dos pasos.

– Si mantiene esta actitud, se avanza con la pierna del mismo lado de la mano que empuña la vara, efectuando dos golpes de manera cruzada, de arriba hacia abajo, de afuera hacia adentro.

– Se debe golpear sobre las partes de mayor volumen muscular (piernas, glúteos, brazos), evitar los golpes en la cabeza, cuello o tórax.

– Al ceder en su actitud, se debe evitar el uso nuevamente de la vara; recuerde que se está disuadiendo al ciudadano de atacar al policía, no se le está agrediendo ni mucho menos atacando para dominarlo.

En todo momento es importante verbalizar para controlar la situación, se debe buscar la persuasión antes de pasar al control físico. Empuñamiento adecuado de la vara de goma.

LAS ESPOSAS

Las esposas, grilletes o "marrocas", constituyen un elemento muy útil e imprescindible del equipo básico del policía, pues no sólo permite neutralizar la acción agresiva del delincuente o infractor de la ley, sino también la sujeción momentánea de éstos, para su aseguramiento o traslado ante la autoridad competente.

Son medios técnicos no violentos que limitan el uso de la fuerza y el empleo de las armas de fuego (P B 4), por lo que:

– Neutralizan el accionar violento del intervenido y evitan que éste se autolesione

– Reducen las posibilidades del intervenido de agredir al efectivo policial, garantizando su integridad física y la de sus compañeros.

– Reducen las posibilidades del intervenido de agredir a terceras personas.

– Por el material empleado en su fabricación, el uso de las esposas puede originar lesiones; por ello el efectivo policial deberá posibilitar la atención médica necesaria en caso que estas lesiones se hayan producido. (P B 5c; CC 6)

Descripción

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Técnicas de uso

Directa

– El intervenido debe encontrarse de espaldas al efectivo policial interviniente, se le debe indicar que coloque las manos juntas en la parte posterior de la cintura, con las palmas hacia los costados y los pulgares hacia arriba.

– Los grilletes se sujetan con la mano fuerte, quedando la cadena y los eslabones fijos dentro de la palma; las anillas simples hacia abajo, y las cerraduras hacia el lado del efectivo policial.

– El policía sujeta los pulgares del intervenido llevándolos hacia sí, alejando la unión de las manos de la espalda del intervenido para que permita el ingreso de los grilletes, empujando éstos sobre las muñecas en un solo movimiento de arriba hacia abajo; luego se colocan los seguros.

Indirecta

– Se cogen las esposas con la mano fuerte por el medio de éstas, el dedo índice y pulgar sujetan la esposa, presionando la anilla simple sobre la muñeca hasta lograr el esposamiento.

– Se hace girar el brazo esposado llevándolo hacia la parte posterior de la cintura, mediante la toma del grillete con el pulgar e índice hacia el lado opuesto de la toma inicial.

– Con la otra mano se sujetan los dedos de la mano libre del intervenido, llevándola hacia atrás junto a la otra para colocarle la esposa y los seguros. La mano fuerte sujeta firmemente los grilletes. Se aleja las manos del intervenido de su cuerpo para facilitar el empleo de los grilletes.

Recomendaciones

Toda persona que presumiblemente haya cometido un delito, deberá ser esposada para su inmovilización, registro, conducción y traslado ante la autoridad competente.

También deberán ser esposados los intervenidos que se encuentren bajo el influjo de drogas, alcohol o cualquier estado emocional alterado que represente peligrosidad para sí mismo o para otros. Una vez colocadas las esposas, no se usará con el intervenido ningún otro medio de coerción ni fuerza física alguna que atente contra su integridad física o dignidad. (PB 15).

Las esposas se manipularán exclusivamente para su colocación, nunca como medio de intimidación o humillación. Antes de utilizar las esposas, es recomendable que la parte dentada de éstas tenga de 3 a 4 dientes sobresalidos para facilitar el enganche o cierre. El grillete debe ser colocado presionando y no golpeando el brazo del intervenido. Colocado el grillete el giro del brazo es firme, sin soltar las manos del intervenido.

Se debe mantener los dedos de la mano libre sujetos hasta colocarle la esposa. La conducción de un sospechoso arrestado debe ser siempre segura.

Los grilletes listos facilitan su uso.

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ARMA DE FUEGO

Las armas de fuego y municiones de uso reglamentario en el servicio policial son: revolver calibre 38" de bala de plomo únicamente, y pistolas de calibre 9 mm de proyectil encamicetado. Asimismo, las armas de largo alcance utilizadas son las que emplean munición de calibre 5.56×31, 7.62×39 y 7.62×51. (PB 11a) Sólo se emplearán para el servicio policial las armas autorizadas.

ASPECTOS A TENER EN CUENTA PARA EL USO DEL ARMA DE FUEGO

Objetivo del disparo

Cuando el policía dispara su arma, no lo hace para asustar, herir o desarmar. El disparo puede resultar letal, pues lo hace para interrumpir la agresión o amenaza que atente contra su vida o de la otra persona. El objetivo es lograr que el agresor cese su ataque ilegal de manera inmediata.

Para utilizar adecuadamente un arma de fuego, con seguridad y precisión, los efectivos policiales deben estar familiarizados con las normas de seguridad, fundamentos y posiciones básicas, practicar los aspectos fundamentales de tiro y los ejercicios que mejoren su manejo; las directivas institucionales específicas establecen el control de su tenencia y afectación. (PB 11a, 19)

Normas de seguridad

Como una cuestión previa, es importante que el efectivo policial conozca sus destrezas y habilidades, como son:

– Mano fuerte, mano débil Se entiende como mano fuerte la de mayor dominio o habilidad, y la débil la otra.

– Ojo dominante.- Es aquel que trasmite mayor imagen al cerebro, aun cuando se mantenga los dos ojos abiertos. La manera práctica de reconocerlo es fijando la vista a un punto a través del dedo pulgar estirado, cerrando alternadamente los ojos; el ojo dominante será aquel que permita visualizar el pulgar y el punto en una sola línea.

Otro aspecto importante son las disposiciones vigentes relativas al uso y empleo de las armas de fuego en la Policía Nacional, (PB 11a, b, c) siendo necesario resaltar lo siguiente:

– Internamiento – almacenamiento

Con la finalidad de evitar incidentes de tiro, el efectivo policial entregará y recibirá las armas de fuego desabastecidas, tanto para el caso de las pistolas con el cerrojo abierto o la corredera hacia atrás -lo que permite apreciar la recámara vacía- como para los revólveres con el tambor abierto.

– Aprestamiento para el servicio

Al momento de recibir el arma, el efectivo policial deberá efectuar un control físico-visual de la recámara o tambor, para asegurarse de que se encuentre desabastecida.

– Cargar y descargar

Este procedimiento deberá realizarse sujetando el arma con la mano fuerte y las acciones complementarias con la mano débil (abastecer, desabastecer, cargar, etc.); teniendo presente que deberá efectuarse en un lugar seguro, que no represente riesgo alguno para el efectivo o terceros.

"Es importante recordar que el seguro de un arma está en la mente y en el dedo índice de quien la usa".

FUNDAMENTOS BÁSICOS DE TIRO

Empuñamiento

Es la forma en que se sujeta el arma. La mano fuerte forma una "V" con el pulgar y el índice, la empuñadura del arma descansa en la palma de la mano con la "V" colocada lo más alto posible en la espiga (base alta de la empuñadura de la pistola o revólver).

– El dedo índice descansa a lo largo del armazón, por encima del guardamonte y por debajo de la corredera (conjunto móvil o tambor).

– Los tres dedos restantes de la mano fuerte rodean firmemente la empuñadura.

– El pulgar de la mano fuerte yace a lo largo del armazón por encima de la empuñadura y por debajo de la corredera.

– La mano débil envuelve con firmeza los dedos de la mano fuerte, paralelamente a tierra. El pulgar de la mano débil descansa paralelamente y por debajo del pulgar de la mano fuerte, con la base del pulgar (palma) firmemente en contacto con la empuñadura.

Posición del cuerpo

El cuerpo debe estar en una posición adecuada (para todas las posiciones) que permita estar equilibrado y con soporte necesario para que el disparo no interrumpa la continuidad de la acción.

Alineación de las miras

Es la proyección visual de la mira frontal (guión) y la mira posterior (alza).

Imagen de tiro

Es la proyección visual entre la alineación de miras y el blanco.

Respiración

El control de la inspiración-expiración es fundamental, se debe evitar la fatiga o los disparos cuando no se tenga control sobre ella.

Control del gatillo

Es importante el contacto suave y en progresión leve de fuerza para efectuar el disparo con una proyección de adelante hacia atrás, en forma recta, evitando así que se jale el arma hacia los lados por la mala presión del dedo sobre el disparador. Es recomendable hacerlo con la primera falange.

Continuidad en el disparo (seguimiento)

Efectuado el disparo, si se tiene una posición adecuada y un empuñamiento correcto se debe mantener la imagen de tiro que permita asegurar los impactos, evitando movimientos bruscos del arma.

Posiciones de tiro

La posición ideal para disparar no existe, pues en una situación real deberá acondicionarse al terreno, a la situación particular o a las características especiales de la intervención: proximidad del riesgo, elemento contra el que se dispara, obstáculos, luminosidad, etc.

Sin embargo, para asegurar el disparo de pie, puede adoptarse la siguiente posición:

– Los pies deben estar separados a la distancia de los hombros aproximadamente, las puntas orientadas hacia el blanco y uno más adelantado que el otro.

– Las rodillas deben estar ligeramente flexionadas, pero sin agacharse.

– El peso se distribuye equitativamente equilibrándolo sobre ambos pies, éstos deben estar colocados de plano contra el suelo.

– El dorso ligeramente inclinado hacia delante (esta inclinación es necesaria para controlar el retroceso propio del disparo, reduciendo el tiempo de recuperación para continuar con los mismos).

– Ambos brazos extendidos hacia el blanco, bien rectos o ligeramente doblados en los codos, con las manos adoptando una empuñadura normal.

  • La mano débil aplica presión hacia atrás sobre la mano fuerte, esta presión debe ser controlada para evitar los naturales temblores de una excesiva presión o el movimiento por su ausencia. La cabeza debe estar recta dando frente al blanco, no inclinada hacia delante ni desviada hacia los lados, lo que permitirá una visión completa y despejada.

– Ambos ojos deben permanecer abiertos, en la medida de lo posible; si no se acostumbra a hacer imagen de tiro adecuadamente, utilice un ojo por periodos cortos, sólo para efectuar la imagen de tiro, abriéndolos al terminar el disparo.

POSICIONES BÁSICAS

Posición de entrevista

Adoptando una posición normal, es aquella en la que el efectivo policial se encuentra con el arma enfundada, manteniendo las manos en forma pasiva y no amenazadora en frente del abdomen, lo que le permitirá acceder rápidamente al equipamiento que porta.

Posición de contacto (posición 1)

La mano débil sobre la hebilla del correaje o ligeramente por encima de ella.

La mano fuerte en la empuñadura de la pistola, el pulgar abre el botón del seguro de la funda, el índice extendido a lo largo de la parte exterior de la funda, los dedos restantes alrededor de la empuñadura de la pistola o revólver.

Posición preventiva (posición 2)

La mano fuerte desenfunda el arma empuñándola correctamente y llevándola a la altura del abdomen; pudiendo adoptar la posición expuesta o cubierta, dependiendo de la evaluación del riesgo existente.

Posición de alerta (posición 3)

Ante la inminencia de una amenaza, pero desconociendo su proximidad, se adopta la siguiente posición: Posición de entrevista. Expuesto. Posición alerta.

Posición de contacto. Cubierto. Posición de potencial de disparo. Se desenfunda el arma llevándola a la altura del pecho, debiendo ésta permanecer lo más cerca del cuerpo, con la boca del cañón ligeramente hacia abajo, listo para alinear con la vista y efectuar disparos; su presentación (imagen de tiro) no debe durar más que fracciones de segundo.

Posición de potencial disparo (posición 4)

Se desenfunda el arma extendiendo los brazos hacia el objetivo, apuntando directamente al centro de la masa corporal. La evaluación de la amenaza a la vida o a la integridad determinará si existe la necesidad de disparar.

Después de disparar, el efectivo policial deberá verificar que no existan otras amenazas, y adoptará la posición de alerta (3), evaluando su zona de responsabilidad ante posibles amenazas adicionales. La posición que debe adoptar el efectivo policial responde a la evolución del riesgo que se enfrente, no necesariamente debe seguir la secuencia descrita.

Asimismo, el arma nunca se enfunda sin hacer una verificación primero en la posición preventiva, con la finalidad de comprobar que el arma esté asegurada (puede ser al seguro o despejando munición de la recámara); esto también refuerza la evaluación de la situación que se enfrenta antes de enfundar definitivamente el arma.

No basta que el policía sepa disparar, sino también tiene que saber cuándo y cómo hacerlo, porque muchas veces son los procedimientos policiales correctos y no los disparos los que preservan la vida y solucionan los problemas.

"EN LA VIDA NADA ES MÁS IMPORTANTE QUE LA PROPIA VIDA, COMENZANDO POR LA SUYA"

PROCEDIMIENTOS PARA EL EMPLEO DEL ARMA DE FUEGO

El efectivo policial, antes de disparar su arma de fuego, seguirá el siguiente procedimiento:

  • (1)  Identificarse plenamente como policía aun cuando esté uniformado.

¡ALTO POLICÍA! o ¡ES LA POLICÍA!

(2) Dar al presunto infractor una clara advertencia de su intención de disparar su arma de fuego, dándole tiempo suficiente para que lo entienda y tome una decisión.

¡ARROJE ELARMA! o ¡SUELTE ELARMA!

¡NO SE MUEVA! o ¡NO INTENTE REACCIONAR, ESTAMOS ARMADOS

PODEMOS DISPARAR!

Estos procedimientos no se ejecutarán, si su práctica creara un riesgo de muerte o lesiones graves para los efectivos policiales u otras personas, o la advertencia resultara evidentemente inadecuada o inútil, dadas las circunstancias del caso. (PB 10; 11b,e)

El uso del arma de fuego contra las personas es excepcional. Sólo podrá utilizarse cuando sea estrictamente inevitable para proteger una vida (PB 9; CC 3), en los siguientes casos:

• En defensa propia o de otras personas en caso de peligro inminente de muerte o lesiones graves; o

• Con el propósito de evitar la comisión de un delito particularmente grave que entrañe una seria amenaza para la vida; o

• Cuando en una situación de fuga o resistencia a la autoridad, se pone en peligro inminente de muerte o lesiones graves a los efectivos policiales u otras personas.

Sin embargo, si las circunstancias que enfrenta el efectivo policial así lo permiten, éste deberá priorizar el disparo selectivo en determinada zona del cuerpo, con la finalidad de reducir al mínimo las lesiones y sin poner en riesgo su seguridad, teniendo en cuenta la intensidad y peligrosidad de la agresión, así como el objetivo legítimo que se persigue. (PB 5 a,b; 11b)

Cuando se hayan producido heridos como consecuencia del disparo de armas de fuego, se procederá al auxilio inmediato y, de ser necesario, a la evacuación para la asistencia por personal de salud. (PB 5c)

El efectivo policial o la unidad a la que pertenece, deberá hacer todo lo posible para identificar, ubicar y notificar lo sucedido a los familiares de los heridos, a la menor brevedad. (PB 5d)

El efectivo policial que hace uso del arma de fuego contra personas, deberá comunicarse verbal e inmediatamente con sus superiores, y luego mediante el "parte de ocurrencia", en el que detallará los motivos de su intervención, uso del arma de fuego y sus consecuencias, así como las medidas adoptadas con posterioridad a su empleo. (PB 5c,d; 6; 22)

Los policías no podrán alegar obediencia a órdenes superiores si tenían conocimiento de que éstas eran manifiestamente ilícitas; en caso se haya ejecutado, también serán responsables los superiores que dieron dichas órdenes. Estos últimos tendrán responsabilidad además, cuando conozcan

-debiendo haber conocido- el uso ilícito de la fuerza o armas de fuego por los policías a sus órdenes, sin adoptar las medidas necesarias para impedir, eliminar o denunciarlo. (PB 26; 24)

Los efectivos policiales no serán objeto de ninguna sanción penal o administrativo disciplinaria, cuando en cumplimiento del Código de Conducta y los Principios Básicos sobre el empleo de la fuerza y de las armas de fuego, se nieguen a ejecutar una orden ilegal de empleo de la fuerza o armas de fuego, o denuncien ese empleo ilegal por otros policías. (PB 25; CC 8)

Técnicas de intervención policial

Las técnicas básicas sugeridas en este capítulo deberán ser empleadas exclusivamente para neutralizar o minimizar toda posibilidad de riesgo que atente contra la integridad de los participantes en la intervención policial (público o víctima, policía e inclusive el infractor).

Para tal efecto, es necesario que el policía esté preparado profesionalmente y motivado para el desarrollo adecuado de actitudes, habilidades, confianza, espíritu de equipo positivo, liderazgo eficaz y la ejecución de tácticas operacionales; aspectos que deben formar parte de su instrucción y entrenamiento.

Con el uso correcto de las tácticas y técnicas adecuadas, el efectivo policial podrá minimizar los factores adversos y obtener grandes ventajas, previniendo así agresiones y estableciendo perímetros de seguridad, proyectando el procedimiento policial a emplear en base a la apreciación inicial del riesgo o la amenaza, lo que disminuye la posibilidad de ser sorprendido por el o los intervenidos.

Los efectivos policiales deben trazar siempre una línea imaginaria que divida el área de la intervención, estableciendo el área de seguridad (dominada por ellos) y el área de riesgo (no controlada por ellos), en donde se presuma o se tenga la certeza de la presencia del intervenido o presunto infractor.

Los procedimientos de la intervención policial propiamente dicha (identificación, reducción, inmovilización y registro) deberán efectuarse siempre en la zona de seguridad. El efectivo policial jamás ingresará al área de riesgo, si es que ésta no ha sido debidamente controlada.

El policía debe saber que el armamento y equipo afectado para el servicio, debe ser utilizado en defensa y protección de las personas y la sociedad, empleándolos solamente ante una acción violenta de parte de los infractores o intervenidos y no como una demostración de fuerza excesiva en su intervención; para ello debe establecer necesariamente prioridades de seguridad en cuanto a la protección de la integridad física y la vida, teniendo como prioridad a la víctima o público, la seguridad del propio efectivo policial, la de sus compañeros, e inclusive la del propio infractor. (PB 4; 5; 9)

Se debe tener siempre presente que no existen dos intervenciones iguales, por lo tanto, se hace imposible diseñar una "situación modelo" para cada una de ellas; sin embargo, los principios básicos que deben regir a éstas hacen posible su adaptación a cada situación particular.

TÉCNICAS DE INTERVENCIÓN

Toda intervención policial, por lo general, debe ser efectuada como mínimo por dos efectivos policiales, debiendo ser planificada apenas se tenga conocimiento de ella (no necesariamente en un documento), definiendo los roles que le corresponda cumplir a cada efectivo policial. P1 será el que se encargue de efectuar el contacto con la persona a intervenir; P2 prestará la seguridad respectiva.

En caso que la intervención sea ejecutada por dos efectivos a pie, éstos deben formar en lo posible un cono de seguridad, en cuya base deben ubicarse los policías interventores, y en el vértice o punto medio proyectado del cono el presunto infractor.

Aspectos importantes a tener en cuenta:

Actitud de la persona a ser intervenida

El efectivo policial debe tener en cuenta el comportamiento de la persona a intervenir, que puede ser de colaboración, resistencia pasiva o activa, llegando inclusive a la agresión letal.

Percepción del riesgo

Este aspecto va más allá de la persona a intervenir. Se debe considerar las características del lugar de la intervención (ubicación, estructuras desconocidas, callejones, edificaciones, iluminación, entre otros) que puedan representar un riesgo para la integridad del efectivo policial o de terceros, así como el posible apoyo de otras personas al infractor. El efectivo policial deberá valerse de barreras naturales o artificiales que le brinden verdadero abrigo.

Nivel de fuerza a emplear

Luego de una apreciación de la situación y las circunstancias que se presentan en la intervención, el efectivo policial empleará la fuerza, de acuerdo al nivel de resistencia de la persona a intervenir.

INTERVENCIÓN A PERSONAS EN LA VÍA POR EFECTIVOS POLICIALES A PIE

Se han considerado dos situaciones que se presentan en forma cotidiana en el servicio policial: la primera, con fines de identificación, y la segunda, cuando se trate de un presunto infractor. Sin embargo, una no es excluyente de la otra.

INTERVENCIÓN CON FINES DE IDENTIFICACIÓN

Es conveniente tener en consideración los siguientes aspectos:

– Formar el cono de seguridad, tomando una distancia aproximada de dos brazos extendidos, que impida al intervenido atentar contra la integridad física del o los efectivos policiales; de existir una pared (inmueble), el efectivo que da la seguridad debe ubicarse de espaldas a ésta.

– Individualizar claramente a la persona a intervenir (vestimenta, características físicas, sexo, etc.)

– Identificarse (grado, apellidos y unidad en la que presta servicio), haciéndole conocer el motivo de la intervención.

– Solicitarle sus documentos de identificación personal, permaneciendo siempre en una actitud vigilante, sin descuidar el contacto visual.

– Recibir los documentos con la mano que no porte el arma de fuego; esto para permitir que ante una eventual reacción pueda usarla con libertad de acción.

– Al verificar los documentos, hacerlo en una posición tal que no obstaculice el dominio visual, principalmente de las manos del intervenido.

– Efectuar preguntas relacionadas a los datos consignados en el documento de identidad con la finalidad de contrastarlos, o formular preguntas modificando algunos datos que permitan establecer la titularidad de los mismos; por ejemplo, mencionarle como su segundo nombre uno que no le corresponde.

– Culminada la intervención sin novedad, el policía de contacto (P1) agradecerá su colaboración, desplazándose luego hacia la ubicación del policía de seguridad (P2), para que el ciudadano reinicie su camino acompañándolo con la mirada hasta cierta distancia.

INTERVENCIÓN A UN PRESUNTO INFRACTOR

Estas intervenciones son las que representan un mayor nivel de riesgo para los efectivos policiales; pueden presentarse durante el patrullaje o a mérito de una comunicación radial o telefónica de la unidad policial. En ese sentido, es de suma importancia que la información que recaben los efectivos que van a intervenir sea detallada con la finalidad de tomar conocimiento de la situación.

Esta intervención se debe iniciar con la verbalización, teniendo en cuenta los siguientes pasos:

– El policía debe identificarse como tal expresando en voz alta: !ALTO POLICÍA!

– ! Levante las manos, míreme !

– Hacerle saber el motivo de la intervención, por ejemplo: "Es usted sospechoso de….." o "ha cometido el delito de…….."

– Indicarle que se le va a identificar y registrar, para que pueda colaborar con la intervención. De ser necesario, ordenar que adopte una posición apropiada para la inmovilización temporal (colocándole las esposas) y realizar el registro preliminar. Para ello se deben utilizar términos que sean fáciles de entender, como:

• ¡PONGA LAS MANOS SOBRE LA CABEZA! Despacio, despacio, tranquilo.

• ¡ENTRELACE SUS DEDOS! (o ¡CRUCE LOS DEDOS SOBRE LA CABEZA!).

• ¡GIRE! (o ¡DESE VUELTA, DE ESPALDAS A MÍ!).

• ¡MANTENGA LA CALMA! Este es un procedimiento de rutina, en la medida que usted colabore, estaremos realizándola más rápido y de manera segura, no ofrezca resistencia.

  • ¡ES LA POLICÍA!

• ¡PÉGUESE A LA PARED! ó

• ¡ARRODÍLLESE! (o ¡TIÉNDASE EN EL SUELO!).

Tenga especial cuidado de mantener control sobre las manos, piense que desde allí es más probable que pueda partir una agresión. No permita que mueva las manos ni desvíe la mirada sin su autorización. Procure que el infractor mantenga las manos lo más lejos posible del cuerpo o de un posible lugar donde pueda tener oculta un arma.

Las indicaciones impartidas por el efectivo policial al presunto infractor deben ser simples, concisas y objetivas, trasmitidas con claridad y dejando que transcurra un tiempo prudencial para que el infractor oiga, entienda y cumpla. Una acción que ayudará a minimizar los riesgos es efectuar un registro visual del intervenido. Ello nos permitirá ubicar cualquier tipo de amenaza (arma u objeto). Esta acción se efectúa en el momento que el intervenido se encuentra frente al efectivo policial que realiza el contacto verbal, desde la línea imaginaria que divide el área de seguridad y la de riesgo.

Controlada la situación, el efectivo policial deberá identificarse señalando su grado, apellidos y unidad a la que pertenece, así como los derechos que asisten al intervenido y los procedimientos a realizarse con motivo de su detención, por ejemplo: "Usted va a ser conducido a (dependencia policial), desde donde podrá comunicarse con un familiar y solicitar la presencia de un abogado".

Para efectuar el arresto, el efectivo policial puede utilizar básicamente tres posiciones:

De pie:

– Esta posición es recomendable cuando en el lugar de la intervención exista un muro, pared, etc., donde el infractor se pueda apoyar.

– Efectuado el contacto visual e iniciada la verbalización, se ubica al intervenido frente a los policías, a una distancia prudencial que les permita formar el cono de seguridad y dominar la situación, indicándole que levante los brazos, con las manos totalmente alejadas una de otra y los dedos separados.

– Hacerlo girar lentamente hasta dar frente a la pared.

– Indicar al infractor que avance hacia la pared, pegando el cuerpo a ésta, bajando los brazos hasta la altura de los hombros en forma paralela al piso, girando las palmas de las manos hacia los policías, manteniendo los pies juntos por los talones, separando las puntas hasta que éstos estén lo más pegados a la pared, logrando así disminuir su resistencia.

– Una vez que el infractor está en esa posición, el efectivo policial se desplaza en forma paralela a la pared en línea perpendicular a su compañero, desarrollando una abertura del cono (ubicación en L invertida), que le permita mejorar el contacto visual con el intervenido, por lo que el efectivo policial de contacto deberá indicarle que gire la cabeza en esa dirección.

– El efectivo policial de seguridad en esta posición debe verbalizar para recabar información y no permitir que el intervenido se concentre en planificar una respuesta violenta contra la acción del policía de contacto.

– El efectivo policial de contacto después de enfundar su arma, toma sus grilletes y se desplaza hacia el infractor, colocándose de costado, de tal manera que su arma quede del lado opuesto al infractor.

– En forma simultánea, coloca el antebrazo contrario a su mano fuerte, ubicando el codo y puño sobre la espalda de éste a la altura de los omóplatos, ejerciendo una ligera presión, al mismo tiempo debe presionar con la parte externa del pie, contrario al lado que se lleva el arma, ambos talones del infractor, procediendo a colocarle los grilletes.

– Luego de colocarle los grilletes (ver acápite Técnicas de esposamiento), se procede a efectuar un registro minucioso del infractor de arriba hacia abajo y de derecha a izquierda o viceversa.

– La conducción del infractor se puede efectuar cogiéndolo del brazo derecho (siempre contrario al lado donde se lleva el arma) por encima del codo, ejerciendo si fuera necesaria una ligera presión; o de ambos brazos cuando sean dos policías los que lo conducen, indicándole la dirección que se va a tomar. Asimismo, por ningún motivo el policía sujetará los grilletes para conducir al intervenido.

De rodillas:

– Es recomendable emplear esta técnica cuando el infractor se encuentra en un ambiente abierto.

– Efectuado el contacto visual e iniciada la verbalización, se ordenará al intervenido colocarse frente a los policías, a una distancia que permita dominar la situación, formando el cono de seguridad; se le indica que levante los brazos, con las manos totalmente alejadas una de otra y los dedos separados.

– Que gire lentamente hasta quedar de espaldas a los efectivos policiales.

– Que el infractor se arrodille, manteniendo los brazos levantados.

– Una vez arrodillado, ordenarle entrelazar los dedos de una mano con la otra y que las coloque sobre (encima de) la cabeza; luego que cruce una pierna sobre la otra, siempre y cuando su contextura física lo permita, caso contrario que junte los pies principalmente las puntas y hacerlas estirar.

– Una vez que el infractor está en esa posición, el efectivo policial de seguridad se colocará perpendicularmente a la línea formada por los hombros del intervenido y su compañero, desarrollando una abertura del cono (ubicación en "L" invertida), que le permita mejorar el contacto visual con el intervenido, por lo que el efectivo policial de contacto deberá indicarle que gire la cabeza en esa dirección.

– El efectivo policial de seguridad en esta posición debe verbalizar para recabar información y no permitir que el intervenido se concentre en planificar una respuesta violenta contra la acción del efectivo policial de contacto.

– El efectivo policial de contacto después de enfundar su arma, cogerá sus grilletes y se aproximará al infractor, adoptando una posición diagonal, permitiendo que el lado donde lleva su arma no esté al alcance del infractor.

– Tomar los dedos medio y anular de la mano izquierda del intervenido (esto puede variar por la forma en que las haya entrelazado el infractor), juntándolos levemente y ejerciendo una presión sobre la cabeza para impedir que se suelte.

– Al mismo tiempo se coloca el pie izquierdo entre los pies del infractor, en el caso de estar cruzados; asimismo se ejerce presión sobre las puntas de los pies en caso de estar estirados, con lo cual minimizará la posibilidad de reacción, procediendo a colocarle las esposas.

– Luego se procede a efectuar un registro minucioso del infractor. Posteriormente, se le ayudará a levantarse tomándolo por los codos.

– La conducción del infractor se hará bajo las recomendaciones hechas en el párrafo de intervención de pie.

Tendido o echado:

– Esta posición es la más segura, representa menos riesgo o posibilidad de reacción del infractor. Es la más recomendable cuando exista más de un intervenido.

– Utilizando la verbalización se ordenará al intervenido ubicarse frente a los efectivos policiales, a una distancia que les permita dominar la situación y formar el cono de seguridad, indicándole que levante los brazos, con las manos totalmente alejadas una de otra y los dedos separados.

– Que gire lentamente hasta quedar de espaldas a los efectivos policiales.

– Que se arrodille, manteniendo los brazos estirados, para luego tenderse de cubito ventral, apoyándose en sus manos, las cuales no deberán estar por debajo de su cuerpo (no olvidarse del control visual de las manos), sino en forma separada del mismo y lo más lejos del cuerpo.

– Indicarle que extienda los brazos a la altura de los hombros (en forma de cruz) colocando las palmas de las manos opuestas al piso y que cruce un pie sobre el otro, flexionando ambas piernas hacia sus glúteos.

– Una vez que el infractor está en esa posición, el efectivo policial de seguridad se desplazará desarrollando una abertura del cono, que le permitirá efectuar un contacto visual con el intervenido en línea con la ubicación de su cabeza, para lo cual el efectivo policial de contacto deberá indicarle que gire la cabeza en esa dirección.

– El efectivo policial de seguridad en esta posición debe verbalizar para obtener información y no permitir que el intervenido se concentre en planificar una respuesta violenta contra la acción del efectivo policial de contacto.

– El efectivo policial de contacto enfunda su arma, toma sus grilletes y se desplaza hacia el infractor, adoptando una posición segura, cómoda y flexible, permitiendo que el lado donde lleva su arma no esté al alcance del infractor. Luego coloca su pie izquierdo entre las rodillas del infractor y con su rodilla ejerce leve presión sobre los pies del infractor, minimizando la posibilidad de reacción y procediendo a colocarle las esposas.

– Colocadas las esposas se procederá al registro minucioso del infractor.

– Para levantar al infractor, se le indicará previamente que se procederá a sentarlo con nuestra ayuda, para ello cruzará una pierna sobre la otra y cogiéndolo de los hombros lo ayudamos a sentarse.

– Luego se le indica que recoja ambas piernas hacia adelante, flexionándolas y cruzándolas. El efectivo policial separa sus piernas colocando su hombro y brazo izquierdo en contacto con la espalda del intervenido, seguidamente tomándolo por los codos y en una sola acción se le apoya e impulsa para levantarlo.

– La conducción del infractor se hará de acuerdo a los lineamientos establecidos en las otras posiciones.

– Si durante estos procedimientos el intervenido se torna violento, el efectivo policial de contacto se alejara rápidamente de él, retornando a su área de seguridad empuñando su arma, y reiniciando la verbalización para retomar el procedimiento.

Uso de la fuerza en el mantenimiento del orden público

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Grupo de control de multitudes. Constitución

El grupo de control de multitudes consta de NUEVE (09) efectivos:

– Un Oficial PNP (Alfz. o Tnte.), Jefe de grupo (N° 01).

– Seis Granaderos (02, 03, 04, 05, 06, 07 y 08)

– Dos tiradores con escopeta lanza proyectiles (09)

– (Ver anexo N° 03 fig N° 01)

CARACTERÍSTICAS

El Grupo de Control de Multitudes es la Unidad elemental de empleo en el control de multitudes y disturbios civiles, posee efectivos suficientes para controlar con éxito una multitud determinada.

El armamento, equipo y material que posee, le da capacidad para definir una acción con gran maniobrabilidad; las formaciones que adopta permite dividir multitudes, hacer detenciones, desalojar una calle, cubrir servicio en puntos estratégicos, impresionar psicológicamente a la multitud, proteger dignatarios y adoptar diferentes formaciones pasando rápidamente de la protección a la intervención; permitiendo al Oficial Jefe de Grupo el control adecuado.

El empleo del grupo, requiere de la totalidad de sus efectivos; su condición de unidad básica no permite que sea dividido.

DEBERES GENERALES DEL OFICIAL JEFE DE GRUPO

El Oficial Jefe de Grupo tiene los siguientes deberes:

a. Es responsable del comando, disciplina, instrucción y control del personal.

b. Dispone la formación adecuada de su grupo, de conformidad a la situación, terreno y cantidad de público por controlar.

c. Verifica que los efectivos de su grupo conozcan la misión, comprobando la conformidad de su material, equipo y munición.

d. El Oficial Jefe de Grupo, para el empleo del material,, se sujetará a las disposiciones contenidas en el presente Reglamento.

ARMAMENTO, MUNICION, MATERIAL Y EQUIPO.

Los efectivos policiales que conforman el grupo de control de multitudes, estarán armados y equipados con el siguiente material:

a. El Oficial Jefe de Grupo (01), llevará:

– Pistola de Puño Cal.9mm con treinta cartuchos.

– Vara de goma.

– Esposas de seguridad

– Máscara antigás.

– Casco.

– Bolsa porta-granadas.

– Chaleco protector – antimotines

Radio Trasmisor – Receptor

– Megáfono

– Reflector (de ser necesario)

b. Los Sub Oficiales Granaderos (02, 03, 04, 05, 06 y 07)

– Cuatro (04) granadas lacrimógenas de mano (CS-CN), cada uno.

– Vara de goma.

– Esposas de seguridad.

– Máscara antigás.

– Casco.

– Bolsa porta-granadas.

  • Escudo de Protección y/o gancho

  • Chaleco protector – antimotines

c. Los Sub Oficiales Tiradores con Escopeta Lanza proyectiles (08, 09)

– Escopeta lanza gas con DIEZ (10) proyectiles

– Vara de goma.

– Máscara antigas.

– Casco.

  • Bolsa porta-granadas.

  • Chaleco protector – antimotines

PLANEAMIENTO LOGÍSTICO

Toda operación para Control de Multitudes implica la planificación para la obtención, almacenamiento, transporte, distribución, operación, disposición y recojo del material y equipo necesario para la función policial.

En la elaboración de los Planes Logísticos debe tenerse en cuenta, en orden de importancia:

a. Armamento y Munición

Dependen de la situación táctica y de la gravedad de la situación; es necesario conocer el tipo de armas, municiones que requiere el personal para restablecer la Ley y el orden. Para misiones especificas los efectivos policiales, deben estar dotados de armas especiales. El abastecimiento básico de granadas de mano y proyectiles con gas para lanzamiento con escopeta, así como las municiones de armas de fuego (pistola o revólver), debe determinarse con anticipación.

b. Equipo

El equipo individual básico está constituido por:

  • Uniforme de reglamento

  • Vara de goma

  • Máscara antigás

  • Casco

  • Bolsa porta granadas

  • Esposas de seguridad

  • Chaleco antimotines

  • Escudo protector.

El equipo por Unidad consta de:

– Armamento y munición

– Agentes químicos

– Linterna de mano

Sistema de altoparlantes

– Câmara filmadora

– Câmara fotográfica

– Radio receptor – transmisor portátil

c. Transporte

Debe incluirse en el Planeamiento Logístico la cantidad suficiente de vehículos que se requiere para el personal y equipos.

d. Cintas informativas

Para aislar una zona de operaciones con inscripciones como "NO CRUZAR ESTA LINEA" – "DISPERCESE" – "DETENGASE" – "PARE", ETC.

e. Primeros auxilios

Debe considerarse la atención médica de emergencia, tanto para el personal policial como para las víctimas civiles que resulten de una operación de Control de Multitudes, incluido el servicio de ambulancias, instalaciones y servicios médicos en el campo del disturbio, abastecimiento de medicinas, evacuación de heridos, servicio para hacer las notificaciones a las familias de las víctimas, etc.

f. Movilización del personal

– El personal debe ser embarcado en unidades constituidas y no en partes, pues es necesario mantener integras las unidades tácticas, para obtener éxito.

– Cada unidad debe movilizarse con su equipo, armas, abastecimiento que va a necesitar, así como la reserva indispensable.

– El personal transportado en vehículos motorizados debe llegar a la zona más adecuada, seleccionada con anticipación y que este ubicada cerca de la zona afectada por el disturbio.

– Debe planificarse respecto de la selección de rutas prefiriendo las más cortas y fuera de la vista de la muchedumbre, sin dejar de lado la seguridad del personal.

  • La Planificación Logística incluye también, la selección de la zona de desembarque del personal, la que debe estar fuera de la vista de la multitud pero a una distancia tal que le permita llegar a pie al lugar del disturbio, tomando una formación compacta y disciplinada, haciendo una demostración de fuerza organizada que constituye la manera más eficaz y con mayor facilidad para la intervención del personal en Control de Multitudes.

EMPLEO DE LAS ARMAS Y GRANADAS

Los Sub. Oficiales granaderos y tiradores con escopeta lanza proyectiles, accionarán únicamente por orden del Oficial Jefe de Grupo, sujetándose a las técnicas del Reglamento.

ABASTECIMIENTO DE AGENTES QUIMICOS.

El centro de abastecimiento de agentes químicos se encuentra instalado en el almacén de la Unidad. Cuando se haya consumido, el Jefe Operativo dispondrá lo conveniente para su aprovisionamiento.

Formaciones del Grupo de control de multitudes

El Grupo de Control de Multitudes adopta las siguientes formaciones:

a. Columna de a uno

b. Columna de a dos

c. En línea

d. En diagonal (derecha o izquierda)

e. En cuña.

COLUMNA DE A UNO

Esta formación se adopta para reuniones, embarque, desembarque y desplazamiento por la vía pública. Los Sub Oficiales se colocan uno detrás del otro, a un paso de distancia, en el orden siguiente:

– Oficial Jefe de Grupo (No.01)

– Sub Oficiales granaderos (02, 03, 04, 05, 06, 07 y 08)

– Sub Oficiales con escopeta lanza proyectiles (09)

El Oficial Jefe de Grupo, se coloca a un paso delante del Sub Oficial No.02, o donde mejor pueda comandar su grupo.

COLUMNA DE A DOS

Esta formación se adopta para reuniones, embarque, desembarque, desplazamiento por la vía pública y para formaciones de apoyo de la Sección y Compañía.

Los Sub Oficiales se colocan en dos columnas, a un paso de distancia e intervalo, las columnas pares a la derecha y los impares a la izquierda, como sigue:

– A la derecha: 02, 04, 06, 08

– A la izquierda: 03, 05, 07,09.

El Oficial Jefe de Grupo se coloca a un paso delante del No.02 y/o donde mejor pueda comandar. La columna de la derecha es la base de la formación.

EN LINEA.-

Esta formación sirve para cerrar bocacalles, dispersar multitudes pequeñas y adoptar una posición defensiva.

Los Sub Oficiales se colocan en línea, uno al costado del otro, a un paso de intervalo (o al indicado), los números pares forman a la derecha y los impares a la izquierda del No.02, que es la base de la formación, de la siguiente forma:

– A la derecha: 04, 06,08.

– Al centro: 02.

– A la izquierda: 03, 05, 07, 09.

El Oficial Jefe de Grupo se coloca al centro de la retaguardia de su grupo o donde mejor pueda comandar.

EN DIAGONAL- (Derecha o Izquierda)

Se adopta para despejar una multitud recostada a una pared, para no permitir el ingreso a un establecimiento público y privado, cerrar un crucero de ángulo a ángulo, etc.

En esta formación los Sub Oficiales se colocan a un paso de distancia e intervalo uno de otro, a la derecha o izquierda, según el caso, con el mismo frente y sucesivamente. El No. 02 es la base de la formación.

El Oficial Jefe de Grupo se coloca en el interior de la diagonal, o donde mejor pueda comandar su grupo.

EN CUÑA-

Esta formación se utiliza para dividir a una multitud en pequeños grupos, abriendo la brecha en los puntos más débiles; para hacer detenciones ingresando al centro de la multitud, proteger dignatarios o personas que son perseguidas por la turba.

– El No.02 forma el vértice de la cuña.

– Los números 04, 06, 08, se colocan a un paso de distancia e intervalo del No.02, sucesivamente y a su derecha, con el mismo frente

– Los números 03, 05, 07, 09, se colocan a la misma distancia e intervalo del No 02, sucesivamente y a su izquierda con el mismo frente.

– El Oficial Jefe de Grupo se coloca en el interior de la cuña, o donde mejor pueda comandar a su grupo.

Agentes químicos

Los tipos de agentes químicos que se utilizan en el Control de Multitudes son:

a. Lacrimógeno (CN).

Afectan las glándulas lacrimales, no son lo suficientemente tóxicos como para poner en peligro la salud de las personas, pero si produce efecto psicológico (miedo, temor, pánico.).

b. Irritante (CS).

Afecta las partes más sensibles del cuerpo, produciendo irritación pasajera sin dañar la salud; produce efecto psicológico.

c. Fumígeno.

Sustancia que se usa frecuentemente, para producir gran cantidad de humo. No produce daño a las personas, pero si impresión psicológica.

Las municiones con Agentes Químicos más importantes y de utilización en Control de Multitudes son:

a. Granadas de mano

Lacrimógenos

– Irritantes

Fumígenos

b. Proyectiles de corto y largo alcance

Lacrimógenos

– Irritantes

Fumígenos

c. Balón de Gas

  • Irritante

Las características de los Agentes Químicos son los siguientes:

a. Lacrimógeno (CN).

Símbolo CN. Cloroacetofenona, de olor como flor de manzano, sólido, se utiliza en forma líquida, humo o polvo; persiste de 10 a 15 minutos en el ambiente, dependiendo de la velocidad del viento; en polvo es mayor su persistencia. Produce irritación intensa en los ojos y membrana de las mucosas dando como resultado un lagrimeo continuo y una pérdida temporal de la visión. La combustión del gas se inicia a los 10 segundos después de lanzada la granada, la temperatura es elevada.

b. Irritante (CS).

Símbolo CS. Ortoclorobensalmalonontrilo, de olor a humo, sólido y se utiliza en forma líquida, humo o polvo, persiste de 10 a 15 minutos en el ambiente dependiendo de la velocidad del viento; produce irritación intensa en todas las áreas húmedas de la piel, boca, nariz y senos nasales. Una sensación de ardor causa una incomodidad temporal extrema. La combustión del gas se inicia a los 05 segundos después de lanzada la granada y la temperatura es elevada.

(1) Primeros Auxilios.

  • Mantener los ojos de cara al viento.

  • No frotar los ojos

  • Quitar los lentes de contacto

  • Mojar los ojos con abundante agua.

  • Sentarse en un lugar con aire fresco permaneciendo quieto para reducir el sudor.

  • Exponer las áreas afectadas al aire.

  • Una contaminación fuerte puede aliviarse mojándose con agua limpia durante no menos de 10 minutos.

(2) Protección contra el Gas.

La máscara antigás, las gafas protectoras bien ajustadas, ofrecen protección limitada, el afectado debe salir de la zona gaseada, de lo contrario permanecerá en ese estado mientras dure la acción del gas.

(3) Usos.

Se usa contra multitudes violentas o delincuentes atrincherados, pero como la acción del gas es temporal, no impide que la muchedumbre se vuelva a reunir, por lo tanto en estos casos conviene utilizarlo en polvo, por su acción persistente. Vienen envasados en granadas de mano y proyectiles, también se le utiliza con aparatos expulsores de gas.

c. Granadas de humo.

Conocido con el símbolo HC y en el laboratorio como Hexaclorotano óxido de zinc, no produce ningún efecto dañino, se usa para determinar la dirección del viento, favorecer la progresión del personal, lanzamientos con gases irritantes, dando la impresión de haberse empleado mucho gas, refrenar momentáneamente a una turba y como efecto psicológico, para proteger a los que se dispersan de la turba, evitando su identificación.

PROPIEDADES

Las propiedades que presentan los Agentes Químicos son:

– Eficaz en concentraciones pequeñas

– Difícil de neutralizar o destruir.

– No se deteriora cuando está almacenado.

– Es estable cuando se transporta.

– Lo suficientemente pesado para mantenerse activo en el terreno.

– Compresible en recipientes no corrosibles, para el transporte.

– No produce muerte en su empleo, aunque se llegue a utilizar en grandes cantidades.

– De gran efecto psicológico.

– Sus efectos desaparecen en pocos minutos.

Dentro de las ventajas es el medio más eficaz para lograr neutralizar el accionar de gran cantidad de personas con el mínimo de daño. Se esparcen en la atmósfera de la zona de operaciones, alcanzando a los manifestantes donde quiera que ellos se encuentren (parapetos, barricadas, edificios, etc.).

El empleo táctico depende de las propiedades físicas y químicas de los agentes, así como el uso que se le quiera dar, teniendo presente el clima, la temperatura, temperamento y propósito de los manifestantes, el viento y las municiones disponibles, así como el área que ocupa la multitud o la que debe restringírsele.

Las granadas con agentes químicos son utilizadas por la Policía de Control de Multitudes, en plazas públicas, calles, avenidas, carreteras, edificios, para dividir una turba, desalojar criminales atrincherados, franco-tiradores y otros casos análogos.

El Plan General para uso de agentes químicos determina la cantidad de granadas o aparatos expulsores de gas que han de ser empleados, pero el modo de empleo de las granadas se determina en el sitio.

MODO DE EMPLEO DE LOS AGENTES QUIMICOS

Las técnicas empleadas para el lanzamiento de granadas de mano, son las siguientes:

a. Tomar la granada con la mano abierta en toda su extensión, presionándola con el espacio interdigital del pulgar y el índice.

b. Introduzca el dedo medio de la mano izquierda dentro de la anilla de la horquilla de seguridad, tire fuertemente (En esta posición puede quedarse el tiempo que desee, siempre que siga presionando como lo indica el punto a).

c. Lance la granada hacia la Línea de Dispersión, llevando el brazo extendido hacia atrás, de abajo hacia arriba y de atrás hacia adelante. (En esta forma colocará la granada en el sitio que desea lanzarla y sin peligro de ocasionar daños).

d. Volver a la posición inicial.

e. En circunstancias en que después de haberse jalado la horquilla de seguridad, se recibe la orden de no lanzar la granada, el Sub Oficial granadero deberá:

  • Abrir la horquilla en dos partes.

  • Introducir una parte en el agujero del percutor.

  • Doblar la punta de la horquilla, en sentido opuesto una de otra.

  • Guardarla en la bolsa hasta que llegue al Cuartel, en donde le entregará al Armero de la Unidad para que subsane cualquier deficiencia.

f. Debe tenerse presente que la granada no explotará mientras no se saque la mano que presiona la espoleta de seguridad. Las granadas de mano deben ser lanzadas teniendo en cuenta las siguientes técnicas:

  • La granada no debe ser lanzada directamente al cuerpo de la persona.

  • El gas debe llegar al rostro de los manifestantes.

g. Para el lanzamiento se establecen tres líneas:

1. Línea de Tiradores.-

Lugar donde se colocan los granaderos para lanzar las granadas, a una distancia de 60 metros aproximadamente de la multitud.

2. Línea de Proyección o Difusión.-

Línea donde deben colocarse las granadas lanzadas desde la línea de Tiradores, se encuentra a 25 metros delante de la Línea de Tiradores y a 35 metros aproximadamente de la multitud.

3. Línea de multitud.-

La línea anterior a la multitud, que debe estar a 35 metros aproximadamente de la línea de proyección

4. Técnicas de lanzamiento.-

– Determinar previamente la dirección y la velocidad del viento, mediante el lanzamiento de una granada de humo.

– El granadero lanza la granada de la línea de tiradores hacia la línea de proyección o dispersión del gas y desde esta línea el gas se proyecta a la cara de los manifestantes.

– Nunca se debe tirar la granada por encima del hombro sino por debajo de los manifestantes.

– La Unidad de Control de Multitudes no debe estar en contacto con la multitud.

– El personal siempre debe trabajar con máscara anti-gas.

DETERMINACION DE LA DIRECCION Y VELOCIDAD DEL VIENTO

La dirección del viento fija la posición de la Línea de Tiradores, a fin de que los gases puedan llegar al rostro de las personas, esto se realiza lanzando una granada de humo, observando el humo de un cigarrillo, arrojando tierra hacia arriba, pajilla seca o talco.

Para calcular la velocidad del viento es necesario observar lo siguiente:

– Un viento de 8 Km. por hora mueve las hojas de los árboles.

– A 15 Km. por hora mueve la punta de las ramas.

– A más de 17 Km. por hora, mueve las ramas de los árboles.

La velocidad del viento hace variar la distancia entre la línea de tiradores y la multitud, a mayor velocidad del viento, mayor dispersión de los gases.

Los proyectiles deben ser lanzados a retaguardia de la multitud cuando el viento está en sentido contrario al personal policial.

Manejo de crisis

CRISIS

Es la alteración grave del orden público, previsible o imprevisible, ocasionada por acción humana o de la naturaleza, que puede afectar la vida e integridad de las personas, la propiedad pública o privada, las relaciones internacionales del Estado o la seguridad nacional, demandando una respuesta especial de la Policía y, en algunos casos, la intervención de las más altas autoridades del gobierno.

La respuesta a la crisis se dará en atención del derecho internacional de los derechos humanos, las normas nacionales y otras normas relativas a la función policial, como los Principios Básicos sobre el empleo de la fuerza y de armas de fuego. Bajo ninguna circunstancia o situación pública de emergencia podrán quebrantarse dichos principios. (PB 8; CC 5)

NIVELES DE RESPUESTA

1. Alto riesgo

Puede ser resuelta por las fuerzas propias de la comisaría del sector u otra unidad policial.

2. Altísimo riesgo

En estas situaciones se requiere la intervención directa de unidades especializadas de la Policía. Puede comprometer la intervención de las más altas autoridades del sector.

3. Riesgo extraordinario

Es necesaria la participación de otros sectores y organismos del

Estado, pudiendo comprometer la intervención de las más altas autoridades del gobierno.

4. Riesgo excepcional

Situación que compromete la seguridad nacional o afecta las relaciones internacionales del Estado. Por tanto, la respuesta a este nivel de crisis siempre comprometerá la intervención de las más altas autoridades del gobierno, en coordinación con organizaciones internacionales u otros Estados.

Los niveles de respuesta de la Policía se enmarcan en los principios del uso de la fuerza desarrollados en este manual, y están en relación directa al grado de amenaza. (PB 4; 5; CC 3).

DISTRIBUCIÓN TÁCTICA

1. Cordón interior.- Evita las fugas, contiene a los sospechosos e inmoviliza.

2. Cordón exterior.- Crea un área despejada, sin personas ni tráfico.

3. Punto de control anterior.- Jefe Operativo 1.

4. Punto de encuentro.- Donde ingresan o salen las personas involucradas 2.

5. Equipo necesario.

6. Negociadores.

7. Equipo de intervención.

8. Equipo de investigación.

9. Equipo de seguridad.

10. Equipo de francotiradores.

11. Perros.

12. Ambulancias.

13. Bomberos.

PROCEDIMIENTO PARA EL MANEJO DE CRISIS

No obstante que toda crisis requiere una respuesta especial de la Policía, debemos tener en cuenta que normalmente aquellos efectivos policiales que intervienen inicialmente, deben adoptar los siguientes pasos:

1. Contener

Se adoptarán las medidas necesarias para determinar el espacio geográfico que compromete ésta y que constituye la zona de riesgo, evitando su expansión y evacuando al público.

2. Aislar

Estableciendo un perímetro de seguridad que permita controlar las comunicaciones, ubicación del puesto de comando, servicios de salud, bomberos, etc., se impedirá el acceso de personas ajenas al evento, facilitando la salida y evacuación de la zona de riesgo.

3. Negociar

Es el conjunto de acciones planificadas y ordenadas que permiten intervenir dentro del marco de la ley, con el propósito de persuadir a un presunto infractor, a fin de garantizar la vida e integridad de las personas y resolver con éxito la crisis.

IMPORTANTE: las negociaciones deben estar a cargo de un NEGOCIADOR PROFESIONAL DE LA POLICÍA; a falta de éste, asume la responsabilidad el efectivo policial que reúna condiciones para desempeñarse como tal, nunca el responsable del grupo; debiendo considerar las pautas que a continuación se indican para actuar como: negociadores no entrenados.

Guía básica del negociador en las operaciones de mantenimiento y restablecimiento del orden público

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Bibliografía

  • Manual de Derechos Humanos aplicados a la Función Policial – Policía Nacional del Perú.

  • Manual de Derechos Humanos aplicados a la Función Policial – Policía Nacional del Ecuador.

  • ONU "Derechos Humanos y Aplicación de la Ley".

  • ROVER C De "Servir y Proteger (Derechos de los Derechos Humanos y Derecho Humanitario para las Fuerzas de Policía y Seguridad)

  • http://www.mininter.gob.pe/cnddhh/pdf/CAPACITACION/PDF/CARTILLA%20ORDEN%20PUBLICO.pdf.

  • http://www.tribunalconstitucional.gob.bo/descargas/articulos/JPUF_WRA.pdf.

 

 

Autor:

José Javier Manosalva Salvador

DOCENTE: SO1. PNP..

Técnico en Administración y Ciencias Policiales.

POLICIA NACIONAL DEL PERU

ETS-PNP-TARAPOTO

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