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Rutinas productivas: conceptualización y generalidades (página 2)


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El elemento determinante de las rutinas productivas es la escasez de tiempo y recursos. Las fases principales de la producción informativa cotidiana son: la recogida, la selección y la presentación. Cada una da lugar a rutinas y procesos de trabajo específicos.

Como resultado de la conjugación de los diversos factores que participan en la manera que se lleva a cabo cada fase productiva, en todas ellas se observa: fragmentación en la imagen de la realidad social, similitud en el tipo de acontecimientos promocionados a noticias y limitación en el tipo de fuentes a las que se recurre.

1.1.1- La recogida del material informativo

Los estudios de newsmaking evidencian que una de las causas de la fragmentación y superrepresentación de la esfera político-institucional en la información de masas, descansa en los procesos rutinarios de recogida del material informativo:

La recogida se produce sobre todo a través de fuentes estables que tienden a suministrar material informativo ya fácilmente incorporable en los normales procesos productivos de la redacción. El ejemplo más frecuente es la práctica de elegir los comunicados de agencia y publicarlos como noticias, con algún leve retoque superficial, estilístico, o acompañados de algún soporte visual (Wolf, 2005: 133).

La presencia de plazos impone una esmerada programación con el objetivo de tener suficientes noticias a la hora de emitir el informativo. Los acontecimientos planificados de antemano tienen una buena noticiabilidad. Por la garantía de proporcionar informaciones, se priorizan las fuentes institucionales y las agencias, las cuales hacen a las redacciones más dependientes de sus criterios de relevancia:

Los flujos de noticias que permiten tanto las nuevas tecnologías como las conexiones con las agencias y con las otras fuentes estables hacen que la recogida de noticias no sea ya un problema: las funciones de control del flujo se convierten en primarias. Ahora se ha hecho normal decir y pensar que no son los periodistas quienes deben buscar las noticias, sino que son las noticias quienes buscan a los periodistas (Wolf, 2007).

La naturaleza regular, planificada y repetitiva de este tipo de canales y de las modalidades de recogida, caracteriza el tipo de cobertura informativa que se realiza. La organización productiva enfatiza el carácter perecedero de las historias y las reduce:

Esta forma de organizar la recogida de los materiales noticiables está intrínsecamente vinculada a la necesidad de rutinizar el trabajo; produce una sustancial limitación y reducción (atenuadas sin embargo por la estabilidad y productividad) de los posibles canales de recogida (Wolf, 2005: 134).

Tres elementos fundamentales participan en la fase de recogida: las fuentes, las agencias y el dietario.

1.1.2- Las fuentes

Las fuentes son un factor determinante respecto a la calidad de la información. Se clasifican de diversas maneras, en dependencia de los parámetros que se sigan; por esta razón, no existe una tipología definitiva. A pesar de ello, "por lo general, los expertos coinciden en que las fuentes de información pueden ser clasificadas en un primer momento como documentales y no documentales" (Reyes, 2003: 12). Las fuentes documentales son documentos o registros, que por lo general contienen información textual, aunque aparecen imágenes, sonidos, videos. Pueden estar en soporte impreso, audiovisual o digital. Las fuentes no documentales se encuentran en otro soporte, diferente al documento. Se trata de personas, objetos o servicios informativos.

No todas son iguales ni tienen la misma importancia y el acceso a ellas no está uniformemente distribuido:

La red de fuentes que los aparatos de información estabilizan como instrumento esencial para su funcionamiento refleja por un lado la estructura social y de poder existente, y por otro lado se organiza sobre la base de las exigencias planteadas por los procesos productivos. Esta estructuración de las fuentes contribuye a su vez a reforzar la ideología de la noticia como hecho excepcional, ruptura de la norma, desviación (Wolf, 2005: 135).

Aquellas personas o instituciones que gozan del poder económico o político pueden alcanzar con facilidad el acceso a los periodistas y, a su vez, son accesibles para los mismos. La organización de la red de fuentes no es casual, se erige sobre la base del poder:

En realidad, fuentes, periodistas y público coexisten en un sistema que se parece más a tirar de la cuerda que a un organismo funcional interrelacionado. El tirar de la cuerda se resuelve siempre con la fuerza: y las noticias son, entre otras cosas, el ejercicio del poder sobre la interpretación de la realidad (Gans, 1979; citado en Wolf, 2005: 135).

Gans (Wolf, 2005) enumera los distintos factores que influyen en el interés de la fuente por tener acceso a los periodistas, y la oportunidad y conveniencia del periodista de servirse de la fuente. En el interés de la fuente destaca los siguientes motivos: los incentivos, el poder de la fuente, su capacidad de suministrar informaciones fiables y su proximidad social y geográfica respecto a los periodistas. En el segundo, determinan: la oportunidad puesta en evidencia anteriormente (las fuentes que en otras ocasiones han suministrado materiales fiables tienen buenas probabilidades de convertirse en fuentes regulares), la productividad, la fiabilidad, la credibilidad, la autoridad.

Las fuentes "se constituyen en los primeros gatekeeper, ya que al decidir qué quieren que se haga público y qué no, y en el caso de las agencias, al enviar la información en crudo, están haciendo una selección previa de los acontecimientos" (Martini, 2000). Los estudios de newsmaking modifican la imagen de la profesión periodística, pues aunque las clasificaciones puedan hacer creer que la relación con las fuentes se efectúa rígidamente, en realidad, se trata de un intercambio dinámico, complejo y mediatizado.

1.1.3- Las agencias

Las grandes agencias de prensa constituyen la fuente más valiosa de materiales noticiables. Además, resultan imprescindibles por cuestiones económicas, ya que no todos los medios pueden pagarse un corresponsal. Precisamente, su origen y desarrollo responde a cuestiones monetarias.

Su utilización, de alcance mundial, determina la homogeneidad y uniformidad sobre las definiciones de lo que constituye noticia. Entre los sucesos, se prefieren, en cuanto a noticiabilidad, los que las agencias informan (lógicamente, no son estos los únicos hechos noticiables). Por tanto, las agencias favorecen el fortalecimiento de los criterios de noticiabilidad. Por otro lado, determinan la cobertura de muchos de los hechos que realizan las redacciones, pues alertan sobre los acontecimientos que ocurren en el mundo:

Podemos afirmar que tanto las agencias de noticias como las de material filmado tienden a apoyar la programación del trabajo (es decir, a cubrir acontecimientos ya previstos) más que el periodismo de indagación, de descubrimiento de los hechos, de profundización en los acontecimientos y sus contextos (Wolf, 2005: 142).

1.1.4- El dietario

El dietario es la agenda que enumera diariamente los acontecimientos que sucederán y cuya noticiabilidad se considera segura. Se trata de sucesos pronosticados de forma previa, por tanto, casi siempre son hechos pertenecientes a la esfera político-institucional-administrativa o judicial.

Las funciones del dietario no son bien vistas por los periodistas (fundamentalmente, por la idea que estos se han formado de su profesión), pues este los muestra en un papel pasivo de coleccionadores de hechos fijados con antelación y representa casi lo opuesto de la imagen que la profesión ofrece de sí misma. Aún así persiste, debido a la mayor importancia otorgada a las necesidades organizativas frente a las preferencias de los periodistas. Los estudios de newsmaking profundizan en este procedimiento para la recogida de noticias, "porque forma parte integrante de la rutina organizada y al mismo tiempo muestra sobre qué tipos de acontecimientos se concentra la representación del mundo suministrada por la información de masas" (Wolf, 2005: 143).

Si bien la renovación tecnológica en el campo de la información permite una mayor rapidez y menos costos de elaboración, su uso se planifica con mayor rigurosidad. Ello impone nuevas restricciones a la cobertura informativa. La relación entre perfeccionamiento tecnológico y necesidad de programar el trabajo, repercute en la elección de fuentes institucionales, estables, presuntamente fiables, funcionales respecto a las rutinas productivas de las redacciones.

Esta ineludible planificación motiva cierta rigidez, que impide un periodismo de indagación o de exploración. Pero también los medios incorporan a sus agendas nuevos temas, latentes en el público:

Un medio moderno se caracteriza no sólo por sus servicios a la opinión pública en términos de construir la información de rutina, sino también por la introducción de nuevas problemáticas y tendencias que aparecen en las sociedades. Las nuevas tendencias o nuevos problemas (new issues) en las agendas públicas se constituyen en temas que se resisten a los encasillamientos tradicionales. Algunos comienzan a constituir zonas fijas en la agenda de los diarios (cuerpo principal o suplementos) y de la televisión (los canales temáticos), y de la sociedad (así sucede con el conjunto formado por la ciudad, la seguridad, el tránsito, la calidad de vida, la ecología, o también con el de género, feminismo, acoso sexual, aborto, planificación familiar). Esto se corresponde con nuevas necesidades de la opinión pública (Martini, 2000).

Los acontecimientos se convierten en noticias a través de la selección y la adaptación del material que llega a la redacción.

No puede explicarse la selección sólo como elección subjetiva del periodista (aunque sea profesionalmente motivada), sino que hay que verla como un proceso complejo, que se desarrolla a lo largo de todo el ciclo productivo, realizado por distintas instancias (desde las fuentes hasta el redactor individual) y con motivaciones que no siempre obedecen inmediatamente a la directa necesidad de escoger qué noticias deben ser publicadas. La observación puede aplicarse también a los valores/noticia que en realidad no impregnan tan sólo el momento de la selección, sino un poco todo el proceso productivo (Wolf, 2005: 145).

En la selección de las noticias se tiene en cuenta su importancia, criterio que influye en la eficiencia imprescindible del proceso productivo. La eficiencia permite la distribución de tres recursos escasos: el personal, el formato y el tiempo de producción. En este proceso se introducen muchos datos, pero solo se utiliza una cantidad limitada. Además, algunas noticias se añaden y se cambian de sitio en el último momento.

En esta fase se confeccionan y presentan los acontecimientos en los límites de la rigidez del formato y duración de los informativos. El trabajo consiste en anular los efectos de los límites provocados por la organización productiva, para que la información aparente ser un exacto reflejo de la realidad. La fragmentación de los contenidos y de la imagen de la realidad social tiene lugar en el intermedio de estas dos acciones:

Mientras todas las fases precedentes operan en el sentido de descontextualizar los acontecimientos de su marco social, histórico, económico, político, cultural, en el que se producen y en el que son interpretables (es decir, en el sentido de plegar los acontecimientos a las exigencias de la organización del trabajo informativo), en esta última fase productiva, se realiza una operación inversa, de recontextualizarlos, pero en un marco diferente, en el formato del informativo (Wolf, 2005: 147).

El editing en los informativos tiene la función de transformar el hecho en una historia, donde se muestra el principio, la parte central y el final. Se intenta presentar de manera breve el objeto de la noticia. Con esta actividad se focaliza la atención en los rasgos más destacados del acontecimiento (highlighting).

Según Wolf (2005), el highlighting y el editing penalizan, en la confección de las noticias, los aspectos relativos a su carácter de proceso inscrito en la dinámica social y acentúan los momentos de mayor importancia, los resultados, las desviaciones de la norma (comportamientos insólitos o negativos). Por tal motivo, las rutinas productivas determinan y refuerzan la distorsión involuntaria, al margen de la conciencia del periodista, y originada en las estructuras informativas y en el trabajo redaccional.

A la hora de presentar las noticias, los periodistas intentan ser claros y simples. Ello obedece a la valoración que hacen sobre la capacidad del público para comprender los términos utilizados en el informativo. Esta imagen instructiva parece reafirmar la utilidad social de la profesión. A pesar de la preocupación por el público, los periodistas desarrollan estrategias para estar a su servicio, pero sin dejarse condicionar por él.

Como el periodista no sabe realmente cuáles son los conocimientos del público, debe resolver esta interrogante mediante aserciones, es decir, deducciones sobre el estado de sus conocimientos e, incluso, de sus preferencias:

El problema de la importancia que poseen las aserciones (más implícitas que explícitas) sobre el público tiene bastante que ver con la operación de recontextualizar el contenido informativo en el marco definido por el formato: dichas aserciones representan la parte del formato más directamente vinculada a la exigencia de mantener abierta la relación comunicativa, representando así los elementos de composición, estilísticos y formales, dirigidos a la necesidad de respetar, en el marco del formato, las supuestas exigencias del público como destinatario (Wolf, 2005: 150).

Las rutinas productivas se relacionan con otros elementos presentes en el proceso productivo de los medios: gatekeeper, distorsión involuntaria, newsmaking, noticiabilidad y valores/noticia. Todos estos factores interactúan en la fabricación de las noticias como construcción social de la realidad.

Los estudios sobre los emisores y sobre los procesos productivos en las comunicaciones de masas, constituyen una importante área de investigación en los últimos tiempos, estrechamente ligada al tema de los efectos a largo plazo. Aunque la investigación relativa a la labor de los periodistas, por el valioso esclarecimiento que establece acerca de cómo los medios construyen la imagen de la realidad social, debería dirigirse a todos los productos elaborados en este entorno, los informativos han acaparado toda la atención, debido a su amplia repercusión en la cotidianidad. "Por tanto, de hecho -salvo escasas excepciones- la sociología de los emisores corresponde esencialmente a los productores de noticias" (Wolf, 2005: 109).

Una corriente del estudio sobre los emisores los considera desde el punto de vista de sus características sociológicas y culturales. Analiza algunos factores externos de la organización del trabajo, que influencian los procesos productivos de los comunicadores. La otra corriente discurre sobre la lógica de los procesos que intervienen en la comunicación de masas y sobre la organización del trabajo a la hora de elaborar los mensajes. Todo lo cual actúa de forma determinante en las características del producto comunicativo.

Las consideraciones referentes al gatekeeper, el newsmaking, la distorsión inconsciente, la noticiabilidad y los valores/noticia pertenecen a esta última tendencia que ha recibido una amplia atención por parte de los teóricos

"El concepto de gatekeeper (seleccionador) ha sido elaborado por Kurt Lewin en un estudio de 1947 sobre las dinámicas interactivas en los grupos sociales, en particular respecto a los problemas relacionados con el cambio de hábitos en la alimentación" (Wolf, 2005: 111), pero funciona igualmente para comprender el paso de una información a través de los canales comunicativos en un grupo. Hacia 1950, David White decidió aplicarlo al estudio de la práctica productiva periodística.

Algunas zonas en los canales comunicativos pueden funcionar como porteros que permiten o no la circulación de un determinado mensaje. También se les conoce como zonas filtro y son controladas por reglas o por gatekeepers: individuo o grupo que tiene "el poder de decidir si dejar pasar o bloquear la información" (Lewin, 1947; citado en Wolf, 2005: 111).

La actividad del gatekeeper no se realiza atendiendo criterios individuales, sino que tiene en cuenta un conjunto de juicios profesionales y organizativos, a través de los cuales se evalúa la noticiabilidad. La acción de filtro no se limita solo al rechazo o aceptación de los contenidos, pues los gatekeepers tienen misión de:

establecer la agenda temática al realizar la selección de los temas y al establecer el grado de relevancia de los mismos. Determinan, también, cuál es el período de permanencia de un tema en los medios y destacan cuáles son los conflictos de mayor presencia pública (Teorías de la producción de mensajes mediáticos, 2007).

Según los estudios realizados sobre el tema, en este proceso de selección, los periodistas prestan mayor atención a la valoración de los colegas o superiores y al sistema de fuentes que al público. "Mientras este último es poco conocido por los periodistas, el contexto profesional-organizativo-burocrático circundante ejerce una influencia decisiva sobre las elecciones de los gatekeepers" (Wolf, 2005: 112).

La política editorial se aprende de forma implícita, a través de las relaciones que se establecen en el seno de la redacción. Seis son los factores establecidos que incrementan la función del grupo de referencia constituido por los colegas o por los superiores, provocan la conformidad con la línea del medio, más allá de los propios ideales del reportero:

  • a) la autoridad institucional y las sanciones; b) los sentimientos de obligación y estima hacia los superiores; c) las aspiraciones a la movilidad profesional; d) la ausencia de fidelidades de grupo contrapuestas; e) la naturaleza agradable del trabajo; f) el hecho de que la noticia se ha convertido en un valor (Breed, 1955; citado en Wolf, 2005: 112).

Aunque el modelo de investigación de gatekeeping fue pionero en la perspectiva de análisis de los productores e instaló el concepto de selección, se le señala como característica negativa "la exclusión del resto de las fases del proceso de construcción de la noticia, que permitirían entender los desvíos de la información publicada y la relación de la noticia con la sociedad" (Martini, 2000).

Por otro lado, además de la manipulación explícita, en la cobertura informativa se produce constantemente un fenómeno de distorsión inconsciente (unwitting bias) que no se debe a violaciones de la autonomía profesional, con fines políticos o personales; sino a la forma en la que está organizado el trabajo del periodista. Este hecho, por su significación, se convierte en objeto de estudio.

Como aclara Wolf (2005), estos estudios tienen en cuenta los factores organizativos relacionados con la estructuración de los procesos productivos y los elementos más específicamente comunicativos, característicos de la materia prima trabajada. La manipulación de la cobertura informativa no se define como resultado exclusivo de presiones e influencias explícitas externas. Se presta una gran atención a la distorsión como producto de las prácticas profesionales, las habituales rutinas productivas, los valores interiorizados y compartidos entre colegas y con las instituciones, sobre las modalidades de desarrollar el oficio de informar:

Las noticias serían el producto de la selección y el control y de las formas de procesamiento que responden a instrucciones (más o menos explicitadas) de la empresa y a actitudes y valores consensuados o al menos aceptados (la distorsión consciente) y de la articulación de prejuicios, valores compartidos con el medio y con la sociedad, representaciones del propio trabajo y que están implícitos (la distorsión inconsciente o involuntaria) (Martini, 2000).

Esta nueva etapa de las investigaciones recibe el nombre de estudios sobre el newsmaking o construcción de la noticia. La imagen de la realidad social que brindan los medios está determinada en buena medida por las exigencias organizativo-estructurales y las características técnico-expresivas propias de todo medio de comunicación de masas.

"¿Qué imagen del mundo dan los informativos radiotelevisivos? ¿Cómo se relaciona esta imagen con las exigencias cotidianas de la producción de noticias en las organizaciones radiotelevisivas?" (Golding-Elliot, 1979; citado en Wolf, 2005: 115). Estas preguntas constituyen el tema central de investigación de la perspectiva del newsmaking, la cual analiza las conexiones y las relaciones existentes entre dos elementos: la cultura profesional de los periodistas y la organización del trabajo y de los procesos productivos.

Ante la sobreabundancia de acontecimientos ocurridos en la cotidianidad, estos se seleccionan para transformarlos en noticia, teniendo en cuenta varios criterios. De cómo se realiza este proceso, da cuenta la investigación del newsmaking, que:

permite avanzar en el estudio de las formas de producción de la noticia, suprime la simplificación de las explicaciones de una tarea compleja, y permite herramientas útiles para analizar la relación entre la imagen de la realidad social que construyen los medios, la organización y producción rutinaria de los aparatos periodísticos y los sentidos sociales (Martini, 2000).

En estos momentos, los estudios de newsmaking deben tener en cuenta las consecuencias sobre el oficio periodístico de los cambios sucedidos en los sistemas informativos en muchos países, fundamentalmente, las innovaciones tecnológicas en las redacciones:

Las tecnologías comunicativas hacen más flexible en ciertos puntos del trabajo redaccional el oficio periodístico, pero en el conjunto y al mismo tiempo, hacen más rígido y vinculante el proceso productivo, más acentuado el sometimiento a las fuentes, y más grave la incapacidad de elaborar las noticias de modo autónomo e independiente. Se aprecia un proceso de cambio de los lugares institucionales que definen la noticiabilidad en el exterior de las redacciones, mientras éstas se limitan frecuentemente a aceptar y a dar forma a aquello que viene ya elaborado de fuera (Wolf, 2007).

Los medios de información, debido a su complejidad, no pueden trabajar sobre fenómenos idiosincráticos. Por ello, reducen los fenómenos a clasificaciones construidas con ese objetivo. De ahí surge el criterio de noticiabilidad, como el conjunto de características que los acontecimientos deben poseer a los ojos de los periodistas, para poder ser transformados en noticias.

La noticiabilidad se relaciona con la rutinización y la estandarización de las prácticas productivas. Es un elemento de la distorsión involuntaria e incide en la fragmentación, y dificultad de argumentar y tratar en profundidad y coherentemente los temas.

Los criterios de noticiabilidad varían de una sociedad a otra, e incluso, de un medio a otro, pero no se trata de un proceso rígido, sino flexible. Las reglas prácticas, implícitas en la rutina del trabajo periodístico, que se aplican en los medios, obedecen a un proceso de negociación en su interior, para salvar discrepancias y llegar a un consenso:

Se trata de una negociación que implica varios niveles y en la que operan las relaciones entre el medio, los periodistas y la opinión pública. (…) Para la elaboración de estos criterios, los medios evalúan el valor de la noticia como información práctica, como impacto emocional y como formadora de la opinión pública. Estos rasgos apuntan a la concepción de la noticia como un servicio público, que construye los datos que necesita la sociedad en su vida cotidiana; a la conmoción y también a la empatía entre la construcción periodística y el público, que hace a la noticia más cercana y creíble, y al papel jerarquizador de los medios en relación con los asuntos públicos (Martini, 2000).

Los valores/noticia son un componente de la noticiabilidad. Representan la respuesta a la pregunta: ¿qué acontecimientos son considerados suficientemente interesantes, significativos, relevantes, para ser transformados en noticia? Según Wolf (2005), para determinarlos se tienen en cuenta: características sustantivas de las noticias (contenido), disponibilidad del material y los criterios relativos al producto informativo, el público y la competencia.

Definen los criterios sustantivos, la importancia y el interés de la noticia. La importancia esta determinada por el grado y nivel jerárquico de los sujetos implicados en el acontecimiento noticiable, el impacto sobre la nación y sobre el interés nacional, la cantidad de personas implicadas en el acontecimiento (de hecho o potencialmente), y la importancia y significatividad del acontecimiento respecto a la evolución futura de una determinada situación.

El interés está dado por historias de gente común que se ve llamada a actuar en situaciones insólitas o bien historias de personajes públicos captados en su vida privada cotidiana, historias en las que se da una inversión de papeles, historias de interés humano, historias de empresas excepcionales y heroicas.

El producto es determinado por la disponibilidad del material y las características específicas del producto informativo. La disponibilidad cuestiona:

en qué medida el acontecimiento es accesible para los periodistas, en qué medida es técnicamente tratable en las formas periodísticas habituales; si ya está estructurado de cara a poder ser fácilmente cubierto; si exige gran dispendio de medios para cubrirlo (Golding-Elliot, 1979; citado en Wolf, 2005: 125).

En cuanto a criterios relativos al producto aparecen la brevedad, ideología de la noticia (bad news is good news), frecuencia (debe producirse durante las 24 horas entre un informativo y otro), novedad, calidad de la historia y el equilibrio (composición equilibrada del informativo en su conjunto).

Los criterios relativos al medio se relacionan con el modo de presentación del argumento. También se tiene en cuenta la frecuencia del acontecimiento -tiempo que necesita para cobrar forma y adquirir sentido-, cuya similitud con la frecuencia del medio favorece su selección como noticia. Además, el formato que se refiere a los límites espacio-temporales que caracterizan al producto informativo, o sea, su duración o extensión.

En el apartado del público destacan la estructura narrativa, la capacidad de atracción del material, las noticias que permiten una identificación por parte del receptor, las noticias de servicio y noticias ligeras que no lo abrumen con demasiados detalles o con historias deprimentes o poco interesantes. Resulta relevante aclarar que no se revelan aquellos hechos que pudieran causar ansiedad o herir la sensibilidad de los receptores.

Por último, los criterios relativos a la competencia enfatizan las tendencias a la fragmentación y se centran en obtener exclusivas e inventar nuevos espacios, generación de expectativas recíprocas (puede ocurrir que una noticia sea seleccionada en cuanto se espera que los demás medios de la competencia lo hagan), contribución en el establecimiento de parámetros profesionales y modelos de referencia.

No todos los valores/noticia son importantes de la misma manera, lo cual responde a:

la naturaleza negociada de la noticiabilidad: es decir, los criterios importantes son variables (aunque sea de forma limitada) en función de algunos factores. Esto significa que la «transformación» de un acontecimiento en noticia es el resultado de una ponderación entre valoraciones relativas a elementos de diferente peso, importancia y rigidez respecto a los procesos productivo (Wolf, 2005: 131).

Los valores/noticia posibilitan la rutinización del trabajo periodístico. Por tanto, adquieren significado en los procesos productivos, donde operan las rutinas productivas.

Naya, Z. (2003) De los medios a la red. Rutinas productivas e ideologías profesionales en los periódicos digitales cubanos. Tesis de Diploma. La Habana, Facultad de Comunicación, Universidad de La Habana.

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Autor:

Lic. Liuber Garcia Martín.

Lic. Yosdani Muñoz Morejón

Lic. Marelys Cedeño Cardoso.

Partes: 1, 2
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