Voces desde el Aula. La participación política de los estudiantes en la construcción de la escuela secundaria democrática (página 2)
Enviado por Lic. Gabriel Due�as
I. EL PROYECTO DE RENOVACIÓN PEDAGÓGICA Y LA GESTIÓN ESCOLAR DEMOCRÁTICA
Renovación Pedagógica ha sido pensada como un proyecto para la transformación radical de la escuela secundaria. Sustentada desde una concepción crítica de la educación, propone la construcción de un modelo de gestión escolar democrático. Con esta perspectiva, fundamenta la problematización de las estructuras establecidas para generar un proceso de cambio organizativo y una transformación pedagógica. Asume la crisis de la escuela secundaria como el agotamiento de un modelo de escuela que sobrevive en la cultura de la simulación, el autoritarismo, la burocratización, el tradicionalismo metodológico y la desesperanza pedagógica. La escuela secundaria necesita una reforma pedagógica y curricular, pero, al mismo tiempo, requiere un cambio en su estructura organizativa y funcional. El problema está en cómo hacerlo y por dónde empezar.
El Proyecto coloca al docente en el centro del cambio. Nada o muy poco conseguiremos si los proyectos o reformas se siguen imponiendo y vendiendo como la panacea a los problemas de la secundaria, sin hacer un esfuerzo serio por armar a los docentes con herramientas metodológicas útiles y efectivas que los preparen para ser los motores de la transformación de sus propios centros escolares.
El Proyecto ha demostrado que, a partir de generar ambientes democráticos con una nueva participación de directivos, docentes, alumnos y padres de familia, se crean las condiciones para desarrollar una cultura pedagógica de innovación que impacte en la mejora del logro académico de los estudiantes.
En las escuelas de renovación pedagógica los directivos se empiezan a hacer cargo de la gestión pedagógica, involucrándose en los talleres de capacitación, e, incluso, impartiendo ellos mismos los talleres para mostrar sus experiencias de innovación. Los docentes impulsan proyectos en el aula y debaten sobre sus diseños didácticos. Los estudiantes dejan de estar en la escuela para estar con la escuela; son más críticos y se comprometen con sus propios proyectos de autogestión. Los padres y madres de familia se organizan en consejos de apoyo al proyecto, y participan en la toma de decisiones a través del grupo animador.
II. LOS ESTUDIANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA TRADICIONAL
a. El modelo burocrático-administrativista
Las últimas evaluaciones internacionales a jóvenes estudiantes (OCDE) y el diagnóstico que aporta el proceso de la Reforma Integral a la Escuela Secundaria en México, evidencian el fracaso de la escuela secundaria y nos muestran, junto con las pocas investigaciones sobre este nivel, un modelo de escuela anclado en el burocratismo administrativo, gobernado por prácticas autoritarias, con una gestión centrada en lo administrativo y con prácticas pedagógicas rutinarias y tradicionalistas. Para decirlo con palabras de Paulo Freire, sería un modelo de escuela bancaria. Una escuela donde el poder se concentra en la autoridad absoluta del director o de los docentes, y donde los estudiantes son sólo objetos.
Esta escuela está secuestrada por las políticas de los administradores de turno, que exigen el cumplimiento de la norma y mantienen "usos y costumbres" obsoletos como leyes intocables, haciendo girar las dinámicas de las escuelas alrededor de concursos académicos, culturales y deportivos, y ocupando a directivos y docentes en reuniones administrativas y académicas que nada impactan en el supuesto mejoramiento de la calidad educativa de las escuelas. Además, las secundarias sobreviven en la inercia, el conformismo y la cultura de la simulación.
Algunas características de esta escuela indican que es autoritaria, jerárquica, jerarquizadora, memorística, verbalista, enciclopedista, uniformadora, pedante, represiva, aburrida, clasista, selectiva, disciplinaria, rutinaria, pasiva, monótona, trasmisiva, acrítica y alejada de la realidad y de la vida.
b. Pedagogía de la simulación
En la escuela secundaria tradicional quizás el mayor y más grave problema que encontramos sea el de la simulación. Es una escuela donde todo el mundo se engaña. Los problemas de fondo no se tocan y las figuras del director y de los maestros son una especie de semidioses. Nadie cumple con sus responsabilidades; todos hacen como que dirigen, como que enseñan, como que aprenden. Existe una confabulación entre todos para no mirar los problemas, para mantener los mitos y fantasías, y para no escuchar "la catástrofe silenciosa"(3).
Estas escuelas aparentan ser buenas, magnifican sus logros (cultura del trofeo), los maestros encubren sus deficiencias con su autoritarismo y los estudiantes se han adaptado, de manera que aprenden a sobrevivir con falsas buenas notas en sus estudios, pero en realidad ni los maestros enseñan ni los alumnos aprenden. Lo más grave es que las autoridades educativas son complacientes con esta situación, y en muchos casos la fomentan y avalan.
Ejemplos de esta pedagogía de la simulación son, en el caso de los maestros, los planteamientos didácticos, que se hacen nada más para cumplir con una exigencia administrativa y no como principio pedagógico; en el de los directores, que ocupan todo su tiempo en gestiones administrativas o materiales y nunca tienen tiempo de atender lo pedagógico. Las evaluaciones del aprendizaje constituyen la parte más simuladora, pues una escuela puede reducir sus índices de reprobación sólo con pedir a los docentes que la eviten. Se elimina la reprobación de un plumazo.
Sin dejar de reconocer el esfuerzo de muchas escuelas por mejorar, nuestras observaciones y nuestra propia experiencia de 20 años nos lleva a plantear una seria revisión de este fenómeno, para transitar de una pedagogía de la simulación a una pedagogía para la reconstrucción de nuestras escuelas.
c. El estudiante alienado
El estudiante de la escuela secundaria tradicional es un sujeto negado, domesticado, manipulado, reducido a objeto-recipiente, al que no se le permite pensar, ni hablar, ni decir su palabra, ni su verdad. Está formateado y uniformado en la obediencia, en la disciplina autoritaria, en las reglas y normas impuestas por la escuela, sin más; es un sujeto alienado.
Francisco Gutiérrez, en su libro Educación como praxis política, describe las consecuencias de esta alienación cuando dice:
Un estudiante prisionero por el temor y el miedo es tremendamente vulnerable e impotente. El proceso educativo se le torna angustioso y aburrido. Se le dificulta mucho -con frecuencia se le imposibilita- la expresión personal. Evita compartir los sentimientos, deseos y proyectos. Esta prisión interior, alimentada y mantenida por la represión externa, genera descontento, intranquilidad, congoja, ansiedad y relaciones asfixiantes. Sin llegar a lo patológico, es evidente que el temor al profesor, el amedrentamiento en la acción y en la expresión desembocan en una actitud des-educativa, conformista y derrotista. |
En la escuela secundaria tradicional, a los alumnos se les imponen reglas hasta de cómo deben organizarse. A los dos meses de iniciar el ciclo escolar, la dirección de la escuela emite la convocatoria para las elecciones de la "sociedad de alumnos"(4). Los estudiantes son "asesorados" por los maestros para que formen las listas de candidatos y hagan sus campañas. En los últimos años la novedad en este proceso es que el Instituto Federal Electoral apoya facilitando los elementos para simular una elección ciudadana, con urnas, credenciales para votar y hasta tinta indeleble. Lo cierto es que el proceso de elección reproduce el esquema clientelista de muchos partidos políticos. Los candidatos reparten caramelos y material escolar, o presentan grupos musicales y prometen hacer convites y mejorar la escuela. Ya en la gestión estudiantil, sólo el presidente de la sociedad de alumnos, asesorado por un maestro, es el que decide qué hacer, y la mayoría de sus actividades está centrada en promover convivios y fiestas y recabar fondos para dejar una obra material a la escuela. Es decir, no se produce una experiencia de formación ciudadana y de práctica de los valores democráticos.
En los grupos académicos se nombran tres representantes: jefe de grupo, secretario y tesorero, que en realidad reducen sus funciones a cuidar de los grupos cuando no está el maestro, a transmitir las indisciplinas de sus compañeros o a realizar tareas que les encargan los maestros, que van desde traer borradores y gises hasta calificar exámenes o llevar los registros de asistencia.
Por supuesto, en estas escuelas los alumnos no existen para la toma de decisiones que les afecten o los involucren. Y cuando se les llega a tomar en cuenta, la participación es inducida por los docentes. La voz del alumno no dice más que la palabra del maestro, cómo la dice y cómo quiere que la diga. La respuesta de los jóvenes ante estas condiciones se expresa como resistencia cuando manifiestan su odio a la escuela, critican a los maestros, se escapan de las clases, deterioran el edificio y muestran desinterés por el estudio. Y desde la perspectiva de los adultos, no son más que adolescentes, inmaduros, flojos, que no les gusta el estudio, conflictivos, y, por lo tanto, dados al libertinaje, el relajo y la irresponsabilidad.
d. El fracaso de la escuela autoritaria
La escuela secundaria tal como está diseñada, pero sobre todo con los resultados desastrosos que está mostrando, a nadie tiene satisfecho. Esta insatisfacción es la que está propiciando una revisión a fondo, y planteando una reforma organizativa, pedagógica y curricular del modelo de escuela secundaria, porque no responde a las exigencias y tendencias que hoy se plantean a la educación. En la actualidad se habla de hacer de las escuelas organizaciones que aprenden, comunidades de aprendizaje y centros que formen en habilidades intelectuales, que los alumnos aprendan a conocer, a hacer, a ser y a convivir con los diferentes, y que eduquen en competencias. Además, se insiste en que la escuela debe hacerse cargo de formar ciudadanos democráticos. La escuela secundaria tradicional hace todo lo contrario. Moldea a los jóvenes en la competencia y en el individualismo, en la subordinación y la sumisión, y en el logro del éxito con el mínimo esfuerzo. Cerraría esta parte citando otra vez a Freire:
Me parece demasiado obvio que la educación que necesitamos, capaz de formar a personas críticas, de raciocinio rápido, con sentido del riesgo, curiosas, indagadoras, no puede ser la que ejercita la memorización mecánica de los educandos, la que "entrena", en lugar de formar. No puede ser la que "deposita" contenidos en la cabeza "vacía" de los educandos, sino la que, por el contrario, los desafía a pensar. |
III. LOS ESTUDIANTES EN LA ESCUELA DE RENOVACIÓN PEDAGÓGICA
a. Estudiantes que piensan y sienten
En renovación pedagógica los estudiantes tienen un papel protagonista. Dejan de ser objetos para convertirse en sujetos que piensan y sienten, que aprenden a decir su palabra, su verdad, que pierden el miedo a hacer escuchar su voz, que critican, proponen y se comprometen con el proyecto y con su propia formación académica.
Esta transformación se produce en el proceso en el que se abren, se construyen y se respetan los espacios democráticos, que aseguran su autonomía y su derecho a participar como sujetos críticos, capaces de aprehender su realidad para cambiarla y hacerse cargo como pares responsables del rumbo y del destino de su escuela.
Es corriente en las escuelas de renovación pedagógica que haya reuniones en las que participan los estudiantes junto a los maestros para tratar asuntos que competen a las tareas del proyecto. Por ejemplo, congregados en una escuela el grupo animador del proyecto, los directivos, los docentes, los alumnos y los padres de familia, ante la presunción de un maestro que en clase ya utilizaba los mapas conceptuales, una alumna pide la palabra para señalar que sus maestros ya los ponían a hacer mapas conceptuales, pero el problema era que ya no les explicaban nada. El maestro reconoció y aceptó la crítica. En otra escuela esa participación casi sería motivo de expulsión.
Renovación Pedagógica reivindica el derecho de los adolescentes a participar en la toma de decisiones, tanto en las que tienen que ver con el funcionamiento general de la escuela, como en las que afectan a su desarrollo académico, moral, político y cultural, razón por la cual están representados en el grupo animador del proyecto. Como dice Francisco Gutiérrez, se trata de conjugar de manera conveniente la autoridad del maestro y la libertad de acción del estudiante. El PRP facilita y potencia que los estudiantes tengan poder, que vivan la democracia en la escuela, y que sean críticos y comprometidos con su proceso de formación intelectual, ética y ciudadana.
b. Voces desde el Aula: el diagnóstico crítico
Voces desde el Aula se inició en un curso de maestría como una experiencia sobre modelos pedagógicos contemporáneos. Al cuestionarnos sobre el modelo pedagógico existente en nuestro país, decidimos convocar a un grupo de niños y jóvenes de los niveles de primaria, secundaria y preparatoria, para que en un ejercicio de reflexión crítica expresaran sus opiniones sobre la educación que estaban recibiendo. La actividad resultó muy interesante: cuestionaron a directivos, a maestros, a sus propios compañeros, al edificio escolar, las condiciones del aula. Pero también valoraron lo que, a su juicio, estaba bien en sus escuelas.
Con este antecedente, al iniciar el proceso del PRP introdujimos esta dinámica como parte del diagnóstico crítico participativo. En algunas escuelas se involucró a todos los estudiantes, en otras sólo a grupos representativos. Esta tarea se realizó haciéndoles tres preguntas: ¿Qué no te gusta de la escuela? ¿Qué es lo que te gusta? y ¿Qué propones para resolver los problemas de la escuela?
Los alumnos contestaron las preguntas y las escribieron en cartulinas, para luego pegarlas en la pared externa de las aulas. Mientras eso sucedía con los jóvenes, los maestros recibían un taller. Al terminar éste, los alumnos les presentaron sus conclusiones. El encuentro con las voces críticas de sus alumnos provocó en muchos docentes malestar, enojo y sorpresa. Ya cuando salían del taller, más se sorprendieron al ver las cartulinas con los escritos de los estudiantes. Las críticas más comunes que aparecieron en las respuestas a la pregunta de qué no te gusta de la escuela, fueron contra los maestros. En ellas les cuestionaron los maltratos, que tenían alumnos preferidos, que no enseñaban nada, que eran muy enojones, que no eran justos, que no los dejaban hablar. También manifestaron su inconformidad con el uniforme, el cabello corto y la prohibición del maquillaje en las niñas.
Voces desde el Aula, como ejercicio de diagnóstico, nos permitió asomarnos a la realidad de la escuela desde la visión de los estudiantes. Ahí se dijeron cosas que, de otra manera, jamás se habrían manifestado ni por los maestros ni por los alumnos. Pero, al mismo tiempo, percibimos la disposición de los jóvenes para comprometerse con la solución de los problemas.
Voces impactó no sólo como diagnóstico, sino que produjo la primera sacudida a la escuela. Muchos maestros nos decían cosas como estas: "ustedes lo que quieren es que los alumnos linchen a los maestros", "están propiciando la anarquía en la escuela", "estos muchachos ya no nos van a hacer caso" "y mi autoridad ¿dónde queda?", "¿qué democracia? Eso es libertinaje" y expresiones por el estilo.
Nosotros respondíamos que nada de eso pasaría. Que, ciertamente, los jóvenes podían tener excesos, pero que se justificaban debido a que nunca habían tenido la oportunidad de decir palabra, que salir de un ambiente represivo a otro democrático y de libertad tenía ese riesgo. Y también que, como adolescentes en formación, bien podrían colocarse un cartel con la siguiente leyenda: "Maestros, adultos, disculpen las molestias, pero estoy en construcción".
Voces desde el Aula, se fue instalando en el proceso del PRP como un espacio de expresión, de encuentro, de diálogo y de poder de los estudiantes. Hoy es muy común, en las escuelas de renovación, escuchar a los estudiantes hablar de Voces desde el Aula para referirse a sus representantes políticos o para hablar de la red estudiantil de los estudiantes de renovación pedagógica.
c. Carta a mi maestro: la interpelación de los alumnos
Carta a mi maestro es también una estrategia para recuperar la palabra de los jóvenes, con el propósito de caracterizar la práctica pedagógica de los docentes y asomarse a los ambientes áulicos. El procedimiento es muy sencillo: en las escuelas entramos a las aulas y pedimos a los alumnos que escriban una carta a su maestro. Les explicamos que este ejercicio forma parte del diagnóstico del proyecto de renovación pedagógica, y que se trata de que le digan al maestro lo que quieran, lo que ellos siempre le han querido decir sobre sus clases, o su opinión sobre su materia y sobre su forma de impartirla. Que pueden ser varias cartas, según lo deseen, que las pueden firmar o no hacerlo. Después de tener las de todos los alumnos, las agrupamos de acuerdo con el maestro a las que van dirigidas. Tras una reunión con los maestros, les comentamos la existencia de las cartas y les preguntamos si las querían leer: en todos los casos los maestros aceptaron hacerlo. Les advertimos que podían encontrar críticas o reconocimientos, pero que recomendábamos que no se fastidiara a los chicos al día siguiente para reprenderlos por lo que habían escrito. Tomado ese acuerdo, les entregamos las cartas. En ese momento, observamos las reacciones de los maestros: algunas sonrisas, otros caras serias, y a los que se les veía molestos mientras las leían. Terminada la lectura les preguntamos si alguien quería hacer algún comentario. Se animaba a los que les hacían reconocimientos, y uno que otro que intervenía para reconocer las críticas que le hacían sus alumnos. Pero no faltó el maestro que se defendió argumentando que los muchachos eran insoportables, indisciplinados, y que por eso adoptaba esa actitud con ellos.
El impacto de las cartas nos sorprendió. Muchos maestros atendieron las críticas de sus alumnos, otros se sintieron estimulados, y hubo quien descubrió en ese momento lo bien que sus alumnos opinaban de su persona y de su clase.
En las cartas a mi maestro se dibujó mucho la práctica pedagógica de los docentes. Los jóvenes denunciaron situaciones de maltrato, injusticias, clases aburridas, maestros regañones, maestros que en su clase sólo dictaban, y hasta denuncias de acoso sexual.
Veamos algunos ejemplos de estas cartas.
Cartas a Directores
- Considero que esta carta no es para traerle pleito, pero sí creo que podría expresar un poco lo que yo creo sobre su comportamiento aquí en la escuela. Pienso que es usted demasiado autoritario y que al igual que Manuel y Efren va por el mismo camino, también pienso que usted tomó decisiones por sí mismo, un ejemplo muy claro es cuando llevo a Mariana a CD Jiménez. Cuando usted en la junta no lo comentó creo que si usted lo hubiera comentado se le hubiera dado la razón. P.D. Trate de cambiar, pida opiniones y no sea autoritario.
- Dirigido al Director: Quisiera que usted conviviera más con los alumnos de primero, porque nosotros casi con usted no convivimos, quisiera que usted pasara más rato o bien que conviviera más con nosotros. Es todo.
- Sr. Director: Con el respeto que usted se merece le envío esta sentida protesta mandándole las siguientes líneas. Queremos que cumpla lo que dice y pague sus deudas a tiempo y haga cumplir su palabra, y haga que los prefectos sean parejos con todos y que los maestros no sean tan metiches.
- Que yo se que tal vez esta carta no es de su agrado, pero quisiera decirle que tal vez este proyecto de renovación usted no lo está adaptando. La forma en que usted se dirigió hacia la banda de guerra no se me hizo que usted estuviera ejerciendo…el valor de respeto ante toda la escuela yo creo que usted debió de haber tenido más respeto hacia a ellos ya que para ellos fue así una humillación porque yo he hablado con uno de ellos. Creo que si usted tuviera algo que decirles lo haría en privado como buen director y buen profesor que dicen que usted es. Con todo el respeto le mando esta carta. Atentamente: Karla
- Director: Le mando esta carta para felicitarlo por el trabajo que ha hecho con nosotros y por tener limpia la escuela. También porque nos a dado libertad de expresarnos como nosotros queremos pero moderadamente, por eso doy las gracias por la linda escuela que nos está dando, siga así para que los que vienen tengan una linda escuela como nosotros. Atte.: Esteban
Cartas a Maestros
- Yo le quiero decir que me cae muy bien, pero a veces da su clase muy aburrida y pienso que debería de tratar de hacerlas más divertidas y que no nos ponga tantos resúmenes que nos puede poner preguntas y nos deje poco más de tarea, y que no escoja tanto a las cuatas ni a Erina, Gisel y Bety, que escoja también a otros y otras porque nada más a dos equipos.
- Prof. le escribo esta carta para decirle que es usted muy juguetón en las clases, se pone a comer cacahuates y a nosotros no nos deja comer dentro del salón, usted trae cachucha dentro de el salón y a nosotros no nos deja traer, juega mucho con las muchachas y no explica bien, eso es todo, reflexione; no sea menso. Siempre se quiere hacer el gracioso. Atte.: Anónimo
- Profe no piense que me cae mal ni mucho menos pero pienso que usted da las clases como siempre, nunca le cambia ni realiza actividades como por ejemplo, siempre resúmenes nunca nos pone cuestionarios exposiciones de temas, ni tampoco mucho menos nos pone a realizar trabajos en equipo o cualquier otra cosa de ese tipo. Como digo no piense que me cae mal porque no es así, pero cambie su proyecto de trabajar con sus alumnos.
- Pues yo quiero decirle que no trate de hacerse la chistosa haciéndome quedar mal con mis compañeros. Nada más trata de hacerme quedar mal con mis compañeros me dice muchas cosas que a mi no me gustan.
- Profe quiero que nos de más suave la clase de artísticas y que hagamos juegos cuando estemos en asesoría, también podemos cooperar para muchas cosas del salón para que se vea más suave y limpio que otros salones y también queremos que no sea tan regañón y que no nos reporte tanto la jefa de grupo, y si se portara bien con nosotros le haríamos más caso que otros grupos. Atte.: Lorenzo
- Yo le quiero preguntar por que da tan aburrida la clase no me gusta su carácter, tampoco me gusta que nos asesore 15 o 20 minutos ni me gusta que nos grite ni que nos reclame cosas ni nos ordene cosas que no valen la pena. Quiero que cambie su modo de dar las clases de artísticas y que se apure en todas las clases.
- Yo le quiero decir a la maestra Eleanor que si he aprendido bien pero que ella tiene a sus preferidos y a los demás nos trata como se le da la gana, por ejemplo conmigo hace lo que quiera y ella avergüenza en medio de todo el grupo, a mi me dijo muchas cosas y además cuando uno va a revisar las tareas no nos la quiere revisar porque dice que las hicimos en el salón y solo se las revisa a sus consentidos. Y en los exámenes hay muchos errores y uno va a que se las corrijan y ella nos dice que nosotros lo corrijamos esos y muchos defectos más tiene ella.
- Maestra, por favor, cambie su forma de ser, sabe usted no más se acopla por conveniencia porque no más se acopla con los que trabajan o con las que le dicen bonita pero le dicen bonita no más para barbiarla porque a sus espaldas le hacen muchas cosas que si usted las viera le daría un infarto.
- Maestra quiero decirle que estoy muy agradecida con usted porque en usted e encontrado a una gran persona que me comprende y me anima no es porque me de mucha libertad es porque gracias a usted me la paso muy agusto en su clase y además quiero pedirle disculpas porque en su clase nos salimos mucho y creo que hemos abusado mucho de su confianza aunque usted no se lo merece gracias por aguantarme tanto tiempo es la mejor maestra que puede haber en el mundo, la admiro y la respeto por lo que es y se que usted vale más que cualquier otro maestro porque nos ha tenido mucha confianza y paciencia.
- Si se supone que los maestros ya están preparados para impartirnos educación, no se porque ni saben cómo empezar a dar la clase. En esta escuela hay maestros que no están preparados para dar una sola materia y a la mera hora los ponen a dar otra materia que les aseguro que en su vida habían dado clase de esta. Tu piensas que asustándonos con reportes, hablándoles a nuestros papás, etc. nos vas a ser cambiar pero estas equivocado, hierva mala nunca muere. Si quieres que te pongamos más atención en tus clases primero prepáralas bien. En el departamento de trabajo social nos hablan de higiene de venir bien vestidas, etc. Pero pongan primero el ejemplo usted si desea que sus clases sean chicas y que participemos en ellas no nos calles. Felicito a todos los maestros que en esta escuela creen que no tienen ningún defecto te pido que reflexiones y espero que algún día cambies.
- Por primera vez en que nos dan la oportunidad de hablar y expresar lo que sentimos quisiera decirles que la escuela anda muy mal y no echando la culpa a los alumnos sino a los que se sienten lideres frente a nosotros, a ustedes maestros, esta bien que venimos a la escuela frente a las normas muchas veces no son cumplidas por nosotros pero a la vez ni por ustedes, nos piden valores entre ellos respeto y no respetan a los alumnos nos tratan como sus esclavos, nos piden igualdad, pero esta igualdad ustedes la rompen al tener preferencias muy grandes en alumnos que ya andan bien en el lugar de preocuparse y tomar en cuenta a aquellos que la necesitan ¿Por qué? Es sola por ser de menos dinero, por problemas, no lo se pero quisiera que los oigan también a ellos. O que a caso somos sus niños chiquitos para quedarnos callados. Ya basta párenle a su carrito de no somos de juguete.
- Me cae gordo porque no nos deja parpadear los ojos para cuando nos dice que somos retrasados mentales y nos pone sobrenombres y nos reprueba porque el quiere.
- Maestra esperando se encuentre bien paso a decirle lo siguiente: Primero quiero felicitarla por que es una persona muy agradable es muy buena maestra especialmente para dar la clase de ingles lo que más me gustaría es que usted nos hiciera una pregunta en ingles a cada sobre la clase, para saber que tanto sabemos de ingles y lo que hemos entendido de la clase. Espero y esto no lo vaya toma a mal sino que yo le estoy dando una idea, usted sabrá si la toma o la deja. También pasar por parejas y conservar sobre lo que se esta hablando en la clase y traducirlo pero en ingles. Bueno es todo se despide de usted una persona que aunque usted no lo crea yo la aprecio mucho y quisiera darle las gracias por los buenos consejos que me da es todo.
En el Departamento de Investigación Educativa hemos acumulado alrededor de 7.000 cartas a los maestros, que serán editadas –proyecto que esperamos concretar muy pronto– para mostrar esta visión crítica de los estudiantes.
d. El consejo estudiantil: la organización política de los adolescentes
Renovación Pedagógica decidió proponer a los jóvenes que analizaran la posibilidad de integrar consejos estudiantiles, al cuestionar la participación política de los jóvenes, y cómo se concretaba en la escuela la formación ciudadana de los estudiantes. Esta propuesta se sometió a la consulta de los jóvenes en cada escuela, y la gran mayoría decidió formar dichos consejos.
El consejo, comparado con la organización tradicional de representación política que tenían los jóvenes, ha propiciado una nueva participación, una mayor representatividad, más consenso entre la sociedad de alumnos, la formación de nuevos liderazgos, y, lo más importante, les ha dado voz y voto, es decir, el consejo es el espacio de poder político de los jóvenes, donde se construye la autonomía y la autogestión estudiantil. Al mismo tiempo, constituyen una estrategia para la práctica vivencial de los valores éticos y ciudadanos.
En las escuelas de renovación pedagógica, los consejos se definen como órganos de gobierno estudiantil, como representantes de la sociedad de alumnos, como defensores de los derechos de los jóvenes, y como promotores de un nuevo compromiso con su desarrollo académico, cultural y deportivo.
En una escuela el consejo promueve las redes de asesoría académica, estrategia que consiste en formar pequeños grupos de alumnos (redes) que se apoyan y asesoran en sus tareas académicas. Es normal ver a todos los alumnos una hora antes de entrar a clase trabajando en sus redes.
En otra escuela el consejo promueve los colectivos de autogestión estudiantil, ya sean de danza, de música, de ajedrez, o de lo que los jóvenes planteen.
Todos los consejos elaboran y editan el periódico estudiantil, redactado y diseñado por ellos mismos.
En tres escuelas se han instituido programas de radio, espacios en que los jóvenes dicen su palabra a la comunidad.
En resumen, los estudiantes en renovación pedagógica se han convertido en dinamizadores y aceleradores de la democratización de la escuela. Participan en la toma de decisiones, cuestionan sus clases, construyen una práctica política democrática como lideres estudiantiles, y han demostrado que sienten y piensan, que saben rebelarse ante la injusticia, y que están dispuestos a comprometerse en rendimiento académico en la construcción de la escuela secundaria democrática y de alto.
Notas
(1) Jefe del Departamento de Investigación Educativa de los Servicios Educativos del Estado de Chihuahua, México. Coordinador estatal del Programa de Renovación Pedagógica. (vigdum1[arroba]hotmail.com)
(2) Francisco Gutiérrez (1984): Educación como praxis política, Siglo XXI.
(3) Título del libro que mostró el estado de la educación en México en 1989, estudio coordinado por Gilberto Guevara Niebla.
(4) Los estudiantes están representados por una mesa directiva, a la que por lo general se le llama sociedad de alumnos.
Lic. Gabriel Dueñas
Jefe del Departamento de Investigación Educativa de los Servicios Educativos del Estado de Chihuahua, México. Coordinador estatal del Programa de Renovación Pedagógica
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