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Literatura infantil

Enviado por Elizabeth


Partes: 1, 2, 3

  1. Los textos y las funciones del lenguaje
  2. La trama de los textos
  3. Reflexiones sobre la literatura para niños y jóvenes
  4. El escenario de la literatura infantil: de qué se trata esta literatura y por qué importa saberlo
  5. Delimitación y alcances del hecho literario. Semejanzas y diferencias entre un texto literario y un texto no literario
  6. Nuevos acercamientos a los jóvenes y la lectura
  7. Entre vacas y gansos: escuela, lectura y literatura
  8. La literatura infantil argentina
  9. Como una novela
  10. La poesía en la primera infancia
  11. Lo fantástico, el lenguaje y la poesía
  12. Evolución del niño. Angustia y fantasía
  13. Introducción. La lucha por el significado
  14. Cuentos de hadas frente al mito. Optimismo versus pesimismo
  15. Prácticas del lenguaje
  16. El teatro de títeres como espectáculo para niños
  17. El folclore literario, fuente perenne de la literatura para niños
  18. El cuento de hadas
  19. Leer y mirar el libro álbum: ¿un género en construcción?
  20. Literatura desde la cuna: los niños y la literatura desde los primeros años
  21. Literatura desde la cuna: la literatura y los niños de cuatro a seis años
  22. Humor
  23. Bestiario
  24. Poesías

Textos literarios:

  • Cuentos

  • Novelas

  • Obras de teatro

  • Poemas

Los textos y las funciones del lenguaje

Los textos manifiestan las diferentes intenciones del emisor: buscan informar, convencer, seducir, entretener, sugerir estados de ánimo, etc.

  • 1. Función informativa: cumple la función de informar, la de hacer conocer el mundo real, posible o imaginado al cual se refiere el texto, con un lenguaje conciso y transparente.

  • 2. Función literaria: tiene una intencionalidad estética, busca crear belleza con las palabras. Emplea un lenguaje figurado y opaco. La interpretación del texto literario obliga al lector a desentrañar el alcance y la significación de los distintos recursos usados y su incidencia en la funcionalidad estética del texto.

  • 3. Función apelativa: intentan modificar comportamientos, como las recetas de cocina o los manuales de instrucciones.

  • 4. Función expresiva: manifiestan la subjetividad del emisor, sus estados de ánimo, sus afectos, sus emociones, como una carta, diarios íntimos.

La trama de los textos

  • 1. Trama narrativa: presentan hechos o acciones en una secuencia temporal y causal. El interés radica en la acción. Adquieren importancia los personajes que la realizan y el marco en el cual esta acción se lleva a cabo. La ordenación temporal de los hechos y la relación causa-consecuencia hacen que el tiempo y el aspecto de los verbos adquieran un rol fundamental en la organización de los textos narrativos. También es importante la distinción entre el autor y el narrador.

  • 2. Trama argumentativa: comentan, explican, demuestran o confrontan ideas, conocimientos, opiniones, creencias o valoraciones. Tiene tres partes: la introducción en la que se presenta el tema, la problemática, el desarrollo en donde se encadenan informaciones mediante el empleo en estructuras subordinadas de los conectores lingüísticos requeridos por los diferentes esquemas lógicos, y una conclusión. Los conectores y los presupuestos son muy importantes en esta trama.

  • 3. Trama descriptiva: presentan especificaciones y caracterizaciones de objetos, personas o procesos a través de una selección de sus rasgos distintivos. Predominan las estructuras yuxtapuestas y coordinadas que permiten sujetar el objeto descripto como un todo. Los sustantivos y los objetivos adquieren relevancia en estos textos, ya que los sustantivos mencionan y clasifican los objetos de la realidad y los adjetivos permiten completar la información del sustantivo añadiéndole características distintivas o matices diferenciales.

  • 4. Trama conversacional: aparece en estilo directo la interacción lingüística que se establece entre los participantes de una situación comunicativa. Las formas pronominales adquieren relevancia en esta trama.

Reflexiones sobre la literatura para niños y jóvenes

(LIDIA BLANCO)

La lectura debe ser una de las formas de la felicidad. La literatura es un reflejo de la vida, la vida misma fotografiada caprichosamente. También es un pacto, un acuerdo ficcional entre los hombres y un juego maravilloso en el que unos cuentan y otros creen y sienten aquello que les dice un escritor.

El autor crea un circuito de comunicación imaginario en el que no son necesarias las leyes del mundo real.

Cada momento histórico tiene una literatura que lo representa, tendencias, estilos que se ponen de moda en forma arbitraria. Las modas literarias presentan diversas ideas sobre cómo debe ser un cuento, una novela, una obra de teatro.

En el espacio más secreto de cada ser humano existe una idea acerca del valor de un libro de literatura porque la identificación con mundos imaginarios forma parte de la condición humana.

La literatura es un espacio en el que el lenguaje usa su mejor ropaje para deslumbrar a un lector, y que su perduración en tiempos de grandes revoluciones tecnológicas, expresa la necesidad de defender lo más íntimo, el vuelo más alto del pensamiento fantástico. La literatura, cuando es genuina, humaniza y transforma, como un soplo de aire fresco en una mañana de neblina.

Si el aprendizaje es feliz no dejarán nunca de leer. Si en cambio se han cometido errores en la manera de introducirlos en la educación literaria, el fracaso será grave, y el abandono de la lectura será el lastimoso resultado de ese error.

Podemos considerar como literatura infantil y juvenil aquella en la que puedan observarse rasgos lingüísticos y temáticos cercanos al universo infantil y adolescente.

La literatura es para todos pobres y ricos.

Surgieron también formas narrativas hacia lo educativo y con la intención de transmitir una visión del mundo, de la religión, del comportamiento social, de valores humanos considerados indispensables para la supervivencia de una comunidad. En una palabra: enseñar la diferencia entre lo bueno y lo malo, de acuerdo con lo que se considerara como tal en cada grupo social.

Las antiguas fábulas y leyendas se vinculan con los mitos, las supersticiones, las ceremonias de vínculos con lo sobrenatural y lo mágico. Así nacieron también los cuentos de hadas, brujas, duendes, ogros que se transmitieron oralmente por siglos. Se transmitieron de boca en boca y perduran con versiones cambiadas hasta nuestros días.

La literatura infantil anónima tiene recopiladores. Las otras nacidas de un autor determinado, tiene autores, obras editadas, historias que la relacionan con procesos de integración social y cultural de la infancia a la sociedad adulta. Las dos formas son legítimas y perteneces al mismo campo cultural con el mismo destinatario. La diferencia reside en la intencionalidad de los emisores, la modalidad de los receptores y las características del contexto en el circuito autor-lector-obra.

Graciela Montes, aclara que existen defensores de la verdad o del contenido bueno. Según ellos los cuentos son para enseñar, deben dejar una lección, dar buenos ejemplos, no deben ser malsanos, ni tortuosos ni contener yerbas malas. Pero por otro lado están los defensores del artificio. Según ellos los cuentos son para entretener, tienen que ser divertidos, ágiles, maravillosos, escalofriantes, chisporreantes.

Si una escritura solo trata de explicar un concepto de una manera racional, se trata de un texto, pero no literario porque su intención es informar al lector sobre un tema determinado.

Un buen escritor coloca primero las imágenes, la palabra poética, trabaja sobre cada expresión hasta dar con la forma justa. Dice cosas, pero de tal manera que su voz llega a lo más hondo del corazón humano.

Es importante tener en cuenta tres aspectos para introducir a los niños a la literatura:

  • 1. El nivel de lengua utilizado por el autor: los lectores pequeños tienen dificultad frente a las oraciones muy extensas, con gran cantidad de información apretujada. La complejidad sintáctica debe ser progresiva hasta llegar a la adolescencia. Si tiene mucha información que lo exceden, se producirá un rechazo.

  • 2. Los centros de interés: a los bebes les atraen más las historias en las que se ponen en juego un personaje infantil y un objeto conocido (una pelota, un pájaro) o una figura femenina que pueda asociar con su mamá verdadera o sustituta

Los niños de dos o tres años disfrutan ya de narraciones en las que intervienen más personajes y los hechos del cuento suceden en espacios que les gusta recorrer como la plaza, la calesita. Los animales antropomorfos son preferidos para identificarse y convertirlos muchas veces en sus juguetes, como los osos, jirafas, perros, gatos, humanizados, parlantes y traviesos como un niño.

A partir de los cuatro años y durante el primer ciclo de la escolaridad primaria, se inclinan por los elementos mágicos o sobrenaturales. Nace la curiosidad por temas más complejos: el amor en la pareja, la sexualidad, los nacimientos, las muertes, las aventuras en lugares extraños, y toda historia en la que los protagonistas se alejan de la tutela familiar y atraviesas por sí mismos las dificultades o las amenazas del mundo exterior.

La literatura para niños y jóvenes puede ser un buen acompañante de los momentos de duelo de la infancia y la adolescencia, al tiempo que va armando el camino hacia la literatura de hondura, de mucho cuerpo y forma, la que indaga cuestiones ideológicas que convocan el pensamiento y el interrogante nuevo. La literatura juvenil, más acorde con las posibilidades intelectuales y emocionales de lectores en formación, resulta un buen estímulo para orientar la búsqueda de realidades diferentes a las que se suceden en la vida de todos los días.

  • 3. La ideología presente en el texto: toda obra literaria contiene en su textura un sistema de ideas, una visión del mundo.

El escenario de la literatura infantil: de qué se trata esta literatura y por qué importa saberlo

(DIAZ RÖNNER)

La literatura para chicos trata de muchas cosas que nunca están superpuestas: de las palabras y las multiformas que cada escrito les otorga. La literatura trata del lenguaje de sus resplandores en pugna. En pocas ocasiones se ubica al lenguaje como el protagonista específico de una obra literaria infantil.

El abordaje de los libros para chicos está entorpecido por una lectura arquetípica por la que se les prohíbe a los chicos insertarse en el mundo social y cultural. Tal arquetipismo se delinea en base a artificiosas concepciones que los grandes alzan como hegemónicas, escudándose mayormente en la ambigüedad que el estadio de la propia infancia conlleva.

  • 1. Primera intrusión: la psicología y la psicología evolutiva: al mirar la literatura infantil desde la psicología evolutiva, abreviamos toda escritura que la legitima y construye porque desconectamos al sujeto infantil de la realidad o entorno en el que está inserto. Lo bien hecho, provoca placer, y aquello que es bueno persiste en el tiempo. La perspectiva psico-evolutiva es útil para determinar un "desde" que edad se sugiere tal o cual texto.

  • 2. Segunda intrusión: la pedagogía y su exceso: un erróneo manejo de la pedagogía se torna un pedagogismo infecundo. La literatura es un texto verbal establecido en un estatuto autónomo, la escritura; y además la literatura tiene una pluralidad de significados que el mismo texto provee al lector. Este criterio nos aproxima a lo disperso, lo inventado y transgresor que todo hecho literario acarrea. Hablar del mensaje de un texto literario implica asfixiar la multi-variedad que el mismo ofrece, y conduce al receptor/multiplicador a manipular una única línea de sentido, encajonando el producto en forma unidireccional y otorgándole una mono-valencia absoluta y comprendida como excluyente.

  • 3. Otras intrusiones no menos importantes ¿Atendemos a la ética y a la moral?: José Martí dijo lo siguiente: "No decirle a los chicos más que la verdad para que no les salga la vida equivocada".

  • 4. El último codo de las intrusiones: la moralización de las moralidades: el discurso didáctico que apunta hacia la moral o la moraleja engendra verdaderos desconsuelos, ya que desbarata el placer por el texto literario para los incipientes lectores. Lo literario se subordina a la ejemplificación de pautas consagradas que tienden peligrosamente a homogeneizar las conductas sociales desde la infancia. Son las instituciones las que generan sus propios discursos morales; que no hay una única dirección didáctico-moral sino que cada institución emite su propio aparato. La detección de lo moralizante para los chicos se manifiesta en el empleo de cierta lengua y ciertos símbolos artificiosos, que repiten los modismos o actitudes que los grandes quieren mantener en una clara maniobra para seguir vinculados con el tiempo por venir y ejercer poder sobre él. La historia, que la literatura infantil de tomo moralizador desarrolla y progresa, culmina con una "abuenización" donde se levantan los deberes y los principios éticos provenientes del sector hegemónico, el de los adultos, que quieres así proyectarse históricamente.

Delimitación y alcances del hecho literario. Semejanzas y diferencias entre un texto literario y un texto no literario

(MARÍA LUISA MIRETTI)

DELIMITACIÓN PROBABLE

Un mismo texto puede ser utilizado para distintos fines. La fuerte influencia de los Formalistas rusos y sus epígonos han penetrado con fuerza en todas las corrientes de estudio, focalizando la diferencia en el manejo del lenguaje como marca distintiva. Al señalar la desproporción entre significante y significado, observan que el lenguaje ordinario de uso se alteraba y modificaba, promoviendo determinados recursos –sonido, imagen, rima, metáfora- que anunciaban en la obra literaria. La fuerza de la palabra y la posibilidad del entretejido discursivo inciden para una posible caracterización, pero tampoco resultan suficientes.

EL HECHO LITERARIO

El hecho literario se refiere a la relación (autor) obra-receptor y sus efectos transformadores. No apuntamos a la naturaleza de lo escrito sino a la actitud y a la predisposición de quien decide acercarse al texto, leerlo y disfrutarlo. Este disfrute o placer estético nos aproxima al concepto de gratuidad, entendido como la posibilidad de elegir el medio o la vía para emocionarnos y cultivarnos con el valor agregado o plus de satisfacción transformadora. Toda obra es literaria cuando abandona su carácter de instrumento para transformarse en un fin en sí misma. Es literaria toda lectura no funcional, la que satisfaga una necesidad cultural no utilitaria. Literarios podemos considerar a aquellos textos que permitan la reproducción de mundos imaginarios por el placer de la gratuidad.

EN EL CAMPO DE LA LIJ

La LIJ siempre estuvo condicionada por factores filosóficos, pedagógicos y culturales. La LIJ estaba al servicio de la pedagogía y ésta a su vez intentaba reproducir los modelos sociales requeridos. El avance de las ciencias, las nuevas concepciones pedagógicas y los aportes en el campo de la psicología infantil y el psicoanálisis impulsaron a crear obras literarias con lenguajes distintos según las edades. Poco a poco el campo de la LIJ se fue nutriendo de obras y autores que privilegiaron al niño y al adolescente en su crecimiento interior, su búsqueda de identidad y autonomía. Junto con la evolución de las distintas corrientes psicopedagógicas fueron avanzando en forma simultánea las corrientes literarias y los nuevos paradigmas estéticos literarios de la literatura "mayor".

SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS ENTRE UN TEXTO LITERARIO Y UN TEXTO NO LITERARIO

Un texto no existe hasta que es interpelado por el lector. Es el receptor quien le otorga identidad al decidir su significación, es "quien dice lo que el texto dice", por lo tanto un texto es la interpretación que le da el receptor. Todo texto literario ofrece una serie de estrategias enunciativas que el lector ha de actualizar en el acto que lo define como sujeto de la lectura. El texto literario se caracteriza por el tipo de relaciones que mantiene con la realidad designada. Los textos no literarios encuentran una correspondencia exacta con el mundo exterior a ellos, los textos literarios no son portadores de esa correspondencia. Los textos literarios no se constituyen como una copia o reproducción de la realidad que existe al margen de ellos. El carácter polisémico de la literatura permite que cada receptor desde su horizonte de experiencias elabore hipótesis, complete los huecos y las indeterminaciones del texto en su viaje imaginario, del cual saldrá fortalecido porque habrá interactuado con el texto activamente.

Nuevos acercamientos a los jóvenes y la lectura

(MICHÈLE PETIT)

Por obra de la lectura los jóvenes pueden estar mejor armados para participar activamente en su propio destino, aún en contextos sociales muy desfavorables; que pueden estar mejor armados para resistir a ciertos procesos de marginación y para elaborar o reconquistar una posición de sujeto, en vez de ser solamente objeto en los discursos de otros. La literatura ayuda a la vida y alimenta.

El libro debe permitir al lector conquistar la aptitud de juzgar por sí mismo sin directivas ajenas.

La lectura tiene siempre dos vertientes, marcadas por la omnipotencia adjudicada al texto escrito y a su vez por la libertad del lector.

  • 1. Primera vertiente: mucho se ha utilizado lo escrito, en forma de trozos cuidadosamente seleccionados, para imponer modelos edificantes, e incluso para inculcar temor, para someter cuerpos y espíritus, para dominar, para incitar a cada uno a quedarse en su lugar.

  • 2. Segunda vertiente: los lectores son activos, se apropian de esos textos, los interpretan a su antojo, deslizando entre las líneas sus deseos y sus preguntas: estamos allí ante toda la alquimia de la recepción.

Existen tres aspectos sobre la lectura:

  • 1. Primer aspecto: leer ya es un atajo privilegiado para tener acceso al saber y a la información y eso puede modificar decisivamente nuestro trayecto escolar, profesional o social. El saber es pensado por los lectores como la llave de la libertad.

  • 2. Segundo aspecto: la lectura es también un atajo privilegiado para acceder a un uso más fluido de la lengua, esa lengua que puede constituir una terrible barrera social. Atreverse a tomar la palabra o a tomar la pluma, son gestos propios de una ciudadanía activa.

  • 3. Tercer aspecto: la mayor o menor habilidad para jugar con el lenguaje no anuncia simplemente una posición más o menos cómoda en el orden social. El lenguaje no puede reducirse al rango de instrumento: tiene que ver con nuestra construcción como sujetos hablantes. Y escuchando a los lectores se alcanza a medir hasta qué punto la lectura puede ser un camino privilegiado para construirse a sí mismo, para dar un sentido a la propia experiencia, para darle voz al sufrimiento y forma a los deseos o a los sueños. Es un aspecto a menudo desconocido o subestimado, o derivado hacia las lecturas llamadas de evasión o de distracción.

El lector elabora un espacio propio donde no depende de los otros y donde a veces hasta da la espalda a los suyos. Leer permite descubrir que existe otra cosa. El mismo gesto de la lectura es ya una vía de acceso a ese territorio de lo íntimo que ayuda a elaborar o mantener su sentido de individualidad, al que está unida la capacidad de resistir.

Entre vacas y gansos: escuela, lectura y literatura

(ANA MARIA MACHADO)

Existe actualmente una pregunta que es cómo hacer para que los chicos lean más. Claro es que no se le puede obligar a leer; no se puede ordenar a alguien que ame o le guste algo. La lectura debe vivirse como algo placentero y vital. Lo que lleva al chico a leer es el ejemplo, y no es algo natural, sino que es cultural.

En la transición a la adolescencia hay algo que hace que el joven pierda su ímpetu, y quiera mantenerse en el mismo nivel de lectura "fácil".

Leer es bueno, útil, importante; se debe incentivar a los chicos pero a la vez hay que combinarlo con los dicentes. Pero estos últimos no lees, no viven con los libros una relación buena, útil e importante, por lo que no dan el ejemplo y no consiguen transmitir una verdadera pasión por los libros. Y sin pasión nadie lee de verdad. Es más un contagio que una enseñanza.

Cuando los docentes se encuentran frente a una situación la cual no pueden manejar, tratan a los niños como gansos, porque le introducen información solo con el fin de que incorporen mucha información pero no les interesa si entienden o no; pero también son tratados en algunos casos como vacas, porque los exprimen para sacarles un valor agregado.

No se consigue realmente despertar a los jóvenes a la lectura por medio del ejemplo, o una vez despiertos mantenerlos interesados a través de la curiosidad. Ejemplo y curiosidad son dos pies sobre los que debería caminar el descubrimiento de la lectura.

Libro no es sinónimo de literatura.

Todo ciudadano tiene derecho a poder acceder a la literatura y descubrir y compartir una herencia humana común. El placer de leer no significa solamente encontrar divertida una historia o seguir las peripecias de una trama atractiva y fácil; además de los placeres sensoriales que compartimos con otras especies, existe un placer puramente humano: el de pensar, descifrar, argumentar, razonar, cuestionar, en fin, unir y confrontar ideas diversas. Y la literatura es una de las mejores maneras de encaminarnos hacia ese territorio de refinados placeres.

Todo ciudadano tiene derecho a descubrir qué es leer literatura, para qué se lee y cuál es el sentido que eso puede tener en su vida, y sólo entonces decidir si quiere hacerlo o no. Y todo docente tiene el deber de hallarse en condiciones de dar al alumno la oportunidad de hacer este descubrimiento.

Un maestro no es quien siempre enseña, sino quien, de repente aprende.

La literatura infantil argentina

(GRACIELA MONTES)

Entretener, enseñar y fantasear, una muy buena síntesis de lo que sabe argumentar el adulto a favor del libro infantil.

En la primera mitad del siglo XX los niños leían Pinocho de Collodi o el Cuore de D"Amicis, además de leer entre otros, Salgari y Dumas.

Había también revistas infantiles o de entretenimiento, como la revista Billiken.

Revistas y diarios fueron la lectura característica de las clases populares urbanas, hijas de los inmigrantes, en las primeras décadas del siglo. Allí se publico Cuentos de la selva de Horacio Quiroga.

En los años 40", Constancio Vigil, empezó a editar libros para niños. Eran de un estilo lacrimógeno, bastante en la línea del Berquin de ustedes los franceses, que a los niños de esta década no parecía disgustarles.

En la década de los 50" aparecieron los comics, en lo que se destacaba La pequeña Lulu y Batman. También había desarrollos historiéticos locales con temas y personajes muy reconocibles como Patoruzú, y colecciones de cuentos.

Los autores eran educadores.

Aparecieron los libros ad hoc que respondían paso a paso a las exigencias curriculares, y escritos en un lenguaje que seguramente se consideraba prestigioso o hiper-correcto, pero que resultaba muy poco significativo desde el punto de vista literario.

La literatura era asociada con la escuela.

La aparición de María Elena Walsh en la década de los 60" tuvo una enorme importancia, primero porque venía de la literatura y no de la escuela, y segundo porque debido a su ascendencia británica, estaba empapada de una literatura infantil de gran frescura y vitalidad, como los limericks de Lear. El hecho de que hiciera canciones y las cantara ella misma con mucho encanto convirtió su producción en un fenómeno muy popular. Asuntos propios de la literatura (juegos de palabra, ironías, encabalgamientos, ritmos, timas, y aliteraciones) se convirtieron con ella asuntos masivos.

Javier Villafañe fue otra figura interesante, intelectual y titiritero. Walsh y Villafañe fueron determinantes.

En la segunda mitad de los 60" aparece Laura Devetach con una serie de cuentos arraigados en la realidad social, audaces por su temática y poéticos por su vuelvo. Y también aparece Elsa Bornemann, que inauguró una forma de complicidad e intimidad muy novedosa con sus lectores.

En la época de la dictadura, no se editaban muchos cuentos nuevos para niños en la Argentina; además tiempo después los militares obligaron a quemar gran parte de los libros que se habían prohibido.

Esta instalación social de una literatura infantil nueva se debió a vario factores:

  • 1. Un factor se debió a que surgieron varios escritores con convicción literario a que escribieron textos que resultaron significativos para los lectores.

  • 2. Otro factor fue el que hubo muy pocas editoriales locales que apostaron con fuerza a esta nueva literatura.

  • 3. Otro factor fue la aparición de un actor social bastante nuevo: el lector-mediador. Bibliotecarios, maestros, padres, libreros, que asumieron la defensa de esta nueva instancia literaria no de manera institucional sino como algo propio. Se mantenían al día, recomendaban o no recomendaban, y tuvieron un papel fundamental en la instalación social de los textos.

  • 4. Otro factor influyente fue el Plan Nacional de Lectura que se puso e marcha en 1985 durante el gobierno de Alfonsín y que sirvió para reactivar las viejas bibliotecas populares y reanimas la lectura popular en todo el territorio.

Entre los logros de la década de los 90" se podría mencionar el crecimiento sostenido en el terreno de la ilustración, que tradicionalmente hacia quedado un poco atrás con respecto a la producción literaria. Y sobre todo una muy saludable apertura de canales de intercambio con el testo del mundo y en particular con el resto de América Latina.

Como una novela

(DANIEL PENNAC)

  • 1. Derecho a no leer

  • 2. Derecho a saltearse páginas

  • 3. Derecho a no terminar un libro

  • 4. Derecho a releer

  • 5. Derecho a leer cualquier cosa

  • 6. Derecho al bovarismo: el bovarismo es esa satisfacción inmediata y exclusiva de nuestras sensaciones. Son las sensaciones que re produce la lectura de un libro.

  • 7. Derecho a leer en cualquier parte

  • 8. Derecho a picotear

  • 9. Derecho a leer en voz alta

  • 10. Derecho a callarse

La poesía en la primera infancia

(MARÍA ELENA WALSH)

En el jardín recibe a los niños en la edad en que parecen más libres y dispuestos a aceptar y asimilar un sentimiento poético de la vida.

Es preferible que la poesía no forme parte del temario sino del recreo, que se integre más en el juego que en la instrucción.

La convicción y el contenido afectivo con el que el maestro ofrezca la poesía a los niños es otro factor importante.

La poesía es el juego de la versificación y la imaginación; eso existe de manera espontánea, por ejemplo en las comunidades campesinas de algunos países.

La función primordial de la poesía para los niños en edad prescolar es proporcionar placer, alegría, ser en definitiva una modesta forma de felicidad.

El niño ama especialmente lo que no entiende. Aprendió a enamorarse muy temprano del simple sonido de las palabras y en sus posibilidades de juego. Estos juegos verbales difícilmente puedan ser improvisados; si no provienen del folclore o de un auténtico poeta.

El disparate es el juego silábico sin sentido (jitanjáfora). Las situaciones y personajes disparatados siempre existieron en la tradición de los pueblos. El llamado disparate, cuando proviene del folclore o de un poeta es un elemento de doble fondo: actúan sobre él, de manera casi mágica, influencias subconscientes que le dan una lógica implacable, como son implacables las leyes lógicas de la más disparatada imaginación infantil.

La poesía destinada al niño en edad preescolar pertenece al reino de la imaginación y del juego más que al de la didáctica. El reino de la imaginación no tiene fronteras, los personajes son naturales de cualquier país.

La poesía para niños es aparentemente escasa, pobre y poca entre nosotros, pero la maestra jardinera está en condiciones de incrementarla realizando su pequeña antología personal, hecha de fragmentos, de consultas a viejas recopilaciones, tratando siempre de preservar lo que pertenezca al repertorio folclórico.

El escritor busca una comunicación con sus semejantes, en general no considera que el niño sea su semejante, sino su inferior. Entre los literatos se puede considerar de manera un tanto despectiva la actividad de escribir para niños.

Poesía no es solo transmisión o memorización de versos. Es por sobre todo una actitud frente a la vida, una forma de sensibilidad. Los espectáculos visuales también pueden conformar o des-formar en el niño un sentimiento poético de la vida.

Escribir para niños significa reconstruir, recoger piezas dispersas de un gran rompecabezas. Reconstruir o reinventar una tradición rota o fragmentada. Reconstruir datos dispersos en la propia infancia. Reconstruir la infancia de los niños actuales amenazados en su inocencia por toda una sociedad de insensibles, reconstruir de alguna manera la relación a menudo defectuosa entre padres y niños. Un verso, una canción puede ser lazos de reunión. La poesía es, reconstrucción y reconciliación, es el elemento más importante que tenemos para no hacer de nuestros niños ni robots ni muñecos conformistas, sino para ayudarlos a ser lo que deben ser: auténticos seres humanos.

Lo fantástico, el lenguaje y la poesía

(JACQUELINE HELD)

EL APRENDIZAJE DEL LENGUAJE Y EL GUSTO POR LAS PALABRAS EN EL NIÑO

Cuando un niño muy pequeño, sumergido en un baño de lenguaje adulto, descubre los sonidos y poco a poco se los apropia, sus primeros ensayos toman forma a la vez de aprendizaje, de ejercicio, de juego: el bebe arrulla, vocaliza las sílabas, las repite sin cesar, se las canta. El bebe pequeño saborea la sílaba y más tarde la palabra, la repite sin cansancio hasta embriagarse, hasta aturdirse.

El niño, mientras no haya sido normalizado, permanece por completo en este campo pleno y primero del lenguaje disparatado, desinteresado, en fin, no utilitario. Los niños más pequeños cantan por sí mismo las comptines, las transforman, las prolongan.

La infancia es la edad propia del juego verbal; de la comptine al juego de palabras, el juego de los sonidos y de los muchos educadores, conciben el aprendizaje de la lengua como algo serio y normativo.

EL NIÑO Y LA SELVA DE PALABRAS. IMPORTANCIA DEL BAÑO DEL LENGUAJE

Al niño le gusta crear palabras tanto como crear seres a partir de las palabras.

El lenguaje antes de la intervención normativa adulta se recibe como algo misterioso, por lo tanto multiforme, plástico. Material para formar, deformar, construir, reconstruir, hasta el infinito.

Uno de chico quiere a una palabra por su belleza y la repite hasta el cansancio. Allí quizás reside el sentido más profundo de la asimilación entre infancia y poesía. Podemos estar fascinados sin comprender el sentido literal.

Las palabras representan una sustancia plástica y maleable a voluntad. Hay palabras que en algunas combinaciones, perdieron su sentido primitivo cabal, mientras que por el contrario otras lo conservaron.

LENGUAJE HERRAMIENTA Y LENGUAJE CREADOR

Existe un lenguaje claro, evidente, simple. Simple con seguridad debe serlo, porque su cualidad principal será la de hacer posible todo equívoco, toda ambigüedad, la de ser inmediatamente comprendido por todos. Es y debe ser unívoco. Es el lenguaje de la lógica ordinaria que rige nuestras relaciones cotidianas con los demás. Lenguaje, además, de la ley científica y de sus aplicaciones técnicas. Un símbolo corresponde a una realidad, y a una sola.

La poesía y lo fantástico se sitúa en el polo opuesto de este uso social del lenguaje, porque la magia de la palabra nace del uso imprevisto. Palabra totalmente nueva o palabra surgida de un contexto y de una significación rutinarios. Lenguaje en marcha a perpetuidad, que se crea y crea. La palabra da vida, hace existir personajes atractivos y pintorescos.

La poesía y lo fantástico tienen en común su pertenencia a esta esfera en la que nos hacen penetrar y donde la palabra es en sí misma entidad fantástica: la palabra tiene la pretensión de representar la totalidad de lo real, despegándose de lo real, instaurando el margen del más allá, de lo otro, de lo posible, del espejo, con su entrada y salidas secretas, como lo testimonian, entre otros, los universos fantásticos de Lewis Carroll o de Edward Lear. Pasamos constantemente del plano del lenguaje común al del lenguaje absurdo, anormal. Y ese lenguaje anormal hace que emerja otro mundo donde reinan una inestabilidad y un terror deliciosos, semejantes a aquel en que nos sumerge la entrada en el mundo de los ogros y las brujas.

Cuando el lenguaje no sirve ya para dar órdenes o para describir, el color para camuflar, la casa para vivir, la planta para alimentar, entonces comienzan el poema, la pintura, el palacio, y el parque.

Evolución del niño. Angustia y fantasía

(JACQUELINE HELD)

NO TEMAS, SINO ATMÓSFERA

Los niños no se asustan por el dibujo de monstruos, a no ser que el adulto insista sobre su carácter perverso.

Los dragones de Karen Capek no tienen nada de turbador. Ni los fantasmas o gigantes de Oscar Wilde. Ni las brujas de Pierre Gripari o los monstruos de Sendak. Porque se ha creado un clima de humor, de modo que el niño sabe que es para reír.

Leídos en voz alta o contados, efectos e impactos muy diferentes según el lector tome un tono serio e introduzca, al contrario, ese distanciamiento del humor que hace desaparecer la angustia.

El abuelo o abuela que asustan al niño diciéndole que se lo van a comer, no asustan en la mayoría de los casos. Todo está en función del amor real que entrega al niño que éste siente muy bien. Función también del clima de tierno humor.

CRITERIOS DEL ADULTO Y REACCIONES DEL NIÑO

Por ejemplo el niño dice que el lobo es bueno porque no se comió la torta.

¿QUIÉN ESTA TRAUMATIZADO? ¿POR QUÉ?

Toda imagen es traumatizante en la medida en que corta las angustias de un niño ya perturbado. Toda imagen puede llegar a ser pretexto de bloqueos en el niño perturbado, pero muy felizmente, la gran mayoría de los niños no reaccionan así.

Un niño ya perturbado muy bien podrá ser trastornado por cualquier objeto cotidiano. Ejemplo dado por Freud: el motivo de la angustia no es aquí ni la bruja, ni el lobo, sino el caballo, el caballo de carne y hueso.

Introducción. La lucha por el significado

(BRUNO BETTELHEIM)

Solamente en la edad adulta podemos obtener una comprensión inteligente del sentido de la propia existencia en este mundo a partir de nuestra experiencia en él. Existen padres que exigen que las mentes de sus hijos funcionen como las de ellos.

La tarea más importante, y a la vez, más difícil en la educación de un niño es la de ayudarle a encontrar sentido en la vida. El niño mientras se desarrolla, debe aprender, paso a paso, a comprenderse mejor; así se hace más capaz de comprender a los otros, y de relacionarse con ellos de un modo mutuamente satisfactorio y lleno de significado.

Sólo la esperanza puede sostenernos en las adversidades.

Si se educara a los niños de manera que la vida tuviera sentido para ellos, no tendrían necesidad de ninguna ayuda especial.

Los primeros relatos a partir de los que el niño aprende a leer, en la escuela, están diseñados para enseñar las reglas necesarias, sin tener en cuenta para nada el significado. La llamada literatura infantil intenta entretener o informar, o incluso ambas cosas a la vez. La adquisición de reglas, incluyendo la habilidad en la lectura, pierde su valor cuando lo que se ha aprendido a leer no añade nada importante a la vida de uno.

Lo peor de los libros infantiles es que estafan al niño, lo que éste debería obtener de la experiencia de la literatura: el acceso a un sentido más profundo, y a lo que está lleno de significado para él, en su estadio de desarrollo.

En toda literatura infantil no hay nada que enriquezca y satisfaga tanto, al niño y al adulto, como los cuentos populares de hadas. Los cuentos de hadas enseñan bien poco sobre las condiciones específicas de la vida en la moderna sociedad de masas; estos relatos fueron creados mucho antes de que ésta empezara a existir. De ellos se puede aprender mucho sobre los problemas internos de los seres humanos, y sobre las soluciones correctas a sus dificultades en cualquier sociedad, que a partir de otro tipo de historias al alcance de la comprensión del niño. Al estar expuesto, en cada momento de su vida, a la sociedad en que vive, el niño aprenderá a competir con las condiciones de aquélla, suponiendo que sus recursos internos se lo permitan.

El niño necesita una educación moral que le transmita, sutilmente, las ventajas de una conducta moral, no a través de conceptos éticos abstractos, sino mediante lo que parece tangiblemente correcto y por ellos, lleno de significado para el niño.

El niño encuentra este tipo de significado a través de los cuentos de hadas. Al ser repetidos una y otra vez, los cuentos se han refinado y han llegado a transmitir, al mismo tiempo, sentidos evidentes y ocultos.

LOS CUENTOS DE HADAS Y EL CONFLICTO EXISTENCIAL

Tanto en el niño como en el adulto, el inconsciente es un poderoso determinante del comportamiento.

La creencia común de los padres es que el niño debe ser apartado de lo que más le preocupa: sus ansiedades desconocidas y sin forma, y sus caóticas, airadas e incluso violentas fantasías. Muchos padres están convencidos de que los niños deberían presenciar tan sólo la realidad consciente o las imágenes agradables y que colman sus deseos, es decir, deberían conocer únicamente el lado bueno de las cosas.

Está muy extendida la negativa de dejar que los niños sepan que el origen de que muchas cosas vayan mal en la vida se debe a nuestra propia naturaleza. Por más que se quiera inculcar al chico de que los hombres son naturalmente nuevos, el niño sabe que ellos no siempre son buenos.

El objetivo del psicoanálisis es el de hacer que la vida sea más fácil. El psicoanálisis se creó para que el hombre fuera capaz de aceptar la naturaleza problemática de la vida sin ser vencido por ella o sin ceder a la evasión.

Los cuentos de hadas transmiten mensajes de diversas maneras; que lucha contra las distintas dificultades de la vida inevitable, es parte intrínseca de la existencia humana; pero si uno no huye, sino que se enfrenta a las privaciones inesperadas y a menudo injustas, llega a dominar todos los obstáculos alzándose victorioso.

Partes: 1, 2, 3
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