- Caracterización económica del territorio
- Situación de la esclavitud y la lucha de clases
- Surgimiento del núcleo poblacional. Composición. Padrones y censos
- Situación del comercio
- Construcciones. Su relación con la economía y la sociedad
- La toma de La Habana por los ingleses. Incidencias
- Desarrollo político-ideológico y cultural
- Anexos
- Bibliografía consultada
Caracterización económica del territorio
Iniciamos este siglo con una exigua población donde existía una agricultura de subsistencia, una ganadería en decadencia, una vasta riqueza forestal, comenzaba a profundizarse la explotación, y era la principal fuente económica la producción tabacalera, la cual se desarrollaba con una considerable cifra de vegueros, y contábamos ya con una parroquia y un cementerio.
En 1725 los herederos de Diego de la Rivera le vendieron la merced que había recibido éste en 1598, es decir, el corral de Los Güines, a Miguel de Ayala Fernández de Velázquez por una cifra total de 25,000 ducados. Este nuevo propietario fue Escribano de Gobierno, Guerra, Gracia y Justicia.
Situación de la esclavitud y la lucha de clases
El comercio comenzaba cierta pujanza a expensas de la producción de las vegas. Se inicio en 1708 el monopolio del tabaco. por la poca compra del producto, se le echaba a perder y no recibían beneficios, perdiendo todos sus esfuerzos provocando varias sublevaciones algunas muy sangrientas, entre los años 1717-1723,facilitando que muchos moradores de Jesús del Monte, Guanabacoa, Santiago de la Vegas y otros sitios, que decidieron establecerse en nuestro territorio aumentando poblacional nuestro territorio se convirtió en un gran presidio donde centenares de hombres se dedicaban a los cortes de maderas; los penados eran fuertemente vigilados por celadores de Marina.
Entre 1740-1760 se habían introducido en Cuba 4986 esclavos; durante la breve estancia inglesa se hicieron penetrar 10000 más.
En la década del 80 se va operando un abrupto proceso entre los representantes criollos de la sacarocrasia van ocupando terrenos a expensas de los vegueros, los pequeños propietarios y las tierras vírgenes.
La expansión de los ingenios habaneros comienza a penetrar en Güines; hasta 1784 solo existía cuatro trapiches pertenecientes a Sebastián de la Cruz, Santiago Garro, Juan de Alonso Rodríguez y Mauricio Landín; el precio de las tierras güineras suben por días y comienzan a construirse las fabricas de Juan Tomás de Sola. Luis Peñalver y Miquel Armenteros; aumenta por consiguiente la coacción a los vegueros. Fueron introducidos muchos esclavos entre1789-1790.
Surgimiento del núcleo poblacional. Composición. Padrones y censos
Algunos autores incorrectamente ubican a 1735 como el de la fundación de Güines. En ese año Güines crece hacia el norte de la actual Ave 91 (calle Reina) y se toma la medida de una reorganización urbanística acorde con las ordenanzas ya establecidas por las autoridades españolas. Tomar esta fecha como referencia, significaría negar nuestro legado histórico, ya que no sería justo ni posible el hecho de obviar al batey siboney ubicado en la margen oeste del río Güinicajina, en la confluencia de los corrales Yamaraguas y Vija en 1569, ni tampoco el olvidar al núcleo urbano existente al sur ya en 1735 que hasta tuvo su parque, y sería un lamentable olvido el no mencionar que ese terreno sureño fue el mismo centro desde 1598 del Corral de Los Güines.
En 1737 y 1740 ocurre la visita segunda y tercera del obispo Fray Lazo de la Vega a nuestra población La Parroquia y población fue bendecida por él mismo, el 14 de enero de 1737. A través del libro primero de Bautismo de Españoles, que data del 1697 y el segundo de funciones de españoles, (este último registra 288 personas hasta el 11 de agosto de 1761), nos percatamos acerca de las procedencias que nutrieron nuestra población desde sus albores: La Habana, Remedios, Guanabacoa, Sancti Spíritus, Santiago de Cuba, Trinidad, pardos e indios libres de la Florida, Canarios y hasta un londinense. A manera de ejemplo trascribiremos una partida de bautismo encontrada en los libros de la Parroquia el cual data de 1700:
"En la Igla. Parrl. de San Julián, una de las del Campo de esta ciudad de Sn. Xbl., La Habana, 20 de mayo del 1700 años, Yo, Dn. Manuel Agama, Cura Bedo. pr. S. Mag. Bautizé y puse los Santos Oleos, A un negro adulto de nación, congo, esclavo de Dn. Martín de Soto, en el cual ejercí Los Sacros Sacramentos y preses, Según orden de NSTA. Me. Iglesia, y le puse el nombre de Antto. Fue su padrino Marcos Cepero, Moreno escl. Y para que conste lo firmo Manuel de Agama y Navarrete."
Esta referencia corresponde a un libro procedente de la ermita de Las Cuatro Palmas, y como dato curioso se notó en el mismo, que en 1737, y aun en 1743, algunos documentos denominados a la población como San Cristóbal de los Güines, (citado por Calendario Hernández Larrondo).
En septiembre de 1720 aparece el bautizado blanco numero 54. Este libro se atesora en el actual archivo parroquial güinero.
El autor Jacobo de la Pezuela y Lobo argumenta como ya en el 37 existían bastantes familias labradoras y que el cultivo de sus tierras productivas presentaba soberbias perspectivas. En esta década ocurre un verdadero despegue del desarrollo de la comunidad güinera y de su centro urbano; sus moradores eran fundamentalmente campesinos, vegueros y pequeños propietarios vinculados a la iglesia, quienes se les subordinaban con compromisos ideológicos y económicos, es decir mediante su religión y los diezmos.
A partir del 37 las haciendas de crianzas de puercos, burras y ganado mayor, fueron convirtiéndose en vegas de tabaco, comenzando a afluir a la jurisdicción, moradores de otras latitudes: de todas partes, de España, Sur América, diferentes sitios de Cuba, afluencia de oriundos del Norte y Centro América y africanos de diferentes denominaciones: congos, ararás, mandingas, mozambiques, fulas, bríncamos, lucumíes, mandengos, gangas, bibíes….
Entre 1754-57, el Padrón General de Haciendas y Tipos de Uso de la Tierra en Cuba, señala que este territorio habían 42 haciendas de ganado mayor y menor, y 190 vegas de tabaco, así como un número indeterminado de estancias.
En 1757 el pueblo o núcleo urbano poseía su iglesia con 40 casas de vivienda. (Datos documentales del Archivo General de Indias, en Sevilla, España.)
No obstante haber ocurrido serias epidemias en 1761, la población en nuestra zona creció.
Según y acorde con los datos de las copias de documentos en propiedad de este autor, cuyos originales se conservan en al Archivo General de Indias, en Sevilla, España, las cifras existentes en Güines arrojan lo siguiente: en 1774 Güines contaba con:
· Ingenio Nuestra Señora de las Mercedes, de Manuel de la Cruz.
· Ingenio San José, de Santiago Garro.
· Ingenio Nuestra Señora de Regla, de Mauricio Landín.
· Hato Rosario, de Sola.
· Hato Belén, de Sola.
· Hato San Francisco de Paula, de Domingo Velázquez.
· Hato Santo Domingo, de Julián López.
· Hato San Martín, de Julián López.
· Hato San José, de José Cepero.
· Ingenio San José, de Manuel Ramos.
· Barbudo, una parte, Juan de Dios de la Torre.
· Barbudo, otra parte, Concepción de la Torre.
· Corral San Luis, de Juan Bachori.
· Corral Guanamón, de María González.
· Corral Lechuga, de José Rodríguez.
· Corral Buey Sabana, de Lorenzo Crespo.
· Corral Ruiz, de Juana Salvado.
· Corral San Julián, de Mauricio Landín.
· Corral Candelas, de José Martínez.
· Corral Catalina, de Zaldívar.
· Corral Catalina, otra parte, de Francisco Cepero.
· Corral Zaragoza, de Nicolás Gómez.
· Corral Zaragoza, segunda Parte, de José de La Gama.
· Corral Zaragoza, otra parte, Manuel.
· Corral Umoa, de Santiago de Castro.
· Corral Caimito, de Vivian Cepero.
· Hato Silvestre, de López.
· Hato Carmen, de Antonio Rivero.
· Hato Guanabo, de Miguel Álvarez.
· Sitio Sabalo, de Francisco Basabe.
· Sitio de Mal Potón, de Ignacio de Castro.
· Vegas, de varios individuos.
Y en total contábamos ya con 74 casas de viviendas en el núcleo poblacional urbano y 266 vegas.
En 1778 en el núcleo urbano güinero (pueblo) había un total de doscientos catorce hombres y doscientos catorce mujeres.
En el partido, es decir, en el resto del territorio que rodeaba la Villa, había mil quinientos cincuenta y ocho hombres (1,558) y mil dos mujeres (1,002).
En total, en el pueblo habían cuatrocientos veintiocho (428), personas, y en el partido dos mil quinientos sesenta (2560) par un gran total de dos mil novecientos ochenta y ocho (2,988) habitantes.
Es justo destacar la existencia de doscientos cincuenta y nueve (259) esclavos en todo nuestro territorio los cuales significaba 8,6 por ciento de todos los moradores.
Contábamos con todo el partido con cuarenta y tres leguas, setenta y dos casas en el pueblo, y trescientos cincuenta y cinchen el partido, totalizando cuatrocientos veintisiete. En el casco existía una iglesia, un curato, un hospital, y en todo el partido poseíamos tres ingenios, cuatro hatos, quince corrales, catorce sitios y treinta y tres estancias. En 1777 ocurrió temblor de tierra; duró dos minutos.
Es de notar que de ochenta y dos mil ciento cuarenta y tres (82,143) personas que poseía toda la jurisdicción habanera y que si en total contábamos con dos mil novecientos ochenta y ocho (2,988), esta cifra muestra que estábamos casi con una ínfima cifra de densidad de población, pues sólo representábamos aproximadamente el 3,6% de todos los moradores de la jurisdicción. (Datos del Padrón General de 1778, dados a conocer por Juan Pérez de la Riva.)
En los fines de este siglo, iba ocurriendo el despojo a los vegueros a favor de la industria azucarera: el llamado contrapunteo del tabaco y el azúcar; las tierras güineras poseían gran valor, por sus condiciones para la producción azucarera, y en 15 años, el valor de la tierra pasó de 100 pesos la caballería, hasta lograr alcanzar 2,000 pesos; en 1784 habían 4 ingenios, aumenta a 26 en 1804, sube la cifra a 66, y en 1857 ya habían 89 ingenios.
Situación del comercio
La Real Compañía de Comercio de La habana estableció órdenes normativas utilizando métodos impositivos de favoritismo y real opresión.
En 1738 había mucha demanda de agua y el gobierno confirió al Real Consulado, la facultad de distribuir las aguas, pues ya surgían disputas sobre las "venas o arterias" hechas al río y sus afluentes.
Esta Real Compañía era un real monopolio comercial que si bien se inició con el tabaco, se expandió a las exportaciones de azúcar, madera, cuero y sus derivados, etc.
El 13 de agosto de 1764 se le cursó aviso al Capitán del Partido Los Güines para que notificasen a los labradores de tabaco que abriesen vegas en las tierras dedicadas a potreros, por haberse comprobado que eran a propósito para cultivar la planta, y faculta para ocupar cuantas necesiten; en agosto de 1765 los vegueros se negaron a entregar su tabaco a menos que le aumentaran los precios.
España había comenzado una serie de reformas políticas y económicas en su país y en sus colonias; el Rey Carlos III favoreció el llamado "Despotismo Ilustrado" cuyos máximos representantes en Cuba fueron los Gobernadores Conde de Ricla, el Marqués de la Torre y Luís de las Casas; todos ellos mantuvieron gran relación con Güines. Esta nueva política contribuyó a difundir ideas avanzadas; en general hubo ciertos aires de progresismo.
Según expresó el estudioso José A. Cosculluela, desde 1763 se incrementa en Güines mucho tabaco verdín para polvo rapé, por lo que se habilitan caminos a Bejucal y Santiago de las Vegas; nuestras cosechas de tabaco se hicieron famosas siendo altamente muy estimados en Europa; ya existían en el territorio amplias haciendas como la de los Güines, San Julián, Mayabeque, Bija y otras.
Pobladores pudientes de la capital solicitaron terrenos realengos y hubo disgustos; La Corona acordó donárselos o mercedarlos al Conde Ricla, y a Bernardo de Gálvez, en recompensa a los servicios prestados al gobierno insular, y por la fama y la riqueza de sus terrenos.
Podemos afirmar que si desde 1783 Cuba aparece subordinada a los intereses del capital, Güines estaba enlazada, -valga el juego de palabra-, a los capitales de la capital.
Construcciones. Su relación con la economía y la sociedad
En la visita realizada por el Obispo de Cuba, Jamaica y la Florida, Juan Lazo de La Vega y Cansino en enero de1735, ordenó que la cabecera parroquial se trasladara de Las Cuatro Palmas hacia el sitio actual a solo una cuadra, donde se encuentra hoy el Parque Central. El recorrió la llanura, contempló las siembras, admiró las abundantes aguas y su clima benigno, comprobó lo dinámica y activa que era la población, observó cómo se nutria la misma, la fertilidad de sus tierras, las bellezas naturales, las posibilidades de desarrollo, sus vías de comunicaciones, etc.
La iglesia parroquial fue de tablas y tejas, poseía siete varas de frente por 16 de largo y un alto cuarto en la sacristía; en sus inicios su puerta mayor daba al este, (hoy calle 86); al norte, en el actual parque, estaba el segundo cementerio o camposanto; y al sur la Zanja Real o "del Español".
Este templo estaba bajo la advocación de San Julián como Patrón y San Francisco Javier como Copatrono.
Dato curioso es el de la primera partida de defunción que existe, correspondiente al 15 de noviembre de 1736, y algo que descubre la desigualdad reinante en esta época es que para este menester existía un libro de blancos, y otro para pardos, indios y morenos.
Según los datos brindados por Candelario Hernández Larrondo en su trabajo denominado "El Cementerio de la Plaza de Recreo", editado en 1956, también existía una campana que pesaba aproximadamente 4 arrobas que compró con parte de su caudal el cura Juan Tomás Álvarez Fonseca.
Así, a escasos 100 metros del original casco urbano sureño, antiguamente ubicado en actual Centro Escolar "Tony Briones", comienza un desarrollo de la población hacia el norte. Durante1740 y 1743 el obispo repite visitas a nuestro pueblo; este último año, en el nuevo Altar Mayor se colocaron las imágenes de San Francisco Javier y de Nuestra Señora de la Concepción, dicho altar poseía ahora tres varas más de largo, y fue costeado por Miguel Ayala; el campanario era de madera sobre horcones y poseía una campana de 7 arrobas.
El obispo Agustín Morell de Santa Cruz de Lora visitó a Güines en 1755, orientando que se fabricaran las capillas de San Antonio de Paula y la de San José, reubicando el Altar Mayor, y buscó sitio para el Santísimo Sacramento; nombró además a un Sacristán Mayor. También le compró una casa al potentado Miguel de Ayala para erigir nuestro primer Hospital de Caridad que existió en Güines, el mismo se nombró "De la Pura y Limpia Concepción"; esto ocurrió entre 1764 y 1766. Además, se equipó la iglesia local con otro Altar Mayor, en este caso con maderas preciosas.
Debido al auge económico de la zona, en 1777 se realiza un proyecto para la construcción de un canal, al costo de un millón doscientos mil pesos fuertes, que utilizando las aguas del río Mayabeque y partiendo del Ingenio "Holanda", entroncara con el río "La Chorrera", para transportar azúcar, tabaco, madera, frutos y otros productos, en pequeños barcos. (Tomado textualmente del guión de montaje del Museo de Güines.)
Hay autores que plantean que este "Canal de Güines" proyectado por el Conde de Macurijes se enlazaría con el río Almendares, hacia el norte, comunicándose con la bahía habanera.
Es justo aclarar como en la investigación realizada por el historiador de Melena, Gregorio Delgado, los primeros trabajos de estudio de nivelación del terreno fueron ejecutados por el Teniente de Fragata Juan de Mora, auxiliado por los maestros agrimensores Salvador del Castillo y Raimundo Galbán, quienes abandonaron en este hermano municipio el propósito. Este canal de navegación se proyectó pero no se ejecutó.
Sin embargo, en 1798, al renovarse la idea, los ingenieros franceses Francisco y Félix Lemaur realizaron estudios de nivelaciones de los terrenos por donde el mismo correría. (Una de las pretensiones era que las maderas extraídas de la zona de Güines sirvieran en los trabajos de carpintería del Arsenal de La Habana, en los astilleros, y en diversas construcciones; dichas maderas se trasladarían por el canal).
Según Gregorio Delgado el proyecto del canal no tomó importancia ya que las aguas mayabequinas de Güines eran necesarias para mover las máquinas de varios ingenios, así como para irrigar zonas ubicadas al este y sureste de Güines.
El 10 de octubre de 1768, el ciclón Santa Teresa realizó muchos estragos en entre los que se cuentan los perjuicios que ocasionó al hospital, derribó la iglesia que se había levantado en 1735, y a más de cuarenta casas. El Sagrario o Santísimo Sacramento fue depositado provisionalmente en la casa particular de Miguel de Ayala, dueño del feudo. (Así lo expresa Candelario Hernández Larrondo en su trabajo sobre el cementerio de La Plaza de Recreo). Cita el mismo autor que producto del derribo del templo, el sacerdote nombrado Juan de Dios, bendijo el 3 de marzo de 1769 los cimientos de la nueva Iglesia proyectada, que se inauguró con su altar mayor el 22 de octubre de 1773.
En 1784 se había consolidado el camino a La Habana del cual prosiguieron múltiples más, dirigidos hacia diversos puntos cercanos y neurálgicos. (El principal era el llamado de La Jutía que nos enlazaba con San José de Las Lajas).
En el año 1786, Gálvez fue distinguido por su conducta por el Ayuntamiento de La Habana, como Regidor Perpetuo, y recibió como regalo o merced, dos lenguas cuadradas en el realengo de Güines.
La toma de La Habana por los ingleses. Incidencias
Inglaterra en el año 1762 efectúa la llamada "Toma de La Habana por los Ingleses"; atacan con doscientas embarcaciones, 19 barcos de líneas, 8,226 marinos, 1,241 soldados de desembarque, 2,000 negros peones, 60 hombres de sanidad militar, más otras fuerzas que acudieron; entre los días 7 y 8 de julio tomaron La Habana y Guanabacoa; refuerzos del interior de la provincia y de nuestra zona participaron en su defensa; muchos vecinos, y entre ellos los más prominentes de la capital de la zona más afectada, marcharon hacia nuestra región.
El potentado Sotolongo, el cual poseía propiedades en Güines, entre ellas un ingenio que estaba asentado en la zona más sureña y bastante cerca de la costa, se preocupó por esconder valores para que no cayeran en manos de los extranjeros. Según plantean algunos autores, los caudales, arcas o tesoros reales fueron escondidos y puestos en buen recaudo en nuestra zona para que no estuvieran bajo el control enemigo. Este hecho fue muy bien visto y tomado en alta estima por el Rey, las Cortes, y el Consejo de Indias, y repercutió muy favorablemente en la consideración y posición privilegiada que pudo gozar Güines en el futuro inmediato por parte de la Corona. No hemos encontrado documentos con relación a este hecho de que en nuestra zona se depositaron "los Caudales del Rey y de varios particulares", según afirman algunos autores.
Duró 11 meses la dominación inglesa, abarcando las tres provincias occidentales; en la práctica se sintieron los mayores efectos en la capital, cosa que repercutió en sus territorios aledaños, desplegándose una intensa actividad económica, y se produjo un beneficioso comercio con Inglaterra y sus territorios, fundamentalmente con las Trece Colonias y Jamaica, introduciendo gran cantidad de mercancías inglesas a precios muy baratos; productos cubanos como azúcar y derivados, tabacos y cueros, fueron favorecidos, vendiéndose a altos precios, contribuyendo a un aumento productivo y a la afluencia de capitales, por lo que los productores y comerciantes obtuvieron enormes ganancias; y de hecho, -y no solo de derecho-, se eliminó el anterior monopolio y las restricciones que imponía España y sus instituciones.
Con esta dominación, la población comprobó los resultados de la libertad de comercio e intensa del mercado, y en contraposición, lo obsoleto que resultaba el comercio cerrado y deficiente del poderío hispánico.
Desarrollo político-ideológico y cultural
Según José Martín Félix de Arrate y Acosta, aún en 1761 la zona güinera era conocida como San Cristóbal.
Hemos podido comprobar por múltiples documentos, entre los cuales resaltamos los libros en el Registro Provincial de la Propiedad, como casi todas las personas más influyentes en lo económico, político y social de la capital, poseían intereses y propiedades en Güines, y por supuesto les resultaba imprescindible preservar sus capitales.
España utilizó la estrategia de movilizar recursos, y mejorar las condiciones y comunicaciones en y con Cuba, adquiriendo importancia los pueblos, y entre ellos Güines.
Nuestros vecinos, desde 1755, basándose en la calidad de sus tierras, de su red de regadíos, la calidad de su tabaco y toda la riqueza comenzaron a realizar la petición de Real Cédula para obtener su Título de Villa; expresó Gregorio Delgado Fernández, como desde 1771 nuestra comunidad intensificaban sus expresiones de ansias de superación.
En 1774 todavía Güines pertenecía a Guanabacoa.
Ya muchos vecinos de Güines eran oriundos, y otros procedían de otras latitudes, como de toda España, África, indios norteamericanos, centro y suramericanos, algún francés, ingleses, y otros procedentes de toda Cuba.
Los habitantes le solicitaron al Gobernador y Capitán General Felipe de Fondesviela y Ondeano, el Marqués de la Torre, que a Güines se le otorgara sus solicitudes o gracias de obtener Título de Villa, Escudo de Armas y Cabildo, ayuntamiento o gobierno local; con relación a la comunidad de San Julián de los Güines, este funcionario, con fecha 6 de noviembre de 1735 le expresó a la Corona: "Ningún pedazo de tierra hay en la isla, más sano, más fértil y hermoso por su espaciosa llanura, abundante agua y recomendable cantidad de sus producciones".
En 1775 Fondesviela visitó Güines y recibió la petición de los güineros; repitió otra visita el 24 de marzo de 1778, donde los güineros se comprometieron en ofrecer 20 mil libras de tabaco verdín cosechados en el terruño, si se les concedía las peticiones. Escribió Hernández Larrondo que el diez de octubre de 1779, el cura Juan de Dios ubicó una campana de 30 arrobas fundida en el ingenio "Nuestra Señora de las Mercedes", alias "Cruz", que era propiedad del Capitán de Caballería Sebastián de la Cruz; a esta campana se le denominó "San Julián".
En 1779, -año en que queda impuesta la moneda en el país-, el Real Consejo de Indias, acepta la propuesta el 14 de agosto, y propone y eleva al Rey que se le conceda a los güineros sus peticiones; el Rey Carlos III, mediante Real Cédula, otorgó dichas gracias; desde un principio existió oposición por parte del Ayuntamiento de Guanabacoa, así como de familias de particulares que también se unían a esta negativa de los potentados Calvo de la Puerta, Cacho Negrete y Ayala, quienes poseían múltiples intereses en Güines y Guanabacoa.
En este año apareció un "concilium", consejo o asamblea de vecinos con un régimen político activo que efectuaba funciones administrativas; como no existía ayuntamiento, gobernaba el Capitán General mediante jueces pedáneos, y lo eclesiástico era dirigido por el Obispado de La Habana.
Güines, en 1784, gestionó para obtener el otorgamiento oficializado deslindándose 80 caballerías de tierras asignadas a nuestra población, cumpliéndose así por el Coronel de Ingenieros Luís Huet mediante otra Real Cédula fechada en ese mismo año.
Los intereses de algunos potentados geófagos prosiguen oponiéndose de hecho, a lo que derecho había firmado el rey; a pesar de que los güineros hubiesen podido disfrutar de su Título de Villa, Escudo de Armas y Cabildo, este proceso no se ejecutaba producto de la resistencia hecha por algunas familias. El Rey tuvo que emitir otras Reales Cédulas: el 16 de febrero de 1796 y el 14 de febrero de 1798.
Anexos
A) "EL CAÑÓN DE NORBERTO".
En los fondos patrimoniales que se atesoran en el Museo de Güines, existe y se exhibe un viejo cañón que posee añeja y multifacética leyenda.
Se dice que perteneció a un galeón de Cornelio Jols, "Pata de Palo", (holandés), embarcación que fue desmantelada tras ser abordada por el pirata criollo Digo Grillo, en nuestra costa sur. También se cuenta que perteneció a un navío inglés que atacó o visitó La Habana en 1762.
Lo cierto es que un campesino lo encontró enterrado en el ingenio colonial "La Alejandría", hoy Monumento Nacional, y lo regaló al güinero Ramón Caneiro, y éste a Norberto Martínez, quien a su vez se lo prestó a sus coterráneos "Lelo" Hernández y "Pepito" Valdés; estas tres últimas mencionadas personas comenzaron a utilizar al cañón en fiestas de conmemoraciones patrióticas, así como en actividades políticas, y hasta lo montaron en una cureña.
Un viernes de la denominada Semana Santa, en el momento más solemne de la misa que se ofrecía en la Parroquia de la Villa, se provocó en sus alrededores una enorme explosión que conmovió a toda la población cercana al Parque Central, la cual retumbó en el interior del templo; fue tal la indignación del sacerdote y el susto de los asistentes, que el cura, molesto, excomulgó al cañón.
(Tomado de la revista "Cúspides", de marzo de 1938).
B) "UN GOBERNADOR CAÍDO DEL CIELO".
En las primeras horas de la mañana del 12 de mayo de 1799, bajo un recio temporal, un caballero de aspecto militar y con criados, se detuvo con su traje mojado y enfangado tras una larga y fatigosa jornada por malos caminos, ante la guardarraya del ingenio "Holanda", una de las más hermosas fincas azucareras de Güines, propiedad de Nicolás Calvo de la Puerta y O´Farrill, de linajuda familia, y quien introdujo mejoras en el cultivo y elaboración de la caña de azúcar, y años después importó de Santo Domingo el método francés de clarificar, y miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País que acompañó a Humboldt y Bompland junto a Arango. El viajero recién llegado solicitó hospitalidad y fue recibido y atendido con galantería; se trataba de Salvador de Muro y Salazar, el Marqués de Someruelos, nombrado como Gobernador y Capitán General de la Isla de Cuba para sustituir al Conde de Santa Clara, quien había sido acusado por no tomar medidas para la defensa de Cuba y haberle brindado hospitalidad durante cuatro meses a los príncipes de Orleáns, uno de los cuales fue después Luis Felipe, Rey de Francia. Someruelos hizo desembarcarse por Trinidad para evitar ser presa de los enemigos, por lo que decidió seguir viaje a caballo, y llegó casualmente a Güines, con sus documentos forrados y cosidos en sus ropas; al encontrarse allí al dueño, fue muy bien atendido, y el día 13 lo acompañó en una volanta hasta La Habana, no sin antes poner a su disposición todo lo que necesitase.
C) "EL CASO DE MARÏA DE ROJAS, MUJER DE DIEGO DE HGINOJOSA".
En 1745, el capitán Diego de Hinojosa, perteneciente al regimiento de Almanza, había llegado desde México a reforzar la guarnición de la capital debido a que España estaba en guerra con Gran Bretaña. Se había casado con María de Rojas, descendiente de Rojas El Magnífico, quien acompañó a Diego Velásquez en la colonización de Cuba, y fue uno de los primeros vecinos de La Habana; la misma tuvo problemas con una tal Cándida, la cual había estado con su marido. María, celosa, la mató debido a los celos; ella fue conducida ante el Alcalde Mayor y no negó su crimen. La influencia de la familia logró que no la condenaran a la horca, pero fue condenada en forma vitalicia a permanecer confinada en una amplia y bella casa que los suyos construyeron en la zona ubicada entre Río Seco y Guadalupe, en la jurisdicción de Güines.
Fuente de los Anexos:
(Tomados y condensados del libro "Tradiciones Cubanas", de Álvaro Iglesias.).
Bibliografía consultada
Arrate y Acosta, José Martín Félix de.-"Llave del Nuevo Mundo; Antemural de las Indias Occidentales", La Habana.
Bolado Hernández, Jorge Antonio, y Alfredo Mederos Gort.-"Cronología sumaria de la historia de Güines"; material mimeografiado); Güines.
Cabrera Bosch, Raimundo.-"Mis buenos tiempos".
Calcagno Monzón, Francisco.-"Diccionario…
Cúspide, revista, marzo de 1938
Delgado Fernández, Gregorio.- "Proyecto de un Canal de Navegación por el territorio de Melena", Revista Cúspide, Melena del Sur, 1937
Gómez Rodríguez, Rafael M.- "Patria. Verdad. Justicia.", 1926
Guerra Sánchez, Ramiro.- "Manual de la Historia de Cuba", p. 196, La Habana, 1938.
Hernández Larrondo, Candelario.-"El Cementerio de la Plaza de Recreo", 1956
Iglesias, Álvaro.- "Tradiciones Cubanas".
Le Riverand; "Historia de Cuba", e "Historia Económica de Cuba", pp. 169-170, Editora Universitaria, La Habana, 1965
Moreno Fraginals, Manuel.-"El Ingenio", (tres tomos), Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1978
Núñez Sánchez Jorge.- "Eugenio Espejo y el Pensamiento Precursor de la Independencia", (compilación), p. 89, Ediciones ADHILAC, Quito, Ecuador, 1992
Pérez de la Riva.-"Demografía de los Culíes Chinos en Cuba", (1853-74)
Pérez de la Riva, Juan.-"Presentación de un Censo ignorado. El Padrón General de 1778", Revista de la Biblioteca Nacional José Martí, Ciudad de La Habana.
Pichardo Viñals, Dra. Hortensia.-"Documentos para la Historia de Cuba."
Autor:
Licenciado Abilio Nemesio González González
(1949-2014).Profesor e Historiados de la Villa de San Julián de los Güines.
Enviado por:
Pedro Pablo Brunet Ramos