Civilización…………Cultura…………………………Iluminación
Colaboración…….. Comprensión amorosa…. Amor Grupal
Hay analogías superiores para las cuales no poseemos todavía las palabras adecuadas.
La buena voluntad colaboradora es todo lo que puede esperarse de las masas en esta época, y constituye la sublimación de las fuerzas liberadas por la civilización. La comprensión amorosa debe ser la característica del grupo más culto e inteligente, mas la capacidad del correlacionar el mundo de significados con el mundo de los efectos externos. Reflexionen sobre esta frase. El amor grupal es y debe ser la característica más sobresaliente de los iluminados del mundo, siendo actualmente el poder motivador de los Maestros de Sabiduría, hasta que un número suficiente de discípulos exprese esta fuerza especial.
Cuando se abran los pétalos dé la voluntad o sacrificio del loto egoico humano aparecerá una tríada superior de analogías que serán conocidas como:
Participación………… Propósito………… Precipitación
Por lo tanto, como resultado del proceso evolutivo de la humanidad, aparecerá esa categoría de fuerzas o energías, las cuales demostrarán, cada una de ellas, ciertas cualidades definidas que irán paralelas a la apertura de los pétalos del loto humano.
EDUCACION Y CIENCIA
I. PÉTALOS DEL CONOCIMIENTO
Civilización…………………..Cultura………………..Iluminación
Las masas humanas………..Los Intelectuales….El hombre espiritu
El sendero de la……………..El sendero del………El sendero de la Purificación Discipulado Iniciación
más
RELIGION Y FILOSOFIA
II. PETALOS DEL AMOR
Colaboración………………Comprensión amorosa……………..Amor Grupal
Los Intelectuales………….Los Aspirantes del mundo…………La Jerarquía
Más
GOBIERNO Y ORDEN SOCIAL
III.PETALOS DE LA VOLUNTAD Y DEL SACRIFICIO
Participación………….Propósito……………………..Precipitacion
(en el plan) (Voluntad dirigida de (del Plan todos los discípulos) por la Jerarquía)
En esta clasificación podrán observar que los pétalos del amor están dando señales de abrirse, lo cual dará una clara idea de la posibilidad de que se produzcan ciertos acontecimientos esperados. El mundo debe avanzar en forma regular y ordenada. Los acontecimientos prematuros son, por lo general, desastrosos.
Todo esto concierne al desenvolvimiento cultural de la raza y se va efectuando aceleradamente. Cuando se comprendan mejor las factores condicionantes y se capten sus métodos y propósitos, veremos el esfuerzo que realizarán quienes se interesan por la educación, para que ésta se acelere aún más, lo cual acelerará también la cultura de las masas, y el grupo más intelectual alcanzará la iluminación.
Quisiera tratar aquí un punto importante. En el futuro, la iluminación se considerará, primero, desde el punto de vista intelectual, y todo el tema se encarará en forma más mental y no como ocurre ahora desde el ángulo religioso. La iluminación, el misticismo y la religión, han marchado de la mano. Una de las principales contribuciones de la era actual, para el desarrollo de la raza, ha sido el creciente reconocimiento de que la espiritualidad no debe ser confundida ni reducida a aceptar y seguir los preceptos contenidos en las Escrituras Mundiales; no puede estar sujeta a las interpretaciones que da a esas Escrituras la casta sacerdotal ortodoxa, ni pueden regir las tendencias de las antiguas teologías. Dios puede conocerse por Sus obras y éstas pueden apreciarse más fácilmente por las revelaciones de la ciencia que por los himnos, las oraciones y los sermones de las iglesias del mundo entero. Por lo tanto, ¿cuál será la tarea, de las iglesias en el futuro? ¿Cuál será el objetivo principal de la nueva y venidera religión? Será principalmente, abrir los pétalos del amor, inaugurando así una era de verdadera colaboración, comprensión amorosa y amor grupal. Esto se logra enseñando a los pueblos y a los individuos las reglas del Correcto Acercamiento.
La tónica de la nueva educación es esencialmente la interpretación correcta de las vidas pasadas y presente y su relación con el futuro del género humano; la tónica de la nueva religión debe y tiene que ser el correcto acercamiento a Dios trascendente en la naturaleza e inmanente en el hombre, mientras que la nota clave de la nueva ciencia de la política y del gobierno será correctas relaciones humanas, y la nueva educación debe preparar al niño para ambas.
Los que trabajan en estos tres grupos deben hacerlo en la más estrecha colaboración, y la nueva educación debe preparar al género humano para esta comprensión planificada y actividad inteligente. En el comentario anterior, sumado a los ya dados, hay algunas sugerencias respecto al desarrollo cultural de la raza. La verdadera historia de la humanidad, extensa, variada y perdida en las especulaciones de los esotéricos (que cuando son verdaderas, pocas veces pueden ser probadas), ha llevado a la humanidad a una etapa de su evolución en que la luz del conocimiento está penetrando definidamente en las regiones oscuras de la tierra. Existe abundante información para saber leer y escribir -su número aumenta cada día- y además los medios de transmisión y comunicación han suprimido prácticamente el tiempo y reunido al mundo entero en una unidad funcionante. En todos los países civilizados se está alcanzando un nivel de educación muy elevado. El ciudadano común posee una vasta cantidad de datos sobre todo tema imaginable. La mayoría son mal asimilados y resultan inútiles, sin embargo, tienden a elevar en forma general el proceso mental. El pensamiento escrito y hablado de los hombres, incluyendo lo antiguo, lo nuevo y lo moderno, así como también lo superficial y lo intrascendente, es actualmente tan enorme, que no puede ser registrado, por eso la vida de un libro es muy breve. Y como corolario de todo esto existe un marcado esfuerzo para poner los recursos de la educación al alcance de todo hombre en el planeta. Esto se hará con el tiempo y, con el tipo de educación que se procura dar, se sentarán las bases para el futuro desenvolvimiento de una educación superior y mejor, que son:
1. Poner al alcance del ciudadano común lo que "vino a la luz" en el pasado.
2. Despertar el interés por las nuevas ciencias y el conocimiento, que surgen hoy a la luz.
3. Lograr el desarrollo de la memoria y el poder para reconocer lo que se le presenta a la mente.
4. Relacionar el pasado con el presente.
5. Instruir a los ciudadanos sobre los derechos que le otorgan las posesiones, el goce y el empleo correcto de los bienes materiales y los dones intelectuales de la vida y su relación con el grupo.
6. Establecer, después de un adecuado estudio, cuál es la verdadera vocación.
7. Enseñar los métodos por los cuales se puede obtener la coordinación de la personalidad.
Todo esto llevará al hombre a enfrentar la vida con mejores conocimientos por lo descubierto en el pasado, lo cual constituye su herencia intelectual, más cierta actividad mental que puede ser desarrollada y entrenada por el hombre mismo si así lo desea, y esto lo logrará con el correcto manejo de sí mismo, en relación con su medio ambiente; con ciertos ideales mentales, sueños y elucubraciones, que pueden trasmutarse en valioso acervo si es perseverante, si su imaginación no ha sido embotada por un plan de estudios desequilibrado y forzado, y si tuvo la suerte de encontrar un educador inteligente y comprensivo por haber alternado con amistades más maduras que él.
NATURALEZA DEL ESOTERISMO
Los educadores de la nueva era deben poner cada vez más el énfasis en el acercamiento esotérico y sería de valor que definieran el esoterismo en términos que estén al alcance de la inteligencia media del estudiante esotérico y de acuerdo a su grado de evolución. Les recordaré que el verdadero esoterismo es algo más profundo (desde el punto de vista de la Jerarquía) de lo que se cree.
Una de las más inadecuadas definiciones dadas sobre el esoterismo es la que concierne a lo que está oculto y velado, pero aunque se lo presiente, se desconoce. Con ello se quiere insinuar que ser esotérico es estar entre quienes tratan de penetrar en cierto reino secreto, en el cual no se le permite entrar al estudiante común. Si esto fuera todo, entonces el desarrollo de cada científico y místico representaría el acercamiento de tipo mental y de tipo emocional al mundo del esoterismo y de las realidades ocultas, lo cual no sería exacto. El místico jamás es un verdadero esotérico, porque no se ocupa conscientemente de fuerzas ni de energías, sino de algo indefinido (llamado Dios, Cristo, Bienamado) y que es, por lo tanto, aquello que satisface el ansia de su alma. El científico que actualmente estudia y penetra con tanta rapidez en el mundo de las fuerzas y las energías es, en realidad, un verdadero esotérico -aunque en su esfuerzo por controlar las energías que busca, niega su fuente de origen. Esto no tiene importancia, porque más adelante reconocerá la fuente de donde emanan.
El acercamiento fundamental de quienes tratan de captar el esoterismo o enseñarlo a los estudiantes, consiste en hacer hincapié en el mundo de las energías y reconocer que detrás de todo lo que acontece en el mundo de los fenómenos (quiero significar los tres mundos de la evolución humana), existe el mundo de las energías, las cuales son de la mayor diversidad y complejidad, pero todas se mueven y actúan bajo la ley de Causa y Efecto. Es innecesario señalar la naturaleza práctica de esta definición, como también indicar cómo puede ser aplicada a la vida del aspirante, a la de la comunidad y a la de los asuntos mundiales, o su aplicación en los condicionantes niveles inmediatos de las energías espirituales experimentales que constantemente tratan de hacer impacto o contacto, con el mundo de los fenómenos. Esto lo hacen bajo la dirección espiritual, a fin de complementar el Plan. Lo afirmado anteriormente es de vital importancia; las demás afirmaciones están implícitas en ellas, y es la primera verdad importante que sobre el esoterismo debe conocer y aplicar cada aspirante a los misterios y a la universalidad de lo que mueve los mundos y fundamenta el proceso evolutivo. La primera tarea del esotérico consiste en captar la naturaleza de las energías que tratan de condicionarlo y que se expresan en el plano físico a través de su equipo o vehículo de manifestación. Por consiguiente, el estudiante esotérico debe comprender que:
1. Es un conjunto de fuerzas heredadas y condicionadas por lo que ha sido, además de una gran fuerza opositora que no es un principio y que llamamos cuerpo físico.
2. Es sensible a, y debería ser cada vez más consciente de ciertas energías que aunque hoy las desconoce y no las puede utilizar; debe llegar a ser consciente eventualmente si quiere penetrar con más profundidad en el mundo de las fuerzas ocultas. Tales energías podrían ser malignas para él si trabaja con ellas y, por lo tanto, debe saber diferenciarlas y descartarlas; hay otras energías que deberá aprender a emplear por que son benéficas aumentarán su conocimiento, por lo tanto, deberán considerárselas como buenas. Tengan en cuenta que las energías en sí no son buenas ni malas. La Gran Logia Blanca, nuestra Jerarquía espiritual, y la Logia Negra emplean las mismas energías universales, pero con diferentes móviles y objetivos; ambas están formadas por esoteristas entrenados.
Por lo tanto el esotérico en entrenamiento debe:
Llegar a ser consciente de la naturaleza de las fuerzas que constituyen el equipo de su personalidad y que él mismo ha manifestado magnéticamente en los tres mundos, las cuales forman una combinación de fuerzas activas. Aprender a diferenciar entre la energía estrictamente física, que responde automáticamente a energías internas y a otras, y las que vienen de los niveles emocionales y mentales de la conciencia, las cuales se enfocan a través del cuerpo etérico; esto moviliza y energetiza a su vez a su vehículo físico para ciertas actividades
2.Llegar a ser sensible a las energías impulsoras del alma que emanan de los niveles mentales superiores, las cuales tratan de controlar las fuerzas del triple hombre cuando ha alcanzado cierto grado definido de evolución.
3.Reconocer las energías que condicionan su medio ambiente, viéndolas no como hechos o circunstancias, sino como energías en acción; por ese medio aprende a abrirse camino detrás de la escena de los acontecimientos externos y llega al mundo de las energías, tratando de hacer contacto y capacitarse para Ilevar a cabo ciertas actividades. Así penetra en el mundo de significados. Los hechos y circunstancias, los acontecimientos y fenómenos físicos de todo tipo, son simplemente símbolos de lo que ocurre en los mundos internos, mundos que debe penetrar el esotérico, hasta donde se lo permita su percepción; por lo tanto descubrirá secuencialmente mundos que le exigirán su penetración científica.
4. Para la mayoría de los aspirantes la Jerarquía es un reino esotérico que demanda ser descubierto y acepta ser penetrado. Elijo mis palabras cuidadosamente a fin de evocar una respuesta esotérica.
No trato de ir más allá del objetivo destinado a la humanidad; para los iniciados y discípulos que aún no han pasado por la iniciación de la Transfiguración, los reinos superiores de la conciencia y el "Lugar Secreto del Altísimo" (la cámara del concilio de Sanat Kumara) siguen siendo profundamente esotéricos, porque constituyen un reino superior de energías planetarias, extraplanetarias e interplanetarias, que no concierne a los educadores; por lo tanto, el cuerpo docente de una escuela esotérica no está llamado a tratarlas. La tarea de tales educadores consiste en entrenar a los estudiantes para poder reconocer entre la energía y la fuerza, saber discriminar entre los diversos tipos de energía, tanto respecto a ellos mismos como a los asuntos mundiales, y comenzar a relacionar lo que se ve y experimenta, con lo invisible, lo que condiciona y lo que determina. Esta es la tarea del esotérico.
Existe la tendencia entre los estudiantes esotéricos, especialmente entre los que pertenecen a antiguos grupos piscianos, a considerar el interés puesto en las energías, que producen los acontecimientos universales o que conciernen al gobierno y a la política, como antagónico al esfuerzo esotérico y espiritual. Pero el nuevo esoterismo, patrocinado por los grupos modernos y los tipos más mentales, considera todos los acontecimientos, los movimientos mundiales y los gobiernos nacionales, y también todos los hechos políticos, como expresiones de las energías que se encuentran en el mundo interno de la investigación esotérica en consecuencia no ven una razón valedera para excluir de; razonamiento y pensamiento un aspecto tan importante de los asuntos humanos, ni el descubrimiento de las nuevas verdad técnicas que pueden establecer la nueva era de correctas relaciones humanas. Ellos se preguntan: ¿por qué excluir la investigación política del plan de estudios espirituales? Lo consideran de la misma o de mayor importancia, que las actividades de las iglesias; los gobiernos condicionan a los pueblos y contribuyen a la formación de cualquier civilización actual, obligando a las masas a seguir ciertas y necesarias líneas de pensamiento. Las iglesias y los hombres deben aprender que nada existe en el mundo de los fenómenos, de las fuerzas y de las energías, que no pueda ser controlado por lo espiritual. Todo lo que existe es, en realidad espíritu en manifestación. Los pueblos están adquiriendo mentalidad política y esto los Maestros lo ven como un gran paso hacia adelante. Un gran progreso se habrá obtenido cuando las personas espiritualmente orientadas incluyan esta zona relativamente nueva del pensamiento humano y su actividad internacional, dentro del campo de su investigación esotérica.
Permítanme darles una simple ilustración: La guerra es, de hecho, una gran explosión de energías y fuerzas -generadas los planos internos, en los cuales debería estar trabajando el esotérico (y donde raras veces se lo encuentra)- que hallan horrenda y espantosa expresión en el plano físico. La pauta de esto la tenemos hoy en el hecho del empleo constante de las expresiones "Fuerzas de la Luz" y "Fuerzas del Mal". Cuando las causas internas y esotéricas, que inducen a la guerra, se descubran mediante la investigación esotérica, habrá Ilegado el momento en que la guerra y las guerras terminarán para siempre. Éste es el verdadero trabajo esotérico, pero los esotéricos hoy lo desprecian porque se consideran espiritualmente superiores a esos acontecimientos y (en su torre de marfil) se concentran en su propio desarrollo, al que agregan un poco de filosofía.
Aquí debe dejarse sentado un punto: el esoterismo no es, ningún modo, de naturaleza mística e indefinida. Es una ciencia -esencialmente la ciencia del alma de todas las cosas- y tiene su terminología, experimentos, deducciones y leyes propias. Cuando digo alma me refiero a la conciencia animadora que se halla en la naturaleza toda y en los niveles que están fuera de la zona que generalmente llamamos naturaleza. Los estudiantes suelen olvidar que todo nivel de conciencia, desde el superior al inferior, es un aspecto del plano físico cósmico y, en consecuencia -desde el punto de vista del proceso evolutivo-, es de naturaleza material y -desde el punto de vista de determinados Observadores divinos- es absolutamente tangible y está formado de sustancia creadora. El esotérico trabaja todo el tiempo con sustancia; tiene que ver con esa sustancia viviente y vibrante de que están hechos los mundos y que -heredada de un sistema solar anterior- está matizada por los hechos pasados y, como ya se ha dicho, "teñida por el karma". También debe observarse que así como el plano físico, tan familiar para nosotros, no es considerado por el estudiante esotérico como un principio, tampoco el plano físico cósmico (desde el punto de vista de las vidas cósmicas) no es análogamente un principio. He aquí mucho material para reflexionar.
Podría afirmarse que el esotérico se ocupa de descubrir y trabajar con esos principios que energetizan cada nivel del plano físico cósmico, pero que en realidad son aspectos de la energía vital calificada que actúa dentro de la sustancia sin principio y a través de ella. La tarea del estudiante consiste en no prestar atención a la sustancia forma de la existencia y llegar a ser consciente de lo que fue la fuente de producción de la forma, en cualquier nivel específico. Su tarea radica en desarrollar en sí misma la necesaria sensibilidad y respuesta a la cualidad de la vida que predomina en cada forma, hasta que llega, con el tiempo, a obtener la cualidad de la VIDA UNA que anima al planeta, dentro de Cuya actividad vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser.
Para lograr esto debe, antes que nada, descubrirse la naturaleza de sus propias energías cualificadas (aquí tiene cabida la naturaleza de los rayos regentes), las cuales se expresan por medio de sus vehículos inferiores de manifestación, y después por medio de su personalidad integrada. Después de lograda una parte de este conocimiento y orientarse hacia el aspecto de la vida cualificada, el estudiante empieza a desarrollar el mecanismo interno y sutil, mediante el cual puede establecer contacto con aspectos más generales y universales. Aprende así a diferenciar entre la cualidad o las predisposiciones kármicas de la sustancias sin principio de la que está hecha su forma, y todas las forma y los principios cualificados que tratan de expresarse por medio de esas formas e, incidentalmente, redimirlas, salvarlas y purificarlas, a fin de que la sustancia del próximo sistema solar sea de un orden superior a la del actual, y pueda, en consecuencia responder mejor al aspecto voluntad del Logos.
Visto desde este ángulo, el esoterismo es la ciencia de la redención, y los Salvadores del Mundo constituyen Sus exponentes y el símbolo perdurable. Para redimir la sustancia y sus formas se manifestó el Logos planetario, y toda la Jerarquía con su gran Conductor, el Cristo (Símbolo del mundo actual), podría ser considerada como una Jerarquía de Redentores expertos en la ciencia de la redención. Una vez que Ellos hayan dominado esta ciencia considerarán la Ciencia de la Vida y se ocuparán las energías, las cuales eventualmente retendrán y utilizarán sustancia y las formas redimidas y cualificadas, imbuidas de principio. Esto tiene como objetivo redimir la sustancia sin principio restaurar su creatividad y lograr su integración espiritual. Los frutos de Su labor se verán en el tercero y último sistema solar. Debido a su actividad se producirá una gran fusión espiritual planetaria, cuyo símbolo es la fusión de la personalidad con el alma (en cierta etapa del sendero de evolución), en sentido microcósmico. Podrá verse así la estrecha relación que existe en el trabajo del aspirante o discípulo individual, cuando redimir salva y purifica su triple cuerpo de manifestación, y el trabajo del Logos planetario cuando realiza una tarea similar en conexión con los "tres vehículos periódicos", a través de los cuales trabaja: el vehículo de Su personalidad, la expresión de Su alma y Su aspecto monádico.
Por lo expuesto se darán cuenta que trato de aclarar el significado de la palabra, "esoterismo" e indicar la naturaleza extremadamente práctica y científica de la empresa en que han embarcado todos los esotéricos.
El estudio esotérico, unido a una forma, de vivir esotérica, revela a su debido tiempo el mundo de los significados y conduce oportunamente al mundo de las significaciones. El esotérico procura descubrir la razón de los por qué; lucha con el problema de los hechos, acontecimientos, crisis y circunstancias, a fin de lograr el significado que éstos puedan tener para él; cuando descubre el significado de cualquier problema específico lo utiliza como estímulo para, penetrar más profundamente en el mundo de significados que le fue recientemente revelado; entonces aprende a incorporar sus pequeños problemas personales al Todo mayor, perdiendo así de vista el yo inferior y descubriendo al yo superior. El verdadero punto de vista esotérico es siempre el del Todo mayor. El estudiante ve el mundo de significados como una red intrincada y extendida sobre todas las actividades y los aspectos del mundo fenoménico. La trama etérica es el símbolo y el diseño de esta red, que se encuentra entre los centros situados a lo largo de la columna vertebral del individuo, su analogía microcósmica, como si fuera una serie de puertas de entrada al mundo más amplio de significados. Esto en realidad concierne a la verdadera Ciencia de los Centros, a la cual me he referido con frecuencia. Son modos de entrar conscientemente (cuando se desarrollan y funcionan) en un mundo de realidades subjetivas y en ciertas fases hasta ahora desconocidas de la conciencia Divina.
Sin embargo, el esoterismo no se preocupa de los centros como tales, puesto que no es un esfuerzo para despertar científicamente los centros, como creen muchos estudiantes. El esoterismo, en realidad, es el entrenamiento para obtener la capacidad de actuar libremente en el mundo de significados; no se ocupa de ningún aspecto de la forma mecánica, sino totalmente del aspecto alma el aspecto del Salvador, del Redentor y del Intérprete- y del principio mediador entre la vida y la sustancia. Este principio mediador es el alma del aspirante o discípulo individual (si se pueden emplear términos que inducen a engaño), y es también el "ánima mundi" de la totalidad del mundo.
El esoterismo implica, por lo tanto, vivir una vida a tono con las realidades subjetivas internas, posible únicamente cuando eI estudiante está inteligentemente polarizado y mentalmente enfocado, siendo de utilidad sólo cuando él puede moverse entre estas realidades internas con destreza y comprensión. El esoterismo implica además comprender la relación que existe entre fuerzas y energías y el poder de utilizar la energía para reforzar y luego emplear en forma creadora las fuerzas con las cuales ha entrado en contacto, de allí su redención. El esoterismo usa las fuerzas del tercer aspecto (el de la sustancia inteligente) como receptoras de las energías de los dos aspectos superiores, y al hacerlo salva así a la sustancia. Es también el arte de hacer "descender a la tierra" esas energías que emanan de fuentes superiores, para "arraigarlas" o introducirlas. Un ejemplo ilustrativo lo tenemos en la actividad esotérica de un grupo mundial de estudiantes que dio por resultado la divulgación de la enseñanza sobre el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo, * [* Tratado sobre Magia BLanca, págs. 291-316. Tratado sobre los Siete Rayos, T. II (Psicología Esotérica), págs. 473-556], introduciendo y fijando en la conciencia de la humanidad la realidad de la existencia del trabajo de este grupo fundamentalmente subjetivo; así centralizó el trabajo de este grupo y su actividad redentora se intensificó.
Toda verdadera actividad esotérica produce luz e iluminación; trae como resultado la intensificación y cualificación de la luz heredada de la sustancia mediante la luz superior del alma -en el caso de que la humanidad obrara conscientemente. Por consiguiente, podemos definir el esoterismo y su actividad en términos de luz, pero me abstengo de hacerlo debido a la vaguedad y aplicación mística realizada hasta ahora por los esotéricos de décadas pasadas. Si los esotéricos aceptaran en su forma simple el pronunciamiento de la ciencia moderna, que sustancia y luz son términos sinónimos, y reconocieran que la luz que pueden arrojar sobre la sustancia (o sea la aplicación de la energía a la fuerza) es también de naturaleza sustancial, podría ser encarado el tema en forma mucho más inteligente. El esotérico se ocupa de la luz en sus tres aspectos, pero actualmente es preferible que se ocupe de un acercamiento diferente hasta que mediante desarrollos, ensayos y experimentos- conozca esas triples diferenciaciones en un sentido práctico y no sólo teórico y místico. Debemos pagar algunos de los errores del pasado.
He dado diferentes definiciones en otros libros, muchas de ellas sumamente sencillas, las cuales podrán tener hoy un significado, pero más adelante llegarán a tener significaciones mas abstrusas.
Quisiera lanzar un desafío a todos los esotéricos para que intenten hacer el práctico acercamiento que he delineado. Les pediría que vivan una vida redentora, desarrollen la sensibilidad mental innata y actúen continuamente de acuerdo al significado que hay detrás de los asuntos mundiales, nacionales, comunales e individuales. Si lo realizan, entonces la luz brillará repentina y acrecentadamente sobre el camino. Por lo tanto, podrán ser portadores de luz y saber que "en esa luz verán la Luz", y también la verán sus semejantes.
CAPITULO III
El Próximo Paso en el Desarrollo Mental de la Humanidad
PRESENTE PERIODO DE TRANSICIÓN
Tres pasos inmediatos deben darse en los sistemas educativos del mundo, y ya se ha hecho algo en ese sentido. Tengan en cuenta que bajo el impulso evolutivo estos pasos se dan a menudo sin comprender los verdaderos objetivos, ni captar el propósito y la significación emergentes. Esto se hace simplemente porque se evidencia que la necesidad de la época obliga a dar el siguiente paso, pues el antiguo sistema no logró llenar su asignado propósito; los resultados son palpablemente indeseables y algunos hombres de visión están desarrollando un nuevo método e imponen su voluntad a quienes los rodean, a fin de demostrar el nuevo ideal. Los tres pasos inmediatos son:
Primero : El desarrollo de métodos más adecuados para comprender y estudiar al ser humano. Esto se podrá hacer de tres maneras:
1. Por el crecimiento y el desarrollo de la Ciencia de la Psicología. Es la ciencia esencial del hombre, y actualmente está siendo reconocida en forma más amplia y general para el correcto desarrollo del ente humano. Las diversas escuelas de psicología, tan numerosas y separatistas, contribuirán eventualmente cada una con su verdad particular y peculiar, y de esta síntesis surgirá la verdadera ciencia del alma.
2. Por el crecimiento y el desarrollo de la Ciencia de Siete Rayos. Esta ciencia arrojará luz sobre los tipos raciales e individuales; formulará claramente la índole de los problemas raciales e individuales; indicará las fuerzas y energías que luchan por expresarse en el individuo y en la raza, cuando los dos rayos mayores y los tres menores (a los que pertenece cada hombre) sean reconocidos y estudiados por el educador en conexión con el individuo, el resultado a obtener será un correcto entrenamiento individual y grupal, que marcará la correcta vocación.
3. Por la aceptación de la Enseñanza referente a la Constitución del Hombre, dada por los esotéricos, con relación implícita entre el alma y el cuerpo, la naturaleza de esos cuerpos, sus cualidades y propósitos, y la interrelación que existe entre el alma y los tres vehículos de expresión en, los tres mundos del esfuerzo humano.
Para lograrlo, debe estar disponible lo mejor que tiene Oriente y el conocimiento de Occidente. El entrenamiento del cuerpo físico, el control del cuerpo emocional y el desarrollo de la correcta captación mental, deben continuar secuencialmente poniéndose debida atención al factor tiempo y también y a ese período en que la coordinación planeada de todos los aspectos del hombre debería ser cuidadosamente desarrollada.
Segundo: El reconocimiento de las realidades de la Astrología Esotérica.
Cuando esto sea posible, tendremos la oportunidad de entrenar al niño desde su primer aliento. Se tendrá un registro del momento exacto del nacimiento o del primer aliento, acompañado frecuentemente del primer Ilanto. Se tendrán en cuenta las diversas modalidades del carácter, comparándolas con el sujeto en desarrollo y también con el diagrama de los diversos rayos, y establecerá la relación entre ambos (el horóscopo y el registro de los rayos), que será sometida a un cuidadoso análisis cada siete años. Este proceso guiará al educador para dar los pasos necesarios en forma inteligente, a fin de acelerar el desarrollo del niño. La común y moderna astrología con sus predicciones, su énfasis puesto sobre las cosas no esenciales y lo que concierne físicamente al alma encarnada, será reemplazado gradualmente por el reconocimiento de las relaciones, los objetivos de la vida, las predisposiciones básicas del carácter y por el propósito del alma. Entonces muchas cosas serán posibles para el amigo inteligente y guía de la juventud -lo cual debería tratar de ser todo educador.
Tercero: La aceptación de la Ley de Renacimiento como proceso natural regulador.
Esto servirá de factor determinante en la vida de la raza y arrojará mucha luz en el campo de la educación. Será de interés e importancia vincular y relacionar las tendencias fundamentales con el desarrollo racial del pasado y con los antiguos episodios raciales; aunque el recuerdo de las vidas pasadas es de relativa importancia, será también de verdadero valor reconocer las características heredadas del pasado. Entonces se estudiará a los jóvenes teniendo en cuenta su probable grado en la escala de la evolución y se los agrupará como:
a. Lemurianos, con predisposiciones físicas.
b. Atlantes, con predominio emocional.
c. Arios, con tendencias e inclinaciones mentales.
d. Nueva raza, con cualidades grupales y conciencia y visión idealista.
El factor tiempo (desde lo realizado hasta hoy y la posible meta de la vida inmediata) debe ser cuidadosamente considerado, y así no se perderá tiempo. El niño y la niña serán analizados y recibirán ayuda comprensiva, estarán al cuidado de personas cultas y no se les harán reproches; serán protegidos y no castigados; estimulados y no reprimidos, y auscultados internamente, por lo tanto no constituirán un problema.
Evidentemente deben transcurrir algunas décadas antes de que sea posible y común tal estado de cosas, pero observarán que he dicho "décadas", no "siglos". Los primeros experimentos en esta línea podrán realizarse en pequeñas escuelas, con niños especialmente seleccionados, o en pequeños institutos con un cuerpo selecto de profesores, entrenados y preparados cautelosamente dispuestos a experimentar. Únicamente demostrando las ventajas de los métodos expuestos para el entrenamiento y el estudio del niño, las autoridades nacionales de los distintos centros de educación, se convencerán de la luz que pueden aportar al problema estos métodos de encarar la delicada tarea de preparar al ser humano para la vida. Al mismo tiempo es indispensable que estas pequeñas escuelas e institutos, respeten en lo posible el plan estudios común y obligatorio, para que puedan demostrar eficiencia cuando se trate de competir con otros sistemas de educación existentes.
Para que tenga algún valor la verdadera comprensión de los siete tipos de rayo, la constitución del hombre y la astrología, más la correcta aplicación de la sicología sintética, debe manifestarse un ser humano muy inteligente, correctamente coordinado, sabiamente desarrollado y mentalmente orientado.
La mayoría de las tentativas anteriores de imponer al niño moderno algún tipo de educación de la nueva era, ha presentado dificultades:
Primero, no ha habido una contemporización entre el actual sistema de educación y el ideal deseado; no se ha construido puente en forma científica, ni se ha intentado correlacionar lo mejor de los métodos actuales (que probablemente se adaptan bien al niño de esta época) con los métodos más apropiados incluidos en la nueva visión, particularmente aquellos que son similares a los que están en vigencia. Sólo de este modo podrá darse los pasos secuenciales hasta que la nueva educación sea un hecho consumado, y las viejas y las nuevas técnicas se fusionen en un todo apropiado. Hasta ahora el idealismo visionario ha dominado el campo, retardando así el proceso.
Segundo, los nuevos métodos deben ponerse a prueba únicamente con niños cuidadosamente seleccionados que deberán estar en observación desde la más tierna infancia; sus padres tienen que estar dispuestos a colaborar en la tarea de facilitar las condiciones y el ambiente adecuados desde el comienzo, y la vida de estos niños (su historial) ha de ser estudiado de acuerdo a las modalidades sugeridas anteriormente en este libro.
Las esperanzas y sueños místicos y visionarios, son útiles si indican una posible meta, pero no sirven para determinar el proceso y el método. La imposición de los métodos de la nueva era en la educación de un niño cuya conciencia es fundamentalmente atlante o aria primitiva, es una tarea infructuosa, que en verdad le servirá de muy poco. Por esta razón, debe hacerse un análisis cuidadoso del niño desde el momento mismo del nacimiento. Después, con todo el material informativo de que dispone, el educador tratará de encarar las necesidades de los tres principales tipos en que son agrupados los niños: el tipo atlante, o el tipo básicamente emocional-sensual; el ario primitivo, o el tipo emocional-mental, y el ario posterior, o el tipo primitivo de la nueva era, que será predominantemente mental y al mismo tiempo idealista, brillante y coordinado, una personalidad.
Aquí surge la siguiente pregunta: ¿Cómo pueden emplearse tales métodos sin que el proceso se asemeje demasiado a un experimento de laboratorio, en que al niño se lo considera un espécimen -o un sujeto de laboratorio- para ser sometido a cierto tipo de impresión, donde se lo priva de la libertad de ser él mismo -un individuo (lo cual siempre es deseable y necesario)-, donde el proceso parece menoscabar la dignidad, patrimonio de todo ser humano? Todos estos asuntos sobre la educación y sus objetivos parecen importantes, admirables e imponentes, pero, ¿qué significan en realidad?
Anteriormente he sugerido que los libros de texto deben ser escritos de nuevo, sobre la base de correctas relaciones humanas y no desde el punto de vista actual separatista y nacionalista. También he señalado ciertas ideas fundamentales que deberían ser inculcadas de inmediato: el excepcional valor del individuo, la belleza de la humanidad, la relación del individuo con él todo y su responsabilidad para adaptarse al cuadro general, en forma constructiva y voluntaria; además he advertido la inminencia del próximo renacimiento espiritual. A todo esto quiero agregar que uno de los objetivos más inmediatos de la educación debe consistir en la eliminación del espíritu de competencia, que debe ser sustituido por una conciencia colaboradora. De aquí surge una pregunta: ¿Cómo puede lograrse y al mismo tiempo alcanzarse elevado nivel de realización individual? ¿No es la competencia un acicate para cualquier esfuerzo? Lo ha sido hasta ahora, pero no es necesario que lo sea.
Actualmente, el niño, durante los primeros cinco o seis años de su vida, es víctima de la ignorancia, del egoísmo o de la falta de interés de sus padres. Con frecuencia se lo obliga a callar y no molestar, porque sus padres están demasiado ocupados con sus propios problemas, para dedicarle el tiempo necesario -están ocupados en cosas que no son esenciales si se las compara con fundamental e importante cuestión que consiste en dar al niño un comienzo correcto en el sendero de la vida, durante esta encarnación. En cambio, se lo deja librado a su propio albedrío en manos de una niñera ignorante, en una etapa en la que, un pequeño y destructivo animal, debería convertirse en un pequeño ciudadano constructivo. Algunas veces se lo mima, pero frecuentemente se lo reprende. Es Ilevado de un lado a otro según los caprichos y el interés de los padres; lo mandan a la Escuela con un sentido de alivio de su parte, a fin de mantenerlo ocupado para que no moleste. En la escuela se halla con frecuencia bajo el cuidado de una persona joven o ignorante, aunque bien intencionada, cuya tarea consiste en enseñarle los rudimentos de la civilización -cierta actitud superficial, modales que regirán sus relaciones en el mundo de los hombres, leer, escribir sumar, restar, conocimientos rudimentarios de historia, geografía y una pequeña preparación sobre gramática y composición.
Por lo tanto, a esta altura de su vida el daño ya está hecho y las formas que puede adoptar más tarde la educación desde los once años en adelante, carecen de importancia, porque ya se ha iniciado una orientación, se ha establecido una actitud (generalmente defensiva y en consecuencia inhibitoria) y se ha impuesto una forma superficial de conducta, que no están basadas en la realidad de correctas relaciones. La verdadera persona que reside en cada niño -efusivo, extravertido, bien intencionado, como son la mayoría de los niños durante la infancia- se ha visto obligada a ser introvertida y a ocultarse detrás de una caparazón externa, que la costumbre o la enseñanza le han impuesto. Agreguen a esto la incomprensión de padres cariñosos, aunque superficiales pero bien intencionados, más un sinnúmero de pequeñas tragedias en su relación con los demás, y resultará evidente que la mayoría de los niños tienen un mal comienzo e inician la vida fundamentalmente con grandes desventajas. El daño causado a los niños en esa edad plástica y dócil, es a menudo irremediable y responsable de gran parte del dolor y sufrimiento de su vida futura. Entonces, ¿qué se puede hacer? Además de los acercamientos técnicos que delineé en la primera parte de este libro. ¿Qué pueden hacer los padres y los educadores?
Primeramente y sobre todo, debe proporcionársele al niño un clima en que puedan florecer y surgir ciertas cualidades.
1. Un ambiente de amor en el que el temor desaparezca. y el niño se dé cuenta que su timidez, reserva y cautela, no tienen razón de ser; un clima en el que reciba un trato cortés de parte de los demás, esperándose de él ese mismo trato. Esto en verdad es raro de encontrar en las aulas o en el hogar. Esta atmósfera de amor no es una formulación emocional o sentimental; se basa en la comprensión de las potencialidades del niño como individuo, en el sentido de verdadera responsabilidad, libertad de prejuicios, antagonismos raciales y, por sobre todo, en una ternura despertada por la compasión. Ésta se funda en el conocimiento de las dificultades de la vida, en una sensibilidad hacia la respuesta afectuosa y normal del niño, y en la inteligencia de que el amor siempre extrae lo mejor que hay en el niño y en el hombre.
2. Un ambiente de paciencia en el que el niño pueda convertirse, normal y naturalmente, en un buscador de la luz del conocimiento, donde esté seguro de encontrar siempre una contestación inmediata a su demanda y una respuesta cuidadosa a todas sus preguntas, y donde no exista la urgencia del tiempo. La naturaleza del niño se tuerce por la precipitación y el apresuramiento de aquellos con quienes se halla forzosamente ligado. No tienen tiempo para instruirlo y responder a sus pueriles aunque muy importantes preguntas; por eso el factor tiempo llega a ser una amenaza para su correcta evolución, y lo Ileva eventualmente a una vida de evasión y falsas perspectivas. Su norma de valores se deforma cuando ve la impaciencia que le demuestran aquellos con quienes vive. La impaciencia de quienes lo rodean y de los que depende tan patéticamente el niño, siembra las semillas de la irritabilidad, y un número mayor de vidas de las que podemos imaginar están arruinadas debido a ello.
3. Un ambiente de actividad ordenada en el que el niño pueda aprender los primeros rudimentos de la responsabilidad. Los niños que nacen en esta época se beneficiarán con este nuevo tipo de educación porque están al borde de ser conscientes del alma. Una, de las primeras señales de ese contacto con el alma o ego, es un rápido desarrollo del sentido de responsabilidad. Esto debería tenerse muy en cuenta, porque el hacerse cargo de pequeños deberes y compartir responsabilidades (que siempre conciernen a alguna forma de relación grupal) es un factor poderoso que determina el carácter del niño y su futura vocación.
4. Un ambiente de comprensión donde el niño esté siempre seguro de que serán aceptados los motivos y razones de sus actos, y sus mayores comprenderán la naturaleza, de sus impulsos, aunque no siempre aprueben sus actividades o acciones. Muchas de las cosas que el niño hace no son dañinas ni intencionalmente malas. Es impulsado, con frecuencia, por un frustrado espíritu inquisitivo o el deseo de desquitarse por alguna injusticia (debido a la falta de comprensión de los adultos respecto a los actos del niño), o por la incapacidad de emplear el tiempo debidamente (porque la voluntad directriz en esta edad es a menudo totalmente pasiva, y no dejará de serlo hasta que la mente empiece a actuar), y por el deseo de llamar la atención -deseo necesario en el desarrollo de la autoconciencia, lo que requiere comprensión y orientación muy cuidadosa.
Los adultos son quienes fomentan en el niño un temprano e innecesario sentido de culpa, de pecado y de maldad. Se da demasiada importancia a las cosas pequeñas que en realidad no encierran maldad, pero fastidian en tal forma al padre o educador, que el verdadero sentido del mal (el de no mantener correctas relaciones con el grupo) se pasa por alto. No tienen importancia alguna las numerosas, pequeñas e insignificantes cosas que se le achacan al niño mediante la constante reiteración de "no hagas " y el empleo de la palabra malo –actitud basada mayormente en el fracaso paterno para comprender al niño y tenerlo ocupado. Si estos aspectos de Ia vida del niño se manejan correctamente, entonces las verdaderas cosas malas, el infringimiento a derechos de los demás, los abusos del deseo individual sobre las necesidades del grupo y el daño o perjuicio causado a otros para lograr ventajas personales, lo verá en su exacta dimensión y a debido tiempo. Entonces la voz de la conciencia, que es el susurro del alma, no se apagará, ni el niño será un antisocial; pero llegará a serlo si no encuentra comprensión, porque tampoco éI podrá comprender, o si las circunstancias le exigen demasiado.
Se podría preguntar, después de haber estudiado los cuatro tipos de ambiente considerados como pasos esenciales preliminares para la nueva educación: En este caso, ¿cómo se consideran el instinto heredado y la inclinación normal basada en la etapa de evolución y en las tendencias del carácter, determinados por las fuerzas de rayo y las influencias astrológicas?
No he hecho hincapié sobre ello, aunque los reconozco como factores formativos que merecen atención, porque he estado considerando la innecesaria y vasta acumulación de dificultades que se le imponen, que no son innatas ni verdaderamente características del niño, pero sí el resultado de su medio ambiente, del fracaso de su círculo familiar y de los agentes educativos existentes para ayudarlo a adaptarse a la vida y su época. Cuando se lo maneje inteligentemente desde la infancia; cuando se lo considere la preocupación más importante de sus padres y maestros (porque el niño es el futuro en embrión), y cuando al mismo tiempo se le enseñe al sentido de proporción por medio de su correcta integración al pequeño mundo del cual forma parte, veremos surgir claramente las principales dificultades, las tendencias básicas de su carácter y las fallas de su equipo, las cuales permanecerán ocultas hasta el período de la adolescencia, debido a los insignificantes errores cometidos, evasivas y pequeños complejos latentes, impuestos por otros, y que no formaban parte de su bagaje al nacer. Tales dificultades podrán manejarse en forma clara, contrarrestarse tendencias básicas indeseables, mediante la sabiduría del educador, más la comprensión y la colaboración del niño Entonces el niño comprenderá por que a su vez será comprendido y, en consecuencia, no sentirá temor.
Formulemos ahora un plan más extenso para la futura educación de los niños del mundo. Hemos visto que a pesar de los procedimientos universales educativos y de los numerosos centros de enseñanza de todos los países, aún no hemos logrado dar a los jóvenes la clase de educación que les permitirá vivir plena y constructivamente. El mundo de la educación se ha ido desarrollando progresivamente sobre tres líneas principales que, partiendo de Oriente, culminan hoy en Occidente. Por supuesto me refiero a los últimos dos o tres mil años. En Asia se ha dado, durante siglos, un intenso entrenamiento a determinados individuos cuidadosamente seleccionados, ignorando completamente a las masas. Únicamente Asia ha producido esas figuras descollantes que aún hoy son objeto de veneración universal Lao Tsé, Confusio, Budha, Shri Krishna y Cristo. Estos han dejado su impronta sobre millones de seres, y aún lo continúan haciendo.
En Europa se ha concentrado la atención de la educación sobre unos pocos grupos privilegiados, a los que se les da un entrenamiento cuidadosamente planeado; en cambio sólo se enseña a las masas los rudimentos indispensables del saber. Esto ha producido periódicamente épocas culturales importantes, tales como el período Isabelino, el Renacimiento, los poetas y escritores de la época Victoriana, los poetas y músicos de Alemania, así como las agrupaciones de artistas cuya memoria se perpetúa en las escuelas italiana, holandesa y española.
Finalmente, en los países más nuevos del mundo, en los Estados Unidos, Australia y Canadá, se implantó la educación en masa, que fue en gran parte adoptada por el mundo civilizado. El nivel general de cultura fue muy bajo, pero el nivel de información masiva y la competencia, fue considerablemente muy elevado. Surge ahora la pregunta: ¿Cuál será, el próximo desarrollo evolutivo en el mundo de la educación?
Recordemos algo importante. Lo que la educación puede hacer, en su forma negativa, ya ha quedado bien demostrado en Alemania con la destrucción del idealismo, la implantación de relaciones y actitudes humanas erróneas y la exaltación de todo lo más egoísta, brutal y agresivo. Alemania nos ha probado que cuando los procesos de la educación están bien organizados y supervisados, planeados y engranados sistemáticamente en una ideología, son de un efecto poderoso, especialmente si se toma al niño desde una edad temprana y se lo priva de toda otra enseñanza, por un tiempo suficientemente prolongado. Recordemos al mismo tiempo que este poder puede actuar en dos sentidos, tanto para el bien como para el mal.
Es necesario comprender también que deben hacerse dos cosas: Primero, educar preferentemente a los menores de dieciséis años. (cuanto más jóvenes mejor), y segundo, utilizar los elementos que tenemos, aún cuando reconozcamos las limitaciones de los sistemas actuales. Debemos reforzar esos aspectos buenos y deseables, desarrollar las nuevas técnicas y actitudes que capacitarán al niño para una vida plena, haciéndolo verdaderamente humano, es decir, un miembro creador y constructivo de la familia humana. Lo mejor del pasado debe ser conservado, pero considerado sólo como el fundamento para establecer un sistema mejor y un acercamiento más inteligente a la meta de la ciudadanía mundial.
Sería de valor definir en este momento lo que puede ser la educación si está impulsada por la verdadera visión, y si responde a las necesidades mundiales percibidas y a las demandas de la época.
La educación es el entrenamiento dado inteligentemente, que permitirá a la juventud del mundo hacer contacto con su medio ambiente, en forma inteligente y sensata, y adaptarse a las condiciones existentes. Esto tiene hoy una importancia primordial, y es uno de los pilares que quedan de un mundo hecho pedazos.
La educación es el proceso mediante el cual el niño recibe la información para actuar como buen ciudadano y desempeñar después las funciones de padre inteligente. Deben tenerse en cuenta sus tendencias inherentes, sus atributos raciales y nacionales y tratar de agregar a eso el conocimiento que lo llevará a trabajar constructivamente en su mundo particular y a ser un ciudadano útil. La tendencia general de la educación deberá tener una orientación más sicológica que en el pasado, y el reconocimiento adquirido quedará de este modo sujeto a su situación peculiar. Todos los niños poseen cierto acervo que deberá enseñárseles a emplear y compartir con toda la humanidad sin tener en cuenta la raza o la nacionalidad. Por consiguiente, en el futuro los educadores deberán insistir sobre:
1. El desarrollo del control mental de la naturaleza emocional.
2. La visión o la capacidad de ver más allá de lo que es, hasta lo que debe ser.
3. El conocimiento heredado de los hechos, sobre lo cual puede construir la sabiduría del futuro.
4. La capacidad inteligente para manejar las relaciones y reconocer y asumir responsabilidades.
5. El poder para emplear la mente de dos maneras:
a. Como "sentido común" (dándole a esta palabra su antiguo significado), analizando y sintetizando la información suministrada por los cinco sentidos.
b. Como faro que penetra en el mundo de las ideas y la verdad abstracta. El conocimiento proviene de dos direcciones. Es el resultado del empleo inteligente de los cinco sentidos y se desarrolla al tratar de captar y comprender las ideas; ambos son complementados por la curiosidad y la investigación.
La educación deberá comprender tres procesos; los tres son necesarios para llevar a la humanidad al punto preciso de desarrollo:
Primero, es ante todo el proceso por el cual se adquiere el conocimiento de los hechos pasados y presentes, y luego se aprende a deducir y a extraer de este conjunto de informaciones, gradualmente acumuladas, lo que pueda ser de uso práctico en cualquier circunstancia. Este proceso involucra los puntos fundamentales de los sistemas educativos actúales.
Segundo, es el proceso mediante el cual se aprende la sabiduría como consecuencia del conocimiento, y se capta comprensivamente el significado que hay detrás de los hechos externos impartidos. Es el poder por el cual se aplica el conocimiento, de tal modo, que dé como resultado lógico una vida sensata y un comprensivo punto de vista, además de una conducta inteligente. Esto incluye también el entrenamiento para esas actividades especializadas que se basan en las tendencias innatas, en el talento o en el genio.
Finalmente, es el proceso por el cual se cultiva la unidad o sentido de síntesis. A los jóvenes del futuro se les enseñará a, pensar en relación con su grupo, familia y nación donde el destino los ha colocado. Se les enseñará también a pensar en términos de relaciones mundiales y a considerar a su nación en relación con otras. Esto incluye el entrenamiento para la ciudadanía, la paternidad y la comprensión mundial, lo cual es fundamentalmente psicológico y debería impartir cierta comprensión de parte de la humanidad. Cuando se conceda este tipo de entrenamiento tendremos hombres y mujeres cultos y civilizados, los cuales también poseerán la capacidad de seguir adelante (a medida que la vida pasa) hacia ese mundo de significados que subyace en el mundo de fenómenos externos, y comenzarán a ver los acontecimientos humanos dentro de los valores espirituales y universales más profundos.
La educación debe ser el proceso por el cual se enseña a la juventud a razonar de la causa al efecto; a conocer la razón de por qué ciertas acciones están sujetas inevitablemente a producir determinadas resultados; cómo se pueden determinar (dada cierta naturaleza emocional y mental, además de una determinada graduación sicológica) las tendencias definidas de la vida, y por qué ciertas profesiones y carreras proporcionan el correcto ambiente para evolucionar y un campo de experiencia útil y provechoso. En algunas escuelas y colegios se han llevado a cabo ciertos ensayos sobre este particular, en un esfuerzo para determinar las aptitudes sicológicas del niño o la niña, hacia ciertas vocaciones, esfuerzo que es aún obra de aficionados. Cuando se haga en forma más científica abrirá las puertas para el aprendizaje de las ciencias; otorgará significado e intención a la historia, a la biografía y a la enseñanza, evitando que los hechos sean una frívola información y el crudo proceso de ejercitación de la memoria de los métodos del pasado.
La nueva educación considerará al niño teniendo en cuenta su herencia, posición social, condiciones nacionales y medio ambiente, su capacidad mental y emocional individuales, y tratará de abrirle las puertas al mundo del esfuerzo, indicándole que las barreras aparentes que se oponen al proceso son únicamente acicates para renovados esfuerzos, tratando así de sacarlo (que es el verdadero significado de la palabra educar) de las condiciones que lo limitan, entrenándolo para que piense en términos de ciudadanía mundial constructiva. Progreso y más progreso es lo que se deberá recalcar.
El educador del futuro encarará el problema de la juventud desde el punto de vista de la reacción instintiva del niño, de su capacidad intelectual y de su potencialidad intuitiva. En la infancia y en los primeros grados de la escuela debe observarse y cultivarse el desarrollo de las reacciones instintivas correctas; en los grados superiores, en la enseñanza media o escuela secundaria, se acentuará el desarrollo intelectual y el control de los procesos mentales, mientras que en la universidad y en la enseñanza superior se fomentará el desarrollo de la intuición, la importancia de los ideales e ideas y el desenvolvimiento de pensamiento abstracto y de la percepción; este último aspecto se basará firmemente en el sólido cimiento intelectual anterior. Estos factores -instinto, intelecto e intuición- dan la tónica para tres instituciones escolares a través de las cuales deberá pasar todo joven y pasan actualmente muchos millares.
En el futuro, la educación utilizará la sicología más ampliamente que hasta ahora. Se observa una marcada tendencia en este sentido. Se investigará cuidadosamente la naturaleza física, vital, emocional y mental del niño, y se les dará una buena orientación a los incoherentes propósitos de su vida, enseñándosele a reconocerse como ente que actúa, siente y piensa. Así se le enseñará la responsabilidad del verdadero Yo que habita en el cuerpo.
Esto cambiará por completo la actitud de la juventud del mundo hacia su medio ambiente y fomentará desde la más temprana edad el reconocimiento de la parte que le toca desempeñar y la responsabilidad que debe asumir, y se comprobará que la educación es un método preparatorio para un futuro útil e interesante.
Por lo tanto, resulta cada vez más claro, que la futura educación podría definirse, en un sentido nuevo y más amplio, como la Ciencia de las Correctas Relaciones Humanas y de la Organización Social. Esto otorga un propósito relativamente nuevo a cualquier plan de estudios en vigencia, e indica no obstante, que nada de lo que se ha incluido hasta ahora debe excluirse, porque evidentemente debe existir un móvil mejor, y evitar una presentación nacionalista y egoísta. Por ejemplo, si la historia se presentara basada en las ideas rectoras que han hecho avanzar a la humanidad, y no en guerras agresivas y rapiñas internacionales nacionales, la educación se ocuparía entonces de la correcta percepción y utilización de las ideas, trasformarlas en ideales actos y aplicarlas como voluntad al bien, voluntad a la verdad y voluntad a la belleza. Así se producirá la tan necesaria alteración de los fines de la humanidad, de los actuales objetivos competitivos y materialistas, en quienes expresarán con más propiedad la Regla de Oro, que establecerá internacionalmente correctas relaciones entre los individuos, grupos, partidos, naciones y en todo el mundo.
La educación deberá ocuparse cada vez más de la vida en su totalidad y de los detalles del vivir cotidiano individual. Se desarrollará, capacitará, entrenará e impulsará al niño como individuo, enseñándole sus responsabilidades para con el todo y el valor de la contribución que puede y debe dar al grupo.
Quizás sea una trivialidad decir que la educación debería ocuparse necesariamente de desarrollar la capacidad de razonar del niño y no dedicarse especialmente, como en la actualidad, a entrenar la memoria y a recordar mecánicamente hechos, fechas informaciones sin relación entre sí y mal asimilados. La historia del desarrollo de las facultades perceptivas del hombre, bajo distintas condiciones raciales y nacionales, es de profundo interés. Las figuras descollantes de la historia, de la literatura, del arte y de la religión, se estudiarán ciertamente desde el punto de vista del esfuerzo realizado y de la influencia buena o mala que ejercieron en su época; además se considerará la calidad y el propósito de su orientación. Así el niño absorberá una apreciable información histórica respecto a la actividad creadora, al idealismo y a la filosofía, no sólo con máxima facilidad, sino que producirá un efecto permanente sobre su carácter.
Se procurará que el niño ponga atención en la continuidad del esfuerzo, en los efectos que ha producido la tradición, la civilización antigua, los acontecimientos buenos y malos y la acción recíproca de los diversos aspectos culturales en ella, descartándose la información estéril, las fechas y los nombres. Así todas las ramas del conocimiento humano podrán vivificarse y alcanzar un nuevo nivel de utilidad constructiva. Existe ya una definida tendencia en esta dirección, lo cual es bueno y saludable. El pasado de la humanidad como fundamento de los acontecimientos actuales, y el presente como factor determinante del futuro serán reconocidos cada vez más, y de este modo se efectuarán grandes y necesarios cambios en toda la sicología humana.
La aptitud creadora del ser humano debe también recibir mayor atención en la nueva era; se estimulará al niño para que realice un esfuerzo individual que convenga a su temperamento y capacidad. Así se lo inducirá a que contribuya con la parte de belleza que es capaz de dar al mundo, y con el correcto pensar y lo que pueda aportar á la totalidad del pensamiento humano; se alentará al niño para que investigue, dándosele acceso al mundo de la ciencia. Detrás de la aplicación de estos incentivos se hayan los móviles de la buena voluntad y de las correctas relaciones humanas.
Finalmente, la educación planteará la hipótesis de la existencia del alma en el hombre, como el factor interno que produce lo bueno, lo verdadero y lo bello. La expresión creadora y el esfuerzo humanitario tendrán, por lo tanto, una base lógica. Esto no se hará mediante un planteamiento teológico o doctrinario como ocurre en la actualidad, sino mediante la presentación del problema para ser investigado, como un esfuerzo para responder a las siguientes preguntas: ¿ Qué es el hombre? y ¿cuál es su propósito intrínseco en el esquema de las cosas? Se deberá estudiar la vivencia de la influencia y del propósito definido que existe detrás de la aparición constante de los conductores mundiales espirituales, culturales y artísticos, surgidos a través de las épocas, cuyas vidas serán objeto de investigación, tanto histórica como sicológica. Esto mostrará a la juventud del mundo en toda su amplitud, el problema relacionado con los conductores y los móviles que los han guiado. En consecuencia, la educación será dada en forma que despierte el interés, el logro y la posibilidad humanos, y se hará dé tal modo que la mente del estudiante no sólo se enriquezca con los hechos históricos y literarios, sino que su imaginación se ilumine y su ambición y aspiración despierten en dirección verdadera y correcta; se pondrá también de relieve el esfuerzo humano realizado en el pasado, pero bajo una perspectiva más auténtica; entonces el futuro se abrirá ante él como un llamado a su esfuerzo individual y a su contribución personal.
Lo que acabo de decir no implica en modo alguno una acusación a los métodos del pasado, excepto hasta donde el mundo es en sí mismo actualmente una acusación; tampoco constituye una visión impráctica o una esperanza mística, basadas en un anhelo. Se refiere a una actitud hacia la vida y hacia el futuro, que muchos miles de personas sustentan hoy en día, y entre ellas se encuentran muchos, pero muchos educadores en todos los países.
Son evidentes los errores y los equívocos de las antiguas técnicas, pero no hay que perder el tiempo recalcándolos ni acumulando ejemplos. Lo que se necesita es una comprensión de la oportunidad inmediata, más el reconocimiento de que el cambio requerido en los objetivos y en los métodos llevará mucho tiempo. Tendremos que entrenar a nuestros educadores en forma distinta, aunque se perderá mucho tiempo buscando a tientas nuevos y mejores métodos, preparando los nuevos textos y buscando hombres y mujeres a quienes se les pueda inculcar la nueva visión y quieran trabajar para la nueva civilización. He tratado solamente de recalcar los principios, reconociendo que muchos de ellos no son nuevos, pero es necesario que se les dé un nuevo énfasis. He procurado hacerles ver que éste es el momento oportuno, porque todo debe ser reconstruido, pues todo ha sido destruido en gran parte del mundo. La guerra nos ha demostrado que no hemos sabido enseñar correctamente. En consecuencia, debe elaborarse un sistema de educación mejor que el actual, que presente a la humanidad la posibilidad de vivir de tal manera que se derriben las barreras existentes, desaparezcan los prejuicios y se le dé un entrenamiento al niño en desarrollo, que lo capacite para vivir en armonía y buena voluntad con los demás hombres cuando alcance su mayoría de edad. Esto puede hacerse si se cultiva la paciencia y la comprensión, y si los educadores se dan cuenta de que "donde no hay visión los pueblos perecen".
Un sistema internacional de educación que surgiera de conferencia de educadores dotados de amplitud mental, con autoridades educativas y representativas de todos los países, constituye hoy una apremiante necesidad y sería un factor de éxito para conservar la paz mundial. Ya se ha hecho algo en ese sentido y, en la actualidad, grupos de educadores se reúnen para discutir la conformación de un mejor sistema de educación que garantice la enseñanza de la verdad en forma imparcial y sin prejuicios, a los niños de las distintas naciones (empezando por los millones que actualmente demandan ser educados). La democracia mundial tomará forma cuando todos los hombres se consideren iguales, cuando se enseñe a las niños y a las niñas que no tiene importancia si un hombre es asiático, americano, europeo, británico, judío o gentil, sino que cada uno tiene un trasfondo histórico y una historia que le permite contribuir con algo al bien de la totalidad, y cuyo requisito principal consiste en adoptar una actitud de buena voluntad y constante esfuerzo para fomentar correctas relaciones humanas. La Unidad Mundial será un hecho cuando se enseñe a los niños del mundo que las diferencias religiosas son en su mayor parte una cuestión de nacimiento; que si un ser humano nace en Italia será probablemente católico romano; si nace entre judíos seguirá las enseñanzas judaicas; si nace en Asía es probable que sea mahometano, budhista o que pertenezca a alguna de las sectas indúes; si nace en otros países puede ser protestante, y así sucesivamente. Aprenderá que la mayoría de las diferencias en materia religiosa son mayormente el resultado de las polémicas originadas por las distintas interpretaciones humanas de la verdad. De este modo, gradualmente, nuestras reyertas y diferencias serán contrarrestadas y suplantadas por la idea de la Humanidad Una.
Debe ponerse el mayor cuidado cuando se seleccione y entrene a los educadores del futuro. Se tendrá muy en cuenta la capacidad mental y el conocimiento del tema especial al cual se dediquen, pero más importante aún que todo eso será no tener prejuicios y ver a todos los hombres como miembros de una gran familia. El educador del futuro deberá tener un mayor entrenamiento psicológico que el educador actual. Además de impartir la enseñanza escolar común deberá darse cuenta que su tarea principal consiste en despertar en sus estudiantes el verdadero sentido de responsabilidad, no importa lo qué tenga que enseñar -historia, geografía, matemáticas, idiomas, las diversas ramas de la ciencia o la filosofía-, todo lo debe relacionar a la Ciencia de Correctas Relaciones Humanas, tratando de darle una perspectiva más real a la organización social, que en el pasado.
Cuando la juventud del futuro -aquellos que se están educando con los principios propuestos- sea civilizada y culta- y responda a la ciudadana mundial, tendremos un mundo de hombres despiertos, creadores y poseedores de un verdadero sentido de los valores, con una perspectiva sólida y constructiva sobre los asuntos mundiales. Realizar todo esto llevará mucho tiempo, pero no es imposible, la historia misma lo ha probado.
Sin embargo, sólo se necesita sentido común para darse cuenta, que esta integración no es posible para todos los estudiantes que pasan por las manos de nuestros educadores. No obstante, todos, sin tener en cuenta su capacidad inicial, pueden ser entrenados en la Ciencia de Correctas Relaciones Humanas, para responder de este modo al objetivo principal de los futuros sistemas de educación. Por todas partes se ven indicios de esto, pero todavía no se insiste lo bastante cuando se entrena a los educadores o se trata de influenciar a los padres. Mucho han hecho los grupos de hombres iluminados de todos los países, y lo han hecho a medida que estudiaban los requisitos de la ciudadanía realizaban investigaciones relacionadas con las correctas relaciones sociales (comunales, nacionales e internacionales), patrocinadas por las numerosas organizaciones que tratan de dar a las masas humanas un sentido de responsabilidad hacia la felicidad y el bienestar humanos. Sin embargo, la verdadera tarea que realizan en este sentido debe comenzar desde la infancia, para que la conciencia del niño (tan fácil de ser dirigida) pueda, desde sus primeros días, asumir una actitud altruista frente a sus compañeros. Esto puede comenzarse sencillamente si los padres lo desean, y llevarse a cabo progresivamente si los padres y educadores practican en su propia vida lo que enseñan. Llegará el momento en que, de acuerdo a estas condiciones, en el período final de la adolescencia se precipitará una necesaria y planeada crisis en la vida del joven; entonces se estabilizará la forma particular en que el destino ordena cumplir con su tarea y establecer correctas relaciones por medio del servicio vocacional.
Lo que debe hacerse ahora es construir el puente -un puente entre lo que existe hoy y lo que podrá existir en el futuro-. Si durante los próximos ciento cincuenta años desarrollamos la técnica de eliminar las numerosas divisiones que existen en la familia humana, y contrarrestar los odios raciales y las actitudes separatistas de las naciones y pueblos, habremos logrado complementar un mundo donde serán imposibles las guerras y la humanidad se verá a sí misma como una sola familia y no como un conglomerado agresivo de numerosas naciones y pueblos que compiten entre sí y fomentan prejuicios y odio. Como hemos visto, tal es la historia del pasado. Hoy el hombre ha evolucionado, de un animal aislado que era, impulsado sólo por el instinto de la autoconservación, la comida y la procreación, pasando por las etapas de la vida familiar, la vida de tribu, la vida nacional, hasta llegar a un punto en que puede captar un ideal aún más amplio -la unidad internacional o el buen funcionamiento de la Humanidad Una. Este creciente idealismo se está abriendo camino hacia el primer plano de la conciencia humana, a pesar de todas las enemistades separatistas, y es en gran parte responsable del gran caos actual y de que se hayan organizado las Naciones Unidas. Ha producido las ideologías contradictorias que buscan expresarse mundialmente, y ha sido causa también de la dramática aparición de los así llamados salvadores nacionales, profetas, trabajadores mundiales, idealistas, oportunistas, dictadores, investigadores, filántropos. Estos idealismos antagónicos son signos saludables, estemos o no de acuerdo con ellos; especulan definidamente con la demanda humana (urgente y justa) por obtener mejores condiciones, más luz, comprensión y colaboración, mayor seguridad, paz y abundancia, en vez del terror, el temor y el hambre.
Es difícil para el hombre moderno concebir una época en que no exista en el pensamiento humano conciencia racial, nacional, o religión separatista. Le fue igualmente difícil al hombre prehistórico concebir una época en que predominara un pensamiento nacionalista, y esto es algo digno de ser recordado. Está muy lejana la época en que la humanidad piense en términos universales, pero el hecho de que podamos hablar de ello, desearlo planearlo, es la garantía más segura de que no es imposible. La humanidad ha evolucionado siempre de una etapa de iluminación a otra y de una gloria a otra. Actualmente nos encaminamos hacia una civilización mucho mejor que la que el mundo a conocido, y hacia condiciones que aseguren una humanidad mucho más feliz, la cual verá el fin de las diferencias nacionales y sociales (basadas en la herencia y posición económica), que asegurarán una vida más plena y rica para todos.
Evidentemente deberán transcurrir muchas décadas antes de que sea posible tal estado de cosas -pero serán décadas y no siglos, siempre que la humanidad aprenda la lección de las guerras, impida que los grupos reaccionarios y conservadores de todas las, naciones hagan retroceder la civilización a los antiguos y malos moldes. Esto puede comenzarse inmediatamente. La sencillez debe ser nuestra consigna, porque la sencillez eliminará nuestra antigua forma materialista de vivir.
La buena voluntad colaboradora es, seguramente, la primera idea que debe presentarse a las masas y enseñarse en nuestras escuelas como garantía de una nueva y mejor civilización. La comprensión amorosa, aplicada inteligentemente, debe ser la característica de los grupos cultos e inteligentes, a la cual debe, agregarse el esfuerzo, de su parte, para relacionar el mundo de significados con el mundo de los esfuerzos externos, en bien de las masas. La ciudadanía mundial como expresión de buena voluntad y de comprensión, debe ser la meta de los iluminados de todas partes y el signo característico del hombre espiritual; en estas tres expresiones se hallan establecidas las correctas relaciones entre la religión, la educación y la política.
El trabajo que se está realizando ahora es definitivamente transitorio y por lo tanto sumamente difícil. Implica el proceso de unir lo viejo con lo nuevo, y presentaría dificultades insuperables si no fuera por el hecho de que las dos generaciones futuras traerán consigo almas capaces de resolver el problema. Respecto a este hecho, los que se ocupan del sistema o de la situación educacional y que están confundidos por la perspectiva que tienen ante sí y la tarea de acercarse a las posibilidades deseadas, no deben tener desconfianza. La claridad mental, el amor y el verdadero sentido de la contemporización (observen esta frase) serán muy útiles para establecer los fundamentos necesarios y mantener totalmente abierta la puerta hacia el futuro. En este período intermedio tiene lugar un proceso equilibrador, al cual el educador moderno debe prestarle la debida atención.
Quizás pueda indicarles la naturaleza de este proceso. Ya he dicho aquí y en otros escritos, que el alma se arraiga en dos lugares del cuerpo.
1. Existe un hilo de energía, al que llamamos aspecto vida o espíritu, introducido en el corazón. Como bien se sabe utiliza la corriente sanguínea como agente distribuidor y, por medio de la sangre, la energía vital lleva el poder regenerador y la energía coordinadora a todo el organismo físico, para la conservación del cuerpo.
2. Existe otro hilo de energía, Ilamado el aspecto conciencia, o la facultad de conocimiento que posee el alma, introducido en el centro de la cabeza. Controla el mecanismo de respuesta llamado cerebro, mediante el cual dirige la actividad y produce la sensibilidad en todo el cuerpo a través del sistema nervioso.
Estos dos factores de energía que los seres humanos conocen como vida y conocimiento, o como energía viviente e inteligencia son los dos polos del ser. Su tarea consiste en desarrollar el aspecto medio o equilibrador, que es amor o relación grupal, a fin de que el conocimiento pueda ser subordinado a la necesidad y a los intereses del grupo, y que la energía viviente pueda ser dedicada consciente e intencionadamente a todo el grupo. Si esto se hace se logrará un verdadero equilibrio que sólo será posible cuando se reconozca que el Camino del Servicio es una técnica, científica para alcanzar este equilibrio. Por consiguiente, los educadores deben tener presente tres cosas en el actual período de transición:
1. Reorientar el conocimiento, el aspecto conciencia o sentido de percepción del niño, de tal modo que comprenda desde la infancia que todo lo que se le ha enseñado o se le enseña, tiene por finalidad procurar el bien de los demás antes que el propio. Por lo tanto se lo entrenará para que sea definidamente progresista. La información sobre el pasado histórico de la raza será dada enfocándola desde el punto de vista del desarrollo de la conciencia racial, y no desde el punto de vista de las conquistas materiales o de aquellas obtenidas por la agresión, como sucede ahora. Como el niño relaciona mentalmente el pasado con el presente, se procurará desarrollar, en los distintos aspectos de su vida y en los diversos planos, su capacidad para correlacionar, unificar y construir el puente.
2. Enseñarle que la vida que siente palpitar en sus venas es sólo una pequeña parte de la vida total que palpita en todas las formas, en todos los reinos de la naturaleza, en todos los planetas y en el sistema solar. Sabrá así que comparte la vida con todo lo que existe, y que tenemos en todas partes una verdadera "hermandad consanguínea". Por lo tanto, al comienzo de su vida se le puede enseñar lo que es relación, porque el niño es capaz de reconocerlo más rápidamente que el adulto, al cual se lo ha entrenado con métodos antiguos. Cuando ambos objetivos -responsabilidad y relación- se inculquen en el niño desde la infancia, se logrará con mayor facilidad el tercer objetivo de la nueva educación.
3. La unificación consciente del impulso vital y el anhelo de saber, conducirán oportunamente a una actividad planeada. Esta actividad consiste en prestar servicio que a su vez otorgará al niño, a quien se le ha enseñado a practicarlo, tres cosas:
a. Servir como agente directriz desde Ios primeros años a lo cual indicará su vocación y sus tendencias, ayudándolo así a la elección de la carrera a seguir.
b. Extraer lo mejor que hay en el niño, lo cual lo convertirá en un radiante centro magnético en el lugar en que se encuentren y le permitirá atraer hacia sí a quienes puedan ayudarlo, o puedan ser ayudados por él, y a quienes puedan servirlo o el a su vez pueda servirlos mejor.
c. Hacer de él un cabal creador, que lo capacitará para hilar ese hilo de energía que al agregarse al hilo de la vida y al de la conciencia, unirá la cabeza , el corazón y la garganta, en un todo unificado y activo.
Cumplir los tres requisitos mencionados constituirá el primer paso (realizado en escala racial) hacia la construcción del antakarana o puente, entre :
1. Los diversos aspectos de la naturaleza forma.
2. La personalidad y el alma.
3. El hombre y los demás seres humanos.
4. El hombre como miembro de la familia humana y su mundo circundante.
De todo esto se deducirá que la educación deberá ocuparse fundamentalmente de las relaciones e interrelaciones, de la construcción del puente o la eliminación de las separaciones, y del restablecimiento de la unidad o síntesis. El establecimiento de la ciencia de las Correctas Relaciones es el paso inmediato en el desarrollo mental de la raza y la principal actividad d nueva educación.
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