La Frontera Chaco-Salteña desde una perspectiva geográfica y antropológica
Enviado por fernandobonfanti
La identidad en un área de contacto interprovincial
- Resumen
- Frontera e identidad: desde una perspectiva geográfica y antropológica
- La región
- Consideraciones generales del límite trazado entre Salta y Formosa
- Trazado de límite entre el territorio nacional del Chaco y la provincia de Salta
- El proceso de ocupación del espacio
- La población y las actividades económicas en el área de estudio
- Conclusión
- Referencias bibliográficas
- Bibliografía
El presente trabajo de investigación tiene como objetivo identificar las problemáticas que encierran los espacios denominados Fronteras, específicamente en la frontera Chaco-salteña, con el fin de conocer sus características culturales y socio-económicas.
Comenzamos considerando que un rasgo distintivo de las áreas de fronteras es imaginarlas como espacios complejos donde interactúan constantemente pueblos con marcadas diferencias culturales, económicas y sociales, que le transfieren actividades propias.
Y en donde la convivencia cotidiana no se traduce necesariamente para la población local en una identificación compartida o "identidad fronteriza", sino que la propia dinámica de la interacción cotidiana puede plantear roces y conflictos.
El presente trabajo denominado "La Frontera", está encuadrado dentro del marco de la cátedra Introducción a las Ciencias Antropológicas, y tiene como objetivos específicos: La fundamentación de los criterios utilizados por la Antropología y la Geografía para determinar una frontera; la identificación de las problemáticas que encierran los espacios denominados Fronteras; y posteriormente, la aplicación de estos conocimientos teóricos- metodológicos a la frontera Chaco-salteña con el fin de conocer las características socio-económicas y culturales, y las problemáticas fronterizas propias de dicha región.
La metodología de trabajo se ha realizado en base a las siguientes actividades:
- Búsqueda bibliográfica y estadística referida a la temática Frontera, propuesta por la cátedra.
- Elaboración del marco teórico teniendo en cuenta la bibliografía consultada.
- Delimitación del espacio de estudio circunscripto entre los departamentos Rivadavia (Salta); Matacos y Ramón Lista (Formosa) y General Güemes y Almirante Brown (Chaco).
- Elección de la cartografía en escala 1:3.000.000
- Normalización de la información estadística para la confección de gráficos de análisis que permitan visualizar y establecer diferenciaciones referentes a la organización socio-económica de la población.
- Representación cartográfica del área de estudio.
- Elaboración del informe final.
Finalmente, es importante aclarar que para una mejor comprensión del espacio objeto de estudio el trabajo ha sido dividido en tres partes: 1) "Frontera e Identidad: desde una perspectiva geográfica y antropológica"; 2) El proceso de ocupación del área en estudio y 3) Las actividades económicas y humanas de la región.
1° PARTE
"FRONTERA E IDENTIDAD: DESDE UNA PERSPECTIVA GEOGRÁFICA Y ANTROPOLÓGICA"
Para poder abordar la temática de este trabajo es importante señalar que, desde nuestra perspectiva disciplinar, espacio y tiempo constituyen los dos conceptos básicos a partir de los cuales podemos analizar toda organización territorial.
El espacio es concebido como una expresión y parte constitutiva de los procesos sociales, por lo tanto es un producto de la acción humana materializada en formas u objetos geográficos. Es decir que el espacio constituye una realidad objetiva, un producto social en permanente proceso de transformación.
Al mismo tiempo el espacio entra en los procesos sociales dándole especificidad, en función de su propia particularidad. La posición, el sitio y las formas naturales, interactúan con el proceso social, dando lugar a realidades específicas, a procesos sociales concretos y a organizaciones territoriales particulares.
Un espacio geográfico concreto en un momento dado y con límites precisos, constituye un territorio. Es un área delimitada sobre la que se ejerce una acción de apropiación. La delimitación cumple la función de demarcación del ámbito de acción para "afectar, influenciar y controlar personas, fenómenos y relaciones".
Entonces territorio implica posesión, uso y control. La posesión está definida por un límite preciso, por una línea demarcatoria que constituye una forma simbólica de comunicar a los demás la posesión de una porción de la superficie terrestre, ya que ella no es tangible ni observable en el territorio, pero existe. Pero eso no es frontera, ya que el límite político-administrativo que separa las tres provincias en estudio es solo una línea convencional, por lo tanto no puede ser habitada. Por el contrario la frontera, ocupa una franja y constituye un área que puede o no estar poblada y en donde se desarrollan algunas actividades de intercambio.
La convivencia cotidiana en una zona fronteriza no se traduce necesariamente para la población local en una identificación compartida, en una "identidad fronteriza", sino que la propia dinámica de la interacción cotidiana plantea en muchos casos, por el contrario, un crecimiento de los roces y los conflictos.
Un rasgo distintivo de las fronteras o áreas de fronteras es considerarlas como espacios complejos donde interactúan constantemente pueblos con marcadas diferencias culturales, económicas y sociales, que le transfieren actividades propias no fáciles de ser evaluadas u ordenadas por los poderes centrales bajo cuya jurisdicción se hallan.
Edmund Leach afirma que, los habitantes de zonas cercanas tenderán a mantener relaciones mutuas sin importar sus atributos culturales. Dentro de esas relaciones que atraviesan las fronteras culturales se encuentra implícita una estructura social; y es que justamente "el mantenimiento y la insistencia en la diferencia cultural puede convertirse en una acción ritual que manifiesta las relaciones sociales".
Desde la perspectiva de la geografía política interesa específicamente dos tipos de fronteras; aquellas que representan límites en la relación entre el hombre y el medio físico y aquellas que reflejan la línea de contacto entre sociedades en un momento. La frontera política representa un límite coyuntural histórico, o lo que es lo mismo, un momento del equilibrio dinámico del proceso histórico. (Joan-Eugeni Sánchez, 1992: 174)
"Las zonas de fronteras son espacios donde el Estado y sus instituciones intentan imponer su control político e ideológico; son zonas que definen la pertenencia y/o exclusión de los grupos. La frontera es el límite territorial de la Nación (o de una provincia en este caso) y es donde emerge lo regional y confluye lo transnacional". En el caso particular de nuestro país los grupos indígenas han sido empujados a las zonas de frontera, es decir a aquellas zonas consideradas como territorios "vacíos", con ecologías y economías precarias.
El concepto de frontera se aplica a aquel tipo de límites móviles, que pueden ser ultrapasados o modificados, en la medida en que se espera que pueda ser superado por algún miembro de la especie humana. En este sentido la frontera muestra la situación correspondiente a un momento dado, ya que puede haber sido distinta en el pasado, o serlo en el futuro. La difusión o la conquista territorial serán mecanismos modificadores de límites fronterizos.
Si consideramos las relaciones sociales, tal como lo afirma Fredrik Barth, puede hacerse un análisis de la frontera en sentido metafórico. En este sentido, el autor señala que las fronteras son situacionales y no primordiales, y que la etnicidad puede ser mejor comprendida si se la analiza como una cuestión de organización social. Todos estos aspectos pueden claramente aplicarse al análisis de la "frontera" existente entre el sector oeste de las provincias de Formosa y Chaco y el este salteño, ya que esas fronteras no son naturales ni esenciales, son producto de acuerdos históricos que surgieron de relaciones de fuerza entre lo que anteriormente eran Territorios Nacionales (específicamente Chaco y Formosa) y su relación con las poblaciones locales; así, las identificaciones diferenciales que surgen y se negocian en la frontera no son producto de una "realidad anterior" de pueblos étnicamente homogéneos, sino que se vinculan a intereses de poblaciones locales y a sus necesidades de organización social; los "rasgos" culturalmente compartidos con los otros ciudadanos que habitan esos espacios que los diferencian de localidades de provincias vecinas o, por el contrario, los compartidos con la localidad cercana que los diferencian del resto de los ciudadanos de su propia provincia, podrán ser acentuados en diferentes circunstancias históricas en relación a contextos e intereses específicos.
En el espacio fronterizo existente entre los departamentos en estudio habitan distintos grupos sociales, con diferentes culturas, tal es el caso de tobas, matacos, wichis, entre otros; lo cual nos lleva a considerar el concepto de Identidad. Ésta se define como el efecto de significación que producen determinados mensajes en su circulación. A fin de explicitar esto será necesario desarrollar las cualidades que requiere ese mensaje para llegar a producir ésta significación.
Uno de los elementos que está presente en la caracterización es el grupo social por donde transita el mensaje; por lo tanto todo grupo queda configurado por el mensaje y se extiende hasta donde circula el mismo. Por lo tanto no se determina a priori por la localización geográfica de los actores, ni por la capacidad adquisitiva que tengan, ni por los condicionamientos que genere la estructura socio-económica, y ni tampoco por el origen étnico de sus integrantes. Como todo grupo social interactúa con otros y en ésta interacción construye simbólicamente la imagen que tiene de sí mismo y de los otros con los que está relacionado. A su vez, cada uno de estos grupos está inserto en un ámbito físico y social, y sobre ellos repercuten el contexto histórico y los requerimientos del sistema social que los engloba.
Por lo tanto la identidad cultural se refiere a la especificidad de los rasgos culturales que caracterizan a un grupo. Por ejemplo la lengua afirma la identidad étnica porque hace que los grupos se diferencien y al mismo tiempo que se identifiquen.
Dentro de nuestro espacio de estudio existen diferentes áreas o regiones resultante de los heterogéneos procesos geohistóricos que se han dado sobre ellas.
Profundizando el contenido de lo que se entiende por una región, se puede decir que se corresponde con aquella superficie sobre la cual domina un género de vida funcionalmente coherente, entendiéndose por género de vida la relación histórica resultante de la interacción entre el medio físico y biológico, y la vida del hombre. Se trataría de un área en la cual la naturaleza pone los elementos y el hombre, en su historia, los organiza.
Es conveniente aclarar que la región es el producto de una generalización geográfica de aquellos factores más relevantes o dominantes de un área, su identidad radica en un cierto grado de homogeneidad relativa o funcionalidad coherente.
Si el estado– región es considerado como un objeto cambiante, que se expande o retrotrae de acuerdo a los juegos de fuerzas que actúan interna y externamente, es primordial comprender la función que en ese esquema cumplen las fronteras.
La problemática de las definiciones fronterizas ha dejado de apoyarse en meras consideraciones de orden natural, para convertirse en el complejo estudio de relaciones políticas, étnicas, administrativas, estratégicas y económicas.
CONSIDERACIONES GENERALES DEL LÍMITE TRAZADO ENTRE SALTA Y FORMOSA:
La zona limítrofe Salta-Formosa es un área alejada de todo recurso, careciendo de agua permanente al separarse de los ríos Teuco y Pilcomayo, ya que los pocos madrejones o lagunas existentes son temporarios. Debido además a la naturaleza de los montes, impenetrables en su mayoría, donde hasta hace poco no había penetrado aún el hombre civilizado, las picadas exigen un trabajo lento y difícil.
Topográficamente podemos decir que la línea divisoria entre las provincias de Formosa y Salta atraviesa por terreno de nivel sensiblemente constante sobre el mar, por dos zonas bien distintas:
La primer zona comprende desde la ribera del río Teuco hasta llegar a los campos denominados de "El Chorro", próximo al hito N° 20. Esta región está cubierta de una selva impenetrable, sirve de guarida a los indios montaraces y solo a fuerza de hacha, machete y energía puede abrirse paso el hombre.
La segunda zona se extiende desde las proximidades del hito N° 20 hasta el río Pilcomayo, está formada por campos de bosques ralos, en su mayor parte de tusca, cruzados por algunas fajas de monte fuerte que generalmente se extiende de noroeste a sudeste.
Hasta hoy, los pocos pobladores que se han establecido en aquellos lugares lo han hecho en sectores donde las lluvias de verano les proporciona agua, que en algunos madrejones o lagunas se conserva todo el año. Algunos aborígenes aprovechan la tierra para sus sembrados durante las primeras lluvias, obteniendo buenas cosechas de maíz, zapallo, porotos, melones, sandías, etc.
La vialidad es fácil por el camino que va hasta la Colonia "Buenaventura" e intercepta la línea divisoria. La picada del meridiano, al ser una línea recta, evita las innumerables vueltas y los pobladores la utilizan para sus haciendas y cargueros por representarles una gran economía de camino. Atraviesa también la línea divisoria una serie de sendas de población nativa o aborigen, algunas de las cuales conducen a madrejones donde generalmente se encuentran sus tolderías.
TRAZADO DE LÍMITE ENTRE EL TERRITORIO NACIONAL DEL CHACO Y LA PROVINCIA DE SALTA:
Según la ley N° 1532 del 16 de octubre de 1884, ha quedado fijado el límite oeste del Territorio del Chaco con Salta por dos líneas rectas, la primera como prolongación hacia el sur del deslinde oeste del Territorio de Formosa, desde el Fuerte Belgrano hasta su intersección con el cauce del río Bermejo, y la segunda, una línea que partiendo de este último punto siga con dirección a Barrancas, sobre el río Salado.
2° PARTE:
"EL PROCESO DE OCUPACIÓN DEL ESPACIO"
- EL CONTACTO ENTRE LAS DIFERENTES CULTURAS:
Denominamos fronteras étnicas aquellas que durante la época colonial -siglos XVI-XVIII- y gran parte de la independiente -siglo XIX- pusieron en contacto a diferentes culturas en el espacio que con el tiempo, constituiría el territorio argentino.
Este contacto se dio a través de luchas entre las culturas, movidas no solo por el interés de expandirse unas sobre las otras, sino por el de conquistar, ocupar el territorio del "otro" y explotar sus riquezas. Se trataba entonces, de una lucha tanto simbólica como material, en la que entraban en juego elementos étnicos.
Por su parte los indígenas no tenían la noción de continente como los europeos, sino un sentido de pertenencia que no iba más allá de su comunidad inmediata; en tanto que desde el punto de vista de la subsistencia y el desarrollo tecnológico, algunos vivían como cazadores-recolectores (Guaycurúes, Patagones y Onas, entre otros) y otros se habían transformado en agricultores (Guaraníes, Timbúes, Comechingones). Esta amplísima variedad de situaciones trató de ser homogeneizada por el dominio español, el cual, durante tres siglos de permanencia fue configurando una nueva organización política, económica y socio-cultural sobre el mundo indígena.
Por ejemplo, los españoles pudieron someter rápidamente a los indígenas del Noroeste – Atacamas, Humahuacas, Diaguitas y Calchaquíes – y del Litoral -Guaraníes – porque vivían en asentamientos estables, ya que dependían para su mantenimiento de la agricultura y el pastoreo, y estaban habituados a regímenes de trabajo regulares. Llamados por los españoles, "indios bárbaros o salvajes" habitaban las fronteras.
En las zonas de fronteras se establecieron contactos de todo tipo entre españoles e indígenas. La guerra fue la situación más frecuente entre los siglos XVII y XVIII. Como las fronteras eran enormes, desconocidas y difíciles de defender, tanto en el Chaco – fronterizo con las ciudades de Salta, Jujuy, Santa Fe- como en las planicies de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza, los españoles construyeron durante el siglo XVII fuertes militares para defender, de las incursiones indígenas, los territorios por ellos ocupados.
Además de las relaciones bélicas, en las fronteras se establecieron vínculos comerciales entre los indígenas y españoles, por medio de las cuales los primeros, vieron quebrarse el principio de reciprocidad y redistribución propio de sus comunidades – intercambios entre las tribus de acuerdo a lo que cada una necesitaba y producía -, para comenzar a participar forzosamente de una economía de mercado monetizada.
También en las zonas fronterizas, el avance de los españoles estuvo apoyado por la presencia religiosa. Durante los siglos XVII y XVIII, Franciscanos y Jesuitas establecieron reducciones aborígenes en las fronteras: eran establecimientos religiosos donde los indígenas vivían en forma permanente, trabajaban la tierra y eran introducidos en la fe católica.
Los casos mencionados hasta aquí son ejemplos de las multifacéticas relaciones establecidas entre los indígenas y sus conquistadores; en el sentido de que cada contacto entre etnias – haya sido más o menos violento – implicó poner frente a frente cada una de estas culturas y su inevitable interacción.
Luego, en la etapa independiente, los espacios de fronteras configurados durante el siglo XIX, implicaron la interacción entre la "oligarquía" y los sectores subalternos a ella, el gaucho en las áreas rurales y los inmigrantes europeos.
Toda esta interacción constituía un sector muy heterogéneo, tanto desde lo étnico como desde lo cultural; el gaucho pareció configurar un tipo cultural más definido.
B) LA CONQUISTA DEL CHACO ARGENTINO
La región chaqueña demandó más de 300 años para su conquista y poblamiento definitivos. Su historia reconoce como ejes fundamentales: la conquista militar (1870 – 1912), la explotación forestal taninera y la colonización agrícola.
El Gran Chaco Argentino abarcó en ese tiempo, las superficies de las actuales provincias de Formosa, Chaco, nordeste de Santa Fe, nordeste de Santiago del Estero y este de Salta.
Los vestigios de ocupación humana en el Impenetrable se remontan al período hispánico. Los restos de vasijas hallados cuando se realizaban los trabajos de apertura de las picadas que delimitan las fronteras interprovinciales del Chaco, y en el camino de Taco Pozo a Nueva Población, indican la existencia de asentamientos indígenas ubicados en las márgenes de antiguos cauces del Río Juramento, desaparecidos actualmente.
Se dice además, que numerosos grupos indígenas se internaban en el monte en busca de cera y miel, artículos que incentivaban al comercio.
El proceso de ocupación que ha dado a este espacio su conformación actual se inició en la segunda mitad del siglo XIX y se desarrolló desde tres ámbitos:
- Desde Salta, una corriente pobladora ocupó principalmente el sector comprendido entre el antiguo cauce del Río Bermejo y el Teuco al norte y las tierras situadas a lo largo de la línea Barilari, al oeste.
- Desde Santiago del Estero, el poblamiento partió de las áreas adyacentes al Río Salado y se asentó sobre todo en las zonas del oeste (en torno a Taco Pozo) y sudeste (en las cercanías de Pampa del Infierno y Juan José Castelli).
- Desde el interior del Chaco y se instaló en el sector próximo a las colonias agrícolas.
Esta región presenta características geográficas que han influido en la instalación humana y en la historia de sus comunidades. Esta gran planicie, de clima subtropical, presenta tres subregiones, de las cuales solo una afectaría a los departamentos fronterizos entre Salta, Formosa y Chaco: la región del Chaco Árido Occidental; con precipitaciones inferiores a 600 mm anuales, tierras áridas y salinas. Una parte de su superficie se encuentra cubierta por la masa boscosa del Impenetrable.
B1) El poblamiento del área Teuco-Bermejito:
En la segunda mitad del siglo XIX se aceleró el avance poblador hacia el este desde Salta a lo largo de los cursos de los ríos Teuco y Bermejo. Fueron la vanguardia de esta expansión los misioneros Franciscanos, quienes a partir de 1857 fundaron cinco reducciones de las cuales sólo permanecieron las de Esquina Grande y Concepción, de indios matacos, hasta que en 1875 un desborde excepcional del Bermejo las arrasó. Los sucesivos gobiernos de Salta establecieron una línea de fortines adelantando la frontera a lo largo de las vías fluviales. Así surgieron los fuertes Aguirre (1864), Gorriti (1867), Güemes (1867) y Belgrano (1867 y reconstruido en 1867).
Este extenso ámbito era ocupado por hacendados, quienes en una continua búsqueda de nuevas tierras de pastoreo se dirigían hacia el este hasta en el territorio de la provincia del Chaco. Es así que el área comprendida entre el Teuco y el Bermejo comenzó a poblarse de puestos ganaderos.
La ocupación militar del Chaco no dejó, sin embargo, de tener efectos en el poblamiento del área. Los fortines Lavalle, Warnes, Arenales, etc. que se levantaron a lo largo del río Bermejo, al norte de su confluencia con el Teuco, formando parte de la línea de puestos militares a partir de 1884, brindaron seguridad contra los asaltos indígenas y atrajeron los hacendados. Estos levantaban sus viviendas en las cercanías de los fortines. Además las fuerzas del ejército abrieron picadas y construyeron puentes que facilitaron las comunicaciones. No obstante estas obras se perdieron por el abandono de que fueron objeto por parte de los pobladores al retirarse la administración militar.
La creciente importancia adquirida por el poblamiento a lo largo del Bermejo, determinó el 9 de mayo de 1890, la creación del extenso departamento de Caaguazú. El mismo se extendía desde el meridiano de 60° O hacia el oeste hasta los límites con Salta y Santiago del Estero. Comandancia Frías era el asiento de la nueva división administrativa.
B2) El poblamiento al sur del río Bermejo
En el extremo occidental, el movimiento de ocupación espontánea principió cuando los hacendados santiagueños instalados en las cercanías del río Salado avanzaron desde fines del siglo XIX, en busca de nuevas tierras de pastoreo. Esta penetración progresiva de puestos ganaderos se dirigió hacia el este y hacia el norte internándose en El Impenetrable hasta introducirse en el actual departamento Almirante Brown en las primeras décadas del siglo XX. Simultáneamente, grupos de hacendados salteños cruzaban la línea Barilari a través de las picadas abiertas en ella e instalaban sus puestos a lo largo de la frontera chaco salteña.
A este avance inicial de la actividad se sumó más tarde la de la explotación forestal. Esta última ya se realizaba desde tiempos remotos pero adquirió importancia económica con la construcción del ferrocarril de Barranqueras (Chaco) a Metán (Salta). Esta vía de comunicación estimuló la instalación de obrajes en la parte sur del Impenetrable al facilitar el transporte de la madera extraída.
En 1913, se habilitó la estación de Taco Pozo, que dio origen a la importante población del mismo nombre, situada en el extremo occidental de la provincia del Chaco.
Ha sido también de gran influencia en la ocupación del ámbito occidental chaqueño, la apertura de la picada que une las localidades de Taco Pozo y Nueva Población, destinada a facilitar el traslado de hacienda del área del Bermejo y a ocupar en forma más efectiva ese amplio espacio poco explorado.
En el sector oriental del Impenetrable chaqueño se instaló otro frente poblador proveniente del interior del Chaco. Este avance adquirió impulso a partir de la creación de las colonias agrícolas de Pampa del Infierno (1927) y Juan José Castelli (1928), como una continuación del movimiento de colonización producido por el auge de los cultivos del algodón.
- EVOLUCIÓN DE LAS DIVISIONES DEPARTAMENTALES
En la evolución histórico-geográfica del Gran Chaco Argentino se han producido cambios en su división político-departamental:
a) La primitiva división departamental oeste del Territorio Nacional del Chaco sufrió varias modificaciones en el transcurso del tiempo. El Impenetrable chaqueño formó parte en primer lugar del departamento de Caaguazú. A partir de 1914, del departamento Teuco, norte de Campo del Cielo y oeste de Napalpí; y es finalmente en 1953, cuando se crearon los actuales departamentos de Almirante Brown y General Güemes.
b) En el Territorio Nacional de Formosa, hasta 1914, los departamentos Ramón Lista y Matacos se denominaban Departamento Duodécimo y Teuco Arriba respectivamente; posterior a este período, adquirieron su denominación actual.
c) En la Provincia de Salta, el departamento Rivadavia mantuvo siempre la misma denominación, sin variar su superficie.
3° PARTE
"LA POBLACIÓN Y LAS ACTIVIDADES ECONÓMICAS EN EL ÁREA DE ESTUDIO"
A) Características de la población
A la etapa poblacional de grupos nativos llegados en épocas aún no establecidas, se sumó hacia mediados de siglo pasado el avance sistemático de la colonización blanca desde Salta y Santiago del Estero. Ya a fines del siglo XIX, estos frentes pioneros configuraron una estructura social patriarcal, fronteriza y ganadera.
Las relaciones que se establecieron entre indios y criollos, junto con el proceso de adaptación al medio, modelaron una nueva forma de vida en esa zona.
Refiriéndonos ahora a la evolución de la población de los departamentos comprendidos en el área de estudio (a través de los diferentes censos nacionales), puede visualizarse que el departamento que ha manifestado un mayor crecimiento es General Güemes, aunque su evolución comienza a marcarse a partir de la década de ´60; época en la que también comienza el crecimiento demográfico de Almirante Brown, aunque con menor intensidad que el anterior.
En Formosa, los departamentos de Ramón Lista y Matacos comenzaron a ser poblados a partir de la década del ´40, posteriormente la población fue creciendo lentamente, sobre todo en el departamento de Matacos, gracias al desarrollo de su ciudad cabecera (Ingeniero Juárez), que fue favorecida por la adjudicación de funciones regionales, la construcción de viviendas y el mejoramiento de la accesibilidad que transformaron el lugar en un sitio de escala conveniente en el trayecto Formosa-Salta; estos aspectos favorables se notan con gran fuerza a partir de la década del ´70.
En la provincia de Salta, el departamento Rivadavia ha sido habitado desde 1850, pero recién a partir de 1914 es cuando el aspecto demográfico comienza a manifestar tendencias crecientes que se mantienen hasta la actualidad. Este aumento poblacional fue favorecido por la construcción de la ruta nacional N° 81, que permitió el acceso posterior de caminos secundarios.
A continuación interpretaremos la estructura demográfica de cada uno de estos departamentos:
En la Provincia de Formosa, el departamento de Ramón Lista presenta un predominio de población rural, tal como podemos ver, la natalidad es más elevada que en Matacos debido justamente a esta situación como así también a su magra economía. La estructura de la población, muestra un predominio de población joven en ambos departamentos.
Se puede observar en las pirámides los efectos de la emigración de población nativa a partir de los 15 años de edad, mayormente entre el sector femenina.
La mortalidad, se acentúo en la población de más de 50 años, debido a enfermedades degenerativas. Si bien existe una esperanza de vida elevada, éstos departamentos poseen una mortalidad elevada al igual que los departamentos contiguos.
El departamento de Matacos, posee a diferencia del anterior, una natalidad más controlada, pero coincide con Ramón Lista por tener una estructura de población joven; no obstante, la particularidad que los caracteriza a éstos está en el origen de la población, la cual posee una estructura por edad y sexo bastante regular, con una alta participación relativa de población nacidas en otras provincias, esto es notable en todos los grupos de edades y en ambos sexos.
En lo referente a la instrucción escolar, se aprecia que en Ramón Lista se halla porcentaje más alto de analfabetos, superando el 20 % de la población departamental. Este elevado analfabetismo se halla en relación directa con el predominio de población rural, lo que podría indicar una baja asistencia a instituciones o establecimiento educativos.
En el departamento de Rivadavia (Salta), observamos que la natalidad es muy elevada por lo que la pirámide presenta una base ancha, mientras que en los grupos de edad económicamente activa (jóvenes y adultos) se aprecia una fuerte emigración. Este departamento forma parte de una región no muy poblada, podría decirse que es una zona de población rural, donde, si bien las tierras no son aptas para la agricultura, es importante la explotación ganadera. Ésta es, en parte una de las características por la cual existen en el área una mayor cantidad de hombres que de mujeres.
La esperanza de vida es elevada, considerando las condiciones reinantes en éste departamento.
En cuanto a la población analfabeta presenta un elevado porcentaje, superior al 20 %, lo que demuestra una escasa asistencia a instituciones educativas.
Finalmente, en la provincia del Chaco, el departamento Almirante Brown presenta una natalidad bastante elevada, su población activa se ve disminuida en consideración debido a que el predominio de población rural genera desplazamientos de personas de entre 20 y 40 años en busca de mejores condiciones de vida. La población de más de 50 años se reduce progresivamente, llegando a la vejez una cantidad escasa de personas, las cuales no llegan a alcanzar los 90 años. Estas características pueden deberse a los escasos recursos existentes en cuanto a la atención médica y hospitalaria.
En el departamento de General Güemes también se aprecia una alta natalidad y una disminución notable de la población joven activa, quienes emigran hacia los principales centros urbanos tras la búsqueda de algún empleo o para iniciar sus estudios universitarios o terciarios. La cantidad de hombres y de muyeres es equilibrada en casi todos los grupos de edades, apreciándose también una esperanza de vida mayor que en Almirante Brown
A1) El noroeste de Formosa
En el noroeste de la provincia de Formosa (específicamente en los departamentos de Ramón Lista y Matacos) la mayor parte de las tierras son de propiedad del gobierno provincial o han sido entregadas en propiedad a los grupos aborígenes de la zona, especialmente Wichis y Tobas. La subsistencia de estos grupos se basa en buena medida en la pesca en aguas del Pilcomayo, combinada con el trabajo asalariado, formas de producción mercantil simple, y la práctica de la horticultura, la caza y la recolección de frutos silvestres y miel.
Wichis y tobas conviven además con pobladores criollos, descendientes de los primeros criollos que llegaron a la zona a principios del siglo XX, que en su mayoría practican una ganadería rústica y viven en condiciones de pobreza similar a la de los grupos indígenas.
Como consecuencia de los desbordes producidos en el río Pilcomayo, en los últimos años han desaparecidos bajo las aguas las localidades de Misión El Toba, Sombrero Negro, Misión El Carmen, Misión San Andrés, Misión El Yuto y Puerto Irigoyen, lo que provocó una masiva relocalización de la población toba, wichi y criolla de la zona. Actualmente, El Potrillo es el poblado más importante del extremo noroeste de la provincia de Formosa, a causa de las masivas relocalizaciones que siguieron a estas inundaciones.
Debido al desplazamiento de las aguas del Pilcomayo, hacia el sur de la línea de frontera, importantes franjas de territorio argentino han quedado ubicadas en "la banda" del bañado, unidas sin solución de continuidad a territorio paraguayo. Ello creó, por ende, zonas en las cuales viven exclusivamente pobladores criollos, que pasaron a encontrarse en una situación muy particular de liminalidad. Formalmente parte de Argentina, estas franjas de territorio quedan relativamente aisladas en gran parte del año de otras localidades argentinas, esto hace que sus pobladores mantengan fluidas relaciones con las estancias paraguayas de la región.
Es importante destacar además el crecimiento que ha tenido la ciudad de Ingeniero Juárez (6.621 habitantes), ya que se ha convertido en nexo de comunicación entre el este de Formosa con la provincia de Salta.
Estos dos departamentos formoseños presentan el mayor déficit en cuanto a las viviendas y a la educación. En Ramón Lista, el 99 % de las viviendas son deficitarias, mientras que en Matacos, el valor llega al 84,5 %. Es importante aclarar que, éstas viviendas deficitarias incluyen las casas tipo B y las viviendas precarias.
Las casas tipo B son aquellas que no tienen provisión de agua por cañerías dentro de la vivienda, no disponen de retrete con descarga de agua y tienen piso de tierra u otro de carácter precario. En Matacos, el 61,4 % de las viviendas poseen estas características, mientras que en Ramón Lista el 8,6 %.
La vivienda precaria hace referencia a los ranchos o casillas, los hogares en casas de inquilinato, los locales no construidos para habitación y las viviendas móviles. No se incluye a los hoteles ni pensiones. En Ramón Lista, el 91,3 % de las residencias son de este tipo, mientras que en Matacos alcanza el 23 %.
En cuanto a la educación, ésta es bastante deficiente, registrándose las mayores tasas de analfabetismo en el Departamento de Ramón Lista (32,9 %).
Los porcentajes mayores de Población con Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) se encuentran en los Departamentos de Ramón Lista (93 %) y Matacos (59,6 %).
A2) El este de Salta (departamento de Rivadavia)
El departamento de Rivadavia tiene una superficie de 25.740 km², cuya ciudad cabecera es Coronel Juan Sola, que cuenta con poco más de 2.462 habitantes. La vía de acceso a Rivadavia Banda Sur es la ruta provincial N° 13 que desde la Estrella comunica al municipio con el resto de la Provincia a través de 144 kilómetros de camino enripiado frecuentemente en mal estado a pesar de los esfuerzos por mantenerlos, debido principalmente a la permanente afluencia de camiones que transportan madera talada en el monte chaqueño.
Uno de los problemas que enfrenta el medio natural del Chaco Salteño es la paulatina deforestación del mismo debido, fundamentalmente, a la extracción de los diversos tipos de madera existentes en la zona. Como consecuencia de esa tala indiscriminada, algunas especies tales como el quebracho blanco y colorado, la tipa, algarrobo, palo santo, palo amarillo se encuentran en peligro de desaparecer lo cuál produce por añadidura una alteración en el medio y perjudica a las comunidades aborígenes que dependen de él para su subsistencia.
Algunos poblados sobresalientes en este departamento son: Rivadavia (944 habitantes), Los Blancos (897 habitantes), Santa Victoria (865 habitantes), Nuestra Señora de Talavera (756 habitantes) y La Unión (734 habitantes). El Quebrachal, que ya es una ciudad, se encuentra más hacia el oeste, y contaba en 1991 con 3.069 habitantes.
En cuanto a las relaciones transfronterizas pueden citarse algunos ejemplos, tal es el caso del pequeño pueblo de El Ciervo, al sur del departamento Rivadavia, donde existe una escuela primaria a la cual acuden algunos alumnos que son aborígenes y que viven del lado chaqueño, lo cual implica un movimiento diario en ésta zona totalmente desfavorable.
Algo similar ocurre con las casi 400 personas que habitan en el pueblo de Pozo Cercado (próximo al límite formoseño) ya que tiene importantes relaciones con la ciudad formoseña de El Chorro (Ramón Lista); son más bien relaciones de abastecimiento, en la cual los habitantes deben desplazarse por camino de ripio.
A3) El Oeste del Chaco (El Impenetrable)
En los departamentos de Almirante Brown y General Güemes existen solo dos ciudades que superan los dos mil habitantes y un pueblo de gran importancia que por su crecimiento va camino a convertirse en ciudad; nos estamos refiriendo a las localidades de Juan José Castelli (13.206 habitantes) y Taco Pozo (3.330 habitantes); en última instancia citamos a El Sauzalito, que posee poco más de 1.398 habitantes. Entre los otros pueblos de la región podemos nombrar a Nueva Pompeya, Los Frentones y Fuerte Esperanza, cuya población oscila entre 300 y 900 habitantes, en tanto existen otros sitios como Comandante Frías y California (próximos al límite con la provincia con Salta) cuya población es inferior a 200 habitantes.
Precisamente la zona de Nueva Pompeya es un área que sirve para la cría de ganado vacuno, caprino y ovino; aquí, las pasturas generaron la movilización de los criollos fronterizos, principalmente de aquellos estancieros criadores de ganado vacuno proveniente de la frontera de Tarija y Jujuy y de Salta con Santiago del Estero, quienes se internaron paulatinamente bajo el estímulo de haber encontrado grandes extensiones sin alambrado.
La penetración cultural en el oeste realizada por estos pastores, no es otra cosa que una adaptación de la forma de vida del Noroeste a un ambiente geográfico donde iniciaron esta difícil búsqueda de campos de pastaje y de cultivo. Todo esto es posible sustentarlo a través de las pautas culturales que aún permanecen, como las fiestas tradicionales y la música.
El impenetrable es una región de fronteras, en el sentido que conjuga pautas culturales de diferentes grupos sociales. Unas y otras, se dan en un juego de relaciones que construyen la frontera cotidiana; en realidad no se puede trazar porque no existe mas que en la mente de sus actores. Es decir que depende a qué grupo se adscribe cada actor el hecho de poder trazar la frontera con respecto al otro.
Cada poblador posee su ganado vacuno y una majada de cabras y ovejas; la posesión de ese ganado otorga prestigio y poder, conducta que se manifiesta en el ganadero con sus peones.
A toda la actividad ganadera inicial, con una forma de vida trashumante, se sumó posteriormente la actividad forestal. Es por ese motivo que se han instalado obrajes en la zona.
El pastoreo del ganado y el obraje son actividades típicamente masculinas; es trabajo de los hombres, pues supone estar mucho tiempo alejado de la familia, en el aislamiento y la soledad del monte chaqueño.
Esta forma de vida se desarrolla hasta la actualidad, así por ejemplo, en las aldeas de los "norteños" como Pasaje Tres Pozos sobre el río Teuco, es común observar los hogares constituidos por mujeres, generalmente la madre y sus hijos solteros.
Suelen nuclearse próximos a la escuela del paraje para recibir la instrucción primaria y allí permanecen durante todo el año escolar.
El mejor ejemplo de frontera en este espacio es Fortín Belgrano, una aldea habitada por familias aborígenes Wichis, ubicada a 650 kilómetros de la ciudad de Resistencia, en el punto exacto del límite chaqueño con Salta y Formosa. Este paraje está compuesto por un puñado de ranchos construidos con paredes de barro y techo de tierra sostenido con palos de quebracho. Residen allí una veintena de familias wichis, al borde del río Teuco, que es su fuente de vida. En el monte recolectan miel y consiguen carne por medio de la "marisca", como principal forma de subsistencia.
Los wichis de esta zona empezaron a tomar contacto con los primeros vestigios culturales y religiosos occidentales a principios de siglo, pues hasta allí había llegado un grupo de pastores anglicanos, quienes empezaron a ordenar su lengua, sistematizándola mediante la escritura.
Los habitantes de Fortín Belgrano vivieron hasta hace pocos años aislados en el medio del monte chaqueño; ya que su nexo con el resto de la civilización recién quedó establecido cuando se construyó el único camino que los une con El Sauzalito, pero todavía no llega ningún medio de transporte en forma regular.
Un aspecto digno de destacar es la actitud que ha tenido el Ministerio de Educación de la Provincia del Chaco, que ha enviado un freezer a gas y una bomba de riego que les permitió a los aborígenes guardar el fruto de la pesca y construir una huerta comunitaria. También se ha terminado la construcción de una escuela, que permitirá integrarlos después de los años de marginación a los que fueron sometidos, pues necesitan convivir con nuestra cultura y nuestras formas de producción.
B) Las actividades económicas realizadas en la Cuenca del río Bermejo
La Cuenca del Río Bermejo configura una "región" transfronteriza tanto en términos político-administrativos, como poblacionales y ambientales, atravesando de este a oeste gran parte del noroeste argentino y longitudinalmente la totalidad del Chaco central hasta el litoral del Río Paraná. A lo largo y ancho de su extensión, la Cuenca del Bermejo presenta una gran variedad de comunidades indígenas pertenecientes a distintos grupos étnicos y grupos domésticos campesinos cuya existencia y reproducción económica y social depende directamente de los variados recursos ictícolas, faunísticos, arbóreos de sus distintos ambientes como así también de la disponibilidad de tierras para las diferentes formas de agricultura y ganadería practicadas por los pobladores.
Con referencia a la actividad ganadera, se evidencia un amplio predominio del ganado bovino, registrándose los mayores porcentajes en los departamentos de Almirante Brown (88 %), Matacos (60 %) y Ramón Lista (51 %); en la zona Chaco-Formoseña, el desarrollo de la ganadería se da en los paleocauces, cuyas tierras se destinan al pastoreo extensivo sobre campos naturales. El desarrollo de este ganado es limitado debido a las condiciones de sequía e inundaciones periódicas de las explotaciones aledañas a los ríos Bermejo y Pilcomayo.
También se manifiesta un progresivo crecimiento de los ganados caprino y ovino, el primero en el departamento Rivadavia con un 28 %, mientras que el segundo sobresale en General Güemes con un 14 %, ambos se deben a la mayor adaptación a los períodos largos de sequía.
En cuanto al ganado porcino, sobresale el noroeste formoseño, donde los departamentos con mayor participación son Matacos y Ramón Lista, con un 21 % y 20 % respectivamente, debido a su mayor adaptabilidad a cualquier medio y sin una alimentación intensiva.
El ganado vacuno se cría y se reproduce muy bien en el Chaco. Por esto muchos de los antiguos pobladores de Rivadavia, del departamento de Anta y de la provincia de Santiago del estero, se han traslado a este territorio y se dedican con éxito a la cría de hacienda. Por otra parte, el ganado vacuno se exporta en tropas a Salta, en cuyo mercado se obtienen muy buenos precios por ser mejor que el que se cría en esa provincia.
Uno de los grupos indígenas que actualmente habitan en el área del río Bermejo son los matacos, que se asentaron allí desde el siglo XVI:
Estos indios viven en la costa del río Bermejo, en ambas márgenes, en los terrenos poblados con establecimientos de campo y en el interior de la línea de frontera; están sometidos y se emplean algunos como peones de campo en las estancias y otros en sembrados, el resto se ocupa, durante siete meses del año, en los establecimientos de agricultura, en las provincias de Salta y Jujuy, y algunos de ellos en el servicio de la frontera como auxiliares.
El sector sur del departamento de Rivadavia (Salta), el sur de Matacos (Formosa) y gran parte de General Güemes en la provincia del Chaco, presentan una escasa productividad de los suelos (atravesados por meandros y paleocauces del Río Bermejo). Aún así, una gran cantidad de comunidades indígenas se asientan sobre la ribera del río en ambas márgenes (con mayor representatividad del lado de la provincia del Chaco) y sus economías domésticas se basan en la pesca, recolección, caza y agricultura de subsistencia, cuyos principales productos son: maíz, zapallo, poroto, melón y sandía.
La cría de ganado vacuno y de cabras junto con la explotación forestal constituyen, en general, las actividades de mayor importancia económica en el Impenetrable.
Los problemas que deben enfrentar los productores son originados por diferentes causas. En primer lugar están aquellos propios de las condiciones fisiográficas de la zona, principalmente los referidos al clima (aridez) y a la vegetación, que impiden el óptimo e inmediato aprovechamiento de los campos.
También es un impedimento importante, la carencia de caminos transitables todo el año, puesto que los de tierra, siendo de buena traza, impiden la circulación en épocas de abundantes precipitaciones.
En la agricultura salteña, una particularidad de la producción de poroto es el requerimiento intensivo de mano de obra temporal durante la época de cosecha, es decir de Mayo a Julio (Trinchero & Leguizamón, 1995). Este hecho configura una situación particular de este frente expansivo ya que articula el ámbito del umbral con las comunidades indígenas asentadas en el Chaco central (Salta y Formosa) de las cuales las empresas reclutan mediante "contratistas" la mano de obra que demandan temporariamente, y también, aunque en menor medida mano de obra campesina provenientes de los valles salteños.
Desde el año 1992, una mayor presencia relativa de la producción de poroto negro es indicativa de una orientación distinta del destino de la producción, puesto que de la exportación orientada principalmente y casi con exclusividad hacia el mercado común europeo, se pasa a otra orientada principalmente hacia el Mercosur y especialmente hacia Brasil. Este nuevo impulso de la frontera expansiva, que ha sido acompañada también con significativos incrementos en otras producciones (algodón y maíz) se ha caracterizado por importantes inversiones de capital agrario. Dicho impulso se produce paralelamente al planeamiento y en muchos casos a la efectivización de una infraestructura de comunicaciones (ruta Transchaco y redes viales articuladas que unen el Pacífico, "Antofagasta-Chile" con el Atlántico, "Santos-Brasil") que intentan integrar el eje oeste-este, redefiniendo en nuestro caso la territorialidad NOA-NEA.
Luego de haber estudiado el espacio fronterizo del ámbito chaco-salteño podemos señalar que éste se caracteriza por tener una identidad social, cultural y lingüística propia, esa identidad ha sido el fruto de la historia que han tenido los habitantes que actualmente pueblan esta región.
Desde el punto de vista geográfico, si consideramos el vasto territorio que se extiende por el oeste de Formosa, el extremo oeste chaqueño y el este salteño -es decir el área comprendida entre los meridianos de 62° y 63° W-, nos encontramos con la existencia de un espacio denominado "Impenetrable", donde aún sobreviven las tradiciones y costumbres de los primeros pobladores, cuyos principales descendientes son en la actualidad los Matacos-Wichí.
Estos aborígenes viven hoy por hoy en pueblos o parajes como Fortín Belgrano, Vinalito, Comandancia Frías, California, San Juancito, entre otros; muchos de ellos están comunicados entre sí por caminos de tierra o senderos, y por allí efectúan el movimiento diario o semanal, utilizando como medio de movilidad al caballo, y en menor medida a las bicicletas.
Puede decirse que las relaciones que se establecieron -y se siguen estableciendo- entre muchos de estos aborígenes y los criollos, junto con el proceso de adaptación al medio, donde intercambiaron su conocimiento y su tecnología, han modelado una nueva forma de vida en esta zona. Ha comenzado a producirse desde entonces un intercambio de bienes y servicios creado por las tradiciones culturales que se conjugaron en ese espacio. Es por ese motivo que se considera al Impenetrable como una región de fronteras interiores.
Finalmente, una de las características de este espacio escasamente humanizado es -como se dijo al principio- la identidad de los habitantes. Pues si consideramos el avance pionero de la población desde el este de Salta hacia la zona Impenetrable, es lógico pensar que la mayoría de los pobladores de ésta región tienen un sentido de pertenencia o un mayor arraigo con las costumbres, los valores, las creencias y los modismos propios de sus comprovincianos salteños y no tanto con las áreas de influencias de Formosa y Resistencia como capitales provinciales. Puede considerarse que el factor distancia juega también un papel preponderante en la cotidianeidad de quienes habitan este ámbito, puesto que ellos intercambian actividades atravesando el límite interprovincial, sin acudir tanto a las otras ciudades de su propia provincia.
LAURÍN, Alicia. (1999) "Ensayo metodológico para un estudio particular: las transformaciones territoriales fronterizas del proceso de integración física". En Boletín Geográfico N° 21. pp. 39-43.
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3 GRIMSON, Alejandro (2000). Fronteras, naciones e identidades. Ediciones Ciccus, pp. 18.
4 HIRSCH, Silvia M. (2000) Misión, Región y Nación entre los Guaraníes de Argentina. En: Fronteras, naciones e identidades. Ediciones Ciccus, pp. 279.
5 BLACHE, Martha. Construcción simbólica del otro: una aproximación a la identidad desde el folklore. pp. 71.
6 COLAZO, Susana. (1990) "Las áreas etnográficas en el NEA". En Cuaderno de Geohistoria Regional N° 22. pag 41.
7 BORRINI, Héctor. Ob. Cit. pag:9-10.
8 D´ANDREA, Ramón (1996)."Línea Barilari. Fijación y demarcación" Salta, República Argentina. pp. 90-91.
9 D´ANDREA, Ramón. Ob. Cit. pp. 99-100.
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12 COLAZO, Susana. (1999). "El impenetrable y las fronteras interiores". En Revista Nordeste Nº 10, Facultad de Humanidades. Resistencia. pp. 174-175.
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Prof. Fernando Ariel Bonfanti
Prof. Alejandra Torre Geraldi
Facultad de Humanidades
Universidad Nacional del Nordeste –Argentina–