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Memoria e identidad en Incaraqay

Enviado por Percy Escriba


  1. Resumen
  2. Justificación
  3. Consideraciones teóricas de memoria e identidad
  4. La memoria e identidad en Incaraqay
  5. Reconstrucciones y memorias identitarias
  6. Conclusiones
  7. Referencias bibliografías

Resumen

Hablar de la memoria e identidad en las ciencias sociales, es hablar de la forma como se registran, retienen, acumulan, codifican diversos acontecimientos para luego manifestar en su proceso de desarrollo histórico; hablar de la identidad es explorar la "esencia" de un grupo social; por lo tanto, nos interesa reflexionar y analizar la importancia de la memoria en la construcción y reconstrucción de la identidad, en sus diferentes niveles y elementos que articulan y buscan la coherencia, unidad y las diferencias. Para lo cual, el mito de origen de la Comunidad de Incaraqay, nos permitirá explorar la memoria en sus diferentes facetas y determinar la raíz de su identidad.

Palabras claves: memoria, identidad, ideología y antropología.

Justificación

Este tema es importante porque dentro de la memoria se guarda y registra los sucesos, hechos y las narraciones (leyendas, mitos de origen, héroes, etc.), los cuales están vinculados a la existencia de la vida social, y es a partir de ello que se puede entender la memoria e identidad en todos sus niveles y manifestaciones socio-culturales e ideológicas.

Objetivos

  • 1. Explicar la importancia de la memoria en la construcción de la identidad.

  • 2. Analizar las funciones sociales de la memoria.

  • 3. Analizar el mito de origen en su contenido y función semántico, relacionado con la memoria e identidad.

Población objetivo

La Comunidad Campesina de Incaraqay, se encuentra ubicada en el Distrito y Provincia de Cangallo y Departamento de Ayacucho; tiene una población aproximadamente de 200 personas entre adultos y niños; se dedican a la agricultura, ganadería y tala de eucaliptos; en los últimos tiempos su sistema de producción ha cambiado, algunos producen para el mercado local y departamental, básicamente tubérculos como la papa, otros y algunas veces en leñas en sus diferentes variedades el cual les permite vincularse con las cuidades.

Consideraciones teóricas de memoria e identidad

Dentro de los estudios sociales, hablar de la memoria e identidad nos remite adentrarnos al interior de una cultura. Por cuestiones metodológicas y teóricas conceptualizaremos, que la memoria, es producto de la cantidad de relaciones sociales y la práctica colectiva, es decir, es el concepto que reserva, acumula, reconstruye, reconoce imágenes simbólicas, etc. En términos de Blakemore (1997), en el sentido más amplio, el aprendizaje es la adquisición de conocimiento y la memoria es el almacenamiento de una representación interna de tal conocimiento.

Dentro de la adquisición participa una serie de hechos referentes del pasado histórico y social, este hecho marca la referencia y la amplitud de los hechos o fenómenos, para lo cual las diferentes entidades participan en la exposición de sucesos. La memoria es dinámica, cada generación selecciona y examina de acuerdo a su interés, justificando por algunas razones comunes; en las líneas de Lechner (1998), los usos de la memoria pueden justificar la repetición del pasado como legitimar la transformación del presente. Pero los diferentes usos se guían por una misma brújula, en esas miras del futuro, que el pasado es revisado y reformulado; la memoria establece continuidades y rupturas y es ella misma un flujo temporal.

En cambio, la identidad, encierra un sentido de pertenencia e "igualdad" de un grupo social donde comparten rasgos culturales, como costumbres, valores y creencias; se alimentan continuamente de la influencia endógena y exógena; en este sentido hace referencia a la mismisidad y a la continuidad de "algo", en contraposición a la "variedad" y el "cambio".

De ahí, lo importante de buscar las raíces, la autenticidad de la identidad que aparece como esencia, como una condición inmanente del individuo; la identidad es conciencia y a la vez construido sobre diferentes bases que actúan simultáneamente con las estructuras, patrones sociales y culturales de las sociedades; "la identidad es pues el fenómeno que está presente en la forma en que los miembros de un grupo se definen y son definidos por los otros. Estas definiciones y circunstancias concretas, se constituyen en función de necesidades e intereses estratégicos de sobrevivencia, (alianza, afinidades, relaciones de parentesco…) propios de cada cultura, se inventan y se recrean mediante recursos múltiples; y están sobre todo determinados por la relación entre "nosotros" (inclusivo/el "otro" exclusivo) con los "otros". (Ferrúa, 2003: 11).

Dentro de éstas consideraciones, la identidad de un individuo está modulada por la cultura y la sociedad en sus múltiples facetas y de la cual los símbolos que los identifican son extraídos del propio medio natural, social y cósmico que los rodean; donde las raíces culturales son elementos vivenciales, donde muchas veces juegan roles importantes la construcción o manifestación; la identidad manifiesta una relación común y concreta. Independientemente de aspectos raciales (o biológicos) la identidad es una conciencia de aspecto auténtico, es decir cultural; los mensajes de esa unidad están codificados por símbolos, con una profundidad imperecedera que supera cualquier escritura convencional ya que ello es esencial en la colectividad, dan forma y alimenta a ese alma o espíritu que es la identidad cognitivo.

La memoria e identidad, son categorías y unidades de estudio y como posibilidad de análisis puede servirnos en dos aspectos fundamentales[2]primero como una unidad de análisis teórico-metodológico, a partir de los modelos, conceptos, nociones de los estudios de las diversas disciplinas y enfoques, y en segundo lugar como categoría social, donde se construye y reconstruye desde las diferentes vertientes y percepciones de la praxis social.

La memoria e identidad en Incaraqay

La memoria como categoría social, permite analizar las diferentes manifestaciones y hechos sociales, en este camino podemos encontrar diversos niveles, puesto que la memoria e identidad están interrelacionados en su herencia social y cultural.

En la Comunidad de Incaraqay los miembros tienen ciertas categorías para poder analizar y registrar dentro de su memoria individual y colectiva, en este proceso participan una serie de entidades y actores sociales, por ejemplo la comunidad esta organizado en cuatro barrios como son Atauri, Quiswuar, Rayan y Rumihuasi; ésta forma de organización permite tejer una red de alianzas entre sus miembros, además cada barrio tiene su sistema político de varayoq que articula rápidamente en el funcionamiento de cada uno. Para un mayor entendimiento el mito de origen de la comunidad de incaraqay se trascribirá textualmente, para luego hacer un análisis, porque dentro de ello encontramos la memoria y la identidad guardadas bajo la expresión de la oralidad.

6.1.- Mito de origen del Pueblo de Incaraqay

Narra : Pablo Huaytalla Bautista (edad 83 años)

(Narración en castellano).

Ocupación : Campesino (Agricultor)

Procedencia : Comunidad de Incaraqay

"…mi abuelo me contó, que existía cuatro puquiales, ahora donde que esta ubicada la plaza del pueblo… que cuatro hermanos caminantes siempre pasaban por ésta zona, en eso uno de ellos encontró los puquiales, llamó a sus cuatro hermanos para que tomen el agua, en eso los hermanos cada uno se adueñaron de los puquiales y lo llamaron: atauri, rayan, quiswuar y rumihuasi; hoy en día son nuestros barrios de la comunidad.

Ellos son nuestros fundadores de nuestros barrios, donde que cada barrio tiene chacras y están organizados…

  • El primer hermano, lo llamó Atauri, donde que actualmente están las familias: Bautista, Gómez, Prado, Tineo y Auqui.

  • El segundo hermano, lo llamó Rayan, donde que están las familias: Huaytalla y Sulca.

  • El tercer hermano, lo llamó Quiswuar, donde que están las familias: Baygorrea, y Cuba, y

  • El cuarto hermano, lo llamó Rumihuasi, donde que están las familias: Huamani y Escalente.

Una vez formado los cuatro barrios, los hermanos decidieron poner un nombre general… había una discusión en que cada uno de ellos quería poner el nombre de su barrio, en eso uno de los hermanos vio una "casita" de los incas[3]que existía (aclara – ahora ya no existe, yo, recuerdo cuando era niño esa casita existía aún) y sugiere que se llame incapa raqaynin[4]la casona del inca)[5] y luego decidieron que se quede con ese nombre.

En cada barrio tenemos nuestros chacras y pastos donde cuidamos nuestros animales y sembramos… en esta zona (señala con la mano – a la parte baja) sembramos maíz, arbeja… por allá (parte media) sembramos cebada, trigo… y más arriba (parte alta) cuidamos nuestros animales… y también sembramos papa, mashua, olluco…."

Dentro de este mito encontramos dos etapas bien diferenciadas: primero la época prehispánica, la casa del inca, cuatro puquiales, cuatro hermanos y luego se crea cuatro espacios (Atauri, Rayan, Quiswuar y Rumihuasi), en cada uno de los espacios también aparecen un sistema de organización social, político (como por ejemplo el varayoq). Esta es la característica de la organización cuatripartita de la sociedad andina[6]ésta forma de organización económica, social, ideológica y política; permitió ordenar los espacios y buscar el equilibrio social entre sus miembros. Además se puede notar que existen tres pisos ecológicos lo que sustenta la verticalidad andina; este sistema de manejo permite equilibrar y balancear la dieta alimenticia, el manejo adecuado del sistema ecológico, hasta hoy en día, están vigentes en estas sociedades, gracias a estos elementos como es la memoria y la identidad aún resiste frente al sistema de "globalización y modernización" y, en segundo lugar, encontramos la época colonial la conformación de la comunidad y sus barrios, las familias como Bautista, Tineo, Cuba, Prado, Sulca; apellidos de origen español. Dentro la estructura ideológica andina hoy en día, estos dos elementos son funcionales y fundamentales son opuestos y complementarios.

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Entonces, el mito esta en la memoria colectiva de los miembros de esta comunidad, es la raíz del sistema de organización y construcción de su identidad reflejado en el mito, dentro de los entrevistados tres personas mayores de edad me contaban, donde podía percibir el sentimiento y el orgullo de pertenecer a la comunidad y cada vez me recalcaba sus triunfos, peleas con otros comunidades, de sus fiestas y las formas de organización. En este término el mito encierra un sentido de pertenencia, narración, ideológico y discurso identitario; el relato tiene una explicación simbológíca muy profunda para esa cultura su origen, existencia y desarrollo de la vida donde cada vez es retroalimentado por la memoria y reforzado la raíz de la identidad incaraqina. Desde esta perspectiva el mundo indígena ha creado una serie de mitos para poder explicar y entender los origines de las cosas, familias, apellidos, comunidades, espacios geográficos, etc. Los mitos no explican solamente porque el ser humano y el mundo en el que vive son como él los percibe sino; narrar mitos significa una necesidad vital, no sólo para aplacar o propiciar los poderes sobrehumanos, sino también para estimular los mismos dotes creativos y espirituales que llevaron al ser humano a transmitir sus mitos a sus generaciones. Entonces, el mito es reflejo simbólico la realidad, como menciona Malinowski, es una realidad originaria que responde a una necesidad religiosa, a aspiraciones morales, a imperativos de orden social; o como menciona Bohannan (1993:), que los mitos son verdaderos en el sentido de que proporcionan una serie de premisas para interpretar el mundo y juzgar la validez de la cultura; entonces, el mito proporciona la forma y el contenido ideológico de la cultura, donde están yuxtapuesta la memoria con la identidad.

6.2.- Importancia de la memoria individual y colectiva en la construcción de la identidad

La memoria como construcción social, permite reconstruir el pasado a través de diversos factores y tradiciones culturales (mito, leyendas, cuentos, fiestas…), estos elementos constitutivos resguardan la potencialidad y riqueza de la cultura incaraqina; entonces, la memoria constituye y sostiene permanentemente la identidad creando coherencia y continuidad dentro de la comunidad, por ejemplo cuando hay trabajos intercomunales, fiestas patronales en comunidades vecinas, etc., ahí la identidad colectiva toma sentido de pertenencia y continuidad.

Todas las sociedades tienen diferentes formas de clasificar, codificar, registrar los acontecimientos, este hecho tiene carácter ideológico y cultural; entonces ¿cuál es la relación entre la memoria individual y la memoria colectiva?: La memoria individual, es una condición necesaria y suficiente para llamar al reconocimiento de los recuerdos como testimonios o el mismo proceso de socialización, es decir, cuando nace una persona se desarrolla, aprende experiencias y valores; desde ese momento va aprendiendo todo el quehacer de la vida, hasta incluso obligaciones, necesidades, reconocimientos del grupo, familia, etc. estos aspectos van hacer culturalmente determinados; los individuos se definen por sus relaciones sociales y su forma de vida, se reproduce y cambia a través de acciones individuales; y la memoria colectiva, es la que recompone "mágicamente" el pasado, y cuyos recuerdos se remiten a la experiencia colectiva o grupal.

La memoria individual y colectiva están interrelacionados y se necesitan recíprocamente; en este sentido la experiencia, a partir de la tradición y la costumbre desarrollada por la sociedad; no puede haber memoria personal sin memoria colectiva y viceversa.

Dentro de estas dos direcciones de la conciencia colectiva e individual participan elementos constitutivos y constituciones, haciendo uso de las pautas establecidas por su cultura, entonces la memoria colectiva es transmitida por la comunidad, de un periodo de su historia, o de un acontecimiento concreto consiste en el conjunto de representaciones, que en relación con los mismos comparten mayoritariamente quienes la forman. Dichas representaciones se organizan en torno de un eje principal que es quien les confiere sentido suficiente para que puedan funcionar como fundamento de la comunidad concernida. Esta condición de la memoria, esta relacionado con el rescate del pasado y al instituirlo en referente de la identidad del pueblo convierten la rememoración de "supervivencia" cuya condición ética y cuyo alcance colectivo hacen del deber de memoria una práctica necesaria a toda afirmación grupal, esto es legitimado mediante sus tradiciones orales, culturas materiales e inmateriales.

Entonces, la memoria colectiva e individual, no es un producto social espontáneo o circunstancial, ni la consecuencia casual de una conjunción momentánea de diversos factores, sino resultado de una serie de prácticas selectivas, ejercidas de manera explicita e implícita; por ello en su estudio de la memoria colectiva Joan Pujadas (1996), señala que la memoria explora la construcción de esos mismos hechos, de los elementos que los componen y de la modalidad de su organización ya que si la memoria es selectiva, esta selectividad no se debe a carencias en el recordar a su orientación específica.

La memoria como categoría social se construye en el proceso de socialización; durante esta etapa hay varios componentes; en el mito de origen de la comunidad de Incaraqay, encontramos tres componentes: la retención, donde utiliza diversos mecanismos para poder retener los sucesos, por lo tanto asocian, categorizan (según el criterio, utilizando las características comunes a los objetos), repetición y visualización; en segundo lugar, codificación, a las cosas más importantes dan nombres, colores, sabores, formas, símbolos (profanos y sagrados), y en tercer lugar remembranza, este es una etapa de recuerdo, estos son acontecimientos donde tienen mayor impacto de las cosas, por que se legitima colectivamente. Estos tres componentes de la memoria participan en la construcción de la identidad, este tipo de registros tienen carácter ideológico-cultural, donde ayuda a entender el pasado, presente y el futuro, entonces la memoria colectiva reserva la identidad (cultural, social, político, económico, étnico, clase…) de la comunidad.

Por otro lado, también la memoria fija ciertos parámetros de identidad, el sujeto selecciona ciertos hitos, ciertos recuerdos que lo ponen en relación con "otros"; estos parámetros, que implican al mismo tiempo resaltar algunos rasgos de identificación grupal de los "otros" para definir los límites de la identidad, se convierten en marcos sociales para encuadrar las memorias. Algunos de estos elementos identitarios se tornan, para el sujeto individual o colectivo, en elementos "invariantes" o fijos, alrededor de los cuales se organizan las memorias.

Pollak (1992: 204) "señala tres tipos de elementos que pueden cumplir esta función: acontecimientos, personas o personajes y lugares. Pueden estar ligados a experiencias vividas por la persona o transmitidas por otros. Pueden estar empíricamente fundados en hechos concretos, o ser proyecciones o idealizaciones a partir de otros eventos. Lo importante es que permiten mantener un mínimo de coherencia y continuidad, necesarios para el mantenimiento del sentimiento de identidad" (citado por Elizabert Jelin, 2001).

El reconocimiento y la fortaleza de las memorias y de las identidades se alimentan mutuamente. Hay tanto para las personas como para los grupos y las sociedades. Pero hay momentos donde las memorias y las identidades están constituidas y amarradas, los cuestionamientos que se puedan producir no provocan urgencias de reordenar o de reestructurar; pues trabajan por sí solas, y sobre sí mismas, en una labor de mantenimiento de la coherencia y la unidad. Los períodos de crisis internas de la cultura incaraqina o de amenazas externas generalmente implican reinterpretar, la memoria cuestiona la propia identidad; estos períodos son precedidos, acompañados por crisis del sentimiento de identidad colectiva y de la memoria. Pollak (1992), son los momentos en que puede haber una vuelta reflexiva sobre el pasado, reinterpretaciones y revisionismos, que siempre implican también cuestionar y redefinir la propia identidad grupal.

En esta medida la memoria colectiva se cementa y luego se ramifica en la práctica social, este hecho reproduce masivamente para buscar la legitimidad y práctica permanente. Por otro lado, también cada individuo busca su reacomodo y reajuste mediante algunos elementos comunes como la música, comida, danza, lenguaje, rito, mito, etc., pero esto es flexible, depende de la cultura y la sociedad, es decir es dinámico y plástico. La construcción de la memoria individual y colectiva, nos permite entender y reflexionar sobre los fenómenos sociales cómo es la aculturación, alteridad, recuerdo, olvido, maneras de registrar de su historia a través de sus tradiciones y las formas como se transmiten, etc. todo este proceso histórico-social, a través de su registro podemos reinterpretar y analizar sus hechos.

6.3.- Función y relación entre memoria e identidad

La memoria tiene una función muy importante dentro de una sociedad, ahí se encuentra toda la riqueza y la reserva de los sucesos y acontecimientos históricos, políticos, sociales, culturales, etc. mediante este cordón umbilical se recapitula y alimenta la identidad y la conciencia de un pueblo. Por lo tanto, es necesario buscar las raíces de su esencia, pero eso sí, sin caer en "exageraciones" ni "etnocentrismos", al contrario estas expresiones deben ser examinadas en su praxis social para que se pueda tejer la relacionalidad y la racionalidad de esa sociedad determinada y así llegar a un analizar profundo.

Existe un plano de relación entre memoria e identidad, en la memoria están las referencias, recuerdos, narraciones, saberes, emociones, actos, hasta el olvido, por lo tanto es un medio de identificación; y la identidad, es la manera de percibir o vivir con sus propias características, estilos de vida y entender sus tres entornos: lo social, natural y cósmico, este es una característica de la cultura incaraqina; de ahí es importante como punto de partida para la reflexión; el núcleo de cualquier identidad individual o grupal está ligado a un sentido de permanencia, legitimidad, unidad, etc. a lo largo del tiempo y del espacio; el poder recordar y rememorar algo del propio pasado (como es el caso del mito de origen incaraqino), es lo que sostiene y retroalimenta la identidad, además existe una relación estrecha entre la memoria e identidad, ya que ni la memoria ni la identidad son "cosas" u objetos materiales, porque las identidades y las memorias no son cosas sobre las que pensamos, sino cosas con las que pensamos; como tales, no tienen existencia fuera de nuestra política, economía, nuestras relaciones sociales y nuestras historias, sino dentro de ella está yuxtapuesta y cada ves alimentadas, ya sea por la literatura oral como el mito, la cultura material y las relaciones sociales.

Una de las funciones de la memoria colectiva, es reconstruir el pasado a partir de sus intereses y del marco de la referencia del presente, esta memoria colectiva retroalimenta y fortalece la identidad, porque tiene una construcción sobre la base de la necesidad del pasado, expresado en el presente y proyectado hacia el futuro; entonces podemos decir que la memoria (como el mito de origen de la comunidad de Incaraqay) asegura la permanencia y resistencia de la identidad de los incaraqinos, estas expresiones están sostenidas en las producciones culturales, en los relatos, en la literatura oral; es decir, la memoria articula y reconstruye el pasado, por lo tanto es la gestora de la identidad.

La memoria, también cumple un papel fundamental para los miembros de una sociedad, porque está en permanente producción, en un proceso de interpretación e inclusión, puesto que las generaciones interpretan de acuerdo a su realidad y circunstancias vivénciales, y a la vez, es un trámite de la construcción de la identidad; los acontecimientos que son registrados tienen una serie de características identitarias (tipo de vestimenta, deidades locales o familiares…), gracias a estos elementos buscan la unidad o la coherencia dentro de su manifestación cultural e ideológico.

Reconstrucciones y memorias identitarias

La reconstrucción de las identidades, obedece a una nueva reinterpretación bajo la reserva de la memoria, como el mito de origen, por ésta razón en la cultura incaraqina encontramos un nuevo reajuste y reterritorialización de la identidad de acuerdo a la realidad existente con coherencia social y cultural, para que la colectividad intérprete y se manifieste bajo esa visión coherente.

Esto va a permitir tomar nuevos elementos en la música, trabajo, fiesta, percepciones de su realidad, sin embargo, se reacomoda de acuerdo a la necesidad e interés colectivo. El pasado histórico y social ha trastocado la estructura ideológica, cultural, social y político de las dinámicas de desarrollo normal de los incaraqinos, han acelerado violentamente produciendo un problema psicosocial y emocional en las familias incaraqinas; tal es el caso de la época de la violencias socio-política de las años 80s, este hecho a generado la desestructuración[7]y la desorganización identitaria; el impacto de los daños son irreversibles.

Pero, gracias a algunos elementos comunes como la comida, música, sistema de vida, etc., donde que la identidad se reconstruye y se recrea, pero sin embargo su dialéctica de la identidad es muy compleja no puede haber reconstrucción, sino construcciones múltiples y complejas.

Hay necesidad de búsqueda de nuevas identidades, cada grupo social registra, codifica y clasifica su historia y guarda en su memoria colectiva e interpreta de acuerdo a su ideología para sus generaciones, entonces ¿cuál es el papel de la memoria colectiva y la ideología?, el papel fundamental es registrar y guardar en el baúl de los recuerdos culturales. La memoria es un elemento constitutivo del sentimiento de identidad, tanto individual como colectivo en la medida en que es un factor extremadamente importante del sentimiento de continuidad y de coherencia de una persona o de un grupo en su reconstrucción de sí mismo; para Maria Laura (1997), menciona que la ideología interviene en la reconstrucción del pasado porque es indispensable para una sociedad el poseer una conciencia histórica, ésta no se relaciona con el simple recuerdo de los hechos históricos como pasaron realmente, sino que siempre implican una lectura del pasado, y es en esa lectura donde se juega la ideología; entonces en la reconstrucción de las identidades juega un papel muy importante la ideología porque determina los aspectos de la historia se modificaron en función de su ideología.

Memoria e identidad, conducen a una reflexión de los hechos que se produce en la comunidad de estudio; la memoria permite recordar y rememorar algo del propio pasado, es lo que sostiene la tradicionalidad de los incaraqinos, por ejemplo en cada año se realizan fiestas patronales como la de Santa Rosa de Lima, Virgen del Carmen patrona de la Comunidad, etc. Lo importante es que permiten mantener un mínimo de coherencia y continuidad, necesarios para el mantenimiento del sentimiento de identidad. El reconocimiento y la fortaleza de las memorias y de las identidades se alimentan mutuamente.

Entonces, hay momentos donde las memorias y las identidades están constituidas por elementos como el espacio (pueblo), época de la socialización (juegos, recuerdos, sentimientos, amores, odios…); por lo tanto, trabajan por sí solas, y sobre sí mismas, en una labor de mantenimiento de la coherencia y la unidad. Los períodos de crisis internas de un grupo o de amenazas externas generalmente implican reinterpretar la memoria y debatir la propia identidad, mediante sus generaciones y expresiones culturales e ideológicas.

Conclusiones

  • 1. La memoria es un proceso social, por lo tanto reelabora el recuerdo, es decir, reconstruye otorgando un sentido y direccionalidad a través de acontecimientos, relatos, mitos, cuentos, etc. En este proceso la memoria nutre al presente, y proporciona materiales para el futuro, dentro de ese marco articula, unifica esos elementos constitutivos sueltos, por ello la memoria es selectiva en la reconstrucción y manifestación simbólica y no simbólica, además obedece a una necesidad e interés colectivo.

  • 2. Dentro del mito de origen de la comunidad de Incaraqay, encontramos una clara expresión de la memoria e identidad, puesto que están, dentro de esa expresión oral una serie de recuerdos y hechos históricos, míticos, sistemas de organizaron, etc. que obedecen al marco de la concepción ideológica e identitaria de la comunidad, por lo tanto, la resguarda o reinterpreta estos hechos es la memoria, bajo una realidad objetiva y la praxis social.

  • 3. El mito de origen es un conducto que permitió explorar la memoria en sus diferentes niveles y la diferentes formas de la identidad (cultural, social, étnico, ideológico…). La tradición ha hecho que el mito permanezca en la memoria vigente, en este hecho hay una serie de sucesos, acontecimientos, experiencias, valoraciones, además tienen interpretaciones con contenidos ideológicos, simbólicos e identitarios, entonces, la colectividad incaraqina, a través del mito se articula, unifica, buscando un norte, su pertenencia y orgullo de pertenecer a ese espacio, y además esto les permite regular y construir su identidad. Por lo tanto, la memoria retroalimenta y fortalece la identidad, porque tiene una construcción sobre la base de la experiencia vivencial.

  • 4. La memoria selecciona e interpreta el pasado, reconstruyendo el presente y proyectándose hacia el futuro, sobre todo tiene alto contenido de valores, conocimientos, representaciones, etc., y permanentemente lubrica y reactiva la identidad en sus diferentes formas.

Referencias bibliografías

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Autor:

Antrop. Percy Escriba

[1] Ponencia inicial en XIV Congreso Nacional de Estudiantes de Antropología. 10 al 15 de Setiembre del 2007. Trujillo – Perú

[2] Ver, Elizabet Jelin (2001)

[3] Miriam Salas De Coloma (1979), historiadora, en su obra “De los obrajes de Canaria y Chincheros a las Comunidades Indígena de Vilcashuamán Siglo XVI”, Menciona que ésta zona fue ruta de los Incas, por lo tanto, el pueblo de Incaraqay era el intermediario entre Vilcashuamán y Huaytará; donde que descansaban, por esta razón construyeron una casa, donde los indígenas lo llamaron incapa-raqaynin.

[4] Durante su proceso de desarrollo histórico el nombre ha cambiado, hoy en día se llama Incaraqay.

[5] La traducción es nuestro.

[6] Zuidema (1995), Murra (1975) y otros estudiosos del área andina mencionan que la característica principal fue la dualidad, cuatripartita, por lo tanto, en esta zona también encontramos con estas similitudes.

[7] Ver, Nathan Wachtel (1973) sobre la desestructuración de la organización andina. pág. 134-211