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El destino del hombre (página 2)

Enviado por Digicentro Famal


Partes: 1, 2, 3

Cuando una flor se abre y la brisa esparce su perfume, las abejas acuden sin ser llamadas. Las hormigas van donde encuentran algo dulce. Del mismo modo, cuando un hombre se torna puro y perfecto y la dulce influencia de su carácter se esparce por todas partes, todos los que buscan la Verdad se sienten naturalmente atraídos por él. No necesita ir en busca de oyentes.

El agua de lluvia de los techos cae al suelo por canos que, a veces, en su extremidad tienen la forma de una cabeza de tigre. Se recibe la impresión de que el agua sale de la boca de un tigre, cuando en realidad desciende del cielo. Del mismo modo, las enseñanzas de los santos, aunque salen de sus bocas, es algo que viene directamente de Dios.

Parentesco de todos los que buscan lo espiritual

Las personas de mente espiritual forman un mundo aparte, que está por encima de todos los convencionalismos sociales.

La mujer siente, naturalmente, pudor de relatar a todo el mundo las conversaciones que tiene a diario con su marido. Nunca las comunica a nadie, ni se siente inclinada a hacerlo; y si sus íntimos secretos llegan a divulgarse, se siente muy molesta. Pero a una amiga íntima le hace sus confidencias sin reserva, y a veces está impaciente por contarle sus intimidades, hallando gran placer en hacerlo. De un modo similar, un verdadero devoto no le comunica a nadie sino a otro bhakta sincero el gozo extático que disfruta en la Divina comunión; y, a veces, hasta siente ansiedad de relatar a otro devoto sus experiencias y se siente feliz cuando puede hacerlo.

¿Por qué a un amante de Dios no le gusta vivir en la soledad? El fumador de cáñamo no halla placer en fumar sin la compañía de otros fumadores. Del mismo modo, el devoto, al igual que el fumador de cáñamo, no halla placer en cantar sus alabanzas al Señor sin la compañía de otros devotos.

Beneficio de estar en compañía de los santos

Si se mezcla la leche con agua, no se la puede volver a separar. Del mismo modo, si un aspirante religioso frecuenta la compañía de toda clase de gente mundana, no sólo pierde de vista el ideal, sino también mueren imperceptiblemente su primitiva fe, amor y entusiasmo.

La compañía de los santos y los sabios es uno de los principales elementos del progreso espiritual.

Si vemos un abogado, naturalmente pensamos en pleitos y jueces. Del mismo modo, cuando vemos a un hombre espiritual, recordamos a Dios y la vida después de la muerte.

La compañía de los santos es como el agua en que se lava el arroz. El agua de arroz tiene el poder de hacer desvanecer la borrachera. Del mismo modo, la compañía de los devotos quita a los hombres mundanos la borrachera que les causa el vino de los varios deseos.

Algunos obstáculos en la vida espiritual

Dios no se manifiesta donde reinan la timidez, el odio y el miedo.

En la balanza, el platillo más pesado baja, mientras que el más liviano sube. En forma similar, quien está cargado con muchos cuidados y preocupaciones mundanas se hunde; en cambio, aquel que tiene pocos deberes y ansiedades se eleva a los pies del Señor.

¿En qué estado mental se obtiene la visión de Dios? Cuando la mente se encuentra perfectamente tranquila. Mientras el mar de la mente es agitado por el viento de los deseos, no puede reflejar a Dios, y por lo tanto, la visión Divina es imposible.

No seas como la rana en el pozo. La rana que habita en el pozo no reconoce nada mejor y más grande que su propio pozo. Así son todos los fanáticos. Piensan que no puede existir nada mejor que su creencia particular.

Paciencia

Fíjate en el yunque del herrero; cuántos golpes recibe, sin embargo no se mueve de su lugar. Aprende del yunque a tener paciencia y saber resistir.

Discreción

Guarda en lo íntimo tu fe y sentimientos. No hables de ellos a los demás. Caso contrario, sufrirás una gran pérdida

Cuanto más oculta una persona sus prácticas devocionales a los demás, tanto mejor para ella.

Humildad y respeto de sí mismo.

Para ser grande, hay que sentirse humilde. La alondra hace su nido en el suelo, pero vuela muy alto en el espacio. Las altas montañas no son aptas para el cultivo. En cambio, los valles son fértiles porque retienen el agua.

Los árboles cargados de frutos se inclinan hacia el suelo. Si quieres ser grande, sé apacible y humilde.

Sé tan desprovisto de vanidad como la hoja seca llevada por un fuerte viento.

Es un verdadero hombre aquel que se respeta a sí mismo. Otros, de hombres sólo llevan el nombre.

No hay jactancia en el orgullo que expresa la gloria del alma. No hay humildad en aquella humildad que rebaja al ser.

Simplicidad

Hasta que no te vuelvas simple como un niño, no recibirás la iluminación divina. Olvida toda tu sabiduría mundana e ignórala por completo como si fueras un niño; sólo así llegarás a conocer la Verdad.

La simplicidad mental te conducirá fácilmente a Dios. Si una persona es simple, las enseñanzas espirituales fructifican fácilmente en ella, con la misma facilidad que germinan las semillas en la tierra cultivada, libre de piedras.

Renuncia a los deseos

Mientras el espacio celestial del corazón es agitado por las ráfagas de los deseos, hay poca probabilidad de contemplar allí el esplendor de Dios. La visión beatífica sólo alborea en el corazón que está calmo y arrobado en la comunión Divina.

Cuanto mayor es el apego que tiene al mundo, tanto menor es la posibilidad que tiene el hombre de obtener el Conocimiento. Cuando menos está apegado al mundo, más probabilidades tiene de alcanzar el conocimiento.

¿Cómo podemos vencer la animalidad que vive en nosotros? Cuando la fruta crece, los pétalos de la flor caen por sí solos. De igual modo, cuando crece en tí la Divinidad, todas las debilidades de tú naturaleza humana desaparecen por sí solas.

¿Como desaparece la atracción de los placeres sensorios? Desaparece en Dios, que es la personificación de toda dicha. Aquellos que realizan a Dios, no sienten atracción por los placeres mezquinos y sin valor del mundo.

Oración y devoción

¿Se debe orar ante Dios en voz alta? Reza como te plazca. Es seguro que Dios te oye siempre. El escucha hasta las pisadas de una hormiga.

¿Hay realmente alguna eficacia en la oración? Sí. Cuando la mente y el habla se juntan para pedir con fervor algo, esa plegaria recibe contestación. Pero no tienen eficacia los rezos de un hombre que dice de labios para afuera: Oh Señor, ¡todas estas cosas son Tuyas!, pero, al mismo tiempo, en su corazón, piensa que todo lo que tiene es suyo.

Para llegar a la presencia de un poderoso monarca, uno primero debe congraciarse con los porteros del palacio real y los oficiales que guardan el trono. Del mismo modo, para alcanzar al Señor Todopoderoso y obtener su Gracia, uno debe practicar mucha devoción, servir a los devotos y vivir por largo tiempo en compañía de los sabios.

Dios es extremadamente atento, hijo mío. El ha oído cada uno de tus rezos. Tarde o temprano El se te revelará, aunque sea en el momento de la muerte.

En todas la religiones se adora al mismo Dios.

El agua es llamada con diferentes nombres por distintos pueblos; en algunos se la llama water; en otros vari; en otros agua y en otros pani. Así el único Satchidananda (Existencia, Inteligencia, Dicha Absoluta) por algunos es invocado como Dios, por otros como Alá, por otros como Harí y por otros como Brahman.

En el taller de un alfarero hay vasijas, jarros, fuentes, etc., de distintas formas y tamaños, pero todos están hechos de arcilla. Así, Dios es uno, pero se le adora en distintas épocas y regiones de la tierra bajo diversos nombres y formas.

Las religiones son sólo diferentes senderos que conducen al único Dios

En un gran estanque hay varias escaleras (ghats) para llegar al agua. Podemos bajar por cualquiera de ellas, pues, lo importante es bañarse o llenar su propia vasija con agua, y no discutir inútilmente sobre si una escalera es mejor que otra. En forma similar, hay muchas escaleras que conducen a las aguas de la fuente de Eterna Dicha. Cada religión es uno de esos ghats. Desciende rectamente, con sincero y anhelante corazón, por uno de esos ghats y llegarás al agua de la Bienaventuranza Eterna. Pero no digas que tu religión es mejor que la de otro.

Muchos son los "nombres" de Dios e infinitas son las formas por cuyo medio uno puede acercarse a El. Cualquiera sea el nombre y la forma con que Lo adoras, por medio de esa forma Lo realizarás.

La luz del gas ilumina varios lugares con distinta intensidad, pero la sustancia de la luz, vale decir, el gas, viene de un mismo gasómetro. De igual modo los maestros religiosos de todos los lugares de la tierra y de todas las épocas, son sólo faroles que emiten la luz del Espíritu, la cual fluye constantemente de una fuente inagotable.

Fe

A un discípulo que criticaba la fe de ciertas personas, llamándola "fe ciega", el maestro le observó: Bien, ¿puedes explicarme qué quieres significar por "fe ciega"? Además, ¿cuáles son sus ojos? Di «fe» o di «conocimiento». De otro modo, ¿qué es esa singular noción de que la fe en algunos casos es «ciega» y en otros «tiene ojos»?

El hombre sufre por la falta de fe en Dios.

El Conocimiento con respecto a Dios se mide por la fe que uno tiene. Es estéril buscar mucho Conocimiento ahí donde hay poca fe. Una vaca que sea muy delicada en cuestión de comida, no da mucha leche. Pero la vaca que come de todo – pasto, hojas, cortezas, paja, etc. – y los come con gran apetito, da abundante leche. De su ubre sale la leche a torrentes.

Aquel que tiene fe lo tiene todo, y quien carece de ella, carece de todo.

A menos que se llegue a tener la fe de un niño, es muy difícil realizar a Dios. Si una madre le dice a su hijito: Ese es tu hermano, el niño cree plenamente que la persona a quien ella se refiere es realmente su hermano. Si la madre le dice: No vayas allí porque hay un espantajo, el niño piensa que realmente hay allá un espantajo. Dios se apiada cuando ve en un hombre esa fe infantil. Nadie puede alcanzar a Dios teniendo la mente calculadora de un hombre mundano.

Entrega a Dios

Aquel que puede entregarse a la voluntad del Todopoderoso, con simple fe y sincero amor, realiza al Señor muy rápidamente.

Vivir en el mundo o abandonarlo, depende de la voluntad de Dios. Por lo tanto, trabaja y deja todo en Sus manos. ¿Qué otra cosa puedes hacer?

¿Qué debemos hacer, ya que estamos en este mundo? Resígnate a Dios, haz entrega de todas las cosas a El, y no habrá más perturbaciones para ti. Entonces, llegarás a saber que todo se hace por su Voluntad.

No hay senda más segura y llana que la de bakalma (otorgar poder general). Bakalma aquí significa entregarse a la voluntad del Todopoderoso y tener conciencia de que nada es mío.

El monito se agarra a su madre y va a todas partes colgado de ella. En cambio el gatito no hace lo mismo, sino que maúlla lastimeramente y la madre lo toma con los dientes por la nuca. Si el monito suelta a su madre, cae y se lastima. Eso sucede porque confía en su propia fuerza. Pero el gatito no corre el mismo riesgo, ya que es la medre la que lo lleva a todas partes. Tal es la diferencia que hay entre confiar en sí mismo y la entrega total a la voluntad de Dios.

La verdad

Ten bhakti (amor a Dios) en tu interior y abandona todo artificio y engaño. Aquellos que se dedican al comercio o a los negocios, o que hacen trabajos de oficina, también deben adherirse a la Verdad. La veracidad es la tapasya (austeridad) que corresponde a esta edad de Koli (edad actual).

A menos que se diga siempre la verdad, es imposible hallar a Dios que es el alma de la verdad.

El hombre debe ser muy escrupuloso con respecto a la verdad. Por medio de la verdad podemos realizar a Dios.

Concentración y meditación

Siempre debe practicarse la concentración y la meditación.

Al atardecer, dejando de lado todo trabajo, debes meditar en Dios. Cuando oscurece, el recuerdo de Dios surge espontáneamente en la mente. Todo era visible hace un rato, pero, ¡ahora la oscuridad envuelve todas las cosas! ¿Quién ha hecho esto? Tale pensamientos surgen en la mente. ¿No has notado que los musulmanes al atardecer abandonan el trabajo y se sientan a orar?

Medita en Dios, ya sea en un lugar oscuro o en la soledad de los bosques, o en el santuario silencioso de tu corazón.

Refiriéndose a la época de sus sadhanas, el maestro decía a veces a sus discípulos: En aquellos días, antes de meditar en Dios, solía imaginar que lavaba mi mente de todas las impurezas (malos pensamientos, deseos, etc.)y, luego, instalaba en ella a la Deidad. Haced vosotros lo mismo.

Dilúyete en el Señor, como las drogas se diluyen en el alcohol.

La meditación profunda revela la verdadera naturaleza del Ideal Elegido en el cual se medita y la infunde en el alma de aquel que está meditando.

El secreto consiste en que la unión con Dios (yoga), nunca tiene lugar a menos que la mente esté absolutamente calma, cualquiera sea el sendero que se siga para la realización de Dios. La mente está siempre bajo el control del yogui y no el yogui bajo el control de la mente.

¡Enloquécete de divino amor!

Si has de volverte loco, enloquécete de amor por Dios y no por las cosas de este mundo.

Hay gente que vierte ríos de lágrimas por no tener hijos; otros sufren lo indecible porque no pueden conseguir riquezas. Pero, ¿cuántos son los que sufren y lloran porque no han visto a Dios? ¡Muy pocos, en verdad! Aquel que busca al Señor y llora por El, ciertamente lo hallará.

Naturaleza del verdadero anhelo

Que tu corazón anhele al Señor, como el avaro desea el oro.

Como aquel que se está ahogando ansía desesperadamente el aire, así tu corazón debe anhelar al Señor antes de encontrarlo.

Un día, Jesucristo caminaba a la orilla del mar. Se le acercó un devoto y le preguntó: Señor, ¿cómo puedo hallar a Dios? Jesús avanzó en el mar con el devoto y lo sumergió en el agua. Después de un rato lo soltó y levantándolo de un brazo le preguntó: ¿Cómo te sentiste debajo del agua? El devoto contestó: Sentí como si mi último momento hubiera llegado; mi condición era desesperada. Entonces Jesús le dijo: Verás al Padre cuando tu corazón llegue a anhelar a Dios con la misma intensidad con que deseabas un poco de aire hace un momento.

Debo alcanzar a Dios en esta misma vida; sí, en tres días debo hallarlo; más aun, con pronunciar Su nombre una sola vez Lo atraeré hacia mí, con tan violento Amor el devoto puede atraer al Señor y realizarlo rápidamente. Pero los devotos que son tibios en su amor, necesitan siglos para hallarlo, si es que llegan a realizarlo.

¿Por qué no vemos al Señor?

El Sol es muchas veces más grande que la Tierra, pero por la distancia aparece como un pequeño disco. Así, también, el Señor es infinitamente grande, pero, estando demasiado alejados de El, nosotros somos incapaces de comprender Su verdadera grandeza.

Un policía puede ver con su linterna a todo aquel sobre quien enfoca la luz, pero nadie puede verlo a él mientras no dé vuelta la luz hacia sí mismo. De igual modo, Dios puede ver a todos, pero nadie puede ver a El hasta tanto no se le revele por Su propia gracia.

Cómo se revela lo divino

Hay una pieza oscura en la que entran algunos rayos de luz, a través de una pequeña hendidura. Ahora bien, la idea de la luz que tendrá un hombre que se encuentre dentro del cuarto, será proporcionada a los rayos que entran. Si hay mayor es números de hendiduras en las puertas y ventanas, el hombre verá más luz; y si abre de par en par las puertas y ventanas, verá más luz aún. Pero, aquel que está en campo abierto es quien recibe la luz en toda su plenitud. Del mismo modo el Señor se revela a Sus devotos de acuerdo con la capacidad y naturaleza de sus mentes.

Relación entre Gurú y discípulo

No temas si un maestro tal (esto es, un gurú iluminado espiritualmente) no parece ser instruido y bien versado en las escrituras y otros libros. A un Maestro iluminado nunca le faltará la sabiduría de la vida. El recibe incesantemente el inagotable fluir del manantial de la sabiduría Divina – de verdades directamente reveladas y superiores a todos los conocimientos contenidos en los libros.

A un hombre que estaba discutiendo sobre el carácter de su gurú, el Maestro le dijo: ¿Por qué malgastas tu tiempo en fútiles discusiones? Toma la perla y tira la concha. Medita en el mantram que te ha sido dado por el gurú y no tomes en consideración las flaquezas humanas del maestro.

El discípulo no debe criticar nunca a su gurú. Debe obedecer sin reserva todo lo que el gurú le diga. Hay una copla en bengalí, que dice: Aunque mi gurú visite la taberna, es siempre el santo Ray Nityananda (compañero de Chaitanya, la Encarnación Divina ); y aunque mi gurú pueda ir a los sitios frecuentados por los borrachos y pecadores, para mí él es siempre mi intachable y puro gurú.

Máximas de significado ético

Haz tú mismo lo que quieres que otros hagan.

Viviendo una vida de paz y virtud, sé indiferente tanto a la alabanza como a la censura de los hombres.

Aquel que come rábanos, tendrá eructos con olor a rábano, y lo mismo pasará con el que come pepinos. De modo similar, la boca habla, algunas veces, de aquello que el corazón concibe en su interior.

Según un dicho antiguo, " a los gurúes se los puede encontrar por cientos y miles, pero es difícil hallar un solo chela (discípulo). "Significa que hay muchos que pueden dar buenos consejos, pero son pocos los que los siguen.

¿Por qué degenera la religión? El agua de lluvia es pura, pero cuando toca la tierra se ensucia debido al medio por donde pasa. Si los techos, las cañerías y los canales son sucios, el agua que pasa por ellos tiene que ser forzosamente turbia. (Del mismo modo, la religión es manchada por el medio a través del cual se manifiesta).

Mientras vives, aprende cada día algo de los misterios del Amor y la Devoción. Eso te beneficiará siempre.

Permanece siempre firme y constante en tu propia fe, pero aléjate de todo fanatismo e intolerancia.

El mejor sendero para ti es renunciar al deseo y trabajar con desapego.

Máximas de significado espiritual

El cielo habla, a veces, por la boca de los locos, los borrachos y los niños.

El diablo (el pecado) no entra nunca en una casa en donde siempre se cantan loores a Harí (Dios).

Si el Señor quiere, puede hacer pasar un elefante por el ojo de una aguja. El puede hacer todo lo que desee.

Aquel que a tomado refugio en Dios, nunca da un paso en falso.

Hasta que el espíritu en el hombre no es despertado, él no puede conocer a Dios.

Toma refugio en Dios y abandona la cortedad y el temor. Aleja de ti ideales tales como: Si yo bailara cantando los nombres del Señor, ¿qué diría la gente?

Si tienes fe, alcanzarás el objetivo de tu anhelo.

Es absurdo pensar que nos pueda sobrevenir algún daño por la excesiva absorción en Dios. Los rayos del diamante iluminan y acarician, pero no queman.

Lo Eterno debe ser alcanzado por medio de lo no-eterno; lo Real por medio de lo irreal y el noúmeno con la ayuda del fenómeno.

Su nombre es Inteligencia (Chinmaya); Su morada es Inteligencia; y El, el Señor, es Todo Inteligencia.

Hari Om Ramakrishna Hari Om

REUNIÓN DE DEMONIOS

Shaytam (Satán) llamó a una convención mundial de demonios. En su alocución de apertura dijo: "No podemos evitar que el número de musulmanes se acreciente día a día "No podemos evitar que lean su Coran y conocer la verdad"

"Tampoco podemos evitar que se entreguen a una intima relación con su Profeta, cuando llegan a esa situación nuestro poder sobre ellos se rompe".

"Así, dejémosles concurrir a sus mezquitas, dejémosles tener sus reuniones sociales y cenas, pero robémosles el tiempo, así no tendrán tiempo de desarrollar su camino hacia Allah.

"Esto es lo que quiero que hagan", dijo shaytam:"Distráiganlos de su Fe y de mantener la conexión vital durante todo el día".

"¿Cómo haremos esto?" los demonios gritaron.

"Manténganlos ocupados en trivialidades de la vida e inventen innumerables estratagemas para ocupar sus mentes,"

"Tiéntenlos a gastar, gastar, gastar, y pedir, pedir, pedir prestado:"

"Persuadan a sus esposas a salir a trabajar por largas horas y a los maridos a trabajar 6 o 7 días cada semana, 10 a 12 horas diarias, así ellos pueden mantener ese estilo vacío de vida".

"Eviten que pasen tiempo con sus hijos". "Como su familia se fragmentará,pronto, sus hogares no encontraran salida a las presiones del trabajo!"

"Sobre-estimulen sus mentes así ellos no puedan oír aquella calma, esa pequeña voz". "Tiéntenlos a escuchar mucho la radio, CDs, casetes cuando conducen sus automóviles". "De mantener continuamente sus TV, grabadoras, CD y sus computadoras constantemente en sus hogares y ver que cada negocio y restaurante en el mundo toque constantemente música popular". "Esto contribuirá a llenar sus mentes y romper su unión con Allah".

"Llenen las mesas con revistas y diarios de actualidad" "Repiqueteen en sus mentes con noticias mundiales como CNN 24 horas al día "Invadan las rutas con carteles publicitarios". "Inunden sus buzones con envíos postales inútiles, catálogos, publicidades y toda clase de propaganda y promoción ofreciendo productos gratis, servicios y falsas esperanzas".

"Presenten hermosas y delgadas modelos en revistas, películas y TV, así sus esposos creerán que la belleza exterior es lo importante, y no quedaran satisfechos con sus esposas." "Mantengan a las esposas muy cansadas para amar a sus maridos a la noche". "Denles dolores de cabeza, también". Si no les dan a los esposos el amor que ellos necesitan, ellos comenzaran a buscarlo afuera".

"¡Esto fragmentará la familia rápidamente!".

"Denles un Santa Claus para distraer a sus hijos de la enseñanza del verdadero significado de la vida."

"Denles un conejito de Pascuas para no hablar de su resurrección y poder sobre el pecado y muerte."

"Ayuden a que sus recreaciones las realicen en exceso." "Hagan que al regreso de sus recreaciones estén exhaustos."

"Logren que estén tan ocupados que no puedan ir a observar la naturaleza y el reflejo de Dios en la creación."

"Envíenlos a los parques de diversiones, eventos deportivos, juegos, conciertos, y cines, en su reemplazo." Manténganlos ocupados, ocupados, ocupados!" "Y cuando se reúnan para una reunión espiritual, que estén atentos a chismes y habladurías para que concluyan con conciencias preocupadas."

"Llenen sus vidas con cosas tan "buenas" que no tengan tiempo para la Palabra Divina.

Pronto ellos estarán trabajando en su propia fuerza, sacrificando su salud y su familia por una "buena causa"."

"¡Esto funcionará!" "¡Esto funcionará!" ¡Era realmente un gran plan!.

Los demonios se fueron ansiosos a sus puestos asignados causando a los creyentes problemas en todos lados y llevándolos a estar más ocupados y apurados, yendo de aquí para allá. Teniendo muy poco tiempo para su Dios ni para sus familias.

LO QUE DAMOS REGRESA

Su nombre era Fleming y era un pobre agricultor inglés.

Un día, mientras trataba de ganarse la vida para su familia, escuchó a alguien pidiendo ayuda desde un pantano cercano.

Inmediatamente soltó sus herramientas y corrió hacia el pantano.

Allí, enterrado hasta la cintura en el lodo negro, estaba un niño aterrorizado, gritando y luchando, tratando de liberarse del lodo.

El agricultor Fleming salvó al niño de lo que pudo ser una muerte lenta y terrible.

Al día siguiente, un carruaje muy pomposo llegó hasta los predios del agricultor inglés.

Un noble inglés, elegantemente vestido, se bajó del vehículo y se presentó a sí mismo como el padre del niño que Fleming había salvado.

Yo quiero recompensarlo, dijo el noble inglés. Usted salvó la vida de mi hijo.

No, yo no puedo aceptar una recompensa por lo que hice, respondió el agricultor inglés, rechazando la oferta.

En ese momento, el propio hijo del agricultor salió a la puerta de la casa de la familia.

-¿Es ese su hijo? preguntó el noble inglés.

-Sí -, respondió el agricultor lleno de orgullo.

-Le voy a proponer un trato. Déjeme llevarme a su hijo y ofrecerle una buena educación. Si él es parecido a su padre, crecerá hasta convertirse en un hombre del cuál usted estará muy orgulloso.

El agricultor aceptó.

Con el paso del tiempo, el hijo de Fleming el agricultor se graduó en la Escuela de Medicina del St. Mary' s Hospital en Londres, y se convirtió en un personaje conocido a través del mundo, el notorio Sir Alexander Fleming, el descubridor de la Penicilina.

Algunos años después, el hijo del noble inglés cayó enfermo de pulmonía.

¿Que lo salvó? La Penicilina.

¿El nombre del noble inglés? Randolph Churchill.

¿El nombre de su hijo? Sir Winston Churchill.

Alguien dijo una vez: Siempre recibimos a cambio lo mismo que ofrecemos.

CUENTOS del MULLA NASRUDIN

Lo que sigue es apenas una minúscula parte de las incontables historias del Mulla Nasrudin, personaje emblemático utilizado por los maestros sufis (y muchos maestros espirituales) como apoyo iniciatico al servicio de sus enseñanzas.

En occidente se los conoce por los libros de Idries Shah.

 

LAS ARMAS DEL MULLA

Mulla Nasrudin inicio un viaje hacia tierras lejanas, motivo por el cual se consiguió una cimitarra y una lanza. En el camino, un bandido cuya única arma era un bastón, se le hecho encima y lo despojo de sus pertenencias.

Cuando llego a la ciudad mas próxima, el Mulla contó su desgracia a sus amigos, quienes le preguntaron como había sucedido que el, estando armado con una cimitarra y una lanza, no hubiera podido dominar a un ladrón armado con un modesto bastón.

El replico: El problema fue precisamente que yo tenia las dos manos ocupadas, una con la cimitarra y la otra con la lanza. ¿Como creen ustedes que hubiera podido salir airoso?

La interpretación de esta historia se vuelve evidente al conocer otra acerca del erudito ….

EL ERUDITO

Mulla Nasrudin consiguió trabajo de barquero. Cierto dia, transportando a un erudito, el hombre le pregunta:

-¿Conoce usted la gramática?

-No, en absoluto – responde Nasrudin.

– Bueno permítame decirle que ha perdido usted la mitad de su vida – replica con desdén el erudito.

Poco después, el viento comienza a soplar y la barca esta a punto de ser tragada por las olas. Justo antes de irse a pique, el Mulla pregunta a su pasajero:

– ¿Sabe usted nadar?

– ¡No! – contesta, aterrorizado, el erudito.

– Bueno, ¡permítame decirle que ha perdido usted toda su vida!

Esta segunda historia se relaciona directamente con la anterior. Nos dice: ¿De que sirve tener un conocimiento si no sabemos aplicarlo a la realidad?

En otras palabras, ¿de que sirve armarnos de un saber inútil?

Después de haber leído ambas historias, me pregunto: ¿Que se? ¿De que hablo? ¿Es necesario instruirse? Si, es importante hacerlo, pero hay que indagar de que sirve el conocimiento adquirido y saber deshacernos del que es inútil.

Por mi parte prefiero utilizar el conocimiento para desarrollar una técnica personal que conozca a fondo y se aplique a la realidad, en vez de coleccionar miles de conocimientos que no aplicare nunca.

¿De que sirven todas las teorías sobre la sexualidad, el amor, el bien, la oración, …. , si jamás la aplico? Es como ocultarse atrás de ese saber, para no hacer nada.

LA SOPA DE PATO

Cierto día, un campesino fue a visitar a Nasrudin, atraído por la gran fama de este y deseoso de ver de cerca al hombre más ilustre del país. Le llevo como regalo un magnifico pato.

El Mulla, muy honrado, invito al hombre a cenar y pernoctar en su casa. Comieron una exquisita sopa preparada con el pato. A la mañana siguiente, el campesino regreso a su campiña, feliz de haber pasado algunas horas con un personaje tan importante.

Algunos días mas tarde, los hijos de este campesino fueron a la ciudad y a su regreso pasaron por la casa de Nasrudin.

– Somos los hijos del hombre que le regalo un pato – se presentaron.

Fueron recibidos y agasajados con sopa de pato.

Una semana después, dos jóvenes llamaron a la puerta del Mulla.

– ¿Quienes son ustedes?

– Somos los vecinos del hombre que le regalo un pato.

El Mulla empezó a lamentar haber aceptado aquel pato. Sin embargo, puso al mal tiempo buena cara e invito a sus huéspedes a comer.

A los ocho días, una familia completa pidió hospitalidad al Mulla.

– Y ustedes ¿quienes son?

– Somos los vecinos de los vecinos del hombre que le regalo un pato.

Entonces el Mullah hizo como si se alegrara y los invito al comedor. Al cabo de un rato, apareció con una enorme sopera llena de agua caliente y lleno cuidadosamente los tazones de sus invitados. Luego de probar el líquido, uno de ellos exclamo:

– Pero… ¿que es esto, noble señor? ¡Por Ala que nunca habíamos visto una sopa tan desabrida!

Mulla Nasrudin se limito a responder:

– Esta es la sopa de la sopa de la sopa de pato que con gusto les ofrezco a ustedes, los vecinos de los vecinos de los vecinos del hombre que me regalo el pato.

En un momento dado, existe una verdad. Enseguida, todos la quieren conocer, pero reciben la versión de la versión de la verdad. Y en el fondo, nada pueden aprender de ella.

Ciertas verdades son la sopa en la cual no hay ni sombra del pato.

LA MIEL EN EL FUEGO

El Mulla calentaba miel en el fuego, cuando un amigo llego de improviso.

La miel comenzó a hervir y Nasrudin le convido a su visitante. Estaba tan caliente, que el otro se quemo.

– ¡Haz algo! – exclamo el amigo.

Entonces el Mulla tomo un abanico y lo agito por encima de la olla … con el propósito de enfriar la miel.

Psicológicamente, sucede lo mismo con cada uno de nosotros. Nuestra miel hierve, nos quema. Decimos que es necesario enfriarla, pero no la retiramos del fuego. No cambiamos en absoluto.

EL CONTRABANDISTA

Nasrudin solía cruzar la frontera todos los días, con las cestas de su asno cargadas de paja. Como admitía ser un contrabandista cuando volvía a casa por las noches, los guardas de la frontera le registraban una y otra vez. Registraban su persona, cernían la paja, la sumergían en agua, e incluso la quemaban de vez en cuando.

Mientras tanto, la prosperidad de Nasrudin aumentaba visiblemente.

Un día se retiro y fue a vivir a otro país, donde, unos años mas tarde, le encontró uno de los aduaneros.

– Ahora me lo puedes decir, Nasrudin, ¿Que pasabas de contrabando, que nunca pudimos descubrirlo?

– Asnos – contesto Nasrudin.

El hecho de que la persona media piense según unas pautas determinadas y no pueda adaptarse a un punto de vista muy diferente, le hace perder gran parte del sentido de la vida. Puede vivir, incluso progresar, pero no puede comprender lo que ocurre.

EL OSO

Un rey que gustaba de la compañía de Nasrudin, y también de la caza, le ordeno que le acompañara en la caza del oso. Nasrudin estaba aterrado.

Cuando Nasrudin volvió a su aldea, alguien le pregunto: – ¿Como fue la caza?

– Maravillosamente.

– ¿Cuantos osos viste?

– Ninguno.

– Entonces, ¿por que dices que fue maravillosamente?

– Cuando estas cazando osos, y tu eres yo, no ver ningún oso es una experiencia maravillosa.

Las normas del bien y del mal dependen de criterios individuales o de grupos y no de hechos objetivos. Hasta que experimentemos esto internamente y lo aceptemos intelectualmente, no seremos capaces de la comprensión interna.

El sufismo niega la suposición de que el mero hecho de vivir nos hace perceptivos. Un hombre puede estar clínicamente vivo y perceptivamente muerto. La lógica y la filosofía no le ayudaran a alcanzar la percepción.

Un aspecto del siguiente relato lo pone de manifiesto:

El Mulla estaba pensando en voz alta.

– ¿Como se si estoy vivo o muerto?

– No seas necio – dijo su esposa – si estuvieras muerto, tus miembros estarían fríos.

Poco tiempo después, Nasrudin se encontraba en el bosque cortando leña. Era pleno invierno. De repente se dio cuenta de que tenía fríos las manos y los pies.

Indudablemente estoy muerto – pensó – de modo que debo interrumpir mi trabajo. Los cadáveres no van por ahí caminando, se tendió sobre la hierba.

Pronto llego una manada de lobos y empezó a atacar al asno de Nasrudin, que estaba atado a un árbol.

– Vamos, continuad, aprovechaos de un hombre muerto – dijo Nasrudin sin moverse – pero si estuviera vivo, ¡no os permitiría estas libertades con mi asno!

AVISOS Y SENTENCIAS

1. Siempre el Señor descubrió los tesoros de su sabiduría y espíritu a los mortales; mas ahora que la malicia va descubriendo más su cara, mucho los descubre.

2. Más vale estar cargado junto al fuerte que aliviado junto al flaco; cuando estás cargado estás junto a Dios, que es tu fortaleza, el cual está con los atribulados; cuando estás aliviado estás junto a ti, que eres tu misma flaqueza, porque la virtud y fuerza del alma en los trabajos de paciencia crece y se confirma.

3. El que solo se quiere estar sin arrimo de maestro y guía, será como el árbol que está solo y sin dueño en el campo, que por más fruta que tenga los violadores se la cogerán y no llegarán a sazón.

4. El que a solas cae, a solas se está caído, y tiene en poco su alma, pues de sí solo la fía.

5. Pues no temes el caer a solas, cómo presumes de levantar a sola?; mira que más pueden dos juntos que uno solo.

6. El que cae ciego, no se levantará ciego solo; y si se levantare solo, encaminará por donde no conviene.

7. Más quiere Dios de ti el menor grado de PUREZA DE CONCIENCIA que cuantas obras puedas hacer.

8 Más quiere Dios en ti el menor grado de obediencia y sujeción que todos esos servicios que le piensas hacer.

ESTO TAMBIÉN PASARÁ

Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte: – Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.

Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total…

Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada. El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo:

-No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje. Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje -el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey-. Pero no lo leas -le dijo- mantenlo escondido en el anillo. Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación-

Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino…

De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso: Simplemente decía "ESTO TAMBIÉN PASARA".

Mientras leía "esto también pasará" sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos.

El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido. Aquellas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes… y él se sentía muy orgulloso de sí mismo. El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo: -Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.

-¿Qué quieres decir? -preguntó el rey-. Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida.

-Escucha -dijo el anciano-: este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso. No es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero. El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: "Esto también pasará", y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Se había iluminado. Entonces el anciano le dijo:

-Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.

LA RECOMPENSA DEL DESIERTO

Hace mucho tiempo había un joven comerciante llamado Kirzai, cuyos negocios lo obligaron a viajar un día al pueblo de Tchigan, situado a doscientos kilómetros de distancia. Por lo común, el habría tomado la ruta que seguía el borde de las montañas, lo que le habría permitido hacer la mayor parte del viaje protegido del sol.

Pero en esta ocasión, Kirzai sufría la presión del tiempo. Era urgente que llegara a Tchigan lo más pronto posible, de modo que decidió tomar el camino directo a través del desierto de Sry Darya. El desierto de Sry Darya es conocido por la intensidad de su sol y muy pocos se atreven a correr el riesgo de cruzarlo. No obstante, Kirzai dio de beber a su camello, lleno sus alforjas y emprendió el viaje.

Varias horas después de partir empezó a levantarse el viento del desierto. Kirzai refunfuño para sus adentros y apuro el paso del camello. De repente se detuvo, estupefacto. A unos cien metros delante de el se levanto un gigantesco remolino de viento. Kirzai nunca había visto nada semejante. El remolino arrojaba todo en derredor de una extraña luz purpúrea y hasta el color de la arena había cambiado. Kirzai titubeo. ¿Debía hacer un largo rodeo a fin de evitar esa extraña aparición o debía seguir siempre derecho? Kirzai tenía mucha prisa, sentía que no disponía de tiempo para tomar el camino más lento, de modo que agacho la cabeza, encorvo los hombros y avanzo.

Para su sorpresa, en el momento en que penetro en la tormenta todo se volvió mucho mas calmo. El viento no azotaba ya con tanta fuerza contra su cara. Se sintió contento de haber tomado la decisión correcta. Pero de pronto se vio obligado a detenerse otra vez. Un poco mas adelante, un hombre yacía estirado sobre el suelo junto a su camello acuclillado. Kirzai desmonto de inmediato para ver que pasaba. La cabeza del hombre estaba envuelta en una chalina, pero Kirzai vio que era viejo. El hombre abrió los ojos, miro con atención a Kirzai durante un instante y después hablo con un susurro ronco.

– ¿Eres …. Tu? Kirzai rió y sacudió la cabeza. – ¿Que? ¡No me digas que sabes quien soy! ¿Mi fama se ha extendido hasta el desierto de Sry Darya? Pero tu anciano, ¿quien eres? El hombre no dijo nada. – De todos modos -continuo Kirzai- , Tu no estas bien. ¿Adonde vas? – A Givah -suspiro el viejo-, pero no tengo mas agua.

Kirzai reflexiono. Sin duda podía compartir un poco de su agua con el anciano, pero si lo hacia se arriesgaba a quedarse sin agua el mismo. Sin embargo, no podía dejarlo así. No se puede dejar morir a un hambre sin echar una mirada atrás. "Al diablo con mis planes -pensó Kirzai-, solo necesito encontrar mi camino hasta el sendero que corre a lo largo de las montañas, en caso de necesitar mas agua. ¿Una vida humana vale mucho mas que un compromiso de negocios!" Ayudo al viejo a tomar un poco de agua, lleno una de sus cantimploras y después lo ayudo a montar su camello.

– Sigue derecho por ese camino -le recomendó mientras apuntaba con el dedo- y en dos horas estarás en Givah. El anciano hizo una señal de agradecimiento con las manos y antes de irse miro un largo rato a Kirzai y pronuncio estas extrañas palabras: – Algún día el desierto te recompensara. Entonces acicateo a su camello en la dirección que Kirzai le había indicado. Kirzai continuó su viaje. La oportunidad que lo esperaba en Tchigan sin duda estaba perdida, pero se sentía en paz consigo mismo.

 Paso el tiempo. Treinta años después, los negocios llevan a viajar a Kirzai de continuo de una parte a otra entre Givah y Tchigan. No se había hecho rico, pero lo que ganaba era suficiente para proporcionar una buena vida a su familia. Kirzai no pedía más que eso.

Un día, mientras vendía cueros en la plaza del mercado de Tchigan, se entero de que su hijo estaba enfermo de gravedad. Era urgente que fuera a verlo de inmediato. Kirzai no vacilo. Recordó el atajo a través del desierto que había tomado treinta años atrás. Dio agua a su camello, lleno sus cantimploras y partió.

A lo largo del camino libro una batalla contra el tiempo, azuzando sin cesar a su camello. No se detuvo ni disminuyo la marcha mientras bebía agua, y por esa razón ocurrió el accidente. La cantimplora se le cayo de pronto de las manos y antes que pudiera bajarse para recuperarla, el agua desapareció en la arena. Kirzai profirió una maldición. Con una sola cantimplora llena era imposible cruzar el desierto. Pero al pensar en su hijo, el viejo se obligo a seguir adelante.

– ¡Tengo que hacerlo! ¡Lo haré!

El sol del desierto de Sry Darya es despiadado. Le importa poco por que o para que fines un hombre trata de desafiar sus rayos, arde inexorablemente siempre con la misma fuerza e intensidad. Kirzai pronto comprendió que había cometido un gran error. Se le reseco la lengua y la piel le quemaba. La única cantimplora restante ya estaba vacía. Y ahora, para su desazón, vio que empezaba una tormenta de arena. Kirzai se envolvio la cabeza con su chalina, cerro los ojos y dejo que el camello lo llevara adelante a donde fuera. Ya no era conciente de nada. Un gigantesco remolino de viento se levanto frente a el. Despedía una suave luz purpúrea, pero Kirzai seguía inconsciente y no vio nada. Su camello entro en el remolino de viento, avanzo unos pocos pasos y entonces, en forma abrupta, se sentó. Kirzai cayó al suelo. "Estoy terminado -pensó- ¡Mi hijo nunca volverá a verme!"

 De repente, sin embargo, dio un grito de alegría. Un hombre montado en un camello avanzaba hacia el. Pero cuanto más se acercaba el hombre, tanto mas la alegría de Kirzai se convertía en estupefacción. Este hombre que ahora desmontaba de su camello…. ¡Kirzai lo conocía! Reconoció su propio rostro juvenil, sus ropas… ¡y hasta el camello que montaba! Un camello que el mismo había comprado por dos valiosos jarrones muchos años antes.

Kirzai estaba seguro: ¡el joven que venia a ayudarlo era el mismo! ¡Era el mismo Kirzai tal como era treinta años antes!

– ¿Eres …. tu? -balbuceo Kirzai con un susurro ronco. El joven lo miro y rió. – ¿Que? ¡No me digas que sabes quien soy! ¿Mi fama se ha extendido hasta el desierto de Sry Darya? Pero tu, anciano, ¿quien eres? Kirzai no contesto. No sabia que hacer. ¿Debía decirle al joven quien era, o no decir nada? Mientras tanto el joven continuo: – De todos modos, tu no estas bien. ¿Adonde vas?

– A Givah -respondio Kirzai-. Pero no tengo mas agua.

Kirzai vio que el joven reflexionaba en silencio acerca de la situación y supo con exactitud lo que pasaba por su mente: ¿debía ayudar a Kirzai o continuar para atender sus propios asuntos? Pero Kirzai también supo cual seria la decisión y sonrió al observar que el joven le ofrecía un trago de agua. Después, el joven le lleno la cantimplora vacía, lo ayudo a montar su camello y apunto con un dedo.

– Sigue derecho por ese camino y en dos horas estarás en Givah.

El viejo Kirzai miro un largo rato al joven que alguna vez había sido el mismo y le hizo una señal de agradecimiento. Hubiera deseado hablar con el de muchas cosas, pero solo logro encontrar estas palabras: – Algún día el desierto te recompensara. Y entonces partió de prisa hacia Givah, donde lo esperaba su hijo. Kirzai llego a ser un hombre sabio, respetado por todos. Y cuando contaba este extraño cuento, todos los que lo escuchaban le creían. Desde aquellos tiempos, el desierto de Sry Darya ha sido conocido con el nombre de Samavstrecha, que quiere decir: El desierto donde uno se encuentra a si mismo.

 LA HISTORIA DEL FUEGO

Había una vez un hombre que estaba contemplando las formas de operar de la Naturaleza, y que descubrió, como consecuencia de su concentración y aplicación, la manera de hacer fuego.

Este hombre se llamaba Nour. Decidió viajar de una comunidad a otra, mostrando a la gente su descubrimiento. Nour transmitió el secreto a muchos grupos de gentes. Algunos sacaron ventaja de este conocimiento. Otros, considerándolo peligroso, lo echaron antes de tomarse el tiempo para entender cuan valioso les podía ser este descubrimiento.

Finalmente, una tribu ante la cual realizo una demostración, reacciono con tan sorprendente pánico, que se abalanzaron sobre el y lo mataron, convencidos de que era un demonio. Pasaron cientos de años. La primera tribu, que había aprendido el secreto del fuego, lo reservo para sus sacerdotes, quienes permanecieron influyentes y poderosos, mientras la gente se congelaba por el frío. La segunda tribu olvido el arte, adorando en cambio los instrumentos. La tercera, adoro una imagen de Nour, porque fue el quien les había enseñado. La cuarta conservo en sus leyendas la historia de como hacer fuego: algunos las creían, otros no. La quinta comunidad realmente hizo uso del fuego, y esto hizo posible que ellos se calentaran, que cocinaran sus alimentos y que manufacturaran toda clase de artículos útiles.

Después de muchísimos años, un hombre sabio y un pequeño grupo de discípulos viajaban a través de los territorios de estas tribus. Los discípulos estaban asombrados ante la variedad de rituales que encontraron, y cada uno dijo a su maestro: "Pero todos estos conocimientos están, de hecho, relacionados con hacer el fuego, y nada mas. ¡Deberíamos reformar a estas gentes!" El maestro dijo: "Muy bien, entonces. Recomenzaremos nuestra travesía. Al final de ella, aquellos que sobrevivan conocerán los problemas reales y como aproximarse a ellos."

Cuando llegaron a la primera tribu, el grupo fue recibido hospitalariamente. Los sacerdotes invitaron a los viajeros a asistir a su ceremonia religiosa de hacer fuego. Cuando hubo terminado y hallándose la tribu en estado de excitación a causa del hecho que habían presenciado, el maestro dijo: "¡Alguien desea hablar?"

El primer discípulo dijo: "Por causa de la Verdad me siento impulsado a decir algo a esta gente." "Si tu deseas hacerlo por tu cuenta y riesgo, puedes hacerlo", le dijo el maestro. Entonces el discípulo se adelanto hacia el jefe tribal y sus sacerdotes y dijo: "Yo puedo realizar el milagro que vosotros interpretáis como una especial manifestación de la deidad. Si hago tal cosa, ¿aceptáis haber estado en un error por tantos años?"

Pero los sacerdotes gritaron: "Prendedlo." El hombre fue llevado fuera y nunca se le volvió a ver. Los viajeros fueron al próximo territorio, donde la segunda tribu estaba adorando los instrumentos para hacer fuego. Nuevamente un discípulo se ofreció para intentar hacer entrar en razón a la comunidad.

Con la autorización del maestro, dijo: "Pido permiso para hablaros como a personas razonables. Vosotros estáis adorando los medios por los que algo puede ser hecho, ni siquiera la cosa en si. De este modo impedís que su utilidad entre en acción. Yo conozco la realidad que yace detrás de esta ceremonia."

Esta tribu estaba compuesta por gente mas razonable. Pero dijeron al discípulo: "Tu eres bienvenido a nuestro medio como viajero y extranjero. Pero como tal, ajeno a nuestra historia y costumbres, no puedes entender lo que estamos haciendo. Cometes un error. Incluso es posible que estés tratando de hacer desaparecer o alterar nuestra religión. Por eso nos negamos a escucharte."

Los viajeros continuaron su travesía. Al arribar al territorio de la tercera tribu, encontraron delante de cada morada un ídolo que representaba a Nour, el autor del fuego. El tercer discípulo, dirigiéndose a los jefes de la tribu, dijo: "Este ídolo representa a un hombre, el cual simboliza una capacidad que puede ser utilizada."

"Puede que sea así, pero el penetrar en el real secreto es solo para pocos", respondieron los adoradores de Nour. "Es solo para los pocos que pueden comprenderlo, y no para aquellos que rehúsan enfrentarse con ciertos hechos", dijo el tercer discípulo.

"Esta es una insigne herejía, y de un hombre que ni siquiera habla nuestra lengua correctamente, y que no es un sacerdote ordenado en nuestra fe", murmuraron los sacerdotes. Y no logro progreso alguno. El grupo continuó su jornada y arribo a las tierras de la cuarta tribu. Entonces, un cuarto discípulo se adelanto en la asamblea tribal. "La historia de hacer fuego es verdadera, y se como puede ser hecho", dijo.

La confusión cundió en la tribu, que se dividió en varias fracciones. Algunos dijeron: "Esto puede ser verdad, y de ser así, queremos saber como se hacer fuego". No obstante, cuando esta gente fue examinada por el maestro y sus seguidores, estos comprobaron que la mayoría estaba ansiosa por hacer uso de la habilidad de hacer fuego para provecho personal, sin comprender que era algo para el progreso humano. Las distorsionadas leyendas que habían penetrado tan profundamente en le mente de la mayoría de ellos, hacían que los que pensaban que podrían representar la verdad eran frecuentes desequilibrados, y no podrían hacer fuego aun si se les hubiese enseñado.

Había otra fracción que dijo: "Por supuesto que las leyendas no son ciertas. Este hombre solo esta tratando de engañarnos a fin de tener un lugar de privilegio entre nosotros." Y una tercera fracción dijo: "Preferimos las leyendas como están, pues ellas son la verdadera argamasa de nuestra cohesión. Si las abandonamos, y descubrimos que esta nueva interpretación es útil, ¿que será entonces de nuestra comunidad?" Y, además, hubo otros puntos de vista. Así, el grupo continuó su camino hasta que llego a las tierras de la quinta comunidad, donde hacer fuego era usual, y donde la gente tenia otras preocupaciones.

El maestro les dijo a sus discípulos: "Vosotros debéis aprender como enseñar, pues el hombre no quiere ser enseñado. Antes que nada, debéis enseñar a la gente como aprender. Y antes que eso, deberéis enseñarles que hay todavía algo que aprender. Ellos imaginan estar en condiciones de aprender. Pero quieren aprender aquello que imaginan debe ser aprendido, y no lo que deben aprender primero. Cuando hayáis aprendido todo esto, podréis entonces idear la manera de enseñar. Conocimiento sin especial capacidad para enseñar, no es la misma cosa que conocimiento y capacidad."

Cuentos de los Derviches. Idries Shah

MEDITACIONES DE UN DEVOTO

Existen en el ser humano dos tendencias; una hacia lo placentero y otra hacia la perfección. Casi todos eligen lo que atrae a los sentidos; muy pocos eligen la perfección. La causa de ello es que los placeres sensorios son más inmediatos y fáciles de conseguir; en cambio, la perfección está a gran altura y se tarda mucho para alcanzarla.

En el caso de la mayoría de la gente, ni siquiera puede hablarse de elección, ya que ellos siguen ciegamente los impulsos instintivos y son incapaces de prever las consecuencias de sus actos y pensamientos, La verdadera elección sólo es posible para unos pocos que tienen claro discernimiento y voluntad poderosa. La voluntad se vuelve más fuerte a medida que ejecuta lo que le dicta el discernimiento, y el discernimiento a su vez se clarifica viendo el resultado de lo que la voluntad ejecuta.

Si escudriñamos hondamente la naturaleza de nuestro deseo, veremos que tiene límite. Quisiéramos juntar toda la belleza que el Creador a derramado en la naturaleza y el universo; juntar la bondad de todos los seres buenos y la sabiduría de todos los sabios; quisiéramos que la belleza, la sabiduría y la bondad fueran perfectas y estuvieran siempre presente; quisiéramos nosotros tornarnos perfectamente

Buenos, Sabios y radiantes de Belleza inmarcesible.

Este deseo ilimitado demuestra que nuestra naturaleza verdadera es infinita y perfecta.

Más nos equivocamos cuando queremos realizar la perfección en el plano sensible. Por los sentidos sólo podemos percibir la sombra de la Realidad. Todo lo que percibimos es fragmentario y fugaz; exaspera nuestro deseo sin nunca satisfacerlo.

Tenemos, sin embargo, otra clase de percepción que es intuitiva, suprasensoria, por la cual podemos penetrar el control de los sentidos, la concentración mental y el intenso amor hacia nuestro ideal espiritual.

La gente común cree que todo idealismo es utópico. Pero, qué sucedería si a los seres humanos se les quitara por completo el idealismo? Desaparecería todo sentido estético, moral y espiritual. El hombre quedaría reducido a un mero animal. La verdad es que nadie puede vivir sin alguna idea de progreso o mejoramiento, y esto implica el deseo de alcanzar algo que aún no hemos realizado. Todos somos más o menos soñadores o idealistas. Aun en las cosas comunes de la vida diaria como son el comer y el vestir, queremos que intervenga el toque de algo estético e inmaterial. La forma está compuesta de carne, huesos, sangre y otras materias impuras, pero en una persona que nos es querida, no notamos todo eso: siempre vemos en ellas algo invisible a los ojos físicos. Y ese algo se ennoblece, se embellece, se expande y hasta se hace infinito, de acuerdo con la tendencia estética, moral o mística de nuestro temperamento.

El místico, en realidad, no idealiza las personas o los objetos, sino que ve en ellos la manifestación de su ideal Divino.

Es un hecho que ningún ser humano puede quedar satisfecho con lo que es puramente material; de ahí surge la necesidad del idealismo y la fe. Por la fe y el idealismo tratamos de trascender los límites del mundo sensible. Es esta una necesidad innata del alma humana y es prueba de su inmaterialidad e infinitud.

MÁS, PARA QUE EL IDEALISMO Y LA FE NO QUEDEN EN EL PLANO DE LA IMAGINACIÓN, DEBEN SER PRACTICADOS;

Deben guiar todos nuestros actos y pensamientos y transformar por completo nuestra vida. En otros términos; el ideal no debe quedar siempre como ideal, vale decir, alejado de nosotros. Debe tornarse real, acercarse a nosotros, acompañarnos siempre. Debe llenar nuestra mente y nuestro corazón, convertirse en el Bienamado de nuestra alma, por cuya presencia todo lo que amamos se vuelve más querido.

Cada persona tiene del bien un concepto distinto. El que cree que el ser humano mes un ente meramente corpóreo, busca para sí y para los suyos comodidad y seguridad en el plano físico. El que da más importancia a la mente, procura cultivarla con la literatura, la filosofía, el arte, el estudio de la ciencia. En cambio, el que siente que es un alma inmortal, busca el Conocimiento Supremo, o la comunión con Dios.

Hay una etapa evolutiva en que el hombre siente la nostalgia de lo infinito. Entonces las ligaduras que lo atan comienzan a aflojarse; las limitaciones físicas y mentales retroceden hasta desvanecerse del todo. Lo que antes era considerado concreto, se vuelve abstracto e inexistente; en cambio, lo que parecía abstracto se revela como la Realidad única -la Existencia infinita, en la cual vivimos, nos movemos y somos.

FRAGMENTO EXTRAÍDO DEL LIBRO: "MEDITACIONES DE UN DEVOTO"

¿QUIÉN LLAMA A MI PUERTA?

Preguntó, " ¿Quién llama a mi puerta?" Respondí, "Tu humilde servidor". Preguntó, "¿Qué asunto te trae por aquí?" Respondí, "Vine a saludarte, Oh Señor".

Preguntó, "¿Cuánto más viajarás?" Respondí, "Hasta que me detengas". Preguntó, "¿Hasta cuándo hervirás en el fuego?" Respondí, " Hasta que puro quede".

"Este es mi juramento de amor. Por amor, renuncié a fortuna y posición".

Dijo,"Has defendido tu caso Pero no tienes testigos". Respondí, "Mis lágrimas son mis testigos; la palidez de mis rostro es la prueba".' Dijo, "Tu testigo no tiene credibilidad; tus ojos están demasiado húmedos para ver". Respondí, "Por el esplendor de tu justicia mis ojos están limpios y libres de culpa".

Preguntó, "¿Qué buscas?" Respondí, "Tenerte como mi constante amigo". Preguntó, "¿Qué quieres de mí?" Respondí, "Tu abundante gracia".

Preguntó, "¿Quién fue tu acompañante en el viaje?" Respondí, "El pensar en ti Oh, Rey". Preguntó, "¿Qué te ha llamado aquí?" Respondí, "La fragancia de tu vino".

Preguntó, "¿Qué te da la mayor satisfacción?" Respondí, "La compañía del Emperador". Preguntó, "¿Qué encuentras aquí?" Respondí, "Cien milagros". Preguntó, "¿Por qué está el palacio desierto?" Respondí, "Todos temen al ladrón". Preguntó, "¿Quién es el ladrón?" Respondí, "El que me impide estar contigo".

Preguntó, "¿Dónde se puede estar a salvo?" Respondí, "En el servicio y la renuncia". Preguntó, "¿A qué hay que renunciar?" Respondí, "A la esperanza de la salvación".

Preguntó, "¿Dónde hay calamidad?" Respondí, "En la presencia de tu amor". Preguntó, "¿Cómo te beneficias de esta vida?" Respondí, "Manteniéndome verdadero conmigo mismo".

Ahora hay que guardar silencio. Si te contara sobre Su verdadera esencia ¡saldrías volando de ti mismo para siempre, y no habría puerta ni techo que te pudiese frenar!

Rumi In the Arms of the Beloved

LA HISTORIA DE LAS ARENAS

Un arroyo, desde su nacimiento en las lejanas montañas, después de atravesar todo tipo de paisajes, alcanzó por fin las arenas del desierto. Igual que había cruzado todas las demás barreras, el arroyo trató también de cruzar esta, pero se encontró que en cuanto se adentraba en la arena, sus aguas desaparecían.

Sin embargo, estaba convencido de que su destino era cruzar ese desierto, y de que a la vez no había manera de cruzarlo.

Entonces una voz oculta, que salía del mismo desierto, le susurró: "El viento cruza el desierto, e igualmente puede hacerlo el arroyo".

El arroyo objetó que estaba arremetiendo contra la arena, pero que sólo estaba siendo absorbido; que el viento podía volar y de que gracias a esto podía atravesar el desierto.

"Arremetiendo de tu manera habitual no podrás atravesarlo. Desaparecerás o te convertirás en una marisma. Debes dejar que el viento te lleve a tu destino."

"¿Pero cómo puede esto suceder?".

"Dejando que el viento te absorba".

Esta idea no era aceptable para el arroyo. Después de todo, nunca antes había sido absorbido. No quería perder su individualidad, y una vez que la hubiese perdido, ¿cómo iba a saber que podría volver a recuperarla?

"El viento", dijo la arena, "cumple esa función. Evapora el agua, la transporta a través del desierto, y después la vuelve a dejar caer. Al caer en forma de lluvia, el agua se vuelve a convertir en un río".

"¿Cómo puedo saber que esto es verdad?"

"Así es, y si no me crees, no podrás convertirte más que en un cenagal, e incluso eso te costará muchos, muchos años; e indudablemente no es lo mismo que un arroyo".

"¿Pero, no puedo seguir siendo el mismo arroyo que soy hoy?"

"No puedes seguir así en ningún de los casos", dijo el susurro. "Tu parte esencial es transportada y vuelve a formar un arroyo. Tú recibes el nombre que tienes, incluso hoy, porque no sabes que parte de ti es la esencial."

Cuando el arroyo escucho esto, comenzó a resonar un cierto eco en sus pensamientos. Débilmente, recordó un estado en el cual él -¿o era una parte de él?- había sido sostenido en los brazos del viento. También recordó -¿lo recordó?- que esto era lo que realmente había que hacer, aunque no necesariamente lo más obvio.

Y el arroyo hizo ascender su vapor hacia los acogedores brazos del viento, que suavemente y con facilidad le llevaron hacia arriba y a lo lejos, dejándole caer suavemente en cuanto alcanzó la cima de la montaña, muchos, muchos kilómetros más allá.

Y como había abrigado sus dudas, el arroyo fue capaz de recordar y grabar con más fuerza en su mente los detalles de la experiencia.

Él reflexionó. "Sí, ahora he conocido mi verdadera identidad".

El arroyo estaba aprendiendo. Pero las arenas susurraron: "Nosotras lo sabemos, porque lo vemos suceder un día tras otro y porque nosotras, las arenas, nos extendemos desde la orilla del río por todo el camino hasta la montaña".

Y por eso se dice que el camino por el que el arroyo de la vida tiene que continuar su viaje, está escrito en las arenas.

EN BÚSQUEDA DE BUDA

Buda peregrinaba por el mundo para encontrarse con aquellos que se decían sus discípulos y hablarles acerca de la Verdad. A su paso, la gente que creía en sus decires venía por cientos para escuchar su palabra, tocarlo o verlo, seguramente por única vez en sus vidas.

Cuatro monjes que se enteraron de que Buda estaría en la ciudad de Vaali, cargaron sus cosas en sus mulas y emprendieron el viaje que llevaría, si todo iba bien, varias semanas.

Uno de ellos conocía menos la ruta a Vaali y seguía a los otros en el camino.

Después de tres días de marcha, una gran tormenta los sorprendió. Los monjes apuraron el paso y llegaron al pueblo, donde buscaron refugio hasta que pasara la tormenta.

Pero el último no llegó al poblado y debió pedir refugio en casa de un pastor, en las afueras. El pastor le dio abrigo, techo y comida para pasar la noche.

A la mañana siguiente, cuando el monje estaba pronto para partir fue a despedirse del pastor. Al acercarse al corral, vio que la tormenta había espantado las ovejas del pastor y que este trataba de reunirlas.

El monje pensó que sus cofrades estarían dejando el pueblo y si no salía pronto, los demás se alejarían. Pero él no podía seguir su camino, dejando a su suerte al pastor que lo había cobijado. Por ello decidió quedarse con él hasta juntar el ganado.

Así pasaron tres días, tras los cuales se puso en camino a paso redoblado, para tratar de alcanzar a sus compañeros.

Siguiendo las huellas de los demás, paró en una granja a reponer su provisión de agua.

Una mujer le indicó dónde estaba el pozo y se disculpó por no ayudarlo, pero debía seguir con la cosecha… mientras el monje abrevaba sus mulas y cargaba sus odres con agua, la mujer le contó que tras la muerte de su marido, era difícil para ella y sus pequeños hijos llegar a recoger la cosecha antes de que se pudriera.

El hombre se dio cuenta de que la mujer nunca llegaría a recoger la cosecha a tiempo, pero también supo que si se quedaba, perdería el rastro y no podría estar en Vaali cuando Buda arribara a la ciudad.

Lo veré algunos días después, pensó, sabiendo que Buda se quedaría unas semanas en Vaali.

La cosecha llevó tres semanas y apenas terminó la tarea, el monje retomó su marcha…

En el camino, se enteró de que Buda ya no estaba en Vaali. Buda había partido hacia otro pueblo más al norte.

El monje cambio su rumbo y se dirigió hacia el nuevo poblado.

Podría haber llegado aunque más no fuera para verlo, pero en el camino tuvo que salvar una pareja de ancianos que eran arrastrados corriente abajo y no hubieran podido escapar de una muerte segura. Sólo cuando los ancianos estuvieron recuperados, se animó a continuar su marcha sabiendo que Buda seguía su camino…

Veinte años pasaron con el monje siguiendo el camino de Buda… y cada vez que se acercaba, algo sucedía que retrasaba su andar. Siempre alguien que necesitaba de él, evitaba, sin saberlo, que el monje llegara a tiempo.

Finalmente se enteró de que Buda había decidido ir a morir a su ciudad natal.

Esta vez, dijo para sí, es la última oportunidad. Si no quiero morirme sin haber visto a Buda, no puedo distraer mi camino. Nada es más importante ahora que ver a Buda antes de que muera. Ya habrá tiempo para ayudar a los demás, después.

Y con su última mula y sus pocas provisiones, retomó el camino.

La noche antes de llegar al pueblo, casi tropezó con un ciervo herido en medio del camino. Lo auxilió, le dio de beber y cubrió sus heridas con barro fresco. El ciervo boqueaba tratando de tragar aire, que cada vez le faltaba más.

Alguien debería quedarse con él, pensó, para que yo pueda seguir mi camino. Pero no había nadie a la vista. Con mucha ternura acomodó al animal contra unas rocas para seguir su marcha, le dejó agua y cómoda al alcance del hocico y se levantó para irse.

Sólo llegó a hacer dos pasos, inmediatamente se dio cuenta de que no podría presentarse ante Buda, sabiendo en lo profundo de su corazón que había dejado solo a un indefenso moribundo…

Así que descargó la mula y se quedó a cuidar al animalito. Durante toda la noche veló su sueño como si cuidara a un hijo. Le dio de beber en la boca y cambió paños sobre su frente. Hacia el amanecer, el ciervo se había recuperado.

El monje se levantó, se sentó en un lugar apartado y lloró… Finalmente, había perdido también su última oportunidad.

-Ya nunca podré encontrarte – dijo en voz alta.

-No sigas buscándome – le dijo una voz que venía desde sus espaldas – porque ya me has encontrado.

El monje giró y vio cómo el ciervo se llenaba de luz y tomaba la redondeada forma de Buda.

-Me hubieras perdido si me dejabas morir esta noche para ir a mi encuentro en el pueblo… y respecto a mi muerte, no te inquietes, el Buda no puede morir mientras haya algunos como tú, que son capaces de seguir mi camino por años, sacrificando sus deseos por las necesidades de otros. Eso es el Buda, y Buda está en ti.

CONSEJOS DEL CORAZÓN DE ATISHA

Cuando Atisha fue al Tíbet, primero visitó la ciudad de Ngari. Allí residió durante dos años e impartió numerosas enseñanzas a los discípulos de Yhang Chub O. Al cabo de este tiempo decidió regresar a la India, y antes de partir, Yhang Chub O le rogó que ofreciera unas enseñanzas de despedida. Atisha repuso que ya les había dado todos los consejos que necesitaban, pero en respuesta a sus insistentes ruegos accedió y les dio los siguientes consejos:

¡Qué maravilla!

Amigos, puesto que vosotros ya poseéis un gran conocimiento y un claro entendimiento, mientras que yo no soy más que un ser sin importancia y con poca sabiduría, no es adecuado que me pidáis consejo. A pesar de todo, ya que vosotros, mis queridos amigos, a quienes estimo de todo corazón, me lo habéis rogado, os daré estos consejos esenciales con mi mente inferior e infantil.

Amigos míos, hasta que alcancéis la iluminación el Maestro Espiritual es indispensable; por lo tanto, confiad en vuestro sagrado Guía Espiritual.

Hasta que realicéis la verdad última la escucha es indispensable; por lo tanto, escuchad las instrucciones de vuestro Guía Espiritual.

Puesto que no llegaréis a ser un Buda sólo con un mero conocimiento del Dharma, esforzaos en la práctica con entendimiento.

Evitad aquellos lugares que turben vuestra mente, y permaneced allí donde vuestra virtud se incremente.

Hasta que logréis realizaciones estables las diversiones mundanas son perjudiciales; por lo tanto, morad en un lugar donde no haya tales distracciones.

Evitad a los amigos que os hagan aumentar vuestras perturbaciones mentales y confiad en los que os ayuden a incrementar vuestra virtud. Guardad este consejo en vuestro corazón.

Puesto que las actividades mundanas nunca se acaban, limitad vuestras actividades.

Dedicad vuestras virtudes durante el día y la noche, y vigilad siempre vuestra mente.

Puesto que habéis recibido consejo, cuando no estéis meditando, practicad siempre conforme a lo que vuestro Guía Espiritual os diga.

Si os adiestráis con gran devoción, recibiréis los frutos inmediatamente sin tener que esperar mucho tiempo.

Si practicáis de todo corazón de acuerdo con el Dharma, seréis provistos de alimentos y demás necesidades de forma natural.

Amigos míos, las cosas que deseáis no dan más satisfacción que beber agua salada; por lo tanto, aprended a sentiros satisfechos.

Evitad las mentes altivas, engreídas, orgullosas y arrogantes, y permaneced tranquilos y sumisos.

Evitad las actividades que, aún considerándose meritorias, en realidad son obstáculos para el Dharma.

La ganancia y el respeto son los lazos que tienden los maras; por lo tanto, echadlos a un lado como si fueran piedras en vuestro camino.

Las palabras de alabanza y celebridad sólo sirven para engañarnos; por lo tanto, libraos de ellas como si os sonarais la nariz.

Puesto que son efímeros, dejad atrás la felicidad, el placer y los amigos que se logran en esta vida.

Puesto que las vidas futuras durarán mucho tiempo, acumulad la riqueza que os asista en el futuro.

Tendréis que marchar dejándolo todo atrás; por lo tanto, no os apeguéis a nada.

Generad compasión por los seres más sencillos, y sobre todo evitad despreciarlos o humillarlos.

No sintáis apego por el amigo ni odio por el enemigo.

En vez de generar celos por las buenas cualidades de los demás, emuladlas con admiración.

En vez de fijaros en las faltas de los demás, fijaos en las vuestras y purgadlas como si fueran mala sangre.

No contempléis vuestras buenas cualidades sino las de los demás y respetad a todos como lo haría un sirviente.

Considerad que todos los seres son vuestros padres y madres, y amadlos como si fuerais su hijo.

Mantened siempre un rostro sonriente y una mente amorosa, y hablad con sinceridad y sin malicia.

Si habláis mucho y con poco sentido, cometeréis muchos errores; por lo tanto, hablad con moderación y sólo cuando sea necesario.

Si os involucráis en actividades sin sentido, vuestras actividades virtuosas degenerarán; por lo tanto, abandonad aquellas tareas que no sean espirituales.

Es una gran necedad esforzarse en actividades que carecen de sentido.

Si no lográis las cosas que deseáis, se debe al karma que creasteis en el pasado; por lo tanto, mantened una mente feliz y relajada.

Estaos atentos, ofender a los seres santos es peor que la muerte; por lo tanto, sed honrados y francos.

Dado que toda la felicidad y el sufrimiento de esta vida surgen de acciones previas, no culpéis a los demás.

Toda la felicidad proviene de las bendiciones de vuestro Guía Espiritual; por lo tanto, corresponded siempre a su bondad.

Puesto que no podéis adiestrar las mentes de los demás mientras no hayáis controlado la vuestra, comenzad por dominar vuestra propia mente.

Puesto que definitivamente tendréis que partir sin las riquezas que hayáis acumulado, no acumuléis acciones destructivas por apego a la riqueza.

Las diversiones que distraen carecen de esencia; por lo tanto, practicad la generosidad con sinceridad.

Guardad siempre una disciplina moral pura, porque gracias a ello obtendréis belleza en esta vida y felicidad en las futuras.

Puesto que el odio abunda en estos tiempos impuros, poneos la armadura de la paciencia, que está libre de odio.

Seguís confinados en el samsara debido al poder de la pereza; por lo tanto, encended el fuego del esfuerzo de la aplicación.

Puesto que esta existencia humana se consume invirtiendo el tiempo en distracciones, ahora es el momento de practicar la concentración.

Bajo el influjo de las creencias erróneas no podéis comprender la naturaleza última de las cosas; por lo tanto, analizad los significados correctos.

Amigos míos, en esta ciénaga del samsara no existe la felicidad; por lo tanto, trasladaos a la tierra firme de la liberación.

Meditad siguiendo el consejo de vuestro Guía Espiritual y desecad el río del sufrimiento de la existencia cíclica.

Contemplad esta exhortación con cuidado porque lo que sale de mi boca no son palabras vacías sino sinceros consejos que os doy de corazón.

Si practicáis de este modo me complaceréis, os sentiréis contentos y haréis felices a los demás.

Yo, que soy un ignorante, os suplico que practiquéis estos consejos de todo corazón.

Éstos son los consejos que el sagrado ser, el venerable Atisha, dio al Honorable Yhang Chub O.

Este texto ha sido traducido bajo la compasiva guía del Venerable Gueshe Kelsang Gyatso

El DORMIR, EL SOÑAR y LA MUERTE

El proceso de dormir es muy similar al de morir. Esa es la razón por la que es tan importante meditar tanto cuando estamos completamente despiertos como cuando estamos quedándonos dormidos. Si practicamos la meditación con un alto nivel de concentración podemos detectar los cambios que ocurren en nuestra mente cuando estamos quedándonos dormidos. El elemento blanco masculino fluye desde la parte alta de nuestra cabeza hacia el nivel del corazón y el elemento femenino rojo sube hacia el corazón desde la parte inferior del cuerpo. Cuando ambos se encuentran ocurre una pérdida momentánea del estado consciente ordinario y luego surge una claridad consciente: nuestra mente esta atenta durante el estado del sueño. La fortaleza de nuestra meditación en el Lama es lo que hace esa consciencia posible. El Lama esta a la altura del corazón en la forma pura de Dharmakaya, cuya luz irradia desde su cuerpo. Nuestra mente, que es inseparable de la mente del maestro, se identifica con esa luz. Esto disipa lentamente la inconsciencia del estado ordinario del sueño. Aunque completamente dormidos, nuestra consciencia se incrementa y nuestra mente se vuelve más y más clara.

Partes: 1, 2, 3
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