- 1. La sociedad del conocimiento
- 2. La política de formación y empleo en la unión europea y su incidencia en la formación profesional
- 3. El sistema de formación permanente aplicado en España
- 4. Las tecnologías de información y comunicación y la formación profesional específica
- Bibliografía
- Notas
La progresiva implantación de las tecnologías de información y comunicación en el sistema económico incide positivamente en el nivel educativo de la Formación Profesional al favorecer su reconocimiento social por las nuevas oportunidades de empleo y de cualificación que ofrece.
La vinculación de la Formación Profesional al sistema de Formación Permanente vigente en España, a través del mutuo reconocimiento de certificaciones de grados educativos y de experiencia laboral, así como su participación en las medidas de apoyo y de implantación de calidad de la Unión Europea contribuye eficazmente a reforzar su valoración social.
1. LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Cuando se utiliza la expresión sociedad de la información y del conocimiento se está queriendo describir un nuevo tipo de sociedad en la que se manifiestan cambios significativos en la estructura económica y en la estructura social de los países de economía avanzada, así como de los países de economía dependiente.
En la estructura económica, el trasvase del protagonismo del sector industrial al sector servicios y la dependencia creciente de la actividad económica y social de las tecnologías de información y comunicación (TIC), la utilización creciente de estas tecnologías en la relación entre oferta y demanda de productos y servicios condiciona la existencia de nuevos perfiles laborales y nuevas oportunidades de empleo.
En la estructura social, los efectos presentan una doble trayectoria: En las sociedades desarrolladas la consolidación de la movilidad social basada en la educación, la adaptación de sus contenidos y la exigencia creciente de formación permanente, así como las oportunidades que brindan las herramientas multimedia en su aplicación a los procesos de aprendizaje. En las sociedades dependientes, el incremento de los riesgos de exclusión y el aumento de la desigualdad junto con las oportunidades de superar antiguos desfases históricos.
Los cambios mencionados afectan directamente a la política de educación y formación, cuyo principal objetivo es ampliar las oportunidades de la población y extender los beneficios de la calidad de vida, que proporciona el conocimiento y las capacidades orientadas al desempeño laboral y a las actividades relacionadas con el tiempo de ocio. Estos objetivos tienen una especial incidencia en la Formación Profesional Específica, ya que esta modalidad de enseñanza nace y se configura en un tipo de sociedad plenamente industrial, que ha incorporado progresivamente especialistas de nivel medio en tareas operativas muy definidas adaptadas a los procesos de producción y de distribución. La actividad laboral de estos especialistas se ha visto afectada por las innovaciones tecnológicas, que sustituyen parte de las tareas operativas y obligan al aprendizaje de su mantenimiento y a la ampliación de su potencial de aplicación, especialmente en el sector Servicios, que es el más dinámico en la creación de empleo.
Así, de los diez millones de empleos que se han creado en la Unión Europea en los últimos cinco años, el 90 por ciento se ha con- centrado en el sector servicios 1. Un sector de actividad que requiere numerosos perfiles profesionales de nivel medio, en los que la utilización de programas informáticos con diversos grados de complejidad es creciente, y en el que se incrementan progresivamente los sistemas de comunicación.
Al nivel general los efectos de la extensión tecnológica se suelen asociar al proceso de concentración económica configurándose un nuevo escenario de actuación económica y social que recibe el nombre de globalización.
Sus manifestaciones han sido examinadas por las ciencias sociales desde una triple consideración: • La primera, está representada por quienes aceptan el proceso de concentración y creciente dependencia de las economías al nivel mundial como principio de orden natural, considerando las transformaciones del sistema de producción y el funcionamiento de los mercados como consecuencias ineludibles a las que no es posible presentar respuestas alternativas.
La segunda opción está asumida por quienes al presentar las transformaciones del sistema, destacan los evidentes costes y los posibles riesgos de la globalización, al tiempo que manifiestan los beneficios derivados de las tecnologías de información y comunicación (TIC), cuando se orientan a resolver los graves problemas históricos de la desigualdad económica y social (De la Dehesa, G.: 2000) 2.
Finalmente, existe una tercera perspectiva que adopta una postura crítica con relación a los efectos negativos que pueden derivarse de un mercado global que destruye las estructuras defensivas de los distintos grupos sociales e impone la lógica universal del máximo beneficio con sus efectos de mayores desequilibrios (Bourdieu, P: 2000) 3.
Los tres enfoques reseñados coinciden en otorgar un peso significativo y fundamental a las tecnologías (TIC) ya que permiten una interconexión entre entidades y personas, así como la posibilidad de adoptar decisiones en plazos de tiempo muy breves. La aplicación de estas tecnologías en el ámbito educativo supone ampliar los conocimientos y desarrollar nuevas capacidades individuales orientadas a la cualificación profesional.
Ahora bien, la capacidad tecnológica de disponer de información y facilitar la comunicación no produce conocimientos si no se encuentra acompañada de otras medidas. El conocimiento es resultado ordenado de informaciones dispersas, que se orienta a un fin explicativo. Supone manejar modelos, establecer prioridades y aplicar valores de referencia.
La disponibilidad de las técnicas informáticas permite acumular, ordenar e incorporar continuamente la nueva información que genera nuevos conocimientos y capacidades.
Desde una perspectiva general, la relación entre las tecnologías de la información y la generación de conocimiento puede producirse siempre que se adopten de manera conjunta tres tipos de iniciativas:
— Vincular la existencia y la utilización de las Tecnologías de Información y Comunicación a las Políticas de Educación y de Formación.
— Extender de modo universal la educación y adoptar planteamientos de formación permanente.
— Implicar la utilización de estas tecnologías en el desarrollo educativo y formativo.
El esquema parte de una visión integradora cuyo objetivo último es ampliar las oportunidades sociales de la población en general y de cada persona en particular, considerando el concepto de oportunidad como una ampliación de las opciones y una disminución de los obstáculos que dificultan la integración de cada individuo en las nuevas pautas de actuación y la mutua aceptación de cada grupo de población en el conjunto de la sociedad.
¿Cómo afecta la presencia de las Tecnologías de Información y Comunicación a la Formación Profesional? Cabe señalar los efectos derivados de la adopción de medidas políticas en el marco de alcance nacional y en las directrices que emanan de la Unión Europea. Desde un punto de vista más inmediato se han producido cambios significativos en el contenido y la proyección laboral de la Formación Profesional, que conviene señalar: A) El primer efecto a destacar es el que se refiere a las nuevas especialidades en el área de electrónica y telecomunicaciones, así como la transversalidad de conocimientos y destrezas relacionadas con las tecnologías informáticas, que se requieren en el conjunto de todas las ramas que integran las familias profesionales.
La incorporación de las tecnologías de Información y Comunicación puede comprobarse al examinar los contenidos y materias del Catálogo de Títulos existente en la Nueva Guía de la Formación Profesional (2001).
B) En el mercado de trabajo se aprecia de forma creciente la presencia de nuevos empleos relacionados con las telecomunicaciones y la informática, vinculados a los niveles medio y superior de la Formación Profesional. Puede ser ilustrativo examinar la siguiente relación de ofertas de trabajo, que figuraban en la prensa durante la primera quincena de septiembre del 2001.
Esta triple relación puede ser representada gráficamente en forma de triángulo en el que se integra la acción conjunta de las tres iniciativas citadas:
C) Finalmente, una consecuencia de alcance general es la integración de la Política Educativa y de la Política Formativa en un Programa General de Formación Profesional, que contempla la interrelación y la acción conjunta de las tres vías de acceso a la formación profesional, por medio del mutuo reconocimiento de títulos y certificados de profesionalidad, basado en módulos que pueden agregarse y prolongarse a lo largo de la vida laboral. La integración, ya iniciada al nivel institucional, es una tarea de largo plazo, en la que se está consolidando un vocabulario común. Un ejemplo que pone de relieve la efectividad práctica de este proceso de integración es el empleo del término competencias, que se definen como conjunto de conocimientos, habilidades y destrezas profesionales vinculadas al desempeño profesional de cada título y a los requerimientos del ejercicio profesional. Es un término que se ha incorporado progresivamente desde la práctica profesional a la enseñanza y su significado es compartido en los tres subsistemas de formación profesional.
2. LA POLÍTICA DE FORMACIÓN Y EMPLEO EN LA UNIÓN EUROPEA Y SU INCIDENCIA EN LA FORMACIÓN PROFESIONAL
Desde que España viene participando en la política de cohesión de la Unión Europea se ha beneficiado de la actuación adoptada por la Comisión a favor de la formación y del empleo, participando de modo preferente en la distribución de ayudas del Fondo Social Europeo y en el desarrollo de un conjunto de medidas basadas en cuatro principios fundamentales de actuación: – Cooperación entre las instituciones de la Unión Europea y los países miembros, e intercambio permanente de propuestas y prácticas entre los países.
– Definición de objetivos prioritarios destinados a grupos de población y áreas territoriales desfavorecidas.
– Planificación programada en periodos plurianuales y presentación anual de los resultados alcanzados.
– Adicionalidad de los recursos financieros de la Unión Europea y los presupuestos asignados en cada país miembro.
El Fondo Social Europeo es el principal instrumento de la Unión Europea para el desarrollo de los recursos humanos y la mejora del funcionamiento del mercado de trabajo dentro de los países miembros con el objetivo de conseguir un espacio homogéneo de cohesión social 4. Hasta ahora España ha sido un país beneficiario de las ayudas de los Fondos Estructurales. Durante el periodo temporal de aplicación del Segundo Programa Operativo del Fondo Social Europeo, de 1994 a 1999, el 30 por ciento de las aportaciones totales recibidas para el desarrollo de infraestructuras, inversiones productivas y recursos humanos, que se gestionan a través de los fondos FEDER, FSE, FEOGA, IFOP), procedían del F.S.E. De los ciento cincuenta y seis mil millones de Ecus, a precio de 1995, que recibió España durante los seis años, tres de cada diez ecus fueron destinadas a las actuaciones programadas por el Fondo Social Europeo. Por su parte el Consejo Europeo a través de los Planes de Empleo, implantados en cada país miembro a partir de 1997, ha establecido un conjunto de iniciativas para potenciar el mercado de trabajo, que periódicamente se revisan y actualizan.
Una parte considerable de la política de formación adoptada en España se explica desde su pertenencia a la Unión Europea. En el desarrollo de las políticas de formación y empleo se observa una doble tendencia: a) Desde 1985 hasta 1995, la preferencia en el gasto asignado ha sido atender al desempleo, es decir, las llamadas políticas pasivas de empleo. B) Desde 1996 se ha producido un cambio de tendencia, incrementándose las denominadas políticas activas, concediéndose prioridad a la política de formación.
En las políticas de formación se contempla un conjunto de programas y medidas que siguen dos tipos de criterios: adquirir competencias claves, a través de los Programas de Inclusión Social y de Garantía Social; y desarrollar competencias complementarias, por medio de Programas de Adaptación y de Previsión de nuevas demandas de cualificación.
Al tiempo que se favorece la creación de un sistema articulado de cualificación laboral promoviendo el reconocimiento de la experiencia laboral y el desarrollo de las certificaciones.
El marco establecido para la política europea de recursos humanos ha establecido la doble referencia de competitividad empresarial y empleabilidad: La competitividad empresarial suele identificarse como la gestión adecuada de las competencias básicas distintivas de la empresa, entre las que se incluyen las estratégicas (habilidad para construir el proyecto imaginado), las tecnológicas (saber concebir y llevar a la práctica), las personales (conocimientos, habilidades y actitudes coordinadas para alcanzar objetivos) y las organizativas (estructuras y procedimientos que favorecen la adaptación de la empresa a las exigencias del entorno). La empleabilidad se define como la capacidad de la persona activa para desarrollar sus competencias personales en un empleo o en una actividad profesional, que satisfaga sus necesidades profesionales, económicas, de promoción y desarrollo a lo largo de su vida.
Las actuaciones dirigidas a favorecer la competitividad y la empleabilidad se vinculan con la política de educación y de formación, como instrumentos que garantizan la adaptación de las unidades productivas a las competencias del mercado y la ampliación de la capacidad de las personas para acceder a las nuevas oportunidades de empleo y desarrollo laboral. La propuesta de una formación permanente y de un aprendizaje continuado, dirigido a las personas y a las organizaciones empresariales, se ha generalizado como una exigencia derivada de la ampliación de los mercados y de nuevas oportunidades de empleo relacionadas con el desarrollo de las tecnologías de información y comunicación (TIC).
En términos generales, cabe afirmar que la evolución experimentada en la dimensión de los diferentes niveles de educación y formación de la sociedad española en los últimos diez años ha sido de claro crecimiento.
Algunos datos pueden corroborar esta expansión.
Así, por ejemplo, los datos comparados de la Encuesta de Población Activa del segundo trimestre nos muestran que entre 1987 y 1998 se ha producido: – Una disminución del grupo de población que declara haber alcanzado el nivel de estudios primarios. Del 44 por ciento que figuraba en 1987, se ha pasado al 25 por ciento en 1998.
– El porcentaje de titulados universitarios se ha duplicado en el conjunto de la población activa. En las estadísticas europeas sobre estudiantes universitarios España se sitúa en segundo lugar, por debajo de Finlandia, alcanzando un porcentaje del 18 por ciento.
– Una tendencia que contrasta con la situación de la formación profesional que sigue teniendo una débil representación en el conjunto del sistema educativo.
Uno de los objetivos pendientes de alcanzar es conseguir un mejor equilibrio en la distribución de las preferencias educativas que muestra la población.
En el momento actual el avance logrado en la extensión de la educación requiere verse correspondido con un esfuerzo máximo por posibilitar la aplicación y el uso de las tecnologías de información y comunicación, siguiendo las recomendaciones del acuerdo adoptado por el Consejo Europeo en sus reuniones de Lisboa (2000) y de Estocolmo (2001) 5: Modernizar el modelo europeo y alcanzar el objetivo estratégico de convertirse en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de crecer económicamente de manera sostenible con más y mejores empleos y con mayor cohesión social.
3. EL SISTEMA DE FORMACIÓN PERMANENTE APLICADO EN ESPAÑA
El sistema de Formación Permanente, que desde los años noventa se viene aplicando en España, se sustenta en una doble actuación:
1) Las acciones de Formación Ocupacional dirigidas a la población desempleada que se prepara para realizar una actividad laboral y se gestionan desde las administraciones autonómicas, ya que las transferencias desde el Instituto Nacional de Empleo a las distintas administraciones autonómicas se han realizado casi en su totalidad.
2) Las acciones de Formación Continua, que se orientan a la población empleada para adaptar sus competencias a las nuevas exigencias del mercado de trabajo y de las unidades productivas. Una parte sustancial de su gestión se realiza por la Fundación para la Formación Continua, que es una entidad en la que participan la Administración y los agentes sociales firmantes de los Acuerdos Nacionales de Formación Continua.
Tanto la Formación Ocupacional como la Formación Continua son complementarias de la Educación Reglada y constituyen el sistema de Formación y Cualificación Profesional vigente en España.
La integración entre los tres subsistemas de formación profesional es un objetivo de largo alcance basado en la correspondencia entre niveles de conocimientos y competencias adquiridas, que requiere convalidaciones y equivalencias entre ellos. El Instituto Nacional de las Cualificaciones, constituido en 1999 (R.D. 375/1999) tiene como tarea fundamental aportar transparencia y eficacia al actual sistema de cualificación y conseguir una relación de continuidad entre el reconocimiento educativo y el reconocimiento productivo.
El Sistema Nacional de Cualificaciones, previsto por el Programa Nacional de Formación Profesional, está llamado a ser un importante mecanismo que permita a la población activa identificar más fácilmente las cualificaciones que pueden utilizar y sus vías de obtención.
Para su desarrollo resulta necesario contar con un sistema integrado de información y orientación profesional, que coordine la información actualmente dispersa entre distintas administraciones y entidades, haciendo asequible al usuario un servicio de orientación sobre las oportunidades de desarrollo laboral y las posibles alternativas de itinerarios profesionales, que presenta la reciente evolución del empleo en la economía y sociedad española.
La evolución muestra una doble tendencia: La primera, vinculada a las nuevas oportunidades de empleo que están ligadas a conocimientos y habilidades tecnológicas, que requieren nuevos técnicos y especialistas.
También cabe incluir los nuevos yacimientos de empleo, que están relacionados con las actividades del sector servicios y su aplicación a las actividades del medio ambiente y del ocio, así como los servicios sociales de proximidad y apoyo en la vida diaria.
La segunda tendencia recoge las ocupaciones derivadas de la estructura de empleo tradicional de nuestro sistema productivo, que suelen ser la referencia del actual sistema educativo y en el que se aprecia una falta de correspondencia entre la entidad y diversidad de la cualificación educativa y las ofertas de empleo existentes.
En un futuro inmediato el mayor volumen de empleo se concentrará en aquellas ocupaciones que, junto con la especialización, ofrezca una amplia base generalista para garantizar a la población activa la posibilidad de polivalencia y de movilidad. Es previsible que, a tenor del comportamiento experimentado en el mercado de trabajo durante los últimos cinco años 6, el nivel de formación requerida se localice mayoritariamente en los estudios de nivel medio: grado medio y superior de Formación Profesional, Diplomaturas e Ingenierías Técnicas.
Por lo que atañe a la Formación Profesional Específica, el Proyecto de Ley Orgánica de la Formación Profesional pretende reforzar los grados medio y superior de la Formación Profesional con la incorporación de nuevas especialidades y títulos que incrementen la participación del alumnado en Formación Profesional y cubrir la demanda de este tipo de profesionales que reflejan los Informes más recientes 7. La reforma, actualmente en curso, afecta tanto a la estructura como a la concepción de la Formación Profesional y entre las medidas contempladas se encuentra la de potenciar la relación entre el sistema de enseñanza y el sector productivo y la coordinación entre este nivel de Formación Profesional y el sistema de Formación Permanente, considerando que ambos persiguen el mismo objetivo de obtener un conjunto de competencias transversales y específicas.
Las líneas de actuación que se establecen en cada ámbito de los subsistemas de formación profesional se identifican con dos conjuntos de acciones: 1) Con relación a la Formación Profesional Específica: • Desarrollo de servicios de Orientación profesional.
• Incorporación de especialistas al desarrollo y evaluación de los módulos prácticos y formalización de las prácticas profesionales en unidades de crédito integradas en el sistema de enseñanza.
• Extensión del sistema de Formación Reglada a distancia.
• Implantación de los centros de innovación y desarrollo de la formación.
• Adecuación de los recursos humanos y de las infraestructuras actuales a las nuevas exigencias.
• Desarrollo de las Comisiones de Formación Profesional por Comunidades Autónomas.
2) Por lo que se refiere a la Formación Permanente, las acciones a desarrollar se enmarcan en un doble sistema de gestión que distingue entre Formación Ocupacional y Formación Continua. En ambos casos están previstas una serie de acciones: • Conocer y anticipar las demandas del sistema productivo.
• Establecer las Acciones Formativas en el marco de Programas de Cualificación que garanticen un nivel de empleabilidad.
• Prestar una particular atención a aquellos colectivos de personas con especiales dificultades de inserción o reinserción laboral.
• Potenciar los Centros Nacionales de Formación Permanente y mejorar los medios de formación a distancia.
• Equiparar el actual Repertorio de Certificados de Profesionalidad con los Títulos Oficiales actualmente existentes.
La gestión y la asignación presupuestaria para el desarrollo de las acciones mencionadas se encuentran diferenciadas en dos modelos basados en el orden de prioridad establecido entre la población desocupada que busca la inserción o reinserción laboral y la población ocupada que quiere mantener o mejorar su puesto de trabajo.
4. LAS TECNOLOGÍAS DE INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN Y LA FORMACIÓN PROFESIONAL ESPECÍFICA
Si se comparan distintos indicadores de tecnologías de la información y de las comunicaciones que aparecen en las estadísticas de la Unión Europea, se aprecia un desfase entre la situación que ofrece España y la media de los países comunitarios. Así, por ejemplo, en el presente año el número de Servidores Web por cada cien habitantes en España es de 0,4 mientras que en la Unión Europea son 2,0. También el número de usuarios españoles de Internet representa un 19 por ciento, mientras que la media comunitaria de usuarios se sitúa en un 41 por ciento 8.
El esfuerzo a realizar en actuaciones dirigidas a resolver el actual desfase de la sociedad española con relación al uso y aplicación de las tecnologías de información y comunicación exige identificar dos líneas de acción: La primera se dirige al fomento de la investigación y desarrollo en estas tecnologías de manera que se produzca una disminución de la dependencia existente. La segunda línea de acción se orienta a la alfabetización tecnológica de amplias capas de población por medio de campañas divulgativas y cursos de formación.
En ambos casos se requiere la coordinación de diferentes instancias administrativas y la colaboración de la iniciativa privada. Los Informes que se vienen publicando sobre la penetración de las nuevas tecnologías en la economía española 9 suelen insistir sobre esta cuestión referente a la integración y coordinación de las aplicaciones y de los efectos acumulados de las tecnologías de información y comunicación, TIC, sobre el crecimiento, cuando hay una coordinación efectiva de las instituciones educativas y de las unidades que operan en el tejido productivo, tanto en el sector privado como en el sector público.
Un reciente Informe sobre Necesidades de Empleo y Formación en las Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones 10 pone de manifiesto como la dinámica de las nuevas tecnologías afecta a todo tipo de sectores y regiones, destacando las actividades relacionadas con las entidades financieras, servicios profesionales y Administración Pública.
Aparte de las necesidades de formación de los utilizadores de estas nuevas tecnologías, sólo en términos de especialistas en tecnologías de la información se prevé un déficit sobre la demanda potencial que puede evaluarse en cien mil personas durante los tres próximos años. Y por cada empleo de especialista generado en el sector se necesitan crear aproximadamente un empleo y medio en otros sectores utilizadores de especialistas y otros tantos adicionales capacitados en TIC. En total más de tres puestos de trabajo en otros sectores que deben tener formación específica en TIC por cada uno de los productores directos de estas tecnologías.
A tenor de la relación entre el empleo generado por las TIC y los niveles formativos requeridos para cubrirlo que se viene produciendo en los países tecnológicamente más avanzados, una parte considerable de los especialistas que deberán ser formados para cubrir en España el déficit actual y el que puede generarse en el corto plazo, deberán proceder de los niveles de Formación Profesional, ya que una demanda creciente del empleo generado por las Tecnologías de Información y Comunicación tienen que ser satisfechas por estos profesionales de nivel intermedio.
El objetivo es hacer de la Formación Profesional una alternativa atractiva y viable para la población escolar, que ha mostrado hasta ahora una clara preferencia por la formación universitaria como vía de movilidad y promoción social, de tal modo que se produce un claro desequilibrio entre la formación de los niveles medios con su correspondencia laboral y los niveles de formación superior con sus equivalentes en el mercado de trabajo.
Para realizar este cambio resulta imprescindible llevar a cabo un esfuerzo de difusión selectiva en el conjunto de la sociedad española de tal modo que se conozcan y difundan las nuevas oportunidades de desarrollo profesional vinculadas al conocimiento de las tecnologías de información y comunicación y los niveles de Formación Profesional. Y al mismo tiempo aplicar una serie de acciones específicas, tanto sobre los contenidos (renovación e incorporación de materias) como de metodologías y medios instrumentales para ser aplicados en la docencia.
Las experiencias de éxito que se vienen aplicando en los países de la Unión Europea, establecen un marco de referencia comparativa que puede ser la mejor garantía de acierto en los objetivos a conseguir, cuando se inicia la discusión parlamentaria del Proyecto de Ley Orgánica de la Formación Profesional.
En la revisión de experiencias y propuestas internacionales que recoge el Informe de CEPREDE para cubrir el déficit de formación tecnológica que la sociedad española presenta, se ofrecen a continuación las más destacables por su interés y política de integración: – La OCDE en su estudio: «Information Technology Outlook 2000» cita varias líneas de actuación, entre ellas la mejora de la información sobre el mercado de trabajo TIC y su difusión para guiar la elección de estudios a los futuros profesionales.
– La Unión Europea en su informe «eEurope 2002» propone la iniciativa e-Learning, basada en el programa especial de investigación sobre tecnologías de la sociedad de la información, dirigida a adaptar el sistema educativo a la nueva economía y fomentar la creación de asociaciones entre las autoridades públicas y la industria.
El conjunto de iniciativas adoptadas por los principales organismos internacionales, los gobiernos nacionales, regionales y locales se caracterizan por la coincidencia de una serie de requisitos: – Énfasis en la dimensión local y regional y el consiguiente reflejo de las necesidades a corto y medio plazo de los mercados laborales locales.
– Cuidadosa selección de candidatos con arreglo a su nivel educativo general, las habilidades personales y su grado de motivación.
– Implicación activa del sector privado en el contenido de programas y colaboración efectiva en la colocación.
– Control de calidad sobre los contenidos y los procesos de aplicación de la formación.
– Certificación de la formación recibida basada en la calidad y el reconocimiento efectivo de su calidad entre las empresas.
En concreto la Iniciativa europea de e-Learning se incluye dentro de la política de Formación Profesional de la que forman parte un conjunto de Acciones Específicas, integradas en los Programas Sócrates, Leonardo da Vinci y Juventud, según se detallan en el siguiente cuadro.
La difusión de las herramientas multimedia que requiere el proceso de aprendizaje en red se encuentra acompañada de dos propuestas complementarias. La primera es la de orientación y asesoramiento, que supone disponer de una información cualificada y actualizada de las tendencias del empleo en el medio y en el largo plazo. La segunda se refiere a la búsqueda de correspondencias entre los distintos medios de acceder a una cualificación a través de las certificaciones.
Dentro de la política europea dirigida a la Formación Profesional, otras actuaciones se enmarcan en una relación de Acciones Específicas, que bajo denominaciones relacionadas con el contenido básico que las integran, recogen las principales líneas de la política formativa basadas en la calidad de los programas y de los procesos de aprendizaje, en la movilidad de profesores y alumnos, en la enseñanzas de las lenguas y finalmente en el intercambio de experiencias.
También la iniciativa privada se ha sumado a la recuperación de la imagen social de la Formación Profesional con la puesta en marcha de un Proyecto de Orientación profesional, el Programa Fidias, que pretende descubrir el talento de los jóvenes que estudian Formación Profesional a través de contratos de prácticas en más de treinta empresas, y a los que se les ofrece una formación complementaria por medio de seminarios presenciales y a distancia, especialmente dirigidos a identificar y desarrollar habilidades de relación interpersonal y de comunicación 11.
A modo de síntesis, la utilización creciente de las tecnologías aplicadas a la información y comunicación y su aplicación generalizada en todos los ámbitos de la vida económica y social, pueden ser una oportunidad para otorgar el reconocimiento social debido a la Formación Profesional, ya que actualmente existe en el mercado de trabajo una demanda de especialistas de nivel medio insuficientemente satisfecha, y una previsión de nuevas demandas en el medio y largo plazo.
La incorporación de los conocimientos y habilidades técnicas ya se ha iniciado en el actual sistema de enseñanza de Formación Profesional de manera transversal y específica en las distintas especialidades y titulaciones existentes, pero la nueva Ley Orgánica de Formación Profesional proyectará una imagen más equilibrada entre los niveles de educación y las opciones posibles en el mercado de trabajo, ya que potenciará la calidad requerida en el periodo de preparación y afianzará el grado de cualificación vinculado al desempeño de la actividad laboral de estos profesionales y especialistas.
La política de empleo y formación permanente que se viene aplicando en España contribuye al reconocimiento institucional de la Formación Profesional, considerando su integración en un sistema de certificaciones mutuamente dependientes.
También en el ámbito de la Unión Europea se ha puesto en marcha un importante número de programas para favorecer el intercambio de profesorado y alumnado entre los países miembros y compartir el desarrollo aplicado de sus experiencias.
Por último, la iniciativa privada se ha sumado al objetivo de calidad de la Formación Profesional con propuestas de orientación profesional y la incorporación de prácticas en las empresas.
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7. La consultora Data Corporatión en la Cumbre de Nuevos Empleos y Nuevas Tecnologías celebrada en Madrid en marzo del 2001, estimaba para España un deficit acumulado de 100.000 profesionales de nivel medio para el año 2003, calculado a partir del nÿmero de empleos no cubiertos en Europa, cifrado en 1,2 millones durante 1999, por falta de profesionales en tecnologías de la Información y Comunicación.
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11. Para ampliar la información puede consultarse la página: www.proyectofidias.com
Isabel de la Torre Prados (*)
(*)Universidad Autónoma de Madrid.