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El flagelo de sentir miedo (página 2)


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Un sacerdote carísmático nos dice: "Los efectos del ministerio de sanación interior aparecen en Renovación Carismática cada día con mayores posibilidades, es algo verdaderamente asombroso lo que se está consiguiendo, causa verdadera alegría ver cómo van cambiando muchas vidas, cómo se van curando interiormente a través de este ministerio de sanación interior. ¡Ojalá que esta luz llegue a muchas personas y que crezca el número de equipos de personas consagradas a este ministerio que tanto glorifica al Señor y que tantos beneficios reportan para las personas!" Sí, reconozcamos que estamos enfermos, quizá muy enfermos interiormente de miedo, reconozcamos que el miedo se ha ido acumulando en nosotros y nos impide muchas veces entregarnos al Señor, servir generosamente a los hermanos, llevar una vida tranquila. Pero reconozcamos también, con la gracia del Señor, que Él puede sanar este mal y puede calmar todas las tempestades que el miedo levante en nosotros. Recordemos lo que nos dice el evangelista S. Mateo: "Subió después Jesús a la barca y sus discípulos le siguieron. De pronto, se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas llegaban a cubrir la barca, pero Él estaba dormido. Acercándose, pues, se acercaron diciendo: "Señor, sálvanos que perecemos". Díceles: "¿Por qué estáis con miedo, hombres de poca fe?" Entonces, se levantó e increpó a los vientos y al mar y sobrevino una gran bonanza, y aquellos hombres maravillados decían: ¿Quién es éste que hasta los vientos y el mar le obedecen?" CAPÍTULO III

LA ORACIÓN COMO MEDIO PARA ERRADICAR EL MIEDO

La Oración Contemplativa

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"Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá." Lucas 11:9 "Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve." Hebreos 11:1 "Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis." Mateo 21:22 La oración como medio eficaz de vencer el miedo. En la oración no se trata de pedir cosas a Aquel que todo conoce. La oración no es solo para decirle a Dios lo que quieres sino para escuchar lo que Él quiere para ti y que no es otra cosa que compartir lo que Él es: Tranquilidad profunda, Beatitud, Paz, Bondad, Belleza, Amor, ausencia de Miedos.

Antes de orar debes de comprender que detrás de todos tus deseos de objetos o de situaciones del mundo, solo hay un deseo: la paz profunda. Y ese deseo último que tanto anhelas y que proyectas en los objetos y situaciones del mundo solo lo puedes obtener en la interioridad. La tranquilidad y la plenitud solo están en tu espíritu, que es el espíritu de Dios.

Sumergirse en el "acto orante" es el síntoma más claro de que se ha llegado al discernimiento (entre lo verdadero y lo falso), al desapego (de las cosas del mundo), a la sumisión (a la presencia de Dios), a la humildad (respecto a nuestra capacidad humana), a la sabiduría (habiendo comprendido donde está la plenitud y el gozo verdaderos), a la caridad (al abrazar en nuestra oración a toda la creación), y a todas las demás virtudes… Todas las virtudes están contenidas en la oración.

Orar es un acto simple de colocación ante la presencia de lo Sagrado. No te compliques con rituales ni con palabrería o con lecturas excesivas. Orar es muy sencillo, no hace falta que te leas todos los libros que hay sobre el tema. Se trata de orar, no de leer sobre ello. Vale más un minuto de presencia en lo Sagrado que un año de lecturas sobre la oración.

El rato de oración es un paréntesis de tranquilidad en tu vida. Nunca tengas prisa. La prisa, la ansiedad, la complicación y la dispersión son los mayores enemigos del espíritu. Mantenlos a raya cueste lo que cueste. Nunca te dejes llevar por ellos. Mantente todo el tiempo que haga falta hasta que reconozcas la presencia de lo Sagrado. Esto puede llevarte desde unos pocos minutos hasta horas. Ten paciencia y espera.

Evita hacerlo de manera mecánica y rutinaria; hazlo, no por obligación, sino por devoción. Eso te coloca en una actitud y en una atmósfera totalmente diferentes. El pensamiento racional puede llegar a ser un gran enemigo del espíritu. No pienses, razones ni elucubres sobre lo que haces. Simplemente hazlo; simplemente ora. Entra en esa atmósfera, no pienses sobre ella. El pensamiento no entiende esos estados y antes, durante o después de la oración, pondrá todo tipo de impedimentos y de razonamientos haciéndote ver lo absurdo de la práctica. El pensamiento empleará todo tipo de argumentos de lo más convincentes e ingeniosos. ¡No hagas caso al pensamiento! Diga lo que diga la mente, tú continúa con tu práctica de oración.

Ten en cuenta que esto te sucederá, incluso, después de muchos años de práctica y de frecuentación de esos "lugares del Espíritu". Muchos son los testimonios de personas de oración y de vida interior que así lo confirman. La mente pensante, hiperdesarrollada en las personas actuales, no puede abarcar ciertas moradas y se resiste con todas sus fuerzas poniendo una barrera que debemos vencer con perseverancia e inspiración.

Algunas técnicas de oración contemplativa: Enciende una vela y siéntate en el suelo, con las piernas cruzadas, sobre los talones o en un banquillo, según prefieras. Puedes permanecer así desde unos minutos…. hasta el día entero. No hay límite para la adoración. Acuérdate del consejo evangélico de "permanecer en oración constante".

Respirar: AMOR al tomar aire, AMOR al expulsarlo. Puede llegar un momento en el que el aliento en sí, se transforma en oración. El contenido de la palabra se trasvasará al aliento, al cuerpo y al mundo. Entenderás lo que es "ver a Dios en las formas y las formas en Dios".

Si decides usar una plegaria, mira que sea una sencilla frase o palabra que evoque en ti lo Sagrado y que repetirás con tranquilidad dejándote impregnar por su sabor. No fuerces la plegaria, ni mucho menos la respiración. Particularme me agradan palabras de Jesús tales como: "Yo soy el camino, la verdad y la vida".

Los momentos más propicios para la oración son el amanecer y el anochecer pero puedes hacerlo en cualquier otro momento del día o de la noche.

Con el tiempo la oración se irá haciendo continua en tu vida, tanto la "Oración Verbal" cuando sea posible, como la "Presencia en el Sabor de lo Sagrado" que se mantendrá como plano de fondo a lo largo de todo el día.

Toda tu vida quedará cubierta por el manto de tranquilidad de lo Sagrado e iluminada por la "dorada luz del Tabor"; un gran manto de tranquilidad, lucidez, comprensión y gracia que irá abarcando las situaciones, los paisajes, las personas en cada momento de tu vida.

También con el tiempo esa invocación, ese sabor o esa luz, se mantendrán por la noche durante los sueños.

Valen más unos minutos de oración contemplativa todas las noches que todas las explicaciones teóricas que se puedan dar.

Si en periodos largos de oración sientes molestias en el cuerpo, aprende a moverte muy lenta y armoniosamente. Inclínate hacia delante, hacia los lados o extiéndete hacia atrás. Haz, armoniosa y lentamente, torsiones hacia los lados o cualquier otro movimiento que te alivie las molestias. Aprende a moverte tan suavemente que el movimiento no perturbe el estado de oración. Así el movimiento también será oración e invocación.

Reconocerás la presencia del Espíritu por sus frutos. Ahí donde aparezca una Alegría sin motivo mundano, una Bondad desinteresada, un Amor en estado puro y sin excepciones, una Belleza que todo lo abarca con su manto, una Paz interior y un Agradecimiento independientes de las circunstancias exteriores, ahí estará sin duda el Espíritu. Cuando aparezca esa Alegría sin objeto, contémplala, quédate mirándola; permanece en esa vivencia durante todo el tiempo que puedas, minutos, horas o días. Cuando aparezca la Bondad, contémplala, quédate impregnándote de esa vivencia; quédate con ella todo el tiempo que puedas. Así con todas las demás cualidades divinas: el Amor, la Libertad, la Misericordia, la Infinitud, el Silencio, la Paz profunda, etc… Conforme vayan apareciendo en la oración, quédate contemplándolas y así irán tomando cada vez más presencia en tu vida. También reconocerás la presencia de lo Sagrado cuando al intentar describir la vivencia aparezcan las paradojas. Expresiones como: una "vacuidad plena", una "plenitud sutil", un "silencio sonoro", una "densidad ligera", una "soledad acompañada", etc. denotan que se ha visitado ese lugar donde mora el Espíritu.

A veces también lo puedes reconocer por algunos cambios físicos: notarás un cambio en la respiración que tomará una calidad "diferente", más profunda o más intensa o más lenta, según el momento o las personas. Puedes notar también algunos cambios en la calidad de la mirada, o en la relajación de la columna o de los plexos nerviosos. Pero todos estos cambios, si es que ocurren, ocurrirán de manera espontánea y como consecuencia de la profundización, no puedes forzarlos ni fingirlos desde afuera.

La oración Contemplativa no razona acerca de Dios, sino que se queda a solas con Dios en el silencio, y Dios va haciendo en el alma su trabajo de alfarero para ir moldeándola de acuerdo a Su Voluntad. Un error común es creer que ésta oración, que es la oración más elevada, está reservada sólo para unas poquísimas almas escogidas, generalmente monjas o monjes de claustros y comunidades contemplativas. Este tipo de oración es para todo aquél que desee buscarla. Sta. Teresa de Jesús dice que la oración contemplativa es la "Fuente de Agua Viva" que Jesús promete a la samaritana y que la promete para "todo aquél que beba" (Jn.4-13).

De la forma de realizar la oración contemplativa: Se requiere soledad y silencio. Hay que empezar por crear soledad. "Así lo hacía El siempre que oraba", dice Sta. Teresa. Soledad para entender " con Quién estamos". Silencio del cuerpo y de la mente para buscar a Dios en nuestro interior. Es en el silencio cuando Dios se comunica mejor al alma y el alma puede mejor captar a Dios. En el silencio el alma se encuentra con su Dios y se deja amar por El.

La persona debe poner su deseo y su disposición, principalmente su actitud de silencio (apagar ruidos exteriores e interiores). El silencio aún no es contemplación, pero es el esfuerzo que Dios requiere para dársenos y transformarnos. Además, orar se aprende orando, "sin desfallecer", como dice el Señor. La única forma de aprender a orar es: orar, orar, orar. La participación de Dios escapa totalmente nuestro control y El -soberanamente- escoge cómo ha de ser su acción en el alma del que ora. En ese silencio de la oración contemplativa Dios puede revelarse o no, otorgando o no gracias místicas o contemplativas. Esta parte, el don de Dios, no depende del orante, sino de El mismo, que se da a quién quiere, cómo quiere, cuándo quiere y dónde quiere. La efectividad de la oración contemplativa no se mide por el número ni la intensidad de las gracias místicas, sino por la intensidad de nuestra transformación espiritual: crecimiento en virtudes, desapego de lo material, entrega a Dios, aumento en los frutos del Espíritu, etc. La oración contemplativa es siempre una experiencia transformante, haya gracias místicas o no. Condiciones para la oración contemplativa. 1. Fe. Creer que Dios está aquí. Voy a mi habitación, como nos dice Jesucristo, viviendo la fe, la fe que me dice que mi Padre está allí. ¿Lo veo? No … lo sé, pues Jesús me dice: "Tu Padre que ve los secretos te premiará" (Mt.6:6,) 2. Pureza de corazón. Buscar a Dios por lo que es y no por lo que da. "Buscar no los consuelos de Dios, sino el Dios de los consuelos" (Sta. Teresa de Jesús). Se trata de buscar al Señor y no los dones del Señor. Se debe esperar al Señor que es el imprevisible por excelencia y no los dones del Señor. Esto implica que se debe ir a la oración desapegado para encontrarse con el Señor en la forma que El elija:

pueder ser árida, fervorosa, sensible, contemplativa. El orante va a dar su vida, su ser, su "nada". En una palabra: se va a la oración a "dársele" uno a Dios.

3. Humildad. La Contemplación es don "que no se puede merecer" (Sta. Teresa). Reconocerse "nada" ante Dios, pues lo somos. Dios es el "Todo". Sus creatura nada somos, nada podemos, nada tenemos fuera de El. Creer esto de veras es comenzar a ser humilde.

4. Sencilléz, pobreza e infancia espiritual. "Yo te alabo, Padre, porque has mantenido ocultas estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a los sencillos. Sí, Padre, así te pareció bien" (Mt.11, 25). Hacernos sencillos, es decir, sabernos incapaces, para poder recibir en la oración la Sabiduría que viene de Dios. Hacernos pobres en el espíritu para dejarnos colmar de todos los bienes del Señor, a través de la oración. Hacernos pequeños para que Dios pueda crecer en nosotros a través de la oración. Hacerse niños para poder creer y confiar en Dios nuestro Padre como los niños confían en sus padres.

5. Deseo inicial de orar y perseverancia. A esto llama Sta. Teresa "determinada determinación", que se requiere para iniciar el camino de oración y para mantenerse en él, y que es necesaria para poder enfrentar las resistencias que emergen de nuestro interior, así como los obstáculos externos, entre los cuales incluye "los miedos que os opusieren y los peligros que os pintaren". Se refiere la Santa a la oposición de ciertos teólogos de su tiempo con quienes polemiza con su viveza característica: "Ni sabéis cuál es oración mental, ni cómo se ha de rezar la vocal, ni qué es contemplación; porque si lo supieseis, no condenaríais por un cabo lo que alabáis por otro". La determinación no es sólo para el arranque inicial, sino sobre todo para continuar en el camino. Conocía muy bien por experiencia Sta. Teresa, cómo las mejores determinaciones no resistían el paso del tiempo y el acoso de las tentaciones. Por eso decía: "Somos francos de presto y después tan escasos". Y recomendaba: "A los que han comenzado, que no baste nada para hacerlos tornar atrás … que no deje lo comenzado". Te aconsejo que fijes un horario de oración al día.

6. Entrega de la voluntad La Oración de Contemplación requiere una entrega total, un "sí" incondicional y constante. Buscar a Dios para dárnosle, sólo porque El es. El orante "ha de ir contento por el camino que le llevare el Señor" (Sta. Teresa). Entregar la voluntad es ir conformando la voluntad con la de Dios; no imponerle a Dios nuestra propia voluntad. Entregar la voluntad es ir aceptando los planes de Dios para nuestra vida; no es imponer a Dios nuestros propios planes. Entregar la voluntad es cooperar con los proyectos que Dios tiene para nuestra existencia; no es exigir a Dios Su cooperación para los proyectos que nosotros nos hemos hecho. Entregar la voluntad es esperar pacientemente el momento del Señor, pues Dios tiene sus ritmos y sus tiempos. "Su Majestad sabe mejor lo que nos conviene; no hay para qué le aconsejar lo que ha de dar". Entregar nuestra libertad para que El pueda hacer en nosotros según Su Voluntad es condición importante para la Contemplación. 7. Vivir el presente. Para orar hay que centrarse en el momento presente. No hay que hurgar en el pasado, salvo en los casos en que debemos revisarlo para corregir nuestras tendencias. Tampoco hay que pensar en el futuro, sobre nuestros planes y deseos. Hay que estar en el ahora: aquí está Dios. La siguiente experiencia mística puede mostrar cuán importante es esta condición para la oración:

"Estaba lamentándome del pasado y temiendo el futuro. De repente mi Señor estaba hablando: MI NOMBRE ES 'YO SOY' … Cuando vives en el pasado con sus errores y pesares, es difícil, Yo no estoy allí. MI NOMBRE NO ES 'YO FUI' … Cuando vives en el futuro con sus problemas y temores, es difícil. Yo no estoy allí. MI NOMBRE NO ES 'YO SERE' … Cuando vives en este momento, no es difícil. Yo estoy aquí. MI NOMBRE ES 'YO SOY'" (Poema de Hellen Mallicoat). De la oración contemplativa al silencio contemplativo solo hay un paso. No fuerces el silencio; llegará de forma natural cuando el alma quede impregnada del Espíritu en una unidad. Entonces, de manera natural, cesará la repetición de la plegaria y te mantendrás en la simple presencia silenciosa. No quieras, por orgullo, llegar a lo más alto y permanece tranquilamente ahí donde Dios te ha puesto y donde puedas sentir su presencia. En estos tiempos es una pena que muchas personas con gran capacidad y vocación de interioridad, por querer llegar directamente al último peldaño de la unión mística…. ni siquiera alcancen el primero de paz interior. El silencio forzado será un silencio "vacuo", desprovisto de gracia, y que no tiene ningún sentido espiritual. Con frecuencia, incluso, se convierte en algo angustioso. Eso en vez de acercarte al Cielo, te deja a las puertas del Infierno. El silencio en sí mismo no es el objetivo, sino la presencia de Dios. La presencia de Dios viene acompañada de silencio, pero el silencio no siempre es acompañado por la presencia de Dios.

La palabra (tu oración verbal) caerá como una fruta madura cuando aparezca lo que ella invoca. Entonces reposa y descansa en ese Santo Silencio, en esa Santa Presencia. Cuando veas que ese perfume desaparece, cuando veas que vuelve la inquietud o la sequedad, entonces vuelve a la palabra hasta que el fuego se avive de nuevo. Una y mil veces.

Por otra parte no debes forzar la oración verbal, cuando veas que el silencio te ha tomado o esté llamando a tu puerta. En esos momentos, incluso la palabra que te elevaba puede convertirse en un estorbo y hacerte descender de esa "ligereza plena". No tengas miedo al silencio. La simple presencia, o el simple aliento son oración cuando están impregnados de Gracia.

Si tienes la bendición de encontrar un maestro de oración aprende de él, será una gran suerte. Desgraciadamente en los tiempos que corren, esto es cada vez más difícil por no decir imposible. Esto no debe desanimarte, confía en la inspiración y en la ayuda del Espíritu Santo y haz el camino en soledad. Si no tienes ayuda en la tierra confía en la ayuda del Cielo. La ayuda para el espíritu llega a raudales a las pocas personas que, en este profanado mundo de hoy en día, optan por una orientación interior. Con el tiempo puede que encuentres a algunas pocas personas como tú. Las reconocerás enseguida.

Aunque estés en soledad, ponte en camino y ora en soledad. El mundo del espíritu ha estado desde siempre lleno de ermitaños y solitarios, y ahora, con el actual descalabro espiritual, sigue estándolo aunque permanezcan ocultos en las ciudades. Si lo puedes hacer en grupo o en familia hazlo así, pero sea cual sea la situación no dejes de meditar, orar y contemplar lo Sagrado.

No puede un ser humano hacer acto más bello que la oración. Sumergirse en el acto orante es sumergirse en la belleza que encierra dicho acto… El abandono y la entrega al acto orante es la mayor belleza que puede acompañar nuestra vida; esa entrega… esa rendición ante lo que nos sobrepasa…

Uno puede optar por cubrir su vida con un manto de belleza o permanecer en la sequedad, el desasosiego, la inquietud, la fealdad o en la amargura. Merece la pena apostar por lo primero y que tu paso por este mundo esté acompañado de la Luz, el Calor y la Belleza de lo Sagrado, convirtiéndote así en un foco de irradiación de esas cualidades para tu entorno.

Si tu impulso y tu vocación son fuertes, esa opción se hará de una vez y para siempre. Pero lo más habitual es que esa opción sea un gesto que se renueva cada día o cada momento del día en una apuesta y una decisión constante.

Hay momentos de "sequedad" interior; cuando la "noche oscura", el desánimo y la aspereza invaden cada célula. En esos momentos lo mejor es poner orden en la vida exterior y mantener un mínimo de oración. Pueden bastar tres minutos a la mañana y tres a la noche. Eso no cuesta ningún esfuerzo a pesar de que estemos en plena "noche oscura". Aunque te parezca poco, eso es mejor que nada. En esos momentos tienes que ser humilde y reconocerte en tu humanidad. No puedes en ese estado ponerte metas muy altas; se como un niño, Dios no te pide nada más allá de tus posibilidades actuales. Comprobarás como tan solo algunos instantes de oración pueden obrar milagros… pueden terminar con tus miedos.

Oremos: Señor Jesús, que yo nunca recorra el mar de la existencia solo, que yo te lleve siempre en mi vida y en mi barca, que yo disfrute siempre, Señor, de tu compañía amorosísima, que cuando arrecie la tempestad, cuando el miedo levante olas que amenacen sumergirme, yo te mire, Señor, yo te invoque con fe y con confianza. Que Tú, Señor, ordenes a esos vientos y a esa mar que se calmen, que no me destruyan, que no me atormenten. Señor, tú eres la paz, Tú dijiste: "Mi paz os dejo, mi paz os doy", dime estas palabras, Señor: "Te doy mi paz, te dejo mi paz". Destruye, Señor, el miedo y el odio que se han acumulado en mí, disipa tantos temores infundados que me atormentan, calma Señor la tempestad que con frecuencia se levanta en mi interior, que se manifieste tu paz, Señor, en mi vida, que aparezca tu Señorío, que Tú domines mis emociones, que Tú me tranquilices interiormente. Tú eres mi paz, Tú eres la paz, Tú eres el Amor. Gracias, Señor, porque me amas, gracias Señor porque me curas, gracias Señor porque me salvas, Gracias Señor porque me has escuchado. ¡Bendito seas, Señor, gloria a Ti Señor! CAPÍTULO IV

PROMESAS DE DIOS PARA VENCER EL MIEDO

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Practicando la Palabra de Dios, haciéndola carne y Fuente de mi existir, me he liberado del fragelo del miedo. Hoy vivo mi vida en paz y con seguridad que nada de lo que me ocurra, escapa al conocimiento de Dios. Si el acepta que pase por situaciones dolorosas, El sabe los porqués. Yo no discuto con Dios. El es mi Padre Celestial y se que me ama de tal manera, El tiene mi existencia bajo Su control. Leamos los versiculos siguientes detenidamente, meditando la palabra de Dios para que ella haga su efecto sanador en las áreas en donde es necesario curar. Mi experiencia personal me dicta que, muchas veces, un solo versículo puede decirme mas que un libro entero de espiritualidad. De esta manera, si alguno de estos versos siguientes te "toca el alma", quédate meditandolo todo el tiempo que sientas el deseo de hacerlo. Dios puede actuar en tu vida de la forma mas inesperada y tan solo con un par de palabras que te hable a los oidos de tu corazón.

Deuteronomio 20:3 "y les dirá: Oye, Israel, (esto es, oye pueblo mío o, oye tú que estás en problemas) vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos; no se ablande vuestro corazón, no temáis, ni tengáis miedo, ni tampoco os desalentéis delante de ellos". Salmo 28:6-7 "Porque ha oído la voz de mis suplicas, el Señor es mi fuerza y mi escudo. En el confía mi corazón, y soy socorrido…" Salmo 31: 7-8 "Me gozaré y me alegraré en tu misericordia, porque tu has visto mi aflicción, has conocido mi alma en las angustias y no me entregaste en mano del enemigo…" Deuteronomio 28:7-9 "Yahvé derrotará a tus enemigos que se levantaren contra ti; por un camino saldrán contra ti, y por siete caminos huirán de delante de ti. Yahvé te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da. Te confirmará Yahvé por pueblo santo suyo, como te lo ha jurado, cuando guardares los mandamientos de Yahvé tu Dios, y anduvieres en sus caminos". Deuteronomio 31:6-8 "Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque el Señor tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará… Y el señor va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides". Isaías 51:12 Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, y del hijo de hombre, que es como heno? Mateo 10:28 "Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno". Proverbios 3:25 "No tendrás temor de pavor repentino, Ni de la ruina de los impíos cuando viniere" Salmos 91:5-6 "No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya". Sal. 91:7 "Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará". Mateo 6:25-26 "Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?" 2 Timoteo 1:7 "Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio" Proverbios 3:24 "Cuando te acuestes, no tendrás temor, Sino que te acostarás, y tu sueño será grato" Job 11:17-18 "La vida te será más clara que el mediodía; Aunque oscureciere, será como la mañana. Tendrás confianza, porque hay esperanza; Mirarás alrededor, y dormirás seguro". Salmo 23:4 "Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento". Proverbios 1:33 "Mas el que me oyere, habitará confiadamente Y vivirá tranquilo, sin temor del mal". Isaías 8:13 "A Yahvé de los ejércitos, a él santificad; sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo". Isaias 41:10-13 "No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigo. Buscarás a los que tienen contienda contigo, y no los hallarás; serán como nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen la guerra. Porque yo Yahvé soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo". Josue 1:9 "Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Yahvé tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas". Proverbios 14:26 "En el temor del Señor está la fuerte confianza; Y esperanza tendrán sus hijos". Josue 1:8 "Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien". Deuteronomio 31:8 "Yahvé va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides". Salmo 34:5 "Los que miraron a él fueron alumbrados, Y sus rostros no fueron avergonzados". 2 Corintios 1:20 "porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios". Proverbios 3:25 "No tendrás temor de pavor repentino, Ni de la ruina de los impíos cuando viniere" Proverbios 3:7-8 "No seas sabio en tu propia opinión; Teme al Señor tu Dios, y apártate del mal; Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos". 2 Timoteo 1:7 "Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Romanos 8:15 "Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: !Abba, Padre! Prov. 3:5-6 "Fíate de Yahvé de todo corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas" 1 Juan 4:18 "En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor". Salmo 37:5 "Encomienda al Señor tu camino, Y confía en él; y él hará". Proverbios 1:33 "Mas el que me oyere, habitará confiadamente Y vivirá tranquilo, sin temor del mal". Deuteronomio 10:12-13 "Lo que Dios exige: Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Yahvé tu Dios de ti, sino que temas a Yahvé tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Yahvé tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Yahvé y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad?"

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Leamos meditativamente el Salmo 27 "El Señor es mi luz y mi salvación, ¿A quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿De quién tendré temor? Cuando para devorar mis carnes, vinieron sobre mí lo malhechores, mis adversarios y mis enemigos, ellos tropezaron y cayeron. Aunque un ejército acampe contra mi, no temerá mi corazón; aunque en mi contra se levante guerra, a pesar de ello estaré confiado. Una cosa he pedido al Señor, y esa buscaré; que habite yo en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor, y para meditar en su templo, porque en el día de la angustia me esconderá en su tabernáculo; en lo secreto de su tienda me ocultará; sobre una roca me pondrá en alto. Entonces será levantada mi cabeza sobre mis enemigos que me cercan; y en su tienda ofreceré sacrificios con voces de júbilo; cantaré, sí, cantaré alabanzas al Señor. Ten piedad de mí y respóndeme. Cuando dijiste: Buscad mi rostro, mi corazón te respondió: Tu rostro Señor buscaré no escondas tu rostro de mi; no rechaces con ira a tu siervo; tú has sido mi ayuda, no me abandones ni me desampares, oh Dios de mi salvación. Porque aunque mi padre y mi madre me hayan abandonado, el Señor me recogerá. Señor enséñame tu camino, y guíame por senda llana por causa de mis enemigos. No me entregues a la voluntad de mis adversarios; porque testigos falsos se han levantado contra mí, y los que respiran violencia. Hubiera yo desmayado, si no hubiera creído que habría de ver la bondad del Señor en la tierra de los vivientes. Espera al Señor; esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí, espera al Señor" !Que promesas tan hermosas no hace Dios para todos los que intentamos con toda nuestra alma, cuerpo y espíritu hacer Su Voluntad!

ANEXOS

ORACIONES

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!Padre… Liberame! Padre, Liberame del Temor, de la incerteza, de la inquietud que produce éste Mundanal Ruido!, Haz que mi mente se active en Tú pensamiento a diario, que pueda sanar mi ánimo, enrumbando mi ser a Tu frecuencia, y dejando fluir Tu Amor; pueda unirme al bienestar y alegría que otorga Tú pensamiento. Sólo así podré orientarme hacia la Luz y vencer el miedo!. La ineficacia del dolor no podrá obstruir el Templo; edificado en mí para recibirte en alabanzas Padre Santo Padre Santo, hay momentos en que he sentido mucho miedo momentos desconcertantes y tormentosos. Padre acude a mí en esos momentos en que el miedo se apodera de mi. Acude a mí cuando dudo, cuando me atormento por el dolor y la incomprensión. Acude a mi cuando el mundanal ruido me afecta y no lo entiendo. Acude a mí en todo momento en que me veas atormentado por la ignorancia de pensar que no estás cerca. Acude a mí cuando me enfermo no solo del cuerpo sino del espíritu. Acude a mí a perdonarme por pensar que no me escuchas. Acude a mí; pues yo te alabo y bajo tu frondoso árbol me acuesto a dilucidar tus pensamientos y a entonarme con tu Amor y tu Sapiencia. Así seaAsí sea Amen No temas Así dice el Señor: "no tengas miedo, pues te he rescatado. Yo te llamé por tu nombre, y tú eres mío, cuando atravieses las aguas, estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te ahogarás; cuando pases entre brasas, no te quemarás, y no te abrasarán las llamas, porque yo, el Señor, soy tu Dios. Tú eres valioso a mis ojos, eres honorable y yo te amo; no temas porque yo estoy contigo." Isaías 43, 1-5 Estoy en tu manos Señor Señor, estoy en tus manos. Sólo tengo un deseo: cumplir en cada instante tu santa voluntad. Ayúdame a dejarme llevar por ti. Hazme completamente disponible a tus designios sobre mí. Y, cuando me pidas algo que me cueste, dame fortaleza para dártelo. No quiero negarte nada, no quiero decirte nunca No, ni un SI a medias; sino un SI entero y total. Sé que me amas y, por eso, quiero agradecerte por mi vida y por todo lo que me has regalado. Quisiera hacer de mi vida una sinfonía de amor para amarte sin cesar. Gracias, Señor, te amo con todo mi corazón. Amen El Buen Pastor "El Señor es mi pastor, nada me falta. En verdes pastos me hace reposar. Me conduce a fuentes tranquilas, allí reparo mis fuerzas. Me guía por cañadas seguras haciendo honor a su nombre. Aunque fuese por valle tenebroso, ningún mal temería, pues tú vienes conmigo; tu vara y tu cayado me sosiegan. Preparas ante mí una mesa, a la vista de mis enemigos; perfumas mi cabeza, mi copa rebosa. Bondad y amor me acompañarán todos los días de mi vida, y habitaré en la casa de Yahvé un sinfín de días." Salmo 23 Oración en la prueba "En ti, Señor, me cobijo, ¡nunca quede defraudado! ¡Líbrame conforme a tu justicia, tiende a mí tu oído, date prisa! Sé mi roca de refugio, alcázar donde me salve; pues tú eres mi peña y mi alcázar, por tu nombre me guías y diriges. En tus manos abandono mi vida y me libras, Señor, Dios fiel. Me alegraré y celebraré tu amor, pues te has fijado en mi aflicción, conoces las angustias que me ahogan. Ten piedad de mí, Señor, que estoy en apuros. La pena debilita mis ojos, mi garganta y mis entrañas; mi vida se consume en aflicción, y en suspiros mis años; sucumbe mi vigor a la miseria, mis huesos pierden fuerza. Pero yo en ti confío, Señor, me digo: «Tú eres mi Dios». Mi destino está en tus manos, líbrame de las manos de enemigos que me acosan. Dios, no quede yo defraudado después de haberte invocado. ¡Qué grande es tu bondad, Señor ! La reservas para tus adeptos, se la das a los que a ti se acogen a la vista de todos los hombres. ¡Bendito Dios que me ha brindado maravillas de amor! ¡Y yo que decía alarmado: «Estoy dejado de tus ojos»! Pero oías la voz de mi plegaria cuando te gritaba auxilio." Salmo 30 Sólo Dios puede dar la Fe Sólo Dios puede dar la Fe, pero tú puedes dar tu testimonio. Sólo Dios puede dar la esperanza, pero tú puedes dar confianza a tus hermanos. Sólo Dios puede dar amor, pero tú puedes enseñar a amar a los demás. Sólo Dios puede dar la paz, pero tú puedes suscitar la concordia. Sólo Dios puede dar la fuerza, pero tú puedes sostener al desfallecido. Solo Dios es el camino, pero tú puedes mostrarlo a los demás. Sólo Dios es la luz, pero tú puedes hacerla brillar a los ojos de todos. Sólo Dios es la vida, pero tú puedes devolver a otros el deseo de vivir. Sólo Dios puede hacer lo que parece imposible, pero tú puedes hacer lo que es posible. Sólo Dios se basta a sí mismo, pero prefiere contar contigo. Mi amado Jesús Señor Jesús, en este momento de mi vida, quiero entregarme a Ti sin condiciones ni limitaciones. Quiero ser tuyo para siempre. Me consagro a Ti y me postro a tus pies para entregarte todo lo que soy y tengo: mi alma, mi cuerpo, mi pasado, mi presente, mi futuro, mi familia, mis deseos de santidad, mis ilusiones y esperanzas, mi salud, mis amistades… Todo, absolutamente todo, lo pongo en tus manos y te lo entrego para que me sirva para llegar a Ti y amarte con todo mi corazón. Puedes quitar o poner lo que Tú quieras. Te entrego mi vida como un cheque en blanco, quiero que seas el conductor de mi vida a partir de ahora. Yo confío en Ti y me pongo en tus manos como un niño en brazos de su madre. Gracias, Señor, por amarme tanto. Haz de mí lo que tu quieras, lo acepto todo con inmensa paz, porque Tú eres mi Padre y me amas y quieres lo mejor para mí. Amen Jesús, toma mi corazón Toma mi corazón, Jesús del alma mía, tan pobre como es, es todo para Ti. Con él te quiero dar, por manos de María, todo lo que ahora soy y todo lo que fui. En tu misericordia arrojo mi pasado, dejo a tu providencia mi porvenir, Señor. El momento presente sólo me he reservado para emplearlo siempre en probarte mi amor. Toma mi corazón, es tuyo, todo tuyo. Me abandono en tus manos para siempre. Amén. En Tus manos Señor Padre mío, me pongo en tus manos, haz de mí lo que Tú quieras, sea lo que sea, te doy gracias. Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo, con tal de que tu voluntad se cumpla en mí y en todas tus criaturas; no deseo nada más, Padre. Te confío mi alma, te la doy con todo el amor de que soy capaz, porque te amo y necesito darme. Me pongo en tus manos sin medida, con una inmensa confianza, porque Tú eres mi Padre. Amen La paciencia Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza, quien a Dios tiene nada le falta: ¡Sólo Dios basta! Santa Teresa de Jesús ¤¤¤ Huellas en la arena Una noche tuve un sueño… soñé que estaba caminando por la playa con el Señor y, a través del cielo, pasaban escenas de mi vida. Por cada escena que pasaba, percibí que quedaban dos pares de pisadas en la arena: unas eran las mías y las otras del Señor. Cuando la última escena pasó delante nuestro, miré hacia atrás, hacia las pisadas en la arena y noté que muchas veces en el camino de mi vida quedaban sólo un par de pisadas en la arena. Noté también que eso sucedía en los momentos más difíciles de mi vida. Eso realmente me perturbó y pregunté entonces al Señor: "Señor, Tú me dijiste, cuando resolví seguirte, que andarías conmigo, a lo largo del camino, pero durante los peores momentos de mi vida, había en la arena sólo un par de pisadas. No comprendo por que Tú me dejaste en las horas en que yo más te necesitaba". Entonces, Él, clavando en mí su mirada infinita me contestó: "Mi querido hijo, yo te he amado y jamás te abandonaría en los momentos más difíciles. Cuando viste en la arena sólo un par de pisadas fue justamente allí donde te cargué en mis brazos". (1) La oración afirmativa:Jesús nos guió en el uso de la oración afirmativa cuando dijo: "Por tanto, os digo que todo lo que pidáis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá" (Mc. 11:24). Aunque las situaciones quizás no siempre resulten de la manera como nos gustaría, podemos saber con certeza que la voluntad de Dios está activa en nuestras vidas. Cuando utilizamos la oración afirmativa, utilizamos declaraciones positivas de Verdad y agradecimiento para hablar a Dios. Por ejemplo: La vida de Dios siempre presente sana mi cuerpo y renueva mi alma. Para personalizarla, puedes decir: "Querido Dios, gracias por sanar mi cuerpo y renovar mi alma". Para ayudar a que tus pensamientos creen tu conciencia positiva, trata de utilizar algunas de estas afirmaciones: 1. Gracias, Dios, porque Tu obra se lleva a cabo. 2. Tengo la sabiduría de Tu Espíritu, Dios. Disfruto de gozo, amor y cuidado según Tu voluntad. 3. Pongo mis inquietudes a Tu cuidado, querido Dios, sabiendo que tienes en mente mi mayor bien. 4. Mi vida está llena de gozo y felicidad por ti mi buen Dios. Al utilizar un enfoque positivo en nuestras oraciones, visualizamos y planificamos para el futuro con fe en que el poder de Dios bendice continuamente nuestras vidas con posibilidades ilimitadas. La oración afirmativa nos guía al despertar de nuestro ser espiritual. Con fe, oramos dando gracias anticipadas porque Dios satisface nuestras necesidades de la mejor manera para nosotros. Con amor, Dios responde a esas oraciones, aún antes de que las digamos, al proveernos con las ideas divinas necesarias para guiarnos en todo lo que necesitamos para vivir plenamente… gozosamente… pacíficamente. La oración y el pensamiento positivo Cuando oramos y estamos pensando positivamente de que Dios puede cambiar nuestra situación, o si simplemente tenemos la creencia de que las cosas pueden mejorar, el pensamiento positivo puede ser muy eficaz. La oración debe hacerse con pensamiento positivo, porque cuando uno cree que una situación va a materializarse, es muy probable que así será. Jesús nos dijo: "pidan y den gracias como si ya lo tuvieran…". La oración y la visualización Es la forma de orar imaginando, "viendo" el éxito. Este es una forma de orar meditativa. Al visualizar el éxito, es mas fácil que este se materialice. Cuando oramos, estamos pidiendo algo específico. Sólo el hecho de pedir algo específico puede ayudar a visualizar lo que queremos. (2) Como meditar en la Palabra de Dios La Palabra meditar significa reflexionar, ponderar, planear en la mente, razonar, o proponerse algo. La palabra griega implica revolver algo en la mente y también es traducida como imaginar. Dos razones para la meditación Bíblica son:

· ponderar el conocimiento correcto, y

· renovación de la mente, contactar a Dios detrás de Su Palabra a través de la oración, alabanza. Ejemplo, reflexionando ponderando y pensando a cerca de Él. La Meditación puede darse como un estudio tópico. Escogiendo un tópico para reflexionar. Ejemplo: "Vida Eterna". Qués es? Cómo se logra?, Quién la logra?, Existe realmente?… La Meditación puede darse como un estudio expositivo ej., un estudio verso por verso de algún libro de la Biblia. La clave es reflexionar y pensar sobre el libro tanto tiempo que te puedas familiarizar con el contenido (versos y capítulos) La Meditación puede darse a través del estudio de palabras. ¿Qué significan ciertas palabras? ¿Qué significa creer? ¿Qué significa la palabra Señor? ¿Qué significa la Palabra Jesús? ¿Qué significa la palabra Cristo? ¿Qué significa la palabra justificar? Etc. También se puede meditar con párrafos de la Biblia. Un párrafo es una unidad de pensamiento por escrito, normalmente contiene varias oraciones. Cuando un autor cambia el énfasis del tema en su ensayo, normalmente comienza un nuevo párrafo. La Meditación Bíblica no es solo mirar a las palabras, más bien es buscar a Dios dentro de la Palabra.

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El miedo es una perturbación del estado de ánimo, en el que se pierde la confianza en los propios recursos para afrontar situaciones concretas, que son percibidas como peligrosas para la persona. Este peligro puede ser real o imaginario, presente o proyectado en el futuro, pero siempre ocasiona una disminución del sentido de seguridad. Por su universalidad y su frecuencia, el miedo se puede considerar como una emoción normal, pero hay que distinguir entre el miedo normal y el patológico. Cuando la amenaza es real es lógico sentir temor, se trata del miedo normal, pero cuando la reacción es excesiva o no guarda relación con la causa desencadenante, se convierte en anómala. Se puede decir que el miedo deja de ser normal cuando altera o bloquea la conducta normal del individuo, su estabilidad psicológica y/o sus relaciones con el ambiente y las personas que lo rodean. Cuando el temor lo provoca un objeto imaginario se entra en el campo de las fobias. En la fobia, el miedo es irracional y desproporcionado, altera la conducta de quien lo sufre, que es incapaz de sobreponerse a él, a pesar de reconocerlo como absurdo. Si bien es cierto que el miedo es una emoción paralizante, dolorosa, también es cierto que podemos erradicarlo definitivamente de nuestra vida, para ello, acudimos a La Palabra de Dios, antídoto efectivo para curar este "cáncer" emocional.

Referencias:

1. Gustavo E. Jamut. Dios quiere sanar las etapas de tu vida. Colección sabiduría. San Pablo 2. Ignacio Larrañaga. El Arte de ser feliz. San Pablo, Argentina 3. Catecismo de la Iglesia Católica. 1994 4. Ensel Grün, Espiritualidad. Para que tu vida tenga sentido. San Pablo, Argentina 5. Rodrigo Soto, Mercadotecnia de las Ideas.

6. Víctor Manuel Fernandez. La fuerza sanadora de la mística. San pablo, Argentina.

7. Ansel Grün. La Alegría. Lumen, Argentina 8. Libro Básico del Creyente. Ppc. E.Jardiel, 4. Madrid – 16 9. Siegel, Marc, Can We Cure Fear?, Scientific American Mind, Volumen 16, Número 4, Diciembre de 2005.

10.Biblia Reina Valera, 1960 11.Biblia Latinoamericana 12.Biblia de Jerusalen Agradecimiento Gracias al amor inmerecido y las bendiciones que recibo diariamente de mi amado Jesús, me ha sido posible escribir este libro. Dedicatoria: Para mis amados padres Ana y Jorge que amo , respeto y admiro profundamente por el amor y cuidado incondicional que han brindado a sus cuatro hijos: Jaimito, Patricio, Manuel y Jorge Oportus. Mi anhelo es que, hasta el fin de sus días, vivan de acuerdo a la Palabra de Dios, Palabra que nos colma de paz, alegría y nos conduce a la Vida Eterna, vida que podemos disfrutar desde ya como un pequeño anticipo en esta vida terrena.

 

 

Autor:

Jorge E. Oportus Romero

Profesor de Historia y Geografía, Orientador Educacional, fue profesor por muchos años el el Liceo Mercedario Francisco Enríquez de la ciudad de San Carlos-Chile.

En 1987, emigró a Suecia en donde, en la actualidad reside en el condado de Trollh?ttan. Actualmente trabaja como profesor de idioma español y religión y es un estudioso autodidacta de las Sagradas Escrituras.

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