Descargar

Seis tesis sobre fracturas sociales y su relación con los espacios urbanos: el caso uruguayo

Enviado por Douglas Ifrán


Partes: 1, 2

  1. Introducción: presentación y metodología empleada
  2. La pobreza se ha transformado en la fractura principal y más peligrosa de la sociedad actual
  3. La pobreza constituye un problema complejo que abarca mucho más que una simple situación determinada por ingresos insuficientes
  4. En la segunda mitad del siglo XX encontramos una clara tendencia hacia la acentuación de la urbanización de la pobreza
  5. La estructura socio – económico hegemónica tiene un marcado carácter exclusor, acentuado en esta nueva etapa de capitalismo tardío
  6. La pobreza y elementos asociados, impactan de modo diferente en distintas zonas del país
  7. Sobre los asentamientos confluyen formas económicas alternas, así como interacciones sociales peculiares acompañadas de formas culturales diferenciadas

Introducción: presentación y metodología empleada

Es evidente que los límites de un trabajo como este, impiden profundizar una serie de líneas que surgen a medida que se avanza en la reflexión. Hemos sentido la sensación de recorrer un camino en el cual cada pocos pasos, aparecen ramales, encrucijadas. El gran número de disciplinas que concurren a la lectura del problema abordado, nos tienta a seguir unos e ignorar otros. Hemos procurado evitar esa situación manteniendo un equilibrio racional y lógico entre las diferentes contribuciones. A los efectos de atender este hecho y la propia complejidad del objeto de investigación hemos recurrido a una forma no frecuente de exposición. Concentraremos esta en forma de desarrollo breve de un conjunto de seis tesis que hemos ido construyendo a lo largo de la investigación procesada. De esta manera sentimos que es posible condensar las múltiples aristas que presenta el problema. Las mismas no deben ser tomadas como puntos aislados sino todo lo contrario. Cada una de ellas es a su vez un conjunto de aristas del mismo objeto el cual se ha ido defiendo a partir de nuestras propias acciones cognitivas y de los datos que el objeto nos proporciona. No pretendemos proporcionar una visión acabada, cerrada del objeto de estudio. Esto, al igual que una sucesión matemática de límite cero, que nunca se hace realidad, no constituye otra cosa que una aproximación, un procurar ubicarnos lo más cerca posible dentro de un entorno determinado. En este sentido el aporte de la epistemología genética y sus definiciones de hecho están presentes en estas líneas. Por último quisiéramos hacer mención a otro elemento, este derivado de los aportes de Lacan. Este explica – a la vez que fundamenta – nuestra postura. Las estructuras cognitivas están dominadas por cadenas significativas que dan como resultado la lectura que cada uno hace de la realidad. La experiencia, la forma de aprendizaje practicado y consolidado, todo ello conforma inclusores que se organizan en cadenas de significados que contribuyen a la aprehensión del objeto.

El camino recorrido ha sido adoptar como punto de partida el fenómeno de la pobreza, su cabal significado en cuanto concepto e impacto en nuestra sociedad en particular. Hemos asociado este fenómeno a las dinámicas sociales, económicas y culturales. Como consecuencia ha surgido un cuadro que a nuestro juicio hace evidente que las fracturas, las grietas, que existen en nuestro país, se proyectan hacia su espacio lo que pese a ser evidente no siempre es tomado en cuenta.

Es así que hemos ido construyendo las tesis que a nuestro juicio definen la situación. Como recursos metodológicos hemos recurrido a información estadística, así como a la observación directa y la experiencia que hemos recogido a lo largo de bastantes años como docentes en las que – eufemísticamente – hoy se definen como áreas adversas o carenciadas.

Nos proponemos demostrar a través de estas páginas que la pobreza es un producto estructural y que impacta sobre el espacio del país en general y los centros poblados en particular. Nuestro enfoque terminará centrándose en Montevideo por ser este espacio el que registra mayor antigüedad del hecho y mayor proyección cuantitativa y cualitativa.

Tesis 1.

La pobreza se ha transformado en la fractura principal y más peligrosa de la sociedad actual

En la actualidad desde diferentes posiciones se juzga que la pobreza constituye un problema de tal magnitud que pone en riesgo el futuro de la propia sociedad. Claro que quienes sostienen este último aspecto no expresan que la sociedad que es jaqueada es esta que responde a un orden y una lógica determinada, la sociedad continuará con pobreza o sin pobreza porque está en la naturaleza del ser humano la necesidad de crear vínculos que le permitan interactuar entre sí y con el medio.

Pese a la precisión anterior, resulta evidente que la fractura social que significa la presencia de la pobreza señala un problema complejo que – paradójicamente – pretende ser solucionado por la misma estructura que lo genera. En el pasado las "distancias" medida en interacción entre los sectores pobres y no pobres, eran mayores que en la actualidad. La urbanización creciente ha acortado aquellas y extendido los puntos de contacto. En el pasado, dentro de ese Uruguay Feliz que nos describe Daniel V. Loustaunau (2012)[1] la pobreza extrema estaba radicada en los rancheríos dispersos en el interior del país. En la ciudad se acotaba a espacios definidos tales como "el bajo" desplazado con la construcción de la rambla o las áreas de conventillos. A pesar de ello la dinámica social urbana contaba con suficientes "anclajes" que mantenían integrados a esa masa pobre dentro de los parámetros culturales hegemónicos. El modelo socialmente proteccionista del primer batllismo, la presencia de una masa de inmigrantes que portaban los valores del orden derivado de la modernidad y un sistema en expansión favorecían la consolidación de los sectores medios y la proyección de estos hacia los más bajos los cuales los tomaban como paradigma y ejemplo. Las escuelas presentaban una y otra vez los ejemplos de fulanito o sultanito que siendo muy pobre, había estudiado con miles de sacrificios y hoy era un acomodado profesional o se había abierto camino en la vida. Había un libro de lectura que llevaba por título "Trabajo", todo un emblema. Como lo señala el prof. Jorge Bralich[2]en un trabajo dedicado a los textos escolares, a lo largo de todos ellos el trabajo era señalado como el gran moralizante social, junto a todo el resto del cuerpo ideológico concomitante. Ello era inculcado y aceptado en la sociedad.

Todo esa realidad hacía que las distancias con los sectores no integrados fueran físicamente amplias y por otra parte existiera una suerte de comunión en torno a una forma cultural hegemónica, la cual si bien podía ser no compartida en su totalidad, era respetada y aceptada. A su vez contribuía a alimentar un imaginario colectivo con el que todos los sectores se identificaban, tal como lo señala Loustaunau en el trabajo mencionado se vivían días en que se sentía que todo era posible, todo podía ser alcanzado.

El estancamiento agrario, el fracaso de la versión muy particular de estado de bienestar que se instala con el neobattlismo, el fracaso del modelo industrial de sustitución de importaciones, todo ello propició que aquel imaginario se rompiera y apsara a ser una imagen de los años dorados, manejados por quienes querían continuar con sus posiciones, como por aquellos que pretendían introducir cambios. El país pasa así por un período autoritario que deriva en que el costo social se descargue sobre los sectores populares. A la salida de la dictadura la presencia del salario en los productos elaborados en el país, paso de casi un 40 % a un escaso 10 %. El deterioro salarial fue por demás notorio y en la mayoría de los sectores no se han alcanzado los niveles de 1968. Por otra parte la ley de alquileres aprobada bajo la dictadura, aceleró la fractura espacial paralela a la económica. Los sectores más afectados por la reingeniería social fueron paulatinamente expulsados, individual o colectivamente, de determinados espacios y arrojados hacia espacios marginales. A pesar de ello la memoria de aquel imaginario colectivo continuaba proporcionando determinado grado de cohesión social. A lo largo del último medio siglo la memoria de aquel se ha ido perdiendo y ha sido sustituida por otras formas que responden a una realidad económica, social y cultural de diferenciaciones en crecimiento. Estamos ante una situación muy similar a la que describiera Lewis a comienzos de la década de los sesenta. Precisamente este autor en un trabajo de 1967 y ante el manejo "abusivo" de su concepto nos aporta lo siguiente:

"La cultura de la pobreza puede existir en función de una variedad de contextos históricos. Sin embargo, tiende a crecer y florecer en sociedades con el siguiente cuadro de condiciones: 1) una economía casera, trabajo jornalero y producción para el beneficio inmediato; 2) un elevado nivel persistente de escasas oportunidades para el trabajador no calificado y desempleo; 3) sueldos muy bajos; 4) el fracaso en la consecución de organizaciones económicas, políticas y sociales (ya sea sobre una base voluntaria o por imposición gubernamental para la población de bajo nivel de ingresos; 5) el predominio de un sistema bilateral de parentesco sobre un sistema unilateral; y finalmente, 6) la existencia de una tabla de valores en las clases dominantes que insiste en la acumulación de riquezas y propiedades, la posibilidad de una movilidad ascendente y el espíritu ahorrativo, y que explica el bajo nivel de ingresos como el resultado de la inadecuación o la inferioridad personal."[3]

Más adelante aporta un nuevo elemento a tomar en consideración:

"La cultura de la pobreza es a la vez un afán de adaptarse y una reacción de los pobres ante su posición marginal en una sociedad capitalista, de estratificación clasista y vigoroso individualismo. Representa un esfuerzo para detener los sentimientos de desesperación y desesperanza que surgen al hacerse notoria la improbabilidad de alcanzar el éxito en términos de los valores y metas de una gran sociedad."[4]

A diferencia de lo que sucediera en el pasado con otras manifestaciones de la pobreza que permanecía marginada cultural y espacialmente, en la actualidad al haber ganado espacio y consolidado formas culturales alternativas, se ha apropiado de determinados espacios. Este fraccionamiento a la vez que alterar la dinámica urbana en múltiples aspectos, lleva a que se registren situaciones de violencia en las fronteras entre las diferentes culturas.

Los sectores hegemónicos y las capas medias sobreviviente, han optado por una táctica de abandono de determinados espacios y desarrollado una estrategia de exclusividad en determinados espacios específicos. Así la ciudad se encamina a materializar dos áreas características por un lado barrios exclusivos donde predomina la hiper – vigilancia y por otra el otro los espacios denominados asentamientos. El problema son aquellos espacios intermedios. En los que tradicionalmente sucedían los hechos públicos, los que expresaban la construcción de ciudadanía. Así se observa que lugares como el centro, dotados de todos los servicios, entran en decadencia. Muestra de ello es el desplazamiento de las instalaciones comerciales hacia puntos específicos como los shopping y paseos de compra.

La pobreza en cuanto fractura tiene otra importancia además de las apuntadas para el funcionamiento del propio sistema capitalista. Tal como lo señalara a comienzos del siglo XX Rosa Luxemburgo, para la realización de la ganancia es necesario que todos los sectores sociales consuman, compren los productos. Mientras un producto no cierra el ciclo con el consumo la ganancia de que es portador es virtual, se materializa en el momento en que se produce su intercambio por dinero. En la sociedad actual con una producción en expansión y globalizada, no puede permitirse que un alto porcentaje este ajeno al consumo o lo haga por debajo del promedio. Es por eso que se presiona por parte de los organismos internacionales de crédito como el FMI y el Banco Mundial para la adopción por parte de los estados de políticas tendientes a abatir los indicadores de "no consumo" que ellos denominan lucha contra la pobreza. En esencia todas esas políticas implican transferencias de recursos y servicios que permitan ampliar el mercado transformando demanda potencial en demanda efectiva. La paradoja es que mientras se intenta esto, no se atacan las raíces estructurales de la situación y todo pasa a ser parte de un juego donde alivio los síntomas mientras la enfermedad avanza.

Esas políticas de transferencias al no estar orientadas a la complejidad social que constituye la pobreza, incentivan el consumo según los parámetros impuestos desde los grupos hegemónicos. Ello lleva a que gasten dinero en cosas que resultan absurdas dada la situación en que viven. No son pocos los casos en que buscan utilizar los vales o créditos que se les conceden para adquirir un producto de marca o una botella de whisky. Estos hechos no tienen explicación para nuestra lógica, pero son perfectamente coherentes con la cultura de la pobreza en donde a través del consumo de determinados objetos, alcanzan a satisfacer su necesidad de sentirse integrados a la sociedad.

De modo paralelo, cuando la ayuda estatal no es suficiente, cuando no e cuenta con un mínimo anclaje dentro de la economía formal, surge la respuesta de la economía no formal con actividades tales como la recolección de residuos y compra – venta de productos de dudosa procedencia como ejemplos. Más allá de esta la economía subterránea, vinculada directamente al delito proporciona los recursos que permiten funcionar la rueda del consumo. A través de estas dos vertientes de obtención de recursos se produce una doble contaminación de determinadas áreas, unas como fruto de la acumulación de residuos, sin posibilidades de ser reprocesados; otras son contaminadas por la inseguridad volviéndose verdaderos cotos de caza de los raids que efectúan los delincuentes. En uno y otro caso la relación espacial resulta deformada de modo profundo lo mismo que la interacción humana. Los servicios esenciales tienen una sobredemanda en determinados lugares, mientras en otros muestran capacidad ociosa.

Uno de los peligros mayores que se derivan de esta situación es la que se vive sin ir más lejos en Río de Janeiro en que la favelas en los hechos se han declarado independientes del poder político estructurado y legítimo, al punto que se ha debido recurrir al ejército para recuperar e imponer la autoridad en sus áreas, teniendo que enfrentar militarmente a las bandas que dominan esos espacios. Un hecho a mucho menor escala ya se produjo en nuestro país como un anticipo de un problema que se está gestando. Nos referimos a los acontecimientos que tuvieron como escenario el Barrio Marconi, en donde la policía tuvo que virtualmente "ocupar" el barrio.

En medio de todo esto asistimos a un proceso social complejo al que contribuye la pobreza. Mientras estructuras masivas como las agrupaciones políticas, sindicatos y principales organizaciones religiosas, pierden terreno, con lo que el entramado en que se sostienen las capas medias y hegemónicas se debilita, mientras la lógica del capitalismo tardío como la denominara Fredick Jameson (1984) conduce a la atomización y al culto de un individualismo extremo, los sectores pobres se unen y ganan espacios a través de su cultura alternativa. En la actualidad los lazos desarrollados son lo suficientemente fuertes para mantener la integración de los grupos, integración conflictiva y siempre precaria, pero que les permite enfrentar las formas predominantes.

Tesis 2.

La pobreza constituye un problema complejo que abarca mucho más que una simple situación determinada por ingresos insuficientes

Hay una mirada simplista y simplificadora del problema consistente en acotar la totalidad del fenómeno dentro de los límites de determinado nivel de ingresos. El fundamento de esta posición se ubica en el hecho de que un funcionamiento monetizado lleva a que determinada masa de ingresos o montos ubicados por debajo de determinado monto, no permitirá un consumo mínimo de un conjunto de bienes y servicios. Ello repercute directamente en la calidad de vida de los afectados colocándolos en una posición de vulnerabilidad que puede alcanzar niveles extremos.

Nos encontramos así con las formulaciones del Banco Mundial y del INE en nuestro país que adhieren a esta postura.

Posicionamientos respecto al concepto de pobreza.

edu.red edu.red

(*) Si bien el INE no es el creador del indicador lo hemos identificado por ser el que lo emplea en nuestro país para producir información y seguimiento.

En el cuadro hemos procurado sintetizar diferentes posicionamientos en torno a la pobreza siguiendo un criterio de complejidad creciente. Desde las posiciones más simplistas hasta aquellas que como el ya mencionado Lewis asocia el problema con la presencia de formas culturales alternas capaz de reproducirse a través de mecanismos sociales y resistir la acción que el resto de la sociedad intenta proyectar. Buena parte del fracaso presente de los sistemas educativos formales, debería ser mirado desde este ángulo. Ello evitaría ensayar soluciones que en definitiva significan más de lo mismo.

Aún a riesgo de extendernos más en este punto específico considero importante detenernos en el posicionamiento de tres autores dos de ellos enfrentados durante años y un tercero que ha caído en el olvido a pesar de que sus investigaciones de campo señalaban otra arista de la pobreza.

Peter Townsend (1928 – 2009) fue una figura muy destacada en la denuncia y el combate de la pobreza en Inglaterra, inclinándose por lo que algunos denominan Economía Moral. Ante la tendencia hacia la mitad del siglo XX de presentar la pobreza como un problema superado en Gran Bretaña, el demuestra que el problema está tan vigente como otrora, ha cambiado su cara. La pobreza no se mantiene estática, sino que cambia permanentemente en la mima medida que lo hace la sociedad. Siguiendo su razonamiento si comparamos un pobre de comienzos del siglo XX y uno de la actualidad, no podemos dejar de apreciar diferencias. ¿Dónde nace la pobreza entonces? P. Townsend sostiene que la referencia a partir de la cual nacerá el concepto está dado por el estándar de vida promedio dominante en un determinado momento.

"Sus recursos están tan significativamente por debajo de los del individuo o la familia promedio que

resultan, en efecto, excluidos de los patrones ordinarios de vida, costumbres y actividades".[5]

No se trata sólo como se veía hasta entonces de una cuestión de obtener los recursos para sobrevivir físicamente, sino que se deben incluir aquellos elementos que son considerados necesarios por una sociedad en instante de su historia.

"Nuestra teoría general, entonces, debe ser que viven en pobreza los individuos y las familias cuyos recursos, a lo largo del tiempo, se sitúan seriamente por debajo de los recursos comandados por el individuo o la familia promedio en la comunidad en la que viven…"[6]

Incluso en apoyo a su idea recurre al pensamiento de A. Marshall, uno de los economistas clásicos que incluía como consumo artículos como el alcohol, el tabaco y la ropa a la moda son consumos que entran de la categoría de convencionalmente necesarios.

Townsend incluye un artículo como el té que no tiene valor alimenticio pero que proporcionan satisfacciones y favorecen interrelaciones sociales. En el caso uruguayo debe ser incluida la yerba, ya que el mate guarda el mismo significado que el té para los ingleses.

Resulta evidente en la visión del autor que la pobreza es un fenómeno relativo y que tanto las necesidades como los medios de satisfacerlas varían a lo largo de la historia.

Esta mirada abre sin dudas el concepto hacia otra dimensión, el problema se le planteó a la hora de medirlo. En sus trabajos manejó un núcleo de 60 indicadores que atienden básicamente al modo en que se desenvuelve la cotidianidad de los individuos y familias. Entre los 12 considerados básicos, el autor considera dos grandes capítulos: a) interacción y recreación social; b) alimentación.

Resulta evidente que dadas nuestras características como sociedad, muchos de los indicadores que señalara el autor no se corresponden con la realidad particular que vivimos. De cualquier manera más que nada nos debe servir de ejemplo para reflexionar sobre la necesidad de incluir aspectos que muchas veces parecen impensados. Pretender trasladar este esquema de modo mecánico no conduce a nada, sí en cambio tomarlo como un ejemplo de manejo de la pobreza desde un ángulo muy amplio.

Armyte Sen (1933), Premio Nobel en economía en 1998, criticó en su momento el modelo de Peter Townsend, por confundir a su juicio lo permanente de un conjunto de necesidades con la relatividad de sus mecanismos e instrumentos de satisfacción. Si bien es cierto que hay elementos relativos en el terreno de las necesidades, hay dentro de ellas un núcleo duro que marca un minimun por debajo del cual es inconcebible, no la mera el despliegue de una vida plena tal como es entendida en una sociedad en un momento dado. Al respecto se identifica con Eric Hobsbawm para quien la pobreza responde siempre a un conjunto de convenciones de la sociedad donde se manifiesta. Esto lleva a que acepte que:

"las condiciones de "privación" no puede ser independiente de los "sentimientos de privación". Los bienes materiales no se pueden evaluar, en este contexto, sin una referencia a la visión que la gente tiene de ellos; incluso si los "sentimientos" no se incorporan de manera explícita deben desempeñar un papel implícito en la los atributos"[7]

edu.red

En definitiva la pobreza no es sólo una cuestión económico-financiera referida específicamente a los ingresos. Muchos son los factores empobrecedores: la libertad, los aspectos y calidad de los servicios sanitarios a que pueden acceder, la situación de la mujer y todas las limitantes de género que puedan existir, el analfabetismo, etc deben ser tomados en cuenta.

Incluso a la hora de fijar estándares de referencia se debe contemplar los gustos y las tradiciones imperantes en la sociedad.

Aquellos individuos comprendidos dentro de la categoría de pobres son individuos que ven limitadas sus posibilidades de realización de acuerdo a lo que concibe como tal por un grupo de referencia en un momento dado. Lo interesante es que los grupos de referencia

"…se escogen para fines comparativos. De nuevo, hay que considerar aquellos con los que las personas se comparan realmente, lo cual puede constituir uno de los aspectos más difíciles al estudiar la pobreza conforme al criterio de la privación relativa… el sentimiento de privación de una persona está íntimamente ligado a sus expectativas, a su percepción de lo que es justo y a su noción de quién tiene derecho a disfrutar qué"[8]

El otro autor a que queremos hacer referencia es al antropólogo Oscar Lewis quien a finales de la década de los cincuenta diera a luz el concepto de cultura de la pobreza.

Dejando de lado las visiones idealistas de cultura se inclina por aquellas posturas que hacen referencia a aspectos englobantes de la vida de los individuos y de las comunidades. En este sentido Clyde Kluckhohn (1945) construyó la siguiente definición:

"…modelos de vida históricamente creados, explícitos e implícitos, racionales, irracionales y no racionales, que existen en cualquier tiempo determinado como guías potenciales del comportamiento de los hombres."

"…un sistema históricamente derivado, de modelos de vida explícitos, que tienden a ser compartidos por todos o por ciertos miembros específicamente designados de un grupo (estos es de una sociedad"[9]

Aquellos individuos que comparten un espacio y un escalón determinado en lo referente al acceso a la riqueza deben desplegar un modelo de vida cualitativa y cuantitativamente diferente. Por tanto sus interacciones con otros seres, pertenecientes o no al núcleo, y con el medio en el que se insertan, será diferente. Este es un enfoque que lleva más allá de una mirada individual al problema para transformarlo en un problema de un grupo que desarrollo una forma específica de cultura, que a la corta o a la larga, choca con la cultura hegemónica lo que desencadena diferentes formas e intensidad de violencia, pero que también impacta de modo diferenciado sobre su entorno. Una cultura diferente significa la existencia entre otras cosas de una lógica diferente, una concepción de la vida misma muy distinta y la presencia de mecanismos de reproducción eficientes capaces de garantizar su permanencia de una generación a otra.

En definitiva: allí donde la estructura global de la sociedad coloca en posición desventajosa a determinados grupos, estos desarrollan modos de vida, con su correspondiente universo simbólico, su lógica y sus vías de reproducción. Por tanto la solución del problema está más allá de la simple transferencia de recursos y servicios.

Esto fue lo que apreció Lewis a la vez que construir una matriz de factores que contribuían al nacimiento, desarrollo y reproducción de esta forma de cultura. En esa matriz el autor incluyó cinco grandes capítulos: rasgos demográficos, económicos, psicológicos, sociales y psicosociales. Si bien esto tiene un valor importante en cuanto capacidad descriptiva, no resulta suficiente para penetrar en toda la dimensión de lo que la pobreza significa en su consolidación como forma de cultura y vehículo para la interacción con el espacio inmediato a cada grupo. Por otra parte la tipología de Lewis adolece del error de no jerarquizar los elementos y colocando en un plano destacado aspectos normativos y de comportamiento y no los estructurales.

Lo anterior coloca un límite muy preciso a la utilización de los indicadores más frecuentes. Tanto la línea de pobreza como la de indigencia señalan la existencia de una determinada "zona social" más o menos extensa donde se ubica el problema. Afirmar la pobreza ha disminuido, puede ser políticamente importante, pero si nos atenemos al concepto en la dimensión que hemos manejado, es algo que debemos colocar dentro de un campo de duda.

Esto último es recogido en el planteo que efectúa Paul Spiker (2007). El concepto de pobreza parte de una matriz de factores en la cual se combinan tres grandes subconjunto de variables. Para ello parte de la idea de que, haciendo acuerdo con Wittgenstein (1958 existe la tendencia de que las palabras tienden a sumar significados, creando por esta vía familias de significados. Unos estarán más cercanos entre sí que otros, mientras otros se tienden a alejar asociándose a otras familias. Con la expresión pobreza sucede algo similar. En el esquema precedente P. Spickner, identifica por lo menos una docena de familiares. En muchos casos las fronteras que separan unas de otras son muy débiles, mientras son más drásticas en otros casos.

Esta construcción conceptual se aproxima a la definición que maneja la Comunidad Europea. Esta ha establecido la pobreza:

"… como la exclusión resultante de la limitación de los recursos: Se considerarán pobres aquellas personas, familias y grupos de personas cuyos recursos (materiales, culturales y sociales) son limitados a tal punto que quedan excluidos del estilo de vida mínimamente aceptable para el Estado Miembro en el que habitan"[10]

La pobreza, en este enfoque deja de ser un hecho en sí, para pasar a representar el resultado de la combinación de una serie de variables que se relacionan directamente con el funcionamiento social global. Mucho camino resta por recorrer en este camino pero es un buen comienzo. Es en cierta medida volver a los orígenes de la economía cuando uno de sus fundadores – A. Smith (1723 – 1790) – sostenía que para que existiera un rico era necesaria la existencia de quinientos pobres. Es decir que la pobreza lejos de ser un fenómeno en sí mismo es el resultado de la combinación de un conjunto de variables, materiales, económicas y sociales que responden a un determinado orden que sustenta un mecanismo de redistribución de la riqueza.

Este enfoque alternativo del fenómeno de la pobreza nos abre la puerta a la consideración de cómo la cultura se combina con elementos ya apuntados, agregando mayor complejidad al problema. Las definiciones y los esquemas que se manejan por lo general no toman en consideración los factores culturales. En la tipología que maneja P. Spickner, no hay una referencia específica a ellos. Ello produce un vacío que es necesario solucionar para lo cual hemos de explorar otras líneas de reflexión.

Pese al avance cualitativo que significa la consideración de una matriz como la propuesta por Spinkner, hay un elemento que no es tomado en cuenta y que tiene una importancia destacada: el espacio. El mismo condiciona una serie de actividades que definen la cotidianidad de los grupos e impone límites a los recursos naturales a los que puede recurrir así como limita las posibilidades de interacción con el resto de la ciudad. Cuando no hay calles, cuando se registran hechos como el relativo aislamiento en que caen ante determinados fenómenos tales como crecidas de cursos de agua o lluvias muy intensas, el hecho de que no ingresen servicios básicos como ambulancias o taxis, a lo que se suma la ausencia de transporte público, por causa de diferentes obstáculos geográficos, no es de extrañar que las conductas de resistencia deriven en integrar estos elementos dentro de una cultura alterna.

Por otra parte para comprender la pobreza en toda su dimensión hay que tomar en cuenta las formas de interacción que se construyen entre estas locaciones de la pobreza y el resto de la ciudad. Este será el centro de la tesis VI del presente trabajo.

Tesis 3.

En la segunda mitad del siglo XX encontramos una clara tendencia hacia la acentuación de la urbanización de la pobreza

Tal como lo desarrolla Joan Mac Donald (2004)[11] asistimos en el último medio siglo a un proceso de urbanización acelerada. Las poblaciones – en general las más pobres y vulnerables – son expulsadas del medio rural y terminan acumuladas en los cinturones de las ciudades. Ello ha determinado una extensión del espacio urbano desordenado con el agravamiento de que las políticas de ordenamiento territorial en ningún momento han tomado la iniciativa, por el contrario han marchado detrás de hechos consumados. Ello limita las posibilidades de imponer una estrategia que permita armonizar la instalación de las personas con la dotación de servicios esenciales. La evolución de la situación en la región es por demás evidente tomando en consideración los antecedentes y las perspectivas inmediatas

El trabajo estadístico llevado adelante por la autora nos permite avizorar que hacia el 2030 la región estará por encima de Europa y casi en un mismo plano que América del Norte. Por otra parte y como resultado de la misma investigación surge el hecho de que esa tendencia hacia la urbanización no sigue un criterio homogéneo sino que muestra una alta concentración en determinadas urbes, produciendo una distorsión espacial de consideración y agravando el problema.

edu.red

Fuente: Joan MacDonald. Cepal

El ritmo que sigue tiende a disminuir como surge de la aceleración negativa que muestra la curva, pero se mantiene vigente. Una posible explicación de ello es que buena parte de la población potencialmente "exiliable" ya no está en el medio rural. Junto a ello encontramos que la ciudad ya no atrae a la población desplazada y que incluso está expulsando gente hacia otros asentamientos, tal como lo observamos que acontece entre Montevideo y zonas como Ciudad de la Costa, la Costa de Oro o Ciudad del Plata.

Otros dos rasgos interesantes que presenta la región son:

a. Se estima que 226 millones de latinoamericanos vivirán dentro de dos años en poblaciones de más de 750.000 habitantes y que se registrará un ritmo de aumento del orden del 1,24 % anual.

b. El crecimiento de la población urbana en la región se concentrará en las ciudades intermedias entre 2 y 5 millones de habitantes (70%) y en las grandes urbes entre 5 y 10 millones (54%).

Dentro de ese cuadro general Uruguay presenta algunos rasgos peculiares que nos importa visualizar a los efectos de analizar el modo en que ellos determinan una determinada conformación del espacio nacional. Ya a finales de la década de los cincuenta y comienzos de los sesenta, el investigador Néstor Campiglia llevó adelante una encuesta que le permitió penetrar dentro de los caracteres que tenían las migraciones internas dentro de nuestro país.

Con notable perspicacia y certeza a lo largo de su trabajo queda dibujada una determinada dinámica demográfica que no hizo sino anticipar lo que sucedió en las décadas sucesivas y que aún opera en la actualidad.

Si partimos del comportamiento del volumen de población rural a lo largo de este último medio siglo, se hace por demás evidente que hay un claro descenso marcado tanto por las cifras como por la tendencia general del período.

En números redondos en medio siglo el campo presenta menos de la mitad de sus pobladores. Pero esto no es un hecho coyuntural como bien lo señalara el trabajo pionero de Campiglia. A lo largo de nuestra historia, desde el momento mismo que se consolidaran las bases del modelo capitalista de producción hay un movimiento migratorio desde el medio rural, permanente. Campiglia es meridianamente claro en ese sentido.

"La migración no se produjo sólo en un período determinado, sino que presenta una marcada continuidad; el movimiento es uniforme a lo largo de muchos años y cubre prácticamente todos los departamentos en cada de los períodos considerados."[12]

edu.red

Fuente: MGAP e INE

De aquella investigación surge la existencia de un determinado circuito migratorio que cubría todo el país, extendiéndose tempranamente hacia áreas de Brasil y Argentina.

La historia de las personas encuestadas mostraba claramente la estación intermedia que habían significado las ciudades y pueblos del interior. Ello importa por constituir Montevideo el gran receptáculo de toda esa masa de población que va siendo desplazada hacia ella.

A lo largo de aquellos años no todas las rutas que aparecen marcadas en el esquema tenían igual intensidad de tránsito. Desde los rancheríos hacia Montevideo u otras ciudades el movimiento era escaso. Tal como lo demostraran las Misiones Socio Pedagógicas, impulsadas por Julio Castro y con el respaldo del Departamento de Extensión de esa casa de estudios, la población que allí habitaba estaba resignada a vegetar, a sobrevivir con los recursos que daban las actividades zafrales como la yerra o la esquila. Por otra parte los movimientos al interior de cada una de las ciudades era dominado por la extensión superficial fruto de los nuevos arribos, pero aún predominaba un cierto grado de estabilidad dentro del espacio urbano y era frecuente el intercambio y la interacción a nivel de barrio de individuos provenientes de estratos diferentes. Los "boliches graperos como se les denominara, los club de barrio, las actividades de carnaval, eran hitos dentro de la vida cotidiana de las ciudades y significaban espacios de integración. Demás está decir que lo mismo acontecía en las escuelas en donde estaban presentes todos los estratos sociales existentes.

edu.red

El déficit de viviendas se contemplaba por la protección estatal a los inquilinos y por las construcciones cada vez más precarias que se iban acumulando. De cualquier manera el déficit lejos de ser paliado se incrementaba día a día desembocando en la extensión de la ciudad hacia otras zonas desprovistas de la infraestructura mínima de servicios.

En la actualidad el último censo es contundente en lo que se refiere al grado de urbanización de la población del país, pero nos proporciona también un dato adicional. Si observamos el porcentaje de población no nacida dentro de los límites departamentales, vemos que mientras algunos presentan valores relativamente bajos otros (Montevideo, San José, Canelones y Maldonado) lideran con cifras por encima del promedio.

En contrapartida nos encontramos que el polo opuesto lo constituyen los departamentos de Artigas Salto y Soriano que son los que resultan menos atractivos.

Escolio 1. Dado que este fenómeno migratorio se ha dado de forma permanente es dable suponer que responde a razones que tienen que ver con la estructura general productiva

Escolio 2. Ese desplazamiento de población rural hacia los centros poblados del país abarca además de los pobres tradicionales los pequeños y medianos productores que son "obligados" por la lógica imperante a vender sus tierras y personas pertenecientes a los diferentes estratos de pobreza.

edu.red

En apoyo a lo afirmado están las cifras de los diferentes censos agropecuarios que dan cuenta de una sistemática disminución de los pequeños propietarios, siendo los más afectados los que disponían de 50 o menos há. (En la actualidad esa frontera se está ubicando en el entorno a las 100 há. De acuerdo al último Censo Agropecuario, si tomamos en cuenta solo los días hábiles en la última década registramos una pérdida de tres productores en forma diaria)

Escolio 3. Tradicionalmente Montevideo constituyó el gran polo de concentración de la población desplazada, ello más allá del hecho de que un sector importante de los sectores medios emigrara hacia el exterior por causas políticas primero y económicas después. En la actualidad mientras conserva su condición de polo de atracción ha pasado a desempeñarse como agente de redistribución. En efecto población de sus márgenes pasan a vivir en áreas de los departamentos vecinos haciendo surgir auténticas ciudades en muy corto espacio de tiempo lo que ha determinado la existencia de una situación cercana al caos desde el punto de vista del ordenamiento territorial.

En menor escala ese hecho se repite en otros puntos del país al punto de que la mayoría de los asentamientos se congregan en un número relativamente escaso de puntos. De acuerdo a las cifras correspondientes al 2004, los asentamientos irregulares en el interior se concentra en tres departamentos, si bien el fenómeno está presente en todos los departamentos.

edu.red

edu.red

edu.red

Tesis 4.

La estructura socio – económico hegemónica tiene un marcado carácter exclusor, acentuado en esta nueva etapa de capitalismo tardío

Las condiciones internacionales extraordinarias que imperan durante las dos guerras mundiales, la desastrosa situación derivada de la crisis del 29 y el conflicto de Corea, favorecieron sobre la base de una muy particular construcción de un estado de bienestar. En el terreno productivo, mientras el agro continuaba generando divisas, en lo interno se procedía a expandir un modelo de sustitución de importaciones que sólo podía funcionar en base a una sobreprotección arancelaria.

"La gran característica de Uruguay, durante el período 1958 – 1971, fue su estructura de producción material desequilibrada; el sector agrario proveyó bienes para el mercado interno y para el orden externo, en condiciones competitivas internacionales, y logró un balance de divisas sistemáticamente favorable (las exportaciones desde el agro siempre superaron a las importaciones con destino al mismo), mientras que los sectores manufactureros y de la construcción produjeron mayoritariamente con destino al mercado doméstico, en condiciones no competitivas internacionales, y presentaron un balance de divisas sistemáticamente desfavorable…"[13]

edu.red

El Estado aparecía como el garante del mantenimiento de las barreras proteccionistas permitiendo que los emprendimientos superaran sus males estructurales. No se les exigía a cambio nada en cuanto a niveles de reinversión, así como tampoco innovaciones elementos que fomentaron su ineficiencia y su estancamiento tecnológico. Lo que originariamente se concibiera como un período en que la naciente industria encontraría las condiciones para desarrollarse, se frustró al no producirse el despliegue esperado.

También en el terreno laboral el Estado actuaba como regulador al intervenir como contratante lo que determinó el crecimiento hasta niveles demenciales la estructura burocrática con su respectivo costo.

La crisis del modelo primero fue enfrentada a través de la inflación. La misma básicamente permitía mantener la forma mientras se vaciaba el contenido. Claro que ello tenía efectos colaterales al elevar la conflictividad social e introducir elementos distorsionantes en el terreno de la producción alimentando la especulación por sobre la producción.

A partir de la década del setenta se inicia una mutación del modelo general. De modo lento al comienzo, se acelera significativamente en la década de los 90. De este hecho se derivará una reorientación de la explotación del suelo y los procesos de segregación dentro de los espacios urbanos avanzarán a un ritmo creciente.

Partes: 1, 2
Página siguiente