El proyecto emancipatorio de Enrique Dussel y la concepción marxista leninista (página 3)
Enviado por Orlando Florian Cuetu
En esta obra reaparece como finalidad preconcebida y casi enfermiza, el medir con un mismo rasero todo lo que viene de Europa y conceptuarlo bajo la égida de la categoría de Totalidad. Para ello se toma como punto de partida la filosofía hegeliana, máximo paradigma dusseliano en tal sentido y posteriormente la relación hombre–naturaleza. Todo ello lo expone Dussel de manera escolástica pues asume sin demostración científica tres elementos importantes:
1. Relación Burguesía Proletariado cuya formulación es la dialéctica del señor y el esclavo (algo muy distante de la comprensión marxista de los antagonismos sociales, para los cuales estos tienen un fundamento objetivo la sociedad.)
2. Análisis simplista de la categoría de alienación entendida sólo con la finalidad de lograr la homogeneidad. ( Esto es interpretado como manera de imponer un esquema, una racionalidad de la totalidad, lo cual ilustra que todavía en este momento no se tenía el conocimiento que con posterioridad induciría a Dussel para incorporar a Marx en su teoría, es decir, el Tomo I del Capital, Contribución a la Crítica de la Economía Política, Grundrisse, etc.)
3. No comprender, por tanto, el papel del trabajo y de la producción como elementos metodológicos que permiten encontrar las bases para explicar el resto de los fenómeno de la sociedad, es decir, una visión económica objetiva de la sociedad.
Esta imagen de la producción que da Dussel, conduce a un análisis tergiversado de las relaciones materiales en la sociedad, lo cual queda muy claro cuando apunta: " Marx habla de la materia en íntima relación con el mundo productivo del hombre, pero no sólo materia como objeto de trabajo que es transformada, por supuesto, mediante el empleo de las fuerzas físicas e intelectuales por parte del sujeto productivo; sino también -y fundamentalmente- bajo la forma de fuerzas productivas heredadas de anteriores generaciones, de relaciones sociales de producción que se establecen en dependencia del carácter de esas fuerzas productivas y de su nivel de desarrollo. (67)
En una palabra, el análisis de la producción como punto de partida para la comprensión materialista de los fenómenos sociales, elemento metodológico indispensable para conocer la sociedad, "núcleo duro" del marxismo, es apartada al tomarse elementos que no caracterizan en realidad el pensamiento marxista. Este esquema idealista que parte del sujeto productivo como anterior a la materia trabajada, posteriormente será desarrollado por Dussel, cuyo pensamiento no se dirige -por tanto- a resolver un problema para la ciencia, sino a cumplir con una idea preconcebida de antemano: descartar todo el pensamiento que procede del otro lado del Atlántico para imponer un esquema arbitrariamente construido. Por ello valora la concepción de Marx como una doctrina fuera del contexto histórico, especialmente del de América Latina: "En este caso, -explicaba- ser hoy marxista en América Latina no seria sólo retomar anacrónicamente a la subjetualidad moderna, sino igualmente comete en su propia conducta una contradicción insuperable: Marx no habría sido marxista ahora y aquí, por las mismas razones que no fue ni kantiano ni hegeliano en su época." (68)
Esta visión del marxismo, como doctrina descontextualizada, indica que en esta primera etapa, Dussel no había penetrado con la suficiente madurez en el significado, que desde el punto de vista teórico, tiene la obra de Marx. Parte del criterio de que en toda filosofía y en todo sistema político, subyace de algún modo la religión como elemento auténtico e intrínseco de la naturaleza humana; por ello, toda concepción filosófica deriva hacia la adoración de algo, "dios ha muerto" en Hegel equivale a sustituir el dios por el dios de la razón; el "yo pienso, luego existo" de Descartes deviene hacia una sustancia que se diviniza; el hombre por tanto lo que ha hecho es sustituir un dios por otro. En este mismo rasero incluye la concepción de los materialistas y de los marxistas también, por supuesto. En la obra Introducción a la Filosofía de la Liberación expone de manera muy clara esta idea: " El absoluto -sugería al respecto- o lo divino es el origen y, por lo tanto, no puede negarse. Si el sistema es dios, o lo es la materia, entonces dios es el ser, lo que significa negar un creador. Si se niega el absoluto creador, indefectiblemente se afirma la divinidad del sistema. No hay tres." (69)
Este reconocimiento de todo lo divino como principio insoslayable de lo existente, lo conduce a conceptuar todos los sistemas como una u otra forma de divinización, donde incluye la concepción marxista como una manera de divinizar e idolatrar: "Es el caso de Marx, que posibilitó la divinización de la burocracia stalisnista, sistema este que carece de crítica exterior." (70)
Esta misma idea -pero en relación con la categoría materia y el Estado Ruso- es expuesta en otros de sus trabajos: "En realidad, Engels ha caído en afirmaciones ontológicas indemostrables. En nuestro caso no nos importa si son demostrables o no, lo que nadie puede negar es que no se trata de un materialismo "ateo": la misma materia ha sido divinizada, si por lo "divino" se entiende el fundamento, el ser, lo absoluto, la Totalidad. Políticamente hablando es un tal panteísmo el que justifica cómo el fundamento del estado ruso actual la acción represora contra la crítica. Es una religión no secularizada, sino una religión ontológica materialista. El idealismo hegeliano o el materialismo engelsiano tienen ambos un discurso idéntico en su forma: de la identidad (sea ésta el Ser como idea o como Materia) procede el ente por diferencia. En ambos casos el todo es la verdad, la razón: el sistema. Es necesario ser ateos de una tal divinidad de lo contrario la liberación de los oprimidos es imposible en el sistema que dice expresar políticamente al Ser (sea idea o materia). En nombre de la materia o la naturaleza se cometen injusticias. Nuestra posición debe igualmente criticar la religión del materialismo panteísta o naturalista, ya que puede ser burocrática e imperial." (71)
La cita anterior muestra cómo el objetivo preconcebido de antemano de medir por el mismo rasero todo lo que proviene de más allá del Atlántico, conduce a identificar concepciones filosóficas tan distintas, que -junto a la noción idealista del autor (inferida a partir del planteamiento anterior)- conducen a identificar a pensadores tan diferentes como Engels y Hegel.
Lo interesante en este caso sería preguntarse cuál es el esquema de pensamiento de ambos filósofos, cuál su posición, qué diferencia existe entre ambos. Al no comprender estos principios elementales de la filosofía, lo que hace Dussel es embrollar la cuestión cuando mixtura, en un mismo partido filosófico, tendencias que parten de principios diferentes como son el idealismo y el materialismo. De ahí que no sea extraño que, a partir de este esquema de pensamiento, Dussel logre dirimir la praxis filosófica en comunión con la praxis religiosa: " En una filosofía de la religión o meta-física arqueológica, -explica- la praxis religiosa (sea de dominación o liberación), es decir la praxis humana (que no puede dejar nunca de ser religiosa en cuanto que como tal está religada o tiene respectividad con la totalidad de la realidad) es vista bajo el aspecto del culto. (72)
En los párrafos anteriores se comete el error metodológico esencial de no esclarecer el esquema de pensamiento que se asume para el análisis de los fenómenos de la sociedad, es decir, se mezclan premeditadamente unos elementos con otros.
La concepción materialista de la historia es el punto de partida de Marx, lo cual permite al hombre orientarse en la compleja red de fenómenos sociales. Dussel se enfrenta a éste cuando desdice del concepto de clase social al considerar que el mismo ha perdido perspectiva, aunque a veces coquetea con él, pero sin asumirlo con un esquema materialista de interpretación: "La categoría "pueblo" fue cobrando centralidad mayor 12 la mera categoría "clase" no explicaba suficientemente lo que acontecía." (73)
Su primer error fue tomar como premisa de análisis el concepto pueblo, lo cual valorado al margen del concepto de clase social, conduce a una interpretación ahistórica, atemporal del fenómeno, si no se define concretamente a qué parte de la sociedad se refiere cuando se utiliza. Dussel posteriormente se percató de esta deficiencia y en una edición posterior de Filosofía de la Liberación, asume como concepto de pueblo el esbozado por Fidel Castro Ruz, en La Historia me Absolverá.
Este mismo esquema ambiguo de Dussel se puede apreciar cuando define la "Filosofía de la Liberación", donde mixtura nuevamente conceptos que tienen significados diferentes y privan de una fortaleza teórica su discurso. " Llamamos Filosofía de la Liberación – apunta Dussel - al discurso estrictamente filosófico, saber científico dialéctico, que da prioridad temática (el "de" como genitivo objetivo) a la praxis de liberación del oprimido (histórico social como clase geopolíticamente como nación, sexualmente como oprimido por las ideologías y prácticas machistas, pedagógicamente alienado y todo encerrado en un fetichismo idolátrico), y prioridad en cuanto origen y fundamentalidad (el "de" como genitivo subjetivo) a la liberación de la filosofía de la ingenuidad de su autonomía absoluta como teoría. La Filosofía de la Liberación es un saber teórico articulado a la praxis de liberación de los oprimidos, hecho que piensa en primer lugar y como condición de posibilidad de todo otro tema. Lejos de pensar que " toda filosofía es crítica del lenguaje".23, afirma que la filosofía es crítica de la opresión y esclarecimiento de la praxis de la liberación." (74)
Una de las reglas elementales de una definición, es que debe ser clara y precisa. En la anterior se mezclan un grupo de conceptos sin esbozar cuál de ellos es la base para comprender el fenómeno social.Dussel sólo manifiesta el deseo de convertir en un saber teórico articulado la praxis de la liberación de los oprimidos; pero desde esta posición ambigua, abstracta y oscilante es muy difícil orientarse u orientar a alguien hacia los verdaderos caminos de la liberación.
Esta presentación sistemática de la ambigüedad abstracta, es un elemento que se sostiene en cada uno de sus trabajos. Así en su obra Praxis Latinoamericana y Filosofía de la Liberación repite el error señalado anteriormente cuando mezcla los conceptos de pobre, oprimido, clase, etc., con lo cual ataca subliminalmente la concepción de Marx: "El oprimido -sugiere- es el pobre en la política (persona, clase, nación, mujer en la erótica machista, la niñez, la juventud, el pueblo en la pedagógica dominación cultural." (75) En resumen, al analizar la obra de Marx en esta primera etapa, se observa un rechazo por considerarla una filosofía opresora y dominadora. Por otra parte el materialismo de Marx y Engels, es examinado como una concepción donde, al igual que en la religión, se adora algo, por ello, se define como una nueva manera de religiosidad. También se utiliza el concepto de clase social, pero mezclado con otros, lo cual no permite un conocimiento profundo de la vida social.
Dussel defiende una filosofía del mimetismo para poder insertarse en las sociedades donde impera la represión. En muchas de sus obras hace alusión al atentado con bomba del cual fue objeto y a la muerte de una de sus alumnas en ese acto. Este elemento no permite encontrar a lo largo de toda su obra escrita, un discurso claro y consecuente; hecho que obliga a seguirlo pacientemente a través del materialismo, idealismo, centro, izquierda, derecha; pero – en resumen- en el orden de la filosofía el esquema de pensamiento que adopta es el idealismo histórico-social y la conciliación de clases en lo político, lo cual expresa con exactitud la distinción con respecto a Marx en esta primera etapa.
B) DUSSELIANIZACION DEL MARX DE LOS GRUNDRISSE.
Carlos Marx transitó por múltiples caminos hasta llegar a la madurez teórica en su obra cumbre El Capital. Muchos autores han empleado diferentes métodos para atacarlo: Varios de sus trabajos han sido tomados para contraponerlos entre sí y lograr un discurso marxista que se adapte a los intereses de sus tergiversadores. Es muy conocida la famosa contraposición del Marx joven al Marx maduro, de Marx con Federico Engels -su colaborador más cercano -, o con la figura de Lenin, uno de sus más fieles seguidores. El caso de Dussel representa una manera bastante original de forzar a Marx y adentrarlo en un discurso diferente. Es lo que Ofelia Shutte ha denominado "Dusselianización de Marx". (76). Es decir, conducir a Marx de una manera forzada y manipulada hacia los caminos del "proyecto liberador" dusseliano.
Los Grundrisse constituyen un importante estudio de Carlos Marx, previo a El Capital, donde se expone de manera íntegra – pero aún sin pulir- la doctrina económica de Marx. Este trabajo no fue publicado en vida del autor y vio la luz por vez primera en el año 1939, pero constituye un eslabón importante – desde el punto de vista metodológico- para comprender integralmente la producción posterior de este pensador. No obstante, a pesar de que es mucho menos conocida que su obra cumbre, El Capital, en él se puede encontrar al Marx maduro que ha transitado desde el idealismo al democratismo revolucionario hasta el comunismo, y se puede afirmar que hay un Marx materialista en todos los aspectos, pues ha formulado – con claridad meridiana- la comprensión materialista de la Historia. Sólo en el orden teórico faltan elementos que posteriormente Marx completará en otros escritos y como colofón final estará la publicación de El Capital.
En primera instancia, parece que Dussel dedica la obra "La Producción Teórica de Marx Un Comentario a los Grundrisse" a realizar un "acercamiento" a la obra de este creador. Pero, ¿qué elementos se deben precisar al abordar críticamente este importante trabajo? Debe analizarse si se mantiene la conceptualización inicial de la obra de Marx como "Ontología de la Totalidad", es decir, si se sostiene que ésta es una filosofía dominadora o si dicha posición ha cambiado a la luz de una nueva interpretación.
Para Marx un momento de gran importancia en la comprensión de los fenómenos sociales lo constituye el análisis de la producción, lo cual representa el punto de partida necesario para el estudio científico de la sociedad. Es preciso hacer un alto en la interpretación que hace Dussel acerca de este importante aspecto y de las reflexiones originales que ofrece. En una de las partes de Los Grundrisse, Marx critica a los economistas modernos quienes interpretan incorrectamente la producción en el sentido de que: "Según ellos, no puede haber producción a no ser que haya un instrumento de producción, aunque no fuese más que la mano, la producción es también necesariamente el fruto del trabajo acumulado en el pasado, aunque fuese solamente bajo la forma de destreza adquirida y concentrada en la mano del hombre primitivo por el hecho de los ademanes. (77).
Dussel toma esta cita (consultada en la edición cubana) para cortarla y manipulada de la siguiente manera: "En el caso de la producción esas determinaciones son: un sujeto que produce, que trabaja (la humanidad); un objeto trabajado, materia universal o naturaleza; un instrumento con el que se trabaja, "aunque este instrumento sea sólo la mano" (5,34; 7,28); un trabajo pasado, acumulado (aufgehäufte Arbeit). Estas son las determinaciones en general, más abstractas o esenciales, de toda producción posible. Nos dice para confirmar lo ganado." (78).
Es necesario el examen detallado de dicho planteamiento por las implicaciones posteriores que tiene para toda la obra. La cita se atribuye íntegramente a Marx, pero en realidad éste se pronuncia críticamente en contra de los economistas anteriores, por tanto se parte de una premisa falsa, lo que por lógica debe llevar a una conclusión incorrecta. A partir de lo expuesto, Dussel plantea la idea del sujeto que trabaja y la materia trabajada: (79)
"Debe tenerse en cuenta que el sujeto, como Marx lo repite continuamente, - expone Dussel - es primariamente "sujeto de necesidad" o subjetividad necesitada. Si puede satisfacer su necesidad con un objeto-natural satisfactor (una fruta a la mano) el consumo no estará mediado por un acto productor -no habrá producción ninguna. Sólo en el caso de que el "objeto-natural Satisfactor" no esté a la mano, habrá que producirlo. El sujeto-necesidad se transforma así en sujeto-productor (que en realidad y para Marx mismo, no es entonces la primera relación del hombre con la naturaleza). Aun en el caso de la satisfacción." (80)
Y más adelante sintetiza esta idea cuando apunta: "El "círculo" de la necesidad (a) funda el "círculo" de la producción (b), y ambos fundarán materialmente al "círculo" económico propiamente dicho, para Marx (en su "materialismo histórico") el sujeto (necesitado o productor) funda a la "materia" en su esencia (como "contenido" consumido de la necesidad o como "con-lo-que" consumido constituye el objeto producido); el sujeto histórico es anterior; el sujeto es el apriori de la "materia". 8 Primero está el sujeto histórico como "trabajo", y después está la naturaleza como materia. (81) Esta tan libre interpretación de Marx, "destruye" radicalmente el pensamiento marxista, en el cual aparece como categoría central la práctica, elemento indispensable para comprender la producción como relación Sujeto-Objeto. La diferencia entre la comprensión de la práctica entre Dussel y Marx, radica en que el primero la entiende como un elemento central, pero de manera idealista a partir del sujeto; mientras el segundo sitúa como punto de partida de su doctrina la actividad productiva, es decir, la base de la existencia de cualquier sociedad es la producción y reproducción de los bienes necesarios para la vida a partir de lo cual se derivan los distintos tipos de actividad social del individuo; por tanto, el hecho de tomar la necesidad como elemento primario de la relación Sujeto-Objeto, desconoce que estas necesidades tienen obligatoriamente un sustento material objetivo, es decir, no dependen de la voluntad del individuo exclusivamente, y que Marx las encuentra a partir de la actividad productiva, base sobre la cual el hombre establece las infinitas relaciones materiales e ideológicas en la sociedad; Relaciones de Producción, fundamento de las demás relaciones sociales, incluyendo las superestructurales. La concepción idealista de la práctica en Dussel, a pesar de fijar el momento activo de la relación sujeto-objeto, no llega a la esencia de la comprensión marxista, por cuanto el sujeto antes del objeto, convierte el movimiento del pensamiento en un principio ideal separado de la realidad y de la práctica social (82).
En síntesis, la visión dusseliana de Marx consiste en transitar por diferentes momentos de la concepción marxista, pero llevándolo hacia el lado opuesto, al manipular de forma grosera unas veces, o interpretar muy libremente sus planteamientos, en otras. Del análisis de la producción se infiere un enfoque idealista de la práctica y -por tanto de la historia-, el lado opuesto de lo que teóricamente Marx esboza en su concepción materialista de los fenómenos sociales. Las necesidades no pueden brotar de la nada, y compulsan al hombre hacia la actividad práctica.
De todo lo anterior se deriva que Dussel repita el viejo problema del sujeto antes del objeto, o del sujeto sin el objeto, o sea, la concepción idealista subjetiva, mediante la cual es indispensable la existencia primaria del sujeto con respecto al objeto: existir significa ser percibido, y con ello repite uno de los errores que desde ya han sido planteados por Marx en las citadas Tesis Sobre Feuerbach, a saber, el carácter contemplativo de la filosofía, en especial del materialismo."El litigio sobre la realidad o irrealidad de un pensamiento que se aísla de la práctica, – decía Marx- es un problema puramente escolástico." (83)
Por ello la relación Sujeto-Objeto en la concepción marxista se establece a partir de la práctica, núcleo de la actividad y específicamente en su forma determinada: el trabajo, en tanto forma especial humana de mediar tal relación, con lo cual no se limita solamente a la producción de objetos necesarios para la vida, sino que deviene en la objetivación de fines e ideas de la realidad; es decir, en la actividad laboral el hombre humaniza la naturaleza, creando objetos que satisfacen sus necesidades y, al mismo tiempo, materializa sus propios proyectos ideales cuya base, como fundamento, las necesidades prácticas que dimanan de su ser esencial. Es un proceso interactivo de objetivación y desobjetivación, donde lo ideal y lo material por tal concepto se interpenetran y devienen en idénticos tomando como premisa objetivos, fines y medios de la actividad. Marx no parte de manera absoluta de una categoría en específico: la necesidad, sino que ésta se enmarca en el contexto de las demás relaciones sociales. A Marx le es propio el análisis dialéctico, sobre la base del cual los conceptos se interpenetran y no adquieren carácter de demiurgo de todo lo existente; de ahí que los conceptos no se puedan analizar aisladamente, como por ejemplo hace Dussel: "La determinación "material" del materialismo de Marx -escribe Dussel- es ésta y no otra. Podemos concluir entonces, que "la producción crea al consumidor". (12,30-31; 13,40-41). (84)
Marx es portador de una reflexión dialéctico materialista, En ningún momento el enfoque tiende a presentar los diversas conceptos de manera aislada y unilateral, pero siempre aparece como punto de partida la producción, elemento indispensable para comprender el resto de los fenómenos:
"No se trata solamente del objeto del consumo, – dice Marx al respecto- sino también del modo de consumo que la producción crea tanto en forma objetiva como subjetiva. Por ende la producción da lugar al consumidor.
3) La producción no sólo proporciona una materia a la necesidad, sino también una necesidad a la materia….En ese sentido, la producción crea no sólo un objeto para el sujeto, sino también un sujeto para el objeto.
La producción da lugar por tanto al consumo: a) proporcionándole su materia; b) determinando el modo de consumo; c) suscitando en el consumidor la necesidad de productos que ella ha creado materialmente. Por consiguiente ella produce el objeto, el modo y el instinto del consumo. Por su parte el consumo suscita la predisposición del productor, y despierta en él una necesidad animada de una finalidad." (85)
Como se observa en ninguna de las partes Marx absolutiza los conceptos empleados , estos se interpenetran y devienen los unos de los otros. Siguiendo el hilo conductor de dicha posición idealista, Dussel arremete nuevamente contra el materialismo y para ello utiliza nuevamente a Marx, siempre guiándolo hacia donde él quiere llevar sus concepciones. Citando a Konstantinov acerca de la forma clásica de formular el Problema Fundamental de la Filosofía plantea: "Obras como las de F. Konstantinov, Fundamentos de la filosofía marxista, México, Grijalbo, 1976, en su I parte: Materialismo Dialéctico" (pp.113-333), escrita fundamentalmente en 1951, escribe en su introducción: "¿Qué es lo primero, el punto de partida: la materia, la naturaleza, o el espíritu, la razón, la conciencia, la idea? " (p.10). Marx hubiera preguntado: "¿Qué es primero, el sujeto del trabajo, el obrero, el productor, o la materia del trabajo, la naturaleza como tierra laborada?"
A la pregunta de Konstantinov se responde: la materia es primero y eso sería el materialismo (pero materialismo cosmológico, ontológico, filosófico, ingenuo; el antiguo materialismo. A la pregunta de Marx se respondería: el primero es el sujeto que trabaja y esto seria el materialismo histórico. Cf. Alfred Schmidt, Der Begriff der Natur in der Lehre von Marx, Frankfurt, 1962." (86).
Dussel cita a Konstantinov, pero este último ha parafraseado a F. Engels en una de sus obras maduras más importante: Ludwig Feuerbach y el fin de la Filosofía Clásica Alemana, en la cual aquel plantea el problema fundamental de la Filosofía.
La formulación del problema fundamental de la filosofía constituye una síntesis magistral hecha por F. Engels acerca de todo el desarrollo de la filosofía anterior. No se trata de interpretar de una manera burda el significado de este problema, por el contrario se trata de encontrar la relación entre las diversas formas históricas de existencia del pensamiento: político, moral, mitológico, filosófico, etc., y las distintas variantes de la actividad humana, sobre cuya base y maneras de realización aquéllas surgen y se desarrollan. En realidad, toda la historia de la filosofía ha sido la lucha entre concepciones opuestas del mundo, las cuales eran un reflejo de la lucha que en el orden práctico desarrollaban los individuos en las condiciones de un antagonismo universal. Por ello el problema fundamental de la filosofía permite caracterizar cómo a partir de él, toda la Historia de la Filosofía se divide en dos partidos filosóficos: el materialismo y el idealismo.
No se pueden confundir a partir de esta división formas ingenuas y espontáneas de materialismo, como las que aduce Dussel; tampoco se puede reducir el problema a la respuesta ingenua y escolar acerca del carácter primario de la materia y la conciencia, sino de concebir el materialismo como forma y método de analizar el problema fundamental de la filosofía así como todo el conjunto de problemas filosóficos que a él se asocian.
Siguiendo la idea de la crítica a los materialistas de manuales, Dussel se continúa presentando como defensor de Marx, pero al mismo tiempo ofrece sus valoraciones:"…Es necesario terminar de una vez por todas – expone Dussel- con ese materialismo ingenuo y cosmológico de la "aprioridad de la materia" – que como la idea determinaría necesariamente al hombre, borrando su carácter histórico y ético y haciéndolo un epifenómeno físico. Nada más lejano del "materialismo histórico" de Marx, donde la materia es lo constituido a posteriori por la subjetividad humana (física y espiritual) como trabajo, producción." (87). Esta presentación idealista de la aprioridad de la conciencia sobre la materia, es tomada una y otra vez, para desde una "óptica marxista" "defender" a Marx del materialismo cosmológico: "El "materialismo" de Marx, repitiendo, no afirma que "todo [el cosmos] es materia", sino que el sujeto que trabaja (el a priori) constituye la naturaleza (Natur) como "materia" (lo a posteriori) del trabajo. La "voluntad humana (menschlichen willens)" – expresión de Marx- es el sujeto anterior; la materia es posterior y pende del sujeto como su "órgano" inorgánico. La materia es el lugar de la objetivación de la subjetividad. La ingenua pregunta de sí es primero la "conciencia" o la "materia" no es ni siquiera la cuestión del Marx definitivo. Es en cierta manera, un nuevo "idealismo", es una teoría del conocimiento y no una teoría de la producción – que es lo que interesa a Marx. El problema es: ¿qué es primero: el sujeto que trabaja o la materia trabajada? Sin lugar a dudas, para Marx, es primero el sujeto que trabaja, y no la materia de trabajo." (88)
Sobre esta larga cita es necesario hacer algunos comentarios indispensables. Aquí hay una forma subliminal – pero clásica- de atacar el marxismo: la de contraponer a Marx y Engels, y aunque Dussel sólo menciona a Politzer y a Konstantinov, detrás de ellos subyace Engels en el planteamiento del problema fundamental de la filosofía y en la valoración a la luz de los descubrimientos de la ciencia del ciclo de la materia. En Engels no hay ningún compromiso con tipos especiales de sustancias: agua, fuego, aire, etc., como en el materialismo ingenuo; Engels en Dialéctica de la Naturaleza al referirse a la materia decía: "La materia no es otra cosa que el conjunto de materias de que se abstrae ese concepto." (89) En la misma obra también planteaba: "N.B. La materia en cuanto tal es una pura creación del pensamiento, una abstracción."(90).
También Engels a través del desarrollo limitado que tenía la ciencia para aquellos momentos, hace referencia a la muerte de nuestra estrella, el sol, y a la posibilidad de que surgiera la vida en forma similar a la nuestra en otro contexto del universo: "…La materia permanecerá eternamente la misma a través de todas sus mutaciones, de que ninguno de sus atributos puede llegar a perderse por entero y de que, por tanto, por la misma férrea necesidad con que un día desaparecerá de la faz de la tierra su floración más alta, el espíritu pensante, volverá a brotar en otro lugar y en otro tiempo. (91).
Es curioso que hoy en día, también a partir del desarrollo actual de las ciencias, se ha comprobado científicamente que las estrellas nacen, crecen, se desarrollan y mueren, y por tanto, un camino similar al previsto por Engels debe ser recorrido por nuestra estrella, el sol, para lo cual Karl Seagan en la serie televisiva "Cosmos", esboza un nuevo enfoque acerca de este problema, en el cual predice que el hombre debe devolver al cosmos la vida que recibió de él, mediante su conquista y poblamiento por la humanidad. Pero lo más importante a destacar es que Marx y Engels, al abordar la categoría materia, no se identifican con ningún tipo específico de sustancia que los pueda relacionar con un materialismo ingenuo o cosmológico; tampoco existen elementos contrapuestos que diferencien sus concepciones. Es curioso también que si se habla de marxismo y más específicamente de materia, no se mencione tampoco por parte de Dussel a Lenin, uno de los continuadores de la reflexión del marxismo, pero que precisamente por tergiversaciones, al estilo de las que plantea Dussel, se vio obligado en su época a analizar la significación de la categoría materia. En este clásico tampoco está presente la identificación de la materia con elementos sustanciales:"La materia- dice Lenin- es una categoría filosófica que sirve para designar la realidad objetiva, que es dada al hombre en sus sensaciones, que es copiada, fotografiada, reflejada por nuestras sensaciones, y que existe independientemente de ellas." (92)
De lo anterior se infiere que la materia es un concepto a través del cual se designa la realidad objetiva independientemente de la conciencia del hombre, es una categoría filosófica, un concepto de máxima amplitud, en el cual no se establece identificación con ningún tipo específico de sustancia. Además se plantea la posibilidad que tiene el hombre de conocer y profundizar cada día en esa realidad objetiva. La polémica establecida por Lenin y la solución aportada en éste sentido, deben ser consideraciones indispensables, a la hora de conceptuar, desde el punto de vista del marxismo, tales problemas. Por tanto, Dussel asume subliminalmente varias de las tantas formas de combatir el marxismo, es decir, desconocer la labor de Lenin en defensa y desarrollo del marxismo.
Resumiendo, se puede decir que Dussel introduce la concepción idealista en la interpretación de la obra de Marx en Los Grundrisse y, al mismo tiempo, contrapone a éste con Engels, además de que desconoce subliminalmente la labor de Lenin como uno de los más fieles defensores del marxismo.Dusselianizar a Marx es tomarlo de la mano y conducirlo por caminos totalmente diferentes en el ámbito de la filosofía. Para ello se manipulan y tergiversan elementos, de gran relevancia desde el punto de vista teórico. Dicha labor se complementa obligatoriamente divorciando a Marx de Engels y de Lenin en aspectos de gran significación teórica, como el problema fundamental de la filosofía y la categoría filosófica de materia, concepciones por demás muy divulgadas y popularizadas. Esto sirve de base para introducir a Marx hacia otros conceptos teóricos como la pobreza, a la que Dussel convierte en un paradigma necesario para la liberación, elemento que como se explicó en el capítulo I se contrapone de manera absoluta con los planteamientos de Marx al respecto.
C) INTERPRETACIÓN IDEALISTA DE LA HISTORIA POR DUSSEL EN LAS PRIMERAS VERSIONES DE LA OBRA ECONÓMICA DE MARX.
En la concepción filosófica de Enrique Dussel, siempre ha existido una asombrosa fidelidad a las posiciones asumidas como punto de partida en sus primeros trabajos, a pesar de las variaciones que se introducen una vez conocida la obra de Marx. En Los Grundrisse, Dussel reasume una posición tercerista al utilizar como premisa el concepto de pobre, mediante el cual coquetea con el concepto de clase; de todas maneras la forma de enfocar el problema – por lógica- debe modificarse y hay desde luego un acercamiento a Marx, aunque los principios esenciales se mantienen inalterables.
Marx analiza en Los Grundrisse cómo el trabajo no objetivado existe como potencialidad, como pura subjetividad, considerándolo desde este punto de vista en relación con la pobreza. Esta idea es tomada por Dussel como un elemento central de la obra de Marx."La disociación entre la propiedad y el trabajo – apunta Dussel- se presenta como ley necesaria de este intercambio entre el capital y el trabajo. El trabajo, puesto como no-capital (Nicht-kapita) en cuanto tal, es:… El trabajo como pobreza absoluta (absoluta armut): la pobreza no como carencia, sino como la exclusión plena de la riqueza objetiva… _…Como la objetividad es puramente inmediata, es, asimismo, no-objetividad inmediata. en otras palabras: una objetividad que de ningún modo es exterior (ausser) a la existencia inmediata del individuo mismo….
El trabajo no como objeto, sino como actividad; no como autovalor, sino como la fuente viva del valor…No es en absoluto una contradicción afirmar, pues, que el trabajo por un lado es la pobreza absoluta como objeto, y por otro es la posibilidad universal de la riqueza como sujeto y como actividad; o más bien, que ambos términos de esta contradicción se condicionan mutuamente y derivan de la esencia del trabajo, ya que éste, como ente (Dasein) absolutamente contradictorio con respecto al capital, es un presupuesto del capital y, por otra parte, presupone a su vez al capital" (235,34-236) (93).
Después de introducir en su libro tan larga cita Dussel se disculpa ante el lector, aduciendo que ello se debe a la importancia que revisten los párrafos citados. Dussel conceptúa la cita anterior como la página filosófica más importante de Marx en Los Grundrisse; por ello ha despertado curiosidad en las personas que han estudiado la obra de este autor. En conversación con la profesora Ofelia Shutte de la Universidad del Sur de la Florida EE.UU., ella manifestaba que Marx en sus escritos mencionaba la pobreza como un elemento que estaba presente en sus análisis sobre la sociedad, pero que ello no tenía una importancia trascendental. También expresaba que no se explicaba al principio por qué Dussel hiperbolizaba la pobreza y la convertía en un elemento central de su interpretación de Marx. Se trataba pues de establecer una conexión, un puente entre la filosofía de Dussel y la obra de Marx; es lo que en otras ocasiones la profesora Shutte ha llamado "Dusseleanizar a Marx", es decir, adecuar la teoría marxista a la concepción teórica de Dussel; es lo que ha llamado Gilberto Pérez Villacampa "…un paso de la analéctica por Marx, donde lo que importa no es tanto Marx como la validación de la antropología filosófica que Dussel había ya desarrollado en detalles, a través de una interpretación sui generis de textos clásicos de Marx." (94)
Pero lo más importante en este sentido es que se pretende arribar,por medio de Marx, a las conclusiones finales acerca de un proyecto liberador para América Latina. "Si la riqueza es el capital,- sugería Dussel- el que está fuera es la "pobreza absoluta". Nada de sentido, nada de realidad, improductivo, inexistente, "no-valor". A esta posición de la persona la hemos llamado "el Otro"3. Pero téngase en cuenta que el trabajador, en tanto hombre, puede devenir siempre- aun cuando sea un asalariado- "el Otro" que la totalidad del capital. De hecho, entonces, en su origen, en el "cara-a-cara" que enfrenta el trabajador ante el capital (el capitalista en concreto), el trabajo es nada todavía. (95).
Como se observa, a medida en que Dussel se fue adentrando en la teoría marxista, le quedaba más clara la imposibilidad de obviar este discurso sobre todo cuando se quería hablar de "liberación". Cada vez era más insostenible mantener la posición inicial de conceptuar al Marxismo como "ontología de la Totalidad". Es por ello que realiza una minuciosa labor teórica que le va a permitir un acercamiento a Marx, lo cual se pone de manifiesto en las reediciones posteriores de su obra Filosofía de la Liberación. Esas variaciones fundamentales fueron expuestas por Gilberto Pérez Villacampa (96). En el caso de Dussel no se trata de interpretar de uno u otro modo la reflexión de Marx, ni de tomar algunos elementos de la teoría marxista e introducirlos en su concepción, sino por el contrario, el problema es encontrar un filón, desde donde Marx pueda introducirse en la teoría de Dussel.
El ejemplo más palpable es el párrafo anterior, donde a partir del carácter contradictorio del trabajo, en el cual existe como potencialidad la riqueza en uno de sus polos y la pobreza en el lado opuesto, este elemento es aprovechado por Dussel para enlazar las categorías de "El Otro" y el Cara-a-Cara con la concepción marxista, donde se les asocia al enfrentamiento trabajo-capital. Dussel realiza una labor minuciosa para encontrar estos filones teóricos de coincidencia, que de por sí son forzados; pero que le sirven de asidero para atraer hacia su teoría la concepción de Marx. "En el concepto de trabajador libre -sugiere Marx al respecto- está ya implícito que el mismo es pauper (pobre): pauper virtual. Con arreglo a sus condiciones económicas es mera capacidad viva de trabajo (lebendiges Arbeitsvermögen), por cuyo motivo está también dotado de necesidades vitales. En su calidad de necesitado22 (Bedürftigkeit) en todos los sentidos, sin existencia objetiva…Si ocurre que el capitalista no necesita el plusvalor del obrero, éste no puede realizar su trabajo necesario, producir sus medios de subsistencia. Entonces…los obtendrá sólo por la limosna… [El obrero] está ligado a condiciones que para el obrero son fortuitas, indiferentes23 a su ser orgánico. Por tanto, virtualiter es un pauper" (110,9-24;497,28-498,1) (97).
Esta idea es retomada por Dussel posteriormente al caracterizar este párrafo como "líneas" de mayor significación para la filosofía latinoamericana.
Aquí podría surgir la interrogante: ¿Por qué convertir la pobreza en un elemento medular de la concepción de Marx?. ¿Qué interés específico tiene Dussel para destacar la pobreza como elemento central de la concepción marxista?, cuestión que Marx interpreta como resultado inevitable de una relación económica entre clases, pero sin expresarlo como el principio céntrico de su concepción.Siguiendo esta misma línea Dussel continúa en el análisis de la obra de Marx haciendo referencia a la condición indispensable para la existencia del obrero, que es producir más plustrabajo, lo cual está estrechamente ligado con las leyes propias de este modo de producción entre las cuales se encuentran las leyes de la población:
Por consecuencia – plantea Marx- , el obrero debe siempre producir más plustrabajo, mientras que el trabajo necesario liberado aumenta del otro lado. Por consiguiente, aumenta la posibilidad de su pauperismo.
Cada modo de producción tiene sus propias leyes de incremento de la población y de la superpoblación, siendo esta última sinónimo de pauperismo." (99).A partir de esta idea expresada por Marx, Dussel introduce – para su conveniencia-, el concepto de exterioridad como manera de conectar a Marx con su doctrina."…sobrepoblación. lumpen, marginales (los que están al margen [ausser], fuera, en la exterioridad." (100)
Más adelante, Dussel repite nuevamente la cita marcada con el # 93 relativa a la pobreza del obrero y acto seguido introduce la categoría de "el otro" en relación con el trabajador, con lo cual trata de hacer más concreta dicha categoría a partir de la introducción de las reflexiones de Marx:"El trabajador – plantea Dussel- es "el otro" del capital-ante rem. Pero una vez alienado, vendido (cf 17.3), no deja por ello de ser potencial o actualmente de nuevo el otro que el capital": (101).Algo parecido hace también con la categoría de pobre, ahora asociada a "el otro": "El pobre, por ello y como fruto de la explotación del mismo capital, es "el otro" por excelencia. "El otro" como pobre es un individuo – individualidad que habiendo pasado por la experiencia del trabajo libre se ha desarrollado al máximo: es persona en un sentido nuevo, más maduro que en los anteriores modos de apropiación -, es potencialmente una clase (la clase trabajadora), y en otro nivel una nación." (102).Dussel introduce las categorías de "el otro" y el "pobre" a partir de la superpoblación. Conjuntamente con ello también incorpora la categoría de Masas Populares a partir del concepto de masas marginales, lógicamente como una derivación de la ley capitalista de la población la cual adapta a su reflexión teórica: "De esta manera, las masas marginales – de nuestras ciudades en los países periféricos, – expone Dussel- p. ej en Nueva Delhi, El Cairo, México o Buenos Aires – son un resultado (Resultat)" del capital mismo en su desarrollo. Que esas masas no sean clase obrera no obsta para que deba categorizárselas con respecto al capital-y, desde un punto de vista político y cultural serán las "masas populares" -26 y deban entrar en un discurso económico y filosófico" (103).La valoración hecha por Marx de la sobrepoblación parte del análisis de este fenómeno como algo propio, interno del sistema capitalista, lejos del cual el mismo perdería virtualidad, pues el sistema no sería tal, es decir, se constituye como un elemento interno, propio del sistema, que no puede categorizarse como un aspecto exterior, según plantea Dussel.
A continuación otorga un papel central a esta sobrepoblación, mediatizándola con el concepto de pobre y atribuyéndole, por tanto, una función determinante para el desarrollo social al darle desde el punto de vista "Político Cultural" la función de masas populares, con lo que debe englobar al núcleo transformador de la sociedad, capaz de efectuar la tarea de la liberación y fuera de la cual -según la teoría de Marx- no debe estar excluida, por tanto, la clase obrera con sus aliados naturales. En las obras de Marx queda muy claramente expresado que su teoría está destinada a responder a los intereses de la nueva sociedad en la que la clase obrera ocupa un lugar central en el proceso de transformación revolucionaria. Para Marx está muy claro el papel que desempeña el ejército industrial de reserva, que es muy diferente al concepto de masas populares que le quiere atribuir Dussel: asociarlo con la pobreza. De todo ello Marx da una visión diferente en su obra cumbre y definitiva El Capital, donde exponía: "Los últimos despojos de la superpoblación relativa son, finalmente los que se refugian en la órbita del pauperismo. Dejando a un lado a los vagabundos, los criminales, las prostitutas, en una palabra al proletariado harapiento ("lumpenproletariado") en sentido estricto, esta capa social se halla formada por tres categorías. Primera: personas capacitadas para el trabajo…Segunda: huérfanos e hijos de pobres. Tercera: degradados, despojos, incapaces para el trabajo…El pauperismo es el asilo de individuos del ejército obrero en activo y el peso muerto del ejército industrial de reserva." (104).
Por tanto desde el punto de vista político masas populares, en cuyo núcleo deben estar la clase obrera y demás trabajadores manuales e intelectuales, no puede identificarse con masas marginales, por lo que igualar tales conceptos es una tergiversación del pensamiento de Marx.Dussel continúa llevando de la mano a Marx, para adentrarlo aún más en su universo conceptual cuando retoma nuevamente, una de sus citas considerada a su juicio, como referencia obligada y punto de partida y llegada, si se quiere comprender con plenitud dicho clásico:"El trabajo puesto como no-capital en cuanto tal, es:
1] Trabajo no-objetivado, concebido negativamente…el trabajo vivo, existente como abstracción de estos aspectos de su realidad real; este despojamiento total, esta desnudez de toda objetividad, esta existencia puramente subjetiva del trabajo. El trabajo como pobreza absoluta: la pobreza no como carencia, sino como exclusión plena de la riqueza objetiva…una objetividad que coincide con su inmediata corporalidad …
2] Trabajo no-objetivado: concebido positivamente…como actividad…como fuente viva de valor… No es en absoluto una contradicción afirmar, pues que el trabajo por un lado es la pobreza absoluta como objeto, y por otro es la posibilidad universal de la riqueza como sujeto y como actividad; o más bien, que ambos términos de esta contradicción se condicionan mutuamente y derivan de la esencia del trabajo, ya que éste, como ente absolutamente contradictorio con respecto al capital, es un presupuesto del capital y, por otra parte, presupone a su vez al capital." (235,35-236,29;203,10-45). (105).
Después de alabar la importancia de esta larga referencia, Dussel introduce el concepto de exterioridad a partir de los presupuestos teóricos extraídos de esta reflexión, lo cual explicita en tres momentos diferentes:
1. "Exterioridad por anterioridad histórica, es decir, por ser la génesis del capital: ". lo que por disolución dio origen al sistema (al capital)p.ej.)." (106).
2. "Exterioridad propiamente dicha, metafísica, como el trabajo vivo es el otro que el capital, siempre sincrónicamente (de todas maneras es plenamente otro antes del intercambio del capital-trabajo, ante rem). (107)
3. "En tercer lugar … (como el trabajador pauper, desempleado que por la disminución del tiempo necesario de trabajo se ha quedado "fuera" sin trabajo)." (108).
En los tres momentos anteriores se hace referencia a igual número de elementos que Dussel presenta enlazados, formando parte de un mismo sistema, los cuales son: Trabajo Vivo, Pobre, Exterioridad. Esta misma tríada es retomada muy claramente cuando sugiere: "Intentaremos demostrar que el concepto de trabajo vivo (y la categoría del mismo nombre) es el más simple, el punto de partida, el "desde donde" despliega toda su obra. Al mismo tiempo coincidirá con la categoría de exterioridad y pobre tal como fue definida por la filosofía de la liberación latinoamericana." (109)
Siguiendo el hilo de lo planteado a partir del concepto de Exterioridad, al cual otorga una importancia determinante, Dussel introduce otros que ya se habían revelado como centrales en su proyecto, emancipatorio: "el cara-a-cara" que adquiere a partir de la introducción del discurso de Marx una concreción diferente: "En tercer lugar, la exterioridad puede realizarse post factum (como el trabajador pauper, desempleado, que por la disminución de tiempo necesario de trabajo se ha quedado "fuera": sin-trabajo). Es desde esta múltiple "exterioridad" que el trabajador se avanza "ante", "frente" al capital (el capitalista, la clase capitalista, y en otro nivel la nación central capitalista) en una experiencia tan corta como abismal, abismal: el cara- a – cara del que como "desnudez absoluta" enfrenta a otro hombre "poseedor de dinero". (110) A partir de estos tres momentos Dussel relaciona los conceptos de "el otro" tomando como elemento para ello la relación con las categorías que utiliza Marx:"Pero la "exterioridad" propiamente dicha, metafísica (en cuanto más que ontológica o "por sobre" el horizonte del ser del sistema), se establece entre el capital ya originado y el "trabajo vivo. En efecto el trabajo vivo, el trabajador mismo en su carnalidad disponible es "el otro" absoluto que enfrenta al capital desde su exterioridad propia." (111).
Partiendo de la introducción de estos nuevos elementos, es indispensable detenerse en el análisis del concepto trabajo vivo, el que – como se ha observado- Marx utiliza en los Grundrisse, en los manuscritos del 61-63, y en El Capital a este, Dussel le atribuye un lugar central en la teoría marxista y al mismo tiempo analiza como exterior al sistema. Así, por ejemplo, apunta:
"La cuestión de la exterioridad o la "trascendentalidad" del trabajo vivo por oposición dialéctica al capital es la clave completa para descifrar el discurso marxista y también la doctrina del plusvalor." (112) Más adelante expone:
"El "trabajo vivo" en cuanto trabajo humano, actualidad de la persona y manifestación de su dignidad, se sitúa en cuanto tal fuera, más allá trascendiendo o, como lo hemos llamado en otras obras, en la exterioridad del capital." El "trabajo vivo" no-es el "trabajo objetivado". El primero es el hombre mismo, la actividad, la subjetividad, la "fuente creadora de todo valor; lo segundo es la cosa, el producto, el valor producido. De esta manera, la critica del capital (como totalidad cósica) se efectuará desde la exterioridad del "trabajo vivo". "Exterioridad" real más allá, trascendental, del ser del capital, del valor (como cosa efectuada)." (113) Y luego reitera:"El "trabajo vivo" es la categoría más simple, la más concreta y, sin embargo, en su exterioridad con respecto al capital (trabajo objetivado), la referencia obligada en todo desarrollo posterior." (114)
La idea de convertir la categoría de trabajo vivo en una categoría central, se reitera en otros trabajos, lo cual indica la convicción de Dussel al respecto: "El concepto de "trabajo vivo" – expresa Dussel- es usado por Marx frecuentemente, pero sin conciencia explícita de que es una categoría fundamental. Viene a su pluma sin haber sido constituida claramente. Es la categoría más absolutamente simple desde donde brotan todas las demás (sea por afirmación de un aspecto, sea por su negación). (115)
Al atribuir al "Trabajo Vivo" el papel de categoría inicial, la más simple, desde la cual brotan las demás, Dussel ofrece una visión distinta a la teoría económica de Marx en El Capital, en el cual, este inicia su investigación con el esbozo de la categoría Mercancía, la que aparece como la más simple del capitalismo, la más pobre en contenido, pero determinante como premisa desde el punto de vista lógico e histórico en la aparición de las relaciones capitalistas de producción. En El Capital, Marx utiliza el concepto de fuerza de trabajo o capacidad de trabajo; no por puro capricho, sino como un resultado de su investigación; pues este se encuentra subsumido en el concepto de mercancía. Al llegar a este momento cumbre de la teoría marxista, Dussel – siguiendo la dinámica de su interpretación de Marx, - analiza de una manera muy personal el problema cuando dice:
"Llegamos así al texto definitivo sobre la cuestión. En esta obra, sin embargo, los textos fundamentales han sido redactados para un público que exigía, según el parecer de Marx y Engels, una exposición más simple. Por ello, los textos explícitos de los Grundrisse y los Manuscritos del 61-63, casi desaparecen. Quedan sólo restos indicativos. En el "lugar" lógico es donde el "trabajo vivo", como exterioridad subsumida, permite al "dinero" transformarse en "capital", el capítulo 2 (cap. 4 de la segunda edición), parágrafo 3: "Compra y venta de la fuerza de trabajo". del famoso texto sólo queda lo siguiente: "[….]
Una mercancía cuyo valor de uso poseyera la peculiar propiedad de ser fuente de valor (Quelle von Tauschwert); cuyo consumo efectivo mismo, pues, fuera objetivación de trabajo, y por tanto creación de valor (Werthschoepfung). Y el poseedor de dinero encuentra en el mercado esa mercancía específica: la capacidad de trabajo o fuerza de trabajo [¿duda Marx cuál de ambas denominaciones adoptará?]. Por fuerza de trabajo o capacidad de trabajo [¿nuevamente?] entendemos el conjunto de las facultades físicas y mentales que existen en la carnalidad (Leiblichkeit), en la personalidad viva (lebendigen Persoenlichkeit) de ser humano" (I/1. p.203; MEGAI,5,120, 15-24). La segunda condición[….] es que deba ofrecer como mercancía su fuerza de trabajo misma (Arbeitskraft) [ahora Marx se ha decidido terminológicamente], lo que sólo existe en la carnalidad viva que le es inherente" (Ibid;p.205;121,14-16)." (116) Revisando el parágrafo 3 del capítulo 4 de El Capital de Marx 3. Compra y venta de la Fuerza de trabajo, texto que Dussel cita en relación al "trabajo vivo", se puede observar que la no-utilización de esa categoría responde a la nueva dimensión que ha adquirido la teoría de Marx; por ello define la capacidad o fuerza de trabajo como:"El conjunto de las condiciones físicas y espirituales que se dan en la corporeidad, en la personalidad viviente de un hombre y que éste pone en acción al producir valores de uso de cualquier clase." (117)Luego Marx caracteriza esta capacidad de trabajo o fuerza de trabajo como una mercancía, pero que para ser concebida como tal debe cumplir determinadas condiciones "Arrancando de esta premisa, – dice Marx- la fuerza de trabajo sólo puede aparecer en el mercado, como una mercancía siempre que sea ofrecida y vendida por su propio poseedor, es decir, por la persona a quien pertenece. Para que su poseedor, pueda venderse como una mercancía, es necesario que disponga de ella, es decir, que sea libre propietario de su capacidad de trabajo, de su persona….ambas son, por tanto personas jurídicamente iguales. Para que esta relación se mantenga a lo largo del tiempo es, pues, necesario que el dueño de la fuerza de trabajo sólo la venda por cierto tiempo, pues si la vende en bloque y para siempre, lo que hace es venderse a si mismo, convertirse de libre en esclavo, de poseedor de una mercancía en mercancía…
La segunda condición esencial que ha de darse para que el poseedor de dinero encuentre en el mercado la fuerza de trabajo como una mercancía, es que su poseedor, no pudiendo vender mercancías en que su trabajo se materialice, se vea obligado a vender como una mercancía su propia fuerza de trabajo, identificada con su corporeidad viva…Si hubiéramos seguido investigando hasta averiguar bajo qué condiciones los productos todos o la mayoría de ellos revisten la forma de mercancías, habríamos descubierto que esto sólo acontece a base de un régimen de producción específico y concreto, el régimen de producción capitalista …
Cuando decimos capacidad de trabajo no hacemos caso omiso de los medios de vida necesarios para alimentarla. Lejos de ello, expresamos el valor de éstos en el valor de aquélla y si no logra venderla, al obrero no le sirve de nada, antes al contrario, considera como una cruel fatalidad el que su capacidad de trabajo exija una determinada cantidad de medios de vida para su producción y siga exigiéndolas constantemente para su reproducción. Y descubre con Sismondi que "la capacidad de trabajo…no es nada, si no se la vende." (118)
Fue necesario tomar estos núcleos fundamentales del parágrafo dedicado a la fuerza de trabajo como mercancía en El Capital de Marx, pues la categoría "trabajo vivo" que aparece en los Grundrisse, en los manuscritos del 61-63,y en El Capital, deviene en capacidad o fuerza de trabajo lo cual permitió a Marx, desentrañar cuál es el misterio que posee dicha mercancía, lo cual hace que el capitalista – comprándola por su valor- obtenga de ella un remanente en su utilización. En ello radica la fuente de la explotación de este sistema. El análisis hecho por Marx revela los secretos que hasta entonces ninguno de los economistas anteriores pudo desentrañar acerca del capitalismo; en ese descubrimiento ocupa un lugar central, el examen realizado de la fuerza de trabajo como mercancía.
Cuando Marx analiza la categoría de "trabajo vivo", lo hace en relación con el "trabajo objetivado", es decir, la conversión de uno en otro tiene como objetivo exponer de forma clara la ley económica de un tipo específico de sociedad. ¿Cómo analiza Dussel la categoría de "trabajo vivo"? Como una categoría externa al sistema, que sirve no sólo para caracterizar un tipo específico de sociedad, el capitalismo, sino que es aplicable a cualquier sociedad y por tanto a cualquier tipo de economía:
"Es una critica- apunta Dussel- en cuanto el trabajo vivo puede poner en cuestión al trabajo objetivado. Y todo sistema económico posible desde el paleolítico hasta el fin de los tiempos, es siempre "trabajo objetivado" estructurado de alguna manera concreta." (119)Uno de los elementos metodológicos que siempre esclarece Marx en sus trabajos, es la temporalidad de las categorías económicas; por ejemplo en la existencia del producto como mercancía, – y la fuerza de trabajo, es una mercancía -, van implícitas las condiciones históricas determinadas; si el producto se crea como medio directo de subsistencia del productor, entonces no es mercancía, es decir, esta categoría exige para ser considerada como tal las condiciones propias de la sociedad capitalista. Marx no pretende descubrir la ley económica fundamental de toda economía, sino que su investigación está dirigida a revelar la esencia de la producción capitalista, por ello: "Al comprar la fuerza de trabajo, el capitalista incorpora el trabajo del obrero, como fermento vivo, – expone Marx- a los elementos muertos de creación del producto propiedad suya también." (120)
"El trabajo vivo – apunta Marx- tiene que hacerse cargo de estas cosas, resucitarlas de entre los muertos, convertirlas de valores de uso potenciales con valores de uso reales y activos." (121)
El trabajo vivo no es exterior al sistema, Marx descubre las leyes que presiden el movimiento de una sociedad concreta, mientras que Dussel se encarga de "descubrir" en Marx. "Categorías intemporales, de corte filosófico más que económico y válidas por tanto para cualquier situación histórica." (122)
Como resultado final, la concepción de Dussel adquiere mayor terrenalidad, lo cual contribuye a eliminar el carácter extremadamente abstracto de sus primeros escritos; no obstante se obtiene como producto final, un paso de Marx por la analéctica de Dussel, que nos devuelve un Marx tergiversado y contrapuesto a sí mismo.
CONCLUSIONES CAPITULO III
Un último acercamiento de Dussel a Marx en las obras analizadas, nos devuelve a un Marx manipulado y tergiversado. No hay en Dussel una interpretación creadora de Marx, sino una manipulación que lo adentra en el aparato categoríal de Dussel, para devolvernos a un Marx manipulado y tergiversado en los diversos aspectos, del cual se han excluido los elementos medulares de la teoría de Marx: la comprensión materialista de la historia y la teoría de la plusvalía.
CONCLUSIONES
Un análisis marxista de la sociedad debe – tomar como punto de partida- las clases, las relaciones de clases y grupos sociales en el ámbito nacional e internacional. Esto permite encontrar historicidad y temporalidad a cualquier análisis, incluso en las condiciones actuales de la globalización neoliberal.
En el caso de la filosofía de Dussel no hay un reconocimiento del significado teórico de la revolución operada en el campo de las ideas por Marx y Engels. Además, no existe la visión de la unidad teórica y conceptual de los fundadores del Marxismo. Para él la filosofía de Marx es una filosofía más.
2) La tarea de destruir el pensamiento de los poderosos para fundar un pensamiento de los oprimidos, es una aspiración de la humanidad que lucha por un mundo justo. Por ello a pesar del grano de razón que contiene este intento, la filosofía es universal y – por tanto- la obra de los filósofos revolucionarios del futuro debe tomar lo mejor, lo más positivo del pensar mundial sin rencores de ninguna índole.
En los trabajos acerca de las fuentes de la Filosofía de la Liberación se reconoce la interpretación fenomenológica de Levinas en Dussel, (123) a lo cual debe agregarse como nuevo aporte que la erótica, la pedagógica y la política, conceptos teóricos que son utilizados por Dussel para caracterizar el proceso de liberación, son una copia textual de la concepción filosófica de Feuerbach en La Esencia del Cristianismo, (124) la fórmula amorosa del cara- a – cara boca- a- boca, oír la voz del otro, etc, tienen como fuente teórica importante dicha concepción y los escritos bíblicos; lo cual demuestra que es imposible sustraerse totalmente al desarrollo de la filosofía anterior.
3) El método analéctico que debe tener carácter universal en virtud de su connotación filosófica, pretende completar la dialéctica hegeliana y marxista; pero, se convierte más bien en un deber ser en virtud de que está desprovisto de una relación real con el mundo del hombre; por tanto, tiene un carácter abstracto, ético-filosófico, aplicable a cualquier situación histórica y conduce a una visión idealista de la sociedad muy lejos de convertirse en un mensaje liberador.
4) En Dussel se replantea – desde una óptica "nueva", idealista, reformista- el concepto de praxis (por ello es atacado desde la derecha y desde la izquierda); pues – por una parte- reconoce la necesidad de un proyecto de liberación y – por otra- proclama como elemento de solución la fusión de las almas mediante el amor, es decir, por un lado se llama a la lucha y por otro a la conciliación.
El esquema de pensamiento utilizado por Dussel para analizar la sociedad, mezcla diversas categorías: pueblo, pobre, persona, clase, etc. sin determinar desde el punto de vista metodológico el orden jerárquico y la base en que se sustentan estos conceptos.
El esquema de pensamiento de Dussel en sus primeros trabajos es abstracto, ambiguo e idealista, pues mezcla en un mismo partido filosófico las concepciones de materialistas e idealistas para caracterizar ambos puntos de vista como formas de idolatrar muy cercanos a la religión; además, cuando señala a la praxis humana como estrictamente religiosa retoma postulados de la filosofía anterior que hacen un análisis incorrecto de la esencia tan multifacética que posee el hombre.
En la etapa de acercamiento a Marx, Dussel introduce la concepción idealista en la interpretación de la obra de Marx, en los Grundrisse y los manuscritos del 61 al 63, al mismo tiempo contrapone a Marx con Engels y desconoce subliminalmente la labor de Lenin como uno de los más fieles defensores del marxismo
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