1. La guerra de las ciencias
Desde mediados del siglo XX hasta hoy ha eclosionado una guerra sorda entre la mayoría de los filósofos postmodernistas y algunos científicos sobre todo de las ciencias exactas. Se le ha llamado a este fenómeno "Guerra de las Ciencias" y ha generado centenares de libros y millares de artículos en todo el mundo. Los postmodernistas, desde posiciones aparentemente de izquierda, atribuyen a la ciencia, a los hombres y no a los gobiernos, los desastres ecológicos de que somos víctimas. Definen como no confiables las teorías científicas, sobre todo las físicas, y dando esto por sentado acusan a dichas teorías de partir de bases irreales, no comprobadas, e incongruentes unas con las otras. Los físicos se defienden acudiendo a la poca verosimilitud que tienen esas argumentaciones alegres y malintencionadas. Impugnan los puntos de vista postmodernistas aclarando que toda teoría, para ser aceptada por la comunidad científica tiene que:
- Ser general en el sentido de explicar fenómenos no aclarados hasta ese momento además de explicar los fenómenos fundados en las teorías anteriores a ella.
- No desmentir la teoría anterior sino contenerla como un caso particular.
- Ser comprobada en la práctica por diferentes laboratorios.
Uno de los caballos de batalla de los postmodernistas, que no conceden el derecho al humano de comprender con suficiente confianza la Realidad, es la existencia de paradojas según ellos no resueltas desde la antigüedad hasta nuestros días. Entre las más acudidas están las paradojas del sofista de la Grecia Clásica Zenón de Elea. El postmodernismo reivindica el sofismo1. Entre los supuestos más socorridos está el relativismo epistémico de Protágoras.
1. Desmintiendo paradojas.
Una paradoja generalmente parte de cierta afirmación falsa puesta muy sutilmente de una manera que parece verdadera. A veces pasan decenas o centenares de años hasta que se descubre la falsedad. Una famosa paradoja de Zenón de Elea es la de "Aquiles y la Tortuga".
Aquiles, el de los pies ligeros, aunque corra detrás de una tortuga no puede darle alcance. Por muy veloz que corra Aquiles cuando llegue donde está la tortuga ella habrá avanzado ya un tramo. Pequeño pero un tramo al fin. Cuando Aquiles recorra este tramo ya la tortuga habrá avanzado otro, y así por siempre. Nunca Aquiles le dará alcance a la tortuga. Nos parece que un cuerpo adelanta al otro pero eso solo indica que los sentidos nos engañan, es una ilusión de los sentidos pues contradice a la lógica.
Zenón lo que realmente ha hecho es poner un límite al movimiento de Aquiles: solo puede llegar hasta el lugar donde estaba la tortuga cada vez. El dato escondido consiste en no tener en cuenta la velocidad, el cambio de espacio en la unidad de tiempo. No tener en cuenta el cambio es como no tener en cuenta al movimiento como el elemento primordial del que se derivan el espacio y el tiempo. Abole el movimiento desde un principio y solo cuenta para Zenón el espacio y el tiempo desligados del movimiento. Por eso "demuestra" que no existe el movimiento porque lo ha eliminado desde el mismo planteamiento del problema. Fue muy agudo porque lo ha escondido bien, puede engañar a cualquiera.
Otra de las paradojas de Zenón es la llamada "Paradoja de la Flecha". Una flecha para que avance tiene que hacerlo de un punto a otro del espacio. Pero un punto es infinitamente pequeño, luego la punta de la flecha en ese punto infinitamente pequeño no puede moverse, no tiene espacio para moverse. Obligatoriamente tiene que permanecer ahí en reposo. Así, lo que nuestros sentidos reconocen como movimiento es engañoso, el movimiento es solamente una sucesión de estados de reposo. Si una flecha nos parece que se mueve entre dos puntos distantes entre sí, ocurre la paradoja de que no puede hacerlo, ya que los puntos intermedios que hay en su trayectoria son infinitamente pequeños y por lo tanto existirían allí una infinita cantidad de puntos, con lo cual es imposible el movimiento pues al infinito nunca se llega.
En este caso, Zenón, como un mago, ha escamoteado una principalísima categoría física: la energía. El movimiento mecánico de algo se define por la energía contenida en el objeto. Al tensar el arco la energía de los brazos del flechero pasa a la cuerda tensada. Al soltar el arco la flecha no puede permanecer en reposo pues desaparecería esa energía, lo cual sería equivalente a que no hubiera tenido lugar el trabajo que hizo el flechero para tensar el arco. Pero Zenón parte de que el flechero ha efectivamente realizado un trabajo para tensar el arco. Para él, tensar el arco produce solamente una sucesión de estados de reposo. Pero el estado de reposo ocurre en esencia solo cuando no se tensa el arco. Luego entonces quien cae en contradicción lógica es Zenón con su paradoja.
En la Guerra de las Ciencias Zenón juega un papel principal porque muchos postmodernistas son textualmente partidarios, aunque lo oculten, del ortodoxo relativismo epistémico que inventó Parménides, y Zenón suministró sus paradojas precisamente para demostrar que su maestro Parménides tenía razón al considerar que los fenómenos de la naturaleza eran solo apariencias, debidos, en esencia, al error humano; parecen existir, pero no tienen entidad real. El idealismo de Parménides influyó decisivamente en el idealismo de Platón y el de este último en todo el idealismo que ha existido hasta nuestros días. Zenón fue el discípulo predilecto de Parménides.
Otra paradoja a quien muy generosamente acuden los postmodernistas es la expresada por el primero de los sofistas: Protágoras. De cierta afirmación que hizo se desprende que, aunque existan las cosas, por ser cada persona diferente de la otra cada cual las comprende de diferente manera con lo cual, aunque las cosas existan, no se puede conocer cómo son en realidad: ¿ a quién hacer caso? Ha engañado a tantas personas esta paradoja que hasta en algunos textos materialistas –véase el Gran Diccionario Soviético de Filosofía– se acepta, aunque sea contemplándola por el envés. Consiste en una simple frase que ha generado cataratas de interpretaciones. "El hombre es la medida de todas las cosas". En el diccionario antes mencionado se alude a un error de interpretación al traducir del griego. No lo creo así. En el texto docente "Ciencia, Tecnología y Sociedad", de Marta González y otros, Editorial Tecnos, 1996, se lee, aludiendo a la citada frase, que es válido argumento añejo del Relativismo Epistémico, y en referencia a ella:
"Por relativismo entenderemos, en su versión débil, la tesis que asevera el carácter convencional de los valores epistémicos (verdadero-falso, correcto-incorrecto, etc.), para afirmaciones de conocimiento dadas, con respecto a contextos culturales determinados. En su versión fuerte, el relativismo añadirá que los juicios convencionales son, por eso mismo, juicios arbitrarios con respecto a cualesquiera utilidades epistémicas o virtudes cognitivas"(pag.39).
Si el hombre es la medida de todas las cosas, y en sus dos versiones parece lógico dudar del conocimiento pues es difícil encontrar dos personas que enjuicien idénticamente algo, ello es debido naturalmente a que no hay dos seres humanos idénticos, ni física ni intelectualmente. Pero, en tanto concepto cienciológico, no pienso que sea válido traerlo a un libro que trata este contenido. Si es verdad que pueden existir afirmaciones epistémicas convencionales, que dependen del contexto cultural de quien opina, eso mismo no es válido para generalizarlo a una verdad científica. Porque, además de su comprobación práctica, la verdad científica antes de ser reconocida como tal se la "socializa", o sea, es reconocida como verdad en los diferentes contextos culturales a los cuales afecta de una manera u otra esa verdad científica, vale decir, aquellos que epistémicamente están relacionados con dicha verdad. Solo después se acepta e incluye como material de estudio.
3. El venerable problema de Hume.
David Hume es el escéptico por excelencia del siglo XVIII, para él la realidad puede existir pero es dudoso conocerla. Solo disponemos de la experiencia que se vive, la cual impresiona los sentidos y por lo mismo tenemos ideas en la mente pero esas ideas no se puede asegurar que correspondan con las cosas: no pueden ser el efecto de la realidad en la mente porque los efectos no tienen nada que ver con las causas. Más claro, no existen la causa y su efecto, es una ilusión de la mente que observa dos impresiones contiguas pero entre ellas no se puede demostrar que haya una conexión necesaria. Ver el sol saliendo todos los días no garantiza que saldrá mañana, y el hombre cuenta con solo eso, sus impresiones de que sale todos los días lo cual no puede probar ninguna regularidad o ley científica, en las cuales se afirma que algo sucederá en todo tiempo y lugar2.
El texto de Marta González antes mencionado asegura: "De acuerdo con el venerable problema de la inducción o problema de Hume, ningún número finito de enunciados singulares puede justificar concluyentemente un enunciado universal. Por muchos cisnes blancos que observemos, siempre podemos encontrar un cisne negro en las antípodas[…]las leyes e hipótesis científicas[…]son característicamente enunciados universales que afirman algo acerca de todo objeto en todo tiempo y lugar"(pag 35:La fragilidad del conocimiento inductivo).
Carl Gustav Hempel, en pleno siglo XX, hizo una demostración del problema de Hume, que Bertand Russell consideró irrebatible. La demostración lógico-formal (acudiendo a que si hasta ahora solo se han encontrado cuervos negros eso no asegura que el próximo a encontrar sea blanco) es así:
Si P: cuervos negros y Q: cuervos encontrados, entonces:
[Vx (Px→Qx) & Qx]→ Px no se puede asegurar sea Verdadero (Falacia de la Afirmación del Consecuente).
O sea, de "los cuervos son negros" podemos inferir válidamente que "los cuervos encontrados son negros" pero no asegurar que con la validez de la inducción y la condición de verdad de la segunda premisa se asevere la verdad de la primera premisa. En otras palabras, solo conozco que los cuervos encontrados hasta el presente son negros pero eso no asegura que en el futuro encuentre válidamente un cuervo blanco, que es precisamente el argumento de Hume: de una cualidad encontrada en una parte de un conjunto no se puede inferir la cualidad para todo el conjunto, razonamiento irrebatible, como asegura Russell.
Ahora bien, acudamos a la Lógica Dialéctica. Ciertamente, como acaba de decir Hume, no nos referimos a todo el conjunto, sino a la parte observada hasta el presente. Lo único que esa es nuestra Realidad histórico-lógica de hoy.
O sea, que la demostración anterior debemos sustituirla por otra.
Sea P: cuervos encontrados hasta el presente, y Q: color negro. Entonces:
Vx (Px→ Qx).
Y aplicando la Ley del Contrarrecíproco del Implicador:
Vx (~Qx→ ~Px).
O sea, todos los "no negros" no son cuervos (encontrados hasta el presente, no podemos referirnos a otros).
El argumento sí es rebatible. Discutamos en el territorio de los contenidos. Algo para ser explicado lo es por sus propiedades esenciales y por sus cualidades fenoménicas y accidentales. Las dos últimas pueden cambiar de un individuo o cosa a otro pero no las primeras. Sea que el plumaje del cóndor es una de sus propiedades esenciales. Lo es porque el color negro le permite calentar su cuerpo dadas la grandes alturas que frecuenta, el negro es el color que mejor absorbe la radiación solar. Sea que la absorción de calor para esta ave determina que tome suficiente altura como para abarcar el horizonte que le permite alimentarse. ¿Diría alguien ahora que puede aparecer un cóndor blanco?
Pero supongamos incluso que aparecen cuervos que son blancos. Y es muy bueno que aparezcan porque ahora tenemos un nuevo objeto de investigación: ampliar la noción de cuervo para incluir la subespecie blanca. "De cierta manera –dijo Justin Gaarder en El mundo de Sofía– el objeto de la ciencia es encontrar el cuervo blanco".
4. Física postmoderna3.
En el banquete de talentos, se brinda por la vigorosa salud que las Cátedras de Ciencia, Tecnología y Sociedad gozan en todas las universidades del mundo. En cuanto a los argumentos "físicos" postmodernos que sostienen para alimentar enjundiosos textos y deleitar en las aulas magnas cierta elite profesoral, mostremos este racimo:
- La Mecánica Cuántica ha legado un serio tejido sociocultural a la humanidad.
- Tras la fachada de objetividad de la ciencia hay una ideología de dominación.
- El discurso postcuántico ha sentado las bases ideológicas de la sociedad.
- La mecánica de los fluidos es realmente una codificación de género.
- La ideología de género subyace en las ciencias naturales.
- Reflexionemos una vez más sobre la metafísica cartesiano-newtoniana.
- La ciencia es un resultado del poder político.
Parece un baile de locos. La metafísica cartesiano-newtoniana no existe, aunque ambos hayan aludido a la metafísica. La mecánica cuántica no ofrece ningún tejido cultural fuera de la ciencia natural, aunque algunos hayan querido interpretar el Principio de Incertidumbre como "principio de la imposibilidad del conocimiento de la realidad objetiva": es un fenómeno totalmente natural que ocurre cuando se dispersan estadísticamente los valores, pero puedo conocer esos valores y el error que tienen, o sea su dispersión, su desviación. ¿Discurso postcuántico? La Mecánica Cuántica no se puede utilizar para sostener ninguna ideología política, sería como poner de acuerdo a Mozart con Arquímedes. ¡La ciencia resultado del poder político!, ¿cómo puede ser cierto si los mismos fenómenos naturales han sido comprobados en países donde gobiernan poderes políticos mortalmente opuestos? La ciencia resultado de la ideología de género, tal vez porque la mayoría de los científicos han sido hombres. En este caso también habrá que dudar de cualquier Declaración de Independencia, escrita por seres irracionales masculinos y testiculares.
5. Thomas Kuhn versus Alan Sokal.
Thomas Samuel Kuhn fue un graduado de física teórica del siglo XX, especializado en historia de la ciencia, y es el responsable de que hoy tantas personas se expresen con la palabra "paradigma" para casi todo en la vida. Esta reencarnación de Kant hizo el anuncio, después de revisar de madrugada la historia de las teorías físicas, que estas no eran otra cosa que nimias convenciones sociales. Una teoría sustituye a otra simplemente porque gana más adeptos, como en una votación para presidente, pero la teoría nueva es irreconciliable con la vieja, inconmensurable, decía él. Y miente. Porque desde los primeros años en la universidad enseñan a los alumnos, incluido a él con toda seguridad, a demostrar cómo la teoría vieja está incluida en la nueva. De lo contrario la teoría nueva no se acepta, y ello es lógico porque la antigua se continúa empleando en la producción de bienes materiales, como antes. Seguimos, y seguiremos siempre, utilizando la ley de Arquímedes para la palanca y así sucesivamente. Su libro "La estructura de las revoluciones científicas" ha influido de manera notable en todo el pensamiento postmodernista e incluso en muchos ingenuos físicos que hoy en lugar de hablar de una nueva ley, dicen "un nuevo paradigma" sin saber bien el pecado que cometen. Porque "paradigma" para Kuhn es la nueva teoría que en ciencias exactas
–y de paso en cualquier ciencia, incluida aquella para la que inventó su teoría, de lo cual parece no haberse dado cuenta- sustituye a la vieja teoría no porque sea verdadera en el sentido de que lo verdadero se corresponde con la Realidad, sino que la sustituye porque un individuo de reconocida personalidad y dotado de divina persuasión, es capaz de lograr un consenso en la sociedad científica de tal magnitud que ahora puede levantar su paradigma como una bandera roja que todo el mundo sigue4. Y de paso agregó que la nueva teoría es irreconciliable con la vieja, no tiene nada que ver con ella, como hemos dicho, es su antítesis. Está claro que al leer a Kuhn no aparecen estas simples reflexiones mías así como así. Se vale de la dialéctica hegeliana, sin mencionarla, parece un Marx en mercedes rojo. De Hegel aprovecha su concepción de "negación de la negación" sin mencionar que lo viejo pervive en lo nuevo como su antítesis, pero pervive. Y el farragoso discurso digno de las Ivy League donde disertaba, lleno de un barroco alejandrino, provoca el deslumbramiento por lo inextricable que puede ser el pensamiento abisal de un sabio.
A Alan Sokal casi nadie lo conoce. Fue hasta ayer profesor de física teórica en la Universidad de Nueva York, hoy se ha radicado en Londres. Se cansó de lo que él consideraba charla vacía de algunos bonzos de la filosofía postmoderna, esa oscuridad disfrazada de erudición. Y se cansó de que, disparando desde la derecha los francotiradores, aparenten ubicarse en el ala izquierda.
En 1996 envió un artículo pseudocientífico a una revista postmoderna, líder en el campo de los estudios culturales, para comprobar si "publicaría un artículo plagado de sin sentidos, si (a) sonaba bien, y (b) apoyaba los prejuicios ideológicos de los editores."
El artículo, titulado "Transgrediendo las fronteras: hacia una hermenéutica transformativa de la gravedad cuántica" estaba sólidamente "apoyado en las citas más estúpidas que había podido encontrar sobre matemáticas y física " hechas por académicos postmodernistas. Se publicó sin atender al contenido y tan solo porque desde el mismo inicio Sokal, un profesor de Física Teórica, declaraba dudosa la existencia de la realidad objetiva. Posteriormente informó de su engaño en otra revista…y aquí realmente fue donde se inflamó aún más la llamada "Guerra de las Ciencias", que más propiamente debía llamarse "Guerra entre la Ciencia y la Mística". En la costosa universidad donde se editaba la revista, desde luego, no sabían que Sokal era un auténtico izquierdista que en los tiempos más duros del sandinismo se había ido a dar clases de física a Nicaragua.
En su revelación publicada en Lingua Franca,1996, Sokal aclara:
"No soy más que un físico, incapaz no ya de ser cabeza sino siquiera cola de críticos en filosofía. Les tendí una trampa, es verdad, pero ustedes la merecían. Porque han proliferado el sin sentido, el pensamiento chapucero y disparatado de quien niega la existencia de realidades objetivas o minimiza su relevancia práctica. Y escuchen: hay un mundo real, sus propiedades no son simplemente construcciones sociales, los hechos y las pruebas sí importan. Políticamente estoy molesto porque muchos (aunque no todos) de estos disparates ridículos emanan de la auto-proclamada izquierda. Atestiguamos aquí una profunda retractación histórica. La mayor parte de los siglos diecinueve y veinte la izquierda se identificó con la ciencia y contra el oscurantismo; creíamos que el pensamiento racional y el análisis audaz de la realidad objetiva (tanto natural como social) eran herramientas penetrantes para combatir la mistificación fomentada desde el poder- por no decir que eran fines humanos deseables en sí mismos. La vuelta actual de muchos humanistas académicos y científicos "progresistas" o "izquierdistas" hacia una u otra forma de relativismo epistémico traiciona esta digna herencia y socava la ya frágil perspectiva de crítica social progresista"5.
6. A manera de conclusión.
La Historia no ha muerto. Y a quien no le conviene ya vivir a la sombra de una bandera en la que vivió hasta ayer, por el motivo de verla caer siente la necesidad de tejer otra para con ella ascender a la cumbre y clavarla. Pero al futuro solo se puede ascender a través del movimiento, del cambio. Concepciones medievales no nos darán la solución de los problemas reales que vive la humanidad. El tiempo transcurre porque la materia incluyendo la sociedad están en movimiento, y no al revés, por eso medimos el tiempo mediante el cambio, ya sea de un volumen de arena, de las vueltas de las agujas o de la oscilación de un átomo. Y el espacio, su hermano siamés, se gana porque hay movimiento. Movimiento y energía lo es todo. Solo intentando comprender ambos, entenderemos por qué estamos vivos como humanidad y cómo la verdad por la verdad puede convertirnos en eternos.
7. Bibliografía.
- Enciclopedia Encarta. Versión 2005.
- Gaarde, Justin. "El mundo de Sofía". Artes y Letras. 2002.
- González, Marta y otros "Ciencia, Tecnología y Sociedad". Editorial Tecnos, 1996
- Hume, David. "Tratado de la naturaleza humana". Versión digital.
- Kuhn, David. "The structure of scientific revolutions".1972. Versión digital. Berkeley Uni.
- Lyotard, F. "La condición postmoderna"1984.
- Rosenthal,.I, Diccionario de Filosofía. Ediciones R. 1972.
- Sokal, Alan. "Tansgrediendo los límites: hacia una hermenéutica de la gravedad cuántica".1996
- Sokal, Alan. "Un físico experimenta con los estudios culturales". 1996.
8. Notas finales
1. […]diversas corrientes filosóficas han reivindicado el sofismo como un espíritu crítico, desde mediados del siglo XX. Autores tan dispares como el apátrida de origen rumano, Emil Michel Cioran, el español Fernando Savater y diversos teóricos del postmodernismo han elaborado el gran elogio doctrinal del sofismo. (Enciclopedia Encarta 2005; entrada: sofismo)
2. In general we may observe, that in all the most established and uniform conjunctions of causes and effects, such as those of gravity, impulse, solidity, &c. the mind never carries its view expressly to consider any past experience.
(Hume, David: "Tratado de la naturaleza humana", parte 3, sección 8).
3. […] "en tanto que la ciencia no se reduce a enunciar regularidades útiles y busca lo verdadero, debe legitimar sus reglas de juego. Es entonces cuando mantiene sobre su propio estatuto un discurso de legitimación, y se llama filosofía. Cuando este metadiscurso recurre explícitamente a tal o tal otro gran relato, como la dialéctica del espíritu, la hermenéutica del sentido, la emancipación del sujeto razonante o trabajador, se decide llamar moderna a la ciencia que se refiere a ellos para legitimarse […] Simplificando al máximo, se tiene por postmoderna la incredulidad con respecto a los metarrelatos. Lyotard, J.F. "La condición postmoderna", 1984).
(Lyotard da por sentado que la ciencia para legitimarse lo hace con un oscuro metadiscurso y no con leyes científicas comprobadas en la práctica real).
4. "Los secretos de la naturaleza parecen ser finalmente desvelados sobre la etérea base de intelectos tan poderosos como los de A. Einstein, W, Heinsenberg o S. Hawking" Ciencia, tecnología y sociedad, de Marta López.
5. Palabras textuales de Alan Sokal en su declaración "A phiscist experiments with social studies" que puede consultarse en su versión traducida al español y revisada por el autor en: http://www.geocities.com/uribe_claudio/Sokal01.pdf
Autor:
Alberto Pérez-Delgado Fernández
Graduado en Física por la Universidad de La Habana
Diplomado en Tecnología Segura en la Universidad de Ingeniería de Eisleben, Alemania.
Candidato a Doctor en Filosofía.
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |