- La guerra de las ciencias
- Desmintiendo paradojas
- El venerable problema de Hume
- Física postmoderna
- Thomas Kuhn versus Alan Sokal
- A manera de conclusión
- Bibliografía
- Notas finales
RESUMEN.
La guerra de las ciencias que hoy incendia el mundo intelectual. Refutación de las aporías de Zenón de Elea. El venerable problema de David Hume, con el cual puede demostrarse que existen posibilidades de que el sol no salga mañana. La demostración de Hempel de la posible existencia de cuervos blancos y cisnes negros. El error de Bertrand Russell. Una nueva ciencia: la física postmoderna. El descubrimiento de los paradigmas por Thomas S Kuhn y la razón de ser del empleo tan frecuente de esa palabra. La trampa de Alan Sokal. La concepción postmoderna de la Teoría del Conocimiento.
INTRODUCCIÓN.
El problema del conocimiento fidedigno del mundo por el ser humano ha sido el más debatido en la historia de la filosofía y se considera el problema central de esta ciencia. De Protágoras, Parménides y Platón, hasta el enfoque postmodernista del siglo XXI, pasando por Berkeley, Hume y Kant, febrilmente se ha argumentado la dificultad o la imposibilidad de reflejar con justicia el mundo real. En la Edad Media el tema de los universales eclosionó la disputa más memorable y sangrienta recordada, costó la excomunión de algunos, la emasculación de otros, como Pedro Abelardo, e incluso la hoguera. El conocimiento cierto del mundo está relacionado íntimamente con la veracidad de los descubrimientos científicos –de ahí que antes se haya expresado en el debate sobre los conceptos universales-, con la confianza en la tecnología, con el daño al medio natural. Con la racionalidad y la irracionalidad de la especie humana. Hoy día existen en prácticamente todas las universidades del orbe Cátedras CTS, cátedras dedicadas a mostrar, enseñar y examinar cómo la ciencia y la tecnología son erráticas hasta la perversión. No se ha rebasado tanto el oscurantismo como parece. Las Cátedras CTS parten de una visión epistémica relativista del mundo y en su apoyo traen el relativismo de Protágoras, el eclecticismo de David Hume, y demostraciones lógico-formales de Carl Gustav Hempel y Bertrand Russell. Pero jamás se había visto que este idealismo rampante se arguyera enfundado en máscaras izquierdistas.
En esta monografía se rebaten los puntos de vista epistémicos de los filósofos postmodernistas, acudiendo a un modesto pero legítimo razonamiento lógico. Inicialmente se objetan las aporías de Zenón de Elea, porque fueron hechas para desacreditar la base sensitiva de las percepciones y el posterior juicio recto del mundo real, bandera levantada por su maestro Parménides, quien influyó decisivamente en Platón y este en todos los idealistas conocidos. A continuación se refuta la máxima protagórica de que "el hombre es la medida de todas las cosas", argumento muy socorrido en las clases de las Cátedras CTS. Más tarde examinamos el eclecticismo desconfiado de David Hume y su venerable problema con el cual anula las causas y los efectos. Se refuta la irrefutable demostración, según Bertrand Russell, de Carl Gustav Hempel acerca de la imposibilidad del conocimiento de las esencias, y se hace empleando la misma lógica de predicados que él utiliza. Prosiguen los postulados de los filósofos posmodernistas sobre las ciencias, un sainete que con solo mencionarlos se derrumban.
El autor espera que el lector no se deje aturdir por los inmarcesibles famosos nombres y conduzca con su buen sentido el razonamiento en la búsqueda de la verdad por la verdad, como él mismo ha intentado.
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