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Cultura de paz – un compromiso II


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Empecemos a pensar diferente
  3. Ya para terminar
  4. Bibliografía

A quien corresponda:

(Humanitas de pax aliquis compromitto)

Si pensamos que con revoluciones puede Colombia alcanzar la paz y un mejoramiento autentico de la vida nacional nos dividimos cada vez más; si seguimos pensando así; nos alejaremos cada día más de los objetivos de alcanzar acuerdos decorosos y equitativos; propicios para estos tiempos de tanto entendimiento y de tanta lucidez.

La violencia tiene que ser juzgada como negativa en todos sus aspectos, la violencia no solamente lesiona la individualidad; si no también; lesiona la nación entera en general y a cada ciudadano en particular.

La modernización multifacética por la que atraviesa Colombia debe; ampliar la conciencia psicosocial y debe hacer evidente las inequidades sociales, esto nos mostrara las necesidades que hemos de cubrir; no es solucionarle la vida a nadie es mostrarle que también puede y debe comprometerse; hay muchas cosas que independientemente del país que sea; jamás podremos tener, lo que si es posible; es construir entre todos un mejor país, yo me comprometo con unas mejores definiciones, con un mejor concepto de familia, me comprometo a reconocer el impacto que causa una familia numerosa, me comprometo con unas mejores relaciones, me comprometo con una mejor educación, me comprometo con un mejor concepto de mis limitaciones y me comprometo a que estas; no serán un obstáculo para el desarrollo libre de mi personalidad ni para el desarrollo de un mejor concepto de mi país, yo me comprometo con mis hijos, con mis vecinos, con mis profesores, con las autoridades, con las generaciones futuras y asimismo me comprometo con todos los seres con quienes comparto mi existencia; siendo estos del color y la forma que fueren.

Los nexos entre violencia y progreso son muy difusos y además; distantes. La paz se logra cuando cesen las pasiones, y cuando aquellos que han de someterse se sometan y los que deben desmovilizarse se desmovilicen.

La violencia no podemos atribuírsela en Colombia a una sola persona, a un solo grupo armado, a un solo grupo enriquecido ilícitamente, a una sola banda criminal, a un solo grupo narcoterrorista, lo que si podemos atribuirnos todos los colombianos es la consecución de la paz; no la paz como la ausencia del conflicto; si no esa paz donde prevalece la justicia. La violencia le produce un golpe mortal a nuestra democracia, a nuestras instituciones y además; aleja toda posibilidad de equidad como miembros de una misma especie.

Hay una gran diferencia en tener todos de lo mismo; que en sentirnos todos de los mismos, en fin…, un país que no invierte en educación; es un país que indefectiblemente se colapsa por las exigencias evidentes.

Introducción

La docencia no solamente es para impartir conocimientos, despertar talentos y hacernos a destrezas; también ha de servir; para promocionar la verdad, las virtudes y las buenas actitudes, un ser humano virtuoso; es verídico en todas las circunstancias, recto en pensamiento, en palabra y en obra, además; es susceptible de ser imitado por sus actitudes siempre decorosas.

La propuesta de educación para la paz y la resolución de conflictos que pongo a consideración, es un espacio para la reflexión, para el entendimiento, el sano razonamiento, para la modificación individual, para el intercambio y la difusión de prácticas de educación que nos permitan descubrir la responsabilidad que tenemos todos "educandos y educadores" frente al conflicto y el malestar que vivimos los colombianos, sin pasar por alto que existe la educación en voluntad y esta modalidad es la que nos falta a los colombianos y se evidencia cuando hacemos las cosas porque nos corresponde hacerlas, y no porque nos emerge de la voluntad propia, por solidaridad, por respeto al otro, por que lo encontramos valioso, importante, sano, elegante, saludable para el equilibrio personal y social, académico, familiar, etc. Nuestras actitudes muchas veces son desobligantes, nos convertimos en bombas psicosociales y explotamos donde sea, y frente a quien sea, estas actitudes se evidencian cuando no solo no sabemos responder a un requerimiento, a un llamado de atención, a una solicitud, a un acuerdo, a una toma de dediciones adecuadas objetivas concertadas; donde se tenga en cuenta los intereses de los demás, esto en parte se debe a que no hemos sido formados o no hemos optado por reconocer al otro como interlocutor válido.

La educación para la paz, tiene como tarea educar desde una visión integradora y transformadora, además; ha de tener una visión holista de la realidad. Es necesario apostar por una educación activa y participativa así potenciar un pensamiento dinámico, crítico y generador de nuevas ideas, además; para educarnos en paz debemos reconocer que somos conflictivos, y por consiguiente nos compete en primera persona.

Vivir en paz; es algo que se puede aprender justamente porque no es un valor absoluto; que ha sido dado de una vez y para siempre, ni es un objetivo imaginario; es mas bien un esfuerzo permanente en el desarrollo integral de la persona. La educación para la paz; no es una moda, ni es una forma de ampliar estudios o cubrir programas educativos, la educación para la paz busca en los seres humanos la puesta en práctica de valores fundamentales como son: (1) autonomía. (2) beneficencia. (3) libertad. (4) igualdad. (5) justicia. (6) perdón. (7) conciliación. (8) reconocimiento del otro. (9) compromiso. (10) participación y decisión. La paz no es vivir sin conflictos; tener conflictos es natural en el hombre; lo que no es natural, es la ausencia de la justicia y la ausencia del compromiso individual. La paz con impunidad no es.

La educación y la formación actual, han de estar soportando juicios y definiciones nuevas, el otro es una realidad importante, es una realidad trascendente, es otro yo, hoy día no podemos decir, (el o yo), debemos empezar a decir, (el y yo), tal cual.

Otro de los aspectos que me parecen relevante en esta propuesta es aprender a reconocernos generadores de conflicto; todos indistintamente somos generadores de conflicto, en la familia, en la empresa, en la universidad, en la sociedad, etc., la mayoría de nuestras actitudes son irresponsables, grotescas, agresivas, salidas de normas y además respondemos groseramente es que yo soy así, y punto; esta frase es un explosivo psicosocial (imagina un escenario donde dos entidades con esos presupuestos se encuentre, solo imagina el grado de intransigencia y si quieres mas realismo trágico, dales armas y dinamita) Nuestras actitudes muchas veces son el detonante de las diferencias y luego nos hacemos las inocentes palomitas, nos encanta hacer señalamientos pero cuidado alguien nos señala. En la dinámica de cultura de paz; hemos de reconocernos generadores de conflicto, la mirada introspectiva es medular para alcanzar un razonamiento por lo menos sensato.

Para lograr una cultura de paz, debemos todos empezar a vernos como generadores de conflicto y decir con honradez y con genuino interés en Colombia; yo también soy responsable de lo que pasa en mi país, yo también soy responsable del conflicto, lo que pasa en Colombia, es responsabilidad de los colombianos y también yo soy un colombiano; quien igualmente; tiene una gran responsabilidad con el país y con sus instituciones. Ningún colombiano ha de sustraerse del compromiso de paz, todos hemos de poner de nuestra parte; esta no es una exigencia para otros, es para nosotros.

Debemos reflexionar en torno al papel de víctimas que en muchos casos asumimos sin serlo; para a si obrar en consecuencia y legitimar los actos y las conductas propias siendo estas de cualquier naturaleza, (me hicieron, me dijeron, me insultaron, me quitaron, me irrespetaron, ¿y tú que existe para motivar esa conducta en los otros?, también; es muy importante hablar de lo que le hacemos a los demás) La reflexión, debe ir más allá del reconocimiento de los hechos; se debe entrar en disposición de trasformar las actitudes y las realidades haciendo modificaciones individuales para asumir las responsabilidades pertinentes, no es el otro quien debe modificar, soy yo quien debo asumir el reto de transformarme para transformar la realidad que me asiste. Debemos entender que no saldremos de la problemática y de las crisis si no asumimos el reto de transformar nuestras actitudes individuales, lo que yo hago cuenta y causa un impacto; yo elijo que impacto causar, tal cual.

Todos debemos ser gestores de la educación para la paz; debido en parte a que (todos enseñamos; incluso lo que no se debe hacer; ten cuidado con lo que enseñas) y hemos de tener en cuenta todos los aspectos que puedan mal formar las relaciones; las cuales se convierten en estados desobligantes permanentes; constituyéndose estos las mas de las veces en formas "normales" de relación, las relaciones que no sean soportadas por una axiología aceptada socialmente, se colapsan y se pervierte; dando origen a malestares mayores. Las sociedades se corrompen; cuando se corrompen los idearios de sus ciudadanos y cada uno opta por una axiología individual o una ética particular y si en base a esto se proponen metas; no queda mucho que escoger ni mucho que desear.

La aceptación del otro es una realidad imperativa. El otro merece todo lo que yo merezco y además; son muy valiosos sus puntos de vista y sus reflexiones, debemos modificar las actitudes, las expresiones y los comportamientos que subvaloran y descalifican a otras personas. Si tenemos prejuicios de fondo y estigmas que parten de suponer que la identidad cultural y la forma de actuar propia es la auténtica y debe ser universal, debemos entender que estas expresiones y comportamientos son extremos y van acompañados de odio y agresión a personas que (consideramos) disminuidas e igualmente a grupos sociales marginados. Pensar que lo mío; es lo verdaderamente importante es el gran error que cometemos a diario, aprendamos a decir lo demás también; es importante y valioso igualmente.

La intolerancia, es uno de los grandes retos que la humanidad debe asumir en estos comienzos siglo; es un problema social, académico, ético y político e individual formado por elementos muy diversos como pueden ser (estructurales, económicos, ideológicos, culturales, psicosociales, religiosos, sexuales, ecológicos, éticos, bioéticos, psicobioeticos, morales, etc., etc.) no al rechazo, si al acercamiento entre los grupos humanos, todos somos de los mismos, somos todos hermanos de especie, que saber esto; nos basté para reconocer a los otros como iguales, es importante; creer en el valor supremo del otro, en su derecho a la vida, a la libertad y a la felicidad, a la reinserción social, al perdón, al sometimiento y al acogimiento como finalidad ultima. Invocando a la ética utilitarista; es importante buscar el mayor beneficio para el mayor numero de personas. Si todos nos comprometemos, todos nos beneficiamos, basta de odios, de venganzas, de represalias, en fin…, es nuestra patria, nuestra matria, es tuya es mía, yo me comprometo.

En la educación para la paz, se deben transformar los conflictos; reconociendo sus orígenes, reconociendo que las manifestaciones de hechos violentos y las demás dimensiones de la violencia; son una respuesta equivocada al conflicto y las problemáticas y son la base, o son los motivos por los cuales se violan los derechos humanos, los derechos de las gentes. Los hechos barbáricos han de ser reconocidos en su dimensión real y alejar toda posibilidad de venganza, parque la venganza solo prolonga las barbaries en el tiempo y la violencia pasa de generación en generación y eso precisamente es lo que nos mantiene en conflicto permanente. No dejare por herencia a mis hijos, ni a las futuras generaciones, (el odio, la venganza, el delito, el trafico, la guerra sucia, las desproporciones, la mentira y el engaño, esos adefesios bajaran con migo al sepulcro) Como ciudadano responsable y además en ejerció de buenas actitudes entenderé que la paz; se debe construir todos los días en lo cotidiano, en la actitud de cada uno de nosotros, en el hogar, en la academia, en la calle, en el cine, en el transporte, en el parque, en el lenguaje y en todos los escenarios que elegimos para funcionar como individuos y como parte de una sociedad que ha superado dificultades y que sigue adelante a pesar de los hechos trágicos que la enlutan y ensangrientan.

Hoy los colombianos deseamos un mejor país para nuestros hijos, pero también; debemos entender que esta responsabilidad la asumimos todos. Las sociedades se transforman cuando se transforman sus ciudadanos, no podemos seguir esperando "salvadores" alguien que venga y transforme nuestra realidad, somos todos quienes debemos procurarnos un mejor mañana; no sigamos sentados esperando lo que no se nos debe, hagamos algo, todos podemos poner y sumar voluntades. Amigo lector, usted donde se encuentre, puede hacer algo, desde su casa, desde su profesión u oficio, empiece por respetar a los suyos, rechace todo aquello que no sea decoroso; con esto; ya ha empezado a hacer un mejor país, no lo olvide, también cuenta su compromiso. Queremos un mejor país; empecemos por ser unas mejores personas; digamos genuinamente, nosotros nos comprometemos con la paz y con Colombia.

La democracia es la mejor forma de gobierno; es donde un ciudadano ejercita o ejerce su ciudadanía; en la que es menester tener una formación política para entender las realidades del país y sus hechos, la democracia le permite al ciudadano y a la ciudadana conocer los instrumentos legales de defensa y los mecanismos de protección a que tiene derecho. Todo ciudadano es objeto de protección por parte del estado democrático y nadie puede vulnerar su humanidad en tanto esta; este sujeta a normas; es decir, el ciudadano que vulnere los principios democráticos, que vulnere la humanidad ajena, ha de responder ante el estado y las leyes y ha de ser sancionado y penado.

Los colombianos debemos definir cosas, esto también; puede pasar con usted; desde mucho antes de que yo naciera; el país ya estaba dividido y la gran mayoría de cosas ya le pertenecían a alguien; pero no sufrí por eso por que he descubierto que muchas otras si se hicieron para mi; y no he tenido la necesidad de ser resentido ni violento, además; no he encontrado ni descubierto ningún supuesto opcional a la democracia que represente los intereses de la mayoría de los colombianos.

Yo me sumo a la democracia, si a los votos, no a las balas, si a la vida, no a las barbaries, y los colombianos sí que sabemos de esto, hemos sido testigos de escenas de barbarie nunca vistas; pero no nos pronunciamos, no hacemos nada y saben por qué; porque estamos anestesiados, abobados, porque la realidad delirante de la Colombia que amamos; no la asumimos en primera persona y saben; no es nada del otro mundo, basta el interés genuino en la patria y en los otros.

Empecemos a mirar un poco para dentro de cada uno de nosotros; a lo mejor descubrimos que tenemos una cuota importante en el conflicto, solo piensa un poco en esto; tu puedes ser una mejor persona, el cambio empieza con migo y con tigo; se una mejor gente, se un mejor colombiano, rechace la violencia, no se haga cómplice del delito, denuncie, no se preste para engaños, no a la cultura del facilismo y del dinero fácil, si al esfuerzo, al trabajo, a la justicia, a la democracia, al estudio y a la capacitación; es con esfuerzo que las cosas se hacen valiosas y se convierten en tesoros, yo me sumo al esfuerzo, yo me sumo a lo decoroso, yo me sumo a la elegancia que hay en el buen diálogo, a los acuerdos, a la mano amiga de todos los colombianos, yo me sumo a la construcción de un mejor país; y me sumo a la esperanza en un mejor mañana y al esfuerzo de hombres y mujeres que luchan por defender nuestras instituciones y nuestra democracia e incluso dan la vida por los colombianos, es decoroso y además ético reconocerlo. Gracias Colombia; gracias por darme esperanza y democracia. Yo me comprometo con una mejor conducta y con unas mejores definiciones.

Todos los colombianos; tenemos la obligación de recordar y de explicar los hechos violentos; pero una cosa muy distinta es el sufrimiento que ocasiona esto, el sufrimiento de las victimas es inexplicable y muchas veces ni los mismos afectados lo pueden hacer o definir, no pueden siquiera; poner en palabras lo que el hecho les causo. El sufrimiento provocado en las personas afectadas es total, perdurable, irreversible, radical y en muchos casos irreparable por su misma naturaleza, el sufrimiento en algunos casos anula el principio creativo de las personas y las hace proclives a desarrollar sufrimientos de orden existencial como lo es la depresión y el estrés postraumático; los hechos violentos, son atentados legítimos contra la especie, son actos humanos condenables y muchas veces no se pueden catalogar por sus índices de crueldad y de barbarie. Los adefesios violentos; que se producen en nuestra sociedad; han de tener cuatro destinos, (la extradición, la prisión, la muerte o la reinserción) es decir; cada uno ha de elegir su destino o hemos cada uno de elegir; nuestro propio destino.

Hemos de ser claros, en los procesos de paz; debemos entender que una cosa es la entrega-desmovilización y otra el sometimiento a la ley. Existen faltas que han de ser sancionadas y otras perdonadas, en todo proceso han de tenerse en claro la gravedad de la falta y los implicados, esto es saludable para un sano proceso, las partes deben hacer claridad en estos tópicos.

No podemos solamente hablar de sectores vulnerables como: (los colombianos y colombianas que se dedican a la noble tarea del campo, los niños, las niñas, los que eligieron habitar la calle, los enfermos, los discapacitados, las minorías sexuales, las minorías étnicas, los que tienen otras ideas, etc.) por que todos somos vulnerables y todos somos afectados; esto es una realidad latente; a todos nos afectan los desplazamientos, todos resultamos afectados con las masacres, a todos nos aterran y nos ofenden las bombas, a todos nos lastima y ofende saber que un ciudadano colombiano es declarado objetivo militar.

A todos nos afecta la violencia y por eso todos debemos asumir la responsabilidad de transformarnos en mejores ciudadanos, debemos empezar todos viéndonos y sintiéndonos responsables de todos; lo que pasa en cualquier parte del país me afecta a mí y a los míos. Colombia somos todos y todas (San Andrés, Guajira, Amazonas, Santander, Meta, Boyacá, Cundinamarca, Antioquia, Bolívar, Quindío, Risaralda, Caldas, Valle, Choco, Cauca, Huila, Caquetá, Putumayo, Tolima, Nariño, Magdalena, Casanare, en fin…), ¿y tú de dónde eres?, solo dilo y veras, que en ese lugar también; se han afectado por la violencia. Pero se, que como yo; hay un numero enorme de colombianos que tenemos fe en el futuro y en nuestras instituciones y hemos empezado a hacernos mejores ciudadanos. Yo me comprometo con mi país; con un proceso de paz duradero.

En Colombia se hace necesario trabajar en la consolidación de una propuesta incluyente, plural y democrática, la educación, desde la primaria ha de ser el mejor vehículo para enseñar y comprender; que necesitamos un país donde quepamos todos, un país al cual lo construimos entre todos y a cada uno de nosotros nos corresponde responder por lo que hacemos. La educación ha de soportar nuevas definiciones y nuevas interpretaciones, la paz, también es cuestión de educación, es compromiso de la academia, la educación para la paz ha de ser una asignatura imperativa y sobre todo en estos momentos en los cuales se avecinan oleadas de desmovilizaciones. Para ello es muy importante la articulación de la academia para desarrollar un trabajo profesional y así, sumar esfuerzos desde diferentes escenarios y espacios que permitan la construcción de una nueva conciencia ciudadana donde estemos todos incluidos, valorados, reconocidos, los profesionales que entregamos a la sociedad; deben conocer formas de resolución de conflictos y normas de convivencia; deben ser ciudadanos y ciudadanas habilitados para asumir el reto de mediar ante situaciones y hechos catastróficos de convivencia, para esto es indispensable disponer de una cátedra donde aprendan a desarrollar habilidades de mediadores. Desarrollemos entre todos la capacidad del compromiso. Yo me comprometo.

La instrucción y la formación no debe estar alejada de la educación para la convivencia y la paz; tenemos que educar en voluntad a nuestros ciudadanos, que no hagan las cosas por que les toca hacerlas, sino mas bien; por que les nace del interior hacerlas, que en Colombia sea decoroso obrar bien, que sea decoroso saludar, que sea decoroso cuidar los espacios, que sea elegante hablar bien, que sea elegante ser honrado, que sea elegante ser cortes, que sea elegante decir la verdad, que sea elegante reconocer y respetar al otro yo, que sea decoroso y elegante planear los hijos, que no sean producto de la mentira y el engaño porque eso también, genera desconfianza resentimientos y violencia; que no sean un medio si no un fin en sí mismos, si formamos una familia en base a engaños; nuestro proyectos se colapsan. Todo lo que se construye con mentiras se derrumba por las verdades.

El lenguaje psicopático también; es una forma de violencia; y no menos horrorosa y violenta es la cultura del la mentira y del engaño, de la blasfemia, del dinero fácil. Si a lo decoroso. Si a lo recto. Yo me comprometo.

El estado, la academia y los ciudadanos todos; nos debemos comprometer frente al abandono, frente a la injusticia social, frente a la difícil situación en materia de libertad, democracia y justicia, es decir; es una tarea que todos como componentes activos del tejido social debemos asumir. Nada nos ha de ser ajeno, todo lo que tenga que ver con mi país es prioritario, es ético, es honorable.

Desde todos los escenarios se puede trabajar en bien del estado y de sus ciudadanos, vuelvo a repetir todos somos el mismo país y es mi deber y tu deber; transformarnos para transformarlo, es necesario "hacer saber" (producir conocimiento que nos aproxime a soluciones y compromisos; todos podemos)

No te olvides del sufrimiento extremo que se ha expresado en personas y familias concretas; las cuales han pasado y siguen pasando por momentos de dolor, sufrimiento físico y moral extremo y además; catastrófico, no desconozcamos este dolor; ellos y ellas no están esperando que tu o yo; les resolvamos la vida; ellos y ellas solo esperan que los reconozcamos, que no los olvidemos, que recordemos que los hechos violentos se produjeron en personas concretas, ¿quieres hacer algo por ellos y ellas?, es fácil, solo condena el hecho y con eso estás haciendo bastante, no a la neutralidad; estos hechos de dolor; necesitan de nuestra solidaridad y de nuestra condena y además; de nuestro compromiso. Yo me comprometo.

Reconozcamos que la extensión de la violencia es multidireccional y afecta a personas que han estado de nuestro lado y también a personas que han estado en posiciones radicalmente opuestas, pero bueno es saber, que la violencia nos afecta y nos duele a todos, eso lo debemos tener claro, lo que no tenemos claro es: porque permitimos actos violentos, porque muchas veces nos ocasionamos daño, porque nos permitimos tanto dolor y tanto sufrimiento, porque permitimos las matanzas, porque permitimos el robo, porque permitimos las violaciones de los derechos y también de la carne, que nos pasa, cuando perdimos el norte, cuando permitimos sectorizarnos, cuando nos hicimos contrarios, de cuando acá somos enemigos, desde cuando nos bestialisamos, porque sin saber nada del otro ya se destila odio, porque permitimos actos vengativos, crueles, abyectos, corruptos, falsos, faltos de respeto por la dignidad humana, porque a algunas personas les cuesta tanto hablar bien de los demás hermanos de especie, porque permitimos que se nos mida, porque nos tazamos, porque nos sentimos diferentes; en fin…, has tu lista.

Sabes por que pasan estas cosas en Colombia; porque, nosotros; los colombianos no nos pronunciamos, no condenamos los hechos, por que; parecemos un país sin memoria, un país anestesiado, por que no somos solidarios; es por eso que permitimos todos estos actos desobligantes y abyectos.

Es importante hablar de todo esto; abierta y francamente, sin problemas, sin miedos, sin hipocresía y sin prejuicios es así; que hemos sido los colombianos, siempre divididos por ideologías que ni siquiera entendemos y si acaso las entendemos las interpretamos mal.

No nos llamemos a engaños, no nos torturemos con la crueldad de la indiferencia, no desconozcamos nuestra historia, seamos solidarios; digamos no a los violentos, desarrollemos entre todos la ética de la solidaridad; es eso lo que necesita nuestra sociedad, nuestro país; es bello, enorme, rico; un país que esta a la altura de cualquier otro; los que no están a la altura son algunos colombianos, no al dinero fácil, no al engaño, no a la indiferencia; si al compromiso con lo decoroso. Yo me comprometo.

A veces se nos olvida que gran parte de la historia resiente de nuestro país; me refiero a (de 1890- a 1965); esta escrita con la sangre de muchos hermanos colombianos, siendo el Tolima de (1945-a 1965) una de las zonas mas bárbaras del país, y como no es bueno hablar de solo las cosas malas; bueno es saber que la costa (Caribe y el departamento de Nariño) fueron las zonas menos violentas en esa época bizarra; en nuestro querido y ensangrentado país.

De (1964-a 1968) se consolidan las (FARC), en (1970) se consolida el grupo denominado (M-19) desapareciendo este en (1990), también; en los años (1970) Colombia se consolido como el mayor productor de marihuana en el mundo; con su consabido derramamiento de sangre, en (1980) los narcotraficantes mas sanguinarios que ha tenido el país hicieron su debut con sus métodos feroces y sus ridículas fortunas; dieron origen a los denominados paramilitares, esto ocurrió poco mas o menos, hasta mediados de (1995) luego este adefesio terrible; desde (1997) se traslado a México y sus métodos no difieren en mucho, y como si no fuera suficiente después del sometimiento del paramilitarismo; surgen las (BACRIM) "bandas criminales" dedicadas al negocio del narcotráfico; aparecieron en las zonas donde desapareció el paramilitarismo (Antioquia, Cauca y Urabá) y puedo decir, para rematar; en esas estamos y además; seguimos soñando con la paz en Colombia.

La violencia ha sido el adversario mas terrible que hemos tenido que enfrentar los colombianos en nuestra corta historia y hoy, la cultura del dinero fácil y la huida al esfuerzo; nos esta haciendo proclives a otra forma de violencia "la matanza por la tenencia rápida y mal habida"; donde concursan todas las tradiciones ladinas de algunas personas oscuras.

No nos victimicemos, no nos hagamos victimas de hechos directos cuando no lo somos, hagamos claridad; para clasificar a las víctimas directas, el criterio debe ser amplio y aplicarse a nivel individual, familiar, sin olvidar que hay hechos de violencia que afectan a la sociedad y por ende a la colectividad, pero que la victima directa es la que tiene un sufrimiento profundo, incomparable con la preocupación y el dolor colectivo que el hecho violento pueda ocasionar; esto lo digo por que la mayoría de las personas se victimiza y arremete sin respeto por el otro; alegando que cualquier incompatibilidad ya de hecho supone una agresión, por que los colombianos; tenemos la horrorosa costumbre de personalizar todo lo que nos pasa y cualquier hecho aislado nos parece un ataque directo, reflexionemos sobre esto y descubriremos que peleamos por nada o por cosas verdaderamente sin importancia.

La paz se consigue desarmando el corazón y liberando las tensiones emocionales. Bienvenida la gente que se alza en "almas" y desde su interior; siembran para las futuras generaciones. Bienvenida la conciliación, la reconciliación, bienvenida la paz, bienvenidos los hombres y las mujeres de buenas intenciones, bienvenidos aquellos y aquellas que se suman a un mejor país, a una mejor convivencia, a unos mejores acuerdos, bienvenidos los que se comprometen. Yo me comprometo.

Tengamos en cuenta que en la convivencia se deben expresar los egos, los desacuerdos, los sueños, las necesidades, las incompatibilidades, los desencuentros, los resentimientos y las dificultades, los inconformismos, las experiencias, el dolor de duelos no resueltos, en fin…, pero no por eso; debemos perder el sentido de convivencia; tenemos que seguir concretando cosas, amistades, acuerdos, trabajos, cooperación, sueños, planes, bienestares, desarrollo sostenible, proyectos, en fin…, solo tenemos que ponernos de acuerdo en algunos mínimos; que nos permitan hacer una convivencia pacifica, respetuosa, armónica y ante todo una convivencia propia de seres racionales.

No desconozcamos las necesidades individuales; todos las tenemos; pero tengamos en cuenta que hay necesidades que son colectivas y son esas las prioritarias; al menos hablando en este caso en cuanto a acuerdos de convivencia para la paz.

Las necesidades internas son propias de todos los seres humanos, ninguno podemos escaparnos de estos dolores endógenos, pero vale la pena detenernos y pensar un poco en que estas; son mis propias exigencias, y no puedo; ni debo, hacer victima a los demás de mis insatisfacciones; ellas son solo mías y punto.

Tratemos de definir algunos lineamientos que nos podrían permitir vivir en paz y además con algo de decoro.

Quiero en este punto hacer una claridad; cuando hablo de paz, no me refiero a esa paz sin conflicto, me refiero a la paz, donde prima la justicia y los acuerdos de convivencia, esto lo digo porque por naturaleza el ser humano es conflictivo y siempre desea ser la diferencia, esta condición es un legitimo acto del hombre, la violencia de las armas, de las bombas, de los desacuerdos, de las masacres y demás actos desobligantes; son actos horriblemente humanos, respeto desde luego; cualquier otra opinión o posición.

Pongámonos de acuerdo en algo:

(1) Debemos sentar las bases de una convivencia reconciliada; lograda esta desde la conciliación interna para luego pretender llegar a una conciliación externa, esto quiere decir que; debemos ponernos de acuerdo primero con nosotros mismos (que es lo que quiero o pretendo) para luego ponernos de acuerdo con los demás, algo así como empezar en casa, tal cual; mis pretensiones; no pueden ser imposiciones colectivas, entiéndase que todos contamos y el beneficio es para todos, lo individual corresponde al fuero interno; en muchas ocasiones ceder es ganar. A veces; adoptamos posiciones que corresponden solo con nuestra conflictiva interna.

(2) Desarrollemos habilidades y destrezas para la prevención de conflictos destructivos, primero internos es decir; propios del individuo, debemos preguntarnos, como soy yo, como soy con mi familia, con mis hijos, con mi pareja, con mis vecinos, con el entorno, con los demás ciudadanos, con las personas que trato, con mis compañeros y mis pares; es de esta forma, que nos ponemos de acuerdo con nosotros mismos. Una mente en desacuerdo interno y además, sin reflexión; no ve mas allá que sus propias alucinaciones y delirios.

(3) Entendamos que el compromiso con una cultura de la paz; ha de ser cotidiano, permanente, seré un buen referente, primero en casa y luego fuera de ella; haré que esto se convierta en hábito para que luego sea una norma para mí; en este caso seré yo quien haga la diferencia, todo el tiempo estaré en disposición de rechazar actos violentos y denigrantes; primero en mi persona y después en la persona de los demás, la paz es, y ha de ser; coherencia, la paz también es equilibrio endógeno.

(4) No olvidemos las barbaries no las condenemos al olvido (los hechos violentos no se deben olvidar; máxime cuando se involucran personas y grupos humanos) No seamos indiferentes recordemos siempre; eso de alguna forma garantiza que no se vuelvan a repetir, no nos fallara la memoria, por nuestro país y por nuestros hermanos de especie; siempre condenaremos los actos violentos, llámense como se llamen, la condena a la violencia será un imperativo; será mi imperativo. No seré cómplice del delito con mi silencio ni con mi indiferencia.

(5) Exigiré verdad, justicia y paz y estaré en condiciones de responder exactamente de la misma forma, (tengo derechos pero también tengo obligaciones) no me sentare a esperar lo que no se me debe, responderé por mis hechos, entenderé como imperativo que si quiero (verdad, justicia y paz), pues; como consecuencia lógica seré, (sincero, justo, y pacifico) con los demás miembros de la especie, es así de sencillo y serio el compromiso.

(6) Trabajemos desde nuestras disciplinas en la búsqueda de socorro, de atención médica, de atención social y psicológica para todas las personas que lo requieran, apoyemos todas las causas que promocionen el bienestar y los talentos de nuestros hermanos de especie. En el ejercicio de nuestras profesiones nos desempeñaremos con talento benefactor; no haremos nada que perjudique económica, social, psicológica a ninguna persona. Promocionaremos el bienestar y la salud de los ciudadanos, seremos decorosos; entenderemos que se espera mucho de nosotros como profesionales y como ciudadanos educados en voluntad y en convivencia para la paz. La paz, la construimos entre todos, es decir; es mi responsabilidad y es tu responsabilidad.

(7) Creeremos en el horror que produce una tragedia y las consecuencias que esto conlleva. Respetaremos el dolor ajeno, entenderemos el dolor y no lo aumentaremos en estas personas; ni en ninguna otra. Desde nuestra profesión si esta el atenderles; lo haremos con decoro y genuino interés; son nuestros hermanos de especie, entenderemos que cualquier daño a uno de ellos, es un daño legitimo a la espacie, debemos obligarnos a sentir dolor de especie y a verlos como lo que son, otro yo, (el compromiso es sencillo; no necesitamos ser un Mesías; vasta nuestro genuino interés y nuestra voluntad)

(8) Condenaremos desde todo punto de vista los actos violentos, no seremos agentes violentos, seremos conciliadores, pondremos en práctica actitudes de convivencia, solidaridad y resolución. Promocionaremos los acuerdos entre las personas, permitiremos que cada uno exprese sus inconformidades y haga público sus desacuerdos. "Liberando a las personas de tensiones emocionales liberaran las armas".

(9) Trabajaremos siempre por la paz, formando, educando, transformando, comprometiéndonos desde nuestra profesión; cualquiera que esta sea en la consecución de un mejor país, y de un mejor mañana, no seremos cómplices de tratos inhumanos, no seremos cómplices de las blasfemias, no seremos cómplice del engaño; ni de condición alguna que degrade la especie.

(10) El "nunca mas" no nos será ajeno; no a los hechos dolorosos y crueles, no a las violaciones, no a la barbarie, no al secuestro, no a la tortura, no a las desapariciones, no a las bombas, nunca mas dolor, nunca mas barbarie, nunca mas desplazados, nunca mas ataques terroristas, nunca más mentira, nunca más infelicidad, nunca más monstruosidades, nunca mas indiferencia, nunca mas olvido. Yo me comprometo.

La educación para la paz también se puede desarrollar fuera del las aulas, mediante actos públicos, intervenciones terapéuticas, atención medico-psiquiátricas, actividades lúdicas y dialogo con las personas en las comunidades, en los barrios, en los pueblos, en las iglesias, es decir; escenarios hay muchos para hacerlo, solo falta tu compromiso; se un transformador.

El compromiso con la cultura de la paz, no sólo debe ser de víctimas, victimarios y facilitadores; es también cuestión de la sociedad en general, es decir; es cuestión que a todos nos corresponde. Merece la pena recordar que siempre estamos a la espera de que alguien nos resuelva nuestros problemas, y en muchos casos la vida y no; este problema, es de todos los colombianos; no es del presidente, no es del alcalde, no es del ejercito, no es de la policía; el compromiso con la cultura de la paz, es un proyecto que solo le corresponde a seis personas, (yo, tu, el, nosotros, vosotros y ellos) no huyamos del esfuerzo, comprometámonos. Yo me comprometo.

Empecemos a pensar diferente

(1) Es necesario desarrollar formas diferentes de pensar, de sentir, de actuar, de interpretar, en fin: (el sentido de pertenencia y fidelidad a la patria, el sentido de responsabilidad, la vida, la muerte, la pobreza objetiva y subjetiva, Dios, el sexo, la familia, los hijos, el ser, el estar, el deber, el trabajo, el estudio, lo social, el concepto de propiedad, de privacidad, de colectividad, de democracia, de existir, de hablar, de exigir, el otro, los otros, etc.) hagamos una nueva lectura de estos puntos, merece la pena la verdad.

Muchas veces tomamos decisiones con un garrote y resolvemos problemas con un revólver, (espero no ser percibido como psicopático)

(2) Hay que partir de la paz interior; de esa paz positiva que hace posible que el ser humano se desarrolle con todas sus capacidades y talentos, tenemos que trabajar nuestros afanes belicosos, nuestras manías y nuestros conflictos internos, te juro; no es nada del otro mundo, vasta con un poco de voluntad y ganas de crecer como persona y como sociedad. Tú puedes, y eres indispensable, además; esto no lo logramos sin tu compromiso; recuérdalo.

(3) Hay que narrar los hechos tal como sucedieron en verdad; no aumentar las cosas desagradables, hay que asumirlas como fueron en realidad; o de lo contrario; nunca podremos apropiarlas y mucho menos transformarlas, no juguemos a ser la victima cuando no lo somos en realidad, todo lo que se construye con mentiras; se colapsa por las verdades, se genuino se honorable.

(4) Desvincular la relación entre conflicto interno emocional y conflicto generado por las relaciones interpersonales; es en este ultimo donde encontramos diferentes variables, muchas veces hacemos de algo sin importancia un hecho verdaderamente violento o catastrófico, es ahí; donde encontramos el verdadero reto, la valoración objetiva de lo que nos pasa; es de hecho la mejor opción y es esto; lo que nos habilita para entrar en disposición de hacer la paz.

El resentimiento es mi problema, y como tal lo asumo, asimismo; me comprometo con una mejor conducta. Nadie es más responsable que yo, de las valoraciones subjetivas que hago frente a mi propia vida y circunstancias.

Entenderé que los conflictos se asumen desde métodos serenos, creativos y solidarios, las imposiciones solo acarrean resentimientos y rencores.

Los resentimientos y los rencores, se constituyen en la piedra angular de la violencia, una persona rencorosa y resentida; es una bomba inteligente.

Habilidades que hemos de desarrollar y tener en claro:

(1) Nada justifica la violencia, nada ni nadie puede legitimar el terror.

(2) Las respuestas violentas; solo agravan el conflicto y muchas veces lo prolongan en el tiempo.

(3) Lo que logramos con métodos violentos, mentirosos y mañosos; sólo lo podemos mantener con los mismos métodos, el que imita al malvado siempre lo supera.

(4) Debemos entender que el fin no justifica los medios, ningún ser humano ha de ser visto como medio; el ser humano es un fin en sí mismo.

(5) Lo bien logrado, lo decoroso, lo cristalino; llevará en su fin la paz y la nobleza; estos actos constituyen el honor de los hombres y la grandeza de las naciones es así; como empiezan las grandes trasformaciones, las naciones se hacen grandes primero en el corazón de sus ciudadanos; y luego son las manos de estos ciudadanos; las que hacen y modelan la grandeza.

Recordemos (a riesgo de parecer fatigoso) que en nuestra sociedad parece ser; que a menudo quien obtiene más es quien más grita, mas pega, mas falsifica pruebas, mas corrompe, mas roba, mas difama y mas mata inclusive, vamos a terminar con eso; todos los colombianos vamos a denunciar al corrupto, al matón, al ladrón, al que amenaza, al traficante, los colombianos no vamos a comer más cuento, de ahora en adelante en Colombia pierden los corruptos, los mañosos, los mafiosos y todas esas entidades que justifican su existencia, matando secuestrando, torturando, poniendo bombas y atentando contra nuestros hombres y nuestras mujeres insignes, contra nuestra patria y además; traficando y mintiéndole al país y aun a los vecinos, no mas adefesios de esos, todos con el gobierno, todos con lo que hemos construido como democracia.

Si a nuestras instituciones, si a nuestro ejército, si a nuestra policía, si a nuestros jueces, si a nuestros fiscales, si a todas las instancias que soportan nuestra democracia y le dan forma a nuestra bien amada libertad, si a los diálogos de paz. Yo me comprometo.

Si a la democracia, no a los violentos. Yo me comprometo.

(6) No debemos satanizar a las personas, ni a los actores del conflicto; por que ellos son eso precisamente; personas, solo que eligieron otro régimen para justificar su existencia, es conveniente no etiquetar a las personas por sus comportamientos; recordemos el principio de dignidad que tenemos todos como sujetos de derechos; esto es notable para la salud del dialogo y el proceso de conciliación nacional a la cual nos veremos evocados prontamente, lo hecho; ya fue hecho, no esperemos la hora de la venganza; esperemos la hora de la justicia para el bienestar de todos los colombianos, yo me sumo a la conciliación, yo me sumo a la paz, yo me sumo al perdón que se puede otorgar, yo me sumo a un país mejor, yo me sumo a la desmovilización y al sometimiento, yo me sumo a la paz, yo me sumo al compromiso. Debemos condenar los hechos de barbarie desde todo punto de vista, pero también; debemos ser compresivos con las personas; es la hora de la justicia y que sea ella; la que juzgue los hechos, no a la venganza. Yo me comprometo.

(7) El otro es una realidad importante; se que tenemos puntos de vista distintos; pero es trascendental como yo; es otro yo al que hay que reconocer, hay que tener sensibilidad ante sus necesidades. Sus alegrías, tristezas y sus sueños muchas veces se parecen a los míos, le rinde honores a la misma bandera y también sueña con un país mejor, el y yo, somos lo mismo; no desconozcamos eso; no olvidemos por un solo momento que es un colombiano, un hermano de especie y tenemos que acogerlo. Los colombianos tenemos que aprender a perdonar y empezar a vivir sin esa carga emocional delirante que se hace tan pesada con el paso del tiempo; ya estamos cansados de barbaries, empecemos a educarnos para la paz, eduquémonos en voluntad por nuestros hijos, por un país mejor, por un mejor mañana, aún estamos a tiempo, pensemos en la generaciones de colombianos y colombianas que aun no nacen, dejémosles un país prospero, no un país en ruinas; que bueno que puedan vivir en paz estos ciudadanos y ciudadanas, bienvenidas las generaciones futuras, bienvenidos los niños y las niñas que tienen la gracia de transformarlo todo con su encanto, inocencia y sonrisa, bienvenida la paz que hay en la sonrisa genuina, en la mirada sincera, en los acuerdos, en la elegancia, en el decoro, en la mano amiga, en el respeto que merecemos todas las personas, en el interés por el país; y en las instituciones que soportan nuestra democracia; las cuales, garantizan nuestras libertades, en fin…, . Yo me comprometo.

(8) Descubramos entre todos lo que nos une y lo que nos estimula; no busquemos lo que nos separa; sino aquello que nos une, busquemos aquello que nos permita entender que somos de los mismos, que somos colombianos y colombianas y que todos tenemos una gran responsabilidad con la paz nacional, con la conciliación, con el perdón; tenemos un gran compromiso con todos; porque todos somos responsables de todos, ningún ciudadano colombiano se puede sustraer a este compromiso; la transformación y la toma de conciencia es el imperativo nacional actual; es así de simple, y serio el compromiso. Yo me comprometo.

Partes: 1, 2
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