Viruela
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Es una enfermedad infectocontagiosa virósica transmisible, de fácil difusión y de notificación obligatoria internacional. Es la enfermedad eruptiva más grave, pero en nuestro país esta erradicada.
Es un virus muy resistente a la desecación y al frío, pero es sensible al calor, por eso la enfermedad es más común en el invierno. Puede vivir en estado latente durante un tiempo prolongado. La diseminación en el organismo humano se realiza a través de la sangre.
Este virus fue aislado en el año 1947. Su reservorio es el hombre.
Esta enfermedad tiene un período de incubación muy rápido, de 10 a 72 horas. Se inicia bruscamente con fiebre muy alta (41°) , escaloifrío, vómitos y dolores en diversas partes del cuerpo. Luego desciende la temperatura y aparece una erupción de manchas rojas que al tercer día se transforma en vesículas de líquido claro, que al sexto día se hace purulento, al decimo día se produce una descamación , que deja cicatrices bien marcadas.
Existen dos tipos de viruela: variola mayor, la típica viruela que, con una tasa de mortalidad del 20% o más en personas no vacunadas, puede también causar ceguera; y variola menor, una forma mucho menos letal de la enfermedad (mortalidad inferior al 1%).Las fuentes de infección son las secreciones del aparato respiratorio.
El contagio es interhumano(de hombre a hombre). El virus entra por los aparatos respiratorio y digestivo, y luego se instala en las vesículas o pústulas que se forman en la piel.
Hay contagio desde la aparición delos primeros sintomas y durante 2 a 3 semanas.
La transmición puede ser:
- Directa: Por via aerea. Por las gotitas de Flügge o por contacto con las púspulas.
- Indirecta: A través de objetos contaminados como la ropa del enfermo. o por los virus que transportan las moscas en sus patas.
Aparece por brotes epidémicos, pero existen focos muy importantes en la India, a pesarde lo cual hoy en día casi se ha conseguido erradicar la enfermedad
- Vacunación , esta confiere inmunidad durante varios años.
- Revacunación.
- Aislamiento hasta el desprendimiento de las costras.
- Aislamientos de los contactosy su vacunaión sistematica.
- Notificación obligatoria.
Impacto mundial de la vacunación
Hasta la fecha, la viruela es la única enfermedad que se erradicó por completo; el último caso informado en el mundo se remonta a 1977. De no haberse eliminado, la humanidad seguiría pagando un elevado precio a este terrible flagelo. De hecho, la inmunización con la vacuna contra la viruela (elaborada en base a virus atenuados vivos) probablemente resultaría fatal para muchos individuos con problemas inmunológicos infectados con el virus del SIDA, que comenzó a cobrar un gran número de víctimas a principios de los 80. Una demora de unos pocos años en el programa de erradicación global habría frustrado su éxito y obligado al desarrollo de otra vacuna para proteger a las personas con HIV.
Si no estuviera erradicada la viruela, la OMS ciertamente la incluiría en su lista de las seis enfermedades infecciosas más letales del mundo. Sin el enorme esfuerzo de erradicación y los 300 millones de dólares invertidos en el Programa Intensificado de Erradicación de la Viruela, este azote seguiría cobrando millones de vidas al año y costaría a los gobiernos millones de dólares en gastos médicos.
La vacunación contra la viruela se inició en 1800 en los Estados Unidos, pero no se administró en forma rutinaria hasta principios del siglo XX. En los Estados Unidos, se registraron un total de 21.064 casos de viruela en 1900, de los cuales 894 resultaron fatales. Cada año entre 1900 y 1904, se atribuyeron un promedio de 48.164 casos de viruela y 1.528 muertes a una de las dos formas de la enfermedad (variola mayor y menor) en los Estados Unidos.
En los Estados Unidos, se registraron 102.791 casos de viruela en 1921, y 30.151 en 1931. De 1932 a 1939, se informaron entre 5.000 y 15.000 casos cada año, mientras que las tasas de mortalidad asociada variaron entre 23 y 52 muertes. Se desataron epidemias de variola mayor a principios de la década de 1900, luego cesaron en 1929. La cantidad de epidemias de variola menor comenzaron a declinar en la década de 1940, y el último caso de viruela registrado en Estados Unidos data de 1949.
Los datos de países que experimentaron un resurgimiento de la viruela luego de varios años de ausencia proporcionaron información valiosa sobre el impacto de la vacunación en cuanto a la supervivencia a largo plazo. De los 680 casos de variola mayor que se importaron a Europa, la tasa de mortalidad de sujetos no vacunados era del 52%, mientras que era sólo del 1,4% en individuos que habían sido vacunados más de 10 años atrás y del 11,1% en los vacunados por más de veinte años.
Gracias a la vacunación, la viruela había desaparecido hacia 1900 en varios países del norte de Europa. En 1914, las tasas de incidencia se habían reducido en forma significativa en la mayoría de los países industrializados.
No obstante, durante este mismo período, entre 1910 y 1914, se desató una epidemia en Rusia, que cobró las vidas de 200.000 rusos y casi 25.000 habitantes de los países europeos vecinos.
En la década de 1920, los programas de vacunación detuvieron la expansión de la viruela en varios países europeos, y para la década de 1930 los únicos casos eran importados, con la notable excepción de España y Portugal. La viruela siguió siendo endémica en estos dos países hasta 1948 y 1953, respectivamente. En Canadá, la propagación de la viruela llegó a su fin a principios de los 40, mientras que en Japón se la detuvo cerca de 1950.
En 1966, la Asamblea Mundial de la Salud decidió asignar a la OMS un presupuesto anual de 2,4 millones de dólares para organizar una campaña para erradicar la viruela. Se esperaba que el programa durara 10 años y cumpliera sus objetivos hacia diciembre de 1976.
En 1967, durante el primer año del Programa Intensificado de Erradicación de la Viruela, se informaron un total de 131.789 casos de viruela en 44 países. La viruela se consideraba endémica en 31 de esos países, incluyendo Brasil, la mayor parte del sub-Sahara africano, India, Indonesia, Nepal y Pakistán. Los estudios indicarían más adelante que sólo se informaba el 1% de los casos, y que la cantidad real de casos anuales se encontraba entre 10 y 15 millones, de una población total de unos 1,2 mil millones.
La viruela endémica se erradicó de 20 países en el oeste y centro de África en 1970, en Brasil en 1971 y en Indonesia al año siguiente. La incidencia de la viruela se derrumbó en forma drástica en 1972, con casos informados en ocho países endémicos en África y el sudeste de Asia. Por último, se erradicó la viruela endémica del continente asiático en 1975. La difusión de la enfermedad se detuvo en Etiopía en 1976 y en Somalía el 26 de octubre de 1977, fecha del último caso natural de viruela.
Se informaron dos otros casos luego, en 1978, por contaminación en un laboratorio. Estos casos accidentales fueron de hecho los últimos.
El 8 de mayo de 1980, la OMS declaró que la viruela se había erradicado efectivamente.
El costo general del programa fue de 300 millones de dólares, de los cuales 98 millones se destinaron a asistencia internacional. La erradicación de la viruela mediante la vacunación permitió a los Estados Unidos abandonar las tareas de prevención y tratamiento de la viruela, en particular los programas de inmunización masiva en 1971.
En una década, este emprendimiento sin precedentes hizo posible erradicar por completo la viruela, enfermedad que había afectado, desfigurado y matado a millones de personas en todos los tiempos.
En Gran Bretaña, la observación de que los ayudantes de establo y las ordeñadoras eran en apariencia inmunes a la viruela se atribuyó por lo general a la exposición anterior a la vaccinia. Esta enfermedad, conocida comúnmente como viruela vacuna, es una enfermedad infecciosa caracterizada por la erupción de un rash pustular en vacas que causa sólo síntomas de poca importancia y lesiones cutáneas en el hombre.
Edward Jenner, un boticario y cirujano de Berkeley, ubicado en el condado rural de Gloucestershire, había notado que los que habían sufrido previamente viruela vacuna demostraban resistencia cuando se exponían a la viruela, y que esta protección podía extenderse hasta 53 años. Con la ayuda de su sobrino, Henry Jenner, recopiló datos epidemiológicos de 28 individuos, los que proporcionaron la evidencia para fundamentar su hipótesis de que la inoculación con viruela vacuna podía prestar un servicio enorme a la humanidad.
El 14 de mayo de 1796, tres días antes de cumplir 47 años, Jenner comenzó un experimento crucial. Extrajo pus de una pústula de la mano de Sarah Nelmes, una ordeñadora que había contraído viruela vacuna de su vaca lechera "Blossom", e inoculó a James Phipps, un niño saludable de 8 años, mediante dos incisiones superficiales. El niño desarrolló una leve enfermedad entre el 7º y el 9º día. Se formó una vesícula en los puntos de inoculación, que desapareció sin la menor complicación. El 1º de julio, se inoculó al niño con la temida viruela mediante varios pinchazos e incisiones leves, pero no se enfermó.
Jenner publicó sus resultados en 1798 a su propio costo, en una monografía hoy famosa titulada: "Investigación de las causas y efectos de la vacuna antivariólica". Al hacerlo, acuñó el nombre en latín para la viruela vacuna, variolae vaccine.
En todas sus publicaciones, Edward Jenner utilizó el término "vaccine" (vacuna) para el virus y la enfermedad, sin emplear jamás la palabra "vacunación". Este término fue utilizado por primera vez en 1800 por Richard Dunning, un cirujano de Plymouth, con la aprobación de Jenner. Luego, la palabra sería adoptada por Louis Pasteur. En 1881, Pasteur empleó por primera vez la palabra "vacuna" en sentido general ("Le vaccin du charbon, Comptes rendus de l'Academie des Sciences de Paris") y propuso que se emplearan las palabras "vacuna" y "vacunación" como términos generales durante una conferencia internacional en Londres.
La vacunación se introdujo en las colonias españolas del Nuevo Mundo mediante transfusiones de brazo a brazo entre niños huérfanos. En cinco años, la monografía "Investigación …" de Jenner se tradujo a otros seis idiomas: holandés, francés, alemán, italiano, portugués y latín. Poco a poco la vacunación reemplazó a la variolación (inoculación de un sujeto sano con una aguja que penetra la piel con una pequeña cantidad de pus obtenido de un sujeto infectado con una forma benigna de viruela, dejando grandes espacios de piel sana entre pústulas), que fue prohibida en Gran Bretaña en 1840. La vacunación de niños pequeños contra la viruela fue obligatoria en 1853, y se prohibió la vacunación de brazo a brazo en 1898.
Los historiadores calculan que la viruela apareció por primera vez en el momento en que el hombre realizó sus primeros asentamientos agrícolas, hace unos 10.000 años. La primera prueba tangible de su existencia provino de momias egipcias pertenecientes a la XVIII dinastía (1580-1350 antes de Cristo) y la del Faraón Ramsés V (1157 A.C.). Sin embargo, las primeras descripciones conocidas de la enfermedad no se realizaron hasta el siglo IV D.C. en China y el siglo X D.C. en el sudeste asiático.
La viruela no se importó a Occidente hasta el siglo XVI. Luego siguieron epidemias catastróficas que literalmente diezmaron las tribus de indígenas americanos y aniquilaron los imperios azteca e inca. La viruela se había convertido en una enfermedad mundial. En Asia, donde era prevalente la variola mayor, las tasas de mortalidad promedio eran del 20%, pero se elevaban al 40% o al 50% en niños menores de un año.
En Europa, a fines del siglo XVIII, unas 400.000 personas sucumbían por viruela cada año, y un tercio de los sobrevivientes quedaban ciegos. No menos de cinco reyes murieron de viruela en el siglo XVIII, enfermedad que alteró la línea de sucesión de los Habsburgo cuatro veces en cuatro generaciones.
Hacia fines del siglo XIX, las únicas epidemias conocidas de viruela eran de variola mayor. La variola menor se describió por primera vez en Sudáfrica y los Estados Unidos. Se volvió la forma más prevalente de la enfermedad en todos los Estados Unidos, en ciertas regiones de Sudamérica y en Europa, así como en ciertas regiones del este y sur de África.
En los siglos recientes, la viruela se convirtió en una de las enfermedades más temidas, dado que podía atacar en cualquier lugar y no existía un tratamiento efectivo. A diferencia de la malaria y la fiebre amarilla, la viruela no requería de un vector, y podían desatarse epidemias en cualquier momento, independientemente de la estación del año. Además, las mejoras en los servicios sanitarios y las condiciones de vida, que tenían un efecto positivo sobre la incidencia del cólera y la fiebre tifoidea, no tenían tal efecto sobre la viruela.
En la época de Jenner, la vacunación se practicaba en Gran Bretaña por transfusión de brazo a brazo, a diferencia de lo que se hacía en el resto de Europa. Se descubrió que la vacuna se podía transferir sucesivamente de un individuo a otro sin perder sus propiedades.
La Conferencia de Lyon de 1864 marcó el comienzo de la producción masiva de la vacuna contra la viruela cultivada en cuero de ternero, método iniciado a principios del siglo XIX por investigadores italianos. La vacuna se formulaba en base a pústulas que se formaban luego de inocular al ternero en varios lugares. El extracto luego se molía en un mortero y se suspendía en glicerina. No fue sino hasta 1925 que se adoptaron reglamentaciones sobre calidad de las vacunas en Gran Bretaña o en cualquier otro país.
A principios de la década de 1950, Collier finalmente desarrolló un método para producir una vacuna liofilizada activa en escala comercial. Este desarrollo persuadió al Director General de la OMS de que propusiera un programa de erradicación global de la viruela en 1953. Su decisión se vio motivada por el hecho de que la URSS había eliminado con éxito la viruela en los 50 mediante una campaña de vacunación y revacunación masiva obligatoria que logró una tasa de cobertura por vacuna superior al 80%.
La decisión de organizar campañas de vacunación masivas contra la viruela fue tomada por la Asamblea Mundial de la Salud en 1959. Esta iniciativa trajo aparejada la eliminación de la viruela en varios de los países endémicos menores, pero hacia 1965 quedó claro que se necesitaba un programa mucho más amplio e intensivo. Esto marcó el inicio del famoso Programa Intensificado de Erradicación de la Viruela, que se basó en dos elementos para su éxito: un abastecimiento adecuado de vacuna de alta calidad, seguido de supervisión y contención. Durante este período, la OMS distribuyó 465 millones de dosis de vacuna en 27 países. Cada año de 1967 a 1979, la OMS despachó entre 15 y 45 millones de dosis de vacuna a los países endémicos.
Antes de 1967, la vacunación se realizaba mediante un método de escarificación o una técnica de presión múltiple. El Programa Intensificado brindó la oportunidad de desarrollar nuevos métodos. Primero llegó la pistola de inyección, y luego la aguja bifurcada ¾mucho más efectiva¾ que aplicaba una única dosis de vacuna. Luego de sumergir las agujas en un vial de vacuna reconstituida, la dosis se depositaba sobre la piel y se realizaban 15 pinchazos verticales a través de la gota.
En los países endémicos, que hasta la Primera Guerra Mundial incluían a casi todo el mundo, la vacuna contra la viruela se recomendaba en forma universal, con una revacunación cada 3 a 10 años. Los niños vacunados entre los 3 y los 12 meses de edad eran la única excepción porque a menudo no resultaba efectiva si se aplicaba antes.
Con la mejora de las vacunas en la década de 1920, los doctores franceses y alemanes demostraron que la vacunación en el nacimiento era efectiva. No obstante, a medida que declinaba la incidencia de la viruela, se hizo cada vez menos común la administración de vacunación inicial a neonatos.
Lunes, 12 de Noviembre del 2001.
Prueban vacuna contra la viruela ante temor de guerra biológica
La firma británica de biotecnología Acambis Plc anunció que pronto comenzará a hacer pruebas con una nueva vacuna contra la viruela para Estados Unidos, por el temor de una guerra biológica tras los ataques en Nueva York y Washington. La atención se enfocó en la vulnerabilidad de Estados Unidos ante las armas biológicas, después de que secuestradores aéreos estrellaron tres aviones contra el World Trade Center y el Pentágono la semana pasada y causaron la muerte de miles de personas. Los ataques han dado una nueva urgencia al trabajo de Acambis, a la que el gobierno de Estados Unidos pidió hacer una vacuna contra la viruela que satisfaga los patrones modernos de seguridad, más de 20 años después que la mortal enfermedad fuera considerada erradicada oficialmente. Científicos dicen que la viruela y el carbunclo (ántrax) representan las mayores amenazas de guerra microbiológica, pero sólo la viruela, una erupción pustulosa de la piel contagiosa y mortal que se acompaña de dolor y fiebre, tiene la posibilidad de convertirse en una pandemia, o epidemia mundial. Acambis dijo que espera comenzar las pruebas clínicas con su vacuna a principios del próximo año. "Se está realizando un esfuerzo mayor en este contrato, con cerca de una quinta parte de nuestras 100 investigaciones y con el desarrollo de personal comprometido en el proyecto", dijo el presidente ejecutivo John Brown. Acambis tiene que entregar las primeras dosis de la vacuna a Estados Unidos en el 2004, pero Brown dijo que el proceso no puede acelerarse. "Haremos todo lo posible por satisfacer este importante requerimiento", dijo en una entrevista. A los estrategas militares les preocupa que algunas muestras de virus producidas en la ex Unión Soviética ante la Guerra Fría caigan en manos de grupos militantes o estados hostiles. La vacuna original contra la viruela, que tiene su origen en el siglo XVIII, era simplemente una dosis tomada de una pústula de una enfermedad del ganado vacuno que, al parecer, inmunizaba a los ordeñadores. La vacuna, que se cultiva en terneras, no satisface los requisitos modernos de seguridad.
En el contrato de 20 años con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, Acambis hará una entrega inicial de 40 millones de dosis de su vacuna producida en este laboratorio.
Ciencia y Tecnologia
Septiembre 21, 2001 21:56:49
INFORME ESPECIAL / LA GUERRA QUE VIENE: LA UTILIZACION DE VIRUS COMO ARMAS DE ATAQUE
La viruela y la peste, dos plagas que asolaron a la humanidad
Los primeros intentos de diseminar enfermedades entre el enemigo se remontan a la Edad Media · Les arrojaban cadáveres infectados en los castillos
Enfermedades como la viruela o la peste provocaron, en distintas épocas de la historia, estragos en la humanidad. Sus efectos fueron terribles hasta que la ciencia logró su erradicación. Ahora, la posibilidad, advertida tanto en Estados Unidos como en algunos países europeos, de ataques terroristas con armas químicas o biológicas ha reinsertado el temor de que el mundo se vea enfrentado a flagelos que ya se creían extinguidos. Los primeros intentos de diseminar enfermedades entre los soldados o poblaciones enemigas se remontan a varios siglos. En la Edad Media los asedios militares eran rotos arrojando cadáveres infectados sobre los muros de los castillos para provocar epidemias y plagas. De la misma forma que antaño, pero con instrumentos más sofisticados y eficaces, los ataques bioterroristas podrían reinstalar enfermedades y plagas que en la antigüedad fueron devastadoras. La viruela, esa enfermedad que deja cicatrices en la cara y en el cuerpo y era causada por un virus llamado el virus de la variola, provocó estragos hasta su erradicación. El último caso del virus tuvo lugar en Somalía, en 1977. Y en 1980, la Organización Mundial de la Salud retiraba la vacuna del mercado. Según el informe Promed, que circula de manera selecta entre médicos y científicos, allí radica el gran conflicto que plantea el tema de la viruela. Un ataque terrorista con este virus, encontraría a enorme cantidad de población desprotegida, porque al no haberse vacunado tampoco tienen los anticuerpos. "Los beneficios y riesgos de poner la vacuna en circulación aún están siendo examinados", indica el Promed. Ocurre que ello también significaría habilitársela a los grupos terroristas. En tiempos de la epidemia, la viruela causó estragos, especialmente entre ancianos, embarazadas y personas con bajas defensas. Ocurre que una vez que se dispersa es muy contagiosa. Se transmite muy fácilmente a través de la tos y los estornudos. Con una incubación de diez a quince días, su evolución tiene cuatro estadios: invasión, erupción, supuración y desecación. La más grave de sus presentaciones es la llamada "hemorrágica negra". El Promed informa que hay dosis de vacunas almacenadas en el Centro de Control de Enfermedades, de Atlanta, Estados Unidos, y en el Instituto para las Preparaciones Virales, de Kolstsovo, Rusia. El informe agrega que no se conoce la existencia de virus de viruela en otros países. Pero sostiene que las 15 millones de dosis existentes en Estados Unidos están muy lejos de la cantidad necesaria frente a un ataque terrorista. Por otra parte, la peste es una enfermedad muy contagiosa y produce una enorme mortandad entre los hombres y animales. Es muy fácilmente transmisible entre regiones. Se da en tres formas: bubónica, septicemia y neumónica. La muerte tiene lugar entre el 2° y 4° día después de haber aparecido los primeros síntomas. La peste bubónica, o negra, asoló Europa y Asia entre los siglos XIV y XVI. Durante mucho tiempo se ha culpado a la peste bubónica de ser la causante de la muerte de más de un cuarto de la población europea en la Edad Media, aunque ahora surgió la teoría -no comprobada totalmente- de que la denominada peste negra se dio por un virus muy parecido al ébola, que se transmitía directamente de una persona a otra.
Vacunas contra una guerra biológica
Comenzarán estudios para evitar epidemia de viruela
LONDRES (Reuters) – La firma británica de biotecnología Acambis Plc dijo este jueves que pronto comenzará a hacer pruebas con una nueva vacuna contra la viruela para Estados Unidos, por el temor de una guerra biológica tras los ataques en Nueva York y Washington.
Viruela: una fuerte amenaza
La atención se enfocó en la vulnerabilidad de Estados Unidos ante las armas biológicas, después de que secuestradores aéreos estrellaron tres aviones contra el World Trade Center y el Pentágono la semana pasada matando a miles de personas. La atrocidad le ha dado una nueva urgencia al trabajo de Acambis, a la que el gobierno de Estados Unidos pidió hacer una vacuna contra la viruela que satisfaga los patrones modernos de seguridad, más de 20 años después que la mortal enfermedad fuera considerada erradicada oficialmente. Científicos dicen que la viruela y el carbunclo (ántrax ) representan las mayores amenazas de guerra microbiológica, pero sólo la viruela, una erupción pustulosa de la piel contagiosa y mortal que se acompaña de dolor y fiebre, tiene la posibilidad de convertirse en una pandemia, o epidemia mundial. Comenzarán pruebas científicas Acambis dijo que espera comenzar las pruebas clínicas con su vacuna a principios del próximo año. "Se está realizando un esfuerzo mayor en este contrato, con cerca de una quinta parte de nuestras 100 investigaciones y con el desarrollo de personal comprometido en el proyecto", dijo el presidente ejecutivo John Brown. Acambis tiene que entregar las primeras dosis de la vacuna a Estados Unidos en el 2004, pero Brown dijo que el proceso no puede acelerarse. "Haremos todo lo posible por satisfacer este importante requerimiento", dijo en una entrevista. Estrategia de vacunas A los estrategas militares les preocupa que algunas muestras de virus producidas en la ex Unión Soviética durante la Guerra Fría pudieran caer en manos de grupos militantes o estados hostiles. La vacuna original contra la viruela, que tiene su origen en el siglo XVIII, era simplemente una dosis tomada de una pústula de una enfermedad del ganado vacuno que, al parecer, inmunizaba a los ordeñadores. La vacuna, que se cultiva en terneras, no satisface los requisitos modernos de seguridad. En el contrato de 20 años con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, Acambis hará una entrega inicial de 40 millones de dosis de su vacuna producida en este laboratorio.
INFORME ESPECIAL / LA GUERRA QUE VIENE: LAS NUEVAS AMENAZAS
Bioterrorismo: el temor que crece en el mundo tras los atentados
Son armas que pueden causar epidemias mortales. Y revivir enfermedades como la viruela. Se teme un ataque terrorista con ellas. Los científicos en EE.UU. dicen que el país es vulnerable, pero el gobierno lo niega
No es el impacto puntual de la explosión que produce el estallido de una bomba, ni la caída de uno o más aviones sobre un blanco determinado. Es una enfermedad devastadora, fulminante y dolorosa, que puede matar rápidamente a millones de personas. Y causar un estado de pánico público con precedentes solo equivalentes a las peores historias de la peste negra de la época medieval. Se introduce mediante la infección de lugares tan comunes como las redes urbanas de agua o los sembradíos. O rociando aerosoles o vapores en lugares de concentración masiva como estadios de fútbol o subterráneos y trenes. Todas estas posibilidades, aun hipotéticas, son las que ya preocupan a los científicos ante indicios reales de que los grupos terroristas podrían utilizar la guerra bacteriológica y química para destruir a sus enemigos. Gobiernos de Europa, América latina y sobre todo el de Estados Unidos están en alerta máxima, nuclear y bioquímica tras los atentados en Nueva York y Washington, del 11 de setiembre. Buena parte de ello se sustenta en el hecho de que los recientes avances tecnológicos en el área científica les sirven también a los grupos que buscan sembrar la destrucción masiva, indicó la Organización Mundial de la Salud. La OMS se introdujo en el tema cuando, a mediados de semana, lanzó un llamamiento internacional para contrarrestar mediante la vigilancia y una rápida respuesta coordinada a intentos bioterroristas de consecuencias devastadoras. Un ataque con gas sarín en 1995 que realizó la secta japonesa Verdad Suprema en el subte de Tokio mató 12 personas de manera fulminante y muchos de los 5.000 afectados sufren aún sus secuelas. El pánico que ha surgido en las grandes ciudades de EE.UU y también en Londres -en ambos lugares las máscaras antigás cotizan en alza desde unos 30 dólares antes del atentado a casi el doble hoy-, se alimenta de hechos contundentes. Los expertos científicos norteamericanos admiten que el país es muy vulnerable a un ataque de este tipo. El gobierno lo niega. El ministro de salud, Tommy Thompson, llamó a que "la gente comprenda que está a salvo". Y agregó hablando a la cadena CBS que "estamos preparados para hacernos cargo de cualquier consecuencia que se desarrolle (tras) cualquier tipo de ataque bioterrorista". El funcionario afirmó que se han almacenado 50 toneladas de suministros médicos y que 7.000 miembros del personal médico fueron alistados. Pero un informe publicado por The Washington Post reveló este fin de semana que "los médicos están pobremente entrenados para reconocer síntomas de infección creados por armas biológicas. Incluso muchos de los hospitales de la nación carecen del necesario equipamiento". Al respecto el senador republicano Bill Frist afirmó que "frente al bioterrorismo el primer defecto son las carencias en nuestra estructura de salud pública. Ello es producto de 15 años de negligencia". El peligro es además percibido como inminente. La revista Time informó el lunes pasado que en uno de los allanamientos realizados por agentes especiales se encontró un manual con instrucciones para el esparcimiento aéreo de fertilizantes y antiparasitarios. Y el miércoles, el secretario de Justicia de EE.UU. John Ashcroft, aseguraba que presuntos cómplices de los atacantes obtuvieron licencias fraudulentas para manejar sustancias tóxicas. Estos indicios explican la razón por la cual el presidente George W. Bush, ordenó en las últimas semanas dos veces que se suspendiera la actividad de los 3.000 aviones fumigadores que hay en el país. El temor a que se arrojara una peligrosa plaga sobre las cosechas, o que se lanzara desde el aire un virus letal se instalaba así en la Casa Blanca. Según informó The New York Times el viernes, Bush presiona ahora a las empresas de biotecnología para que desarrollen y produzcan vacunas, drogas y otros químicos de defensa contra eventuales ataques. Los atentados desplomaron los mercados internacionales, pero el golpe fue inverso para las empresas de material bélico cuyas acciones cerraron con fuerte alza los días siguientes. El mismo registro mostraron las compañías y laboratorios que trabajan con el testeo biológico y químico. Ya en marzo, el Centro de Control de Enfermedades advirtió que la infraestructura sanitaria de EE.UU. es "inadecuada" para enfrentar un ataque bioterrorista. Pero las soluciones no son simples. "Es muy difícil hablar de medidas de seguridad contra el bioterrorismo. Se puede enfrentar limitando sus daños, pero probablemente su impacto será mucho más mortal. Hay que empezar por un buen sistema de inteligencia para prevenir el ataque", dijo a Clarín el especialista en Relaciones Internacionales Khatchik Der Ghoukassian, desde Miami. Un experimento sirvió para probar de modo elocuente los límites a los que se enfrenta EE.UU. En la base Andrews de la fuerza aérea, en los suburbios de Washington, se realizó en junio un juego de guerra llamado "Dark Winter" (Invierno Negro). Comenzó con un reporte inicial que alertaba sobre la aparición de un caso de viruela en Oklahoma. Para cuando el tiempo previsto del juego finalizó, la imaginaria epidemia se había desparramado a 25 estados y asesinado a millones de personas sin que nada pudiera evitarlo. Los atentados de setiembre borraron los límites entre ficción y realidad y acrecentaron un sentimiento generalizado de extrema vulnerabilidad. Una muestra de esa psicosis se vio el miércoles pasado en Los Angeles, cuando su principal línea de metro fue evacuada porque los pasajeros se quejaban de irritación en los ojos y vértigo. Dos horas después las autoridades informaban que las pesquisas no encontraron ningún agente extraño en el aire. El pánico ha generado situaciones insólitas: esta semana, se acabó la penicilina que se vendía en las farmacias de EE.UU. por el temor de la gente a un ataque del temible ántrax. "Las armas biológicas son aquellas que provienen de organismos vivos causantes de enfermedades. Las
armas químicas pueden ser sacadas también de agentes vivos pero son sintetizadas", explicó a Clarín la doctora Norma Binsztein, jefa de bactereología del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas, el ex Instituto Malbrán, referente nacional en microbiología. Para la OMS, todo agente infeccioso o sustancia química tóxica pueden ser manipulados para su uso como arma. Binsztein dijo que hay numerosos agentes vivos, virus y bacterias que provocan enfermedades como por ejemplo el cólera. Según la Organización Mundial de la Salud el ántrax, la viruela, el botulismo y la peste (sobre todo bubónica), son los primeros candidatos a ser utilizados como armamento. El FBI identificó ya unos diez grupos de sustancias químicas de alta peligrosidad. Entre ellas, los gases tabún, sarín y soman, agentes paralizantes como la lewisita, el gas mostaza o el fosgeno y una decena de metales pesados y toxinas volátiles. "Por su naturaleza, las armas químicas tienen una aplicación limitada: crean un problema de seguridad regional antes que global", explicó el ensayista Gert G. Harigel en un extenso artículo sobre este tipo de armas publicado en Internet por la Fundación Carnegie para la Paz Internacional. "Quince toneladas de un arma química pueden matar al 50 por ciento de las personas que están en un área de 60 kilómetros cuadrados. Pero 10 toneladas de armamento biológico mataría al 25 por ciento de la gente y dejaría al 50 por ciento enfermo en un área de 100.000 kilómetros cuadrados", asegura Harigel. La preparación para un ataque bioterrorista es muy similar al que requiere la propagación natural de una enfermedad, señala la OMS en un informe titulado "Aspectos para la salud. Las armas biológicas y químicas". Aparece allí una condición que atenuaría el interés de los terroristas, según aseguró la doctora Binsztein, que coincide con otros científicos en que las armas biológicas presentan un gran peligro también para los atacantes por su posible "efecto búmerán". "Una vez que se dispersan no tienen barreras. Los vientos y las comunicaciones actuales las llevarían a infectar cualquier punto del planeta", dijo Binsztein y remarcó que tampoco fabricar un arma de este tipo es tan sencillo. "Se necesita conseguir el agente biológico, un científico, un gran laboratorio y luego condiciones especiales de temperatura y humedad para que el virus que se lance se active". Los virus además,
mutan. Ello es una dificultad tanto para el médico que busca atenuar su efecto, pero también para el que busca generar un daño.
INFORME ESPECIAL / LA GUERRA QUE VIENE: LA UTILIZACION DE VIRUS COMO ARMAS DE ATAQUE
La viruela y la peste, dos plagas que asolaron a la humanidad
Los primeros intentos de diseminar enfermedades entre el enemigo se remontan a la Edad Media · Les arrojaban cadáveres infectados en los castillos
Enfermedades como la viruela o la peste provocaron, en distintas épocas de la historia, estragos en la humanidad. Sus efectos fueron terribles hasta que la ciencia logró su erradicación. Ahora, la posibilidad, advertida tanto en Estados Unidos como en algunos países europeos, de ataques terroristas con armas químicas o biológicas ha reinsertado el temor de que el mundo se vea enfrentado a flagelos que ya se creían extinguidos. Los primeros intentos de diseminar enfermedades entre los soldados o poblaciones enemigas se remontan a varios siglos. En la Edad Media los asedios militares eran rotos arrojando cadáveres infectados sobre los muros de los castillos para provocar epidemias y plagas. De la misma forma que antaño, pero con instrumentos más sofisticados y eficaces, los ataques bioterroristas podrían reinstalar enfermedades y plagas que en la antigüedad fueron devastadoras. La viruela, esa enfermedad que deja cicatrices en la cara y en el cuerpo y era causada por un virus llamado el virus de la variola, provocó estragos hasta su erradicación. El último caso del virus tuvo lugar en Somalía, en 1977. Y en 1980, la Organización Mundial de la Salud retiraba la vacuna del mercado. Según el informe Promed, que circula de manera selecta entre médicos y científicos, allí radica el gran conflicto que plantea el tema de la viruela. Un ataque terrorista con este virus, encontraría a enorme cantidad de población desprotegida, porque al no haberse vacunado tampoco tienen los anticuerpos. "Los beneficios y riesgos de poner la vacuna en circulación aún están siendo examinados", indica el Promed. Ocurre que ello también significaría habilitársela a los grupos terroristas. En tiempos de la epidemia, la viruela causó estragos, especialmente entre ancianos, embarazadas y personas con bajas defensas. Ocurre que una vez que se dispersa es muy contagiosa. Se transmite muy fácilmente a través de la tos y los estornudos. Con una incubación de diez a quince días, su evolución tiene cuatro estadios: invasión, erupción, supuración y desecación. La más grave de sus presentaciones es la llamada "hemorrágica negra". El Promed informa que hay dosis de vacunas almacenadas en el Centro de Control de Enfermedades, de Atlanta, Estados Unidos, y en el Instituto para las Preparaciones Virales, de Kolstsovo, Rusia. El informe agrega que no se conoce la existencia de virus de viruela en otros países. Pero sostiene que las 15 millones de dosis existentes en Estados Unidos están muy lejos de la cantidad necesaria frente a un ataque terrorista. Por otra parte, la peste es una enfermedad muy contagiosa y produce una enorme mortandad entre los hombres y animales. Es muy fácilmente transmisible entre regiones. Se da en tres formas: bubónica, septicemia y neumónica. La muerte tiene lugar entre el 2° y 4° día después de haber aparecido los primeros síntomas. La peste bubónica, o negra, asoló Europa y Asia entre los siglos XIV y XVI. Durante mucho tiempo se ha culpado a la peste bubónica de ser la causante de la muerte de más de un cuarto de la población europea en la Edad Media, aunque ahora surgió la teoría -no comprobada totalmente- de que la denominada peste negra se dio por un virus muy parecido al ébola, que se transmitía directamente de una persona a otra.
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Libro: El cuidado de la salud
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Libro: Educación para la salud y preservación del medio ambiente