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Ecología, recursos naturales, cosméticos transgénicos (página 2)


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  1. Ni los problemas que trata la ecología son nuevos ni la ecología es sólo una moda pasajera. Ya en el período Neolítico, diez mil años atrás, los hombres talaban bosques para obtener madera y abrir claros donde sembrar los granos de los que se alimentaban. Así resultaron alterados los ecosistemas en los que esas comunidades vivían. En Grecia, Platón dejó testimonio escrito de la deforestación de ciertas montañas del Ática, que habían quedado como "el esqueleto de un cuerpo enflaquecido por la enfermedad". El agua, observaba el filósofo, "no se perdía entonces como ocurre hoy, discurriendo sobre el terreno desnudo".

    Desde luego, el problema no afectó sólo a la Antigüedad: a lo largo de la historia diversas áreas terrestres se vieron modificadas por la acción del hombre. Por ejemplo, a partir de la década del '50 la agricultura experimentó un crecimiento favorecido por los adelantos en ingeniería genética de semillas y desarrollo de agroquímicos. Esta intensificación del uso de las tierras ocasionó la degradación de las mismas y la necesidad de explotar nuevas áreas.

    Cuando la actividad humana carece de controles y reglamentaciones, pueden producirse grandes catástrofes. Los derrames de petróleo provocan la muerte de numerosos organismos, alterando el equilibrio ecológico

    Al desaparecer los bosques no sólo se pierde la capacidad de renovación del oxígeno en la atmósfera, sino que también se reduce la fertilidad del suelo y se incrementa su erosión

    La Tierra afronta serio peligro de contaminación y muerte de especies vegetales y animales, y también de los suelos, la atmósfera, los ríos y los mares, que sustentan la vida.

    Conscientes de la gravedad de la situación, los países miembro de las Naciones Unidas se reunieron en 1992, en la Conferencia sobre Medio Ambiente y Desarrollo conocida como la Cumbre de Río de Janeiro. Allí, gobernantes, científicos y periodistas de todo el mundo, informaron y alertaron sobre los problemas del desarrollo industrial y tecnológico.

    El conocimiento de la naturaleza y de los cuidados que ella requiere deberían ser temas primordiales en los procesos educativos actuales. El sistema educativo, precisamente, debe proveer hoy información sobre ecología a todos los niveles: desde el cuidado de un animalito doméstico, pasando por las charlas cotidianas de los maestros o el trabajo en huertas escolares en los niveles primario y medio, hasta las especializaciones terciarias y la concientización de los profesionales de otras áreas en institutos y universidades.

    La gran cantidad de deshechos que genera el hombre, suele quemarse o utilizarse en rellenos sanitarios para atenuar el impacto que esto procuce, los países más desarrollados fomentan el reciclado.

    La falta de cuidados por parte del hombre hacia otros seres vivos pone en peligro de extinción a muchas especies, el oso panda, algunos batracios, las focas del ártico o las ballenas de los mares del sur son algunas de ellas.

  2. recursos naturales.

Los recursos naturales son los elementos y fuerzas de la naturaleza que el hombre puede utilizar y aprovechar.

Estos recursos naturales representan, además, fuentes de riqueza para la explotación económica. Por ejemplo, los minerales, el suelo, los animales y las plantas constituyen recursos naturales que el hombre puede utilizar directamente como fuentes para esta explotación. De igual forma, los combustibles, el viento y el agua pueden ser utilizados como recursos naturales para la producción de energía. Pero la mejor utilización de un recurso natural depende del conocimiento que el hombre tenga al respecto, y de las leyes que rigen la conservación de aquel.

La conservación del medio ambiente debe considerarse como un sistema de medidas sociales, socioeconómicas y técnico-productivas dirigidas a la utilización racional de los recursos naturales, la conservación de los complejos naturales típicos, escasos o en vías de extinción, así como la defensa del medio ante la contaminación y la degradación.

Las comunidades primitivas no ejercieron un gran impacto sobre los recursos naturales que explotaban, pero cuando se formaron las primeras concentraciones de población, el medio ambiente empezó a sufrir los primeros daños de consideración.

En la época feudal aumentó el número de áreas de cultivo, se incrementó la explotación de los bosques, y se desarrollaron la ganadería, la pesca y otras actividades humanas. No obstante, la revolución industrial y el surgimiento del capitalismo fueron los factores que más drásticamente incidieron en el deterioro del medio ambiente, al acelerar los procesos de contaminación del suelo por el auge del desarrollo de la industria, la explotación desmedida de los recursos naturales y el crecimiento demográfico. De ahí que el hombre tenga que aplicar medidas urgentes para proteger los recursos naturales y garantizar, al mismo tiempo, la propia supervivencia.

Los recursos naturales son de dos tipos: renovables y no renovables. La diferencia entre unos y otros está determinada por la posibilidad que tienen los renovables de ser usados una y otra vez, siempre que el hombre cuide de la regeneración.

Las plantas, los animales, el agua, el suelo, entre otros, constituyen recursos renovables siempre que exista una verdadera preocupación por explotarlos en forma tal que se permita su regeneración natural o inducida por el hombre.

Sin embargo, los minerales y el petróleo constituyen recursos no renovables porque se necesitó de complejos procesos que demoraron miles de años para que se formaran. Esto implica que al ser utilizados, no puedan ser regenerados.

Todo esto nos hace pensar en el cuidado que debe tener el hombre al explotar los recursos que le brinda la naturaleza.

Cuando se analiza el rol de los recursos naturales en el desarrollo de las economías latinoamericanas, generalmente se piensa en ellos como bienes exportables y generadores de divisas para financiar las necesidades de crecimiento económico. El interés por la explotación y exportación de los recursos está determinado por la demanda externa y por la necesidad de ampliar la capacidad de compra de bienes extranjeros. Es muy difícil encontrar experiencias históricas que demuestren que la explotación de algún recurso haya respondido a un patrón óptimo de explotación, determinado por la interrelación entre las oportunidades de inversión en el mercado de capitales y las rentas de escasez asociadas a la explotación del recurso, regla básica que determinaría ese patrón de explotación.

El trabajo de Hausman y Gavin nos muestra que, a diferencia de las economías industrializadas, América Latina sufre de escasez de capital y abundancia de trabajadores no calificados, pero que en términos comparativos, en la economía global de la década de 1990, América Latina no es, en absoluto, la región que tiene más mano de obra y menos capital, ya que las economías emergentes del Este Asiático nos superan ampliamente. América Latina es especial a causa de su enorme dotación de recursos naturales. Y el impacto de estos recursos se ha sentido claramente en muchos países de la región, puesto que en algunos de ellos, a la liberalización económica le siguió un veloz crecimiento de la inversión extranjera y de las exportaciones de productos naturales intensivos en recursos; en el caso de las industrias manufactureras, que requieren mano de obra intensiva, el crecimiento fue mucho más modesto. La propuesta de Hausman y Gavin amplía el estudio de Sachs y Warner (1995), quienes demostraron que en el crecimiento económico las economías pobres en recursos con frecuencia superan a las economías ricas en recursos, incluso después de considerar otros determinantes del crecimiento económico1 /. El trabajo concluye que existen evidencias de que los países de las regiones tropicales, con una gran cantidad de tierras agrícolas y abundantes recursos naturales, tienden a crecer de una manera más lenta que aquellos países que tienen pocos recursos naturales y que están situados en climas más templados.

Sin embargo, y tal como los autores mismos afirman, no deberíamos tomar estas estimaciones de una manera demasiado literal. No existe una teoría realmente consistente que respalde estos resultados y que plantee restricciones a cualquier especificación particular empírica. Finalmente, hay importantes interacciones entre las variables explicativas que complican la interpretación de estos ejercicios de "estática comparativa". Pese a ello, los resultados apuntan hacia los efectos significativos de la geografía y la dotación de recursos naturales en la desigualdad del ingreso. Los trabajos de Paul Krugman en este campo han sido muy importantes en la década de 1990; para el caso peruano, Escobal y Torero (2000) acaban de documentar abundantemente las interrelaciones entre la base de recursos naturales con el ritmo de crecimiento y los niveles de ingreso regionales2 /. Este campo está aún fértil para futuras investigaciones que resuelvan los posibles problemas de especificación de los modelos que Asuman y Gavin utilizan.

Ocampo añade un elemento fundamental para entender las perspectivas de crecimiento económico sostenido de los países de la región. El sesgo en contra del sector agropecuario de las políticas y estrategias de desarrollo ha sido una de las características más cuestionadas por muchos años, y Ocampo plantea una serie de elementos para introducir de manera integral una estrategia de desarrollo rural en la región. Entre otros, considera tres elementos centrales: una política macroeconómica que garantice un tipo de cambio competitivo, una política sectorial activa, y acciones específicamente dirigidas a superar la pobreza rural. Algunas transformaciones que han experimentado las economías y las sociedades latinoamericanas introducen, además, un nuevo elemento: la participación de nuevas instituciones y de nuevos actores. En este sentido, un elemento desafortunado en los procesos de liberalización económica que han tenido lugar en América Latina en los años 90 ha sido la política cambiaria; ésta no ha cumplido el papel compensatorio que se suponía debía cumplir y más bien ha acentuado los efectos de la política comercial sobre los precios de los bienes transables. El resultado fue, según Ocampo, un ajuste más severo del sector agropecuario.

La necesidad de contar con políticas sectoriales específicas que faciliten el desarrollo del sector agropecuario y reduzcan los niveles de pobreza rural, en ámbitos tan delicados como tecnología, crédito y educación, es más compleja aún ante la crisis que han experimentado las instituciones sectoriales. Ocampo es muy claro en precisar que se requiere de grandes innovaciones en el frente institucional que permitan el uso más eficiente de recursos públicos escasos, y que puedan complementar (o crear) mercados, cuando ello sea posible. En ese sentido, el desafío que se plantea es diseñar una política de intervención estatal que no sea simplemente de promoción del sector a través de esquemas tributarios y subsidios.

POLÍTICA FISCAL Y EXPLOTACIÓN DE RECURSOS NO RENOVABLES

Los recursos naturales no renovables -minerales, y gas y petróleo representan un componente importante de las economías de Canadá y de algunos países de América Latina. Brean documenta que este sector constituye más del 16 por ciento de los ingresos por concepto de exportación y más del 4 por ciento ($26,000 millones) del Producto Bruto Interno en Canadá. Estos porcentajes son inclusive mayores para países como Venezuela, México, Chile, Perú y Ecuador. Asociados a la importancia de estos recursos, en la región tenemos dos elementos de política: la inversión directa extranjera y la política tributaria. Los trabajos de Rozas, Sánchez Albavera y Campodónico analizan con detenimiento el nuevo boom de inversiones extranjeras en la región, mientras que los trabajos del mismo Rozas y Brean estudian las políticas tributarias en América Latina y Canadá respectivamente. En esta sección Remy presenta un estudio específico de las reformas en el sector minero en la región, al igual que Campodónico en el sector hidrocarburos.

En la década de los años noventa se dió un vuelco en los flujos de inversión extranjera directa en América Latina y cambió la percepción que de ella, y de las empresas transnacionales, se tenía. Rozas y Sánchez Albavera analizan los factores que explican este cambio, desde los problemas del lento crecimiento y crisis de la deuda en la década anterior en la región, hasta la creciente brecha tecnológica entre los países industrializados y América Latina, pasando por el agotamiento de los flujos de capital entre los países industrializados. Este cambio de percepción acerca del papel que pueden jugar la inversión extranjera y las empresas transnacionales en el desarrollo latinoamericano ocurre en el marco de un nuevo escenario internacional, configurado a comienzos de los años noventa y que permitió que la demanda por inversión directa sea respondida satisfactoriamente por inversionistas de fuera de la región. No se sabe, sin embargo, si estas tendencias estarán asociadas a cambios en los indicadores de riesgo país que vienen ocurriendo en los últimos años.

Con relación a las formas de tributación en Canadá y en América Latina, se encuentra ciertas similitudes en las ineficiencias de los gobiernos para alcanzar dos objetivos: incrementar los ingresos y compartir riesgos para aumentar la inversión. Brean concluye, para la experiencia canadiense, que las actuales formas de tributación de las corporaciones de los sectores extractivos, tales como la minería y la energía, se harán cada vez más ineficientes en términos de estos dos objetivos del gobierno. A través de la ingeniería financiera, un tema que Brean desarrolla con detenimiento, el sector de las corporaciones privadas modernas resulta más experimentado y capacitado que el gobierno para implementar formas de asignar el riesgo de una manera eficiente. La reducción del costo económico del riesgo es un campo donde el Estado sólo puede implementar políticas de subsidios -la absorción del riesgo por parte del sector público- allí donde los mercados financieros asignan un precio al riesgo.

En el trabajo de Rozas se encuentra un análisis comparativo de los diferentes esquemas de incentivos tributarios para promover la inversión directa extranjera en América Latina. Este análisis de las políticas tributarias aplicadas a la inversión extranjera, se hace en un marco de liberalización creciente de la actividad económica y de competencia por la captación de recursos de inversión en los mercados internacionales de capital. Según Rozas, estaríamos frente a diversos intentos de obtener ventajas comparativas (de localización tributaria).

En lo que se refiere específicamente a la minería, Remy y Sánchez Albavera nos presentan las características de lo que algunos analistas ya han denominado la 'nueva minería': una serie de condicionantes de la oferta minera que explican de manera sencilla los cambios en este sector en la región. En primer lugar se da un cambio de horizontes regionales a un horizonte global. Se trata de una consecuencia del fin de la división entre Este-Oeste y de los avances en telecomunicaciones. La década de 1990 ha visto un fuerte crecimiento del comercio interregional de metales y minerales, y una más fuerte influencia de las cotizaciones globales. El segundo cambio observado se da de la propiedad pública a la inversión privada. Las políticas mineras ponen menos énfasis en la propiedad y en los asuntos de control para concentrarse en la competitividad y, en consecuencia, en la inversión y el desarrollo. Si es que hay un régimen tributario y normativo efectivo, la propiedad privada no representa ninguna amenaza a la seguridad nacional como antes se consideraba en la región. Por otro lado, se observa que además de una mayor confianza en la oferta del mercado, la preocupación por el agotamiento de los recursos (típica de los años 70) ha generado un cambio de enfoque de la disponibilidad de minerales a la sostenibilidad de la minería. Las preocupaciones en la década de 1990 son diferentes, más vinculadas a los impactos de la minería en el ambiente, a las emisiones o residuos que produce el procesamiento de los minerales, su transporte y su uso y a la sostenida capacidad de extracción y procesamiento de minerales a tasas actuales o mayores.

Remy considera, por último, que de la búsqueda de la estabilidad de los precios se ha pasado al manejo del riesgo. En la década de 1970, la volatilidad de los mercados dio lugar a esquemas para estabilizar los precios a través de convenios de stocks de amortiguación y a través de esquemas de estabilización de ingresos y compensación. Actualmente se acepta el riesgo como una característica inherente a la industria y no se busca evitarlo, sino administrarlo a través de un financiamiento estructurado y una cobertura frente a los riesgos políticos, las asociaciones de responsabilidad compartida, la diversificación

geográfica, y la protección de los precios, utilizando mercados de avanzada.

CAPÍTULO II

PRODUCTOS TRANSGÉNICOS

  1. Los transgénicos u organismos genéticamente modificados -como también se los llama- son plantas o animales a los cuales se les ha incorporado un gen o ADN ajeno, de otro tipo de organismo o especie, con el objetivo de dotarlos de determinados atributos. Pueden tener un desarrollo vegetativo más rápido, ser resistentes a heladas o a elevadas temperaturas, a enfermedades y a plagas, y producir muy buenos rendimientos. En tanto tales condiciones se presenten, los transgénicos ofrecen la posibilidad de reducir costos de producción y multiplicar las ganancias de los agricultores.

    En el caso de los vegetales, además del algodón, hay variedades transgénicas de maíz, soya, arroz, trigo, tomate, y hasta de papa, casi todas ellas desarrolladas y patentadas por empresas transnacionales, como Monsanto, Aventis, Syngenta, Dupont, entre algunas otras, que dominan el comercio mundial de semillas, pesticidas y plaguicidas.

    Estas industrias aseguran que los alimentos provenientes de cultivares de semillas transgénicas son inofensivos para la salud de personas, animales y para el ambiente, porque son el resultado de muchos años de investigación y han sido sometidos a estrictos controles de calidad.

    Sin embargo, la extendida difusión de este tipo de cultivares en Norteamérica y en países como Argentina, Brasil, China, entre otros -que son importantes productores y exportadores de cereales y granos destinados a la alimentación-, ha generado gran polémica entre científicos, ambientalistas y consumidores. La FAO, por ejemplo, reconociendo que la biotecnología es un "instrumento poderoso" para la agricultura, también ha reconocido y advertido sobre los riesgos de que se estén creando nuevas toxinas o transfiriendo toxinas de una especie o forma de vida a otra, que puedan dar lugar "a reacciones alérgicas imprevistas".

    Como reacción a estas preocupaciones y a exigencia de consumidores, científicos y ambientalistas, en la Unión Europea y varios otros países se ha normado que el etiquetado de los alimentos indiquen si son de origen transgénico, y se han establecido estrictos reglamentos para que, antes de aprobarse su comercialización, se evalúe científicamente si son dañinos o si presentan riesgos.

    Salvo algunas pocas excepciones, en el Perú hemos estado al margen de estas preocupaciones, no obstante de que es muy probable que seamos grandes consumidores -aunque todavía no cultivadores- de alimentos importados de origen transgénico (maíz, trigo y aceites, por ejemplo). De cualquier manera, los consumidores tenemos el derecho de estar informados y de exigir que nuestras autoridades ofrezcan un mínimo de seguridad sobre la inocuidad de tales alimentos.

    El algodón, por cierto, es valorado principalmente por su fibra y como insumo de la industria textil, pero no olvidemos que la pepa algodonera también es importante insumo para la fabricación de aceite comestible y de forraje para el ganado.

    Respecto a los riesgos ambientales y los relativos a la actividad agropecuaria, entre otros impactos, se señala que la fecundación cruzada, así como el uso masivo y constante de los paquetes tecnológicos que se asocian a los cultivos transgénicos para lograr obtener los resultados esperados (uso de determinados agroquímicos, por ejemplo), pueden dar lugar al desarrollo de malas hierbas o de plagas y enfermedades de mayor resistencia, trastornando así el equilibrio de los ecosistemas. A ello se agrega la pérdida de biodiversidad, porque este tipo de cultivos tiende a desplazar los cultivares tradicionales y puede llevar a la extinción de valioso material fitogenético.

    Por último, también se señala el riesgo de que los agricultores se encadenen a las industrias transnacionales productoras de las semillas transgénicas y a sus paquetes tecnológicos, por los que hay que pagar elevadas sumas por derechos de patentes o de royalties.

    La opción por los transgénicos no es, pues, un asunto sencillo, por lo que las decisiones no se pueden tomar a la ligera, de manera unilateral o burocrática, ni con base exclusivamente en los potenciales beneficios económicos que se puedan obtener. Por el contrario, el tema merece ser ampliamente tratado y consultado, en diálogo con expertos en distintos campos (agrónomos, biólogos, médicos, economistas, abogados) y con representantes de las organizaciones agrarias y empresariales.

  2. definición.
  3. RIESGOS Y PREOCUPACIONES.

La introducción de cultivos y alimentos transgénicos en el sistema existente de producción de alimentos ha generado una serie de interrogantes acerca de posibles consecuencias negativas. Las personas preocupadas por esta tecnología han reaccionado en muchas formas, desde participar en campañas de envíos de cartas a manifestaciones en las calles y actos vandálicos contra instituciones donde se están realizando investigaciones vinculadas con productos transgénicos. ¿Cuáles son las principales inquietudes? ¿Qué fundamentos científicos tienen estas inquietudes?

Los problemas vinculados con las objeciones a los cultivos transgénicos se pueden agrupar en inquietudes acerca de el daño a la salud humana

La alergenicidad

La posibilidad de que pudiera producirse un aumento de la cantidad de reacciones alérgicas a los alimentos como resultado de la modificación genética tiene un poderoso ascendiente emocional porque muchos de nosotros experimentamos este problema antes del advenimiento de los cultivos transgénicos, o conocemos a alguien que sufrió el problema. Sin embargo, hasta el momento no hay pruebas de que los alimentos genéticamente modificados puedan causar más reacciones alérgicas que los alimentos tradicionales.

Las pruebas con docenas de alimentos transgénicos para determinar su alergenicidad han detectado sólo una soya, que nunca fue comercializada, y el ahora famoso maíz StarLink. Si bien los resultados preliminares indican que el maíz StarLink probablemente no sea alergénico, continúa el debate científico.

Cada año hay personas que descubren que han desarrollado una alergia a un alimento común como el trigo o los huevos y algunas pueden desarrollar alergias a alimentos transgénicos en el futuro, pero no hay pruebas de que los alimentos transgénicos representen un riesgo mayor que el que implican los alimentos tradicionales.

La transferencia horizontal y la resistencia a los antibióticos

El empleo de marcadores de la resistencia a los antibióticos en el desarrollo de cultivos transgénicos ha despertado inquietudes acerca de la posibilidad de que los cultivos transgénicos promuevan la pérdida de nuestra capacidad de tratar las enfermedades con medicamentos antibióticos. En varias etapas del proceso de laboratorio, quienes desarrollan cultivos transgénicos emplean ADN que codifica para la resistencia a ciertos antibióticos y este ADN a menudo se convierte en una característica permanente del producto final, a pesar de que no sirve para ningún propósito más allá de la etapa en el laboratorio. ¿Contribuirán los alimentos transgénicos a agravar los problemas existentes en relación con la resistencia a los antibióticos?

Antibióticos.

Una de las preocupaciones se vincula con la transferencia horizontal de genes, es decir la transferencia de ADN de un organismo a otro fuera de la vía de progenitores a descendientes. La transferencia de un gen de la resistencia proveniente de un alimento transgénico a los microorganismos que normalmente se alojan en nuestra boca, estómago e intestinos, o a bacterias que ingerimos junto con los alimentos, podría ayudar a que esos microorganismos sobrevivan a una dosis oral de un medicamento antibiótico. Si bien se produce la transferencia horizontal de ADN en circunstancias naturales y en condiciones de laboratorio, probablemente sea muy poco frecuente en el medio ácido del estómago humano.

Otra preocupación es que el producto enzimático del ADN podría ser producido en cantidades bajas en las células de plantas transgénicas. Si bien las temperaturas elevadas del procesamiento desactivarían la enzima, en los alimentos preparados, la ingestión de alimentos transgénicos crudos o frescos podría provocar que el estómago contuviera una pequeña cantidad de una enzima que desactiva una dosis oral del antibiótico.

Este problema fue planteado durante los procesos de aprobación del tomate FlavrSavr de Calgene y del maíz Bt 176 de Ciba-Geigy. En ambos casos, las pruebas demostraron que los antibióticos administrados por vía oral seguían siendo eficaces. Si bien el riesgo generado por genes de la resistencia a los antibióticos en las plantas transgénicas parece ser escaso, se están tomando medidas para reducir ese riesgo y eliminar gradualmente el empleo de dichos genes.

La ingestión de ADN extraño

Cuando los científicos desarrollan una planta transgénica, insertan fragmentos de ADN que originalmente no existían en esa planta. A menudo esos fragmentos de ADN provienen de especies totalmente diferentes, como virus y bacterias. ¿Hay algún peligro generado por la ingestión de este ADN "extraño"?

Ingerimos ADN cada vez que comemos algo. El ADN es el plan maestro de la vida y todos los seres vivos contienen ADN en muchas de sus células. ¿Qué sucede con este ADN? La mayor parte de él se descompone en moléculas más simples cuando digerimos la comida. Una pequeña cantidad no es descompuesta y es absorbida en el torrente sanguíneo o excretada en las heces. Sospechamos que el sistema normal de defensa del organismo finalmente destruye este ADN. Nuevas investigaciones en esta área ayudarían a determinar exactamente cómo los seres humanos han logrado ingerir ADN por miles de años sin notar ningún efecto como resultado de los diminutos fragmentos que se escabullen en el torrente sanguíneo. Hasta el momento, no hay pruebas de que el ADN de cultivos transgénicos sea más peligroso para nosotros que el ADN de los cultivos tradicionales, los animales y los microorganismos acompañantes que hemos estado ingiriendo durante todas nuestras vidas.

El promotor del virus del mosaico de la coliflor

Cuando los científicos usan la tecnología transgénica para instalar un gen nuevo en una planta, agregan segmentos adicionales de ADN para dirigir la actividad de ese gen. Uno de esos fragmentos es el "promotor", que activa el gen.

El promotor más ampliamente usado es el promotor 35S del virus del mosaico de la coliflor, cuyo nombre a menudo se abrevia como promotor CaMV o promotor 35S. Se obtuvo este promotor del virus que causa la enfermedad del mosaico de la coliflor en varias hortalizas, como la coliflor, el bróculi, la col y la colza. Una preocupación es que el promotor CaMV podría ser dañino si nos invadiera los cellulos y nos activara los genes.

Tendrían que producirse múltiples acontecimientos escalonados para que el promotor CaMV escapara del proceso normal de descomposición digestiva, penetrara en una célula del organismo y se insertara en un cromosoma humano. Si bien no se han realizado pruebas para determinar si el promotor CaMV ha invadido tejidos humanos, los experimentos con ratones indican que las defensas normales del organismo eliminan los fragmentos dispersos de ADN extraño que se escabullen en el torrente sanguíneo desde el tubo digestivo.

Hay algunas pruebas de que el promotor CaMV representa muy poca amenaza para la salud humana. Las personas lo han estado ingiriendo en pequeñas cantidades por cientos de años cuando comen hortalizas que están infectadas con la enfermedad. Si bien las hortalizas muy infectadas con CaMV son poco apetitosas, no se ha documentado ningún efecto negativo sobre la salud resultante de ingerir el virus o su promotor.

Modificación de las cantidades de nutrientes

¿Es la calidad nutricional de los alimentos genéticamente modificados equiparable a la de los alimentos tradicionales? Éste es un aspecto importante sobre el cual probablemente se efectuarán numerosas investigaciones en el futuro, cuando se comercialicen alimentos específicamente modificados para mejorar la calidad nutricional. No obstante, hasta la fecha sólo se han realizado unos cuantos estudios que comparan la calidad nutricional de los alimentos genéticamente modificados con la de sus homólogos no modificados.

La pregunta esencial en relación con los cultivos GM actualmente disponibles es si los fitomejoradores han cambiado de manera accidental los componentes nutricionales que asociamos con las variedades tradicionales de un cultivo. Como se piensa que las isoflavonas desempeñan una función en la prevención de cardiopatías, cáncer de mama y osteoporosis, varios investigadores han estudiado el contenido de isoflavonas de las soyas RoundupReady. Los estudios completados hasta la fecha no aclaran el interrogante de si las soyas RoundupReady tienen cantidades de isoflavonas comparables a las encontradas en las variedades tradicionales, pero las diferencias encontradas en los experimentos parecen pequeñas o moderadas en comparación con la variación natural de las concentraciones de isoflavonas. Otros datos tal vez esclarezcan los argumentos a favor y en contra de las aplicaciones de Roundup como factor de riesgo en el cultivo de la soya.

Los estudios auspiciados por la industria y presentados en apoyo de solicitudes de autorización para vender cultivos transgénicos indican que los componentes tradicionales comúnmente investigados son similares en los alimentos transgénicos y los alimentos tradicionales.

Inquietudes acerca del daño al medio ambiente

La mariposa monarca

La sugerencia de que el polen del maíz Bt podría matar las larvas de la mariposa monarca galvanizó el interés del público por los efectos de los cultivos transgénicos en el medio ambiente. Presentamos un análisis completo de este problema en Temas Criticos:

El flujo de genes desde los cultivos a la maleza

La hibridación de los cultivos con las malezas cercanas tal vez permita que éstas adquieran características que desearíamos que no tuvieran, como la resistencia a los herbicidas. Los resultados de las investigaciones indican que las características de los cultivos pueden escapar del ámbito agrícola y persistir por muchos años en las poblaciones silvestres. Los genes que proporcionan una ventaja competitiva, como la resistencia a las enfermedades víricas, podrían beneficiar a las poblaciones de malezas que circundan un campo de cultivo.

Muchos cultivos tienen parientes silvestres sexualmente compatibles, con los cuales se cruzan en condiciones favorables. Las probabilidades de que se propaguen los transgenes pueden ser diferentes para cada cultivo en cada zona del mundo. Por ejemplo, no hay parientes silvestres del maíz en Estados Unidos o Europa con los cuales pudiera cruzarse el maíz transgénico, pero sí existen esos parientes silvestres en México.

La soya y el trigo son cultivos autógamos, por lo tanto es pequeño el riesgo de que el polen transgénico se traslade a malezas cercanas. No obstante, ese pequeño riesgo se incrementa debido a que existen parientes silvestres del trigo en Estados Unidos. No hay parientes silvestres de la soya en Estados Unidos, pero sí existen esos parientes en China. En consecuencia, se debe evaluar individualmente cada cultivo para determinar el riesgo del flujo de genes en la zona donde se lo producirá.

La resistencia a los antibióticos

También existe inquietud por la posibilidad de que las plantas transgénicas cultivadas en el campo transfieran sus genes de la resistencia a los antibióticos a microorganismos del suelo, con lo cual se produciría un aumento general del grado de resistencia a los antibióticos en el medio ambiente. Sin embargo, muchos organismos del suelo tienen resistencia natural que se produce como defensa contra otros organismos que generan antibióticos y, por lo tanto, no es probable que el aporte ocasional de genes de las plantas transgénicas cause una modificación importante del grado de resistencia a los antibióticos ya existente en el medio ambiente.

La filtración de proteínas transgénicas en el suelo

Muchas plantas derraman compuestos químicos en el suelo a través de sus raíces. Hay inquietudes acerca de que las plantas transgénicas pudieran derramar compuestos diferentes de los de las plantas tradicionales, como una consecuencia no buscada de la modificación de su ADN. La especulación de que pudiera estar sucediendo esto genera la preocupación de que puedan resultar afectadas las comunidades de microorganismos que viven cerca de las plantas transgénicas. La interacción entre las plantas y los microorganismos del suelo es muy compleja y los microorganismos que viven alrededor de las raíces también dejan escapar compuestos químicos al suelo. Se deben efectuar muchas más investigaciones para poder conocer las relaciones que existen entre los microorganismos y los cultivos tradicionales. Los intentos de descubrir si las plantas transgénicas están modificando el suelo y si las modificaciones son benéficas o nocivas, se ven obstaculizados por nuestra falta de conocimientos científicos básicos.

La reducción de los rociamientos con plaguicidas: ¿Es real?

Uno de los argumentos más convincentes a favor de las plantas transgénicas es su potencial de reducir el daño que hacemos al medio ambiente con los métodos agrícolas tradicionales. Se ha fomentado el empleo de cultivos resistentes a las plagas como el maíz Bt y el algodón Bt como una forma de reducir el rociamiento con plaguicidas, mientras que se dice que los cultivos tolerantes a los herbicidas, como las soyas RoundupReady, disminuyen la necesidad de aplicar herbicidas. Se han proclamado grandes reducciones de los rociamientos con sustancias químicas como resultado de la introducción de estas variedades transgénicas. ¿Son ciertas estas afirmaciones? El algodón Bt es el único caso en el cual es evidente el efecto de reducción de los rociamientos. Los analistas presentan un panorama variado de los resultados de la siembra de soyas RoundupReady. El maíz Bt y el algodón tolerante a los herbicidas no han provocado disminuciones claras del rociamiento con sustancias químicas.

La hibridación de cultivos transgénicos con cultivos tradicionales cercanos despierta inquietudes acerca de las distancias que deben separar los cultivos para asegurar su pureza y acerca de quién debe pagar si genes no deseados se introducen en el cultivo de un vecino. A medida que la "Preservación de la Identidad" y la segregación de los cultivos GM de los cultivos no GM se conviertan en factores que afectan los productos comercializados, será importante asegurarse de que no se está produciendo una hibridación en el campo.

Muchos factores influyen en las posibilidades de que se produzca el flujo de genes de un cultivo a otro. Algunos cultivos son muy propensos a la fecundación cruzada y el polen es transportado a otros campos por el viento y los insectos. Otras especies son muy autógamas y son escasas las probabilidades de que haya una transferencia de polen a plantas vecinas. Como consecuencia de las diferencias entre las especies de cultivos, es preciso evaluar en forma individual cada caso para determinar las posibilidades de contribuir al flujo de genes desde los cultivos transgéncos a los tradicionales.

Si el polen GM fecunda plantas en un campo vecino, puede surgir el problema de la intrusión genética. ¿Qué grado de presencia de materiales GM, si los hay, se debe permitir en los productos que se venden como orgánicos o tradicionales? ¿Deben los agricultores y las empresas que producen cultivos GM asumir la responsabilidad de prevenir el flujo de genes o deben los agricultores tradicionales y orgánicos pagar para proteger sus productos del flujo de genes? ¿Hay que prohibir las versiones GM de plantas de fecundación cruzada por ser demasiado peligrosas, mientras que se permiten las versiones GM de plantas autógamas? Estas cuestiones ya han generado varios litigios y continuarán siendo un factor en el desarrollo y empleo de plantas transgénicas en los próximos años.

CONCLUSIONES

  1. El creciente interés del hombre por el ambiente en el que vive se debe fundamentalmente a la toma de consciencia sobre los problemas que afectan a nuestro planeta y exigen una pronta solución.
  2. Estos recursos naturales representan fuentes de riqueza para la explotación económica. Por ejemplo, los minerales, el suelo, los animales y las plantas constituyen recursos naturales que el hombre puede utilizar directamente como fuentes para esta explotación.
  3. Los transgénicos u organismos genéticamente modificados -como también se los llama- son plantas o animales a los cuales se les ha incorporado un gen o ADN ajeno, de otro tipo de organismo o especie, con el objetivo de dotarlos de determinados atributos.
  4. La introducción de cultivos y alimentos transgénicos en el sistema existente de producción de alimentos ha generado una serie de interrogantes acerca de posibles consecuencias negativas.
  5. Las personas preocupadas por esta tecnología han reaccionado en muchas formas, desde participar en campañas de envíos de cartas a manifestaciones en las calles y actos vandálicos contra instituciones donde se están realizando investigaciones vinculadas con productos transgénicos.

    BIBLIOGRAFÍA

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    • THÉRON, A ; VALLIN, J. Ecología de las Ciencias Naturales Editorial Hora S.A. España 1987.

    ANEXOS

    CICLO ECOLÓGICO

    RECURSOS NATURALES

    PRODUCTOS TRANSGÉNICOS

     

     

    ALUMNA:

    Viviana Cerna Alcantara

    Viviana Margarita de María Cerna Alcántara.

    Estudiante universitaria de la Facultad de Estomatología de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega. 18 años de Edad, Vive en la ciudad de Lima – Perú.

    METODOLOGÍA DEL TRABAJO UNIVERSITARIO

    PROFESORA:

    ROSARIO ZARATE CARDENAS

    CICLO: I

    Lima – 2007

  6. La hibridación de cultivos transgénicos con cultivos tradicionales cercanos despierta inquietudes acerca de las distancias que deben separar los cultivos para asegurar su pureza y acerca de quién debe pagar si genes no deseados se introducen en el cultivo de un vecino.
Partes: 1, 2
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