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Generar nuevos cultivos


    1. Cultivos de transgénicos en el mundo
    2. Empresas que venden semillas transgénicas
    3. Contaminación genética
    4. ¿Qué problemas genera la contaminación genética?
    5. Herbicidas y los cultivos de plantas transgénicas
    6. Producción de plantas trangénicas

    Las plantas que hoy cultivamos son, en muchos casos, radicalmente distintas de sus antepasados silvestres, ya que el hombre ha modificado y seleccionado sus propiedades a lo largo de más de diez mil años en función de sus necesidades. Las variedades que utiliza el agricultor en la actualidad han sido generadas, en su mayor parte, por ingenieros agrónomos, en centros públicos o privados dedicados a la producción de nuevas variedades por métodos convencionales.

    Esta tecnología se basa en la repetición de varios procesos de hibridación y selección de las plantas. La con la variedad original, la nueva variedad puede contener, además del genhibridación de dos variedades o especies de plantas combina miles de genes en un proceso al azar, y son necesarias repeticiones sucesivas de selección e hibridación para obtener una nueva variedad que incorpore todos las características (genes) deseadas y que evite, en la medida de lo posible, la incorporación de los genes no deseados.

    Por ejemplo, cuando mediante técnicas convencionales se desea introducir en una planta una nueva característica, como la resistencia a una enfermedad, se busca una planta donante de la misma especie o de una especie silvestre relacionada que posea la resistencia.

    A continuación se realiza una hibridación entre la planta que se quiere mejorar y la planta donante resistente. Después se seleccionan en la descendencia, las nuevas plantas que se parezcan más a la variedad original y que hayan incorporado la resistencia.

    Estas plantas resistentes se vuelven a cruzar varias veces con la variedad inicial para obtener plantas resistentes lo más parecidas a la original. Este proceso de generación de nuevas variedades ha sido muy útil y ha dado lugar a la mayor parte de las variedades que se cultivan hoy en día. Sin embargo, se trata de un proceso lento y poco específico. En el ejemplo citado, después de 6-8 ciclos de hibridación de resistencia a la enfermedad, más de 100 genes adicionales procedentes de la planta donante, y que nunca serán identificados.

    La mayor parte de las variedades que utiliza el agricultor han sido generadas por méjora genética

    CULTIVOS DE TRANSGÉNICOS EN EL MUNDO

    Según el Isaaa, instituto especializado en el seguimiento del uso de organismos modificados genéticamente (OMGs), en el año 2000 el cultivo de plantas transgénicas aumentó un 11%, alrededor de 4,3 millones de hectáreas, respecto a 1999. En la actualidad, el área de OMGs cultivados supera los 44 millones de hectáreas. Esta cifra se puede comparar al doble de la superficie agrícola española.

    Los países que cultivan más hectáreas con OMGs son Estados Unidos (30 millones), Argentina (10 millones) y Australia, Canadá, Sudáfrica y China. A mayor distancia se encuentra Europa donde se han mantenido las hectáreas de organismos modificados genéticamente en España y aumentan las cosechas de soja, patatas y maíz modificado genéticamente en Rumanía y Bulgaria.

    En el año 2000 el cultivo de plantas transgénicas aumentó un 11% respecto a 1999

    En cuanto a la clasificación por cultivos, la soja ocupa el primer puesto (58%), ya que las hectáreas cultivadas ascendieron a 25,8 millones. Le sigue el maíz (23%) con 10,3 millones de hectáreas, el algodón (12%) con 5,3 millones y la colza (7%) con 2,8 millones de hectáreas cultivadas.

    Entre las modificaciones genéticas más utilizadas por los agricultores destacan los OMGs tolerantes aherbicidas (74%) sobre los resistentes a insecticidas (19%). Las semillas que incluyen al mismo tiempo losdos caracteres alcanzan un porcentaje del 7%.

    EMPRESAS QUE VENDEN SEMILLAS TRANSGÉNICAS

    Las empresas que venden semillas de variedades transgénicas, como cualquier otro tipo de empresa, y de acuerdo con su propia razón de ser, persiguen obtener sus beneficios ofreciendo mejores productos al agricultor que sus competidores. Las empresas que producen semillas de variedades transgénicas proceden, en gran parte, del sector agroquímico tradicional y en consecuencia sus primeros desarrollos se basan en el conocimiento previo del mercado y en la utilización de instrumentos o productos que explotaban con anterioridad. De ahí que, entre los primeros productos, se hayan producido plantas transgénicas resistentes a plagas o a herbicidas que, en algunos casos, son producidos por la propia empresa.

    El desarrollo de nuevas variedades vegetales tanto mediante métodos tradicionales como mediante ingeniería genética, está destinado fundamentalmente a conseguir mayores rendimientos, mejor calidad de las producciones o mayor resistencia a plagas, enfermedades o accidentes climatológicos.

    Por tanto, el primer beneficiario es el agricultor, base fundamental de la producción agroalimentaria, para permitir que su actividad sea rentable. También es beneficiario, aunque no sea tan vidente, el consumidor, que dispondrá de productos en cantidad suficiente, de mejor calidad y a precios más razonables.

    En el mercado agroalimentario existen muchos intermediarios con diversos intereses y las plantas transgénicas serán económicamente rentables para las empresas de semillas en la medida que beneficien a alguno(s) de los eslabones de la cadena sin perjudicar a los otros.

     

    El desarrollo de nuevas variedades vegetales está destinado a conseguir mejor calidad de las producciones

    CONTAMINACIÓN GENÉTICA

    Contaminación genética se produce cuando el polen producido por una planta transgénica fecunda una planta no transgénica.

    Es el resultado de que el polen producido por una planta transgénica fecunde algunas de las flores de una planta no transgénica del mismo tipo situada en una parcela de cultivo cercana. Como resultado de esta polinización algunas de las semillas cosechadas en esta última parcela serán transgénicas.

    La hibridación entre distintas variedades de una misma planta de cultivo ocurre siempre con una determinada frecuencia independientemente de que alguna de ellas sea transgénica o no y está relacionada principalmente con la capacidad de migración del polen de cada especie. En la mayoría de los cultivos como el trigo, el arroz, muchas leguminosas y hortalizas como el tomate, la lechuga o el pimiento, el polen de una flor sirve para fecundar a esta misma flor, porque su movilidad está reducida a unos pocos metros.

    Sin embargo, en otras especies como el maíz, algunos árboles frutales o las coles en las que la fecundación es cruzada, el polen, ayudado por el viento o por insectos polinizadores, puede desplazarse hasta distancias de centenares o millares de metros.

    ¿QUÉ PROBLEMAS GENERA LA CONTAMINACIÓN GENÉTICA?

    El problema que genera la contaminación genética es esencialmente comercial. La existencia de una normativa de etiquetado de productos transgénicos, puede conducir a que el precio y el mercado de semillas transgénicas y no transgénicas sea diferente.

    Por ello, dependiendo del grado de pureza exigido a los productos no transgénicos, la contaminación genética puede ser más o menos relevante. En cultivos transgénicos autorizados y, por lo tanto, sometidos a una evaluación de riesgo medioambiental, la contaminación genética no tiene connotaciones de riesgo medioambiental; pero, si se desea asegurar que no se produzca, la solución consiste en separar suficientemente unos cultivos de otros para que se minimice o se anule el intercambio de polen.

    HERBICIDAS Y LOS CULTIVOS DE PLANTAS TRANSGÉNICAS

    Las plantas transgénicas no requieren más herbicida que las otras. De hecho, los cultivos transgénicos ocupan zonas anteriormente dedicadas al cultivo de plantas no transgénicas, que ya se trataban con otros herbicidas.

    Algunos de los herbicidas empleados en los cultivos no transgénicos tienen una alta persistencia en el terreno, lo que supone un riesgo potencial para el medio ambiente por la posible contaminación de aguas y suelos. Sin embargo, las plantas transgénicas resistentes a herbicidas son resistentes a herbicidas de amplio espectro y de menor efecto residual. Es decir, herbicidas con menor riesgo de contaminación de aguas y suelos, en principio más seguros para el medio ambiente que otros empleados tradicionalmente.

    Por otra parte, las variedades transgénicas resistentes a herbicidas toleran su aplicación después de la germinación de la semilla y a lo largo del desarrollo de la planta, lo que permite realizar aplicaciones según las necesidades de cada año y lugar, y no de forma rutinaria, y reducir la cantidad total aplicada. En definitiva, los cultivos transgénicos no requieren mayor empleo de herbicidas y permiten la utilización de herbicidas con menor riesgo medioambiental.

    PRODUCCIÓN DE PLANTAS TRANGÉNICAS

    La producción de una planta transgénica consta de dos etapas fundamentales denominadas transformación y regeneración.

    Se denomina transformación al proceso de inserción del gen que se pretende introducir (también llamado transgén) en el genoma de una célula de la planta a transformar.

    La regeneración consiste en la obtención de una planta completa a partir de esa célula vegetal transformada. Para introducir el nuevo gen en el genoma de la célula vegetal se utilizan fundamentalmente dos métodos.

    El más común utiliza una bacteria del suelo, Agrobacterium, que en condiciones naturales es capaz de transferir genes a las células vegetales.

    El método alternativo consiste en la introducción directa de los genes en el núcleo de la célula vegetal. Para ello una de las técnicas más utilizadas es la de disparar a las células con microproyectiles metálicos recubiertos del ADN que penetran en la célula e integran el nuevo ADN en su genoma. Una vez que una célula vegetal ha sido transformada, es necesario regenerar la planta entera a partir de ella.

    Este proceso se realiza en el laboratorio, cultivando los fragmentos de tejido vegetal que han sido inoculados con Agrobacterium o disparados con microproyectiles en medios de cultivo que favorecen la regeneración de nuevas plantas.

    Es importante que en este paso sólo se regeneren las células del tejido que han sido transformadas. Esto se consigue introduciendo junto con el transgén un gen adicional que confiera una característica selectiva. Por ejemplo, se han utilizado genes de resistencia a antibióticos para que sólo las células modificadas sean capaces de sobrevivir en presencia del antibiótico. Estos genes responsables de caracteres selectivos estarán presentes posteriormente en todas las células de la planta transgénica regenerada o pueden ser eliminados por diversos procedimientos.

     

    RODRIGO ALFONSO POLONI OYARZÚN

    Profesor

    Licenciado en Educación, e Ingles.

    Magíster en Educación. (Est.)

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