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Programa de actividades físico recreativa para la incorporación del adulto mayor hipertenso


Partes: 1, 2, 3

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Definiciones de trabajo
  4. Fundamentación del problema
  5. Marco teórico conceptual
  6. Programa integral de Atención al Adulto Mayor
  7. El ejercicio físico
  8. Métodos y procedimientos
  9. Análisis de los resultados
  10. Programa de actividades físico recreativas
  11. Conclusiones
  12. Recomendaciones
  13. Bibliografía
  14. Anexos

edu.red

"La práctica del deporte y los ejercicios físicos pueden hacer por la

Humanidad lo que no podrían alcanzar millones de médicos".

Fidel Castro Ruz

Resumen

Según datos obtenidos por la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades cardiovasculares y dentro de ellas la hipertensión arterial (HTA) deben ser consideradas como un problema de salud prioritario en la América, con enormes repercusiones sociales y económicas. Esto es aún más evidente si se considera el hecho de que un número apreciable de pacientes, cuando buscan atención médica por HTA o son detectados por el equipo de salud en centros de atención, ya presentan complicaciones y daño de los órganos, lo que se explica en parte por ausencia de sintomatología en sus fases iniciales. La falta de ejercicios mejor conocida como sedentarismo es un importante factor de riesgo para el desarrollo de la hipertensión arterial. Es conocido que una actividad física aeróbica sistemática favorece el mantenimiento o la disminución del peso corporal con un consiguiente bienestar físico y psíquico del individuo. Las personas con una vida sedentaria incrementan el riesgo de padecer de presión arterial elevada entre un 20 % a un 50 %. Precisamente es la temática que aborda este estudio mediante un programa de actividades físico recreativas para lograr la incorporación del adulto mayor hipertenso a la práctica del ejercicio físico. Para la realización del mismo se utilizaron métodos como el analítico sintético, histórico lógico, la entrevista, la observación y la encuesta entre otros. Los que posibilitaron realizar el diagnóstico inicial, elaborar el programa y llegar a conclusiones acerca de la aplicación del mismo.

Introducción

La hipertensión es el trastorno cardiovascular más frecuente en el mundo, ya que afecta a más de 691 000 000 de habitantes del planeta, de los cuales, más del 50 % son adultos mayores de 60 años. A pesar del reconocimiento público creciente y el acopio de medicamentos antihipertensivos que crece con rapidez, la hipertensión es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad cardiovascular. Los esfuerzos por prevenir, diagnosticar y tratar la hipertensión son un aspecto importante del cuidado de la salud mundial. Estudios realizados en las décadas del 60 y del 70 mostraron claramente la relación entre hipertensión (HTA) y las muertes por complicaciones vasculares en los órganos blancos del corazón, cerebro, riñón y vasos sanguíneos. Como consecuencia de este hecho se produjo un gran estímulo a la investigación en aspectos epidemiológicos y básicos, tales como sus mecanismos fisiopatológicos. Según datos obtenidos por la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades cardiovasculares y dentro de ellas la HTA deben ser consideradas como un problema de salud prioritario en la América, con enormes repercusiones sociales y económicas. Esto es aún más evidente si se considera el hecho de que un número apreciable de pacientes, cuando buscan atención médica por HTA o son detectados por el equipo de salud en centros de atención, ya presentan complicaciones y daño de los órganos, lo que se explica en parte por ausencia de sintomatología en sus fases iníciales.

La mortalidad por estas complicaciones ha mostrado un incremento sostenido durante las últimas décadas; las enfermedades del corazón, cerebro vascular y las nefropatías hipertensivas se encuentran entre las primeras causas de muerte. Aguado, X. (2003). Además de ser una de las enfermedades que generan grandes costos en su atención. Alonso, R. (2004).

Las medidas dirigidas a toda la población con el objetivo de disminuir las cifras medias de Presión Arterial (prevención primaria) pueden tener efectos fabulosamente buenos en la morbilidad de enfermedades asociadas a la hipertensión arterial (HTA), por ejemplo: una disminución de un 4 % de la cifra de Presión Arterial podía estar acompañada por la disminución del 9 % de la mortalidad por cardiopatía isquémica y el 20 % por accidente vascular encefálico. Aguado, X. (2003).

La hipertensión arterial (HTA) representa por sí misma una enfermedad, como también un factor de riesgo importante para otras enfermedades, fundamentalmente para la cardiopatía isquemia, insuficiencia cardiaca, enfermedad cerebro-vascular e insuficiencia renal y contribuye significativamente a la retinopatía hipertensivas. Berne, R. M. (2005).

La Hipertensión arterial está distribuida en todas las regiones del mundo y es precisamente una de las enfermedades crónicas no transmisibles que representan un problema atendiendo a múltiples factores de índole económico, social, cultural, ambiental y étnico. La prevalencia está en aumento asociado a patrones alimentarios inadecuados, disminución de la actividad física y otros aspectos de conducta relacionados con hábitos tóxicos. Alonso, R. (2004).

De los numerosos estudios, el realizado en Framinghan demostró la asociación de la Hipertensión arterial con otras afecciones como la obesidad, diabetes mellitus, ingestión de alcohol y tabaquismo. Otros trabajos como los realizados en el Estado de Lara, Venezuela, establecen una relación de hipertensión en pacientes mayores de 18 años, con otros factores de riesgos como cigarrillos, alcohol, peso corporal, edad, ingestión de sal. Estos factores comprobados por varios autores dan la posibilidad de buscar alternativas en el tratamiento de la hipertensión, basada en modificaciones de estilo de vida o de estos factores que pueden estar sujetos a ser modificados por el individuo con vista a disminuir o hasta cierto punto atenuar los efectos adversos de las cifras elevadas de presión arterial sobre el organismo. La elevación de las cifras de presión arterial (PA) por encima de los valores normales es uno de los problemas de salud más frecuentemente observados en la población cubana, cada año un número considerable de nuevas personas se unen al grupo de hipertensos que existen. La prevalecía estimada en Cuba está alrededor de los 2 millones de hipertensos de 0,4 % anual, según reporta la Dirección Nacional de Estadísticas del Ministerio de Salud Pública de Cuba. Con relación al individuo afectado, el Sistema Nacional de Salud tiene la responsabilidad de detectarlo y atenderlo durante toda la vida, de esta forma el riesgo de complicación y muerte presentado disminuye considerablemente.

La Organización Mundial de Salud, la Asociación Internacional de Hipertensos y otros equipos de expertos insisten en la necesidad de intensificar y actualizar métodos para modificar el estilo de vida que deviene un pilar para obtener un adecuado control de las cifras tensionales. Muchos han sido los autores que sugieren la práctica sistemática del ejercicio físico como tratamiento para la reducción de las presiones arteriales al nivel normal sin medicamentos. La utilización del ejercicio físico como medio terapéutico es tan antigua como la propia humanidad, en relación con esto, son muy conocidos los trabajos de muchos médicos que en aquel entonces recetaban como medicamento determinadas actividades físicas y obtenían saldos positivos con este tipo de tratamiento. Los ejercicios físicos se manifiestan desde los orígenes del hombre, como manifestación organizada de movimiento con una cierta intencionalidad, sin embargo, la funcionalidad de dichos ejercicios ha tenido una significación diferente en función del contexto histórico en el cual se encuentra. Desde el punto de vista de la actividad física, el hecho circunstancial más interesante se centra en la atención del ejercicio físico, considerado como una herramienta fundamentalmente para lograr una mejor calidad de vida en el desarrollo del individuo y desde esta perspectiva se ha de considerar.

La falta de ejercicios mejor conocida como sedentarismo es un importante factor de riesgo para el desarrollo de la hipertensión arterial. Es conocido que una actividad física aeróbica sistemática favorece el mantenimiento o la disminución del peso corporal con un consiguiente bienestar físico y psíquico del individuo. Las personas con una vida sedentaria incrementan el riesgo de padecer de presión arterial elevada entre un 20 % a un 50 %. Berne, R. M. (2005).

Es sabido por declaraciones de la Doctora Martha Peláez, asesora regional de envejecimiento y la salud de la Organización Panamericana de la Salud que los modelos de atención al adulto mayor en Cuba son ejemplo para América Latina y el Tercer Mundo por los beneficios que brinda a la población en general, es por eso que la expectativa de vida al nacer es de 77 años.

En Cuba se han llevado a cabo vías y fórmulas para la ejercitación de las actividades físicas en los pacientes hipertensos. Las áreas terapéuticas de la Cultura Física, desde hace veinte años, vienen desarrollando un programa de atención a la cardiopatía, aunque no ha dado respuesta a las demandas de la actualidad dado el espacio y el horario en el cual funcionan, incrementándose este factor de riesgo en la población laboralmente activa.

El Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación, ha creado un Programa de Actividades Físicas para el tratamiento de la HTA con el principal objetivo de mejorar la calidad de vida de los hipertensos a través de la práctica de ejercicios físicos aeróbicos, el cual deberá desarrollarse preferentemente antes o después de la jornada laboral en las áreas creadas en las comunidades o combinados deportivos. Como consecuencia de todo este proceso, Camagüey también tiene participación directa, destacándose fundamentalmente el trabajo de la actividad física recreativa en los círculos de abuelos y policlínicos comunitarios. No obstante, se conoce la situación que existe en la actualidad con esta problemática , fundamentalmente por el hecho de la poca información que se tiene para realizar dicha actividad ,al menos con las últimas novedades ,en ello está implicado el acercamiento que se debe tener con los adultos mayores hipertensos que es la razón de ser de este programa.

En el municipio de florida surgieron los círculos de abuelos en el año 1985, logrando incorporar una adecuada cantidad de adultos mayores que asistían de forma regular a todas las actividades que se realizaban, situación que varió hace algunos años, al dejar de asistir los matriculados a las mismas.

Esta situación se manifiesta en el círculo de abuelos del Consultorio No. 23 del Consejo Popular Argentina, donde a pesar que se realizan las actividades del círculo de abuelos los adultos mayores hipertensos no asisten. Además no tienen conocimientos en sentido general de la importancia que tiene la práctica sistemática de ejercicios físicos para la salud y específicamente en cuanto a la Hipertensión Arterial (HTA). Esto se pudo constatar en la encuesta inicial aplicada.

Por lo que se plantea como Problema Científico.

¿Cómo lograr la incorporación de los adultos mayores hipertensos del Consultorio No. 23 a la práctica del ejercicio físico?

OBJETO DE ESTUDIO: Programa de atención integral al adulto mayor.

CAMPO DE ACCION: Incorporación del adulto mayor hipertenso a la práctica del ejercicio físico.

OBJETIVO GENERAL: Evaluar el programa de actividades físico recreativas para la incorporación del adulto mayor hipertenso a la práctica del ejercicio físico.

OBJETIVOS ESPECIFICOS:

  • 1- Realizar el diagnóstico de la muestra seleccionada.

  • 2- Elaborar las actividades que integran el programa de acuerdo al diagnóstico realizado.

  • 3- Diseñar el programa de actividades físico – recreativas.

  • 4- Aplicar el programa de actividades físico – recreativas.

HIPOTESIS: Con la aplicación de un programa de actividades físico -recreativas se lograría la incorporación del adulto mayor hipertenso a la práctica del ejercicio físico.

Variables Relevantes

  • Independiente: Programa de actividades físico – recreativas.

  • Dependiente: Incorporación del adulto mayor hipertenso a la práctica del ejercicio físico.

Variables Ajenas:

  • Recursos materiales.

  • Sexo.

  • Estado de salud del adulto mayor.

  • Experiencia del activista.

INDICADORES PARA MEDIR LA INCORPORACIÓN.

  • Nivel de satisfacción.

  • Participación en las actividades.

  • Variedad de las actividades.

Definiciones de trabajo

Programa de actividades físico – recreativas. Conjunto de actividades físicas y recreativas planificadas y organizadas que tienen en cuenta las características del adulto mayor hipertenso al que va dirigido

Incorporación. Acción de incorporar o incorporarse. Agregarse una o más personas a otras para formar un grupo. Asistencia sistemática y dinámica a las actividades.

Actividad Física Recreativa: Actividad que puede proporcionar al mismo tiempo higiene mental y física, a su vez la oportunidad de aprendizaje.

Comunidad: Agrupación de personas cuyos miembros tienen intereses y objetivos comunes situados estos en una determinada posición geográfica.

Novedad científica del trabajo. No existía un plan para mejorar la calidad de vida de los hipertensos en el adulto mayor.

El aporte práctico de la investigación es el programa de actividades físico recreativas, teniendo en cuenta las características del adulto mayor hipertenso para lograr su incorporación a la práctica del ejercicio físico.

Fundamentación del problema

Los aspectos centrales del Programa de Atención Integral al Adulto Mayor tienen priorizado el perfeccionamiento del trabajo en la atención primaria, mediante el médico de familia y otras alternativas no institucionales con la participación comunitaria, no obstante, deberán profundizar en aspectos que posibiliten un mayor apoyo a la familia por parte de la comunidad, con vistas a garantizar la permanencia de los ancianos en su entorno familiar y social, lo que requerirá de incrementos en las casas y círculos de abuelos, así como proveer recursos y más personal calificado que garantice mejorar el nivel de atención en estas instituciones. Además, las acciones contempladas en este programa, por su importancia, deben ser seguidas y controladas para poder medir su efectividad.

El cuadro de salud de la población en los años futuros estará caracterizado por el aumento sustancial en la denominada cuarta edad donde aumentarán las enfermedades crónicas no transmisibles, las que continuarán reemplazando a otras causas de muertes en el cuadro epidemiológico de la mortalidad y morbilidad cubana degenerativas, y que impondrán un aumento importante en los gastos del sector salud.

También se requerirán nuevas estrategias en los distintos niveles de atención y en los programas de salud, entre ellos habrá que incrementar considerablemente los servicios de geriatría, tanto en lo relativo a la oferta de consultas externas, como en el del número de camas, en este sentido hay que valorar las particularidades de cada provincia, tanto en los recursos que posee, como en las características que tiene el proceso de envejecimiento.

Dentro de estas estrategias se encuentra el ejercicio físico que reporta beneficios al adulto mayor que lo realiza, por lo que en Cuba se han desarrollado proyectos y mecanismos institucionalizados que rigen la práctica del ejercicio físico organizado, se puede citar como ejemplo, los círculos de abuelos, la cátedra del adulto mayor que junto a los llamados hogares de ancianos diversifican todo el régimen de la vida del adulto mayor. Por otra parte es válido señalar el trabajo que realizan el Ministerio de Salud Pública y la dirección del INDER, organizando la actividad física que ejecutan los longevos para la estabilidad de su salud y adecuarse a un estilo de vida adecuado.

Este trabajo expresa algunas reflexiones del proceso de envejecimiento de la población cubana, los beneficios del ejercicio físico y valora la efectividad del programa de actividades físico recreativas para lograr la incorporación del adulto mayor hipertenso del Consultorio No. 23 del Consejo Popular Argentina, en florida, pero es susceptible de aplicar en otros contextos teniendo en cuenta las condiciones y características de los mismos.

CAPÍTULO I

Marco teórico conceptual

1.1 PRESIÓN ARTERIAL

La Presión Arterial (PA) se define como la fuerza ejercida por la sangre contra cualquier área de la pared arterial y se expresa a través de las diferentes técnicas de medición como PA sistólica, PA diastólica y PA media. Braunwald, P. (1989)

La Presión Arterial (PA) siguiendo el criterio de Gallavardin se puede decir que es una fuerza creada por el corazón, mantenida por la elasticidad arterial y regulada por las resistencias periféricas. En toda presión sanguínea se debe determinar la máxima que corresponde a la sístole ventricular (presión máxima o sistólica) y la mínima que no es más que la presión que queda después de haberse desvanecido la anterior (presión diastólica) manteniendo ellas dos una correspondencia dentro de ciertos límites homogéneos (aunque variables).

En las personas sanas la tensión arterial normal se suele mantener dentro de un margen determinado. El complejo mecanismo nervioso que equilibra y coordina la actividad del corazón y de las fibras musculares de las arterias, controlado por los centros nerviosos cerebroespinal y simpático, permite una amplia variación local de la tasa de flujo sanguíneo sin alterar la tensión arterial sistemática. O sea, cuando la sangre que circula por los vasos sanguíneos, necesita sobre todo en las arterias, una determinada presión para poder alcanzar todos los órganos y suministrarles nutrientes y oxígeno. Esta presión arterial, depende por un lado de la fuerza con la que la sangre es impulsada desde el corazón en cada latido, y por otro de la resistencia que los conductos arteriales ofrecen a su paso. Braunwald, P. (1989).

La presión arterial en los seres humanos, tiene dos valores; uno de ellos llamado valor sistólico ó presión máxima, y que en régimen de normalidad varía entre 100 y 140 mm Hg, y otro llamado valor diastólico ó presión mínima, y que normalmente varía entre 60 y 90 mm Hg. Cordies, J. (1995)

  • Valores Normales y elevados de Tensión Arterial.

TA

Sistólica

Sistól

Diastólica

Diastól

Sistólica

Sistól

Diastólica

Diastól

SEXO

M

M

M

M

F

F

F

F

Edad

Normal

Alta

Normal

Alta

Normal

Alta

Normal

Alta

16-18

105-135

145

60-86

90

100-130

140

60-85

90

19-24

105-140

150

62-88

95

100-130

140

60-85

90

25-29

108-140

150

65-90

96

102-130

140

60-86

92

30-39

110-145

160

68-92

100

105-140

150

65-90

98

40-49

110-155

170

70-96

104

105-155

165

65-96

105

50-59

115-165

175

70-98

106

110-170

180

70-100

108

60…

115-170

190

70-100

110

115-175

190

70-100

110

  • Clasificación de la Presión Arterial para Adultos de 18 años o más (JNC–V/1993 Y VI-1997)*

Categoría

Sistólica (mm Hg)

Diastólica (mm Hg)

Óptima

Menos de 120

Menos de 80

Normal

Menos de 130

Menos de 85

Normal Alta

130-139

85-89

Hipertensión

Estadio 1 (Discreta)

140-159

90-99

Estadio 2 (Moderada)

160-179

100-109

Estadio 3 (Severa)

180-209

110-119

Estadio 4 (Muy Severa)

210 y más

120 y más.

En condiciones normales, el corazón late de 60 a 80 veces por minuto. Con cada latido manda una ola de sangre a sus arterias, esto hace que la presión se eleve en las arterias, por otra parte la presión baja cuando el corazón descansa entre latidos. Con respecto a lo anteriormente expuesto, se puede decir que un sujeto padece hipertensión arterial, o que es hipertenso, cuando cifras tensionales, tomadas en reposo exceden de 140/90 mm Hg, y además persisten a lo largo del tiempo. Hoy en día, las cifras de normalidad tensional se consideran en torno a 130/85 mm Hg, mientras que 120/80 mm Hg serían las cifras ideales. Gayton, A.

C. (1992).

La importancia clínica de la hipertensión, radica no tanto en el valor absoluto de sus cifras, sino en la lesión que produce en determinados (órganos) de los que el corazón y las arterias, el cerebro, el riñón y la retina, son los más afectados, y por tanto secuencia de las complicaciones habituales de la hipertensión arterial.

Hay que considerar que la presión arterial es una variable biológica que cambia constantemente para adaptarse a las necesidades del organismo. Por tanto, su evaluación debe hacerse en condiciones de reposo y a lo largo del tiempo. Con el envejecimiento arterial que se sufre con la edad, la presión arterial máxima tiende a subir y la mínima por el contrario se reduce. Esto ha llevado a algunas escuelas médicas a considerar que un valor máximo de 160/90 mm Hg sería normal por encima de 65 años, mientras que para otros la cifra de normalidad con independencia de la edad sería siempre 140/90 mm Hg

Estudios científicos han precisado que hay factores ambientales y genéticos en los padecimientos de hipertensión. Dichos padecimientos se acrecientan con la edad. La obesidad, el exceso de ingesta de sal, la falta de potasio, el elevado consumo de alcohol y tabaco, la falta de práctica física y el estrés, agudizan los riesgos de la enfermedad. Sin embargo, es importante señalar, que hoy en día se sabe que el factor genético también cuenta en la operación de esta dolencia, aunque se desconoce que responsabilidades directas juega la herencia.

La característica más importante de la hipertensión arterial (HTA) es, precisamente, que no produce síntomas, de ahí que se le conozca como el asesino silencioso. Es decir, en condiciones normales los pacientes hipertensos no notan nada especial. Pero esta circunstancia, que podría considerarse favorable para el paciente ya que no se encuentra mal, tiene su aspecto negativo: al no presentar síntomas la persona, no se siente enferma y, por tanto, no acude al médico con lo que desconoce su verdadera situación.

En la mayoría de los casos, los síntomas que el hipertenso percibe no se deben a

la propia HTA sino que son consecuencia de sus complicaciones. Es decir, si el paciente siente fatiga al andar o pasear de prisa, se debe a que la hipertensión probablemente ha afectado a su corazón (que se ha vuelto insuficiente y, por lo tanto, en determinadas circunstancias de esfuerzo no puede responder adecuadamente). O si el paciente nota dolor en el pecho al realizar un esfuerzo que cede al guardar reposo, entonces probablemente el problema sea que la HTA a lo largo de los años ha afectado a sus arterias coronarias. La HTA en ausencia de complicaciones no produce ningún síntoma, pero hay algunas creencias extendidas de que determinadas sensaciones pueden deberse a la HTA y conviene aclarar y repasar algunas de las más comunes:

• Dolor de cabeza.

Es muy frecuente atribuir dolor de cabeza a una subida de la presión. Pero, normalmente, sólo se debe a la hipertensión en condiciones excepcionales (como cuando la presión se eleva por encima de 210 mm de Hg para la sistólica ó 115 para la diastólica). Lo habitual es que el dolor de cabeza se produzca por otra causa, lo que causa incomodidad y ansiedad. Y eso, produce una liberación de adrenalina que eleva la presión. Por tanto la hipertensión en estos casos es secundaria al dolor de cabeza, y cede cuando éste mejora.

• Sangrado nasal.

No se pueden atribuir todos los casos de sangrado nasal a la hipertensión. Es cierto que en ocasiones los pacientes hipertensos lo sufren, pero no de modo más frecuente que en los pacientes con presión normal.

• Mareos.

Cuando las cifras de hipertensión no son muy elevadas ésta no produce sensación de mareo o inestabilidad. Este síntoma probablemente se deba a otras causas y no a la presión arterial elevada.

Los estudios epidemiológicos que se han realizado sobre la hipertensión indican claramente, que este proceso es el primer factor condicionante para padecer un infarto de miocardio o un estado de insuficiencia cardiaca progresiva. Además la hipertensión se asocia con una elevada posibilidad de sufrir una hemorragia cerebral o de entrar progresivamente en un fracaso renal irreversible.

Una hipertensión arterial severa no tratada adecuadamente, llegará a producir en un plazo de 5 años una mortalidad global del 100 %, correspondiéndole el 50 % al infarto de miocardio, el 33 % a la hemorragia cerebral, el 10 % a fallo renal, y el 7 % a roturas bruscas de la aorta (aneurismas). Se comprenda entonces la severidad de la hipertensión, y el elevado perfil de riesgo cardiovascular que padece un hipertenso. Sin embargo hoy también se sabe, que si estos tipos de pacientes reciben un tratamiento adecuado, las posibilidades de mortalidad se reducen en un 50 % para la hemorragia cerebral y a casi un 25 % para el infarto de miocardio. La hipertensión crónica contribuye además, al deterioro orgánico general, afectándose la función cardiaca (insuficiencia cardiaca), alterándose la función mental especialmente para la memoria reciente (demencia senil), e induciendo insuficiencia circulatoria periférica (claudicación intermitente a la marcha).

La presión arterial alta o hipertensión puede dañar el organismo principalmente, porque aumenta la cantidad de trabajo del corazón y de las arterias. Como el corazón tiene que trabajar más de lo normal por mucho tiempo, este tiende a agrandarse, y posteriormente puede ser difícil responder a las exigencias del organismo.

A medida que se envejece, las arterias se endurecen y se hacen menos elásticas. Esto ocurre gradualmente en todas las personas, aunque no tengan la presión arterial alta. Pero con la presión arterial alta esto tiende a acelerarse. El riesgo de un derrame cerebral también aumenta si se tiene la presión arterial alta. La presión arterial alta no controlada puede también dañar los riñones.

La presión arterial alta esencial no puede curarse, pero usualmente si se puede controlar y sus efectos pueden prevenirse o reducirse si se trata o se controla a tiempo. No se debe tomar la presión arterial alta a la ligera. Como promedio, cuando se comparan con la presión arterial alta no controlada con las personas con presión arterial alta controlada, las personas no controladas tienen: Tres veces más posibilidades de desarrollar enfermedades de las arterias coronarias. Seis veces más posibilidades de desarrollar insuficiencia cardiaca congestiva; y siete veces más posibilidades de tener un derrame cerebral.

  • Enfermedades crónicas asociadas a la hipertensión.

  • 1. Obesidad.

  • 2. Diabetes.

  • 3. Insuficiencia renal.

  • 4. Insuficiencia cardiaca.

  • Enfermedades que producto de los medicamentos indicados para su tratamiento pueden producir hipertensión arterial.

  • Artritis.

  • Asma Bronquial.

  • Medicamentos que pueden elevar la presión arterial.

  • 1. Indometacina.

  • 2. Piroxicán.

  • 3. Ibuprofeno.

  • 4. Prednisona.

  • 5. Hidrocortisona.

  • 6. Naproxeno.

  • FACTORES:

1.2.1 No controlables

1. La raza.

La hipertensión arterial tiende a ser más frecuente, de inicio más temprano, y más

Grave en personas de raza negra que en los de raza blanca. En ellas también es más frecuente el daño de órganos, secundario a hipertensión. Sin embargo, en personas de raza negra la hipertensión puede tratarse con tanto éxito como en personas de raza blanca.

2. Herencia:

Existen factores de carácter genético que predisponen a padecer hipertensión, y aunque la hipertensión no sea heredable en sentido estricto, en aquellos individuos con antecedentes familiares de hipertensión, ó con otros factores cardiovasculares de riesgo, se debe realizar una investigación más intensa y frecuente de las cifras de tensión arterial y de los demás factores de riesgo, a modo de estado de alerta clínica permanente.

3. Edad:

La edad es otro factor no modificable, que va a influir sobre las cifras de presión arterial, de manera que tanto la presión arterial sistólica o máxima o diastólica o mínima aumentan con la edad y lógicamente se encuentra un mayor número de hipertensos en los grupos de más edad.

Es habitual que durante muchos años (10,15 ó incluso 20 años) la hipertensión no produzca en el hipertenso ningún síntoma de alarma, aunque el daño interno sobre los órganos diana se efectúe desde el principio. Sobre la base de su alta prevalecía (la hipertensión arterial afecta a más del 20% de la población adulta de más de 40 años, y casi a la mitad de los mayores de 65 años) es una práctica muy aconsejable tomarse la presión arterial a partir de estas edades con regularidad por lo menos cada año ó mejor cada 6 meses.

1.2.2 Controlables:

1. Obesidad:

Hay una relación directa precisa entre el peso corporal y la presión arterial en reposo. Estudios epidemiológicos han demostrados que las personas con sobrepeso tienen mayor riesgo de hipertensión y problemas cardiovasculares. La pérdida de peso se correlaciona estrechamente con una disminución de la presión arterial y es quizás la más eficaz de todas las medidas no farmacológicas para el tratamiento de la hipertensión. Estar dentro de un peso normal no es sólo una cuestión de estética sino de salud del cuerpo físico y de la mente. Las personas obesas están mucho más enfermas que las delgadas con problemas cardiacos, hipertensos, anginas, infartos, insuficiencia respiratoria, varices, inflamaciones articulares y óseas, fatiga respiratoria, con colesterol, ácido úrico y glucosa elevados, todo ello debido a que los órganos internos deben de trabajar a un ritmo más rápido y de ahí viene ese agotamiento y fallo del organismo. Por lo general la obesidad está ligada a la pereza, el desánimo, falta de ejercicio físico, comodidades, y abandono de uno mismo.

¿Cómo saber si estamos dentro del peso normal?

Para saberlo es fácil hallando el Índice de Masa Corporal (IMC), en el que se divide el peso en kilogramos por la talla al cuadrado, por ejemplo en una persona que pesa 67 kg y mide 1.65 cm., se divide los 67 kg por el resultado de multiplicar 1.65 por 1.65.

En el peso normal e Índice de Masa Corporal (IMC) va de 20 a 25 en las mujeres y de 20 a 27 en los hombres. En el ejemplo estaría dentro de un peso normal. Por debajo de 20 hay delgadez excesiva y por encima de 25 ó 27 hay sobrepeso. Se considera que existe obesidad si el IMC está por encima de Factores no controlables.

  • Insuficiencia cardiaca.

Constituye un cuadro funcional que revela la incapacidad del corazón para vaciarse completamente y expulsar toda la sangre que llega durante la diástole, por lo cual es imposible que se mantenga un gasto cardíaco adecuado en relación con el retorno venoso y las necesidades del organismo.

  • Insuficiencia Renal Crónica:

Se define como la perdida lenta y progresiva, casi siempre irreversible, de las funciones del riñón, a causa de enfermedades que producen una destrucción bilateral difusa del parénquima renal y cuya expresión química esta dada por síntomas de enfermedades que la produjo y por manifestaciones propias de la perdidas de las funciones renal.

  • Diabetes.

Es una enfermedad metabólica crónica causada por un defecto heredable para utilizar carbohidratos, proteínas y grasas, secundarias a un déficit relativo absoluto de insulina efectiva, lo que se produce en los pacientes no tratados por un aumento de glucosa en sangre y orina y de lípidos en la sangre.

La diabetes es un desorden del metabolismo, el proceso que convierte el alimento que ingerimos en energía. La insulina es el factor más importante en este proceso. Durante la gestión se descomponen los alimentos para crear glucosa, la mayor fuente de combustible para el cuerpo. Esta glucosa pasa a la sangre donde la insulina le permite entrar en la célula.

(La insulina es una hormona segregada por el páncreas es una glándula grande que se encuentra detrás del estómago).

El páncreas no produce o produce poca insulina (tipo 1).

La célula del cuerpo no responde a la insulina que se produce (tipo II).

  • Consumo excesivo de sal:

Hoy en día, los alimentos llevan una cantidad de sal suficiente, por lo que su añadido durante el cocinado y en la mesa supone una sobrecarga para el organismo. A la larga, este exceso de sal acaba predisponiendo a la Hipertensión Arterial (HTA). Por ello se debe ser muy restrictivos al añadir sal a las comidas y saber que se puede emplear otros métodos de condimentación de los alimentos.

  • Alcoholismo:

El consumo de alcohol eleva la presión arterial, aguda y crónicamente, y estudios transversales demostraron una relación entre la presión arterial elevada y el consumo excesivo de alcohol. Se estima que la ingestión regular de 30ml de alcohol al día (dos copas) aumenta la presión arterial sistólica de 2 a 6 mmHg.

  • Falta de ejercicio físico:

Partes: 1, 2, 3
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