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Historia de los Tobas (página 2)

Enviado por Fabián G. Amarillo


Partes: 1, 2

Las grandes empresas explotadoras de recursos naturales del Chaco estuvieron, en cambio, fundamentalmente dirigidas por ingleses *2.

Empieza en 1878 la "guerra del desierto" y termina en 1880, en esta guerra se produce una cruel matanza de pueblos originarios para ocupar las tierras y venderlas a un precio muy barato, solo para sacarlos de su lugar de origen.

En 1885 se lanza la gran campaña militar de Victoria. Se recordarán con horror matanzas en Makallé, La Cangallé, etc., con honor los nombres de Salarnek-Alón, Camá, Matolí, Leoncito, Garcete, Moreno, Covaiqué, Nela-Lagadik, megotsché, etc. En el asta-bandera de las tropas de un inglés que fue general y gobernador argentino del Chaco se llegó a ensartar la cabeza cortada de un Gran Jefe. El cráneo de otro, que se opusiera al bombardeo de un buque estadounidense y otras invasiones, adorno la biblioteca del comandante Fontana.

Paralelamente, el corones Manuel Obligado, comandante de la frontera norte, fundada la Colonia Indígena de San Antonio.

Si por entonces se aspiraba a transformar al río Negro en la frontera sur del , el Bermejo debía constituirse, ineludiblemente, en el límite norte. Estos dos frentes de guerra resultaban complementarios *3 si se había priorizado al sureño, era en función de razones bien atendibles, la objetiva importancia de los pampa y los pretensiones chilenas sobre las tierras de la Patagonia, el ambicioso proyecto agropecuario pampeano y el peso político de los latifundistas bonaerenses. Pero nadie dudaba, ni por un instante, de que los ejércitos que operaban victoriosos en la Patagonia serían prontamente transferidos al Chaco (Viñas, 1982p. 119)

Así, el general Benjamín Victorica, quien fuera Ministro de Guerra y Marina del Presidente Roca desde 1880 hasta julio de 1885 *4, ordeno, en la segunda mitad del año 1884, la esperada campaña militar contra los indígenas del Chaco. Donde actuarían conjuntamente fuerzas del Ejército y la Marina.

Debía tratarse de una campaña puntual y una victoria fulminante, de lo contrario, y como lo había advertido el General Roca:

… un reguero de sangre marcaran en el Chaco los derroteros de la civilización y del progreso… (Comunicado del Presidente de la República General Julio A. Roca, al teniente Coronel Luís Jorge Fontana*5, Firma de Despachos, 1881)(Maldonado, 1991, p.18)

Esta vez, el objetivo era alcanzar conjuntamente La Cangayé, sobre la ribera sur del Bermejo. La misma táctica que cinco años atrás, sobre Choele-Choel, en el Negro.

Durante la mañana del primer día de octubre de 1884, el general Victorica, embarcado en la torpedera Maipú, zarpó desde Buenos Aires, con destino a Puerto Timbó, hoy Bermejo. Lo seguían los vapores Talita y Tacuarí.

Las otras fuerzas militares provenían de Salta: Regimiento 10 de Caballería al mando del coronel Solá, de Formosa: Regimiento 7 de Infantería y 6 de Caballería, bajo las órdenes del general Fotheringham, de Córdoba: Regimiento 12 de Caballería, a cuyo frente se encontraba el coronel J.M. Uriburu, Batallón 4 de infantería de Línea y Batallón de Infantería de Marina comandados por el coronel Blanco, y de Resistencia, Regimiento 9 de Infantería al mando del coronel Figueroa.

El capitán José Montero, del Regimiento 12 de Caballería, sorprendió en su aldea al cacique Inglés y le dio muerte. El general Ignacio Fotheringham apresó y sentenció a muerte al cacique Toba Yaloshi: Aprobada la sentencia, se llevo a efecto, al pie de un corpulento quebracho. Ahí nos mas lo dejamos para escarmiento (Fotheringham, (1908) 1970. p 553)

Más tarde, las tropas del mismo general dieron muerte al gran jefe de los Toba, el cacique Cambá, que años atrás desafiara al propio Jefe de la Comandancia de Resistencia, para que << saliese a arreglar a lanza y sable>>. Cambá fue herido en Paso Central, el 5 de diciembre de 1884:

Ya caído, fue ultimado a puñaladas, cortada su cabeza y clavada en una lanza… hermoso fin de campaña. Todos los indios desfilaron ante su cabeza y todos lo reconocieron (Fotheringham (1908) 1970.p 574, Maldonado, 1991p, 30)

Dispersos, arrinconados, sin más armamento que algunas flechas, retrocediendo frente a la masiva invasión y el sistemático escarmiento, la mayor parte de los caciques y sus clanes se fueron entregando sin resistencia, al paso de las distintas columnas militares (Scunio, 1972, Maldonado, 1991)

Los escritos del coronel Ángel Justiniano Carranza en su << Diario de Marcha de la Expedición>> y los testimonios del general Ignacio Fotheringham) (1908) 1970) están muy lejos de relatar combates heroicos o memorables. Por el contrario, todas las descripciones de la campaña de Victorica no consiguen esconder la endebleza de un enemigo asustado e indefenso, no las contradicciones que arrastran los jefes militares, ni siquiera el cinismo y la ironía con que, al parecer, pretenden defenderse:

Nunca he visto gente más contenta, y más leal…. Buenos indios, legítimos, de raza pura, toba, mocoví o chiriguano, dueños indiscutibles del territorio, por ley. Oriundos y nativos de sus bosques vírgenes….! Pero vino la Raza Superior!!… (Fotheringham, 1970, p 539).

El 24 de octubre de 1884, tropas del Regimiento 12 de Caballería, al mando del teniente primero Adolfo Boero, atacaron por sorpresa una toldería donde fueron tomados prisioneros ocho indios y una china, lográndose como botín un fusil, una lanza, doscientas flechas, cuatro hachas, cuatro monturas y una oveja. (Scunio, 1972, p, 262)

Benjamín Victorica era un militar distinguido, raza de caballeros de otra época, de maneras afables, animado del mas patriótico empeño y decidida buena voluntad…. En las Jutas, donde se une el Teuco con el Bermejo, el Ministro dirigió la palabra a sus tropas. Hizo un cuadro hermoso de esos vastos territorios, esos esplendidos bosques vírgenes, esa zona fértil, de vegetación exuberante y gran porvenir *6

Yo miraba a mí alrededor y vi un río inmundo, fangoso, de aguas turbias, unas tierras áridas, unos montes raquíticos y un clima detestable… concluyo la arenga. Todos aplaudimos con sinceridad, la buena intención es lo que vale… pero yendo con el aparte le dije: Dígame Señor Ministro: usted piensa todo lo que ha dicho?>>, y El respondió: No hombre: jamás he visto lugares más horrorosos. Pero hay que hablar patrióticamente y el patriotismo, es como el amor, es ciego (Fotheringham, (1908) 1970, pp 567/568)

Trece fortines levantados sobre el Bermejo fueron el resultado de la campaña de 1884, aparte de la derrota militar del indígena, aunque estos no fuera totalmente sometidos en forma inmediata (Iñigo Carrera, 1988, p8). Hubo que esperar hasta el 31 de diciembre de 1917, para que oficialmente por concluida la guerra contra los chaquenses (Magrassi, 1987, p, 106)

La inversión en tierras y colonización aumento considerablemente.

La zona de cañadas cercana al Paraná y su afluentes contaba con abundantes bosques cuyas maderas encontraban por entonces una significativa demanda *7. En el centro-oeste, el quebracho colorado era mucho menos abundante y la aptitud agrícola del suelo, si bien era superior a la zona de cañadas, no podía competir con la pampeana.

Por eso, producida la crisis mundial de 1890, la expansión del capital se produjo sobre las tierras ya ocupadas del este, mientras el centro oeste continúo por más tiempo en manos aborígenes (Iñigo Carrera, 1988, p 8)

El proceso de absorción de mano de obra indígena, confesado objetivo de la campaña de Victorica, fue paralelo al establecimiento de los ingenios azucareros y los obrajes de explotación de la madera:

Difícil será ahora que las tribus se reorganicen bajo la impresión del escarmiento sufrido… sus miembros dispersos se apresuraran a acogerse a la benevolencia de las autoridades, acudiendo a las reducciones o los obrajes donde ya existen muchos de ellos disfrutando de los beneficios de la civilización ( Victorica, 1885.p 15. Iñigo Carrera, 1988, p11)

Los indígenas chaqueños realizaron en los obrajes los trabajos más duros y peor pagados.

Juan Bialet Massé, en enero de 1904 en su informe sobre la situación laboral del país, redactado a solicitud del Ministro del Interior Joaquín V. González, describe con singular realismo el estado de la situación:

Peor que cualquier obrero, por debajo de los obreros, a la par de los animales de tiro… se reniega del indio, pero se lo explota. Sin él en el Chaco no hay ingenio, ni obraje, ni algodonal (Bialet Massé, (1904) 1973, p, 36)

Durante la primera década del siglo pasado, comenzó a impulsarse el cultivo del algodón, expandiéndose paulatinamente la ocupación al área centro-oeste. En 1909, comenzó la construcción del ferrocarril que atravesaría el Chaco, uniendo el puerto de Barranqueras, sobre el Paraná, con la provincia de Salta. En 1911, cuando los trenes llegaban hasta la región de mayor concentración indígena, se produjo una nueva campaña militar, la del coronel Enrique Rostagno, destinada a ocupar definitivamente la zona (Iñigo Carrera, 1988, pp. 11/12)

En julio de 1911, como presagio de la campaña que se iniciaría en septiembre, las tropas acantonadas en el Fortín Arenales, bajo las órdenes del teniente Benjamín Menéndez, asesinaron a una tribu entera, en aparente represaría (Maldonado, 1991, pp. 48-50):

Después de un largo tiroteo (informa el teniente Menéndez) resultaron ciento ochenta indios muertos y un soldado herido… se les quito además treinta y un caballos, seis mulas, treinta burros, ciento cincuenta y seis vacunos, y cuatrocientas cincuenta ovejas y cabras (Telegrama emitido el 14 de julio de 1911 desde Puerto Bermejo y publicado en el diario La Prensa del día 15-7-1911, p.12, Maldonado 1991, p.48)

Nuevamente apeló a la táctica del escarmiento. Resulta entonces comprensible que en septiembre de 1911, al iniciarse la campaña de Rostagno, y durante los tres meses subsiguientes, se entregaran, sin ofrecer ninguna resistencia, más de ocho mil indígenas. Fue en las proximidades del Teuco, en las nacientes del Salado y en las lagunas del Pilcomayo.

Enrique Rostagno, coronel del Ejército, Jefe de las Fuerzas de Operaciones en el Chaco, en su Mensaje de final campaña. Dirigido el 30 de noviembre de 1911, desde Resistencia, al Gobierno de Buenos Aires, expresaba:

Se han recorrido más de 3.200 leguas cuadradas…. Durante todo este inmenso recorrido no se ha tenido necesidad de disparar un solo proyectil, aunque encontramos más de ocho mil indios por las hermosas lagunas del Pilcomayo Central, en las nacientes del Salado, en las proximidades del Teuco y en la zona sur del antiguo cauce del Bermejo. Esos indios, que no huyeron por que fueron sorprendidos por las patrullas que se les aparecieron de todos lados, fueron bien tratados y reviran de eficaz elemento de propaganda para hacer conocer a los otros que la vigilancia y la justicia de las tropas nacionales se extiende a todos los habitantes del territorio, sin distinción de razas y que el Gobierno Nacional está dispuesto a darles tierras y elementos de trabajo si desean someterse… (Rostagno, 1969, pp.21/22)

Pese al sometimiento espontáneo al que hace referencia insistentemente el coronel Rostagno en su mensaje, el paso del tiempo ha sabido transformar las vicisitudes de esta campaña y recordarla en medio de atributos de tenacidad y sacrificio. En el año 1969 en la <> del libro de Enrique Rostagno, el general de Brigada Juan Bautista Loza, por entonces Presidente del Círculo Militar, escribía:

El chaco fue duro escenario del esfuerzo de estos bravos camaradas*8, que, en cumplimiento de órdenes superiores, actuaron en los territorios ocupados por el salvaje, y con permanente tenacidad y real sacrificio, lograron que estas tierras se incorporarán definitivamente al ritmo del progreso de la Nación (Loza, 1969, p.2).

La <>, seguida del disciplinamiento, fueron los signos emblemáticos que guiaron la conquista del Chaco y la diferenciaron de las campañas en el sur, cuyo sino, en cambio, fue el exterminio. Las inmensas estancias ovinas de la Patagonia requerían para su desarrollo productivo una fuerza de trabajo inferior a la demandada para la explotación de las riquezas naturales del Chaco. Las potencialidades económicas de sus bosques y cañadas reclamaban abundancia de brazos baratos, y había por tanto que dominarlos, consérvalos y adiestrarlos.

Ya el general Victorica lo expresaba con meridiana claridad:

No dudo que estas tribus proporcionaran brazos baratos a la industria azucarera y a los obrajes de madera… si considero indispensable, también, adoptar un sistema adecuado para situarlos permanentemente en los puntos convenientes, limitándoles los terrenos que deben ocupar con sus familias, a efectos de ir poco a poco modificando sus costumbres, y civilizándolos (Victorica, 1885, p23, Iñigo Carrera, 1988, p.11)

La supervivencia estaba condicionada para los chaquenses. Para seguir ocupando su hábitat, era preciso que dejaran de ser pescadores, cazadores y recolectores y se transformaron en asalariados, revistiendo condiciones extremas de explotación.

Resulta necesario, entonces, socializar, disciplinar, concentrar y localizar a prudente distancia una abundante reserva de fuerzas de trabajo indígena, a fin de mantenerla al alcance para aquellos momentos claves en que seria reaclamada por el ciclo de los cultivos tropicales.

En la Provincia de Formosa se creó la reducción de Fray Bartolomé de Las Casas, y en el Chaco se eligieron las tierras de Napalpí, en 1914, y donde los Mocoví y los Tobas serían confinados para trabajar primero como hacheros, y más tarde como cosecheros y carpidores del algodón.

El gobernador Lynch Arribálzaga organizo la primer "colonia laica" con Toba y Mocoví de Quitilipi en 1915.

Las vicisitudes del mercado mundial algodonero *9 crearon la posibilidad de expandir este cultivo en la Argentina. El Chaco, en especial su franja centro-oeste, ofrecía las condiciones ecológicas adecuadas. A mediados de la década del ´20, el algodón se constituyó en la principal producción de esas regiones (Iñigo Carrera,1983 y 1988,Rock,1989, Taylor,1948, Ferrer,1963).

La abundancia de mano de obra que requería la zafra algodonera no siempre resultaba satisfecha por los trabajadores aborígenes. Estos, incluidos los de la reducción de Napalpí, solían desplazarse hacia los ingenios azucareros de Jujuy y Salta cuando las condiciones de trabajo y de salario les resultaban más convenientes.

El 31/XII/1917 se dio oficialmente por concluida la "guerra contra los chaquenses". En 1920 el inglés Ardí establecido con plantación e ingenio instauraba el imperio de Las Palmas, primer lugar del país en disponer de luz eléctrica.

En fosas comunes, junto al río se apilaban los cadáveres indios. Otros desdichadotes siguieron. Por quebracho, tanino, durmientes, leña, carbón, empresas germano-anglosajonas como La Forestal, el ferrocarril francés, etc. El algodón abrió el "tercer ciclo chaqueño" en la satisfacción de las necesidades imperialistas. En 1924, el Ministro de Agricultura de la Nación recibió un mensaje telegráfico, firmado por cincuenta colonos de Sáenz Peña, en el descifra el desesperante cuadro que se vivía, como consecuencia de la escasez de fuerza de trabajo:

….rogamos vuestra intervención ante amenaza desastre significa falta de brazos, deteniendo salida indios y haciendo regresar a lo que se van… (Iñigo Carrera, 1983, p.80).

Un año antes, Fernando Centeno se había hecho cargo de la gobernación del Chaco. Era un hombre sin escrúpulos que supo rodearse de gendarmes delincuentes y policías arbitrarios (Maldonado, 1991.pp.64-67) y que pretendió resolver la crisis prohibiendo a los Mocoví, Tobas y demás chaquenses abandonar el territorio. El despojo, la explotación, las atrocidades perpetradas contra los indios tornaban intolerable la situación. Cerca de ochocientos indígenas comenzaron a concentrarse en Napalpi y se declararon en huelga.

Las causas desencadenantes del movimiento de Napalpi son múltiples y de influencia reciproca, concluyen con certeza Edgardo Cordeu y Alejandra Siffredi (1971). Se sucedieron intricados episodios, provocaciones, negociaciones y promesas incumplidas. La movilización aborigen de El Aguará (Napalpi) convocó a los jefes Mocoví Miguel Duran y Pedro Maidana, Yachaxanaxauaic y a los shamanes Toba José Machado, Dionisio Gómez, Llishaxaic, y su hijo Pedro Gómez, Soqolec (Millar, 1979, p.102, Maldonado, 1991, p.87).

La huelga general se transformó en un movimiento milenarista.

Dionisio Gómez confesó que tenía el poder de desviar las balas de la policía y, junto con José Machado, fueron considerados OIQUIAXAIC :hombres privilegiados capaces de comunicarse con el espíritu los muertos. Había llegado, entonces, el tiempo en que los antepasados resucitarían, cambiando l orden del mundo, y los aborígenes chaquenses volverían a ser nuevamente los dueños de los montes y la tierra.

En la mañana del 19 de julio de 1924, ciento treinta policías y numerosos civiles armados llegaron al campamento aborigen. Desmontaron a una distancia de 500 metros y comenzó la descarga.

Se dispararon cuatro mil proyectiles en menos de media hora. Los informes Oficiales confirmaron la muerte de más de doscientos indios, sin contar los muchos cadáveres y los caballos muertos que quedaron en la espesura (Congreso de la Nación: Cámara de Diputados, Diario de Sesiones, 1924, tomo v, p.423):

…. Los indios que se hallaban con vida eran ultimados, acribillándoles a balazos o a machetazos…. les extraían el miembro viril con testículos y todo, que guardaba la canalla como trofeo…los de Quitilpi declararon que esos tristes trofeos fueron exhibidos luego, haciendo alarde de guapeza en la Comisaría… (Cordeu-Siffredi,1947.p.99).

Tras apoderarse de los enseres de los indios: faroles, palanganas, ropa, pavas guitarras, acordeones y ollas, el Comisario Sáenz Loza dio la orden de incendiar el campamento (Maldonado, 1991.p.99).

El resto lo hizo la economía, la explotación, el racismo, la miseria.

Todavía en 1930 se publicaban fotos (de Napalpi, etc.) con cabezas cercenadas, los testículos cortados, de los "indios" en los escritorios de las guardias policiales de Frontera. Estos crímenes quedaron impunes. En 1933, el shamán Evaristo Asencio, Natoxochi, volvió a convocar a algunos sobrevivientes de Napalpi, en la colonia El Zapallar, hoy José de San Martín.

Más de trescientos cincuenta aborígenes llegados desde distintos puntos del Chaco y el norte de Santa Fe se concentraron en las márgenes del Riacho de Oro, a las puertas de la colonia.

Hubo una nueva matanza. Entre los prisioneros, cayó el cacique Miguel duran, único sobreviviente de los líderes que habían resistido en Napalpi.

La violencia, la represión sanguinaria, fueron elementos constitutivos de la consolidación del nuevo régimen productivo. Así, con el correr del tiempo, los bosques chaqueños dejaron de ser testigos de las matanzas masivas de indígenas. En número escaso, los Tobas, Mocoví, Wichi, Pilagá y otros pueblos chaquenses sobreviven al amparo del monte, en las colonias y reservas aborígenes, y desde allí continúan vendiendo temporalmente su fuerza de trabajo.

Muchas personas decidieron inmigrar hacia Bolivia, por la matanza llevada en el Chaco y padecieron allí los horrores de la Guerra del Chaco (1932.1935). Luego, volvieron para insertarse nuevamente como zafreros en los ingenios del azúcar. En el año 1947, algunos de ellos acompañaron a los pequeños en su largar marcha hasta la Capital Federal, en lo que se llamó <<EL malón de la paz por los caminos patria>>*10, en defensa y reclamo ininterrumpido de sus tierras (Magrassi, p, 82).

Tras la colonización del Chaco, sobrevinieron años de relativa distensión para los sobrevivientes aborígenes. Concluido el tiempo de las matanzas masivas, las páginas de nuestra historia, aquéllas que consolidaron la <> y definieron en forma unilateral nuestra identidad como nación, le dieron paso, década trás década, a un nuevo fenómeno: el etnocidio (Hernández, 1985y 1990).

Se comete etnocidio cuando se combate la conciencia de pertenencia a una minoría nacional, cuando se acalla la palabra de un pueblo pronunciada en su propia lengua, y cuando se le niega a un grupo étnicamente diferenciado su derecho a disfrutar, desarrollar y trasmitir su propia cultura.

Desde la década del 30 hasta nuestros días, en el orden nacional, los gobiernos constitucionales se alternaron con largo periodos de dictaduras militares. Las diferentes acciones de los distintos gobiernos se caracterizaron por la búsqueda infructuosa de una definición política en materia de de los indígenas sobrevivientes a nuestra sociedad. Mientras, paralelamente, nos enfrentábamos a otra búsqueda, crucial, aunque igualmente infructuosa: el intento de definir y consolidar nuestra identidad como argentinos.

Hacia 1940, se acentuó el interés por la situación económica y social del indígena, el estado de sus derechos civiles políticos a causas insurrecciones levantamientos (Congreso…., 1985.p.20)

Pero aun desde las posiciones más esclarecidas, se tendría a la <>como sinónimo de <>, es decir, se propiciaba una <> en términos valorativos

Lejos estaba la sociedad nacional de comprender el profundo significado de las reivindicaciones indígenas: participación social igualitaria y convivencia pura, mutuamente enriquecedora, de idiosincrasias y personalidades culturales diferentes.

Por aquellos años, se aprobó el Proyecto convertido en Ley número 12.636, sobre la creación de un plan de colonización para el indígena, cuyas metas se sintetizaban en:

La paulatina incorporación a la vida civilizada…… impartiendo la instrucción elemental y la enseñanza de la religión católica como medio para lograr esa integración (Congreso…..,1985.p.20)

A partir de 1945, con el peronismo en el poder, se propusieron desde el Ejecutivo una serie de medidas con el objeto de atender a los requerimientos de la población indígena (Tesler, 1989). Se establecieron las funciones de la comisión Honoraria de Reducciones de Indios (Congreso…., 1985.p.38) y, habiendo transcurrido tres años del <>, se dictó el mencionado Decreto número 18.341, que expropiaba tierras de la Provincia de Jujuy para la radicación de aborígenes*11.

Asimismo, se promulgó por entonces la Ley número 13.560, ratificando el convenio de la Conferencia Internacional del Trabajo sobre los sistemas de reclutamiento de la mano de obra indígena. A su vez, la Ley numero 14.184 (Segundo Plan Quinquenal) tomaba en cuenta, en el apartado referido a la acción social, la protección de los indígenas*12, y se expidió la Ley numero 14.252 sobre la creación de colonias-granjas para aborígenes.

Desde comienzos de 1953, el longo mapuche Jerónimo Malique estuvo a cargo de la Dirección de Protección del Aborigen (Ministro del Interior). Durante su desempeño, la Dirección no se distinguió por ninguna actuación digna de mención, salvo el inexplicable hecho de que, por Decreto presidencial número 12.204, la misma pasó a depender, desde el 22 de junio de 1954 y hasta el 16 de mayo de 1955, del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.

La constitución de 1949 dejó sin efecto las atribuciones del Congreso sobre la conversión de los aborígenes al catolicismo, posteriormente, volvieron a entrar en vigencia. Reapareció en las Cámaras la preocupación por la temática indígena (Congreso…., 1985.p.39): Desde 1948, venían funcionando la Comisión Permanente del Aborigen, para legislar basándose en estudios y conocimiento de la problemática. La misma fue suprimida en 1955.

Las acciones de gobierno de la Revolución Libertadora, al igual que las de las dictaduras militares que se sucedieron a partir de 1966, se caracterizaron por la inmediata desarticulación de lo actuado durante los periodos de gobierno constitucional. Y así, hubo que esperar hasta 1958, ya electo el Presidente Arturo Frondizi, para que se dispusiera nuevamente la creación de un organismo especifico, denominado esta vez Dirección Nacional de Asuntos Indígenas, dedicada a la del aborigen (Fischman-Hernández, 1990.p.112)

En el mismo periodo constitucional, mediante la ley número 14.932, se ratificó el Convenio número 107 de la OIT, referido a la integración de poblaciones indígenas en país independientes. Esta norma nunca fue reglamentada, ni se creó el correspondiente organismo de aplicación. En 1965, a un año antes del golpe militar, el Presidente Arturo Illía dispuso, por Decreto numero 3.998, la aplicación de un Censo Indígena Nacional*13:

…con el propósito de aprovechar la experiencia universitaria para formular una política coherente y positiva que permita la integración de muchos millones de compatriotas a su propia nacionalidad (Censo…., 1968.p.13)

Hasta el año 1974, no se volvieron a producir hecho de significación. En esa oportunidad, se autorizó por Ley número 20.738, la transferencia de tierras a las reservas mapuches de la Provincia de Neuquén.

A su vez, se declaró de utilidad pública un inmueble convertido en monumento histórico nacional, con el fin de constituir una museo indigenista (Ley numero 21.149).

A nivel nacional, la mayoría de los decretos y las leyes promulgadas durante todo este largo periodo fueron posteriormente derogadas, o no se aplicaron por falta de reglamentación. En 1979, durante el gobierno de facto del general Ibérico Saint Jean, en la provincia de Buenos Aires se promulgó la Ley 9.231, por la cual se entregaron <<en propiedad individual>> las tierras de las últimas tribus mapuches bonaerenses: la del cacique Ignacio Coliqueo de Los Toldos. Se perpetró, así, un nuevo ataque contra la tenencia colectiva de las tierras indígenas, y con él se sacavo en esta comunidad la pervivencia de su identidad y de su cultura (Fischman-Hernández, 1990).

Muchas culturas desaparecieron, de otras, sólo quedan vestigios, y varios de los pueblos supervivientes registran contados representantes.

La transición democrática, iniciada a fines de 1983, sorprendió al país en medio de una singular crisis y una inédita secesión económica.

Los años que se sucedieron fueron, por tanto, limitativos en cuanto a la capacidad del Estado para desarrollar nuevas acciones sociales y encarar políticas más equitativas en materia de distribución. En este sentido, poco fue lo llevado a cabo en beneficio del aborigen.

No osbante, a partir 1984 se registraron meritorios intentos en el plano jurídico. Desde las Cámaras se presentaron iniciativas para la suspensión de desalojos de tierras, adjudicaciones y entregas de títulos de propiedad, comisiones bicamerales y especiales para el estudio y la redacción de proyectos, así como para el relevamiento de su situación socio-económica, creación de organismo de protección integrados por representantes indígenas, promoción de encuentros y diferentes eventos convocadores de población aborigen, creación de establecimientos educacionales, programas y modalidades especiales dedicados a la enseñanza de lenguas indígenas e inclusión de materias sobre las culturas autóctonas en los programas de estudios de los niveles primario y secundario.

Lamentablemente, buena parte de estos proyectos no llegaron a transformarse en Ley , y cuando lo hicieron no se reglamentaron, imposibilitándose por tanto su aplicación

Se promulgo y reglamento, asimismo, la Ley Nacional numero 21.302, y le siguieron cinco leyes provinciales: Formosa, Misiones, Salta, Chaco y Río Negro.(Fischman/Hernández.1989)

Como consecuencia de las sucesivas acciones bélicas y de las distintas políticas de avasallamiento y etnocidio, nuestro país es actualmente una de las naciones de América Latina que cuenta con menor proporción de habitantes aborígenes: alrededor del uno por ciento de nuestra población total*14.

A pesar de la heterogeneidad de situaciones, los actuales asentamientos aborígenes presentan algunos indicadores comunes, que en el ámbito económico, socio-político y cultural nos permiten caracterizar y homogeneizar la situación especifica en la que sobreviven.

Nómadas o sedentarios, cultivadores de su tierra como los andinos, u originarios cazadores-recolectores como los chaqueños, todos estos pueblos se aferran a su hábitat y lucha por conservarlo y expandirlo.

Aunque la tierra sea la base real de la supervivencia, esta no es concebida como un bien económico, sino como un <<espacio para la vida>>.

Habitan, según las regiones, en reservas, agrupaciones o comunidades*15, no siempre jurídicamente establecidas. Estas comunidades tienen principalmente posibilidades de comercialización artesanías o el minifundio.

*1 Durante la Presidencia de Nicolás Avellaneda, el 6 de octubre de 1874, se estableció por ley que el territorio del chaco situado sobre el margen derecho del río Paraná, el Bermejo y el arroyo denominado El Rey, sería administrado por <<autoridades políticas y municipales>>, hasta tanto no se dictara la Ley General para la Administración y el Gobierno de los Territorios Nacionales…. Por virtud de tales instrucciones, se formó una comisión de Científicos y Militares, y durante un periodo de seis meses se estudió y exploró la desconocida costa oriental del Chaco. El 31 de mayo de 1876 se elevó un minucioso informe. << Un trabajo tesonero y difícil con objetivos "puramente científicos" y el primero de esta naturaleza realizado por argentinos, ya que sólo se había registrado un intento similar en 1855, a partir de la visita del Capitán estadounidense Tomas Page >>.

Hasta 1870 poco se conocía del vasto territorio del Chaco Austral, y sus limites internos resultaban imprecisos (Seelstrang, 1977, p8)

*2 Pese a la ocupación indígena, las tierras del chaco resultaban igualmente objeto de comercialización. Hacia 1880 el gobierno nacional propició la venta de tierras fiscales a empresas y consorcios financieros de Inglaterra y otros países europeos, para destinar ese producto al pago de anteriores empréstitos. Entre ellos, el crédito tomado en Londres, el 22 de junio de 1972, a la Banca Murrieta y Cia.

Se llevó entonces a cabo la mas formidable salida de tierras del patrimonio público y la entrega más grandiosa de quebrachales colorados que se realizara en el mundo(Gori, 1974, p.25)

La Banca Murrieta se apropió así de 1.804.563 hectáreas, pagando a razón de 1.500 dólares la legua. Pero al año siguiente se vendió buena parte de estas tierras a la Compañía de Tierras de Santa Fe, a 5.292 dólares la legua (Gori, 1974, Maldonado, 1991)

*3 En esta expansión dominadora a dos puntas ,resulta evidente que la Patagonia no solo sirvió como eje, antecedente, apoyatura y movilización para conquistar el Chaco, sino que fue la matriz primordial y generadora del poder político, militar y económico de la república conservadora ( Viñas, 1982p.119)

*4 El general Victorica, durante la campaña, se mantuvo permanentemente en contacto con el Presidente Roca. Sus órdenes provenían de la flamante Capital Federal, por primera vez se emitían telegráficamente y se cumplieron al pie de la letra (Viñas, 1982 p125)

Su objetivo era establecer una línea militar a ambos lados del Bermejo. Sus planes fueron aprobados por el Presidente de la republica y el Congreso de la Nación, con la única oposición del senador por Buenos Aires Aristóbulo del Valle.

La Ley 1.470 de septiembre de 1884 aprobó los fondos para financiar la expedición, que ofrecía <<el mismo objetivo que el llevado a cabo sobre La Pampa en 1879>> (Congreso de la Nación. Cámara de Senadores-Diario de Sesiones, 11.9.1884, Maldonado, 1991, p. 25)

*5 El teniente coronel Luis Jorge Fontana, posteriormente comandante, estuvo destinado en la frontera norte durante nueve años. En este periodo le correspondió entregar al Paraguay la zona acordada por laudo arbitral del Presidente estadounidense Hayes, y fue merecedor del reconocimiento del Ejército argentino, al ser trasladado más tarde a la Patagonia junto al coronel Héctor Varela, en función del << profundo conocimiento adquirido en las luchas contra el indio>>. Idéntica suerte corrieron otros militares argentinos. << Sus experiencias ante el malon se perfeccionaran frente a las huelgas>>, señala David Viñas (1982, p. 125)

Se hace referencia al hecho de que , a comienzos del presente siglo y hasta 1922, se sucedieron en el país una serie de revueltas obreras y de otros sectores sociales, entre ellos los chacareros de Santa Fe(<<Grito de Alcorta>> 1912), que pretendían ponerle límites al proyecto liberal. Todos estos movimientos fueron drástica y sanguinariamente reprimidos.

Las revueltas obreras se iniciaron en los centros urbanos (Federación de Rodados, Portuarios del Litoral (1902), FORA (1909), Vasena (1919) y se expandieron al Chaco y a la Patagonia.

Huelgas inéditas en medio de los bosques y el <<desierto>>. Esta vez se rebelaron los <<indios>>, pero mezclados con los obreros inmigrantes y sus hijos, frente a La Forestal, La Anónima, la Sociedad Exportadora e Importadora de la Patagonia y las inmensas estancias sureñas de los Menéndez Bethy (Echagüe, 1971, Bayer, 1980, Rock 1975, Rouquie, 1983)

*6 El ingeniero A. Seelstrang, en 1876, describió con asombro genuino la belleza de los parajes chaqueños. Pese a haber nacido igualmente lejos de los trópicos, hablo de …. La exuberante y vigorosa vegetación, sus árboles, no sólo de ricas maderas y útiles para distintas industrias, sino también de exquisitas y apetecibles frutas…> *Seelstrang, 1977, p.41). El ministro Benjamín Victorica y el general Ignacio Fotheringham, en cambio, no opinaban lo mismo.

*7 Los bloques de quebracho vírgenes fueron diezmados con desconsiderada energía, principalmente por consorcios británicos. Sólo se hicieron esfuerzos simbólicos para reemplazar el manto forestal, y grandes extensiones convirtieron en tierras desoladas, yermos cubiertos polvo o matorrales. La madera utilizaba los travesaños las vías férreas, más tarde obtener tanino, que exportaba a Europa tratamiento del cuero. Durante guerra, también convirtió un sustituto carbón importado, maquinas ferroviarias (Rock, 1989, pp, 237-238)

*8 En 1911, estos bravos camaradas eran tan poco considerados por las autoridades nacionales, como los propios aborígenes a los que, con singular saña, se encargaban de someter. Ni siquiera integraban los planteles oficiales del Ejército.

En el debate de la Honorable Cámara de Diputados ante la aprobaron de la Ley Nº 9645, que finalmente incluyo a los <<Expedicionarios al Desierto >> entre los militares que figuraban en actividad, el doctor Miguel Pastor, Diputado de la Nación, expresaba:

"Es muy fácil, sentado en una muelle banca del parlamento, habiendo recibido mensualmente la remuneración del servio, estando tranquilo ,bien vestido y bien comido, es muy fácil pensar y querer como piensan los que quieren retardar el acto de justicia para el año 1917. Y es muy fácil para los que invocan razones de economía referirse al mal estado de las finanzas… pero aquellos, los que forman en el Regimiento 11 de Chaco, que pasaron cincuenta y cuatro meses sin percibir haberes, que estaban ballos para vivir, aquellos que sufrieron todas las inclemencias del tiempo, y que andaban desnudos confundiéndose con los salvajes a quienes iban a civilizar, esos, Señor Presidente, en el fondo de su alma dirán: ¡! Que poco se estiman los servicios prestados después que se disfrutan ¡! "(Rostagno, 1969.p143).

*9 La producción norteamericana disminuyó entre 1914 y 1925. Los Estados Unidos se vieron obligados a redefinir sus zonas de cultivo, a partir de la introducción del boll-weevil, una plaga que afecto sensiblemente su participación en el mercado algodonero. Estas modificaciones permitieron la entrada de nuevos oferentes, entre ellos la Argentina. Hasta la década del 30, por tanto, la producción en nuestro país se orientó esencialmente hacia el comercio exterior (I. Carrera, 1988.p.21)

*10 En agosto de 1946 un grupo de aborígenes, liderados por pastores kollas, bajaron infructuosamente hasta la Capital Federal en reclamo de sus tierras y con el objeto de entrevistarse personalmente con el Presidente Juan Domingo Perón:

"El grupo de ciento sesenta y siete personas era presa codiciada para quienes pretendían recoger migajas de popularidad. Cantidad de donantes afluían y cercaban a los indios con atenciones, para impresionar placas fotográficas y poder ver así sus nombres en letras de molde. Lógicamente, los celos y las rivalidades fueron muchos, y los disgustos, incontables" (LA Razón, 28 de agosto de 1946, p, col.6).

Luego de ser alojados en el Hotel de Inmigrantes, fueron reprimidos y obligados a embarcarse en un tren especial fletado por el gobierno:

"La primera etapa del "Malon de la Paz", que comenzó con lagrimas de emoción, termino con lagrimas causadas por el gas lacrimógeno y con llantos de desilusión" (La Razón, 29 de agosto de 1946, p. col.1).

Transcurridos tres años, y en virtud del Decreto n. 18.341 del 1 de agosto de 1949, se expropiaron tierras de la Provincia de Jujuy para la radicación de indígenas.

Esta norma nunca llegó a aplicarse plenamente, mientas que muchos de los supuestos beneficiarios continúan reclamando las tierras.

*11 Cuatro años más tarde, el diputado Hugo del Valle Chalup, legislador peronista por la Provincia de Jujuy y miembro de la Comisión Permanente de Aborigen, se refirió a la aplicaron de la mencionada norma y ante una interpelación acerca de: "¿Qué le ha dado el peronismo a los aborígenes jujeños?" –respondió-:"así nada se les dio, nada se les quito" (Congreso de la Nación: Cámara de Diputados – Diario de Sesiones, A-MCMLIII, Buenos Aires, 1953, p.2018, col2)

Lo cierto es que nunca usufructuaron plenamente el beneficio del decreto. No se implementaron las medidas auxiliares y crediticias para completar efectivizar los resultados de la expropiación. Solamente salvaron aborígenes paga a arrendadores (Tesler, 1989.p.12)

*12 La población indígena será protegida por la acción directa del Estado mediante incorporación progresiva de misma al ritmo vida general Nación (Argentina…..,1953.p.46)

*13 En sus objetivos, aplicación y procesamiento de los datos, el Censo presenta errores y falencias graves. Para un análisis critico, en este sentido, remitimos al lector a los trabajos de Slavsky (1987) y de Slavsky, Peters y Cloux (1985).

*14 La carencia de información censal actualizada y fidedigna sobre las poblaciones aborígenes argentinas ha sido motivo de permanente reclamo por parte de los propios interesados y de los estudiosos del tema. No existe en este momento en la Argentina un revelamiento de población aborigen total, mientras que los censos provinciales son escasos, desactualizados o poco fiables.

Ni siquiera contamos con datos demográficos actualizados, elementales para la planificación de cualquier política coherente. Los mismos van desde la cifra de 250.000 del Censo Indígena Nacional (1966-1968), hasta 1.5000.000 que en su momento manejo la Asociación Indígena de la Republica Argentina (AIRA), pasando pro los 398.000 propuestos por Mayer y Masferrer, basados en datos aportados por el Sector de Asuntos Indígenas del Ministerio de Saludo y Acción Social, que a su vez se basan en datos provinciales, todos ellos "a ojo de buen cubero"> (Slavsky, 1987.p.25).

*15 Las constantes migraciones y los recientes asentamientos urbanos en la periferia de las grandes ciudades del interior y, sobre todo, en el Gran Buenos Aires, constituyen una realidad que no es posible dejar de advertir. Si bien afecta a la gran mayoría de los grupos aborígenes, es de destacar por su actualidad y significación la existencia actual de una decena de asentamientos de indígenas Toba en los diferentes barrios periféricos de la ciudad de Rosario, La Plata, Quilmes y Florencio Varela. Los mayores se encuentran en Empalme Graneros: alrededor de 300 familias, Cerrito: 90 familias Villa Banana unas 30 familias (Vasquez-Bigot)

*Guaycurúes nombre que se aplica a un gran número de tribus de indios sudamericanos pertenecientes a la misma familia lingüística. Originariamente habitaban la mayor parte del Gran Chaco, pero más tarde se extendieron hacia el este, a través del río Paraná y hacia el norte por el Mato Grosso. En los años sesenta, las tribus habían sido diezmadas por la enfermedad y las guerras. A esta familia pertenecen los Abipón, los Mbaya, entre los que destacan los caduceos, los Mocoví los Tobas, Pilaga, Machicuix y payaguas

 

 

 

 

 

Autor:

Amarillo Fabián G.

Partes: 1, 2
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