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Interacción persona-computador: Sálvese quien pueda (página 2)

Enviado por Francisco Ficarra


Partes: 1, 2

Verdad eclipsada

En varios centros universitarios españoles públicos y privados se han impartido una o dos asignaturas relacionadas con IPO, a partir de 1991, llevando como títulos: interfaces de usuario, comunicaciones hombre-máquina, programación entornos interactivos, sistemas de interacción personacomputador, diseño de interfaces de usuarios, etc. De esos nombres se puede constatar cómo el tema ha girado entorno a la multimedia (término que tiene una fuerte connotación mercantilista por los desmadres causados por ciertos personajes nefastos españoles) o hipermedia, realidad virtual, diseño gráfico, por citar algunos ejemplos. En el 99 por ciento de los casos, siempre han sido asignaturas opcionales, es decir, que el estudiante podía o no cursarlas dentro de su carrera.

El motivo era que nadie había puesto manos a la obra para dar una entidad propia a la temática, como ocurrió en 1997-1999 en la Universidad Ramón Llull (La Salle) con la creación del primer laboratorio de Human-Computer Interaction (HCI Lab.), desde el cual se dieron las bases para asignaturas tales como: introducción a la interacción persona-ordenador, ingeniería de la usabilidad, modelos de diseño en los sistemas multimedia, medios dinámicos y estáticos en los sistemas multimedia, producción multimedia, programación hipermedia, animaciones por ordenador. Todas estas materias dentro de la ingeniería en multimedia (tal vez, el ámbito más lógico para esta área del conocimiento, en ese entonces). 

Actualmente, y curiosamente, llama la atención como no se menciona en absoluto a ese primer laboratorio de HCI en España. Quizás como no contó con ningún subsidio económico para la puesta en marcha del mismo, o como su director e integrantes no aceptaron jamás a ciertos mafiosos para que lo pudiesen teledirigir, fuese ese el motivo fundamental, por el cual siempre se ha eclipsado la realidad de aquellos modestos pero honrados pioneros en el territorio español.

Otros, en cambio, quieren retorcer la historia para decir que sus investigaciones, que en ese entonces no tienen nada que ver con lo que se conoce como auténticamente interacción persona-computador, fueron los primeros, pero en realidad sus trabajos están orientados en el marco de las ciencias formales y no en las ciencias fácticas. Empero, en el laboratorio de HCI de la Universidad Ramón Llull (La Salle) fue una auténtica intersección de esas dos ciencias. He aquí la gran diferencia y la razón por la cual, todavía hoy, nos encontramos con individuos que, por ejemplo, presentan al diseño centrado en el usuario como algo propio u original, cuando en Canadá, Estados Unidos, Japón, entre otros países, ese tema lleva años estudiándose. Asombrosamente, los truhanes no han entendido que no se puede ocultar el sol o la luz de la verdad con un dedo.

Barbaridades en nombre de la IPO

Visto el amplio abanico de disciplinas científicas que se engloban en la IPO, debido al uso del computador, muchas investigaciones son interacciones de otras áreas del saber y se representan como la intersección de varios círculos, en cuyo punto central en teoría descansaría la originalidad del trabajo, pero en casi todos los casos hay una redundancia y por ende, desaparece esa supuesta originalidad.

En nuestros días han surgido los inventores de la famosa sopa de ajo. Va como ejemplo más llamativo la ingeniería de la semiótica aplicada a IPO. Sorprendentemente, el origen de semejante disparate científico se encuentra localizado en Brasil y más precisamente en Río de Janeiro. Me vienen a la mente los comentarios recibidos del colega brasileño Edgard Rebouças, en el año 2002, a raíz del artículo publicado en el número 80 de Chasqui Sin rumbo en la informática, cuando me decía "A Europa é aquí!" Efectivamente, menudo guisado se cuece en dicho centro de enseñanza cuando se habla de educación universitaria.

No se entiende si los mentores de tal calamidad, para el sector científico, conocen la frase "epistemología de la ciencia", la cual se puede estudiar o al menos consultar en los tratados de los prestigiosos investigadores como son Mario Bunge y Ezequiel Ander-Egg. Decir que la semiótica es una ingeniería deja pasmado a los editores de libros de semiótica o semiología, a los autores de dichos libros: Barthes, Eco, Jakobson, Kristeva, Morris, Peirce, Verón -entre tantos otros-, a los docentes y demás estudiantes o interesados de esta área del saber científico. El origen de tal burrada hay que buscarlo en el marketing caníbal que se hace de la enseñanza. O sea, es una manera de romper con el orden preestablecido, obviamente con metas muy ambiciosas de parte de quien o quienes sostienen estas sandeces, como se verá más adelante.

Otra atrocidad intelectual es el plagio, ejercido desde ese vértice geográfico que hemos enunciado al principio. Si nos remitimos al diccionario de la Real Academia Española, la definición de plagiar es: "copiar en lo substancial obras ajenas, dándolas como propias". He aquí una especie de deporte nacional, practicado por unos impresentables desde Cataluña. De nada vale si los autores del trabajo tienen el número de la propiedad intelectual, o están afiliados a entidades que en teoría velan ante tales delincuentes del saber. Injustamente, el proceso legal para desmaquillarlo es costoso y se requiere de mucho tiempo. En tanto, el personaje corrupto (que incluso puede ser el mismísimo presidente de asociaciones afines a la presente temática) disfruta de los viajes y estancias internacionales para presentar en congresos, seminarios, etc., todo aquello que no le pertenece.

Muchas veces, esos resultados son años de investigaciones realizadas por otras personas, sin ningún tipo de ayudas económicas, pero que la autoría real de esos esfuerzos son negadas por el baladrón.

Con el pasar del tiempo, ese deshonesto va estableciendo nuevos vínculos con otros científicos internacionales, ya que el mismo se presenta como el rey del mambo del país o principado al cual pertenece. Todo ello es consecuencia de la burocracia legal para denunciar la piratería y como dice el viejo refrán español, "que le quiten lo bailado" al plagiador, mientras el autor o los autores esperan que se haga justicia. Tan solo con verles esa jeta de cemento armado que tienen en las páginas Web (siempre sonrientes, por no decir, burlones, al mejor estilo de las hienas). Son estos personajes los que desmotivan poderosamente el futuro de las nuevas generaciones de investigadores en el viejo continente. Lo peor del caso es que todo ello ocurra en países europeos, que tienen una perenne inmunidad ante tales desmadres y este mal no tiene cura, siendo una tomadura de pelo impresionante para los contribuyentes de a pie, pero que también se ha extendido en el continente americano, como comprobaremos más adelante.         

El poder sin el saber

La carencia de creatividad se relaciona con la problemática anterior, es una respuesta automática a que esos individuos ocupen puestos, gracias a ciertos protectores que naturalmente están localizados en un mismo principado de la península ibérica. Vamos a ver, un ingeniero en telecomunicaciones que pone en su currículum vitae que es ingeniero en comunicaciones (versión inglesa) como si no existiese la palabra tele en inglés. El origen de esa vil mentira radica en que no tiene la formación humanística adecuada para llevar adelante ciertas temáticas propias de la IPO, por eso avalan esa bestialidad llamada ingeniería de la semiótica, por citar un ejemplo.

Claro está que como el marco de la interacción persona-computador es muy amplio, se presentará al resto de los mortales como super experto en arqueología, patrimonio cultural, psicología, diseñador gráfico, periodismo digital, libros electrónicos, etc. En pocas palabras, estamos delante de auténticos cantamañanas, eso sí, con una formación en matemáticas, física, etc., es decir, el marco de las ciencias formales pero no en las ciencias sociales. He aquí el gran talón de Aquiles de la IPO en España, pero como tiene la bendición de los padrinos, "no hay problema", como diría el célebre personaje televisivo Alf.

La manía de perpetuarse en la presidencia en ciertas asociaciones, relacionadas con el contexto educativo, denota la falta de democracia y los modelos heredados de ciertos políticos nacionalistas. Algunos de ellos, al mejor estilo del Radovan Karadzic, han creado una especie de raza pura o superior en los círculos culturales y extensible al resto de la sociedad, mediante los medios de comunicación masivos, teniendo su fecha de nacimiento en 1990.

El término presidente o president (en catalán) nos lleva directamente en la historia reciente de uno de los  virreyes ibéricos, que llegó a gobernar casi un cuarto de siglo, un territorio de cerca de seis millones de habitantes. Donde él iba, repetía constantemente el slogan: "Nosotros somos seis millones". Hasta que se fue a la China y un funcionario chino susurrando a otro compatriota le dijo: "en qué hotel se hospedarán". Efectivamente, en ciertos ámbitos geográficos persiste ese virus del president y esa obsesión de perpetuarse en el poder. Urge activar los auténticos mecanismos democráticos en las bases de las pirámides de esas asociaciones, para evitar que se achicharren el resto de los científicos intachables y respetables en España.

La poltrona en la cúspide del poder perdona la carencia de formación y experiencia previa en la materia que nos ocupa. No interesa si antes de tomar posesión del cargo, los representantes de ese grupo del saber humano han desarrollado una actividad ajena a la que representarán. Por eso, no sorprende en absoluto que en la Europa del nuevo milenio haya una crisis profunda dentro del sector productivo, debido a que sus dirigentes no están preparados para afrontar cambios o nuevos desafíos en forma inmediata. Por ejemplo, la alarma que ha sonado en la industria textil europea hace una década pone de manifiesto que sus dirigentes o gerentes generales, luego de obtener sus títulos universitarios en centros de formación privados, cuya media de edad oscila los 55-60 años de edad, y aunque ocupen altos cargos en las asociaciones afines, no tienen ni idea de lo que se debe hacer ante tal coyuntura.

Por eso, el cuento chino que se ventila a diestra y siniestra a través de ciertas agrupaciones de la IPO, la misma que permite potenciar los productos industriales, nos lleva a formular la siguiente pregunta retórica a quienes afirman tal necedad: ¿Ellos conocen la media de fabricas o industrias que están cerrando diariamente en la Unión Europea y radicándose en los países asiáticos? Desde luego que no tienen ni idea, porque son cuestiones económicas con graves consecuencias sociales, en donde la interacción persona-computador casi nada puede hacer al respecto. Lo que impresiona es que esas sentencias sean emitidas por ex alumnos de escuelas industriales en universidades politécnicas.

Piratas por doquier

Hasta hace poco tiempo los impresentables de la IPO se movían en su gueto de califas, pero empezaron a delirar porque recibían visitantes de Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, México, etc. Entonces vieron otra manera de hacer negocios, es decir, abrir una sucursal de la corrupción en Latinoamérica. Todo empieza con los famosos congresos. Para ello se valen de algunos docentes latinoamericanos que cuando llegan a la península ibérica se conforman con beber vino y comer tapas, visitar monumentos, criticar duramente sus países de origen, etc. Una forma de pagarles esa supuesta cortesía a los anfitriones piratas es intercambiando software desarrollado en los ambientes universitarios de Latinoamérica (lo que significa muchas horas de análisis, programación y desarrollo de algoritmos a costo cero euro, por ejemplo). Luego, los corruptos de siempre los traducirán a la lengua de la región, cambiarán la interfaz, realizarán un par de ajustes, y les pasarán factura a la Unión Europea como un proyecto realizado 100 por ciento en un departamento universitario del viejo continente (lo cual implica a veces millones de euros para las arcas de los piratas). Posteriormente, publicarán esos resultados como propios en los congresos internacionales, volarán por el mundo diciendo que están desarrollando tecnología de punta.

Ahora bien, en Latinoamérica ya han desembarcado los piratas del nuevo milenio, pero no se han ido a Haití, Nicaragua u Honduras, por ejemplo. Han seleccionado los países de moda, económicamente hablando, siendo México o Chile las metas preferidas para realizar esa seudo transferencia de tecnología, formación, intercambios culturales, firma de convenios entre universidades, etc. Todo esto es una mera cortina de humo. Quieren practicar el neocolonialismo salvaje. Muchos lectores pensarán que esto les ocurre porque están en Latinoamérica pero no es así. Por ejemplo, para montar un masterado en IPO en España hay personas de esas asociaciones corruptas que viajan por Estocolmo para fotocopiar los programas. Todo ello es posible gracias a la bendición de los padrinos de turno.

Es menester que los centros universitarios públicos del nuevo mundo tomen fuertes medidas al respecto, ya que está en juego el futuro de las nuevas generaciones de profesionales y de toda la comunidad. Con aquellas instituciones educativas que son privadas, poco o nada se puede hacer, porque éstos van a su aire, tal como decía Edgard Rebouças. A los docentes latinoamericanos que se prestan a este vil juego, que piensen en su época de juventud y que si hoy tienen excelentes estudiantes, muchos de ellos provienen de familias que realizaron grandes esfuerzos económicos para ver a sus hijos con un título universitario. En vez de regalarles a los piratas el gran sacrificio de todas esas personas a cambio de realizar paseos por Europa, recordarles que también existe el turismo virtual en Internet.

Finalmente, aquellos lectores que les pueda interesar la temática presentada pueden consultar las siguientes direcciones: www.acm.org/sigchi, www.acm.org/sigcue, www.acm.org/siglink, www.acm.org/sigmm,  www.amanda.com, www.media.mit/edu, www.nngroup.com.

A modo de conclusión …

Con la nueva filosofía de los computadores quantum, que resolverán los problemas de una sola vez, sin seguir más una secuencia de tareas como hacen los actuales computadores digitales, estaremos ante la enésima revolución para los usuarios e investigadores del todo el planeta. Nuevamente, los auténticos científicos de la interacción persona-computador tendrán delante de sí novedosos desafíos de proporciones incalculables, y requerirán de la intersección de las ciencias fácticas y formales para obtener los mejores resultados posibles.

Afortunadamente, todavía quedan personas honestas en el marco de la IPO en España, pero es menester delimitar y alejarse de ese siniestro triángulo de las Bermudas español, para lanzar una clara señal de SOS ante los piratas y corruptos del nuevo milenio, para el bien común de millones de personas en ambos lados del océano Atlántico.

 

Francisco Ficarra,

italiano, profesor, periodista y escritor.

Revista Chasqui Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para

América Latina (CIESPAL)     

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Quito – ECUADOR

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