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Historia barrial

Enviado por jorgemarin1


    Método sistémico

    1. Perfil investigativo
    2. Representatividad histórica del material
    3. Historias institucionales
    4. Recursos técnicos–analíticos
    5. Conclusión

    La mirada infantil recrea las imágenes de un barrio como un lugar mágico: la plaza, los juegos, el conocer a un personaje pintoresco, etc. En la adultez, la imagen del barrio es distinta y, en ciertas ocasiones, pasa a ocupar un segundo plano, merced a la rutina que se forja por ver las cosas cotidianas.

    Pese a estas contradicciones, el barrio sigue siendo "un lugar común en la ideología de los habitantes de la ciudad, pues tiene una determinada eficacia para referir de un modo sintético a diversos aspectos de la realidad. Su sola mención encierra todo un mundo de significaciones".

    La identificación con el barrio, "pero en el seno de la sociedad se manifiesta como la quintaesencia de la pertenencia urbana… La reivindicación microlocal expresa la pertenencia al gran lugar, el lugar de la ciudad moderna orgullosa de sus contrastes y a la que su misma pluralidad define como única e incomparable", en donde es posible recapitular "todos los rasgos del mundo actual, no sólo su microcosmos", sino también el "núcleo de relaciones, de emisiones y de recepciones dentro de una vasta red que constituye hoy el planeta".

    Este mundo puede ser rescatado por una historia que reflejen los aspectos cotidianos, conformados por un perfil distintivo de la identidad barrial.

    Por ello, es mi intención reflexionar acerca de los distintos aspectos que se establecen como un estudio sistémico de una historia barrial, y crear un marco teórico específico para la búsqueda de un método en una contextualización de carácter formal.

    Para lograr dicho objetivo, el investigador deberá plantearse las siguientes problemáticas: el perfil investigativo, la representatividad histórica del material, las historias institucionales, cómo incluir los anecdotarios y los recursos técnicos–analíticos.

    – I

    PERFIL INVESTIGATIVO

    El primer problema es definir el perfil investigativo, cuyos rasgos esenciales no sólo están conformados por la historia, sino también por los elementos sociológicos que se destacan en una "comunidad barrial".

    A) HISTORIA BARRIAL

    Una historia barrial es el resultado de un estudio histórico–sociológico basado en la "identidad barrial", es decir, la relación entre los aspectos que conforman una "realidad objetiva" y la "familiaridad con lo cotidiano". En líneas generales, es la recuperación del patrimonio cultural de lo existente y del pasado, teniendo en cuenta la época en que surge dicha "identidad" y de la naturaleza ideológica de las relaciones sociales.

    Por ello, el "ser del barrio" no implica reducirlo al rol de "vecino" ni tampoco estimarse por el hecho de "vivir" o "residir" en él, sino que se establece en la búsqueda de esa "identidad" diversificada en múltiples aspectos, la cual "implica referirse a prácticas ideológicas, políticas, movimientos, valores, especificidades, polos de disyunción histórica y sede social de las más variadas relaciones".

    En tal sentido, Ariel Gravano establece cuatro ejes lógicos de la identidad barrial, cuyo perfil puede conformarse entre la conjunción (junto a) y disjunción (separado de):

    • "Homogeneidad: cuando el polo conjuntivo es capaz de mantener un cierto grado de estabilidad y uniformidad en uno o más rasgos con que se construye ideológicamente la identidad. Por ejemplo, cuando los vecinos siguen considerando al barrio como "obrero", aún señalando que las fábricas están desmanteladas y que los obreros "se van muriendo".
    • "Heterogeneidad: cuando en el conjunto se contemplan diferencias internas disjuntivas que no llegan a convertirlo en otra cosa. Por ejemplo, las "barritas" que se distinguen pero son consideradas o se consideran a sí mismas todas del mismo barrio; el ser hincha de un cuadro de fútbol o de otro a los que se atribuye ser del barrio; o el médico que no rompe el conjunto barrio porque "también trabaja" (o quizá "trabaja" precisamente porque es del barrio).
    • "Identificación: cuando se afirma la propia identidad respecto a otras (por ejemplo, otros barrios, la ciudad, el "pago"), resaltando el polo conjuntivo.
    • "Diferenciación: cuando prevalece la disjunción respecto a otra identidad (por ejemplo, respecto a otros barrios)."

    En una historia barrial, este perfil puede establecerse en forma clara y categórica por medio de una hipótesis, incluso haciendo referencia a las paradojas y contradicciones, a fin de poner "al descubierto el mundo objetivo ante el cual actúa la ideología, el mundo de problemas que provocan la necesidad de esa construcción ideológica como un producto histórico. Las paradojas y contradicciones son como ojos de buey por donde se hace posible atravesar la opacidad de los símbolos con que se construye la ideología, porque por ellas se transparenta ese mundo objetivo que determina la existencia de esos símbolos y de esa ideología. Conforman en conjunto las contrariedades o escollos que debe "vencer" el paradigma."

    B) COMUNIDAD BARRIAL

    La "comunicad barrial" es otro aspecto a incluir como referente principal, cuya "identificación" depende de un conjunto de elementos que simbolizan la "pertenencia" de esa "conciencia de barrio". Juan José Tangari establece las siguientes categorizaciones:

    "–El paisaje barrial: un espacio característico, «domesticado», asimilado, señalado y vivenciado como «propio».

    "–La historia del barrio: el nacimiento del barrio, sus pioneros, su desarrollo, los acontecimientos excepcionales de signo diverso que recuerda la comunidad, inclusive aquellos al margen de la historia oficial, pero que alcanzan ejemplaridad, alimentan la memoria barrial: su conocimiento es propiedad distintiva de los miembros de la comunidad.

    "–El argot barrial: el compartir una toponimia barrial, nombres de pila, ciertos modismos, un anecdotario común, cánticos identificatorios, etcétera.

    "–Los fenómenos integrativos: la citada conciencia de pertenencia a la comunidad se refuerza en determinados momentos, cargados de significación propia; cada comunidad muestra ciertos fenómenos interactivos que la singularizan del entorno. Toda fiesta comunitaria, todo ritual colectivo o actividad lúdica de conjunto, constituye un ejemplo de lo antedicho.

    "–Las organizaciones barriales libres: considerando la existencia de valores comunitarios que deben realizarse, los miembros del barrio dan vida organizativa a clubes, sociedades de fomento, peñas y centros nativos, cooperadoras, ateneos, círculos literarios, murgas y centros murgueros, etc…

    "–Ciertos sobresalientes culturales: los liderazgos reconocidos por la comunidad admiten gran diversidad tanto desde la perspectiva del estado social del individuo como de los valores por él representados. Aparecen entonces tipos culturales diversos: los intelectuales, profesionales y artistas prestigiosos, los jefes de las hinchadas, los rockeros, los viejos conocedores del barrio, los ídolos deportivos, los sacerdotes, etcétera."

    Estos elementos sociológicos determinan un aspecto de significaciones y una cabal muestra en donde lo simbólico se hace presente, teniendo en cuenta que el "lugar se definirá como lugar de identidad (en el sentido de que cierto número de individuos pueden reconocerse en él y definirse en virtud de él), de relación (en el sentido de que cierto número de individuos, siempre los mismos, pueden entender en él la relación que los une unos a otros) y de historia (en el sentido de que los ocupantes del lugar pueden encontrar en él los diversos trazos de antiguos edificios y establecimientos, el signo de una filiación). De manera que el lugar es triplemente simbólico (en el sentido en que el símbolo establece una relación de complementariedad entre dos seres o dos realidades): el lugar simboliza la relación de cada uno de sus ocupantes consigo mismo, con los demás ocupantes y con su historia común."

    El lugar, a su vez, queda establecido por dos concepciones: las fronteras y los límites. Se entiende por fronteras aquel espacio geográfico impuesto oficialmente: las calles que lo separan de otras zonas o barrios; y por límites: la influencia y el reconocimiento popular de la barriada, cuya identificación va más allá de las fronteras físicas en los habitantes de otros sectores.

    Como autor del ensayo histórico–sociológico Villa Mitre, la Reina de las Villas (1906–1996), he incluido estos aspectos relevantes que, a modo de síntesis, se reflejan en el capítulo vigésimo segundo Hacia una nueva ciudad.

    "Con los antecedentes analizados, Villa Mitre se ha convertido en el barrio más importante de Noreste de la ciudad de Bahía Blanca, con una marcada visión de futuro y una fisonomía propia: calles asfaltadas, transporte, una amplia cobertura de servicios profesionales e instituciones sociales; una verdadera fortaleza, tanto en el ámbito industrial y comercial, así como también en lo humano.

    "Distintas generaciones viven en una misma casa, recreando las historias y los recuerdos. Son hinchas de la tricolor (verde, negro y blanco). En días cálidos o de verano se ve a los vecinos sentados a la puerta de calle. Entrañable costumbre que marca ese sabor nostalgioso que el barrio todavía no perdió. La existencia de un sentido de familiaridad con lo barrial significa convivir con lo heterogéneo, con la complejidad cultural, y un cambio constante que nuclea los aspectos de la cotidianeidad en un perfil y espacio cultural definidos. Si bien se han incorporado las nuevas tendencias, las viejas costumbres todavía perduran. Este lugar tan arraigado, al que todos quieren entrañablemente, propone como idea que el barrio sea la prolongación del ambiente familiar.

    "Como contrapartida, un "hincha" del barrio ve la posibilidad de considerarlo como una ciudad dentro de otra ciudad. Algunos fanáticos (contado como anécdota), hace algunos años, pusieron a la entrada de la avenida Falucho un gran cartel: "Bienvenidos a la ciudad de Villa Mitre". Como no era un cartel reconocido en el ámbito oficial, lo quitaron dada la confusión (?) que provocó. En alguna medida, se cumplió con el vaticinio de un viejo eslogan turístico: "Si Usted viene a Villa Mitre, no deje de visitar Bahía Blanca".

    "Estos son los aspectos analizados de la obra que, sin duda, marcan la personalidad típica de un barrio, surgida desde los primeros tiempos y acentuada en la actualidad, cuyas características lo convierten en un centro y epicentro de una nueva ciudad, es decir, la ciudad de Villa Mitre como reflejo de la ciudad de Bahía Blanca."

    – II –

    REPRESENTATIVIDAD HISTÓRICA DEL MATERIAL

    El segundo problema a que se enfrenta el investigador es la representatividad histórica del material. Este punto es fundamental en su tratamiento, ya que muchas veces no existe una historia convencional y debe compaginarla de cero.

    Algunos barrios no cuentan con una organización consorsista, es decir, los primeros pobladores se han instalado en el predio mucho antes de que estuvieran organizados como comunidad. En este caso, al averiguar su fecha de fundación, el investigador se encuentra con que no se la puede estimar correctamente, o bien, ha sido fijada oficialmente y la misma es contradictoria a la que se supone.

    Un ejemplo: Al investigar los orígenes del barrio de Villa Mitre, pude detectar una controversia acerca de establecer quién fue el primer poblador, o bien, cuál seria la fecha correcta de fundación. Si tomaba como base la establecida oficialmente (18 de Junio de 1906) excluía un aspecto importante: la situación común de principios de siglo. Por oposición, al adoptar como base un criterio incierto, desconocía abiertamente las razones oficiales que dieron motivo al origen histórico establecido.

    Opté –y sugiero hacerlo– por la tercera postura: incluir sin excluir, incorporar ambas fechas y dejar planteado un interrogante. Lo más importante es que ambos aspectos interesen, sin que para ello el investigador resuelva el conflicto. Éstos deben estar presentes para ponerlos en igualdad de condiciones, sin que se incluya la opinión del autor.

    En el capítulo primero, en el subtema ¿Quien fue el primer poblador?, puede leerse:

    "La fundación de Villa Mitre (1906) marca el inicio de su historia. Anterior a esta fecha, distintas familias se radicaron en este sector. Para corroborar lo expuesto se citarán dos importantes fuentes bibliográficas.

    "El profesor Lituarde Casalini, en su ensayo La fundación de Villa Mitre (La fecha equivocada), hace mención de los primeros pobladores. En lo que hoy es calle Juan B. Alberdi, se instalaron: en 1901, las familias de Miguel Matrovalerio y Vicente Coppa (N° 1689); Pablo Casalini y Antonia Mastrovalerio (N° 1668); En 1904, Alfredo Fiorini y su esposa Celinda (N° 1679); Serafín Otranto y su esposa Santina (Nº 1673); en 1905, Santos Mazzante y su esposa Angiulina (Nº 1652). En 1905, en Castelar 1670, Máximo Gutiérrez y en Washington 520, Pablo Presti y su esposa Antonia. En Remedios de Escalada al 300 se asentó la familia Cocconi.

    "En el artículo publicado en LA NUEVA PROVINCIA el 19 de Noviembre de 1933, ¿Quienes fueron los primeros pobladores?, se da a conocer que, por aquel entonces, se ignoraba la presencia de un primer poblador y fundador. Antes de 1906, vivieron tres familias: "Esperguín, López e Hidalgo"; después del loteo le siguieron José García García, Luis Merinardi, Juan Giménez y Manuel Esperguín, Domingo Piñeyro, Vicente Fonseca, Domingo De Luca y Santos Cicchini". Además, se hace mención que los primeros pobladores "serían aquellos que se establecieron en 1906 de Junio a Diciembre".

    "Generoso Cuadrado Hernández, por su parte, confirma esta versión en uno de sus anecdotarios: "Las dos primeras viviendas construidas en forma simultánea fueron la de Santos Cicchini y la de nuestra familia, ambas sobre Rivadavia. Don Santos, un buen sillero de profesión, vivía con una obsesión: la de que se le reconociera el título de primer "fundador". Solía acudir a los diarios para proclamarlo y hasta colocó en el frente de su casa un cartel con esta leyenda: "Santos Cicchini, primo fundatore de Villa Mitre". No sería extraño que en el subconsciente abrigara la ambición de ser inmortalizado en el mármol". (Historia de Villa Mitre.)

    "La comisión de Reafirmación Histórica determinó, en primer lugar, que la fecha de fundación del barrio fuera el 18 de Junio de 1906, un día posterior al remate, ya que tomó como antecedente la construcción de la vivienda de Santos Cicchini, por ser el primero que dio aviso a la municipalidad de la terminación de la obra. Los demás pobladores, con la casa en construcción, cumplieron con este requisito posteriormente. Así quedó establecido que los asentamientos, anteriores a esa fecha, ingresarían luego a la planificación urbanística de la ciudad.

    "Además, cabe destacar que la propiedad de Santos Cicchini tenía un pozo de agua potable, único hasta ese entonces. Si nos remontamos a la época, el agua era el elemento indispensable por las características del suelo: arcilloso y salino. El agua, en todos los casos, era proveída por los aguateros".

    Como se observa en este caso puntual, se han incluido matices, agudizando una visión de la realidad al fusionar los conceptos de historia y sociología en una amplia concepción.

    Al investigador, por otra parte, no le es ajeno el tratamiento de los temas tabúes, como por ejemplo: prostitución, droga, doctrinas religiosas al margen de la oficial, sectas, ideologías políticas, etc., siempre y cuando mantenga un espíritu equitativo y los datos recopilados puedan aportar contenidos esclarecedores para otros estudios específicos.

    – III –

    HISTORIAS INSTITUCIONALES

    El tercer problema sería incluir las historias institucionales, para lo cual, sugiero encuadrarlas por las finalidades que cumplen: culturales, civiles, sociales, etcétera.

    Las instituciones conforman el pilar básico de la comunidad, porque "el hombre las ha creado para satisfacer sus necesidades y las mejora en la medida en que desea un mayor bienestar". Dada su importancia, es lógico que aparezcan reseñadas, aunque su fundación haya sido casi reciente.

    Por lo general, muchas instituciones barriales organizan un material en distintos informes y memorias, reflejando aspectos que han sido tratado durante un ciclo lectivo, que son elaborados desde múltiples aspectos, poniendo énfasis en diversos logros: servicios de gas, agua, enfermería, entre otros, y una información anexa que comprende: homenajes, actos culturales, etc. Este punto de partida es esencial para todo investigador. Si hay un material que sea contradictorio o poco claro, se deberá recurrir a las actas.

    Una vez leído los informes se debe extraer un contenido que soslaye los aspectos generales o particulares. En este caso, los más importantes para una historia institucional son: fecha de fundación; miembros fundadores; sedes sociales (si han cambiado de domicilio); objetivos de la entidad; inscripciones en registros públicos, entidades subvencionantes, etc.; lista de presidentes desde su fundación hasta el presente; homenajes; evolución histórica en el que pueden incluirse aspectos políticos, regímenes estatutarios, etc.; y otros datos de interés que vincule a la institución con el barrio.

    – IV –

    ANECDOTARIOS

    El cuarto problema radica principalmente en considerar la inclusión de las distintas anécdotas que soslayen la vida barrial. "Por anécdota se entiende todo suceso, ocurrencia, episodio ignorado o poco conocido, por lo general chistoso o picante, relativo a ciertos acontecimientos históricos o a la vida privada de la persona."

    En la vida orgánica de una anécdota, si bien puede comprobarse una descripción paisajista, ubicación temporal, etc., el carácter psicológico es relevante: la figura del protagonista se enaltece y esto es lo más importante. Es decir que el anecdotario, al tener estas características, se enunciará como un ingrediente folclórico, que lo diferencia de la leyenda, porque esta última es una "relación de sucesos que tienden a ser más tradicionales o maravillosos, que históricos y verdaderos".

    Se debe recuperar esta expresión de la vida popular, de aquellos hechos que, aunque parezcan cotidianos y sin importancia, revelan una cosmovisión del hombre. De esta manera, se comprende de qué forma influye el pasado en el presente, y esta estrecha relación fortifica el sentimiento de unidad y conciencia social.

    Dada su importancia, sugiero incorporarlas en un capítulo especial, haciendo mención de que el material recopilado ha surgido de distintas versiones orales.

    Es necesario establecer, además, que una anécdota tiene un corpus que lo diferencia del cuento en los siguientes aspectos:

    1. Brevedad: sólo se destaca un episodio.

    2. Hecho relevante: puede ser real o imaginario, pero al ser comentado en forma reiterada, se lo toma como cierto.

    3. Encuadre histórico: se identifica con una comunidad en particular.

    4. Visión literaria: es narrada en tercera persona, con una breve reseña introductoria, un desarrollo (el hecho) y un remate gracioso o tragicómico.

    Como ejemplo se transcribirá El vasco Arana, la anécdota más representativa del barrio de Villa Mitre.

    "Esta historia, un poco ruda, tiene que ver con el vasco Arana. Todos lo recuerdan como el "famoso barrendero". Por características muy particulares, pasó a formar parte de los anecdotarios.

    "Se comenta que, en ciertas oportunidades, solía tener acaloradas discusiones. Pero ocurrió que un día al vasco lo sacaron de las casillas. En una de las peleas, impulsado por su cólera, a su adversario le mordió un dedo. Al pobre hombre lo tuvieron que llevar al hospital mas próximo. Los médicos diagnosticaron una seria infección (en 1930, no había antibióticos) y debieron amputarle el dedo.

    "Enterado del asunto, el vasco Arana se encuentra en la calle con un pariente de su adversario y le comenta: "¡Ves!… Yo le mordí el dedo a tu tío y se lo tuvieron que cortar. ¿Sabés por qué? Porque tengo carácter fuerte. Por mis venas corre sangre envenenada".

    "Y en cierta ocasión se sintió mal y pensó que se moría. Efectivamente, los médicos diagnosticaron su muerte. Todo el vecindario estuvo de duelo.

    "Después del cortejo fúnebre, el ataúd del vasco Arana fue llevado al depósito del cementerio. Por aquel entonces, los sábados no había servicio de entierro y los cajones debían ser guardados en este sitio hasta el lunes.

    "A las dos de la madrugada del domingo, el vasco Arana despierta de su sueño. Padecía catalepsia. Miró a su alrededor y escapó de este sitio por un ventiluz y se fue a su casa.

    "Era una noche clara de luna llena. Cubierto con una mortaja, recorrió un buen tramo, y en el camino de regreso, algunos lo vieron sin darle importancia; otros, en cambio, se dieron un gran susto.

    "Al llegar a su casa golpeó la puerta insistentemente y comenzó a gritar: "¡María! … ¡Abrime! … ¡Soy yo!"

    "Intimidada por la duda, María comenzó a sonrojarse. ¡Imagínense la sorpresa! Al abrir la puerta, cayó desmayada. Después de este incidente, María estuvo delicada de salud y, al poco tiempo, falleció.

    "En el velatorio de su mujer, el vasco Arana decía: "Mi mujer tomó café en mi velorio. Ahora yo tomo café en el de ella". El vasco, debido a su porfía, vivió algunos años más.

    "¡Quien no recuerda estos episodios! Todos conocen esta historia; la del vasco Arana, el muerto resucitado."

    – V –

    RECURSOS TÉCNICOS–ANALÍTICOS

    El quinto problema está referido a los aspectos técnicos–analíticos, para lo cual es posible utilizar distintos recursos, entre ellos: el método sistémico, la organización del discurso y como incluir citas, colaboradores especiales, así como también la publicación del material recopilado.

    A) MÉTODO SISTÉMICO

    El investigador deberá contar con conocimientos técnicos específicos para analizar las distintas fuentes, rescatar toda la información que resulte necesaria, y adoptar un método para sistematizar la investigación.

    Si bien, muchos investigadores toman como modelo un esquema historicista (acumulación rigurosa de fechas), puede darse el caso en que lo pueda hacer sin dificultad, pero en otras circunstancias, por motivos ajenos a su voluntad, no alcanza a reunir adecuadamente una estructuración de este tipo. Para subsanar distintos claros, considero oportuno adoptar como método la selección por temas, cuyos aspectos pueden tener una presencia física y autónoma: educativo, cultural, económico, social, etc., y dentro de éstos, los subtemas: anécdotas, personajes reales y ficticios, vida barrial, comercios, profesionales, entre otros.

    Puede ser obvio formular este tipo de consideraciones, pero los que se inician en una investigación, quizá no tengan claro cómo realizar una búsqueda o los distintos enfoques.

    Generalmente, se recurre en un tópico banal al contar una historia reflejada desde la óptica de una entidad, eligiendo la más antigua: sociedad de fomento, club, escuela, etc. Luego, al compaginarse el material, se comienza escribiendo acerca de la fundación de la entidad y a posteriori se incluyen someros capítulos recreando la visión histórica del barrio, el homenaje a una enfermera, o se mencionan las actividades que organiza la institución. Este antimétodo, por lo común, se compendian en artículos o libros institucionales.

    Quizá por desconocimiento de un método, aunque resulte meritorio lo escrito en cuanto a una preocupación personal o institucional por reflejar los aspectos históricos, lo recopilado dista mucho de ser una historia barrial.

    B) ORGANIZACIÓN DEL DISCURSO

    Para organizar formalmente un discurso, es aconsejable la utilización del género ensayo, porque permite establecer un amplio manejo de la opinión y enriquecer la visión del escritor, incluyendo notas aclaratorias, bibliografía especializada y opiniones de terceros. En todos los casos, el estilo a emplear debe ser directo sin ir a un extremo, o sea, incluir un lenguaje técnico que decline la atención del lector.

    El esquema del ensayo, generalmente, está basado en tres aspectos estructurales internos: una introducción que plantea los temas a tratar; un desarrollo de los puntos en los que se pueden incluir títulos y subtítulos; y un final que contemple la opinión del autor.

    En cuanto a la estructura global del trabajo investigativo, cada capítulo puede ser considerado como un ensayo independiente e interdependiente de toda la obra, que, en sí misma, puede generar una estructura de macro ensayo, es decir, un ensayo que organice a todo el conjunto, que el escritor compendiará en una introducción o prefacio con los lineamientos generales y un capítulo final –a modo de síntesis– de todo lo tratado, que también refleje su opinión.

    En caso de invitar a colaboradores especiales, el material puede incluirse en los capítulos, aclarando la autoría, o bien, dedicarles uno especial a modo de apéndice para diferenciarlo del estilo empleado por el autor. Esta decisión suele ser la más importante, dado que se debe tener presente el enriquecimiento intelectual con la incorporación de varios puntos de vista en el manejo de un corpus colectivo.

    C) ASPECTOS FORMALES

    Los aspectos técnicos formales: notas aclaratorias, bibliografía consultada, referencias especificas, etc., deben ir entre comillas acotando su procedencia. En otros casos, puede organizarse un resumen, respetando la fuente de procedencia. En los informes institucionales escritos o entrevistas orales, deberá hacerse con precisión, pero adaptado a un estilo acorde con el que emplea el autor.

    Como norma básica se detallará al final de la obra la bibliografía consultada en el siguiente orden: libros, diarios, revistas, folletos y material inédito. También se compaginará el índice general.

    Una vez concluido el trabajo se debe pensar en su publicación. Lo más aconsejable es el formato libro, pero dado el costo de edición, otros medios supletorios pueden ser más convenientes: la publicación por entregas en diarios o revistas locales, armado y compaginado en un procesador de texto con su respectiva encuadernación, entre otros.

    – VI –

    CONCLUSIÓN

    En las páginas que anteceden, se ha podido enunciar los aspectos técnicos y recursos analíticos para la recopilación de una historia barrial, cuyo trabajo debe enmarcarse desde una perspectiva que incluya la historia y la sociología en una amplia concepción.

    El investigador podrá plantear una hipótesis (ejemplos: ¿cómo es el barrio?, ¿qué ideología predomina?, ¿cuál es el rasgo característico?, etc.) y a partir de esta perspectiva, deberá demostrar en qué medida puede cumplirse, incluso cómo puede reflejarse las paradojas y contrariedades.

    Su trabajo debe resultar lo más preciso posible, a pesar de tener algunas limitaciones. Puede darse el caso de no contar con una información clara y veraz, o bien, la tarea que le toque realizar sea tediosa por tener que consultar diarios, revistas, actas, etc. Pero lo más importante es que su labor pueda ser considera como un punto de partida para distintos estudios y que otros investigadores actualicen la historia.

    NOTAS

    Gravano Ariel, La identidad barrial como producción ideológica, (En: Gravano Ariel y Gúber Rosana, Barrio sí, villa también, Buenos Aires, CEAL, Biblioteca Política Argentina Nº 320, 1991, p. 66). En adelante: LIB.

    Augé Marc, Hacia una antropología de los mundos contemporáneos, Barcelona, Gedisa, 1995, p. 152.

    Gravano Ariel, La cultura de los barrios, Buenos Aires, CEAL, colección: Conflictos y procesos de la historia Argentina Contemporánea, Nº 23, 1989, p. 24.

    Gravano Ariel, LIB, p. 70

    Gravano Ariel, LIB, p. 91

    Citado por Santillán Güemes Ricardo en Cultura, creación del pueblo, Buenos Aires, Guadalupe, 1985, pp. 91/2.

    Augé Marc, op. cit. p. 147.

    Marín Jorge, Villa Mitre, la reina de las villas, Fondo Municipal de las Artes, Bahía Blanca, 1998, pp. 208/209.

    Ídem, pp. 18/19.

    Ware Caroline F., Estudio de la comunidad. Como averiguar recursos. Cómo organizar esfuerzos, Unión Panamericana, Ministerio de Educación de la Pcia. de Bs. As, La Plata, 1980, p. 16.

    Bonocuore Domingo, Diccionario de la Bibliotecología, Buenos Aires, Marymar, 2da. Edic., 1986, p. 42.

    Ídem, p. 277.

    Marín Jorge, op. cit. p. 104/105.

     

    JORGE MARÍN