Los cubanos llevamos 55 años sufriendo la tiranía más cruel y prolongada en la historia de América. Apoyada por muchos, odiadas por millones de cubanos, desconocidas por muchos gobiernos y gobernantes extranjeros. En el transcurso de tantos años de oscuridad, cientos de miles de cubanos han sufrido prisión, y decenas de miles han perdido sus vidas, o combatiendo frontalmente la tiranía, fusilados y otros miles, perdidos en la inmensidad del Golfo de México, que tiene tanta sangre inocente como grande es su fauna acuática. Hoy, con el cambio de la geopolítica mundial, soplan aires que posibilitan amagos de confrontación interna que bajo la fortaleza del régimen, basada en el aparato represor más organizado de América, sufren creyendo que realmente forman una oposición tan real, como utópica es la idea.
CUBA: OPOSITORES SIN OPOSICION
JUAN MANUEL LLERA MARIN
ENERO 28 DE 2015
Creo que en general se sigue una línea de razonamiento muy propia del comportamiento que hemos tenido los cubanos durante los más de 55 años que Castro instauró su dictadura en Cuba. Y ese razonamiento, es el principal error que cometemos los cubanos cada vez que tratamos el problema cubano. Perdonen si parezco prepotente con mi afirmación, pero a mi criterio, todos siguen equivocados. Nuestra conducta está llena de errores, que son sumamente caros. El principal: ¡Hemos vivido 55 años de espaldas a la realidad histórica! y no solo no lo reconocemos, sino que además, inconscientemente seguimos los caminos que nos ha marcado Fidel Castro, dentro de un laberinto lleno de trampas y peligros. Y en ese infinito laberinto andamos, ciegos, y esperando el maná que Dios no nos ha prometido nunca. El peor error cometido en nuestro pasado, que arrastramos hasta hoy, fue cuando el exilio político cubano le entregó o declinó a favor de los Estados Unidos la solución de nuestro problema nacional, incurriendo en uno de los más caros errores cívicos e históricos, de los que pudieran haber cometido, aquellos que en un principio debieron, y de hecho fueron, los abanderados de la lucha contra Fidel Castro y el régimen comunista establecido en la isla. Soñaron con que los EE.UU desalojaría a Castro del poder y les devolvería a ellos, sus propiedades perdidas y sus prerrogativas y prebendas que disfrutaban hasta que el Jefe de la Revolución triunfante les arrebató y echó de Cuba, a patadas por el trasero. No tuvieron nunca en cuenta, que el problema cubano tenía que haberse resuelto dentro de Cuba, y no en Washington, porque en este último lugar, siempre estaría prevaleciendo, como justamente tiene que ser y será siempre, el interés de esta nación y no el de los ciudadanos de un país extranjero. Hoy recogemos el fruto de lo que sembramos desde el mismo 1959. Porque quiero aclarar, que aquellos valientes que se alzaron en los años 60 contra la dictadura, y la propia invasión de Playa Girón, siguieron esa misma línea de pensamiento, "los EE.UU nos salvarían del comunismo, como consecuencia de todas estas acciones heroicas,," controladas y dirigidas muchas de ellas por el propio DSE castrista, y que culminaron en medio del abandono al que nos condenó el gobierno de los que pensamos eran nuestros aliados.
Hoy, nada ha cambiado. Criticar a Obama por la decisión tomada, no tiene ningún sentido. Somos nosotros los que tenemos que criticarnos por no hacer, absolutamente nada por resolver nuestros problemas. La oposición interna, y la que se encuentra supuestamente fuera de la isla, es un conglomerado de hechos y acciones inútiles, mientras no se estructure una resistencia inteligente que sepa aglutinar al pueblo, canalizar sus inquietudes y hacer que se sienta el peso de la opinión contraria del pueblo. Ese es el gran reto que se tiene que enfrentar y no seguir desgastándonos en asuntos que contribuyen a la prolongación de lo que debemos, precisamente impedir.
En Cuba, hermanos, hay opositores, pero no hay oposición. Hay gestos, pero no hay acciones estratégicas. Falta cohesión y táctica. Ni la estrategia, ni la táctica, pueden provenir del exterior. Ambas cosas, imprescindibles para hacer que la tiranía se sienta estremecida, tienen que estructurarse dentro de Cuba, con la participación de los cubanos, que desde el exterior se sientan verdaderamente comprometidos con la acción y apoyen con decisión meridiana todo lo que dentro de Cuba, se haga, en beneficio de los objetivos trazados. Pero ni una cosa, ni la otra se logran en las condiciones y la visión equivocada que se tiene de la realidad nacional y de las verdaderas posibilidades de que se disponen para ello. Todos nos hemos equivocado. ¡Aceptemos esta verdad! Los comunistas en Cuba, porque se han estado creyendo durante todos estos 55 años que verdaderamente han sido fuertes. Nosotros, los enemigos del comunismo y de la tiranía, porque nos hemos creído también que hemos sido fuertes, mucho más fuertes que ellos, porque en un sentido de pensamiento erróneo, siempre nos creímos que contábamos con el respaldo de la potencia más grande de la tierra. Error, fatal de ambas partes.
Si conocemos la historia de nuestro pasado mambí, sabemos que el regionalismo, el caudillismo y el afán de protagonismo, han sido un lastre que marcó las luchas por la independencia nacional. Hoy, no podemos tropezar con esa misma piedra.
Por dos poderosas razones, tenemos que llamarnos a la concreción de estilos, de formas y de propósitos.
1º. Ya no estamos en aquella época en que los perros se amarraban con longanizas…. hoy, la inteligencia bien aplicada, es la mayor y más efectiva fuerza que puede oponerse a cualquier enemigo, por fuerte que parezca. Los comunistas han sido hábiles en el uso de tácticas de enfrentar amenazas y muy eficientes en la forma en que las han eliminado. Creer que, aún en las circunstancias actuales, han perdido esa capacidad de acción, es faltar al más elemental principio de desarrollo estratégico sobre el que se elabore la acción futura en su contra. Ellos son fuertes, porque tienen el poder. Son fuertes porque tienen sometido al pueblo por el terror. Ellos son fuertes, porque nosotros contribuimos conscientes o inconscientemente a su fortaleza. La única forma de enfrentárseles, y vencerles, es aprovechar sus ventajas para debilitar su base y fortalecer la nuestra; son fuertes, porque nosotros nos empeñamos en seguir siendo débiles, y:
2º. Mientras existan luchas intestinas entre los opositores, jamás tendremos una oposición real en Cuba. Y esto no significa que mañana comencemos a luchar por una falsa oposición basada en la unanimidad de criterios, porque sería anular la diversidad del pensamiento humano, pero SÍ, es imprescindible, que sobre esa diversidad se alcance la unidad estratégica, que defina una forma de desarrollo de la lucha contra la tiranía, de manera cohesionada, dejando a un lado el pasado y mirando únicamente al futuro, sobre la realidad del presente. Enterremos el pasado. Nadie que solo mire atrás, podrá jamás ser faro y guía para los que necesitan avanzar.
Aprendamos de los comunistas, porque ellos aprendieron de nosotros. Se adueñaron de lo nuestro, sin habérseles dado el consentimiento expreso. Cuando en la década del 50 se produjo un levantamiento en Hungría, el patriota que logró que el pueblo se levantara contra la opresión, recuerdo que declaró que lo había logrado, gracias al estudio de las tácticas usadas por el enemigo comunista. Solo el poderío militar soviético, presente en el país, logró aplastar aquella revuelta. Occidente, entonces, miró a otro lado- Si me refiero a este pasaje de la historia, es solamente para reafirmar que de nuestros enemigos tenemos que aprender y vamos a hacerlo. Los 55 años de comunismo en Cuba, nos ha hecho expertos en el conocimiento de las tácticas más comunes, de las usadas por ellos en contra del pueblo.
Cuba, es una nación sin sociedad civil. No se puede establecer su existencia, por cuanto, al paso del tiempo, los indicadores que pudieran considerarse distintivos de su existencia, han sido anulados, convenientemente por la estrategia del régimen de dividir a los cubanos, en todo. Para ello ha utilizado todos los medios a su alcance, desde la mentira, apoyada en la desinformación, y el miedo a manifestarse, apoyados en una larga historia de represión y crimen, ante los cuales no hay ningún cubano seguro. Esas dos cosas, unidas de forma indisoluble, colocan al cubano viviendo en un país, sin sociedad civil. La sociedad es el estado, y el estado es Fidel Castro, antes, y Raúl Castro hoy. La soberanía le ha sido secuestrada al pueblo, y los únicos que la ejercen son, precisamente, estos dos soberanos sinvergüenzas.
Ante esta situación, de indudable importancia estratégica, pueden surgir infinitos disidentes, u opositores, pero bajo ningún concepto se podrán, jamás organizar como una oposición verdadera. Si primero, y es lo más difícil de lograr, no se establece una verdadera sociedad civil, no podremos hablar de oposición.
Todos los cubanos defienden la teoría del cambio. ¡Hay que cambiar! No hay un solo habitante de la isla, que no anhele ese cambio. Pero cada uno de los que lo desean, y hasta lo dicen, no tienen una idea definitoria de lo que hay que cambiar y como hay que cambiarlo. Pero en esa idea, subyace un propósito común: Mejorar la calidad de vida. Todos quieren vivir mejor, pero no tienen una explicación válida, del porqué se encuentran en una situación tal, que les lleve a tener, como objetivo prioritario, el mejorar su calidad de vida. Y mucho menos piensan, en el cómo librarse de toda la impedimenta que les mantiene en ese limbo eterno en el que se pervive sin presente y sin futuro. En ese estado personal, la voluntad individual se encuentra anulada, que se demuestra por el hecho de que NADIE HACE NADA PARA QUE LAS COSAS CAMBIEN, y como consecuencia el cubano integra un gigantesco pueblo de PERDEDORES.
Algunos, con todo derecho, objetarán mi comentario. Sobre todo, lo espero de aquellos que durante muchísimos años han sufrido en carne propia los efectos de la represión castrista y de los que hoy, se enfrentan abiertamente a la dictadura, que no se esconde para golpear, encarcelar y asesinar a cuantos se atreven a gritar su desesperación y descontento. Pero, la realidad de lo que ocurre no puede esconder el verdadero efecto que produce toda esa acción de tantos buenos cubanos, que se encuentran en la situación descrita. Otros, no solo no objetarán, ni siquiera se sentirán identificados dentro de ese grupo de perdedores. Y quiero ser bien abarcador en esta clasificación, pues dentro de ellos, me incluyo e incluyo a todos los que desde el exilio, creen que están, de verdad, combatiendo en contra del gobierno cubano.
En la primera parte de este artículo, afirmaba que debíamos aprender de los comunistas muchas cosas. Lo bueno y lo malo, de cómo actúan, en beneficio de sus intereses de dominio sobre la población en su conjunto. Tenemos que estudiar al enemigo, conocerlo e identificar sus fortalezas y sus debilidades, y determinar, nosotros mismos, cuales son las nuestras y después determinar la estrategia, basada en ese conocimiento, que debemos seguir para alcanzar el objetivo de mejorar nuestra calidad de vida. Si no estudiamos al contrario, y no lo hemos hecho en cincuenta y cinco años, no podremos jamás enfrentarlo como debemos.
Es un requisito indispensable, no actuar como lo hemos hecho siempre. Hay que actualizar nuestro modelo, y pasar del pasado al presente. Lo viejo, tiene que ser negado por lo nuevo. Aferrarse al pasado, es nunca llegar al presente y mucho menos alcanzar un futuro. Por eso el análisis tiene que ser el de hoy. Ni siquiera el de ayer, y menos, el de antes de ayer.
Ellos han utilizado durante todo el tiempo, una llamada matriz DAFO para concluir en qué forma pueden y deben actuar en cada caso. ¿Porqué nosotros no podemos hacer más o menos lo mismo? Yo les propongo iniciar este análisis siguiendo ese principio, para llegar a conocer :
DEBILIDADES:
AMENAZAS:
FORTALEZA:
OPORTUNIDADES:
Veamos, lo que puedo decirles al respecto, y siempre ajustado a mis puntos de vista y experiencia personal, que pueden no resultar coincidentes con los de aquellos que lean este artículo:
Sus DEBILIDADES principales:
Economía colapsada. Sin posibilidades de rescate por cuenta propia.
Ausencia internacional de credibilidad financiera, lo que les impide acceder a entidades crediticias en todo el mundo.
Dependencia muy importante de la República Bolivariana de Venezuela, en el plano económico, y ante la situación interna que atraviesa ese país.
Incremento de visitantes cubanos residentes en el exterior, que no pueden dejar de mostrar la diferencia de calidad de vida con los cubanos de la isla, a pesar de ser trabajadores activos, o ancianos que viven del Seguro Social del país en que residen. Temor a la relación cara a cara entre estos cubanos residentes fuera de la isla y sus familiares en Cuba, así, como con turistas o extranjeros en general.
Secretismo oficial. Tienen obsesión con ocultar verdades que terminan siendo tan evidentes, como la carencia de recursos y el fracaso del modelo económico vigente. Temor excesivo a la divulgación y aceptación oficial de esta realidad.
Mantenimiento, hasta el momento, del embargo económico impuesto por EE.UU, del que no sufrieron consecuencias durante el sostenimiento que recibían de la URSS y de todo el Campo Socialista, y que mantuvieron como un medio para justificar el desastre económico.*
Necesidad de buscar ahora, en los EE.UU los recursos necesarios para el sostenimiento del régimen imperante en la isla.
Necesidad del mantenimiento de la vigencia de Leyes que limitan y obstruyen todo el proceso de recuperación económica e inversión extranjera, para no poner en peligro el modelo de dominio económico y político que les sostienen.
El debilitamiento de la autoridad moral de los dirigentes revolucionarios a todos los niveles y la pérdida de confianza del pueblo, en general, respecto al fruto de su gestión.
La edad, la falta evidente de capacidad y la evidente falta de autoridad moral, de los principales dirigentes históricos del castrismo.
Las AMENAZAS que se ciernen sobre ellos:
Aumento de situaciones que generan descontento entre la población, acompañadas de un marcado desinterés en el trabajo, y creciente pérdida de apoyo popular a la gestión del gobierno.
Situación de inestabilidad política y colapso económico con pérdida de apoyo general al gobierno de la República Bolivariana de Venezuela. Evidente peligro de que se produzca una explosión social que derroque por la fuerza al principal aliado cubano en América Latina.
Incremento del uso, por parte de ciudadanos cubanos residentes en la isla, de modernos medios de comunicación, aún cuando estas se encuentren bajo el control estricto del estado comunista.
Aumento del flujo de información desde el exterior, que goza de una amplia divulgación entre los residentes en la isla, quienes acceden a realidades que son ocultadas por la prensa oficial.
Voluntad expresada por el Gobierno de EE.UU de restablecer relaciones diplomáticas con Cuba, acompañadas de concesiones unilaterales que le hacen muy difícil al gobierno comunista, fundamentar el rechazo abierto, o la interposición de condiciones inalcanzables, que harían imposible la normalización, tantas veces exigidas.
Cercanía geográfica al territorio de los EE.UU.
Eventual flexibilización o eliminación de todas las leyes norteamericanas que tengan que ver con el embargo económico impuesto por EE.UU
Endurecimiento o eliminación total, de las Leyes de Ajuste cubano y la conocida como "Pies secos, pies mojados", incluido el acuerdo migratorio que hace que EE.UU conceda anualmente al menos 20,000 visas a ciudadanos cubanos para viajar a ese país. **
Verse obligados a modificar, o eliminar, las leyes que sostienen un sistema que se basa en una relación de producción llamada socialista, para evolucionar hacia un sistema capitalista independiente.
Falta de un conjunto de cuadros de dirección, con capacidad suficiente, autoridad reconocida y valores reales, debidamente preparados para asumir la dirección política continuista del sistema comunista en la isla.
Los elementos que les proporcionan una FORTALEZA actual incuestionable:
Contar con suficientes medios materiales, técnicos y humanos, con la capacidad necesaria para desarrollar y mantener un sistema represivo suficientemente alto y de calidad, que proteja al régimen de cualquier intento por socavar su seguridad.
Ningún respeto a ni a uno solo de los Derechos del Hombre, consagrados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las NN.UU, sin consecuencias de ningún tipo.
Riguroso control de todos los medios de difusión masiva, tanto en lo referido a la prensa escrita, televisiva o radial.
Tener el absoluto control de todo el sistema judicial de la nación, el que actúa conforme al interés supremo de la clase dominante, ajustándose fundamentalmente al requerimiento de la conveniencia política que al espíritu de la ley. Contar con un amplio compendio de leyes, resoluciones y otras disposiciones que garanticen el absoluto dominio de todos los entes, que integran la deteriorada sociedad cubana. Ninguna obligación de la máxima dirección gubernamental o política, de rendir cuentas al pueblo, ni a las organizaciones que les sirven de sustitución y apoyo.
Dominio total de la integración y funcionamiento del supuesto cuerpo legislativo de la nación: La Asamblea Nacional del Poder Popular, que solo se limita a la aprobación incondicional de todas las propuestas y acciones del gobierno revolucionario.
Deterioro moral y ausencia de civismo, que son signos evidentes en todos los estamentos de lo que han dado en llamar sociedad civil cubana. Anulación total del carácter soberano del pueblo, al que le ha sido arrebatado el atributo que le corresponde como CIUDADANO de la nación cubana, término que el propio régimen ha reconvertido en un apelativo ofensivo para quienes le sirven como simples esclavos.
Anulación total de todos los intentos por constituir una oposición organizada, de modo tal, que aún cuando existen opositores, estos se encuentran aislados, y asediados por las fuerzas represivas. La política de infiltración en los pequeños grupos opositores, les permite hacer su trabajo desde dentro, debilitándolos, sembrando la desconfianza y sirviendo en definitiva a los propios intereses del régimen. Ausencia total de una estrategia bien estructurada de los grupos de opositores existentes y comportamientos que no les identifican con el resto de la población cubana.
Interés manifestado por algunos sectores empresariales norteamericanos, de hacer inversiones a corto plazo en la isla.
Las OPORTUNIDADES que tienen para seguir adelante con su proyecto:
Entrada al escenario económico inversionista, de grandes capitales estadounidenses en consonancia con la nueva política que pretende seguir el gobierno de ese país.
Renovar el interés de los países miembros de la Unión Europea, de reinvertir en la isla, como consecuencia del relajamiento o eliminación de las medidas de sanciones a Cuba, por parte de los EE.UU.
Fortalecer sus relaciones en temas económicos y de defensa con sus antiguos aliados estratégicos, como China comunista y Rusia (heredera principal de los activos soviéticos).
Relajamiento de las tensiones y obtención de garantías, por parte del gobierno norteamericano, de romper definitivamente con los grupos opositores que radican en su territorio y dentro de Cuba.
Autor:
Juan Manuel Llera Marín