El papel de las habilidades intelectuales en la superación del profesor de Derecho en Cuba
Enviado por Lic. Eloína Fowler Hernández
Resumen
El presente trabajo resalta el papel trascendental que tiene en la superación del profesor de Derecho en el proceso de universalización de la Educación Superior, el desarrollo de las habilidades intelectuales. Estos profesionales no poseen formación pedagógica inicial y adolecen de insuficiencias que se presentan en el ejercicio de la práctica pedagógica. Se abordan los principales presupuestos teórico-metodológicos en torno a la temática para desarrollar las habilidades intelectuales y de esta manera contribuir a elevar la calidad en el proceso enseñanza–aprendizaje en este contexto. Estos elementos son medulares en la conformación de una estrategia pedagógica que se adecue a las nuevas condiciones de la Universidad en el territorio y dé respuesta a esta problemática desde la dimensión curricular.
Introducción
Con el Triunfo de la Revolución en el año 1959, la Universidad Cubana se pone al servicio de la sociedad e inicia un proceso de profundas y continuas transformaciones dirigidas a ampliar el acceso a la misma de los diferentes sectores de la población. Se establece la educación gratuita, se multiplican las universidades, se abren nuevas carreras, se incrementan significativamente las matrículas y se diversifican los tipos de curso para posibilitar los estudios de nivel superior a los trabajadores. Es decir que desde el mismo triunfo de la Revolución Cubana se inicia en Cuba una constante revolución en la educación aún inconclusa, conscientemente planificada, organizada, regulada, dirigida y controlada. En todas ellas se reconoce el papel protagónico de los docentes en cada momento histórico.
La creación de las Sedes Universitarias Municipales dió una nueva dimensión a la Universidad Cubana en dicho proceso de transformaciones, posibilitando el acceso a los estudios superiores y el estudio permanente a lo largo de toda la vida. Se conformó para ello un nuevo modelo pedagógico, que brinda oportunidades de estudio a personas que en determinado momento no pudieron acceder a la Educación Superior por lo que hoy constituye una de las principales fuentes de acceso a la Educación Superior.
Este nuevo modelo pedagógico se caracteriza por ser flexible, centrado en el papel activo del estudiante en su propio aprendizaje y el profesor actúa como facilitador optimizando las ayudas pedagógicas, aprovechando al máximo la flexibilidad, y estructuración así como los diferentes escenarios educativos que este posibilita incrementando su impacto social. La modalidad semipresencial es otra de las características del modelo que posibilita el amplio acceso y la continuidad de estudios de todos los ciudadanos. A través de un proceso de formación integral, enfatiza más en los aspectos que el estudiante debe asumir de manera independiente y el empleo intensivo de los medios de enseñanza en combinación con las ayudas pedagógicas que brindan los profesores.
El modelo pedagógico de la universalización resulta apropiado para aquellos estudiantes que no disponen de todo su tiempo para los estudios por razones laborales o similares. Por sus características, este permite enfrentar mayores niveles de acceso y demandas de poblaciones estudiantiles geográficamente distantes de las sedes centrales, llevando los estudios universitarios allí donde ellos residen o laboran, con lo cual se abren nuevas posibilidades para todos los que aspiran a cursar estudios universitarios.
La enseñanza proyectada en la modalidad semipresencial se debe centrar en el estudiante y por tanto ajustarse a sus necesidades, intereses y ritmos de aprendizaje. Esta adopta un modelo orientativo desde un horizonte curricular básico y estimula la conducción del proceso apoyado en un sistema de evaluación de carácter formativo, y otros aspectos relacionados con la capacidad de adaptación del proceso de formación a la realidad personal, profesional y familiar del estudiante, el tipo de curso matriculado y el contexto en que éste se desarrolla. Para lograr la aplicación consecuente y efectiva del nuevo modelo pedagógico sobre la base de los conceptos y principios antes planteados, es imprescindible una adecuada superación metodológica de los profesores en las particularidades de este. Se debe priorizar en los aspectos que permitan perfeccionar el proceso de enseñanza-aprendizaje desde la semipresencialidad acorde con las especificidades de la carrera y las disciplinas que conforman la misma.
Desarrollo
En este sentido, la formación permanente y por consiguiente la superación de los profesores de la carrera de Derecho en la actualidad se dirige esencialmente a elevar la competencia pedagógica y científica del docente, dando respuestas a sus necesidades y a las del sistema educativo en el contexto de la actividad fundamental que realiza o para la que se prepara y abarca todo el personal docente en ejercicio.
Los profesores deben cumplir con las funciones relativas al proceso enseñanza-aprendizaje, relacionadas con los tres procesos substanciales: el académico, laboral e investigativo. Su labor deberá caracterizarse por varios principios (Fuentes, E. y González, M. 1997).
Heterogeneidad: la gran cantidad de campos disciplinares en que se especializa, ya que prácticamente todas las ramas del saber se encuentran en la institución universitaria, así como por las diferentes biografías personales, trayectorias profesionales y edades cronológicas.
Multiplicidad de libertades: consiste en que posean un elevado grado de autonomía para el desarrollo de su función docente, lo que puede resultar un estímulo a la innovación.
Diversidad de responsabilidades: el docente universitario es considerado un profesional doble porque no solo enseña sino también investiga, es decir que tiene responsabilidades en relación con la investigación sobre un campo determinado, teniendo en cuenta la gestión y concepción ampliada de sus funciones. Además desarrolla otros encargos de carácter de extensión cultural y proyección social de los conocimientos.
Organización en una estructura departamental: las funciones básicas antes señaladas se desarrollan en el marco de una organización departamental. El departamento es considerado como la principal unidad orgánica de docencia e investigación, además de los aspectos de gestión, administración y relaciones institucionales.
Según el Colectivo de Autores (1998) los docentes deben poseer competencias que lo hagan idóneos para la obtención de mejores resultados en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Estas competencias son:
Competencia Didáctica: se caracteriza por la facilidad de trasladar de manera asequible (y no facilista) a los estudiantes los contenidos de las ciencias que imparte por difíciles que parezcan sin distorsionarlos ni vulgarizarlos. No basta con el dominio de dichos contenidos, es esencial que el profesor sea capaz de "pedagogizarlos", pues la lógica de la ciencia no coincide siempre con la lógica de su impartición.
Competencia Académica: expresa el dominio de las ciencias que aportan a su labor docente en las diferentes asignaturas y disciplinas que imparte, así como de la Psicología y la Pedagogía, como ciencias que explican y fundamentan su actuar cotidiano en la enseñanza y en la investigación acerca de su práctica educativa.
Competencia Investigativa: el saber hacer investigativo despierta una actitud más crítica y reflexiva sobre su labor pedagógica, obliga a hacer coincidir la teoría con su práctica, incrementa su sensibilidad para detectar aquellos problemas que requieren de investigaciones científicas para su solución, exige de una mejor planificación y organización de su trabajo y a un mejor uso de él, un incremento sustancial de su espíritu crítico y autocrítico, es más objetivo en sus juicios y más flexible para aceptar los cambios provocados por los procesos renovadores e innovadores, un mayor tiempo dedicado al estudio individual y a la lectura sobre temas de interés profesional y una reafirmación de sus motivaciones profesionales como docente y como investigador.
Competencia Ética: refleja su autonomía moral como modelo a imitar por sus alumnos y colegas en cuanto a los valores profesionales que lo caracterizan como persona, como profesor universitario y a la vez como especialista en una rama del saber científico.
Competencia Comunicativa: posee tres componentes: el uso eficiente de su lengua materna, tanto oral como por escrita; el dominio de una lengua extranjera, preferentemente el idioma inglés, al menos para extraer información de la literatura científica actualizada y el desarrollo de habilidades para ser un comunicador profesional por su oratoria, por la brillantez y exactitud de su discurso, así como por la calidad de sus escritos debido a la esencia educativa de su labor.
Competencia Cultural: debe poseer una cultura general e integral especialmente de carácter humanística, que le permita estar actualizado sobre los acontecimientos científicos, políticos, económicos, históricos, sociales, ideológicos y artísticos más acuciantes de su tiempo tanto en el ámbito universal, como regional y nacional.
Competencia Tecnológica: el desarrollo alcanzado por la ciencia y la tecnología contemporánea, cuya manifestación más evidente y acelerada es el creciente proceso de informatización de la sociedad, debe reflejarse en el docente universitario en el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en función de su labor docente e investigativa.
Precisamente para lograr la profesionalización de los docentes en este nivel de enseñanza, es necesario, el trabajo integrado de habilidades que garanticen la adquisición sólida, el uso, la aplicación consciente, reflexiva y creadora de éstos. Las habilidades se forman en el mismo proceso de la actividad en la que el docente hace suya la información y adquiere conocimientos. En estrecha relación con los hechos, conocimientos y experiencias el educador debe garantizar que los alumnos asimilen las formas de elaboración, modos de actuar, técnicas para aprender, y formas de razonar de modo que el conocimiento logre la formación y el desarrollo de estas habilidades, fundamentalmente, las que determinan capacidades cognoscitivas.
Las habilidades están presentes en el proceso de obtención de la información y la asimilación de los conocimientos, así como el uso, expresión y aplicación de los mismos. Están comprendidas dentro de la Didáctica la que constituye una de las ramas de la Pedagogía y su desarrollo progresivo ha trascendido actualmente en que la misma sea una ciencia independiente.
Las habilidades permiten al hombre poder realizar una tarea. En el transcurso de la actividad, ya sea como resultado de una repetición, de un proceso de enseñanza dirigida, el hombre no sólo se apropia de un sistema de métodos y procedimientos que puede utilizar en el marco de variadas tareas, sino que comienza también a dominar paulatinamente acciones, aprende a realizar de forma cada vez más perfecta y racional, apoyándose para ello en los medios que posee es decir en toda su experiencia anterior.
Actualmente se hace continua referencia a la necesidad que los profesores universitarios desarrollen habilidades, competencias o destrezas que les permitan asumir con responsabilidad el proceso de enseñanza-aprendizaje en el modelo de universalización. En este sentido no sólo se debe superar a los profesores en términos de la didáctica, sino que ha de tener en cuenta el reto que le plantea el avance de esta ciencia desde la perspectiva del saber hacer.
Lo expresado anteriormente le impone al profesor universitario del Derecho:
Considerar la dirección del proceso:
Dosificar las actividades que permitan la flexibilidad y la necesidad de transferencia de las operaciones a nuevas situaciones.
Dosificar y organizar la secuencia de ejercicios, así como las exigencias que de forma ascendente y gradual deberán presentárseles a los alumnos en correspondencia con el diagnóstico de éstos y su grupo, de sus necesidades y motivos, así como de los conocimientos y hábitos precedentes que portan.
Desde el punto de vista metodológico es importante apreciar la estrecha relación existente entre unas habilidades y otras, así como la transferencia que consecuentemente se produce cuando las operaciones comprendidas en una habilidad, forman parte del sistema que integran otras habilidades.
Es preciso que el profesor esté consciente de la importancia que tiene garantizar la formación adecuada de una habilidad antes de comenzar su ejercitación. Esto evita la asimilación de elementos o aspectos incorrectos, que se hacen después muy difíciles de erradicar. Por esta razón, el aseguramiento de las condiciones necesarias al comenzar una clase debe iniciarse en la comprobación de la formación de la habilidad para determinar si la misma ha sido asimilada.
Es importante garantizar un período suficiente para la ejercitación de la habilidad o habilidades pues la orientación inadecuada puede trascender negativamente en la capacidad de nuestros estudiantes con respecto a las habilidades a desarrollar.
Para lograr la coherencia en la estructuración interna de la clase es necesario el dominio de la estructura interna de la habilidad y de su relación con los demás componentes del contenido, condición indispensable para la conformación de las acciones y operaciones de la tareas docentes que pondrá al alumno en una situación objetiva de aprendizaje luego del dominio del diagnóstico de éstos por el docente. Es por tal razón que hoy en día el desarrollo de las habilidades, en particular las intelectuales, es una exigencia ante los retos que plantea una sociedad encaminada a la búsqueda de formas de convivencia más justas, libres y democráticas en las que para su formación los alumnos hoy, desempeñarán en el futuro un importante papel protagónico poniendo en juego sus capacidades intelectuales lo que contribuirá al logro de una de las aspiraciones de la Educación Superior.
En el nuevo modelo pedagógico, la importancia de estas capacidades del intelecto en el ámbito de la Educación Superior, específicamente en las Sedes Universitarias, implican un sistema de operaciones o acciones mentales por el profesor, entre las que se destaca la de precisar los rasgos generales y esenciales de los objetos y fenómenos que se estudian, así como los rasgos necesarios y suficientes de los mismos. Es importante precisar, que el grado de dominio de las acciones como resultado de la asimilación de esta habilidad, se expresa de forma muy diferente por el profesor, pues las particularidades de cada alumno para la regulación activa y racional de la actividad que realiza, son muy diversas. Todo esto se convierte en posibilidad de desarrollo y perfeccionamiento ulterior de las acciones, por lo que el pedagogo habrá de considerarlo como la zona de desarrollo potencial que alcanza su discípulo.
El docente en la dirección del proceso de enseñanza-aprendizaje tiene que tener el dominio de las habilidades a desarrollar en los alumnos y de las acciones de cada una de ellas. La lógica interna de la clase concretada en su célula básica, la tarea docente, sigue el curso de las acciones que le son inherentes a la habilidad que ha declarado en el objetivo formativo; el que está estrechamente relacionado con el conocimiento y la intencionalidad educativa que conscientemente se han predeterminado y debe ser desarrollada en los alumnos.
El docente debe promover al alumno el desarrollo constante de las habilidades intelectuales; que este último sienta la necesidad de estudiar diariamente y de esta forma pueda dominar los contenidos aprendidos, aunque la consolidación de la materia impartida solo se logrará si se desarrolla con más fuerza la habilidad valorar, lo cual traduce a un desarrollo superior en el estudiante el cual está centrado en el pensamiento lógico pero también crítico y creador.
Conclusiones
La superación de los profesores de la carrera de Derecho en la actualidad se dirige esencialmente a elevar la competencia didáctica para asumir el desarrollo de las habilidades de sus estudiantes en el proceso de enseñanza- aprendizaje en la Universalización. El profesor de Derecho debe ser cada vez mejor preparado para enfrentar los avances del mundo actual, capaz de reflexionar sobre su práctica y transformarla, lo cual convierte a su propia escuela en un elemento dinámico en el sistema de superación. El conocimiento de las problemáticas que surgen en el proceso de enseñanza-aprendizaje y el encuentro de las vías de solución, su aplicación y validación son tareas que se deben compulsar mediante la superación diferenciada que lo estimule al logro de resultados superiores.
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Autor:
M. Sc. Eloína Fowler Hernández
Cargo: Coordinadora carrera Derecho SUM Ranchuelo
Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas
Centro Universitario Municipal Ranchuelo
Carrera de Derecho
EVENTO MUNICIPAL SUM RANCHUELO 2011
Ranchuelo
2011