1. Geografía cubana3. Antecedentes. 4. La enmienda Platt. 5. El proceso independentista 6. El plan Moncada 7. La guerrilla 8. Santa Clara 9. La Habana 10. Actualidad cubana
Cuba es la mayor y más hermosa de las islas del mar Caribe, tie-ne una situación geográfica ventajosa para el comercio. En el norte cubano se encuentra el Golfo de México, el estrecho de Florida y el Canal Viejo de Bahamas. Al sur limita con el mar de las Antillas y el Canal de Colón, que las separa de la isla de Jamaica. Al este, el estre-cho o Paso de los Vientos las separa de la isla de Haití. Al oeste, el es-trecho de Yucatán las separa de la península mexicana. La isla tiene forma de caimán, cuya cola está orientada al oeste. Desde la punta de la cola hasta el extremo del hocico hay 1.200 Km., su anchura máxima es de 200km, y la media es de 100 Km.. Su exten-sión es de 114.524 km2. Su capital es la ciudad de la Habana o San Cristóbal de la Habana. La costa tiene centenares de pequeñas bahías, canales y caños. La rodean centenares de islitas que hacen que la navegación a través de ellas sea difícil y peligrosa. Su población total es de 7.434.200 habitantes. A continuación detallaremos la cantidad de población por cada provincia:
Provincias Ext. en km2 Población Capital Pobl. capital Camagüey 26.346 785.400 Camagüey 259.289 La Habana 8.221 2.023.600 La Habana 897.042(Zona urbana 1.462.874) Matanzas 8.444 447.000 Matanzas 94.173 Oriente 36.602 2.443.600 Santiago 224.551 Pinar del Río 13.500 555.800 Pinar del Río 46.000 Las Villas 21.411 1.178.800 Santa Clara 166.796
La economía cubana tiene como base fundamental la agricultura. El 17% del área del país está ultivada; los bosques ocupan 13.000km2. El cultivo más difundido es la caña de azúcar, que propor-ciona una cantidad considerable de azúcar ( primer productor del mundo). El cultivo industrial es el del tabaco, que rinde grandes ga-nancias a la economía cubana. La ganadería es numerosa y sus ganados principales son: el vacu-no, el de cerdo y los equinos. Los recursos mineros tienen gran impor-tancia. Entre las industrias menores figura la textil algodonera, las quí-micas, papelera y graficas; la de la confección, las lácteas, las de ex-tracción de aceites vegetales, de conserva de carne y de pescado. El comercio exterior es activo: Cuba exporta azúcar, tabaco en rama, e importa maquinaria, vehículos a motor, productos alimenticios, etc. Para el comercio interior cuenta con unos 6.000 Km. de líneas férreas de uso publico y unos 10.000 de líneas privadas para el servicio de las plantaciones de caña de azúcar. La arina mercante no es muy nume-rosa pero moderna. Cuba es políticamente una Republica unitaria de tipo socialista con tendencias comunistas desde 1959. Administrativamente esta di-vidida la isla en 6 provincias. El 70% de la población de la República es blanca, el 12,4% es negra, los mulatos son el 17,3% de aquella. El idio-ma oficial es el español, pero el ingles esta muy difundido. La defensa dl país esta encomendada al ejercito, el cual consta de 45.000 hombres de todas las armas, organizados según el modulo soviético. Todo los ciudadanos cubanos entre los 17 y los 45 años viven obligados a prestar servicio militar. Algunos datos más sobre la República Cubana:
Nombre oficial: República de Cuba Extensión: 114.524 km2 Población: 7.434.200 h Capital: la Habana Ciudades principales: Marianao, Holguín, Camagüey, Santiago de Cuba Régimen político: república Idioma: Español Religión: Católica Unidad Monetaria: Peso Altitud máxima: 2.005 m (Pico Turquino) Altitud Mínima: nivel del mar Situación: isla en el mar de las Antillas Clima: semitropical Riquezas del país: agricultura (caña de azúcar, tabaco); productos fo-restales; ganadería; minería; industria Gentilicio: Cubano
En la historia de Cuba hay tres períodos de gran importancia, entre estos se puede encontrar el período colonial, comprendido entre los años 1510 y 1898; el segundo período, en el que Cuba enfrenta al neocolonialismo de los Estados Unidos, desde 1898 hasta 1959, y por último el período actual de la revolución Socialista. Teniendo en cuen-ta los dos últimos períodos mencionados podrían surgir diversos interogantes, como por ejemplo: "¿fue o no beneficiosa la revolución?", "¿Hasta que punto fue beneficiosa la misma?" o "¿finalmente, la revo-lución fue un factor contraproducente para el actual y futuro desa-rrollo de la isla de Cuba?". Para hacer un análisis completo de la Revo-lución Cubana y definir la respuesta a estos interrogantes, se debe tener en cuenta a los tres por igual, sin descartar ninguno de los mis-mos. De acuerdo a mi manera de pensar la respuesta a este dilema se haya en los tres interrogantes, ya que no se puede definir a la Revolu-ción Cubana como algo roductivo, o por lo contrario, como algo con-traproducente, sería disminuir algo tan importante, de tanto legado, hasta hacerlo insignificante como una simple cuestión de conveniencia. Cuando uno apela a la historia no se la puede manipular de tal forma, sino que se debe profundizar hasta analizarla en todo su esplendor, en todos sus aspectos. Dado todo esto, mi intención es analizar la eficacia de la Revolu-ción Cubana, sin dejar de lado factores, incluyendo la mayor cantidad de hechos posibles, y artiendo de la investigación del tema, aden-trarme en el mismo, y lograr la conclusión a la hipótesis. Para esto es necesario introducir al lector en lo que comenzaría a ser un factor detonante en la vida de un ciudadano cubano, desde el comienzo, y que en un momento decidió el futuro de ésta gente y de las futuras gene-raciones, es decir, la decisión de apoyar a los revolucionarios y hoy en día ser el único país omunista del hemisferio occidental.
En 1925 se funda el primer partido leninista de Cuba y de la Confede-ración Nacional Obrera de Cuba (C.N.O.C). El 4 de Septiembre de 1933 Fulgencio Batista, antiguo sargento taquígrafo ascendido a coronel durante la revolución antimachadista, instaló en el poder, mediante un golpe militar, a una Pentarquía, a la que siguió el gobierno de Grau San Martín. La revolución parecía haber alcanzado sus objetivos: Grau llevó a cabo una política socialis-ta, mientras las centrales azucareras eran ocupadas masivamente por los obreros. Pero la falta de coordinación entre las diversas fuerzas que habían derrotado a Machado favoreció el éxito del golpe militar de Batista, convertido en el nuevo hombre de confianza de los Esta-dos Unidos, que derribó a Grau, en enero de 1934, e instaló en la presidencia al coronel Carlos Mendieta. La revolución había terminado, y sus últimos ramalazos fueron brutalmente sofocados por Batista (huelga general de 1935, muerte del líder guerrillero Antonio Guite-ras). Aunque se habían conseguido algunas mejoras, como el reconocimiento de la jornada laboral de 8 horas, la autonomía para la Univer-sidad de La Habana y la derogación de la enmienda Platt.
Que en cumplimiento de la declaración contenida en la resolución conjunta aprobada en 20 de abril de mil ochocientos noventa y ocho, intitulada "Para el reconocimiento de la independencia del pueblo cu-bano", exigiendo que el gobierno de España renuncie a su autoridad y gobierno en la isla de Cuba, y retire sus fuerzas terrestres y maríti-mas de Cuba y de las aguas de Cuba y ordenando al Presidente de los Estados Unidos que haga uso de las fuerzas de tierra y mar de los EE.UU. para llevar a efecto estas resoluciones, el Presidente, por la presente, queda autorizado para dejar el gobierno y control de dicha isla a su pueblo, tan pronto como se haya establecido en esa isla un Gobierno bajo una Constitución, en la cual, como parte de la misma, o en una orde-nanza agregada a ella se definan las futuras relaciones entre Cuba y los EE.UU. sustancialmente, como sigue: 1.- Que el Gobierno de Cuba nunca celebrará con ningún Poder o Pode-res extranjeros ningún Tratado u otro convenio que pueda menosca-bar o tienda a menoscabar la independencia de Cuba, ni en manera al-guna autorice o permita a ningún Poder o Poderes extranjeros, obtener por colonización o para propósitos militares o navales, asiento en o control sobre ninguna porción de di-cha isla. 2.- Que dicho gobierno no asumirá o contraerá ninguna deuda pública para el pago de cuyos intereses y amortización definitiva, después de cubiertos los gastos corrientes del Gobierno, resulten inadecuados los ingresos ordinarios. 3.- Que el Gobierno de Cuba consiente que los Estados Unidos puedan ejercitar el derecho de intervenir para la conservación de la indepen-dencia cubana, el mantenimiento de un Gobierno adecuado, para la protección de vidas, la propiedad y libertad individual y para cumplir las obligaciones que, con respecto a Cuba, han sido impuestas a los EE.UU. por el Tratado de París y que deben ahora ser asumidas y cumplidas por el Gobierno de Cuba. 4.- Que todos los actos realizados por los Estados Unidos en Cuba du-rante su ocupación militar, sean tenidos por, válidos, ratificados y que todos los derechos legalmente adquiridos en virtud de ellos, sean mantenidos y protegidos. 5.- Que el Gobierno de Cuba ejecutará y en cuanto fuese necesario cumplirá con los planes ya hechos y otros que mutuamente se conven-gan para el saneamiento de las poblaciones de la Isla, con el fin de evitar el desarrollo de enfermedades epidémicas e infecciosas, pro-tegiendo así al pueblo y al comercio de Cuba, lo mismo que al comercio y al pueblo de los puertos del Sur de los Esta-dos Unidos. 6.- Que la Isla de Pinos será omitida de los límites de Cuba propues-tos por la Constitución, dejándose para un futuro arreglo por Tratado la propiedad de la misma. 7.- Que para poner en condiciones a los EE.UU. de mantener la inde-pendencia de Cuba y proteger al pueblo de la misma, así comopara su propia defensa, el Gobierno de Cuba vender o arrendar a los EE.UU. las tierras necesarias para carboneras o estaciones navales en ciertos puntos determinados que se convendrán con el Presidente de los EE.UU. 8.- Que para mayor seguridad en lo futuro, el Gobierno de Cuba inser-ta las anteriores disposiciones en un tratado permanente con los Es-tados Unidos. El apéndice constitucional, bajo ultimátum norteameri-cano, fue aceptado por la Convención cubana en la sesión del 12 de ju-nio de 1901. El poder extraño que expulsó a España se colocó en su lugar. La Enmienda Platt legalizó con ropaje jurídico ese poder ilegal. Esta especie de Constitución que tenía como principal objetivo mos-trar las ventajas que ejercía Estados Unidos sobre la Isla de Cuba, y que decía que EE.UU. defendería la independencia de la misma, no era nada más que la prueba de un simple reglamento que debería obedecer Cuba para conservar su independencia; la clara explicación de las re-glas que debía obedecer la "colonia". Porque la palabra colonia, nada más y nada menos porque la condición para conservar la "independen-cia" era suministrarle a Estados Unidos las tierras necesarias para carboneras o estaciones navales, que obviamente serían ubicadas de acuerdo a las preferencias del presidente de EE.UU. Estados nidos tenía el derecho de intervenir convenientemente de acuerdo a sus ne-cesidades. De aquí nace el principio neocolonial de los Estados Unidos El país se encontraba bajo el entero control de Batista, que era apo-yado incondicionalmente por los Estados Unidos. En 935 el 25% de la población era analfabeta, y la misma cifra correspondía a la población activa que se encontraba en una situación de paro permanente; a ello contribuyeron el decrecimiento de las inversiones estadounidenses y la reducción de la cuota de exportación de azúcar a los Estados Uni-dos. Tan solo un considerable desarrollo demográfico pudo compensar el cese de la inmigración y, en el año 1940, Cuba alcanzó una cifra de 4.778.583 habitantes. La crisis sólo fue superada por la prosperidad que se originó a raíz de la Segunda Guerra Mundial. La alianza mundial de los países socialistas y capitalistas contra las potencias del Eje re-percutió en la política interna de Cuba. La suavización de las formas de gobierno se evidenció con la promulgación de la Constitución de 1940, y Batista, transformado en el portaestandarte del antifascis-mo, fue elegido presidente con el apoyo de los comunistas, encuadra-dos desde 1938 en el Partido Socialista Popular; en diciembre de 1941, Cuba declaró la guerra a las potencias del Eje. En los años posteriores el movimiento obrero se extendió consi-derablemente, pero su dirección pasó a manos de líderes reformistas que supieron aprovechar con habilidad las ventajas de la expansión económica originada por los altos precios de guerra. Los principales focos de oposición a Batista se localizaban en los sectores de clase media encuadrados en el Partido Revolucionario Auténtico, cuyo diri-gente, Grau San Martín, triunfó en las elecciones de 1944. Batista aceptó su derrota, y sus partidarios fueron apartados de los altos cargos del ejército por Grau, que a partir de 1947 inició una política de represión contra el movimiento obrero comunista (dentro de ésta se halla el asesinato del líder azucarero Jesús Menéndez). Al mismo iempo, la prosperidad azucarera acarreó una vuelta a la corrupción, contra la que luchó el Partido Ortodoxo, movimiento cívico de oposi-ción, fundado en 1946 por Eduardo R. Chibás. La presidencia de Carlos Prío ocarrás, elegido en 1948, se caracterizó por un decisivo alinea-miento con la política internacional de los Estados Unidos y el aumento de los vicios administrativos del período anterior. El suicidio de Chi-bás, ocurrido en agosto de 1951, provocó una campaña de protesta na-cional, y sus repercusiones hicieron prever el éxito de los ortodoxos, apoyados por el PSP, en las próximas elecciones. Batista se anticipó a ellas mediante un golpe militar con el apoyo estadounidense (10 de marzo de 1952) e inició su último período de gobierno, instaurando un régimen dictatorial: la Constitución de 1940 fue suspendida, y los par-tidos políticos, disueltos. El 47% de las tierras cultivadas pertenecía a las grandes compañías estadounidenses, la tasa de analfabetismo alcanzaba un 23% de la población, y el constante crecimiento demográfico iba repercutiendo en un fuerte desempleo. La vanguardia de la oposición popular a Batista la constituían los universitarios de la Habana, en su mayoría influidos por la doctrina ortodoxa. Uno de llos Fidel Castro, dirigió un ataque al cuartel de Moncada. La situación que azotaba al pueblo cubano era insostenible, tanto las tasas de analfa-betismo, como a baja en las exportaciones de azúcar; que culminarían con éxodos a gran escala. La extrema pobreza de sus campos debía convivir con la burguesía del azúcar y del tabaco, que en estos momen-tos, atravesaba un gran descenso en las ventas. ¿Tal vez éstas fueron algunas de las causas que impulsaron al pueblo a seguir a los revolucionarios? Tal vez sí, además de la casi ininterrumpida serie de 30 años de gobiernos autoritarios, y de la intensa explotación estadounidense del territorio cubano para turismo, prostitución y uso de casinos.
5. El proceso independentista
La prosperidad agrícola de Cuba atrajo el interés de los esta-dounidenses por la isla, llegando a realizar varias ofertas económicas al gobierno español para que éste cediera su soberanía. El fracaso de las reformas económicas y políticas en la sla y el incremento de los impuestos favoreció el descontento de los criollos ricos contra la administración española. El 10 de octubre de 1868 es- talló la primera guerra de la independencia cubana con el grito de Ya-ra, protagonizado por Carlos Manuel de Céspedes. La guerra, llamada de los 10 años, se centró principalmente en la región oriental, donde las rueldades del ejército español provocaron el apoyo de la pobla-ción a los insurrectos. Céspedes fue el primer presidente de la "Repú-blica en armas", cuyos representantes redactaron una constitución y recibieron el reconocimiento de varios gobiernos latinoamericanos. La superioridad de las fuerzas españolas y la promesa e reformas por parte del general Arsenio Martínez Campos debilitaron el movimiento y, en febrero de 1878, concluyó la guerra con la firma de la paz del Zanjón. uchos cubanos, entre los que se encontraba el líder naciona-lista Antonio Maceo, se negaron a aceptar las condiciones ofrecidas y continuaron la lucha. La situación económica y social empeoró, mien-tras se incrementaban las inversiones y las actividades comerciales en la isla. Varias organizaciones políticas activistas en el exilio coordina-das por el poeta José artí, organizaban la propaganda en contra del dominio español, dirigiéndose tanto a la población nativa como a diver-sas potencias extranjeras. La guerra estalló de nuevo el 24 de febrero de 1895, con el gri-to de Baire, y se extendió rápidamente. Con el pretexto de una inex-plicada explosión en el acorazado estadounidense "Maine", atracado en el puerto de La Habana, los Estados Unidos declararon la guerra a España el 25 de abril de 1898.La armada estadounidense obtuvo una rápida victoria y el gobierno español se vio obligado a firmar un proto-colo de paz en Washington, en agosto de ese mismo año. Por el Tratado de París, firmado el 10 de diciembre, España cedió a Estados Unidos los territorios de Cuba, Puerto Rico Guam y las Filipinas. La ocupación estadounidense de Cuba se prolongó desde l 1 de enero de 1899 hasta el 20 de mayo de 1902, período durante el cual los gobernadores generales John rooke y Leonard Wood intentaron adaptar la isla a los sistemas económicos, educativos, culturales predominantes en ese momento en los Estados Unidos. En 1901 se promulgó una constitución republicana, a la que los estadounidenses hicieron agregar la Enmienda latt, por la que se re-servaban el derecho de intervenir en la isla en determinadas circuns-tancias y e supervisar sus tratos internacionales, así como su olítica económica y de asuntos internos. Además, la ueva República de Cuba cedió a los Estados Unidos las bases navales de Bahía Honda(devuelta en 1913) y Guantánamo. Las primeras décadas de la República de Cuba. La administración republicana comenzó el 20 de mayo de 1902, con el gobierno de Tomás Estrada Palma, primer presidente de Cuba independiente, notable por su honradez y su interés en la educación pública. Su ntento de per-manecer en el poder tras las elecciones de 1906 dio lugar a la segunda ocupación de la isla por los Estados Unidos, el 29 de septiembre de ese año. El administrador de Cuba, Charles Magoon, introdujo la corupción y cedió el poder en 1909, al liberal José Miguel Gómez. A partir de entonces la economía cubana creció espectacularmente, con-forme de elevar los precios del azúcar en los mercados internaciona-les. La administración de Gómez se caracterizó por la corrupción. Desarrolló una política económica y social que favoreció a los asalaria-dos, pero los negros, irigidos por Evaristo Estenóz y Pedro Ivonet, se quejaron de discriminación laboral y de la prohibición de partidos políticos basados en el color de sus miembros. En 1912, las tropas gu-bernamentales sofocaron manifestaciones y protestas en la parte oriental de la isla, donde murieron unas 3000 personas. Siguieron los gobiernos de Mario García Menocal(1913-1921), Al-fredo Zayas(1921-1925) y Gerardo Machado(1925-1933). Este último hizo reformar la constitución(1928) para lograr un segundo mandato de 6 años(1929-1935), lo cual provocó una oposición violenta que des-embocó en una huelga general determinante de su caída(12/08/1933). Su sucesor, Carlos Manuel de Céspedes y Quesada, fue derrocado a su vez por un golpe cívicomilitar(4/09/1933)encabezado por el pro-fesor universitario Ramón Grau San Martín y por el sargento Fulgen-cio Batista, quienes pasaron a ser presidentes de la República(tras una breve pentarquía o gobierno de 5) y jefe del ejército respectiva-mente. De esta época provino la mayor parte de la legislación social cubana a favor de obreros y campesinos. En 1934, Grau se vio obligado a renunciar y se sucedieron varios gobiernos provisionales con Batista controlando la situación hasta que, conforme a una nueva constitución sumamente avanzada(1940), Batista ganó la presidencia para el perío-do 1940-1944. Surgieron dos períodos de gobierno democrático, con Grau San Martín(1944-1948) y Carlos Prio Socarrás(1948-1952), de-rribando este por un golpe militar encabezado por Batista(1952), quien se mantuvo en el poder hasta el fin de 958.Además de los considerables ingresos derivados de la explota-ción del azúcar, en Cuba se desarrollaron otras lucrativas actividades basadas en el turismo. Cuba gozaba de una de las rentas per cápita mas elevadas de Latinoamérica, y aunque la distribución de la misma era desigual, puede considerarse uno de los países mas avanzados del hemisferio en todos los campos.
6. El plan Moncada
Los combatientes que asaltaron los cuarteles Moncada y el de Bayamo, inauguraron con sus acciones la alternativa revolucionaria, porque estuvieron guiados por un plan y una concepción política, ideo-lógica y militar idónea para transformar las realidades cubanas de los cincuenta hacia derroteros antiimperialistas y anticapitalistas. Y por-que el nuevo proyecto se puso a prueba en dos hechos en los cuales se desplegó una organización revolucionaria que actuó desde fuera y contra el sistema y, a la vez, al margen de los estereotipos ideológicos, de los enfoques políticos y de las formas de lucha y de organización predominantes en la izquierda del continente.Cuba era en 1952-1953, un escenario potencial formidable para enfrentar por medio de las armas al dictador, y esa circunstancia mo-ral, política y psicológica fue crucial para el origen del Moncada y también para el despuntar del líder revolucionario. Según idealizaciones de Fidel Castro, los combatientes que lo seguían debían apoderarse de los dos cuarteles, Moncada, segundo del país y el de Bayamo, entregar las armas al pueblo, invitar a los solda-dos a unirse al movimiento insurgente y adoptar las primeras medidas de beneficio social. Con ello estarían bajo el control de los revolucio-narios dos ciudades estratégicas que facilitaría poner en pie de gue-rra a Oriente y conmocionar al resto de Cuba. Una vez consolidadas las posiciones, de esa provincia se desataría una nueva invasión hacia occidente que partiría de Sierra Maestra. Un dato clave del plan era la confianza que Fidel y sus compañeros depositaron en el desconten-to de la población, debido a la crisis acumulada que exacerbó el golpe militar: "si el Moncada hubiera caído en nuestras manos, hasta las mu-jeres de Santiago de Cuba habrían empuñado las armas". El análisis correcto de aquellas realidades les permitía lograr desde el principio la incorporación de la gente a la lucha, aspecto que todos sabían y consideraban vital para el despegue y avance del proceso revoluciona-rio. Moncada y Bayamo representaban el detonante de la lucha popular. A todo esto, no se buscaba influenciar a la gente con falsas promesas, no se le diría al pueblo "les vamos a dar", sino que se les di-ría "luchen con todas sus fuerzas para poder llegar a la libertad y a la felicidad". Por todo ello el asalto a Moncada sería el comienzo del proceso revolucionario y no un fin en sí mismo. Los "moncadistas" no pretendían su unión con el pueblo, pero éste, humilde y engañado, era susceptible de incorporarse hasta tanto no creyera en algo o alguien o bien en "sí mismo". Buscaron con la breca del 26 de julio, abrirle a la gente la vía de su propia emancipación.
El Moncada fue el hecho histórico y como tal quedó inscrito en la dinámica real que provocó su impacto en la vida política cubana. Sus valores tienen alcances ambiciosos para la unión del pueblo: mostró aún más crudamente el talante reaccionario y criminal de la dictadura; surgió de allí el núcleo de la nueva fuerza revolucionaria y el líder que conduciría después al pueblo por el camino acertado que abrió el 26 de julio.
La expedición será un fracaso desde el punto de vista militar. Castro informará a Frank Pais, el dirigente del Movimiento 26 de julio en Santiago de Cuba, que el Granma iba a desembarcar en Playas las Coloradas, el 30 de noviembre (Fidel Castro, con sus ansias de volver a Cuba, compra un yate que se apodaba "El Granma", con el que carga-ría a un total de 82 personas, siendo el límite del yate de 20 tripulan-tes). Pais se comprometerá a organizar para dicha fecha manifesta-ciones de protesta en la capital oriental de la isla. Sin embargo, el ya-te con los 82 ocupantes se equivoca de ruta y su travesía sufre re-trasos a causa de las condiciones atmosféricas. Sólo llegará a la costa cubana el 2 de diciembre, cuando ya la policía había eprimido la pro-testa de Santiago. Por su parte, ejército y aviación se encontrarán en la zona de Niquero en donde tuvo lugar el desembarco. El 5 de diciembre el ejército sorprenderá a los revolucionarios en la localidad de Alegría de Pío: fue una matanza. Sólo se salvaron 15 rebeldes, que se vieron obligados a separarse para escapar de los militares. Entre los supervivientes se encontraba Gino Doné Paro, un ex partisano ita-liano que desde Cuba se había unido al grupo de los revolucionados en México. Doné Paro logró alcanzar Santa Clara para partir, algunos meses más tarde, con rumbo a Estados Unidos. Mientras tanto en La Habana, el gobierno de Batista estaba con-vencido de haber acabado con la insurrección y aseguraba que entre los muertos podía estar también el propio Fidel Castro. Los periódicos mexicanos anunciaron que Guevara había corrido también la misma suerte. Parecía que el Movimiento 26 de julio, así como ya sucedió en 1953 en el intento de asalto del cuartel militar Moncada de Santiago, había quedado condenado al fracaso. Sin embargo, una entrevista concedida al orresponsal del New York Times, Herbert atthews, en febrero de 1957 revelar a la opinión pública cubana e internacional que "el comandante en jefe", Fidel Castro, no sólo está vivo todavía sino que incluso está reorganizando su movimiento en una auténtica guerrilla a lo largo de los valles y los bosques de la Sierra Maestra. Durante algunos días no lograrán verificar si también el Ché se en-cuentra o no entre las víctimas. Por el contrario, Ernesto logró salvar-se: sólo sufrió una herida leve en el cuello.
Será en la guerrilla donde crecerá la amistad y la estima entre Guevara y Camilo Cienfuegos. Ellos serán los que, durante los últimos días de diciembre de 1958, conducirán la ofensiva decisiva hacia la región de Las Villas, de la que es capital Santa Clara, en el centro de la isla. Un mes antes el Ché había conocido a Aleida March, una mu-chacha de 24 años dirigente del Movimiento 26 de julio en la ciudad de Santa Clara. Entre los dos nació muy pronto un flirt destinado a perdurar en el tiempo. Después de la conquista de dicha localidad, que comenzó el 29 de diciembre (el ejército de Batista se rindió tras los primeros enfrentamientos), Guevara y Cienfuegos recibirán la orden de Fidel de marchar hacia La Habana. La noChé de NoChévieja, Batis-ta comunicará a sus colaboradores su decisión de abandonar la isla: lo hará a las tres de la madrugada del 1 de enero. El día después, el Ché se irigirá hacia la capital cubana junto con Cienfuegos. El primero es rudo e inconstante; el segundo usa el típico humor cubano para ironi-zar sobre la vida de guerrillero. Estos dos caracteres tan diferentes se aldarán en una profunda relación de amistad. Cuando Castro llegó a La Habana, el 8 de enero de 1959 – después de haberse atravesado toda la isla partiendo desde Santiago de Cuba- sólo era el "Comandan-te en jefe" del Ejército rebelde pero su nombre ya se había hecho famosísimo en todos los rincones de Cuba. Alrededor de Castro y de su movimiento se coalicionaron el Partido Socialista Popular (PSP), de orientación comunista, y el Directorio, el grupo formado en su mayor parte por estudiantes e intelectuales que en marzo de 1957 ya había intentado asaltar el palacio presidencial de Batista en La Habana. En las entrevistas y declaraciones concedidas en la Sierra Maes-tra, Castro se había limitado a hablar de libertad y justicia social. Había rechazado muchas veces la etiqueta de "comunista" limitando sus relaciones con el PSP a la unidad alcanzada en la fase final de la guerrilla después de haber tenido no pocos roces con los dirigentes de dicho partido sobre los métodos de lucha que había que poner en mar-cha para acabar con la tiranía de Batista. La revolución del Movimien-to 26 de julio, en el momento de la victoria, se limitó a pedir el final de cualquier interferencia en la vida política de la isla. Sólo más de-lante, Fidel se convertirá en un convencido anti-Estados Unidos, iden-tificando con dicho país la perpetuación del neocolonialismo económico y político sobre América Latina y el Tercer Mundo. 9. La Habana
Ernesto Guevara y Camilo Cienfuegos serán los primeros coman-dantes de la revolución que entrarán en La Habana el día de Año Nue-vo de 1959. Cienfuegos era un cubano de origen humilde, que tuvo que emigrar a Estados Unidos en donde se vio obligado a trabajar como camarero para sobrevivir. En la guerra ganó gloria y fama. Sin embar-go, Guevara era el que levantaba la curiosidad general, ejerciendo además una especie de encanto. Guevara era argentino, nunca había vivido en Cuba antes de la expedición del Granma. Era el que tenía más influencia e ideales políticos y además era el único que había leído al-gunos textos clásicos del marxismo. Sólo Raúl Castro, el hermano me-nor de Fidel y "comandante del frente oriental" de la revolución, ali-mentaban simpatías parecidas a las de Guevara debido a su pasada adhesión a las juventudes comunistas a un viaje realizado por los Países del Este de Europa. Fidel Castro, en cambio, era un político pragmático y no ideológico, fruto de los movimientos nacionalistas cu-banos: había sido el líder de las luchas estudiantiles en la Habana, bri-llante abogado y militante del Partido Ortodoxo, pero no se le podía encuadrar desde el punto de vista de su visión política. La llegada a La Habana de Guevara no hizo más que consagrar el papel de este último como líder del Movimiento 26 de julio si bien el "líder máximo" seguía siendo Castro. Al Ché le esperará la tarea de tomar la ciudad en con-signa. Lo hará estableciendo su cuartel general en La Cabaña, una an-tigua fortaleza que domina el mar, situada a la entrada de la bahía de la capital y que en el pasado ya había servido como refugio de españo-les, ingleses y de todos aquellos que querían controlar el acceso a la capital a través del mar.
A casi 40 años de la Revolución, Cuba que había mantenido una estrategia económica basada en gran medida en las relaciones con el campo socialista y especialmente con el gran Estado multinacional que era la Unión Soviética, al desintegrarse la misma, Cuba sufrió una ex-traordinaria afectación de su comercio. Agregado a esto, el bloqueo económico impuesto por los Estados Unidos. Pero a pesar de estos principales inconvenientes que sufre actualmente la Isla de Cuba, l Estado ha tratado de contrarrestar con las armas a su alcance. Los principales productos de exportación son el azúcar, el níquel, pescado y mariscos, ron, café, tabaco y mármoles. También se han desarrolla-do n materia de medicina, por ejemplo, varias vacunas y tratamientos provienen de Cuba y luego se exportan al resto del mundo, como es el caso de la vacuna antimen
Autor: