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Metodología de la investigación

Enviado por OUMAR MANGANE


  1. Introducción
  2. Objeto y estrategia de investigación
  3. Previa investigación documental y bibliográfica y herramienta del investigador
  4. Explotación de las referencias, lecturas y apuntes
  5. Plan
  6. Fase de redacción
  7. Estilo de la redacción científica y su legibilidad
  8. Conclusión
  9. Bibliografía

Introducción

La investigación es una búsqueda de informaciones organizada cuyo objetivo primero queda la progresión de los conocimientos humanos en un campo muy determinado.

Cualquier estudiante se ve obligado, a través de este trabajo de investigación, a producir a finales del segundo ciclo, un trabajo académico universitario. Este tipo de trabajo se diferencia de los demás en la medida en que es, tomando las palabras de Samb (1999), un trabajo de investigación o de encuesta llevado a cabo y que, sea, entra en la composición de un título, sea, es el mismo constitutivo de un título; puede tener un carácter probatorio en el campo de la investigación y la cultura o también fundamentar, de una manera u otra, una política o una acción sobre una serie de conocimientos objetivos.

También, podemos citar otras definiciones de Piloña Ortiz, Gabriel Alfredo, Mario Tamayo y Tamayo recogidas por Martin Satz Tol (2016) en su estudio titulado La investigación físico-virtual y la ruta crítica en el ámbito universitario del siglo XXI: Es la acción orientada a encontrar soluciones a un problema o a acumular información más amplia sobre un hecho del cual se desconoce total o parcialmente algo.

Es la actividad de búsqueda que se caracteriza por ser reflexiva, sistemática y metódica; tiene por finalidad obtener conocimientos y solucionar problemas científicos, filosóficos o empírico-técnicos, y se desarrolla mediante un proceso.

La investigación científica es la búsqueda intencionada de conocimientos o de soluciones a problemas de carácter científico; el método científico indica el camino que se ha de transitar en esa indagación y las técnicas precisan la manera de recorrerlo.

Así, los informes, los expedientes, las tesinas, las tesis[1]entre otros, constituyen los principales géneros. Cada uno de estos estudios es un trabajo escrito que el candidato somete a un jurado para la obtención de un diploma.

Por lo tanto, la elaboración de cada uno de escritos se basa necesariamente en unas prácticas consideradas como validas y que nos proponemos recorrer identificando y dominando perfectamente las distintas estrategias y los métodos de la investigación tanto cualitativa y cuantitativa sobre todo en el campo de las ciencias humanas.

Cualquier investigación se basa en un proyecto muy preciso. Pues, antes que nada, el candidato ha de tener uno porque el descuido de los detalles de método y de presentación reduce las posibilidades de éxito. De allí, la investigación debe basarse en una estrategia y un método. Además, el investigador, a lo largo de su proceso investigadora, es un artesano y, por eso, necesita herramientas para realizar su investigación siguiendo un plan o un esquema elaborado con cautela en el que se va a apoyar para la redacción de un producto final de sus investigaciones. Éste último, en lo que refiere al campo de la literatura por ejemplo, se expone ante un tribunal o una comisión que va a apreciar la cualidad y la originalidad.

Entonces, a lo largo del presente estudio, estudiaremos los diferentes aspectos característicos para la realización de un trabajo de investigación adecuada.

Sin embargo, por muy seguro que uno sea y por buena o perfecta que sea nuestro estudio, será menester que el candidato haga uso de sus propias alas al sumar todos sus conocimientos y experiencias teóricos y básicos para poder pretender esbozar un trabajo técnico e interesante siguiendo las propósitos de Noumbissi (2003).

Objeto y estrategia de investigación

El objeto de la investigación es el principio del trabajo académico o universitario. Éste se apoya sobre un discurso científico de que vamos a intentar especificar las características antes de hablar de su objeto.

El que hace investigaciones siempre debe hacer la síntesis de los conocimientos ya realizados al respecto ya que la investigación tiene que ampliar y profundizar los conocimientos humanos en un campo muy preciso. Por eso, como lo ha dicho Noumbissi (2003) suponiendo que la investigación sea un deporte, los que queramos practicarla, tenemos la debida obligación de aprender sus normas exactamente como lo hace un deportista, con la diferencia de que cuando nos ceñimos a nuestro dominio de predilección que es la literatura, conviene emplear más bien la palabra metodología.

Si conocer de memoria las pautas resulta necesario y esencial para todo investigador y nos parece ser aun obligatorio para todos los estudiantes de letras y filosofías.

El discurso del investigador queda científico ya que produce unos conocimientos objetivos y a partir de un corpus establecido previamente y que queda abierto a todos. Este último se analizará bajo la base de un método que podemos producir. Por eso, su discurso no podrá ser científico si recurre a la inducción y la deducción que son unas normas que pertenecen al pensamiento racional.

Pero, ambos aspectos, inducción y deducción, pueden ser apoyados por la analogía que posee un carácter argumentativo a lo largo del análisis del objeto.

El objetivo de una ciencia debe distinguirse del sentido común por el hecho de que no es ajeno a la investigación. Ha de ser construido por el investigador que emite hipótesis y despliega una metodología para su comprobación.

Así, el objeto científico no es en absoluto preexistente; resulta concebido si tenemos en cuenta que las cosas no se dan se conquistan. Y, después de llevar a cabo su objetivo y delimitado los contornos de éste, el investigador emprenderá su investigación que acabe según una estrategia bien definida.

Para llevar a cabo una investigación adecuada, tenemos que ser pacientes y metódicos para alcanzar una buena estrategia. La paciencia significa el hecho de dominar lo que se hizo antes y hacer ello el punto de arranque de una nueva investigación; tarea muy esencial porque nos permite evitar las repeticiones inútiles. En cuanto al método, se define, según nosotros, tal como un camino que lleva hacia un objetivo muy determinado. Dicho camino debe, pues, empezar a través de la elección de un tema y un director de tesis o un asesor, depende de las universidades, y seguir con la investigación documental y bibliográfica previa.

La elección del tema de investigación y su buena formulación constituye la etapa decisiva ya que condiciona el resto del trabajo; y, pueden presentarse dos hipótesis, es decir, el tema de inspiración personal y el propuesto por algunas personas.

Sin embargo, para nosotros, es necesario que la elección sea de inspiración personal ya que seguimos el modelo andragógico y omniológico que favorece el auto aprendizaje de los adultos sin límite para un progreso académico y laboral continuo y sostenible como viene mencionado en el manual de Doctorado (2016). Además, queda más motivador también.

Después de escoger un tema, debemos asegurarnos que no se trata de un buen tema y resulta bueno un tema cuando éste tiene cierto número de característicos tales como si:

  • Si presenta un interés intelectual y sostenible;

  • Si tiene un carácter formador con buena formulación, es decir, todos los que lo lean, tendrán la misma comprensión y al tomar esta precaución elemental, el tema nunca tendrá numerosas interpretaciones por parte del lector;

  • Si no es vago y demasiado amplio;

  • Si podemos tratarlo, o sea, si hay documentación disponible porque el investigador debe asegurarse de tener a su disposición obras y artículos críticos sobre todo en las obras que componen su corpus y tratan su campo de investigación. Por ejemplo, si se trata de la literatura, poseer datos acerca del escritor, las entrevistas, y las obras críticas recién publicadas, sería mejor.

De allí, quedan claros su tendencia, su ideología, su compromiso para con los problemas de la sociedad, su estilo. Sin embargo, debemos evitar la reproducción entera de la biografía del escritor y tomar los detalles necesarios; los que se relacionan con el tema estudiado en la investigación. Y, por fin, si hay expertos en dicho campo como lo han mencionado Beaud (1999) y Nzete (2008).

Tras la elección del tema, será imprescindible tener un director de investigación o un asesor, según el caso, que sigue la progresión de la investigación. Conviene decir que este último tiene un papel determinado.

Y, según las normas universitarias, sólo hay unos profesores que pueden dirigir un trabajo de investigación doctoral. Además, si se trata de las tesis, el director de la tesis o el asesor tiene que ser experto en el campo de la investigación que dirige para poder auxiliar al investigador en ciernes más científicamente. También debe ser riguroso, paciente, disponible para pode satisfacer, por lo menos, todas las expectativas del investigador.

Dicho asesor o director, según el caso, ha de ser como guía, consejero. Pero, no puede producir el plan ni redactar para el candidato, ni leer los documentos para él. Y, todo eso, lo resuelve el modelo andragógico ya que deja al estudiante escoger libremente lo que quiere hacer.

Por otra parte, su papel es hacer sugestiones, comprobar si los documentos citados resultan leídos, si es coherente y estructurado el plan y leer y corregir lo que el candidato ya ha redactado si se trata de los informes o las tesinas.

Conviene aclarar que, tocante a la educación a distancia, tenemos además del asesor, un tutor que auxilia también al investigador.

Previa investigación documental y bibliográfica y herramienta del investigador

El objetivo de la investigación documental es reunir los hechos que hemos de estudiar e informarse para poder analizarlos. Este trabajo que debe hacerse después de la aprobación acerca del plan se realiza según métodos antiguos o modernos.

El método tradicional constituye la compilación de fichas y el recurso a los instrumentos bibliográficos; y, el moderno es el procedimiento más rápido y más eficiente de la investigación bibliográfica.

El trabajo de investigación exige sobre todo el intercambio, el cotejo de ideas, el debate contradictorio, entre otros. Este intercambio, este cotejo pueden ser orales, escritos, gráficos, clínicos o audiovisuales según el caso más adecuado para el investigador. Y, podemos añadir informaciones recogidas a través del Internet si quedan fiables.

En el campo de la literatura, por ejemplo, los estudiantes se basarán en las informaciones escritas, es decir, los libros que encuentran en las bibliotecas virtuales u otros sitios, que éstas sean públicas o privadas.

Por otra parte, los instrumentos bibliográficos pueden ser generales o específicos. Son generales porque se tratan de bibliografías diacrónicas y las llamadas sincrónicas. Si las primeras intentan hacer una clasificación cronológica de los trabajos de una disciplina; las demás, en cuanto a ellas, constituyen el conjunto de los trabajos en un período muy determinado a través de un conjunto geográfico dado. Son específicos ya que son los que se dedican a un período o un tema muy limitado o una generación de autores.

Tocante a las bibliografías de los trabajos académicos o universitarios, el especialista Beaud (1999) propone consultar las bibliografías de los trabajos académicos más recientes para, luego, acabar con las más antiguas ya que su consulta puede llevarnos al descubrimiento de diplomas dignos de interés. Y, por fin, en lo que refiere a los manuales o índices; el primero, o sea, los manuales, representa una obra didáctica expone todas las nociones esenciales de una asignatura. Y, el índice es una tabla de contenidos en que muchos aspectos quedan tratados y citados en un orden alfabético con unas referencias que permiten encontrarlos.

A pesar de este método, el que hace investigaciones puede acceder a unos datos nada más que usando buscadores tales como Google, Firefox, Yahoo, entre otros. Sin embargo, pese a su velocidad, estos métodos no deben impedirle al investigador ir a ver a unos expertos acerca del campo tratado.

Para la elaboración de una bibliografía, podemos también recurrir a unas personas expertas muy reconocidas poseyendo una competencia en un dominio preciso. Su consulta nos parece imprescindible para que evitemos errores elementales. Pero, es necesario darse cuenta de que dicha previa búsqueda de la bibliografía sólo será eficiente si el investigador la realiza con unas herramientas adecuadas.

La investigación es un oficio, por eso, el investigador para llevarla a cabo, ha de tener herramientas que le permiten trabajar rápida y eficientemente, o sea, hacer muchas cosas en poco tiempo. Además, es precioso el tiempo de un investigador.

Dado que su trabajo consiste en recoger informaciones, clasificarlas para poder servirse de éstas después, el investigador siempre tendrá algunos elementos o materiales tales como ficheros, papeles blancos, clasificadores, bloc de notas, diccionarios, repertorio personal. Fijemos, por lo tanto, como investigador, empleamos dichas herramientas u otras para poder tomar apuntes en lo que refiere a las referencias de los documentos consultados.

Explotación de las referencias, lecturas y apuntes

La explotación de las referencias queda más completa si se basa en una notación rigurosa y precisa. Se hace sobre fichas y estas últimas deben ser claras ya que el investigador va a servirse de ellas para establecer su bibliografía. De allí, todos los elementos deben ser apuntados con mucha cautela. Al respecto, podemos fijarnos en la propuesta de Atlantic International University (AIU) a través del manual de Doctorado (2016, p.190-197) sobre la noción de la bibliografía con los distintos modelos a saber el de la A.P.A., el de la M.L.A., el de Chicago, el del C.S.E., entre otros[2]

En efecto, esta explotación de las referencias consiste en leer los documentos enumerados. Y, leer es reconocer los signos gráficos de un texto para conocer su contenido. Así, el investigador puede leer tal como un aficionado o un profesional, método que nos interesa.

La lectura como aficionado es, sencillamente, leer por placer o solamente para tener noticias. Y, el lector no busca almacenar los datos como sucede en la lectura profesional. Esta última debe ser la actitud del lector de un investigador ya que queda orientada y selecta y se hace a través de unas técnicas peculiares como la lectura técnica y material del libro.

Es importante la lectura técnica es porque el investigador necesita los aspectos necesarios para el establecimiento de la bibliografía; y dichos aspectos, los más de las veces se encuentran en la portada. Una vez que el investigador posee todos estos elementos, puede pasar a la lectura propiamente dicha.

En efecto, existen muchas maneras para leer. Podemos leer el sumario, la tabla de contenido, el índice de los nombres, de los lugares, de las cosas, etc. Dicha lectura se completa con una lectura atenta de la introducción y la conclusión. De allí, el investigador decide leer una obra.

Por lo tanto, se puede leer un libro entera, parcial, fragmentaria o diagonalmente. Pues, debemos leer de modo exhaustivo las obras fundamentales, o sea, desde el inicio hasta el final. Pero, al interesarse por la parte o el capitulo fundamental de un libro localizado en la consulta de la tabla de contenido, el investigador puede aplicar la lectura fragmentaria. Y, puede leer en diagonal, es decir, con rapidez teniendo en cuenta solamente lo que es esencial para el tema estudiado.

De toda evidencia, leyendo con aplicación, aprendiendo con ardor, escuchando con curiosidad, guardamos en nuestro subconsciente y reducimos, de hecho, las dificultades que podamos encontrar a la largo de la redacción. Por eso, el investigador siempre ha de tomar apuntes.

Tomar apuntes queda la actividad escrita inicial, el tratamiento de la información a la que, a menudo, recurrimos. Acerca de todos los oficios, como ya hemos dicho que la actividad investigadora es un oficio, es necesario consignar la información a fin de memorizarla y poder servirse de ella al futuro.

Apuntar es un medio y un método de reflexión y antes de intentar proponer una metodología y una técnica, conviene hacerse unas preguntas tales como ¿Por qué y para quién apuntamos? ¿Qué tomar y cómo tomarlo? ¿Bajo qué aspectos debemos tomar apuntes?

Evidentemente el investigador toma apuntes para él mismo. Debe definir sus objetivos al comprender y aprender una rama de conocimiento si, por ejemplo, tomamos el caso de los estudiantes que hacen investigaciones. Estos apuntes deben ser precisos, fieles y completos para evitar, por lo menos, correr el riesgo de una falsa o muy mala interpretación.

Se trata de guardar lo esencial de lo que leímos u oímos, pues, es el hecho de hacer una elección. El tema es lo que determina la naturaleza de los apuntes.

Pero, el investigador puede lograrlo gracias a una agilidad de espíritu que todas las formas de entrenamiento intelectual desarrollan tales como la lectura, el estudio del plan, la costumbre de redactar, entre otros. De allí, seguimos adquiriendo el reflejo de tomar lo esencial de lo que oímos y condensarlo por escrito.

Después, el investigador toma apuntes para volver a leerlos particularmente y a usarlos y debe, por eso, cuidar la presentación. Y, sin esperar cambiar de escrituras, el investigador tiene que pretender la legibilidad y la disposición de los aspectos apuntados para poder simplificarlo todo. En cuanto a la clasificación, después de tomar apuntes, el investigador arregla los elementos que tienen un tema idéntico.

Tras el encuentro de las herramientas necesarias, el investigador elabora un plan para llevar a cabo su proyecto.

Plan

En el campo de la investigación científica, el plan constituye la organización de las ideas que el investigador se propone desarrollar. Representa, pues, la estructuración, la planificación de las ideas. El plan le permite al investigador acotar las diferentes partes ya que es el único elemento que va a permitirle hacer la investigación de manera coherente y lógica. De allí, debe concebirse con rigor y cautela.

En efecto, cualquier plan comporta necesariamente divisiones y subdivisiones a saber las partes, los capítulos o las secciones. También, los hay que usan numeraciones decimales, alfabéticas o alfanuméricas.

Así, a través de este cuadro, podemos ver algunas maneras para elaborar el plan:

Ejemplo 1

Ejemplo 2

Ejemplo 3

Ejemplo 4

Ejemplo 5

1.

Primera parte

CAPÍTULO 1

A.

I.

1.1

Capítulo I

CAPÍTULO 2

A.B

I.a

1.1.2

Sección 1

CAPÍTULO 3

A.B.A

I.a.b.

1.2

Sección 2

CAPÍTULO 4

A.B.B

II.

1.2.1

Sección 3

B.

II.a.

2.

Capítulo II

B.A

II.a.b.

2.1

Sección 1

B.A.B

2.1.2

Sección 2

B.B

2.2

Sección 3

B.B.A

2.2.1

A partir de estos ejemplos, el investigador tiene la posibilidad de escoger el ejemplo que más le conviene siguiendo sus necesidades.

En efecto, recordemos que algunos tipos de plan se ofrecen al investigador, a saber, el plan analítico o crítico, el de información, de convicción, de incitación a la acción y el de improvisación personal. Pero, conviene precisar que el plan analítico, el de información y el de convicción constituyen las categorías de plan más usado en el campo de la investigación. Suelen usarlos tanto en la enseñanza y la investigación como en los escritos administrativos.

Además de estas categorías de plan, podemos citar otras que el investigador debe conocer y usar si es necesario. Entre ellas, tenemos el plan dialectico, el plan comparativo, el argumentativo, el dialectico, el cronológico, el nocional, entre otros.

El plan quedará, para el investigador, un elemento indispensable a lo largo de la fase de la redacción del trabajo científico.

Fase de redacción

La fase de la redacción queda muy delicada ya que presenta muchas dificultades aunque, a veces, resulte bien preparado el investigador. Pero, siguiendo un buen método, el investigador podrá solucionarlas según vaya avanzando.

Si se trata, a veces, de investigación dedicada a los informes, las tesinas o las tesis, la mayor parte de los estudiantes se interrogan por el volumen que debe tener el trabajo. Conviene notar que eso depende de las instituciones. Pero, generalmente, después de escoger la técnica adecuada, el investigador ha de redactar su trabajo científico dentro de unas proporciones razonables.

De todos modos, el investigador tiene que profundizar la reflexión en cualquier campo explotando gran número de obras críticas, artículos, documentos sobre las obras de su corpus y el escritor elegido si se trata, por ejemplo, de la filología.

Así, a lo largo de su proceso de escritura, el investigador sigue necesariamente tres etapas, a saber, la introducción, el desarrollo y la conclusión.

  • La introducción:

La introducción representa un aspecto fundamental en la redacción porque, es a partir de su consulta que el lector puede ser interesado o no por lo demás del trabajo. Debe ser redactada de manera minuciosa y concisa. Su objetivo es no sólo presentar y justificar el tema, acotar y extraer la problemática, sino también fijar las elecciones teóricas y metodológicas a partir de las que quedan analizadas y presentadas de modo articulado las grandes líneas del plan.

En resumen, podemos decir que la introducción lleva algunos de estos aspectos siguientes: llevar el tema definiéndolo o acotándolo, plantear la problemática, indicar la metodología con la que vamos a llevar a cabo el trabajo, anunciar el plan que debemos seguir fielmente.

La elaboración de una problemática es el fundamento del trabajo del investigador- además del objetivo y la hipótesis- ya que, sin ella, el trabajo científico resultará ambiguo.

La redacción de la introducción no será posible sino después de la elaboración del desarrollo o cuerpo del trabajo

  • El cuerpo del trabajo:

En el momento de la redacción del desarrollo del trabajo de investigación propiamente dicho, el investigador se ve obligado de respetar el plan ya anunciado; sin embargo, puede empezar la fase de redacción por cualquier capitulo o parte. De allí, puede comenzar con el capítulo que le parece más conveniente para no perder tiempo y para respetar a la vez los plazos establecidos.

El respeto de estos detalles le lleva al investigador establecer un plan muy explícito que muestra las distintas tareas que cumplir a través del tiempo.

  • La conclusión:

La conclusión general de la investigación debe estructurarse con la introducción especialmente con la cuestión planteada en la problemática. Desde este punto de vista, es el momento adecuado de la respuesta y el cierre a la vez después de volver a tomar las ideas claves ya desarrolladas. Por eso, debemos acabarla con unas perspectivas de investigaciones futuras.

La elaboración de un trabajo de investigación no es nada fácil ya que el que lo hace ha de apoyarse también sobre un buen estilo que le es propio evitando el plagio.

Estilo de la redacción científica y su legibilidad

A lo largo del trabajo científico, el investigador tiene que emplear el pronombre personal nosotros para expresar un acto de reconocimiento destinado a rendir homenaje, de modo indirecto, a su director o asesor de investigación para su preciosa contribución en la progresión del trabajo científico. Así, en lo que refiere a la parte escrita de la investigación, usaremos, pues, nosotros.

Por lo tanto, si es verdadero que el arte es la realización de lo bellos, sin defecto, acerca de las bellas artes se identificará con la expresión perfecta del pensamiento.

Componer con arte será, pues, a la vez concebir, ordenar, expresar las ideas de una manera irreprochable con una selección y combinación juiciosas de palabras y frases.

El investigador debe intentar usar, en todos los casos, la palabra o expresión que conviene o que se acerca más a la idea expresada que no sólo revela el pensamiento sino también lo muestra por toda su extensión. Pues, es indispensable usar la palabra justa, evitar el empleo de palabras o expresiones superfluas o decorativas, pleonasmos, solecismos, barbarismos, entre otros.

Además, tiene que cuidar no sólo las articulaciones y las transiciones entre los párrafos y las diferentes partes o los capítulos sino también respetar la ortografía, sobre todo la acentuación y la puntación, y la gramática.

En suma, el estilo o la manera de redactar corresponde con el modo como cada uno de nosotros traduce sus pensamientos; es la imagen de la personalidad del está redactando.

En efecto, el estilo abarca principalmente dos aspectos tales como las ideas y las palabras. Por otra parte, es lo que queremos expresar y la manera como se expresa. Y, las cualidades esenciales del pensamiento quedan, pues, la veracidad, la exactitud, la claridad, la nitidez, etc.

Para tener un estilo completamente perfecto, el que escribe debe poseer cualidades como la corrección, la concisión, la claridad, la armonía, la simpleza, el uso juicioso de los ornamentos del lenguaje, la ausencia de cualquier falta, de cualquier negligencia, de cualquier redundancia inútil.

Pero, el investigador, al redactar, ha de tener un estilo original tanto en la concepción como en la estructura.

En la concepción, una idea personal no es algo nueva ya que se trata de una idea descubierta después de muchas otras a través de otras experiencias gracias al esfuerzo de su iniciativa personal.

Pues, la originalidad no consiste siempre en crear cosas nuevas sino crear cosas que generaciones antes habían pensado. Por eso, los críticos hablaban de imitación, es decir, seguir imitando a los clásicos porque son mejores en todos los campos.

En el proceso de escritura, la originalidad se trata de emplear su propia idea o la combinación de las palabras que facilitan la escritura ya que todo texto es un conjunto de citas.

En cuanto a la legibilidad del contenido del trabajo de investigación, podemos decir que solemos escribir para ser leído y hacerse entender por los demás. De hecho, dicho ejercicio exige una buena imaginación que es el arte de disponer un texto dentro del espacio blanco de la página. Norma esencial de la legibilidad, la compaginación permite apreciar la longitud de un mensaje, la estructuración de las ideas en un texto y el plan de conjunto.

Importa, pues, respetar de modo muy escrupuloso algunas normas como la escritura, los párrafos, los títulos, la numeración, entre otros.

Tocante a la escritura, no debemos olvidarse de que los acentos son imprescindibles y que han de colocarse en su sitio respectivo. Su ausencia puede acarrear malos análisis y hacer difícil la comprensión; por lo demás, su presencia permite distinguir la diferencia entre palabras. Los párrafos, en cuanto a ellos, son importantes en el texto porque, sin ellos, es posible que haya confusión de las ideas. Constituyen unidades de sentido, por eso, debemos indicar la progresión de nuestras ideas constituyéndolos.

Los títulos ayudan a nuestros lectores para que no pierdan tiempo. De allí, debemos anunciar de modo claro el contenido de una página por un título corto y muy significativo. En lo que refiere a la numeración, debemos señalar la estructuración de las ideas al recurrir a la que permite materializar el plan de un texto y realizar el sumario.

A menudo, conviene precisar que el investigador puede presentar el trabajo ante un tribunal que va a juzgar el contenido y demás elementos.

Y, la defensa de una tesina o una tesis, según el caso, constituye la última etapa del largo trabajo de investigación pero es también esencial. Pues, necesita igual que las otras partes de la investigación una perfecta preparación intelectual y moral.

La preparación intelectual es volver a leer con cautela lo que acabamos de producir y sacar las grandes líneas para poder presentarlas de manera breve en unos minutos ante un jurado. Y en cuanto a la preparación moral, se trata de estar listo para contestar a las preguntas de los miembros del jurado de manera serena, lúcida y convincente.

Conclusión

Una buena metodología de investigación en cualquier campo supone el dominio de algunos elementos esenciales de cualquier lengua tales como el léxico, la sintaxis y el arte del estilo.

A lo largo de nuestro estudio, hemos intentado hacer un repaso de los puntos fundamentales acerca de la investigación científica y del proceso de redacción. Además, el conocimiento y el perfecto uso de estos elementos ya propuestos a través de la escritura van permitir completar las nociones básicas, asegurar la verificación de las adquisiciones y ejercer la creatividad.

Así, tenemos que darnos cuenta de que hacer investigaciones, tener una metodología exige, por lo menos, una rigurosa disciplina de la inteligencia porque, sin un dominio de la lengua y del lenguaje, no pueden existir verdaderos discursos analíticos o críticos. Por eso, los escritos de un investigador en cada campo permiten apreciar y darse cuenta de sus aptitudes y su grado de cultura. Y, el arte de decir la buena frase en el momento adecuado queda muy apreciado en la sociedad. Para poder ser eficiente, debemos poseer un estilo claro y arreglado ya que se revela muy importante.

Por lo tanto, el buen dominio de la metodología de investigación le llevará al investigador producir no sólo documentos o monografías sino también profesionales y le permitirá expresarse con precisión, elegancia, concisión, diplomacia y profundizar y ampliar el campo de sus conocimientos, de sus pericias. ¿Y no tenemos la costumbre de decir que la verdadera formación y el verdadero aprendizaje no intervienen más que si el individuo que aprende, entiende y se muestra capaz de volver a emplear las adquisiciones?

Pues, el investigador, a través de su producción, como lo ha mencionado Eckenschwiller (1994), ha de mostrar no sólo que ha asimilado los conocimientos ya adquiridos sino también que es capaz de usarlos e incluso superarlos ya que su trabajo es una huella y un desafío. Se trata de la afirmación de una posición y de allí un llamamiento al juicio.

En suma, cualquier investigador, a través de la función conservadora de la escritura científica, contribuye al progreso de una disciplina. Y, es testigo de excepción de su época, razón por la cual el deber de ser lo más fiel y objetivo posible.

Bibliografía

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Beaud, Michel. L"art de la thèse. Comment rédiger une thèse de doctorat, un mémoire de DEA ou de Maîtrise ou tout autre travail universitaire. Paris : La découverte, 1999.

Berté, Abdoulaye. Méthodologie de la recherche (guide de la rédaction du master et de la thèse). Dakar : I.F.E, 2012.

Cabakulu, M wamba. Les techniques d"expression française. Dakar : Éditions Sagnaneme, 2009.

Dawson, M. Nouvelles techniques de communications. Dakar : Collection Xam-Xam, 2002.

Eckenschwiller, Michèle. L"écrit Universitaire. Paris: Les Editions d"organisation,1994.

Noumbissi, Nzachée. – Manual de Informacíon General sobre los Géneros Literarios y Nociones Básicas Imprescindibles para la Explicacíon Textos. Dakar : Presses Universitaires,2003.

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Nzete, Paul. Conseils pour rédiger et présenter un mémoire ou une thèse. Paris : L"harmattan, 2008.

Rouveyran, Jean-Claude. Mémoires et thèses. L"art et les méthodes. Préparation. Rédaction. Présentation. Paris : Maisonneuve & Larose, 1969.

Samb, Djibril. Manuel de méthodologie et de Normalisation a l"usage des étudiants, des auteurs, des rédacteurs, des éditeurs, et des secrétaires. Dakar: IFAN, 1999.

Satz Tol, Martin. La investigación físico-virtual y la ruta crítica en el ámbito universitario del siglo XXI. In: http://www.monografias.com/docs111/investigacion-fisico-virtual-y-ruta-critica-ambito-universitario-del-siglo-xxi/investigacion-fisico-virtual-y-ruta-critica-ambito-universitario-del-siglo-xxi.

Notas: [1] Por ejemplo, si tomamos el caso preciso de la Universidad Cheikh Anta Diop de Dakar (UCAD), cada estudiante presenta un informe pedagógico en su primer año de Master, luego una tesina en su segundo año ante un tribunal. Por fin, viene la tesis doctoral a lo largo de tres años o más.

[2] A.P.A. es la Asociación Psicológica Americana. M.L.A. es la Asociación de Lenguas Modernas. C.S.E. es el Consejo de Editores Científicos.

DOCTORADO EN FILOLOGÍA HISPÁNICA

ATLANTIC INTERNATIONAL UNIVERSITY

HONOLULU, HAWAII

DICIEMBRE 2016

 

 

 

Autor:

Oumar Mangane.

ID: UD40686HLI49372