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Prisión política y exilio, Testimonio de una víctima

Enviado por Felipe Bakit


    1. Planteamiento de la problemática histórica:
    2. ¿Cuantos años tiene un día?
    3. El Exilio de Don Gabriel Alarcón
    4. Conclusión
    5. Bibliografía

    INTRODUCCIÓN

    Parte importante de nuestra identidad ha sido moldeada por hechos, lo que se demuestra en nuestra forma de relacionarnos, de cómo nos vemos los unos a los otros, sin embargo, muy pocas veces ponemos atención en esto, y no reparamos en el hecho de que nuestra percepción del otro depende de los procesos históricos anteriores.

    Dentro de ese pasar sin recordar, ya sea por que no queremos hacerlo o por que existen intereses que quieren que no lo hagamos existe la posibilidad de que tomemos el camino contrario, el de mirar hacia atrás, no con nostalgia inhibidora, sino, con la finalidad de comprender la realidad, el presente, y además de comprenderlo ser capaz de transformarlo.

    Según lo que plantea M. Halwachs "Hay que renunciar a la idea de que el pasado se conserva tal cual en las memorias individuales. Los hombres viviendo en sociedad usan palabras de las cuales ellos comprenden el sentido: es la condición del pensamiento colectivo. Ahora bien, cada palabra se acompaña de recuerdos y no hay recuerdos a los que no podamos hacerles corresponder palabras. Nosotros hablamos nuestros recuerdos antes de evocarlos: Es el lenguaje y es todo el sistema de convenciones sociales que le son solidarias que nos permite en cada instante reconstruir nuestro pasado".

    De esta manera entendemos la memoria colectiva como la totalidad de las menorías individuales respecto a un hecho o un período en común, sin embargo, es necesario aclarar que aunque un hecho sea común para muchos, de ninguna manera la percepción va a correr la misma suerte, de tal manera que la memoria colectiva sería la conjugación de la totalidad de las percepciones de los individuos frente a un hecho que ha tenido real significancía en sus vidas, puesto que "un recuerdo rara vez es una idea abstracta o un objeto sin sentido. Memoria es significación, es sentido", por lo tanto el sentido como la percepción es individual y colectivo a la vez.

    Uno de los hechos más traumáticos de la historia reciente que nuestro país ha vivido ha sido el conflicto político-ideológico de la década de los setenta, crisis que ha llevado a profundas divisiones y grandes llagas que todavía no somos capaces de cerrar completamente, y lo que no será posible si no somos capaces de mirar hacia atrás y conocer en parte el verdadero peso de este complejo proceso para quienes fueron parte activa de este, ya que, parte importante de las contradicciones e injusticias que vivimos en este momento son producto del intento de tapar el sol con un dedo y de seguir adelante como si detrás de nosotros no existiera nada.

    PLANTEAMIENTO DE LA PROBLEMÁTICA HISTÓRICA:

    El exilio como el alejamiento forzado de una persona de su patria es una definición literal que cualquier persona puede manejar, pero de ninguna manera podremos comprender a cabalidad la cantidad de emociones y sentimientos que esta palabra causa a una persona que ha sido desarraigada de su historia y que ha debido continuar una vida lejos de sus vínculos más íntimos, por tanto, es nuestro deber recuperar los testimonios de aquellas personas que sufrieron en carne propia el resultado de un proceso histórico marcado por la polarización de convicciones ideológicas evidentemente políticas y que han dejado una marca indeleble en nuestra historia como país.

    Chillán no es ajeno al proceso anteriormente nombrado y por tanto fueron bastantes las personas que tuvieron que soportar la fuerte represión del régimen instaurado, parte de las cuales fueron exiliadas, por lo cual, pretendemos recoger el testimonio de una de esas personas, el del señor Gabriel Alarcón quien fue forzado a salir del país el año 1978, y cuyo retorno solo fue posible con el retorno de la democracia en el año 1990.

    ¿CUANTOS AÑOS TIENE UN DÍA?

    A las 11:00 AM. Del día 11 de Septiembre de 1973 el palacio de la Moneda fue bombardeado, el vuelo de los Hawker Hunter se presentaba como una línea divisoria entre el antes y el después, ese antes en el que vastos sectores marginados de la sociedad se habían visto representados, y un después representado por la represión y la supresión de las libertades individuales.

    Don Gabriel Alarcón Durán, a la edad de 24 años cursaba cuarto año de Antropología en la Universidad de Concepción, encargado de la FER (Frente de Estudiantes Revolucionarios), era miembro de la dirección local del MIR de Talcahuano, posterior al derrocamiento de Allende comienza el trabajo encubierto mientras las medidas represivas se hacen cada vez más fuertes de esta manera se trabaja en formas de boicotear el régimen de facto, el cual pensaban sería solo por un par de meses por lo que ponían todo su esfuerzo en debilitarlo.

    El 30 de Septiembre de 1973 Gabriel Alarcón es detenido en casa de un amigo por carabineros de Talcahuano, el motivo del arresto: permanencia en grupo paramilitar y pertenencia ilegal de armas en tiempo de guerra, desde aquel momento no volvería a sentir la libertad en su país hasta 16 años después cuando la democracia retornara al país, sin embargo, esto nunca pasó por su mente, existía el convencimiento junto a los compañeros que se encontraban en igual situación de que la democracia se reestablecería en poco tiempo, lamentablemente erraban en sus percepciones, pero a pesar de la incertidumbre en que se encontraban consideraban la cárcel como "una escuela de formación revolucionaria", por el hecho de que ponían a prueba sus convicciones y el real sustento de su ideología.

    La 2° comisaría de Talcahuano fue el primer lugar donde comenzó su larga reclusión de cuatro años, en esta comisaría estuvo desde el 28 de septiembre de 1973 hasta el 05 de Octubre del mismo año, es en este lugar donde comienza una seguidilla de de actos de tortura y amedrentamiento las cuales van disminuyendo en forma gradual en la medida que don Gabriel se hace más conocido y recorre en calidad de prisionero político los distintos recintos con que el gobierno militar disponía para estos.

    Un secreto a voces eran las torturas sufridas por los prisioneros políticos a lo largo del país, estando don Gabriel en su primer lugar de detención fue victima de distintas torturas tanto físicas como psicológicas, amenazas de violación a su mujer, quién estaba en la 4° comisaría de Talcahuano; quemaduras de cigarrillos en la espalda y el pecho; golpes de corriente de 220 w, con dos extensiones, una en la boca, oreja y otra en los testículos y pene.

    De esta manera se intentaba obtener información de dirigentes y redes de operación del MIR como de distintos grupos paramilitares que actuaran de forma ilegal contra el nuevo régimen, llama la atención el hecho de que solo después del mes de Noviembre de 1973 las torturas físicas aplicadas fueran con vendaje ocular de la víctima, quizás por que se venía venir un largo procesos de torturas y por un largo tiempo por lo que los victimarios intentaron esconder sus características físicas ante futuras acusaciones.

    El día 05 de octubre de 1973 don Gabriel es trasladado a la base naval de Talcahuano y posteriormente al Fuerte Borgoño, en el que es nuevamente torturado, "entre 8 a 10 compañeros se les obliga a dormir desnudos y aplastados uno encima de otros, dando órdenes violentas se montaba uno encima de otro siendo golpeados y nuevamente tirándose en el suelo en una pieza de 1 por 1,80 m2, lamentablemente uno de los compañeros se intenta suicidar cortándose las venas con algo que encontró en el suelo. Al darse cuenta se nos obligó a limpiar la sangre derramada en el piso con la lengua"; "ingreso desnudo a un pozo negro, junto a tres compañeros, siendo golpeados con culatas de fusil desde arriba", estos testimonios corresponden a un par de las distintas e "ingeniosas" torturas aplicadas a los prisioneros políticos y vividas por don Gabriel.

    Después de los primeros meses de estar como prisionero político tienen la garantía de recibir visitas, las cuales aparte de saludarlos y preocuparse de su estados emocional y físico llevan alimentos para complementar la ración diaria entregada por lo gendarmes, de esta manera pueden recibir ciertas noticias importantes de lo que estaba sucediendo afuera y en la medida que don Gabriel comienza a "visitar" distintos recintos se va haciendo conocido y adopta cierta jerarquía entre los compañeros que corrían su misma suerte, tanto dentro del recinto en que se encontraba como en los otros donde se encontraban amigos, es cuando se encuentra en la cárcel de Temuco, nota con algunos compañeros que existe cierta desigualdad en la dieta de los que se encontraban detenidos, puesto que en tiempos de visita algunos recibían gran cantidad de víveres y alimentos, en cambio otros muy poco y algunos nada ya que no recibían visitas, por lo tanto comenzaron a organizar los denominados "comedores comunes", donde reunían todo lo recolectado por quienes se encontraban en la cárcel para hacer las comidas más equitativas dentro de los recintos, luego esta idea fue apoyada por la vicaría de la solidaridad y se extendió a todos los recintos donde se encontraban presos políticos para tratar de otorgar un trato más digno a quienes se encontraban sin libertad por motivos ideológicos.

    Un hecho que marca un cambio de esquema a futuro en la mente de don Gabriel Alarcón es el asesinato de Miguel Henríquez, fundador y dirigente máximo del MIR el 05 de Octubre de 1974, de alguna manera toda la esperanza puesta en una pronta recuperación de la libertad y un regreso a la democracia se esfumaban, ya que comenzaban a presentir que la junta militar que se encontraba en el poder iba a comenzar a institucionalizarse y las ideas totalitarias de este comenzarían a expandirse por todo el país , pasarían varios años para volver a verla en el país.

    En vista de que la democracia no retornaría con la prontitud que habían previsto, familiares de quienes se encuentran prisioneros comienzan a movilizarse, de alguna manera gestionar por medio de distintos organismos como la vicaria de la solidaridad, cruz roja, y la embajadas principalmente de países europeos para que recibieran a los prisioneros políticos, son estos últimos los que solidarizan con el caso chileno y abren las puertas de sus países para acogerlos.

    Hacia el año 1977 es trasladado a la cárcel de Capuchinos, en la cual ya existe un trato diferente, principalmente por el hecho de que al haber viajado por distintas cárceles del país le había permitido conocer a distintas personas, las cuales habían ido rotando por los recintos por esa cantidad de años al igual que el, mientras esto sucedía su mujer se encontraba gestionando su salida del país a través de las embajadas.

    El Exilio de Don Gabriel Alarcón

    Tras cuatro años de estar detenido en distintas cárceles del país, Gabriel Alarcón, es aceptado por la embajada holandesa, la cual envía en forma inmediata un diplomático encargado de hacerse cargo de quiénes habían aceptado como nuevo ciudadano, desde el momento en que esto sucede Gabriel Alarcón y su esposa son tratados con sumo cuidado hasta llegar al país que los acogió.

    En la historia de nuestro país, el exilio a sido una constante, podemos señalar que el exilio o destierro a tenido dos variantes a lo largo de la historia: uno es el exilio voluntario y se da cuando las condiciones sociales, políticas, religiosas o económicas, llevan a un individuo o a un grupo de personas a la determinación de autoexiliarse en busca de un pasar mejor. El segundo tipo de exilio es el de tipo forzado y se produce debido a determinaciones legales o arbitrarias de la administración política de turno.

    En Chile, el exilio ha tenido un carácter fundamentalmente político y se ha institucionalizado en el sistema legal Chileno como pena a delitos contra la patria, traición, conspiración o sublevación. Durante el período colonial, el destierro incluía tanto la expulsión de personas fuera del territorio, como la prisión o destierro en zonas apartadas del país, lo que posteriormente se llamó relegación. La fecha que dio inicio al destierro masivo de personas en el país fue el año 1767, cuando se expulsó a los jesuitas de todas las zonas bajo el dominio del rey de España Carlos III.

    Durante el siglo XIX, desde la fundación de la república como nación organizada, Chile se ha visto envuelto en numerosos conflictos políticos, unos más violentos que otros, muchos de los cuales terminaron con la expulsión de los vencidos del país. Desde entonces, y hasta la actualidad, son miles los chilenos que como don Gabriel Alarcón han tenido que dejar el país, como consecuencia de las diversas crisis políticas que ha enfrentado la sociedad chilena. Primero a causa de las guerras de la independencia, luego de las guerras civiles de 1851 y 1859 y, al finalizar el siglo XIX, debido a la Guerra Civil de 1891.

    Durante el siglo XX, bajo el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo entre 1927 y 1931, algunos chilenos vivieron el exilio. También bajo el gobierno del radical Gabriel González Videla éste fue legalizado bajo la "Ley de defensa de la democracia" de 1948.

    Sin embargo, fue durante la dictadura del General Augusto Pinochet (1973-1989), donde salió de Chile el mayor número de exiliados políticos de la historia.

    A partir de entonces en Chile, la reflexión sobre el exilio ha estado centrada sobre todo en la experiencia del retorno, en el sentimiento de desarraigo profundo de la identidad individual y colectiva que ha hecho del exilio una experiencia traumática. De ello hablan por sí mismos los numerosos testimonios que nos ha heredado la historia y en especial el testimonio de nuestro entrevistado don Gabriel Alarcón.

    En el año 1978, don Gabriel llega a Holanda con 28 años de edad, aquí este país lo acogió junto con su esposa, le proporcionó de manera de inmediata la posibilidad de integrarse a la sociedad a través de estudios del idioma, además de proporcionarle tratamiento psicológico, aquí comparte con otros compatriotas que vivían su misma suerte y que este país recibe sin ningún inconveniente. Según nos cuenta don Gabriel las relaciones entre Holanda y Chile adquirieron especial importancia a fines de los años sesenta. La sociedad Holandesa seguía de cerca el proceso político que se vivía en Chile con la llamada "Revolución en libertad", liderada por el demócrata cristiano Eduardo Freí Montalva.

    La reforma universitaria y agraria, y la nacionalización del cobre eran algunos de los grandes temas que dinamitaban la vida política chilena, en plena resonancia con el clima de cambios que se respiraba en todo Occidente. Además, la sociedad Holandesa miraba con simpatía los esfuerzos de ese país lejano y pobre por encontrar su propio camino al desarrollo. La elección del socialista Salvador Allende como presidente, en 1970, y el inicio de un proceso político mucho más radical que el liderado por Freí, aumentó el interés por Chile en todo el mundo.

    El Gobierno de Unidad Popular era visto como una posibilidad única para llevar a cabo una revolución socialista por medios democráticos. Esta ilusión se fue desvaneciendo con rapidez, tanto por los enfrentamientos internos de las fuerzas políticas que formaban la Unidad Popular como por la campaña de destrucción desplegada por el Gobierno norteamericano de la época, encabezado por Richard Nixon. La Casa Blanca temía una segunda Cuba en el extremo sur de América Latina y no escatimó esfuerzos políticos ni económicos para desbaratar el proyecto de la llamada "Revolución con empanadas y vino tinto".

    El golpe de Estado de septiembre de 1973 en Chile desató en Holanda una ola de solidaridad con escasos precedentes. El mismo día del golpe se organizaron marchas de protesta y se iniciaron los preparativos para ayudar a las víctimas de la violencia militar y recibir refugiados. Gracias a la acción de la Casa Real, de partidos políticos y de organizaciones civiles y religiosas Holandesas, se salvó la vida de centenares, o quizás miles, de Chilenos. En los años venideros, mientras en Chile se fortalecía la dictadura, en Holanda los chilenos encontraron espacio y financiamiento para llevar a cabo acciones concretas de resistencia al régimen de Augusto Pinochet, así como para lanzar proyectos de alcance político cultural como el Instituto para el Nuevo Chile (INC) y el Centro Cultural Salvador Allende, ambos con sede en Rótterdam. A su ves la tarea de Don Gabriel fue difundir junto con otros compatriotas con panfletos y afiches la situación vivida por nuestro país. A la vez, tanto el INC como el Centro Salvador Allende fueron lugares de encuentro de exiliados Chilenos de toda Europa, y contribuyeron, por lo mismo, al nacimiento de amistades y relaciones de trabajo, en áreas que van desde las artes, la literatura y las ciencias sociales, hasta la importación y exportación de frutas, muchas de las cuales se mantienen hasta hoy día.

    Don Gabriel Alarcón vivió en Holanda durante 18 años, aquí además de difundir la situación Chilena, se le dio la oportunidad de estudiar en un instituto de formación a nivel técnico la carrera de educación diferencial, cuando llego el momento de realizar su tesis, le ofrecen la posibilidad de realizarla en Nicaragua, así es que parte hacia este país. Aquí realiza su tesis durante seis meses y hace causa común con el frente Sandinista de liberación nacional, experiencia inolvidable para don Gabriel.

    En sus 18 de años de exilio, don Gabriel vivió sin problemas en aquel país, uno de los factores que según el ayudo mucho a poder adaptarse en aquel país extraño fue el hecho de irse con su esposa, ya que muchos Chilenos llegaron solos y sufrieron el desarraigo, la desadaptación y la soledad. Por esto surgen en distintos países de Europa los denominados "Ghettos" que según nos cuenta don Gabriel eran barrios enteros de chilenos, en donde compatriotas conversaban de la situación de Chile.

    El 11 de Diciembre de 1989, don Gabriel, seguía junto con otros compatriotas desde el exilio lo que acontecía en Chile y al enterarse del triunfo del candidato de la concertación en las elecciones presidenciales, nuevamente llega un momento muy decisivo para su vida ya que tras vivir 18 años en Holanda, después de haberse acostumbrado a una cultura completamente distinta a la suya y sobre todo de considerar las ventajas que tiene vivir en un país desarrollado, se enfrenta a la disyuntiva de quedarse en Holanda con una vida ya reconstruida o regresar a su país de donde había sido echado.

    En efecto el retorno significa una serie de grandes problemas; volver a una sociedad que a cambiado radicalmente y que prácticamente no tiene parecidos a donde a vivido por 18 años, además surgen los problemas de empleos, vivienda, salud, previsión, etc. la decisión según nos cuenta don Gabriel la tomo después de reflexionar y pensó que francamente seria una inconsecuencia quedarse en aquel país después de haber luchado por tanto tiempo, para que la democracia volviera a su país, después de haber trabajado para que en Europa no se olvidara de lo que ocurría en Chile. Entonces se decidió por volver a Chile con su esposa y comenzó a preparar su retorno.

    En 1990 se creo la oficina nacional del retorno, además surgieron programas específicos a cargo de ACNUR, CIME, FASIC, la vicaria de la solidaridad, PREAL, comité pro retorno entre otros, principalmente destinada a enfrentar estas dificultades que no solo eran el problema de don Gabriel, si no de la mayoría de los exiliados que estaban repartidos por Europa. Es así como don Gabriel recibe la ayuda del gobierno para poder volver a su país, esta ayuda corresponde en la facilidad de traer todo sus vienes y además un préstamo que le servirá para emprender un negocio para poder vivir dignamente en Chile. Desde Holanda adquiere su casa a través de una hermana en la ciudad de Chillan Viejo y en 1993 don Gabriel regresa definitivamente después de 18 años de exilio a su país.

    El exilio fue uno de los instrumentos represivos usados más masivamente y tuvo efectos muy desintegradores desde el punto de vista social. Por una parte significó la división y dispersión de la familia, la reconstrucción de la familia en el exterior y la vuelta a reconstruir el hogar en Chile al retorno. Significó un proceso de aculturación de miles de chilenos y la pérdida de ellos en forma definitiva para la sociedad chilena.

    Por otra parte el país quedó dividido entre un Chile interno y uno externo. Sin embargo el exilio tuvo facetas positivas: simultáneamente al aislamiento del gobierno en el plano internacional, se dio la más profunda campaña de solidaridad internacional que haya existido hacia algún país y los dinamizadores de esta campaña fueron los exiliados. El exilio, de ser un disvalor, pasó a ser un valor, al incorporar a los niveles profesionales y académicos europeos y americanos a miles de chilenos.

    Actualmente don Gabriel Alarcón, vive en la ciudad de Chillan viejo, en la Av. O’Higgins, aquí se dedica a atender su negocio, una especie de almacén, donde tiene un club de ajedrez y venta de juegos de azar, tiene una vida tranquila junto a su esposa.

    Don Gabriel fue protagonista de uno de los momentos mas difíciles que vivió nuestro país y su testimonio representa el de miles de chilenos que fueron torturados, y exiliados y por ende una fuente directa de esta situación tan injusta que se dio en nuestro país. Aun así don Gabriel se siente afortunado ya que su suerte pude ser peor ya que muchos de sus amigos y compatriotas jamás podrán contar su historia.

    La información disponible nos permite estimar el exilio total hacia 1980, en unas 435.000 personas, aunque la información no es exacta ya que se trata de una aproximación muy global.

    Conclusión

    A través del siguiente trabajo de investigación, hemos querido abordar un tema que es parte de la historia contemporánea de Chile y que se vivió durante la dictadura de Augusto Pinochet Ugarte, esto es la tortura y el exilio que vivieron miles de chilenos y que a través del testimonio de Don Gabriel Alarcón queremos mostrar una realidad que fue muy triste y muy dolorosa para aquellas personas que la vivieron. Pero la tortura y el exilio no es un tema poco común, si no que se ha dado en todos los países del mundo, y a través de distintas circunstancias a lo largo de la historia, y nuestro país no es una excepción.

    Sin lugar a dudas que con este trabajo apelamos a la memoria histórica, esperando que situaciones como estas no se olviden jamás, para que en futuras generaciones no se cometan estos hechos por pensar de forma distintas, por nuestra parte lucharemos día a día para vivir dentro de una sociedad tolerante y respetuosa de nuestros derechos y para que en nuestro país no vuelvan a ocurrir este tipo de abusos.

    Para terminar queremos agradecer, a quien nos hizo posible realizar nuestra investigación aportándonos con su testimonio y por su siempre buena disposición el señor Gabriel Alarcón.

    BIBLIOGRAFÍA

    • Almazán, Virginia y Otros "Gran enciclopedia de Chile" Editorial Océano Barcelona (España).
    • Uribe, Armando y Opaso, Cristián "Intervención norteamericana en Chile" Editorial Sudamericana Chile.
    • Aylwin, Mariana y Otros "Chile en el siglo XX" Editorial Planeta Santiago (Chile).
    • Correa, Sofía y otros "Historia del siglo XX chileno" Editorial Sudamericana, Santiago (Chile)
    • Anexo Relato de la Tortura y Recinto, documento testimonial entregado por la víctima, en este caso do Gabriel Alarcón para su inclusión en el Informe de la Comisión de Prisión Política y Tortura.

     

    Autor del trabajo:

    Felipe Bakit

    Estudiante de Historia y Geografía de la universidad del Bio-Bio

    Categoría: Historia social