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PROYECTO VALORES

Enviado por Dra. ENEIDA CHIRINOS


Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Contextualización del proyecto
  3. Compilación de los valores y las biografías
  4. Referencias bibliográficas

"Moral y luces son nuestras primeras necesidades"

Simón Bolívar.

El proyecto Valores, en el marco del sistema educativo Bolivariano, pretende instaurar los valores del ser humano, consustanciados con el contexto y la realidad sociocultural en donde se inscribe la institución y en la que socializan Directivos, Docentes, administrativos, obreros, estudiantes, comunidad en general y los Padres y Representantes. La propuesta corresponde a un proyecto, en el que el diagnóstico determina la necesidad de implementar una propuesta pedagógica en la que los valores, se conviertan en un eje directriz. La propuesta se plantea desde el plano personal con los valores del ser humano, luego privilegia la relación del hombre con la naturaleza con los valores y conciencia ambientalista, pasando por la concepción del contacto del hombre con la ciencia y la tecnología, y la cultural como patrimonio y acervo que nos distingue con los grandes escritores y finalmente los valores que tienen que ver con la enseñanza y los grandes "maestros", como concepción esencial de la sabiduría y asiento primigenio de la teoría de valores desarrollada en la propuesta.

Palabras Claves: Valores, Ambiente, Cultura, Pedagogía, Ciencia y Tecnología. Teoría de Valores. Contexto Institucional. Socialización y convivencia.

Valores… ¿Patrones de conducta individual y social?

Son muchas las definiciones que se han dado para explicar este concepto, pero en sentido amplio se considera como valor, todo aquello que favorece la plena realización del hombre como persona, Los valores influyen decisivamente en la existencia, son nuestra autodefinición como personas, ocupan el primer lugar en nuestras prioridades, orientan las decisiones y configura la personalidad. Los valores se adquieren y consolidan a lo largo de toda la vida, es así como en una determinada etapa se actúa de acuerdo a un conjunto de valores que en definitiva expresan la concepción de la realidad que tengamos, sin embargo a medida que las circunstancias van cambiando e interpretamos a profundidad la percepción de la realidad, a tono con la de los demás, también se experimenta cambios en nuestra escala de valores, en esta dinámica social, los valores representan la orientación de la conducta como norma social, desde la entramada concepción psicológica de las actitudes, considerando además el componente emocional y la condición del plano de las relaciones. La instauración de los valores, como hecho inminente social, es peculiar, contextual e histórica, cada sociedad, configura su estructura axiológica y mantiene mecanismos de proyección y transmisión a través de todas las generaciones.

Los valores, personales, tipifican las cualidades que reflejan la autonomía, persistencia, y la autorealización de uno mismo, en el plano intrapersonal, mientras que en la esfera social, los valores permiten valorar nuestra relación con la realidad, y con nuestros semejantes, en actitud cónsona con la responsabilidad y sensibilidad social en pro del bien común y la sana convivencia. Por consiguiente, la fuente fundamental de los valores reside en la individualidad como eslabón primigenio y en la concepción que se tiene del mundo, de igual manera, es importante considerar la formación que se le imparta al sujeto, y es allí donde la sociedad juega un papel primordial, pero la familia, como eje nuclear de la sociedad, esta destinada a sembrar la semilla del valor, para que esta crezca, se consolide y se arraigue, porque frente a la realidad que nos arropa, y de la cual se puede decir que es interdependiente y consumista que modela, que manipula las actitudes básicas y los valores de las personas en relación con la sociedad, el trabajo y la moral, los padres, somos sin duda alguna los que debemos inculcar valores a nuestros hijos, Con actitudes ejemplarizantes, que se puedan emular, con la disposición a cambiar para ser cada día mejores personas. Los valores no se enseñan con palabras, ni con la asignación de lectura de textos, por supuesto sin descalificar la función social y reproductora de la educación, que en ningún caso debe limitarse a la instrucción de habilidades y saberes, si no que debe profundizar y fortalecer los valores de una sociedad democrática.

Pero de plano en la realidad, los docentes en los recintos educativos, están desarrollando temas acerca de la solidaridad, respeto, responsabilidad, y participación con niveles de justicia, libertad y equidad, y el trasfondo de las aulas, es una sociedad cargada de antivalores, con un inmenso vacío ético y moral. ¿Cómo enseñar a un niño a ser solidario y respetuoso de las virtudes de los demás? En una sociedad donde se privilegia el poder, de ascender en cualquier ámbito "pase lo que pase, caiga quien caiga" con un egoísmo e insolidaridad absoluto, con esta moral que caracteriza al hombre de negocios, al político partidista y al sectarismo basado en la competitividad y el triunfo del más fuerte por encima de los méritos de los demás, en donde el fin justifica los medios y todas las mañas y artimañas son posibles para lograr el objetivo. Y en un contexto donde cobra significatividad ¿Cuánto hay para eso? Como condición para estar a la disposición para hacer o colaborar con algo.

¿Cómo establecer en las aulas, una discusión acerca de la autenticidad? En dónde los valores del status y la apariencia se han convertido en una obsesión, donde "la pantallería" el chismorreo, la mediocridad y la banalidad, campea y llena los espacios del profesionalismo, ¿Y podemos hablar de justicia? Cuando la inseguridad ahoga nuestra sociedad y aniquila a miles de venezolanos prósperos, y los victimarios tienen más derechos y privilegios que las víctimas. Y me pregunto es posible ¿Educar en valores?

Mi respuesta a esta reflexión es que definitivamente hay que romper los esquemas tradicionales, de trasladar la responsabilidad de educar a los docentes. Educar a nuestros hijos es tarea de todos, de padres, docentes, vecinos, familiares, y de los medios de comunicación, en fin toda la sociedad, porque resulta imposible traspasar los límites de la realidad. Los niños pasan más tiempo en el hogar, en el barrio, compartiendo con su comunidad, que en un aula, y los contextos son diferentes, y la comprensión e interpretación también. Los valores son ideales, que le dan forma y consistencia a la sociedad, por eso son relativos y particulares. Y en definitiva, los valores que se enseñan en las escuelas chocan con los valores instituidos en la conciencia colectiva del ámbito donde se desenvuelven los niños, niñas y adolescentes. Educar en valores sí, claro que sí, pero desde el hogar, de cualquier remoto barrio o urbanización, desde las aulas, y de los espacios destinados por la radio, la televisión y la prensa con el ejemplo, conjugando las palabras y las acciones para convertirlas en actitudes que favorezcan la convivencia. Así que padres, docentes, políticos, profesionales en todas las ramas del saber, seamos honestos, auténticos, responsables, justos y el noble ejemplo a seguir por nuestros hijos y los hijos de los demás, para instaurar "valores de vida para vivir". La mejor lección de moral se da en casa, con amor. Y recordemos el sublime pensamiento de Simón Bolívar "Moral y luces son nuestras primeras necesidades". FUENTE: Chirinos E. (2007) Artículo de opinión Publicado en la columna "Aquí y Ahora" Diario "Ultima Hora" Portuguesa. Venezuela.

Objetivo General:

Fortalecer los valores personales, científicos, tecnológicos, de identidad cultural y de enseñanza dentro del contexto familiar, institucional y local en la comunidad bolivariana Iribarrense.

Objetivos Específicos:

  • Reconocer la aplicación de los valores morales a situaciones de la vida diaria.

  • Apreciar los valores personales, científicos, tecnológicos, de identidad cultural y de enseñanza dentro del contexto familiar, institucional y local

  • Manifestar actitudes que conlleven al respeto y afecto por los valores que deben prevalecer en el grupo familiar, en el contexto institucional y en la comunidad.

Estructura:

Se aborda desde la concepción de los valores fundamentales del hombre como ser social, los mismos que propician la convivencia y conforman la personalidad de los alumnos. En primer año estos valores son: Amistad, Patriotismo, Empatía, Responsabilidad, Respeto, Solidaridad y Generosidad. Luego en segundo año los valores ambientalistas, teniendo como representantes los personajes que con su empeño y dedicación han dedicado parte de sus acciones en pro del ambiente y la naturaleza. Son ellos. Alejandro Humboldt. Ricardo Montilla, Antonio Jelambi, Francisco Tamayo, César González. "Gonzalito", Henri Pittier; y Mitar Nakichenovich. En tercer se año comienza a desarrollar las experiencias científicas con el área de Ciencias Naturales que abarca las asignaturas Biología, Matemáticas, Química y Física, aquí entonces los valores Científicos y Tecnológicos, las acciones del hombre por mejorar la calidad de vida de la humanidad, se privilegia aquí los científicos y médicos venezolanos cuyos aportes a la ciencia y la tecnología han sido meritorios, Estos Médicos y Científicos son: Jacinto Convit, Rafael Rangel, Humberto Fernández, Miguel Pérez Carreño, Juan Manuel Cajigal.

En cuarto año los estudiantes se inician en el estudio de la literatura, En este año se propician los valores de la Identidad Cultural, desde la proyección del lenguaje escrito, Venezuela cuenta con escritores prolíferos, cuya extensa obra ha traspaso los umbrales del territorio. Escritores que han plasmado las vivencias de las diferentes épocas de nuestra historiografía con una excelente muestra de creatividad, talento poético y narrativo. Esta gama de escritores esta conformada por Andrés Bello, Andrés Eloy Blanco. Miguel Otero Silva y Rómulo Gallegos, Finalmente Quinto año, se privilegia el valor de la enseñanza y la pedagogía en Venezuela con la semblanza de dos grandes maestros. Simón Rodríguez, Luís Beltrán Prieto Figueroa, Belén Sanjuan y Antonio Luis Cardenas Colmenter.

Proceso de Implementación de la Propuesta.

  • Asignar a cada Sección de 1º a 5º Año, el valor o personaje correspondiente.

  • En cada una de las carpetas de identificación de la sección aparecerá la información básica referente al valor y/o al personaje.

  • El Personal Directivo, los Docentes Coordinadores, Tutores y Docentes de las demás áreas académicas y el personal Bibliotecario, deben consecuentemente, recalcar al estudiantes estos valores. Propiciando actividades como: Lecturas Dirigidas. Talleres. Asignando trabajos e investigaciones. Promover la discusión grupal. Establecer la importancia el fortalecimiento de estos valores y su relación con la convivencia.

  • Realizar actividades (Periódicos Murales, Trípticos, Pancartas, y afiches entre otros) que permitan desarrollar la creatividad de los alumnos y propiciar el aprendizaje significativo de los contenidos.

  • Estas actividades forman parte de la planificación programática de la fase o lapso y debe registrarse en los diarios, y en la planificación del Docente que la realice. Estas actividades se les debe, realizar el acompañamiento pedagógico respectivo y deben reflejarse en los informes de Gestión de cada una de las Coordinaciones (1º a 5º).

  • Las actividades realizadas con este proyecto, deben ser evaluadas, en forma cualitativa, con los literales Consolidado, Avanzado, En proceso e Iniciado. (Evaluación Descriptiva según el Sistema Educativo Bolivariano y Cuantitativo en la escala de 1 a 20 puntos)

  • Cada Docente Tutor deberá presentar un Informe Final de las actividades realizadas, durante la ejecución de este proyecto, las cuales deben registrarse en un formato diseñado para tal fin, con la finalidad de determinar las fortalezas, logros, debilidades y contingencias que puedan minimizar el impacto del proyecto en el contexto institucional, y tomarlas en cuenta para la reestructuración de las actividades para el próximo año escolar.

SIGNIFICACIÓN DE LA PROPUESTA. IMPLEMENTACIÓN DEL PROYECTO VALORES.

VALORES DEL HOMBRE COMO SER SOCIAL. 1º AÑO.

1º Año Sección "A" AMISTAD.

Amistad: Afecto, cariño y comprensión que demostramos a las demás personas, implica valoración de la lealtad y los sentimientos.

El hombre es un hombre social, vive rodeado de personas y necesita de ellas para su realización y crecimiento. Difícilmente podemos vivir en soledad y aislamiento. Esta claro, que de esta convivencia con los otros surge lo que llamamos amistad. En este sentido, la amistad es un valor universal: necesitamos tener en quien confiar, a quien llamar cuando tenemos problemas y también con quien compartir actividades como ver una película, disfrutar de un parque, entre otros.

Ahora bien, ¿Qué es la amistad? ¿De qué se compone? ¿Cómo tener amistades que duren toda la vida?

*Caerse bien. A medida que vamos creciendo y desarrollándonos, encontramos de imprevisto amistades, muchas veces comienzan sin buscarlas: alguien "nos cae bien" y comenzamos a relacionarnos con esa persona. Convicciones, sentimientos, gustos, aficiones, opiniones, ideas políticas, creencias, religión son algunos de las cosas en común, que pueden hacer que nos hagamos amigos de alguien. Es importante sentirnos a gusto con una persona, conversar y compartir sentimientos, es el principio de lo que llamamos amistad.

*Algo en Común. Es necesario tener algo en común para que la amistad sea verdadera y estable. Es decir, una misma profesión, una misma carrera, un pasatiempo en común, y la misma vida, nos va dando amigos. Dice el refrán "aficiones y caminos hacen amigos". En otro sentido, la amistad es un cariño que se profesa por el otro, un apreciarse que promueve un dar, un darse y para eso es necesario encontrarse y conversar. Con el tiempo la amistad se profundiza mediante el trato, el conocimiento y el afecto mutuo. A su vez, la amistad no puede desarrollarse sin constancia y estabilidad. Por eso, cuando dejamos de ver durante muchos años a nuestros amigos, nos enfrentamos a personas totalmente diferentes, o simplemente, nuestro diálogo no supera la superficialidad.

*Tratarse. Ser amigo de alguien es conocerlo bien, saber sobre su historia pasada, sus quehaceres actuales y de sus planes futuros; y del sentido que da a su vida, de sus convicciones; y de sus gustos y aficiones, y de sus defectos y virtudes. Es saber de su vida, de su forma de ser, de comprenderse; es… comprenderle. Comprender al amigo es ponerse en su lugar, "meterse en su piel" y hacerse cargo.

*Desinterés. No basta con caerse bien, para tener una amistad verdadera, hay que ayudarse desinteresadamente, sin esperar nada a cambio. Al amigo se lo quiere tal como es, porque él es él y porque yo soy yo. La amistad se orienta hacia el tú y consiste más en un servir que en un sentir. La amistad no es un comercio de beneficios, la verdadera amistad es un servicio afectuoso y desinteresado. Además, no es amigo ni el compañero ni el camarada, tampoco el que busca aprovecharse del otro.

*Vale la pena. Ser amigo de verdad no es fácil, pero vale la pena el esfuerzo. Tener amigos de verdad nos llena de alegría, nos proporciona fortaleza: estar con ellos, charlar, ayudarle o ser ayudado y disfrutar y alegrase con ellos ¡poder contar con ellos! Aunque cueste, vale la pena el esfuerzo que requiere ser un amigo.

*Tenerse confianza. La amistad consiste en creer lo que nuestro amigo nos dice y también creer en él. Significa que tenemos una seguridad y confianza depositada en esa persona, la que responderá a nuestras expectativas y esperanzas que pusimos sobre ella. A su vez, la confianza mutua hace posible la autenticidad.

*Dar. Darse. Si somos generosos nos facilita y ayuda a desarrollar ese dar necesario y esencial de toda relación de amistad. El dar y el darse es esencial en la amistad. El amigo de verdad es generoso y da. Da sus cualidades, su tiempo, sus posesiones, sus energías, sus saberes. Y lo hace para procurar ayudar eficazmente al amigo. Así, debemos mirar generosamente, con respeto y con cariño. El egoísmo se opone radicalmente a la amistad. Ahora bien, muchas veces perdonar se torna un acto de generosidad especialmente difícil. Frente a esto, debemos comprender y saber los motivos de una acción que nos ha hecho daño. Saber perdonar es propio de almas sabias y generosas.

*Ser leales. Un amigo leal, es una de las riquezas más valiosas. La lealtad implica ser una persona de palabra, que responda con fidelidad a los compromiso que la amistad lleva consigo. Leales son los amigos que son nobles y no critican, ni murmuran, que no traicionan una confidencia personal, que son veraces. Además, la lealtad se expresa en quien habla claro, de forma directa y sincera. Son verdaderos amigos quienes defienden los intereses y el buen nombre de sus amigos. A su vez, un amigo leal es aquel que nos advierte cuando cometemos una equivocación.

*Ser agradecidos. Dice un refrán que "El agradecimiento es el más efímero de los sentimientos humanos" y con mucha frecuencia parece tener razón. La gratitud es propia de los verdaderos amigos. ¿Cuántas veces nos hemos sentido mal con un amigo porque no ha sido agradecido del tiempo que le damos? Nosotros debemos agradecerle su tiempo, los buenos ratos que nos hace pasar, su ayuda cuando nos sentimos mal. A nosotros nos gustaría que una amistad nos dijera "gracias", demos entonces nosotros el primer paso.

*Un enemigo mortal. El egoísmo es un enemigo mortal de cualquier amistad, que muchas veces se presenta en el Yo. El orgullo y el egoísmo no caben en la amistad. El orgulloso no mira más allá de su persona, de sus propias cualidades y de sus intereses. Una persona egoísta no puede ayudar a nadie.

*Mantener las amistades. Una amistad como toda relación social, se construye, se cultiva a diario. Quizás hacer amigos nos resulte una tarea fácil, sin embargo, conservarlos o mantenerlos es dificultoso. Constantemente, la vida pone a prueba nuestra generosidad, lealtad, o agradecimiento, y muchas veces no salimos airosos de esa situación. Así, de aquellos amigos de la universidad, progresivamente la lista se reducirá a un par y quedarán para toda la vida, sólo unos pocos.

*Hacer nuevos amigos. El hecho de tener pocos amigos no debe considerarse como rotundo e inmodificable. Existen diversos lugares donde conocer a nuevos amigos: en un parque, una biblioteca, en alguna institución donde realicemos deportes, etc. Una cosa maravillosa de la amistad, es que incluso la gente más tímida puede hacer amistad ¡Con otros tan tímidos como ellos mismos! Hacer nuevos amigos es abrir horizontes, descubrir nuevas facetas de nuestra vida. Lo que no debemos hacer es cerrarnos, si alguna vez algún amigo nos ha pagado mal, no significa que ocurra así con todo el mundo.

*Las amistades cambian. Una cuestión central para comprender acabadamente la amistad, es que las personas no somos perfectas y cambiamos todo el tiempo, porque ello forma parte del crecer y madurar, es decir, de la vida misma. En este sentido, no siempre encontraremos un "solo mejor amigo", aquel que nunca cambia y siempre se mantiene en sus posiciones y actitudes. Al contrario, existirán aquellas personas que compartan con nosotros nuestras aficciones, otras quizás nuestros problemas, otras nuestros sueños. Querer buscar que una sola persona llene todas nuestras necesidades de amistad, es algo que podría llegar a ser una utopía. Además ¿Quién dijo que no se pueden tener varios amigos?

*¿Amistad o complicidad?. Así como la amistad sana es un valor esencial para nuestras vidas, el tener una amistad con la persona equivocada puede ser la fuente de muchos dolores de cabeza. La amistad es compartir, pero no es complicidad. También es importante recordar que somos personas individuales, con una conciencia individual. El hecho de que tal o cual amistad "lo haga", no significa que nosotros debemos hacerlo. Tampoco podemos esconder nuestra conciencia individual en una conciencia "compartida". Es el caso típico de alguien que se mete en problemas serios porque salió con los amigos y perdió el control. "Más vale solo que mal acompañado" es un adagio que, de haber sido practicado a tiempo, podría haber evitado muchos problemas. La amistad constituye un valor verdadero que debemos cuidar y fomentar, incluso es crucial para el desarrollo humano, su estabilidad y el mejoramiento de la sociedad donde permanentemente convivimos.

1º Año Sección "B" PATRIOTISMO.

Defensa y respeto de los elementos históricos, sociales y culturales que fortalecen la identidad nacional para rescatar la convivencia ciudadana y el sentimiento de pertenencia la nación. El valor que nos hace vivir plenamente nuestro compromiso como ciudadanos y fomentar el respeto que debemos a nuestra nación.

En varias ocasiones nos damos tiempo para reflexionar sobre el camino por el que va nuestra vida: trabajo, familia y amigos son la constante necesaria e indispensable para medirnos; pero rara vez o nunca, pensamos en nuestro actuar como ciudadanos, en lo que significa haber nacido en un país y la responsabilidad que se desprende de este hecho. El Patriotismo es el valor que procura cultivar el respeto y amor que debemos a la patria, mediante nuestro trabajo honesto y la contribución personal al bienestar común. Tal vez para muchos, el ser patriota consiste en el orgullo de haber nacido en un país rico en recursos o de gran tradición cultural; para otros significa portar los colores nacionales en un evento deportivo o en el viaje al extranjero; algunos más sólo sienten pertenecer a su país en la fecha de una celebración nacional y sólo como pretexto para organizar una fiesta con sus amigos… Cabe cuestionarnos si el verdadero patriotismo se vive o es un sentimiento ocasional y por tanto pasajero. La conciencia parece despertarse cuando aparecen los desastres, las guerras y otros sucesos extraordinarios resaltando el patriotismo y la solidaridad, pero el todo pasa y volvemos al ritmo de vida habitual. No es posible esperar la aparición de calamidades para darnos cuenta de nuestra capacidad de entrega y trabajo gustoso por los demás.

¿Pero cómo lograr ser patriota en un país que sólo tiene problemas de toda índole? Son muchos los argumentos que podemos enunciar para absolvernos de esta responsabilidad: economía, seguridad, desarrollo, conflictos internos, decadencia cultural, falta de valores… pero debemos asumir que el desarrollo y construcción de un país se logra con el esfuerzo y trabajo personal, sumado al de todos los compatriotas. En lo cotidiano las personas tienden a compararse con otras naciones "en las que se vive mejor", y tal vez deberíamos comenzar por adquirir las cualidades que admiramos y elogiamos en los habitantes de otras latitudes y colaborar positivamente al enriquecimiento de nuestra cultura, reconociendo que la patria nos ha proporcionado las condiciones indispensables para lograr nuestro desarrollo intelectual, social, moral y económico.

Debemos tener cuidado de no caer en el nacionalismo que propone un sentimiento de exclusividad y superioridad; no importa cual sea la cualidad más destacada del país, contribuir productivamente, cultivar los valores cívicos, respetar y amar a la patria es un bien que garantiza la seguridad y estabilidad de vida que las personas necesitan para desarrollarse. Cuando los valores cívicos están bien cimentados, nace la preocupación por ayudar a los demás, no sólo a nivel comunitario, sino como una extensión que traspasa las fronteras.El patriotismo se manifiesta por los valores que transmitimos como ciudadanos conscientes: trabajo, conducta, modales, respeto a las normas y costumbres, pero podemos suponer que de poco sirve tener una actitud recta cuando se transige con la trampa, el abuso y la pereza. El verdadero patriota puede quejarse de su nación observando su errores y deficiencias, pero al mismo tiempo busca y propone los medios para poder solventarlos, pues no es correcto contemplar como el país se hunde cada día más sin que hagamos algo al respecto. El problema de enseñar los valores cívicos en la escuela, es que fuera del aula los estudiantes no cuentan con el ejemplo y respaldo debido por parte de los adultos, entrando en un ciclo de indiferencia y rechazo hacía los símbolos patrios y todos los actos de la misma índole. ¿Es esta la forma de enseñar a los jóvenes el amor a la patria? La manera de comenzar a vivir y transmitir a los demás la importancia de vivir este valor, no se logra necesariamente con grandes campañas, todas son muy buenas e indispensables, pero se necesita del trabajo y esfuerzo diario de cada uno de nosotros. ¿Cómo adquirir esa conciencia de unidad y pertenencia?

– Realiza tu trabajo con dedicación y esmero, es lo más justo y necesario para ser productivos.- Preocúpate por el cuidado del medio ambiente; pagar tus impuestos, si te corresponde; acude a las urnas cuando sean elecciones para cargos públicos.

– No menosprecies todo aquello que tu país te facilita: escuela, comunidad, servicios, costumbres… Si no eres capaz de respetar tu entorno, jamás se despertará en ti el amor a la patria.- Participa en actividades de servicio comunitario atendiendo enfermos, ancianos, niños discapacitados… que es una forma de colaborar al desarrollo social.- Visita museos, asiste o participa en la promoción de actividades culturales que tengan como finalidad el dar a conocer los valores, costumbres y tradiciones nacionales.- Procura conocer la historia, pues nos descubre el esfuerzo por construir una nación, el verdadero sentido de las tradiciones y los hechos que han conformado la situación actual. De esta forma estamos en condiciones de descubrir la raíz de los males, comprenderlos y tomar decisiones para corregirlos y prevenir en la medida posible su repetición.¿Cumples con todo esto y más? Excelente, pero no olvides que además de vivirlo personalmente y con tu familia, debemos mostrar y enseñar a la gente a realizarlo con ilusión, demostrando que somos capaces de vivir en paz y de ser felices construyendo el país que nos pertenece.

1º Año Sección "C" EMPATÍA.

El valor de la empatía nos ayuda a recuperar el interés por las personas que nos rodean y a consolidar la relación que con cada una de ellas tenemos.

En nuestras relaciones interpersonales exigimos que los demás nos traten con respeto y comprensión, sin embargo, nunca nos detuvimos a pensar si nosotros procuramos actuar bajo esos parámetros de conducta. Quizás envueltos en nuestras obligaciones, apurados y acelerados por el trabajo o la escuela, nos volvemos egoístas, olvidando que los demás pueden decirnos o comunicarnos cosas importantes para nuestra vida y crecimiento personal. El valor de la empatía nos ayuda a recuperar el interés por las personas que nos rodean y a consolidar la relación que tenemos con cada una de ellas.

La empatía supone un esfuerzo, aquel que realizamos para reconocer y comprender los sentimientos y actitudes de las personas, así como las circunstancias que los afectan en un momento determinado. Sin embargo, la empatía no es el producto del buen humor con que despertamos, ni del afecto que nos une a las personas. Si esta combinación fuera común, siempre estaríamos disponibles para escuchar a los demás y dejaríamos momentáneamente nuestras ocupaciones, pensamientos y preocupaciones para atender a quienes nos rodean.

A su vez, escuchamos a menudo que la empatía es la tendencia o actitud que tenemos para ponernos en el lugar de los demás e identificarnos plenamente con sus sentimientos. Sin embargo, esto tiene el riesgo de dejar a la empatía en un nivel meramente emocional: "si siento lo mismo que el otro, entonces hay verdadera empatía".

Por eso la empatía es un valor que se vive habitualmente, totalmente independiente de nuestro estado de ánimo y disposición interior. Se facilita en la medida que conocemos a las personas, la relación frecuente nos permite descubrir los motivos de enojo, alegría o desánimo de nuestros semejantes y su modo de actuar. Por ejemplo, esto se puede evidenciar claramente entre padres e hijos, en las parejas y con los amigos donde la relación es muy estrecha, quienes parecen haber adquirido el "poder de adivinar" que sucede antes de haber escuchado una palabra, teniendo siempre a la mano la respuesta y el consejo adecuados para la ocasión.

Existen a su vez, obstáculos que debemos superar como el cansancio, el mal humor, el dolor de cabeza y las preocupaciones propias del trabajo y el estudio. Incluso, puede ocurrir que en casa los padres presten poca atención a los problemas o alegrías de sus hijos por considerarlos pequeños o sin importancia, lo cierto es que, con su actitud -y muchas veces sin querer- procuran evadir esa molestia e inoportunidad para encerrarse en sí mismos. Otro ejemplo, lo encontramos cuando en la pareja alguno da monosílabos, gestos o sonidos guturales como respuesta evidenciando la falta de comunicación entre ellos; cuando tenemos tantos problemas, y lo que menos deseamos es escuchar lo bien o lo mal que les sucede a los demás.

En estas situaciones claramente nuestro estado de animo determina nuestras relaciones, obstinados permanecemos en nuestro mundo, damos a todo lo que ocupa nuestra mente la máxima importancia, comportándonos indiferentes y poco amables; queremos ser entendidos, sin intentar comprender a los demás. Por tanto, la empatía necesita de nuestra generosidad y genuina comprensión: para olvidarnos de nosotros mismos y hacer el esfuerzo por considerar los asuntos y sentimientos que los demás quieren participarnos. La empatía como valor -y al igual que todos los valores- no hace diferencias entre personas, es una actitud propia de la personalidad, siempre abierta y dispuesta a las necesidades de los demás: este esfuerzo es mayor cuando ante nosotros está el empleado, el alumno, el vecino, la empleada doméstica o el vecino, pues sin darnos cuenta, podemos limitar nuestra atención e interés, o peor aún, menospreciarlos por considerarlos en una posición inferior.

Además, este valor nos proporciona posibilidades infinitas, primero hacia nuestros semejantes con quienes podemos compartir y confiar problemas, alegrías, triunfos y fracasos, ser escuchados y comprendidos. De esta forma, tenemos la inmejorable oportunidad de procurar el bienestar, desarrollo y perfeccionamiento de las personas, lo cual manifiesta el profundo respeto que les debemos. El valor de la empatía desarrolla en nosotros la capacidad de motivar y encauzar positivamente a las personas; enseñar a tener ese interés por los demás y vivirlo habitualmente, es la mejor forma de transmitir empatía e identificarnos plenamente con los demás, cambiando radicalmente el entorno social en el que vivimos.

Para nosotros, la empatía nos permite conocer y comprender mejor a los que nos rodean, a través del trato cotidiano, trasladando estas actitudes hacia el seno familiar, logrando una colaboración y entendimiento entre todos: con la pareja la relación es cada vez más estable y alegre; con los amigos garantiza una amistad duradera; con los conocidos abre la posibilidad a nuevas amistades; en la empresa ayuda a conseguir una mayor productividad al interesarnos por los empleados y compañeros; en la escuela se obtiene un mejor rendimiento por la relación que se tiene con los alumnos y entre ellos mismos. Vivir el valor de la empatía es algo sencillo si nos detenemos a pensar un poco en los demás y en consecuencia, aprenderemos a actuar favorablemente en todas las circunstancias. Por eso, debemos estar pendientes y cuidar los pequeños detalles que reafirmarán este valor en nuestra persona:

– Procura sonreír siempre, esto genera un ambiente de confianza y cordialidad. La serenidad que se manifiesta desarma hasta el más exaltado.

– Primeramente considera como importantes los asuntos de los demás y después los propios. Después de haber escuchado, la persona que se ha acercado a ti seguramente tendrá la capacidad de entender tu situación y estado de ánimo, por lo cual estará dispuesta ayudarte.

– No hagas un juicio prematuro de las personas porque te hace cambiar tu disposición interior (no pienses: "ya llego este molesto", "otra vez con lo mismo", "no me deja en paz", "otra interrupción") Si alguien se acerca a ti, es porque necesita con quien hablar… No los defraudes.

– Si no tienes tiempo o es un mal momento, exprésalo con cortesía y delicadeza -que también es empatía- y las personas se sentirán igualmente atendidas. Importante: no dejes pasar mucho tiempo para charlar con la persona.

– Evita demostrar prisa, aburrimiento, cansancio, dar respuestas tajantes u distraerte en otras cosas; además de ser una falta de respeto, logras autodominio y demuestras interés por las personas. Aprende a escuchar.

– No olvides infundir ánimo con palabras, una palmada en el hombro o un gesto amable, sobre todo si la persona tiene problemas.

En conclusión, la empatía es un valor indispensable en todos los aspectos de nuestra vida, sin él, sería muy difícil enriquecer las relaciones interpersonales. En este sentido, quien se preocupa por vivir este valor, cultiva simultáneamente la confianza, amistad, comprensión, generosidad, respeto y comunicación. Sin embargo, no debemos olvidar que la posmodernidad con su ritmo de vida actual, nos proporciona pocas oportunidades de servir y comprender a los demás, de conocerlos y de tratarlos como es debido. La herramienta necesaria para acercarnos y tornar nuestras relaciones más humanas es el valor de la empatía, pieza fundamental que nos enriquece y nos identifica mejor como seres humanos.

1º Año "D" RESPONSABILIDAD.

Deber u obligación de asumir y cumplir las normas y compromisos adquiridos para experimentar la sensación de satisfacción y éxito.

Responsabilidad: No es algo sencillo, pero si es factible de ser percibida en la vida cotidiana, especialmente en su aspecto negativo. Puede definirse como una obligación, moral o legal del cumplimiento de deberes. En otras palabras es un signo de madurez, ya que el cumplimiento de una obligación implica esfuerzos por realizarlos y el no lograrlo genera consecuencias. De esta afirmación podríamos testificar que, otro concepto fundamental tiene una implicancia directa con la responsabilidad. Ella es la confianza, debido a que somos leales y tenemos fe en aquellas personas que cumplen con lo que han prometido. Gracias a la responsabilidad, podemos convivir tranquilamente en una sociedad, desde todos sus ámbitos: familiar, amistoso, profesional o personal. Por todo esto decimos que ella es un valor.  Y además debe ser algo estable. ¿Por qué? Por que, el origen de su opuesto (la irresponsabilidad) se da justamente en la falta de prioridades correctamente ordenadas. Ocasionalmente podemos tolerar la irresponsabilidad de alguien, pero cuando esta comienza a ser más continua, comenzamos a perder confianza en la persona a la cual le asignamos los deberes. El tema aquí es que posteriormente las consecuencias de ellas son muy altas.

 Pero nos preguntaremos hasta aquí, ¿qué es ser responsables? Actuar con responsabilidad implica asumir las consecuencias de nuestras acciones y decisiones, tanto buenas como malas. Además es tratar de que todos nuestros actos sean realizados de acuerdo a una noción de justicia y de cumplimiento del deber en todos sus sentidos, sin necesidad de que nos den una orden. Sabemos que es difícil de alcanzar, pero la responsabilidad vale la pena. Es un valor porque de ella depende la estabilidad de nuestras relaciones. Y como todos los valores, es un cimiento para fortalecer nuestra convivencia social y personal. Siempre podemos hacer algo para mejorar nuestra responsabilidad; como por ejemplo, reflexionar sobre todo lo que hacemos y nos comprometemos, ya que debemos saber que las consecuencias reales de ello influyen directamente sobre nosotros. Además debemos alcanzar de manera estable y habitual que nuestras acciones concuerden con las promesas y obligaciones realizadas.  

Y algo fundamental a tener en cuenta, es ayudar o en otras palabras educar a las personas que nos rodean, a que adquieran también este valor de la responsabilidad para que todo funcione mucho mejor. Pero, ojo!! No tomemos el camino mas sencillo, el de dejar pasar las cosas, porque eso sería justamente caer en la irresponsabilidad de no cumplir con nuestro deber. Debemos hacer de la responsabilidad un correcto aprendizaje. El desarrollo de la capacidad de responder por los propios actos (incluyendo aquellos que han sido involuntarios o accidentales), está vinculado al logro de la autonomía personal que adquirimos desde niños, y a la comprensión cabal de que existe una relación entre causas y efectos. Esto se debe a que la maduración afectiva e intelectual desde esa etapa de desarrollo, es en donde uno comienza a abandonar las conductas impulsivas propias de la infancia y adquirir la posibilidad de reflexionar antes de actuar. 

Asegurarnos de que todos podamos convivir armónicamente, es nuestro deber, solamente nos obligamos  a realizar todo lo que este a nuestro alcance para lograrlo. Ello es así, ya que vivir la responsabilidad no es algo cómodo, pero tampoco lo es el corregir a un irresponsable.  Sabemos que es difícil, pero es algo que vale la pena intentarlo. ¿Te pusiste a pensar? Te preguntaras que, pero es simple. Si todos colaboraríamos con un pequeño granito de arena en vivir y edificar la responsabilidad, nuestra sociedad, nuestros países y nuestro mundo, serían totalmente diferentes al que hoy poseemos. Las pequeñas responsabilidades diarias, nos preparan de a poco para ir asumiendo responsabilidades mayores. Si actuamos responsablemente, logramos algo muy importante, que nos hace crecer: la confianza en nosotros mismos, y la confianza de los demás. Actuar de esta forma, además permite elegir con libertad, y actuar cada vez con mayor independencia y seguridad en nuestras propias decisiones.

1º Año Sección "E" RESPETO.

Consideración, atención y valoración de los deberes y derechos de nosotros mismos y los demás.

La vida sociedad nos hace reflexionar sobre el valor del respeto, esto trae aparejado la necesidad de establecer algún tipo de certezas en torno a las ideas y la tolerancia. Es decir: ¿Qué hay que saber sobre el Respeto, la Pluralidad y la Tolerancia?

Respeto, Pluralismo y Tolerancia: Cuando hablamos de respeto hablamos de los demás. De esta manera, el respeto implica marcar los límites de las posibilidades de hacer o no hacer de cada uno y donde comienzan las posibilidades de acción los demás. Es la base de la convivencia en sociedad. Las leyes y reglamentos establecen las reglas básicas de lo que debemos respetar. Sin embargo, el respeto no es sólo hacia las leyes o la conducta de las personas. Por el contrario, se relaciona con la autoridad, como sucede con los hijos y sus padres o los alumnos con sus maestros. El respeto también es una forma de reconocimiento, de aprecio y de valoración de las cualidades de los demás, ya sea por su conocimiento, experiencia o valor como personas. A su vez, el respeto tiene que ver con las creencias religiosas: ya sea porque en nuestro hogar tuvimos una determinada formación, o porque a lo largo de la vida, hemos construido una convicción. En este sentido, todos tenemos una posición respecto de la religión y de la espiritualidad. Como la convicción religiosa es íntima, resulta una de las fuentes de problemas más comunes en la historia de la humanidad.

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