Descargar

Historia de la ciudad de Alvear, provincia de Corrientes (Argentina) (página 2)

Enviado por Jorge Acuña


Partes: 1, 2, 3

Profesor Jorge Acuña

Años anteriores a la Fundación

A mediados del siglo XVIII en un paraje vacío y desolado, los jesuitas habían edificado una pequeña y rústica capilla, que puesta bajo la advocación de Santa Ana, ayudaba al arraigo de la fe entre los aborígenes, sirviendo a la vez de hito jurisdiccional.

En 1768 pasó por ese lugar el gobernador de Buenos Aires, Buccarelli al efectuar personalmente la expulsión de los Jesuitas, haciendo desaparecer la expresión material de la fe, quedando apenas incluido en la cartografía colonial como un punto de tránsito hacia las misiones orientales, sin arraigo de población. El lugar que era llamado "Paso de las Piedras".

Sin lograr desarrollo en el año 1800 a 1810 figuraban apenas en la toponimia de la región para señalar un paso seguro, pese a la profundidad que el Río Uruguay tiene en la zona.

Desde el punto mismo donde se encuentra hoy la ciudad de Alvear, en 1817 Andresito inició, por Itaquí, la invasión a las misiones portuguesas al frente de de dos mil hombres.

El gobernador Atienza el 7 de diciembre de 1837, habilitó por decreto ese paraje, y el de Santa Ana, para la extracción de ganado caballar.

Como consecuencia del establecimiento político y jurídico de la pequeña aldea, sin siquiera un nombre que la identifique comenzaba a ser conocido como "Itaquí", voz guaraní que quiere decir piedra blanca, como una repetición del Itaquí, portugués ubicado al frente de, río por medio. El reducido núcleo de pobladores, en su mayoría, aborígenes de los que aún quedan vestigios en la Laguna Guaraní, y algunos hombres blancos, que posiblemente, fueron los antiguos pobladores, anteriores al documento de la fundación, empezó a aumentar, quienes con sus inquietudes, se erigieron pioneros del progreso.

Fundación

Durante la gobernación de Don Miguel Lagraña, la Legislatura autorizó al Poder Ejecutivo Provincial, a fundar un pueblo, el que comprendería desde el río aguapey hasta el "Cuai Chico" sobre la costa del río Uruguay y en el departamento de la Cruz.

Una tradición popular equivocada, de la zona, hacía nacer al Brigadier General Carlos María de Alvear", en una casa existente en la región en el lugar denominado "Paso de la Piedras", a un kilómetro aguas arriba del actual puerto Alvear.

El equívoco tiene origen, en el largo período que el padre del Brigadier General Alvear, incluso el referido, recién nacido, vivió en la localidad.

Pero en realidad había nacido en (Santo Ángel Guardián de las Misiones, antigua reducción jesuítica de las Misiones Orientales o de "El Tapé" actualmente Santo Ângelo en territorio anexado al estado brasileño de Río Grande del Sur tras la Convención Preliminar de Paz).

Sus nombres de pila bautismal fueron Carlos Antonio del Santo Ángel Guardián[] y era hijo del noble español Diego de Alvear y Ponce de León y de la bella joven porteña María Balbastro.

El territorio que pertenecía antes a la ciudad de Corrientes, y que luego pasó a pertenecer al Brasil.

El nombre del pueblo se atribuye al tiempo en que el General vivió en Alvear, pues era encargado de la demarcación de las fronteras españolas-portuguesas. Quien mantenía relaciones amistosas con los vecinos brasileños, los que enviaban mercaderías desde Itaquí, el General respondía a sus servidores: "esto es para Alvear", quedando así el pueblo con el nombre del  entonces residente.

Y cuando el Gobernador Lagraña, reunido en el  Congreso General sanciona la Ley creadora, ordena que llevara el nombre de Alvear.

La Ley en su articulado dice lo siguiente:

-Autorizase, al Poder Ejecutivo para la fundación de dos pueblos, uno en la costa del rio Uruguay, departamento de la Cruz, en el Paso de Itaquí, y otro en la costa del río Paraná, departamento de Bella Vista.

-El pueblo fundado en Itaquí se denominará Alvear y el de la costa del Paraná, Lavalle.

-Desígnese para dichos pueblos y sus ejidos, para el de Alvear, el terreno comprendido, desde el río Aguapey, hasta Cuai Chico, y para el de Lavalle, todo el de propiedad pública que exista sobre el margen del río Paraná, desde el punto citado en el Artículo 1º, hasta las inmediaciones de Bella Vista.

 -Señálese para cada pueblo un área cuadrada de tres mil varas por cada costado, que serán delineadas en manzanas de cien varas, de frente por calle de veinte varas de ancho. (La vara castellana, o de Burgos, la más extendida, medía 83,59 cm, y estaba dividida en dos codos o en cuatro palmos. Sirve de base para la medición de área conocida como manzana equivalente a 10.000 varas cuadradas (100 x 100 varas, es decir: 83,59 x 83,59 = 6.987,29 m2).

-Los ejidos mencionados en el  Artículo 3º serán delineados y divididos en suertes de chacras con un área cuadrada de 450 varas por frente, cada una con una calle de 30 varas de ancho.

– queda igualmente autorizado el Poder Ejecutivo para erogar de los fondos públicos la cantidad necesaria par llenar los gastos de mensura y delineación de dichos terrenos.

-Comuníquese, al Poder Ejecutivo a sus efectos.

Sala de sesiones.

Corrientes, Febrero 9 de 1863.

Manuel Antonio Ferré.

Vicepresidente 1º

Pedro Matoso

Secretario

Decreto Reglamentario

El 7 de Abril el Gobernador Lagraña dictó el decreto reglamentario de la Ley de Fundación de Alvear, cuyo texto expresa:

"Para dar el debido cumplimiento a la Ley del 10 de Febrero, del presente año, que determina la fundación de un pueblo con el nombre de Alvear, en la costa del río Uruguay, en el Paso de Itaquí, Departamento de la Cruz, en uso de la autorización que por dicha Ley se le confiere, y de la facultad que le compete para reglamentar y proveer todo lo necesario para la enajenación de la suerte de chacras y casas, en la extensión del terreno destinado para el efecto ha acordado decreta:

– Procédase a la delineación y amojonamiento de toda el área de terreno destinada por la expresada Ley del 10 de Febrero para el pueblo de Alvear y sus ejidos, con arreglo a lo determinado por dicha Ley y con calidad de formar dos planos demostrativos  de esta delineación, los cuales se conservarán, uno en el pueblo y otro en la Secretaría de Gobierno.

-Designase  dos manzanas para plazas, en los lugares distintos y a propósito para el objeto.

-Los sitios de casa ubicados en el área del pueblo, así como las suertes de chacras comprendidas en los demás terrenos, destinados al efecto, serán enajenados, por títulos de venta, a los que lo denunciarán, teniendo derecho de prelación los actuales poseedores.

-Los sitios de casa se venderán, a razón de cuatro reales moneda metálica la vara de su frente, debiendo considerarse tal en los de esquina, al costado de mayor número de varas.

– Las suertes de chacras se venderán, en la cantidad de treinta pesos metálicos, con la extensión que le señala la citada Ley del 10 de Febrero.

-El producto de estos enajenamientos será invertido, en la construcción de un templo, y demás edificios públicos necesarios, que determinará el gobierno de acuerdo con la autoridad local y una comisión al efecto.

-En su virtud, resérvense los solares suficientes en puntos adecuados para la creación de unas casas para Juzgados y Municipalidad, para Escuela, Cuartel, etc.

-Quedan en vigencia para los adquirentes las anteriores disposiciones relativas a la adquisición de suertes de chacras en los demás pueblos, muy especialmente  las que se refieren a la obligación y plazos en que deben cercarse y edificarse aquellas.

-Una Comisión compuesta del juez de Paz del Departamento de la Cruz y de los señores Don Juan Crisóstomo Hidalgo y Don Felipe Pucheta queda encargada de la venta y recaudación del valor de los sitios del pueblo y de las chacras, debiendo ella misma otorgar el presente recibo, el cual servirá de título provisorio a los compradores hasta que obtengan el de firmeza y permanencia.

-La misma comisión es autorizad para arreglar el número de haciendas, que los vecinos deben conservar en los lugares de chacras, para el servicio de los establecimientos y reglar también lo concerniente a este ramo, con el fin de evitar el perjuicio consiguiente en las sementeras.

-Comisionase especialmente al agrimensor Don Francisco Lezcano para proceder a la delineación enunciada bajo las condiciones prescriptas en el Artículo 1º y demás instrucciones que el gobierno dará por separado.

Corrientes, Febrero 10 de 1863.

Cúmplase la presente honorable sanción, téngase por ley de la Provincia, publíquese y dése al R.O. Lagraña.

  Tiburcio Fonseca

El Fundador

Nació en Corrientes el 22 de Febrero de 1821, hijo de don Francisco Javier de Lagraña y de Doña Rosalía Acosta.

Hombre de gran fortuna personal, dotado de imponente cultura y educación, concurrió al Convento franciscano, protegido de Fray José de la Quintana.

En 1856 fue diputado por Curuzú Cuatiá, presidente de la casa de la Moneda y del Banco Hipotecario de Corrientes.

Miembro del Concejo de Educación de la Provincia.

El 28 de diciembre de 1862, ocupó la primera magistratura provincial, como consecuencia de la renuncia del presidente Derqui.

Durante su gobierno (1862-1865) se restableció el pueblo de Santo Tomé, que había sido destruido por la invasión portuguesa, se fundaron los pueblos de Lavalle, e Ituzaingó y se creó el departamento de Lavalle.

Reformó la Constitución Provincial, la que fue sancionada el 25 de mayo de 1864.

Antes de finalizar su mandato se produjo la intromisión paraguaya a la provincia y se inicia la guerra que culminaría con la derrota del Mariscal Francisco Solano López ante la Triple Alianza, formada por Brasil, Uruguay y Argentina.

Los Primeros Habitantes:

En el ambiente había pocos pobladores autóctonos, porque la zona era un lugar de paso hacia Brasil sin población estable, ente ellos se puede mencionar a:

Don Ceferino Cabrera. Don Joaquín José de Acevedo, Don Martín Goicos establecido en 1857, Martín María Fontella, el capitán Claudio Ortega, Antonio Herrara Oliva, arraigados en 1860, Emilio Escobar, Don Mauel a. Hoz y Savalegui en 1861, Don Manuel J. de Silva, Don Pedro Romero, Don Cirilo Leiva, Don José Domingo Alegre, Don Pedro r. da Souza, Don Manuel Aguerreberri en 1862, número que va aumentando con el establecimiento político y jurídico del pueblo.

Luego arribaron los señores:

Juan Crisóstomo Hidalgo, Eladio Hidalgo, Melchor Cancelo, Marcelino Acuña, el Mayor Benjamín Varela, Francisco Lezcano, Rito Medina, Luis Cericela, Victoriano Rivero, Felipe Pucheta, Carmelo Verón, Pedro Baera, Pastor Barberán, Victoriano Ballesteros, Justo A. Vallejos, Juan Crisóstomo Leiva, Bernardo Silva, Eugenio N. Vales, Juan San Martín, Escolástico Saucedo, Leonardo Lllama, Vicente Báez, Francisco Casco, Nicolás Delgado, Juan P. Zamudio, Dionisio Gómez, Juan L. Luaretta, Bonifacio Sánchez, Francisco Sussini, José Carmelo Belmont, Nazario Burgos, Alfredo Pomattelli, José Casals, Salvador Casals, Jaime Sitja, Marcelino Gómez, Joaquín A. Silveira, Ramón Goya, Lorenzo Verón, Juan Pío Harrolla.

Los hermanos Clavell de nacionalidad francesa, picapedrero, que hicieron el reloj de sol del centro de la plaza, el ingeniero Andrés Rojas, que había venido con la empresa francesa que construía el ferrocarril, que más tarde se vendió a los ingleses.

El ingeniero Ángel Choca de origen italiano, quien contrajo matrimonio con la hija del Señor José Casals, Arístides Cóppulo y Nicolás Trava, ambos griegos quienes constituyeron una pequeña colonia de esa nacionalidad, que resultó un aporte a la formación del pueblo.

Jorge Urquiza, de nacionalidad española y Don Rómulo Casals, brasileño, de profesión fotógrafo.

Las personas que se instalaron traían un extraordinario espíritu de trabajo y muchas ganas de labrar la tierra y progresar, siendo muy pocos los que venían con capital.

Estos últimos compraron campos y se dedicaron a la ganadería y agricultura, algunos montaban pequeñas industrias, otros se empleaban para la administración de campos, chacras, etc. pero con la firme idea firme, honesta y leal de progresar.

Primer Gobierno Local:

Se estableció el primer gobierno local, el 10 de abril de 1865, ejercido por la Comisión de Solares presidida por Don Pedro romero e integrada por los vocales, Don Juan Leiva y el Capitán Claudio Ortega.

Su función era vigilar la delineación que debían seguir los edificios públicos, cuidar de la conservación de los mojones y del cumplimiento de las condiciones de población.

La guerra con el Paraguay concluyó, y este fue el primer intento de gobierno comunal.

La primera casa de material

La edificación de esta vivienda, comenzó al año de la fundación del pueblo, pero en esa fecha, 1864 estalla la guerra con el Paraguay y fueron convocados los hermanos Hidalgo para incorporarse al ejército de la Triple Alianza, por lo que la obra debió suspenderse.

En 1871 licenciados ya, de su labor como soldados, regresaron par proseguir la construcción, encontrando sólo ruinas de la misma, pues los marcos de puertas y ventanas, habían sido arrancados y quemados, probablemente para leña. Aún así al año siguiente estaba ya edificada la casa mas antigua de la localidad, ubicada entre las actuales calles: Centenario y Eladio Hidalgo.

Su propietario Eladio Hidalgo, miembro de una familia de honda raigambre colonial, fiel servidor de la provincia.

Nació el 18 de febrero de 1810, educado con fray de la Quintana. No se dedicó al ejercicio de las armas como los demás hombres de su hogar, sino que prefirió el oficio de carpintero y más tarde al comercio de ramos generales, denominado "La fundadora".

Ejerció diferentes cargos públicos, accionando siempre al desarrollo y el progreso de la comuna.

Guerra con el Paraguay

Si bien es cierto que Alvear no fue ocupada por el invasor durante la guerra con el Paraguay, fue en cambio un lugar importante de concentración de armamentos, y también el punto intermedio de las comunicaciones entre Paso de los Libres y los contingentes del Alto Uruguay, cumpliendo autoridades y vecinos verdaderas  proezas par hacer llegar con prontitud la correspondencia.

A un mes de la agresión habían llegado dos remesas de armas para ser distribuidas, entre los campamentos de Cuai Grande y Santo Tomé.

Se debe destacar que el paso del arroyo Guaviraví y el del río aguapey, se efectuaba a nado o en muy precarias canoas.

Del Departamento de la Cruz, partieron contingentes, integrados por alvearenses  y cruceños, los que se incorporaron en Alvear al ejército del Coronel Simeón Payba.

Comisión Inspectora de Escuelas y Comisión de Solares

El Poder Ejecutivo Provincial resolvió por decreto el establecimiento de una Comisión Inspectora de Escuelas, encargada también de la concesión de solares, poniéndola bajo la Presidencia de Don Eladio Hidalgo, e integrada por los señores: Victoriano Rivero, Rito Medina, Juan Leiva, y el Sargento Mayor Juan Domingo Álvarez.

Hasta entonces estos asuntos eran resueltos por el Juez y el Comandante Militar del Departamento con sede en el pueblo de la Cruz.

Esta Comisión duró aproximadamente cinco años en sus funciones, cesando el 20 de Octubre de 1873 cuando se creó la Comisión Departamental.

La Comisión inspectora de Escuelas y Comisión de solares fue creada en marzo de 1869.

Comisión Departamental:

El 31 de enero de 1873 se estableció una Comisión Departamental, entidad que en los pueblos de menor jerarquía reemplazaba al régimen municipal.

Fue creada por el Gobernador de la Provincia Miguel V. Gelabert (1872-1874) de conformidad con la ley de municipalidades del 21 de septiembre de 1870.

El primer presidente fue el Sr. Leonardo Llama y como miembros titulares: Don Juan Leiva, Don Luis Cerísola y Don Ángel Navea, como suplente.

Estuvo en vigencia durante quince años.

Entre sus obras mas importantes se pueden citar: la nominación de calles y plazas, en 1887 dio término al edificio construido para el juzgado de paz, prefectura y cárcel.

La Iglesia

Recién después de varios años de su fundación Alvear contó con un sacerdote permanente, siendo esto una de las preocupaciones de sus primeros años de vida social.

En la amplia zona de la costa correntina sobre el río Uruguay. Todos los niños nacidos en ella eran bautizados en Brasil e inscriptos en los libros parroquiales, como súbditos de ese país.

En 1878 el pueblo se dispuso a levantar por sus propios medios, una pequeña capilla, en terreno comunal y en el mismo lugar en que se encuentra en la actualidad, pero con la entrada hacia el norte.

El 20 de Septiembre se terminó la construcción del rústico templo, en la que se requirió el esfuerzo, la voluntad y la generosidad de toda la comunidad, hasta los niños acarrearon el barro y los ladrillos, podemos mencionar a algunos de ellos, a Miguel Sussini, Agustín Aquiatapace, Juan M. Saucedo, Eladio Hidalgo (hijo), Benjamín Velazco y Rafael Romero.

Se hizo entrega formal a la Iglesia, recibiendo la misma en las manos del padre cura Pablo Cayetano Martinetti, vicario de La Cruz desde 1874.

Como la construcción era muy precaria, ocho años después la capilla sintió el desgaste por las inclemencias climáticas y se deterioró, y el padre Martinetti solicitó a la Comisión Departamental devolviera a esta el edificio, esto motivó la reacción de la comunidad, en la nota que elevó a la Comisión expresaba " la casita que ha funcionado hasta hoy como Oratorio Provisorio, se halla en estado deplorable y sin recurso alguno para su reparación, con ésta, devuelvo a esa respetable Comisión Departamental, V.V. preside la sobre indicada casita para que dispongan de ella o de los escasos materiales que puedan restar, debido a que ha sido despojada, de todos los objetos regalados, o hechos con la limosna pública de los vecinos, disponga hacer como mejor le agrade."

Es así que se ordenó comisiones destinadas a la investigación del caso sin llegar a una conclusión completa.

El Comandante Don Luciano Romero solicitó autorización a la Comisión Departamental, para demoler el Oratorio que sirvió a los pioneros de la ciudad para la práctica de la fe católica.

Y dispuso la construcción de un nuevo templo, que sirva para cubrir la necesidad de ese momento, y que tuviera un diseño arquitectónico acorde, en dónde el arte también sea parte del mismo.

En el año 1890 la obra estaba adelantada en forma considerable, el día 9 de Septiembre de 1895, Doña Juana Barreiro donó al templo una imagen de Nuestra Señora del Rosario que data de la época Jesuítica.

Esta dama que se destacó por su gran generosidad como benefactora de la comunidad, se hizo cargo de los gastos que generó la terminación de la obra, obra que se le encomendó al constructor Pascual Minoye, venido desde Itaquí, quien modificó el frente y la torre del templo.

Las obras de construcción de las naves laterales comenzaron el día 20 de Abril de 1891, bajo la dirección de Enrique Carmesoni.

En el año 1893 el padre Martinetti de fecunda quién desplegó una gran acción pastoral fue sucedido por el presbítero Antonio López, vicario también de Santo Tomé.

De 1894 a 1896 Alvear fue asistido por el presbítero Ángel de Feo, que fue luego reemplazado dos años después por padre Samuel Pompín, de nacionalidad francesa.

El sacerdote Alejandro Derú, fortaleció las almas de los pobladores creyentes católicos hasta el año 1897, y por último el vicario Juan Bajac, residentes todos en la vecina ciudad de La Cruz.

Episodios destacados en la historia del pueblo de Alvear

Asalto de 1895:

El día 9 de junio, fuerzas revolucionarias del Partido Autonomista invadieron la provincia.

En Alvear el hecho se llevó a cabo con mercenarios reclutados en Brasil, y comandados por el Coronel  Juan Ramón Molinas, asaltaron el pueblo, llegaron hasta el local de la Comisaría. Pero fueron derrotados por los liberales que tenían en ese entonces el gobierno, Don Delfín Olmedo y el Capitán Rolón murieron en la lucha, y son recordados con un monumento en el cementerio de Alvear.

La pieza de artillería tomada por los triunfadores al enemigo, un cañoncito se guarda aún en la comisaría, y es usada para salvas reglamentarias en los días patrios.

Bombardeo brasileño:

El día 22 de junio de 1874, cercano al mediodía, el pueblo sufrió el bombardeo de tres barcos brasileños.

El insólito hecho fue generado por los golpes que dos entomólogos italianos, Guido Bonatti y Vicente Logato, que estuvieron de paso por la localidad, que le dieron una tunda de golpes en una pelea al médico cirujano Pánfilo Freire de Carbalho, que estaba al servicio de la Armada Imperial, las balas cayeron en el cementerio, fueron trasladadas a la comisaría y luego llevadas al Museo Histórico y Colonial de la ciudad de Corrientes.

Este acontecimiento tuvo trascendencia que llegó a agitar los ánimos de las máximas autoridades de los dos países.

Y debido a esto el teatro municipal de Itaquí pasó a denominarse "Capitán Pánfilo".

Y los alvearenses que no tenían teatro, pusieron el nombre de 22 de junio a su calle principal.

El Ombú

En la Comisaría Departamental hay un árbol. Un Ombú que recuerda el pasado de los primeros alvearenses, , en su honor fue incluido cómo distintivo en el escudo de la comuna.

Este ombú más que centenario existe antes de que por Ley de creación del pueblo en 1862, sirviera de amparo con sus sombras, cuando descansaban los viajeros a caballo o en las carretas.

Se comprobó que rodeando al árbol, existió un pequeño cementerio, con algunas cruces, que fueron aprisionadas por sus raíces que terminaron cubriéndolas. También era un hito que marcaba el camino desde Santo Tomé a Rincón de San Jorge, asiento de Paso de los Libres.

Era una línea demarcadora simétrica de una cadena vegetal que seguía a lo largo de la costa del río Uruguay.

La Primera Municipalidad

Durante el período de gobierno de Manuel Derqui entre los años 1883 y 1885 se hicieron numerosas gestiones para tal efecto, todas inútilmente.

Al asumir el poder el Doctor Juan Ramón Vidal entre los años 1886 y 1889, el entonces abogado y joven mandatario autonomista apoyado por autonomistas y liberales, impulsó con vigor el progreso, la expansión y el desarrollo, y sancionó la Ley del 11 de agosto de 1887, creadora de de la Municipalidad.

El día 25 de septiembre de 1888 se eligen los miembros para la misma y el día 3 de noviembre de ese año, quedó instalada la primera Municipalidad, según consta en el acta, cuyo texto dice lo siguiente:

" En este pueblo de Alvear, a los tres días del mes de noviembre de mil ochocientos ochenta y ocho, reunidos los miembros electos para la Municipalidad de este pueblo y en virtud del decreto superior comunicado a cada uno de los electos, reunidos en un local especial alquilado a don Manuel A. Sousa, el Consejo Municipal se declaró instalado en virtud del Decreto Superior, una vez determinado por acto primo y solemne que quedaba constituida la primera Municipalidad de este pueblo, flor y nata de Misiones, bajo las bases siguientes: Presidentes:

Ciudadanos José C. Belmont; Manuel I. Vera; Eladio Hidalgo y siendo la elección de cinco municipios se declaró por presentes los miembros citados y en falta perentoria de Don Melchor Cancelo y de Don Juan G. Paiba ausente y Don Arístides G. Cópulo por Don Melchor Cancelo.

Canjeados los respectivos nombramientos encontrándose todo conforme, quedó instalada la Institución Municipal en virtud del mandato del pueblo siendo desde hoy una corporación autónoma y con representación jurídica para los casos necesarios bajo la denominación de Consejo Municipal de Alvear. Inmediatamente se procedió al nombramiento del presidente del Consejo para el período presidencial, en voto secreto cuyo escrutinio dio por resultado electo por mayoría absoluta el titular Don José C. Belmont y para síndico Procurador a Don Manuel I. Vera para tesorero al de igual clase a don Claudio Hidalgo.

En seguida el Presidente en uso de sus facultades procedió al nombramiento de las comisiones en la forma siguiente:

Comisión de Hacienda: Vera y Cópulo

Comisión de Obras Públicas: Cópulo e Hidalgo.

Comisión de tierras y Colonias: Cancelo y Casals.

Inventario:

En acto continuo se procedió al nombramiento del Secretario y Contador don Joaquín Silveira con veinte pesos de dotación mensual, y como Comisario Municipal a Celedonio Sussini con la dotación mensual de quince pesos.

Se acordó igualmente las siguientes erogaciones:

Extraordinarias de Instalación.

Una docena de sillas de madera.

Un farol.

Dos candeleros.

Escudo.

Escoba.

Un libro para actas.

Un libro para copiador.

Los Intendentes de Alvear

Desde el momento de la organización municipal, han gobernado la comuna, y dejado en ella, cada uno, su aporte, ya sea en obras, hechos, monumentos o acciones, para que con sus memorias hoy, sean recordados con orgullo y honor. Entre otros se puede mencionar:

José Carmelo Bemont                                       (1888-1889)

Justino Acuña                                                  (1890-1892)

José Carmelo Belmont                                      (1892-1893)

Bernabé Herrera                                               (1893-1895)

Luciano Romero                                               (1895-1897)

Juan Francisco Ferreira                                      (1897-1899)

Coronel Juan de Dios Verón                              (1899-1902)

Cipriano Romero                                               (1902-1905)

Eladio Hidalgo                                                  (1906)

Ceferino romero                                    (1906 1908)

Claudio Cancelo                                               (1908-1909)

Ramón Duclós                                                 (1909)

César V. Olguín                                    (1909-1914)

Juan G. Payba                                                 (1914-1915)

Dr. Adolfo Acuña                                              (1915-1916)

Manuel S. Aguilar                                             (1916)

Dr. Bernardo Igarzábal                                       (1916-1917)

Fulgencio Vilar                                                 (1917-1918)

Antonio Fernández                                           (1918-1919)

Juan G. Payba                                                 (1919)

Arsenio Antonio Barberán                                  (1919)

Fulgencio Vilar                                                 (1920)

Juan G. Payba                                                 (1921)

Remigio acuña                                                 (1921-1922)

Juan G. Payba (hijo)                                         (1922-1923)

Dr. Bernardo Igarzábal                                       (1923-1927)

Dr. Adolfo Acuña                                              ((1927-1928)

Américo Belmont                                              (1928-1930)

Antonio S. Fernández                                       (1930)

Enrique Durand de Cassis                                 (1930)

Manuel Goyeneche                                           (81930-1931)

Félix Vallejos                                                   (1932)

Pedro Meza Toledo                                           (1933-1934)

Carlos Sarmiento                                              (1935)

Esteban Martínez (interventor)                             (1936-1937)

Juan G. Payba                                                 (1937-1939)

Juan Luis Artigas                                              (1940)

Julián Saucedo                                                 (1941)

Miguel Názer                                                    ( 1942)

Dr. Adolfo Acuña                                              (1943)

Arsenio A. Barberán                                         (1943-1944)

José B. Silva                                                    (1945)

Daniel Murta                                                    (1945-1946)

Enrique Sussini                                                (1947)

Dr. Antonio Fittipaldi                                         (1947)

José María Malfussi                                          (1947-1950)

Juan C. Sanabria                                              (1950-1953)

Oscar Jaime Álvarez                                         (1953-1955)

Capitán Eduardo Betti                                       (1955)

Carlos Casals                                                  (1955-1958)

El Escudo Comunal

Apenas constituida la municipalidad en el año 1888, su primer mandatario, propuso la creación de un escudo que identificaría el reciente distrito.

Don José Carmelo Belmont, idealizó, y fue dibujado por la Señora Elvira Barreiro de Hidalgo.

Sus elementos están muy acordes al origen del pueblo, ya que el mismo surge, como consecuencia de la accionar de un buen gobierno, y no como expresión de fe, de ninguna campaña civilizadora, bajo el signo de la Cruz Redentora, y por ello es que se prescinde de la misma.

Lleva en el centro el Ombú tradicional, rodeado de dos ramas de olivos, (sustituidas después por, una de laurel y otra de roble) perpetuando en la heráldica local, los conceptos de gloria y fuerza.

El ojo de la Providencia en su cima, con la inscripción "Municipalidad de Alvear" en la orla.

En el transcurso del tiempo, (1888-1957), sufrió incontables como inexplicables modificaciones. Hasta que el día 19 de junio de 1957 el interventor municipal, Carlos Casals, por resolución Nº47 estableció el uso exclusivo del primitivo y simbólico escudo.

El Banco de la Nación Argentina Sucursal Alvear

El 23 de octubre de 1914 abría sus puertas la Sucursal del Banco de la Nación Argentina, bajo la gerencia del Señor Pedro Hall.

Como en ese año estallaba la Primera guerra mundial, de graves consecuencias económicas, el Banco presenta en su primer balance anual una pérdida de Pesos ciento veintisiete, con ochenta y ocho centavos, cuya cartera totalizaba la suma de pesos ciento setenta y dos mil trescientos dieciocho.

A partir de la fecha de su creación alcanzó importante desarrollo evolutivo, según podrá observarse en el siguiente cuadro administrativo.

 Año                 Pérdida                                   Ganancia                      Cartera

1914                 127,88                                      ________                      172.318

1919                 ——–                                       41.693                           952.512

1924                 ——–                                        37.599                           1.953.472

1929                 ——–                                       46.790                           1.500.671

1934                 ——–                                        36.343                           1.264.868

1939                 ——–                                        60.931                           1.528.584

1944                 ——–                                       21.058                              792.868

1949                 ——–                                       41.869                           2.921.285

1954                 ——–                                      1.386.543                      36.781.358

Fuerzas de Seguridad

Varios destacamentos militares tuvieron asiento en esta localidad, luego de su fundación.

En el año 1894 estuvieron establecidos grupos del Regimiento IX de Infantería, el Nº XII de la misma línea de armas, y varios otros de escasa importancia.

El día 15 de febrero de 1944 se creó el VII Destacamento de Exploración, dependiente de la 7ª División del Ejército.

Su primer capitán fue Raúl Montini y sus sucesores fueron los capitanes:

Raúl del Carmen Echeverría

Enrique Rauch                                      (1945-1947)

Teniente 1º Ulises de la Vega

Ladislao Alberto Castellanos                  (1947-1950)

Federico Grunwat                                 (1950-1954)

José Ignacio Betti                                 (1954-1955)

Francisco David Balestra.

El Primer Médico

Se estableció en Alvear en el año 1871, el médico Guillermo André, lo siguieron en esa tarea entre otros:

Los doctores Guido Benatti y Vicente Logatto, el Dr. Víctor Laffón hasta 1885.

En forma transitoria el Dr. Emilio Arana, residente en Santo Tomé.

El Dr. Galdino Santiago, joven médico brasileño, quien formó su hogar y ejerció durante muchos años.

De 1910 a 1915 se estableció en el lugar el Dr. Félix Mello, el Dr. Rodríguez, el Dr. Bernardo Igarzábal, el Dr. Claudio Sussini.

Este pueblo es cuna de dos  eminentes médicos de reconocimiento nacional e internacional como lo fueron los Médicos Marmerto Acuña y Miguel Sussini, quienes estudiaron haciendo grandes sacrificios lejos de sus familias, tal es así que los primos salían desde los campos del Topador propiedad de Don Marcelino Acuña, a caballo atravesando malezales y esteros para llegar a Ituzaingó, en dónde tomaban el ferry, que por el río Paraná hasta la ciudad de La Plata en dónde obtuvieron sus títulos profesionales, y luego viajaron a Europa en dónde se especializaron.

Estas fueron las palabras del Doctor Primo Meana Colodrero, Presidente de la Comisión de Homenaje al Dr. Mamerto Acuña, en la ceremonia del descubrimiento de la placa en la sala del Hospital de Niños el día cuatro de agosto del año mil novecientos cincuenta y nueve, al referirse en parte de su extenso discurso:

"Raza de Héroes:

En el norte de nuestra provincia, próximo al Río Uruguay en su confluencia con el Aguapey y junto a la apacible llanura del ambiente provinciano, nació Mamerto Acuña, donde conoció hombres sencillos y templados, sobrios y modestos, acostumbrados a enfrentar la naturaleza, que junto con las influencias austeras, cultas, y virtuosas de su hogar imprimieron a su infancia características que lo distinguieron, al par que plasmaron su espíritu de tal manera que conservó inalterable a lo largo de su prolongada vida las nobles y severas costumbres lugareñas y de su ancestro familiar.

Provenía de una prestigiosa y acaudalada familia de la colonia. Su padre Marcelino Acuña era dueño de las estancias Aguaí, Sarandí y Topador en los departamentos de Alvear y Santo Tomé. El Doctor Valerio Bonastre, al referirse al Coronel Basilio acuña, antecesor próximo del Doctor Mamerto Acuña, en su libro "Corrientes en la Cruzada de Caseros" expresa lo siguiente: "pertenecía a una raza de héroes y de hidalgos caballeros. Sacrificios y aportes pecuniarios los ofrecieron con largueza cuando la Provincia estrechada por los que anhelaban verla subyugada a la voluntad de los déspotas, se impuso el sacrificio de hacer frente a sus numerosos adversarios. ¿En que batalla, en que suceso trascendental empeñara Corrientes en prosecución de ideales superiores no figura un Acuña, con la gallarda apostura de un guerrero? En los choques con los indios misioneros, en las filas de Berón de Astrada, Lavalle, Lamadrid, Paz, Madariaga, en la región de los ríos, en las llanuras pampeanas, en los Andes, nunca faltaron Acuñas que oficiando en el altar de la Patria, honraron su estirpe".

Realizó sus estudios secundarios en el viejo colegio de los Fitz-Simón, que lo consagró bachiller, al que venía periódicamente desde Alvear, a caballo, varios días hasta ituzaingó, donde se embarcaba para Corrientes, acompañado muchas veces por otro compañero de su infancia y que lo fuera en la Facultad, en Europa y en la Cátedra, el Doctor Miguel Sussini, par suyo, por las elevadas calidades y por las condiciones superiores. Fue ésta una amistad inquebrantable, que vinculó a los dos comprovincianos del lugar con el refuerzo de esa extraña similitud de sus comunes atributos, que ahondó el afecto. Por eso aquí con la presencia del Dr. Sussini, ciudadano eminente de la República y uno de los más eminentes correntinos, a quien solicitaremos luego sea él quién proceda a descubrir la placa donde se condensa este homenaje. Permita Dios que el sol de sus días, siga alumbrando su esclarecido camino".

El Doctor Mamerto Acuña se recibió de médico en 1901 en Buenos aires, enriqueció sus conocimientos especializándose en Europa, en Alemania y Francia, orientó su especialidad hacia la Pediatría, a su regreso revolucionó la Pediatría del Plata, estuvo como Profesor Titular al frente de la Cátedra de enfermedades de la infancia y adolescencia de la Facultad de Medicina de Buenos Aires, por el lapso de veintitrés años.

Ocupó el cargo de Director del Hospital Nacional de Clínicas brillando a la altura de otras eminencias de la medicina como lo fueran, Castex, Padilla, merlo, arce y muchos otros.

El día 20 de diciembre de 1957 falleció, a los 82 años.

LOS PRIMEROS FARMACéUTICOS DE ALVEAR:

El primer farmacéutico fue Don Ramón Duclós, que en 1909 instala su farmacia. Años después instaló la suya Don Arsenio Barberán, quien en el transcurso del tiempo dejaron sus recuerdos por sus esmeradas e importantes labores en su especialidad.

El Reloj de Sol:

En 1892 comenzó y finalizó la construcción del primer y único monumento del pueblo.

Consiste en dos piezas, una la base, fuste y capitel, que es un solo bloque de piedra, traída por Belmont, de las ruinas jesuíticas de Yapeyú, otra superior dónde está tallada la esfera del reloj. Transportada desde la ciudad vecina de La Cruz por Pablo Salesse, síndico eclesiástico de La Cruz, como regalo de Dalmiro Araujo, a Belmont.

Se contrató a albañiles brasileños par la obra, que bajo la dirección de los hermanos Clavell, franceses especialistas en la materia, el lugar de su emplazamiento fue el centro de la Plaza 9 de Julio.

El Cementerio

Fue proyectado por el entonces intendente  Belmont, y terminada durante la gestión del intendente Casals.

Creación de la Parroquia de la Inmaculada concepción de Alvear

Hasta el año 1912 tenía una vice parroquia dependiente del curato de La Cruz, y atendida por sacerdotes de esa ciudad.

Desde entonces asume categoría de Capellanía con párroco estable, y entre los más antiguos que estuvieron al frente podemos mencionar a:

Amado Sanmier                                                                       (1912-1913)

Juan Gallo                                                                               (1913-1922)

Francisco Bersanino                                                                (1922-1923)

Bernardino Marconetto                                                  (1923-1924)

Pablo Mezquiriz                                                                       (1924-1925)

José Moirón Paz                                                                      (1925-1929)

Celso González                                                                       (1929-1930)

Cruz Carballo                                                                           (1931-1933)

José Luis Fontela                                                                     (1933-1936)

El 21 de marzo de 1936 siendo sacerdote el Padre Cruz Carballo, el Obispo Diocesano francisco Vicentín, dispuso la categoría de Parroquia de la Inmaculada Concepción, cuyo texto dice:

"Nos Francisco Vicentín por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica, Obispo de Corrientes en la República Argentina.

En la Ciudad de Corrientes a los veintiún días del mes de marzo del año del Señor de mil novecientos treinta y seis. Habiendo compulsado detenidamente las diligencias y demás obranzas  practicadas en nuestra orden a fin de regularizar en forma canónica la situación de hecho en que hace más de treinta años se encuentra la capellanía de Alvear y teniendo el propósito de erigir en parroquia la iglesia de dicho pueblo, sito en nuestra Diócesis, y encontrando a derecho, previa vista fiscal el expediente respectivo sin que nada obste para la proyectada erección….."

Hasta el año 1938 continuó en la misma el Padre Carballo, ese mismo año, llegó el Doctor en Teología, sacerdote con estudios concluidos en Roma.

Desde mediados del año 1939 hasta 1957 estuvo la parroquia a cargo del Padre José Boczeñuk, el Vicario Julio Argentino Arguello, el sacerdote Pedro Nicoletti,el Presbítero Julio agüero González y actualmente el Presbítero Teófilo Brítez.

Nuestra Señora del Rosario

La iglesia de Alvear guarda una verdadera reliquia, una virgen que es de la época de los jesuitas, una de virgen de vestir, que José Luciano Acuña, ganadero y vecino de la zona allá por el año 1820 en un viaje que hizo a las Misiones del alto Uruguay compró.

Le trajo de obsequio a su madre, Doña María Concepción Lafuente de Acuña, quien en el año 1883, radicó en Alvear, y que donó a su hija política Juana Barreiro de Acuña, quién decidió que dicha virgen fuera a incorporarse al templo el día 9 de septiembre de 1895.

La virgen tiene un rostro casi perfecto y al verla verdaderamente representa a una figura virginal.

En la iglesia la Virgen es objeto de culto y en el mes de octubre es acentuada la veneración por parte de los fieles, que con fe rezan las novenas diariamente.

La Sociedad de Beneficencia

Se creó por iniciativa de Pedro Benjamín Serrano, solidariamente colaboraron un grupo de damas de la sociedad de Alvear, entre las que integraron las señoras:

Manuela Benita de Verón.

María Luz Acuña de Goyeneche.

Juana Barreiro de Acuña.

Virginia Barreiro de Hidalgo.

Eusebia Gómez de Cancelo.

Y las señoritas:

Elena Belmont.

Virginia Barreiro.

Ana María Romero.

La institución comenzó en el año 1901, con el nombre de "Rivadavia", con un capital inicial de ciento sesenta pesos y con número de cuarenta y tres socias. Fue muy amplia su labor, en especial con la población de menos recursos.

Esta entidad social años después dio impulso al Hospital de Alvear.

La Empresa de Teléfonos de la ciudad

En el aniversario número cincuenta, la pequeña aldea se transformó en una ciudad considerable para la época, y un año después en 1914 logró la instalación del primer sistema de comunicación telefónica en la ciudad, así apareció el teléfono por medio de una empresa a cuyo cargo estuvo primeramente Salvador Pont Vergés, la empresa llevó el nombre de " Empresa Telefónica Alvear 1914".

La Iluminación eléctrica

Después de incansables gestiones realizadas por los alvearenses, en una atardecer del día 1 de Julio de 1926,las calles se iluminaron, obra que se comenzó a realizar en el año 1924.

El progreso avanzaba trayendo estos adelantos tecnológicos revolucionarios para la época, que quedaron en la historia en la firma estampada en el contrato firmado por el entonces jefe comunal Doctor Bernardo Igarzábal, Américo Belmont, y Emiliano Sandoval, por una parte representaron a la población y por la otra el empresario Américo silva García el día 15 de julio de 1924.

Sociedad y Cultura

Como toda ciudad no sólo sus pobladores se dedicaban a sus labores, tenían también sus momentos de esparcimiento, la prosperidad reinante que alcanzó niveles esplendorosos el de un país que crecía  y se desarrollaba también en lo referente a la cultura, y no estaba al margen de lo que acontecía en las grandes urbes, en especial de Buenos Aires, en dónde llegaba la influencia de la moda de la Europa señera, y es así que en los viajes que efectuaban a la Capital de nuestro país traían las familias pudientes las novedades por medio del servicio de transporte ferroviario.

En las casas de las familias Hidalgo, Barberán, Cancelo, Acuña, se realizaban tertulias bailables, en donde se lucían las damas de la sociedad , las señoritas Laura y Leonor Fernández, Rosa Sussini, Luisa, Antonia y Mercedes Cuareta, las señoritas Cabral, Juana Payba, Elisa Verón, y otras damas y distinguidos caballeros, de allí surgieron romances entre varias parejas que luego constituyeron sus familias.

Más tarde era necesario un lugar estable y más cómodo para estas reuniones sociales y se decidieron a construir un gran centro de reunión que jerarquice a la ciudad, y el día 25 de mayo de 1908 se fundó el  Club Social de Alvear, y el Primer Presidente de la comisión fundadora fue Gabriel Fernández.

Años después se van crenado otros centros recreativos, en 1914 el Club Atlético, el Club de Artesanos el día 11 de junio de 1932, bajo la dirección de Heraclio Hidalgo

El Sport Club Alvear.

El San Martín Foot Ball Club.

El Club Centenario Deportivo y Social.

El Club Náutico Alvear.

El Alvear Foot Ball Club.

El Aeroclub Alvear que en sus mejores momentos de apogeo llegó a tener ocho aviones disponibles en su pista. Aviones que servirían para transporte de pasajeros y para llevar mercaderías y correspondencias a las estancias y parajes de la zona. En ese entonces era la vía de comunicación más rápida de la población, que esperaban ansiosos al escuchar el ruido de los motores, y el vuelo bajo de algún avión que le transportara mercaderías y otras correspondencias, y también llevar pedidos hechos por cartas y mercaderías a la ciudad.

También en esa época había una Escuela nacional de Artes y oficios, un centro Maternal Infantil de la Misión, en donde las damas de la sociedad benefactoras brindaban su ayuda de caridad.

La Biblioteca Popular

Se fundó gracias al esfuerzo de E. Perkins, que estimuló la cultura, pero el desinterés de quienes le sucedieron al frente de esta institución cultural que contaba con un importante capital bibliográfico desapareció.

Comisión de Cultura

Esta ciudad que desde sus comienzos trató de fomentar cultura y educación a sus habitantes, y el 26 de noviembre de 1956 se integró una Comisión Municipal de Cultura, que integraron:

Adela Disanti.

Dr. Héctor Dávila.

Lilia Romero de Saucedo.

Rafael E. Romero.

Partes: 1, 2, 3
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente