Indice1. Introducción a la parasitología 2. Ecología del parasitismo 3. Dinámica de transmisión 4. Zoonosis Parasitarias
1. Introducción a la parasitología
Seguramente las asociaciones biológicas entre los seres vivos se iniciaron con la aparición de la vida misma sobre el planeta Tierra al competir éstos por el espacio y ponerse en contacto íntimo. Algunos autores señalan asociaciones parasitarias encontradas en restos fósiles de foraminíferos (protozoos con concha calcárea) y algas marinas con más de 530,000,000 de años de antigüedad. En la actualidad se sabe que hay más clases de organismo parásitos que no parásitos, ya que esta modalidad de asociación entre los seres vivos es una de las más exitosas. El hombre es huésped de cientos de especies de parásitos, sin contar a los virus, bacterias y hongos que en general las especies de éstos son también parásitos en su mayoría. Es difícil no encontrar ejemplares de parásitos cuando se examinan cuidadosamente animales silvestres, domésticos, o al mismo hombre La parasitología se inicia con el hallazgo de los parásitos por el hombre, hecho que tiene su origen en los tiempos más remotos y que se pierde en la bruma del pasado histórico de la humanidad, pero los descubrimientos a este respecto por los antiguos chinos, griegos, egipcios, persas, etc., han quedado consignados de tal manera que el estudiante actuales capaz de reconocerlos por el análisis de los manuscritos que dejaron para la posteridad, los adelantos que sobre los parásitos y enfermedades parasitarias se realizaron hace muchísimos años. Los médicos chinos en la antigüedad, podían distinguir los cuadros clínicos del paludismo por el tipo de fiebre que observaron en: terciana, cuartana, estibotoñal y relacionarlas con el paludismo como lo hicieron griegos y romanos siglos más tarde. Entre los egipcios (papiro de Ebers, 1550 a J.C) se describe probablemente al gusano Taenia saginata y se prescribe tratamiento para eliminarlo. Moisés entre los israelitas y después de haber recibido instrucción médica con los sacerdotes, dictó leyes sanitarias para proteger a su pueblo de plagas de insectos y de la carne de animales infectados con "piedras" (Cysticercus cellulosae, metacéstodo forma larvaria de Tenia solium). Pero quizá el nacimiento real de la parasitología se inicia en la época de Leeuwenhoeck con el invento del microscopio.
Las enfermedades parasitarias y su importancia socioeconomicas Se sabe que las enfermedades parasitarias han producido a través de los tiempos más muertes y daño económico a la humanidad que todas las guerras juntas. Generalmente en los países con poco desarrollo socioeconómico es en donde las enfermedades parasitarias y la parasitosis se presentan con mayor frecuencia, viéndose favorecido esto por las condiciones climáticas cálidas o templadas y por la falta de cultura médica en el pueblo, ya que en los países desarrollados social, médica y económicamente, las enfermedades parasitarias han sido erradicadas o tienen muy poca significación. Es importante señalar que alguna parasitosis transmitida por el suelo y por fecalismo (ascariosis, uncinariosis, tricocefalosis, amibiosis, giardiosis, etc.) no solo se presenta en climas cálidos sino inclusive en zonas templadas y aún en frías. El impacto global de las enfermedades parasitarias en el mundo es muy importante ya que inciden de manera brutal sobre la salud, la esperanza de vida al nacimiento, y la productividad de millones de personas. La prevalencia de la parasitosis está estrechamente vinculada a diferenciales climáticas, fenómenos demográficos y al desarrollo socioeconómico de las diferentes zonas del planeta. No es de extrañar que los protozoos y los helmintos patógenos sean parte de la vida cotidiana en los trópicos, sin ser privativos de ellos. Debe considerarse que el 75% de la población mundial se encuentra establecida en países en desarrollo y que el 50% de la misma está constituida por personas menores de 15 años de edad, rango en que se presenta la mayor mortalidad por enfermedades infecciosas incluyendo las de etiología parasitaria. Ante la magnitud del problema, algunas instituciones y fundaciones en el mundo han destinado parte de sus recursos económicos y tecnológicos para el estudio de la parasitosis. La República Mexicana, debido a su diversidad geográfica y al desigual desarrollo económico, presenta frecuencias variables de enfermedades parasitarias en las diferentes regiones. Entre las principales causas de mortalidad en país, se observa que las defunciones por enfermedades infecciosas y parasitarias asociadas a naciones subdesarrolladas ocupan el 4to lugar. La mortalidad por enfermedades parasitarias es un problema común a los diferentes grupos etéreos, pero su magnitud destaca en la niñez, evaluándose en términos de muerte prematura y que repercute en Años de Vida Potencial Perdidos (AVPP) que es un valioso indicador para países en desarrollo pues otorga mayor importancia a las causas de defunción que inciden a edades tempranas. Es importante señalar que las medidas iniciadas en 1991 para control del cólera se han visto recompensadas por una reducción significativa de enfermedades diarreicas bacterianas y parasitarias. Dentro de la parasitosis en que juegan un papel los transmisores biológicos, el paludismo, sin duda, la más importante y sigue requiriendo de medidas preventivas y de vigilancia epidemiológica.
Impacto socioeconómico de las enfermedades parasitarias El hecho de que un país tenga que sufrir enfermedades parasitarias con índices de frecuencia importancia, no solo es señal de facultad desarrollo, sino que además dichas parasitosis le están produciendo grandes pérdidas económicas al pueblo que las soporta. En América Latina el problema del parasitismo es muy importante y de las parasitosis intestinales, en particular enorme, ya que las encuestas epidemiológicas realizadas por los distintos autores de los países Latinoamericanos así lo señalan, tanto de las protozoosis como de las helmintiasis, encontrándose con frecuencia poliparasitismo en un mismo individuo, con afectación principal de los preescolares y escolares. En la República Mexicana las parasitosis producen muerte con relativa frecuencia ya que como se mencionó antes, la amibiasis ocupa el 4to lugar como causa de muerte en el Hospital General de la SSA en la ciudad de México y la cisticercosis también sigue ocupando un lugar preponderante. La amibiasis producida por Entamoeba Histolytica se encuentra como causa de muerte entre el 4.9 y 12%, demostrado por las autopsias realizadas en adultos en las distintas instituciones hospitalarias del país y en el 4.2% en niños. Este tipo de frecuencias de muerte por parasitosis, se extrapola a casi todos los países subdesarrollados o en vías de desarrollo ya que las condiciones ecológicas favorables para los parásitos, así como las condiciones socioeconómicas deficientes hacen que dichas enfermedades sean muy comunes y además los parásitos infecten al hombre en forma masiva, haciendo que los cuadros clínicos que desarrollan sean más graves y las posibilidades de muerte aumenten en forma considerable. Si las parasitosis se evalúan en términos económicos, se refleja la verdadera importancia que tienen para un país determinado. En general, los conceptos que se toman en consideración para efectuar dichas valoraciones son, entre otros: los gastos causados por atención médica, hospitalización, ausentismo en el trabajo, medicinas, pérdida de salario, defunción, etc., lo que expresado en dinero da una idea aproximada del problema. Se podrían seguir mencionando ejemplos que señalen el impacto socioeconómico de las parasitosis, pero todos ellos nos llevarían a comprobar el elevado costo que tienen que pagar los países subdesarrollados por mantener a la multitud de especies de parásitos que generalmente existen en sus habitantes. Es importante señalar que las costumbres de los pueblos hacen que aumenten o disminuyan algunas parasitosis, como por ejemplo la costumbre de no ingerir carne de cerdo parasitada por larvas de T. Solium que practican algunos pueblos del mundo como el israelita, hace que disminuyan o desaparezcan la teniasis, por el contrario la matanza clandestina de cerdos y la ingestión de carne con "zahuate", "granillo" o "tomatillo" (carne de cerdo cisticercosa) que con estos nombres la piden algunas personas del pueblo de México, por ser más barata y según dicen más sabrosa, incrementa las posibilidades de teniosis, y si además, se practica el fecalismo al aire libre, aumentan las posibilidades de adquirir cisticercosis Es notorio que la simple práctica del lavado de manos antes de comer, así como lavado de frutas y verduras disminuyen considerablemente las parasitosis intestinales.
2. Ecología del parasitismo
El parasitismo que es principalmente el resultado de las interrelaciones entre dos seres vivos, uno de ellos denominado parásito y el otro huésped, hospedero o mesonero, también es influido por las interacciones de los seres vivos antes mencionados y el medio ambiente, interacciones que constituyen la ecología del parasitismo. Al principio cuando se originó la vida, los seres seguramente eran de vida libre, pero a medida que fue pasando el tiempo y la competencia por el espacio, fue mucho mayor; empezaron a realizarse las primeras asociaciones parasitarias (se conocen, mediante el estudio de restos fósiles, asociaciones parasitarias de foraminiféridos- amebas con concha- y algas marinas que datan de hace 550 millones de años) En forma muy amplía, los seres vivos que se comportan como parásitos son, generalmente, microscópicos y están constituidos por grupos moleculares (virus), por una sola célula como las bacterias, rickettsias, hongos y protozoos o por mucha s células agrupadas como es el caso de los helmintos (metazoos) y artrópodos. El estudio de todos los seres vivos sería muy amplio para una sola persona, si es que se requiere profundizar en su conocimiento, por lo que a través del tiempo y para facilitar la investigación de los mismos, se han agrupado tradicionalmente en varias disciplinas: la bacteriología que se ocupa del estudio de bacterias como rickettsias y espiroquetas; la virología, de los virus; la micología, de los hongos y la parasitología, de los parásitos animales (protozoos, helmintos y artrópodos). Entre los seres vivos se distinguen dos grandes grupos: los autótrofos, son aquellos que para vivir requieren de sustancias simples como agua, sales inorgánicas y energía solar para formar materia orgánica (proteínas, azúcares y grasa) como sucede en la mayoría de los vegetales; y los heterótrofos o sea los que utilizan sustancias previamente elaboradas para nutrirse (como azúcares, proteínas, grasas, etc.) y que las obtienen de su medio ambiente. En general los parásitos caen dentro del grupo de los heterótrofos ya que utilizan para vivir las sustancias nutritivas previamente elaboradas por su huésped.
Asociaciones entre los seres vivos De acuerdo a los distintos criterios para enunciar los mismos tipos de asociaciones, los cuales han sido discutidos, por numerosos investigadores como Lapage, Cameron, Baer, Caullery y otros, pero quizás el que explica más claramente el fenómeno de las asociaciones, es el que las agrupa de la manera que a continuación se señala, aunque el aumento de los conocimientos sobre la fisiología y bioquímica animal se han incrementado recientemente en forma considerable, lo que permite conocer a este tipo de asociaciones con bases más profundas en lo que respecta a la dependencia metabólica: Inquilinismo. Asociación entre dos seres vivos, en la cual uno (el inquilino) utiliza como morada las estructuras a cavidades del otro (el huésped) al que no le ofrece ninguna ventaja, cangrejo ermitaño y concha de caracol. Comensalismo. En este tipo de asociaciones, uno de los seres vivos funciona como huésped sin recibir perjuicio ni beneficio, mientras que el otro asociado (comensal) se procura casa y sustento del huésped, ejemplo: Entamoeba Coli y el hombre, en donde la amiba es comensal y el hombre el huésped. Mutualismo. Es la asociación biológica entre dos seres vivos en la que a los asociados se les denomina mutualista y ambos reciben beneficios sin que tengan dependencia necesaria para su existencia, ya que cada uno podría vivir sin la presencia del otro. Ejemplo: anémonas de mar y glifidodones. Simbiosis. Este tipo de asociación biológica que es muy similar a la anterior, ya que existe dependencia necesaria para la supervivencia, es decir, los dos asociados (simbiontes) no pueden vivir separados Depredatismo. En este caso uno de los asociados el depredador (ser de vida libre) se alimenta a expensas del otro asociado llamado presa, a la cual mata e ingiere, ejemplo: León y Cebra. Hiperparasitismo. Asociación biológica la cual un parásito infecta a otro parásito, ejemplo: fago y bacterias patógenas.
Distintos tipos de parasitos De acuerdo con el número de especies animales que les pueden servir de reservorios, a los parásitos los podemos dividir en: Estenoxenos. En los cuales pocas especies de animales les sirven de reservorio; ejemplo: Entamoeba Histolytica que utiliza al hombre como reservorio. Eurixenos. En los que muchas especies animales les sirven de reservorio; ejemplo: Toxoplasma Gondii, al cual le sirven de reservorio: conejos, cuyos, cerdos, gatos, vacas, ratones, etc. De acuerdo con el tipo de ciclo biológico y el tipo de huéspedes requeridos para complementarlo, los podemos diferenciar en: Monoxenos. Son aquellos parásitos que en su ciclo biológico tienen un solo huésped; ejemplo: Enterobius vermicularis cuyo único huésped es el hombre. Polixenos. Parásitos que en su ciclo biológico presentan un huésped definitivo y uno o varios intermediarios. Metaxeno. Es aquel parásito en cuya transmisión interviene uno de sus huéspedes, ya sea el definitivo o el intermediario. Como hemos venido mencionado con frecuencia al huésped, estos también se definen de la siguiente manera: Intermediario. Es el que alberga las formas inmaduras o asexuadas del parásito, por ejemplo: el cerdo para Trichinella spiralis, el hombre para Plasmodium Vivax. Definitivo: Es el que alberga las formas sexualmente maduras del parásito, ejemplo; el mosco Anopheles para Plasmodium. Reservorio. En este huésped se garantiza la supervivencia del parásito en la naturaleza. Transmisor. Que transfiere activamente al parásito de un huésped a otro.
Modalidades Del Parasito La asociación biológica entre dos seres vivos denominado parasitismo puede sufrir un sinnúmero de variaciones o modalidades de acuerdo a distintos conceptos, como por ejemplo: la duración del parasitismo puede ser: Temporal. En la que el parásito momentáneamente depende del huésped. Periódico. En que el parásito en su ciclo biológico alterna la vida libre con la parasitaria. Permanente. En la que el parásito siempre se encuentra en el huésped. Si nos referimos al concepto necesidad al parasitismo se le puede nombrar como: Accidental. En el que el parásito normalmente desarrolla vida libre. Facultativo. En el que el parásito también puede hacer vida libre. Obligatorio. En este caso el parásito siempre está sobre o dentro de su huésped. Si se toma en consideración la ubicación del parásito resulta él: Ectoparatismo. Cuando el parásito se encuentra en el superficie del huésped como sucede con los piojos y el hombre. Endoparasitismo. Cuando el parásito invade el interior del huésped. Intracelular. El parásito crece y se reproduce en el interior de las células. Extracelular. El parásito crece y se reproduce en cavidades o espacios intercelulares como sucede con Entamoeba histolytica cuando se encuentra en la luz del intestino humano. Errático. El parásito se encuentra en localización no habitual como Ascaris Lumbricoides cuando parasita riñones. Pseudoparasitismo. Cuando al hallazgo de artefactos, estructuras u otros seres vivos, se les puede confundir con parásitos verdaderos, lo que permite se haga un diagnóstico erróneo. Se pueden encontrar parásitos en el reino vegetal y animal y considerando que en algunas ocasiones hay superposición de cualidades entre unos y otros, Haeckel, a mediados del siglo pasado, propuso la denominación del Reino Protista para aquellos que no podrían entrar íntegramente a una categoría.
Nomenclatura de las enfermedades parasitarias En general para nombrar a una enfermedad parasitaria, simplemente al nombre del género del parásito se le adiciona el sufijo osis. Así por ejemplo para nombrar a la enfermedad parasitaria producida por el nemátodo Ascaris se dirá Ascariosis; a la producida por Fasciola, se le dirá Fasciolosis, etc. Es pertinente señalar que muchas enfermedades parasitarias reciben nombres comunes, como por ejemplo, la Oncocercosis se le denomina "Enfermedad de Robles", en América a la Leishmaniosis cutánea se le llama "Ulcera de los chicleros" o "picada de la mosca chiclera", éstos sólo son algunos ejemplos. Para escribir correctamente el nombre de un parásito, la primera letra del generó debe ponerse con mayúscula y en singular; ejemplo: Fasciola; el nombre de la especie se escribirá con minúscula: hepática. Tanto el nombre del género como el de la especie deberán ser subrayados o escribirse en letras cursivas si es que no se subrayan. Los nombres de los parásitos no se acentúan ortográficamente. Si se escribe el nombre del género y especie de un parásito todo con mayúscula, entonces no será necesario subrayarlo; por ejemplo: ENTAMOEBA HISTOLYTICA. Los nombres de los parásitos que al principio pueden parecer difícil de pronunciar, a medida que el estudiante se familiariza con ellos, acabará pronunciándolos con fluidez y escribiéndolos correctamente, como es el caso de la pronunciación para un mexicano el nombre de sus volcanes: Popocatépetl e Iztaccíhuatl.
3. Dinámica de transmisión
Transmisión. En las infecciones parasitarias, es la acción de transferir formas infectantes del parásito de un huésped a otro, dando como resultado la infección del segundo. La infección se efectúa por contacto directo, por fomites o por transmisores. Un fomite, es la causa que excita o promueve una cosa; es todo agente físico que transportando mecánicamente a los agentes infectantes, efectúa la transmisión del agente infectante. Los transmisores son generalmente animales artrópodos, que realizan o participan activamente en la trasferencia de formas infectantes de un huésped a otro, dando lugar a la transmisión. Existen varios tipos de transmisores tomando en consideración la evolución del parásito en él, así tenemos a: Transmisor mecánico. (El parásito se reproduce en el transmisor) como es el caso de moscas y cucarachas que solo transportan en sus pelos y cuerdas a los agentes infectantes. Transmisor Biológico desarrollativo. (si el parásito sufre metamorfosis) como los simúlidos para Onchocerca volvulus. Si el parásito se reproduce dentro del transmisor, entonces será un transmisor biológico reproductivo, como es el caso del Trypanosoma cruzi dentro de las triatomas. Sí además de reproducirse dentro del transmisor los parásitos también sufren un ciclo, entonces será Transmisor biológico ciclo reproductivo, como el mosquito Anopheles, para los Plasmodium sp. Infección es la entrada, desarrollo y/o multiplicación de un agente infectante en un huésped. Infestación, desde el punto de vista de la parasitología humana, este término se refiere a la presencia de artrópodos sobre la piel y anexos.
Condiciones favorables y desfavorables Para que un organismo parásito pueda desarrollarse dentro de un huésped determinado, este debe conservar los procesos metabólicos adecuados por encima del umbral mínimo que permitan sobrevivir y mantener al parásito para que se lleve a cabo su desarrollo y reproducción en el huésped específico. Los metabolitos normales del huésped, tales como vitaminas, aminoácidos, ácidos grasos etc., van a suministrar el alimento necesario para el parásito. Sí los factores metabólicos y otras condiciones son favorables para el desarrollo parasitario, puedan determinar la susceptibilidad innata del huésped que es el equilibrio entre las substancias metabólicas que inhiben y las que promueven el desarrollo del parásito, por tal motivo las condiciones serán propicias o adversas para su desarrollo. Las enfermedades parasitarias a menudo van acompañadas de un descenso general de reducción de la resistencia a nuevas infecciones del huésped, por lo que es evidente que si el reducido, también lo estará la capacidad para evitar nuevas infecciones. La reducción de la resistencia, puede así mismo, ser resultado de una infección parasitaria interna o de larga evolución. Indudablemente que las infecciones secundarias se propician cuando existen lesiones en los tejidos del huésped, causadas por los parásitos tal como sucede con los protozoos, helmintos y artrópodos que agreden la piel y mucosa, destruyendo de esta manera las primeras líneas de defensa y facilitando la penetración y establecimiento de otros microorganismos. La dieta es un factor importante, ya que por estudios realizados se ha podido concluir que la desnutrición proteica del huésped, lo hace más vulnerable a las infecciones parasitarias. En general un huésped bien nutrido es menos factible de ser parasitado que un desnutrido, a consecuencia que al desarrollarse intensamente las parasitosis, se propiciarán más infecciones en otros huéspedes ya que un transmisor se infectará más fácil en una buena fuente de infección y garantizando así la continuación del ciclo biológico, ya que se llevará a cabo más fácilmente, porque el número de formas infectantes serán muy abundantes.
Barreras Ecologicas Cuando una especie de huésped está dividida en dos grandes grupos de población separados geográficamente y en diferentes ambientes ecológicos, los parásitos respectivos también presentan diferencias, esto nos está indicando que el ambiente influye sobre el huésped y éste a su vez sobre el parásito. Hay barreras ecológicas y genéticas que en determinado momento impiden la infección de especies filogenéticamente cercanas aunque ocupen la misma región geográfica. El parásito puede ser incapaz de desarrollarse en otro huésped que no sea el adecuado por varias circunstancias, tales como:
- Falta o ausencia de ciertas condiciones necesarias para su desarrollo, como son el oxígeno, alimento, agua, temperatura, presión osmótica, etc.
- Resistencia del huésped, es decir, presencia de ciertos factores o condiciones como inmunidad, edad, barreras mecánicas, etc., el huésped puede modificar sus tejidos y alterar su metabolismo durante su adaptación al parásito, ya que el fracaso del huésped puede modificar sus tejidos y alterar su metabolismo durante su adaptación al parásito, ya que el fracaso del huésped para adaptarse adecuadamente al parásito dará como resultado debilidades, incapacidad, enfermedad o muerte.
- Incapacidad del parásito para penetrar la superficie externa del huésped.
D) Presencia de otros parásitos; un huésped puede ser infectado por muchas especies de parásitos, pero en ocasiones solamente una o algunas especies de éstos se encuentran en un huésped a la vez. E) Invasividad del parásito, condición que en algunas circunstancias puede ser incrementada.
Habitos Y Costumbres La mayor parte de las parasitosis por protozoos y helmintos del tubo digestivo del hombre, así como algunas extraintestinales, se originan por los hábitos y costumbres higiénicas deficientes como la práctica del fecalismo al ras del suelo, en donde junto con las materias fecales se depositan quistes de protozoos o huevos de helmintos, que son infectantes desde el momento de su expulsión o requieren de cierto tiempo para su maduración, pero que de una u otra forma el fecalismo es el disparador de la presencia de estás parasitosis en el hombre junto con otros favores, que pueden ser biológicos, tales como las características ecológicas y fundamentalmente la vegetación; físicos como temperatura, precipitación, humedad, suelo, etc. Y socioeconómicos como nivel económico, tipo de habitación, uso de calzado, etc., importante está constituida por aquellas personas infectadas que se dedican al manejo de alimentos en la vía pública o en restaurantes, ya que el preparador de dichos alimentos es de hábitos higiénicos deficientes, esto mismo también es válido para las amas de casa, por lo que en determinado momento se observan epidemias familiares de algunas parasitosis, situación que es favorecida por el hacinamiento, como sucede en cárceles, orfanatos, manicomios o casas de familias numerosas, siendo por otro lado más frecuente en las zonas rurales, donde no se cuenta con los elementos necesarios para una adecuada higiene personal, familiar o comunitaria. En algunos países, el riesgo de sembradíos se hace con aguas negras, por lo que las formas infectantes pueden quedar alojadas en algunos productos que se cultivan al ras del suelo, como las legumbres que al llegar al consumidor son un mecanismo de infección de parásitos intestinales. El vector que puede ser de varios tipos, juega un papel importante en la dinámica de transmisión, ya que en muchos casos cuando éste es eliminado se corta el ciclo biológico del parásito. El transmisor al igual que el huésped, debe reunir ciertas características para que el parásito se desarrolle, reproduzca o simplemente sea transportado por éste, como es el caso de las moscas que en sus pulbillos acarrean formas infectantes hacia los alimentos; también son importantes sus hábitos alimenticios y de reposo
Distribucion de huespedes y parasitos El conocimiento de la distribución y diseminación de las poblaciones naturales de huéspedes y parásitos, es un aspecto importante desde el punto de vista biológico y de control. La distribución de una especie depende de:
- La edad de la especie, ya que cuanto más antigua sea, más tiempo ha tenido para dispersarse.
- La capacidad del parásito para vivir separado en determinado momento de su huésped o para soportar el cambio de medio ambiente que éste experimenta, así tenemos que agentes físicos, químicos y mecánicos, son factores que puedan producir efectos sobre los parásitos adultos, sus formas larvarias o sobre la disponibilidad de huéspedes tanto intermediarios como definitivos.
La distribución de los parásitos o sus huéspedes está relacionada con el ambiente ecológico determinado o modificado por la latitud, longitud y estación del año, temperatura y humedad son factores importantes que influyen sobre la supervivencia y dispersión de determinados parásitos como las uncinarias, estrongiloides o sobre quistes y huevos. Para la distribución y establecimiento de las parasitosis en nuevos sitios, es indispensable la existencia de huéspedes susceptibles, como es el caso de Schistosoma mansoni que en la actualidad se ha extendido extraordinariamente. Otro factor que interviene en la distribución de los parásitos es el aire, ya que es un medio de transporte aunque no muy efectivo sí es importante, en la diseminación de algunas formas infectantes con cierto grado de resistencia a la desecación.
Mecanismos De Transmision El agua es fundamental en la distribución de ciertas formas infectantes, ya que determinado momento este mecanismo es el responsable de la aparición de episodios epidémicos en zonas de baja endemicidad y participa junto con otros factores al mantenimiento de un elevado nivel endémico, sobre todo en zonas o comunidades donde el aprovisionamiento de agua es a través de colecciones a nivel mas elevado que el de la población, ésta llega través de canales parcialmente contaminados con el arrastre hacia su interior de formas infectantes. Al igual que los animales, las migraciones humanas especialmente a los trópicos y zonas subtropicales, o las migraciones a los lugares fabriles (industriales) o de cosecha en el campo, intervienen en la diseminación de la parasitosis y en el aumento o aparición de parásitos y en el aumento o aparición de parásitos en nuevas localidades, como ejemplo de esto, tenemos a la malaria, estableciéndose en estos sitios cuando encuentran ambiente ecológico favorable, costumbres de la población propicias y huéspedes intermediarios adecuados. La introducción, evolución e intensificación de los medios de transporte, aumenta la oportunidad del hombre de introducir inconscientemente formas infectantes desde sus hábitats naturales a sitios o regiones favorables para su desarrollo. Por aspiración de gotitas de Pflügger se puede transmitir Pneumocistis carinii y Toxoplasma gondii, en cambio con el polvo, aunque no es tan importante, pueden transmitirse quistes de protozoos y huevos viables de helmintos. A través de las mucosas se puede llevar a cabo la transmisión de protozoos como Entamoeba gingivalis, Trichomonas tenax por contacto directo o por medio de transmisiones sanguíneas se pueden producir infecciones con Plasmodium sp. Y Trypanosoma cruzi. La vía cutánea puede ser utilizada como salida o como entrada de los parásitos, ya sea por esfuerzo propio o por medio de un artrópodo transmisor. Asimismo, existen helmintos parásitos, son incapaces de continuar el desarrollo; sin embargo, sobreviven y se mueven a través de las capas cutáneas por considerables períodos de tiempo, pudiendo ser verdaderos miembros de la comunidad cutánea por tiempos indefinidos, en donde originan alteraciones de distinta naturaleza, con frecuencia infecciosa secundarias Algunas larvas de parásitos cuyo huésped definitivo es el hombre, están adaptadas a las condiciones de la piel humana causando únicamente pequeña reacción durante la penetración, ya que la atraviesan rápidamente hasta llegar a los vasos de los tejidos profundos, en cambio algunas larvas de parásitos no humanos, pueden penetrar la piel humana, pero son incapaces de desarrollarse en este huésped no habitual, por lo que mueren rápidamente, es el caso de las cercarias de Schistosoma sp. no humanas que penetran el estrato córneo de la piel, pero cuando alcanzan la capa germinativa se detienen y mueren originando una reacción inflamatoria aguda, con infiltración de células plasmáticas, conocida como dermatitis de los nadadores, la residencia en la piel es por lo tanto temporal y de corta duración. La penetración de las larvas tiene lugar principalmente cuando el agua se está evaporando de la superficie cutánea y es acompañada de sensación de ardor, posteriormente se presenta prurito de gran intensidad seguido de máculas y pápulas en el sitio de penetración, en infección repetida se desarrolla hipersensibilidad y aumenta la severidad de los síntomas con frecuentes infecciones secundarias. Al exponerse la piel del hombre a la tierra o arena sombreada donde han defecado perros o gatos infectados con estos parásitos, las larvas filariformes que se encuentran en la superficie del suelo invaden la piel produciendo trayectos serpiginosos (dermatitis verminosa reptante) El conocimiento de la dinámica de transmisión y de la naturaleza de los factores biológicos, físicos o socioeconómicos que actúan en cada parasitosis son fundamentales para instituir medidas de control, prevención o erradicación de dichos problemas.
4. Zoonosis Parasitarias
El término zoonosis fue introducido por Virchow a la terminología médica para designar a las enfermedades de los animales cuyos agentes etiológicos pueden ser transmitidos al hombre. Un grupo de expertos reunidos en 1959 por la OMS definió la zoonosis como infecciones y enfermedades, cuyo agentes etiológicos son naturalmente transmitidos entre los animales vertebrados y el hombre.
Clasificacion De Las Zoonosis Existen varias clasificaciones propuestas por diversos autores, cuyos principales objetivos» han sido los de señalar el sentido en que ocurre la transmisión y cuál de los huéspedes constituye el principal reservorio. Graham en 1958, clasificó a las zoonosis en: Euzoonosis parazoonosis. Las euzoonosis «son aquellas zoonosis cuyos agentes etiológicos son transmitidos entre los animales y eI hombre, en las cuales, este último ocupa una parte esencial en el ciclo biológico del agente etiológico; ejemplo: T. solium y T. saginata. Las parazoonosis son aquéllas en las cuales «eI hombre sólo se ve involucrado accidentalmente, ejemplo: toxocariosis. Nelson. en 1960, propuso una nueva clasificación basada en la dirección en que ocurre la transmisión y dividió a las zoonosis en: antropozoonosis, Zooantroponosis, anfixenosis y euzoonosis." Las antropozoonosis, abarcan las enfermedades o infecciones del hombre, naturalmente adquiridas de otros vertebrados, donde» el principal reservorio del parásito es el animal y el hombre sólo participa como huésped accidental; ejemplo: rabia, peste, hidatidosis, triquinosis, etc. Zooantroponosis son aquéllas cuyos agentes etiológicos son naturalmente adquiridos del hombre, donde éste es el reservorio y los vertebrados sólo huéspedes accidentales; ejemplo: amibiasis en perros, tuberculosis de origen humano en aves o en bovinos. Las anfixenosis, incluye las enfermedades o infecciones cuyos agentes etiológicos son transmitidos naturalmente entre el hombre y los animales vertebrados, en donde el parásito es mantenido indistintamente por el hombre o por los animales, ejemplo: tripanosomiosis. Las euzoonosis incluyen a las enfermedades en las que existen asociaciones obligadas entre hombre y animales en donde aquél actúa como huésped definitivo y los animales como intermediarios del mismo parásito, tal como lo había descrito Graham, en 1958. Schwabe, en 1964, propuso una clasificación más completa basándose en el ciclo biológico del agente etiológico y que por su utilidad didáctica es la más aceptada en la actualidad: Zoonosis directa. Son las enfermedades e infecciones cuyos agentes etiológicos son transmitidos de un huésped vertebrado infectado a otro vertebrado susceptible, por contacto o transmisión mecánica. En estas zoonosis, el parásito no sufre o sólo sufre una pequeña alteración y no se modifica durante su transmisión; ejemplo: rabia, otras virosis, bacteriosis, micosis superficiales y enterobiosis. Ciclozoonosis. En éstas existe necesidad de más de un huésped vertebrado pero no de un invertebrado, para completar el ciclo biológico del parásito. La mayoría de estas zoonosis son causadas por céstodos. Las metazoonosis, son las zoonosis en las que el agente etiológico es transmitido por artrópodos. En las metazoonosis siempre existe un período de incubación extrínseca en el invertebrado precediendo a la transmisión del huésped vertebrado; ejemplo: enfermedad de Chagas, malaria, etc.
Repercusion De Las Zoonosis En una reunión del Comité de Expertos de la OMS, celebrada en 1978 se discutió la enorme repercusión que tienen las zoonosis, sobre la economía mundial especialmente sobre la de los países subdesarrollados, incluso en algunos de ellos se calcula que el 90% de la población está expuesta a contraer este tipo de enfermedades. En los países tropicales y subtropicales las zoonosis parasitarias son grandemente prevalentes, especialmente entre los niños a los que cobran un doble tributo, ya que además de producirles enfermedades que afectan severamente su nutrición, reducen considerablemente a las de por sí escasas fuentes locales de proteínas animales al afectar también a los vertebrados utilizados para su alimentación. Otro rubro importante de pérdidas económicas lo constituye el tener que desechar carnes, pescado y otros productos animales cuando se sabe que están infectados por parásitos causantes de zoonosis graves. Las pérdidas económicas se acentúan cuando se obstaculiza la exportación de alimentos en las zonas endémicas de hidatidosis, cisticercosis, y triquinosis. Además se debe tener en cuenta la enorme repercusión sobre la salud y economía de estos pueblos, por las enfermedades que afectan a sus animales, que además de enfermar al ganado vacuno, lo hacen sobre los animales de carga y tiro que todavía suponen un porcentaje elevado de la fuerza total de tracción en el mundo.
Factores que influyen en la presencia de las zoonosis En el incremento de las zoonosis tiene particular importancia la modificación de los ecosistemas naturales por el hombre. Así como la contaminación ambiental por materia orgánica (fecalismo al aire libre). Otros factores importantes son la ignorancia, el tipo de trabajo y las costumbres; lo que se puede apreciar claramente en la hidatidosis, donde el hombre al desarrollar una oveja y encontrar las vísceras enfermas, lejos de destruirlas, se las ofrece a sus perros o como sucede entre los turkamas, un pueblo pastor de Kenya, donde los cadáveres humanos se abandonan por costumbres religiosas a perros o hienas, por lo que la infección humana ayuda a perpetuar el ciclo biológico de Echinococcus granulosus. El consumir carne, pescado o mariscos crudos (ceviche), incrementa importantemente el riesgo de contraer zoonosis. Los chicleros y madereros, en el sureste de México, están mucho más expuestos a contraer la leishmaniosis cutánea que cualquier otro tipo de trabajador. Los alimentos y el agua desempeñan un papel preponderante en la transmisión de zoonosis parasitarias, incrementando el riesgo de infección ciertos hábitos alimentarios. El Comité de Expertos de la OMS en aspectos microbiológicos de los alimentos, reunidos en 1976, clasificó los parásitos transmitidos por los alimentos en dos categorías:
- Parásitos cuyos formas infectantes se encuentran naturalmente en los alimentos (carne, pescado, moluscos, etc.)
- Parásitos procedentes del medio ambiente (suelo o agua) de los animales y de los manipuladores de alimentos, cuyas formas infectantes contaminan los alimentos.
Parasitologia Clinica De Tay-Lara
Autor:
Alejandro De Jesús Rios Sánchez
Villahermosa, Tabasco México