5. Teorias de la identidad.
Torregrosa señala que la identidad es identificación, identificación desde otros y que nuestra identidad es, con anterioridad nuestra, personal una identidad para otros. Solo desde los otros podemos tener noticia inicial de quiénes somos. La realidad radical de nuestra identidad personal no es nuestro cuerpo, en el que obviamente tiene que apoyarse, sino las relaciones específicas con que hemos estado respecto de los otros.
La individualidad personal y su identidad son una construcción social, una realidad social.
Al abordar a Blumer, toma en consideración que el interaccionismo simbólico descansa en tres supuestos fundamentales, el primero es que los hombres se relacionan con las cosas y con ellos mismos, de acuerdo con los significados que tienen para ellos. El segundo supuesto es el que esos significados se derivan o surgen en el proceso de interacción social. Y el tercero el de que la utilización y modificación de esos significados se produce a través de un proceso activo de interpretación de la persona al tener que vérselas y tratar con los objetos de su entorno. De aquí se deduce que la identidad personal surge a través de un proceso social.
Cooley, desarrolla el concepto del yo – espejo o del yo – reflejado, y refiere que el sentimiento, de autovaloración o cualquiera otra idea que tienda a formar el concepto de sí mismo la autoidentificación o identidad personal surge a través de la captación de la imagen de uno mismo en el otro, pone de manifiesto, como el yo, deviene en objeto, para sí mismo desde otro.
Mead otorga un papel fundamental al lenguaje en la emergencia y constitución de la realidad social. Para él la persona no sólo surge de un contexto social sino que es, en sí misma una construcción social y una estructura social. La adopción o experimentación de la actitud de otro es lo que construye la conciencia de sí. Para que la persona se constituya plenamente es necesario, además de asumir la actitud de los otros aisladamente, adoptar la actitud de la comunidad o grupo de la que forma parte como un todo. Mead no solo sitúa el campo de la identidad en el nivel de las relaciones interpersonales, sino en el de la organización social y la cultura. Esta matriz sociocultural, cuya apropiación individualizada es, el otro generalizado, hace posible la comunicación simbólica y a través de ella el surgimiento de la persona. El proceso comunicativo que posibilita el surgimiento de sí mismo se instaura en la interioridad misma de la persona. El diálogo lo llevaran a cabo las dos instancias que el autor distingue en el sí mismo: el yo y el mí. El yo es la instancia actuante, expresiva, espontánea, la que en cada momento representa la iniciación del acto; el mi es la incorporación de las actitudes de los otros hacia mi mismo, el otro generalizado, que responde, evalúa y controla lo que el yo hace. El mi establece el marco en el que el yo, tiene que actuar, el yo es la reacción del organismo a las actitudes de los otros, el mi es la serie de actitudes organizadas de los otros que adopta uno mismo.
Este autor proporciona una visión sociologista de la personalidad que elimina la individualidad específica de la persona concreta al disolverla en el contexto de sus determinaciones sociales. Su objeto fue mostrar ese necesario entronque de lo individual en lo colectivo y viceversa.
Goffman amplía la perspectiva desde el proceso de socialización primaria. Señalando que en toda situación de interacción el individuo proyecta una definición de la misma de la cual forma parte importante su propia autodefinición; ésta tiene que ser revalidada por los otros partícipes en la misma.
El yo, tiene, para esta autor dos aspectos: uno como actor y otro como carácter, imagen o persona que se intenta representar, un yo – actor y un yo – actuado o representado. El primero es el que programa y prepara los detalles de la representación y el segundo el que resulta proyectado en la representación misma. Además distingue tres niveles en el proceso de conformación y funcionamiento de la identidad estigmatizada.: el de la identidad social, el de la identidad personal y el de la identidad del yo.
Por identidad social entiende el carácter o rasgos atribuidos desde indicios o señales que una sociedad emplea normalmente para establecer amplías categorías o clases de personas. Se trata de identidad personal en tanto que identificación por los otros por medio de determinadas marcas o señas que las sirven de referencia. La identidad personal se apoya en el supuesto de que un individuo, puede ser distinguido de todos los demás, y de que entorno a todos estos medios de diferenciación puede adherirse una historia continua y única de hechos sociales. Ambas identidades la social y la personal están íntimamente entrelazadas. La identidad del yo hace referencia a las concepciones y valoraciones de la propia persona sobre sí misma.
También realiza el análisis de los roles sociales lo cual permite una segmentación y diferenciación de los sistemas sociales en unidades o constelaciones más directamente observables que la totalidad de las que forman parte. Desde el punto de vista psicosociológico la relevancia del concepto de rol se deriva de su naturaleza relacional, del hecho de que además de constituir una unidad distinguible del sistema social tiene como contrapartida una interiorización del mismo, un rol interiorizado o una identidad o sub-identidad personal. Sirve de vehículo de inserción de la personalidad en la estructura social. Infiere que en el concepto de rol pueden ir implicados varios componentes y niveles de análisis: a) en tanto que contrapartida del status o de la posición social, y, por tanto, como unidad de la estructura sociocultural, el rol constituye una especificación de las prescripciones a las que la conducta del ocupante de dicho status debe atenerse; b) las expectativas del rol, el contenido normativo no es contemplado desde las normas que lo conectan con la estructura sociocultural, sino de desde las expectativas que los ocupantes de los roles complementarios tienen sobre los ocupantes del rol focal; c) el concepto de rol desde su actuación y eventual elaboración en la interacción. En este sentido los roles se definen como pautas de conducta reiterativas, pero que se configuran específicamente en la interacción social concreta; subrayando su carácter procesual y dinámico.
Goffman se refiere a los estigmas y considera que una posibilidad fundamental en la vida de una persona estigmatizada es la colaboración que presta a los normales al actuar como si su diferencia manifiesta careciera de importancia y no fuera motivo de una atención especial. Señala también que la segunda posibilidad importante en la vida de una persona estigmatizada aparece cuando su diferencia no se revela de modo inmediato y no se tiene de ella un conocimiento previo, es decir, cuando no se trata en realidad de una persona desacreditada sino desacreditable. El problema consiste en manejar la información que se posee acerca de su deficiencia. Otro sería el encubrimiento, donde la persona oculta información sobre su identidad personal, recibiendo y aceptando un trato sobre suposiciones falsas respecto de su persona, que desacreditan al yo.
La información es reflexiva y corporizada, es trasmitida por la misma persona a la cual se refiere y ello ocurre a través de la expresión corporal. Los símbolos de prestigio pueden contraponerse a los símbolos de estigma, aquellos signos especialmente efectivos para llamar la atención sobre degradante incongruencia de la identidad. Los signos que trasmiten información social varían según sean o no congénitos y, en caso de que no lo sean según que, una vez empleados se conviertan o no en una parte permanente de la persona. Los signos no permanentes empleados sólo para transmitir una información social pueden o no utilizarse contra la voluntad del informante, en caso afirmativo tienden a ser símbolos de estigma.
También plantea el problema de la visibilidad de un estigma particular es decir, en qué medida ese estigma sirve para comunicar que el individuo lo posee. En primer lugar hay que distinguir la visibilidad de un estigma de su conocimiento. Cuando un individuo posee un estigma muy visible, el simple contacto con los demás dará a conocer dicho estigma. Pero el conocimiento que los demás tienen de él dependerá de otro factor además del de la visibilidad corriente, en segundo lugar la visibilidad debe distinguirse a su imposición por la fuerza. Cuando un estigma es inmediatamente perceptible sigue en pié el problema de determinar hasta que punto interfiere con el fluir de la interacción. En tercer lugar es separar la visibilidad de un estigma de ciertas de posibilidades de lo que podría denominarse foco de percepción. En conclusión al hablar de visibilidad hay que distinguirla entonces de otros problemas: el conocimiento del atributo, la fuerza con la que se impone y su foco de percepción.
En todo del problema del manejo del estigma influye el hecho de que conozcamos o no personalmente al individuo estigmatizado, para tratar de describir en qué consiste esa influencia es indispensable formular el concepto de identidad personal. Es sabido que dentro de los círculos sociales pequeños y de larga data cada uno de los miembros llega a ser conocido por los demás como una persona única. El término único entraña ideas de importancia.
Una idea implicada en la noción de unicidad es la de una marca positiva o soporte de la identidad, como por ejemplo la imagen fotográfica que tienen los demás de un individuo o el conocimiento de su ubicación especial dentro de una determinada red de parentesco. La segunda idea implicada en la noción de unicidad es que, la mayoría de los hechos particulares relativos a un individuo también puede aplicarse a otros, advertimos que en ninguna otra persona en el mundo, se encuentran combinados, la totalidad de los hechos que se dan en aquella que conocemos íntimamente, este es un recurso más que permite distinguirla positivamente de cualquier otra. Según una tercera idea lo que distingue a un individuo de todos los demás es la esencia de su ser, un aspecto general y central de su persona que lo hace enteramente diferente de quienes más se le asemejan.
El autor entiende por identidad personal las dos primeras ideas; las marcas positivas o soportes de la identidad y la combinación única del ítem de la historia vital, adherida al individuo por medio de esos soportes de su identidad. La identidad personal se relaciona, entonces, con el supuesto de que el individuo puede diferenciarse de todos los demás y que alrededor de este medio de diferenciación se adhieren y entrelazan los hechos sociales de una única historia continua. La identidad personal puede desempeñar un rol estructurado, rutinario y estandarizado de la organización social precisamente a causa de su unicidad.
6. Las actitudes y el cambio actitudinal
Vander Zanden determina que una actitud es una tendencia o predisposición adquirida y relativamente duradera a evaluar de determinado modo a una persona suceso o situación y actuar en consonancia con dicha evaluación. Constituye una orientación social, una inclinación subyacente a responder a algo de manera favorable o desfavorable. En tal sentido una actitud es un estado de ánimo.
Los psicólogos sociales disciernen tres elementos componentes en una actitud. El componente cognoscitivo que es el modo en que se percibe un objeto, suceso o situación; los pensamientos, ideas, creencias que un sujeto tiene a cerca de algo. Cuando el objeto de la actitud es un ser humano, el componente cognitivo con frecuencia es un estereotipo, vale decir un cuadro mental que nos forjamos de una persona o de un grupo de personas. Lo que se hace es tipificar a individuos y grupos en juicios de tipo abarcador. Si bien los estereotipos son convenientes tienen una importante falle carecen de exactitud. Son generalizaciones acientíficas. El componente afectivo de una actitud consiste en los sentimientos o emociones que suscita en un individuo la presentación efectiva de un objeto, suceso o situación, o su representación simbólica. El nivel emocional se diferencia del cognitivo pero ambos pueden presentarse juntos. El componente conductual es la tendencia o disposición a actuar de determinada manera con referencia a un objeto, suceso o situación. La definición pone el acento en la tendencia no en la acción en sí.
En cuanto a la funciones de las actitudes Kats define cuatro tipos: función de adaptación, los seres humanos procuran maximizar las recompensas y minimizar las penalidades, por lo tanto desarrollan actitudes que los ayudan a cumplir con ese objetivo. Tienden a favorecer a partidos o candidatos políticos que promuevan su fortuna económica. Función de defensa del yo, ciertas actitudes sirven para protegernos de reconocer variedades básicas sobre nosotros mismos o sobre la dura realidad de la vida. Actúan a manera de mecanismo de defensa evitándonos padecer un dolor interior uno se esos mecanismos es la proyección: atribuimos a otros ciertos rasgos nuestros que consideramos inaceptables y hacerlo así nos disociamos de tales rasgos. Función de expresión de valores, estas actitudes nos ayudan a dar expresión positiva a nuestro valores centrales y al tipo de persona que imaginamos ser; refuerzan nuestro sentimiento de autorrealización y expresión de sí. Función de conocimiento, en la vida procuramos alcanzar cierto grado de orden, claridad en nuestro marco personal de referencia, buscamos comprender los acontecimientos que nos afectan y conferirles sentido. Las actitudes nos ayudan al suministrarnos patrones de evaluación, mientras que los estereotipos nos brindan orden y claridad respecto de las complejas y desconcertantes cuestiones que obedecen a las diferencias humanas.
La teoría funcionalista de este autor ayuda a explicar también el cambio actitudinal. La modificación o reemplazo de una actitud vieja por otra nueva es un proceso de aprendizaje, y el aprendizaje parte siempre de un problema o de las dificultades de un sujeto para ser frente a una situación. El cambio actitudinal no procede de la modificación en la información de la persona o en su percepción de un objeto sino más bien de la que sufren las necesidades de su personalidad y sus motivaciones subyacentes.
Muchos investigadores han dado por sentado que las actitudes ocupan un lugar decisivo en nuestra conformación mental y como consecuencia, afectan nuestra manera de actuar. Desde este ángulo, las actitudes son motores poderosos que brindan la energía para nuestro comportamiento y lo dirigen; nos aprontan para cierta clase de acción. Entender nuestras actitudes es entender nuestra conducta, ya que las mismas permiten predecir con bastante exactitud nuestras acciones.
Concepto de representaciones sociales.
El concepto de representaciones sociales designa una forma de pensamiento social; son modalidades de pensamiento práctico orientadas hacia la comunicación, la comprensión y el dominio del ambiente social, material e ideal.
El estudio de las representaciones sociales se focaliza en la manera en la cual los seres humanos tratan de aprehender y entender las cosas que los rodean y de resolver los rompecabezas comunes sobre su nacimiento, su cuerpo, sus humillaciones y el poder al cuál se someten. El ser humano que nos presenta este modelo es un productor de informaciones y significados.
Moscovici distingue tres condiciones en las cuales es posible de calificar de social una representación:
Cuando se trata de señalar su extensión es una colectividad, el criterio adoptado en este caso cuantitativo.
Cuando se quiere considerarla como la expresión de una organización social: el criterio es un criterio de producción.
Cuando analizamos su contribución propia en el proceso de formación y orientación de las conductas y comunicaciones sociales: el criterio es un criterio funcional.
La representación social es una teoría que integra los conceptos de actitud, opinión, estereotipos, imagen, etc. , logrando llegar a un todo que es más que la suma de las partes; son una forma particular de conocimiento.
Jodelet señala dos aspectos básicos para su definición, por un lado las representaciones sociales son una forma de conocimiento y por otro lado son, una forma de reconstrucción mental de la realidad. Como forma de conocimiento las representaciones sociales aluden a un proceso y a un contenido. Como proceso son una forma particular de adquirir y comunicar conocimientos y como contenidos son una forma particular de conocimiento. Como forma de reconstrucción mental de la realidad aluden al intercambio de información con otras personas.
La realidad en la cual vivimos está cargada de significados y cada uno de nosotros piensa y responde a esa realidad escogiendo un significado entre varios que coexisten.
Lo familiar, lo conocido, nos sirve como base para comparar y entender lo que sucede alrededor de nosotros, por lo que el principio de la representación es convertir en familiar algo que hasta entonces nos resultaba extraño.
Tres factores afectan la organización de una representación: 1- la dispersión de la información, nunca poseemos toda la información necesaria o existente sobre un objeto socialmente relevante. 2- presión a la inferencia, en la medida en que un nuevo objeto, situación o evento adquiere relevancia dentro de un grupo social, los miembros de ese grupo exigen de los demás el conocimiento de ese objeto. 3- el grado de focalización se refiere al grado de implicación o de interés que tiene un objeto dentro de un grupo social.
Se distinguen dos formas de determinación social de una representación: una central y otra lateral. A- central: se refiere a la influencia de las condiciones socio – económicas e históricas de una sociedad global sobre la representación. B- lateral: no sólo el contexto global condiciona la representación, también el colectivo particular y el individuo singular imprime en ella sus huellas. Las representaciones son totalidades heterogéneas en su contenido y su estilo, inacabadas y dinámicas.
Consideramos importante señalar que la determinación lateral cobra importancia en la medida en que aumenta el grado de democracia y de movilidad dentro de una sociedad; mientras que la determinación central adquiere mayor relevancia en la medida en que aumenta el grado de totalitarismo e inmovilidad dentro de una sociedad.
Estereotipos, prejuicios y discriminación.
Los estereotipos en esencia son creencias referidas a grupos, que a su vez se crean y comparten en y entre los grupos dentro de una cultura; sería el conjunto de atributos asignados a un grupo o categoría social. Suele ser considerado el componente cognitivo del prejuicio, la relación entre estereotipo y prejuicio ni es indisoluble ni es necesariamente inevitable, es decir que puede existir un estereotipo sin una actitud social de naturaleza prejuiciosa. Los estereotipos tienen un valor funcional y adaptativo, pues simplifican y ordenan nuestro medio social, lo cual facilita una comprensión más coherente del mismo, incluso su predicción a la vez que ahorramos esfuerzo analítico y tiempo. Facilitan identidad social e integración grupal y el ajuste a unas normas sociales: el estar integrado a un grupo, facilita la identidad social del individuo y un modo de ser aceptado por el grupo e integrarse en él, es aceptar e identificarse con los estereotipos predominantes en dicho grupo.
Los prejuicios son: creencias con una orientación y evaluación negativa, en relación, a una categoría social. La discriminación es el comportamiento derivado del prejuicio.
Pichón Riviere, define al vínculo como la manera particular en que un sujeto se conecta o relaciona con el otro o los otros, creando una estructura que es particular para cada caso y para cada momento. La relación de objeto es la estructura interna del vínculo, por lo tanto un vínculo es un tipo particular de relación de objeto; la relación de objeto está constituida por una estructura que funciona de una determinada manera. Es una estructura dinámica en continuo movimiento, que funciona accionada o movida por factores instintivos, por motivaciones psicológicas. El vínculo incluye la conducta. Dice el autor que se puede definir al vínculo como una relación particular con un objeto, de esta relación particular resulta una conducta más o menos fija con ese objeto, la que forma una pauta de conducta que tiende a repetirse automáticamente tanto en la relación interna como en la relación externa con el objeto. Por lo dicho existirían dos campos psicológicos en el vínculo: campo interno (psiquiatría – psicoanálisis), campo externo (psicosocial).
El vínculo es un concepto instrumental en psicología social, que toma una determinada estructura y que es manejable operacionalmente. El vínculo es siempre un vínculo social, aunque sea con una persona a través de la relación con esa persona se repite una historia de vínculos determinados en un tiempo y en espacios determinados. El vínculo se relaciona luego con la noción de rol de status y de comunicación.
Se podría decir que un vínculo está preponderantemente en relación con el ELLO. En relación con el YO el vínculo es más operacional o que tiene más sentido del manejo de la realidad y en relación al SUPER – YO el vínculo es más culpógeno.
Vinculo y teoria de las tres d (depositante, depositario, depositado), rol y status.
Toda actividad mental de un sujeto está dedicada a establecer una comunicación, para establecerla necesita depositar parte de él en el otro. La labor del terapeuta reside en captar la comunicación, hacerse cargo de ella y trabajar con ella como un riel.
Para esto el terapeuta debe colocarse de una manera particular, como un recipiente abierto, dispuesto a controlar y cuidar lo depositado en él. El recibir no es un proceso mecánico sino un hacerse cargo de lo depositado en él. El primer contacto establecido va a quedar como muestra de contactos posteriores.
El temor de las cosas tomadas del sujeto o las propias colocadas en él con la finalidad de establecer un vínculo, y en la medida en que se produzca un entrecruzamiento entre ambos, es lo que hace que el terapeuta quede encerrado en la locura del paciente y contaminarse con ella.
Todo el psiquismo y toda la personalidad del sujeto, se expresan a través de gestos que tienen una significación simbólica total.
El rol es una función particular que el paciente intenta hacer llegar al otro. En la vida de relación siempre asumimos roles y adjudicamos roles a los demás y asumimos varios roles al mismo tiempo. Se establece un interjuego permanente entre el asumir y el adjudicar. Todas las relaciones interpersonales en un grupo social, en una familia, etc., están regidas por un interjuego permanente de roles asumidos y adjudicados. Esto nos crea la coherencia entre el grupo y los vínculos dentro de dicho grupo.
Mead sostiene que cada uno de nosotros tiene un mundo interno poblado de representaciones de objetos en el que cada uno está cumpliendo un rol y esto es lo que hace posible la predicción de la conducta de los demás. Cada integrante del grupo tiene una función y una categoría determinada. La función, el rol y la categoría y el nivel de esa función configura el status. Se llama status social al nivel del rol en términos de alto, bajo. El status tiene que ver con el prestigio. Los conceptos de rol y status están estrechamente relacionados: el aspecto cualitativo representa el rol y el aspecto cuantitativo representa el status. El nivel es el status y las características están dadas por el rol.
Para que se establezca una buena comunicación entre dos sujetos, ambos deben asumir el rol que el otro le adjudica.
En términos de roles podemos expresar que el insight por la toma de conciencia de ese doble juego de roles, el que está asumiendo y el que está adjudicando al otro.
8. Teoria de la comunicación humana.
El estudio de la comunicación humana puede subdividirse en las tres áreas: sintáctica, semántica y pragmática, (Morris). La primera abarca los problemas relativos a transmitir información, refiriéndose a los problemas de codificación, canales, capacidad, ruidos, redundancia, etc. El SIGNIFICADO constituye la preocupación de la semántica (acuerdo entre emisor y receptor con respecto al significado de los símbolos). Por último la comunicación afecta a la conducta y este es un aspecto pragmático.
Estas áreas son interdependientes.
Los términos conducta y comunicación son usados por el autor como sinónimos (concomitantes no verbales y el lenguaje corporal), agregando a estos los componentes comunicacionales inherentes al contexto en que la comunicación tiene lugar. Así desde la perspectiva de la pragmática, toda conducta, y no solo el que habla es comunicación, incluso los indicios comunicacionales de contexto interpersonales afectan la conducta.
Puesto que el enfoque comunicacional de los fenómenos de la conducta humana, se basa en las manifestaciones observables de relación en el sentido más amplio está conceptualmente más cerca de la matemática que de la psicología tradicional; pues la matemática constituye la disciplina que se ocupa de manera más inmediata de las relaciones entre entidades y no de su naturaleza.
La teoría psicoanalítica postula que la conducta es el resultado de una interacción hipotética de fuerzas intra psíquicas que obedecen a leyes de conservación y transformación de la energía.
La interdependencia del individuo y su medio es como objeto de estudio poco frecuente en el campo psicoanalítico y es precisamente aquí donde el concepto de intercambio de información (comunicación) se hace indispensable. Este pasaje de energía a información es lo que el autor define como retroalimentación. Si esta es adecuada asegura la estabilidad del efector su adaptación al cambio ambiental. La retroalimentación puede ser positiva o negativa. La segunda se caracterizó por la homeostasis (estado constante) por lo cual desempeña un papel importante en el logro y el mantenimiento de la estabilidad de las relaciones. La primera lleva al cambio, esto es, a la perdida de estabilidad o de equilibrio. La retroalimentación negativa es la información que se utiliza para disminuir la desviación de la salida con respecto a una norma establecida, mientras que en la positiva la misma información actúa como una medida para aumentar la desviación de la salida y resulta así positiva en relación con la tendencia hacia la inmovilidad o la desorganización. Por estos los sistemas interpersonales pueden entenderse como circuitos de retroalimentación, ya que la conducta de cada persona oferta la de cada uno de las otras y es, a su vez, afectada por estas.
Además, el autor señala que cuando dejamos de utilizar la comunicación para comunicarnos, y la usamos para comunicar algo acerca de la comunicación utiliza conceptualizaciones que no son parte de la comunicación sino que se refieren a ella, habla aquí de metacomunicación.
Axiomas Exploratorios De La Comunicación
Los axiomas son, según el análisis del autor, cinco y se detallan como sigue:
Imposibilidad de no comunicar.
No hay nada que sea lo contrario de conducta, es imposible no comportarse. Si se acepta que toda conducta en una situación de interacción tiene un valor de mensaje, es decir de comunicación, por mucho que uno lo intente, no puede dejar de comunicar.
Los niveles de contenido y relaciones de la comunicación.
Toda comunicación implica un compromiso y, por ende, define la relación. Una comunicación no sólo trasmite información sino que al mismo tiempo, impone conductas. En toda comunicación existen aspectos "referenciales" y "conativos". El aspecto referencial de un mensaje trasmite información y es sinónimo del contenido del mensaje. El aspecto conativo se refiere a qué tipo de mensaje debe entenderse que es, y, por ende, en última instancia, a la relación entre los comunicantes. Lo importante es la conexión que existe entre los aspectos de contenido (lo referencial) y relaciones (conativos) en la comunicación. Lo referencial trasmite los datos de la comunicación y lo conativo, cómo debe entenderse dicha comunicación.
La puntuación de la secuencia de hechos.
Una serie de comunicaciones puede entenderse como una secuencia ininterrumpida de intercambios; la puntuación organiza los hechos de la conducta y resulta vital para las interacciones en marcha. La naturaleza de una relación depende de la puntuación de las secuencias de comunicación entre los comunicantes.
Comunicación digital y analógica.
Esta parte específica de actividad nerviosa, que consiste en la presencia o ausencia de su descarga trasmite, por lo tanto información digital binaria.
En la comunicación humana es posible referirse a los objetos de dos maneras distintas, se los puede representar por un símil, tal como un dibujo, o bien mediante un nombre, es decir la palabra. Cuando está presente la palabra, hablamos de comunicación digital.
En la comunicación analógica hay algo particularmente similar a la cosa en lo que se utiliza para expresarla. La comunicación analógica es todo lo que sea comunicación no verbal, por lo tanto la encontramos en la postura, los gestos, la expresión facial, la inflexión de la voz, la secuencia, el ritmo y la cadencia de las palabras.
Los seres humanos nos comunicamos tanto digital como analógicamente. El lenguaje digital cuenta con una sintaxis lógica sumamente compleja y poderosa pero carece de una semántica adecuada en el campo de la relación, mientras que el lenguaje analógico posee la semántica pero no una sintaxis adecuada para la definición inequívoca de la naturaleza de las relaciones.
Interacción simétrica y complementaria.
A la relación simétrica y complementaria se la suele describir como relaciones basadas en la igualdad o la diferencia. En el primer caso, los participantes tienden a igualar especialmente su conducta recíproca y así su interacción puede considerarse simétrica. Sean debilidad o fuerza, bondad o maldad, la igualdad puede mantenerse en cualquiera de esas áreas. En el segundo caso, la conducta de uno de los participantes complementa la del otro, constituyendo un tipo distinto de gestalt y recibe el nombre de complementaria. Así, pues, la interacción simétrica se caracteriza por la igualdad y por la diferencia mínima, mientras que la interacción complementaria está basada en un máximo de diferencia.
Una relación complementaria puede estar establecida por el contexto social o cultural (como en los casos, madre e hijo, médico y paciente, maestro y alumno), o ser el estilo idiosincrásico de relación de una díada particular.
La interacción como sistema
La teoría de los sistemas generales permite comprender la naturaleza de los sistemas interaccionales.
Un sistema es, tomando la definición de Hall y Fagen, un conjunto de objetos así como de relaciones entre los objetos y entre sus atributos, en el que los objetos son los componentes o partes del sistema, los atributos son las propiedades de los objetos y las relaciones mantienen unido al sistema. Sostiene el autor que, la mejor manera de describir los objetos interaccionales consiste en verlos no como individuos, sino como "personas que se comunican con otras personas". Así los sistemas interaccionales serán dos o más comunicantes en el proceso, o en el nivel, de definir la naturaleza de su relación.
Para un sistema dado, continuando con lo sostenido por Hall y Fagen, el medio es el conjunto de todos los objetos cuyos atributos al cambiar afectan al sistema y también aquellos objetos cuyos atributos son modificados por la conducta del sistema. Un sistema junto con su medio constituye el universo de todas las cosas de interés en un contexto dado. La definición de sistema y medio hace evidente que cualquier sistema dado puede ser subdividido a su vez en subsistemas. Los objetos pertenecientes a un sistema pueden considerase como parte del medio de otro sistema.
Los sistemas orgánicos son abiertos, entendiéndose por ello que intercambian materiales, energías o información con su medio. Un sistema es cerrado si no existe importación o exportación de energía en cualquiera de sus formas, tales como información, calor, materiales físicos, y por ende, no hay cambio de componentes.
Con este modelo conceptual resulta fácil ubicar un sistema interaccional diádico dentro de una familia más grande, una familia ampliada, una comunidad y un sistema cultural. Tales sistemas pueden superponerse con otros subsistemas, pues cada miembro de la díada participa en subsistemas diádicos con otras personas e incluso con la vida misma. En síntesis los individuos que se comunican se estudian en sus relaciones horizontales y verticales con otras personas y otros sistemas.
Dentro de la familia la conducta de cada individuo está relacionada con la de los otros y depende de ella. Toda conducta es comunicación, y por ende, influye sobre los demás y sufre la influencia de éstos. Específicamente, los cambios favorables o desfavorables en el miembro de la familia identificado como paciente ejercen por lo común algún efecto sobre otros miembros, sobre todo en términos de su propia salud psicológica, social o incluso física.
El análisis de una familia no es la suma de los análisis de sus miembros individuales. Hay características del sistema (patrones interaccionales), que trascienden las cualidades de los miembros individuales. Muchas de las cualidades individuales son inherentes al sistema.
Del análisis de la bibliografía podemos inferir que la psicología social es la ciencia del conflicto entre el individuo y la sociedad. Su objeto de estudio serían todos los fenómenos relacionados con la ideología y la comunicación, ordenados según su génesis, su estructura y su función, constituyéndose es sistemas de representaciones y de actitudes. Además la psicología social analiza y explica los fenómenos que son simultáneamente psicológicos y sociales,(comunicación de masas, lenguaje, representaciones sociales). El abordaje de su objeto de estudio lo hace a través del análisis de la conducta humana, examinando el proceso histórico que dio lugar a la continúa y mutua influencia y relación entre individuo y sociedad. Para dar cuenta de esta interdependencia es necesario tener en cuenta la estructura social en la que tiene lugar la interacción, los nexos que mediatizan la influencia de la estructura social sobre la interacción y los procesos psicológicos por medio de los cuales, los determinantes sociales influyen en las personas individuales, que en definitiva son los que hacen posible la interacción.
Por estas consideraciones, la psicología social, puede ser definida como el estudio científico de los procesos psicosociales implicados en la génesis desarrollo y consecuencia del comportamiento interpersonal.
En cuanto a los psicosocial, dentro de la práctica docente, podríamos decir que hay núcleos centrales a considerar, previo a cualquier análisis de la situación actual de las familias que concurran al servicio de estimulación temprana, que son los siguientes:
Si a través de la socialización primaria el individuo se convierte en miembro de la sociedad y si es en ésta que el niño se identifica con los otros significantes en una variedad de formas emocionales, acepta roles y actitudes de los otros significantes, o sea que los internaliza y se apropia, volviéndose así capaz de identificarse él mismo, de adquirir una identidad subjetivamente coherente y plausible, y si el individuo llega a ser lo que los otros significantes lo consideran y si es la socialización primaria la que crea en la consciencia del niño una abstracción progresiva que va de los roles y actitudes de otros específicos a los roles y actitudes en general, (otro generalizado), siendo, además el lenguaje el vehículo principal de este proceso y por lo tanto es éste lo que debe internalizarse. Entendemos, por todo lo expresado, que es de suma importancia tratar de descubrir como se dio este proceso en los niños que concurren a estimulación temprana, ya que la estructura básica de la socialización secundaria debe asemejarse a la primaria.
Otro tópico a tener en cuenta es la identidad. Mead no solo sitúa el campo de la identidad en el nivel de las relaciones interpersonales, sino en el de la organización social y la cultura. Esta matriz sociocultural, cuya apropiación individualizada es, el otro generalizado, hace posible la comunicación simbólica y a través de ella el surgimiento de la persona. Por esto creemos oportuno que la si la identidad surge de una matriz sociocultural, esta debe ser respetada para hacer posible la comunicación simbólica.
Si la actitud es una tendencia o predisposición adquirida y relativamente duradera a evaluar de determinado modo a una persona, suceso o situación y actuar en consonancia con dicha evaluación, es por ello que nuestra actitud frente al niño y su familia, debe ser una actitud abierta, flexible, de intercambio y respeto por otro, entendemos que las actitudes son motores poderosos que nos brindan la energía para nuestro comportamiento y lo dirigen. Entender nuestras actitudes es entender nuestra conducta.
A la vez de lo mencionado hasta aquí, creemos importante detenernos en el tema de los vínculos. Partiendo de la conceptualización de Pichón Riviere, que define al vínculo como la manera particular que un sujeto se conecta o relaciona con otro o los otros, creando una estructura que es particular para cada caso y para cada momento. Entendiendo, además, que toda actividad mental está dedicada a establecer una comunicación y que para establecerla se necesita depositar parte de uno en el otro, nuestra labor será la de poder captar la comunicación, hacernos cargo de ella y trabajar con ella. Para esto debemos colocarnos de una manera particular, como un recipiente abierto, dispuestos a controlar y cuidar lo que nos han depositado y sabiendo que, todo mensaje debe ser interpretado en el aquí – ahora conmigo, o sea que deberá ser una técnica de tanteo de la realidad y una búsqueda de relaciones a través de un interjuego dialéctico en forma permanente.
Estos sistemas interpersonales pueden entenderse como circuitos de retroalimentación, ya que la conducta de cada persona afecta la de cada una de las otras y es a su vez, afectada por éstas. Toda comunicación implica un compromiso y por ende define la relación. Una comunicación no sólo trasmite información, sino que, al mismo tiempo impone conductas. Es, por esto que nuestra presencia como sostén de la función materna, nos obliga a comunicarnos de la manera más adecuada (palabras, gestos, actitudes, prejuicios), para lograr establecer una interacción con cada una de las partes del sistema familia, de modo que un cambio en una de las partes provoque un cambio en todas las partes y en el sistema total, con el fin último de favorecer el desarrollo y crecimiento del niño en un ambiente contenedor y facilitador del despliegue de sus potencialidades.
En síntesis nuestra labor deberá tener en cuenta que no es sólo un niño que llega al servicio de estimulación temprana, sino una familia, con su modalidad comunicacional, con sus creencias, con sus roles definidos de tal o cual manera, con sus prejuicios, su cultura, y que nosotros también tenemos una carga de igual sentido, que se verá en la transferencia y contratransferencia, por lo que es indispensable, para evitar errores de apreciación, el trabajo interdisciplinario, el que nos ayudará a percibir con claridad la familia que está delante de nosotros y así poder obrar en consecuencia.
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Resumen: Este trabajo es la sintesis de la materia psicologia social con su aplicacion a estimulacion temprana.
Trabajo enviado y realizado por: Eduardo Fasce
Prof. en psicopedagogia y prof. espec.en estimulación temprana.
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