Cibercultur@ como estrategia de comunicación compleja desde la periferia (página 2)
Enviado por Djamel Toudert
Invenciones "globales" (donde lo muy particular se vuelve muy general)
a) La globalización que conocemos viene de "arriba" (léase del "centro" del sistema mundo) y es impuesta por las fuerzas mundiales que dominan los mercados tanto económicos como culturales y a escala local por los propios Estados nacionales (o lo que queda de ellos) bajo la forma de configuraciones etno-céntricas, en las que solamente lo definido en "Occidente" (en éstas épocas, léase, los Estados Unidos de América y Europa: los blancos, los "cultos", los "modernos") tiene valor "global" o "universal", mientras que en la mayoría de esas sociedades perviven en la resistencia pasiva y a veces activa, civilizaciones completas (Bonfil, 1990) o fragmentarias que han sido forzadas desde hace mucho tiempo a la exclusión, a la muerte, al silencio y a la discriminación (Araujo, 2000) o la folklorización.
"I'm Afro-Brazilian, and in Brazil we have a serious problem with self-esteem, and TV and the telenovela play a major part in it. They're not the origin of the problem, but they help maintain it. What happens is that the industry reproduces an ideology of whitening. Most models and actors are white, and whiteness defines beauty. There's a collective desire to be a European country, and a collective denial of our black and Indian ancestry" (4).
b) Esta misma operación se produce con diversas formas de referentes socio-céntricos, por las que las preferencias y gustos de un bloque de clases sociales que con el tiempo, han logrado imponerse como las "mejores", las "más valiosas", las "más bellas" por encima de todos los diferentes y de las vastas diferencias. Aunada a la característica anterior, la historia militar del Colonialismo ha hecho coincidir en muchos países a los sectores más pobres con las etnias originales, y así, además de "incultos" (por no tener completamente asimilados los códigos de los dominadores) son definidos como "jodidos" y estéticamente "feos" por ser clases y categorías sociales inferiores en poder, en saber, en tener y en "verse bien".
Al definirles y construirles negativamente, esa es precisamente la clase de visibilidad pública que les confieren, en los canales de televisión y radio, en las películas y hasta en los mismos chistes del discurso social común.
"Un naco recurre a faltas de índole lingüística. …y pronuncia incorrectamente las marcas: Versash, Gusi, Mos Shino, Pecsi, Yurex" (5).
c) No hace falta adoptar abiertamente una perspectiva de género, para agregar que esas configuraciones simbólicas creadas como "globales" muchas veces suelen estar amalgamadas con una concepción falo-céntrica (o "andro-céntrica" si queremos suavizar un poco la expresión) mediante la cual la palabra, la acción, la cultura y los valores de masculinos tienen manera "natural" más valor, tanto la gestión de la vida privada (el hogar, los hijos, la convivencia familiar) como pública, ya sea económica, política o cultural. Esta operación "global" que se ha vuelto transclasista, hace que más de la mitad de la humanidad salga (es sacada, en realidad) sencillamente de foco, es decir, queda –de nuevo– "editada" en su particularidad por otros que sí son "globales". En 1971, la canción "Woman is the nigger of the world" fue boicoteada para su difusión radiofónica en los Estados Unidos por las connotaciones raciales y de género
"…, it used the (by now) offensive "n-word," causing many radio stations to avoid it like the plague. Second, people misunderstood that "nigger" was being used not to refer to black people but as a symbol of anyone who is made subordinate–in this case, women. Some people who publically criticized the song had never heard it! The song reached #57 on the charts, rather indicative of the fact that it was largely ignored" (6).
d) Finalmente, otra de las componentes ideológicas de la "globalización" contemporánea impuesta más recientemente (pero difundida del mismo modo desde "arriba") por el mercado de la moda y los canales audiovisuales, es una especial valoración de la frescura y lozanía de la juventud, y en particular de la ostensiva mostración de sus marcados cuerpos y cualidades físicas, por lo que también identificamos una cuarta componente "global" que podría ser llamada con justicia "lozano-céntrica" (freshness-centrism):
"Keep young and beautiful It's your duty to be beautiful Keep young and beautiful If you want to be loved"
Estas cuatro fuerzas y otras más, tienen una orientación centrípeta hacia una zona simbólica nodal que se vive y se impone como "global" y están ocupadas en definir hacia un centro policompuesto nuestros relatos del mundo y de la vida, en medio de variados escenarios de luchas y múltiples resistencias simbólicas (González, 2001).
Con el tiempo y mediante un enorme trabajo extensivo y duradero de elaboración e imposición violenta, estas construcciones históricas se han convertido en "universales" o "globales", especialmente potenciadas en su visibilidad y atractivo por las tecnologías de información y comunicación o "TIC" (7).
Así, las componentes imaginarias y discursivas de esta cuádruple elaboración se agudizan en una estigmatización profunda que siempre ha tenido resistencias diferentes
En buena medida con la "globalización" vivimos una especie de tendencia al agringamiento progresivo de nuestro planeta (Verdú, 1996). Sin embargo, nada de fatal hay en esto. La globalización que conocemos, es el efecto de una política económica de alcance mundial, es decir, es una decisión impuesta por la fuerza de la repetición mediática o más crudamente, por la razón del más fuerte (Bourdieu, 2001).
Tecnología y desigualdad
El desarrollo de tecnología en la historia, nunca ha sido neutral frente a las tensiones de las relaciones sociales, por eso mismo, su concepción no debe sólo limitarse a los instrumentos o a los "aparatos" que comúnmente suelen incluirse dentro de ese término.
Saber y poder socialmente situados, siempre han acompasado el avance o el retroceso de la ciencia y la tecnología (Silvers, 1995). Con los instrumentos tecnológicos es posible hacer otros instrumentos y muchas otras cosas, pero al mismo tiempo, dichos dispositivos también permiten hacer que otros hagan cosas. Por esta razón, siempre ha operado como un verdadero vector de energía social, es decir, como una fuerza con orientación, dirección y eficacia específicas tanto en la producción económica, como en la organización social y en las elaboraciones discursivas de cualquier sociedad. Por todo ello, de forma similar a la globalización, el acceso diferencial y los desarrollos desiguales a la tecnología, son efecto de una acción política que no vemos ni conocemos, pero que opera al desplazar de facto a enormes contingentes sociales.
En estos tiempos de "globalizaciones" forzadas, dicha condición es especialmente aguda cuando se trata de acceder, manejar, pilotear, dirigir las tecnologías para procesar información, para comunicarse y especialmente para generar conocimiento.
Como una de las múltiples consecuencias de este proceso de relación desnivelada entre algunas poco numerosas sociedades plenamente desarrolladas y muchas otras con desarrollos desiguales y disparejos –entre las que se encuentran en mayor o menor medida las sociedades latinoamericanas– observamos que éstas no han definido adecuadamente una política estratégica de Estado (ni de partidos, ni científica, ni educativa, ni social) que precise para quiénes, cómo y hacia dónde re-orientar el sentido de las transformaciones de ese vector tecnológico con el fin de empoderar y elevar la calidad de vida de sus ancestralmente explotadas poblaciones y sociedades (Galeano, 2000). La improvisación y la visión a muy corto plazo, de hecho impiden cualquier esbozo de pensamiento y acción autodeterminante. Si bien hay algunas zonas del mundo social donde esa autodeterminación se puede dar en ciertas condiciones, habrá que poner especial énfasis en la manera en que nos relacionamos de forma cotidiana y práctica con las tecnologías (TICC), para que sirva a tales propósitos y no para perpetuar la desigualdad y la heterodeterminación permanente que está en la base de la condición periférica de Latinoamérica.
Desde luego, en contra de una perspectiva naif que acompaña casi siempre esa pre-noción tan ampliamente difundida, no se termina la "brecha digital" dotando de computadoras y conexiones a las poblaciones que no tienen acceso a las ""TIC"". Antes bien, se perpetúa la relación extraña con estos aparatos y se favorece el proceso de "nerdización" de algunos individuos más dotados del capital cultural específico para aprovechar ese acceso pretendidamente "universal" (Warschauer, 2003).
En pocas palabras, no bastan las buenas intenciones de "facilitarles el acceso a las (mal llamadas) TIC" a aquellos sectores y agentes los que no lo tienen. Esta condición desplazada no es una casualidad o un capricho de la naturaleza. Es un efecto de un diseño, de una política histórica que puede y tiene que ser rediseñada.
Por ello afirmo que mientras las comunidades desplazadas por ese vector tecnológico no hagan suyas las tecnologías de información y comunicación no sólo para acceder a la información, sino para generar su propio conocimiento, al incorporarlas a sus propias cosmovisiones, dentro de sus propios tejidos sociales para poder conquistar grados de autodeterminación, la política mundial de reducción de la tal "brecha digital" probablemente será ideal para abrir mercados de consumidores cautivos de hardware (computadoras y conexiones) y software ("contenidos"). Esos mercados los controlan quienes efectivamente se ocupan de desarrollar los aparatos, las conexiones, pero sobre todo, el conocimiento especializado y sistematizado para que todo "eso" funcione.
Cibercultur[arroba] (CK[arroba]) (8): más acá de máquinas, circuitos, chips y fibras ópticas
Frente a esta situación, una estrategia de comunicación compleja desde la periferia, es investigar y desarrollar Cibercultur[arroba] (González, 2003).
Cibercultur[arroba], en el sentido que lo expresamos, es una forma de empoderamiento que interesa tres frentes estratégicos: la información, el conocimiento y la capacidad de crear redes de acción para usar la información y el conocimiento en proyectos específicos de autogestión.
Por ello mismo, cibercultur[arroba] no significa usar intensivamente y de modo acrítico las computadoras y las tecnologías digitales. Tampoco significa, desde luego, rechazarlas de manera tajante por su origen extra-periférico.
Significa, por el contrario, construir dialógicamente toda técnica ligada al espíritu, a la reflexividad construida y compartida dentro de redes horizontales de inteligencia distribuida en permanente movimiento y crecimiento.
Es una estrategia porque es perfectamente posible diseñar y avanzar de forma conciente y dialógica en el conocimiento y el desarrollo de cibercultur[arroba]
Es una estrategia de comunicación porque para investigar o para diseñar cibercultur[arroba] el desarrollo multidimensional de una cultura/cultivo de comunicación es esencial para dicho crecimiento.
Es compleja porque el grado de niveles de interacción, de procesos, de elementos y retroacciones que el fenómeno comporta nos obliga a recurrir a un metalenguaje científico e interdisciplinario, abierto especialmente a las ciencias cognitivas y al paradigma de la complejidad (Maass, 2003).
Desarrollar Cibercultur[arroba] significa rediseñar colectivamente y de abajo hacia arriba (bottom-up), una diferente actitud y al mismo tiempo aprehender una serie de habilidades transmisibles, que nos permitan operar diestramente con las tecnologías al alcance frente a necesidades de información, para generar y valorar el conocimiento y para coordinar acciones de comunicación que permitan romper el círculo vicioso de la dependencia tecnológica. Ocuparnos colectivamente de retejer nuestros añejos y desbalanceados vínculos sociales.
Investigar Cibercultur[arroba] implica fijar la atención en los modos de relación y las transformaciones que se han dado, se están dando y se pueden dar entre la especificidad socio-histórica de nuestras ecologías simbólicas y el vector tecnológico.
Una de las áreas relevantes de búsqueda en esta dirección es la que denominamos identidades complejas (González, 2001).
En las condiciones históricas y sociales de América Latina que hemos evocado más atrás, investigar y desarrollar Ck[arroba], significa cambiar una actitud, adquirir unas herramientas y embarcarse en una tríada de procesos interconectados para transformar de manera plausible, posible y sustentable, las relaciones, las condiciones y las acciones desde las que hemos sido históricamente "contados" desde fuera, "narrados" desde la perspectiva de un poder con rostros mutantes ("colonialismo", "neoliberalismo", "globalización") que nos ha sometido y al que diestramente nos seguiremos sometiendo mientras no seamos capaces de autogobernar y potenciar nuestra inteligencia junto con nuestras tecnologías.
Significa, en términos del siglo XIX, rediseñarnos nuestras "identidades" porque adquirimos capacidades, conocimientos y destrezas que son letales para la condición eterna de subalternidad heterodiseñada y auto asumida por las buenas (para sobrevivir) o por las malas (porque nos la impusieron por violencia simbólica o material).
Significa aprender a diseñarnos de maneras más autónomas y menos delegadas en otros agentes y en otros intereses, un nosotros diferente en todas sus dimensiones: un espacio distinto, una gestión y uso diferente del tiempo, unas habilidades nuevas que no cancelan tradición ni pasado, sino que lo reinterpretan para potenciar el mañana en tanto que mundo posible. Significa, pasar de ser medianamente "lectores" de las múltiples narrativas identitarias que se han diseñado (!y se siguen diseñando!) para nosotros, a ser "escritores" de nuestros propios cuentos e invenciones que se hacen identidades diferentes, porque convergen y escuchan a otras.
De identidad y otras alteridades
Los fenómenos que agrupamos en torno a la palabra identidad pueden entenderse como una forma social e históricamente determinada de tomar posición dentro de un campo multidimensional de representaciones y en medio de un cierto tipo de ecosistema de soportes materiales de la cultura (González, 1995b). En el fondo, siempre la identidad es una invención y una ilusión parte de un diseño. Es inventada simbólica y subjetivamente pero nunca opera de manera individual, y lo hace siempre sobre bases objetivas y mediante soportes materiales. Toda identidad es una forma de ilusión (del latín ludus, juego) porque jugamos a creérnosla como si siempre hubiera sido así. De ese modo, la exterioridad social del entorno físico, noológico y social, así como la memoria de trayectoria de los desplazamientos de los pares de su propia red ideológica de convivencia y elaboración discursiva (Fossaert, 1987), se hacen interior, se hacen cuerpo a través de múltiples interacciones discursivas y metatextos en contextos específicos.
Esa invención tiene un sustrato narrativo, que de suyo implica una particular edición y puesta en forma narrativa de fragmentos de aspectos, rasgos y recuerdos disponibles en cada lugar social. Cuanto más "subimos" en la escala jerárquica de las instituciones, las narrativas y las ediciones diseñadas "para todos" serán más abarcantes, menos locales, más superficiales, más unitarias y desde luego, más controlables, es decir, más costosas en energía social. Por el contrario, mientras más "abajo" nos asomamos, la sociedad se vuelve más enactiva y la dorada aureola de unicidad de LA IDENTIDAD, se desborda en múltiples ´otras´ tomas de posición y lo que se diseñó para ser y parecer uno, se nos vuelven identidades (con minúsculas) múltiples, complejas por su intrincado entramado que puede ser observable como un sistema complejo (García, 2000).
Un cierto tipo de redes sociales se han potenciado para dominar el sistema económico mundial, pero el propio desarrollo de su especificidad conectiva, presenta una interesante contradicción como nunca antes en el tiempo.
Las tecnologías de organización del mundo y de la vida, durante milenios y siglos, fueron propiamente inaccesibles para el común de los mortales. Hoy en día la cosa es distinta y pudiera ser diferente si así la construimos. Desde luego que no es posible para los países latinoamericanos, salvo en algunos limitados rubros, competir en el desarrollo de tecnologías y hardware. Esa propiedad, por el curso de la división social del trabajo está "centrada" en el ombligo del sistema—mundo, pero el conocimiento, los programas informáticos y las capacidades de comunicación humana no siguen el mismo patrón. En diversas sedes de la periferia hoy en día tenemos desarrollos des-centrados, localizados en medio de Asia, en el Oriente Medio y desde luego en diversos nodos de nuestra América Latina (9). La necesidad de ampliar los mercados de tecnologías adaptadas al hogar y a lugares hasta hace poco considerados como imposibles para conectarse al ciberespacio, ha hecho que las oportunidades de acceso, que si bien siguen limitadas y mal distribuidas, se multipliquen de manera geométrica.
Sin embargo, no bastan los asombrosos cacharros que siempre nos llegaron (o nos decidimos por sacralizarlos así) con el aura de superioridad y diferencia abismal en contra. Necesitamos conocer, diseñar, cultivar y desarrollar una actitud diferente frente a la información, a la comunicación y el conocimiento que pase por poner a dialogar de maneras menos sordas e impositivas a nuestras ecologías simbólicas específicas con los arietes del vector tecnológico.
Para ello diseñamos en el 2001 el Laboratorio de Investigación y Desarrollo en Comunicación Compleja (LabCOMplex) (Maass, 2003) cuyo propósito es contribuir a la generación de conocimientos científicos sobre cibercultur[arroba] enfocados al desarrollo de diversas modalidades de la misma que permitan diseñar nuevas estrategias de utilización de las tecnologías digitales y de la comunicación mediada por computadoras para el logro de una sociedad más libre, productiva, justa, solidaria y autodeterminante.
Los intereses de investigación del LabCOMplex abarcan cinco áreas interconectadas que nos parecen estratégicas para la misión que queremos conseguir.
Con ellas pretendemos concentrar los esfuerzos especialmente en los procesos de transformación que están verificándose en el mundo por efecto de ese choque entre un vector tecnológico y las ecologías simbólicas de las sociedades periféricas. Por esa razón nos concentramos en los grupos sociales tecnológicamente desplazados, en el diseño y la operación de políticas científicas y culturales, en la recreación de los sistemas de referentes identitarios cada vez más complejos, en los procesos cognitivos que se desarrollan en entornos de actividades tecnológicamente mediadas y en el desarrollo de herramientas sistémicas dentro de una perspectiva cibernética reflexiva o de segundo orden (Foerster, 2002).
Cibercultur[arroba] y comunidades desplazadas
En esta área exploramos, documentamos y proveemos de explicaciones multidimensionales para comprender las formas en que diferentes contingentes de desplazados culturales y sociales (adultos mayores, mujeres, discapacitados, migrantes, etnias, menores en situación extrema, jóvenes marginados, profesores universitarios, etc.) se relacionan (o no) desde sus particulares Ecologías Simbólicas con el Vector Tecnológico en situaciones socio-históricas concretas. Al mismo tiempo, desarrollar cibercultur[arroba] en estos contingentes sociales, facilita procesos de empoderamiento y dota de visibilidad social a sectores de la sociedad que sufren procesos de exclusión social y simbólica a nivel local, nacional y mundial (González, 2003).
Cibercultur[arroba] y políticas culturales
En esta área generamos información descriptiva y exploratoria para documentar los procesos de cambio en los ecosistemas de soportes materiales de las ofertas culturales en diferentes ciudades de México, y al mismo tiempo, registra información básica de la distribución social de las disposiciones cognitivas por medio de testimonios orales, a través de historias de vida e historias de familia de tres generaciones de mexicanos a lo largo del siglo XX. Esta información genera un robusto sistema de información empírica, documental, histórica, cartográfica y testimonial que sirve de plataforma generativa para promover, por una parte, la formación de comunidades emergentes de investigación en cada ciudad y por la otra, ofrece un soporte tecnológico a través de un sistema de información para el desarrollo de preguntas mejor fundadas y nuevos proyectos de investigación empírica para explicar el intenso proceso de adaptación, de ajustes y cambios en las ecologías simbólicas que implicó el siglo pasado en escalas locales, regionales y nacionales (González, 1994, 1995a, 1995b).
Cibercultur[arroba] e identidades complejas
Es en esta área que exploramos, describimos, clasificamos y explicamos los diferentes procesos de recomposición de los mecanismos de construcción de zonas de convergencia y territorios simbólicamente compartidos entre categorías, grupos y clases sociales diferentes en tanto que dimensiones de la eficacia diferencial del Vector Tecnológico. Esta línea continúa los desarrollos de más de 20 años de investigación empírica sobre los Frentes Culturales explorados inicialmente en religión popular y exvotos, ferias y ceremonias urbanas, telenovelas y melodrama en industrias culturales (González, 1994; González, 1998 y González, 2001).
Cibercultur[arroba], conocimiento y cognición distribuida
A partir de una perspectiva que concibe la mente y la inteligencia con la teoría de la actividad, en esta área exploramos, describimos, explicamos y transformamos, desde una concepción socio-histórica y cibercultural, las capacidades para resolver problemas concretos de grupos y colectivos en ambientes de colaboración estimulada, con especial énfasis en la investigación del desarrollo tecnológico en actividades de aprendizaje a distancia mediante mecanismos de inteligencia distribuida (Varela, 2000; Vygotsky, 1998; Chaitlin, Hededgaard y Jensen, 1999; Wertsch, 1998). Por otra parte, retomamos algunos de los desarrollos de la epistemología genética sobre la psicogénesis y sociogénesis de los conocimientos que son de especial utilidad por su potencia teórica y heurística (Piaget y García, 1982, García, 2000)
Cibercultur[arroba] y sociocibernética
Esta es un área de frontera cercana en algunos rasgos a la ingeniería social (Podgorecki, Alexander, y Shields, 1996) en donde el desarrollo de sistemas informáticos relacionados con la especificidad de las culturas de información, investigación y comunicación, es el propósito fundamental. Los modelos de los sistemas toman en cuenta principios no solo de las ciencias sociales, matemáticas, informáticas o cibernéticas, sino de áreas como la física, la biología y las ciencias cognitivas, todas ellas bajo la perspectiva de la lógica difusa, los sistemas complejos y la inteligencia como actividad emergente y reflexiva. Todo sistema de información está vinculado con un proceso de análisis e investigación del entorno en donde se instaura, así como a las habilidades de los usuarios que los diseñan y utilizan, de tal modo que su implantación esté íntimamente ligada a procesos de transformación e intervención en las organizaciones, disciplinas y áreas de aplicación (Amozurrutia, 2002 y 2003; Geyer, 1995; Kosko, 2000).
Por medio de de la investigación en estas áreas de concentración prioritaria, iniciamos el proceso de trabajo reflexivo y propositito de nuestra estrategia. Los objetivos que perseguimos requieren a su vez de una forma de organización que haga posible un cambio en nuestra propia concepción del conocimiento requerido. Por esta razón, todos los proyectos del LabCOMplex son asumidos como proyectos de investigación y desarrollo (I+D) de cibercultur[arroba] y están orgánicamente vinculados a cinco subsistemas de operación (Ver Figura 1)
Figura 1: Subsistemas de operación del LabCOMplex
Esto implica que en cada proyecto de investigación del LabCOMplex:
- desarrollamos sistemas de información que operan como plataformas generativas en la producción de conocimientos (subsistema de información)
- producimos en lenguajes de audio y video digitales e hipertextos la traducción de los hallazgos generados en procesos de investigación (subsistema de producción)
- difundimos a través de Internet libros, textos y otras producciones en digitales que dan visibilidad en el ciberespacio al conocimiento generado. (subsistema de difusión)
- creamos redes de comunidades emergentes de investigación a través de talleres, seminarios, diplomados y programas de altos estudios (subsistema de formación).
- diagnosticamos, asesoramos, intervenimos y desarrollamos procesos específicos de cibercultur[arroba] en organizaciones y grupos sociales desplazados por el vector tecnológico (subsistema de diseño e intervención).
El LabCOMplex es un esfuerzo de construir conocimientos científicos y desarrollos empoderantes de cibercultur[arroba] desde América Latina, la semiperiferia del sistema–mundo entre los grupos y contingentes que han sido desplazados social, cultural y tecnológicamente en la historia.
Por eso mismo, la forma de organización de nuestro LabCOMplex es precisamente como una red de nodos en permanente estimulación, con alta conectividad y con creciente inversión de energía para generar zonas de convergencia sobre el sentido de seguir estimulados y conectados para construirnos, como colectivo de inteligencia distribuida (Cole, 1995) un lugar menos desplazado en un mundo, que posiblemente como nunca antes, tiene todos los gérmenes, las semillas y las herramientas para luchar por un futuro menos excluyente, más humano y con mucha mayor calidad de vida.
Un esfuerzo, en fin, por dialogar la tecnología con la reflexividad entrenada para que ayude a rediseñarnos colectivamente un nuevo rostro y un nuevo corazón (10) a la altura de los retos de este milenio marcado por la información, la tecnología, la comunicación, pero sobre todo por el conocimiento.
Bibliografía
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· — (1995b) "Coordenadas del imaginario: protocolo para el uso de cartografías culturales, en Estudios sobre las Culturas Contemporáneas, Época 2, Vol. I, Núm. 2, Diciembre, Universidad de Colima, México.
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Notas
· [1] – Ver
· [2] – Ver
· [3] – "¿Qué es la Sociedad de la Información?" en:
· [4] – An Interview with Joel Zito Araújo, director of Denying Brazil, By Michelle Chase, in Cinema Tropical, < http://www.cinematropical.com/newsletter/200201/araujo.html >
· [5] – Desde las culturas "superiores", se definen los comportamientos "nacos" o de "mal gusto" que en realidad son conductas usuales en amplios sectores de la población mexicana http://mx.geocities.com/gunnm_dream/naco.html
· [6] – John Lennon, Yoko Ono and the Plastic Ono Band (plus Invisible strings) Sometime in New York City, Apple SVBB-3392. Ver http://meltingpot.fortunecity.com/kirkland/266/john/john.htm, Jun. 12, 1972.
· [7] – Uno de los legados de invisibilidad de la perspectiva "brecha digital", es la completamente acrítica adopción mundial de las siglas "TIC" desligadas de un entendimiento procesual, histórico y tensional con fuerza, origen y destinos concretos. La denominación "TIC", no permite percibir la crucial dimensión cognitiva que es inseparable, como al sangre a la herida, de la información y la comunicación. Por ello, si se trata de resumir, prefiero aumentar una grafía adicional a las siglas. en vez de sólo "TIC".
· [8] – Uso la grafía "[arroba]" para designar el carácter abierto y espiral en crecimiento del desarrollo que implica la palabra. En adelante para abreviar algunas veces usaré la expresión [Ck[arroba]] en vez de Cibercultur[arroba].
· [9] – Es el caso de Brasil y México desde los años ochentas. Para el caso de Colima, Ver Márquez, 2003.
· [10] – En la antigüedad de Mesoamérica, especialmente en las culturas nahuas, la identidad de una persona se conocía como un rostro y un corazón, siempre localizados en el tiempo y en el espacio (León Portilla, 1980).
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Jorge A. González
"Este artículo es obra original de Jorge A. González y su publicación inicial procede del II Congreso Online del Observatorio para la CiberSociedad: http://www.cibersociedad.net/congres2004/index_es.html"
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