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Cibercultur@ como estrategia de comunicación compleja desde la periferia

Enviado por Djamel Toudert

Partes: 1, 2

    Idioma original:   · castellano

    Palabras clave:  · cibercultura  · comunicación  · gestión del conocimiento  · globalización  · información

    ABSTRACT: Vivimos una situación de alta desigualdad en la generación de información y conocimiento de vastas zonas de la sociedad mundial. Por efecto de la historia, dichas zonas, han sido diseñadas, por un lado como provedoras de materias primas y fuerza de trabajo barata (flujos de migración), pero también para depender de los centros del Sistema –Mundo por lo que a la generación de información y conocimiento se refiere. El texto propone el conocimiento y el desarrollo de CIBERCULTUR@, como una estrategia de comunicación compleja que permita conocer dicha situación y al mismo tiempo intervenir en el tejido social para modificar sustantivamente los términos de esa relación desigual.

    Introducción

    En este texto sostengo que las sociedades que han sido históricamente desplazadas de los "beneficios" de la globalización, tienen la necesidad estratégica de conocer las formas concretas en que sus poblaciones se relacionan con las tecnologías, con la información, con la comunicación y con el conocimiento. Mediante este proceso de apropiación es posible diseñar y desplegar una estrategia crítica y propositiva que les permita no sólo disminuir, sino reorientar los efectos perniciosos (desplazamiento, incomunicación, desconocimiento, desinformación) debidos a la fuerza y dirección del vector tecnológico que se imponen en la densidad de la vida cotidiana de dichas sociedades. Para mostrar mi argumento, revisaré cuatro efectos de sentido cuyo origen es particular y localizado en los centros dominantes del sistema mundial, pero que con el tiempo han sido promovidos y visibilizados como si fueran universales.

    A partir de las propias contradicciones del saber necesario para interaccionar creativamente con el vector tecnológico, en el texto propongo utilizar estos complejos dispositivos no sólo como auxiliares, sino como verdaderas plataformas generativas de gestión de información y conocimiento local e inteligencia distribuida.

    La inversión para conocer y desarrollar cibercultur@ puede convertirse en una efectiva forma de empoderamiento para conquistar grados de autodeterminación en medio de las desiguales condiciones socio-históricas que convergen en las muy perceptibles y enormes distancias que separan las sociedades de su capacidad para movilizar de manera autodeterminante la energía social. Para tal fin creamos el Laboratorio de Investigación y Desarrollo en Comunicación Compleja (LabCOMplex) cuya propuesta presentaré en la parte final de este artículo (1).

    Definiciones descriptivas que se viven como prescriptivas

    En muy poco tiempo, digamos, la última década del siglo XX, la dispersión y el acceso a una serie de tecnologías diseñadas para manejar información y coordinar las acciones de comunicación mediadas por computadoras han impactado y transformado nuestro mundo, nuestra idea de lo que es el mundo y desde luego nuestra idea de quienes somos en el mundo. En todas las zonas periféricas del sistema—mundo (Wallerstein, 1979) se vive una distancia en apariencia insalvable, respecto a los países centrales que generan permanentemente desarrollos tecnológicos y conocimientos que se ha llamado digital divide (2) o Brecha Digital (Terceiro y Matías, 2001).

    A pesar de su muy amplia difusión y aceptación, esta manera de caracterizar el fenómeno es teóricamente insuficiente, no porque no existan referentes de esa distancia social y física de ciertas zonas del mundo respecto a las tecnologías más avanzadas, sino porque la noción de brecha digital sólo constata de manera descriptiva una situación de facto, generalmente desligada de otras mucho más importantes teórica y políticamente, que no son evidentes y a las que dicho concepto no facilita su visibilidad. Su pobreza teórica sería irrelevante de no ser porque orienta la mayoría de las políticas públicas que hoy se agrupan en torno a la discusión de la sociedad de la información (3). Sin quererlo, esa descripción se volvió prescripción, por ausencia, por ignorancia o simplemente por voluntad impuesta y auto aceptada.

    Por muy diversas causas, los países latinoamericanos no han desarrollado (y nunca se les permitió desarrollar) una tecnología –un saber cómo y un poder con qué saber– suficiente como para lidiar de manera creativa y expansiva con un vector tecnológico que deja "fuera" de esta fase del desarrollo globalizado del sistema mundial a miles de millones de personas y con ellas a sus propios sistemas de referentes simbólicos. Sin embargo, dichas poblaciones quedan fuera "solamente" de los beneficios atribuibles a dichos dispositivos y en especial de la formación práctica para utilizar las tecnologías con el objetivo de re-formatear, re-crear, entender y expresar su propia diferencia y especificidad dentro del aluvión de flujos de imágenes, de informaciones, de personas y de capitales que le suelen llamar "globalización". Esta palabra es también teóricamente engañosa, porque oculta que, salvo la dinámica mundial de los flujos mencionada, sus contenidos y sus direcciones son parciales y ampliamente discrecionales.

    Detrás de "la globalización" que las zonas periféricas conocen, subyacen al menos cuatro grandes operaciones selectivas con las que las poblaciones desplazadas de aquellas zonas, es decir, las enormes mayorías de pobres y miserables, tienen que sortear y luchar por re-definirse con alguna aspiración de autonomía o bien, seguir siendo procesados, definidos, contados, narrados y conocidos desde afuera, como la historia y sus maneras de escribirse nos documentan con profusión (O´Gorman, 1998). De esa historia siempre inventada, destaco cuatro características inmediatas que me saltan a la vista en este proceso que conforma (no sin amplias resistencias) el mundo –como idea y como experiencia procesada por otros– de este milenio.

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