- Introducción
- Independencia de Panamá de España
- Separación de Panamá de Colombia
- Los Símbolos Patrios
- Conclusión
- Bibliografía
Introducción
Panamá es un país ubicado en el extremo sureste de América Central.
Su condición de país de tránsito lo convirtió tempranamente en un punto de encuentro de culturas provenientes de todo el mundo. El país es el escenario geográfico del Canal de Panamá, obra que facilita la comunicación entre las costas de los océanos Atlántico y Pacífico y que influye significativamente en el comercio mundial. Por su posición geográfica actualmente ofrece al mundo una amplia plataforma de servicios marítimos, comerciales, inmobiliarios y financieros, entre ellos la Zona Libre de Colón, la zona franca más grande del continente y la segunda del mundo.
Con una población superior a los tres millones de habitantes, tiene una posición privilegiada en varias clasificaciones de crecimiento y desarrollo de América Latina, como el índice de desarrollo humano 2011, (primer puesto en América Central y sexto en América Latina). El país está catalogado en términos absolutos, es decir, sin tener en cuenta la distribución de la riqueza, como de ingresos económicos mediano-altos. Además, según el Índice de Paz Global, Panamá es el segundo país más seguro de Centroamérica, después de Costa Rica.
En el presente trabajo estaremos conociendo un poco sobre la historia de Panamá, desde su independencia de España en 1821, hasta su separación de la Gran Colombia en 1903, de igual manera estaremos conociendo la historia de los símbolos patrios.
CONTENIDO
Independencia de Panamá de España
1. Antecedentes: En Panamá, al igual que muchas naciones americanas, comenzaron a surgir ideas revolucionarias e independentistas, que eran la respuesta de una serie de inconformidades que el pueblo fue acumulando y que fueron dando paulatinamente en todo el continente. Entre ellas están:
El abuso continúo de los gobernantes de turno, que fueron los causantes de la grave situación económica del Istmo, debido a las grandes restricciones que imponía España, lo que llevó a una lamentable miseria.
La Feria de Portobelo, cuya última versión en 1748 debilitó el papel transitivista del Istmo, causando la crisis económica que llevó al despoblamiento de las ciudades comerciales y al tránsito hacia el interior.
La Revolución francesa, que representó una extraordinaria muestra de democracia, al abolirse la monarquía vigente y eliminarse todas las bases económicas y sociales que con ella funcionaban e implantarse una nueva forma de sociedad, la República. De igual forma impusieron la proclama de los Derechos del Hombre en lo referente a libertad, igualdad y fraternidad.
El notable debilitamiento de España a causa de las invasiones de Napoleón, lo que originó los primeros movimientos independentistas.
Con la invasión de Napoleón Bonaparte a España en 1808, se debilitó la Corona Española, lo que provocó los diferentes procesos independentistas en América.
El surgimiento de Napoleón Bonaparte es fundamental. Su intervención en España, las abdicaciones de Carlos IV y Fernando VII, la entrega del trono español a su hermano José, que reinó en España y las Indias con el título de José I; la promulgación de la Constitución de Bayona en 1808, que reconocía la autonomía de las provincias americanas del dominio español; sus pretensiones de reinar sobre aquellos inmensos territorios, cuyos habitantes nunca quisieron aceptar los planes y designios del emperador, son elementos básicos para entender los movimientos de emancipación y las guerras hispanoamericanas por su independencia
El surgimiento de líderes de la talla de Simón Bolívar, José de San Martín, Francisco Miranda y muchos otros, que comenzaron a plasmar las ideas revolucionarias que surgían de las sociedades subyugadas por la monarquía establecida en América, libertándolas y proclamando nuevas repúblicas libres e independientes.
La Declaración de Independencia de los Estados Unidos, la cual estableció un gobierno democrático, suceso que para las otras naciones subyugadas fue una circunstancia decisiva para su independencia.
Las independencias o procesos independentistas dados en esa misma época en el Sur de América.
El surgimiento del primer periódico de la historia de Panamá, La Miscelánea del Istmo, el cual comenzaba a divulgar, las opiniones políticas de diversos personajes revolucionarios que iban en contra del régimen español establecido en Panamá y también de los diferentes movimientos independentistas de América.
La circunstancia de que Juan de la Cruz Mourgeon y Achet, viajó en octubre de 1821 al Ecuador para combatir a los rebeldes independentistas y mientras duraba su ausencia, el mando del Gobierno del Istmo de Panamá lo encargó al militar panameño José de Fábrega, que en ese momento desempeñaba como gobernador de Veraguas. Este incidente fue decisivo en las pretensiones independentistas de la villa de Los Santos y Panamá.
Pero sin duda alguna, la razón más importante que produjo la independencia de Panamá, fueron los hechos del 10 de noviembre de 1821, y es que la Independencia de la Villa de Los Santos, aceleró de manera decisiva el proceso independentista de Panamá.
2. Situación Económica: A diferencia de la demás colonias, Panamá fue una colonia fiel a la Corona Española debido al comercio. A comienzos del siglo XIX, la postrada economía del Istmo se reactivó, a causa de las medidas tomadas por España, la cual le dio autorización al comercio con posesiones extranjeras en el Caribe. En 1808 el gobernador Juan Antonio de la Mata abrió el río Chagres a las transacciones mercantiles con Jamaica y pronto Portobelo se sumó a tales actividades. No se hizo esperar el aumento del contrabando y la rápida obtención de ganancias por parte de los comerciantes locales. Estos ante la invasión de Napoleón Bonaparte en la Península Ibérica, enviaron fuertes donativos en dinero y especias a las juntas que luchaban contra tal imposición en el trono español.
Tales gestos de lealtad de los criollos panameños hacia la Corona Española y a Fernando VII, no se circunscribieron en el ámbito europeo; también existieron los donativos patrióticos para contribuir a la sofocación de las revueltas independentistas en Hispanoamérica y en especial con el restablecimiento del virreinato en Panamá. Mientras el virrey Benito Pérez obtenía fuertes contribuciones de los mercaderes locales, ignoraba el desmedido contrabando procedente de Jamaica y ampliaba el comercio de los istmeños con los lejanos puertos del Pacífico mexicano. Dio, además, su aprobación para que en Panamá se creara un Tribunal de Consulado con jurisdicción propia aunque tal proyecto no prosperó por la intervención de la Real Audiencia y el desinterés de las autoridades metropolitanas.
Desde entonces, Panamá pasó a ser el bastión realista y punto de envío de tropas españolas para la sofocación de los rebeldes independentistas en América del Sur. Por otro lado, al esta cerrada la ruta por el Cabo de Hornos por las fuerzas patriotas del Sur de América, nuevamente cobró vida el tránsito de mercadería por Panamá. Sin embargo, para el año de 1814, con la intensificación de las batallas por la independencia, la Corona Española ordenó la cancelación del libre comercio con Sudamérica. Este acto provocó un descontento masivo en los mercaderes y en la población en general. Fue así, que comienza a germinar un sentimiento de nacionalismo y autodeterminación; nace en los istmeños los deseos de independencia. Aunado a esto, la población no soportaba más la carga de tributos de guerra, el reclutamiento forzoso para la guerra, las persecuciones políticas y la paralización de las operaciones mercantiles, particularmente por el cierre del puerto en el río Chagres.
3. Primeros Intentos de Independencia: Inicialmente el proceso de la independencia de Panamá no fue planificado por los istmeños, sino por los libertadores del Sur de América quienes veían en Panamá un punto estratégico, tanto político como militar.
El primero de ellos fue Francisco de Miranda, quien en 1790 propuso al ministro británico William Pitt amplias facilidades de tránsito por Panamá a través de un futuro canal interoceánico a cambio del apoyo militar de Inglaterra para la independencia de América del Sur. A juicio de Miranda, esto beneficiaría a Inglaterra ya que abría la posibilidad de la expansión del comercio ingles hasta China, Japón, entre otros territorios.
Desde el punto de vista militar, Miranda también le dio especial importancia a Panamá, ya que la mayor parte de las tropas expedicionarias para la emancipación podrían concentrarse en el río Chagres como en la Bahía de Panamá. Sin embargo estos proyectos no prosperaron, a pesar de que aun en 1801 Miranda y otros conspiradores en Londres pretendían apoderarse de puntos estratégicos en Panamá para así fomentar actividades mercantiles; así como para atraer a más criollos del continente para que levantaran las armas contra el Imperio Español.
Entre 1814 y 1819, dos expediciones foráneas fracasaron en su intento de independizar a Panamá del Imperio Español. En la primera fecha, el comandante francés Benito Chaserieux (Benoît Chassériau) ataco sin éxito a Portobelo y, a principios de 1819, el general Gregor MacGregor recibió instrucciones para conducir sobre Portobelo la expedición que, bajo la vigilancia de la Agencia en Londres de las Provincias Unidas de la Nueva Granada se formaba con el concurso pecuniario de varios comerciantes ingleses. La expedición constante de 417 hombres salió de Inglaterra en diciembre de 1818 en dos fragatas y un bergantín armados en guerra. Después de tocar en Santo Domingo y en los Cayos de San Luis, tomó la isla de San Andrés de donde enderezó rumbo al continente poniéndose a la vista de Chagres el 8 de Abril de 1819. Continuando rumbo al Oriente la escuadrilla echó anda en la ensenada de Buenaventura el día siguiente, desembarcando sin dificultad 300 hombres que, bajo el mando del doctor José Elías López Tagle, emprendieron la marcha sobre Portobelo, arrollando las avanzadas españolas en el camino y tomando posiciones dominantes cerca del castillo de Santiago. A la mañana siguiente se disponía MacGregor iniciar el ataque sobre la fortaleza, supo que el Gobernador, Juan M.Van Herch, con la guarnición había abandonado durante la noche la plaza, circunstancia que le permitió entrar en la ciudad sin ninguna oposición. MacGregor organizó inmediatamente el gobierno civil de la provincia, a cuyo frente puso al doctor López y al doctor José Joaquín Vargas, ambos emigrados granadinos, en tanto que el elemento militar se ocupaba en alistar bajo las banderas de la libertad un cuerpo de voluntarios portobeleños que debía servir de vanguardia en la campaña que se preparaba sobre Panamá.
La toma de Portobelo causó en Panamá distintas emociones, pues agitó vivamente en unos la esperanza de otros triunfos sucesivos en pro de la causa independentista, y en otros, con la alarma consiguiente, el propósito de arrojar del territorio al invasor. El Gobernador de Panamá Alejandro Hore reunió a toda prisa y por todos los medios una fuerza respetable de la cual hacía parte el veterano batallón "Cataluña" mandado por el Coronel Isidro de Diego. Con esa fuerza emprendió por caminos extraviados la marcha y, luego de reforzar la guarnición del Castillo de San Lorenzo, llegó con 500 hombres a las cercanías de Portobelo el 28 de Abril. Los ingleses estaban confiadamente entregados a los placeres y la orgía, habiéndose en pocos días relajado la disciplina en las filas, mermadas además por las enfermedades. Hore resolvió atacar el 30, a cuyo efecto dividió el ejército en dos columnas mandadas respectivamente por el Coronel de Diego y por el Teniente coronel José Santa Cruz. La plaza fue sorprendida en la madrugada del citado día, pudiendo Santa Cruz adueñarse sin mayores esfuerzos del edificio de la Aduana, donde cayeron prisioneros y fueron degollados sin misericordia con otros varios oficiales, los doctores López y Vargas. MacGregor logró, junto con algunos compañeros, lanzarse al agua y ganar a nado los buques, salvándose así de una segura e ignominiosa muerte. Entre tanto, de Diego atacaba con su columna el fuerte de San Jerónimo, donde el Coronel Bafter opuso la más obstinada resistencia. Diezmados sin embargo los defensores después de largo combatir por los certeros disparos de los atacantes, aceptaron las propuestas de una capitulación en los momentos casi en que MacGregor los instaba a sostenerse, pues se preparaba a ayudarlos con los fuegos de artillería de la escuadra. En la confianza de que se les permitiría reembarcarse, se presentaron en la plaza mayor 340 ingleses que depusieron las armas ante los vencedores. Hore, violando la promesa hecha, ordenó maniatar a los rendidos conducirlos a las prisiones. Más tarde fueron destinados al servicio de las obras públicas en Panamá, Portobelo y el Darién. Hore regresó con el ejército vencedor á la capital, donde se le hizo un aparatoso recibimiento
La toma de Portobelo en manos de los rebeldes no duró mucho tiempo. Aprovechándose de la excesiva confianza de los invasores, el gobernador de Panamá, Alejandro Hore, reconquistó Portobelo. Cabe señalar que el verdadero objetivo de MacGregor era la construcción de un canal interoceánico en el Istmo con capital británico.
La independencia de Panamá, fue un movimiento en cierto modo diferente a las grandes campañas de Simón Bolívar en el Sur, sin embargo, Bolívar influyó de manera decisiva en la independencia del Istmo, por sus ideales y liderazgo en pro de la liberación de las naciones americanas. Panamá fue una de las últimas naciones de América en independizarse de España, y la razón era, que en vista de las diferentes guerras de independencia, en el Sur de América principalmente, el Istmo de Panamá se convirtió en el núcleo central de las campañas en contra de los rebeldes americanos.
Después de la Batalla de Carabobo (24 de junio 1821), pensó Bolívar hacer la campaña emancipadora de Panamá, con parte del ejército que había conquistado nuevas glorias en esa inmortal jornada. El general Rafael Urdaneta fue designado para conducir la expedición que se mandó preparar al efecto en Santa Marta; más por impedimento físico de aquel jefe, se nombró como sustituto al coronel Bartolomé Salom. Cuando se activaban los preparativos de la empresa, surgieron algunas conmociones en Venezuela que obligaron a movilizar parte del ejército expedicionario; y Bolívar, considerando la importancia de apoyar las operaciones que ejecutaba el general Antonio José de Sucre contra los realistas de Quito, desistió por el momento de sus proyectos sobre Panamá, para recomendarlos, sin embargo, al vicepresidente general Francisco de Paula Santander, cuando en diciembre del mismo año marchaba de Bogotá a incorporarse al ejército del Sur que lo precedía.
Preocupada la Corona Española, cada día más, del progreso de la lucha por la emancipación en América, dispuso mejorar la condición defensiva del Istmo, aumentando su guarnición y confiando el mando del país al brigadier Tomás de Cires. Así mismo confió al mariscal de campo Juan de la Cruz Mourgeón y Achet el Gobierno de Quito y del Nueva Granada, con el título de capitán general y el derecho de tomar el de virrey, cuando reconquistase para la Corona las dos terceras partes del territorio de aquellas provincias. A mediados de agosto de 1821, llegó Murgeón a Panamá con alguna fuerza que sacó de Puerto Cabello, y desde luego puso sus esfuerzos en organizar una expedición militar para dirigirse al sur, a fin de contener el avance del ejército colombiano sobre Quito. Con este propósito, alistó en Panamá un contingente de tropas que había de reducir considerablemente la guarnición de la plaza. Exhausto, empero, el tesoro para sufragar los gastos de la expedición, echó Murgeón manos de los fondos de las cofradías y de la Iglesia en calidad de préstamo; así pudo equipar aquella y salir con rumbo a la costa de Esmeralda el 22 de octubre del citado año.
4. Primer Grito de Independencia: Dado el 10 de noviembre de 1821, representó el primer movimiento independentista de Panamá, este no era producto de las campañas de Simón Bolívar, pero si se inició bajo sus ideales y ante el descontento de la sociedad santeña ante los abusos de España en el territorio. Juan de la Cruz Mourgeon y Achet, tuvo una propuesta de la Corona Española; si lograba recuperar el control de varias colonias sublevadas sería nombrado virrey. Debido a ello realizó un viaje hacia el Ecuador con el propósito de formar un batallón y desde este punto geográfico arremeter contra los granadinos. Su viaje lo realizó el 22 octubre de 1821. Mientras duraba su ausencia, el mando del gobierno del Istmo de Panamá lo encargó al militar panameño José de Fábrega que en ese momento desempeñaba como gobernador de Veraguas. Este incidente fue decisivo en las pretensiones independentistas de la Villa de Los Santos. La muchedumbre de la Villa de los Santos, luego del manifiesto de Gómez Miró, se propuso a comenzar la gesta independentista el 10 de noviembre de 1821. La multitud nombra como líder de su movimiento a Segundo Villareal, quien formaba un batallón de voluntarios que atacó la cárcel de Panamá, en cuyo lugar estaba la mayoría de los presos políticos reprimidos por los gobiernos dictatoriales de turno. Cuenta la historia, que para ese tiempo existió una joven llamada Rufina Alfaro que era cocinera del cuartel militar español, y al tener acceso a tan importante lugar, según historiadores panameños, sustrajo información de que el istmo de Panamá quedaría con una cantidad mínima de soldados, ya que estos se irían a combatir al Ecuador y que sería la ocasión perfecta para iniciar la gesta independentista. Aprovechando precisamente la ausencia de gran cantidad de soldados del ejército español, ese 10 de noviembre de 1821, se proclama la Independencia de la Villa de Los Santos, declarándola libre y soberana del Imperio Español.
Luego de proclamar ciudad independiente a la villa de Los Santos, el Cabildo Abierto cuyo presidente fue Julián Chávez, invitó a todos sus miembros además de los concejales, a deliberar acerca de la escogencia de Segundo Villareal como el jefe de las nuevas fuerzas libertadoras de Los Santos, luego de lo cual se confirmó por unanimidad la moción expuesta confirmando su cargo. Esta decisión tomó en cuenta la infranqueable postura de Segundo Villareal de libertarla al precio que fuese, incluso exponiendo su propia vida. Esta noticia del Grito de Independencia de la Villa de Los Santos, se difundió por todo el territorio panameño y fue respaldada por los pueblos de Las Tablas, Macaracas, Las Minas, Parita, Ocú, Penonomé, Pocrí, Pesé, Natá de los Caballeros, San Francisco de Veraguas y Alanje, en la provincia de Chiriquí.
5. La Proclamación de la Independencia: Tras los acontecimientos del 10 de noviembre en la Villa de Los Santos, la independencia de Panamá ya era un hecho. Todo esto y la circunstancia de que un panameño ocupara el primer puesto del país, avivó en los istmeños la idea de emanciparse por sus solos esfuerzos de España, considerando que José de Fábrega no haría una oposición invencible al propósito de libertar su propia patria. A raíz de estos acontecimientos, el coronel José de Fábrega, ya identificado con los patriotas, convocó el 20 de noviembre a una reunión en su propia casa, a la cual asistieron todas las fuerzas políticas, civiles y eclesiásticas, pertenecientes principalmente a la élite criolla. Lo propuesto en dicha junta, no fue el repudio a los acontecimientos originados con la proclamación de Independencia de la Villa de Los Santos, sino la organizada coordinación de la revolución mediante la consulta popular. Pero suponiendo como natural la resistencia de la guarnición a todo movimiento de independencia y para destruir ese peligro, acordaron los patriotas comenzar la deserción en filas del elemento militar, reuniendo para el caso un fondo con el concurso pecuniario de varias prominentes personas. Inclusive la Iglesia católica apoyaba el movimiento independentista de Panamá y contribuyó con fondos para la causa. Fue entonces, mediante sobornos, que el ejército español comienza desertar de tal manera que apenas quedaban soldados suficientes para el servicio en las cárceles y cuarteles. Sin embargo, ante el temor de cualquier represalia por parte de España hacia el movimiento independentista, los istmeños habían conformado un ejército, de manera insipiente, con palos, piedras y algunos mosquetes y fusiles, dispuestos a combatir para asegurar la independencia. Sucedió de esa manera, que el 28 de noviembre de 1821, en un cabildo abierto en la ciudad de Panamá, se proclama la "Independencia de Panamá".
Pero la falta de presupuesto, el poco armamento militar con el que se contaba y la inseguridad de ser reconquistados por España, pone en peligro el seguir con la aventura independentista del istmo, por lo que se propone la unión con algunas de las nuevas naciones americanas, entre ellas los vecinos de la unión centroamericana y la nación del Perú, que había sido el principal socio comercial del Istmo en la época colonial. Pero finalmente, mediante el voto popular y aprobación de toda la población, se decide la unión voluntaria a la Gran Colombia de Simón Bolívar, unión que fue motivada debido a la gran admiración y liderazgo de Bolívar en las campañas independentistas del Sur de América. Panamá se une a Colombia y a cuyo Congreso iría a representar oportunamente su diputado. Una vez proclamada, se procedió a redactar el Acta de Independencia de Panamá.
Sin embargo, dos días después de proclamada la independencia, es decir, el 30 de noviembre, durante la ceremonia formal de juramentación del nuevo gobierno ya a cargo de Fábrega, un suceso inesperado que conmocionó a la nueva nación, puso a prueba la voluntad y capacidad del recién nombrado gobernador: dos fragatas de guerra de la marina española, La Prueba y La Venganza, de cincuenta y cuarenta y cuatro cañones respectivamente, acompañadas de otros navíos pertenecientes a la flota del mariscal Mourgeon, amanecieron en la isla de Taboga, ubicada en el Pacífico en la bahía de Panamá frente a la ciudad, para buscar al resto de las tropas españolas en el istmo. Inmediatamente, Fábrega ordenó que todo hombre apto para tomar un fusil o una espada, se armase y prestase servicio en defensa de la nación ya emancipada. Una vez más, las habilidades diplomáticas y la fortaleza de carácter de Fábrega, lograron producir una tregua, que les permitió a los navíos españoles permanecer en las aguas que comenzaban a reconocerse como colombianas, lo estrictamente necesario para reabastecerse y partir. El coronel Fábrega sabía que un enfrentamiento militar con los españoles hubiese dejado graves secuelas. Los capitanes españoles José de Villegas y Joaquín de Soroa, firman un tratado de paz con el coronel José de Fábrega (ascendido a general de brigada y nombrado jefe civil y militar del Istmo por Simón Bolívar) el 4 de enero de 1822, entre la monarquía española y los patriotas, donde acuerdan la no agresión a los territorios del istmo y la retirada de las tropas y todos los barcos de la Corona Española de la nueva nación istmeña. Fue su primer conflicto como gobernante, que se resolvió satisfactoriamente, y su gobierno inició con bases sólidas. Simón Bolívar, supo en enero de 1822 de la independencia de Panamá, y desde su Cuartel General de Popayán destacó a uno de sus edecanes, el capitán Daniel Florencio O'Leary, para que se trasladara a Panamá como portador de una nota laudatoria para Fábrega y para que presentara a los istmeños las felicitaciones a que eran acreedores por la libertad de su patria.
Separación de Panamá de Colombia
1. Unión a Colombia: Los patriotas panameños admirando el liderazgo y la visión del Libertador Simón Bolívar, toman la apresurada medida, que luego le costaría caro a la nación del istmo, de unirse voluntariamente a la República de Colombia o Gran Colombia.
Causas de la unión a Colombia:
El temor de los istmeños de no poder mantener la independencia de España lograda, ante posibles intentos de reconquista, debido a la pequeñez y falta de recursos.
La atracción irresistible de la gloriosa figura de Bolívar, presidente de la Gran Colombia. La llamada "intoxicación boliviana"
El factor económico y la condición favorable de unirnos a una nación más grande que poseía un floreciente comercio, así se consolidaría la economía y la función de ruta por el istmo.
Para administrar el Istmo nos falta madurez política y en el momento teníamos poca visión del futuro.
2. La Organización del Movimiento Separatista: Meses antes del rechazo del Tratado Herrán-Hay, un grupo de panameños había comenzado a reunirse con el fin de decidir qué medidas adoptarían en caso que el Congreso colombiano improbara el Tratado canalero. Liderizados por José Agustín Arango, estos panameños no adoptaron ninguna decisión hasta que se conoció la noticia de la improbación. Entonces, se formó la Junta Revolucionaria integrada, entre otros panameños notables, por Ricardo y Tomás Arias, Manuel Amador Guerrero, Nicanor A. De Obarrio, Manuel Espinosa Batista, Federico Boyd , Carlos Constantino Arosemena y por el propio Arango . La Junta comenzó a reunirse clandestinamente y se sabe que en algunas de estas reuniones participaron el cónsul estadounidense en Panamá, así como también altos funcionarios de la Compañía del Ferrocarril. Fue precisamente entonces, cuando se concibió la idea de separar al Istmo de la República de Colombia.
Poco después que se conoció la devastadora noticia de que el Tratado había sido rechazado, la Junta Revolucionaria envió a los Estados Unidos al doctor Manuel Amador Guerrero. Su misión consistía en solicitar ayuda por parte del gobierno estadounidense para llevar adelante el movimiento separatista, así como el compromiso de que la nueva República sería reconocida sin dilación. En Nueva York , Amador Guerrero debía entrevistarse con William Nelson Cromwell que, como ya señalamos, era el abogado de la Compañía Nueva del Canal y del Ferrocarril, que sería su contacto con el gobierno de los Estados Unidos. Cromwell era un hombre de grandes influencias en las altas esferas políticas de Washington y estaba dispuesto a colaborar con los panameños a fin de salvar las inversiones de sus clientes.
Pero una vez en Nueva York, Cromwell no recibió a Amador Guerrero, pues temió que la noticia de la separación llegara a oídos de Colombia y esta nación cancelara los derechos de concesión de sus representados. Amador , entonces, desconcertado y sin saber qué hacer, entró en contacto con el ingeniero Philippe Bunau Varilla quien, desde hacía algunos años estaba empeñado en que los Estados Unidos adoptara la ruta de Panamá.
Bunau Varilla le ofreció a Amador Guerrero, cien mil dólares para organizar el movimiento, al tiempo que se comprometió a obtener el reconocimiento diplomático y el apoyo militar de los Estados Unidos para la nueva República. También le entregó un modelo de bandera y una proclama que debía ser leída al concretarse la separación. Pero a cambio solicitó que se le nombrara Ministro Plenipotenciario de la nueva República, con la facultad para negociar el nuevo Tratado del Canal con los Estados Unidos, que se firmaría después de la secesión.
Al parecer, Amador Guerrero en nombre de los alzados panameños adquirió este compromiso.
3. La separación: José Domingo De Obaldía sería nombrado gobernador del Istmo, este cargo ya lo había desempeñado con anterioridad; pero él se sentía inclinado hacia la idea de la separación.
José Agustín Arango, político istmeño, empezó a trabajar en secreto en la preparación del movimiento separatista. Una junta revolucionaria clandestina se formó en torno suyo para planificar una revolución destinada a consolidar la separación del Istmo de la soberanía colombiana, para negociar directamente con Estados Unidos la construcción del canal. La red conspirativa estaba conformada aparte del propio Arango, por Manuel Amador Guerrero, médico; Nicanor de Obarrio, militar y general del ejército colombiano y por otros como Ricardo Arias, Federico Boyd, Carlos Constantino Arosemena, Tomás Arias y Manuel Espinosa Batista. Pero la parte operativa, la de mayor riesgo, le tocó a Amador Guerrero, quien viajó a Estados Unidos en busca de apoyo para el plan, ya que las fuerzas norteamericanas habían ayudado en el pasado al ejército colombiano. También obtuvo en Panamá el apoyo de importantes jefes liberales y el apoyo del comandante militar Esteban Huertas.
Con todos estos apoyos, se concertó la puesta en marcha del plan separatista para un día no definido del mes de noviembre de 1903. Sin embargo, un rumor generado en Colombia estuvo a punto de dar al traste con el plan. Informes recibidos daban cuenta de una supuesta invasión nicaragüense al Istmo por la región de Calovébora, sobre la costa norte panameña. Este informe, y los rumores insistentes sobre algo que se tramaba en Panamá, hicieron que Colombia movilizara al Batallón Tiradores desde Barranquilla. El comandante de ese batallón traía secretamente instrucciones para reemplazar a José Domingo De Obaldía y al general Esteban Huertas, en quienes ya no se confiaba en Bogotá.
El Batallón Tiradores, al mando del general Juan B. Tovar y Ramón G. Amaya, llegó a la ciudad de Colón en la mañana del 3 de noviembre de 1903. No tuvo problemas para desembarcar, pero su transporte hacia la ciudad de Panamá sufrió muchos contratiempos por la complicidad de las autoridades del Ferrocarril Transístmico con los conjurados, entre ellas el superintendente norteamericano J.R. Shaler. Después de muchas excusas, el Estado Mayor pudo desplazarse hacia la capital. En Colón quedó la tropa bajo el mando del coronel Eliseo Torres.
Una vez llegados a ciudad de Panamá, Juan B. Tovar y sus otros oficiales fueron arrestados por instrucciones del general Esteban Huertas, quien estaba al mando del Batallón Colombia, cuya jefatura pretendía reemplazar al recién llegado general.
Al enterarse de la inminente acción revolucionaria, el comandante John Hubbard del buque norteamericano «Nashville», entonces en las aguas del puerto y quien había retrasado previamente el desembarco de las tropas colombianas en Colón, procedió a impedir su transporte y cualquier desembarco posterior, argumentando que debía respetarse la "neutralidad" del ferrocarril, un argumento que las autoridades norteamericanas habían empleado en anteriores ocasiones en sentido contrario.
Apresado el contingente militar colombiano y congelado la movilización de las tropas en Colón, se apresuraron las acciones para declarar la separación del Istmo. La Junta Revolucionaria procedió entonces a declarar esa misma tarde, la separación del Istmo. Algunos panameños asaltaron las armerías y tomaron las armas, pero no fue necesario usarlas. Por representar a la autoridad colombiana fue puesto bajo custodia el gobernador José Domingo de Obaldía.
Una escuadrilla naval anclada en la bahía de Panamá fue obligada a rendirse sin oponer resistencia. El Consejo Municipal se reunió bajo la Presidencia de Demetrio H. Brid (autoridad máxima en el territorio panameño ante el surgimiento de un gobierno de facto), y proclamó en un acta de voluntad del pueblo de ser libre y de establecer un Gobierno propio, independiente, y soberano bajo el nombre de República de Panamá. Demetrio H. Brid se convirtió entonces en el Primer Presidente de facto de la recién formada República de Panamá, nombrando el 4 de noviembre de 1903 a la Junta de Gobierno Provisional que se encargaría de la administración del Estado hasta que la Convención Nacional Constituyente en febrero de 1904 designara a Manuel Amador Guerrero como el primer Presidente Constitucional de la República de Panamá.
4. La actuación de la Junta Provisional de Gobierno: La Junta Provisional de Gobierno integrada por José Agustín Arango, Tomás Arias y Federico Boyd, gobernó entre el 4 de noviembre de 1903 y el 20 de febrero de 1904, cuando asumió la presidencia de la República Manuel Amador Guerrero. Durante este tiempo se crearon seis Ministerios, a saber: Gobierno, que fue ocupado por Eusebio A. Morales, Relaciones Exteriores por Francisco V. de la Espriella; Justicia a cargo de Carlos A. Mendoza; Guerra y Marina para el cual se nombró a Nicanor De Obarrio; Hacienda al frente del cual estuvo Manuel E. Amador, e Instrucción Pública a cargo de Nicolás Victoria Jaén. Entre las obras administrativas más destacadas de la Junta está la creación de la Provincia de Bocas del Toro. En el campo de las relaciones exteriores nombró a Philippe Bunau Varilla como Ministro Plenipotenciario de Panamá en los Estados Unidos con el fin de que firmara el Tratado canalero, cumpliendo así con la promesa realizada por Amador Guerrero al ingeniero francés. Pero sin pérdida de tiempo, la Junta designó una Comisión integrada por el propio Amador Guerrero y Federico Boyd, bajo la asesoría jurídica de Pablo Arosemena con el objetivo de que se trasladara a Washington para supervisar la negociación y firma del Tratado. Igualmente, le cupo ratificar el Tratado Hay-Bunau Varilla, pese a que en su Informe reconoció que no era el mejor pacto contractual, como veremos más adelante.
Respecto a los diez millones que Panamá recibió como compensación de los Estados Unidos, por la firma del Tratado, la Junta Provisional de Gobierno hizo atinadas observaciones y recomendaciones, respecto a su uso, que después serían consignadas en la Constitución Nacional. La Junta recomendó que, por razones de prudencia, solo dos millones entraran al país y la suma restante fuera colocada en el extranjero, con el fin de que las futuras generaciones también pudieran tener acceso a los dividendos que reportaran. A partir de entonces, se conocieron como "Los Millones de la Posteridad".
En diciembre de 1903, se reunió la Asamblea Nacional Constituyente, integrada por conservadores y liberales, con el fin de redactar la Constitución de la nueva República. Esta Convención cumplió además funciones legislativas hasta la instalación de la Asamblea Nacional a mediados de 1904.
Estuvo presidida por Pablo Arosemena y fue la encargada de nombrar al primer Presidente de la República, cargo que recayó, como sabemos, en la figura del doctor Manuel Amador Guerrero.
La primera Constitución Nacional promulgada el 20 de febrero de 1904, estaba inspirada en la Constitución colombiana de 1886 y era, por lo tanto, de corte netamente conservador. Uno de los artículos más polémicos de esta Carta Magna fue el 136 que le permitía a los Estados Unidos intervenir en cualquier punto del territorio nacional en caso de alteración de la paz o del orden constitucional. El autor del artículo fue el prócer Tomás Arias, conjuntamente con el cónsul de los Estados Unidos William Insco Buchanan. Algunos liberales como Buenaventura Correoso y Carlos A. Mendoza se opusieron a su inclusión, pues lesionaba la soberanía nacional.
Otro artículo interesante era el 138 que reservaba seis de los diez millones pagados por los Estados Unidos, para ser invertidos en seguridades que produjeran una renta fija anual. Durante el gobierno de Amador Guerrero este fondo se invirtió en hipotecas en la ciudad de Nueva York. Esta colocación fue el origen del Fondo Constitucional también conocido como los Millones de la Posteridad.
5. Los intentos de reconquista por parte de Colombia: La noticia de la separación de Panamá provocó un verdadero trauma nacional en Colombia. En un primer momento se hicieron aprestos militares para reconquistar el Istmo, pero en una segunda instancia se pensó que era prudente tratar de lograr el reintegro mediante la negociación diplomática. El General Rafael Reyes estuvo a cargo de esta misión.
El 15 de noviembre, Reyes envió una primera delegación para convencer a los panameños de desistir en su intento separatista. Los comisionados panameños Tomás Arias, Eusebio A. Morales y Carlos Constantino Arosemena se reunieron con los delegados colombianos a bordo del barco de guerra estadounidende Mayflower en la bahía de Colón. Pese a las promesas de los colombianos de atender a las reclamaciones panameñas, nuestros compatriotas, respaldados por los Estados Unidos, se mantuvieron firmes en su decisión.
El fracaso de este primer intento dio lugar, cinco días más tarde al envío de una segunda delegación, integrada por el mismo Rafael Reyes, Jorge Holguín, Pedro Nel Ospina y Lucas Caballero. A bordo del vapor Canadá, se reunieron con la contraparte panameña integrada por los mismos comisionados de la reunión del Mayflower, a quienes se les unieron Carlos A. Mendoza, Antonio Zubieta y Nicanor De Obarrio. Pero una vez más, nuestros compatriotas se mostraron inflexibles en desistir de la separación.
A partir de entonces, los colombianos barajaron la idea de fomentar una sublevación a lo interno del Istmo, pero la posibilidad fue desechada habida cuenta que los estadounidenses les impedían el desembarco. Sea como fuere, Reyes no se dio por vencido y se trasladó a Washington con el fin de tratar de convencer a los congresistas de que no ratificaran el Tratado. Pero una vez más sus gestiones fracasaron. Pese a ello aún se dirigió a París donde le entabló a la Nueva Compañía del Canal francés una serie de demandas en el Tribunal Civil del Sena .
El fracaso de las gestiones diplomáticas hizo resucitar la idea de una reconquista de tipo militar. De esta manera, se organizó una expedición que llegó a desembarcar en Yaviza.
6. La Leyenda Blanca y la Leyenda Negra sobre la separación: Las especiales características de nuestro surgimiento como República hicieron que rápidamente surgieran dos posiciones contrapuestas respecto a los acontecimientos acaecidos y, en particular, a la participación de los Estados Unidos, en virtud del interés por construir un Canal por nuestro territorio. La llamada Leyenda Blanca o versión idílica, está representada por los puntos de vista de los próceres, sobre todo José Agustín Arango, Tomás Arias y Federico Boyd, quienes plantean que para llevar adelante la separación arriesgaron su vida, sus fortunas y su posición social, con el fin de librar del yugo colombiano a sus compatriotas. Aunque no desconocen la participación de los Estados Unidos, en realidad se concentran en su actuación personal.
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