LA TEORÍA GENERAL DE LOS SISTEMAS
El significado de la teoría general de los sistemas
Para Ludwig Von Bertalanffy, la teoría general de los sistemas tiene una importancia vital, "Es necesario estudiar no solo las partes o procesos aislados- señala-, sino también hallar los problemas decisivos hallados en la organización y el orden que los unifican, resultantes de la integración dinámica de partes y que hacen el diferente comportamiento de estas cuando se estudian aisladas o dentro del todo. … Este paralelismo de principios cognoscitivos generales en diferentes campos es aun más importante cuando se tiene en cuenta que se dieron independientemente, sin que casi nunca interviniera nada de la labor e indagación en campos aparte."
"Podemos muy bien buscar principios aplicables a sistemas en general, sin importar que sean de naturaleza física, biológica o sociológica… si planteamos esto y definimos bien el sistema, hallaremos que existen modelos, principios y leyes que se aplican a sistemas generalizados, sin importar su particular género, elementos y <<fuerzas>> participantes."… Conceptos, modelos y leyes parecidos surgen una y otra vez en campos muy diversos, independientemente y fundándose en hechos del todo distintos."
Podemos observar cómo Bertalanffy intuye en la generalidad de los sistemas en el universo, aun que no lo señala expresamente deja abierta la posibilidad de afirmar que el universo en sus partes y en su totalidad están estructurados y organizados sistémicamente, de allí la ciencia no importándole el ángulo por donde lo mire siempre encontrará una estructura y organización universal que obedecen a las mismas leyes.
Mas adelante señala " se diría, entonces, que una teoría general de los sistemas sería un instrumento útil al dar, por una parte, modelos utilizables y transferibles entre diferentes campos, y evitar, por otra parte, vagas analogías que a menudo han perjudicado el progreso de dichos campos. … "De esta manera, un problema fundamental planteado a la ciencia moderna es una teoría general de la organización. La teoría general de los sistemas es capaz en principio de dar definiciones exactas en semejantes conceptos y, en casos apropiados, de someterlos análisis cuantitativos." Esto corrobora una vez más nuestro postulado de la universalidad de los sistemas, sin embargo, hay que precisar que aquí Bertalanffy usa el término organización obviando la estructura de los sistemas, no se si para él dicho termino es tácito en el concepto de organización, que al parecer así lo es, sin embargo para mí, es imprescindible la necesidad de diferenciar estos dos conceptos para comprender mejor el concepto de sistema.
Un nuevo enfoque de la Teoría General de Sistemas
El concepto de Sistemas, predominante hoy en día y expandido por casi todas las ramas del conocimiento científico, parte del enunciado de la Teoría General de los Sistemas expuesta por Ludwig V. Bertalanffy, este concepto a lo largo del tiempo se ha mantenido inalterable y todos los postulados y análisis de los sistemas parten de lo mismo. Veamos hasta que punto esto es conveniente o no para el desarrollo posterior del conocimiento científico.
Bertalanffy señala: "…la Teoría General de los Sistemas, en el sentido mas estricto (G.S.T en ingles), que procura derivar, partiendo de una definición general de "sistemas" como complejo de componentes interactuantes, conceptos característicos de totalidades organizadas, tales como interacción, suma, mecanización, centralización, competencia, finalidad, etc., y aplicarlos entonces a fenómenos concretos." ; es decir un compendio de las principales propiedades de los sistemas, que admitimos, son características o propiedades fundamentales.
Seguidamente indica, "… la Teoría General de los Sistemas habría de tener naturaleza axiomática; esto es, a partir de una noción de "sistema" y un conjunto adecuado de axiomas se deducirán proporciones que expresan propiedades y principios de sistemas". Bertalanffy, además demuestra con su dominio de las matemáticas avanzadas la naturaleza axiomática de dicha teoría.
En otro párrafo de su exposición señala; "Un sistema puede ser definido como un complejo de elementos interactuantes. La interacción significa que el elemento, p, está en relación con, R, de suerte que el comportamiento de un elemento p en R es diferente de su comportamiento en otra relación R’. Si los comportamientos en R y R’ no difieren, no hay interacción y los elementos se comportan independientemente con respecto a las relaciones R y R’."
Interrelaciones y propiedades son el conjunto de elementos que emplea Bertalanffy para definir los sistemas, que dígase de paso admitimos como correctos; sin embargo, para mi esta definición adolece de algo sustancial para expandir el concepto de los sistemas.
Partiendo del tercer principio definido anteriormente para sustentar el presente proyecto, "los sistemas constituyen el modo fundamental y único de estructuración y organización de la materia con el objetivo de regular el intercambio de materia y energía entre las partículas elementales de la materia orientados hacia estados de mayor complejización, los sistemas no solo deben definirse por sus funciones, interrelaciones o propiedades, es como decir "el hombre es aquel que come, duerme, camina o trabaja, etc. ¿Como? No se sabe, si nos ceñimos estrictamente a tal definición; es necesario además de indicar las funciones, interrelaciones y demás propiedades, indicar su estructura y organización interna.
Podemos afirmar entonces, que los sistemas son estructuras organizacionales y funcionales de elementos que interactúan para cumplir un objetivo, presentando para tal fin las siguientes propiedades: globalismo y totalidad, suma, mecanización, centralización, competencia, finalidad, etc.
Para ver si estamos claros en esta definición no preguntamos ahora; ¿Que es una estructura sistémica? La Estructura Sistémica es el espacio físico y la cadena física generada por los elementos, funciones e interrelaciones de los elementos del sistema, con lo cual negamos la existencia de sistemas sin estructura capaz de soportar las interrelaciones de sus elementos y que es responsable a la vez del comportamiento de los mismos.
Entender la estructura sistémica es fundamental para acabar con la vieja polémica de sistemas abiertos o sistemas cerrados que no hacen más que confundir los linderos de los sistemas y justificar la estrechez mental para comprender la complejidad de los sistemas altamente evolucionados llamados inteligentes.
Finalmente, para completar el concepto de sistemas debo precisar sobre el concepto de Organización Sistémica. La Organización Sistémica Es la distribución de funciones en interdependientes de acuerdo a los requerimientos de los procesos que desarrolla el sistema, orientados hacia la optimización de las tareas y hacia el logro de sus objetivos generales, entendiendo como elementos del sistema, no a cada componente del sistema que en unos casos pueden ser unidades individuales, sino, como subsistemas a la ves estructurados y organizados que cumplen funciones y objetivos relacionados con el objetivo general del sistema.
La estructura y la organización de los sistemas son propiedades inherentes e indesligables de los sistemas. La organización es el comportamiento de los elementos del sistema, lo que llamamos conducta sistémica que engloba las actividades derivadas de las funciones de los elementos del sistema y sus interrelaciones, ésta a su vez, genera una cadena física o un espacio físico denominado estructura. Una vez configurada la estructura, esta a su vez fija los patrones de conducta de los elementos del sistema.
Sobre el particular Bertalanffy señala: "Es necesario estudiar no solo las partes y procesos aislados, sino también resolver los problemas decisivos hallados en la organización y el orden que los unifican, resultantes de la interacción dinámica de las partes y que hacen el diferente comportamiento de estas cuando se estudian aislados o dentro del todo"; es que precisamente, el estudio de los problemas decisivos hallados en la organización de los sistemas nos conduce indefectiblemente al estudio de su estructura.
Veamos el siguiente ejemplo. Tomando al átomo como un sistema elemental de la materia, sabemos hoy en día que dicho átomo está compuesto por alrededor de 30 partículas diferentes, sin embargo solo se ha podido determinar el comportamiento de unas cuantas partículas, electrones en este caso girando alrededor del núcleo, cuya posición es indeterminada de acuerdo al principio de la incertidumbre de Heisemberg que nos señala que solo existe la probabilidad de encontrar un electrón en una órbita determinada. Aquí observamos que las funciones de las partículas definen la organización del sistema y que la interacción de las mismas determina el espacio físico del sistema es decir, su estructura y esta a su vez limita el comportamiento y las funciones de los elementos del sistema. De esta forma ya podríamos imaginarnos cual debería ser el comportamiento y las interrelaciones de los demás elementos de éste sistema elemental de la materia.
Tomando el ejemplo del llenado de un vaso con agua que hace referencia Peter Senge. El sistema está compuesto por un subsistema inteligente con capacidad de autorregulación a través de un sistema de reflejos (neuroreseptores y neurotransmisores) y mecanismos de accionamiento que permiten controlar la apertura de la válvula, el nivel de llenado y el cierre de la válvula; así mismo tenemos como elemento del sistema el subsistema de abastecimiento de agua a red de abastecimiento. Este subsistema esta estructurado de tal forma que facilita el control de la válvula en función del nivel de llenado del vaso. La cadena física generada por la interacción de estos dos subsistemas fundamentales se muestra en el gráfico.
Fig. 04: Sistema de llenado de un baso de agua.
Obviamente, este es un sistema simple y funcional para repetir el procedimiento de llenado cuantas veces sea necesario. Sin embargo nos preguntamos: ¿Qué pasaría si la válvula de control de llenado no esta al alcance de la persona que llena el vaso? Digamos a unos metros de distancia. Este hecho hará que el comportamiento de la persona encargada de llenar el vaso sea diferente ya que la estructura del sistema también es diferente. Con esto se demuestra que los patrones de conducta de los elementos del sistema están determinados por la estructura del sistema.
Sistemas Espontáneos
El modo fundamental de existencia de la materia, es decir, la dialéctica de los procesos materiales conduce a un proceso universal y permanente de evolución de sus niveles de estructuración y organización.
"En los estados moleculares, la evolución aparece como una tendencia que va de lo desordenado a lo ordenado; ya la combinación de dos átomos es una "estructura", una complejización: el comienzo de la actividad negantrópica. Morand (cita el autor) afirma que desde el principio esta actividad debe presentar aspecto doble; por una parte, el punto de vista de la masa: la complejización de las estructuras espaciales ofrece seres físicos cada vez mejor estructurados; por otra, el punto de vista energético: la complejización de las fuerzas crea un espacio cada vez más orientado. En lo físico se crean seres que evolutivamente progresan en un plano de disimetría gradualmente más elevado –la estructura simétrica es el orden perfecto, la estabilidad del mineral cristalizado, el límite de toda evolución- , En lo energético, las fuerzas nacen de la disimetría estructural y por lo mismo son actuantes: el equilibrio de fuerzas representa el 0 de cualquier actividad, el orden entropico. En la materia inorgánica, como en las actividades menos organizadas de los seres vivos, los cambios representan el azar; los movimientos brownianos de las moléculas gaseosas y los brownoides de una mosca desplazándose en un cielo raso –o de un taxi circulando en la gran ciudad- son aleatorios, pueden ser reducidos a la misma expresión matemática por la ley del gran número. La complejización, por el contrario, elimina el azar por que introduce el orden".
"Para que la materia escape en sus cambios al azar debe complejizarse (evolucionar estructural y orgánicamente). La complejización significa, lo vimos, introducir un orden en el desorden de los elementos de la materia menos compleja. Este orden anula la producción autónoma de energía, al fenómeno vida, si no hay un contacto continuo entre esa materia singularmente ordenada y materia menos ordenada."
La transformación permanente de la materia como resultado de su modo fundamental de existencia lleva implícito la estructuración organizacional sistémica de la misma. La estructura atómica es un ejemplo de sistema elemental de estructuración de la materia. Las cargas positivas y negativas se ordenan en función de niveles energéticos y en orbitas con la finalidad de establecer el equilibrio energético. El desequilibrio energético obliga a este sistema elemental a compartir partículas energizadas con otras estructuras atómicas y así se forman las moléculas, y estas a su vez conforman sistemas más complejos llamados sustancias o cuerpos; el objetivo final es establecer el equilibrio energético interno, absorbiendo materia y energía del entorno. Absorción que se realiza a través de una transferencia de energía y masa al mismo tiempo y en forma indesligable como parte del proceso fundamental de la materia.
Estos tipos de sistemas a los cuales llamaremos sistemas espontáneos, tienen como característica fundamental su tendencia hacia estados estables de más bajo nivel energético, para de este modo mantener su estructura uniforme en el tiempo, sin embargo, los desequilibrios energéticos del entorno terminan por imponerse y finalmente acaban por romper el equilibrio interno conduciendo a la destrucción del sistema.
"… La teoría evolucionista, según la cual todo se desarrolla o evoluciona hasta alcanzar formas cada vez más adaptadas a su entorno. Igualmente aceptaremos el principio que afirma que todos los cuerpos tienden a lograr la configuración que posea la menor energía posible, lo que se traduce en la tendencia a conseguir la adaptación mas perfecta al medio, ya sea se trate de los seres vivos o de la materia inerte, a ocupar las menores alturas posibles, a efectuar la menor cantidad de movimiento, etcétera. Asimismo adoptaremos la teoría de que las formas existentes en la Naturaleza son precisamente aquellas que, teniendo en cuenta todas las posibilidades, tiene una mayor probabilidad de existir…"
Los sistemas espontáneos son estructuras organizacionales de la materia que dependen estrictamente del azar y su función principal es su adaptación a los espacios y formas que le proporciona la naturaleza, en sus estados más estables y con el menor costo de energía.
"La Teoría de la complejidad no organizada –señala Bertalanffy-se arraiga a fin de cuentas en las leyes del azar y la probabilidad y en la segunda ley de la Termodinámica. En contraste, hoy el problema fundamental es la complejidad organizada. Conceptos como los de organización, totalidad, directividad, teleología y diferenciación son ajenos a la física habitual… De esta manera, el problema fundamental planteado a la ciencia moderna es una teoría general de organización. La Teoría General de los Sistemas es capaz en principio de dar definiciones exactas de semejantes conceptos y, en casos apropiados, someterlos a análisis cuantitativos.". Cabe indicar en es te caso que a la "complejidad no organizada" a la que se refiere Bertalanffy son a la vez sistemas espontáneos "flotantes" con desequilibrios energéticos generados por el espacio físico que ocupan y la interacción entre ellos, generando de este modo el incremento entrópico del universo. Es por ello que la interacción de los sistemas espontáneos está sujeta a las leyes del azar, la probabilidad y la Segunda ley de la Termodinámica. El más alto grado de desorden se observan en comportamiento de un gas, las moléculas del gas son sistemas cuyo desequilibrio energético interno les permite movimientos al azar y en forma totalmente caótica alterando constantemente el espacio físico que ocupan y el equilibrio del entorno.
El equilibrio relativo de los sistemas espontáneos es generalmente "ideal", tal como señalamos líneas arriba, la interacción de los sistemas que conforman el universo, de acuerdo con su modo dialéctico de existencia, rompe permanentemente tal equilibrio, obligando a dichos sistemas a un proceso de formación y destrucción constantes. Como ejemplo tenemos las inmensas rocas que conforman las distintas placas tectónicas del globo terrestre, estas placas, estructuralemte han logrado el equilibrio interno durante su formación geológica y un aparente equilibrio en el tiempo; sin embargo, la gran masa de dichas placas origina una enorme cantidad de energía potencial que hace inestable su ubicación en el espacio, produciendo un desplazamiento constante y generando catástrofes incontrolables y alteraciones graves del entorno. Por más estable que parezca un sistema espontáneo debido a su estado de equilibrio energético interno, este en el tiempo tarde o temprano será transformado irreversiblemente dando paso a nuevas estructuras.
La formación de los sistemas espontáneos obedece a un proceso de transferencia de energía a través de procesos irreversibles de sistemas inestables a sistemas más estables con la finalidad de buscar estados de más bajo nivel energético conduciendo a la naturaleza hacia un mundo inanimado e impotente frente a los estados de autodestrucción permanentes. Este devenir de los sistemas espontáneos, trae como consecuencia la formación de sistemas capaces de convivir con el desequilibrio y la inestabilidad, sin perder de vista al equilibrio como objetivo general del sistema.
El proceso principal de los sistemas espontáneos es el balance energético con el objetivo de establecer el equilibrio interno.
Sistemas anacrónicos o incongruentes
Los sistemas anacrónicos son sistemas con estructuras incongruentes o anacrónicas. La incongruencia se manifiesta entre los procesos y la estructura que determinan funciones deficientes. Esta incongruencia se debe a la falta de definición de los procesos que desarrolla el sistema y que desencadenan en estructuras anacrónicas.
Los sistemas anacrónicos son básicamente organizaciones sociales en los cuales el conflicto entre la estructura y la organización es permanente. Los patrones de conducta derivados de estructuras acrónicas se encuentran en permanente contradicción con los objetivos del sistema, esto es debido a que las estructuras son construidas a la medida de las necesidades de los miembros de la organización y no en función de los procesos y objetivos fundamentales del sistema; en este caso, la conciencia del deseo se impone sobre la racionalidad y crea estructuras a la medida de dichos deseos dando como resultado un conflicto permanente con el entorno. De este modo los sistemas anacrónicos suelen tener una disfunción estructural respecto a los objetivos generales del sistema en forma permanente que ocasiona estados de mediocridad funcional desde el punto de vista organizacional. El empoderamiento informal, que consiste en la formación de grupos informales para el logro del control del sistema, es una característica propia de los sistemas anacrónicos. La mediocridad y el empoderamiento informal se realimentan de la disfunción estructural garantizando la vigencia de los grupos informales en el tiempo.
Los sistemas anacrónicos surgen del proceso de interacción de los seres humanos con su entorno, siempre que dicha interacción este orientado bajo el predominio de lo subjetivo sobre la realidad objetiva, es decir, del predominio de la conciencia sobre la materia.
Sistemas inteligentes
Un sistema inteligente es un sistema con conciencia, estructura y organización de alta integración y sensibilidad que le permite responder adecuada y oportunamente frente a las interacciones del entorno y se sustenta bajo el principio del rendimiento óptimo de sus elementos.
Los sistemas inteligentes son sistemas que tienen la capacidad de reflejar, a través de censores incorporados (neuroreseptores y neurotransmisores), los estímulos del medio ambiente, almacenar la información, realizar funciones lógicas y responder de manera predeterminada ante dicho estímulo en forma rápida y apropiada y regresar a su estado original una vez que cesa el estimulo.
La inteligencia en los sistemas inteligentes consiste además en la capacidad que poseen dichos sistemas de enfrentar con éxito los problemas derivados de lo desconocido o de la complejidad, dando origen a través de ello al desarrollo de su capacidad de transformación de su entorno.
El objetivo principal de los sistemas inteligentes es la conservación de la estructura y los niveles de organización logrados por la materia en un proceso largo de evolución y adaptación permanente al entorno frente al impacto destructivo producido por incremento de la entropía del universo. De este modo la conservación de la estructura fundamental del sistema se convierte en un principio fundamental de los sistemas inteligentes, empero, ha diferencia de los sistemas espontáneos que desarrollan su estructura tendiendo hacia niveles cada vez mas estables energéticamente hablando, los sistemas inteligentes mantienen su estructura fundamental adaptándose constantemente a los desequilibrios internos y externos y generando su propia energía de compensación de estos desequilibrios.
Los sistemas inteligentes surgen como consecuencia directa del grado de complejización estructural y funcional de los fenómenos materiales cuya característica fundamental es el desarrollo de su capacidad de mantener el equilibrio relativo interno en un proceso de evolución interminable que consiste en un cambio permanente de sus estructuras internas para dar paso a cambios cualitativos de mayores niveles energéticos y de equilibrio dando origen a procesos autorregulados. Pero además, los sistemas inteligentes hacen del proceso de intercambio de energía con el entorno un proceso reversible, es decir, desarrollan la capacidad de repetir los procesos de regulación de los niveles de equilibrio interno encaminados en una cadena de cambios cualitativos interminables en forma de una espiral ascendente.
Para el cumplimiento de su objetivo principal, los sistemas inteligentes desarrollan procesos complejos que a su vez tienen como objetivo la consolidación y desarrollo de su estructura central de autocontrol y autorregulación concentrada en un subsistema que se encarga a su vez de la abstracción del entorno. El proceso principal de los sistemas inteligentes es la abstracción de la realidad con el fin de garantizar un balance energético estable con el medio, lo cual es posible debido a su estructura totalmente integrada en tiempo real y a las funciones altamente especializadas que realizan los subsistemas.
En los sistemas espontáneos el camino hacia el equilibrio interno es irreversible en una sola dirección a diferencia de los sistemas inteligentes donde aparece la reversibilidad como una propiedad fundamental que caracteriza su proceso de evolución permanente. La reversibilidad de los procesos naturales aparece junto con los sistemas inteligentes debido a que estos son capaces de reflejas las leyes naturales y utilizarlos para reproducir procesos originalmente irreversibles. El proceso de transformación del cuarzo termina con la estructuración de sus estructuras cristalinas perfectas de mas bajo nivel energético y un perfecto estado de equilibrio interno, en cambio el proceso de transformación de una célula viva es interminable y su estructuración y reestructuración es permanente, haciendo de su proceso existencial un hecho reversible constante, es decir, mueren células pero antes se reproducen a imagen y semejanza pero alcanzando mayores niveles de evolución.
"La física ordinaria –señala Bertalanffy- solo se ocupa de sistemas cerrados(espontáneos), de sistemas que se consideran aislados del medio circundante . Así la fisicoquímica nos habla de las reacciones, de sus velocidades, y de los equilibrios químicos que acaban por establecerse en un recipiente cerrado donde se mezclan cierto número de sustancias reaccionantes.". En realidad de lo que se trata acá es de una visión mecanicista y segmentada del conocimiento científico que fue valido solo para determinar ciertas propiedades de la materia. Sin embargo esta visión ha quedado corta cuando se descubren sistemas "cerrados" o procesos químicos imposibles de ser aislados, los cuales solo pueden ser entendidos como estructuras sistémicas.
"Sin embargo, -continúa Bertalanffy- encontramos sistemas que, por su misma naturaleza y definición, no son sistemas cerrados. Todo organismo viviente es ante todo un sistema abierto. Se mantiene en continua incorporación y eliminación de materia, constituyendo y demoliendo componentes, sin alcanzar, mientras la vida dure, un estado de equilibrio químico y termodinámico, sino manteniéndose en un estado llamado uniforme (steady) que difiere de aquél. Tal es la esencia misma de ese fenómeno fundamental de la vida llamado metabolismo, los procesos químicos dentro de las células vivas". En esencia, se trata acá de distinguir una nueva estructura sistémica mas evolucionada en relación con las estructuras sistémicas espontáneas que permiten autorregular los procesos de intercambio de materia y energía del sistema con el medio. ¿Como se produce esta autorregulación? Es una pregunta fundamental que no podría ser respondida sin el concepto de estructura sistémica.
La evolución de las configuraciones estructurales sistémicas de la materia hace que estas se desarrollen a tal punto de lograr la generación de estructuras sensibles a los intercambios de materia y energía desarrollando su capacidad de adaptabilidad al entorno. En los sistemas espontáneos, este intercambio se da debido a un desequilibrio energético del sistema hasta alcanzar un estado estable de mas bajo nivel energético; en los seres vivos, este intercambio de energía y materia con el entorno es autorregulado, obteniendo siempre del medio un diferencial de energía con la finalidad de regular su crecimiento o reproducción y desarrollar su capacidad de adaptabilidad.
Mas adelante Bertalanffy señala: "De acuerdo con el segundo principio de la termodinámica, la tendencia general de los acontecimientos en la naturaleza física apuntan a estados de máximo desorden y a la igualación de diferencias, con la llamada muerte térmica del universo como perspectiva final, cuando toda la energía quede degradada como calor uniformemente distribuido a baja temperatura, y los procesos del universo se paren. En contraste el mundo vivo exhibe, en el desarrollo equilibrado y en la evolución, una transición hacia un orden superior, heterogeneidad y organización. Pero sobre la base de la teoría de los sistemas abiertos, la aparente contradicción entre entropía y evolución desaparece. En todos los procesos irreversibles la entropía debe aumentar. Por tanto el cambio de entropía en los sistemas cerrados debe aumentar. Por tanto, el cambio de entropía en los sistemas cerrados es siempre positivo; hay continua destrucción del orden. En los sistemas abiertos, sin embargo, no solo tenemos producción de entropía debido a los procesos irreversibles, sino también entrada de entropía que bien puede ser negativa. Tal es el caso de un organismo vivo, que importa complejas moléculas ricas en energía libre. Así los sistemas vivos, manteniéndose en estado uniforme, logran evitar el aumento de entropía y hasta pueden desarrollarse hacia estados de orden y organización crecientes." Existe otra pregunta de rigor que debemos formularnos. ¿Qué factores intervienen en los sistemas vivos para desarrollar dichas propiedades?
La estructura y la organización sistémica de los sistemas vivos no son suficientes para explicar dicho fenómeno. Señalé líneas arriba que los sistemas vivos tienen la capacidad de autorregulación de su intercambio energético con el entorno. ¿Cómo se produce esta autorregulación? Los sistemas vivos desde su estado elemental poseen la propiedad de reflejar y de grabar en algún subsistema interno los procesos internos y externos con la finalidad de darles la sensibilidad suficiente frente al intercambio energético con el entorno.
A esta nueva propiedad de los sistemas vivos (inteligentes) se le denomina conciencia sistémica. Los sistemas vivos, a diferencia de los sistemas espontáneos que poseen estructura y organización, poseen además, conciencia sistémica. La evolución de la conciencia sistémica va desde el simple reflejo condicionado que interviene en la regulación del metabolismo de los seres vivos hasta la formación del pensamiento y de la inteligencia. Evolución que marca en definitiva el paso de los seres vivos de estructuras sistémicas espontáneas a estructuras sistémicas inteligentes.
Los sistemas inteligentes poseen entonces conciencia sistémica, es decir, la capacidad de reflejar objetivamente la realidad interna y externa; y de desarrollar un pensamiento sistémico, y tienen a demás, la capacidad de responder en forma rápida, oportuna y eficiente frente a los cambios impuestos por el entorno. Los sistemas inteligentes poseen además, estructura y organización sistémica inteligentes.
Conciencia sistémica
Uno de los procesos fundamentales de los sistemas inteligentes es la abstracción de la realidad y se traduce en el fenómeno denominado conciencia del sistema, es decir, el reflejo objetivo de la realidad en sus tres niveles básicos; nivel global, nivel afectivo y nivel cognitivo.
El tema de la conciencia es un concepto muy controversial, si empezamos por definir uno de los principios básicos del conocimiento científico, es decir el concepto absoluto o punto de partida a partir del cual deberíamos construir el edificio del conocimiento científico, nos encontramos frente al dilema: asumir la conciencia como el elemento sustancial a partir del cual se estructura la realidad objetiva según el viejo estilo "pienso y luego existo", o la conciencia es una propiedad de la materia sistémicamente organizada cuyo objetivo es la autorregulación y autocontrol de los procesos de transformación de la misma.
Estamos pues frente a un problema de toma de posición respecto a que rumbo seguir teniendo ante nosotros estos dos caminos. Los seguidores del primer camino sostienen: "Para la mejor comprensión del tema en cuestión, miremos la actitud de un artesano, quien toma un pedazo de madera, lo reparte en tres o más trozos, nótese que su mente es única, como único es el pedazo de madera; el artesano al dividir el madero en trozos distintos, ya está concibiendo en su mente humana, varias ideas, que serán ejecutables y ejecutadas individualmente sobre cada uno de los trozos. Puede el mismo artesano, utilizando su misma mente y su misma destreza, idearse varias creaciones que al ser ejecutadas, les aplica su conciencia de distinta manera, es decir, cuando el artesano golpea el madero con su primer cincelazo, la figura ya está en la conciencia del artesano, y por ello podríamos decir, "ya existe". Es la clásica manera de sostener que la conciencia es lo primero y es el valor supremo de toda creación. Es el camino del idealismo puro.
Para efectos del presente ensayo definiré la conciencia como una propiedad de la materia organizada sistémicamente que le permite reflejar el mundo exterior, que acompañado de censores intrínsecos de reconocimiento y medida de la intensidad de los estímulos y de actuadores que les permite responder ante dichos estímulos, son capaces de controlar la respuesta a dichos estímulos de una forma predeterminada a través de mecanismos de control y selección de las diversas alternativas frente a los estímulos externos en forma rápida, manteniendo su estructura y funciones principales.
Este nivel de conciencia que denominaremos reflejo condicionado presente en los sistemas inteligentes primarios, al evolucionar toma cuerpo en los organismos vivos orientándolos a estructuraciones cada vez más independientes del entorno, desarrollando sistemas internos de autocontrol y autorregulación de los procesos internos y externos, tomando su más alto grado de evolución en la conciencia del ser humano.
En los sistemas inteligentes superiores, la conciencia se presenta no solo como reflejo condicionado, sino que además, surgen nuevos elementos como son la evolución de los sistemas de censores y la motricidad que traen como resultado el desarrollo del lenguaje, y sobre esta base, la construcción del pensamiento. El pensamiento abstracto y lógico, vinculado al lenguaje, no sólo permite reflejar el perfil externo, sensorial, de los objetos y fenómenos, sino, además, comprender su alcance, sus funciones y su esencia y trasmitir mediante símbolos o acciones que se reflejan mas sutilmente en los cambios generados en el medio ambiente.
La conciencia es un subsistema central principal de los sistemas inteligentes. En los sistemas espontáneos, la transformación es el resultado del desequilibrio energético orientado a estados de equilibrios estables de menor nivel energético interno. En los sistemas inteligentes la transformación se presenta como un requerimiento de generación de energía interna para mantener el equilibrio del sistema en movimiento de crecimiento interno en sistemas primarios y además de traslación en sistemas mas evolucionados.
Esta característica de los sistemas inteligentes hace que desarrollen mecanismos de producción de su propia energía interna a través del consumo de insumos del exterior en un proceso de transformación llamado metabolismo. Este proceso implica desarrollar el siguiente procedimiento explicado en el gráfico:
En este procedimiento, la conciencia aparece como una fuente de realimentación del sistema que permite reflejar el o los objetos de interés y controlar la motricidad para ubicar el objeto de interés, posesionarse del mismo y luego aprovisionarse del mismo para generar la energía interna necesaria que le demanda los procesos internos y externos.
En este procedimiento además, surge como resultado de la interacción del medio interno y externo, el proceso de aprehensión o desarrollo del conocimiento como conector entre la conciencia y la realidad que permite mejorar la eficiencia del procedimiento.
El desarrollo del conocimiento es un proceso dialéctico. En los sistemas inteligentes, la primera etapa del conocimiento es el autoreflejo o auto conocimiento, conocimiento de los sistemas internos para el desarrollo de la inteligencia censo motora y el desarrollo de la capacidad de respuesta de todos los subsistemas frente a los requerimientos del subsistema central. Esta primera etapa se caracteriza básicamente por el método prueba-error.
Fig. 05: Procedimiento de aprehensión de recursos
El auto conocimiento es sustancial para poder determinar el grado de autonomía del sistema inteligente. Su desarrollo dialéctico se basa en la interacción permanente entre el medio interno y el medio externo del sistema y en la capacidad de negación y antonegación de supuestos o resultados de dicha interacción que son como hemos señalado en su oportunidad propiedades intrísicas de los fenómenos materiales.
El proceso inicial del desarrollo del conocimiento es la identificación de las elementos internos, sus funciones (aprehensión de su campo de dominio interno), relación con los requerimientos del sistema central (objetivos vitales del sistema), y este a su vez, combina el reflejo de los elementos del entorno o ámbito de desplazamiento que impulsa al sistema central a desarrollar acciones en concordancia con las aptitudes o capacidad de manejo y control de los demás subsistemas.
Aquí es importante apreciar la interrelación entre el proceso de reflejo, aprehensión y la praxis, presentes en todas las etapas del proceso de desarrollo del conocimiento, que logran un proceso de perfeccionamiento gradual en concordancia con el grado de autonomía que va adquiriendo el sistema durante su proceso de formación y crecimiento.
Los fenómenos materiales son reflejados en la conciencia en forma de imágenes, ideas o conceptos y se convierte en elementos subjetivos, luego, estas imágenes, ideas o conceptos son gravadas formando un banco de información que posteriormente son comparadas o procesadas para dirigir un cambio de estado o desplazamiento del sistema.
La segunda etapa del desarrollo del conocimiento es la etapa afectiva; es decir, el proceso de valoración de los elementos del sistema (autoestima) y de los elementos del entorno. Esta etapa se define como la etapa del reflejo del grado de importancia que tienen tanto los elementos del sistema, el sistema y el entorno con relación a los objetivos vitales del sistema. En esta etapa, el sistema define, a través del proceso d valoración del entorno, objetivos que trascienden a su estado vital, trasladándose a la diferenciación de los objetivos de adaptabilidad, socialización y capacidad de transformación conciente del medio interno y externo.
La tercera etapa es el desarrollo del conocimiento de la capacidad perceptiva, es decir, la capacidad de distinguir formas, características, propiedades, etc. y la causalidad perceptiva relacionadas con la actividad sensomotoras.
La inteligencia es una propiedad de los sistemas que se asienta sobre el desarrollo y la complejización de la conciencia, la misma que surge como consecuencia de su propiedad de reversibilidad de sus estructuras internas y externas del sistema con el objetivo de mantener una interacción eficiente con el entorno, perfeccionando su adaptabilidad y conservación de la especie a través de la transformación conciente de sus estructuras internas y externas.
Estructura de la conciencia sistémica
La estructura de la conciencia sistémica se asienta sobre tres niveles: el nivel global, el nivel afectivo y el nivel cognitivo.
En el nivel global, la conciencia refleja el horizonte de los fenómenos, su procedencia, su estado actual dentro de un entorno lo mas amplio posible y su proyección futura. En este nivel, la conciencia se estructura como una concepción global del mundo hasta donde su capacidad cognitiva lo permite observar y descifrar el contenido de la realidad.
En el nivel afectivo, la conciencia identifica los objetos de interés y asigna orden de prioridades. Ubica al sistema en el entorno global y produce la selectividad de movimientos racionalizando las opciones de interrelación con el entorno.
En el nivel cognitivo, la conciencia identifica los objetos en si y refleja su constitución y propiedades y la posibilidad de su reproducción.
En el grafico (fig. 5) observamos la interrelación entre los tres niveles de la conciencia enlazados con un ciclo permanente de realimentación a través del proceso de intercambio energético y la prueba de la realidad. La conciencia sistémica se soporta sobre estas dos fuentes de realimentación que traen como resultado la formación de la conciencia global en la que se forja la concepción del mundo en su estado concreto y posible.
En los sistemas inteligentes, el nivel de desarrollo alcanzado por la conciencia global es la que marcará el grado de inteligencia del sistema debido a que la conciencia global controla los grados de libertad del sistema.
Fig. 06: Estructura de la conciencia sistémica.
Estructura sistémica
Considerando que la estructura sistémica es el espacio físico y la cadena física generada por las funciones y las interrelaciones de los elementos del sistema. Si estos es así ¿Cómo podríamos definir una estructura sistémica inteligente?
El proceso de abstracción es básicamente un proceso complejo que requiere de operaciones igualmente complejas y de actividades altamente especializadas y de flujo continuo, por lo tanto, la estructura sistémica inteligente, es una estructura integrada de alta sensibilidad enlazada por una red global que permita a los elementos del sistema estar al mismo tiempo en todas las partes del sistema. La integración de los elementos de un sistema inteligente es en tiempo real, propiedad que permite a dichos sistemas responder de manera inmediata a los impulsos del entorno.
La estructura sistémica inteligente depende fundamentalmente de los diferentes procesos que desarrolla el sistema para cumplir con sus objetivos.
Organización sistémica
La organización es la distribución de funciones de los elementos del sistema en subsistemas de acuerdo a requerimientos de los procesos fundamentales que desarrolla el sistema. En los sistemas inteligentes se distinguen dos procesos fundamentales: el proceso de autorregulación y autocontrol a cargo de la conciencia sistémica y el proceso metabólico a cargo de los sistemas de transformación de los insumos requeridos por el sistema en la energía suficiente para su desarrollo e interacción con el medio.
El proceso de autorregulación y autocontrol esta conformado por sistemas integrados que permiten desarrollar las funciones de abstracción de la realidad, la función sensomotriz y la función de autocontrol o administración de los recursos del sistema.
La función de autocontrol, autocontrol y autorestructuración están a cargo del subsistema central denominado el cerebro del sistema y que para tal fin es la responsable de estructurar la conciencia sistémica.
La función sensomotriz o de percepción y motricidad esta a cargo del sistema nervioso central su función principal es dotarle al sistema la sensibilidad necesaria para percibir las influencias internas y externas, trasmitir dicha información al subsistema central y al mismo tiempo generar los movimientos necesarios de respuesta inmediata frente a dichas influencias.
El proceso metabólico requiere del desarrollo de sistemas que garanticen el flujo permanente de los insumos que requiere el sistema para la generación de la energía necesaria para su desarrollo y reproducción; pero además requiere de sistemas de transformación de dichos insumos que garantice la realimentación energética permanente del sistema. Todo esto se traduce en tres funciones básicas: la función logística, la función operativa y la función reproductiva.
En un sistema inteligentes estas funciones están presentes a lo largo y ancho del sistema a través de las unidades fundamentales del sistema llamada células, estas a su vez forman grupos especializados por actividades afines conformando órganos interdependientes e interconectados entre si y con el sistema de autorregulación y autocontrol a través del un sistema nervioso central que conforma la red integral de comunicación del sistema.
Inteligencia y vida
"La vida se revela como un fenómeno químico en escala microscópica y molecular, y la materia que la sustenta es idéntica con el resto de la materia que llena el Universo. De tal modo la vida se nos muestra como un hecho de complejización, tanto de estructuras como de funciones que derivan o asientan sobre ellas, y la característica distintiva especial, la materia de ser fenomenológica de una y otra está, precisamente, en características disímiles provenientes de funciones que asientan en niveles distintos de estructuración, y de circuitos funcionales cuyas actividades se regulan mutuamente y poseen, además, sistemas propios de autorregulación.
Esta complejización no es una finalidad en si misma; por el contrario, revela cambios sucesivos: la interrelación entre el circuito interno y circuito externo, individuo y medio, establecen condiciones que cambia, sucesiva y alternadamente"
De este modo, la vida es el resultado de un proceso de transformación y organización constante de la materia. La vida se manifiesta como él más alto grado de organización sistémica orientada al autocontrol, la autorregulación de los procesos de transformación y de intercambio de insumos y productos con el medio y la autogeneración de su soporte estructural, logra convertir la transformación espontánea de la materia en una transformación consciente y equilibrada.
La vida surge como un fenómeno del carácter sistémico de la organización de la materia, es decir es el producto de la interacción permanente de elementos organizados sistémicamente que tiene como fin la preservación y conservación de su estado organizacional basado en el equilibrio entre su medio interno y externo.
La vida surge además como un proceso contradictorio de la evolución espontánea de la materia, la espontaneidad implica el incremento permanente de la entropía del universo, es decir el mayor grado de caos y desorden universal que implica la destrucción permanente de las estructuras organizacionales de la materia y su consecuente imposibilidad de evolución. La entropía es consecuencia de la interacción y cambio permanente que experimenta la materia como forma natural de su existencia, es parte de su razón de ser y de existir.
En contraposición a la tendencia general hacia el caos y desorden material manifestada en el incremento de la entropía del universo, en dirección opuesta y también natural la materia desarrolla niveles organizacionales (sistemas cada vez más complejos con le objetivo de reducir el incremento entrópico con una negentropía constante. La entropía y la negentropía son las dos fuerzas fundamentales que marcan la tendencia evolutiva permanente de la materia.
Dentro de este marco la vida surge como una respuesta a la necesidad de mantener y conservar los niveles evolutivos de la materia, esto solo es posible reduciendo el desorden, es decir, estableciendo niveles entrópicos negativos o negentropías para lograr niveles de equilibrios relativos y de estabilidad relativa de los procesos evolutivos de la materia.
La vida implica entonces un proceso constante de autorregulación y autocontrol y que en su etapa superior de evolución presenta la conciencia como elemento integrador de dicha autorregulación y autocontrol con la autogeneración estructural para dar el salto entre el metabolismo puro y la transformación conciente del entorno. De este modo, la vida se constituye como un fenómeno de supervivencia y transformación dirigida del medio interno y externo del individuo.
La complejización de los sistemas vivientes trae como consecuencia el surgimiento de la conciencia; es decir, la capacidad de reflejar objetivamente el medio interno y externo en su estado real y en las posibilidades de su desarrollo. La evolución de la conciencia trae aparejado la función cerebral de interrelación entre la mecanización del control y regulación interna, los actos o experiencias grabadas en la mente que ocupan el subconsciente y los actos o hechos presentes que forman parte de la estructura conciente, denominado pensamiento.
"El pensamiento cobra realidad, deja de ser virtual en el hombre como en los animales superiores, por su estructuras que introduce entre las cosas y el conocimiento de las mismas. La mediatez señala una duración intercalada entre estímulo y respuesta, y el acto mediato significa, por consiguiente, elaboración de nuevas estructuras funcionales cuyo significado ya no es la defensa o conservación de la vida, no representa una finalidad biológica como el reflejo, sino realiza formas lógicas implícitas o explícitas de la cultura y trasmitidas por el lenguaje.
Existe, por tanto, una autorregulación que se traduce por reelaboración de estímulos, reestructuración del dato, en las que intervienen condiciones biológicas como base, y culturales que definen dirección, sentido y contenido de dicha autorregulación. El pensamiento se engendra en el acto y se expresa modificando las consecuencias de éste;…"
El pensamiento surge de la complejización de los niveles de reflejo de la realidad objetiva en su proceso de transformación permanente. El proceso de reflejo (aprehensión) "coloca" imágenes en la mente y esta a su vez los almacena en la memoria; pero el cerebro, a lo largo de su proceso de evolución no solo es capaz de reflejar imágenes estáticas, sino además, imágenes dinámicas. Para poder reflejar el mundo dinámico, el cerebro ha desarrollado su capacidad de codificar los fenómenos en constante movimiento y transformación, configurándose de este modo la estructura del pensamiento. El pensamiento evoluciona al compás de la complejización de las interrelaciones individuales, pasando por mantener las interrelaciones de supervivencia, el conocimiento de sí mismo y del entorno, y las posibilidades de transformación de las estructuras y procesos internos y externos.
Mientras que el pensamiento relaciona los reflejos (imágenes, sonidos o símbolos grabados en la mente) y luego conceptualiza a través del lenguaje, la inteligencia regula la interrelación del ser con el entorno. El pensamiento conceptualiza la acción, la inteligencia define alternativas y optimiza los procesos de interacción internos y externos.
El proceso de optimización lleva en forma implícita la capacidad del ser de interrelacionar variables, reflejar las posibilidades y modificar estructuras internas y externas con la finalidad de regular y mantener el equilibrio en un proceso de transformación permanente. De este modo, la inteligencia surge indesligablemente de los procesos vitales denominados autocontrol, autorregulación y auto reestructuración con la finalidad de conducir los procesos de transformación consciente del medio interno y externo y de garantizar la continuidad de los niveles evolutivos de los procesos materiales en el tiempo.
LEYES GENERALES APLICADOS A LOS SISTEMAS INTELIGENTES
La materia es una categoría filosófica para designar la realidad objetiva existente independientemente de la conciencia, es única y universal.
- Objetividad, Unidad y Universalidad de la materia
Categoría filosófica para designar el modo fundamental y único de existencia de la materia. La Dialéctica toma aquí un valor de carácter universal al igual que la materia desligándose de su carácter cognitivo-metodológico-subjetivo.
- Objetividad, Unidad y Universalidad de la Dialéctica
Categoría filosófica para designar el modo fundamental y único de estructuración y organización de la materia. Igualmente, los sistemas toman aquí un carácter universal, desligado de su carácter cognitivo- metodológico-subjetivo.
- Unidad, Objetividad y Universalidad de los Sistemas
La conciencia es el estado abstracto de la materia y surge como resultado de su complejización estructural y organizacional con el objetivo de orientar la transformación del entorno generando negentropías. La conciencia es única y universal así como la materia que lo soporta.
- Unidad, Objetividad y Universalidad de la conciencia.
- Los procesos determinan la estructura y organización de los sistemas inteligentes.
Los procesos son el flujo permanente de operaciones sobre los recursos del sistema que realizan las células inteligentes del sistema agrupados en subsistemas con la finalidad de cumplir con sus objetivos estratégicos.
MODELO TEÓRICO PARA EL DESARROLLO DE LA CONCIENCIA SISTÉMICA.
Este modelo parte de la necesidad de desarrollar una concepción del mundo eólica y científica a través de la toma de posesión respecto del camino filosófico ha seguir, que como se observa en el esquema, el camino de filosófico del materialismo dialéctico se constituye en la única vía para tal fin.
El materialismo dialéctico se sustenta sobre tres categorías filosóficas fundamentales: materia y conciencia, el modo dialéctico de existencia de la materia y el modo sistémico de estructuración y organización. El desarrollo de estas tres categorías filosóficas desencadena la formación de un concepto integral y objetivo de los sistemas.
Fig. 07: direccionalidad de la concepción del mundo
Como podemos observar, los sistemas por un lado son un modo fundamental de estructuración y organización de la materia, que a través del desarrollo del conocimiento científico logra sus niveles de abstracción en la conciencia formando el concepto de sistemas y que es materia además del estudio de la Teoría general de los Sistemas.
Los sistemas son hoy en día parte fundamental de la concepción científica del mundo y esta a su vez constituye el soporte fundamental del pensamiento sistémico, indispensable para poder entender y descifrar la complejización estructural de los fenómenos materiales.
Cabe resaltar que el pensamiento sistémico solo puede desarrollarse a través de esta vía, siendo totalmente inconcebible el desarrollo del pensamiento sistémico desde una posición idealista, metafísica y unilateral.
MODELO TEÓRICO PARA EL DESARROLLO DE LAS ORGANIZACIONES INTELIGENTES
Fig. 08: Direccionalidad del desarrollo organizacional.
Este modelo que observamos en el siguiente esquema diferencia claramente las dos corrientes en el desarrollo organizacional desde el punto de vista filosófico.
Por un lado, la idea absoluta convertida en materia, se convierte en el sustento básico del conocimiento metafísico que genera a su vez una concepción idealista del mundo predominante en los sistemas anacrónicos. El predominio del idealismo hace que las funciones de los elementos del sistema estén generalmente disociados de la estructura del sistema y que los procesos que realizan los sistemas estén fragmentados, fenómeno que se manifiesta en la disfunción estructural-funcional de dichos sistemas fomentando en forma permanente crisis de adaptabilidad y de incapacidad de fomentar cambios cualitativos en su estructura.
En el lado opuesto observamos, que la metería, que existe en forma universal, dialéctica y sistémicamente se refleja en la conciencia sistémica a través del desarrollo del reflejo (conocimiento). Este proceso que ya hemos descrito anteriormente permite abstraer la realidad objetiva y convertirla en una herramienta poderosa que permite a los sistemas inteligentes no solo orientar su interrelación con el entorno desarrollando mecanismos de supervivencia, sino que además le permite desarrollar sistemas de autocontrol y autorregulación en clara diferenciación de los sistemas espontáneos.
El desarrollo organizacional, es decir la construcción de organizaciones inteligentes debe estar sustentado sobre la base de esta configuración estructural, mas allá de entender que solo es un problema de mentalización de las personas para alcanzar estados de rendimiento satisfactorio cundo estos poco o casi nada llegan a comprender la relevancia estructural de los sistemas inteligentes sobre la conducta de sus elementos.
MODELO ESTRUCTURAL DE UNA ORGANIZACIÓN INTELIGENTE
En el cuadro anterior observamos el diseño de la estructura y las funciones de la conciencia sistémica en una organización inteligente, partiendo del principio de que las funciones son las que determinan la estructura, entonces empezamos con definir las funciones básicas de la conciencia sistémica como ente de autorregulación y autocontrol del sistema.
Las funciones globales de autorregulación y autocontrol se manifiestan a través de 3 operaciones fundamentales tales como el direccionamiento, la optimización a través de selección de alternativas y toma de decisiones, y la motilidad; son el resultado de los niveles de soporte de la conciencia global: la conciencia cognitiva y la conciencia afectiva interactuantes en forma permanente.
A través de la conciencia cognitiva el sistema debe desarrollar las 4 funciones fundamentales del sistema: la administración de la información, la adaptación de la información a situaciones concretas, el desarrollo del conocimiento y la sistematización.
La administración de la información es la función encargada de planificar, organizar, dirigir y controlar el flujo de información interna y externa a través de la administración de una base de datos, el manejo eficiente de la autopista de la información mediante una red integrada en tiempo real. La administración del flujo de información captura toda la información de de la autopista informática al mismo tiempo que registra los eventos internos con el objetivo afinar la direccionalidad del sistema.
La función de adaptación de la información a situaciones concretas, es decir a los requerimientos específicos del sistema, ordena y clasifica la información orientándolo hacia objetivos específicos buscando su nivel óptimo de aplicabilidad.
La función del conocimiento se encarga de sintetizar la aplicabilidad de la información a situaciones concretas y desarrollar las pautas que hacen falta para mejorar continuamente la eficiencia de la aplicación de la información a los objetivos específicos del sistema.
La función de sistematización se encarga de la elaboración de los paquetes tecnológicos completos que permitan estandarizar los procesos que garanticen el flujo continuo de operaciones de valor agregado del sistema.
A través de la conciencia cognitiva, la conciencia sistémica controla el flujo logístico del sistema bajo 4 funciones siguientes: la función de valoración que establece una escala de valores entre los elementos con que interactúa el sistema en función de su grado de influencia y el volumen de recursos que intercambian; la función de priorización que se encarga de establecer niveles de estratificación entre los elementos que interactúan con el sistema; la función de fidelización que se encarga del establecimiento de relaciones de largo plazo con los elementos que interactúan con el sistema según el cuadro de valoración y de priorización; y por último, la función conductual que define el comportamiento del sistema que se materializa a través de la cultura organizacional.
Cabe resaltar que todas las funciones señaladas están estrictamente orientadas hacia los procesos, ya que los tipos de procesos que realiza el sistema son los que finalmente van a determinar las funciones que deben desarrollar los elementos del sistema agrupados en subsistemas, generando de este modo la estructura final del sistema, es decir, la cadena física y/o el espacio físico que delimita al sistema de su entorno.
El sistema por su naturaleza propia desarrolla un intercambio energético permanente con el entorno que se manifiesta en el consumo permanente de insumos en el desarrollo de los procesos y la entrega de productos al exterior. Este intercambio es posible debido a que el sistema es capaz de mantener un flujo permanente de información, un flujo permanente de operaciones de valor agregado, un flujo permanente de operaciones de mantenimiento y un flujo logístico también permanente, consecuentes con la filosofía del JIT (justo a tiempo).
De lo señalado anteriormente se puede concluir que la estructura de una organización inteligente se caracteriza por se una estructura totalmente plana cubierta por equipos multidisciplinarios asignados al cumplimiento de las funciones del sistema: la función global encargada de la planificación y gestión estratégica, la función cognitiva encargada del desarrollo del conocimiento y la gestión de la información, la función afectiva encargada de regular el flujo logístico, la función de mantenimiento encargada del flujo de operaciones de mantenimiento y la función de operaciones de valor agregado encargada de los procesos del sistemas. La estructura sería la siguiente:
LA QUINTA DISCIPLINA
Autor:
Ediciones Granica S.A., Primera edición, año 1998
LA DIALECTICA EN PSICOLOGIA
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