- Introducción
- La educación alimentaria
- Principios básicos de una educación alimentaria
- El acto educativo en la educación alimentaria
- Errores metodológicos
- Conclusión
- Bibliografía
Introducción
En todo el mundo coexisten cada vez más problemas relativos a la desnutrición, la deficiencia de vitaminas y minerales, la obesidad y las enfermedades crónicas relacionadas con el régimen alimentario.
Más de 900 millones de personas padecen desnutrición y unos 170 millones de niños sufren de insuficiencia ponderal. Quienes no reciben un nivel suficiente de energía o nutrientes esenciales no pueden llevar una vida sana y activa, lo cual comporta deficiencias en el desarrollo físico y mental, enfermedades y muertes devastadoras así como una pérdida incalculable de potencial humano y desarrollo socioeconómico.
Paralelamente, cientos de millones de personas padecen enfermedades derivadas de regímenes alimentarios excesivos o poco equilibrados, y muchos países en desarrollo hacen actualmente frente a graves problemas de salud en los dos extremos del espectro nutricional. Países que siguen esforzándose por alimentar a su población asumen a la vez los costos derivados de prevenir la obesidad y tratar enfermedades no contagiosas relacionadas con los regímenes alimentarios, es decir, soportan la "doble carga" de la malnutrición.
La promoción de regímenes alimentarios nutricionalmente adecuados para todos los consumidores es una meta fundamental de la FAO y un elemento crucial de la labor general de las Naciones Unidas encaminada a mejorar la salud y el bienestar de las poblaciones así como a fomentar el desarrollo social y económico.(1)
El mal uso de los alimentos disponibles y la toma de decisiones incorrectas sobre el consumo de los mismos está propiciado por factores socioculturales como: las tradiciones, los hábitos de vida, costumbres, por las condiciones económicas, políticas, sociales y culturales que repercuten en el problema de la alimentación y junto a ello tenemos la carencia de una educación alimentaria que promueva estilos de vida sanos.
En nuestro país se han realizado investigaciones que indican la existencia de prácticas alimentarias incorrectas como la realizada por Alina Sofía Rodríguez García (2001) la cual plantea que existe una elevada ingestión de grasa, sobrevaloración del papel de los alimentos de origen vegetal, el desconocimiento del valor nutricional de los alimentos y su mala distribución en las comidas. (2)
La educación alimentaria
La educación alimentaria no solo se limita a realizar acciones educativas y brindar información para elevar el conocimiento en cuanto a nutrición y alimentación, esta debe tener como finalidad el mejoramiento de la conducta alimentaria. La adquisición de conocimientos y la adopción de actitudes positivas.(3)
El reconocimiento de la necesidad que tiene el individuo de aprender a alimentarse correctamente, es uno de los descubrimientos pedagógicos de este siglo.Para gozar de una alimentación adecuada, es preciso que los individuos tengan acceso a alimentos suficientes y de buena calidad, y comprendan en qué consiste una dieta idónea y saludable, y cuáles son las habilidades y la motivación que conducen a una elección acertada de los alimentos. (4)
Anteriormente, se tenía el concepto de que todo mundo sabía comer, lo que le faltaba era qué comer o con qué comprarlo. Toda dieta era buena, siempre que satisficiera el hambre. Aun actualmente se encuentran en el mundo muchos seres humanos que no reconocen relación entre el tipo de alimento que ingieren y su salud, y mucho menos comprenden la función terapéutica que puede tener el alimento en las enfermedades por desnutrición.Hoy en dia ya se conoce que la educación nutricional, como cualquier otra rama de la enseñanza, para que rinda los frutos que de ella se esperan, debe ser sistemática, individualizada y adecuada al educando, con un contenido graduado y rico en experiencias educativas.
Principios básicos de una educación alimentaria
El alimento tiene múltiples significados para el hombre.
Con frecuencia, estos significados son simultáneos y la persona utiliza varios de ellos en el contexto de una misma experiencia. Al mismo tiempo que el alimento estimula sus sentidos, hambre o con recuerdos agradables o desagradables. De acuerdo con el significado que tenga mayor importancia en ese momento, aceptará o rechazará el alimentoSe ha dicho que no hay mejor condimento que el hambre; por ejemplo, un alimento que nos presentan cuando estamos al final de una comida, que rechazamos porque está muy dulce o muy salado, lo aceptamos de buen grado y no tomamos en cuenta su sabor, si nos lo brindan cuando tenemos hambre. En cambio, en otros casos, encontramos individuos que prefieren aguantar el hambre a comer un alimento que tiene un significado desagradable para ellos, o que su religión considera alimento prohibido.
El hombre necesita aprender a comer.
En la especie humana el instinto no es un guía seguro para obtener una dieta adecuada. Es necesario educar el paladar del niño e introducir gradualmente en su alimentación distintos alimentos y formas de preparación, a fin de que aprenda a consumirlos y pueda así tener una dieta adecuada.Los individuos que durante la infancia no tuvieron una educación alimentaria adecuada, crecen sin poder disfrutar de la enorme variedad de alimentos que existen en su medio. Los hábitos alimentarios son acumulativos.
Al introducir en una familia un nuevo habito alimentario, es transmitido a las siguientes generaciones. En esta forma, se va enriqueciendo la cultura alimentaria y con frecuencia vemos familias que guardan con mucho celo, a través de las generaciones, las recetas que consideran más apreciadas, algunas de las cuales fueron adquiridas por un pariente que hizo un viaje al exterior o la obtuvo de algún amigo. Es en esta forma como se van acumulando los hábitos alimentarios.Los hábitos alimentarios no son estáticos.
A pesar de su espectro tradicional acumulativo, los hábitos alimentarios pueden cambiar a la luz de nuevos enfoques y significados que adquiere el alimento, especialmente con la introducción de nuevas técnicas de elaboración, que facilitan las tareas domésticas. La educación puede modificar los hábitos alimentarios.
Todo individuo adquiere sus hábitos alimentarios a través de la enseñanza paciente y sistemática de los adultos que tuvieron a su cargo su educación durante sus primeros años, más la influencia de personas ajenas al hogar, con quienes el individuo se relacionó más tarde. Aunque la velocidad de aprendizaje va disminuyendo con la edad, la capacidad de aprender, no desaparece. Ello permite que el individuo pueda adquirir nuevos hábitos alimentarios en todas las edades, variando en cada caso la motivación y metodología. (5)
El acto educativo en la educación alimentaria
En todo acto educativo, encontramos tres elementos indispensables: educador, educando y contenido. En todos los casos, para poder lograr una educación efectiva, el método deberá ajustarse a las características de dichos elementos. A lo largo de la vida, el educador en nutrición está representado por distintas personas: La madre enseña al niño desde los primeros días a conocer, aceptar y probar los alimentos. Más tarde, en la escuela, el niño aprende a consumir nuevos alimentos y a probar nuevas formas de preparación. Llega a conocer su valor nutritivo y a importancia de cada uno de ellos, así como las formas de cultivo y producción. Estos conocimientos son luego transmitidos al hogar. Ya adulto, el individuo tiene la oportunidad de adquirir nuevos hábitos alimentarios por cambios en el ambiente que lo rodea, reuniones, nuevas amistades, viajes, visitas, etcétera.
PLANIFICACIÓN DE LA INTERVENCIÓN EN UN PROCESO EDUCATIVO.
1.- La lógica de la planificación
El esquema para planificar las intervenciones de educación en nutrición se basa en una estructura teórico-metodológica y consta de cuatro fases:
Concepción
Formulación
Implementación y
Evaluación.
I. Concepción
La primera fase del proceso de planificación consiste en el estudio y análisis de los problemas alimentario nutricional de la comunidad sobre la cual pretendemos actuar, identificando los factores causales a ser abordados con la intervención.
En esta Guía se desarrolla el «método de análisis causal», el cual ha demostrado su utilidad para realizar el diagnóstico nutricional. Este método consiste en construir un esquema que muestre la red de factores que afectan el estado nutricional en un contexto determinado. Es un modelo hipotético que ayuda al equipo responsable de la implementación del proyecto a elegir mejor los objetivos de la intervención.
En este modelo invariablemente se identifican conductas humanas, sobre las cuales puede focalizarse la intervención en nutrición. En tal caso, la intervención podrá ser considerada educativa, y será por tanto necesario estudiar cuidadosamente los factores que influyen sobre tales conductas y las prácticas o hábitos que se desea modificar.
Esta es la etapa identificada por Green como diagnóstico educativo. Ella muestra claramente los factores sobre los cuales actuar para modificar las conductas en cuestión.
Finalmente, al concluir esta fase de concepción, será necesario identificar los canales y medios de comunicación existentes, los grupos de referencia y de apoyo y por último las redes a través de las cuales se diseminarán los mensajes para la educación en nutrición.
II. Formulación
Para planificar una estrategia, es necesario ante todo definir claramente los objetivos generales (objetivos de desarrollo) y los objetivos específicos. El desarrollo de objetivos es tratado en detalle en el documento «Manejo de proyectos de alimentación y nutrición en comunidades. Guía didáctica». Esta es una etapa fundamental en todo proyecto.
Estos objetivos deben ser definidos para cada grupo objetivo; e incluso, para segmentos específicos de población dentro de cada grupo objetivo.
La fase de concepción y la determinación de los factores que afectan las conductas a ser modificadas, facilitan enormemente el diseño de los mensajes y materiales de apoyo. Estos mensajes y materiales deberán ser probados en el terreno, empleando métodos que consideren la participación activa de la comunidad.
Los materiales de apoyo no pueden ser diseñados hasta que se hayan seleccionado los diversos medios a emplear. La selección de los medios es otro paso crucial en el proceso de planificación, ésta se basa en los resultados del análisis de los canales potenciales para la comunicación realizado durante la fase de concepción, con el objeto de establecer una óptima coordinación entre ellos. Se debe también recalcar la importancia de elegir con un criterio lógico aquellos medios que estén al alcance permanente de la población a la que se dirige el mensaje.
Con los resultados del análisis de los potenciales canales para la comunicación realizado, se procede a una cuidadosa formulación de un plan de multimedios. En este plan, todas las actividades de comunicación deben integrarse en un conjunto coherente para optimizar sus resultados.
III. Implementación
En esta fase los materiales de apoyo, diseñados durante la fase de formulación, deberán ser producidos en pequeña o gran escala, de acuerdo con la extensión y alcance del proyecto. La mayor dificultad en esta etapa consistirá en asegurar un óptimo balance entre calidad y precio.
Esos medios serán de vital importancia para el desarrollo del programa, cualquiera sea el enfoque del proyecto, ya que será siempre necesario y beneficioso emplear materiales de apoyo, con los cuales se podrá reforzar la comunicación interpersonal de forma mucho más efectiva.
La capacitación o adiestramiento de los «agentes de desarrollo» es otra etapa esencial. Es necesario establecer un sistema de adiestramiento continuo, para asegurar que todas las personas involucradas en las diversas actividades de comunicación, representando diferentes sectores, desempeñen las funciones asignadas en forma adecuada.
Los agentes de desarrollo, sean trabajadores de salud, maestros, extensionistas agrícolas o personas de otros sectores, deberán estar familiarizados tanto con el contenido de los mensajes, como con las técnicas a emplear para comunicarlos efectivamente. Ellos deben estar también informados acerca de sus responsabilidades individuales dentro de la estrategia global. Estos aspectos serán importantes para la comunicación con la población, de acuerdo con las modalidades definidas en las etapas precedentes.
IV. Evaluación
La evaluación es un instrumento indispensable para asegurar y reestructurar las actividades de comunicación. Evaluar significa efectuar un análisis crítico, objetivo y sistemático de las realizaciones y resultados de un proyecto o de una actividad, en relación con los objetivos propuestos, las estrategias utilizadas y los recursos asignados.
La evaluación debe tener un carácter participativo, es decir, se realizará con la activa participación de los principales involucrados en la intervención: los promotores de la intervención (reunidos a través del Comité de Planificación); los comunicadores; los organismos patrocinadores y la propia población (a través de los representantes de la comunidad).
La evaluación deberá responder a dos preguntas fundamentales:
¿Se han alcanzado los objetivos?
¿La implementación del proceso, logró satisfacer las expectativas de las diversas personas involucradas, por sobre todo, las de la población afectada?
2.- Identificación de los problemas nutricionales
Cualquier intervención nutricional debe iniciarse con la identificación clara y precisa del problema nutricional al cual estará dirigida.
¿Cuál es el problema?
¿Cómo se manifiesta?
¿Cuál es la población afectada?
¿Cuál es su impacto sobre la vida social, económica y cultural de la población afectada?
¿Constituye un problema de salud pública (problema de magnitud)?
La extensión y magnitud de un problema nutricional, los grupos afectados, su importancia socioeconómica y su prioridad como problema de salud pública, son determinadas por los trabajadores de la salud mediante la evaluación del estado nutricional de la población. En un equipo multidisciplinario, el especialista en nutrición será el responsable de conducir los aspectos relativos a la determinación del estado de nutrición de una comunidad.
Las personas comprometidas con el diseño e implementación de la intervención en comunicación en nutrición, generalmente no requieren involucrarse en este ejercicio. Por lo tanto, este Manual no tratará este aspecto, ofreciendo solamente un lineamiento muy general.
Recordemos que los principales problemas nutricionales de los países en vías de desarrollo son: la desnutrición calórico-proteica, la anemia por carencia de hierro y los trastornos relacionados con la deficiencia de yodo y vitamina A.
Evidentemente, las causas de estos diferentes problemas no son idénticas en todos los países. En consecuencia, las posibles soluciones y enfoques son también variados, especialmente en aquellos aspectos que se relacionan con los contenidos educativos y los mensajes que se deben comunicar a la población.
Más allá de algunos mensajes que pueden ser casi universales («consuma una alimentación variada»), existen especificidades propias en cada tema a ser tratado en educación en nutrición. Es por tanto necesario definir con precisión el problema nutricional que va a ser objeto de intervención y las causas que lo originan.
El próximo paso comprende un análisis de las causas del problema nutricional, en el área donde se desea realizar la intervención educativa. Este análisis deberá ser realizado por un grupo interdisciplinario, donde se incluya también la participación de la comunidad.
3.- Formulación de los objetivos
Identificación de la audiencia para una intervención
La audiencia objetivo de una intervención educativa está constituida por diferentes grupos. Con el fin de adaptar los enfoques a cada grupo, es necesario establecer las diferencias existentes entre ellos.
Grupos en riesgo y grupos objetivo
Es importante diferenciar entre los grupos en riesgo y los grupos objetivo de una intervención. De hecho el grupo en riesgo puede ser el grupo objetivo de un programa de comunicación, pero ésto no es frecuente. Por ejemplo, un grupo en riesgo de desnutrir es el de los niños menores de cinco años. La acciones de la intervención en nutrición para reducir el riesgo de desnutrir no estarán dirigidas al niño sino a todos los involucrados en su cuidado. En este caso el grupo objetivo al que se dirigen las acciones educativas estará constituido por las madres, los padres u otras personas encargadas del cuidado y la alimentación del niño. En esta situación es fácil identificar el grupo objetivo y el grupo en riesgo.
Grupos objetivo
En la audiencia objetivo hay grupos objetivo primario, secundario y terciarios.
El grupo objetivo primario está compuesto por las personas cuya conducta debe ser modificada. En el ejemplo anterior, podrían ser las madres de los niños menores de 5 años. En este caso el propósito sería mejorar la manera en que preparan la comida de sus niños o cuidan de ellos.
El grupo objetivo secundario está compuesto por personas que serán utilizadas como intermediarios para hacer llegar el mensaje al primer grupo. En el mismo ejemplo, ellos podrían ser los trabajadores de salud, los maestros, los promotores agrícolas o los periodistas. Todo depende de las redes de comunicación de la comunidad.
El grupo objetivo terciario está formado por las personas que pueden facilitar el proceso de comunicación y los cambios de conducta. Se incluyen los administradores y políticos, pero también todas aquellas personas cercanas a la madre o padre del niño y a toda la familia.
Esto implica que el enfoque variará para los distintos segmentos, que difieren en términos del nivel educacional, socioeconómico, etc. En el último ejemplo, necesitamos diferenciar entre las madres que constituyen el grupo objetivo y entre los distintos segmentos del grupo objetivo de madres, cada uno de los cuales se beneficiará de una estrategia específica.
Los medios y materiales de apoyo utilizados para llegar a las madres de bajo nivel de instrucción, que viven en sectores rurales, serán completamente distintos de aquellos dirigidos a madres con mayor nivel educacional que viven en áreas urbanas.
4.- Diseño de los mensajes
Mensajes, medios y materiales de apoyo
Mensaje: esla formulación de una idea o concepto a ser transmitido a una audiencia específica (ejemplo: «el pescado es un alimento saludable para el niño»).
Medios: son los canales de comunicación a través de los cuales se transmiten los mensajes.
Materiales de apoyo: son los recursos utilizados para la transmisión de los mensajes (ejemplos: manuales, carteles, videos, películas, franelógrafos, etc.)
En la elaboración del mensaje, las primeras preguntas que se deben formular son:
¿Qué palabras debieran usarse?
¿En qué orden?
En la selección de los medios:
¿Que tipo de medios?
¿Cuál es la combinación óptima de medios para esta situación?
En el desarrollo de materiales de apoyo:
Estas preguntas están íntimamente relacionadas entre sí. El contenido del mensaje influye en la elección de los medios y los materiales de apoyo. Estos, a su vez, influyen en la forma como se formula el mensaje. Los resultados del ensayo previo pueden indicar que debe hacerse otra selección de medios. Esto es de gran importancia, pues la selección de los materiales de apoyo depende de los medios seleccionados.
5.- Producción de materiales de apoyo a la comunicación
Necesidad de un equipo interdisciplinario
El desarrollo de materiales de comunicación habitualmente requiere de la colaboración de personas que no están acostumbradas a trabajar juntas. Cada persona involucrada en la tarea, debe reconocer los límites del campo de su competencia y estar dispuesta a considerar los puntos de vista de los demás.
Durante mucho tiempo se ha cometido el error de colocar a los responsables del desarrollo del mensaje, también a cargo del desarrollo de los materiales de apoyo. Desafortunadamente, hay pocos nutricionistas que sean al mismo tiempo artistas gráficos creativos. También se puede cometer el error de confiar demasiado al diseñador gráfico o audiovisual. El personal profesional y técnico que participa en esta fase debe aceptar la necesidad de un esfuerzo colectivo, en el cual la contribución de cada persona está sujeta a la crítica constructiva, que beneficia a todos y asegura el éxito del material.
Por lo anterior es importante definir claramente la función de cada miembro del equipo.
El nutricionista es responsable del contenido de los mensajes, debiendo realizar cambios cuando éstos no se ajustan totalmente a la idea original.
El personal «creativo» está a cargo del diseño, la formulación de los mensajes y su expresión en materiales apropiados. Este personal es responsable de la apariencia, tono y formato de los mensajes y debería tomar siempre en cuenta los resultados de las investigaciones y ensayos de terreno.
El «equipo técnico» que trabaja en la elaboración de un material audiovisual, también asume parte de la responsabilidad en la creatividad. El productor trabaja con un equipo de técnicos en sonido, edición, etc.
Una persona debería estar a cargo de la coordinación de todos los esfuerzos. Este papel usualmente es asignado al especialista en educación para la salud o nutrición.
Finalmente, es el Comité de Planificación quien tiene el poder de aceptar o rechazar los materiales de apoyo propuestos, después de estudiar los resultados de los ensayos de terreno.
6.- Ejecución de la Intervención en Comunicación
La exposición
El tema
El tema debe ser claramente definido. Una de las razones del fracaso de muchas charlas tradicionales es que no se ha definido adecuadamente la meta a alcanzar. En la investigación preliminar para una intervención en comunicación, los mensajes a ser transmitidos debieran ser probados y validados. Sería entonces más fácil centrar la discusión en los temas pertinentes.
La audiencia
La audiencia guía el curso de la comunicación y dirige al expositor en la exposición-discusión. El expositor debe conocer a su audiencia, saber el nivel de familiaridad que tienen con el tema tratado. Durante la exposición, él debe prestar atención a las reacciones de la audiencia para adaptar su enfoque siempre que sea necesario.
El propósito
La persona responsable de la exposición debe estar plenamente enterada del propósito de la misma. Hasta cierto punto, éste ha sido ya definido en forma general por el Comité de Planificación, cuando establece los propósitos de la intervención. Estos serán diferentes de acuerdo a si la intención es modificar actitudes, mejorar conocimientos, motivar u otros.
El plan
El plan debe prepararse por adelantado. En la introducción, el expositor da la bienvenida a la audiencia y presenta el tema. Los expositores deben tratar de estimular el interés de la audiencia.
El cuerpo de la charla consiste en la elaboración y expresión ordenada de los puntos principales, de manera que la audiencia pueda captar fácilmente lo que el expositor está tratando de decir. El expositor debe hacer referencia a los otros canales que se están usando para la transmisión de los mensajes. Por ejemplo, puede invitar al público a escuchar los programas de radio sobre el tema.
La conclusión debe ser lo suficientemente extensa como para permitir una revisión de los puntos principales. Se debe plantear la conclusión de manera de captar la atención y el interés de la audiencia, en espera de movilizarlos para lograr las metas esperadas.
La discusión
La discusión que sigue a la exposición se desarrolla en tres etapas.
En la primera etapa se deja al auditorio hacer preguntas de comprensión y clarificación.
En la segunda etapa hay un debate de la audiencia, analizando las causas de los problemas específicos y las posibles soluciones. Los expositores pueden orientar a la audiencia a encontrar las soluciones a sus problemas, adaptadas al medio.
La tercera etapa es para tomar decisiones. El grupo trata de encontrar nuevas formas de hacer las cosas. Ellos deben lograr un acuerdo sobre las innovaciones a ensayar. Por ejemplo, pueden decidir probar una nueva receta en el hogar. En la próxima reunión, debieran los éxitos o fracasos
7.- Evaluación
La meta de la evaluación debe ser clara para todas las personas involucradas. La evaluación de una intervención se lleva a cabo desde dos perpectivas:
ver si se han logrado los objetivos,
determinar si los procedimientos se han realizado de acuerdo con lo esperado.
Los agentes de desarrollo en educación nutricional no deben colocarse en posición defensiva en lo que respecta a la evaluación. Cualquier miembro del equipo de planificación deberá estar en condiciones de responder las preguntas relacionadas con los dos puntos antes mencionados.(7)
Errores metodológicos
El error más difundido, el más grave, pero también el menos frecuente reconocido, consiste en no formular de manera clara los objetivos de la educación en nutrición: se trata por ejemplo, ¿de permitir la adquisición de nuevos conocimientos, de desencadenar actitudes favorables para una mejoría del estado de nutrición, de modificar las conductas individuales o colectivas?
Los objetivos educativos son vagos. La existencia de operacionalizacion, es decir, de traducción en términos de comportamientos observables raramente se respeta. No es desde el luego sorprendente que la literatura científica se revele tan pobre cuando se trata de evaluar la educación en nutrición de tipo convencional.
La formulación inadecuada de mensajes.
La actitud autoritaria del educador.
La elección estereotipada de las modalidades de aprendizaje
La utilización inapropiada de los apoyos didácticos.
La ausencia de evaluación. (8)
Conclusión
En la mayoría de las situaciones la educación puede marcar diferencias en la lucha contra la nutrición deficiente, y en muchas de ellas se trata del factor fundamental. Por ejemplo, son muy pocas las madres que no pueden incorporar en la alimentación de sus bebés pequeñas mejoras que protejan su salud y los ayuden a crecer y desarrollarse.
El éxito de la educación alimentaria intenta conseguir que los mensajes se traduzcan en hábitos alimentarios saludables, y esto dependerá de lo creíble que sea la fuente de información y de la motivación por parte del individuo. En cualquier caso, los diferentes profesionales que participen en ello deben de tener la formación adecuada, cuidar el proceso pedagógico y estimular la actitud crítica y el diálogo.
Bibliografía
La Importancia de la Educación Nutricional, Grupo de Educación Nutricional y de Sensibilización del Consumidor de la FAO, sitio web (http://www.fao.org/ag/humannutrition/31779-0a72b16a566125bf1e8c3445cc0000147.pdf)
Barrial Martínez, A.; Barrial Martínez, A: "La educación alimentaria y nutricional desde una dimensión sociocultural como contribución a la seguridad alimentaria y nutricional", en Contribuciones a las Ciencias Sociales, diciembre 2011, www.eumed.net/rev/cccss/16/
Álvarez Sintes, Roberto. Temas de Medicina General Integral, Volumen I Salud y Medicina. Editorial Ciencias Médicas. La Habana, 2001.
Béhar, M. (1981). Educación nutricional. Nutrición (pp. 163-167). México D.F.: Interamericana. (Trabajo original publicado en 1972).
Información nutricional, comunicación y educación. (n.d.). FAO: FAO Home. Rescatado en 13 de Marzo, 2011.
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Guía Metodológica de Comunicación Social en Nutrición, 1996.
Iván Beghin, Michel A. , Nutrición y Comunicación: De la Educación en Nutrición Convencional a la Comunicación Social en Nutrición, Mexico, 2001
Autor:
Huaquisto Yanapa, Doris
Asignatura: Teoría Avanzada de la Educación y Comunicación EN Alimentación y Nutrición
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO- PUNO
ESCUELA DE POSTGRADO
MAESTRÍA EN CIENCIAS DE LA NUTRICIÓN
MENCIÓN: GESTIÓN DE PROGRAMAS Y SOBERANÍA ALIMENTARIA.